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Templos y Basílicas

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TEMPLOS Y BASÍLICAS

 
EL TEMPLO DE VENUS Y ROMA

El Templo de Venus y Roma fue construido por el emperador Adriano. Su


construcción se inició en el 121 d.C. y fue terminado en el 135 d.C. El templo era
doble, formado por dos celdas contrapuestas por el ábside. La diosa Roma orientada
hacia el foro y las diosa Venus orientada hacia el Coliseo. Simboliza la unión entre
Venus, progenitora de la gens Julia, y Roma. En la Edad Media fue despojado de sus
revestimientos. Las tejas de bronce dorado fueron expoliadas por el Papa Honorio I
para la primitiva basílica se San Pedro y en el siglo XV era usado como cantera de
mármol. Era el mayor templo de Roma antigua, medía 145 x 100 metros y estaba
rodeado de un pórtico de 150 columnas. El aspecto actual se debe a las
restauraciones de Majencio en el año 307 d.C. tras un incendio; las celdas tenían dos
ábsides al fondo en los que estaban las estatuas de Venus y Roma, y el techo
originario fue reemplazado por bóvedas de cañón.

 
 
Este templo, situado entre la Basílica de Majencio y el Coliseo, ocupa una
vasta plataforma artificial, obtenida gracias a la ampliación de la colina Velia. Fue
levantado sobre los restos del monumental atrio de la Domus Áurea, el palacio de
Nerón. Iniciado en el año 121 d.C. e inaugurado catorce años más tarde, el Templo
de Venus y Roma fue proyectado personalmente por Adriano, emperador apasionado
por el arte y la arquitectura. El edificio formaba parte de un pórtico con columnas
que le dejaba libres las fachadas y que tenía al centro de los lados más largos dos
propileos de acceso. En conjunto el edificio era de grandiosas proporciones (145 x
100 metros).

 
EL TEMPLO DE SATURNO

En la parte central se encuentra el Templo de Saturno construido en los


primeros años del siglo V a.C. A la derecha nos encontramos con el Templo de la
Concordia que según la tradición habría sido construido por voluntad de Camilo
después del año 367 a.C., en memoria del acuerdo entre patricios y plebeyos,
producido al día siguiente de la promulgación de las Leyes Licinias-Sextias, que
habían establecido la igualdad política entre los dos componentes de la sociedad
romana. Otros afirman que el templo fue construido en el año 218 a.C. por
Lucio Manlio. En el año 121 a.C. tras la revuelta política que acabó con la muerte del
tribuno de la plebe Gayo Graco, el cónsul Opimio reconstruyó el templo y le adosó
una Basílica, que tomó de él el nombre de Opimia. La forma definitiva del templo se
debe a una restauración promovida por Tiberio entre los años 7 a.C. y 10 d.C. Tiberio
colocó en él una riquísima colección de esculturas griegas. A la izquierda nos
encontramos con el Arco de Septimio Severo y detrás de él la Basílica Julia.

 
 
En la parte central se encuentra el Templo de Saturno construido en los
primeros años del siglo V a.C. Se constituyó en el símbolo de la naciente República
que quería conectarse con la Edad de Oro, cuando Saturno reinaba sobre el
Capitolio, acogiendo en su interior al Erario, el Tesoro del Estado. De este primer
edificio no se ha conservado nada y el podio que se ve se debe a la reparación
realizada por Lucio Munacio Planco a partir del año 42 a.C. Fue reconstruido
después del incendio del año 283 d. C. A la derecha del Templo de Saturno aparecen
tres columnas de mármol que pertenecen al Templo de Vespasiano y Tito, terminado
por Domiciano con la forma de un templo con pronaos provisto de seis columnas en
el frente y dos en coincidencia con los lados largos. El edificio fue restaurado por
Septimio Severo y Caracalla. Sobre las columnas todavía se mantiene un trozo de
arquitrabe. Detrás de ellas está el Tabularium, edificio destinado a albergar los
archivos públicos del Estado.
 

TEMPLO DE LA CONCORDIA

Atribuido por la tradición a los últimos años de la Monarquía o a los primeros


de la República, el Templo de Saturno (en el centro) se veneraba como uno de los
santuarios más antiguos de Roma. A los pies del Templo, Augusto dispuso edificar
en el año 20 a.C. la columna del Miliarium Aureum (a la izquierda) alrededor de la
cual se hallaban indicadas con letras en bronce dorado las distancias entre Roma y
las principales ciudades del imperio. En este mismo lugar, considerado el centro
(umbilicus) de Roma, comenzaba el Clivo Capitolino que, siguiendo por la Vía Sacra,
subía al Capitolio hasta el templo de Júpiter, pasando por el Templo de Vespasiano y
Tito (situado a la derecha, en un segundo plano y contiguo al pequeño pórtico de los
Dioses Consentes) comenzado por Tito para honrar a su padre divinizado y dedicado
también a él por su hermano y sucesor, Domiciano y el Pórtico de los Dioses
Consentes (a la derecha del templo de Saturno) donde estaban expuestas en seis
parejas las estatuas de las doce mayores divinidades del Olimpo: Júpiter, Juno,
Minerva, Vesta, Ceres, Diana, Venus, Marte, Mercurio, Neptuno, Vulcano y Apolo.
El Templo de la Concordia está en un primer plano a la derecha.
 
 
 
Junto al Templo de Vespasiano y adosado al Templo de la Concordia se
encontraba el edificio del Tabularium, sede del archivo del Estado y atribuido a la
fundación de Marco Furio Camilo quien, según se cree, lo había construido para
recordar la pacificación realizada entre los patricios y los plebeyos. Restaurado varias
veces y finalmente reconstruido por Tiberio presentaba la particularidad de que su
interior, con la celda precedida de un pronaos de seis columnas, estaba dispuesto en
el sentido longitudinal. Los autores antiguos recordaban que ese templo guardaba
numerosas obras de arte de autores célebres, especialmente griegos, que lo habían
transformado en un verdadero museo. Frente al Templo de la Concordia, en la parte
de la izquierda vemos el Arco de Septimio Severo, construido en el año 203 d.C. por el
Senado y el Pueblo de Roma para conmemorar la extensión de las fronteras del
imperio hasta Mesopotamia.

 
 
TEMPLO DEL DIVINO JULIO

Frente a la estatua ecuestre encontramos el Templo del Divino Julio dedicado


por Augusto en el año 29 a.C. a César divinizado, su padre adoptivo. Este templo
sustituyó a una columna honorífica y un altar que le erigió el Senado a César tras su
asesinato en los Idus de marzo del año 44 a.C. (el día 15) en el lugar donde fue
incinerado. En la base del templo se dejó un nicho sucesivamente tapiado, para
respetar el altar anterior y encima se hizo una tribuna adornada con los mascarones
de bronce arrancados de las naves de Antonio y Cleopatra en la batalla de Actium, en
el año 31 a.C. La búsqueda de materiales en época renacentista acabó con él. A la
derecha se halla el Arco Actiaco, inaugurado por Augusto en el año 29 a.C. en
recuerdo por su victoria sobre Marco Antonio y Cleopatra en el año 31 a.C. que
sustituye a uno anterior que él mismo había mandado levantar para celebrar su
triunfo en la batalla de Nauloco frente a la potente flota de Sexto Pompeyo en el año
36 a.C. Detrás del Arco Actiaco la cúpula que se aprecia pertenece al Templo
de Vesta.

 
 
Nos encontramos en el lado meridional del Foro. A la derecha tenemos tres
columnas corintias con arquitrabe que pertenecen al Templo de los Dioscuros. A la
izquierda, entre los árboles, los restos del Templo del Divino Julio y detrás de ellos el
Arco de Tito. En la parte de la derecha nos encontramos con el monte Palatino y en
su ladera una serie de grandes construcciones de ladrillo que lo rodean. En la parte
central se observan restos de la Plaza del Foro. Las columnas del centro pertenecen
al Templo de Vesta.
 
 

TEMPLO DE CASTOR Y POLUX

Podemos observar a la derecha el Templo de Cástor y Pólux. Estas columnas


pertenecen a la reconstrucción llevada a cabo por Augusto en el año 6 d.C. El
Templo fue levantado por el dictador Aulo Postumio Albino en recuerdo de la
aparición milagrosa de los Dioscuros en el Foro para anunciar la victoria sobre los
Latinos en la batalla del Lago Regillo en el año 499 a.C. Se inauguró en el año 484
a.C. y estuvo a cargo del hijo del dictador, muerto en ese período. Se hicieron
restauraciones en el año 117 a.C. por el cónsul Quinto Cecilio Metelo Dalmácico y en
el año 74 a.C. en tiempos de la pretura urbana de Verres. En el interior del templo
había tiendas de banqueros. También funcionó como sede política: durante la época
republicana el Senado solía reunirse en él a menudo y se desarrollaron allí
actividades de tipo judicial.
 
 
Vemos a la derecha los restos de tres columnas corintias y un arquitrabe del
Templo de Cástor y Pólux. El Templo de Cástor y Pólux o Templo de los Castores o
Templo de los Dioscuros es uno de los símbolos de la antigua Roma. El Templo fue
levantado por el dictador Aulo Postumio Albino en recuerdo de la aparición
milagrosa de los Dioscuros en el Foro para anunciar la victoria sobre los Latinos en
la batalla del Lago Regillo en el año 499 a.C. Las tres pequeñas columnas del centro
de la imagen pertenecen al Templo de Vesta. El Arco de Tito se ve al fondo de la
imagen.

 
 
TEMPLO DE ANTONINO Y FAUSTINA

El Templo de Antonino y Faustina se abre a la Vía Sacra, al este de la


Basílica Emilia, frente a la Regia. Se compone de una cella construida en bloques de
toba volcánica, en origen revestida de mármol veteado, un pronaos de seis columnas
de orden corintio en el frente y otras dos en cada lateral, de una altura de unos 17
metros. El friso presenta una decoración de grifos enfrentados y motivos vegetales.
Su construcción fue ordenada por el emperador Antonino Pío a la muerte de su
esposa Faustina la Mayor en el año 141 d.C. El emperador a menudo decía que
habría preferido vivir con ella en el desierto que sin ella en el palacio. Pocos años
después, en el 161 d.C. muere el emperador y el Senado, al divinizarlo, consagra el
templo a la pareja imperial. En el siglo XI se transformó en la iglesia de "San
Lorenzo de Miranda".

En el centro se observa un edificio precedido de una fila de columnas: se trata


del Templo de Antonino y Faustina. Su perfecto estado de conservación se debe a su
transformación en la iglesia de San Lorenzo de Miranda, que entre los siglos VII y
VIII ocupó su cella. La fachada está compuesta por seis columnas con capiteles
corintios y otras dos columnas en los lados largos. La inscripción esculpida en el
arquitrabe del pronaos recuerda que el Templo fue dedicado por el Senado a la
pareja imperial divinizada. Es una nueva dedicatoria pues el templo había sido
construido en el año 141 d.C. por Antonino Pío en memoria de su mujer. El Templo
corrió el riesgo de ser completamente desmantelado por la búsqueda de materiales a
inicios del siglo XVI.
BASÍLICA JULIA

En torno al año 54 a.C. César inició la construcción de la Basílica Julia (a la


derecha de la imagen) pero no se concluyó hasta el principado de Augusto. Destruida
por un incendio fue completamente reconstruida en el año 12 a.C. y se dedicó a los
nietos e hijos adoptivos de Augusto, Gayo y Lucio César. Sufrió grandes daños en el
incendio del año 283 d.C. siendo reconstruida por Diocleciano. Su lugar había sido
ocupado con anterioridad por la Basílica Sempronia, levantada en el año 169 a.C.
por Tiberio Sempronio Graco.
La Basílica Julia de Augusto es la más grande de las que se encuentran en el
Foro. Su utilización como cantera de materiales de construcción nos ha hecho perder
su aspecto originario. Es probable que albergara varios tribunales civiles, pudiendo
funcionar todos a la vez, estando separados por grandes cortinas colgadas de la parte
alta. Su interior estaba dividido en cinco naves, siendo la central más ancha que las
otras cuatro y dotada de tres pisos, en el último de los cuales se abrían grandes
ventanales que permitían la iluminación de la sala.

BASÍLICA FULVIA-EMILIA

La Basílica Emilia, situada en la misma plaza del Foro tuvo como fin ofrecer
a los que asistían al Foro un acogedor lugar cubierto, capaz de alojar durante la
estación invernal por lo menos una gran parte de las funciones que normalmente se
desarrollaban al aire libre, sobre todo aquellas vinculadas a la administración de la
justicia y a los negocios. En el pórtico de la planta baja, situado en la fachada sur,
llamado también Pórtico de Gayo y Lucio Césares, habría algunas tiendas abiertas
llamadas Tabernae Novae (recintos destinados a la actividad de los banqueros y
cambistas, llamados también argentarii). Este pórtico estaba formado por dieciséis
arcos entre pilastras con semicolumnas y en la planta superior había otro análogo.
La Basílica Fulvia-Emilia (situada a la derecha) se construyó en el año 179 a.C. por
los censores Marco Fulvio Nobilior y Marco Emilio Lépido ocupando el lugar de una
construcción anterior. Fue restaurada varias veces durante la República. Su última
reconstrucción corresponde a la primera mitad del siglo V, siendo dañada por un
incendio que tuvo lugar durante el saqueo de Roma por Alarico en el año 410 d.C
Es la única Basílica de época Republicana que ha perdurado con el paso del
tiempo, pues las demás de esta época (la Basílica Porcia, la Sempronia y la Opimia)
fueron destruidas por construcciones posteriores. Entre sus elementos decorativos
destacan relieves de finales de la República con escenas míticas conectadas con los
orígenes de la ciudad y de la familia de los Emilios: tal es el caso del rapto de las
Sabinas y el momento crucial de la historia de Tarpeya, la joven que había prometido
a los sabinos que abriría las puertas de la ciudad a cambio de las joyas que estos
llevaban en su brazo izquierdo, que sin embargo fue sepultada por los escudos que los
soldados llevaban en ese mismo brazo. A la derecha se observa el solar que estaría
ocupado por la Basílica y que limitaría con el edificio de la Curia que se observa en
la imagen. A la izquierda se aprecia el Arco de Septimio Severo. A la derecha y
delante del arco de Septimio Severo está el solar que un día fue la Basílica Julia.
BASÍLICA DE MAJENCIO

Majencio, que fue emperador entre los años 306-312 d.C. no logró ver
terminada su Basílica. Murió en la batalla del año 312 d.C. contra Constantino,
ahogado en el río Tíber al que cayó cuando huía con su ejército. Fue Constantino
quien inauguró la última y mayor de las basílicas romanas después de haberle hecho
algunas modificaciones. La Basílica de Majencio es uno de los más grandiosos
edificios de la Roma imperial y se extiende por gran parte del cerro de la Velia,
dominando al este el área del Foro. La Basílica tenía una gran nave central que
terminaba con un ábside en el lado oeste y estaba flanqueada por dos alas menores.
Las tres naves fueron cubiertas por bóvedas con arcos de crucero apoyadas en
pilares. Esto permitió a la nave central elevarse a una altura de 35 metros con una
gran claridad de espacios, hasta alcanzar los rosetones de los alféizares. En el ábside
occidental se erguía una estatua colosal de Constantino de mármol y bronce dorado.

La Basílica de Majencio estaba construida en un área de 100 por 65 metros,


sobre una gran plataforma artificial en una ladera del cerro de la Velia, en el lugar
donde antes estaba el triple pórtico que servía como vestíbulo a la Domus Áurea de
Nerón y que luego fue convertido en almacén de mercadería exótica y de lujo
procedente de Oriente. Constaba de tres naves con una bóveda central de 35 metros
de altura y dos laterales más bajas (a la derecha se observan los restos de una nave
lateral). Al fondo en el centro estaría la estatua colosal de Constantino de mármol y
bronce dorado. Un terremoto en 1349 derrumbó las maravillosas bóvedas. Sólo una
de las ocho columnas de veinte metros de altura adosadas a las pilastras quedó en pie
hasta el año 1614, cuando el papa Pablo V la trasladó a la plaza de Santa María la
Mayor.
TEMPLO DE VESTA

A la izquierda vemos una parte del recinto circular del Templo de Vesta. Este
templo es uno de los más importantes para la ciudad y sus habitantes pues está
dedicado a la diosa del Lar público del pueblo romano. Según la tradición fue
atribuido al rey Numa Pompilio y en él las Vestales custodiaban el fuego sagrado
perenne, expresión y símbolo de continuidad de la vida de Roma. La forma del templo
era redonda porque había sido diseñado como una cabaña, símbolo del más antiguo
lar doméstico y estaba abierto por la parte superior para facilitar la salida del humo;
fue reconstruido por última vez a finales del siglo II d.C. por Julia Domna, esposa del
emperador Septimio Severo. Frente al templo de Vesta precedido por una pequeña
fuente circular de mármol blanco, se levantaba al Arco de Augusto o Arco Actiaco.
Fue construido por el Senado para celebrar la victoria de Augusto contra Antonio y
Cleopatra, en Accio, en el año 31 a.C. El arco tenía tres cimbras con el paso central
abovedado. Junto al arco está el Templo de los Castores y al fondo los edificios de los
Palacios imperiales del Palatino.
Las tres columnas del centro pertenecen al Templo de los Dioscuros. Los
restos que aparecen a la izquierda de la imagen pertenecen al Templo de Vesta. En el
interior del edificio sagrado no estaba colocada como era normal la estatua de la
divinidad que sin embargo era simbolizada por el fuego perpetuo. Había un lugar
recóndito en el complejo, sólo accesible a las Vestales donde se conservaban objetos
de particular antigüedad y veneración. Entre estos estaba el Paladio, la pequeña
imagen de Minerva que según la tradición Eneas había salvado de Troya y traido al
Lacio como muestra del dominio universal prometido a Roma. Detrás de este Templo
estaba la Casa de las Vestales, restaurada muchas veces entre época de Nerón y
Septimio Severo.
Junto al Templo de Vesta, la Casa de las Vestales era la residencia y sede
oficial de las sacerdotisas encargadas de la custodia del fuego sagrado que ardía en el
templo y de los ritos vinculados al culto del dios Lar. Está organizada en torno a un
patio porticado en sus cuatro lados, con estanque y fuentes. Las Vestales eran seis;
ingresaban como aspirantes entre los seis y los diez años, haciendo voto de castidad y
permanecían en el sacerdocio durante treinta años. Eran elegidas por el Pontífice
Máximo, quien sorteaba las novicias entre veinte doncellas aspirantes pertenecientes
a las familias patricias en un principio, pero más adelante también a las plebeyas.

La Casa de las Vestales había sido construida alrededor de un amplio patio


jardín rodeado de pórticos a los cuales se asomaban los recintos de las Vestales
destinados a su hospedaje y a sus funciones propias; es por ello por lo que se le ha
considerado prototipo de los conventos. Todavía se ven muchas estatuas e
inscripciones.
Las seis Vestales vivían en la Casa de las Vestales, reconstruida casi por
entero por el emperador Septimio Severo, después de un incendio en el año 191 d.C.
como sucedió con el templo de la diosa. Las Vestales recibían del Estado una exigua
dote. A ellas se les reservaban todos los honores, como el ser acompañadas por
lictores al igual que los magistrados supremos. Eran tan veneradas que los
condenados a muerte que casualmente se cruzaban con ellas el día de su ejecución
eran indultados. Sin embargo, el castigo para las que hubiesen dejado apagar el
fuego o no hubiesen mantenido el voto de castidad era extremo: eran enterradas vivas
en un pequeño cuarto subterráneo en un lugar llamado "Campo desalmado" fuera
de las murallas, en el cerro Quirinal.

Restos del patio de la Casa de las Vestales que estaría rodeado por un
pórtico en la planta baja y otro en la segunda y última planta. A él darían las
estancias de las Vestales. A la derecha estaría el Templo de Vesta que tenía forma
circular y del que quedan tres columnas con un pequeño arquitrabe. Las tres
columnas del centro de la imagen pertenecen al Templo de los Castores.

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