Resumen Capitulo 5
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Resumen Capitulo 5
El precursor (o uno de los precursores) del «giro pragmático» en la teoría del razonamiento,
en la lógica, ha sido Stephen Toulmin, con su libro The Uses of Argument, publicado en
1958. Como ya se ha dicho, de él arranca todo el movimiento que hoy se conoce como
«lógica informal». Toulmin no era un jurista, sino un filósofo sin particulares
conocimientos del Derecho, a pesar de lo cual el Derecho estuvo muy presente en ese
cambio de orientación.
“Para romper el poder de viejos modelos y analogías, podemos hacernos con unos nuevos.
La lógica trata de la corrección de los enunciados construidos —acerca de la solidez de los
cimientos que elaboramos para apoyarlos, acerca de la firmeza del respaldo que somos
capaces de darles—o, modificando la metáfora, del tipo de alegato que presentamos en
defensa de nuestras afirmaciones. La analogía jurídica implicada en esta última manera de
presentar este punto podría ser, por una vez, de verdadera ayuda.”
“Hay una virtud especialmente destacada en el paralelo entre lógica y jurisprudencia, que
contribuye a mantener en el centro del cuadro la función crítica de la razón. Puede que las
reglas de la lógica no consistan en recomendaciones, pero así y todo se aplican a los
hombres y sus argumentos, no de la manera en que lo hacen las leyes de la psicología o las
máximas de un método, sino como estándares de éxito que miden si se ha logrado el
objetivo propuesto, que un hombre al argumentar puede haber alcanzado o no, y a partir de
los cuales se pueden juzgar sus argumentos. Un argumento sólido, una afirmación bien
fundamentada y firmemente respaldada, es el que resiste la crítica, aquel para el que se
pueden presentar razones que se aproximan al nivel requerido, si es que ha de merecer un
veredicto favorable.”
“Podemos ver de manera inmediata que el razonamiento dialéctico arranca de tesis que son
generalmente aceptadas, con el propósito de alcanzar la aceptación de otras tesis que
podrían ser o que son controvertidas. Así, lleva a persuadir o a convencer. Pero los casos de
razonamiento dialéctico no están constituidos por series de inferencias válidas e
incontestables; más bien hacen avanzar argumentos que son más o menos fuertes, más o
menos convincentes, y que nunca son puramente formales. Aristóteles observó, un
argumento persuasivo es uno que persuade a aquel al que se dirige; ello significa que, a
diferencia de los procesos de razonamiento analítico, un argumento dialéctico no puede ser
impersonal, pues su valor deriva de su acción sobre la mente de alguna persona.”
“La innovación introducida por Petrus Ramus resultó ser un error que fue fatal para la
retórica. Empezando con el trivium, con las artes del discurso, Ramus definió la gramática
como el arte de hablar bien, esto es, de hablar correctamente; la dialéctica como el arte de
razonar bien; y la retórica como el arte de la elocuencia y del ornato usando el lenguaje. Al
considerar la dialéctica como el arte general de inventar [descubrir] y de juzgar sobre todas
las cosas, afirmó que hay sólo un método, que es el de Platón y Aristóteles este método se
encuentra en Virgilio, en Homero y en Demóstenes, rige las matemáticas, la filosofía, las
opiniones y la conducta humana”
“Y como los entrenadores de lucha libre no enseñan a sus discípulos las agarradas, que
llaman números -registros- , con el objeto de que usen de todos los que aprendieron, en la
competición de una misma lucha (porque en ella significan más el peso, la resistencia y el
espíritu de combate), sino para que se tenga a disposición aquella provisión abundante, de
la que apliquen uno u otro número, según se le diere su oportunidad: así, esta parte de la
Dialéctica, o bien se prefiera llamarla arte de disputar, igual que es muchas veces útil en las
definiciones, en la formación de conceptos, en discernir los que constituyen diferencias, en
la eliminación de la ambigüedad, en las distinciones, en las divisiones, en hacer caer en una
trampa, en envolver al contrincante, de igual modo, si en el Foro se abroga todo el
protagonismo del debate, hará resistencia con sus mejores posibilidades, y con su misma
sutileza consumirá las fuerza dialécticas, cortadas a medida de la personal agudeza”
NECESIDAD DE LA DIALECTICA.
“Todos tienen, pues, su propia dialéctica natural, del mismo modo que tienen su propia
lógica natural. Sin embargo, aquélla no le guía ni mucho menos con tanta seguridad como
ésta. Nadie pensará o inferirá fácilmente en contra de las leyes lógicas: los juicios falsos
son frecuentes, los silogismos falsos sumamente raros. No es fácil, pues, que un hombre
muestre falta de lógica natural, al contrario de lo que ocurre con la falta de dialéctica
natural: ésta es un don natural desigualmente repartido (y similar en esto a la facultad del
juicio, que está repartida de forma muy desigual, en tanto que la razón lo está por igual). “
“Para plantear con limpieza la dialéctica es preciso considerarla únicamente como el arte de
llevar razón (sin preocuparse por la verdad objetiva, que es asunto de la lógica), cosa que,
sin duda, será tanto más fácil cuando se tenga razón en el asunto mismo. Sin embargo, la
dialéctica como tal únicamente debe enseñar cómo defenderse frente a ataques de todo tipo,
especialmente frente a los de mala fe, y cómo uno mismo puede atacar lo que el otro afirma
sin contradecirse a sí mismo y, en general, sin ser refutado.”
El autor tiene razón al señalar que las fronteras entre la negociación y la argumentación son
difusas en la realidad, y a menudo se encuentran procedimientos híbridos. Esto es cierto, ya
que en la toma de decisiones por parte de los jueces, y en la motivación de sus decisiones,
pueden estar presentes elementos de negociación. La influencia de la negociación puede
reflejarse tanto en el contexto del descubrimiento (cómo se llega a una decisión) como en la
motivación misma (por qué se toma una decisión en particular).
La crítica de De Páramo al enfoque argumentativo del Derecho puede ser discutible.
Su identificación de la "argumentación" con el discurso racional y el diálogo crítico puede ser
limitada, ya que la argumentación jurídica contemporánea reconoce varios tipos de
diálogos, incluyendo la retórica, que también tienen un papel importante en el Derecho.
Puede ser que De Páramo esté simplificando el enfoque argumentativo del Derecho al
asociarlo únicamente con ciertas teorías específicas, como la de Alexy. Sería más preciso
considerar que el enfoque argumentativo del Derecho abarca una gama más amplia de
discursos y prácticas que van más allá de la teoría de la argumentación jurídica de un autor
particular. En este sentido, la crítica de De Páramo podría estar basada en una falta de
comprensión completa de la diversidad de enfoques dentro de la argumentación jurídica.
El interrogatorio de Sócrates
Cuando Aristóteles dice que la tarea de la retórica "no consiste en persuadir", significa que la
retórica no se trata únicamente de convencer a alguien de algo, sino que es una técnica que va
más allá de la persuasión. La retórica implica la habilidad de estructurar y presentar un
discurso de manera efectiva, considerando cómo las palabras, la lógica y la persuasión se
combinan para influir en una audiencia. No es simplemente persuadir sin tener en cuenta la
lógica o la ética, sino persuadir de manera informada y ética. La retórica es una técnica que se
utiliza para lograr una comunicación efectiva y persuasiva, pero no se limita a la persuasión,
ya que implica el conocimiento de cómo construir discursos efectivos.
En la nota a pie de página, se mencionan los riesgos de la retórica, como la
manipulación y el engaño. La retórica puede utilizarse de manera engañosa o manipuladora
para persuadir a las personas en contra de su mejor juicio o interés. Sin embargo, Aristóteles
también reconoce la utilidad de la retórica cuando se utiliza de manera ética y efectiva. La
retórica puede ser una herramienta valiosa para comunicar ideas, influir en decisiones
políticas y sociales, y abogar por causas justas cuando se emplea de manera honesta y
responsable. La clave está en cómo se utiliza y con qué propósito se aplica la retórica.
El capítulo primero del libro "The Art of Persuasion in Greece" de George Kennedy aborda la
naturaleza de la retórica y concluye con una discusión sobre las ventajas y desventajas de la
retórica. El autor no proporciona detalles específicos sobre estas ventajas e inconvenientes en
este fragmento, por lo que se requiere una referencia más específica al texto original para
obtener información detallada sobre este tema. El autor se centra en el análisis de la retórica
en la antigua Grecia y su importancia en la persuasión, pero no ofrece una lista detallada de
ventajas e inconvenientes en este fragmento.
FALACIAS INDUCTIVAS
Las falacias inductivas podían considerarse básica mente como falacias materiales, lo que supone de
alguna manera negar a la lógica inductiva carácter «formal». En el texto que sigue, José A. Díez y
C. Ulises Moulines (21999), entre otras cosas, aclaran en qué sentido sería (o no sería) formal esa
lógica, cuyos fundamentos siguen siendo discutidos: o sea, no está claro que exista algo así como una
lógica inductiva, en el sentido estricto de la expresión, pues los criterios de confirmación o de
justificación inductiva (que avalan el paso de las premisas a la conclusión en un argumento
inductivo), parecen suponer añadir una información empírica (y contextual) a la establecida en las
premisa.
FALACIAS BIOÉTICAS
Las causas que llevan a cometer errores de argumentación en el campo de la bioética o en cualquier
otro campo. De acuerdo con lo que hemos dicho, algunos de esos errores (o) engaños: si el que
esgrime el argumento es consciente de su invalidez, pero lo utiliza por razones estratégicas) son de
naturaleza formal o pragmática. Pero otros —quizás los más frecuentes y los más graves— son de
carácter material, en el sentido de que tienen que ver con tesis falsas sobre diversos aspectos de la
ética en general o de la bioética (que, al fin y al cabo, no es otra cosa que una modulación de la ética
—sólo hay una ética— a un determinado campo).
¿FALACIAS PRAGMÁTICAS?
He aquí tres ejemplos de falacias (o de ejercicios para poner de manifies to falacias) en donde el
aspecto pragmático (retórico y/o dialéctico) tiene
una particular relevancia:
CUBA Y EL GENOCIDIO
Por paradójico que parezca, no se puede ser un buen polemista sin mostrar cierto grado de
empatía con el adversario: en las controversias, el exceso de parcialidad perjudica
gravemente a la calidad de los argumentos.