Historia Del Piano en Cuba 4ta Clase
Historia Del Piano en Cuba 4ta Clase
Historia Del Piano en Cuba 4ta Clase
Mayté
Aboy González
El piano en Cuba (Continuación). Principales compositores intérpretes y
pedagogos del siglo XX:
Ernesto Lecuona, Alejandro García Caturla, Félix Guerrero, Joaquín Nin, César
Pérez Sentenat, Harold Gramatges, Gisela Hernández, Hilario González. (2da
Parte)
Los tres compositores a quienes haremos breve referencia a continuación fueron
integrantes del Grupo de Renovación Musical (1943-1948). Este grupo aglutinó a
un grupo de jóvenes compositores posteriores a Roldán y Caturla, formados en el
Conservatorio Municipal de Música de La Habana. El objetivo fundamental del
grupo se centró en revolucionar el medio musical cubano, e incursionar en las
estéticas más innovadoras de la vanguardia europea, para de esta forma integrar
los elementos identitarios de sus contextos en el ámbito composicional universal,
es decir, integrar a Cuba dentro del marco musical contemporáneo internacional.
Dicho fin generó la necesidad imprescindible de sus jóvenes integrantes de
concentrar el bagaje técnico a través del estudio del contrapunto y las formas
musicales, y continuar el recorrido identitario iniciado por Roldán y Caturla.
Harold Gramatges (Santiago de Cuba 1918- La Habana 2008). Uno de los más
relevantes compositores cubanos. Fundador y miembro del Grupo de Renovación
Musical, fue poseedor de una sólida formación musical que abarcaba un amplio
espectro de las ramas teóricas y de pensamiento de la música, además de la
composicional. Inició sus estudios musicales (piano con Dulce María Serret y
asignaturas teóricas con Concepción Rubio y Antonio Serret) en su ciudad natal,
hasta que en 1936 se traslada a La Habana, donde ingresa en el Conservatorio
Municipal de Música, recibiendo clases de Amadeo Roldán y José Ardévol. A la par
continúa sus estudios de piano, ahora con Flora Mora quien fuera discípula de
Enrique Granados. En 1942 gana una beca para estudiar en Tanglewood,
Massachusetts. Allí fue alumno de composición de Aaron Copland y de dirección
orquestal de Sergue Koussevitzky. Entre 1948 y 1949 estudia nuevamente con
Copland en la ciudad de Nueva York, a la par que realiza estudios de análisis
musical y procesos pedagógicos en la Universidad de Columbia. A estos estudios
se le suman su presencia en conferencias de Bojuslav Martinu y Paul Hindemith.
El compositor Harold Gramatges es, como habíamos afirmado con anterioridad,
uno de los músicos más sólidos y conscientes dentro de la nutrida lista de
creadores de la isla, dueño además de un sobresaliente y consolidado oficio. Su
música fue adquiriendo con el paso del tiempo una cualidad cada vez más
personalizada, su lenguaje musical se hizo cada vez más particular a la par que
cubano. Este lenguaje se nutrió tanto del bagaje técnico del neoclasicismo (con el
uso de la politonalidad, la poliarmonía, etc.) como de las nuevas técnicas de
composición, ampliamente extendidas en la producción musical de la época
(serialismo por ej.); siempre sustentado por su recurrencia consciente o instintiva
de elementos identitarios del folclore cubano, no como una preocupación
técnico-estética, sino como un vínculo entre su pensamiento creador y el trayecto
histórico-musical en ese comprometido y siempre reflexivo viaje hacia la
identidad. La obra de Gramatges es distintiva también por la presencia de un
rasgo peculiar: el lirismo contenido, domado por la forma y la construcción
exquisita. Dentro de la amplia obra de Harold Gramatges encontramos un
número importante dedicadas al piano, a estas hay que agregar dos obras
compuestas para clavicémbalo: Sonata en sol sostenido, 1942 y Sonatina
hispánica, 1957.
En 1969 Gramatges compone Móvil I, obra que constituye un hito no solo dentro
de la producción para piano del compositor, sino dentro de la totalidad de su
obra; por esta razón merece un análisis particular. El Móvil I es una obra en la
que están presentes las nuevas tendencias, siempre expresadas a través de los
rasgos propios y la expresividad que caracteriza a su autor. Está construida sobre
un motivo cromático, a partir del cual se desarrollan células sonoras variables que
transitan “serialmente” por variados desplazamientos tímbricos, continuamente
en un clima expresivo. La organización del tiempo está en función del desarrollo
de los diferentes planos sonoros, llevados a cabo a través de las formas de
“toques” empleados. Las menciones al espectro rítmico cubano confluyen en los
distintos recursos técnicos empleados en la obra. En ella se utiliza el teclado y el
cordaje y su ejecución es enriquecida con el empleo de dos baquetas.
“Incidencias” es otra obra aleatoria para piano del compositor, que deja entrever
a través de un juego libre de “series” abiertas y la explotación de recursos
tímbricos del piano (como el uso de una cadena corta) la alusión mediante citas, a
cuatro obras significativas del arte pianístico cubano, como son: Invitación de
Cervantes, La Comparsa de Lecuona, La Berceuse Campesina de Caturla y la danza
Montuna del propio autor.
Harold Gramatges fue una personalidad de la cultura cubana que tuvo
responsabilidades de distinto carácter en diferentes instituciones culturales.
Resaltan: presidente de la Sociedad Cultural Nuestro Tiempo; director y fundador
del Departamento de Música de la Casa de las Américas (1965-1970) y de su
boletín de Música; presidente de la Asociación de Músicos de la UNEAC; Miembro
de Honor del Consejo Iberoamericano de la Música; entre muchos otros. Obtuvo
importantes lauros en su carrera: Premio Reichold, Orquesta Sinfónica de Boston,
por Sinfonía en mi, 1945; Premio Especial Interpodium, Festival Internacional de
Música Bratislava, 1977, por el Móvil II, para flauta y piano; entre otros. En 1996
fue el primer compositor galardonado con el Premio Iberoamericano de la Música
“Tomás Luis de Victoria”, premio instituido por la Sociedad General de Autores de
España (SGAE) y la Fundación Autor.