Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

Delimitación Subjetiva, Objetiva y Temporal Del Arbitraje de Consumo Conforme Al RD 231/2008, de 15 de Febrero

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 26

Anuario Jurídico y Económico Escurialense, XLIII (2010) 101-126 / ISSN: 1133-3677

Delimitación subjetiva, objetiva


y temporal del arbitraje de consumo
conforme al RD 231/2008, de 15 de febrero

Susana SAN CRISTÓBAL REALES


Universidad Europea de Madrid

Resumen: El objetivo de este artículo es el análisis de los elementos


objetivo, subjetivo y temporal del arbitraje de consumo.

Abstract: The purpose of this paper is analyzing the different consumption


arbitration´s elements (Subjective, objetive as well as temporal).

Palabras clave: arbitraje, consumo.

Keywords: arbitration, consumption

Sumario:

I. Introducción y regulación.
II. Finalidad del arbitraje de consumo.
III. Características del arbitraje de consumo.
IV. Delimitación subjetiva del arbitraje.
4.1. Legitimación activa.
4.2. Legitimación pasiva.
V. Delimitación objetiva del arbitraje.
5.1. Delimitación positiva.
5.2. Delimitación negativa.

5.2.1. Delimitación negativa legal.


5.2.2. Delimitación establecida en la oferta pública de
sumisión a arbitraje o en la aceptación del empresario.
102 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

5.2.3. Delimitación por falta de un elemento esencial en la


relación de consumo: Las controversias no contractuales.
5.2.4. Delimitación objetiva por el tipo de reclamación: Las
reclamaciones individuales.
5.2.5. Delimitación por la declaración de concurso del
empresario.

5.3. La ampliación del objeto: la reconvención.


5.4. Tratamiento procesal.

VI. Delimitación temporal.


VII. Bibliografía.
I. INTRODUCCIÓN Y REGULACIÓN

El objeto de este artículo es el análisis de los elementos subjetivos, objetivos


y temporales que permiten utilizar al consumidor o usuario final, el arbitraje de
consumo como sistema heterocompositivo alternativo a la jurisdicción, para
hacer valer ante el órgano arbitral los derechos legal o contractualmente
reconocidos a aquéllos conforme a su nueva regulación por RD 231/2008, de
15 de febrero.

El fundamento del Sistema Arbitral de Consumo se encuentra en el artículo


51.1 de la Constitución en donde se consagra el principio general de protección
de los consumidores para el ordenamiento español.

En correlación con este precepto, la Ley 26/1984, de 19 de julio, General


para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, encomendó al Gobierno en su
artículo 31 el establecimiento de un sistema arbitral, que, sin formalidades
especiales atendiera y resolviera con carácter vinculante y ejecutivo para
ambas partes las quejas o reclamaciones de los consumidores o usuarios, siempre
que no concurriera intoxicación, lesión o muerte, y no existieran indicios
racionales de delito.

La derogada ley 36/1988, de 5 de diciembre, de Arbitraje, dio un paso


más, al establecer el marco general del arbitraje como norma supletoria de
los arbitrajes especiales (entre los que se debería encontrar el de consumo);
la gratuidad del arbitraje de consumo y la innecesariedad de protocolización
notarial del laudo para cuando se regulara el citado arbitraje de consumo
(Disposición Adicional 2ª), a la par que recordaba al gobierno en su Disposición
Adicional 1ª la obligación de diseñar un arbitraje de consumo.

El RD 636/1993, de 3 de mayo, reguló el primer sistema arbitral en


consumo. Posteriormente, entró en vigor la Ley 60/2003, de 23 de diciembre, de
Arbitraje, que derogó a la citada Ley 36/1988, cuya Disposición Adicional
Única establece que “esta Ley será de aplicación supletoria al arbitraje a que se
refiere la Ley 26/1984, de 19 de julio, General de Defensa de Consumidores y
Usuarios, que en sus normas de desarrollo podrá establecer la decisión en
equidad, salvo que las partes opten expresamente por el arbitraje de derecho”.
104 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

Actualmente el régimen jurídico del arbitraje de consumo se contiene en


los artículos 57 y 58 de la Ley General para la Defensa de los Consumidores y
Usuarios (en adelante LGDCU) aprobada por Real Decreto Legislativo 1/2007,
de 16 de noviembre, y en el RD 231/2008, de 15 de febrero (en adelante
RDAC).

No obstante, en lo no previsto en el RDAC, será de aplicación la ley


60/2003, de 23 de diciembre de Arbitraje (art. 3.1 RDAC). Si es un arbitraje
electrónico y para los actos realizados por vía electrónica, se regirá en lo no
previsto expresamente por el RDAC, por lo dispuesto en la Ley 11/2007, de
22 de junio, de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos.

II. FINALIDAD DEL ARBITRAJE DE CONSUMO

La finalidad del arbitraje de consumo es la resolución, con carácter


vinculante y ejecutivo, de los conflictos relativos a los derechos legalmente
reconocidos a los consumidores. El Sistema Arbitral de Consumo ha sido
concebido por nuestro ordenamiento jurídico como un mecanismo hetero-
compositivo alternativo a la jurisdicción y voluntario, para la resolución de
conflictos individuales originados en el ámbito del consumo. Las relaciones
de consumo son aquellas que unen a un empresario o profesional con un
consumidor o usuario mediante un contrato, en virtud del cual éste adquiere
un bien o servicio de aquél.

Lo que diferencia una relación contractual ordinaria de una de consumo es


que el adquirente o receptor del producto o servicio, lo hace como destinatario
final del mismo (consumidor/usuario), para la satisfacción de necesidades
propias, lo que le sitúa en un plano de cierta dependencia material (mayor o
menor según el caso) y por tanto de debilidad jurídica.

El requisito necesario para poder aplicar este sistema es que las partes sean
respectivamente un consumidor y un empresario (o profesional, o prestadores de
servicios), que ocupen las posiciones de reclamante y reclamado.

Por medio de este sistema heterocompositivo, institucional y extrajudicial de


resolución de controversias, se resuelve por un tercero imparcial, el órgano
arbitral (unipersonal o colegiado) de consumo, con carácter vinculante y
ejecutivo para ambas partes, los conflictos surgidos entre los consumidores y
usuarios y las empresas o profesionales en relación a los derechos legal o
contractualmente reconocidos al consumidor (art. 2.1 RDAC).
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 105

III. CARACTERÍSTICAS DEL SISTEMA ARBITRAL DE CONSUMO

La actual regulación del arbitraje de consumo mantiene las características


esenciales del RD 636/1993, de 3 de mayo.

1º.- Quedan excluidas del arbitraje de consumo todas las materias que no
sean disponibles (art. 2 RDAC y 2 LA). Por tanto, solo las materias que sean
de libre disposición pueden ser objeto de este tipo de arbitraje.

2º.- Es un sistema alternativo a la jurisdicción, también de tipo hetero-


compositivo, para la resolución de conflictos individuales (incluso aunque
sea colectivo). Por este mecanismo, un tercero, el órgano arbitral (unipersonal o
colegiado) decide la controversia entre las partes por medio de un Laudo,
que tiene “carácter vinculante y ejecutivo para ambas partes”, exactamente
igual que una sentencia judicial firme, sin necesidad de que sea confirmada
por una instancia ulterior. No obstante, como en todos los arbitrajes, el
órgano arbitral tiene solo potestad declarativa no ejecutiva.

3º.- Es un arbitraje institucional-administrativo: Las entidades encargadas de


la gestión del arbitraje de consumo son las Juntas Arbitrales de Consumo, que
son de carácter administrativo, siéndoles de aplicación en lo no previsto
expresamente en esta norma, la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen
Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo
Común (art. 3.2 RDAC). También forman parte de la organización del sistema
arbitral la Comisión de las Juntas Arbitrales de Consumo, el Consejo General
del Sistema Arbital de Consumo, órganos introducidos por el RDAC de 2008,
que no existían en la regulación anterior y que están adscritos funcionalmente
al Instituto Nacional del Consumo y los órganos arbitrales, que depende
funcionalmente de la Junta Arbitral.

4º.- Es un sistema voluntario: Sólo procede el Arbitraje cuando ambas partes


en litigio formalizan el convenio arbitral, es decir, cuando manifiestan su
voluntad de someterse al Arbitraje de Consumo. El convenio arbitral debe
constar expresamente por escrito, por vía electrónica a través del procedimiento
previsto en el capítulo V, sección primera RDAC, o por cualquier otro medio
que permita tener constancia de la solicitud y su autenticidad (art. 34 RDAC).
La nueva regulación recoge lo establecido en el art. 9.3 LA). Por otro lado,
conforme al artículo 9.1 LA el convenio arbitral “deberá expresar la voluntad de
las partes de someter a arbitraje todas o algunas de las controversias”.

Por tanto, ni el consumidor ni el profesional o empresario reclamado están


obligados a acudir al Arbitraje de Consumo para solucionar sus conflictos.
106 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

5º.- Sus trámites procedimentales son sencillos y accesibles, porque están


regidos por los principios de inmediatez, concentración y rapidez, pero sin
que por ello, dejen de ser exigibles los principios básicos inherentes a todo
proceso, de audiencia, contradicción e igualdad entre las partes (art. 41
RDAC), por ser estos procesos arbitrales una alternativa a la jurisdicción. En
caso de que se vulneren los principios del proceso arbitral se puede utilizar la
acción de anulación frente al laudo arbitral para hacerlos valer.

6º.- Rápido: Para resolver un caso, el órgano arbitral (unipersonal o


colegiado), no puede tardar más de seis meses desde el día siguiente al inicio
del procedimiento arbitral, pudiendo ser prorrogado por el órgano arbitral
mediante decisión motiva, salvo acuerdo en contrario de las partes, por un
periodo no superior a dos meses ( art. 49 RDAC).

7º.- Imparcial: Los árbitros actuarán en el ejercicio de su función con


independencia, imparcialidad y confidencialidad. Con esa finalidad, no podrán
actuar como árbitros quienes hayan intervenido como mediadores en el mismo
asunto o en cualquier otro que tuviera relación estrecha con aquel. En estos
casos el propio árbitro se debe abstener, y si no las partes le pueden recusar
(art. 22 RDAC).

La recusación suspenderá el curso del proceso arbitral de consumo mientras


no se haya resuelto, ampliándose el plazo para dictar el laudo por el tiempo
que haya durado la suspensión y en su caso, el tiempo que haya durado la
repetición de las actuaciones practicas por el nuevo órgano arbitral designado,
que en ningún caso puede ser superior a dos meses.

Se planteará la recusación en el plazo de diez días desde la fecha de


notificación de la designación del órgano arbitral o desde el conocimiento de
cualquier circunstancia que dé lugar a dudas justificadas sobre su imparcialidad
o independencia. Planteada la recusación, el árbitro recusado deberá decidir
si renuncia o no a su cargo en un plazo de 48 horas, salvo que se trate del
presidente de la Junta Arbitral, que aceptará la recusación planteada. Si en
ese plazo no renuncia, el presidente de la Junta Arbitral de Consumo, sin
ulterior recurso, resolverá sobre la recusación, previa audiencia del árbitro, y
en su caso, del resto de los árbitros del colegio arbitral.

Estimada la recusación o aceptada, se procederá al llamamiento del árbitro


suplente y a la designación de un nuevo árbitro suplente. El nuevo árbitro
decidirá si continúa el procedimiento iniciado, dándose por enterado de las
actuaciones practicadas o si va a repetir actuaciones ya practicadas.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 107

Si no prosperase la recusación planteada, el recusante podrá hacer valer


de nuevo la recusación al impugnar el laudo por la acción de anulación ante
la Audiencia Provincial del lugar donde se ha dictado el laudo.

8.- Gratuito: Ni el consumidor ni el empresario tienen que pagar nada por


solicitar los servicios del Arbitraje de Consumo. Tampoco las empresas tienen
que pagar ninguna cuota por estar adheridas al sistema Arbitral de Consumo
(art. 41 RDAC). Sólo en determinaos supuestos, cuando el consumidor o el
empresario demanden la práctica de un peritaje, éste deberá ser pagado por
quien lo demanda, si así lo estima el órgano arbitral (unipersonal o colegiado)1.
Lo cual, no quiere decir que no salga caro a la Administración porque las
pruebas propuestas de oficio por el órgano arbitral, serán costeadas por la
Junta Arbitral de Consumo o por la Administración de la que dependa, en
función de sus disponibilidades presupuestarias (art. 45 RDAC).

9.- El arbitraje de consumo es confidencial, es decir, las audiencias no tienen


carácter público, sino privado, a diferencia de la jurisdicción. Debiendo guardar
la confidencialidad no solo los árbitros, sino también los mediadores, las
partes y quienes presten servicio en las juntas arbitrales (art. 22.1 y 41.2 RDAC).

10.- Es un arbitraje de equidad: El arbitraje de consumo es un arbitraje de


equidad, salvo que las partes decidan someterse expresamente a un arbitraje
de derecho (art. 33 RDAC).

En el supuesto de oferta pública de adhesión al Sistema Arbitral de


Consumo, si ésta se hubiera realizado para que el arbitraje se resuelva en

1
Hasta la Ley 60/2003 se añadía la gratuidad, en virtud del apartado 2 de la
Disposición Adicional Primera de la Ley de 1988. Dicho carácter gratuito desaparece en
la Nueva Ley como se desprende del art. 21.2, quedando derogada expresamente por
la Disposición Derogatoria Única la anterior legislación que era el referente supletorio
(ante la ausencia de norma expresa) del Real Decreto. La gratuidad preconizada por
la Ley 36/1988 es radicalmente incompatible con el carácter no gratuito (salvo pacto
en contrario del artículo 21 de la Ley 60/2003). No obstante, seguía siendo gratuito.
Actualmente para que quede claro el artículo 41 establece expresamente su gratuidad.
Hasta la Ley 60/2003 se añadía la gratuidad, en virtud del apartado 2 de la Disposición
Adicional Primera de la Ley de 1988. Dicho carácter gratuito desaparece en la Nueva
Ley como se desprende del art. 21.2, quedando derogada expresamente por la Disposición
Derogatoria Única la anterior legislación que era el referente supletorio (ante la ausencia
de norma expresa) del Real Decreto. La gratuidad preconizada por la Ley 36/1988 es
radicalmente incompatible con el carácter no gratuito (salvo pacto en contrario del artículo
21 de la Ley 60/2003). No obstante, seguía siendo gratuito. Actualmente para que quede
claro el artículo 41 establece expresamente su gratuidad.
108 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

derecho, salvo que el consumidor o usuario en su solicitud haya aceptado


expresamente dicho arbitraje, se comunicará este hecho al reclamante para
que manifieste su conformidad con la decisión en derecho. Si no está de
acuerdo, se tratará la solicitud como si fuera dirigida a una empresa no
adherida. Por tanto se emplazará al empresario para que en 15 días manifieste si
acepta o no el arbitraje de equidad (art. 33 RDAC).

Si las partes en conflicto hubiesen optado por un arbitraje de Derecho, los


miembros del órgano arbitral colegiado deberán ser licenciados en
derecho2. Sin embargo, si el arbitraje es de equidad, salvo el presidente del
colegio arbitral que debe ser siempre licenciado en derecho, los otros dos
árbitros no necesitan tener la citada licenciatura. Sin embargo, los órganos
arbitrales unipersonales serán licenciados en derecho, tanto si resuelven en
derecho como si lo hacen en equidad (art. 19.3 RDAC).

11.- Otra característica del Sistema Arbitral de Consumo es la unidireccio-


nalidad. Es decir, que el procedimiento sólo puede ser puesto en marcha a
instancias del consumidor y nunca del empresario, aunque, a lo largo del
proceso, el empresario puede plantear cuestiones o pretensiones que estén
directamente vinculadas con la reclamación.

IV. DELIMITACIÓN SUBJETIVA DEL ARBITRAJE

De la finalidad del arbitraje se deduce que las partes legitimadas en el


arbitraje de consumo son: el consumidor o usuario, por un lado, y el empresario,
profesional o prestador de servicios contra quien se dirige la reclamación.

4.1. Legitimación activa

Hay que acudir a la LGDCU, para definir a un consumidor o usuario,


puesto que el RDAC se dicta en desarrollo del artículo 57.2 de la citada ley y
por tanto parte de aquél concepto. Es consumidor o usuario, la persona física
o jurídica que actúa en un ámbito ajeno a una actividad empresarial o
profesional (sin perjuicio de lo dispuesto en sus libros 3º y 4º). Es decir, el
que interviene en las relaciones de consumo con fines privados, contratando
bienes y servicios como destinatario final, sin incorporarlos, ni directa, ni
indirectamente, en procesos de producción, comercialización o prestación a
terceros (artículo 3, y exposición de motivos LGDCU ).

2
En la regulación anterior se exigía que fueran abogados en ejercicio. Con la
actual regulación es suficiente que sean licenciados en derecho.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 109

Por tanto, teniendo en cuenta que tanto las personas físicas como las
jurídicas pueden adquirir, consumir o utilizar bienes o servicios con distinta
finalidad, se puede hablar de dos tipos de consumidores: consumidor-cliente y
consumidor-final. El consumidor -cliente (no tendrá la condición de consumidor o
usuario conforme al art. 3 LGCU) porque los objetos adquiridos o los
servicios contratados no son para un uso privado. El consumidor-final (verdadero
consumidor y usuario al que protege la ley) que es la persona física o jurídica que
adquiere los bienes o usa los servicios para un fin privado, familiar o
doméstico, no para satisfacer las necesidades de su actividad profesional.

Para la LGDCU, “consumidor final” o “usuario final” son términos


equivalentes en cuanto a su tratamiento jurídico, pero diferentes en cuanto a
su significado material, puesto que los servicios se utilizan mientras que los
bienes se consumen.

Ahora bien, como hemos indicado anteriormente, para que se pueda


utilizar el arbitraje de consumo es necesario que entre consumidor y empresario
haya existido una relación de consumo que es aquella que une a ambos mediante
un contrato, en virtud del cual el consumidor o usuario adquiere un bien o
servicio del empresario o profesional.

4.2. Legitimación pasiva

El legitimado pasivo tendrá por fuerza que ser el otro sujeto de la


relación de consumo. Por tanto, si la legitimación activa la ostenta el destinatario
final del producto o servicio, la legitimación pasiva tiene que corresponder a
quienes ponen éstos directamente a su disposición: el profesional o el
empresario, que pueden ser personas físicas o jurídicas. Se considera empresario a
toda persona física o jurídica que actúa en el marco de su actividad
empresarial o profesional, ya sea pública o privada (art. 4 LGDCU).

Las reclamaciones han de ir formuladas frente a un empresario o


profesional que actúa con finalidad empresarial o profesional, porque en caso
contrario estaríamos ante un arbitraje entre particulares, excluido del sistema
arbitral de consumo. Por lo anterior, no caben reclamaciones arbitrales contra
quien no sea profesional o empresario. Tampoco se puede acudir al arbitraje de
consumo, aún cuando la reclamación la formule un particular frente a un
empresario, si la controversia no tiene su origen en un acto de consumo.

La legitimación pasiva puede operar sobre una única persona física o


jurídica (profesional o empresario) a título exclusivo. Sin embargo, en la mayoría
110 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

de los casos, la legislación especial de consumo establece una responsabilidad


concurrente entre los distintos profesionales o empresarios que participan, de
manera causal, en la producción del daño al consumidor o usuario, incluso
aunque intervenga un tercero (artículos 132 y 133 LGDCU)3.

Se trata de una especificidad del régimen general de las obligaciones


solidarias de los arts. 1137 y ss. CC. En cualquier caso, para que quepa este
sistema, el empresario en régimen de solidaridad o no, tiene que aceptar este
mecanismo de resolución de controversias para que se entienda perfeccionado el
convenio arbitral (como indicaremos en el epígrafe correspondiente al
convenio arbitral). Si no lo aceptara habría que acudir a la jurisdicción.

V. DELIMITACIÓN OBJETIVA DEL ARBITRAJE

5.1. Delimitación positiva

Para la delimitación objetiva hay que tener en cuenta lo dispuesto en el


RD 231/2008, de 15 de febrero, que regula el sistema Arbitral de Consumo y
en la Ley de Arbitraje 60/2003, de 23 de diciembre (en adelante LA).

De estos textos se deduce que las materias que se pueden someter a


arbitraje de consumo son aquellas de libre disposición conforme a derecho
(art. 2.1 RDAC y art. 2.1 LA).

Por tanto, el objeto del arbitraje coincide, con las materias de libre
disposición. A su vez, la disponibilidad, coincide en general, con los derechos y
facultades sobre los cuales es posible transigir (art. 1814 CC).

5.2. Delimitación negativa


5.2.1. Delimitación negativa legal
De lo anterior, se deduce que, no son susceptibles de arbitraje general,
ni de consumo, las materias no disponibles (art. 2.1 RDAC). No son materias de

3
“Las personas responsables del mismo daño por aplicación de este libro lo serán
solidariamente ante los perjudicados. El que hubiera respondido ante el perjudicado
tendrá derecho a repetir frente a los otros responsables, según su participación en la
causación del daño” (art. 132 LGDCU). “La responsabilidad prevista en este libro no se
reducirá cuando el daño sea causado conjuntamente por un defecto del bien o servicio y
por la intervención de un tercero. No obstante, el sujeto responsable que hubiera
satisfecho la indemnización podrá reclamar al tercero la parte que corresponda a su
intervención en la producción del daño” (art. 133 LGDCU).
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 111

libre disposición conforme a derecho, teniendo en cuenta lo anterior, las


siguientes4:

− Las relativas al estado civil de las personas, como nacionalidad,


capacidad, filiación, matrimonio, menores y todas aquellas en que por
razón de la materia o en representación y defensa de menores incapacitados o
ausentes intervenga el Ministerio Fiscal y la relativa a alimentos futuros
al no ser posible transigir sobre los mismos (Artículo 1814 del Código
Civil).
− Las que no puedan ser objeto de contrato conforme al Artículo 1271 del
Código Civil.
− Aquellas cuya disposición por una parte pueda perjudicar a un tercero.
(Artículo 6.2 del Código Civil).
− La acción de cesación.
− No cabe arbitraje sobre una materia por falta de libre disposición, cuando la
decisión que recaiga no afecte exclusivamente a las partes del Convenio
Arbitral, celebrado en el ámbito de la autonomía de la voluntad negociada)
(artículo 1255 del Código Civil), sino a terceros, o al interés o al orden
público (art. 6.2 CC)”.

El "orden público" establece los límites a la autonomía de la voluntad en


atención a intereses generales y por tanto, queda fuera del poder de disposición.

La mayoría de los Tribunales5, consideran que el orden público solo


queda vulnerado si se infringen las normas contenidas en el artículo 24 de la
CE6, por lo que el arbitraje de consumo sería posible siempre que haya convenio
arbitral, y no se vulneren las garantías del artículo 24 CE, ni afecte a terceros
que no han intervenido en el convenio arbitral7.

4
En este sentido AP de Madrid, Sección 10ª, Auto de 16 de octubre de 2007,
recurso 416/2007 (LA LEY 252702/2007), que cita a su vez una Sentencia de 17 de
mayo de 2005 de la AP de Vizcaya.
5
AP de Madrid, sección 11ª, en su sentencia de 22 de junio de 2009 (La LEY
128643/2009) que sigue a su vez la doctrina sentada en la sentencia de la Audiencia
Provincial de Madrid, sec. 12ª, de 17 de junio de 2008.
6
En este sentido la sentencia del tribunal Constitucional 43/1986, de 15 de abril,
señala que el orden público “ha adquirido una nueva dimensión a partir de la vigencia de
la constitución de 1978... impregnado en particular por las exigencias del art. 24”.
7
Audiencia Provincial de Madrid, sección 10ª, Auto de 16 de octubre 2007 (LA
LEY 252702/2007), en esta misma línea AP de Madrid, sección 11, ST de 22 junio
2009 (La Ley 128643/2009). Para estos tribunales cabría el arbitraje de equidad en
112 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

Tampoco podrán ser objeto de arbitraje de consumo las materias que versen
sobre: intoxicación, lesión muerte o aquéllos en que existan indicios racionales
de delito, incluida la responsabilidad por daños y perjuicios directamente
derivada de ellos, conforme a lo previsto en el artículo 57.1 LGDCU (art.
2.2. RDAC).

De esta manera se aclaran las materias que actualmente pueden ser objeto de
arbitraje, evitando problemas interpretativos (que sí se plantearon en la
anterior regulación8).

5.2.2. Delimitación establecida en la oferta pública de sumisión a arbitraje o


en la aceptación del empresario

Existe la posibilidad de establecer límites objetivos al arbitraje en la oferta


pública de sometimiento a arbitraje o en la aceptación que realice el empresario
(artículos 25 y 26 RDAC).

La oferta pública de sumisión a arbitraje de consumo es una oferta


unilateral de adhesión al sistema arbitral de consumo que hace el empresario o
profesional. De modo que, en el momento en que el consumidor o usuario
presente la solicitud de arbitraje ante la Junta Arbitral se formaliza el convenio
arbitral, si la solicitud coincide con el ámbito de la oferta (art. 24.2 RDAC).

En la oferta pública de adhesión total, el empresario expresará si opta por


que el arbitraje se resuelva en derecho o en equidad, así como, en su caso, el

materia arrendaticia si “al aplicar los árbitros la equidad expresamente pactada por
las partes, no se contraría el orden público o se perjudica el interés de terceros, de
conformidad al artículo 6.2 del Código Civil. Por tanto, el límite de lo que puede ser
objeto de arbitraje puede situarse en aquellas materias que contraríen el orden público
(con este concepto restringido), como establece la jurisprudencia en múltiples ocasiones
“el Auto de la Audiencia Provincial de Barcelona 72/2005, de 16 de Marzo, o la Sentencia
de la Audiencia Provincial de Vizcaya 373/2005, de 17 de Mayo de 2005.
8
En la regulación anterior, se excluían las siguientes materias que desde luego quedarían
comprendidas en el concepto amplio de indisponibilidad, salvo las inseparablemente unidas a
otras sobre las que las partes no tengan dicho poder, que ahora podrán ser objeto de arbitraje.
Las materias excluidas específicamente eran las siguientes: - aquellas en las que concurra
intoxicación, lesiones o muerte o existan indicios racionales de delito (art. 31.1LGDCU). A
estas hay que añadir las que prescribe el art. 2 Ley 36/1988 que son: - aquellas sobre las que
haya recaído resolución judicial firme y definitiva, salvo los aspectos derivados de su
ejecución. - Las inseparablemente unidas a otras sobre las que las partes no tengan poder de
disposición. -Aquellas en las que deba intervenir el Mº Fiscal en representación y defensa de
quienes por carecer de capacidad de obrar o representación legal no pueden actuar por sí mismos.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 113

plazo de validez de la oferta, y si acepta la mediación previa al conocimiento del


conflicto por los órganos arbitrales. En el supuesto de no constar cualquiera de
estos extremos, la oferta se entenderá realizada en equidad, por tiempo
indefinido y con aceptación de la mediación previa (art. 25.1 RDAC).

También caben las ofertas de adhesión limitada por parte del empresario
(art. 26 RDAC).En estos casos, atendiendo al contenido de la limitación, el
presidente de la junta Arbitral podrá aceptar la oferta pública de adhesión
limitada, o no. La nueva regulación, para evitar confusiones en el consumidor,
ha previsto dos distintivos oficiales de adhesión al sistema arbitral de consumo
de las empresas (Anexos I y II del RDAC). Uno es similar al que ha existido
hasta ahora para las adhesiones sin limitaciones y otro de iguales características
al anterior pero en el que consta de forma expresa “oferta limitada”. Se prevé
incluso que, atendiendo al contenido de la limitación, el Presidente de la J.A.
puede optar por denegar el derecho a utilizar el distintivo oficial. (art. 28.2.2
RDAC).

En el caso de ofertas públicas de adhesión limitada, en las que se permite


utilizar el distintivo oficial, se exige que las comunicaciones comerciales
deben poner a disposición del consumidor el modo de acceder a la información
sobre el ámbito de la oferta de adhesión realizada (art 28.4 RDAC).

El RDAC no especifica cuál ha de ser el contenido de esa oferta limitada.


Esa indeterminación permite a los empresarios establecer límites de todo tipo al
ámbito de la oferta; por ejemplo, imponer condiciones de tipo procedimental, o
fijar límites sobre la cuantía reclamada o fijar límites territoriales. También podría
establecer límites sobre las materias susceptibles de arbitraje. Sin embargo,
no se consideran ofertas de adhesión limitada al Sistema Arbitral de Consumo
(art. Art. 25.3 REDAC):

− Aquéllas que tengan carácter temporal, siempre que la adhesión se realice


por un período no inferior a un año, o aquéllas que limiten la adhesión a
las Juntas Arbitrales de Consumo correspondientes al territorio en el que la
empresa o profesional desarrolle principalmente su actividad.

− Las que condicionen el conocimiento del conflicto a través del Sistema


Arbitral de consumo a la previa presentación de la reclamación ante los
mecanismos de solución de conflictos habilitados por la empresa o
profesional, siempre que el recurso a tales mecanismos sea gratuito y se
preste información sobre su existencia y modo de acceder a ellos en la
información precontractual y en el contrato.
114 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

La posibilidad de fijar límites objetivos también existe cuando no hay oferta


pública de sometimiento, sino que el consumidor realiza una solicitud de
arbitraje conforme al art. 37.3 b) RDAC). En este caso, la Junta Arbitral de
Consumo notificará la solicitud de arbitraje al empresario reclamado, el cual
“deberá aceptarla o rechazarla”. Ante el silencio de la norma, nada impide que
el empresario haga una aceptación limitada objetivamente.

5.2.3. Delimitación por falta de un elemento esencial en la relación de


consumo: Las controversias no contractuales

Las controversias que tienen un origen no contractual no son susceptibles


de arbitraje de consumo, por la sencilla razón de que no cabe hablar de
consumidor o usuario, faltando uno de los elementos básicos para la utilización
de este sistema de resolución de conflictos. Por ello, los daños extracontractuales
en los que no ha intervenido, ni siquiera en su origen, una relación de consumo9
no se pueden resolver por vía de arbitraje de consumo. El tercero tendrá
derecho a una indemnización ejercitando la acción aquiliana del artículo
1902 y ss. del CC por vía jurisdiccional.

La relación de consumo se define por su origen contractual: hay un sujeto,


que adquiere, usa o utiliza, bienes o servicios de un empresario o profesional.

5.2.4. Delimitación objetiva por el tipo de reclamación: Las reclamaciones


individuales

No cabe ejercitar a través de este sistema heterocompositivo, la acción de


cesación, ni las acciones por “intereses “difusos” a los que se refiere el
artículo 11.3 LEC, o “colectivos” a los que alude el artículo 11.2 LEC.

La regulación actual del sistema arbitral de consumo permite conocer las


reclamaciones individuales o colectivas de consumidores siempre que se
personen los consumidores en el procedimiento arbitral.

9
Por ejemplo, un caso resuelto por la AP de Santa Cruz de Tenerife, de 16 de junio
de 1999 (AC 1999, 6952). La Audiencia Provincial estima el recurso de anulación
interpuesto por Telefónica contra el laudo arbitral en el que se le condena a la retirada del
cable y a la reparación de los daños causados en la fachada del edificio y en la vivienda
de un propietario. Para la AP no cabe el arbitraje de consumo, pues no existe una
relación contractual entre el propietario y la compañía de telecomunicaciones que invade
con el cable el terreno de aquél, causándole unos daños.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 115

A pesar de la denominación que utiliza el RDAC “arbitraje de consumo


colectivo”, la reclamación colectiva sirve para acumular reclamaciones
individuales en un único procedimiento. No es equiparable la reclamación
colectiva del arbitraje de consumo con los “intereses colectivos “a los que se
refiere el artículo 11.2 LEC.

En el arbitraje de consumo colectivo solo existe la legitimación directa o


propia, no cabe la legitimación indirecta representativa que se utiliza para el
ejercicio de los “intereses colectivos y difusos”. Por ello, el laudo arbitral solo
afectará a los consumidores personados en el proceso arbitral y no a otros
afectados por el mismo hecho dañoso que no se personaron. Como consecuencia
de lo anterior, el efecto de cosa juzgada, solo se extiende a quienes fueron
parte en el proceso. El arbitraje de consumo no sirve para obtener reparación
de los daños individualmente sufridos por los miembros de una colectividad
(determinada o determinable) de consumidores si estos no se personan
individualmente10.

Por otro lado, para la utilización del arbitraje colectivo es requisito


indispensable la aceptación por parte del empresario reclamado, pues si éste
se opone al ejercicio acumulado de las acciones, las reclamaciones individuales
habrán de continuar tramitándose por separado.

Ahora bien, si la reclamación versa sobre el mismo presupuesto fáctico, frente


al mismo empresario, y ha afectado a un grupo determinado de consumidores o
usuarios, se resolverán las distintas reclamaciones individuales en un único
procedimiento arbitral de consumo a través del denominado arbitraje de
consumo colectivo, si el empresario reclamado acepta.

No caben acciones de cesación por la vía del arbitraje de consumo. Con


la acción de cesación se pretende obtener una sentencia que condene al
demandado a cesar en la conducta y a prohibir su reiteración futura. Asimismo,
la acción podrá ejercerse para prohibir la realización de una conducta cuando
esta haya finalizado al tiempo de ejercitar la acción, si existen indicios

10
Como indica R. Bonachera Villegas, “El resto de consumidores afectados por
ese mismo hecho dañoso, que no se hayan personado en el procedimiento de arbitraje
colectivo, podrán iniciar tanto un procedimiento arbitral «ordinario» como un proceso
judicial posterior para reclamar sus derechos individuales, no estando vinculado ni el
árbitro ni el órgano jurisdiccional a lo resuelto en aquel procedimiento arbitral acumulado”.
“El Real Decreto 231/2008, la anhelada modificación del sistema arbitral de consumo”,
Diario La Ley, nº 7045, Sección Doctrina, 30 de octubre 2008, año XXIX, Ref. D- 307,
ed. La Ley.
116 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

suficientes que hagan temer su reiteración de modo inmediato (art. 53


LGDCU). Pero la acción de cesación no es materia de libre disposición por
las partes, por tanto está excluida de su ámbito ( ST AP Barcelona de 3 de
noviembre de 2003).

Tampoco cabe ejercitar acciones relativas a “intereses difusos” de


consumidores de imposible determinación, a las que se refire el artículo 11.3
LEC. No puede acudirse al arbitraje, para el ejercicio de este tipo de acciones,
pues el sistema arbitral de consumo sólo es apto para el conocimiento de las
acciones en las que el consumidor está determinado o es determinable.

Tampoco se puede utilizar el arbitraje de consumo para el ejercicio de los


“interes colectivos” a los que se refiere el artículo 11.2 LEC, a pesar de que
la nueva regulación prevé, como novedad, un arbitraje de consumo colectivo.

Este tipo de arbitraje tiene por objeto resolver en un único procedimiento


arbitral los conflictos que, en base al mismo presupuesto fáctico, hayan
podido lesionar los intereses colectivos de los consumidores, afectando a un
número determinado o determinable de estos (art. 56 RDAC).

Por tanto, este tipo de arbitraje colectivo se podría utilizar cuando el mismo
hecho dañoso, haya podido lesionar los intereses de los consumidores o
ususarios, afectando a un número determinado o determinable de éstos, pero
siempre y cuando se persone cada uno de ellos en el procedimiento arbitral.

El procedimiento para el arbitraje de consumo colectivo se rige por las


disposiciones generales del RDAC, pero con las particularidades que introducen
los artículos 56 a 62 REDAC. Es competente para conocer el arbitraje de consumo
colectivo, la Junta Arbitral de Consumo que sea competente en todo el ámbito
territorial en el que estén domiciliados los consumidores o usuarios, cuyos
legítimos derechos e intereses económicos hayan podido verse afectados por
el hecho. Si están domiciliados los consumidores o usuarios en más de una
comunidad autónoma, corresponde a la Junta Arbitral Nacional. (art. 57 REDAC).
Cuando el arbitraje es colectivo no cabe por tanto, sumisión expresa de las
partes en convenio arbitral, ni es válida la oferta limitada territorialmente por
el empresario. Se aplicará imperativamente esta regla de competencia.

En este caso, el procedimiento se iniciará por acuerdo del presidente de la


Junta Arbitral de Consumo competente, de oficio o a instancia de las asociaciones
de consumidores representativas en el ámbito territorial en el que se haya
producido la afectación a los intereses colectivos de los consumidores o de
las Juntas Arbitrales de inferior ámbito territorial.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 117

Adoptado el acuerdo de iniciación de actuaciones, la Junta Arbitral de


Consumo requerirá a las empresas o profesionales para que manifiesten en el
plazo de 15 días desde la notificación, si aceptan someter al Sistema arbitral
de consumo la resolución, en un único procedimiento, los conflictos con los
consumidores, y en su caso para que propongan un acuerdo conciliatorio que
satisfaga total o parcialmente los derechos de los presuntos consumidores o
usuarios afectados.

Si la empresa o profesional no acepta la adhesión al sistema arbitral de


Consumo, se archivan las actuaciones. Si por el contrario se acepta, se notificará
en su caso, a las Juntas Arbitrales de Consumo, procediéndose al llamamiento
de los consumidores afectados para que hagan valer sus legítimos derechos e
intereses individuales en este procedimiento arbitral mediante la publicación
de un anuncio al efecto en el Diario Oficial que corresponda al ámbito
territorial del conflicto. No obstante, el presidente de la Junta Arbitral de
Consumo, adicionalmente, podrá acordar otros medios para dar publicidad al
llamamiento.

La notificación de la aceptación por las empresas o profesionales para


resolver en un único procedimiento arbitral los intereses colectivos de los
consumidores y usuarios afectados, suspende la tramitación de las solicitudes
individuales de arbitraje que tengan su causa en los mismos hechos, salvo
que se hayan iniciado las actuaciones del órgano arbitral, debiendo procederse a
su traslado a la Junta Arbitral competente para conocer el arbitraje colectivo
en el plazo de 15 días desde la notificación de la aceptación.

Por otro lado, el empresario reclamado en una solicitud individual de


arbitraje puede oponer la excepción de estar tramitándose un arbitraje colectivo,
para que el órgano arbitral se inhiba de conocer de esa solicitud individual, y
traslade las actuaciones a la Junta Arbitral de Consumo competente para
conocerlo, dando por terminadas las actuaciones.

En un plazo de dos meses desde su publicación se realizará el llamamiento a


los afectados, y tras el mismo, se designará el órgano arbitral por el presidente
de la Junta Arbitral.

El llamamiento deberá contener el acuerdo de iniciación de actuaciones


del presidente, la indicación del lugar en el que los interesados podrán tener
acceso, en su caso, a la propuesta de acuerdo conciliatorio realizada por las
empresas o profesionales, así como la advertencia de que las solicitudes de
arbitraje de los consumidores presentadas transcurrido el período de dos
meses desde la publicación del llamamiento, únicamente serán admitidas por
118 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

el órgano arbitral, cuando su presentación sea anterior a la fecha prevista para la


audiencia. Además la admisión de estas solicitudes tardías no retrotraerá las
actuaciones.

Transcurridos estos dos meses, se inicia el plazo de seis meses para dictar
laudo por el órgano arbitral.

De esta regulación se deduce que solo existe la legitimación directa o


propia para intervenir en el proceso arbitral. No está prevista (a diferencia de
la LEC) una legitimación indirecta representativa que permita a determinadas
entidades11 personarse en el arbitraje en nombre de los afectados determinados.
Por ese motivo, el laudo dictado solo afectará a los consumidores que se han
personado en este procedimiento arbitral, bien porque han presentado su
solicitud de arbitraje tras el llamamiento, o bien porque esa solicitud que
estaba tramitándose de forma separada, se ha reconducido al arbitraje colectivo
(art. 60.1 RDAC). De este laudo no podrán beneficiarse otros consumidores
afectados por esos mismos hechos, ni el laudo constituye para ellos cosa
juzgada.

Por tanto, y a pesar de la nueva regulación del arbitraje de consumo


colectivo, el ejercicio de los “intereses colectivos y difusos” a que se refiere
la LEC en el artículo 11, apartados segundo y tercero, solo se pueden ejercitar
por vía jurisdiccional.

Teniendo en cuenta que la LEC no regula las relaciones entre jurisdicción


y arbitraje en materia de litispendencia, el ejercicio procesal de las acciones
colectivas o difusas planteadas por las asociaciones de consumidores no impide
que un consumidor individual pueda acudir a la vía arbitral de consumo, en
tanto no se haya producido la situación de cosa juzgada.

5.2.5. Delimitación por la Declaración de Concurso del empresario

La declaración de concurso del empresario va a afectar, a la posibilidad


de acudir al arbitraje de consumo o al procedimiento arbitral que ya se esté

11
La LEC en el artículo 11.2 establece la siguiente legitimación indirecta
representativa: “cuando los perjudicados por un hecho dañoso sea un grupo de
consumidores o usuarios cuyos componentes estén perfectamente determinados o sean
fácilmente determinables, la legitimación para pretender la tutela de esos intereses
colectivos corresponde a: - Las asociaciones de consumidores y usuarios. -A las
entidades legalmente constituidas que tengan por objeto la defensa o protección de
éstos. - Al propio grupo de afectados.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 119

tramitando. Conforme al artículo 52 de la Ley Concursal ( Ley 22/2003, de 9


de julio), los convenios concursales en que sea parte el deudor quedarán sin
valor ni efecto durante la tramitación del concurso, sin perjuicio de lo
dispuesto en los tratados internacionales, mientras que los procedimientos
arbitrales que ya se estén tramitando continuarán hasta la firmeza del laudo.

Por ese motivo, la LGDCU ha establecido en su artículo 58.2 que quedarán


sin efecto los convenios arbitrales y las ofertas públicas de adhesión al arbitraje
de consumo formalizados por quienes sean declarados en concurso de acreedores.
A tal fin, el auto de declaración de concurso será notificado al órgano a través
del cual se hubiere formalizado el convenio y a la Junta Arbitral Nacional,
quedando desde ese momento el deudor concursado excluido a todos los efectos
del Sistema Arbitral de Consumo.

Cuando la Junta Arbitral de Consumo recibe la notificación del auto de


declaración del concurso es cuando se excluye al deudor concursado del sistema
arbitral de consumo. No obstante, si en ese momento el procedimiento arbitral
ya ha comenzado, continuará hasta su finalización, sin que se vea afectado por la
notificación, al igual que sucede con los arbitrajes ordinarios en tramitación en
el momento de la declaración de concurso (52.2 de la Ley Concursal).

A estos efectos se entiende que se ha iniciado el arbitraje cuando


determinada la competencia territorial de la Junta Arbitral de Consumo, el
Presidente de la Junta Arbitral, admite a trámite la solicitud y acuerda la
iniciación del procedimiento arbitral.

El sistema varía según conste o no la existencia de convenio arbitral. Si


consta el convenio el presidente acordará la iniciación del procedimiento
arbitral y ordenará su notificación a las partes. Si no consta la existencia de
convenio arbitral previo o éste no es válido, se dará traslado de la solicitud
de arbitraje al reclamado, dándole un plazo de 15 días para la aceptación del
arbitraje y la mediación previa en los supuestos en que proceda.

Transcurrido dicho plazo sin que conste la aceptación del arbitraje por el
reclamado, el presidente de la Junta Arbitral de Consumo ordenará el archivo. Si
por el contrario el reclamado contesta aceptando el arbitraje de consumo, se
considera iniciado el procedimiento en la fecha de entrada de la aceptación,
debiendo dictar un acuerdo expreso de iniciación del procedimiento (art. 37
RDAC).

En la resolución que acuerde el inicio del procedimiento arbitral constará


expresamente la admisión de la solicitud de arbitraje, y la invitación a las
partes para alcanzar un acuerdo a través de la mediación previa en los supuestos
120 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

en que proceda y el traslado al reclamado de la solicitud de arbitraje para


que, en el plazo de 15 días, formule las alegaciones que estime oportunas para
hacer valer su derecho.

En la regulación anterior, el inicio del arbitraje se producía con la designación


de los miembros del Colegio Arbitral, (art. 10 RD 636/1993). No obstante,
actualmente la designación de los árbitros también podrá realizarse en la
resolución del inicio del procedimiento arbitral (art. 39 RDAC)12.

En el supuesto de que la sumisión del litigio de consumo a arbitraje sea


consecuencia de una cláusula de arbitraje incluida en el contrato celebrado por
un profesional o empresario con un consumidor, los efectos de la declaración
de concurso se regirán por lo establecido en el artículo 61 de la Ley Concursal
conforme al cual, la Administración concursal, en caso de suspensión, o el
concursado en caso de intervención, podrán solicitar la resolución del contrato si
así lo estimaran conveniente al interés del concurso (art. 61.2 Ley Concursal.).

5.3. La ampliación del objeto: La reconvención

A través de la reconvención el empresario puede ampliar el objeto del


arbitraje al introducir una pretensión nueva frente al consumidor convirtiéndose
en reclamante, y sobre la que habrá de resolver el órgano arbitral.

Una de las novedades de la nueva regulación del arbitraje de consumo es que


expresamente se permite la reconvención (artículo 43 RDAC). Anteriormente la
doctrina mayoritaria, la jurisprudencia13 y las Juntas arbitrales venían permitiendo
la reconvención del empresario pero no estaba prevista en la legislación.

12
El artículo 39 RDAC establece que “Admitida la solicitud de arbitraje y
verificada la existencia de convenio arbitral válido, el presidente de la Junta Arbitral
de Consumo designará al árbitro o árbitros que conocerán el conflicto, notificando a
las partes tal designación. La designación de los árbitros podrá realizarse en la
resolución de inicio del procedimiento arbitral.
13
La SAP Navarra 24 diciembre de 1996 se pronunció en este sentido, citando
una línea jurisprudencial que predica una hermenéutica espiritualista conforme a la
cual los árbitros no deben interpretar restrictivamente el contenido de los convenios
arbitrales, sino teniendo en cuenta su conjunto, exigiendo el completo examen de la
relación contractual controvertida. También en este sentido la SAP Castellón 14 noviembre
2001 indica lo siguiente: “la reclamación inicial del consumidor y la posterior
reconvención de la empresa reclamada en solicitud del pago de lo adeudado, proceden,
como resulta incuestionable de una misma causa por lo que no cabe albergar duda alguna
acerca de la procedencia de la reconvención planteada en el proceso que nos ocupa”.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 121

En el ámbito arbitral, la reconvención presenta las siguientes peculiaridades


conforme al artículo 43 RDAC:

1º.- Se puede plantear en cualquier momento antes de la finalización


del trámite de audiencia, y no modificará la competencia del órgano
arbitral designado por el presidente de la Junta Arbitral de Consumo.

2º.- La reconvención sólo procede cuando existe una “conexión por la


causa de pedir” entre la pretensión del empresario y la formulada por
el consumidor demandante, y además se refiera a una materia objeto
de arbitraje conforme a lo anteriormente expuesto.

3º.- La inadmisión de la reconvención se recogerá en el laudo que


ponga fin a la controversia.

4º.- Admitida la reconvención, se otorgará al reclamante un plazo de


quince días para presentar alegaciones y, en su caso proponer prueba,
procediendo a retrasar, si fuera necesario, la audiencia prevista.

5º.- El empresario no puede formular reconvención contra consumidores


no demandantes en la vía arbitral (por su origen voluntario y negocial)
a diferencia de lo que permite el art. 407.1 LEC para el proceso civil.

5.4. Tratamiento Procesal de la falta de competencia objetiva

Conforme al artículo 8.1 RDAC de 1993, “la Junta Arbitral de Consumo,


por medio de su Presidente, no aceptará las solicitudes de arbitraje, procediendo
a su archivo, cuando se trate de las cuestiones a las que se refiere el artículo
2.2 del Real Decreto 636/1993, de 3 de mayo”. Por tanto esta resolución no
era recurrible y cerraba la vía administrativa.

La actual regulación establece que, una vez recibida la solicitud ante la


Junta Arbitral, el presidente ha de analizar la competencia territorial de la Junta
Arbitral, trasladándola, en otro caso, a la Junta Arbitral de Consumo competente,
en el plazo de quince días (art. 37 RDAC), y después si es competente, debe
resolver sobre la admisión a trámite de la solicitud de arbitraje.

Para que se admita la solicitud han de darse los siguientes requisitos:

1º.- Que la materia sea objeto de arbitraje de consumo (conforme al


art. 2 RDAC).
122 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

2º.- Que la petición sea “fundada” (en caso de que no sea fundada, es decir,
si no puede prosperar de ningún modo la pretensión, se inadmitirá a
trámite) (art. 35.1 RDAC)

3º.- Que en la reclamación están afectados los derechos y legítimos


intereses económicos de los consumidores (art. 35.1 RDAC).

En los dos últimos supuestos, la resolución de admisión o inadmisión a


trámite de la solicitud a arbitraje pone fin a la vía administrativa (art. 35.2
RDAC), y constituyen una novedad no prevista en la anterior regulación que
mejora la utilización de este sistema de resolución de controversias evitando
arbitrajes de consumo imposibles.

En cambio, cuando no concurre el primer requisito, la resolución de


inadmisión por ser materia excluida del arbitraje, puede ser recurrida ante la
Comisión de las Juntas Arbitrales de consumo, en el plazo de quince días
desde la notificación del acuerdo que se impugna.

El recurso se puede interponer directamente ante la comisión de las Juntas


Arbitrales de Consumo o ante el presidente de la Junta Arbitral territorial que
dictó la resolución recurrida, en cuyo caso se dará traslado del recurso, a la
Comisión en el plazo de quince días.

Una vez interpuesto el recurso, la Comisión dispone de un plazo máximo


de tres meses para resolver y notificar la resolución. Transcurrido este plazo
sin que recaiga resolución se entiende desestimado el recurso. Esta resolución
pone fin a la vía administrativa (art. 36 RDAC).

En la regulación anterior como hemos indicado anteriormente no estaba


previsto ningún recurso, por lo que el actual RDAC mejora el derecho a la
tutela judicial efectiva por esta vía a los consumidores. No obstante, incluso
después de este trámite previo de admisión, podrá el Colegio Arbitral cuestionar
su competencia objetiva, bien de oficio (art. 22.1 LA), bien a instancia de
parte (Art. 29.1 LA).

Si se llegara a dictar laudo sobre puntos que no puedan ser objeto de arbitraje
de consumo, se podrá instar su nulidad (Art. 41.1.e) LA). En este caso, la
anulación afectará sólo a los pronunciamientos del laudo sobre cuestiones no
susceptibles de arbitraje, siempre que puedan separarse de las demás (art. 41.3
LA).
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 123

VI. DELIMITACIÓN TEMPORAL

Si el convenio arbitral se perfecciona por la solicitud de arbitraje realizada


por el consumidor seguida de la aceptación del empresario, no se plantean
problemas en cuanto a la delimitación temporal. Si por el contrario, existe
una oferta pública de sometimiento a arbitraje, se habrá de indicar el plazo
de validez de la oferta. Si no consta, la oferta se entenderá realizada por tiempo
indefinido (art. 25 RDAC).

Pero también se puede hacer una oferta limitada temporalmente, por un


período inferior a un año (si es superior a un año no se considera limitada
temporalmente art. 25.3 RDAC).

La anterior regulación del arbitraje de consumo (artículo 7 del RD 636/1993),


permitía la revocación del arbitraje en cualquier momento. Con la nueva
regulación se ha mejorado notablemente la delimitación temporal porque tanto
si la oferta se ha emitido con plazo como sin él, se puede renunciar por el
empresario, en cualquier momento, produciéndose la revocación de ese
sometimiento a arbitraje (art. 29 RDAC). Pero para evitar confusiones al
consumidor, la nueva regulación prevé que será eficaz la revocación a partir
de los 30 días naturales desde su comunicación a la Junta Arbitral, salvo que
en la oferta pública se prevea un plazo distinto o al renunciar se establezca
un plazo mayor (Art. 29 RDAC).

Además, desde la fecha en que se produzca la comunicación de la renuncia a


la Junta Arbitral competente la empresa o profesional perderá el derecho a
usar el distintivo oficial. Si la empresa a pesar de la renuncia siguiera utilizando
el distintivo oficial, se entenderá validamente formalizados los convenios
arbitrales en los que concurran las circunstancias previstas en el artículo 24.3
RDAC.

VII. BIBLIOGRAFÍA

- ABELLÁN TOLOSA, L., “El sistema arbitral de consumo”, en Derecho


de consumo, en Tirant Lo Blanch, Valencia 2002.
- BADENAS CARPIO J.M., “El nuevo sistema arbitral de Consumo”, en
Cuadernos Civitas de jurisprudencia Civil, 1993, pp 577-588.
- BLANCO CARRASCO, M., La mediación de consumo en España. Estudio
sobre la práctica de la Mediación de Consumo en España según los
mediadores. Memoria de Investigación, UNAF, Madrid 2001.
124 SUSANA SAN CRISTÓBAL REALES

- BONACHERA VILLEGAS, R. “El Real Decreto 231/2008, la anhelada


modificación del sistema arbitral de consumo”, Diario La Ley, nº 7045,
Sección Doctrina, 30 de octubre 2008, año XXIX, Ref. D- 307, ed. LA LEY.

- BOTANA GARCÍA G.A., y RUIZ MUÑOZ M (Coord.), Curso sobre


protección jurídica de los Consumidores, ed. MC Graw Hill, Madrid 1999.

- BOTANA GARCÍA G.A., “El nuevo texto refundido de consumidores y


usuarios”, en Diario La Ley, nº 6990, Sección Doctrina, 16 Jul. 2008, Año
XXIX, Ref. D-223, Editorial La Ley.

- BUSTO LAGO J.M. (Coord.); ÁLVAREZ LATA, N., y PEÑA LÓPEZ


F., Reclamaciones de consumo. Derecho de Consumo desde la perspectiva
del consumidor, Aranzadi, Pamplona 2005.

- CABAÑAS GARCÍA, J.C., Los Procesos civiles sobre consumidores y


usuarios y de control de las cláusulas generales de los contratos, Tecnos,
Madrid 2005.

- DE LEÓN ARCE, A., y GARCÍA GARCÍA, Mª L. (Coord.), Derechos de


los Consumidores y Usuarios, 2ª ed., Tirant lo Blanch, Valencia 2007, t. II.

- GONZÁLEZ-MONTES SÁNCHEZ, J. L., La asistencia judicial al arbitraje,


ed. Reus 2009.

- GONZÁLEZ LECUONA, Mª M., “El sistema arbitral Español de Consumo


en el marco normativo de la Unión Europea”, La Ley, nº 5984, Viernes, 26
de marzo de 2004.

- HINOJOSA SEGOVIA R., “Tres cuestiones sobre la acción de anulación


del laudo”, en II Congreso Internacional del Club Español del Arbitraje,
Madrid, 18 de junio de 2007.

- LA MONEDA DÍAZ, “La Nueva Ley 60/2003, de Arbitraje, y su incidencia


en el sistema arbitral de Consumo “, en La Ley, nº 6027, jueves 27 de mayo
de 2004.

- LORCA NAVARRETE A. Mª, Comentarios a la Nueva Ley de Arbitraje


60/2003, de 23 de diciembre, Instituto Vasco de Derecho Procesal, 2004.
DELIMITACIÓN SUBJETIVA, OBJETIVA Y TEMPORAL DEL ARBITRAJE… 125

- LORCA NAVARRETE A. Mª, “Los motivos de la denominada acción de


anulación contra el Laudo Arbitral en la vigente Ley de Arbitraje”, en La
Ley, nº 6005, martes, 27 de abril de 2004.

- LORCA NAVARRETE A. Mª, La nueva regulación del arbitraje de consumo


(Real Decreto 231/2008, de 15 de febrero, por el que se regula el sistema
arbitral de Consumo), Instituto Vasco de Derecho Procesal, 2008

- MARÍN LÓPEZ, M. J., “La nueva regulación del arbitraje de consumo: El


Real Decreto 231/2008, de 15de febrero”, en Diario la Ley, nº 6905, año
XXIX, Ref. D-82, ed. La Ley.

- TOMILLO URBINA, J., Práctica arbitral de consumo. Selección de aludos


comentados de la Junta Arbitral de Consumo, Civitas, Madrid 2007.

También podría gustarte