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Libro de Oraciones 1

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NOTA DEL TRADUCTOR 1

ORACIONES PARA LA MAÑANA, EL MEDIODÍA Y LA TARDE 5

EL CRISTIANO CREYENTE SE PREPARA PARA EL CULTO DIVINO. 5

EXHORTACIÓN A LA ORACIÓN DE LA MAÑANA DEL DÍA DOMINGO. 8

ORACIÓN PARA EL DOMINGO EN LA MAÑANA. 9

EL CRISTIANO GUSTOSAMENTE OYE Y APRENDE LA PALABRA DE DIOS LOS


DOMINGOS 11

EL CRISTIANO CREYENTE CONSIDERA EL SÁBADO DIARIO Y ETERNO. 14

ORACIÓN PARA EL DOMINGO EN LA TARDE 17

EL CRISTIANO CREYENTE DA LAS GRACIAS A DIOS DESPUÉS DE OÍR LA PALABRA


DIVINA 19

ORACIÓN PARA EL LUNES EN LA MAÑANA. 22

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE LA BENDICIÓN DE DIOS AL COMENZAR LA


SEMANA. 24

EXHORTACIÓN A LA ORACIÓN DE LA TARDE DEL LUNES 27

ORACIÓN PARA EL MARTES EN LA MAÑANA 31

EL CRISTIANO CREYENTE SE REGOCIJA EN SU REGENERACIÓN 32

ORACIÓN DEL MIÉRCOLES EN LA MAÑANA 38

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS SEPARARLO DEL MUNDO 40

ORACIÓN PARA EL JUEVES EN LA MAÑANA 46

EL CRISTIANO CREYENTE DESEA SEGUIR A JESÚS 48

ORACIÓN PARA EL VIERNES EN LA MAÑANA 53

EL CRISTIANO CREYENTE ORA POR EL ESPÍRITU SANTO 55

ORACIÓN PARA EL SÁBADO EN LA MAÑANA 60

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EL CRISTIANO CREYENTE DA GRACIAS A DIOS AL FINAL DE UNA SEMANA. 61

ORACIONES PARA VARIAS BENDICIONES ESPIRITUALES Y


CORPORALES 67

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE BENDICIONES TEMPORALES, ESPIRITUALES Y


ETERNAS 67

EL CRISTIANO CREYENTE DA LAS GRACIAS A DIOS POR SU SALUD 71

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS SANTIFICAR SU CORAZÓN 74

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS GOBERNARLO Y GUIARLO 77

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE QUE SE ENCIENDA EN SU CORAZÓN EL


VERDADERO AMOR A DIOS. 80

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS IMPLANTAR EN SU CORAZÓN EL AMOR DE


SU PRÓJIMO 83

EL CRISTIANO CREYENTE RECONOCE QUE SOLAMENTE DIOS ES EL SUMO BIEN 87

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS PRESERVAR Y AUMENTAR LA FE QUE HA


SIDO ENCENDIDO EN ÉL 90

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE LA HUMILDAD 93

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE LA MANSEDUMBRE 97

EL CRISTIANO CREYENTE RECONOCE LA CONSTANTE BONDAD DE DIOS 101

EL CRISTIANO CREYENTE CONSIDERA LA FUTURA GLORIA DE LOS HIJOS DE DIOS104

EL CRISTIANO CREYENTE CONFIESA SUS PECADOS A DIOS Y LE PIDE EL PERDÓN107

EL CRISTIANO CREYENTE ORA CUANDO TOMA LA SANTA CENA 111

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE A DIOS DARLE LA FUERZA PARA RESISTIR EL


PECADO 114

EL CRISTIANO CREYENTE DESEA OFRECERSE COMO UN SACRIFICIO A DIOS. 118

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE LA PIEDAD 121

EL CRISTIANO CREYENTE PIDE UNA CONCIENCIA SIN MANCHA 124

LOS PADRES CREYENTES ENCOMIENDAN A SUS HIJOS A DIOS EN LA ORACIÓN 127

LOS HIJOS PIADOSOS ORAN POR SUS PADRES 131

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ORACIONES PARA LA MAÑANA, EL
MEDIODÍA Y LA NOCHE
EL CRISTIANO CREYENTE SE
PREPARA PARA EL CULTO DIVINO.
Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; que esté
yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para
contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su
templo. Salmo 27:4.
Inmediatamente después de la caída en el pecado, Dios, en
su sabiduría, indicó al primer hombre, Adán, que debería
ofrecer sacrificios. Sus hijos, Caín y Abel, tambièn fueron
guiados por su padre a que hicieran lo mismo. Se describe
su sacrificio explícitamente en Gén. 4:3-4. Estos
sacrificios no fueron ofrecidos en silencio; sino los que los
ofrecían confesaban sus pecados, pedían perdón de Dios, y
declaraban su fe en el Mesías venidero, Jesucristo, quien
derramaría su sangre por los hombres así como los
animales ofrecidos en sacrificio. Sí, en esos sacrificios
alababan a Dios por los beneficios que habían recibido de
él, y también proclamaban el nombre de Jehová. Los
patriarcas retuvieron esta forma de culto divino, hasta que
en el desierto Dios mandó que se construyera el arca del
Pacto, el cual después proveyó un patrón para el templo de
Salomón.
Además, en el Antiguo Testamento Dios separó el séptimo
día para el descanso y mandó que se santificara ese día

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antes que cualquier otro. En su significado externo este
mandamiento no concierne a los cristianos del Nuevo
Testamento; porque al igual que otras ordenanzas del
Antiguo Testamento que fueron restringidas a formas,
personas, estaciones y lugares específicos, esto también es
un asunto completamente externo, y en el Nuevo
Testamento Cristo les ha dado a los cristianos libertad en
todos estos asuntos. Sin embargo, en el ejercicio de
nuestra libertad los cristianos en el Nuevo Testamento
también guardamos días de fiesta y días de descanso,
principalmente el domingo, para que encontremos tiempo y
oportunidad de asistir al culto divino, para reunirnos con
los demás cristianos para oír la palabra de Dios y escuchar
su explicación, y para alabar a Dios con nuestros himnos y
oraciones.
Al llegar un día de esta clase, el cristiano creyente debe (1)
liberar su mente de los asuntos terrenales y dejar su labor.
(2) Debe prepararse con oración para el domingo viene, y
alabar a Dios por las muchas bendiciones que ha recibido
durante la semana. (3) Debe buscar en su Biblia el texto
del Evangelio o la Epístola que será explicado en el sermón
de ese domingo y meditar en él, y de esta manera
prepararse para escuchar con reverencia la palabra divina.

ORACIÓN
¡Dios bondadoso y misericordioso! Vengo en este día ante
tu rostro santo con alabanza y acciones de gracias, porque

6
en tu misericordia me has guardado durante los últimos seis
días, y en tu bondad has bendecido abundantemente el
trabajo de mis manos. Has preservado mi salida y mi
entrada. Me has guardado en todos mis caminos, y me has
mostrado mucha bondad en cuerpo y alma; por todo esto te
alabo y te magnifico con todo mi corazón. ¡Fuera ahora
todo negocio terrenal! ¡Fuera los cuidados! Olvidaré las
cosas del pasado; dejo a un lado la carga de todas mis
labores y ocupaciones, y dirijo mi mente solamente al
cielo, a mi Dios, para regocijarme en él.
O Dios misericordioso, permite que pase este domingo en
tu temor y tu gracia. Guárdame de malos compañeros, para
que Satanás no me impida asistir al culto divino con sus
agentes malignos, y ayúdame a rehusar seguir sus engaños.
Guárdame, para que no pase este día en ocio, indolencia,
pasatiempos y pecados, y así hacerle grave daño a mi alma.
Concédeme tu Espíritu Santo para que oiga y aprenda
gustosamente tu santa palabra hoy. Cuando se predica esta
palabra, abre mi corazón para que preste atención y la
reciba, y la guarde allí como un tesoro precioso. Ayúdame
a edificarme este domingo en mi fe cristiana, y a crecer en
el conocimiento de la verdad. Concede que la palabra que
oiga en la iglesia me cambie y me santifique. A medida
que avance en edad, concede que también crezca en el
hombre interior, en la fe y la piedad. Concédeme gracia
para ser una nueva criatura, y a ser y permanecer un
miembro vivo en el cuerpo de mi Señor Jesús. Concede
que pueda cerrar mi adoración con reverencia y guardar
con cuidado lo que he aprendido. Concédeme gracia para
recordar siempre la palabra que he oído, para que ande,

7
hable, viva y actúe de acuerdo a ella, y así demuestre que
no soy un oidor olvidadizo, sino un hacedor de la palabra.
Concede que de esta forma guarde el sábado todos los días
hasta que tú me lleves al gozo eterno del cielo, al sábado
sin fin, por medio de Jesucristo, mi único Redentor y
Salvador.

EXHORTACIÓN A LA ORACIÓN DE LA
MAÑANA DEL DÍA DOMINGO.

Escucha, oh Jehová, mis palabras; considera mi gemir.


Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío,
porque a ti oraré. Salmo 5:1-2.
Toda nuestra vida debe pasarse en oración y acciones de
gracias. Cada día debemos clamar a Dios en oración por su
bendición, auxilio, asistencia y gracia; y cuando hemos
obtenido lo que hemos pedido, debemos de corazón
devolverle acciones de gracias. Así, al despertarte de tu
sueño en la mañana, cristiano creyente, en primer lugar
levanta tus ojos hacia el cielo. No pienses de inmediato en
tu negocio y tu trabajo; no te apresures tras alguna
ganancia. Primero arrodíllate, da gracias a Dios, y
encomiéndate a su misericordiosa protección. No imagines
que pierdes demasiado tiempo dedicando una breve media
hora en la mañana a la oración, a leer un capítulo de la
Biblia o de algún libro devocional. ¡No! El tiempo que
pasas orando te entregará mil bendiciones en tu trabajo, y
lo que has leído será como miel en la boca todo el día.

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Por tanto, al despertarte y levantarte con salud en la
mañana, considera, (1) que muchos buenos cristianos, que
probablemente son más piadosos que tú, han pasado la
noche en angustia y tristeza, en dolor y enfermedad, en
terror y gran inquietud, mientras que tú no has
experimentado ninguna de estas cosas. Considera, (2) que
otros durante la noche han sufrido desgracia, daño, peligro
y tribulación, mientras que a ti no te falta nada. Da gracias
a Dios por su protección. (3) Pídele a Dios al comenzar la
mañana que te guarde en su gracia durante el día, para que
no cometas ningún pecado contra él o contra tu prójimo
durante el día. (4) También pídele a Dios estar a tu lado
durante el día, para guardarte y bendecirte en tu trabajo
mientras sigues tu vocación. Sí, (5) entrégate a Dios para
que te quedes en su amor durante todo el día, hables de él,
lo tengas en tus pensamientos, y no lo ofendas a sabiendas
y voluntariamente. Finalmente, no dudes que el Señor
escuchará misericordiosamente tu oración y durante el día
te dará y concederá todo lo que sea provechoso y promueva
la salvación de tu cuerpo y alma.

ORACIÓN PARA EL DOMINGO EN LA


MAÑANA.
Señor, escucha temprano mi voz. En la mañana vendré
ante tu presencia para escucharte, oh Dios misericordioso.
Tú eres digno de recibir alabanza, gloria y honra. ¿Quién
no te temerá, oh Rey de las naciones; quién no te honrará,
oh Padre amante? Vengo ante ti a esta hora de la mañana
para agradecerte humildemente porque durante esta noche

9
has sido una defensa para mí y los míos, y otra vez me has
renovado tu bondad y fidelidad. Quédate conmigo y
protégeme hoy también en todos mis caminos. Concédeme
que este día en particular sea de edificación y de refrigerio
para mi alma. Conforme a tu amor y misericordia has dado
a los hombres tu palabra preciosa, y has ordenado que sea
proclamada públicamente. Ilumina, santifica e instruye mi
alma para que pueda acumular tesoros que me consuelen en
el peligro y la muerte, en cruces y tribulaciones, y que ni la
polilla ni el orín puedan corromper, ni los ladrones entrar a
robarlos.
Estoy contento porque tengo tu promesa de que entraremos
en la casa del Señor, y que mis pies estarán dentro de tus
muros, oh Jerusalén. Una cosa he pedido a Jehová, ésta
buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de
mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para
inquirir en su templo. Dios mío, me deleitaré hoy oyendo
tu palabra, siendo edificado en ti, cantando himnos de
alabanza y acciones de gracias a tu gloria, orando
fervientemente, y ofrendándote mi corazón. ¡Cuán
amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Mi
alma se regocija en el Dios vivo.
Concede que no sea un oidor olvidadizo, sino que me
convierta en un hacedor de la palabra. Abre mi corazón
como lo hiciste con el corazón de Lidia para que reciba con
gozo la semilla de tu palabra. Luego sella mi corazón para
que Satanás no me robe tu palabra. Concede que hoy
ponga un firme fundamento para mi fe cristiana, para el
conocimiento de Jesucristo, mi confianza, para mi caridad,

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para negarme a mí mismo, para no seguir al mundo.
Concede que medite en tu palabra durante toda la semana,
que la practique y produzca buenos frutos. Guárdame
contra las tentaciones para que no sea arrastrado a las
prácticas pecaminosas del mundo cuando Satanás me
ataque con sus instrumentos, y así traiga sobre mí una
terrible maldición, que podría oprimirme durante toda la
semana. Dígnate aceptar mi adoración en la iglesia y en la
casa, mi orar, mi oír, mi leer y cantar. Sé tú mismo, Jesús,
mi Maestro, para que crezca el hombre interior; mora en mí
por la fe hasta que sea inseparablemente unido contigo
arriba. Amén.

EL CRISTIANO GUSTOSAMENTE OYE Y


APRENDE LA PALABRA DE DIOS LOS
DOMINGOS
¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los
ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los
atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios
vivo. Salmo 84:1-2
La palabra de Dios es el tesoro más grande que Dios ha
dado a los hombres en la tierra; porque la palabra de Dios
es la palabra de vida para los pecadores perdidos; nos saca
del pecado a la justicia, de la muerte a la vida. Además,
Dios nos ha mostrado en esto su favor, que ha ordenado el
santo oficio del ministerio, para que su palabra pueda ser
proclamada y explicada en público a todos los que se
reúnen para oírla. Dios ha prometido dar una bendición

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especial a la predicación pública de su palabra. Todos los
que oyen con reverencia la palabra compartirán esta
bendición.
Cuando llegue el día que la iglesia cristiana ha escogido
para la predicación pública de la palabra, el cristiano no
debe solamente dejar de trabajar y estar ocioso; la gente
que no es cristiana también puede hacer esto. El cristiano
tiene que tener por su principal preocupación escuchar y
aprender la palabra de Dios. En cualquier momento en que
las personas se ocupan de escuchar y aprender la palabra de
Dios, se está guardando un verdadero día de descanso. Si
esto no se hace, no se puede llamar el día un día de
descanso cristiano.
Ya que estas cosas son así, el verdadero cristiano debe (1)
tener cuidado de no pasar el día en flojera y ocio. (2)
Debe tener cuidado de no dedicar el día a excesos,
borracheras e indecencias. (3) Debe tener cuidado de no
omitir el escuchar la palabra de Dios por causa de la
avaricia o frivolidad. Está seguro que mucho depende de
guardar apropiadamente el domingo. Se le da una gran
bendición. ¿Quién sabe por qué tantas personas están bajo
una maldición y están privadas de la bendición de Dios?
Nuestros antepasados solían decir: “A la manera en que
tratan la palabra de Dios, El tratará tu carne y pan.” En
conclusión, después de haber oído la palabra de Dios,
debemos guardarla en un corazón bueno y honesto;
debemos vivir de acuerdo a ella; y al mismo tiempo
debemos reunir una provisión de pasajes bíblicos potentes,

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