Tratamiento Térmicos
Tratamiento Térmicos
Tratamiento Térmicos
TRATAMIENTOS TÉRMICOS
Integrante:
Carlos Peraza
Definición
El tratamiento térmico es un proceso controlado que se utiliza para modificar la
microestructura de materiales, como metales y aleaciones, para aportar propiedades
beneficiosas -mayor dureza superficial, resistencia a la temperatura, ductilidad y*
fortaleza- para la vida útil de un componente.
Templado
El templado o temple radica en el calentamiento a una temperatura específica
que supere el punto de transformación del material con el objetivo de arribar a una
estructura cristalina determinada. Inmediatamente se realiza un enfriamiento con mayor
velocidad para lograr una estructura martensítica, austenítica o bainítica, lo cual
proporciona una gran dureza.
Revenido
En general, luego del templado se efectúa este tratamiento que mejora
exponencialmente la dureza. Si bien el temple arriba a ese cometido, el acero es muy
frágil en este estado y debe ser revenido a una temperatura entre 150° y su punto de
transformación. La variación de temperatura y la duración de este tratamiento sobre el
material influirá en el resultado final en cuanto a resistencia y dureza del acero.
Recocido
Contrariamente a las pretensiones de dureza que proporciona el temple, el recocido
logra un ablandamiento a través del equilibrio en la estructura cristalina que fue
deformada por la exposición al enfriamiento.
Cementación
Consiste en la penetración del carbono en la superficie del material a través del
calentamiento a temperaturas elevadas (900° aproximadamente) en un medio que
propicie la incorporación de carbono en la superficie en función del tiempo.
Generalmente suelen utilizarse medios gaseosos debido a que facilitan un mejor control
del tratamiento.
Nitruración
Consiste en la incorporación de nitrógeno en la superficie del material a través de
una temperatura que oscila los 550° en un medio salino o en una atmósfera de amoníaco
durante un tiempo específico.
Es importante destacar que estas etapas pueden variar dependiendo del tipo de
tratamiento térmico y del material utilizado. Además, es fundamental seguir
procedimientos y parámetros específicos para garantizar resultados consistentes y
controlados.
7. Control del tamaño del grano: Los tratamientos térmicos pueden controlar el
tamaño del grano en los materiales metálicos, lo que puede afectar sus propiedades
mecánicas y su comportamiento ante la corrosión.
Tipos de hornos
En los tratamientos térmicos, se utilizan diferentes tipos de hornos para calentar
y enfriar los materiales con el fin de alterar sus propiedades físicas y químicas. Algunos
de los tipos de hornos más comunes utilizados en los tratamientos térmicos son:
1. Horno de recocido: Este tipo de horno se utiliza para calentar el material a una
temperatura elevada y luego enfriarlo lentamente. El recocido se utiliza para eliminar
las tensiones internas, mejorar la ductilidad y la maleabilidad, y reducir la dureza del
material.
3. Horno de revenido: Después del temple, el material puede ser sometido a un proceso
llamado revenido en un horno especializado. Durante el revenido, el material se calienta
a una temperatura inferior a la del temple y luego se enfría lentamente. Este proceso
reduce la fragilidad causada por el temple y mejora la tenacidad del material.
4. Horno de cementación: En este tipo de horno, el material se somete a un proceso
llamado cementación, donde se expone al carbono a altas temperaturas durante un
período prolongado. Esto permite que el carbono penetre en la superficie del material,
aumentando su contenido de carbono y mejorando su dureza superficial.
Estos son solo algunos ejemplos de los tipos de hornos utilizados en los
tratamientos térmicos. Cada tipo de horno tiene sus propias características y se utiliza
para lograr diferentes efectos en los materiales tratados.
1. Horno de cámara: Este tipo de horno tiene una cámara cerrada donde se coloca el
material a tratar. Puede tener una o varias puertas para facilitar la carga y descarga del
material. Son ideales para tratamientos térmicos de pequeñas piezas o lotes.
2. Horno de túnel: Este tipo de horno tiene una estructura en forma de túnel por donde
se hace pasar el material a tratar. Es utilizado para tratamientos térmicos en línea, donde
el material se mueve continuamente a través del horno.
5. Horno eléctrico: Estos hornos utilizan resistencias eléctricas para generar calor y
alcanzar las temperaturas requeridas en los tratamientos térmicos. Son fáciles de
controlar y mantener, pero pueden ser más costosos en términos energéticos.
6. Horno a gas: Estos hornos utilizan combustibles gaseosos, como gas natural o
propano, para generar calor. Son eficientes y económicos en términos energéticos, pero
requieren un suministro constante de gas.
Estas son solo algunas de las características de los diferentes tipos de hornos
utilizados en los tratamientos térmicos. La elección del horno adecuado dependerá de
las necesidades específicas del proceso y del material a tratar.
1. Dureza Brinell: Se mide mediante una bola de acero endurecido que se presiona
sobre la superficie del material. La dureza Brinell se expresa en unidades de presión
(kgf/mm²) y se calcula dividiendo la carga aplicada por el área de la huella dejada por la
bola.
4. Dureza Knoop: Similar a la dureza Vickers, pero utiliza un penetrador con forma de
pirámide alargada. La dureza Knoop también se expresa en unidades de presión
(kgf/mm²) y se calcula dividiendo la carga aplicada por el área de indotación.
Estos diferentes tipos de dureza permiten evaluar las propiedades mecánicas del
material después del tratamiento térmico, como su resistencia a la deformación, su
capacidad de absorber impactos y su resistencia al desgaste. Cada tipo de dureza tiene
sus propias ventajas y limitaciones, por lo que se utilizan en diferentes situaciones según
las necesidades específicas del tratamiento térmico.
2. Pirómetros: Son instrumentos que se utilizan para medir la temperatura sin contacto
directo con el material. Los pirómetros ópticos o infrarrojos son especialmente útiles en
tratamientos térmicos donde es necesario medir la temperatura en superficies calientes o
en lugares de difícil acceso.
Existen diferentes métodos para medir la dureza de los metales, pero uno de los
más comunes es el ensayo de dureza Brinell. Este ensayo implica presionar una bola de
acero endurecido sobre la superficie del metal y medir el diámetro de la huella
resultante. La tabla de dureza Brinell proporciona valores numéricos que indican la
resistencia del material a la penetración.
Además, las tablas de dureza también pueden ser útiles en el control de calidad y
aseguramiento en procesos industriales. Al realizar pruebas periódicas de dureza en los
productos fabricados, se puede verificar si cumplen con los estándares de calidad
establecidos.
Las tablas de dureza de los metales son herramientas importantes para medir y
comparar la resistencia de los materiales metálicos. Proporcionan información sobre la
dureza relativa de diferentes metales y aleaciones, lo que puede ser útil en la selección
de materiales adecuados y en el control de calidad en procesos industriales.
4. Inspección visual de las piezas metálicas: Antes de normalizar las piezas metálicas,
es importante realizar una inspección visual para identificar posibles defectos o daños
en las mismas. Si se detecta algún problema significativo, se debe informar al
supervisor o responsable correspondiente.
Proceso de temple
El temple es un proceso de tratamiento térmico que se utiliza para mejorar las
propiedades mecánicas de los materiales metálicos, especialmente su dureza y
resistencia. El objetivo principal del temple es obtener una estructura cristalina más
resistente y estable en el material.
4. Revenido: Una vez que el material ha sido templado y enfriado rápidamente, puede
volverse frágil y propenso a la fractura debido a la alta dureza obtenida. Para reducir
esta fragilidad, se realiza un proceso llamado revenido. Consiste en calentar nuevamente
el material a una temperatura inferior al punto crítico, pero por encima de la temperatura
ambiente durante un tiempo determinado. Esto permite que parte de la martensita se
transforme en una estructura más tenaz y resistente llamada troostita.
2. Formación del acero: Una vez que el hierro fundido se ha convertido en acero
líquido, se moldea en diferentes formas según su uso final. Esto puede incluir la
fabricación de barras, láminas, tubos o piezas fundidas.
4. Acabado: Una vez que el acero ha sido tratado térmicamente, puede ser sometido a
procesos adicionales como laminado en caliente o en frío, forjado, estirado en frío o
recocido para obtener la forma y las propiedades deseadas.
El proceso de función del acero implica la producción del material a partir del
mineral de hierro, su formación en diferentes formas y tamaños, tratamiento térmico
para mejorar sus propiedades, acabado y finalmente su uso en diversas aplicaciones.
Proceso de temple en piezas de aceros
El temple es un proceso de tratamiento térmico que se utiliza para mejorar las
propiedades mecánicas de los aceros, como la dureza y la resistencia. Consiste en
calentar la pieza de acero a una temperatura crítica y luego enfriarla rápidamente en un
medio de enfriamiento, como agua, aceite o aire.
4. Revenido: Después del temple, el acero es extremadamente duro pero también frágil.
Para reducir esta fragilidad y mejorar su tenacidad, la pieza se somete a un proceso
llamado revenido. Consiste en calentar nuevamente la pieza a una temperatura inferior a
la del temple (generalmente entre 150°C y 600°C) durante un tiempo determinado y
luego dejarla enfriar lentamente al aire.
2. Calentamiento: Una vez que la pieza está preparada, se coloca en un horno o una
cámara de calentamiento para elevar su temperatura por encima del punto crítico. El
punto crítico es la temperatura a la cual ocurren cambios estructurales en el acero.
5. Revenido: Después del enfriamiento rápido, es común realizar una etapa adicional
llamada revenido para reducir la fragilidad del acero y mejorar su tenacidad. El revenido
se realiza calentando la pieza a una temperatura inferior a la del temple y manteniéndola
durante un tiempo determinado. Esto permite que se produzcan cambios en la estructura
del acero, lo que resulta en una mayor resistencia y tenacidad.