Dinámica Territorial y Procesos de Diálogos en Sierra Norte - 1
Dinámica Territorial y Procesos de Diálogos en Sierra Norte - 1
Dinámica Territorial y Procesos de Diálogos en Sierra Norte - 1
DINÁMICAS Nº 283
Septiembre 2022
TERRITORIALES Y
PROCESOS DE DIÁLOGO
EN SIERRA NORTE DE
PUEBLA, MÉXICO
Varios autores
Cita
García, D., … Rivera, M. 2022, “Dinámicas territoriales y procesos de diálogo
en Sierra Norte de Puebla, México”, serie documento de trabajo N° 283,
programa al que pertenece. Rimisp Santiago Chile.
Autora principal
Daniela García, Doctora en Sociología por la Universidad Estatal de Carolina
del Norte, Magíster en Políticas Públicas y Socióloga por la Universidad de
Chile, Socióloga por la Universidad de Chile. Contacto:
daniela.garciag@gmail.com.
Otros autores
Rodrigo Yáñez, María del Pilar Bernal, Tatiana Aguirre Sanhueza, Alejandro
Marreros, Feliciano Aguilar, Ignacia Serrano, Agustín Rodríguez, Nicolás
Marreros, Cristal Romano y Mario Rivera.
…………………….…………….…………….…………….…………….…………….………
Este documento es el resultado del programa Territorios en Diálogo.
Inclusión y Bienestar Rural, coordinado por Rimisp - Centro
Latinoamericano para el Desarrollo Rural, y fue posible gracias al
financiamiento del International Development Research Center de
Canadá (IDRC). Se autoriza su reproducción parcial o total y la difusión
del documento, sin fines de lucro y sujeta a que se cite la fuente.
2
ÍNDICE
1. Introducción ............................................................................................................................... 5
2. Rasgos generales de la Sierra Norte de Puebla .......................................................................... 6
2.1. Antecedentes socioeconómicos y una interpretación sobre las fuentes oficiales ............... 6
2.2. Estructura productiva y fuentes de ingreso ........................................................................ 9
2.3. Dinámicas de organización y exclusión de mujeres y jóvenes .......................................... 14
2.3.1. Mujeres ..................................................................................................................... 14
2.3.2. Jóvenes ..................................................................................................................... 16
3. Agencia y actores territoriales .................................................................................................. 17
3.1. Actores y organizaciones ................................................................................................... 17
4. Conflictos socioterritoriales ..................................................................................................... 19
5. Percepciones sobre bienestar y calidad de vida ....................................................................... 22
5.1. El bienestar tiene un anclaje familiar y comunitario ........................................................ 23
5.2. El trabajo y los alimentos como fuentes de bienestar .......................................................26
5.3. Sujetos de derecho ............................................................................................................ 27
5.3.1. Tener el apoyo del Estado ........................................................................................ 28
5.3.2. Cerrar las brechas en la desigualdad de género .......................................................29
5.3.3. Ampliar el lugar que ocupan los jóvenes en el territorio ......................................... 31
5.3.4. Promover una igualdad de trato entre los individuos que componen el territorio.. 33
6. Coaliciones territoriales ........................................................................................................... 34
6.1. Origen, características y dinámicas de trabajo de las coaliciones territoriales
conformadas en el marco de Territorios en Diálogo ......................................................... 34
7. Conclusiones ............................................................................................................................ 36
8. Referencias ...............................................................................................................................38
3
Resumen
Palabras clave: Dinámica territorial, bienestar subjetivo, coaliciones territoriales, Sierra Norte
de Puebla.
Abstract
The paper presents a comprehensive description of the Sierra Norte de Puebla in the state of
Puebla, Mexico. For this purpose, its territorial dynamics are analysed, together with the territorial
perception of well-being and quality of life, accompanied by the coalition's dialogue process. This
was supported within the framework of the programme Territorios en Diálogo: Inclusión y
Bienestar Rural. The territorial dynamics described above reveal a territory that is in tension
between traditional ways of life and the arrival of extractive megaprojects, which seeks to position
life projects as an active defence against projects of death, such as mining exploitation. It seems
congruent that the configuration of wellbeing has a family and community anchoring, with the
local social fabric being what enables the development and fulfilment of people. And that work
and food production are interrelated.
Key words: Territorial dynamic, subjective well-being, territorial coalitions, Sierra Norte de
Puebla.
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Introducción
Este documento describe las principales dinámicas territoriales del municipio de Ixtacamaxtitlán,
en la Sierra Norte de Puebla. Este lugar, a pesar de ser el segundo territorio más grande del estado
de Puebla en extensión, es poco poblado en comparación con otras municipalidades del estado,
contando con alrededor de 25 mil habitantes. La actividad principal es la agricultura de
subsistencia y familiar en un contexto de presión hídrica debido a una sequía prolongada durante
los últimos 7 años. En el área existe un proyecto de exploración minera para explotar vetas de oro
y plata en una mina de tajo abierto, el cual ha generado tensiones y fricciones en las relaciones
sociales de las comunidades debido al impacto ambiental del proyecto y las transformaciones en
las prácticas tradicionales que este proyecto podría desencadenar.
Este territorio es parte de otros siete territorios desplegados en cuatro países de América Latina
(México, Perú, Colombia y El Salvador) que forman parte del Programa Territorios en Diálogo:
Inclusión y Bienestar Rural (TED). Este programa se ha ejecutado entre 2019 y 2022, y tiene por
objetivo contribuir a los procesos de diálogo orientados a la conformación de agendas de
desarrollo para el tratamiento de conflictos socioterritoriales y de reflexión en torno a la
centralidad de la agricultura en estos territorios, incluyendo en este proceso la participación de
actores tradicionalmente excluidos, especialmente mujeres y jóvenes, aglutinados en una coalición
social. La construcción y orientación de estas agendas busca impulsar cambios en el bienestar de
la población (Rimisp, 2019).
La experiencia del territorio de Sierra Norte y los objetivos del proyecto se contextualizan en el
hecho que América Latina ha centrado sus modelos de desarrollo, históricamente, en la
explotación de recursos naturales. Sin embargo, en la actualidad, la intensificación de estas
actividades y los consecuentes impactos en las poblaciones donde se extraen dichas reservas, ha
generado tensiones y acciones desde la ciudadanía que cada vez tiene mayor conciencia y
preocupación por el medio ambiente, así como la demanda de sus derechos. Estas dinámicas de
contención ponen de manifiesto proyectos antagónicos que coexisten en los territorios, los cuales
se evidencian en este municipio. A saber, por un lado, el modelo de desarrollo impulsado por el
Estado mexicano junto a las empresas extractivas y parte de la población que adhiere a ellos y, por
otro lado, un modelo de vida alternativo que defiende otra parte de la población y organizaciones
de carácter tanto territorial como extraterritorial, que enfatiza la protección al medio ambiente,
los pueblos originarios y los derechos humanos.
Para abordar los conflictos, Rimisp parte de una perspectiva en que el conflicto es una oportunidad
para mejorar la gobernabilidad y generar inclusión en los territorios (Rimisp, 2020b). A través del
diálogo se promueve la discusión sobre las políticas públicas y los cambios institucionales
necesarios a tratar para abordar las diferentes aristas de un conflicto y/o prevenir su
profundización. Así, el programa TED impulsa la conformación o fortalecimiento de coaliciones
locales, a través de las cuales se espera que se construya una agenda de incidencia que identifique
oportunidades para transformar la calidad de vida conducente a un mayor bienestar en el
territorio.
5
Este documento describe las principales dinámicas territoriales de Sierra Norte de Puebla, que
son el escenario en que se desarrolla el conflicto y en el que se conformó una coalición con actores
locales relativamente diversos. El trabajo territorial se realizó en el contexto de la pandemia del
Covid-19, tiempo en que se logró acordar una agenda para impulsar cambios en su comunidad.
Estas propuestas fueron presentadas a candidatos para el periodo municipal 2021-2024.
En lo que sigue se presenta en primer lugar los principales antecedentes socioeconómicos del
municipio, lo que permite construir una idea del estado de las comunidades asociadas a él.
Segundo, los grupos de interés para el programa, los principales actores y su capacidad de agencia,
con especial énfasis en mujeres y jóvenes. Tercero, se examinan las principales tensiones en el
territorio. En cuarto lugar, se presentan los principales hallazgos en materia de la priorización del
bienestar desde los habitantes del territorio. Finalmente, se sintetiza el trabajo que ha realizado la
coalición territorial.
El municipio de Ixtacamaxtitlán se encuentra en la parte más elevada del territorio serrano, donde
nacen las cuencas de los ríos que abastecen a parte de la sierra. Aunque es el segundo más extenso
de Puebla, al 2020, su población era de 25.319 habitantes, lo que equivale a cerca del 0,4% de la
población de la entidad federativa de Puebla. La población ha decrecido levemente durante los
últimos diez años (INEGI, 2021). Es un municipio rural, disperso y con comunidades de menos de
100 habitantes.
Aunque el municipio tiene una pérdida de población que se concentran en el rango más joven (0
a 14 años), una parte importante de su población son adolescentes y niños. Según el sitio Data
México, el 29,9% de la población tiene 14 años o menos. La tasa de dependencia1 juveniles 54,3%
y la de dependencia de la tercera edad es 27,4%. De acuerdo con el censo de 2020, los habitantes
se distribuyen en 6.425 hogares, con casi 4 miembros cada uno en promedio. Más del 57% de las
personas mayores de 12 años están casadas o en unión libre y un tercio son solteras.
El último censo indica que el 50,7% de la población municipal son mujeres y 49,3% hombres. La
edad mediana es 27 años, es decir la mitad de la población tiene entre 0 y 27 años. La figura 1
muestra la distribución de la población por tramos de edad y sexo.
1 Tasa de dependencia refiere a la proporción de personas dependientes sobre a población activa, que se encuentra en
edad de trabajar.
6
Figura 1. Pirámide demográfica del municipio
Según el último censo (2020), el 10,3% de la población habla alguna lengua indígena, en su
mayoría, náhuatl (98%). En 2015, el 31% de la población se autodenominaba indígena2 (INAPI,
2019) y, según el censo del 2020, es posible identificar 71 localidades con población indígena en el
territorio. Nueve de ellas se encuentran en el área concesionada a la minera.
Es importante matizar lo que muestran estos resultados censales, porque en ellos la población
indígena podría verse disminuida o minimizada en razón de que esta población se identifica por
criterios de auto adscripción. Si se toma en consideración los procesos históricos de explotación,
racismo y marginación que han vivido los pueblos indígenas en Latinoamérica, esto influencia de
manera directa cómo los individuos se identifican a sí mismos. Esta reflexión es parte de las
conversaciones que se han llevado adelante en el propio territorio, y se considera importante de
consignar en este documento.
De acuerdo a fuentes oficiales, el territorio es clasificado con un alto índice marginación. En cuanto
a la situación socioeconómica, el 68,6% se encuentra en situación de pobreza moderada y el 11,7%
en situación de pobreza extrema (INEGI, 2015). La población vulnerable por carencias sociales
alcanzó un 18%, con carencias principalmente vinculadas al acceso a seguridad social, servicios
básicos en la vivienda y rezago educativo. En 2015, la encuesta intercensal reportó que 98,3% de
población vivía con al menos alguna necesidad básica insatisfecha.
2 La principal variable para identificar población indígena era la variable etnolingüística con la cual también se
identificaba si su ubicación correspondía a una localidad indígena. Después del 2010 se incluyó la autoidentificación.
7
Existe un índice de calidad de vida municipal en México que incluye índices de seguridad pública,
de acceso a la educación y a la salud, de bienestar económico y participación electoral. Para
Ixtacamaxtitlán, con cifras al 2015, el índice sugiere un nivel de calidad de vida medio-alto
(segundo mejor nivel en una escala de 4 niveles), con índices de acceso a la educación y a la salud
altos, y nivel de seguridad público medio-alto. En contraste, el índice de bienestar económico del
municipio es bajo (peor nivel de 4) (INE, 2017).
En términos de educación formal, 11% de las personas mayores de 15 años no completó escolaridad
alguna. Cerca de dos tercios de la población (64,5%) tiene únicamente la básica completa, 19,6%
completó la media superior y menos de 5% completó la educación superior. El 13,1% de la
población es analfabeta, con un sesgo de género tal que el 59.3% son mujeres y 40,7% hombres.
Básica 64,5
Superior 4,7
No especificado 0,1
En términos del acceso a la salud, en 2020, la proporción de personas afiliadas a servicios de salud
del municipio fue de 84% (INEGI, 2021). Entre ellas, 9 de cada 10 están afiliadas al Instituto de
Salud para el Bienestar, organismo descentralizado que provee salud a quienes no tuvieran
seguridad social por parte del IMSS o el ISSSTE, las otras dos instituciones públicas del Sistema
Nacional de Salud. En el municipio las personas cuentan con un Hospital Comunitario
Ixtacamaxtitlán, además de Centros de Salud Rurales de Núcleo Básico y Unidades Médicas
Rurales3.
En términos de carga de pacientes por cada personal de salud, las cifras han mejorado en las
3Rural de Núcleo Básico: Centros de Salud El Mirador, Huixocolotla, La cañada, La Unión. Unidades
médicas rurales: Las Chapas, Xalcomulco, Zaragoza (Ixtacamaxtitlán), Mexcaltepec, Analco (Chancuagco).
8
últimas décadas. En 2005 y 2010, un(a) médico tenía en promedio 930 pacientes, cifra que se
redujo hasta 817 en 2015. También se redujo el promedio de habitantes por personal médico en
contacto con pacientes, cayendo desde 474 en 2005 a 371 en 2015.
Estas cifras también deben ser entendidas en el contexto territorial. El buen puntaje en acceso a
educación y salud se corresponde por la concentración de los servicios ubicados en el municipio,
en territorio urbano. Ahora bien, en el trabajo realizado en el territorio se considera que estas
cifras distorsionan la realidad que viven las comunidades rurales, alejadas del municipio por la
mala calidad de los caminos. Es importante incluir esta observación porque permiten reflexionar
sobre los límites de las cifras oficiales. La falta de servicios de salud y educación son una de las
principales razones que tienen las personas en los territorios rurales para migrar, lo que explica
en gran medida el despoblamiento.
Finalmente, otros factores que afectan la calidad de vida del territorio incluyen la situación de
vivienda y servicios básicos. En el municipio de Ixtacamaxtitlán, el 20% de las personas no tienen
acceso a alcantarillado, 4,4% no cuenta con red de suministro de agua, 3,27% no tiene
baño/servicio sanitario y 2,1% no tiene acceso a energía eléctrica. Entre las viviendas, 30% accede
a agua entubada, 84,6% a tinaco y 15,4% a cisterna o aljibe. En cuanto a la conectividad dentro de
las viviendas, tan solo el 8% de las viviendas tiene acceso a internet, 6.3% dispone de una
computadora y cerca del 70% dispone de teléfono móvil.
Según el último censo, la población económicamente activa alcanza 64,5% de las personas
mayores de 12 años, con una distribución aproximada de 60/40 porciento hombres/mujeres. Del
35% no activo, 58% se dedica a “quehaceres de su hogar”, es decir, trabajo reproductivo no
remunerado.
9
Figura 3. Población de jóvenes económicamente activa al 2019.
Fuente: INEGI, 2019. Panorama sociodemográfico de Puebla 2015. Encuesta Intercensal INEGI.
10
La Sierra Norte de Puebla es el área de producción forestal más importante del estado (Barrón,
2017) La actividad silvícola se realiza en los bosques templados húmedos y subhúmedos que
existen en el área, sin embargo, esta se realiza a pequeña escala. Aunque en los últimos años el
municipio ha sufrido un proceso muy fuerte de deforestación, sigue contando con grandes zonas
boscosas dispersas por todo el territorio, sobre todo en los lugares más inaccesibles. Dentro del
tipo de árboles que se identifican están los bosques de pino, oyamel y táscate.
En cuanto a otros rubros productivos, en las comunidades de Santa María y Zacatepec, existen
reservas de oro y plata dispersas en el subsuelo, lo que ha dado lugar a un proceso de exploración
por la minera canadiense Almaden Minerals, a cargo de la subsidiaria local Minera Gorrión, que
proyecta una faena extractiva de gran escala a tajo abierto. Esto ha sido foco de conflicto, pues
existe una sobreposición entre el área del proyecto y las tierras pertenecientes a las comunidades
indígenas locales, conflicto que se profundiza en la sección 3.
Producto de las sequías, las comunidades enfrentan un serio problema de escasez de agua,
especialmente en las localidades más altas. La sequía prolongada ha puesto en riesgo los medios
de vida de los habitantes de estas localidades según relatan entrevistados por Rimisp en el
territorio (Rimisp, 2021).
11
siniestros aumentó 45% entre el primer trimestre de 2020 y primer trimestre de 2021, dañando
2.793 hectáreas, de acuerdo a cifras la Secretaría de Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y
Ordenamiento Territorial4.
El ingreso per cápita mensual en Ixtacamaxtitlán (2015) alcanzaba 76.642 pesos mexicanos 5 en
promedio, y 9,5% de la población tiene ingresos iguales o menores al 50% de la mediana de ingreso
municipal. El índice de Gini (2015) del municipio es relativamente bajo, alcanzando 0,351.
En el mismo sentido, el ingreso mensual corte del primer quintil de trabajadores con actividades
agropecuarias es nulo, en cambio para el primer quintil de personas con actividades no
agropecuarias alcanza 2.132 pesos mexicanos10 (INEGI, 2015).
La actividad productiva del territorio, como ha sido mencionado, está mayoritariamente vinculada
al sector primario. Hay personas ocupadas en comercio o manufactura, pero corresponde
principalmente a una estrategia de diversificación de ingresos para la subsistencia. Los programas
federales Progresa, Prospera y Oportunidades fueron una fuente de ingreso importante para las
familias los últimos 20 años, muchas veces en esquema de programas de transferencia
condicionada a la escolaridad. Ahora también lo es el programa Sembrando Vida, que consiste en
apoyo económico con el objetivo de sembrar y plantar árboles (frutales o maderables) en sus
predios.
12
Recuadro 1. Situación actual e impactos del COVID.
Sin embargo, la tasa de letalidad es muy alta, con una cifra cercana al 34% y 22 defunciones
acumuladas hasta diciembre 2021. Desde diciembre de 2020 se inició la fase de segunda dosis
de vacunación para mayores de 60 años, tras haber puesto a disposición universal la primera
inoculación a mayores de 18. También se ha avanzado en vacunar con primera dosis a menores
entre 12 y 14 años con comorbilidades y entre 15 y 17, de manera general11.
La pandemia impuso una serie de medidas restrictivas que tuvieron un fuerte impacto
económico en México y el estado de Puebla. Si bien las mismas personas reconocen que la
situación en las comunidades es más estable que en las ciudades, pues dependen de su
producción agrícola, la situación económica de los hogares ha empeorado. La pandemia ha
significado una mayor presión a la situación económica pues familias completas o miembros
de familia que habían migrado hacia las ciudades en busca de oportunidades laborales ha
regresado, pero el retorno no ha estado aparejado de una reactivación económica. Las
oportunidades laborales ya eran bajas antes de la pandemia y durante la pandemia los puntos
de compra-venta de sus productos han sido afectados por las restricciones tomadas.
Como reacción a los efectos socioeconómicos de la pandemia, existen 5 tipos de créditos que
se otorgaron desde el gobierno federal, con un solo crédito cobrado en Ixatacamaxtitlán al 30
de junio del 2021, el de Mujeres Solidarias. Este consiste en otorgar créditos “para personas
físicas que sean mujeres, mayores de 18 años y se encuentren incorporadas en alguno de los
regímenes fiscales RIF o RAE activo. Además, no deben encontrarse inscritas en el buró de la
UDP, ni haber recibido el apoyo económico del programa en el ejercicio fiscal 2020” (Data
México, 2021).
Mujeres12
En la región, la tierra se divide en pequeños propietarios y ejidos, donde los varones son
mayoritariamente los propietarios, ya que tradicionalmente son ellos quienes heredan los predios.
En relación a los medios de vida, se observan dinámicas de género distintas según la generación
de las parejas. Así, entre las parejas mayores de 60 años, se acostumbra que los hombres trabajan
la tierra mientras las mujeres se ocupan de las labores domésticas y de cuidado, además de prestar
apoyo en las tareas de campo a sus maridos y la recolección de leña. En cambio, en las parejas más
jóvenes, hay menos hombres que se dedican a la agricultura, ya que han pasado a realizar
actividades vinculadas a las ciudades, como obreros, albañiles o taxistas.
En ambos casos, las mujeres se ocupan de las tareas domésticas y de cuidado, y en paralelo realizan
actividades que generan ingresos, lo que es visto como una “ayuda” a los maridos. Estas
actividades incluyen emprendimientos –como la venta de alimentos, negocios en sus hogares– o
trabajos temporales presentes en el territorio, en el caso de las mujeres que han terminado la
secundaria. Quienes no han tenido acceso a educación superior y sus responsabilidades familiares
se lo permiten, se emplean como trabajadoras domésticas en la ciudad. En los casos en que las
mujeres han logrado mayores niveles educativos, tienden a trabajar fuera de sus comunidades.
Otra fuente de ingresos para las familias está asociada a los programas de apoyo, los que canalizan
los recursos a través de las mujeres basándose en estereotipos de género como, por ejemplo, que
ellas “son más responsables”. Sin embargo, estos han fomentado que las mujeres asuman nuevas
responsabilidades que no se visibilizan como trabajo, ya que se entienden como “actividades
voluntarias”, pero que condicionan el otorgamiento de los recursos. Esas tareas incluyen el aseo
de las escuelas y clínicas, y asistir a reuniones, lo que se registra como faenas. El principio
contradictorio de esta “inclusión” es que para recibir los recursos se debe “pertenecer a la
exclusión” o “grupo vulnerable”, por lo que la única forma de ser incluido es la exclusión previa.
12 La información utilizada para este apartado ha sido obtenida del documento interno del proyecto, “Caracterización
general del territorio” desarrollado por Dra. María Eugenia Ibarrarán Viniegra, Directora del IIMA y Dra. Valentina
Campos Cabral responsables de ejecución del proyecto TED durante el año 1, de la Universidad Iberoamericana de
Puebla. La información se produjo a partir de entrevistas con actores del territorio y reflexiones del equipo.
14
participación equitativa en el territorio. La sobrecarga de labores domésticas es el principal factor
en la falta de tiempo de las mujeres para participar en actividades que contribuyan en desarrollar
otras habilidades y capacidades que les brinden oportunidades, situándolas en contextos que
estratégicamente fortalecen el empoderamiento. Las mujeres jóvenes participan en mayor medida
que las mujeres adultas, debido a que, en las parejas jóvenes, los maridos están menos presentes
en el territorio por motivos laborales, mientras que, en las parejas de mayor edad, los hombres
participan más en representación del hogar.
En el territorio persisten los prejuicios raciales. No se acostumbra a que las personas puedan vestir
sus ropas tradicionales en las ciudades y lugares de trabajo, a riesgo de ser discriminados. El
idioma nativo tampoco es considerado, pues no se traducen los letreros e indicaciones escritas, ni
se cuenta en dependencias públicas con personal bilingüe que pueda auxiliar a la población
indígena, de requerirlo. En la misma línea, es difícil que hombres o mujeres indígenas puedan
ocupar cargos públicos fuera de las autoridades locales y municipales. Y las mujeres, además,
tienen barreras a escala comunal.
La mayoría de las autoridades comunitarias son hombres, quienes comúnmente toman las
decisiones y generalmente son quienes participan en las discusiones públicas. Los programas
gubernamentales y/o de organizaciones de la sociedad civil en capacitación y empoderamiento de
mujeres en el territorio ha fomentado que se comiencen a nombrar mujeres para cargos
comunitarios y ejidales, pero es un proceso incipiente. Las mujeres, en tanto, normalmente
ocupan puestos a nivel comunitario asignados por los roles de género y de menor jerarquía social,
como secretarias, vocales, tesoreras, o en comisiones de limpieza y cuidados de la iglesia y
sacerdotes o comisiones de padres de familia. Los cargos en obras civiles o de agua potable están
ocupados principalmente por los hombres.
Las mujeres rurales en el territorio no son quienes lideran la organización de las instituciones
comunitarias, pero desempeñan un papel de “hacedoras”, es decir, desarrollan actividades
prácticas que tienen la función de replicar los roles de género definidos y resolver necesidades,
promovidas por valores culturales. Ejemplos de esto es su participación en actividades de la
iglesia, los comités de escuela, obras y programas, en los que la función es avalar y cumplir con
ciertos requisitos que se definen externamente, como el propio municipio, estado o federación.
Los conflictos a raíz de estos megaproyectos han afectado la socialización comunitaria, aspecto
que impacta en la vida de las mujeres pues son ellas quienes mayormente organizan las actividades
comunitarias como los festejos comunitarios, las fiestas patronales, la preparación de alimentos
escolares (desayunos calientes), los eventos de clausuras y celebración de quince años.
Quienes se involucran en la defensa del territorio no solo ven aumentada su carga de trabajo y
responsabilidades, también deben enfrentar la sanción social al ser etiquetadas de “chismosas”
por quienes no están de acuerdo con las acciones emprendidas.
Jóvenes13
Una situación que estructura el territorio es la falta de oportunidades laborales para los más
jóvenes. Cuando se ocupan, en una parte del tiempo acceden a trabajos temporales prestando
apoyo en tareas del campo. Esto forma parte de la colaboración de todos los integrantes de la
familia campesina a las actividades de sustento y reproducción de la unidad familiar. Ahora bien,
muchas veces esas actividades son limitadas por las presiones de tierra o las restricciones
presupuestarias. Así, ante la falta de oportunidades laborales, las personas jóvenes optan por
migrar de sus territorios hacia las ciudades en busca de empleo y/o con aspiraciones de continuar
estudios superiores, para lo que también deben asentarse en los centros urbanos.
Se han identificado dos consecuencias de la pandemia en torno a la juventud del territorio. Por un
lado, hay jóvenes que han abandonado o no han podido continuar con sus estudios, debido a las
dificultades de conexión, lo que afecta fuertemente sus oportunidades laborales a futuro. Por otro
lado, la desocupación de persona jóvenes ha aumentado (por pérdida de empleo y retorno de
quienes habían migrado hacia las ciudades), lo que implica un cuestionamiento fuerte sobre el
provenir de sus biografías y muchas veces tensiona las relaciones familiares.
Además, las y los jóvenes tienen una menor participación en distintos espacios de discusión y
representación. Hay miradas contrapuestas sobre las razones de su baja participación,
apuntándose por un lado a la falta de interés de los propios jóvenes y poca integración a los
espacios. Por otro lado, hay quienes apuntan a los adultos como responsables por no abrir los
espacios suficientes para que las personas jóvenes participen y tomen decisiones, junto a un exceso
de expectativas sobre sus capacidades e intervenciones debido a sus mayores años de escolaridad.
13 Este apartado se ha redactado con la información tomada de conversaciones y talleres con el equipo de CESDER.
16
Agencia y actores territoriales
En Sierra Norte se encuentran dinámicas de conflictos latentes y manifiestos con distintas
intensidades. Los resultados de las entrevistas realizadas en el marco del Programa señalan que
estas dinámicas de conflictos inciden en la valoración del capital social. Los resultados muestran
que, en general, el capital social de eslabón (relacionado a la vinculación entre grupos
heterogéneos en diferentes posiciones de poder) es el que es menos valorado y presenta mayor
dispersión, en comparación a los de unión (vínculos entre individuos de identidades compartidas)
y puente (vínculo entre grupos de identidades diversas con intereses comunes). Lo que hace
sentido considerando los conflictos que se encuentran asociados a megaproyectos y tensiones con
los gobiernos municipales, estatales y federales. Por el contrario, el capital social de unión es el
mayormente valorado.
Los mismos resultados y el equipo territorial, apuntan a que las principales tensiones con las
municipalidades surgen del apoyo de estas dan al proyecto de extracción de minerales, el que tiene
una fuerte oposición por parte de las comunidades. Esto también ha mermado las relaciones entre
familias en las comunidades, debilitando el sentido de comunidad, debido a las diferentes posturas
frente a la minería en el territorio.
Actores y organizaciones
Otro eslabón de la cadena de actores institucionales está vinculado a los servidores públicos del
sector de educación y salud, quienes son muy cercanos a la comunidad por su compromiso
cotidiano, pero también son respetados por su conocimiento y saber técnico.
En este territorio existe una cantidad importante de autoridades agrarias y tradicionales. Algunas
de las autoridades tradicionales son los Jueces de paz, quienes cuentan con el poder del municipio
y tienen bajo su responsabilidad trámites y servicios de registro civil, y administración
comunitaria de obra pública que depende de los recursos de la municipalidad. Este cargo, al igual
que el Inspector de paz, no tiene remuneración y se elige cada tres años. Otras autoridades
tradicionales cercanas a las nombradas son los Mayordomos, Topiles y Fiscales, quienes están
encargadas de las festividades y ceremonias de las comunidades.
De hecho, el ejido de Tecoltemic judicializó el conflicto por el proyecto minero, acusando violación
del derecho a la consulta y libre consentimiento, en el proceso de concesionar su territorio para la
exploración y explotación minera14, obteniendo un fallo favorable. Los ejidos de Cruz de Ocote y
Tecoltemic participan en instancias de asociación de ejidos en donde tienen orientación y asesoría
como la Red Mexicana de Organizaciones Campesinas Forestales (Red MOCAF). También
interactúan con el Registro Agrario Nacional (RAN). Desde estas organizaciones se está impulsado
un proceso de diálogo para la promoción de un plan de ordenamiento territorial regional,
expandiendo lo existente que se planifica desde el municipio.
Entre los actores mencionados, otra dimensión incluye a productores tradicionales. Esto incluye
tanto a los productores de subsistencia como a los productores de pulque y Mezcal (por unidades
económicas campesinas). Existen programas para asociar a productores como “Sembrando vida”
(formas de organización para la producción) y PRODETER (Proyectos de Desarrollo Territorial de
la Secretaría de Desarrollo Rural, SADER), asociaciones de riego, carpinteros, pequeños
comerciantes abarroteros, aquellos que se ocupan de tlapalerías, electrodomésticos y
transportistas. Estos actores tienen cierto poder frente a la comunidad por su capacidad
económica y porque son fuente de empleo, por ejemplo, en talleres de carpintería.
En la zona se encuentran distintos proyectos mineros. Entre ellos, destaca la empresa Minera
Gorrión, filial de la firma canadiense Almaden minerals Ltd. que tiene títulos de concesión en
los municipios de Zautla e Ixtacamaxtitlán. Las concesiones en Ixtacamaxtitlán se ubican en 15
localidades; sin embargo, la minera solo define como zona de afectación directa a la comunidad
de Santa María Sotoltepec y Zacatepec. Por el momento el proyecto minero no ha podido avanzar,
ya que en 2015 el ejido de Tecoltémic, en representación de La Unión de Ejidos y Comunidades,
interpuso un amparo contra las concesiones mineras y la Ley Minera. La Suprema Corte de
Justicia de la Nación (SCJN) por unanimidad otorgó el amparo a Tecoltémic respecto a las
concesiones, las que fueron impugnadas por la violación al derecho a la consulta y al
consentimiento de la comunidad nahua, por lo que quedaron insubsistentes. Sin embargo, en
cuanto a la inconstitucionalidad de la Ley Minera, se rechazó que esta violara el derecho a la tierra
y al territorio de los pueblos indígenas, bajo el argumento de que el objeto de la ley es regular la
actividad minera y no aspectos de la vida social, económica o política de tales comunidades. Ahora
14 Se demandó a la Secretaria de Economía por otorgar las concesiones mineras violando el derecho a la consulta y libre
consentimiento, y al Presidente de la República y Congreso de la Unión por emitir la ley minera. En relación a la
inconstitucionalidad de la ley minera, la querella se realizó en contra de los artículos 60, párrafo primero, 10, párrafos
primero y cuarto, 15 y 19, fracciones I, II, IV, V, VI, VIII y XII de la Ley Minera, porque su contenido es contrario a
derechos reconocidos en la Constitución Federal y en Tratados Internacionales, que protegen las tierras y territorios de
las comunidades y pueblos indígenas. La querella buscó que la SCJN declarara que la ley minera es inconstitucional.
18
se prepara la consulta indígena, que deberá ser realizada por la Secretaría de Economía. El
proyecto minero La Lupe, de la empresa china JDC Minerals, también se encuentra detenido por
conflictos con las comunidades.
La sociedad civil y los actores comunitarios se encuentran caracterizados por los grupos de acción
colectiva asociados a la defensa del territorio. Entre ellas se encuentran los socios territoriales
Centro de Estudios para el Desarrollo Rural – Promoción y Desarrollo Social (CESDER - PRODES)
quien trabaja en Zautla y en Ixtacamaxtitlán. Ellos se articulan con las organizaciones como el
Proyecto sobre Organización, Desarrollo, Educación e Investigación (PODER), el Centro de
Análisis e Investigación FUNDAR, el Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (IMDEC),
y el Consejo Tiyat Tlali (que se constituyó en 2012 y agrupa a 13 organizaciones), quienes trabajan
tanto con comunidades como con la Unión de Ejidos y Comunidades para defender sus derechos
humanos y del territorio.
Otras comunidades con las que interactúan por el conflicto manifiesto con la industria extractiva
son Cuetzalan, San Felipe Tepatlán, Tlapacoya, Pauatlán, Ayotoxco. En esta tarea interactúan
adicionalmente con Mining Justice Alliance, el Doctorado en Economía Política del Desarrollo de
la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Unión de Cooperativas Tosepan.
Conflictos socioterritoriales
De manera general, se pueden enumerar cuatro grandes conflictos en el territorio, aun cuando no
todos son evidentes. El primero, está asociado a la disputa con el proyecto minero. Un segundo
conflicto está ligado a la disputa por el agua, muy fuertemente asociado al conflicto minero. En
tercer lugar, aparece como relevante el conflicto étnico permanente en la sociedad mexicana, y que
muchas veces se invisibiliza hacia adentro y hacia afuera, y que se cristaliza en el reclamo por la
igualdad de derechos. El cuarto conflicto que se observa es el de la disputa por el cuidado de los
bosques y contra la tala inmoderada, un conflicto que está cruzado por factores de ingreso y
pertenencia o no con pueblos indígenas.
El principal conflicto que se observa en el territorio tiene que ver con la extracción de minerales.
Particularmente con la empresa Almaden Minerals que concentra el 60% de las concesiones en la
Sierra Norte de Puebla. En el caso de Ixtacamatlitlán, el proyecto Ixtaca fue concesionado a la
empresa canadiense a inicios de los 2000. Este se pretende asentar donde nacen las cuencas de
los ríos que abastecen a parte importante de la sierra. Con esto, el conflicto con la minera se asocia
a otro conflicto, el del agua, en un contexto de sequía que se arrastra por varios años consecutivos
y porque la región se encuentra calificada como una “Región hidrológica Prioritaria” según la
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO).
Cuatro de los trece ejidos del municipio se encuentran en el área de impacto directo del proyecto
(Ejidos Almeya, Cruz de Ocote, Santa María Zotoltepec, Tecoltemic) información que resulta
contradictoria con la expresada por la empresa en sus reportes de viabilidad social del proyecto
donde se desconoce la existencia de ejidos (Castro Cuamatzin, 2021; Bastidas-Orrego, Ramírez-
Valverde, Cesín-Vargas, et al., 2018). Esto implica, por lo tanto, la imposibilidad de realizar la
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consulta previa o reubicación de la población que en ellos habita para avanzar con la extracción.
En este sentido, el proyecto ha originado conflictos manifiestos entre sectores de las comunidades
que se oponen a estos proyectos, las empresas que las realizan y las instituciones estatales y
gubernamentales que favorecen su desarrollo. Mientras, al interior de las mismas comunidades
existen divisiones al respecto ya que otra parte busca aprovechar los beneficios que la empresa ha
presentado como regalías que estarían asociadas a su instalación (principalmente vinculada a
puestos de trabajo y desarrollo de infraestructura). Esta confrontación ha llegado a permear las
estructuras familiares (Pérez, 2015; Nuñez, 2021).
También se identifica una inclinación de varios organismos que debiesen ser neutros, quienes de
manera pública no se pronuncian al respecto, aunque en su argumentación parecieran ser más
adeptos a la realización del proyecto (Castro Cuamatzin, 2021, p. 187). La fragmentación de las
comunidades y las divisiones internas que se han generado dificultan, en concepto de los
miembros del equipo de CESDER vinculados al proyecto, la consecución de acuerdos para el
cuidado de los bienes comunes y se evidencia en cualquier actividad que requiera la participación
de los distintos actores del territorio (Equipo CESDER, Junio 2021).
Los sectores de la población que se oponen al desarrollo de estos proyectos, a los que han
denominado “proyectos de muerte”, argumentan la amenaza y posibles riesgos que puede tener el
desarrollo de estas actividades para su permanencia en el territorio. En especial, el daño ecológico,
los efectos sobre la salud y la disposición de recursos fundamentales para la vida como el agua
(Pérez, 2015). Dicha conciencia de los riesgos emerge, por una parte, de la importancia que las
comunidades guardan tradiciones y cosmovisiones centradas en la naturaleza y su protección
(Pérez, 2015). Por otra parte, de la evidencia generada por los impactos que han experimentado
otras regiones donde se han desarrollado proyectos similares; así como de los efectos identificados
por las actividades de exploración hasta el momento desarrolladas (Bastidas-Orrego, et al., 2018).
Las disputas por la extracción de minerales comenzaron el 2010 y desde el 2014 parte de la
comunidad se organizó en resistencia al proyecto. Las acciones incluyeron protestas y acciones de
movilización colectiva. Esta articulación se originó por la aprobación por parte de la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) de la explotación minera a las filiales de
Almaden Minerals, Minera Gavilán y Minera Gorrión. En la resolución se establece que se debe
realizar una consulta a los pueblos indígenas antes de iniciar el proyecto minero, la cual no se
realizó, azuzando las repuestas contenciosas de la población.
Por parte del proyecto minero de Gorrión, además de Almaden Minerals, están el equipo consultor
GMI Consulting y la Corporación Ambiental de México (CAM). A su vez la transnacional ha tejido
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alianzas con la Cámara minera de México (CAMIMEX) (Beaucage & Marreros, 2018).
Una parte importante de las preocupaciones de las organizaciones que se oponen a los proyectos
extractivos en el territorio se relacionan con las implicancias del modelo de desarrollo, como la
privatización de los bienes comunes y la pérdida de tradiciones y conocimientos ancestrales, así
como el patrimonio biocultural (Bastidas-Orrego, 2018; EJA, 2021). Estas inquietudes se han
vuelto centrales en las discusiones sobre habitar el territorio, en las cuales La Unión de Ejidos y
comunidades identificó la necesidad de valorizar y priorizar los conocimientos ancestrales, las
relaciones comunitarias y tradicionales por sobre los empleos que ofrece el proyecto minero.
Las demandas de la comunidad tienen un componente general y uno específico. Por un lado, en
general, tanto para este como otros proyectos, se exige la consulta pública en materia medio
ambiental, garantías de los derechos de los pueblos indígenas, respetando el convenio 169 de la
OIT (Organización Internacional del Trabajo). Adicionalmente, se interpuso un recurso de amparo
para modificar la ley minera de México. En el caso de esta última, el 16 de febrero del 2022, fue
rechazada por la corte suprema mexicana.
El componente específico de la demanda se relaciona con una arista judicial que ha detenido el
avance del proyecto, explícitamente porque el Estado mexicano otorgó concesiones de tierras que
son de propiedad ejidal y no estatal, así como la falta de consulta indígena. Este reclamo es
liderado por la coalición “La Unidad de ejidos y comunidades en defensa de la vida, el agua y el
territorio” – Atcolhua conformado en 2013.
Al 16 de febrero de 2022 la corte suprema de México (La Suprema Corte de Justicia de la Nación
- SCJN) suspendió las concesiones de minera Gorrión en el territorio (El Sol de Puebla, 2022). Sin
embargo, la minera Gorrión continúa haciendo labores en el territorio hasta que se les notifique
de manera formal. Durante este proceso, las personas que respaldan el proyecto minero
presentaron una carta a la SCJN a favor del proyecto, argumentando sobre los beneficios para la
comunidad bajo el argumento que la comunidad de Tecoltemic está lejos de donde se construiría
la mina.
Vinculado al conflicto minero, de acuerdo a un estudio sobre los conflictos socioambientales, los
habitantes reconocen distintos tipos de conflicto que ha desencadenado el proceso de exploración
tales como: la invasión por parte de la empresa de terrenos de pobladores sin autorización, la
afectación de acuíferos, desviación y contaminación de fuentes hídricas por la realización de
perforaciones a mayor profundidad de la permitida (Bastidas-Orrego, Ramírez-Valverde, Cesín-
Vargas, & et al., 2018).
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Dentro de estos impactos, uno especialmente preocupante es el agua. Este recurso se configura
como una de las preocupaciones fundamentales para la población del municipio. Esta es escasa en
la Sierra Norte de Puebla, donde se enfrentan dificultades por sequía, lo cual aumenta las
inquietudes sobre los efectos que la actividad minera pueda generar en, por ejemplo, el Río Apulco
que surte a la población de la zona y colinda con el proyecto (Barrios, 2017; Núñez, 2021).
Adicionalmente, existe inquietud por la mala gestión de las instituciones pertinentes para facilitar
el acceso. Esto, principalmente, afecta a las zonas más altas ya que cuando no hay agua en
manantiales, se requiere el servicio de acceso al agua potable, lo que es difícil y es caro, ya que
deben adquirir el servicio y pagar la electricidad de una bomba.
Finalmente, la población manifiesta una gran preocupación por el medio ambiente, los efectos del
cambio climático y la deforestación. Se identifican conflictos en torno a la tala ilegal de bosques,
promovida por los mismos pobladores de estas zonas. Sierra Norte de Puebla es la región con
mayor producción aprovechamiento maderable mediante el Manejo Forestal Comunitario. Las
áreas forestales destinadas a la producción maderable y no maderable se han agrupado en
unidades de manejo forestal (UMAFORES), que se delimitan para realizar una planeación y
ejecución ordenada de las actividades forestales. En esta unidad de manejo forestal se incluye de
forma parcial o total los municipios de Ahuazotepec, Aquixtla, Chignahuapan, Huauchinango,
Ixtacamaxtitlan, Tetela de Ocampo y Zacatlán (Barron Sevilla, 2021).
15Para levantar información que visibilice narrativas desde abajo, y en base a ello co-construir indicadores
territoriales de bienestar subjetivos, Territorios en Diálogo trabaja con diversas fuentes cualitativas
generadas en los 7 territorios. En concreto, para el caso de Sierra Norte de Puebla, se realizaron 28
entrevistas, 3 talleres y 73 ejercicios de fotovoz. Por otra parte, se realizó una encuesta con 302 casos.
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El bienestar tiene un anclaje familiar y comunitario
Una primera dimensión que aparece como central en la configuración del bienestar está asociada
a un anclaje familiar y comunitario. Es el tejido social local, las confianzas y raíces que entrega el
intercambio humano con los más cercanos lo que provee las herramientas para que los individuos
puedan desarrollarse en su territorio. Por ejemplo, un joven señala que “alcanzar un estado de
bienestar, espiritual, tiene que ver con tener una buena relación con los demás, que permita estar
bien” (Hombre, 19 años, estudiante. Zacatepec). Aunque, en las entrevistas se menciona también
al propio sujeto, el individuo y el estar bien consigo mismo como aspectos constitutivos del
bienestar, en general las y los entrevistados tienden a posicionarse en perspectiva de un otro, de
los demás, como aparece en este extracto de entrevistas: "para vivir bien, también respecto a mí,
porque si no estoy en paz conmigo no podré estar en paz con los demás” (Mujer joven, 22 años,
estudiante. Ixtacamaxtitlan)
La familia aparece como una institución que acoge al individuo, lo protege durante su desarrollo,
y contribuye a su crecimiento y realización. Por ello, algunas personas entrevistadas señalan que
lo que les da felicidad, estar contentas, en calma, tener un buen vivir, es saber que cuentan con
una familia. En muchos territorios rurales se considera que la familia es crucial por sus
implicancias en el trabajo cotidiano (mantención de la milpa, red de trabajo y transmisión de
oficios tradicionales), en términos de socialización (base de las relaciones comunitarias) y del
cuidado (crianza, atención con los enfermos y sujetos dependientes). Son elementos que aparecen
asociados al referirse a la familia. Una joven explica, “Cuento con trabajo, con una familia estable
y con un ambiente sano” (Mujer joven, 28 años, campesina. Texocuigtic, Ixtacamaxtitlán); otra
entrevistada puntualiza “Vivir bien engloba muchos factores, por ejemplo, comer bien, tener
buena salud, tener a mi familia, tener libertad” (Mujer, 31 años, educadora. Zautla).
Esto se complementa con las imágenes obtenidas utilizando el ejercicio de fotovoz. En la figura 6
la autora señala que se puede apreciar una familia alfarera mexicana, un orgullo del patrimonio
cultural del país. Es en el seno de la familia donde se traspasan los conocimientos de este oficio,
un oficio que les permite mantener una identidad cultural vital para la configuración del territorio.
Asimismo, entrega dignidad a las familias alfareras, porque pone en práctica una serie de
conocimientos heredados por generaciones y les entrega ingresos monetarios para subsistir y
seguir manteniendo vivas estas costumbres.
Figura 6. Familia alfarera, orgullo mexicano.
“Lo que estamos trabajando aquí en la comunidad lo hacemos para tener más unión, más
organización, más apoyo, de todos los ciudadanos. Por ejemplo, sobre la escasez de agua
que tenemos acá en la comunidad. Ahorita el proyecto que queremos hacer es poner una
caja de captación en otro manantial, para así poder captar más agua y que ya nos
alcance a todos los ciudadanos” (Mujer joven, 28 años, campesina. Cruz de Ocote).
Se desprende, entonces, que el vivir bien es un logro colectivo anclado a un territorio, que en su
cotidiano conecta a generaciones a través de la transmisión de saberes y el respeto al
medioambiente. Esto se ve reflejado en los conocimientos que las tradiciones entregan para
desarrollar la vida en ese espacio, un orgullo que “permite que sigamos cuidando nuestras
tradiciones, nuestras costumbres, cuidando nuestro medio ambiente, nuestra agua, nuestro
bosque, nuestras tierras, todo lo que tenemos en el campo” (Hombre, 42 años, campesino.
Tentzoncuahuigtic).
Sin embargo, la familia, la comunidad, por ser soportes, no son espacios libres de conflicto. En ese
sentido, el equilibrio que permite sostener una buena vida al interior de estos espacios no está
24
libre de disputas. Es decir, son espacios de negociación, donde constantemente hay que conciliar
y llegar a acuerdos. Esto aparece asociado al proyecto de la minera en territorio, que ha puesto en
tensión a las comunidades y familias por las distintas formas de afrontar su presencia. Se teme
que las rupturas que pueda ocasionar este proceso en las comunidades, sea más profundo de lo
que los mecanismos de acuerdo que disponen las relaciones humanas del territorio puedan
resolver, afectando directamente el bienestar del territorio.
En la figura 8 se muestra el trabajo de fotovoz de una joven. Esa foto representa para ella la libertad
y tranquilidad de poder sentir el aire limpio. En su argumentación, la joven valora el hecho de vivir
en un ambiente no contaminado, donde se puede tener la experiencia de caminar libremente y
gozar de la naturaleza. Ser conscientes de ese patrimonio y disfrutar de su inmensidad le entrega
tranquilidad a las personas, que es otra forma de hablar de cómo un medioambiente libre y no
contaminado afecta directamente la noción de calidad de vida de Sierra norte.
25
Figura 8: Libertad y tranquilidad de poder sentir el aire limpio
Otra dimensión del bienestar que se manifiesta en el material recolectado es el trabajo, como una
fuente de generación de recursos tanto económicos como patrimoniales. Por ejemplo, se valora la
capacidad del tiempo libre, la libertad que entrega ser trabajador independiente y disponer de la
vida propia, la autonomía y libertad en comparación a otro tipo de trabajos donde la dependencia
y los horarios restringidos modifican la calidad de vida de los individuos.
Una síntesis de lo dicho se manifiesta en las palabras de una entrevistada cuando menciona que
“es necesario trabajar para vivir bien, estar tranquilos. Crear un patrimonio, ser yo misma la
patrona, yo saber a qué hora voy a trabajar, a qué hora voy a parar. El trabajo da resultados
para vivir bien, yo misma tener mi pan de cada día, tener mis gallinas, mis huevos, mis frijoles”
(Mujer, 58 años, comisionista. Santa María Sotoltepec).
Otra entrevistada complementa lo anterior diciendo “vivir bien es tener lo indispensable en casa,
que sería pues tener un trabajo para tener un ingreso. Y pues también, este, si cuentas con
tierras, tener tu cultivo para poder también tener animalitos. Es una forma cómoda y sana de
vivir, para mí” (Mujer, 39 años, Regidora de Salud en el gobierno municipal. Texocuigtic,
Ixtacamaxtitlán).
En la figura 9, una joven comenta a través de una fotografía como la época de siembra en la
comunidad de Apantzingo es un momento de importancia en el territorio. Es el momento donde
se dinamiza el mercado laboral, las personas siembran sus pequeñas parcelas y también trabajan
como jornales en predios más grandes, es el momento donde todo se pone en movimiento para
asegurar una abundante cosecha. Cada año este proceso moviliza a todas las comunidades y, desde
hace un tiempo, además de las personas, esta actividad se ha visto complementada por la
introducción de avances tecnológicos como máquinas para ayudar al proceso y evitar el desgaste
de las y los trabajadores. La autora reconoce el efecto inmediato de las máquinas en el bienestar
de los trabajadores que pasan su día en el campo, pero se cuestiona cómo este tipo de cambios en
las prácticas tradicionales pueden afectar el empleo de los propios campesinos y campesinas en el
futuro.
Sujetos de derecho
Finalmente, hay una dimensión del bienestar a nivel territorial que se vincula a que los individuos
sean sujetos de derecho. En otras palabras, que la población rural sea reconocida como igual al
resto de la población mexicana, sobre todo a su par urbano, y, al interior del mismo territorio, cada
uno de los actores sociales tenga también los mismos derechos. Esto se concibe como un ejercicio
de ciudadanía y construcción democrática, de igualdad de oportunidades. Esto se puede visualizar
en cuatro subdimensiones: (1) tener el apoyo del Estado; (2) cerrar las brechas en la desigualdad
de género; (3) ampliar el lugar que ocupa la juventud del territorio; (4) y promover una igualdad
de trato entre individuos.
27
Tener el apoyo del Estado
Con respecto a la primera subdimensión, esta se orienta a al reconocimiento por parte del Estado
de las particularidades de la población rural a través de políticas orientadas a la ruralidad y el
desarrollo continua de infraestructura para estos territorios. En las voces de las y los entrevistados
se observa un discurso crítico, de postergación u olvido por parte de las autoridades que
administran estos proyectos a escala nacional o regional, lo que afecta directamente la calidad de
vida de las personas y los territorios. No se trata de estar pidiendo, aparece en distintos extractos,
es simplemente el reclamo de un derecho, algo que les corresponde por ciudadanos de un país que
los reconoce, en principio y de acuerdo a la ley, como iguales.
La principal exigencia que hacen las personas al gobierno para vivir bien es que se pueda contar
con la infraestructura familiar y comunitaria, como dice un entrevistado “Lo que hago para vivir
bien es este, pues trabajar, y pues quisiera yo para vivir un poco mejor pues pedir apoyo hacia
el gobierno, que nos ayudara en cosas de retención de agua. Para tener mejor agua para echar
unos tres, cuatro surquitos de verduras o de lo que fuera para no salir afuera, si no que estar
aquí, crear nuestras propias plantas para vivir mejor” (Hombre, 43 años, campesino migrante.
Tecoltemic, Ixtacamaxtitlán).
Entre los derechos que aparecen en la voz de los actores del territorio, aparecen como relevantes
el derecho a la educación, salud, vivienda, agua y ambiente sano, como dice una entrevistada:
“para vivir bien se necesita ya no tener necesidades extremas, le podría yo llamar, tener todos
los servicios necesarios para poder vivir bien” (Mujer joven, 28 años, campesina. Cruz de Ocote).
Además de exigir infraestructura familiar y comunitaria, también se necesita tener subsidios,
como forma de distribuir los recursos públicos en forma equitativa, poniendo atención a las
poblaciones que se encuentra en un mayor nivel de vulnerabilidad. Así lo pide un hombre adulto,
cuando menciona “que tengamos el apoyo entero del gobierno, aunque trabaje uno pero no
alcanza” (Hombre, 58 años, campesino. Tecoltemic, Ixtacamaxtitlán).
Una reflexión que surge de los relatos recopilados es que con las políticas neoliberales se les
excluyó de los programas que fomentan y apoyan la producción, y prácticamente se les dejo solo
como beneficiarios de las políticas compensatorias. Sin embargo, la gente sigue reivindicando su
condición como productores y exigen ser tomados en cuenta en los programas y proyectos, como
se observa en las siguientes palabras: “pues nosotros hacemos nuestra petición al gobierno, pues
que nos haga caso y darnos los proyectos necesarios a la localidad” (Hombre, 41 años, Juez de
paz de Texocuigtic). Otra entrevistada lo plantea de la siguiente manera:
“Pues más que nada, la producción depende hoy día mucho de la familia, y pues yo digo
el gobierno nos puede ayudar mucho en darnos trabajo, que no nos de dinero, que no nos
dé despensas, esas cosas, si no que trabajo, trabajo para que podamos sacar nuestros
productos, a lo que se dedica uno” (Mujer, 39 años, Regidora de Salud en el gobierno
municipal. Texocuigtic, Ixtacamaxtitlán).
Finalmente, como un gran elemento presente en el discurso de las y los entrevistados emerge el
contar con tecnología y acceso a las telecomunicaciones. La pandemia agudizó la brecha digital del
28
territorio con el resto del país, y esto es algo que aparece constantemente en el discurso de los
individuos. Entre los más jóvenes, y especialmente ligado a los procesos de educación, es
importante plantearse el objetivo de reducir la desigualdad en el acceso a este servicio para pensar
en una mejor calidad de vida dentro del territorio, como comenta una entrevistada.
“No todos los individuos tenemos las mismas oportunidades para un desarrollo pleno. La
pandemia ha cambiado la forma de vida de muchas personas y con ello se ha exhibido la
gran brecha de desigualdad territorial, una de las más notables es el acceso a la
educación a distancia. Gran parte de la población no cuenta con internet, televisión o
cable para poder seguir las clases televisadas. Otra parte de la población no sabe leer,
así que tampoco sabe usar un dispositivo móvil para poder enviar y recibir tareas, lo que
hace que en muchas partes los padres han dejado de apoyar a sus hijos para que sigan
sus estudios (Mujer joven, 22 años, estudiante. San Francisco Ixtacamaxtitlán).
En la figura 9, la autora utiliza una fotografía para argumenta sobre la brecha digital en el
territorio. Comenta que tiene que subirse a un muro para poder tener buena conexión a internet y
así poder participar de sus clases. Una situación insostenible y que la perjudica directamente en
su desarrollo como así los jóvenes del territorio que no pueden acceder a internet.
Las mujeres jóvenes tienen claro que esta lucha por lograr la equidad requiere un cambio que pasa
por la educación, como lo plantea una joven.
“Seguir inculcado la educación que para mí es lo más importante, ya que desde casa se
comienza, debemos tener en cuenta nuestros derechos y responsabilidades que tenemos
como ciudadanos, en ciertos lugares el machismo se sigue inculcando como si fuera una
tradición. Pero los niños, jóvenes y personas mayores de edad tenemos que cambiar esta
ideología, no digo que solo los hombres tienen ese tipo de creencias, las mujeres igual lo
tienen en mente, es algo normal y se hacen inferiores, por eso todos tenemos que hacer
cambios. Me he dado cuenta que en estos momentos de feminicidios muchos dicen - Ah,
es por cómo se vestía; se llevaba con puros hombres; etc. Y no, todas somos libres de
vestirnos como nos sentamos bien con nosotras mismas. Seamos libres de decidir por
nosotras mismas. Hay que normalizar que tanto hombres como mujeres podemos hacer
labores de casa y atender a la familia, ayudar con el sustento”. (Mujer joven, 25 años. San
Francisco Ixtacamaxtitlán).
30
Figura 11. Reunión entre mujeres
Finalmente, se considera relevante el espacio que ellas deben alcanzar en los espacios de
representación. En la figura 11, la autora plantea la importancia de las reuniones que realizan las
mujeres del territorio para encontrarse y organizarse, para que estas experiencias vayan
permeando posteriormente los espacios de poder que generalmente concentran los hombres. A
nivel de las comunidades, ella expresa que es importante que los espacios de representación se
vayan haciendo mixtos, porque esta es la única manera que se refleje la diversidad que existe al
interior del territorio.
Se percibe una tensión entre las personas mayores y las personas jóvenes, la cual se representa en
el hecho que los jóvenes quieren ser más escuchados, tomados en cuenta, tener poder de voz y
decisión, y pareciera que los adultos tienen temores por el hecho de que, al contar con menos
experiencia, puedan cometer errores en las decisiones tomadas a nivel comunitario. Así lo muestra
la experiencia de la misma entrevistada:
31
“la mayoría de los ciudadanos de acá son adultos y adultos mayores, y por querer
innovar o querer un desarrollo para la comunidad, somos criticados en algunas
ocasiones, hasta insultados. Pero aun así hemos trabajado y vamos a seguir.
Últimamente hemos tomado una técnica para trabajar de acuerdo con los diferentes
comités que existen en la comunidad, esos comités están conformados por gente adulta y
así poder tener tanto la parte de la experiencia y la innovación o juventud” (Mujer joven,
28 años, campesina. Cruz de Ocote).
El tomar en cuenta a los jóvenes es comprender que ellos tienen necesidades y esperan que el
gobierno y la sociedad también abra oportunidad de calificación, profesionalización y oportunidad
laboral para su desarrollo. Así lo entiende una entrevistada, cuando menciona que, “son
necesarias las oportunidades para el crecimiento laboral y profesional, ya que distintas
microempresas apoyan el crecimiento y aprendizaje de nuevas generaciones” (Mujer joven, 25
años. San Francisco Ixtacamaxtitlán).
El trato no aparece de manera directa en el discurso de los entrevistados, es un elemento que cruza
sus discursos cuando se refieren a las faltas de respeto que reciben cuando asisten a los servicios
de salud, al tomar el transporte público, cuando los reciben en el municipio. Son los desequilibrios
en las relaciones sociales que muestran diferencias de estatus, que rompen un ideal de igualdad
que, aunque abstracto, está presente en la idea de un bienestar común para el territorio.
En la figura 13, el autor pone en perspectiva la importancia de saber escuchar a las mujeres, darles
un espacio y un reconocimiento en las propias comunidades. Esto cruza la demanda por cerrar las
brechas de género, pero vuelve sobre un principio que también puede involucrar a los propios
hombres de una comunidad. Es la manera de relacionarse, de que exista un equilibrio entre las
personas, que muchas veces se siente discriminadas o pasadas a llevar. Un mejor trato es dar la
palabra, pero también escuchar a aquellos y aquellas que históricamente han estado excluidos.
33
Coaliciones territoriales
Las y los participantes de la coalición priorizaron tratar una arista del conflicto que tiene que ver
con la privatización de los medios de vida a la que apuntan los grandes proyectos extractivos y las
lógicas de desarrollo bajo las cuales opera el modelo económico imperante. Se considera que estos
son una amenaza para el ecosistema territorial y la calidad vida en los que la población se
desenvuelve.
En la primera etapa, se convocó a participar a diferentes actores, entre ellos autoridades locales
de Tecoltemic, Xopanac, Cruz de Ocote, Loma Larga, Zacatepec, Tuligtic, Cuahuigtic, Las
Barrancas, Almeya y autoridades agrarias de los ejidos de Tecoltemic, Ocotla, Santa María, Cruz
de Ocote y Almeya. En esta primera etapa, donde los encuentros se realizan en forma mensual, los
actores convocados se presentaron y establecieron confianzas para luego priorizar los ejes en torno
a los cuales se articularon el diálogo y los acuerdos.
Una vez que se determinaron los ejes, se deliberó y acordó maneras de afrontar las necesidades
identificadas. Las y los participantes realizaron un ejercicio donde se incluyeron las
preocupaciones, amenazas, formas de habitar el territorio y lo que ellos soñaban para que eso
ocurriera. Los temas más relevantes son la autonomía, participación de las comunidades en el
territorio, y el modelo de desarrollo. No se reportaron desacuerdos en las reuniones informadas.
Luego de que se definieron las principales problemáticas expresadas por el grupo se diseñaron
propuestas de acción para presentar a los candidato/as a la presidencia municipal con la esperanza
de que estos los incluyan en el Plan de Desarrollo Municipal, el Bando de Policía y el Buen
34
Gobierno. El plan, fue realizar un encuentro donde se les presentaron propuestas a los candidatos.
A quienes no llegaron se les entregaron los documentos con las propuestas en sus casas de
campaña. Una vez que el presidente electo tomó posesión, se empezó la gestión para ir negociando
la agenda. Finalmente, el grupo se mantuvo buscando que la agenda suba a otros niveles de
gobierno, estatal y federal.
El ejercicio de invitar a los candidatos fue evaluado como inédito e histórico. Quedó en la memoria
colectiva que ese tipo de acciones se pueden llevar a cabo. Por su parte, la organización colectiva
que propulsó la coalición hizo posible que se hiciera el ejercicio de levantar propuestas y una
agenda de desarrollo en un clima de respeto, orden y civilidad. Además, la agenda de propuestas
se construyó de forma colectiva y permitió la construcción de una gobernanza interna que les
permitió generar habilidades coordinación, articulación y de negociación con diferentes niveles de
gobierno. Reforzó el sentido de pertenencia de quienes participaron para plantear temas,
propuestas específicas tanto a nivel territorial como regional.
Participar de la coalición fue un ejercicio de escucha, atención a las diferentes necesidades de las
distintas personas y grupos en el territorio, crear y pensar juntos en ideas para mejorar la calidad
de la vida de las familias y comunidades. A pesar de tener puntos de vista e intereses distintos y a
veces opuestos, existen ciertos elementos, necesidades y visiones en común que son aglutinadores
y les permite reunirse y participar.
Conclusiones
Sintéticamente, la caracterización de la dinámica territorial en Sierra Norte de Puebla en México
da cuenta de un territorio tensionado entre los modos de vida tradicionales y la llegada de
megaproyectos extractivos. No es menor en esta tensión que este es un territorio con una
importante presencia de población indígena que habita localidades que son los de interés de la
minería.
Parece congruente que la configuración del bienestar tenga un anclaje familiar y comunitario,
siendo el tejido social local el que habilita el desarrollo y realización de las personas. Y que el
trabajo y producción de alimentos estén relacionados entre sí. El trabajo concebido como recursos
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económicos y patrimoniales permite el abastecimiento de alimentos para la familia, por lo que se
interconectan.
El conflicto con la minería se relaciona con estos aspectos del bienestar, pues los tensiona y pone
en riesgo. De ahí su denominación de “proyectos de muerte”, ya que amenaza sus actividades y
permanencia en el territorio, además, dado los posibles daños ecológicos, los efectos en la salud y
la disposición de agua, que ya amenaza a las localidades de mayor elevación.
Las comunidades de este territorio apostaron por las alternativas institucionales y de diálogo para
afrontar el conflicto ante el proyecto minero. Así, además de las protestas y movilización colectiva,
se interpuso el amparo contra las concesiones y la Ley Minera. Y al proceso en desarrollo, se suma
la coalición territorial que impulsa el acuerdo para establecer puntos de acción común que logren
superar, pero sin olvidar, la resistencia a la minería.
Dentro de los aprendizajes y lecciones para futuros diálogos territoriales en manejos de conflictos
en este lugar, en primero lugar se destaca que eventos institucionales, como la elección municipal,
se vio como un obstáculo, pero terminó siendo un propulsor de acción para visibilizar propuestas.
En segundo lugar, a pesar de que la base de la coalición no fue suficientemente amplia, pues
quienes participaron de ella tuvieron un marcado perfil comunitario y contrario a la minería, sí
fueron capaces de tender puentes con la institucionalidad.
37
Referencias
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