Diego de Salinas 1585-1595 X Osvaldo Holguin
Diego de Salinas 1585-1595 X Osvaldo Holguin
Diego de Salinas 1585-1595 X Osvaldo Holguin
siempre mereció ser reconocido por hidalg0 4 . En su pueblo, los Salinas tenían capi-
llas y entierros en las parroquias de la Santa Cruz y de Nuestra Señora del Rosario.
En aquélla, en una capilla dedicada a San Andrés, se hallaba el sepulcro de un San-
cho de Salinas cuya losa lucía las antiguas armas dellínajé .
No consta con precisión la parentela de Lope de Salinas. Al parecer, algunos
hermanos suyos se avecindaron en la cercana villa de Castrojeriz (Burgos). El secre-
tario Francisco de Salinas, hijo de un Juan de Salinas y tronco de numerosa prole 6 ,
reconocía ser su sobrino, aunque eran más numerosos e importantes sus deudos co-
laterales uterinos 7. Sin embargo, da mucho que pensar una omisión, si no infrecuen-
te en tales instmmentos, sí muy extraña tratándose de un hidalgo: Lope de Salinas
no consignó en su testamento los nombres de sus progenitores ni el lugar de su na-
cimientos. ¿Fue olvido? ;,Tuvo razones para sUenciar su orígen? Nunca se puso en
duda su limpieza de sañgre, pero muy pocos llegaron a saber quién era realmente.
En lo que atañe a Juana de Escobar, en cambio, sólo contamos con informes
que no nos merecen mucha credibilidad 9 . Nació en Sevilla. en la colación de San
Gil. aunque también pudo ser en la de Omníum Sa.ntorum, Santa Maril13, Santa Ca·
talina o Feria, en todas las cuales existían casas de Escobares. Sus padres habrían
sido Luís de Escobllr e Isabel de Espinosa , quienes la casaron con Lope de Salinas.
Posible es que tuviera hermanos. La falta de noticias sobre sus colaterales, a diferen-
cia del caso de su cónyuge, hace imposible saber más de su genealogía 10. Debió de
ser parienta de Francisco de Escobar, importante mercader de la plaza hispalense ,
uno de cuyos hijos --Melchor de Escobar- declaró en Lima en 1590, en ocasión de
investigarse una denuncia contra Diego de Salinas, que:
6. Doña María de Torres Salinas, abadesa de! monasterio de San Pedro, y don
Francisco de Salinas Rosales, provisor de San Lázaro, entre otros (loe. cit.)
7. De hermanos de su madre descendían hacia 1636 e! santiaguista don Francisco
de Salinas Urbina, don Juan de Hierro Salinas y don Tomás de Barrientos Sali-
nas (loe. cit.)
" ...en esta ciudad se han tratado como primos hermanos el dicho
doctor [Diego de] Salinas y este testigo, y no está satisfecho deste
parentesco, ny está bien con las cosas del dicho doctor Salinas, aun·
que a él no le quiere mal. Y la causa porque no está satisfecho del
. dicho parentesco es por nunca aver oydo decir a Francisco de Esco·
bar, su padre deste testigo, que Juana de Escobar, madre del dicho
doctor Salinas, fuese su hermana .. .',11 . .
11. AGI. Justicia, 482. Es de advertir que por entonces los enemigos del doctor
tachaban de confesa a su madre (AHN, Inquisición, lib. 1035). Melchor de Es-
cobar puede haber tratado de esquivar la nota de sospecha sobre sí negando el
parentesco.
12. AGN, Cristóbal de Vargas, 1611-C, ff. 2171v-2172.
13. Sabedora de esa tradición, Juana de Escobar "se preciaba de que descendía
de la tierra adentro, de Extremadura o montañas... ", declarará en 1636 el
franciscano Fray Francisco de Chávez, hombre longevo que había ejercido di-
ferentes preladas en su Orden y de comisario de la Inquisición (AHN, Orde-
nes Militares (Calatrava) expte_ 391). En efecto, el apellido Escobar, a decir
de la mayoría de autores, procede de Tierra de Campos, comarca que com-
prendía parte de las provincias de Palencia, Valladolid, Zamora y León (d.
García Carraffa, op. cit., XXXI, pp. 189-191)
14. AHN, Ordenes Militares (Calatrava), expte. 391.
15. Al santiaguista Pedro de Escobar Melgarejo, natural y alcalde mayor de Sevi-
lla, general de la flota de Nueva España entre 1599 y 1601, se le !lada su pa-
riente cercano·, mas ya era difunto para poder corroborarlo (loe. cit.; Gard a
Carraffa, op. cit., XXXI, p. 211 j Ernesto Schifer, Indice de la Colección de
Documentos Inéditos de Indias, Madrid, 1946 y 1947, l. p_ 157).
16. AGI, Lima,127, y Escribanía de Cámara, S67-A .
12 OSWALDO HOLGUIN CALLO
era peor, limpieza de casta 17 . Lo que sí sabemos es que Juana de Escobar fue mujer
diligente y laboriosa, y que el comercio le era familiar, pues, a fin de cuentas, los
sevillanos eran los más activos comerciantes del Imperio colonial español.
Debemos suponer que Lope de Salinas y Juana de Escobar, que vivía con sus
padres en una casa frontera a la iglesia de San Gil l8 , se conocieron en Sevilla, adon-
de aquél llegaría ejerciendo ya tareas mercantiles. Casados y velados en esa ciu-
dad 19, al parecer tuvieron algunos vástagos allí, los cuales habrían fallecido a muy
corta edad 2o . Quizás estas prematuras pérdidas, al par que el legítimo afán de en-
contrar mejores horizontes 21 , empujaron a los jóvenes esposos a la grave decisión
de trasladarse al Nuevo Mund0 22 .
No se trataba de gente pobre ni menos de menestrales. Salinas y su mujer te-
nían dinero suficiente para instalarse cómoda mas no holgadamente 23 • Como era
usual entre mercaderes, traerían consigo un buen cargamento de mercaderías diver-
sas. Sin embargo, no sabemos con exactitud cuándo partieron hacia su destino in-
17. En 1638, Fr. Buenaventura de Salinas y Córdoba, su nieto, declaró que era
"natural de la ciudad de Sevilla, parrochiana de la colación de San Jil de di-
cha ciudad, según a oí do decir... " (AHN, Ordenes Militares (Calatrava),
expte. 391), pero le fue imposible dar los nombres de sus bisabuelos.
18. Propiedad de un licenciado Alvarez Osorio (loc. cir.)
19. Loc. cit. y AGI, Escribanía de Cámara, 567-A. En 1638 no se halló la partida
del matrimonio en las parroquias de Santa Catalina, San Gil y Santa Marina,
aunque en estas últimas sólo existían registros recientes (AHN, Ordenes Mili-
tares, expte. 391)
20. En 1638 tampoco se pudo ubicar sus asientos bautismales (loc . cit.).
21. " .. negociantes y artcsanos que esperaban mejorar su suerte en países nuevos
donde la tierra y las oportunidades eran más abundantes que en las superpo-
bladas ciudades y villorrios de Europa" (cf. Clarence H. Haring, El Imperio
hispánico en A merica. Buenos Aires, 1972, p. 47).
22. Segundones de casas nobles, caballeros e hidalgos pasaron muchos a América
y "dieron la tónica general a la emigración ... comerciantes hay bastantes ... "
(cf. Guillermo Céspedes del Castillo, "La sociedad colonial americana en los
siglos XVI y XVII", en Historia social)' económica de España y A mérica. Bar-
celona, 1957-1959, dirigida porJaime Vicéns Vives, m, p. 396) .
23. Se dice que ambos vendieron sus bienes antes de emigrar {AHN, Ordenes Mi-
litares (Calatrava), expte. 391). Su paso a Indias obedecía a la política colo-
nialista española, que buscaba "constitu ir en Ultramar, con la solidez necesa-
ria, un estamento de burguesía eficiente, una mesocracia homogénea y válida,
integrada por hijosdalgo ni tan pobres que trasladaran a las Indias el ambiente
de las novelas picarescas, ni tan encumbrados que pudieran poner en peligro
las prerrogativas de la Corona, habida cuenta de la distancia que separaba
aquellos dominios de la Metrópoli" (cf. Guillermo Lohmann Villena, Los
americanos en las Ordenes nobiliarias (I529-1900), Madrid, 1947, t. 1 (San-
tiago), pp. XII Y XIII).
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 13
Escobar era, pues, un hombre rico y responsable, de ahí que el Cabildo de Li-
ma le encargara hacer fabricar en Sevilla padrones de las tasas y medidas usadas allí,
pues se carecía de ellos para regular el comercio citadino 33 .
. Escobar dejó constituida una importante empresa con sus colegas Diego Nú-
ñez de Toledo, Melchor de Ribera, Juan López de Olloqui y otros 34 , contando con
navíos, casas, almacenes y recuas en Tierra Firme y el Perú 35 . Al morir Melchor de
Ribera, su hermano Diego de Ribera lo sucedió en sus derechos 36 , arribando poco
después al Callao para hacerse cargo de la representación de la compañía en la ciu-
dad de los Reyes. Mientras tanto, Escobar consolidaba su renombre de mercader de
fuste y caudal, ejercía el cargo de fiel ejecutor, recibía encargos y comisiones de
confianza 37 y se desempeñaba corno cónsul del comercio sevillan0 38 .
34. Por escritura suscrita ante Pedro de Valverde, escribano de Lima, cuya fecha
no conocemos (AGN, Bias Hernández, 1585-1589, ff. 1-371).
35 . Loc. cit. En Sevilla, el 17-1-1551, Pero SánchezdeAlbovendíaencienduca-
dos de oro, a Escobar y Núñez de Toledo, una duodécima parte de las cinco
que le pertenecían del galeón "Santa María de Begoña", el cual recibía carga
para Nombre de Dios (cf. José Hernández Díaz y Antonio Muro Orejón, Catá-
logo de los fondos americanos del Archivo de Protocolos de Sevilla. Madrid,
1930-1938, IV (Documentos americanos del Archivo de Protocolos de Sevi-
l/a. Siglo XVI), p. 314).
36. En Sevilla, ell o-X-1550, Escobar declaró que al haber terminado la compañía
que tenía con el primero "para el trato de mercaderías con la provincia del
Perú", cierta cargazón de productos pertenecía al segundo (ibídem, IV, p.
287).
37. Ibídem, IV, pp. 366, 367 Y 376.
38. Por lo menos, en 1554, alIado de Fernando de Castro, yen 1564, junto con
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 15
Escobar hizo diez grandes embarques hasta 1566, año desde el cual se acre-
centó cierta mala inteligencia entre ambos socios, aunque la compaí'lía siguió exis-
tiendo y Lope de Salinas trabajando para ella. A lo largo de ella se invirtieron
321,845 pesos ensayados, se gastaron 274,876 y se ganaron 46,969 , utilidad que en
un principio se repartió por sextas partes -correspondiéndole cinco a Escobar y una
a Salinas-, y después por quintas - tocándoles cuatro y una; respectivamente. La di-
ferencia en las proporciones se originaba en el hecho de ser Escobar el socio capita-
lista y Salinas sólo el encargado de la factoría . Las mercaderías eran recibidas por
los agentes que residían en Nombre de Dios y Panamá, hombres de confianza del ri-
co sevillan0 43 . Lope de Salinas recepcionó personalmente el primero, cuarto, quin-
to y sexto cargamentos, operación que lo obligó a alejarse de su casa durante largos
períodos44 . Eran los gajes del oficio , sacrificado y azaroso, pero lucrativo, de merca-
der . Juana de Escobar , entre tanto , permanecía en Lima al frente del negoci045 .
Un factor mercantil estaba expuesto a las contingencias propias de los nego-
cios, algunas de las cuales han llegado hasta nosotros: en Tierra Firme fue encarcela-
do a causa de diferentes demandas puestas a la compañía y a su representado, así
como por razón de haber transportado efectos en día domingo; para sortear los des-
manes de unos soldados sublevados en Veragua tuvo que llevar a las islas de las Per-
las una barcada de barras de plata que se disponía a remitir a su socio; y, en fin, tu-
vo que rendir tributo en no pocas ocasiones a las fiebres tropicales del istmo y pagar
alguna derrama sorpresiva echada por un enérgico gobernador .
Lope de Salinas se beneficiaba del prestigio qe Escobar y la "compañía vieja",
lo que le permitía vincularse a mercaderes de elevado caudal que , en muchas opor-
tunidades, le compraban todo el lote de mercaderías recién recibidas de la Penínsu-
la 46 . Gran parte de su éxito se cifraba en la rapidez con que el capital invertido era
del privilegiado mercado hispalense : "En teoría, el monopolio del Rey dio pa-
sa al de su reino , es decir, de todos los súbditos de la Corona de Castilla; pero
en realidad sólo un grupo reducido de ellos -los cargadores de Indias, merca-
deres residentes en Sevilla- fue titular único y gran beneficiario de dicho mo-
nopolio . . . " (cí. Céspedes del Castillo, op . cit., m, p. 475).
43 . Juan de Medina, Juan Rodríguez de Medina, Pedro de Ahedo, Hernando de
Cantillana y Jerónimo Núñez (AGN,Blas Hernández, 1585-1589, fí. 1-371) .
44. Para recibir el primero, salió del Callao el 10-IIl-15 57, embarcándose de regre-
so en Panamá el 15-VII siguiente. Los otros cargamentos arribaron en 1559 Y
1560, lo que le obligó a residir en el istmo entre marzo de 1559 y octubre de
1560 (loe. cit.)
45 . Consta que le remitía a su marido cajones de madera para embalar los fardos
de telas (loe . cit.)
46 . Juan Vásquez de Avila, Jerónimo Núñez, Baltasar Ponce, Pedro de Ortega,
Juanes de Lizazola, Diego de Palencia, Gonzalo Hernández, Gaspar de Solís
y Francisco Fajardo (loe. cit.). Algunos de ellos, empero, dedicábanse tam-
bién a otras profesiones.
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558·1595) 17
47 . Loe. cit.
48. Entre ellos, Diego de Agüero, Diego Maldonado, Diego de kueda y Juan de
Berrío (loe. cit.)
49. Así, en vísperas de viajar a Tierra Firme, Salinas vendió a Sebastián de Casta-
ñeda, en 330 ps. ensayados, un negro llamado Andrés, esclavo de veinticinco
años de edad (AGN, Bias Hernández, 1567, ff. 13 Y 13v), aunque e.posible
que fuera suyo propio.
SO. Algunos allegados también se valían del mismo (AGN, Bias Hemández. 1585-
1589, ff. 1-371)
S 1. Esto ocurrió, v. gr., cuando Salinas recibió 1,433 ps. ensayados en Nombre de
Dios del virrey Conde de Nieva y 808 del comisario Briviesca de Muñatones,
sumas adeudadas a su socio (loe. cit.)~ A propósito del de Nieva, Salinasreco-
gió allí mismo un rico cargamento venido en la armada que condujo al citado
gobernante, el cual tenía en él mucho interés dado que ganaría el 85 0 10 de las
utilidades. Las mercaderías llegaron por cuenta del opulento mercader burga·
lés Juan de Medina, y Salinas las encaminó al Callao consignadas a nombre de
Diego Alonso de Medina, su hermano (cf. José Antonio del Busto Duthurbu-
ru, "El Conde de Nieva, virrey del Perú", en Boletín dell'lSfitutoRif1Q-Apero,
Lima, 1961-1962, S, p. 133).
52. Comisionado por Escobar, Salinas afianzó a Francisco Farfán ya doña Fran-
cisca Pizarro, la hija mestiza del Marqués. pero más tarde se negó a cumplir el
18 OSWALDO HOLGUIN CALLO
a personas conocidas 53 .
la empresa afrontó la manutención de su factor, así como los servicios de mé-
dicos, boticarios, abogados, procuradores, escribanos, amanuenses, herradores,etc.,
el alquiler de casas y tiendas y otros gastos indispensables para sacar adelante el ne-
gocio . Lope de Salinas supo aprovechar esta situación para satisfacer las necesida-
des de su familia , mas, mientras Escobar reducía su gestión a la compra y al despa-
cho de las mercaderías. él debió correr todos los riesgos anejos a su oficio 54 .
Si quisiéramos ofrecer en breves trazos la vida de Lope de Salinas mercader,
tendríamos que referirnos a su tienda, armada gracias a su diligencia y asistida mer-
ced al auxilio de sus empleados 55 ; a sus frecuentes traslados entre Lima y el Callao,
adonde hacía conducir los metales preciosos destinados a su socio, o desde donde,
en grandes y pesados carretones alquilados, regresaba trayendo las cajas, cajones.
barriles y botijas repletos de productos europeos; a sus viajes a Tierra Firme, acom-
pañado de Pedro de (iverio, Jerónimo Alemán o algún otro dependiente, y de algu-
nos esclavos; al traj ín propio del cruce del istmo, alquilando recuas de mulas a pre-
cios subidos y casas o almacenes para resguardar los objetos de las inclemencias del
clima; a sus tribulaciones frente a contratiempos tales como la muerte o la fuga de
un negro o el ataque de una sorpresiva dolencia tropical; aliento y agotador retorno
a bordo de un navío caletero de la Mar del Sur; al desembarco en Paita, donde adqui-
54. En las cuentas liqu idadoras de la empresa, por concepto de alimentos y ropa
Salinas recibió 14,000 ps. ensayados por los primeros trece años de gestión
(hasta ei 20-IX-1570) y sólo 1,492 por los restantes (hasta el 11-1-1573). La
diferencia se debió a la disminución de tareas producida por la suspensión de
remesas (AGN, Bias Hcrnándcz , 1585-1589, ff. 1-371).
5 S. El recinto estaba provisto de un mostrador de tablas, una estantería de made-
ra, un peso grande de balanzas y marco , además del necesario libro de cuentas
corrientes de los clientes de abono . Para montarla tuvo que contratar obreros
de diferentes gremios, v. gr. al carpintero Luis Sánchez, para "aderezar y po-
ner la armazón de la tienda y hacer las barbacoas .. . ", pero no consta que la
abriera sino desde el 10-X-1560. En setiembre de 1562, al frente del estable'
cimiento, fue notificado como uno de los mercaderes demandados por el Ca-
bildo a causa de no mojar los paños antes de varearlos (AGI, Justicia, 406)
En ocasiones sucesivas, alquiló locales aparentes de Juan Moreno, de Diego
Palomino, agustino, de don Pedro Porto carrero, representado por su mayor-
domo Diego Dlaz, de Juan Remón, de Franeisco Ortiz de Arbildo, de Gaspar
de Solís., del bachiller Gonzalo de Torres, de Isabel Rodríguez, la Conquista-
dora~ de Bernardo de la Torre, administrador de don Antonio de Ribera, y de
su amigo el capitán Pedro de Ahedo, instalando su vivienda en muchos de
ellos (AGN, BIas Hernández, 1585-1589, ff. 1-371)
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 19
ría un buen caballo ensillado y enfrenado para emprender por tierra el último tramo
del largo itinerario; y, ¡al fin!, a su ingreso a Lima por el .camino de Trujillo, donde
lo aguardaba su anhelante familia.
Lope de Salinas estaba familiarizado con la pluma y los números, pero le era
preciso recurrir a amanuenses mozos, iniciados en el arte contable, para que le lleva-
ran los libros del negocio, se encargaran de atender el despacho de la tienda e hicie-
ran las cobranzas 56 . AlIado de ellos, negros esclavos y algunos indios completaban
el personal de su establecimiento.
Requerido por Escobar, a fines de 1567 Lope de Salinas partió de Lima con
el propósito de llegar a Sev 'lla s7 . Arribó a Tierra Firme, pero no pudo seguir viaje
a España por causas que desconocemos. En Panamá, una vez más, lo aquejó cierta
enfermedad, retornando a Lima hacia julio del siguiente año. Escobar, quien sabe
si con acierto, creería que su factor no deseaba darle cuenta de su desempeño. De-
cidió entonces solicitársela personalmente: en enero de 1572 se hizo a la mar cón
los papeles necesarios al efecto. No imaginó que las Indias, donde se había hecho
rico y famoso, serían esta vez su tumba s8 .' Ya en Lima, puso en ejecución sus pla-
nes, pero no llegó a culminarlos porque la muerte se lo llevó el 11 de enero de 1573.
Terminó así la compañía que durante casi diecisiete años lo uniera a Lope de Sali-
nas 59 .
Los tenedores de bienes de difuntos exigieron en el acto la liquidación conta-
ble de la empresa a fin de cobrar la herencia del finado. Alvaro de IlIescas y Martín
de Carquizano, mercaderes importantes, fueron nombrados terceros contadores por
aquéllos y Lope de Salinas, respectivamente, cumpliendo su misión el27 de febrero
de 1574. El ajuste final de las abultadas cuentas arrojó 263,359 pesos ensayados de
cargo contra Salinas, 290,401 de descargo y 27,042 de "alcance,,60 contra los bie-
nes de Escobar. En consecuencia, Salinas quedó no sólo libre de toda r.esponsabili-
dad pecuniaria sino, lo que es más, favorecido por un elevado saldo acreedor 61 . Bal-
tasar de Escobar, rujo mayor del finado, en cuya compañía había llegado al Perú,
no pudo alegar nada contra el ajuste no obstante las garantías que recibió en razón
de su minoría de edad. Salinas creyó necesario manifestar lo que, a su juicio, era la
causa de la poca ganancia : su socio le remitía mercancías compradas al crédito y a
muy subidos precios. Quejóse de la conducta de Escobar, acusándolo de haber rete-
nido dinero sin invertirlo, motivo por el cual, afirmó, se había perjudicado su ha-
cienda. Empero, 10 cierto es que no podía confesarse pobre; pues por entonces era
ya uno de los más prestigiados mercaderes de Lima, muy lejos de la situación harto
dependiente de 1556. Su compañía con Escobar lo había favorecido mucho, aun-
que bien es verdad que su renombre provenía del dinero que manejaba y no de su
nobleza ni favor político.
En vano trató que la viuda y los hijos de Escobar aprobaran las cuentas, mas
éstos tampoco las impugnaron, lo que determinó la postergación del fmiquit0 62 .
Por su parte, no intentó cobrar el referido "alcance" , quizás porque no había de
dónde hacerl0 63 .
Lope de Salinas tuvo que habituarse a frecuentar los estrados de la Audiencia
y el despacho del alcalde ordinario en demanda de justicia . En efecto, un mercader
como él tenía que acudir a los tribunales en procura, casi siempre, de obtener la sa-
tisfacción de algún crédito . Una estrecha amistad lo unía al alguacil Martín de Mo-
ronta, destacado personaje de la vecindad que le compraba ciertos efectos64 . Sin
embargo, para Lope de Salinas los negocios no consentían contemplaciones, pues
60. El término alcance adm itía entonces un significado contable específico : "Al-
cance de cuentas, el que se haze de gasto y recibo, quando no salen al justo"
(cf. Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana o española, se-
gún la impresión de 1611, con las adiciones de Benito Remigio Noydens pu-
blicadas en la de 1674, Barcelona, 1943, p. 72)
61. Por otra parte, más de 25 ,000 ps. quedaron por cobrar los herederos de Esco-
bar de diferentes deudores, aunque también debían satisfacer importantes su-
mas a Jerónimo de Mercado, al licenciado Alvaro de Torres, médico, a Gonza-
lo Hernández de Herrera, a Juan Góinez de Espinosa, a Juan de Tardajós, a
Juan Martínez de Baeza, a Pedro de Villafuerte, a Antonio de lllescas, a Juan
López de Ayala, y otros acreedores de su difundo padre (AGN. Bias Hernán-
dez, 1585-1589, ff. 1·371)
62 . Loe. cit.
63 . 'El arreglo final se postergó incluso varios años después de su deceso, confor-
me se verá más adelante.
64. V. gr., 125 botijas de vino, cuyo precio pagó endosando una 9bligación de mil
ps. ensayados adeudada por Francisco Fajardo (AGN, Juan Guriérrez, 1564,
ff. 4Ov-41v)
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 21
65. Moronta le estaba obligado por 250 ps. ctes. como fiador de Salvador Vás-
quez, vecino de Trujillo (AGN,Juan Gutiérrez, 1567, ff. 926-927v) Salinas
debió de proceder contra Diego de Agüero, el Mozo, para cobrar 300 ps. en-
sayados, resto de 1,739 que le debía por escritura ante Juan de Padilla del
17-1-1567. Domingo de Azpeitia, importante mercader, salió por el directo
obligado : firmó escrirura por esa suma y 45 ps.ctes. (AGN; Juan Gutiérrez.
1578, ff. 503v-504)
66 . Salinas apoderó al procurador Pedro Cano para seguir una causa "contra An-
tón Garzía. sobre aver dado polvos con que murió una nyña, my esclava ... "
(AGN, Alonso de la Cueva, 1578, ff. 386 y 386v) .
67. A principios de 1570 Salinas afianzó a Quintero ante los oficiales reales por el
almojarifazgo adeudado en virrud de una nueva cédula (AGN, J L13n García
Tomino e~ protocolo de-Blas Hernández, 1567-1573, f. 213v) .
68. Salinas recibió de Quintero 49~ ps. ctes. , parte correspondiente que le tocaba
de los fletes del último viaje (AGN, BIas Hernández, 1572, ff. 762 Y 762v).
69. Al morir Salinas, su viuda dio poder a Ambrosio Gutiérrez de Loya y a París
Corzo, .residentes en Tierra Firme, para cobrar los fletes que la ~eal Hacienda
adeudaba por la citada travesía, y por los cuales se seguía un pleito, y para en-
tregarlos a su yerno, a quien pertenecían (AGN, Marcos Franco de Esqu ivel,
1581-1583 , ff. 424425). Ocho años después aún seguían impagos: juárez de
Medina y su esposa facultaron a Juan Lorenzo Pérez, notario del Santo Ofi-
22 OSWALDO HOLGUIN CALLO
"Lunes, a VIII del dicho mes [agosto] y año r1558] bautizé a Diego,
hijo de Lope de Salinas y de Juana de Escobar, su muger . Fueron
sus padrinos Sevastián [Sánchez J de Merlo y su muger Ana Juárez,
y Francisco Fajardo y su muger doña Leonor [de Villarroel]. Diego
.Rodrigues, cura [firmador,74 .
luchas civiles se recordaban con emoción, pero los tiempos ya no permiti'an los al -
borotos. Día a día el poder real se hacía sentir con más fuerza aU í donde durante
muchos años había campeado la rebelión. Linia , a los veintitrés anos de fundada ,
dejaba de ser una aldea para convertirse en un pueblo en constante crecimiento .
Existía Universidad , pero aún dentro de los claustros dominicanos. El comercio, la
minería y la agricultura se encontraban en pleno auge. Graciasa su enérgica politi -
ca, el de Cañete había logrado normalizar la vida de la pujante colonia. Con urgullo ,
podía afirmar:
" ... estos Teynos están en toda paz e sosiego y los que en él biuen
aplicados a granjerías así de minas como de labores , contrataciones
y otras cosas. _ .,,75.
" ... le resciban por vezino desta cibdad para poder gozar de las pre-
minencias que gozan los demás vezinos della. Y los dichos señores
[corregidor, alcaldes y regidores] le rescebieron por tal vezino y man-
daron se asiente ansí en este libro para que goze de las preminencias
y demás cosas que gozan los otros vezinos, y ansí quedó rescebido
por tal vezina para el dicho efeto" 78.
Al cabo de trece .allos de residencia, Lope de Salinas había establecido las rela-
ciones indispensables para obtener la condición de vecino , la cual lo hacía titular de
derechos y deberes signifIcativos. En un medio en que coexistían numerosos fueros
privativos., era muy apetecida la protección de instituciones que amparaban a sus
miembros bajo un manto de privilegios. Salinas se hacia vecino porque su hacienda,
su nombre y su pre~1.igio adquirían cierta suerte de legitimidad o sanción jurídica
ante los ojos de sus contemporáneos. Hasta entonces había sido un simple residente.
En adelante, fonnaría parte de la delgada capa social constituida por encima de los
simples residentes, estantes y habitantes citadinos.
Lope de Salinas parece haber sido poco aficionado a asumir muchos compro-
misos sociales: sólo en una ocasión lo hallamos de testigo de matrimonio entre 1567
y 1581 79 . La boda de su hija doña Francisca fue propicia para solicitar la presencia
de destacadas amistades. En efecto, el jueves 27 de mayo de 1574 el arcediano don
Bartolomé Martínez la desposó y veló con Antonio Juárez de Medina ante los testi-
gos Cristóbal Muñoz de Avila y Antonio de Uroz Navarro , ricos vecinos encomende-
ros, el escribano Alonso de Valencia y Jerónimo de Iporri 8o . Juárez de Medina, na-
tural de Sevilla 81 , era un joven mercader que exitosamente dedicábase a fletar em-
barcaciones de cabotaje entre las costas de Tierra Firme y el Perú. Su caudal no de-
81. Hijo legítimo de Juan Rodríguez de Medina y de doña Beatriz Juáre7., vecinos
allí. Rodríguez de Mcdina fue uno de los agentes de la compañía de Escobar
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558·1595) 25
bía de ser escaso para pretender la mano de quien recibió en dote más de 11,740 pe-
sos ensayados 82 .
Satisfecho de su éxito profesional, Lope de Salinas emprendió viaje a Espa-
fta S3 . En Sevilla, se acercó a la casa de los parientes de su mujer y confesó a algunos
amigos que no retomaba definitivamente porque ella no lo deseaba s4 . En su pueblo
natal -Medina de Pomar- fue hospedado por el secretario Francisco de Salinas, su
sobrino. Hombre piadoso, llevó a ese Jugar
" ... una hechura de un Santo Cristo de pasta que oy [1638] está en
la ilesia [sic] de Santa Cruz de esta villa, en una capilla donde los Sa-
linas tienen sus entierros ... "ss.
" ... mui galán, con mucho botón de oro y cadena a el cuello. Y pre-
guntando quién era, le dijeron que el indiano Lope de Salinas, que
benía a reconocer sus deudos. Y estando en esta villa cinco o seis me-
ses, le bio aposentado casa del secretario Salinas y pasearse por ellu-
gar con él muchas beces llamándole sobrino, por seí'ias, que tenía un
lebrel de quien huían los muchachos y a el que no huía le decía que
era hidalgo [enmendado l, y a el que huía billano"s6.
en Tierra Firme (vide nota 43 supra). Juárez de Medina nació hacia 1547.
Arribó al istmo por 1569, donde debió de radicarse algún tiempo. Participó
en la defensa que originó la incursión de los corsarios de Drake en esa región
(loc. cir.; AGI Lima, 131 y 134)
82. AGN, Cristóbal de Vargas, 1608-B, ff. 1794-1808v.
83 . No sabemos cuándo salió de Lima. Puede haber sido en 1574 o 1575, después
de la liquidación de la empresa, regresando en 1577 o principios de 1578, se·
gún las fechas que conocemos (vide nota 65 supra).
84. AHN, Ordenes Militares (Calatrava), expte. 391.
85. Loc. cit.
86. Pedro de Rueda, el Viejo, también lo apreció ostentoso y rico, y Diego Martí-
nez pescó para él (loe. cit.).
87. Cuando su frustrado viaje a España, antes de partir hubo de arreglar cuentas
por hechuras de ropa con el sastre Juan Pérez de Mendeja, quien recibió 75
ps. etes. librados en Martín de Carquizano (AGN. Juan Gutiérrez, 1567, fí.
1041 Y 1041v). Salinas sabía que era necesario demostrar su riqueza.
88. " ... la inclinación de los comerciantes al modo de vida aristocrático y la de la
26 OSWALDO HOLGUIN CALLO
89. " ... leer romance, escribir l~n redondilla y bastardilla, sumar, restar, multi-
plicar, medio partir y panir por entero" (cf. Francisco Morales Padrón, His-
toria de Hispanoamérica, Sevilla, 1972, p. 118).
90. En 1567, antes de partir a Tierra Firme, Lope de Salinas instaló a los suyos en
una casa alquilada de Isabel Gómez, mujer del albañil Gaspar Váez, la misma
que años después comprarían los jesuitas. A fines de febrero de 1568, Juana
de Escobar trasladó su hogar a una casa propia de doña Jerónima de Jesús, es-
posa del licenciado Juan de León, situada "frontero del Colexio de la Compa-
ñía de Jesú [sic] ... " . No obstante, doña Francisca declararía más tarde que
una puerta del corral de su casa salía a la huerta de los "teatinos". El inmue-
ble pasó a manos de éstos, pues Lope de Salinas pagó al Colegio de San Pe-
dro y San Pablo 740 ps. ctes. de alquiler entre el 22-X-1568 y el 22-X-1572.
Suponemos que lo adquirió poco después (AGN, Bias Hernández, 1585-1589,
ff. 1- 371 ; Cristóbal de Vargas, 1608-B, ff. 1794-1808v; Historia general de la
Compañía de Jesús en la Provincia del Perú. Crónica anónima de 1600 que
trata del establecimiento y misiones de la Compañia di! Jesús en los paúes de
babIa española en la América meridional. Edición preparada por F. Mateos,
S.r Madrid, 1944, I (Historia general y del Colegio de Lima), p. 12;José To-
ribio Medina, Historia del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición de Lima
(1569-1820), Santiago de Chile, 1956,1, pp. 102 Y 103).
91. "El P. Fuentes atiende a los novicios y lee dos lecciones de Gramática a unos
40 estudiantes... ", anotaba el autor de la annua de 1568 (cf. Rubén Vargas
Ugarte, S. J., Historia de la Compaflr'a de Jesús en el Perú, Burgos, 1963-1965,
1, p. 52).
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 27
P. Diego de Bracamonte 92 . Lo cierto es que entre él y los "teatinos" nació una es-
trecha amistad que duraría hasta su muerte.
La riqueza de sus padres, sin embargo, debió de sufragar las clases de un dies-
tro maestro particular. Por lo demás, Diego de Salinas y su hermana vivían rodeados
de todas las comodidades accesibles a su condición de hijos de una pareja acomoda-
da. Servidos por criados y esclavos, no permanecían ajenos a los gustos refmados de
ia época: doHa Francisca tañ ía el clavicordio, el instrumento musical de más presti-
gi0 93 . .
Desde muy temprano, Diego de Salinas dirigió sus pasos hacia la carrera de las
Leyes. Así, se cumplía en su persona no sólo la voluntad paterna sino la política del
hábil gobernante que era Toled0 94 . Sus padres estimulaban su inclinación hacia los
estudios jurídicos, que no a la carrera de las armas o el ingreso a alguna orden reli-
giosa, ' ni mucho menos al comercio. El cambio de ocupación principal dentro de
una familia significaba algo más que simples preferencias individuales: en el último
tercio del siglo XVI se venía produciendo en el Perú el notorio ascenso social de nu-
merosos individuos provenientes de ricas familias burguesas, esto es, distantes de
los círculos aristocráticos, las cuales habían arribado después de la conquista y aun
de las luchas civiles 95 . Por otra parte, Diego de Salinas, además de encarnar una ten-
dencia de su tiempo, tenía las cualidades necesarias y la suficiente vocación para de-
sempeñarse como hombre de letras. El medio lo conducía a los estudios superiores,
pero también es cierto que por sus propias aptitudes estaba encaminado a ellos. Co-
mo hijo criollo de un mercader, ¿qué mejor futuro podía pretender si deseaba supe-
rar el mundo mercantil? Es evidente que le faltaba interés para empuñar las armas o
vestir un hábito.
Mozo de catorce o quince aftos debía de ser cuando ingresó a la secularizada
Universidad de Lima. Se situó entre los primeros y más aplicados alumnos de la Fa-
cultad de Leyes, pues el lunes 14 de febrero de 1575 participó, al lado de sus com-
92. Cf. Historia general de la Compañia de jesús en la Provincia del Perú [... J.
l. p. 13.
93. Cf. Medina, op. cit., 1, pp. 102 Y 103.
94. Por entonces, escribía que los mestizos, "con la libertad de la tierra o con la
ynclinación que se les pega de las madres, han salido de ruínes costumbres, y
no dejan en algo de ser notados en esto los nazidos y criados en esta tierra,
aunque sean por todas partes hijos de españoles. Para remediar esto ninguna
cosa mejor se ha podido entender que es enderezaBos bien desde la niñez ocu-
pándolos en eSi:udios y exercicios virtuosos" (cf. Levillier, op. cit., IV, pp.
125 Y 126).
95 . " ... hasta mediados del siglo [XVI], predomina en el escenario americano la
brillante figura del conquistador, ... ; en cambio, las dos décadas siguientes se
encuentran ya presididas por otros tipos humanos : el encomendero, el misio-
nario y sobre todo el funcionario del rey" (d. Céspedes del Castillo. op. cit.,
IlI, p. 389).
28 OSWALDO HOLGUIN CALLO
pañeros don Diego Loayza de Valenzuela, rujo del difunto alcalde de corte y pri-
mer rector seglar doctor Pedro Fernández de Valenzuela 96 ; Pedro López Guarnido,
vástago del doctor Jerónimo López Guarnido, fundador de la cátedra de Prima de
Leyes 97 ; y Jusepe de Ribera, menor hijo limeño de Nicolás de Ribera, el Viejo 98 ,
en las conclusiones públicas, las primeras que se realizaban fuera del cenobio domi-
nicano, sustentadas por el también limeño don Luis de Larrinaga, hijo del conquis-
tador Juan de Larrinaga Salazar 99 . La actuación duró dos horas y contó con la pre-
sencia de la Audiencia y de los vecinos destacados, ya que el virrey no se encontra-
ba en la ciudad. El hecho entusiasmó a la población y fue tema de conversación du-
rante muchos días 1 00 .
Diego de Salinas debió de graduarse de bachiller en Leyes en 1578 ó 1579, al
cabo de haber oído cinco cursos anuales y leído
según ordenaban las constituciones vigentes. Al mismo tiempo, participaba de las in-
quietudes propias de la vida diaria de su época 102 •
1581 fue un afio decisivo en su aún corta existencia. Su padre, hombre vale-
tudinario 103 , testó cerrado ante el escribano Francisco de la Vega el 9 de abril 104 .
Juana de Escobar, por lo que a ella concernía, también suscribió el documento. En
cuatro fojas " y un poco de una plana" , Lope de Salinas dejó escrita su postrímera
voluntad, revocando "los otros testamentos, mandas e codocilos [sic] e declaracio-
nes que tiene otorgadas en el tiempo passado hasta oy dicho día .. ."105, fruto sin
duda de los numerosos viajes que realizara. Entregó su alma al Creador en fecha pró-
xima al 11 de mayo siguiente, en la cual, por orden del alcalde ordinario Francisco
de Aliaga de los Ríos, y a instancia de los herederos , dicho testamento fue abierto y
publicado previa certificación de su otorgamien to y del óbito 106. Dada la posición
social del difunto, debemos pensar que su entierro fue solemne y muy acompañado
de amigos, frailes y clérigos. La viuda y sus hijos, vestidos de riguroso luto, seguirían
el triste cortejo encabezado por una cruz alta. El cuerpo sería sepultado en algún
templo importante , quizás en el vecino de los "teatinos". Y, acatando su postrera or-
den, se dirían muchas misas por la salvación de su ánima.
Además de las omisiones ya sei"ialadas en el testamento 107 , causa extrafleza
que Lope de Salinas se titulara solamente morador de la ciudad cuando era todo un
importante vecino. Las únicas dos cláusulas que han llegado a nosotros tratan de la
compai'lía comercial que lo unió a Francisco de Escobar. El testador quería explicar
por qué se había hecho rico mientras aquél venía a menos, ya que doi'la Marcela de
Carvajal, su viuda, afIrmaba públicamente que él retenía dinero que le pertenecía.
Además, dol'ia Marcela había ganado ciertas cédulas para obligarle a viajar a España
y darle las cuentas del negocio, aunque sin confesar que ya se habían elaborado en
el Perú. Por tal razón, Salinas se vio precisado a declarar que no le debía nada, y que
103. Aparte de las dolencias ganadas en la tropical Tierra Firme, sufrió en Lima
otras que le hicieron acudir a los barberos Pedro del Castillo y maese Domin-
go, a los boticarios Juan de Bilbao, Pedro de Oropesa, Alonso del Castillo y
bachiller Alva, y a los médicos doctor Gaspar de Meneses y licenciados Alon-
so Pérez y Alvaro de Torres. A Meneses y a Torres, v. gr., pagó 40 ps. ensaya-
dos e.I 15-11-1566 por tratarle "la fermedad [sic] que tuvo ... de cámaras de
sangre . . . " (AGN, Bias Hernández. 1585-1589, ff. 1-371).
104. Atestiguaron la entrega, Juan, Francisco y Pedro de Grajales, Hernando Lí-
ñán, Alonso de Palma, Cristóbal de Tovar y Juan Alonso Pérez, vecinos, ami-
gos y allegados del testador. El encabezamiento y dos cláusulas, cuyo original
se ha perdido con los protocolos del escribano, corren insertos en una escri-
tura suscrita varios años después (ibídem, ff. 372-374v).
105 . Loe. cit.
106. Loe. cit.
107. Vide p. 10 supra.
30 OSWALDO HOLGUIN CALLO
" ... y atenta la amystad que con él [Escobar] tube, y al deudo que
mys hijos tienen con los suyos, porque e entendido que están con
nessecidad, ruego y encargo a Juana de Escobar, mi muger , y a mis
hijos y herederos, que sobre la cobranza del dicho alcance bayan so-
brellebando a su muger e hijos del dicho Francisco Descobar, de
manera que no les molesten sobre ello sino que buenamente co-
bren lo que pudieren, teniendo respeto a la dicha amistad e paren-
tesco . .. ,, 111 .
Lope de Salinas, en realidad, se mostraba harte generoso con la viuda y los he-
rederos de Escobar, a quien llamaba cuñado, pero también es cierto que la insolven-
cia de los mismos hacía utópica dicha cobranza.
Además, quiso favorecer a uno de sus hijos, doña Ana de Escobar, mandándo-
le 2,000 ps. ensayados "porque tenga algún remedio con que poderse cassar .. .' ,112,
legado que fue ratificado por Juana de Escobar siempre que procediera "de cierto
empleo que se a de hazer de cierta cantidad de dineros que ba en esta flota para en-
plear en los reynos de España . . ." 113 . Aftos después, ello permitió la liquidación de
la empresa 114. Lope de Salinas dejó valiosos bienes que se inventariaron ante el es-
cribano Francisco de la Vega el 5 de junio en curso 115 . Su único hijo varón quedó
instituido heredero universal de todos ellos, y su viuda nombrada albacea y tutora
y curadora del menor l16 . pues doña Francisca ya había recibido su parte cuando
contrajo matrimonio 117. Diego de Salinas, además, fue mejorado en el tercio y re-
manente del quinto de los bienes de sus padres "por causa onerosa de matrimo-
nio''¡ 18. Es evidente que éstos buscaban darle una sólida base económica: en 1591
se afirmaría que su herencia valía más de 40,000 ducados 11 9 • Estaba compuesta por
dinero en efectivo - parte del cual iba:.J España "en cabeza" de Juan de Cadalso Sala-
zar para adquirir mercaderías I20 -. numerosa esclavatura12 1 , una casa principal
114. Ya que doña Marcela no prestaba su aprobación a las cuentas, Juana de Esco-
bar revocó la parte que le cabía de la donación (mil ps. ensayados). En vista
de esto, doña Marcela vióse obligada a dar poder a su hijo Melchor de Escobar
para otorgar dicha aprobación, lo que ejecutó elS-XII-1587, después de con-
vr.:ncerse que nada podía hacer contra el citado ajuste, ya fin de que "sc con-
serbe el amor e amystad que es justo que aya entre todos ellos, como deudos
tan cercanos que son, e atento a la buena obra que el dicho Lope de Salinas"
hi.w a los herederos de su socio al mandar que no se les cobrase el alcance.
Juana de Escobar y su hijo, en tal virtud , quedaron libres de toda responsabili-
dad, y la compañía definitivamente liquidada (AGN, BIas Hernández, 1585-
1589, ff. 1-371). Procedieron entonces, con la fianza de Alvaro de Alcócer,
tesorero de la Santa Cruzada, a obligarsc a pagar c1legado siempre que, en el
plazo de dos años, doña Marcela, doña Ana V Baltasar de Escobar ratificaran
la aprobación otorgada por el citado Melchoi (ibídem, ff. 372-378). La ratifi-
cación parece haber llegado corriendo 1589, pues a 17 de octubre Salinas exi-
m ía de todo compromiso a su fiador (ibídem, f. 378v). ¿Cuándo y cómo se
canceló el legado? No lo sabemos, pero Melchor de Escobar guardó un gran
resentimiento contra su posible primo y se mostró en su contra cuando ma-
yor falta le hacía.
115. AGN, Cristóbal de Vargas, 1608-B, ff. 1794-1808v. La viuda tenía derecho a
la mitad de todo el patrimonio matrimonial por sus gananciales, que no por
causa de dote, cuya existencia no certificamos (loe. cit.).
frontera de la Compafiía 122 , una chacra en el valle de Maranga 123, mobiliario, pla-
tería, etc. Empero, también era necesario satisfacer algunos legados píos y profanos
ordenados por el difunto, como el de 500 ps. ensayados a favor de Juan de Salinas,
expósito echado a las puertas de su casa a poco de nacer, donde había sido criado y
adoptara en gratitud el apellido de sus dueños 124 .
En prosecución de sus estudios, Diego de Salinas debió de licenciarse en Leyes
en el segundo semestre de 1581, antes del 9 de diciembre 125. A tenor de las consti-
tuciones toledanas de ese año, tuvo que haber
" oydo o passado o leydo otros cinco cursos o a lo menos tres, te-
niendo dispensación de otros dos de la Universidad, que por todos
sean los cinco. La cual dispensación de dos cursos pueda hazer el
claustro debaxo de alguna contribución que el graduando haga para
la caxa de la Universidad, a moderación y parescer del dicho claus-
tro.. 126 .
"tan buena quenta e muestra que aunque después acá [1591] se han
graduado muchos y este testigo se ha hallado a sus actos, no a bisto
que ninguno haya llegado a dar las muestras de abilidad que el dicho
dotar Salinas dio al tiempo que se graduó, ni aya hecho acto secreto
de tanta obstentación como el que hizo el dicho dotor Salinas, por-
que hasta ahora a quedado memoria dél en los exsaminadores. Y
127. AGI, Escribanía de Cámara, 567-A. Además del pago mencionado en la nota
125, tuvo que hacer otro por "los derechos del grado" -11 ps. y un real- al
mayordomo de la Universidad Domingo de Azpeitia (cf. Eguiguren, op. cit.
(1951),11, pp. 846 Y 847).
128. Dudamos que esto se haya cumplido dado que tales letrados jóvenes no exis-
tían (AGI, Lima, 127).
129. Cf. Eguiguren, op. cit. (1951), 11, pp. 222-230.
130. Clérigo presbítero namral de Molinaseca, en el Bierzo. Abogado de los presos
de la Inquisición de Granada. Vino integrando la comitiva de Mogrovejo. Se
ordenó de "grados", sub diácono y sacerdote (I1I-IV-1582). Se incorporó a la
Universidad corno licenciado en Cánones, recibiendo el doctorado (antes del
18-1-1583). Secretario del III Concilio limense y jurista del IV. Comisario ge·
neral de la Santa Cruzada durante cinco años. Ordinario del arzobispo ante la
Inquisición, el cual lo recomendó muchas. veces a altos cargos de su iglesia (v.
gr., cartas del 17-IV-1 589 y 23-111-1591, en la que lo calificó de "persona tan
principal y de muncha [sic] virtud y recoximiento, a quien vuestra Alteza a de
hazer muncha merced, e yo amo e quiero muncho . . ."). " ... fue el hombre
de confianza y de mayor intimidad que tuvo don Toribio de Mogrovejo" (cí.
. Antonio de Egaña, S.J. (comp.), Monumenta Peruana, Roma 1954- , IV
(1586-1591), p. 689; Vice'n te Rodr(guez Valencia, Santo Toribio de Mogro-
vejo, organizador JI apóstol de Sur-América, Madrid, 1946 y 1947, 1, pp. 153,
203 Y 289, Y 11, pp. 400-403; Emilio Lissón Chávez, C.M. (comp.), La Iglesia
de España en el Perú. Colección de documentos para la Historia de la Iglesia
en el Perú. que se encuentran en varios archivos. Sección primera: Archivo
General de Indias, Sevilla, 1943-1956,111, pp. 516-517; Levillier, op. cit., IX,
p. 299; Eguiguren, op . cit. (1940-1951), 1, pp. 277-279).
34 OSWALDO HOLGUIN CALLO
131. Otro testigo de los hechos diría que Salinas " mostró mucha abilidad y letras y .
buen entendimiento, y se aprobó por todo el claustro ... " (AGI. Escribanía
de Cámara, 567-A). Arteaga de Mendiola, nacido en Guipúzcoa hacia 1535,
fue fiscal de Guatemala (18-11-1568) y de México (1572), y oidor de Lima
(5-VII-1578), donde murió el 19-XII-1590. El virrey Enríquez lo hizo visita-
dor de la Universidad el 15-XII-1581 , ejerciendo después el rectorado (cf.
Schiifer, op. cit. (1935 y 1947),11, pp. 463,478 Y 481; Eguiguren, op. cit.
(1940-1951),1 , pp. 181 , 188 Y 296).
132. Nacido en Sevilla hacia 1525, pasó a Tierra Firme, de donde vino acompañan-
do a la Gasca. Fue asesor letrado del Cabildo de Lima, fiscal interino de la Au-
diencia (1557), letrado del I Concilio limense, abogado de los presos (desde
1572) Y del fisco (desde 1578) de la Inquisición, abogado de los indios nom-
brado por Toledo, que lo hizo primer catedrático de Prima de Leyes de la
Universidad (1577), donde se incorporó de licenciado y graduó de doctor, de-
sempeñando su rectorado en dos períodos (1575-1576 y 1578 a 1579). Tam-
bién tuvo a su cargo la cátedra de Instituta (XII-1574). Fue sepultado en San
Francisco el lS-IV-lS96 (AGI, Lima, 337; Eguiguren , op. cit. (1939), pp.
299 a 316; op. cit. (l94G-19S1), 1, pp. 87 Y 114-117).
133. AGI, Lima, 127. El padrino acompañaba al graduando en todos los actos, pre-
senciaba el escrutinio de los votos, etc. (cf. Eguiguren , op. cit. (1951), 11, p.
222 Y ss.).
134. Las declaraciones las consignó el escribano Francisco de la Vega (AGI, Lima,
127).
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 35
"Yten, si saben que yo, el dicho Diego de Salinas, soy hombre noble
hijodealgo de solar conocido, y en tal posesión y reputación e sido y
soy avido e tenido, y lo fueron avidos e tenidos mis padres" 135 .
"hera hijodealgo notorio y por tal hera tenido entre todos los de su
tierra, que es en las Montañas, en el valle de Yérguenes, y que nun-
ca oyó ni vio lo contrario, aunque tubo mucho trato y conversación
con el dicho Lope de Salinas y con gente de su tierra, y en esta repu-
e
tación posesión de hombre noble limpio fue abido e tenido públi-
ca y comúnmente, y lo tubo este testigo y tiene al dicho licenciado
Diego de Salinas, su hijO .. 136.
A su turno, Almaraz expuso que había oído decir que tenía una ejecutoria de hi-
dalguía 137, mientras que Cadalso Salazar afirmó haberlo conocido durante treinta
años. En cambio, poco pudieron informar acerca de Juana de Escobar, a quien su
hijo trataba de mantener al margen de su opinión.
La siguiente cuestión apuntaba a probar que era graduado en Leyes en la Uni-
versidad, donde
Este era el meollo de la información, pues los únicos méritos en que Salinas podía
fundar sus aspiraciones eran de índole a~adémica. López Guarnido dijo al respecto:
"le a bisto este testigo seguir sus estudios con mucho cuydado e dili-
gencia, dando públicamente muy buena demonstración [sic] de sus
letras y suficiencia, y es rara su habilidad, y la a mostrado en confe-
rencias y actos públicos que se an tenido en la dicha Facultaq... ; y
entiende este testigo que si vive algunos años'a de ser hombre señala-
do en letras por su grande abilidad y afición que tiene a las letras, lo
qual sabe este testigo como persona que le a tratado e conversado co-
mo a dicípulo [sic] que fue suyo todo el tiempo que oyó" [y] "le tie-
ne por una de las mexores abilidades y hombre de más [abilidad: tes-
tado] suficiencia, y de quien más buena speranza {sic] se puede tener
de quantos an studiado [sic] en este reyno ... " 139 .
"con mucha reputación y onor, a lo que dezían todos los que se ha-
llaron presentes, especialmente a los señores oydores que se halla-
ron en ello juntamente con el señor vissorey don Francisco de Tole-
do .. ."141.
149. ef. Eguiguren. op. cit ..(195l), Il, pp. 235 Y 236.
150. AGI, Lima, 127.
151. Cf. Eguiguren, op. cit. (1951), 11, p. 237.
152. "El acto severo se suavizaba por la ironía del vejamen, cambiando el ambiente
psicológico, hierático y solemne por la sonrisa que eleva el ánimo" (cf. Luis
Antonio Eguiguren, El paseo triunfal y el vejamen del graduando, Lima,
1949, p. 16).
153 . (O Villaverche). Clérigo nacido hacia 1520 en la diócesis de Toledo . Admitido
como canónigo de la Catedral de Lima el 30-X-1553. Incorporóse a la Univer-
sidad como licenciado. Murió en 1594 (cf. josé Manuel Bermúdez, Anales de
la Catedral de Lima , Lima, 1958, p. 144; Eguiguren, op. cit. (1940-1951), 1,
pp. 154 Y 169).
154. Cf. Eguiguren, op. cit. (1951), n,pp. 237 y 238. Cada insignia se entregaba
pronunciándose fórmulas latinas convencionales, cuya traducción puede verse
en Carlos Daniel Valcárcel , "La primera reforma universitaria de 1571 ", en
Mar del Sur, Lima, 1951, 18, p. 52.
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 39
del obligado reparto de -guantes, rector y doctores se encaminarían a la casa del re-
cipiendario para servirse el opíparo banquete de ordenanza 155.
Salinas no escatimó ningún gasto a fin de obtener el máximo lucimiento en
la ceremonia más importante de su vida. Tuvo que hacer alfombrar y entapizar el
tabladillo levantado en la Catedral, contratar a los músicos y obsequiar guantes,
propinas, gorras, bonetes, gallinas y confitura a todos los llamados1 56 . Escuela pero
enjundiosamente, el citado escribano dirá:
Así, ante la atenta mirada del virrey, oidores, alcaldes ordinaríos, regidores,
doctores, maestros y vecinos, Diego de Salinas culminó con todo brillo sus estu-
dios universitarios de Leyes, instrumento elegido para abrirse paso en la socie-
dad de su tiempo 1 58.
155. Después, el flamante doctor debía "dar toros que se corran aquel dl'a del gra-
do en la plaza pública desta ciudad ... " (cf. Eguiguren, op. cit. (1951), Il,
pp. 238 Y 239).
156. Ibídem, pp. 239 Y 240.
157. AGI, Lima, 127. Pedro de Castilla, contratado por Salinas el 1°-IX-1582 pa-
ra que le sirviera durante dos años a cambio de 50 ps. ctes. de a nueve reales
en cada uno, casa, comida, vestido, calzado, etc., puede haber intervenido en
las ceremonias como lacayo, paje, etc. (AGN, Marcos Franco de Esquive!,
1581-1583, ff. 590 Y 59Ov).
158. "La universidad confirió un nivel cultural más alto a la vida de las ciudades
coloniales y se constituyó en un elemento de prestigio social" (cf. Richard
Konetzke, A mé,ica latina. JI: La época colonial, Madrid, 1976, p. 316).
159. AGI, Lima, 127.
40 OSWALDO HOLGUIN CALLO
160. Las ordenanzas dictadas por don Amonio de Mendoza y la Audiencia "para
la buena gobernaciqn y estilo de los oficiales" de este tribunal,los prescribían
(cf. Colección de documentos inéditos relativos al descubrimie1lto, conquista
y colonización de las posesiones españolas en América y Oceanía, sacados, en
Sil mayor parte, del Real Archivo de Indias, Madrid, 1864-1884, VIlI, p. 77).
" ... [el grado] fue con mucho aplauso e contento de toda esta ciu-
dad por las razonez que la pregunta dize, ...e save que si el dicho
doctor Diego de Salinas es el primero que a rescibido el dicho grado
de doctor de los que an estudiado en esta Unyversidad, y el primero
de los oyentes que comenzaron a oyr en ella con mucho cuydado y
curiosidad, lo qual save este testigo como catredático [sic] de Prima
de la dicha Unyversidad y de quien desde que comenzó a oyr oyó to-
do el tienpo que fue nescesario . . ."166.
grado en la dicha Facultad de los que en este reino comenzaron sus estudios,
y no a visto este testigo otro ninguno que aya sido primero ni lo a oydo ni en-
tendido, antes save lo que dicho tiene por el mucho tiempo que a lo conoze
[dieciocho años]. .. ". Ramos de Gaona, generalizando, dijo: es público y
H •••
notorio que es el primero de los nacidos en esta tierra que se aya graduado de
doctor ... " (AGl,Lima, 127)
167. " ... en esos tiempos sólo la gente de Iglesia o de curia, esto es, los aspirantes
a clérigos o abogados, tenían interés por los estudios mayores, a los que po-
dría agregarse el reducido grupo de los que ansiosos de saber o ambicionando
honores, los seguían hasta calarse el bonete con borlas de doctor" (cí. Rubén
Vargas Ugarte, S.J., Historia del Perú. Virreinato (1551-1600) , Buenos Aires,
1949, p. 294).
168. AGl, Lima, 127. Sobre el elevado costo de las graduaciones es ilustrativa la
declaración del licenciado Francisco de León (2-11-1583): "Los grados son ex-
cesivos y algunos se dejan de graduar de doctores e maestros por ser tan dema-
siados las costas e gastos que se hacen en los dichos grados, principalmente en
el doctorarse" (cí. Eguiguren, op. cit. (1940-1951), I, p. 186).
42 OSWALDO HOLGUIN CALLO
años apenas, en el primer doctor en Leyes criollo salido del claustro sanmarquino.
Mas es justo advertir que él no buscaba exaltar su condición indiana, temeroso qui-
zás de atraerse la mala opinión ganada por algunos coterráneos 169 .
Salinas también deseaba demostrar el aliciente que su graduación despertaba
en otros jóvenes. Sus testigos declararon entonces que "muchos de los nacidos en
este reino se an animado a seguir el camino de la virtud y letras ..." 170, Y que él
acudía "con muy buena opinión y crédito .. :>171 a ejercer su profesión ante el tri-
bunal. GarCÍa de Loyola, gran amigo de la tierra 172, informó que con su ejemplo
180. Posiblemente, Gaspar Vélez de Alcócer, su amigo, que por esos días partió ha-
cia España muy comisionado (cf. Libros de cabildos de Lima, IX, p. 647).
181. El 2-XI?-IS83. El ejemplar que conocemos de la solicitud parece ser un dupli-
cado del original, aunque sin firma (AGI, Lima, 127). Vide apéndice 30.
182. Loe. cit.
44 OSWALDO HOLGUIN CALLO
la caridad real sino del derecho que, creía, le asistía 183. Elll de enero de 1584, el
licenciado V illarroel proveyó: " Al memorial, con sus calidades" 1 84 • Transcurrieron
después varios meses sin que se adoptara providencia alguna, en vista de lo cual el
agente de Salinas recordó que el expediente
183 . No se equivocaba cuando decía que la Universidad había sido creada para fa-
vorecer a sus egresados. Toledo pensaba igual : " . . porque siendo personas
doctas se podrán proveer en eIJos los beneficios, prelacías, dignidades, preben-
das y otros oficios y cargos de honra y ~provechamiento .. . " (cf. Bernabé Co-
bo, S.J., Obras, Madrid, 1964, I1, p. 404). Además, "la Universidad se creó
puede decirse para los criollos, pues los nacidos en la Península, salvo algunas
excepciones, venían de allá con los estudios hechos y las demás clases sociales
estaban excluidas de hecho de la opción de los grados. . . " (cf. Vargas Ugarte,
op. cit. (1949), p. 294).
intuía que al serlo disfrutaría de alguna parte del autoritarismo regio. Empero, las
circunstancias no favorecían sus deseos l88 .
188. A lo largo de! siglo XVI los oficios públicos, "considerados al principio co-
mo mercedes y recompensas a los conquistadores, van siendo entregados lue-
go, los más importantes, a una burocracia asalariada en la que letrados y no-
bles peninsulares tienen un gran papel; ... aunque e! concepto de oficio-mer-
ced no se borre ni deje de aplicarse" (ibídem, 111, p. 447).
189. Parroquia del Sagrario de Lima, Lib. 10 de matrimonios de españoles (1567-
1588), f. 193.
190. Cf. Guillermo Lohmann Villena, "1 nformaciones genealógicas de peruanos se-
guidas ante e! Santo Oficio", en Revista del Instituto Peruano de Investigacio-
nes Genealógicas, Lima, 1955,8, p. 17.
\
191. Cf. José de la Torre y del Cerro, "Apuntes documentales sobre cordobeses en
el Perú", en Revista del Instituto Peruano de Investigaciones Genealógicas,
Lima, 1958, 11, pp. 218-221.
192. AGN, Juan Gutiérrez, 1578, fí. 1-2'1.
193. AHN, Inquisición, leg. 1207, expte. 24.
46 OSWALDO HOLGUIN CALLO
por sus enemigos 194 • Con todo, la posición acomodada de Alonso de Palma abrió
una importante puerta a su hijo Juan Femández de Córdoba: la de los estudios su-
periores 19 s .
Diego Femández de Córdoba podía esquivar la sospecha pública gracias a su
dinero y a las buenas relaciones sociales que mantenía 196, pero su esposa no escapa-
ba de ella dado su indiscutible origen portugués 197 y vivir con su madre, con quien
celosamente compartía la verdad de su oscura estirpe 198. Al igual que tantas otras
víctimas de la discriminación racial y religiosa de su tiempo, habían elegido la tierra
indiana para radicarse lejos de la denuncia social que los perseguía en la Penínsu-
la. Juana de Silva arribó tal vez al Perú con su menor hija tratando de olvidar para
siempre a su marido, refugiado, como muchos otros, en el norte de Africa por no
apartarse de la ley de Moisés 199. Mas su hacienda no era pobre : dio 4,000 ps. ensa-
yados de dote a su hija cuando ésta contrajo enlace 2oo .
Fernández de Córdoba ejercía el oficio de mercader desde temprana edad.
Hombre afortunado 201 , llegó al Pero atraído por las grandes utilidades que produ-
cía el comercIO en estas tierras 202 , lo que pronto se hizo feliz realidad y premió sus
desvelos 2 0 3 . Dueño de un nombre respetado en el mundo mercantil, recibía diversas
comisiones de cariz patrimonial 204 , y hasta pudo permitirse la compra de un juro
sobre las rentas de su ciudad natal 205 , y prestar dineros a la comuna limeña 206 .
Gravemente enferma, Menéía Gutiérrez otorgó su testamento a fines de
1577 207 . Dispuso ser enterrada en el monasterio de la Encarnación, "en la sepultura
que paresciere al dicho Diego Hernández [sic] de Córdova, mi marido"208, a quien
nombró único albacea 209 . Declaró como herederos a los cinco }üjos habidos en su
matrimonio: Alonso Fernández 210 , doña Inés, monja en la Encarnación 211 ; Juan
202. Cuando casó con la Gutiérrez su caudal ya era elevado : "truxo a mi poder por
bienes suyos quarenta myl pesos de plata ensayada e marcada en oro y plata",
diría aquélla (AGN,Juan Gutiérrez, 1578, ff. 1-2v).
203 . Ya en 1561 le remitía plata a su padre, el cual falleció a fines de 1563 o co-
mienzos de 1564, dejando como herederos a sus dos hijos, Juan y Diego. La
buena situación de este último le permitió renunciar su legítima en su herma-
no mayor, que era su agente comercial en la Península (cf. Torre y del Cerro,
op. cit. , pp. 218-221) .
204. De don Antonio Fernández de Córdoba y Benavides, futuro señor de Guadal-
cázar (desde 1564), Pedro de Ribera, Andrea de Triguillos y María García de
Triguillos (de cuyo hermano Alonso Ruiz Triguillos era albacea), Rodrigo
Vásquez de Lora, los herederos de Antón Ruiz Perulero, fallecido en Lima,y
otros vecinos de Córdoba (loe. cit.). De doña Elena de Rojas, viuda del capi-
tán Francisco de Cárdenas, vecinos de Guamanga (BNP, Ms. Z-427). Y de
Alonso Gutiérrez, el rico encomendero de la Nasca y Guanchoguaylas (AGN,
Ambrosio de Moscoso, 1554-1566, registro 16, f. ] 72).
205. Encargó la cobranza de los réditos a su hermano clérigo (Torre y del Cerro op.
cit., pp. 218-221) .
206. El 3-X-1578 se le aceptaron mil ps. ctes. para pagar cierto trigo (Libros de ca-
bildos de Lima, VIII, p. 667)_
207. El 29 de diciembre, ante los testigos Alonso Gutiérrez, licenciado Juan de
Obando, Marcos Venero, Baltasar Méndez y el canónigo de Lima Cristóbal
Medel, que firmó por ella "de causa de la gravedad de su enfermedad" (AGN,
Juan Gutiérrez, 1578, ff. 1-2v).
208. Loc . cit.
209. También le encargó su entierro, misas, hacerla cofrada, rematar su ropa y re-
partir el producto a los pobres, etc., a su arbitrio (loe . cit.).
210. Debió de ser bautizado en la Nasca en 1560 o 1561, que no en la Catedral de
Lima. Se graduó de bachiller en Artes en la Universidad de Lima (AGN. Supe-
rior Gobierno, 1605,leg. 2, cuaderno 24; Eguiguren, op. cit. (1940-1951), J.
pp. 300 Y 302).
2] 1. Fue bautizada el martes 21-VII-1562, apadrinándola Martín Ruiz de Marche-
na y Juana Rodríguez, su mujer; el licenciado Juan Bautista de Monzón, ti,.
48 OSWALDO HOLGUIN CALLO
Fernández 212 , doña Juana 213 y Dieg0 214 . Y, por el especial afecto que sentía hacia
doña Juana, añadió:
" .. declaro que yo tengo amor a doña Juana ...e respeto desto e de
que la susodicha es nyña, e para que tenga mejor con qué se casar,
otorgo que la mejoro en el tercio e quinto de todos mys bienes, para
que con este tercio e quinto le aya demás de lo que se le cupiere co-
mo a uno de mys erederos, porque esto es my voluntad,,21s . '
Doña Juana, al haber tomado estado religioso su hermana, ya era orientada a la vida
seglar.
Pronto se le ofreció al rico viudo inmejorable ocasión de casar a su favorecida
hija. El pretendiente de su mano, y sobre todo de su dinero, era ~n caballero de hi-
dalguía comprobada: don Juan de Saavedra, escribano mayor de gobernación del
Virreinato, personaje decisivo en esta biografía, razón que nos impone dedicarle
uttos cuantos párrafos.
Nacido en Córdoba de padres nobles 216 , don Juan de Saavedra pasó a Indias
con su hermano don Hernando Arias de Saavedra 217 . Debió de residir algún tiempo
218. Estaba ya en Lima, recomendado a García de Castro, como paje del rey, por
abril de 1569 (AGI, Lima, 122).
219. Diversas personas se habían desempeñado como escribanos de gobernación
desde los tiempos de Pizarro, aunque sin título expreso. El cargo fue creado
para beneficiar al referido Maldonado, pues se le autorizó a venderlo (AGI,
Justicia, 482). Su titular autorizaba las provisiones, autos, mandamientos.
etc., expedidos por el virrey.
220. El hecho ocurrió en La Plata, durante la Visita General (AGI, Escribanía de
Cámara, 567-A).
221. Nacido en Aguilar de Campoo, montañas de Santillana (Palencia), hacia 1540
(d543 ?)J llegó al Perú en 1566, tomando a su cargo una de las dos escriba-
nías de cámara de la Audiencia de Lima. Acompañó a: Toledo como secreta-
rio en su Visita General al lado de Diego López de Herrera, primero, y des-
pués solo. Escribió un "Testimonio en relación de lo que en este reino hi-
zo... " dicho virrey (Lima, 20-IV-1578), así como sus testamentos cerrados
otorgados en Lima (1578 y 1580), muestra de la confianza que le merecía.
Como gentilhombre lanza escribió una "Relación y apuntamientos delo que
toca a la materia de la Compañía de los lanzas y arcabuces... ". Casó con do-
ña Angela Ortiz de Arbildo y Bérriz, hija legítima del regidor de Lima Fran-
cisco Ortiz de Arbildo y de doña Quiteria de Merlo, el 27-X-1577. con quien,
en cabeza de don Juan de los Ríos y Bérriz, su primogénito, fundó el opulen-
to mayorazgo de Ríos (1602). Testó cerrado el 25-1-1613 ante Pedro Gonzá-
lez de Contreras. Falleció el viernes 7-VI siguiente, siendo sepultado en su
capilla en San Francisco (AGI, Justicia, 4RO y 482; Contratación, 325, N0
4, ramo 3, y 955, N° 2, ramo 2; Mendiburu, op. cit., VIII, pp. 59 Y 60; Sway-
ne y Mendoza, op. cit., pp. 386, 387 Y 390-396; Lohmann Villena, op. cit.
(1947), 11, p. 5; José de la Riva-Agüero y Osma, El Perú histórico y artúlico.
Influencia y descendencia de los montañeses en él, Santander, 1921, p. 79;
Roberto Levillier, Don Francisco de Toledo, supremo organizador del Perú.
Su vida, su obra (1515-1582), Madrid, 1935-1942, 1 (Años de andanzas y de
guerras (1515-1572), pp. 98 Y 138, Y anexos, p. 90 Y ss.; Guillermo Loh·
mann Villena, "Las compañías de gentileshombres lanzas y arcabuces de la
guarda del Virreinato del Perú", en Anuario de Estudios A mericanos, Sevilla,
1956,13, pp. 152 Y 173;Pérez Cánepa, op. cit. (1955),8, p. 293).
222. No cesaba de recomendarlo al Consejo de Indias y de ponderar la confianza
que el escribano de gobernación debía merecer del virrey de turno, en lo que
tenía razón (cí. Levillier, op. cit. (1921-1926), V, pp. 109 Y 110).
50 OSWALDO HOLGUIN CALLO
Entre tanto, don Juan, deseoso de conseguir dinero para pagar el valor de la
escribanía 223 , contrajo matrimonio con doña Beatriz de Aliaga, rica heredera de la
vecindad 224 . Lamentablemente, la unión no duró mucho 22s oTuvo que pensar en-
tonces en üna nueva esposa que le procurase cuantiosa dote, quien no fue otra que
doña Juana de Silva, niña de escasos once añoso En efecto, Fernández de Córdoba
ofreció dotarla con la elevada suma de 25,000 pesos ensayados 226 oLa boda se cele-
bró, en casa de éste, el domingo 5 de abril de 1579, actuando de ministro ellicen-
ciado Pedro Gutiérrez Flores, clérigo del hábito de Alcántara, y de testigos el propio
Toledo, el licenciado Cristóbal Ram írez de Cartagena y el doctor don Diego de ZÚ-
ñiga, oidor y alcalde de corte de la Audiencia, respectivamente 227 o El hidalgo cor-
dobés se casó pues con la hija de quien no tenía su calidad pero podía remediar su
apuro financiero 228 o El mercader, por su parte, había sacado partido de su diligen-
223 10,540 ps. ensayados o, lo que es lo mismo, 12,648 ducados (AGI, Escriba-
nía. de Cámara, 567-A).
224. Hija legítima de don Jerón imo de Aliaga y doña Leonor de Figueroao La bo-
da, celebrada por Frey Pedro Gutiérrez Flores, el 5-11-1576, fue testificada
por el propio virrey, don Francisco Manrique de Lara y don Francisco Gonzá-
lezo La vdación la impartió el doctor Juan de la Roca, cura de la Catedral, el
12 siguiente (Parroquia del Sagrario de Lima, Libo 10 de matrimonios 0567-
1588), fo 89v)0
2250 Se suscitó un pleito por la posesión de un mayorazgo de los Aliagas (AGI, Es-
cribanía de Cámara, 567-A) .
226 . 3,000 en joyas y esclavos y 4,000 en reales de contado, como primera entre-
ga, según escritura ante Francisco de la Vega de 30-111-1579, la que fue eje-
cutada, antes del término, el 30-XII del mismo en presencia de jerónimo de
Savón, don Juan de Villafucrte y Marcos jiménezo Al recibirlos, don Juan
apeJlid6 Fernández de Córdoba a doña Juana (AGN, Alonso de la Cueva,
1579-80, ff. 331v-333v)0
227. Asentó la partida el doctOr Juan de la Roca, cura, y la de la velación -realiza-
da por el canónigo Medel en la Encarnación el 13 de mayo- el bachíJIer Cris-
tóbal Sánchez de Renedo, beneficiado (Patroquia del Sagrario de Lima, Lib.
10 de matrimonios, fo 125v)0
2280 "Otro medio de lograr una fusión entre aristócratas y mercaderes eran los en-
laces matrimoniales, que llegaron a constituir una de las maneras de ennoble-
cerse los descendientes de comerciantes enriquecidos" (cf. María Encarna-
ción Rodríguez Vicente, El Tribunal del Consulado de Lima en la primera
mitad del siglo XVII, Madrid, 1960, po 111)0 Ya don Pedro Meda de Ovando
denunciaba a principios del siglo XVII como "mucha de la nobleza que a
passado a las Indias se ha mezclado con sangre plebeya por medio de las ri-
quezas, con título de remediar su pobreza . . o" (cfo su La Ovandina, Madrid,
1915,1, p. 286).
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 51
Don Juan, aunque se creía capaz de ejercer la escribanía con sobrada eficien-
cia, no tenía, en realidad, dotes de letrad0 237 . Había nacido para soldad0 238 , no
229. Don Juan le había dado poder amplio y general para pleitos y otros meneste-
res el4-V-1577 (AGN, Juan Gutiérrez, 1576-1577, ff. 451v-452v).
230. "Poco a poco, la alta clase mercantil fue adquiriendo los usos y costumbres
de la aristocracia, al mismo tiempo que ésta... fue viendo cada vez con me-
nos desdén las actividades mercantiles" (cf. Rodríguez Vicente, op. cit., p.
110).
para ejercer la escribanil tarea de secretario del Virreinato 239 . Toledo aprO'lechó su
carcelería para llamar a Navamuel en su reemplazo 24o . Uegó entonces una~arta eje-
cutorla por la que se amparaba plenamente al cordobés y, al mismo tiempo, comi-
sión para que el licenciado Francisco de Cárdenas, alcalde de corte más antiguo, le
diese la posesión del cargo241 . El virrey, molesto por el favor que don Juan recibía
del Consejo 242 , frustró el referido encargo haciéndolo sacar de su prisión por bre-
ves momentos para hacerle entrega simbólica de la disputada escribanía de goberna-
ción 243 .
Don Juan, enfermo y amedrentado, testó cerrado el4 de febrero de 1580 244
Además, aconsejado por sus amigos, vino a fIrmar una escritura de transacción con
mo juez pesquisidor de la causa sobre la muerte del clérigo Martín Alvarez, in-
terviniendo el 27 en la expulsión de los jesuitas junto con el corregidor Garci
Gutiérrez de Escobar, representante de Toledo (cf. Eguiguren, op. cit. (1940-
1951),1, p. 138).
238. En 1579 participó como capitán en una expedición armada en Tierra Firme
por orden de Toledo, quien habría reconocido sus servicios (AGI, Escribanía
de Cámara, S67-A y Lima, 125; AGN, Superior Gobierno, 1605, lego 2, cua-
derno 24).
239. La pobre redacción de la mencionada carta es prueba de su escasa preparación
(AGI, Lima, 125). .
240. " . . . secretario ábil y tan práctico de mi estilo e yntento y secreto", decía en
su encomio (cf. Levillier, op. cit. (1921-1926), VII, p. 211).
241. AGI, Escribanía de Cámara, 567-A. Más de una real cédula o provisión tocan-
te a la escribanía ha sido extractada por Antonio de León Pinelo en su "Indi-
ce general de los papeles del Consejo de Indias" publicado por la Real Acade-
mia de la Historia en la Colección de documentos inéditos relativos al descu-
brimiento, conquista y organizacióñ de las antiguas posesiones españolas de
U/tramar, Madrid, 1923-1926, XIV-XVIII. que nos ha sido imposible consul-
tar a causa de la pobreza de nuestras bibliotecas (cf. Alfonso García Gallo,
Metod%glÍl de la historia del Derecho Indiano, Santiago de Chile, 1970, p.
32; Schiifer, op. cit. (1946 y 1947),1, pp. 166,454 Y 487).
242. "Yo soi buen testigo de que él no es suficiente no solamente para descargar
al que gobernare aunque sea más mozo y con más fuerzas que yo, mas aun pa-
ra ayudarle por la vía ordinaria, quanto más por la extraordinaria... ", escri-
.
bía al rey (cf. Levillier, op. cit. (1921-1926). VII, p. 211) .
243. En el acto, para humillarlo, Toledo le habría hecho firmar unas provisiones re-
dactadas por Navamuel (AGI. Escribanía de Cámara. 567-A).
244. Ante Pedro de Venegas, presenciando la entrega del documento Julián de Bas-
tida. Francisco Núñez Sedano, el licenciado Francisco de Cárdenas, el canóni-
go Cristóbal de León, el capitán Tomás Gutiérrez de Espíndola, el bachiller
Juan de Ovando, clérigo, y Hernando de Paredes, Testimonio del encabeza-
miento, tres cláusulas y pie del original perdido, en AGI, Escribanía de Cá-
mara, S67-A.
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 53
Navamuel por la cual ambos se desistieron de todas las acciones entabladas mutua-
mente a raíz de la posesión del oficio, de los documentos y de la restitución de los
réditos percibidos en su ejercici0 245 . Poco le sirvió el arreglo. Liberado de la cárcel,
en virtud de flanzas, por espacio de quince días, y estando refugiado en la casa de
su suegro, supo que Toledo se encontraba en la vecina iglesia de la Encamación. In-
tentó allí un último gesto de amistad, pues fue a
"prostrarse [sic] a sus pies miércoles sancto, día que aun a los delin-
quentes y malhechores se perdona y haze merced; e visto por el di-
cho visorey, no le quiso oyr e riftó ásperamente a sus criados por-
que lo avían dexado entrar, diziendo palabras de grande [añadido]
enoxo. Y el dicho don Juan se fue a su casa tan aflexido ~siC] que to-
dos juzgaron fenmendado] que avía perdido el juizio. , ." 46.
Pocos días después -el 11 de abril de 1580-, don Juan entregaba el alma al
Creador l47 . Femández de Córdoba demandó la inmediata apertura del testamento,
en el·cuál, previendo su próximo fm, el difunto había renunciado la escribanía mor-
tem causa en Alonso Femández de Córdoba y, por su muerte, en Juan Femández
de Córdoba, sus cuñados, "en nombre e para la dicha doña Joana de Silva, mi mu-
ger"l48, previa conformidad real. Su viuda, ya que con su dote se había pagado el
ofició 249 , y en vista de que no tenían descendencia, ni don Juan ascendientes vivos,
245. El 27-11-1580, siendo testigos los licenciados Pedro Gutiérrez Flores y Alonso
Velásquez, y Felipe de León (AGN, BIas Hernández en registro de Alonso
de la Cueva, 1579-1580, ff. 511-518).
246. AGI, Escribanía de Cámara, 567-A. Aunque el testimonio proviene de parte
interesada, es útil para imaginar la reacción del virrey, pues sabido es que "pa-
ra · ser gobernante perfecto le falt6 siempre una buena dosis de humanidad y
benevolencia" (cf. Vargas Ugarte, op. cit. (1949), p. 263).
247. AGI, Escribanía de Cámara, S67-A. Toledo, con indisimulada ironía, escri-
bió: "Después que llegué aquí murió don joan de Savedra [sic], a <f.Iien el
Audiencia tenía preso y dada esta ciudad por cárcel por lo que vuestra Mages-
tad uerá en el proceso que será con ésta. No es cosa nueua en este rerno pro-
ueer Nuestro Señor de su mano lo que no acertamos los hombres .. .' (cf. Le-
villier, op. cit. (1921-1926), VI, p. 289). El hecho permiti6 que Navamuel
asumiera el cargo como interino (AGI, justicia, 482).
248. Don juan había hecho constar que retenía el puesto mientras viviera (AGI,
Escribanía de Cámara, S67-A).
249. 8,940 ps. ensayados que "restava deviendo del dicho oficio, y como corista de
la carta de pago que del rescibo dellos di al dicho Diego Fernández de Córdo-
ba, mi señor, por no tener otros bienes de que los pudiese pagar.. .". Don
Juan quería facilitarle la cobranza: ", .. mi voluntad es no causar perjuizio
a 1"*= testado] su dote, sino que la pueda cobrar y cobre como bienes previ-
legiados de qualesquier bienes en que tuviere e pudiere tener derecho para la
54 OSWALDO HOLGUlN CALLO
devino su heredera universal y, como tal, "propietaria del dicho oficio .. .',250, de-
biendo beneficiarse con sus réditos y aprovechamientos, "sacado el trabajo y gastos
nec~sarios dél y de la persona o personas que los huvieren" de ejercer en su nom-
bre 251 . Además, alIado de su padre y del licenciado Alonso Velázquez, fue nom-
brada albacea y ejecutora testamentaria. Junto con ello, recibió un valioso encargo
suscrito por el difunto en cláusula adicional:
Dona Juana de Silva, viuda a los doce años y heredera de un importante em-
pleo virreinal, era en verdad afortunada. Pero toda su familia, padre y hermanos,
también se habían beneficiado del paso por sus vidas del pobre hidalgo cordobés que
en ellos hallara interesado apoyo a sus proyectos. Sin embargo, era ella la titular de
todos los derechos sobre la escribanía. Y el vecindario lo sabía ...
Tres meses después del infeliz fm de su yerno, Diego Fernández de Córdoba
contrajo segundo enlace con la panameña dona Constanza de la Roca 2s3 , hija legí-
tima del difunto Sebastián Suárez, tesorero de la Real Hacienda 2s4 , y de dona An-
cobrar .. " (loe. cit.). Doña Juana, bajo la tutela de su padre, dio poder a su
tío el licenciado Juan Fernández, vecino de Sevilla, y a su hermano Alonso,
de viaje a España, para recibir la legítima que a don Juan le tocaba de la he-
rencia de sus padres. Fernández, que ya fuera apoderado de don Juan en vi-
da, recibió varios miles de maravedís de su herniano mayor don Martín de
Saavedra (ef. Torre y del Cerro, op. cit., pp. 212-218).
250. AGI, Escribanía de Cámara, 567-A.
251. Loc. cit.
252. Loc. cit.
253. El 12-VII-1580, en casa del celebrante doctor Juan de la Roca, tío de la con-
trayente, ante los testigos el capitán Cristóbal Muñoz de Avila, encomendero
de Huarmey y alcalde ordinario de Lima en 1557 y 1563; Gonzalo de Monte-
mayor, clérigo; y Antonio Juárez de Medina (Parroquia del Sagrario de Lima,
Lib. 1° de matrimonios (1567-1588) f. 141v) Muñoz de Avila y el mercader
Jaime. Campi estaban casados con hermanas de doña Constanza, y más tarde lo
estarían Cristóbal de Arriaga y Alarcón y Alvaro de AJcócer y Alarcón, regi-
dores y ricos vecinos de Lima (ef. Swayne y Mendoza, op. cit., pp. 392-396 Y
479).
254. Sevillano que estuvo aliado del rey cuando la rebelión de Gonzalo Pizarro. En
Panamá fue alguacil mayor, regidor y alcalde ordinario. Pasó a España y obtu-
vo nuevo escudo de armas en premio a sus servicios, así como la tesorería de
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 55
drea de la Roca 25S . Entre doña Constallza y aquella Mencía Gutiérrez que pocos
recordaban y a quien su viudo trataba de ennoblecer 2s6 , existían muchas diferen-
cias sociales y económicas 25 7 . Mas era innegable que en su nuevo compromiso juga-
ba papel importante el haber sido suegro de un ilustre caballero, así como también
el poseer fortuna. El 15 de octubre de 1582 logró ser nombrado depositario gene-
ral interino de la ciudad por el virrey Enríquez 2S8 , esto es persona que gozaba de
la confianza vecinal, aunque al mismo tiempo se puso en remate, al mejor postor,
la propiedad del cargo. El todavía licenciado Diego de Salinas, pidiéndolo para su
cuñado Juárez de Medina, ofreció 10,000 ducados de Castilla
262. Respecto a éste, el inquisidor Gutiérrez de Ulloa decía: "Vale mucho con el
[virrey]" (cf. Rubén Vargas Ugarte, S j ., Biblioteca Peruana, Lima, 1935-
1957, IV (Manuscritos peruanos en las bibliotecas de América), p. 133). Sa-
linas logró que Miranda favoreciera su postura frente a la de Gil de Avis (AGI,
justicia, 482).
263 . El 22-1-1583 se le expidió nombramiento, ordenándose que fuera recibido por
el Cabildo al -ejercicio del cargo previa fianza de 20,000 ducados, lo que sqlo
se logró el 8-U siguiente por el contrariado Gil de Avís (Libros de cabildos de
Lima, IX, pp_ 638-645). Todo parece indicar que Salinas apeló a sus amigos
cabildantes para obstaculizar su recibimiento (AGI, justicia, 482) los mismos
que, por esos días, escribían al rey en su recomendación (vide nota 176 supra).
264. En su testamento de 22-1-1583, el corzo hizo escribir que estaba "enfermo de
una herida que me dio en la cabeza Diego Hernández de Córdova... con una
alavarda, riñendo, de que estoy a punto de muerte en el hospital de el Espíri-
tu Santo de esta ciudad . .. ", perdonándolo como cristiano, aunque ordenan-
do seguir el juicio (AGN, Rodrigo G6mez de Baeza, 1582-1584, ff. 635-637v).
265. El primero lo afianzó por el recibo de un cargamento de mercaderías que
se aguardaba procedente de Tierra Firme, el 18-V-1584. El segundo, por la
elevada s~ma de 100,000 ps. que se exigían en garantía "de cárcel segura"
para quitarle los guardas en la prisión, el 23-V-1584 (AGN, BIas Hernández
en registro de Pedro Arias Cortés, 1584-1585, ff. 104 Y 104v, Y 107v).
266. Heredero universal de las encomiendas de su padre, el conquistador y vecino
de Huamanga capitán Vasco de Guevara; alcalde de Lima en 1584 y 1592, co-
mo tal fue enviado por procurador de la ciudad a España para gestionar la de-
rogación de las alcabalas, en cuya contradicción se señaló, mereciendo que el
virrey Marqués de Cañete lo calificara de "mozo poco asentado y corregido".
No cumplió su misión porque durante el viaje jugó y perdió todo el dinero
que llevaba (AGN, Pedro Venegas, 1579-1580, f. 229v; JuaJ;! Bromley, "El
procurador de Lima en España (años 1533 a 1620)", en Revista Histórica, Li-
ma, 1954, XXI, pp. 88-90; Libros de cabildos de Lima, X y XI, passim).
267. En tal virtud, autoriz6 diversos autos y sentencias pronunciados en la insta~
cia ordinaria, v. gr., en la causa del remate de las haciendas de los herederos de
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 57
vo de su vida: casarse con una rica y joven heredera .
Sin desestimar el humano aspecto de los sentimientos afectivos, creemos des-
cubrir que Salinas se unió en matrimonio estimulado, sobre todo, por intereses pro-
saicos. Re~urrió a la mediación del regidor Luis Rodríguez de la Serna 268 y de los
jesuitas Alonso Ruiz 269 y Francisco de Angulo 270 , personas de mucho ascendiente
en el pueblo 271 _ El primero era muy amigo de Fernández de Córdoba, mientras que
los "teatinos" gozaban del respeto general que infundían su gravedad y diplomacia.
Debemos pensar que el mercader aceptaría gustoso la propuesta matrimonial encar-
gada a los tres mediadores, pues el pretendiente gozaba de un buen nombre y un só-
lido caudal, apemás de una profesión liberal que le presagiaba un asegurado futuro .
Doña Juana, joven de diecisiete años cumplidos, debió pensar que el difunto don
Juan de Saavedra lo habría aprobado para desposar a su viuda. El doctor Salinas,
por su parte, estaba convencido de que al fm iba a ejercer un importante cargo pú-
blico: la escribanía de gobernación del Virreinato . Sin embargo,a Fernández de Cór-
Juan Márquez y María Jiménez, entre febrero y agosto de 1584 (AGN, Pedro
Arias Cortés, 1584-1585, ff. 257-277v).
268. Nacido en Zaragoza (Aragón) hacia 1532, fue alguacil mayor de Lima (1571),
regidor durante muchos años (desde 1576), tesorero de la Casa de Moneda,
procurador de la ciudad en el Condliolimense de 1582-1583, fami~iar de la
Inquisición (desde 1588), mayordomo del hospital de San Lázaro, alguacil
mayor de la Inquisición (1600) , etc. Murió el 13-11-1609, legando cierta suma
al Cabildo (d. Libros de cabildos de Lima, VII-XV, passim¡ Eguiguren, op.
cit. (1940-1951), 1, p. 286).
269. Aunque el documento habla de un Antonio Ruiz, lo cierto es que no hubo je-
suita así llamado en el Perú del siglo XVI. En cambio, sí hubo un P. Alonso
Ruiz, nacido en Córdoba hacia 1530. Entró a la Compañía a los 22 años, don-
de estudió Lógica, Filosofía y Teología y se graduó de bachiller en Artes. Fue
maestro de novicios en San Andrés del Quirinal y provincial de Roma (1571-
1573), rector de Granada y procurador de Andalucía a la segunda Congrega-
ción General de su Orden. Profeso de cuatro votos, pasó al Perú en 1581 con
la cilebre e~edici6n del P. Piñas, siendo destinado a Arequipa. Desempeñó
después las rectorías de los colegios jesuitas de esa ciudad (desde 1585), Chu-
quiabo, Quito y Panamá, donde también fue visitador y vice provincial. Falle-
ció en Arequipa en diciembre de 1599 (Historia general de la Compañía de
Jesús en la Provincia del Perú, 1, pp. 21 Y 292, Y 11 (Relaciones de colegios y
misiones), pp. 192, 210,211,275 Y 276; Egaña, op. cit., 1Il, p. 222). •
270. Nacido en Lucena (Córdoba) hacia 1536, entró en la Compañía a los 20 años.
Estudió Artes y Teología. Arribó al Perú en la expedición citada en la nota
anterior. Tenía dotes de confesor yera coadjutor espiritual formado. En
1584 fue enviado a la misión del Tucumán, donde ejerció brillante labor al
igual que en el Paraguay, siendo también comisario del Santo Oficio ~ Lima
(ibídem, n, p. 462, Y 1Il, p. 225; Historia general de IaCo,mpilffía de Jesús en
la Provincia del Perú, ~,pp. 21 Y 298, Y n,pp. ~H, 436 Y460). .
271. AGI, Contratación, 926, ramo 2°.
58 OSWALDO HOLGUIN CALLO
doba no se le ocultaba el verdadero propósito del criollo, de ahí que obligara a su hi-
ja a renunciar el oficio en su hermano Alonso la víspera del día señalado para la bo-
da 272 •
El domingo 12 de julio de 1584273 , en la casa del mercader cordobés, el doc-
tor Antonio de Valcázar, provisor y vicario general del Arzobispado.
El celebrante y los testigos eran grandes amigos de Salinas 27s , mientras que de la
Roca era pariente político del anfitrión 276 . Es de creer que la ceremonia diera paso
272. La escritura se hizo ante Diego Martínez, cuyo protocolo de ese año se ha per-
dido (AGN, Diego Martínez en registro de Rodrigo Gómez de Baeza, 1584-
1585, ff. 1 338-1338v).
273. El calendario gregoriano, implantado en el Imperio español por reales provi-
sión y cédulas suscritas en Aranjuez el 14-V-1583, fue adoptado por el cabil-
do de Lima el ll-IX-1584 y comenzó a regir desde el siguiente mes de octu-
bre, hecho que explica que el 12 de julio de ese año cayera en domingo y no
en jueves (cf. Diego de Encinas (comp.), Cedulario indiano, Madrid, 1945 y
1946, Lib. 1°, pp. 269-271; Libros de cabildos de Lima, X, pp. 117 Y 123).
274. Parroquia del Sagrario de Lima, Lib. 10 de matrimonios (1567-1588), f. 193.
Guillermo Lohmann Villena, con ligeras variantes, ha publicado esta partida
en "Fray Diego de Córdoba Salinas (alcance a un articulo)", en Revista de In -
dias, Madrid, 1953, XII, 48, pp. 343-345.
275. Respecto a Valcázar, López Guarnido y Garro, vide notas 130, 132 Y 175 su-
pra. Hernández de Herrera, uno de los mercaderes más ricos del Perú ("perso-
na de muchos negocios"). era natural de Sevilla, donde naciera hacia 1536.
Residía en Lima desde 1559 dedicado a empresas importantes, como el trans-
porte del azogue de Huancavelica (AGI, Justicia, 480 y 485).
276 .. Hermano de su suegra, natural de Panamá. Fue examinador de clérigos, pro-
visor y vicario general del arzobispado (1581), vicario y cura de Trujillo, co-
misario general de la Santa Cruzada, cura de la Catedral de Lima durante vein-
titrés años, canónigo doctoral de su cabildo, limosnero y confesor de Santo
Toribio, fiscal del Concilio limense de 1582 y 1583, rector de la Universidad
(1586-1587), donde se incorporara como doctor en Cánones por la de
Salamanca, etc. Se le nombró obispo de Popayán en 1599, siendo consagrado
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 59
a una sonada fiesta en honor de la pareja 277 . E117 de setiembre siguiente, en la En-
camación, Valcázar velaba a los flamantes esposos278.
Poco le valíó al prevenido mercader hacerle renunciar la escribanía a su hija
doña Juana. Cuatro meses después de la boda, Salinas conseguía que ésta revocara la
escritura respectiva fundada en la excusa baladí de que su hermano no la había
aceptado, cosa que no podía hacer por hallarse en España, y "por causas que a ello
me mueben", eufemismo que ocultaba el designio marital 279 . Doña Juana tomaba
a su cargo la escribanía "para usar della cómo y de la manera que más y mexor a mi
derecho convenga", en tanto que Salinas ratificaba' el acto y añadía su propia revo-
cación 2lSo . La posible presencia de Fernández de Córdoba sería una muestra de su
asentimiento, posiblemente por lo que pasamos a exponer.
Como era de esperar, el matrimonio se había r,ealizado previa promesa dotal,
aunque, desusadamente, todo no pasara del mundo de las palabras. Sólo e19 de fe-
brero de 1585 suegro y yerno suscribieron el indispensable documento 281 . Aquél
ofreció 20,000 pesos ensayados: 16,000 que retenía de la dote que dio a don Juan
de Saavedra y 4,000 que su hija había heredado del mism0 282 , entregando a cuenta
en 1603, donde murió pobre antes de asumir su nueva sede de Quito (cf.
Eguiguren, op. cit. (1940-1951), 1, pp, 233-237; Diego de Córdoba Salinas,
O.F.M" Teatro de la Sama Iglesia Metropolitana de los Reyes, Lima, 1958, p.
28).
277, " .. . en bautizos, bodas y fiestas de cualquier clase ... se derrochaban dinero,
respetuosos tratamientos, ostentación de ilustres genealog(as e ínfulas nobilia-
rias" (cf. Céspedes del Castillo, op. cit., IlI, p. 493).
278. "El señor doctor Antonio de Valcázar, pr-ovisor, velo a los sobredichos en la
yglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, en diez y siete días de setiem-
bre de mil y quinientos y ochenta y quatro años. El doctor Juan de la Roca
[firmado]" (Parroquia del Sagrario de Lima, Lib, 1° de matrimonios (1567-
1588), f. 193).
279. Por escritura del 29-XI-1584 suscrita ante lós te~~igos Domingo de Garro, Pe-
dro de Urdanivia y Juan de Salinas (AGN, Diego Martínez en registro de Ro-
drigo Gómez de Baeza, 1584-1585, ff. lH8 Y 1338v).
280. Loc. cit.
281. Ante el escribano Francisco de la ~ega y los testigos Antonio ]uárez de Medi-
na, Pedro de Vergara y Andrés Gutiérrez. Testimonio del origin~ perdido en
AGI, Contratación, 926, ramo 2°.
282. El mercader declaró haber gastado los 9,000 ps. ensayados restantes -a cum-
plimiento de los 25,000 de la primera dote- en la escribanía, "porque rodo
fue a mi cargo". Los 4,000 heredados del difunto se componían de diversas
partidas (dinero pagado en España por el oficio, réditos de un juro de heredad
que cobró en Córdoba y Ecija el licenciado Juan Fernández, y una deuda que
Hernán González y doña Juana de Cepeda, su mujer, quedaron a pagarle, la
misma que originó un pleito ante el licenciado Diego González Altamirano, al-
60 OSWALDO HOLGUIN CALLO
calde de corte, y el escribano Juan de Aos), de todas las cuales también se hi·
zo cargo (loe. cit.; vide nota 249 supra).
283. Platería: una fuente labrada y quintada (23 marcos) en 460 ps. ctes.; otra
fuente y un jarro (11 marcos 5 onzas), en 186 id.; 6 escudillas, 4 platillos, 2
candeleros y un aguamanil (21 marcos), en 210 id. Orfebrería: una cadena
(104 ps. 4 tomines de oro), en 100 ps. ctes. de hechura; un cordón (85 1/2
id.), en 5O id. id.; un jarro (122 id.) en 100 id. id.; 2 manillas (37 id.), en 30
id. id.; un crucifijo, oro y hechura en 150 id.; una medalla (201/2 id.), en 50
id. id.; 4 cucharas (56 1/2 id.), en 15 id. id.; 81 puntas ( 45 id.), en 87 id. id.;
2 pelícanos para zarcillos, en 20 id.; una lagartija, en 20 id.; 18 botones de
oro y perlas, en 72 id.; 24 id., en 72 id.; 2 onzas y 3/4 de perlas, en 82 id. Es-
clavatura: una mulata María, de 20 años más o menos, con su hijo Marcos de
3; una negra Ursula, de 11 años; otra, Inés, de 8 años más o menos; otra, Mi-
cada, de 5, muda, apreciados en 1,050 ps. ensayados (aunque Fernández de
Córdoba afirmó que eran los mismos que dio a don Juan, lo cierto es que a és-
te sólo le entregó cuatro -dos mayores y dos menores-, igualmente avalua-
dos). Y dos bordaduras de oro apreciadas en 226 ps. 3 tomines ensayados. El
escribano anotó que Salinas no recibió las cucharas, el jarro y la lagartija men-
cionados arriba (loe. cit.¡AGN,Alonso de la Cueva, 1579-1580, ff.331v-33v).
APENDICE 1°
"En la ciudad de los Reyes, en tres días del mes de henero de myl y quinien-
tos y ochenta y tres años, los sei'lores juezes oficiales reales de la Real Hazienda de
su Magestad de la Nueva Castilla que en esta ciudad reside, dixeron que por cuanto
cada día suelen ocurrir en su juzgado muchos negocios tocantes a la Hazienda Real
en personas particulares, en que ocurren dudas; que para las determinar tienen ne-
cessidad de tomar parescer con letrado, persona docta que pueda proveher lo que en
el caso convenga, y áunque hasta aquí lo an tenido sei'lalado, de presente no lo tie-
nen, y tienen necessidad de le nombrar; y porque en el doctor Diego de Salinas,
abogado de la Real Audiencia, concurren las letras y demás partes y calidades que
se requieren, y entienden que con su parecer se proveherá lo que conviene al buen
recaudo y conservación de la Real Hazienda de su Magestad y al descargo de su real
conciencia, sin agravio de parte alguna; por tanto, le nombraban y nombraron por
su asesor, y mandaron al presente scrivano notifique este nombramiento al dicho
doctor Diego de Salinas para que como tal asessor de los dichos sei'lores juezes ofi-
ciales reales acuda en los negocios que ocurrieren y se ofrescieren; y lo firmaron de
sus nombres_ Don Francisco Manrique de Lara, Domingo de Garro, Pedro de Vega,
ante my, Francisco de la Paza, scrivano de su Magestad.
APENDICE 2°
tiende por las cédulas reales y mercedes que tan justamente vuestra Magestad ha
proveydo sobre este particular a este reyno. Y porque con razón se puede decir que
el primer fructo que de ella se ha cogido y muy sazonado eS el doctor Diego de Sali-
nas, abogado de esta Real Audiencia, que con mucho cuidado, travajando en sus es-
tudios, se le han dado todos los grados haviendo precedido mucho rigor de examen,
hasta el que de presente tiene, que es de Leyes. Es hombre hijodalgo, virtuoso y de
buenas costumbres, cuidadoso en su facultad, y en quien cabrá muy bien cualquie-
ra merced que vuestra Magestad sea servido mandarle hacer, porque las muestras
qu~ dio en ,sus principios prometen muy buenas esperanzas, y por haverse hasta
aquí mostrado con prudencia tiénese por cierto que adelante se aventajará en el ser-
vicio de vuestra Magestad con la umildad y amor que a tan cathólico l rey y señor
nuestro se debe, se le haga alguna merced de suerte que sea honrado conforme a
su calidad: pues de hacérsela redundará el animarse los demás que profesan las le-
tras para merecer alcanzar el favor, honra y merced que vuestra Magestad puede ha-
cer, porque de la .que él recibiere todos en general y a cada uno en particular recibi-
remos parte. Y háganosla Dios a todos por su divina misericOrdia en guardar a vues-
tra Magestad muchos y largos años para el reparo y defensa de su santa fe cathólica
y con gran acrescentamiento de muchos reinos, como todos los vasallos de vuestra
Magestad deseamos y la christiandad ha menester. De los Reyes y de hebrero 18 de
1583. Sacra Cathólica Real Magestad, leales vasallos de vuestra Magestad que sus
reales manos vesan, Juan de Cadalso Salazar, Francisco Severino de Torres, Francis-
co Ortiz, Martín de Ampuero, Luis Rodrígues de la Serna, don Francisco Manri-
que de Lara [rubricados]. Por mandado de su señoría, BIas Hernándes, escribano pú-
blico e de cabildo [rubricado]".
APENDICE 3°
El doctor Diego de Salinas, rescidente [sic] en la ciudad de los Reies, dize que
por la carta que a vuestra Magestad scrive aquella ciudad entenderá los muchos años
que ha estudiado en la Universidad y Estudio General della, y con el cuidado que lo
ha hecho, dando públicamente demostración de sus letras, habilidad y suficiencia en
todos los actos públicos que en la dicha Universidad a havido, ya la continua ha tra-
tado y trata su persona y casa como hijodalgo y de calidad, y cómo suplica a vues-
tra Magestad que en consequencia deDo le haga alguna merced, de manera que sea
onrrado y caminen los demás que en aquella Universidad profesan las letras para me·
rescer alcanzar lo mismo, pues el mandar vuestra Magestad fundar aquella Universi·
EL DOCTOR DIEGO DE SALINAS (1558-1595) 6S
dad fue con yntento de haver de emplear a los que en ella travajasen virtuosamente
en su servicio en aquellas partes. Y assimismo por ynfonnación de testigos y otros
recaudos que presenta, le constará a vuestra Magestad lo mesmo y cómo los juezes
oficiales de la Hazienda de vuestra Magestad que en aquella ciudad ressiden le tienen
nombrado por su asesor. Por todo lo qual suplica a vuestra Magestad que teniendo
consideraci6n a lo dicho y que es hijodalgo y en quien concurren las calidades refe-
ridas, sea servido de hazerle merced de ocuparle en su servicio en una de las plazas
de la Audiencia de los Reies, o las Charcas o de [testado] Sant Francisco del Quito,
para con mejor título poder servir a vuestra Magestad y entenderse sus estudios y
travajo y animarse otros a merescer enprehender lo mesmo_