NEOGERENCIA
NEOGERENCIA
NEOGERENCIA
comerciales entre los países, surge la necesidad de rediseñar y readecuar los Estados a las
nuevas circunstancias.
Este nuevo contexto en que funcionan los Estados y sus administraciones públicas, presentan
una serie de signos que no se pueden obviar sobretodo en lo relacionado con el surgimiento de
nuevos productos y nuevos servicios, además de la explosión de nuevos modelos organizativos
que pretenden hacer frente a las cambiantes condiciones del entorno. Las características de
este nuevo entorno son:
Como lo demuestran los autores antes citados y los resultados de las investigaciones,
las fuentes de la eficiencia y eficacia organizacional no están en la aplicación de
esquemas organizativos de carácter normativo, sino que se basan en la participación,
innovación y creatividad del recurso humano, por lo tanto el gerente público es ante
todo un estratega y negociador tanto dentro como fuera de su organización. Si
queremos entonces reformar el Estado debemos empezar cambiando la mentalidad,
actitud y conocimientos de las personas encargadas de gerenciar ese complejo
proceso de cambio denominado modernización del Estado.
La nueva gerencia pública, un fenómeno social suscitado entre las décadas de 1990 y
2010, si bien su origen se remonta a 1966 y todavía se dejan sentir algunos de sus
afectos. Se trata, pues, de un fenómeno histórico que puede ser estudiado como
totalidad social en un tiempo dado. Su rasgo esencial es que se constituyó como una
creatura del neoliberalismo, en la administración pública. La nueva gerencia pública
fue, en buena medida, su mejor instrumental para llevar a cabo las reformas
económicas que se propuso implementar en escala planetaria. Omar Guerrero
Universidad Nacional Autónoma de México – Facultad de Ciencias Políticas y Sociales; Ciudad de
México (México).
RECUPERADO DE https://www.scielo.br/j/read/a/cqJ3HmJMzHLc5THGngqdxpx/#
LA DOCTRINA NEOLIBERAL
EL nacimiento del neoliberalismo consiste en una agenda que comprende cuatro puntos esenciales:
1.̊ El nuevo liberalismo admite que sólo el mecanismo de los precios, funcionando en mercados
libres, permite obtener una utilización óptima de los medios de producción y conducir a la
satisfacción máxima de los deseos humanos.
2.̊ Al Estado incumbe la responsabilidad de determinar el régimen jurídico que sirva de marco al
libre desarrollo económico así concebido.
3.̊ Otros fines sociales pueden ser substituídos por los objetivos económicos enunciados más arriba.
4.̊ Una parte de la renta nacional puede ser, con ese objeto, substraída al consumo, pero con la
condición de que la transferencia se haga a ‘plena luz’ y sea ‘conscientemente consentida’.
La nueva gerencia pública propone una renovada esencia empresarial dentro del
gobierno, en reemplazo de la presumiblemente agotada naturaleza burocrática. Esa
gerencia es el resultado de un proceso constituido por dos etapas de privatización de
los espacios públicos. La primera fase entraña la exoprivatización del Estado y consiste
en el procedimiento por el cual la administración pública trasfiere la producción de
bienes y servicios a la administración privada, moviendo al Estado hacia fuera del
mercado. La segunda etapa consiste en la endoprivatización del Estado, es decir, la
sustitución la administración pública de los asuntos nacionales, por la idea, la
metodología y la técnica de la gerencia privada, moviendo al mercado hacia dentro del
Estado. En la exoprivatización la gerencia pública funge como el sujeto de la
transacción de cosas hacia el mercado; en la endoprivatización esa gerencia se
convierte el objeto de la transacción mercantil. En la primera etapa la gerencia pública
es el mercader, en la segunda fase es la mercancía. En tanto la exoprivatización afecta
al qué de la administración pública, la endoprivatización lo hace con el cómo.
El mero enunciado de las ideas precedentes debería concitar un fácil acuerdo, acerca
de que los materiales que constituyen la sustancia de la nueva gerencia pública son
neoliberales. Empero, esta presunción resulta inaceptable y antipática para algunos,
así como temeraria para otros. Quizá estas incomodidades obedecen al sentir general
de que el neoliberalismo ha sido entre nuestros pueblos un caudal de pauperización,
una fuente de descomposición social y un ácido para la convivencia política. Es cierto
que nuestros pueblos no eran del todo felices antes de su paso triunfante desde
principios de la década de 1980, pero ciertamente son menos felices ahora. Esto y
otros problemas más hacen imperativo entender con profundidad el significado de la
nueva gerencia pública como una creatura neoliberal, destacándose su esencia
económica neoclásica.
CONCEPTOS FUNDACIONALES
Orientación al cliente
Uno de los conceptos que mejor han permitido identificar los fundamentos neoliberales
de la nueva gerencia pública, es la soberanía del consumidor. La idea parte del hecho
de que estando los ciudadanos influidos principalmente por el disfrute de bienes
tutelares como la educación, la salud y otros servicios brindados por el Estado
benefactor, ha emergido el problema de cómo financiar un enorme gasto con cargo a
los ingresos del erario público (OECD, 1987). La solución se materializó en
la orientación hacia el cliente, una versión actualizada de la idea de la soberanía del
consumidor formulada originalmente por Ludwig von Mises
Privatización
El nuevo paradigma ha constituido un esfuerzo hacia la privatización de los estilos de la
práctica gerencial, que demanda la adopción de las herramientas provenientes del
sector privado por parte del sector público (HOOD, 1991, pp. 5-6). La nueva gerencia
pública se mueve hacia el aumento de la competencia en el sector público, porque la
“rivalidad” es la clave de la disminución de costos y mejores estándares. Por lo tanto,
se esfuerza por disminuir o revertir el crecimiento del gobierno con base en un cambio
hacia la privatización o cuasi-privatización, con un renovado énfasis en la
subsidiariedad en la provisión de servicios (HOOD, 1991, p. 3).
Mercado
La nueva gerencia pública establece mercados interiores en el seno de la
administración pública, y utiliza la contratación para fomentar la competencia. Esta
fórmula se extiende a la administración de personal donde se ha impuesto el sistema
de contratos (BOYLE, 1992-1993, pp. 333-346), y así allana el paso al servicio civil
para incorporar candidatos del sector privado en su entraña (GRAY; JENKINS, 1995,
p. 87).
Competencia
La competencia cierra el cuadrángulo básico del esquema conceptual de la nueva
gerencia pública, que integran la orientación al cliente, la privatización y el mercado.