Ejercicios Fáciles e Infalibles para Niños
Ejercicios Fáciles e Infalibles para Niños
Ejercicios Fáciles e Infalibles para Niños
‘muy inquietos’
La propuesta de actividades que queremos plantear está dirigida a aquellos padres
preocupados porque sus hijos son algo movidos, les cuesta prestar atención, concentrarse
o se muestran poco pacientes.
Este programa de ejercicios es una guía para la familia propuesta por Robert E. Valett y van
a poder ayudar al niño a incrementar el autocontrol o inhibición muscular, basado en:
La práctica de la relajación
El control de la respiración
El incremento del tiempo de concentración y de la inmovilidad
Ejercicios para mejorar el control tónico postural y poder retardar la ejecución de un
gesto
Como cualquier tipo de actividad que se quiere aprender, requiere una práctica continuada,
es decir, que se debe buscar un momento cada día y preferentemente a la misma hora para
crear una rutina. El ambiente debe ser tranquilo, silencioso, agradable y seguro para el niño.
Es muy importante apoyarle fundamentalmente con halagos, besos y abrazos.
Tareas y ejercicios
Las actividades están agrupadas en cuatro apartados: entrenamiento en la relajación,
reducción de la tensión, entrenamiento en inhibición perceptivo-muscular y entrenamiento
en inhibición y concentración.
Hay muchas formas de empezar a relajarse y ser conciente de ello. Dependiendo de la edad
de tu hijo y de cómo vaya afianzándose en la técnica, te damos varias ideas a continuación.
Es posible que antes de que pueda relajarse, necesite soltar energía y trabajar su actividad
física al máximo. Aquí van ideas.
Para estar relajado y ser conciente de ello, es necesario que el niño entienda lo que se siente
estando quieto. Así interiorizará la sensación de quietud.
Hacer que el niño permanezca inmóvil sobre ambos pies durante un tiempo y tan
quieto como pueda. También puede hacerlo sobre un solo pie.
Decirle que se siente derecho, con los ojos cerrados y sin moverse durante tanto
tiempo como pueda.
Pedirle que intente comer pipas o cacahuetes tan lentamente como sea capaz.
Pedirle que intente prolongar el tiempo que usa para comer o beber. Contando hasta
diez las veces que mastica para cada bocado.
Proponerle que abra y cierre suavemente puertas, ventanas y cajones. Intentado no
hacer ruido.
Muéstrale cómo debe recoger, guardar y ordenar la ropa lentamente.
Hacer que dibuje, recorte, pegue y organice dibujos o diseños de manera cuidadosa.
Darle un caramelo y al final de un tiempo pactado, premiarle con puntos o
recompensa si ha mantenido el autocontrol y no se lo ha comido.
Pedirle que ordene lápices, papeles o diferentes objetos en su lugar correspondiente
para desarrollar un sentido personal del orden y la organización.
Proponerle practicar carreras de tortugas y otros movimientos y juegos lentos.
Pedirle que cierre los ojos mientras escucha una historia previamente grabada.
Enseñarle a anotar sus propios progresos y éxitos en un cuaderno.
Estimularle para que trabaje en un proyecto propio que refleje sus intereses.
Ofrecerle tareas y actividades breves para evitar que se canse.
Hacer que el niño observe por ejemplo un acuario, un reloj de arena, cepille un
perro u otro animal. Actividades que requieran un mínimo de atención y donde la
acción se desarrolla lentamente.
Leer frases de autosugestión de manera repetida del tipo: «Puedo hablar muy
despacio”, «estoy progresando en aprender a relajarme y concentrarme” y «ahora
controlo mucho mejor mi comportamiento”.
Hay actividades que el niño debe apuntar en su cuaderno registrando él mismo, la fecha y el
tiempo empleado. Cuando hayamos avanzando con estos ejercicios, podemos seguir
avanzando y enseñar a nuestros hijos a meditar.
Por último, recordad que los padres somos los primeros que debemos aprender a ser
pacientes. Si no les trasmitimos serenidad no podemos pretender que el niño la tenga.