MiPAR-Tema 2-CUIDANDO EL VINCULO (R)
MiPAR-Tema 2-CUIDANDO EL VINCULO (R)
MiPAR-Tema 2-CUIDANDO EL VINCULO (R)
Para muchas parejas, la tarea de crianza de los hijos(as) les demanda tal
cantidad de tiempo y dedicación que olvidan un poco mirar al lado para encontrarse
con su cónyuge y cultivar la relación, donde el cuidado, el reconocimiento, la
afectividad, etc. tengan la oportunidad de florecer.
Cuando la Biblia dice: “Y los dos serán una sola carne”, muestra un cuadro de la
función espiritual que significa el matrimonio. Es el reflejo de la relación entre Cristo
y la Iglesia, y es una de las bases para el orden en la sociedad. Así mismo, sostiene
y madura el amor al asegurarse permanencia y estabilidad de la familia.
Hechos 20:35b dice: “…recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más
bienaventurado es dar que recibir”. El cuidado del vínculo en las relaciones de
pareja depende en gran medida de las dinámicas que se hayan establecido entre
dar y recibir, lo que implica pensar aquellas cosas que se dan y se esperan recibir
del otro. El dar no se circunscribe solamente al plano material, sino también con dar
y brindar aspectos de carácter afectivo y emocional: compañía, cuidado y atención.
Recibir, por otro lado, implica asumir una posición en la que se valoran los intentos
que el otro hace, en su esfuerzo por dar y prestar su atención y compañía; además,
tener en cuenta que aquellas cosas son una importante expresión del amor y la
necesidad de cuidar el vínculo que los mantiene juntos.
Muchas personas coinciden en afirmar que se sienten amadas cuando sus parejas
les ayudan a crecer, les comprenden en los momentos de flaqueza, reconocen y
valoran sus méritos, les tratan amorosa y respetuosamente, les brindan apoyo en
los momentos de dificultad. Todos estos aspectos, como se veía anteriormente,
tienen que ver con dar algo a la pareja que va más allá de lo material y se relaciona
más con la compañía, el afecto, el apoyo, es decir con el cuidado del vínculo.
Cuando esta vivencia se da en doble vía, se puede decir que entre la pareja existe
un equilibrio entre dar y recibir.
Llevar a cabo los compromisos escritos y compartir con otras parejas cómo
cuidar el vínculo matrimonial.
Preguntar:
• ¿Qué consideran le hace falta a una pareja que dice que se le acabó el
amor?
• ¿Creen que las parejas pueden llegar a un estado de “desconocimiento”?
• ¿Qué factores entran en juego en el cuidado del vínculo?
El ejercicio se cierra con la socialización y comentarios.
Muchas veces encontramos ejemplos como este: el cónyuge que intenta lograr
que las cosas funcionen y le dice al otro que sin importar lo que haya sucedido en
el pasado, está comprometido con su matrimonio. No obstante, como el otro
cónyuge todavía no quiere escucharlo mantiene una postura distante. Aún quiere
separarse. No cree que este matrimonio dure mucho tiempo. Ya ni siquiera quiere
que dure. El cónyuge que acaba de jugarse el corazón, no puede manejar el
rechazo, así que retira lo dicho y dice: “Bueno, si así lo quieres, así será”
Sin embargo, si el amor es en verdad amor, no cambia de opinión cuando no lo
reciben como quiere. El amor que viene de Dios es inagotable (Romanos 5:5). El
Espíritu de Dios nos capacita y habilita para cumplir y compartir el amor. El amor de
Cristo ha sido derramado en nuestros corazones. El fruto del Espíritu es amor. El
Espíritu produce en nosotros este amor increíble. 1 Pedro 1:22 dice: “debido a que
en obediencia a la verdad han purificado sus almas, o han sido convertidos, ahora
tienen un amor sincero; tienen la capacidad de amarse de manera fervorosa unos
a otros, de corazón, porque han nacido de nuevo.”
Un esposo y una esposa de Dios reconocen que el matrimonio es un pacto de por
vida, rico en bendiciones, aunque a veces es puesto a prueba.
BIBLIOGRAFIA
Sello de amor. Lolita Cruz de Chamorro.
Guía facilitadora para líderes de parejas. Jimmy Chamorro y Zaidy Mora. 2013
Talleres para parejas. Mireya Ospina Otero. Universidad católica de Pereira.
https://revistas.ucp.edu.co/index.php/grafias/article/view/1344