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1 Evaluacion Parcial Ana Isabel Ramirez Leyva

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1 EVALUACIÓN PARCIAL

Ana Isabel Ramírez Leyva

Sabado, 16 de Septiembre del 2023

La Iglesia Y Su Sustentabilidad

Para: Manuel Morales

Licenciatura en Teología

SEBANO-UMAD
1. PROLEGÓMENOS A LA ECLESIOLOGÍA

Definición de la Iglesia
a iglesia se designa con el término griego ekklesía, vocablo que significa “los que
son llamados”. En el mundo antiguo, la ekklesía aludía a un grupo de ciudadanos
que habían sido “llamados” para administrar asuntos cívicos o defender la
comunidad en la batalla. Cuando el término es utilizado en el sentido específico del
Nuevo Testamento, la iglesia de alude a la comunidad de aquellos que han sido
liberados por Dios de su esclavitud al pecado, por medio de la fe en, por
consiguiente, la iglesia no es el edificio físico donde se reúnen los cristianos, una
institución religiosa, una organización ética ni una asociación sociopolítica.
El designio de Cristo para su Iglesia
Jesús nos enseña siete principios distintivos para edificar su iglesia.
1- Un fundamento permanente- (Hch 4:11-12)
2- Involucración personal- (Mt 16:18; Mt. 28:20; Col. 1:27).
3- Una expectativa positiva
4- Un progreso impactante-
5- Una propiedad pagada en su totalida
6- Una prioridad centrada en las personas
7- Una promesa de éxito

La Iglesia y el Reino
El pueblo judío rechazo a Jesús como el Mesías, pero eso no socavó las promesas
que Dios hizo, por gracia, en el Antiguo Testamento. Esas promesas del reino se
cumplirán un día literalmente, cuando el pueblo judío acepte a su Rey en fe
salvadora (Ro. 11:25-26). En la segunda venida de Cristo, la nación recibirá a su
Mesías (Zac. 12:10; 14:8-9), y su reino se establecerá físicamente en la tierra
durante mil años (Ap. 20:1-6; cf. 2 Ti. 4:1). Dios está realizando sus propósitos de
su reino a través de la iglesia, como vemos en Mateo 21:43. Este reino se puede
definir como el reino de la salvación, que solo está abierto a quienes hayan sido
regenerados por el Espíritu Santo (Jn. 3:3; cf. Mt. 13:11-16), una vez arrepentidos
de sus pecados (Mt. 3:2; 4:17; cf. 5:3) y después de aceptar al Señor Jesús con una
fe como la de un niño (Mt. 19:13-14).
La Iglesia visible e invisible
Wayne Grudem define la iglesia invisible como la iglesia como Dios la ve, y la
iglesia visible es la iglesia según los creyentes la ven en la tierra. No podemos decir
que todos los que son parte de la iglesia visible o que se asocie externamente en una
iglesia es creyente verdadero o es parte del cuerpo que forma la iglesia invisible o lo
que poseen la fe salvadora en Cristo. en la actualidad podemos ver, personas falsas
enseñando doctrinas demoniacas, iglesias y hasta denominaciones o movimientos
que aceptan estas falsas enseñanzas, pero la iglesia verdadera exalta el señorío de
Cristo, se somete a la autoridad de su Palabra y defiende la verdad de su evangelio.

La Iglesia universal y las iglesias locales

La iglesia universal incluye a todos los cristianos genuinos a lo largo de la era de la


iglesia. Son miembros de “la congregación de los primogénitos que están inscritos
en los cielos” (He. 12:23), que han sido declarados justos porque sus pecados han
sido lavados por la sangre de Jesucristo (Ap. 1:5). Esto incluye a los que están vivos
como los que ya están en el cielo. La iglesia local es la designada para preparar a los
creyentes, alimentándolos por medio de la enseñanza de la palabra de Dios, los
dirige a la alabanza y la adoración, los protege bajo el pastoreo y la supervisión de
líderes piadosos y les proporciona oportunidades de servirse los unos a los otros.
La distinción entre la Iglesia e Israel
Los partidarios de la teología del remplazo o supersesionismo sostiene que la iglesia
es el nuevo Israel. De los más de dos mil usos del término Israel en las Escrituras,
más de setenta se encuentran en el Nuevo Testamento. Los comentaristas bíblicos
concuerdan en que la mayoría de estas apariciones se refieren al Israel étnico.
Romanos 9:6 y Gálatas 6:16, son los blancos principales de debate respecto al
significado del término Israel. En Romanos 9:6, el apóstol Pablo explica que “no
todos los que descienden de Israel son israelitas”. El contexto de Romanos 9 indica
que Pablo no está aludiendo a la totalidad de la iglesia, sino de los creyentes judíos,
un remanente distintivo de israelitas étnicos en el seno de la más amplia nación de
incrédulos (cf. Ro. 11:5). Que el apóstol tiene en mente a los descendientes físicos
de Abraham es evidente en Romanos 9:3, donde declara directamente que se está
refiriendo a sus “parientes según la carne”. Además, estos versículos figuran dentro
de una sección más extensa del argumento de Pablo en esta epístola, en la que está
afirmando que Dios no ha abandonado a la nación de Israel, a pesar de su
incredulidad (Romanos 9–11).

2. LOS PROPÓSITOS DE LA IGLESIA

Desde la perspectiva de cómo se relaciona la iglesia con sus miembros, su


propósito podría expresarse como sigue: la iglesia existe para glorificar a Dios
(Ef. 1:5-6, 12-14; 3:20-21; 2 Ts. 1:12) mediante la edificación activa de sus
miembros en la fe (Ef. 4:12-16), la fiel enseñanza de la Palabra (2 Ti. 2:15; 3:16-
17) y la observancia regular de las ordenanzas (Lc. 22:19; Hch. 2:38-42), fomentar
la comunión de manera proactiva entre los creyentes (Hch. 2:42-47; 1 Jn. 1:3) y
comunicar con valentía la verdad del evangelio a los perdidos (Mt. 28:19-20).

Podemos dividir el propósito de la iglesia en tres.

1. Exaltar a Dios
2. Edificar a los creyentes
3. Evangelizar a los perdidos

AUTORIDAD ESPIRITUAL DE LA IGLESIA


Como Cabeza de la iglesia, el Señor Jesús no solo es su autoridad suprema, sino
también la fuente de su salvación. Él es “el autor y consumador de la fe” (He. 12:2),
por medio de su muerte compró “para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras”
(Tit. 2:14). Cristo es la piedra angular sobre la que se fundamenta la iglesia (1 P.
2:4-8). Esta fue establecida por Él (Mt. 16:18) y está edificada sobre el testimonio
apostólico de la verdad sobre Él (Ef. 2:20). Así, el apóstol Pablo escribe: “Nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1 Co.
3:11).

Líderes con dones


la iglesia de administra por medio de lideres piadosos que Jesús a provisto para
liderar a su pueblo, en Efesios 4:11 Pablo afirma, respecto al Cristo ascendido, que
puso a “apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros”. Hablando de los
apóstoles y profetas estaban limitados al comienzo de la historia de la iglesia, a
saber, los apóstoles y los profetas, cuyo ministerio jugaba un papel fundamental
único en el establecimiento de la misma.

Ancianos

Responsabilidades: Como parte de esa responsabilidad general, los ancianos


ostentan una autoridad que les ha sido delegada por Cristo, la Cabeza, para proveer
liderazgo y proporcionar supervisión a los asuntos de la iglesia local. los ancianos
son quienes han recibido de Dios la responsabilidad de la predicación y de la
enseñanza (1 Ti. 5:17). Más allá de la enseñanza, los ancianos también son
responsables de determinar el gobierno de la iglesia (cf. Hch. 15:22), ordenar a otros
ancianos (1 Ti. 4:14), ser un ejemplo que las ovejas sigan (1 P. 5:1-3; He. 13:7),
proteger al rebaño del error doctrinal (Hch. 20:28-30), y orar por los miembros de la
iglesia (Stg. 5:14). Por designio de Dios, los ancianos juegan un papel central en la
salud y el funcionamiento de la iglesia.
Requisitos:

El gobierno de la iglesia: Como pastores del rebaño, los ancianos han de liderar
mediante directrices y, al mismo tiempo, con su ejemplo personal; deben alimentar
a través de la enseñanza de la Palabra de Dios, y protegiendo a las personas del
error. Al operar bajo la autoridad de Cristo, el Pastor principal, representan el nivel
supremo de autoridad espiritual en el seno de la iglesia local y deben rendirle
cuentas a Él (1 P. 5:2-4). Por consiguiente, cada congregación local debería ser
gobernada por sus propios ancianos (cf. Tit. 1:5), sin coacción por parte de
jerarquías externas ni organizaciones paraeclesiásticas.

Autoridad: Tanto por su posición de liderazgo como por su responsabilidad por el


rebaño, los ancianos deberían ser tratados con gran respeto. Como Pablo les pidió a
los creyentes de Tesalónica: “Os rogamos, hermanos, que reconozcáis a los que
trabajan entre vosotros, y os presiden en el Señor, y os amonestan; y que los tengáis
en mucha estima y amor por causa de su obra” (1 Ts. 5:12- 13). Los miembros de la
iglesia deben tener a sus líderes en alta estima, por el llamamiento que han recibido
de su Dios. Cuando los ancianos pecan, están sujetos al mismo proceso de la
disciplina de la iglesia que cualquier otro miembro de la iglesia (cf. Mt. 18:15-17).
Su papel de liderazgo no los exime de la misma norma de santidad que todos los
creyentes deben mantener.

Diáconos
La palabra diácono es traducción de la palabra griega diákonos que es la palabra
ordinaria para «sirviente» cuando se usa en el contexto que no tiene que ver con
oficiales de la iglesia, pero llegó a incluir cualquier servicio o ministerio que
pudiera realizarse para suplir las necesidades de otras personas. Los diáconos,
igualmente, deben ser honorables, sinceros, no amigos del mucho vino ni codiciosos
de las ganancias mal habidas. Deben guardar, con una conciencia limpia, las
grandes verdades de la fe. Que primero sean puestos a prueba, y después, si no hay
nada que reprocharles, que sirvan como diáconos, el diácono debe ser esposo de una
sola mujer y gobernar bien a sus hijos y su propia casa.

Funciones: Aquí no se describe la función de los diáconos, pero los requisitos para
los diáconos sugieren algunas funciones. Por ejemplo, parece que tuvieron alguna
responsabilidad en hacerse cargo de las finanzas de la iglesia, puesto que tenían que
ser personas «no codiciosas de las ganancias mal habidas». Tal vez tenían algunas
responsabilidades administrativas en otras actividades de la iglesia también, porque
debían «gobernar bien a sus hijos y su propia casa». También tal vez ministraban a
las necesidades físicas de los que necesitaban ayuda en la iglesia o en la comunidad.
Todavía más, se habla de sus esposas, entonces también sería probable que ellos
participaran en la visitación de casa en casa y el asesoramiento, porque las esposas
deben ser no calumniadoras. No sería bueno para los diáconos si sus esposas (que
sin duda también participaban en la oración y el asesoramiento junto con los
diáconos) regaban asuntos confidenciales por toda la iglesia. Pero estas son sólo
sugerencias de posibles aspectos de responsabilidad que sugiere este pasaje.
Bibliografía
MacArthur, J., & Mayhue, R. (2018). La Iglesia. Eclesiologia. En J. MacArthur, & R.
Mayhue, Teología Sistemática (págs. 755-765). Grand Rapids, Michigan : Editorial
Portavoz.

Grudem, W. (2007). La iglesia: su naturaleza, sus características y sus propósitos. En W.


Grudem, Teologia Sistematica (págs. 897-908). Miami Florida: Editorial Vida.

MacArthur, J., & Mayhue, R. (2018). La Iglesia. Eclesiologia. En J. MacArthur, & R.


Mayhue, Teología Sistemática (págs. 767-769). Grand Rapids, Michigan : Editorial
Portavoz.

Grudem, W. (2007). La iglesia: su naturaleza, sus características y sus propósitos. En W.


Grudem, Teologia Sistematica (págs. 912-913). Miami Florida: Editorial Vida.

MacArthur, J., & Mayhue, R. (2018). La Iglesia. Eclesiologia. En J. MacArthur, & R.


Mayhue, Teología Sistemática (págs. 770-792). Grand Rapids, Michigan : Editorial
Portavoz.

Grudem, W. (2007). El Gobierno De La Iglesia. En W. Grudem, Teologia Sistematica


(págs. 958-966). Miami Florida: Editorial Vida.

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