Cartera 60-40
Cartera 60-40
Cartera 60-40
A su vez, la renta variable son, sobre todo, acciones. Estas ofrecen dividendos y la
posibilidad de ganancias debido a los cambios de precios en los mercados. En
ambos casos, la volatilidad y, por consiguiente, el riesgo, son mayores, ya que
dependen de los resultados obtenidos.
Esto provocó que la cartera formada por ambos viera como se reducía su
rentabilidad media. Por tanto, el efecto que el inversor busca en esta estrategia, al
final, no se produce. Por eso, la inflación puede hacer que esta opción no sea la
mejor a veces.
En una segunda fase, elegiremos aquellos activos que más nos interesen de cada
tipo. Por ejemplo, en renta variable (acciones) escogemos aquellas empresas que
ofrecen mejores datos en el análisis fundamental de sus balances y cuentas de
resultados.
Como tercer paso, elegimos valores de renta fija. En este caso, optaremos por
bonos a 3 y 5 años, imaginemos que su rentabilidad se sitúa en el 2,667%. La razón
es que estamos conformando una cartera 60/40 a largo plazo, por tanto,
prescindimos de activos a corto.