FCB Universitas - Temporada Esportiva
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Entrenamiento y Perfil
Fisiológico en Deportes
de Equipo
Temporada deportiva
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2.1 Momentos de la temporada
2.1.1 Calendario deportivo
El calendario deportivo está determinado por las competencias, es decir, todos
aquellos torneos en los cuales va a participar el equipo durante esa temporada.
Lo primero que debe realizar un equipo cuando conoce el calendario es plantear
prioridades en función de los recursos con los que cuenta:
1) Prioridades:
Jerarquización de las competencias, determinando a cuáles de ellas se
le dará mayor o menor importancia.
2) Recursos humanos:
cantidad de jugadores con los que cuenta el plantel;
jugadores que se pueden sumar;
con cuántos jugadores por puesto se cuenta;
integrantes del cuerpo técnico.
3) Recursos materiales:
instalaciones deportivas;
medios de recuperación posteriores al juego y al entrenamiento;
sistema de alimentación y suplementación para los jugadores;
medios de transporte;
alojamiento para los partidos de visita.
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entrenamiento o de mantenimiento de la forma física es la misma competencia
en determinados momentos del calendario deportivo.
En 2013, Paco Seirul-lo en equipo con Carlos Lago Peñas (2011) y otros
colaboradores, escribieron un artículo acerca de las causas objetivas de la
planificación en deportes de equipo.
Aquí proponen una serie de perspectivas desde las cuales debemos encarar el
entrenamiento en los que ellos denominan deportes sociomotores de equipo.
Como primera medida, se plantea la errónea mirada sobre estos deportes a la hora
de planificar el entrenamiento, separando lo físico (bioenergético) de lo técnico
táctico (informacional) y haciendo un abordaje de este desde los deportes
individuales o de tiempo y marca. Esto es analizado de la siguiente manera:
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Se parte de la base de que el partido es el momento de mayor carga psicobiológica
específica, que se da en cada microciclo de entrenamiento hasta dos veces
inclusive. Este tiene una influencia directa sobre el estado de forma específico que
se busca alcanzar en los deportistas para la mayor parte de la temporada. Esto se
explica de manera precisa en la siguiente frase obtenida del trabajo analizado en
cuestión: Las acciones específicas, ejecutadas con los ajustes continuos y a la
velocidad específica, son causa y efecto de la integración sinérgica de las mejoras
parciales de los subsistemas implicados. Así, la competición se vuelve el mejor
modo de evaluar de manera sincrónica el estado de forma de los jugadores. En la
actualidad, los equipos que cuentan con recursos para poder llevarlo a cabo, se
valen de sistemas de monitorización capaces de determinar de manera muy
precisa la prestación física y algunas conductas tácticas de los jugadores durante
el juego, como para poder llevar un control no solo del rendimiento en relación al
resultado, sino también de la carga que significa la competencia para cada jugador.
Esto permite que el proceso de entrenamiento sea constantemente influenciado
por los datos obtenidos en la competencia y viceversa.
Por otra parte, pero dentro del mismo trabajo de Carlos Lago Peñas (2011) se llevó
a cabo un análisis de las características de cada calendario de competición.
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2.1.2 Período pre-competitivo
También conocido como pretemporada, es el momento en el que el equipo
comienza a preparar la temporada deportiva, posterior al período de transición o
postemporada. Aquí el plantel comienza a entrenar por primera vez como tal,
teniendo en cuenta que durante los recesos entre temporadas los equipos suelen
hacer modificaciones en sus plantillas. Además, durante ese receso los jugadores
generalmente llevan a cabo programas de entrenamiento individualizado,
cuestión que desarrollaremos posteriormente.
Así como con el correr del tiempo las teorías y las metodologías de la
programación o planificación del entrenamiento han ido evolucionando, con ellas
lo han hecho los paradigmas acerca del significado y la utilidad de estas.
Hay dos ideas que han marcado la existencia de la pretemporada durante un largo
período de tiempo. Estas son, por un lado, la premisa de que un buen estado de
forma específico debe ser sustentado por un buen estado de forma general. Con
respecto a esto, consideramos que la condición física lograda por medio del
entrenamiento y la preparación, será el sustento del rendimiento deportivo de los
deportistas. Por lo tanto, este último será un fiel reflejo de la manera en la que se
ha entrenado. Suena hasta ilógico esperar que una preparación general, que se
caracteriza por grandes volúmenes, patrones de movimientos inespecíficos, poca
inclusión de contenidos técnicos y tácticos, y más importante aún, velocidades e
intensidades inferiores a las alcanzadas en el juego, pueda ser la base que sustente
el rendimiento deportivo del equipo durante la competencia. Esto hace referencia,
como vemos, no solo a contenidos físicos o condicionales, sino también a factores
que influyen en el desempeño técnico táctico de los jugadores y el equipo. Y este
es uno de los puntos clave que desarrollaremos en este ítem, ya que consideramos
como objetivo primordial durante este período la adaptación y coadaptación de
los integrantes del plantel, al modelo de juego.
Por otro lado, existe la premisa de que el estado de forma logrado durante la
pretemporada sienta las bases y es suficiente para participar de manera
productiva durante el resto de la temporada. Sin embargo, las bases fisiológicas
indican que las adaptaciones generadas durante el entrenamiento, no pueden
mantenerse durante un período tal, y deben ser estimuladas periódicamente (Pol,
2011)
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miden en función de la frecuencia cardíaca promedio de los entrenamientos y por
las velocidades alcanzadas en los ejercicios. Así mismo, los entrenadores tenían
poco contacto con el equipo, ya que todo el trabajo se llevaba a cabo por el
preparador físico, con el pretexto de tener que igualar a los jugadores del equipo
para que estén en condiciones de poder afrontar los entrenamientos con
contenido táctico propiamente dicho.
Al Vermeil fue preparador físico de los Chicago Bulls durante los 6 títulos de NBA
obtenidos de la mano de Michael Jordan y Phill Jackson, único preparador físico
en ganar títulos nacionales en Estados Unidos de NBA, NFL y MLB. Él propone que
con la llegada de los jugadores para el inicio de la pretemporada, el primer objetivo
es aumentar la capacidad de carga de los jugadores, definiéndola como la
capacidad de poder soportar el esfuerzo realizado durante el entrenamiento con
la premisa de que soportarlo también significa poder realizar los entrenamientos
que le siguen. Por lo tanto, se buscará preparar a los jugadores para poder realizar
los entrenamientos cada vez con mayor intensidad y mayor frecuencia.
Es decir, un equipo que participa de una competencia local, tendrá un partido por
semana, que puede ser los fines de semana. Si ese equipo participa de un torneo
internacional, los encuentros de esta competencia se llevarán a cabo un día de la
semana alejado de los partidos previo y posterior, el suficiente tiempo para
propiciar una óptima recuperación en los jugadores, con el objetivo de evitar
lesiones por fatiga o sobreuso.
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Históricamente, el entrenamiento en deportes de equipo estuvo determinado por
objetivos relacionados a los deportes individuales, o de tiempo y marca, en donde
el desarrollo de los componentes que hacen al rendimiento deportivo se proponía
de manera separada y con objetivos y cargas de entrenamiento aisladas.
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Se hace difícil programar un partido si estamos contemplando la carga desde una
perspectiva del mes o el semestre de trabajo, lo que no quita que no se pueda
llevar la cuenta de las cantidades e intensidades utilizadas hasta el momento en
períodos de tiempo prolongados. De hecho, consideramos que esta es una
herramienta muy útil para tomar conciencia de cómo va fluctuando el
rendimiento, tanto individual como colectivo, para tomar decisiones al respecto
del proceso de entrenamiento. Pero volvemos a lo mismo, esas decisiones deben
estar comprendidas dentro del marco del microciclo de entrenamiento.
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Figura 1
Fuente: Tomado de: (Roca, s.f.) El proceso de entrenamiento en el fútbol. Metodología de trabajo en un
equipo profesional.
Podría decirse que este es uno de los momentos favoritos de la temporada para
los preparadores físicos. Esto es debido a que es un período en el cual no hay
competencia, por lo tanto los tiempos no apremian desde ese punto de vista. El
control de la carga va de la mano con la necesidad de poder cumplir con los
entrenamientos programados para este momento, sin contemplar la necesidad de
disminuir las intensidades o los volúmenes de entrenamiento para poder llegar al
partido del fin de semana.
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En este período, los deportistas generalmente trabajan en pos de corregir puntos
débiles como también potenciar virtudes. En el caso del fútbol, los períodos de
transición o postemporadas suelen ser más cortas que en el baloncesto, por
ejemplo. Por lo tanto destinan este tiempo a la recuperación de lesiones, dolores,
problemas que puedan haber acarreado durante la competencia, etc. También,
entrenan para no disminuir su capacidad física de trabajo, en el afán de llegar en
óptimas condiciones al inicio de la pretemporada. Acerca de esto, Solé (2008)
propone que durante este período se produce una disminución del consumo
máximo de oxígeno en los deportistas, explicado a través de la disminución del
volumen cardíaco, producto de la disminución del volumen sistólico. Coyle (1984)
indicó que esto se debe a una disminución de la actividad enzimática aeróbica y
del volumen sanguíneo. Teniendo en cuenta que el estado de capilarización en los
deportistas se mantiene elevado, podríamos orientar esta pérdida de los niveles
de VO2 máx. a la disminución del volumen cardíaco y enzimático. Con esa
finalidad, Green et al. Detectaron que los niveles cardíacos pueden recuperarse
luego de algunas pocas intervenciones a intensidades elevadas del VO2 máx.,
debido al rápido aumento del volumen sanguíneo producto del incremento del
volumen plasmático. Los niveles enzimáticos aeróbicos demoran un tiempo un
tanto más prolongado en recuperarse, pero siempre en términos de actividades
que representen altas intensidades respecto de la capacidad de consumo de
oxígeno de los deportistas.
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2.2 Desarrollo de capacidades y
cualidades físicas
2.2.1 Resistencia en el deporte de equipo
Teniendo en cuenta que el término resistencia está íntimamente relacionado con
el tiempo, la duración, las grandes distancias, el sostener un esfuerzo, soportar
fatiga; veremos ahora algunas definiciones de resistencia que nos ponen en la
perspectiva de la relación que existe entre esta y el rendimiento deportivo en los
deportes de equipo. Para esto, veremos algunas definiciones tomadas por Solé
(2003) en los apuntes de “Entrenamiento de la resistencia en deportes de equipo
del máster profesional de alto rendimiento en deportes de equipo”
Estas son todas definiciones que hacen referencia a los deportes individuales, en
donde el esfuerzo es constante. Pero en los deportes de equipo hay un contenido
de intermitencia alto, en donde el jugador debe comenzar y detener sus gestos
motrices, carreras, esfuerzos, constantemente. Es por eso que la definición de
Massafret (1999) es la que Solé (2003) considera más acertada o más relacionada
a la hora de conceptualizar el término de Resistencia en los deportes de equipo.
“La capacidad para poder soportar las exigencias físicas, técnicas y tácticas
establecidas por un determinado sistema de juego en el encuentro y la
competición.”(Massafret, 1999)
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Aquí la resistencia no tiene un objetivo en sí misma, si no el de colaborar con otras
cualidades físicas para poder expresarse de manera efectiva la mayor cantidad de
veces o la mayor cantidad de tiempo posible.
Desarrollo de la resistencia
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o Entrenamiento de recuperación: este se lleva a cabo luego de un
partido o un entrenamiento de alta demanda energética, con el objetivo
de restaurar capacidades tanto psicológicas como físicas. Carreras
suaves y juegos de intensidad moderada son las herramientas más
comunes utilizadas en este tipo de entrenamiento.
La intensidad será del 65 % de la FCmáx., y los trabajos intermitentes
deberán superar los 5 minutos por la baja intensidad de los ejercicios.
o Entrenamiento aeróbico de baja intensidad: permite la realización de
esfuerzos de larga duración, como así también la recuperación después
de acciones intensas. Con este tipo de entrenamiento, se pretende
preparar al deportista para afrontar las demandas de la competencia en
cuestión de volúmenes y distancias recorridas. El entrenamiento será de
una intensidad de alrededor del 80 % de la FCmáx. Si los ejercicios son
intermitentes, también deberán superar los 5 minutos.
o Entrenamiento aeróbico de alta intensidad: intenta lograr que el
deportista mantenga altas intensidades de prestación física durante el
mayor tiempo posible. También sirve para mejorar la recuperación
entre actividades intensas. La intensidad de los ejercicios aquí será del
90 % de la FCmáx. En este tipo de entrenamientos es importante lograr
mantener al deportista por debajo del umbral anaeróbico para no
perder intensidad durante los tiempos prolongados de trabajo.
Weinek por otro lado, nos dice que el futbolista debe estar preparado para
una resistencia general y otra específica. La primera, tiene más relación con
el trabajo, por lo tanto su metodología estará determinada sobre todo por
el volumen y no tanto por las altas intensidades de carga. Esta precede a la
resistencia específica y es la base sobre la cual la misma se desarrolla
posteriormente. Este autor plantea que los niveles de entrenamiento
aeróbico no deben superponerse con el resto de las capacidades
condicionales, es decir, el exceso de entrenamiento de resistencia con bajos
niveles de intensidad puede llegar a resultar en una disminución de la
capacidad del sujeto de expresar de manera eficaz la fuerza explosiva.
Benítez y Ayestrán marcan el desarrollo de la resistencia como determinado
por dos grandes ramas, la resistencia aeróbica y la potencia aeróbica.
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encontramos actividades que ni siquiera presentan el gesto técnico madre
del deporte en cuestión, como puede ser nadar o pedalear para un jugador
de hándbol. Por otro lado, los trabajos de segundo nivel, que se acercan un
poco más a la actividad principal del deportista solo a nivel técnico, pero en
donde todavía no se incluyen situaciones de toma de decisión ni de
procesamiento de la información con el objetivo de manejo de elemento,
que es una constante en todos los deportes de equipo. Aquí nos referimos
al gesto de la carrera en un deportista de campo, ya sea grande o pequeño,
o a nadar en caso de un jugador de wáter polo.
Tradicionalmente, se le ha dado mucha importancia en función del tiempo
que se dedica a esta etapa del entrenamiento de la resistencia en deportes
de equipo. Pero con el ajuste de los calendarios deportivos y las
consecuentes adaptaciones de las metodologías de entrenamiento, esto se
ha ido perdiendo.
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de toma de decisiones que el jugador lleva a cabo durante los partidos
y entrenamiento. Por lo tanto, el objetivo del entrenamiento de la
resistencia desde este este aspecto tendrá que ver con lograr que las
diferentes intensidades bajo las que transcurren las situaciones de
juego no disminuyan en desempeño táctico del jugador ni del equipo.
o Entrenamiento de la resistencia de juego: por medio de un método
competitivo de entrenamiento se intenta acoplar lo desarrollado en los
dos apartados anteriores en situaciones reales de juego. Esto pone al
partido propiamente dicho como una instancia más del entrenamiento
de este tipo de resistencia. En el caso de los entrenamientos, siempre
con un formato competitivo o de oposición, se intentará modificar la
dificultad y la intensidad mediante el cambio de reglas del juego,
espacios, cantidad de jugadores. El objetivo de esto es aumentar o
disminuir la intensidad y dificultad del entrenamiento y así poder influir
sobre la capacidad del jugador para participar en el juego propiamente
dicho.
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actualidad ha desaparecido prácticamente la utilización de entrenamientos de
tipo continuo para deportistas de equipo. Esta modalidad difiere de lo que sucede
en el juego, no solo desde aspectos fisiológicos como la intensidad, sino también
desde la no existencia de componentes técnicos o tácticos que se utilizan en el
juego. Incluso las modalidades de entrenamiento continuo variado, en las que
encontramos aumentos de la velocidad o intensidad, difieren en gran medida de
lo que sucede en el campo a la hora de practicar un deporte de equipo.
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2.2.2 Nuevas metodologías de entrenamiento en el
desarrollo de la fuerza
Sin negar la importancia de la resistencia específica, la fuerza es sin dudas la
capacidad dominante en la mayoría de los deportes de equipo. Por lo tanto, para
evitar la pérdida de fuerza y potencia de nuestros deportistas, debemos planificar
un programa de mantenimiento de la misma para el período competitivo (Bompa,
1999). El autor también destaca la importancia de supeditar la intensidad y el
volumen de los trabajos de fuerza, a la carga de entrenamiento y competencia.
Con el entrenamiento de la fuerza sucede algo similar a lo del resto de las áreas
de la preparación física en su inclusión al proceso de entrenamiento en los
deportes de equipo. Históricamente, la lógica de pensamiento fue: si quiero que
mi deportista mejore la velocidad, le aplico el entrenamiento de un velocista; si
quiero que mejore su resistencia, utilizo el entrenamiento de un corredor de
grandes distancias, y así con todas las áreas condicionales.
Por lo tanto debemos recordar que estos gestos deportivos deben involucrarse de
alguna manera en un espacio y un tiempo adecuado para tener éxito en su
ejecución durante el juego, y este es un elemento que también ha influenciado la
filosofía y la metodología del entrenamiento de fuerza.
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de fuerza contra oposición. Eso es algo que el entrenamiento de fuerza en estos
deportes debe contemplar y poner en juego dentro de la metodología. Sería
inapropiado asegurarle a un deportista que por solo entrenar para mejorar su
capacidad de fuerza de manera aislada, eso va a producir una mejora en su
rendimiento dentro del campo a la hora de competir o entrenar.
Volviendo la teoría de sistemas complejos, Bosch (2015) sostiene que no hay una
habilidad universal tal como la fuerza o la potencia, esto es debido a que estas
cualidades, dependen para su expresión en situaciones de juego del aspecto
coordinativo del deportista, y por lo tanto alguien puede ser fuerte o potente en
determinadas áreas y en otras no.
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fuerza de diferentes equipos de la NBA. Una de las preguntas era si utilizaban los
DLP como parte del desarrollo de la fuerza en sus jugadores, a lo cual 19 de 20
entrenadores respondieron que si los utilizaban. Poniéndolos además en primer
lugar la mayoría de ellos, junto con la Sentadilla y sus variantes a la hora de elegir
ejercicios para armar sus programas de entrenamiento. Finalmente es importante
destacar que todos los entrenadores entrevistados en este estudio utilizan
evaluaciones de fuerza para identificar necesidades tanto colectivas como
individuales y así poder poner objetivos a los programas de entrenamiento.
Con respecto a la fisiología de las carreras máximas repetidas podemos decir que
la participación de la glucogenolisis es acotada, en parte debido al incremento del
metabolismo aeróbico durante las mismas. Podemos agregar que la duración de
los sprints puede alterar de manera significativa las contribuciones relativas de
uno u otro sistema energético. El ratio de degradación y resíntesis de
Fosfocreatina (PCr) tendrá una gran influencia sobre la performance en los sprints
subsiguientes. Esto es debido a que a mayor degradación, mayor tiempo necesario
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para la repleción (Bishop, 2005). En resumen, un individuo que con un mejor nivel
de resíntesis de PCr durante las recuperaciones entre sprints, o con mejor potencia
aeróbica, tendrá una mejor RSA.
No debemos dejar de mencionar a los Juegos Reducidos (small sided games o SSG),
ya que los mismos son una herramienta utilizada por los entrenadores de deportes
de equipo, debido a su similitud con las condiciones normales de competencia,
alcanzando niveles de frecuencia cardíaca y efectos metabólicos similares a los del
entrenamiento intermitente de alta intensidad por ejemplo. Por lo tanto, si
además de los efectos que producen los juegos a nivel condicional, entendemos
que también tienen un aporte desde la táctica, la técnica y la estrategia, en
realidad deberíamos preguntarnos : ¿Por qué NO utilizarlos? Ahora, debemos
asegurarnos que si utilizamos juegos reducidos en combinación con otros
entrenamientos condicionales como puede ser el entrenamiento de la fuerza,
podemos comprometer el desarrollo de la fuerza y la potencia de nuestros atletas,
al mismo tiempo que podemos producir altos niveles de fatiga. Por lo tanto será
de suma importancia la estrategia de control de las cargas de entrenamiento y
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competición que tengamos, a la hora de promover el rendimiento de nuestro
equipo.
Por lo visto hasta el momento, la RSA estará íntimamente relacionada con la fatiga
y la capacidad del deportista de reponerse de ella o tolerarla (factor directamente
dependiente del estado de forma del sujeto) tanto durante como después del
esfuerzo. Sobre todo en deportes en donde el calendario es ajustado y puede
haber hasta tres o cuatro competiciones por semana, como sucede en el básquet.
Por lo tanto, otro concepto importante para lograr altos niveles de rendimiento
en estos deportes es la recuperación y la tolerancia a la fatiga.
Los principales mecanismos por los que aparece la fatiga son los siguientes:
depleción de sustratos;
acumulación de metabolitos;
aumento de la temperatura central;
daño muscular inducido por el ejercicio;
alteraciones hidroelectrolíticas;
modificaciones en los aminoácidos ramificados;
radicales libres;
depresión del sistema inmune (Terrados, 2010)
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el rendimiento. Esta idea propone nociones acerca del estado de fatiga general
de un deportista. Veamos ahora un concepto más biológico acerca de la fatiga
durante el ejercicio: Dificultad para mantener los niveles de fuerza requeridos o
esperados (Edwards, 1983). Por esto es que las cargas de entrenamiento deben
ser ajustadas frecuentemente durante el ciclo de entrenamiento para aumentar o
disminuir el efecto de fatiga en los deportistas, dependiendo de la fase de
entrenamiento en que se encuentran. De ser así, esto nos asegura lograr las
adaptaciones y la performance en las competencias sean las esperadas.
Sin embargo, parece ser que el rendimiento tiene un alto componente psicológico,
el cual tendría una gran influencia sobre el aumento y las disminuciones de las
prestaciones físicas de los deportistas durante situaciones de juego. Carlos Lago
Peñas (2011) en colaboración de Paco Seirul-lo, entre otros, intentaron
determinar la relación de la fatiga con el rendimiento en deportes de equipo. Se
partió de premisas como el hecho de que en el fútbol en el segundo tiempo
disminuye la frecuencia, distancia media parcial y volumen total de los
desplazamientos a alta intensidad y los sprints. Teniendo en cuenta que las
situaciones que determinan tanto el éxito como el fracaso en este deporte, como
en todos los de situación, involucran altas intensidades y velocidades tanto de
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ejecución técnica como de desplazamiento, podemos inferir que su disminución
estaría ligada a una disminución del rendimiento deportivo. Lo que debería
establecerse ahora si esa disminución está ligada pura y exclusivamente a una
fatiga fisiológica, o si deberíamos también tener en cuenta las variables
contextuales, como los factores tácticos, estratégicos, marcador parcial,
localización del partido, calidad del rival, etcétera. En este trabajo se argumenta
que el descenso del rendimiento deportivo no se debe únicamente debido a la
fatiga fisiológica. Por ejemplo, O’Donoghue y Tenga (2001) establecieron que los
jugadores del equipo que va ganando reducen la intensidad, permitiendo que el
equipo que va perdiendo tome la iniciativa en el juego. Carlos Lago Peñas (2011)
insinúan que el rendimiento físico de los jugadores de fútbol de elite está
condicionado por las variables contextuales del juego y, por lo tanto, el descenso
en la distancia recorrida a velocidades máximas y submáximas no necesariamente
está relacionado al aumento de la fatiga fisiológica.
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Claramente existe una extensa relación entre la carga de trabajo que recibe el
deportista y su estado de fatiga. Tradicionalmente la carga externa ha sido el foco
principal a la hora de hablar de control de la carga, y en la creación de la mayoría
de los sistemas de monitorización de la misma. Que es básicamente el trabajo que
realiza el atleta durante un determinado período de tiempo, siendo esta
totalmente independiente de las condiciones del sujeto durante ese lapso. Estas
condiciones expresan el estrés metabólico, fisiológico y psicológico que el trabajo
realizado genera en el deportista. Este fenómeno, denominado Carga Interna, será
también clave a la hora de determinar la carga total de trabajo. De hecho, la
combinación entre la carga externa y la interna será la que determine el estado de
fatiga del sujeto. (Halson, 2014).
Gabbett (2016) explica que las características individuales del deportista, como
son la edad, el historial de entrenamiento y de lesiones y la capacidad física,
combinadas con la carga externa aplicada y las respuestas fisiológicas a esa
actividad, determinarán el “resultado” del entrenamiento. Para dar un ejemplo de
esto, si aplicamos cargas de entrenamiento idénticas a dos sujetos con grandes
diferencias en sus características individuales, obtendremos respuestas
fisiológicas totalmente diferentes. Entonces, un estímulo de entrenamiento puede
ser apropiado para un atleta, pero insuficiente o sobrecargado para otros.
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del futbol, estas “unidades arbitrarias”, cuando van de 300 a 500 corresponden a
entrenamientos de “baja intensidad” y las que van de 700 a 1000 corresponden a
aquellos de “alta intensidad”.
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Referencias
Bompa, T. (2016). Periodización del Entrenamiento Deportivo Paidotribo
Rafael Martín Acero, F. S.-l. V., Carlos Lago Peñas y Carlos Lalin, & Novoa. (2013).
Causas Objetivas de Planificación en Deportes de Equipo (I): Estado de Forma y
Calendarios. Rev Entren Deport. 27(1).
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