Incendios Forestales en Bolivia
Incendios Forestales en Bolivia
Incendios Forestales en Bolivia
A partir del año 2019, se empezó a poner bastante atención a lo que ocurre en las
áreas protegidas, pero si se busca información sobre lo que ocurre en los territorios
indígenas hay un vacío de información. En el Ministerio de Medio Ambiente y Agua
se habilitó un portal en el que se hacía monitoreo y la categoría de territorios
indígenas no existía. Lo mismo ocurre con instituciones vinculadas a la protección
del medio ambiente, que concentran su atención en áreas protegidas, pero dejan de
lado la situación de los pueblos originarios. Ante ese vacío de información, nosotros
decidimos evaluar y cuantificar el daño que están ocasionando los incendios
forestales dentro de los territorios indígenas. En una década, hemos podido
observar que existen serias afectaciones en estos espacios.
Los incendios provocados por acción humana directa son la causa principal de
incendios en la Amazonía, y una importante razón de pérdida de bosque en
la cuenca amazónica. El desastre ha significado la existencia de una fuerte
polémica sobre el rol del Gobierno en su control y las medidas previas que podrían
haber propiciado una situación catalogada como uno de los desastres más
complicados de Latinoamérica. De la misma manera se han criticado las acciones
asumidas para el control del desastre, tales como la negativa inicial de solicitar
ayuda internacional durante la crisis.
Cabe destacar que, el fuego es apenas un síntoma de un problema mayor que viene
registrándose en la última década en Bolivia, la deforestación. La pérdida de
bosque implica la pérdida de la posibilidad de regular el clima en el lugar, esto se
traduce en sequías más duras que a su vez hacen que el bosque sea material
combustible para incendios forestales. De acuerdo al reporte Frentes de
deforestación: causas y respuestas en un mundo cambiante de World Wildlife Fund
(WWF), las principales causas de la pérdida de bosques en Bolivia son: la
ganadería, la agricultura en pequeña escala y la agricultura de gran escala.
Seguido de la construcción de infraestructura de transporte, los incendios forestales
y, en menor medida, la extracción de madera a gran escala.
Si bien las cifras de aquí presentadas son desalentadoras, es importante destacar
que los últimos dos años se lograron disminuir considerablemente los incendios
forestales, respecto a las cifras récord alcanzadas en 2019. Para que estos eventos
no se sigan repitiendo, es imprescindible que los esfuerzos de todos los actores
involucrados como gobiernos nacionales y sub-nacionales, el Servicio Nacional de
Áreas Protegidas, fundaciones y ONG, empresarios, agricultores, ganaderos,
pueblos indígenas y comunidades locales, sean mayores, y se busquen soluciones
eficientes de forma inclusiva y articulada.
Respecto a las gestiones 2019, 2020 y 2021, los datos del año 2022 muestran una
reducción significativa de incendios forestales, lo que permite evidenciar que se han
quemado:
En 2023. Más de 100 000 focos de calor se registraron durante el mes de octubre
en todo el país. El Beni es el departamento más afectado por los incendios. El humo
de los incendios forestales contaminó el cielo de ciudades como Santa Cruz y La
Paz.
El fuego ha arrasado con más de dos millones de hectáreas en toda Bolivia. El Beni
es el departamento con mayor pérdida, con poco más de un millón de hectáreas
incendiadas; en segundo lugar está Santa Cruz con 355 795 hectáreas quemadas;
le sigue La Paz (199 003), Cochabamba (43 383), Pando (25 909), Tarija (3 124),
Chuquisaca (2 413), Potosí (861) y Oruro (639).
“Hemos tenido cifras históricas, casi 50 000 focos de calor en este mes, unos 2000
focos de calor diarios. La sensación térmica está por encima de los 46 grados. Es
un infierno en vida”, dijo el gobernador del Beni, José Alejandro Unzueta. El
gobierno decretó la suspensión de las clases en los colegios y las universidades de
Santa Cruz y La Paz, debido a la mala calidad del aire, mientras que en las calles
las personas andan cubiertas con mascarillas por los niveles de contaminación. Los
incendios han alcanzado áreas naturales protegidas como el Parque Nacional Noel
Kempff Mercado, en el departamento de Santa Cruz y la Reserva de la Biosfera y
Tierra Comunitaria de Origen Pilón Lajas, en el Beni.
Ley 502. Ley de ampliación del plazo y modificación a la ley n° 337 de apoyo a la producción de
Ley 739. Modificación de las leyes n° 337 y n° 502 de apoyo a la producción de alimentos y
Ley 740.
Ley 741. Ley de autorización de desmonte hasta 20 hectáreas para pequeñas propiedades y
Ley 952. Ley de ampliación del plazo para el registro al programa de apoyo a la producción de
Ley 1098. Ley que establecer el marco normativo que permita la producción, almacenaje,
Ley 1171.
Empresa y
Pequeña
Una de las primeras normativas con el cual se buscó viabilizar dicho modelo
económico fue la ley 337 del 11 de febrero del 2013. Esta ley, titulada de Apoyo a la
Producción de Alimentos y Restitución del Bosque, fue mejor conocida como la ley
del “perdonazo” debido a que básicamente estableció un régimen excepcional para
los desmontes y quemas en Tierras de Producción Forestal Permanente (TPFP) que
se realizaron sin autorización entre el 21 de julio 1996 al 31 de diciembre 2011. En
otras palabras, mediante esta ley, se exceptuó a toda persona que haya realizado
desmontes y quemas sin autorización de las sanciones dispuesta en la Ley 1700 a
cambio del pago de una multa (Tabla II) y la inscripción al Programa de Producción
de Alimentos y Restitución de Bosques.