Cap 49 Los Atributos Del Creador
Cap 49 Los Atributos Del Creador
Cap 49 Los Atributos Del Creador
Y LA DIRECCIÓN CÓSMICA
Pero aún tenemos que profundizar más para entender estos temas a fondo. (PERO AÚN
TENEMOS QUE PROFUNDIZAR MÁS PARA ENTENDER ESTOS TEMAS A FONDO . Hasta aquí el
Intelecto analizó la Dirección Cósmica de Justicia [Hanhagat haMishpat] y las modalidades en que se
manifiesta. Ahora abordará de nuevo el tema de los atributos y cualidades que los seres humanos
adjudican al Creador. Esto lo hace para enfatizar que todo lo dicho hasta ahora no se refiere
directamente a Él, sino solamente a los modos en que opera en el mundo).
155 — ALMA: Ciertamente, la sabiduría es infinita; mucho se necesita para conocer con
precisión los temas.
156 — INTELECTO: Es por esta razón que está escrito: «Dije: dominaré la sabiduría, pero
ella está lejos de mí». (DIJE: DOMINARÉ LA SABIDURÍA, PERO ELLA ESTÁ LEJOS DE MÍ.
Kohélet 7:23. El versículo expresa qué tan vasta e insondable es la sabiduría divina)
Regresemos al tema. Lo que extraemos de todo lo que hemos dicho hasta ahora es que,
como ya has escuchado, el Creador trasciende completamente la comprensión de las
creaturas. Su esencia está más allá de cualquier cosa que nuestras mentes y nuestro
pensamiento puedan captar o concebir. Sin embargo, Dios decidió proyectar a partir de Él
(DIOS DECIDIÓ PROYECTAR A PARTIR DE ÉL. Literalmente «emanar de Sí mismo». Es
justamente porque la «emanación» [hashpaá] que le brinda existencia y sustento procede
directamente del Creador, que el ser humano le atribuye a Él mismo las cualidades que describen a
esas emanaciones. La frase «emanar de Sí mismo» no debe conducir al error de pensar que esas
emanaciones son, por decirlo de algún modo, intrínsecas y consustanciales con Él, ya que como
Ramjal subraya una y otra vez, Dios «innovó» [jìdesh] estas emanaciones. En Klalim Rishonim 1,
explicando la naturaleza de las Sefirot (cuya dinámica abarca a todas las emanaciones), Ramjal
enfatiza: «Las Sefirot son las cualidades [medidas, midot] del Creador, cualidades que Él innovó
[jidesh] para Sí en beneficio de las creaturas. No son cualidades intrínsecas a Su naturaleza perfecta
y a Su verdadera esencia primordial, sino cualidades creadas [mejudashot] por Su voluntad y deseo,
en función de lo que necesiten las creaturas que quiso crear». Por otro lado, ya que las Sefirot
expresan Su forma de actuar hacia el mundo, son directamente atribuibles a Él y no entidades
autónomas) cierto tipo de emanaciones relevantes y benéficas para nosotros, en virtud
Ya habíamos explicado antes (YA HABÍAMOS EXPLICADO ANTES. Al inicio del capítulo 10, §46
– 46 B) que para desempeñar Su acción y dirección [en el mundo], el Creador innovó la
existencia de ciertos atributos y normas; estos son los [adjetivos] que nosotros le atribuimos
a Él, al igual que atribuimos al alma ciertos atributos y cualidades (CUALIDADES.
Literalmente, «contenidos». El Intelecto las designa así porque las cualidades que fueron
implantadas en cada alma se vuelven rasgos intrínsecos de ella ) propias. No obstante, ya
sabemos que existe una diferencia abismal entre esos atributos [divinos] y las cualidades
del alma. El alma está [completamente] enraizada en sus cualidades, puesto que éstas
fueron agregadas a su esencia. (PUESTO QUE ÉSTAS FUERON AGREGADAS A SU
ESENCIA. Una vez que el alma fue dotada de ciertas cualidades específicas, se establece una
equivalencia entre su esencia y sus cualidades: la esencia misma del alma se define por sus
cualidades, que se vuelven inseparables de ella ) Pero no podemos decir lo mismo respecto al
Creador. Sólo sabemos que Él actúa por medio de estos atributos, pero sin que éstos sean
cualidades enraizadas en Él y accidentes agregados a Su ser. Pues ya sabemos que Él
está totalmente libre de cualquier tipo de accidente y de cualquier otro rasgo que
distinguimos en los seres creados.
La única razón por la que le asociamos estos atributos es para expresar el efecto que Su
emanación y Dirección Cósmica produce en nosotros, pero no es que podamos discernir de
qué modo esos atributos están en Él. (PERO ERO NO ES QUE PODAMOS DISCERNIR DE
QUÉ MODO ESOS ATRIBUTOS ESTÁN EN ÉL. El sentido de la frase es ambiguo. R. Goldblatt
señala que también podría entenderse en el sentido de «de qué modo esos atributos están en Su
acción». Así leída la frase, el Intelecto no sólo quiere decir que el ser humano es incapaz de discernir
de qué modo esos atributos se relacionan con el ser mismo del Creador, sino que tampoco es capaz
de comprender de qué modo esos atributos describen los actos mismos de Dios. En sentido estricto,
un acto se relaciona con el sujeto que lo ejecuta, no con el que recibe la acción. Pero como resulta
imposible separar al ejecutor de su acto (ya que éste no es algo separado del que lo ejecuta), si se
describe un acto también se está, en cierto sentido, definiendo al que lo ejecuta. Por ello, el Intelecto
enfatiza aquí que, en realidad, la única definición que podemos dar de los atributos asociados con los
actos de Dios se basa en el efecto que producen en nosotros, no en la naturaleza de los actos
mismos. En otras palabras, no sólo no conocemos cuál es la esencia del Creador, sino que tampoco
conocemos realmente la esencia de los actos que Él realiza; sólo somos capaces de definir esos
actos por el efecto que tienen en nosotros. Ahora bien, como los actos divinos son esencialmente la
acción realizada por las Sefirot, eso lleva a concluir que el ser humano es incapaz de conocer la
esencia pura de cada Sefirá, sino sólo gracias al efecto que ella tiene sobre él. R. Goldblatt concluye
señalando que eso implica que, en realidad, lo que el ser humano hace es tomar el conjunto de
aspectos que percibe en la Creación y, como descubre en ellos cierto orden, define como «atributos»
del Creador a los variados aspectos de ese orden percibido. Véase también el capítulo 25, §100.A y
el inicio del §102, donde el Intelecto aborda estos mismos temas, en relación con las emanaciones
divinas hacia el mundo [véase especialmente las notas 13 y 15 ahí mismo] ) Ya hemos explicado
esta idea en su lugar; asimismo, también la ha explicado ampliamente el más singular de
los autores (EL MÁS SINGULAR DE LOS AUTORES. R. Goldblatt señala que, en la versión
manuscrita de este libro, Ramjal había escrito inicialmente «el más singular de los sabios [jajamim]».
Luego, por alguna razón borró esa palabra y escribió «el más singular de los autores [mejaberim]» )
[del judaísmo], el gran sabio Rambam [Maimónides] en su obra Guía de Perplejos.
Pero ciertamente sabemos que incluso los atributos que podemos discernir en Su acción no
son más que realidades innovadas (NO SON MÁS QUE REALIDADES INNOVADAS. Las
Cursivas son del presente comentarista. Sobre el sentido de esta expresión, véase las notas 13 y 16
del capítulo 10) por Él para nuestro beneficio, relativas a nuestro nivel existencial y de ningún
modo relativas a Su nivel. Este conjunto de atributos que Él innovó para realizar Su acción
constituye la raíz misma de todo lo que sucede en cualquier momento con sus creaturas.
Sin embargo, la distinción de este orden jerárquico [en los atributos divinos] sólo puede ser
realizada a partir de los actos divinos. Pues sólo cuando integramos todo lo que el Creador
hace con Sus creaturas y definimos perfectamente cada cosa, evaluando el valor relativo
que cada acto tiene respecto de otro, podemos descubrir que su organización está hecha
de tal modo que un acto es más noble que el otro y puede ser considerado superior a él.
(LA DISTINCIÓN DE ESTE ORDEN JERÁRQUICO [EN LOS ATRIBUTOS DIVI—NOS], ETC.
Puesto que el ser humano es incapaz de comprender realmente el modo en que el Creador actúa y
sólo es capaz de comprender los efectos que Sus actos producen en los seres creados, es
solamente a partir de la totalidad de lo ya hecho por Él que podemos discernir en Su acción un orden
estructurado y con propósito. En otras palabras, a partir del conjunto de hechos divinos podemos
afirmar que Sus atributos [midot] poseen una estructura que obedece a un plan bien definido cuya
finalidad es la perfección del mundo. Ahora bien, puesto que esos atributos representan a las Sefirot,
lo que el Intelecto explica aquí es lo que hace de la Kabalá un sistema preciso de explicación del
sistema y estructura del mundo. Véase también el §46.A - 46.B del capítulo 10)
Así pues, adjudicamos estos atributos al Creador en función de los actos que proceden de
Él; y también en función de esos actos atribuimos estructura y disposición relativa
(ESTRUCTURA Y DISPOSICIÓN RELATIVA. «Estructura» [séder] es la organización general de los
atributos; «disposición relativa» [érej] se refiere al arreglo y orden de los atributos, unos respecto de
otros) a esos atributos.
156.A- Es por esta razón que los Sabios (LOS SABIOS QUE COMPRENDIERON LOS
SECRETOS DE LA DIRECCIÓN CÓSMICA. Sin mencionarlos directamente, Ramjal hace referencia
a los Maestros de la Kabalá) que comprendieron los secretos (SECRETOS. Otra versión textual
dice «órdenes» o «procesos») de la Dirección Cósmica, afirmaron que estos atributos -y, por
consiguiente, los actos que emanan de ellos- están conectados entre sí de múltiples formas.
Pues, aunque cada atributo ciertamente constituye una realidad en sí misma, el Creador
hizo que todos estos atributos estuvieran ligados entre sí como un conjunto, de tal modo
que cada uno precisara de la asistencia del otro en la medida y aspecto necesarios para
alcanzar la plenitud de su naturaleza. (EL CREADOR HIZO QUE TODOS ESTOS ATRIBUTOS
ESTUVIERAN LIGADOS ENTRE SÍ COMO UN CONJUNTO, ETC. R. Friedlander comenta al
respecto que primero es necesario determinar la naturaleza y el propósito de cada atributo divino en
sí mismo, y luego determinar la relación que cada atributo guarda con los demás. Al final se obtendrá
una visión de conjunto de la estructura de atributos, y eso permitirá conocer el orden que siguen los
fenómenos concretos).
Se precisa de una sabiduría muy profunda para conocer esta interrelación y el modo en que
todos los aspectos de la dirección cósmica están conectados entre sí, como eslabones de
una cadena que penetran unos dentro de otros. (SE PRECISA DE UNA SABIDURÍA MUY
PROFUNDA PARA CONOCER ESTA INTERRELACIÓN, ETC. Esta «sabiduría profunda» es la
Kabalá, cuyo propósito principal consiste en explicar la naturaleza e interrelación de los atributos o
emanaciones divinas que constituyen el fundamento de todos los eventos que tienen lugar en el
mundo).
En su obra Guía de Perplejos, Primera Parte, Capítulo 54, Rambam escribe: «[Los Sabios]
afirmaron que la frase "todo Mi bien" (TODO MI BIEN. Shemot 33:19. El versículo completo es:
«[Dios] dijo: Yo haré pasar todo Mi bien [Tov] delante de ti, y proclamaré con el nombre del Eterno
delante de ti; y agraciaré a quien Yo desee agraciar, y tendré clemencia de quien Yo desee tener
clemencia». Dios respondió esto a Moshé cuando éste le pidió que le mostrara la «gloria» [kabod]
divina) alude al hecho de mostrar [a Moshé] la totalidad de los seres; es decir, de
mostrárselos de tal forma que él pudiera comprender su naturaleza y la interrelación que
tienen unos con otros».
Los atributos pueden estar conectados entre sí de un modo causal, y en los nexos que
guardan entre sí es posible discernir todos los factores necesarios para relacionar la causa
con su efecto. (ES POSIBLE DISCERNIR TODO LOS FACTORES NECESARIOS PARA
RELACIO-NAR LA CAUSA CON SU EFECTO. Por ejemplo, el hecho de que del atributo de Jésed
(bondad) se genere el atributo de Din (rigor), con el fin de «completar» la naturaleza y propósito del
Jésed. R. Friedlander agrega que el nexo causal que hay entre la causa y su efecto hace que éste
exprese las características de aquél. En el ejemplo anterior, esta relación es lo que determina que
siempre hay un factor de Jésed que mitiga y atenúa la acción del Din. Y, por otro lado, esto también
determina que el Din siempre exprese el propósito del Jésed ) Y también pueden asociarse entre
sí de tal modo que se asistan mutuamente en mayor o menor medida. (SE ASISTAN
MUTUAMENTE EN MAYOR O MENOR MEDIDA. Por ejemplo, que los atributos de Jésed y Din
actúen en conjunto para generar procesos concretos en el mundo, los cuales tendrán un matiz de
Rajamim, que es el atributo relacionado con la Sefirá de Tiféret, lo cual implica un balance y armonía
entre contrarios).
Te daré un ejemplo de esto. (TE DARÉ UN EJEMPLO DE ESTO. El ejemplo que el Intelecto cita
se refiere al último concepto mencionado, el de la relación de transmisión [mashpía] y recepción
[mekabel] entre atributos) Cuando un hombre medita acerca de un objeto que ha visto y que
desea comprender, inicialmente utilizará su facultad de Imaginación (FACULTAD DE
IMAGINACIÓN. En hebreo, tsiyur, palabra que también puede ser traducida como
«conceptualización». Es ésta la que conceptualiza los rasgos generales de un objeto o fenómeno )
para representar el objeto en su mente. En caso de no utilizar también otra facultad, en su
mente solamente se formará una imagen [general]. Pero si desea comprenderlo a fondo, se
despertará en él la facultad de discernimiento y analizará el objeto, separando las partes
que lo componen y disectándolo, luego de lo cual volverá a unirlas; separará lo que necesite
ser separado y unirá lo que necesite ser unido, hasta que obtenga un conocimiento
completo del objeto. (HASTA QUE OBTENGA UN CONOCIMIENTO COMPLETO DEL OBJETO.
El proceso que el Intelecto acaba de describir se refiere a los métodos de conocimiento de las Sefirot
de Jojmá [Sabiduría] y Biná [Discernimiento]. La representación general de un fenómeno es tarea de
Jojmá; ella es la que concibe los principios fundamentales que rigen un fenómeno. Luego, transmite
esa representación general a Bina, cuya tarea es analizar el objeto descomponiéndolo en sus partes
constitutivas, describiendo en forma específica su estructura. Así, Biná recibe los datos que Jojmá le
proporciona y los analiza. Es obviamente difícil de traducir la riqueza de los términos Jojmá y Biná en
equivalentes al español. El español posee muchos vocablos que se relacionan de un modo u otro con
cada una de estas facultades. En términos generales, Jojmá implica: concepción de ideas,
conceptualización general de las mismas y su representación, así como establecimiento de los
principios básicos de esas ideas. Biná implica: análisis de las partes constitutivas de las ideas y su
estructuración, así como la integración de esas partes en una estructura detallada y específica,
poniendo de relieve los aspectos que inicialmente no eran discernibles ) Antes de que la mente de
un hombre pueda comprender un fenómeno dado, debe necesariamente seguir este
proceso cognoscitivo; aunque estos procesos no son físicos, sino espirituales, de todas
maneras, es preciso que los realice.
Ahora bien, [en relación con el nivel superior,] en el nivel inferior podemos distinguir una
causa inmediata y una causa distante. (UNA CAUSA INMEDIATA Y UNA CAUSA DISTANTE.
El Intelecto precisa aquí que el atributo superior puede actuar sobre el atributo inferior de dos modos:
en forma inmediata y directa, y también en forma distante y menos directa. En la nota anterior se
explicó que solamente el aspecto inferior del atributo superior puede «disfrazarse» y penetrar dentro
del atributo inferior, ya que éste es el aspecto más cercano a la naturaleza del atributo inferior. Esto
equivale a actuar como «causa inmediata» sobre el atributo inferior. Pero simultáneamente con este
proceso, también actúa sobre él con algún otro aspecto suyo que no penetra dentro del inferior, sino
que se mantiene por encima de él, determinando la dirección general que debe seguir el atributo
inferior en función del propósito último que debe seguir. Siguiendo con el ejemplo anterior de la
relación entre Jésed y Din, R. Friedlander explica que Jésed actúa sobre Din de dos modos: por un
lado, introduciéndose parcialmente en la acción de Din con el fin de mitigar su rigor; y, por otro lado,
dirigiendo el Din hacia su propósito último de revelar la acción benévola de Jésed. En términos
concretos, esto se traduce en la acción y propósito de los sufrimientos. Por un lado, el atributo divino
de Jésed suaviza y mitiga los sufrimientos para que su rigor no destruya al hombre; y
simultáneamente los encauza y dirige hacia el fin último de refinar y sublimar la personalidad
humana) Todo esto es producto de una gran precisión, ya que todo está calculado en base a
una sabiduría profunda.
En todos estos [atributos] debemos entender qué aspectos se relacionan con su estructura
jerárquica y su disposición relativa, y cuáles con su naturaleza intrínseca.
Pues hay atributos y emanaciones (PUES HAY ATRIBUTOS Y EMANACIONES. En este párrafo
el Intelecto se refiere a la naturaleza intrínseca de los atributos, no de su distribución jerárquica,
como en el párrafo anterior) que dependen de la Dirección Cósmica basada en recompensa y
castigo —que es la que posibilita la existencia del Bien y el Mal— y otros que dependen del
proceso [de revelación] de la Unicidad y hegemonía del Creador, cuyo propósito es rectificar
todas las deficiencias. (CUYO PROPÓSITO ES RECTIFICAR TODAS LAS DEFICIENCIAS. Se
refiere a la Hanhagat haYijud, la Dirección Cósmica de Unicidad).
Y en los atributos que dependen de [la Dirección Cósmica de] recompensa y castigo, hay
algunos que se derivan del atributo de bondad, otros del atributo de rigor y otros más del
atributo intermedio. (ATRIBUTO INTERMEDIO. Se refiere al atributo de Clemencia [Rajamim], que
armoniza la Bondad [Jésed] con el Rigor [Din]. En términos de Sefirot, se refiere a Tiféret, Armonía )
Y todo esto siguiendo ciertos cauces y formas de combinación. (Y TODO ESTO SIGUIENDO
CIERTOS CAUCES Y FORMAS DE COMBINACIÓN. Aquí de nuevo, el Intelecto se refiere a las tres
formas de interrelación explicadas antes) Hay algunos tipos de emanación que son conforme a
la naturaleza oscura de la materia, cuyo propósito es oscurecer y densificar los fenómenos
que se generan en el mundo. Y hay otros que están en función de la irradiación espiritual y
divina, cuyo propósito es iluminar la oscuridad e irradiar luz sobre los seres creados. En
esto hay una variada jerarquía de aspectos superiores e inferiores. (EN ESTO HAY UNA
VARIADA JERARQUÍA DE ASPECTOS SUPERIORES E INFERIORES. Se refiere a los aspectos
relacionados con la estructura jerárquica y la disposición relativa de los atributos, mencionadas varios
párrafos antes).
Es preciso analizar todos estos aspectos si se quiere obtener una comprensión adecuada
de la Dirección Cósmica, hasta donde alcance la capacidad humana. También hay que
conocer las raíces y las ramificaciones, es decir, las diversas clases de emanación y sus
formas de organización, y lo que es generado por ellas, tanto en los seres creados como en
los eventos que les acontecen. (TAMBIÉN HAY QUE CONOCER LAS RAÍCES Y LAS
RAMIFICACIONES, ETC. Las «raíces» son las emanaciones y atributos; las «ramificaciones» se
refiere a los efectos que aquéllos provocan en los seres creados ) Te quedará clara la totalidad de
todos estos temas cuando hayas asimilado todo lo que te he explicado hasta ahora.
Pero la idea esencial (LA IDEA ESENCIAL. Del concepto de raíces y ramificaciones en las
emanaciones de la Dirección Cósmica) que te he mencionado es que además del conocimiento
de la estructura de la Dirección Cósmica en función de los actos realizados en el mundo,
también está el conocimiento del nivel relativo de los seres creados -en términos de su
refinamiento y espiritualidad o de su densidad y materialidad, de su elevación y nobleza o
de bajeza e inferioridad-, que se deriva en su totalidad del poder de estas diversas clases
de emanación, cuya existencia fue innovada por el Creador. Pues según Su perfección
intrínseca, todos los seres deberían haber sido creados por igual con el máximo estado de
nobleza y sublimidad. (SEGÚN SU PERFECCIÓN INTRÍNSECA, TODOS LOS SERES
DEBERÍAN HABER SIDO CREADOS POR IGUAL, ETC. Si el Creador hubiera creado a todos los
seres siguiendo como modelo Su propia perfección, todos los seres compartirían el mismo grado de
perfección; por lo mismo, no habría jerarquía existencial en los seres creados ni diferencias en los
acontecimientos que les suceden) Sin embargo, Dios innovó la existencia de estas diversas
emanaciones, cuya naturaleza contiene todas las jerarquías y variaciones correspondientes
en la Creación. Resulta entonces que todo esto depende de estas emanaciones creadas y
del orden que tienen. Más adelante hablaremos un poco de esto. (MÁS ADELANTE
HABLAREMOS UN POCO DE ESTO. En el capítulo 65) Pero lo que te he enseñado hasta ahora
es suficiente para aclararte la dinámica profunda que hay en uno de los principios que rigen
la Dirección Cósmica de recompensa y castigo. Ahora abordaremos el segundo principio,
que se refiere a las normas que rigen la recepción [de la emanación por parte de los seres
creados]. (LAS NORMAS QUE RIGEN LA RECEPCIÓN [DE LA EMANACIÓN POR PARTE DE
LOS SERES CREADOS]. En el §136 del capítulo 41, el Intelecto dijo que explica-ría en detalle la
Dirección Cósmica basada en «recompensa y castigo» [Hanhagat Sajar veÓnesh], que es la de
justicia divina [Hanhagat haMishpat]. Luego, en el §138, inició su exposición aclarando que esta
Dirección Cósmica se basa en dos principios: primero, el modo en que Dios ejerce Su justicia sobre
los seres creados; segundo, el modo en que ellos reciben esa justicia. En otras palabras, la
aplicación de la justicia divina y el efecto que provoca. Luego aclaró que, de hecho, la aplicación de
la justicia comprende dos aspectos: la aplicación pura de la justicia y la acción del amor divino sobre
esa justicia. Así pues, eran tres los temas que se proponía examinar:
3) efecto de esa justicia en los seres creados. Hasta aquí, el Intelecto ya ha explicado los dos
primeros temas del primer principio, con lo cual lo da por concluido. Ahora abordará el segundo
principio (tercer tema)).