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Acta Celume

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ACTA CELUME

¿En qué consiste la rigidez constitucional?


Condición de una constitución cuyo procedimiento de modificación impone exigencias que
dificultan extraordinariamente su reforma.

Explíqueme el proceso de reforma constitucional ¿Qué


puede hacer el presidente de la república?
1.- La Iniciativa de Reforma Constitucional: Los proyectos de reforma de la Constitución
podrán ser iniciados por mensaje del Presidente de la República o por moción de cualquiera
de los miembros del Congreso Nacional, con las limitaciones señaladas en el inciso primero
del artículo 65, o sea, se aplican las reglas ya estudiadas sobre: materias que son de
iniciativa exclusiva del Presidente, y proyectos que sólo podrán ingresar a cierta cámara
como cámara de origen.

2.- Quórum de aprobación en cada Cámara: Según el art. 127 de la CPR, el proyecto de
reforma necesitará para ser aprobado en cada Cámara el voto conforme de las tres quintas
partes de los diputados y senadores en ejercicio. Sin embargo, si la reforma recayere sobre
los capítulos I, III, VIII, XI, XII o XV, necesitará, en cada cámara, la aprobación de las dos
terceras partes de los diputados y senadores en ejercicio.

3.- Regulación Supletoria: La reforma Constitucional de 2005, introdujo el siguiente inciso


tercero al art. 127 de la CPR: “En lo no previsto en este capítulo, serán aplicables a la
tramitación de los proyectos de reforma constitucional las normas sobre formación de la
ley, debiendo respetarse siempre los quórum señalados en el inciso anterior.” De esta
forma, se aplicará, en forma supletoria, las normas de los artículos 65 a 75 de la CPR, en
todo lo no regulado en el Capítulo XV, respetando siempre los quórum exigidos por la
propia Carta Fundamental.

4.- Actitud del Presidente de la República: Frente a un proyecto de reforma constitucional


que ha sido aprobado por el Congreso Nacional, el Presidente de la República podrá asumir
una de estas tres opciones:
a) Aprobarlo: en tal caso, deberá promulgarlo y publicarlo.
b) Rechazarlo: en este caso, las Cámaras podrán insistir por las 2/3 partes de sus miembros
en ejercicio. Ante esto, el Presidente podrá Promulgar dicho proyecto o Citar a Plebiscito.
c) “Observarlo” parcialmente: De esta forma, las Cámaras podrán:
- Aprobar las observaciones por el quórum que corresponda
- No aprobarlas: no habrá reforma en estos puntos
- No aprobarlas e insistir por los 2/3.
El Presidente podrá: Promulgar el proyecto o Citar a Plebiscito.

5.- Plebiscito de Reforma Constitucional: En caso de proceder, y si el Presidente lo estima,


podrá convocar a Plebiscito de Reforma Constitucional, dentro de los 30 días siguientes a la
fecha de la insistencia por parte de las Cámaras. Esta convocatoria se formalizará a través
de Decreto Supremo. A su vez, el Plebiscito tendrá lugar no antes de 30 ni después de 60
días contados desde la publicación del Decreto Supremo. El decreto de convocatoria
contendrá, según corresponda, el proyecto aprobado por el Congreso Pleno y vetado
totalmente por el Presidente de la República, o las cuestiones del proyecto en las cuales el
Congreso haya insistido. En este último caso, cada una de las cuestiones en desacuerdo
deberá ser votada separadamente en el plebiscito. El Tribunal Calificador de Elecciones
(TRICEL) comunicará al Presidente de la República, el resultado del plebiscito y
especificará el texto aprobado por la Ciudadanía Finalmente, el texto fijado por el Tribunal
Calificador, deberá ser promulgado dentro de los 5 días siguientes a su comunicación

¿qué pasa posterior a la acusación constitucional?


Consecuencias: (a) Destitución. El primer efecto buscado por la acusación que es aprobada
por el Senado es producir la destitución inmediata del cargo que tiene el funcionario
acusado; (b) Responsabilidad constitucional e inhabilidad. Adicionalmente se produce un
efecto nuevo, esto es, “no podrá desempeñar ninguna función pública, sea o no de elección
popular, por el término de cinco años” (art. 53 Nº 1). Esta inhabilidad ha sido cuestionada
ante la Com. IDH por parte de la ex Ministra de Educación Yasna Provoste por estimar que
vulnera diversos artículos de la CADH, no obstante, no ha sido resuelta aun en esa
instancia; (c) Otras responsabilidades. Este juicio político se funda en la descripción de
delitos, infracciones o abusos de poder. Por lo mismo, “el funcionario declarado culpable
será juzgado de acuerdo a las leyes por el tribunal competente, tanto para la aplicación de la
pena señalada al delito, si lo hubiere, cuanto para hacer efectiva la responsabilidad civil por
los daños y perjuicios causados al Estado o a particulares”

Si destituyeran al presidente de la república que está en


ejercicio, ¿qué reglas llegan a operar en la vacante? ¿qué
tiene que hacer el ministro del interior? ¿qué ocurre si esa
vacancia ocurre cuando quedan menos de dos años?
Si quedan menos de dos años para la elección presidencial, lo elegirá el congreso pleno por la
mayoría absoluta de los senadores y diputados en ejercicio, esta elección tendrá lugar
dentro de los 10 días siguientes a la vacancia y el elegido asumirá su cargo dentro de los
30 días siguientes.
Entonces debe convocar a elecciones a los 10 días siguientes, y el nuevo presidente elegido
asumirá su cargo dentro de los 30 días siguientes.

Cómo se clasifican los derechos fundamentales ¿en qué


categorias?

Derechos Civiles y Políticos o Derechos de Primera Generación.

Los derechos civiles corresponden a aquella categoría de derechos que se reconocieron


en una primera época, como limitaciones al poder del Estado. De esta forma, estos
derechos se caracterizan por cuanto el Estado se compromete a no violar ni vulnerar, o
sea, a no interferir en determinados ámbitos de la vida. Así, el Estado solo asume un rol
pasivo, vale decir, un deber de abstención, de no intervenir ni reprimir a las personas en
el legítimo ejercicio de estos derechos.
Se trata de los derechos “tradicionales”, como el derecho a la libertad personal, el derecho
de propiedad, el derecho a la vida, etc.
Los derechos políticos, por su parte, se caracterizan porque los particulares no sólo pueden exigir
la abstención del Estado, en el sentido de no vulnerarlos, como sucede en el caso anterior. En los
derechos políticos, las personas tienen un derecho de participación, de discutir y poder colaborar
con las decisiones colectivas. Así, dentro de los derechos políticos, se encuentran el derecho de
sufragio, y el de elegir y a ser elegidos para cargos de elección popular. También podemos
mencionar el derecho a la jurisdicción (o de acceder a los Tribunales para la defensa de sus
derechos o intereses), y el derecho de petición (el derecho a formular presentaciones ante la
autoridad).

Derechos Económicos, Sociales y Culturales o Derechos de Segunda Generación


Mientras los derechos de la primera generación son derechos basados en principios de
libertad, l os derechos de segunda generación se basan en principios de igualdad.
Se tratan, en principio, de derechos de promoción, o prestacionales, o sea que tratan
de obtener del Estado una determinada prestación, vale decir, una actividad concreta
que tienda a otorgar una situación de especial bienestar o protección.
En estas situaciones, los Estados no sólo deberán abstenerse de actuar sino, por el
contrario, deben actuar, o sea, requieren la acción fáctica o real de los órganos del Estado.
Por su parte, mientras que el respeto de los derechos de la primera generación es útil para
justificar la existencia de un estado liberal de derecho, los de segunda generación sirven
para identificar y legitimar un estado social de derecho.
Son derechos de segunda generación: el derecho a la protección de la salud, el derecho a
la educación, al trabajo, a una previsión (seguridad social).
Estos derechos se explican por el principio de “amparo de pobreza”, según el cual, las
personas en situación de desmedro económico tienen el derecho a exigir del Estado la
protección (amparo) de sus necesidades básicas; y por el principio de “mínimo vital” que
permite asegurar a cada individuo las condiciones mínimas para desarrollar una vida
digna en sociedad.

Derechos de Tercera Generación

Son derechos que se basan en el principio de la solidaridad, normalmente a nivel global o


planetario, vinculados a los procesos de globalización, son derechos que buscan dar
protección a la humanidad, frente a los riesgos que se enfrenta el Hombre ante un mundo
industrializado y en constantes cambios. Así, por ejemplo, nacen los derechos a vivir en
un medio ambiente sano, el derecho a la paz, el derecho al desarrollo, etc.

¿qué deberes le corresponden al estado en el derecho a


vivir en un ambiente libre de contaminación?
De acuerdo al art. 19 N° 8, el Estado tiene dos deberes fundamentales, en relación con el
derecho a vivir en in medio ambiente libre de contaminación. Estos deberes son: - El deber
de velar para que el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación no sea
afectado. En palabras de Nogueira, esta consideración convierte a este derecho en un
derecho “prestacional”, ya que permite a las personas, exigir del Estado una conducta
determinada. De esta forma, el Estado actúa como garante, debiendo realizar todas las
acciones que se dirijan a evitar la contaminación, por acto propio o ajeno. - El deber del
Estado de tutelar la preservación de la naturaleza. La misma ley 19.300 sobre Bases
Generales señala que se ha de entender por “Preservación de la Naturaleza, el conjunto de
políticas, planes, programas, normas y acciones, destinadas a asegurar la mantención de las
condiciones que hacen posible la evolución y el desarrollo de las especies y de los
ecosistemas del país” (art. 2° letra P). Sobre esta oración, se ha discutido acerca de si la
preservación de la naturaleza es (o no) un derecho fundamental, o solo se trata de un deber
más del Estado. Indiciario es al respecto, el hecho que este deber se encuentra en el artículo
19 de la Constitución, y no en el artículo 1º; esto parece indicar que en verdad estamos en
presencia de un derecho fundamental. Que sea un derecho es importante, por cuanto
entraría a engrosar el Bloque de Constitucionalidad de Derechos, y por lo mismo, pasaría a
ser un límite al ejercicio de la soberanía nacional en los términos del art. 5° inciso segundo
de la Carta Fundamental.

Libertad de emitir opinión y de informar. Hábleme de este


derecho. ¿Y esto es sin perjuicio de qué? Y estos delitos y
abusos ¿cómo están consagrados? ¿Qué señala la
constitución respecto a los medios de comunicación social?
¿Qué otro derecho contempla esta garantía para las
personas jurídicas o naturales?

Libertad de Emitir Opinión

El profesor HUMBERTO NOGUEIRA señala: “la libertad de opinión es la facultad de que


disponen las personas para expresar por cualquier medio, sin censura previa, su universo
moral, cognitivo y simbólico; lo que creen, piensan, saben o sienten, a través de ideas y
juicios de valor, los que son, por su naturaleza, de carácter subjetivo, pudiendo además
difundir e intercambiar dichas ideas y debatirlas con otras personas.
Asimismo, es un correlato del derecho de la libertad de opinión, el derecho de no emitir
opinión, el derecho de guardar silencio”. Vale decir, se trata del derecho de dar a conocer
nuestro parecer acerca de las cosas, que al ser esencialmente un mensaje de carácter
subjetivo, no debe de ser medido de acuerdo a parámetros de veracidad.

Libertad de información.

Consiste en el derecho a dar a conocer un hecho o dato razonablemente veraz, o sea, que el
emisor cree o tiene una presunción de la existencia de una determinada circunstancia. La
libertad de información no protege la “transmisión de hechos falsos, insidias, calumnias o
injurias, ya que la Constitución no contempla ni protege ningún derecho a la
desinformación ni al insulto” (Nogueira), por lo mismo la presunción de veracidad opera
como un verdadero “límite interno” del derecho (“presunción de veracidad”: convicción
que tiene aquél que dice algo, consistente en que esto es probablemente verídico).
La libertad “de información” no debe confundirse con el derecho “a la información”, que se
aplica al derecho de acceder a los datos relevantes, especialmente provenientes de los
órganos públicos. No obstante lo anterior, el ordenamiento internacional, ha entendido que
debe entenderse dentro del derecho a la libertad de expresión también debe incorporarse
“el derecho a la información” o sea, el derecho a ser informado, a conocer lo que ocurre en
el mundo y a que dicha información sea verídica o real. De alguna manera, el derecho a la
información, en lo relativo a los actos estatales, se expresa a la luz de lo dispuesto en el
inciso segundo del artículo 8°, al consagrarse el principio de Publicidad y Transparencia.

La ausencia de censura previa: En la tarea de delimitación de la Libertad de Expresión, la


ausencia de censura previa aparece como un elemento fundamental que forma parte del
núcleo o esencia del derecho. Vale decir, es de la esencia de él, la circunstancia que no
exista censura previa, o sea, control o impedimento a la exteriorización de un mensaje de
cualquier tipo. Existe censura previa cuando ella actúa en forma directa o indirecta. Es
directa en los casos en que se impide expresamente una determinada publicación u otra
forma de expresión. Es indirecta, por ejemplo, cuando se establecen sanciones
extremadamente rigurosas (“desproporcionadas”) a dichos ya emitidos, ya que puede
producir efectos inhibitorios a quien pretenda dar a conocer una opinión o información.
También puede constituir censura indirecta el establecimiento de exigencias o requisitos
imposibles de cumplir para que puedan constituirse medios de comunicación; o, incluso, el
reparto desproporcionado de la propaganda estatal entre los distintos medios, privilegiando
los más cercanos al oficialismo, por sobre los demás.
No obstante todo lo anterior, debemos constatar que el art. 13.4 de la Convención Americana
de Derechos Humanos, dispone que los espectáculos públicos podrán estar sometidos por
ley a censura previa, con el objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de
la infancia y la adolescencia.

Restricciones o limitaciones al derecho: La Constitución establece que la ley establecerá los


delitos y abusos que se cometan en ejercicio de estas libertades, así como las
responsabilidades que se originen. Esta ley será de quórum calificado (Ley Nº 16.643
sobre abusos de publicidad, de 1967). Lo relevante es destacar que siempre las
responsabilidades que se originen deben ser “ex-post” o “a posteriori”, ya que en caso
existiría censura previa.

De acuerdo al art. 13.2 de la Convención Americana de Derechos Humanos (o Pacto de San


José de Costa Rica), este derecho no puede estar sujeto a previa censura, “sino a
responsabilidades ulteriores, las que deben estar expresamente fijadas por la ley y ser
necesarias para asegurar: (a) el respeto a los derechos o a la reputación de los demás, o (b)
la protección de la seguridad nacional, el orden público o la salud o la moral públicas”.
Por lo tanto, de acuerdo al Pacto, para que procedan las restricciones ex post, se requiere
necesariamente: primero, que ellas sean fijadas por ley; y segundo, que se generen sólo en
virtud de algunas de las dos hipótesis recién planteadas (el respeto a los derechos o a la
reputación de los demás, o la protección de la seguridad nacional, el orden público o la
salud o la moral públicas).

Normas constitucionales sobre los medios de comunicación social: Por último, la Carta
Fundamental establece una serie de normas de primera relevancia referente a los medios
de comunicación social, dentro de los cuales destacamos:
(a) La ley en ningún caso podrá establecer monopolio estatal sobre los medios de
comunicación social. Esta norma no prohíbe que el Estado sea dueño o administrador de
un medio de comunicación (así ocurre por ejemplo con Televisión Nacional, o La Nación)
para lo cual se deberá contar con una ley de quórum calificado (art. 19 Nº 21, inciso
segundo CPR), sino que lo que se prohíbe es que la ley establezca un monopolio sobre
estos medios.
(b) Derecho de aclaración y réplica. Toda persona ofendida o injustamente aludida por algún
medio de comunicación social, tendrá derecho a que su declaración o rectificación sea
difundida por el mismo medio. Esta declaración tendrá dos características: (1) deberá ser
gratuita; y (2) se ajustará a las condiciones que determine la ley.
(c) Libertad de Prensa. Toda persona natural o jurídica tiene el derecho de fundar, editar y
mantener diarios, revistas y periódicos, en las condiciones que determine la ley.
(d) Consejo Nacional de Televisión. Es un órgano autónomo y con personalidad jurídica
(descentralizado), y que tiene por función velar por el correcto funcionamiento de este
medio de comunicación. Será regulado por una ley de quórum calificado (Ley 18.838 de
1989, y sus modificaciones posteriores).
(e) Calificación Cinematográfica. La ley regulará un sistema de calificación para la exhibición
de la producción cinematográfica. Esta calificación en ningún caso puede constituir
censura previa. No debemos olvidar que el texto original del inciso final de este numeral
decía: ”la ley establecerá un sistema de censura para la exhibición y publicidad de la
producción cinematográfica y fijará las normas generales que regirán la expresión pública
de otras actividades artísticas” El año 2001, luego de la condena a Chile por el caso de “La
Última Tentación de Cristo”, impuesta por la Corte Interamericana de Derechos Humanos,
nuestro país debió reformar dicha norma, en los términos actuales (ley de reforma
constitucional Nº 19.742). Aun así, tal como vimos, la Convención Americana de
Derechos Humanos, tolera que ciertos espectáculos públicos estén sometidos por ley a
censura previa, con el objeto de regular el acceso a ellos para la protección moral de la
infancia y la adolescencia (art. 13.4)

Garantías Judiciales: La libertad de expresión se encuentra garantizada judicialmente por el


recurso de protección (art. 20 CPR).

La televisión ¿está regulada en la constitución? ¿Habrá


algún ente regulador al respecto? Y ¿cómo será este
consejo?
Está regulada a través del derecho a la libertad de información del articulo 19 n°12 y por el
consejo nacional de televisión que es un órgano autónomo y con personalidad jurídica
(descentralizado), y que tiene por función velar por el correcto funcionamiento de este
medio de comunicación. Será regulado por una ley de quórum calificado (Ley 18.838 de
1989, y sus modificaciones posteriores).
El Consejo se compone de once consejeros: Uno de estos, su Presidente, es de libre
designación del Presidente de la República y permanece en el cargo hasta 30 días después
del cese en el cargo del Primer Mandatario que lo nombró.
Los otros diez consejeros son designados por el Presidente de la República con acuerdo del
Senado. Por mandato legal, el jefe del Estado debe hacer la proposición cuidando que el
Consejo quede integrado en forma pluralista. De la misma manera, la ley exige al
Presidente del Consejo una idoneidad que garantice el debido pluralismo en el
funcionamiento.
Los consejeros deben ser personas de relevantes méritos personales y profesionales,
apreciación que corresponde tanto al Presidente de la República como al Senado. Duran
ocho años en el cargo y se renuevan por mitades cada cuatro años.
El Consejo tiene un vicepresidente y un Secretario General, que son elegidos o removidos
con el voto conforme de siete Consejeros en ejercicio. El primero subroga al Presidente en
caso de ausencia o impedimento de éste y el segundo es el ministro de fe de las actuaciones
del Consejo

¿Qué es la reserva legal? ¿Le establece alguna restricción


al legislador?
El artículo 63 de la Constitución establece taxativamente el listado de las normas
que son susceptibles de ley.
La intención del Constituyente ha sido reservar determinadas materias para que
solo puedan ser tratadas mediante una ley.
De esta manera de la sola redacción del artículo 63 podemos ver el principio de la
Reserva Legal al señalar Sólo son materias de ley.

A su vez, se trata de un dominio legal máximo, toda vez que sólo los asuntos
contemplados en el art. 63 deberán ser regulados por una ley, generando la más amplia
libertad para que el ejecutivo regule el resto de los asuntos, mediante el empleo de la
potestad reglamentaria, especialmente autónoma.
Sin perjuicio de esto, no debe perderse de vista el Número 20 del artículo citado, el
cual, por su amplia redacción, entrega vastas facultades en beneficio del legislador, lo
cual puede llegar a relativizar el concepto de dominio legal máximo ya explicado.

Entre los 20 numerales del artículo 63 CPR, según don Jorge Tapia Valdés, se pueden agrupar
en tres categorías:
1.- Aquellos que se refieren a la regulación de hechos “puntuales y precisos”, pero que
deben ser regulados por una ley, como los indicados por el artículo 63, números 5º
al 13º, 15º al 17º y 19º.
2.- Situaciones más abstractas y que comprenden diversos hechos que deben ser
regulados por ley, remitiéndose a mandatos expresos de la Constitución. De esta
manera se da por disposición de otras normas constitucionales que dichas
situaciones deberán ser reguladas por ley. Artículo 63 Nºs 1º, 2º y 14º.
3.- Materias que deben ser reguladas por ley, pero que por la redacción del numerales
consideran un vasto campo de situaciones que deben ser regladas por la ley.
Artículo 63, Nº 3º, 18º y 20º

Libertad para adquirir los bienes, pero cuándo podrá ser


impedida está libertad ¿hay alguna reserva legal? ¿cuáles
son las excepciones?
El art. 19 Nº 24, inc. 2°, refuerza la reserva legal señalando que sólo la ley puede establecer el
modo de adquirir la propiedad, el modo de ejercer sus atributos, y las limitaciones que
deriven de su función social.
El inc. 3° establece que nadie puede ser privado de su propiedad, “del bien sobre que recae o
de alguno de los atributos o facultades esenciales del dominio, sino en virtud de ley
general o especial que autorice la expropiación por causa de utilidad pública o de interés
nacional, calificada por el legislador”. Como ha constatado la doctrina constitucional, el
primer inciso del art. 19 Nº 24 asegura el derecho de propiedad en sentido objetivo, como
una garantía institucional de la propiedad, mientras que el inciso tercero del mismo
artículo asegura el derecho de propiedad en sentido subjetivo, o más precisamente, la
garantía de integridad patrimonial
Los incisos 3° y ss., regulan el procedimiento de expropiación, a través del cual se priva de un
atributo o facultad esencial del dominio.
Los incisos 6° y ss., establecen el dominio público de las minas y su régimen de explotación.
El inciso final establece el régimen de propiedad de las aguas. Al señalar que el dominio tiene
ciertos rasgos y atributos esenciales, la protección constitucional de la propiedad incluye
un cariz objetivo y uno subjetivo, constatando “un núcleo regulatorio preexistente, tanto a
la Constitución como a aquellas posiciones jurídicas subjetivas que puedan constituirse
como derechos subjetivos de dominio y por lo tanto quedar protegidas por la garantía de
su inviolabilidad.”
En este sentido, la intervención en un derecho subjetivo que implique la privación de algún
atributo o facultad esencial del dominio, de tal magnitud que constituya expropiación
conlleva el pago de una indemnización y responde a la estructura actuación lícita
expropiatoria – responsabilidad expropiatoria.
Distinto es la supresión de un atributo o facultad esencial del dominio a nivel de derecho
objetivo; la actividad del legislador será ilícita constitucionalmente en cuanto afecta la
esencia del dominio, y será lícita “si no afectando la esencia del derecho, acomete una
regulación de limitaciones y obligaciones constitucionalmente habilitada conforme a la
exigencia de la función social de la propiedad.”, Importante es señalar que el
constituyente, junto con garantizar el derecho de propiedad en sus diversas especies,
ampara a su titular ante su privación, perturbación o amenaza dotándolo de la acción de
protección.
limitación en el derecho de propiedad: Como se señaló anteriormente, el texto constitucional
establece una reserva legal para determinar las obligaciones y limitaciones al derecho de
propiedad, que deriven de su función social. En efecto, precisa que ésta comprende
“cuanto exijan los intereses generales de la Nación, la seguridad nacional, la utilidad y la
salubridad públicas y la conservación del patrimonio ambiental”

En materia de medio ambiente, ¿qué reserva legal existe en


esa materia?
Para comprender correctamente este derecho, diremos que la norma constitucional debe ser
complementada por lo dispuesto en la Ley 19.300 sobre Bases Generales del Medio
Ambiente, cuerpo legal que tiene justamente por objeto regular “el derecho a vivir en un
medio ambiente libre de contaminación la protección del medio ambiente, la preservación
de la naturaleza y la conservación del patrimonio ambiental (…) sin perjuicio de lo que
otras normas legales establezcan sobre la materia” (art. 1°)

SOBERANÍA: ¿Qué es? ¿Dónde se encuentra regulada?


¿Cuáles son sus límites? ¿Quién ejerce la soberanía? ¿Cuál es el
titular? ¿Cuáles son los mecanismos para ejercerla? ¿Cuáles son
las elecciones propiamente tales? Límites que reconoce el
ejercicio de la soberanía. ¿Por qué puede ser limitada? ¿Dónde
encontramos los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana? ¿Son aquellos que están contenidos sólo en
el Capítulo III?
“La soberanía reside esencialmente en la Nación. Su ejercicio se realiza por el
pueblo a través del plebiscito y de elecciones periódicas y, también, por las autoridades
que esta Constitución establece. Ningún sector del pueblo ni individuo alguno puede
atribuirse su ejercicio.
El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los derechos
esenciales que emanan de la naturaleza humana. Es deber de los órganos del Estado
respetar y promover tales derechos, garantizados por esta Constitución, así como por los
tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren vigentes.”
Titularidad y ejercicio de la Soberanía (art. 5º inc. 1º CPR)

La palabra proviene del latín Super amus, que significa señor supremo. Jean
Bodín la definió como “El poder absoluto y perpetuo de una República” y como tal, suele
identificársele con uno de los elementos intrínsecos del Estado, el poder. 47

A partir de los autores contractualistas, especialmente en ROUSSEAU – “El


contrato social”-, se comienza a sostener que el Rey deja de ser “el soberano” (como
sostenían los autores de la Era Moderna, como BODIN -“Los seis libros de la República”
-), sino que el poder se divide entre cada uno de los individuos que forman el Estado de
modo tal que la voluntad general se forma por la unión o adición de las diferentes
voluntades. De esta forma, el Poder
Político o Soberanía residía, según estos autores, en el Pueblo entendido éste como el
conjunto de ciudadanos. Más adelante, el ABATE SIEYÉS –“El Tercer Estado”- advierte
que al ser el concepto de “pueblo” un concepto compuesto y dinámico, ya que depende de
la suma de individuos o ciudadanos, no era adecuado entregarle a él la Soberanía, la que
debía tener rasgos de unidad y permanencia. Por lo que el autor expresa la necesidad de
radicar la Soberanía en una entidad diferente, independiente de los individuos que
ocasionalmente la formen, y que posea las características de unidad y permanencia antes
señaladas. Por ello, él termina por señalar que el verdadero titular de la Soberanía ha de
ser la Nación, entendida ésta como “una unión de carácter abstracto y permanente de
todos los miembros de una sociedad política, es decir, tanto las generaciones pasadas
como las presentes y futuras”. Según el profesor JOSÉ LUIS CEA, la intención de Sieyés
fue quitarles el Poder a los ciudadanos y depositarlo en la Nación, con características de
Poder absoluto, imprescriptible e ilimitado.

Al consagrar la soberanía nacional, el artículo concuerda con el postulado inicial


de las democracias directas que recogieron las constituciones chilenas desde 1822, si bien
la titularidad se le reconoce a la Nación, su ejercicio se realiza a través de las elecciones
periódicas y plebiscito.

Límites de la Soberanía (art. 5º inc. 2º CPR)

El inciso segundo del artículo 5º de la CPR, se encuentra compuesto, a su vez, por dos
oraciones, gramaticalmente separadas por un “punto seguido”:

1. El ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto a los


derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana.

2. Es deber de los órganos del Estado respetar y promover tales derechos,


garantizados por esta Constitución, así como por los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentres vigentes.
La segunda oración del inciso segundo del artículo 5º de la Constitución Política
fue incorporada por la Ley de Reforma Constitucional Nº 18.825 del año 1989, y
establece algunos deberes de los órganos del Estado, relacionados con el respeto y
promoción de los derechos fundamentales de las personas.

Al respecto, debemos indicar lo siguiente:

a. El primer deber del Estado consiste en respetar “tales derechos” (debemos entender
“los derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana”). El deber de
respeto debe ser entendido como un deber de carácter negativo, vale decir como
una prohibición. O sea, los órganos del Estado tienen prohibido violar, atentar o
amenazar estos derechos.

b. El segundo deber consiste en promover los derechos fundamentales, lo que


constituye un deber de carácter positivo. Ya no se trata solamente de un “no
atentar” o de un “no amenazar” estas prerrogativas, sino que se impone la
obligación de tomar una actitud activa destinada al verdadero imperio de estos
derechos. El Estado, por lo tanto, se obliga a hacerlos efectivos en la práctica, lo
que significa en primer término utilizar criterios de interpretación que los
favorezcan y nunca que los disminuyan en cuanto a su poder normativo. Implica,
además, adoptar acciones concretas de protección de derechos, vinculados por
ejemplo, con la generación de condiciones de vida favorables para los ciudadanos,
así como una correcta educación en lo que a Derechos Humanos se refiere.

c. No sólo los derechos consagrados en la Constitución deben ser respetados y


promovidos, sino que además aquellos que garanticen “los tratados internacionales
ratificados por Chile y que se encuentren vigentes”. Y si bien no lo dice
expresamente, entendemos que todos los demás derechos esenciales también deben
ser respetados y promovidos, por aplicación de la primera parte del art. 5º inciso 2º
de la CPR, el que alude simplemente a “los derechos esenciales que emanan de la
naturaleza humana” sin distinción alguna.

Este artículo nos abre el camino para dos conceptos que se encuentran íntimamente relacionados:
“El bloque de constitucionalidad” y el “Control de Convencionalidad”.

El bloque de constitucionalidad: No es el equivalente al “Bloc de constituonalité”


Francés o al bloque de constitucionalidad Español o italiano, lo anterior, porque el
primero ha ido avanzando y delimitando cuales tratados lo integran, el segundo porque es
una creación del Tribunal Constitucional Español de contenido abstracto e impreciso,
llegando a ser definido como un conjunto de normas que posibilitan y delimitan las
competencias del Estado y sus comunidades autónomas, desdibujándose del concepto que
entendemos en América Latina. El Bloco di Constituzonallittá está consagrado en el
artículo 10.2 de la Constitución ha operado como una norma de control de
constitucionalidad de las normas y se complementa con normas interpuestas de distintos
ordenamientos jurídicos a las cuales se les otorga la protección constitucional.

En el caso latinoamericano, para autores como Humberto Nogueira está construido por
los atributos y las garantías de los derechos esenciales o fundamentales, asegurados por la
Constitución o las normas de reenvío como el artículo 5, inciso 2 de la Constitución y
tiene como común fundamento la dignidad humana. Esta noción permite asumir el hecho
de que el catálogo de derechos es mucho
más amplia que el texto formal, puesto que existen otros que no se encuentran en ella pero que les
reconoce su calidad por ser derechos que emanan de la naturaleza humana.

Entonces, su contenido, siguiendo al profesor Nogueira es: a) Los derechos consagrados


expresamente en la Constitución (capítulo III), b) Derecho convencional internacional
ratificado y vigente; c) Derecho consuetudinario internacional; d) Principios de ius
cogens y, e) por la vía jurisprudencial que asegura derechos implícitos o no
enumerados48, en este sentido, es necesario señalar que la Excma. Corte Suprema ha
desarrollado este concepto e incorporado nuevos derechos como por ejemplo “el derecho
al olvido” (ver sentencia Rol 14.034-2019 de la Excma. Corte Suprema).

Control de convencionalidad: Es una creación de la Corte Interamericana de Derechos


Humanos y se enuncia por primera vez en la sentencia Almonacid Arellano vs. Chile.
Puede ser desarrollada en dos ámbitos: nacional e internacional, en este último es la
CIDH la que ejerce el control de convencionalidad propiamente tal, la que permite la
expulsión de normas contrarias a la Convención Americana de Derechos Humanos a
partir de los casos concretos que se someten a su conocimiento. En el ámbito interno, es
realizado por los agentes del Estado y principalmente por los jueces al analizar la
compatibilidad de las normas internas con la CADH, sin embargo, las consecuencias
dependen de las funciones del órgano en especifico y por lo tanto, no implica
necesariamente expulsar normas del ordenamiento interno. Teniendo presente que no se
puede imponer un sistema, podemos señalar que este consiste en que los funcionarios
están obligados a interpretar las normas internas de forma tal que sean compatibles con
las obligaciones internacionales del Estado y que le den efectividad a los derechos
consagrados interna e internacionalmente, sea por vía de preferencia de la norma
internacional, mediante un ejercicio hermenéutico o por otras vías que pudiera establecer
el derecho interno.
Dicho lo anterior, debemos señalar algunas ideas base en torno al control de convencionalidad:
a) El desarrollo de las interacciones a las que hemos hecho referencia, tiene como base
una interpretación de los estándares interamericanos sobre derechos humanos desde una
mirada normativa y no meramente programante, por lo que todo agente del Estado debe
tomar en consideración las normas y la jurisprudencia interamericana sobre derechos
humanos.
b) El control de convencionalidad incorpora en el análisis de la adecuación que ha
realizado de la normativa y de los actos del Estado a la CADH, también la interpretación
que la CIDH ha realizado ya sea a través de la jurisprudencia o de opiniones consultivas.
c) El control se realiza dentro de las competencias y regulaciones procesales de la
autoridad pública.

¿En qué consiste el principio de legalidad? ¿Cómo opera la


Nulidad de Derecho Público? ¿Qué artículo conoce en la
Constitución en torno a la seguridad jurídica?
➢ El Principio de Legalidad o Juridicidad: Debe analizarse como vinculación jurídica de
los poderes públicos, según lo establecido por el TC, supone que el ejercicio de la
competencia de cada autoridad sea conforme a la Constitución y las leyes, de forma que se
disminuye la extralimitación de funciones (Rol 790-07).
También se le conoce como interdicción de arbitrariedad de los poderes públicos. La
legalidad representa el segundo principio formador del concepto de Estado de Derecho, se
encuentra consagrado explícitamente en el artículo 7º del Código Político.
De esta forma los requisitos copulativos de validez, son tres:

✓ Investidura previa y regular de los órganos: Debe incorporarse válidamente al órgano, es


el hecho de conferir a una persona, por el órgano que corresponda y conforme a derecho, la
calidad de representante del poder público. La investidura es un procedimiento formal que
da origen a lo se conoce como legítimamente, es decir, el reconocimiento a la ciudadanía
presta a la investidura constitucional o legal que posee un personero o funcionario público.
Este acto es diferente a la fuente, por ejemplo, una cosa es la forma en que éste se designa
(acto de elección, resolución, etc) y la investidura. A propósito de ésta última se genera en
Derecho Administrativo del funcionario de hecho.

✓ Actuar dentro de la esfera de su competencia: Es decir, en virtud del conjunto de


atribuciones que la Constitución y la ley le otorgan.

✓ Formalidad que prescribe la ley: Se refiere al procedimiento en virtud del cual los
órganos del estado actúan, por lo tanto, los actos estatales son siempre solemnes, ya que al
menos deben constar por escrito y firmados por quienes los expiden.

➢ El Principio de Responsabilidad: Constituye el tercer y último principio fundamental de


todo Estado de Derecho. La Responsabilidad está consagrada en los incisos finales de los
artículos 6 y 7 de la Constitución.
Respecto de este principio, señalaremos lo siguiente:

(a) El término “responsabilidad” debe entenderse como “asumir las consecuencias jurídicas
de un acto”, las disposiciones constitucionales citadas hacen referencia a todo tipo de
responsabilidad. En otras palabras, la infracción a la Constitución o a las leyes podrá dar
lugar a responsabilidades civiles, penales, administrativas o políticas, según lo que
establezca el propio ordenamiento jurídico.

(b) El inciso final del artículo 7º, desde ya, consagra una de las consecuencias jurídicas más
importantes que se generan a partir de una actuación contraria a las condiciones de validez
señaladas anteriormente, como es la “nulidad de derecho público”. Vale decir, un acto que
ha emanado de quien no ha sido investido regularmente, o de quien ha actuado fuera de su
competencia o sin dar cumplimiento a las formalidades legales, “es nulo”.

(c) Esta clase de nulidad, por otra parte, presentaría ciertas características propias que la
diferenciaría de la nulidad establecida en el campo del derecho privado. Así, la Nulidad de
Derecho Público, es única, ya que no distingue como en el derecho civil entre nulidades
absolutas y relativas.
También, es insubsanable e imprescriptible, toda vez que ni otro acto ni el transcurso del
tiempo puede otorgarle validez. Por último, para algunos autores, se trataría de una nulidad
que operaría de pleno de derecho (por lo tanto, no requeriría de declaración formal de
nulidad) y con efectos retroactivos (ex - tunc); sin embargo, estas dos últimas características
no son totalmente acogidas por la doctrina constitucional chilena. ➢ División o separación
de poderes: Es una de las bases para evitar una extralimitación en las funciones y ejercicio
de las potestades públicas, con el objeto de tutelar y proteger los derechos fundamentales de
las personas.

Control judicial: Revisión de la juridicidad de los actos de la administración por los


tribunales, conforme a las competencias establecidas por la Constitución y las leyes.

Nulidad de Derecho Público: Es una sanción de ineficacia jurídica que afecta a aquellos
actos de los órganos del Estado, cuando faltare alguno de los requisitos que el ordenamiento
jurídico establece para la existencia y validez, conforme a los dispuesto en el artículo 6 y 7
de la Constitución. Será nulo todo acto dictado por un órgano incompetente, carezca de
previa investidura regular o dictado con infracción a lo prescrito por la Constitución o la
Ley.

Es una creación jurisprudencial que ha sido desarrollada fundamentalmente por la doctrina


constitucional chilena, por lo que no se encuentra consagrada en la Constitución y ha ido
cambiando significativamente en la actualidad, sin embargo, se deriva del artículo 7 inciso
segundo de la Carta Fundamental, es importante destacar que no procede en contra de leyes
o preceptos legales, toda vez que esa competencia le corresponde al Tribunal
Constitucional.

La primera tesis la formuló don Eduardo Soto Kloss, quien señaló que opera ipso iure, es
insaneable e imprescriptible, sin embargo, fue resistida por varios autores que criticaban su
formulación llegando a la conclusión que debe ser declarada judicialmente, por lo tanto no
opera de pleno derecho, no es necesariamente insaneable, puesto que algunos vicios no
acarrean nulidad y además porque ésta no es la única insaneable y tercero, señalan que si
prescribe, sobre todo cuando la causa a pedir es pecuniaria y no meramente declarativa.

Supremacía constitucional.
➢ El Principio de la Supremacía Constitucional y la Fuerza Normativa de la Constitución:
Es una regla de validez para todos los actos públicos, en virtud de la cual las normas
infraconstitucionales deben ajustarse, en su generación, a las normas procedimentales que
fija la Constitución y conformar su contenido a ella, con particular énfasis en los derechos
fundamentales.
Se dice que es una manifestación formal, porque la Constitución establece los
procedimientos y competencias para producir derecho válido y vigente en la sociedad,
regulando las fuentes y generando la unidad del sistema jurídico, de manera que no hay
otras formas y material, porque la Constitución condiciona sustancialmente la dirección
política de la organización del poder democrático y vincula esta organización al
cumplimiento, concretización y desarrollo de la carta de derechos fundamentales que ella
contiene.
Si bien no está establecido en forma explicita podemos encontrarlo en el artículo 6 inciso 1
y 2 y no debe confundirse con el rol del Tribunal Constitucional de interprete de la
Constitución puesto que tal concepción no es excluyente de las atribuciones de otros
órganos constitucionales

Defensa de la Constitución: Función que tienen todos los órganos del Estado de someter su
acción a la Constitución y a las normas dictadas conforme a ella, y garantizarse el orden
institucional de la República.
Su consagración se encuentra en el artículo 6 inciso 2 de la Carta Fundamental.
Históricamente dicha función se le había entregado a las Fuerzas Armadas y de Orden y de
hecho, fue uno de los argumentos constitucionales que se invocaron cuando se produjeron
los golpes de Estado de 1924 y 1973.
En nuestra carta fue reformado recién en el año 2005. Con independencia de su
denominación, su alcance importa reconocer que el desarrollo de un orden jurídico está
sostenido, además de normas, en prácticas que sean coherentes con los valores y principios
de una sociedad democrática.
La defensa de la Constitución se ejerce en dos planos: primero, al ejercer potestades
públicas conforme a la Constitución y en las normas dictadas conforme a ella. Es un
corolario del principio de juridicidad y, segundo, al fiscalizar y controlar las infracciones a
la Constitución y a las leyes en que puedan incurrir otros órganos del Estado. Esta segunda
dimensión, requiere del respeto de la primera, es decir, los pesos y contrapesos de funciones
estatales que se ejerzan dentro de la esfera de su competencia.

Control de constitucionalidad ¿Cómo se verifica? Hablemos del


control a priori, y ¿el eventual? Control represivo, control
concreto ¿Qué se solicita en este control? Hablemos del control
abstracto.
TIPO DE CONTROL EFECTOS
CONTROL PREVENTIVO OBLIGATORIO
Articulo 93 n°1 CPR Las disposiciones que declare inconstitucionales no
podrán convertirse en ley. Art 94
Leyes interpretativas de la Constitución, LOC y
normas de tratados que versen sobre LOC No se admitirá a tramitación en el TC ningún
requerimiento para resolver cuestiones sobre
Cámara de origen deberá enviar al TC el proyecto constitucionalidad de dichos proyectos o de 1 o mas de
dentro de los 5 días siguientes a que quede tramitado sus preceptos. Art 51 LOC TC.
por el congreso
Declarado un proyecto constitucional no podrá ser
posteriormente declarado inaplicable por el mismo
vicio materia del proceso y de la sentencia respectiva.
Art 71 LOC TC
CONTROL PREVENTIVO EVENTUAL
Articulo 93 n°3 CPR Este requerimiento no suspende la tramitación del
proyecto, sin embargo, no podrá ser promulgado hasta
Leyes simples, LQC, LRC y normas de un tratado que la expiración del plazo. Esto no se aplica a la ley de
no versa sobre materias de LOC. presupuesto ni a la aprobación de la declaración de
guerra.
Podrá ser presentado por el Presidente de la República,
cualquiera de las cámaras o una cuarta parte de los
miembros en ejercicio de cualquiera de estos, antes de
la promulgación de la ley o de la remisión de la
comunicación de la aprobación del tratado por parte
del congreso.

TC debe resolver dentro de 10 días prorrogables por 10


días más por motivos graves.

CONTROL REPRESIVO CONCRETO


Articulo 93 n°6 La sentencia deberá especificar de qué modo su
aplicación en la gestión pendiente de que se trata
Recurso de inaplicabilidad por inconstitucionalidad de resulta contraria a la Constitución.
preceptos legales. Producirá efectos solo respecto del juicio en que se
solicite.
Ante el tribunal ordinario o especial por cualquiera de
las partes o por el juez que conoce del asunto.

Objetivo: obtener la inaplicabilidad de un precepto


legal, cuya aplicación resulta contraria a la
Constitución.

Ingresa el recurso al TC, quien realiza un examen de


admisibilidad para corroborar si existe gestión
pendiente, la aplicación de la norma resulte decisivo en
la resolución del asunto, que la impugnación este
fundada razonablemente y que cumpla los demás
requisitos. Art 84 LOC TC.

Misma sala podrá suspender el procedimiento y la


declaración de admisibilidad no admite recursos.

Sera conocido por el TC en pleno.

CONTROL REPRESIVO ABSTRACTO


Articulo 93 n°4 CPR Si se declara la inconstitucionalidad el precepto legal
se entenderá derogado, desde la publicación en el
Concomimiento del requerimiento que cuestione la diario oficial de la sentencia que acoja el reclamo, lo
constitucionalidad de un decreto con fuerza de ley. que no producirá efecto retroactivo.
1. Contraloría ha representado (rechazado) un
DFL por inconstitucional, el Presidente dentro
de un plazo de 10 días desde la resolución
podrá pedir que el TC resuelva.
2. Si la contraloría toma razón (aprueba) un DFL,
cualquiera de las cámaras o una cuarta parte de
sus miembros en ejercicio, dentro de un plazo
de 30 días desde su publicación podrá
interponer el requerimiento en el TC.

Articulo 93 n°7 CPR

Acción popular de inconstitucionalidad de preceptos


legales previamente declarados inaplicables.

Por cualquier persona o TC de oficio.


Requisitos de admisibilidad:

a. No puede ser un tratado internacional


b. Se debe fundar razonablemente la petición.
c. Se debe indicar sentencia previa.
d. Argumentos constitucionales que sirvan de
apoyo.
Voto favorable de 4/5 de los integrantes en ejercicio
del TC.
CONTROL DE AUTOACORDADOS
Articulo 93n°2 CPR Si se decreta la inconstitucionalidad del auto acordado
perderá su vigencia, se elimina del ordenamiento
Dictados por la Corte Suprema, las Cortes de jurídico.
Apelaciones y el TRICEL.
La sentencia se publicará en el diario oficial dentro de
Puede ser presentado por el Presidente, cualquiera de los 3 días siguientes. Se entenderá derogado sin efecto
las cámaras o 10 de sus miembros o por cualquiera que retroactivo.
se vea afectado en sus derechos fundamentales.

Examen de admisibilidad
CONTROL DE LOS ACTOS ADMINISTRATIVOS
2 situaciones: Deberá publicarse en forma y plazo que señala el art
40 LOC TC, sin embargo, con su sola dictación el
Articulo 93 n°9 CPR decreto quedará sin efecto de pleno derecho.

Decreto o resolución del Presidente que la contraloría


ha representado por inconstitucional. Presidente podrá
interponer el recurso en un plazo de 10 días.

Articulo 93 n°16 CPR

Decretos supremos cualquiera sea el vicio invocado,


que ya ha sido tomado en razón por la contraloría.
Plazo de 30 días presentado por cualquiera de las
cámaras si es por violación al principio de reserva
legal o por cualquiera o una cuarta parte de sus
miembros si es por otra causa.

Dominio máximo legal que contempla la Constitución: ¿A qué se


refiere?, ¿por qué es máximo legal?
A su vez, se trata de un dominio legal máximo, toda vez que sólo los asuntos
contemplados en el art. 63 deberán ser regulados por una ley, generando la más amplia
libertad para que el ejecutivo regule el resto de los asuntos, mediante el empleo de la
potestad reglamentaria, especialmente autónoma.

Sin perjuicio de esto, no debe perderse de vista el Número 20 del artículo citado,
el cual, por su amplia redacción, entrega vastas facultades en beneficio del legislador, lo
cual puede llegar a relativizar el concepto de dominio legal máximo ya explicado.

Concepto de Familia.
Siguiendo la definición otorgada por la doctrina (Alejandro Silva Bascuñán) y el
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la familia como “Grupo
de personas emparentadas entre sí que viven juntas bajo la autoridad de una de ellas”.

La Constitución no define familia ni ha determinado un modelo, solo podemos


señalar que existe una definición para efectos del derecho de uso y habitación en el
artículo 815 del Código Civil pero no existe referencia alguna que indique que ésta es la
definición que tuvo en mente el constituyente.

Sobre el asunto hay dos grandes tesis que se denominan clásicas y moderna, la primera, se basa en
un el modelo sociológico de familia difundido por Levi- Strauss, es decir, que es una institución
natural, por tanto, siempre presente en la historia y la identifica con el matrimonio entre dos
personas y los lazos biológicos que unen a los integrantes; según este concepto, tiene dos
funciones básicas: permitir el nacimiento de nuevas personas y promueve un contexto de
desarrollo de éstas e integración en la sociedad, por ello sus
funciones vitales es absolutamente esencial para el desarrollo social.

La tesis moderna basada en un concepto sociológico de Coomaraswamy y señala


que no es una institución natural, es un producto cultural y se prueba con los diversos
modelos que existen. La familia basada en el matrimonio no es el único esquema ya que
hay otros tipos que cumplen otras funciones sociales. La idea de familia está
desvinculada de la procreación.

Para la profesora Ángela Vivanco no es un tema novedoso y su tratamiento como


núcleo de la sociedad ya se encuentra en el pensamiento de Aristóteles, quien la veía
como una forma de organización política y social y de ella, por asociación surgen nuevas
formas complejas de organización social; de la agrupación de familias surgiría la aldea y
de la confederación de aldeas, la polis.

El legislador y administrador chileno ha reconocido diversas modalidades de familia.


Por una parte, está el concepto clásico presente en casi todo el Código Civil, pero
también se ha regulado la situación de familias de hecho o convivientes refiriéndose a
ella en el Código Penal, Código Procesal Penal, Acuerdo de Unión Civil, las familias
monoparentales reconocidas en la ley de adopción, entre otras.

Grupos Intermedios.
Los grupos intermedios son mencionados en el art. 1°, inciso 3 de la Carta Fundamental, por
cuanto ella establece tres deberes fundamentales del Estado en relación con ellos:

✓ En primer lugar, el Estado “reconoce” a los grupos intermedios. Que las reconozca significa
que acepta su existencia y les asigna validez. Esta norma se vincula con lo prescrito en el
artículo 23 de la Constitución respecto de las sanciones que se debe aplicar a los partidos
políticos que interfieran en el funcionamiento de los grupos intermedios, los gremios.
También, los Tribunales Electorales Regionales se encuentra la calificación de las
elecciones de algunos de ellos que la ley señale (art. 96)

✓ En segundo lugar, los “ampara” Que los ampare significa que los protege, adquiriendo una
suerte de compromiso de no afectarlos.

✓ Y en tercer lugar, “les asegura su adecuada autonomía”. Es importante indicar que la


autonomía que se les asegura a los grupos intermedios “no es cualquier autonomía”, vale
decir, no los habilita para desarrollar actividades que sean contrarias al orden jurídico.
Ello se demuestra en la expresión “adecuada autonomía” que usa el Constituyente sobre este
particular. En este sentido el Tribunal Constitucional ha señalándola autonomía de éstos es
una de las bases esenciales de la institucionalidad que se configura entre otros rasgos, por
el hecho de regirse por. Si mismo, es decir, por la necesidad e indispensable libertad para
organizarse del modo mas conveniente, decidir sus propios actos, la forma de
administrarse y fijar los objetivos o fines que deseen alcanzar, por si mismos y sin
injerencia de las personas o autoridades ajenas a la asociación, entidad o grupo de que se
trata. No significa que se amparen actuaciones ilegales, dañosas o ilícitas ya que quedan
sujetas a las consecuencias que determinen los tribunales. (STC Rol 184-94).

Indirectamente, al reconocer y amparar la existencia de los grupos intermedios, lo que la Carta


Fundamental realiza, es reconocer la presencia en toda sociedad de dos clases de
organizaciones, que coexisten simultáneamente: la organización política y la organización
social. La primera puede y debe ser regulada por la Constitución, la segunda en cambio es
mucho más libre y dinámica, y depende del comportamiento que observen los integrantes
de la sociedad. Los grupos intermedios, pues, pertenecen a la denominada “Organización
Social”, la que muchas veces resulta ser tanto o más cercana a los individuos que las
estructuras políticas. De allí la importancia de estos grupos, y por ello su reconocimiento
constitucional.

La idea de estos grupos intermedios es la contribución al bien común, pero dentro de sus
propios fines. Además, se le ha vinculado con la concepción de la dignidad humana ya que
la persona, en su calidad de imperfecto, necesita de sus pares para cubrir sus necesidades
y, por ello, los diferentes grupos actúan paralelamente, de acuerdo a sus intereses y así
satisfacer las distintas necesidades de cada uno y depositar en estos colectivos parte de la
defensa de sus derechos humanos.

En atención a la autonomía que se les reconoce a los grupos intermedios, la Constitución no


sólo los reconoce y ampara, sino que además, consagra el Principio de Subsidiariedad y
establece ciertos deberes y prohibiciones que deben observar en su funcionamiento, ambos
temas que analizaremos a continuación.

Principio de Subsidiariedad.
Como señalamos precedentemente, el Estado no sólo reconoce y ampara, sino que además
“garantiza la adecuada autonomía” de los grupos intermedios. Que el Estado garantice la
debida autonomía de los grupos intermedios, significa que no podrá realizar aquellas
actividades que de acuerdo a su naturaleza deben quedar entregadas a la actividad de los
grupos intermedios. No podrá interferir ni obstaculizar la acción, respetando los espacios de
creación y movimiento que le cabe a estas instituciones sociales.

Vale decir, si bien el Estado debe cumplir con determinados objetivos y fines, en ningún
caso ello puede significar una obstrucción o limitación de los grupos intermedios. Esto es lo
que se conoce como “principio de subsidiariedad”, el que básicamente tiene una doble
expresión:

✓ El Estado no podrá desarrollar las actividades y funciones que por su naturaleza le


corresponden a los grupos intermedios (“subsidiariedad negativa“), y

✓ El Estado deberá desarrollar todas aquellas actividades y funciones que por su naturaleza
no puedan realizar ni cumplir los grupos intermedios (“subsidiariedad positiva“).
La Constitución chilena se encuentra inspirada en ambas dimensiones de la subsidiariedad,
tanto en la negativa como en la positiva. Sin embargo, debemos dejar constancia que la
norma del art. 1° inciso tercero, parece consagrar sólo la subsidiariedad negativa, más no la
positiva.

El Tribunal Constitucional ha señalado que al Estado no le corresponde absorber aquellas


actividades desarrolladas adecuadamente por los grupos intermedios, ello debe entenderse
sin perjuicio de las que debe asumir el Estado (STC Rol 352-02), se traduce en una
obligación negativa de la autonomía de los grupos intermedios, que acentúa la restricción
de la actividad estatal mas que la dimensión objetiva de las finalidades de los grupos
intermedios, por ello el concepto es problemático.

En el debate doctrinario se encuentra el debate respecto a cuales actividades no podrían ser


desarrolladas por el Estado, en un contexto de actividades desreguladas. En la dimensión
positiva del principio se reconoce la acción del Estado, dependiente de una serie de
condicionantes económicas y sociales, lo que nos permite explicar ciertas actividades que
han sido declaradas constitucionales, como el financiamiento de bomberos, la organización
de los abogados de turno.

Además, la Constitución ha regulado expresamente instituciones que configuran el


principio de subsidiariedad en la esfera de la salud y la educación.

La subsidiariedad positiva puede concluirse del principio de servicialidad que analizaremos


más adelante, y de una serie de garantías constitucionales (educación, salud, seguridad
social, etc.) donde el Estado se obliga a realizar todas aquellas prestaciones que los
particulares no puedan o no quieran efectuar. Así por ejemplo, en virtud del principio de
subsidiariedad, no puede el Estado organizar grupos sindicales, ni Iglesias, pero a su vez,
deberá desarrollar aquellas actividades que los privados no alcanzan a cumplir en su
totalidad, como por ejemplo, deberá atender la educación y salud públicas, la defensa
nacional, etc.

En el plano económico, el principio de subsidiariedad se hace patente en el derecho a


desarrollar todo tipo de actividad económica que no sea contraria a la moral, al orden
público o a la seguridad nacional, garantizada por el artículo 19 Nº 21 CPR, el cual en su
inciso primero consagra este derecho, mientras que en el inciso segundo, se impide la
actividad empresarial del Estado salvo que se cumplan con ciertos requisitos que
analizaremos en su oportunidad.
Potestades del presidente.

El gobierno y la administración del Estado corresponden al Presidente de la


República, quien es el Jefe del Estado. Su autoridad se extiende a todo cuanto tiene por
objeto la conservación del orden público en el interior y la seguridad externa de la
República, de acuerdo con la Constitución y las leyes. El 1 de junio de cada año, el
Presidente de la República dará cuenta al país del estado administrativo y político de la
Nación ante el Congreso Pleno.

ATRIBUCIONES ESPECIALES DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA.

Son aquellas que constituyen una consecuencia específica de las


atribuciones generales antes señaladas, las que a su vez, se encuentran
establecidas en el artículo 32 CPR y que pueden ser subclasificadas (MARIO
VERDUGO y EMILIO PFEFFER) en:
Atribuciones Constituyentes del Presidente de la República
El Presidente de la República integra, junto al Poder Legislativo y al Pueblo, el
Poder Constituyente Derivado, por lo que puede actuar en determinados casos en
el proceso de Reforma Constitucional. Las atribuciones constituyentes del
Presidente de la República son:

- Art. 32 Nº 1: “Concurrir a la formación de las leyes con arreglo a la Constitución,


sancionarlas y promulgarlas”, incluyendo dentro de estas leyes, las de Reforma
Constitucional.
Vale decir, puede presentar proyectos de reforma constitucional (mediante
mensajes); puede aprobar, rechazar o formular observaciones a los proyectos
presentadas por las Cámaras (mociones); puede participar de la discusión a través
de sus Ministros; puede formular vetos; debe promulgar y publicar las reformas.

Art. 32 Nº 4: “Convocar a plebiscito en los casos del artículo 128”.


Vale decir, en los procesos de Reforma Constitucional, cuando tiene lugar la
hipótesis que establece el citado art. 128 CPR.

Atribuciones Legislativas del Presidente de la República


El Presidente de la República participa también de la actividad legislativa, y
además, puede dictar ciertas normas de jerarquía legal:
- Art. 32 Nº 1: “Concurrir a la formación de las leyes con arreglo a la
Constitución, sancionarlas y promulgarlas”. Esta actividad se manifiesta de
distintas formas:

a) Iniciativa legal: El Presidente se encuentra facultado para presentar


proyectos de ley, en cuyo caso se denominan “mensajes del Presidente” o
“mociones gubernamentales”. Incluso en algunos determinados casos,
algunas materias son de su iniciativa exclusiva, y corresponde a aquellas
señaladas en el artículo 65 de la Constitución. Existen reglas sobre inicio
de tramitación.
b) Determinación de la urgencia de un proyecto de ley: La urgencia es la
preferencia para la tramitación de un proyecto de ley, el cual conforme al
artículo 74 de la CPR le corresponderá calificarla al Presidente de la
República. La LOC. Nº 18.918 del Congreso Nacional establece la forma
en que deberá solicitarse por parte del Presidente como también su
calificación. La calificación podrá ser “simple urgencia”, “suma
urgencia” o de “discusión inmediata”. Si nada se señala en cuanto a la
urgencia se entiende que es simple urgencia. Cuando un proyecto sea
calificado de simple urgencia, su discusión y votación en la Cámara
requerida deberán quedar terminadas en el plazo de 30 días; si la
calificación fuere de suma urgencia, ese plazo será de 15 días, y si se
solicitare discusión inmediata, será de 6 días, caso en el cual el proyecto
se discutirá en general y en particular a la vez (art. 27 inciso 2º de la
LOC. del Congreso Nacional). El plazo se contará desde la sesión más
próxima que celebre la Cámara respectiva.
c) Participación en el proceso de debate de la ley: Se realizará a través de
los Ministros de Estado donde podrán tomar parte en las discusiones, con
preferencia en el uso de la palabra, pero sin derecho a voto.
d) Sanción, promulgación y publicación de la ley: Durante la tramitación de
un proyecto de ley el Presidente de la República podrá sancionarla y
promulgarla, empero, además, podrá presentar observaciones. La sanción
equivale a la aprobación del Presidente de la República del proyecto de
ley. La promulgación es el acto jurídico solemne, expresado en un
Decreto Supremo, mediante el cual el Presidente atestigua a la Nación de
la existencia de un a ley y ordena su cumplimiento. La publicación, de
acuerdo con el art. 7º del Código Civil, debe practicarse en el Diario
oficial, salvo que la propia ley disponga lo contrario, lo cual, en
conformidad al art. 75 de la Carta Fundamental deberá practicarse dentro
de un plazo de cinco días desde que quede totalmente tramitada la
promulgación.
e) Presentación de Observaciones. Dentro de los 30 días de recibido el
proyecto para su aprobación el Presidente podrá presentar observaciones.
(Art. 73 inciso 1º CPR.) a través de un “veto”. Ello quiere expresar la
idea que el Presidente de la República se opone al proyecto de ley.

- Art. 32 Nº 2: “Pedir, indicando los motivos, que se cite a sesión a cualquiera de


las ramas del Congreso Nacional. En tal caso, la sesión deberá celebrarse a la
brevedad posible”.
Antes de la Reforma de 2005, existían legislaturas extraordinarias y
extraordinarias, y el Presidente de la República podía convocar a una u otra. Al
desaparecer éstas, se modifica la redacción anterior en los términos señalados.

- Art. 32 Nº 3: “Dictar, previa delegación de facultades del Congreso, decretos con


fuerza de ley sobre las materias que señala la Constitución”.
Esta facultad se encuentra regulada en el artículo 64 de la CPR,
estableciendo la figura de los que en doctrina se denomina “delegación
legislativa”. Según esta norma, el residente de la República podrá solicitar al
Congreso Nacional autorización para dictar disposiciones sobre materia de ley
(indicadas en el art. 63 de la CPR), y con fuerza de ley. Este permiso lo
concederá el Congreso Nacional a través de una ley, denominada “ley
habilitante”.
A su vez, esta autorización está sujeta a dos tipos de limitaciones: una de
carácter temporal y otra de carácter material. La limitación temporal se refiere a
que el plazo para dictar un DFL no puede ser superior a un año. La limitación
material se refiere a que la autorización no se puede extender a determinados
asuntos: nacionalidad, ciudadanía, elecciones, plebiscitos, garantías
constitucionales, materias propias de leyes orgánicas constitucionales o de
quórum calificado. Tampoco podrán comprender facultades que afecten la
organización, atribuciones y régimen de los funcionarios del Poder Judicial,
Congreso Nacional, Tribunal Constitucional, ni Contraloría General de la
República. Además, la autorización legislativa deberá señalar las materias
precisas sobre las cuales recae la delegación y podrá establecer las limitaciones,
restricciones y formalidades que estime convenientes.
Si bien, los DFL no se encuentran sujetos a control de constitucionalidad
obligatorio ante el Tribunal Constitucional, a la Contraloría General de la
República le corresponderá efectuar la revisión, mediante el trámite de “toma de
razón” tanto de la constitucionalidad como de la sujeción de estas normas a la ley
habilitante. Los decretos con fuerza de ley estarán sometidos a las mismas
normas que rigen para las leyes, respecto de su publicación, vigencia y efectos.
Existe una norma especial para la dictación de textos refundidos, coordinados y
sistematizados.
Atribuciones Gubernamentales del Presidente de la República
Según los autores de los cuales se extrae la clasificación que se estudia
(VERDUGO MARINKOVIC y PFEFFER URQUIAGA), estas funciones son
“aquellas atribuciones del Presidente de la República que se ejercen con el fin de
tomar decisiones ante situaciones nuevas y únicas, no subsumibles en normas o
precedentes”. Vale decir, tienen por objeto fijarlas grandes directivas en la
orientación política, dirigiendo a la Nación por un camino determinado; y pueden
ser de naturaleza política, internacional, militar o financiera.
1.- Atribuciones gubernamentales de naturaleza política
- Art. 32 Nº 4: “Convocar a plebiscito en los casos del artículo 128”.
- Según VERDUGO Y PFEFFER, esta atribución no sólo es de carácter constituyente,
sino que además implica una decisión política relevante y por este motivo,
también se le incluye dentro de estas categorías.

- Art. 32 Nº 5: “Declarar los estados de excepción constitucional en los casos y


formas que se señalan en esta Constitución”.
2.- Atribuciones gubernamentales de naturaleza internacional.
Estas son funciones que se conectan directamente con la calidad del Presidente de
la República como “Jefe de Estado” y como tal, el representante internacional
del Estado de Chile.
- Art. 32 Nº 8: “Designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y los
representantes ante organismos internacionales”.

Todos estos funcionarios serán de exclusiva confianza del Presidente de la


República y se mantendrán en sus puestos mientras cuenten con ella.
- Art. Nº 15: Este numeral involucra diferentes atribuciones: conducir las
relaciones internacionales con las potencias extranjeras y los organismos
internacionales, llevar a cabo las negociaciones, firmar y ratificar los tratados
internacionales que estime convenientes para el país, establecer que las
discusiones y deliberaciones sobre estos objetos sean secretos.
3.- Atribuciones gubernamentales de naturaleza militar
- Art. 32 Nº 16: “Designar y remover a los Comandantes en Jefe del Ejército, de la
Armada, de la Fuerza Aérea y al General Director de Carabineros en
conformidad al artículo 104, y disponer los nombramientos, ascensos y retiros de
los Oficiales de la Fuerzas Armadas y de Carabineros en la forma que señala el
artículo 105”

- Art. 32 Nº 17: “Disponer de las fuerzas de aire, mar y tierra, organizarlas y


distribuirlas de acuerdo con las necesidades de la seguridad nacional”.

- Art. 32 Nº 18: “Asumir, en caso de guerra, la jefatura suprema de las Fuerzas


Armadas”.

- Art. 32 Nº 19: “Declarar la guerra, previa autorización por ley, debiendo dejar
constancia de haber oído al Consejo de Seguridad Nacional”.
4.- Atribuciones gubernamentales de naturaleza financiera
Art. 32 Nº 20: Este numeral involucra también diferentes atribuciones específicas:
Cuidar de la recaudación de las rentas públicas; Decretar su inversión con arreglo
a la ley (principio de “la legalidad del gasto”, también presente en lo dispuesto en
el artículo 100 CPR); Dictar “Decretos Constitucionales de Emergencia
Económica”, en casos urgentes establecidos en esta misma norma, por el cual se
puede girar una suma no superior al 2% del monto de los gastos que autorice la
Ley de Presupuestos.
Atribuciones Administrativas del Presidente de la República
A través de ellas, según VERDUGO Y PFEFFER, permiten satisfacer los intereses
del público, proveer a las necesidades corrientes y desarrollar coordinada y
eficientemente los programas y políticas gubernamentales. Si bien no lo señalan
expresamente estos autores, y sólo para fines didácticos, podemos subclasificar
estas atribuciones en: ejercicio de la potestad reglamentaria, potestad de
nombramiento y remoción, y potestad de vigilancia.
1.- Atribuciones administrativas relacionadas con el ejercicio de la potestad reglamentaria
- Art. 32 Nº 6: “Ejercer la Potestad Reglamentaria en todas aquellas
materias que no sean propias del dominio legal, sin perjuicio de la facultad de
dictar los demás reglamentos, decretos e instrucciones que crea convenientes
para la ejecución de las leyes”.
- En términos amplios, la Potestad Reglamentaria es la facultad del
Presidente de la República “para dictar decretos, reglamentos e instrucciones
para proveer al gobierno y administración del Estado” (HUMBERTO
NOGUEIRA).

La potestad reglamentaria, a su vez, puede ser de ejecución o reglamentaria.


A) La potestad reglamentaria es “de ejecución”, cuando tiene por objeto, aplicar
y ejecutar las leyes, para que estas últimas puedan producir todos sus efectos. Se
ejerce a través de Decretos, Reglamentos de Ejecución e Instrucciones. B) La
potestad reglamentaria es “autónoma”, cuando tiene por objeto dictar normas en
materias que no sean de dominio exclusivo de ley. El artículo 63 CPR establece
las materias que sólo podrán ser reguladas por ley, de manera que en todos los
demás ámbitos, podrán dictarse normas propias de esta clase de potestad. Se
ejerce exclusivamente a través de los Reglamentos Autónomos.
Por su parte, debemos distinguir las siguientes clases de normas:

 Los Decretos son mandatos u órdenes dictadas por una autoridad dentro
de su competencia.
Pueden clasificarse en “Decretos Supremos” (orden escrita dictada por el Presidente
de la República o un ministro “por orden del Presidente de la República”), y
“Simples Decretos o Resoluciones” (actos de análoga naturaleza dictada por
autoridad administrativa dotadas de poder de decisión). Ver Art. 3º ley 19.880.
Respecto de los Decretos Supremos o DS (que son los que nos interesan
en este capítulo), ellos deben cumplir con requisitos de fondo y forma.
Los requisitos de fondo de los DS son: (1) el Presidente debe actuar dentro
de su competencia; y (2) debe acatarse la Constitución y las leyes. Ambas
circunstancias son revisadas previa a la entrada en vigencia de los mismos, por la
Contraloría General de la República mediante el trámite denominado “Toma de
Razón”: si el Decreto Supremo está en orden, se tomará de razón de ellos; en caso
contrario, la Contraloría “lo representará”.
Los requisitos de forma de los DS son: (1) deben constar por escrito; y (2)
debe estar firmado por el Presidente de la República y el Ministro respectivo (art.
35 CPR).
Los Decretos, y dentro de ellos también los Supremos, constituyen normas
de carácter particular, y se agotan por su sola aplicación.
 Los Reglamentos (también denominados “Decretos Reglamentarios”) son
normas dictadas por el Presidente de la República, de carácter general e
impersonal, y cuyos efectos normativos no se agotan con su sola
aplicación.
Los reglamentos serán, a su vez, reglamentos de ejecución o autónomos,
según si se limitan a aplicar las leyes o a normar materias que no sean de dominio
legal, respectivamente.
 Las Instrucciones, finalmente, son órdenes que emite el Presidente de la
República, un Ministro u otra autoridad para el mejor desempeño de la
función administrativa, las que van dirigidas especialmente a los
subordinados jerárquicos.
Las instrucciones, por su parte, pueden ser facultativas o imperativas. Son
facultativas aquellas que son meras recomendaciones del superior; en cambio, son
imperativas cuando se
2.- Atribuciones administrativas relacionadas con el ejercicio de la potestad de
nombramiento
- Art. 32 Nº 7: “Nombrar y remover a su voluntad a los ministros de Estado,
subsecretarios, intendentes y gobernadores”.
Cada una de estas autoridades es de confianza exclusiva del Presidente de la
República y se mantendrán en sus puestos mientras cuenten con ella (art. 32 Nº 8,
frase final, concordado art. 49, inciso 4º LOC de Bases de la Administración).
Art. 32 Nº 8: “Designar a los embajadores y ministros diplomáticos, y
los
representantes ante organismos internacionales”.

Art. 32 Nº 9: “Nombrar al Contralor General de la República, con acuerdo del


Senado”.

Art. 32 Nº 10: “Nombrar y remover a los funcionarios que la ley denomina como de
su exclusiva confianza y proveer los demás empleos civiles en conformidad a la ley”.
La misma norma agrega que la remoción de los demás funcionarios, se hará de
acuerdo a las disposiciones que la ley establezca.
- Art. 32 Nº 12: Nombramiento de determinadas autoridades judiciales y del
Ministerio Público, en la forma establecida por la Constitución: nombramiento de
magistrados y fiscales judiciales de las Cortes de Apelaciones, a proposición de
la Corte Suprema; nombramiento de los jueces letrados, a proposición de las
Cortes de Apelaciones; y nombramiento de los ministros y fiscales judiciales de
la Corte Suprema y del Fiscal Nacional del Ministerio Público, a proposición de
la Corte Suprema, y con acuerdo del Senado.
3.- Atribuciones administrativas relacionadas con el ejercicio de la potestad de
vigilancia
- Art. 32 Nº 13: “Velar por la conducta ministerial de los jueces y demás
empleados del Poder Judicial y requerir, con tal objeto, a la Corte Suprema para
que, si procede, declare su mal comportamiento, o al ministerio público, para que
reclame medidas disciplinarias del tribunal competente, o para que, si hubiere
mérito bastante, entable la correspondiente acusación”.
A diferencia de los funcionarios de exclusiva confianza del Presidente de la
República, los jueces y empleados del Poder Judicial no pueden ser removidos
por el Jefe de Estado. Por el contrario, lo único que éste puede realizar es velar
por el buen comportamiento de estas personas, de manera de poder requerir de
quien corresponda, las acciones correspondientes.

Atribuciones Judiciales del Presidente de la República


Consisten en decisiones particulares que debe adoptar el Presidente de la
República, para lo cual deberá analizar el caso concreto y aplicar la ley o los
principios que correspondan, según corresponda. Algunas de estas atribuciones
si bien no parecen en
estricto rigor, judiciales, se asemejan a ellas, por cuanto significan la materialización de una
norma jurídica en un caso concreto, de una forma similar como lo hace el juez en su
sentencia:
- Art. 32 Nº 11: “Conceder jubilaciones, retiros, montepíos y pensiones de gracia,
con arreglo a las leyes”.
Las jubilaciones (DL 338 de 1960) son “un beneficio concedido al funcionario
que se aleja de su cargo, para que perciba una remuneración sobre la base de los
servicios prestados, años de servicios, cargo desempeñado y causal de jubilación
a la cual se acogió”, siendo estas causales: la edad, la incapacidad física o mental
sobreviniente, o el término obligatorio de funciones. El montepío es la pensión
que corresponde a los parientes más próximos del funcionario que fallece, según
las condiciones que establezca la ley.
Por último, la pensión de gracia es un beneficio que se otorga cuando, a juicio del
Presidente de la República, una persona se encuentra en una situación de
injusticia social y que la priva de los medios necesarios para su mantención. A
partir de la Constitución de 1980, esta facultad ha quedado radicada en el
Presidente de la República, puesto que bajo la Carta del ’25, se fijaba por ley.

- Art. 32 Nº 14: “Otorgar indultos particulares en los casos y formas que determine
la ley”.
El Indulto es un beneficio que tiene por objeto eximir a una persona del
cumplimiento de la pena, ya sea en forma total (no cumple pena alguna) o parcial
(se rebaja o se conmuta por otra pena).
Es importante aclarar que la atribución del Presidente de la República se refiere
sólo a Indultos Particulares, y no a Indultos Generales ni a Amnistías. Los
Indultos Generales se conceden no para persona determinada, sino que en forma
amplia para todos quienes se encuentren en determinada hipótesis; mientras que
las Amnistías tienen por objeto hacer desaparecer no sólo la pena o castigo, sino
que la ley presume que jamás hubo responsabilidad penal. Los indultos generales
y las amnistías, sólo se podrán establecer en virtud de una ley (art. 63 Nº 16)
También es necesario indicar que en determinados casos, no procede el indulto
particular: cuando aún no se haya dictado sentencia ejecutoriada en el caso
particular (art. 32 Nº 14); cuando se trate de funcionarios acusados por la Cámara
de Diputados y condenados por el Senado, quienes sólo podrán ser indultados
por el Congreso (art. 32 Nº 14); y cuando la persona haya sido condenada por
delito terrorista (art. 9º inciso final); salvo que se trate de delitos cometidos antes
del 11 de marzo de 1990 (disposición séptima transitoria de la Constitución).

Derecho a la protección de la salud. Hábleme de él. ¿Qué es lo


que el Estado protege? ¿Qué más le corresponde al Estado?
Se podría definir como aquel que asegura a todas las personas el derecho a la
medicina preventiva y curativa permitiendo el acceso libre e igualitario a acciones de
protección, promoción y recuperación de la salud como a la rehabilitación del
individuo.106

Lo que garantiza el numeral 9 del artículo 19 es “el derecho a la protección de la


salud” y no “el derecho a la salud”, puesto que en este último caso, cada vez que una
persona se enferme o accidente, se vería afectado su derecho.

Por salud no se entiende la sola ausencia de enfermedades o males, sino un


estado de bienestar general, tanto físico como mental, y por lo tanto mira al confort
general del individuo. El acto constitutivo de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) señala en su preámbulo que “la salud es un estado de completo bienestar físico,
mental y social y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Sobre la delimitación (fijación del contenido) de este derecho, existen dos


aproximaciones:

Una primera, que entiende que el derecho a la salud es un derecho prestacional, y


que se refiere al derecho de todas las personas a acceder a las acciones de salud que el
Estado (o por delegación, los particulares), debe implementar. También involucraría
todas las demás acciones que, sin ser directamente propias de la “salud”, igualmente se
refiere al acceso a bienes, servicios y condiciones necesarios para alcanzar un alto nivel
de salud (agua potable, condiciones sanitarias, alimentos sanos, vivienda adecuada,
condiciones sanas de trabajo, etc.)107

Una segunda, se refiere al derecho que tendrían las personas a alcanzar una
plenitud física y psíquica, y a recuperar dicha plenitud cuando se hubiere dañado o
perdido.

Nos parece que la primera es la opción correcta, ya que permite diferenciarla del
derecho a la vida y a la integridad física y psíquica, además de remarcar el sentido
de derecho social, que es su origen y naturaleza.

El derecho a la protección de la salud no estaría determinado sólo por el derecho


a que nadie se enferme o a que se recupere pronto, sino que estará fijado por el derecho a
que el Estado ampare a los sujetos en la conservación, rehabilitación y recuperación de la
salud.

No es, por lo tanto, un derecho de inviolabilidad, que simplemente se refiere a


que nadie “dañe mi salud”, sino que es más un derecho de igualdad –o quizás debiéramos
decir de “igualación”- mediante el cual prestacionalmente, el Estado (directamente o por
medio de los sujetos privados que ejercen servicios públicos por delegación estatal) debe
generar las acciones necesarias para acceder a un determinado nivel de bienestar.

De esta manera, nos parece que la persona que agrede a otra y afecta su salud,
vulnera el derecho a la integridad física y no su derecho a la protección de la salud. Sin
embargo, quien impida a otro a asistir a controles regulares con su médico, afecta el
derecho a la protección de la salud, aun cuando quizás no necesariamente esté afectando
su integridad física o psíquica.

El derecho a elegir el sistema de salud

El inciso quinto del art. 19 N° 9 garantiza a todas las personas el derecho a elegir
el sistema de salud al que desee acogerse, sea éste estatal o privado (inciso quinto).

Este derecho no se agota en el momento preciso en que el usuario efectivamente


opte por un sistema o por el otro. Vale decir, siempre va a subsistir el derecho a
cambiarse de sistema. El Tribunal Constitucional (Fallo 976 de 06 de agosto de 2010) lo
ha señalado: “Que, desde el punto de vista expuesto y para la decisión del caso sub lite,
merece realce el derecho a elegir el sistema de salud público o privado a que decida
acogerse el beneficiario correspondiente. Así es, pues debe tenerse presente que tanto uno
como otro sistema se validan en la medida que subsista, durante el contrato, el derecho a
la libre elección, sea para perseverar en él, ponerle término, cambiar de Isapre o
trasladarse del sistema privado al público o viceversa”.

Este último derecho es importante, puesto que es el único que se encuentra


“cubierto” por la acción constitucional de protección (art. 20 inciso primero CPR)

Deberes del Estado en relación con la Salud.

El artículo 19 Nº 9 establece diferentes deberes del Estado en la materia, los


cuales se enmarcan principalmente dentro de la esfera de ente fiscalizador y garantizador,
pero no como ejecutor único de acciones de salud. Estos deberes son:

- Proteger el acceso a la salud: “el Estado protege el libre acceso a las acciones de
promoción, protección y recuperación de la salud y de rehabilitación del
individuo” (inciso segundo); donde la “promoción” se refiere al impulso o
fomento de la salud, la “protección” alude a la atención o cuidado de la salud, la
“recuperación” se vincula con las acciones que tiendan a restituir la salud que ha
sido dañada producto por ejemplo de una enfermedad, la “rehabilitación” que se
refiere a la reinserción del individuo con todas sus capacidades y aptitudes
íntegramente recuperadas;

- Coordinar y controlar de las acciones relacionadas con la salud (inciso tercero);


donde “coordinar” es planificar y ejecutar un orden, una organización de
atenciones de salud, donde participen entes públicos y privados, y donde
“controlar” tiene que ver con la inspección, vigilancia y sanción de las acciones
de salud realizadas también por entes públicos y privados; y

- Garantizar las acciones de salud, sea que se presten a través de instituciones


públicas o privadas, en la forma y condiciones que determine la ley, la que podrá
establecer cotizaciones obligatorias (inciso cuarto); esta garantía implica
necesariamente concebir a este derecho dentro de un contexto del principio de
subsidiariedad, toda vez que las personas han de tener la certeza de que si los
privados no pueden o no quieren entregar un determinado servicio, o si lo hacen
mal, de todos modos, será el Estado quien lo deberá proveer oportuna, correcta y
eficazmente.

- Garantías Judiciales

El derecho a la protección de la salud no está amparado por la acción de


protección del art. 20 de la CPR, sino sólo en lo que se refiere al derecho a escoger el
sistema de salud, público o privado.

Esto, porque se trata de un derecho “prestacional” de difícil cobertura por parte del Estado.

Derecho a la seguridad social: ¿En qué se traduce? ¿Sólo cuándo


las personas están cesantes? ¿Cómo funcionan los pilares del
sistema de pensiones chileno? ¿Cómo se llaman estos pilares?
¿Me los puede explicar?
Es un derecho fundamental que asegura un conjunto de prestaciones a los individuos
y sus familias, principalmente respecto al acceso a asistencia médica y la seguridad del
ingreso, en particular, en caso de vejez, desempleo, enfermedad, invalidez, accidentes del
trabajo, maternidad o pérdida del sostén de la familia.

Delimitación del derecho a la Seguridad Social(art. 19 Nº 18 CPR)

La Constitución Política consagra el Derecho a la Seguridad Social, entendida


ésta como la serie de prestaciones “por la cual la comunidad protege a sus miembros,
asegurándoles condiciones de vida, salud y trabajo socialmente suficientes, a fin de lograr
mejor productividad, más progreso y mayor bienestar comunes” (concepto adaptado del
Informe sobre la reforma de la Seguridad Social chilena, de 1964, citado por HERNÁN
HUMERES).

En especial, la Seguridad Social tiene por objeto cubrir las prestaciones básicas
de quienes, por razones de salud, edad u otro motivo, no pueden trabajar o su salario se
vuelve insuficiente para ello.
Estas prestaciones, a su vez, se refieren a proteger a las personas de determinadas
“contingencias sociales” que pueden afectar la existencia misma o la subsistencia digna
de las personas.

En términos generales, y en atención a las diferentes contingencias que deben ser


cubiertas, se ha entendido que los principales componentes de la seguridad social serían:

(a) los seguros sociales, los cuales tienen por objeto otorgar prestaciones médicas y
pecuniarias a los beneficiarios;

(b) la asistencia social, que comprende la atención de aquellas contingencias que no


hayan quedado cubiertas por los seguros sociales;

(c) las prestaciones familiares; consistentes en los beneficios que se otorgan como
protección al grupo familiar, como la institución de la “asignación familiar”.

Deberes del Estado en relación con la Seguridad Social

El art. 19 Nº 18 establece que el Estado deberá:

(a) regular este derecho, para lo cual sus leyes deberán ser de quórum calificado;

(b) garantizar el acceso de todos los habitantes al goce de prestaciones básicas uniformes,
sea que se otorguen a través de instituciones públicas o privadas. Al igual que en el caso
de la salud, la ley también podrá establecer cotizaciones obligatorias;
(c) supervigilar el adecuado ejercicio de la Seguridad Social.

Garantías Judiciales: El art. 19 Nº 18 no está garantizado por la acción constitucional de


protección, por lo que sólo podrá ser amparado por las acciones judiciales que en los distintos
casos la propia ley establezca, y en todo caso, a través de las acciones y recursos por
inconstitucionalidad en sede de Tribunal Constitucional (recurso de inaplicabilidad y acción
popular de inconstitucionalidad).

Seguridad jurídica, ¿Dónde la encuentra regulada


específicamente? ¿Entonces es un mandato que está dirigido a
quién?
El respeto por el núcleo esencial del derecho se encuentra consagrado
constitucionalmente en lo dispuesto en el artículo 19 Nº 26 de la Carta Fundamental, el
cual establece: Art. 19: “La Constitución asegura a todas las personas: (26) La seguridad
de que todos los preceptos legales que por mandato de la Constitución regulen o
complementen las garantías que ésta establece o que las limiten en los casos en que ella
lo autoriza, no podrán afectar los derechos en su esencia, ni imponer condiciones, tributos
o requisitos que impidan su libre ejercicio” Sin duda, hallar “el núcleo esencial del
derecho”, o en otras palabras, “la esencia del derecho”, no es una tarea fácil, pero sin
duda es imprescindible para determinar, en definitiva, hasta dónde llega el ejercicio
legítimo del mismo, o sea, hasta dónde llega la protección constitucional de una
determinada facultad.

Forma de estado ¿Cuál es la forma de estado en chile?


Artículo 3° CPR: “El Estado de Chile es unitario. La administración del Estado será
funcional y territorialmente descentralizada, o desconcentrada en su caso, de conformidad a
la ley. Los órganos del Estado promoverán el fortalecimiento de la regionalización del país
y el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas del territorio
nacional.”

El Estado de Chile es Unitario: Según su forma, los Estados pueden ser Unitarios o bien,
Compuestos, dentro de los cuales, por cierto que destacan los Estados Federales. El Estado
es unitario cuando “el poder conserva una unidad en cuanto a su estructura, no poseyendo
más que un solo centro de impulsión política fundamental” (CUMPLIDO - NOGUEIRA).
Se trata de un “Estado simple”, ya que no se divide en zonas o sectores que cuenten con
poderes políticos independientes y que también merezcan el nombre de Estados
(HARIOU).
Por lo mismo, el centro de decisión política es uno solo, sin existir diferentes niveles
diferentes de acción política estatal. Por lo mismo, desde un punto de vista orgánico, o sea,
de los órganos del Estado, el Estado Unitario se caracteriza por que cuenta con un solo
gobierno, un solo congreso, una sola Corte Suprema, etc.
A su vez, desde un punto de vista normativo, los Estados Unitarios se caracterizan por que
posee una sola Constitución, un solo ordenamiento jurídico.
En tanto, el Estado Compuesto o Federal se distinguen por contar con un poder central y
una Constitución Política única, pero que reconoce ámbitos intensos de autonomía en
beneficio de los diferentes Estados miembros que la conforman.
Decimos que es “Compuesto” por cuanto coexisten dos niveles estatales: el nivel del Estado
Federal que se conforma por la unión de voluntades de sus miembros, y el nivel Estadual
que corresponde a las células administrativas y políticas que lo conforman y que cuentan
con sus propios órganos ejecutivos, legislativos y judiciales.

De esta forma, los Estados Federales desde una perspectiva orgánica contarán con un
gobierno central y un gobierno en cada Estado miembro, un parlamento central y un
parlamento en cada Estado miembro, una Corte Suprema central, y una Corte Suprema en
cada Estado miembro. Por su parte, normativamente, los Estados Federales tienen una
Constitución central, y una constitución por cada Estado miembro; así como un
ordenamiento jurídico nacional, y ordenamientos jurídicos locales.

En el caso chileno, nuestra Constitución optó por el sistema unitario, lo que significa que
contamos con un centro político único, expresado por la existencia de una única autoridad
ejecutiva, legislativa y judicial. Además, en el Estado chileno existe un solo ordenamiento
jurídico positivo, obligatorio para todos sus habitantes, y creado por los organismos
centrales competentes.

El ejercicio del poder en un Estado Unitario, sin embargo, deberá organizarse de manera tal
que su acción sea efectiva y eficaz, por lo que se hace necesario que su Administración se
organice de una manera apta. De allí nacen los criterios de descentralización y
desconcentración.
Descentralización y desconcentración

Una vez consagrado el carácter unitario del Estado de Chile, el inciso 2º del art. 3º establece
la descentralización y desconcentración de la administración, pero debe ser siempre de
carácter administrativo y nunca política, ya que, si eso sucediere, estaríamos en presencia
de un Estado Federado.

Un órgano desconcentrado es aquel en que se han radicado determinadas potestades


específicas de un órgano de superior jerarquía, por ejemplo las Intendencias y
Gobernaciones Regionales. La Constitución dispone que se debe promover la
regionalización, el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas
del territorio nacional. El proceso de regionalización se inició en Chile en la década de los
70 por medio de los Decretos Leyes Nro. 573 y 575 de 1974. Con la reforma 2005, se
modificó el artículo 101 de la Constitución y se señaló que la creación, modificación y
supresión de regiones sería materia de Ley Orgánica Constitucional (antes de ello el
número de regiones estaba consagrado en la Constitución).

La Descentralización administrativa, que será funcional, se dará cuando un órgano actúa


por medio de servicios públicos dotados de personalidad jurídica y patrimonio propio,
distintos del Estado; también podemos señalar que existe la descentralización territorial,
que consiste en que la administración de los intereses regionales o locales está
encomendada a entes independientes del poder central, dotados de personalidad jurídica y
patrimonio propios, diferentes del Estado y, con órganos generados en la base territorial.

De esta manera, de acuerdo con el Profesor Cea Egaña, para estar frente a un órgano
descentralizado, debe contar con los siguientes requisitos copulativos:

✓ Personalidad jurídica de Derecho público, funciones y atribuciones y patrimonio propio,


todo establecido y regulado en la ley siguiendo los principios matrices trazados en la
Constitución.

✓ Integrantes elegidos, por regla general, mediante sufragio universal y votación directa.
Esta regla se convierte en excepcional en los órganos descentralizados de nuestro país.

✓ Estatuto jurídico propio, incluyendo la normativa aplicable a quienes trabajan en el ente


descentralizado, dictado con autonomía por los órganos de las entidades descentralizadas
dentro de la competencia de la Constitución y la ley les ha conferido y,

✓ Finalmente, el sistema de control propio, sin perjuicio de la revisión, en los términos que
fije la ley de ciertos actos.

¿Cómo se administra el estado? ¿Qué señala la constitución? ¿la


administración del estado cómo será?
Descentralización y desconcentración

Una vez consagrado el carácter unitario del Estado de Chile, el inciso 2º del art. 3º establece
la descentralización y desconcentración de la administración, pero debe ser siempre de
carácter administrativo y nunca política, ya que, si eso sucediere, estaríamos en presencia
de un Estado Federado.

Un órgano desconcentrado es aquel en que se han radicado determinadas potestades


específicas de un órgano de superior jerarquía, por ejemplo las Intendencias y
Gobernaciones Regionales. La Constitución dispone que se debe promover la
regionalización, el desarrollo equitativo y solidario entre las regiones, provincias y comunas
del territorio nacional. El proceso de regionalización se inició en Chile en la década de los
70 por medio de los Decretos Leyes Nro. 573 y 575 de 1974. Con la reforma 2005, se
modificó el artículo 101 de la Constitución y se señaló que la creación, modificación y
supresión de regiones sería materia de Ley Orgánica Constitucional (antes de ello el
número de regiones estaba consagrado en la Constitución).

La Descentralización administrativa, que será funcional, se dará cuando un órgano actúa


por medio de servicios públicos dotados de personalidad jurídica y patrimonio propio,
distintos del Estado; también podemos señalar que existe la descentralización territorial,
que consiste en que la administración de los intereses regionales o locales está
encomendada a entes independientes del poder central, dotados de personalidad jurídica y
patrimonio propios, diferentes del Estado y, con órganos generados en la base territorial.

De esta manera, de acuerdo con el Profesor Cea Egaña, para estar frente a un órgano
descentralizado, debe contar con los siguientes requisitos copulativos:

✓ Personalidad jurídica de Derecho público, funciones y atribuciones y patrimonio propio,


todo establecido y regulado en la ley siguiendo los principios matrices trazados en la
Constitución.

✓ Integrantes elegidos, por regla general, mediante sufragio universal y votación directa.
Esta regla se convierte en excepcional en los órganos descentralizados de nuestro país.

✓ Estatuto jurídico propio, incluyendo la normativa aplicable a quienes trabajan en el ente


descentralizado, dictado con autonomía por los órganos de las entidades descentralizadas
dentro de la competencia de la Constitución y la ley les ha conferido y,

✓ Finalmente, el sistema de control propio, sin perjuicio de la revisión, en los términos que
fije la ley de ciertos actos.

Recurso de protección ¿Qué tipo de acción es? ¿se puede


apelar?
1.- Naturaleza Jurídica

1) Como señalamos anteriormente, la Protección Constitucional, se trata de una acción y


no de un recurso, en atención a que no es su finalidad, la de impugnar resoluciones
judiciales (por mucho, que en casos extraordinarios efectivamente se pueda actuar con
esa intención).

2) Además, es una acción protectora de derechos, vale decir, una garantía judicial de los
derechos, puesto que se constituye como un mecanismo de protección apto para el debido
ejercicio de ciertos derechos fundamentales.

3) Sin embargo, adicionalmente a ello, debemos indicar que de acuerdo al artículo 25.1
de la Convención Americana de Derechos Humanos, la acción de protección debe ser
considerada en sí misma como un derecho fundamental (el derecho a la protección
judicial de los derechos o a la tutela efectiva de los derechos). Por este motivo, debemos
aplicar las normas generales en materia de derecho fundamentales, así como sus
especiales reglas de interpretación. Como Derecho Fundamental, aun con mayor énfasis,
el Recurso o Acción de Protección constituye un límite al ejercicio de la Soberanía
Nacional, según el artículo 5º de la Constitución Política. También le es aplicable otros
principios tales como el de progresividad de los derechos (conforme al cual, no es posible
imponer más limitaciones que las que actualmente tuviere, sino que por el contrario, debe
propenderse a su fortalecimiento gradual); y el de irreversibilidad de los derechos (que
consiste en que una vez reconocidos, no pueden ser eliminados del ordenamiento
positivo).

4) Por último, es un Derecho que tiene Configuración Legal, toda vez que la regulación
Constitucional es meramente enunciativa y requiere de desarrollo en la Ley. Esto será
necesario recordarlo a la hora de fijar la constitucionalidad o inconstitucionalidad del
auto acordado que le regula.

2.- Facultades Conservadoras


Como dijimos, el conocimiento de la acción de protección por parte de los
Tribunales Superiores de Justicia representa el ejercicio de Funciones Conservadoras, en
los términos ya definidos.
Dejamos constancia, sin embargo, que esta no es una opinión aceptada por toda la
doctrina, puesto que existe un número importante de autores que estima que la
tramitación del recurso o acción de protección representa un método de solución de
conflictos constitucionales y por lo tanto, habría ejercicio de funciones jurisdiccionales
en sentido estricto.
Aún así, continuando con la idea esbozada al principio, estimar que el
conocimiento de la acción de protección forma parte de las facultades conservadoras (art.
3º C.O.T.), es una idea que acarrea las siguientes consecuencias:

(a) Cuando conoce de un recurso de protección, la Corte respectiva no ejerce


jurisdicción, ya que la función no es dirimir un conflicto, sino que proteger un derecho
vulnerado, y por lo mismo, las Facultades Conservadoras constituyen “funciones no
jurisdiccionales” de los Tribunales de Justicia.

(b) La acción de protección “no da origen técnicamente a un juicio, ya que no hay partes
ni contienda” (Nogueira), y por lo mismo, jurídicamente, no constituye un Proceso
(entendido éste como un método de solución de conflictos).

(c) Por lo mismo, las normas procesales a ser aplicadas deben ser siempre interpretadas
pro-recurrente, como derivación del principio “pro-homine” o “favor libertatis”.

(d) Debe adoptarse el principio pro-actione, conforme al cual, cuando se exista una duda
razonable respecto de si el Recurso de Protección debe declararse concluido, la Corte
debe optar por su continuación. Por lo mismo, ante la duda, siempre será preferible,
declararlo admisible que inadmisible; declarar que ha sido interpuesto dentro de plazo
que fuera de él; etc.

(e) Debe adoptarse un criterio de elasticidad, o sea, las normas procesales siempre
deberán adaptarse en pos de una debida defensa del recurrido.

(f) En el caso que el recurrente no cuente con recursos suficientes para obtener resultado
favorable en la defensa de sus derechos, éstos deberán ser proveídos por el Estado.

(g) No podrán rechazarse las acciones dirigidas contra sujetos indeterminados, como en
el caso de amenazas de muerte anónimas, ya que, como lo indicamos, en esta acción no
existen necesariamente partes.

(h) Debe permitirse al recurrente, el acceso a toda la información que fuere necesaria
para su debida protección.
3.- Fuentes Formales
La acción de protección cuenta con una triple regulación: una constitucional, una
internacional y una administrativa.
(a) Fuente Constitucional de la acción de Protección:
“Artículo 20: El que por causa de actos u omisiones arbitrarios o ilegales sufra privación,
perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de los derechos y garantías establecidos
en el artículo 19, números 1°, 2°, 3° inciso cuarto, 4°, 5°, 6°, 9° inciso final, 11°, 12°,
13°, 15°, 16° en lo relativo a la libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre
contratación, y a lo establecido en el inciso cuarto, 19°, 21°, 22°, 23°, 24° y 25° podrá
ocurrir por sí o por cualquier a su nombre, a la Corte de Apelaciones respectiva, la que
adoptará de inmediato las providencias que juzgue necesarias para restablecer el imperio
del derecho y asegurar la debida protección del afectado, sin perjuicio de los demás
derechos que pueda hacer valer ante la autoridad a los tribunales correspondientes.
Procederá, también, el recurso de protección en el caso del N° 8° del artículo 19, cuando
el derecho a vivir en un medio ambiente libre de contaminación sea afectado por un acto
u omisión ilegal imputable a una autoridad o persona determinada”.

(b) Fuente Internacional (art. 25.1 de la Convención Americana de Derechos Humanos):


“Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y rápido o a cualquier otro recurso
efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare contra actos que violen
sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente
Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio
de sus funciones oficiales” También, destacamos el art. 3.a. del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos, que dispone:
“Cada uno de los Estados Partes en el presente Pacto se compromete a garantizar que: a)
Toda persona cuyos derechos o libertades reconocidos en el presente Pacto hayan sido
violados podrá interponer un recurso efectivo, aun cuando tal violación hubiera sido
cometida por personas que actuaban en ejercicio de sus funciones oficiales”
(c) Fuente Administrativa Judicial: Auto acordado de la Excma. Corte Suprema sobre
Tramitación y Fallo del Recurso de Protección de Garantías Constitucionales, cuya
última versión corresponde a la del día 17 de julio de 2015.

Rango de los Tratados Internacionales (Discusión).


Las fuentes del Derecho Internacional corresponden a todas aquellas que no
emanan de la voluntad unilateral de cada Estado, sino que son fruto de la convivencia
internacional. Que las normas de derecho internacional tienen incidencia constitucional,
es indudable. Sin embargo, la especial situación de estas normas amerita que las
analicemos en un apartado separado de las demás fuentes.

Opciones doctrinarias

Existe un arduo debate en relación con la jerarquía que tendrían los tratados
internacionales dentro del ordenamiento jurídico chileno. Este tema no es baladí, puesto
que su incidencia puede ser importante. Por ejemplo, si se sostiene que los tratados tienen
rango supraconstitucional, entonces operan como límite al poder constituyente y, por lo
mismo, si la Constitución los vulnerara, sería una Constitución ilegítima. Si decimos que
tienen rango constitucional en tanto, no operan como límite a la constitución, pero sí
podrían modificar libremente a la misma: un tratado que sea incompatible con la
Constitución, como tiene su mismo nivel jerárquico la estaría reformando tácitamente. Si
tiene rango legal, un tratado no podría modificar a la Constitución, sino que debe
someterse a ella, pero sí podría modificar una ley, así como la ley podría reformar al
tratado. Si tiene jerarquía intermedia (entre la Constitución y la ley), queda sometido a la
Constitución, puede modificar a una ley, pero no podría ser modificado por una ley.

El problema en cuestión se suscita porque nuestra Constitución no resuelve este


problema. Sobre este particular, se ha escrito bastante y existen distintas opciones
doctrinarias:

1) Primera opción: los tratados internacionales tienen unajerarquía


supraconstitucional.

Quienes así lo sostienen, señalan que el derecho internacional limita la voluntad


de los Estados, incluidos el poder constituyente, y por lo mismo, las normas de derecho
internacional se ubican por sobre la Carta Fundamental. Ello, por cuanto el artículo 26 de
la Convención de Viena sobre Derecho de los Tratados dispone que “una parte no podrá
invocar las disposiciones de su derecho interno como justificación del incumplimiento de
un tratado”, sin distinguir si las normas internas que quedan sometidas a los tratados son
sólo las legales o también las constitucionales. Como la Convención de Viena (ratificada
por Chile) no distingue, entonces los tratados se ubican no sólo por sobre la ley, sino
también por sobre la Constitución.

Esta condición estará especialmente reflejada en el caso de los Tratados


Internacionales sobre Derechos Humanos, los cuales por su contenido serían un límite al
ejercicio de la soberanía del Estado en los términos del art. 5° inciso segundo de la
Constitución. De acuerdo a esta última norma, los derechos fundamentales consagrados
en
estos tratados constituyen un límite a la soberanía nacional, los que, en virtud del principio
de la Buena Fe y Pacta Sunt Servanda, deben necesariamente ser obedecidos y respetados
por el Estado de Chile, sin que le sea lícito excusarse de ello invocando su normativa
interna. Por este motivo, si el texto de un tratado internacional fuese incompatible con la
Constitución, siempre primará aquél, y será la Carta Fundamental la que deberá sujetarse
al primero, modificándose en todo lo que sea necesario para alcanzar la debida
congruencia con las normas internacionales.

2) Segunda opción: los tratados internacionales tienen jerarquía constitucional

De alguna manera, es un derivado de la anterior, entendiendo que las normas de


derecho internacional tienen la máxima jerarquía normativa, pero a diferencia de la
posición anterior, sus defensores no creen que existan normas superiores a la Carta
Fundamental, por lo que sería imposible entender la categoría jurídica de normas
“supraconstitucionales”. El efecto de esta alternativa, es que si se celebra un tratado que
sea contrario con la Constitución vigente, prima la norma posterior, esto es, el tratado
internacional, produciéndose de hecho una especie de reforma constitucional a través de
un tratado.

3) Tercera opción: los tratados internacionales tienen una posición intermedia.

Para cierto grupo de autores, los tratados internacionales no podrían tener rango o
jerarquía constitucional, ya que ello implicaría que un tratado pudiese modificar la
Constitución. Pero al decir que no tienen jerarquía constitucional, tampoco se quiere decir
que valen o pesan lo mismo que una ley. Tienen una jerarquía superior, toda vez que el
legislador queda sometido a lo que establezca el respectivo tratado. De no ser así, el
legislador podría modificar cuando quisiera el tratado internacional, lo cual viola el
derecho internacional, y además atenta en contra de lo dispuesto en el art. 54 N° 1 inciso
quinto de la Constitución según el cual, “las disposiciones de un tratado sólo podrán ser
derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios tratados o de
acuerdo a las normas generales del derecho internacional”.

4) Cuarta opción: los tratados internacionales tienen jerarquía legal

Esta ha sido la tesis seguida por el Tribunal Constitucional, para quien los
tratados internacionales caen dentro de la figura de los “preceptos legales” del art. 93 N°6
de la Constitución. Esta calidad provendría de la circunstancia de que los tratados, una
vez firmados por el Presidente de la República, deben ser aprobados también por el
Congreso, aprobación que se tramitará de acuerdo al mismo procedimiento para crear una
ley (art. 54 N° 1 inciso primero de la CPR). Esto lleva a concluir que si los tratados se
tramitan igual que una ley, entonces son equivalentes a una ley y tienen su misma
jerarquía.
De esta forma, si se aprueba un tratado que sea contrario a una ley primará éste
sobre aquella, ya que tienen el mismo rango y es posterior que la ley. Lo mismo operará
al revés: si se aprueba una ley que entra en conflicto con el tratado internacional,
debemos preferir la ley a la norma internacional, ya que es posterior.

5) Quinta opción: Debe dársele un trato diferenciado a los tratados


internacionales sobre derechos humanos y los demás tratados
internacionales.

Para esta posición, los tratados sobre derechos humanos tienen una mayor
jerarquía, ya que son un límite al ejercicio de la soberanía nacional. Se entiende que los
tratados sobre derechos humanos se refieren a materias de la mayor importancia para la
comunidad nacional, y por eso debe dársele un tratamiento distinto. Sobre este punto, sin
embargo, existen diversas alternativas: los que sostienen que los tratados sobre derechos
humanos, tienen rango supraconstitucional, y los demás, rango constitucional; los que
aseveran que los tratados sobre derechos humanos tienen rango constitucional, y los
demás, legal; y los que defienden que los tratados sobre derechos humanos tienen un
rango constitucional, y los demás intermedio; etc.

Cuénteme acerca del estado empresario. ¿cómo puede actuar?


¿Y qué tipo de ley? ¿Es una ley simple o especial? ¿Cómo actúa
o participa el estado en la práctica?
En concordancia con el Principio de Subsidiariedad consagrado en el artículo 1º
inciso 3º de la CPR, se establece una serie de regulaciones en materia de actividad
empresarial del Estado empresario.

Se ha establecido que lo que dispone el artículo 19 Nº 21 inciso 2º consagra una


especie de garantía negativa, que consiste en que sólo excepcionalmente el órgano
público podrá actuar en la vida económica.

Esto se expresa a través de dos figuras constitucionales:

(a) El Estado y sus organismos podrán desarrollar actividades empresariales o participar


en ellas sólo si una ley de quórum calificado los autoriza. Dentro del concepto de
“organismo” al que alude la norma se incluyen también las empresas del Estado, ya que
de acuerdo al artículo 6º de la ley 18.575 ellas sólo podrán ser creadas por ley.

(b) En el caso que el Estado desarrolle una actividad empresarial, estará sometido a la
legislación común, salvo que una ley de quórum calificado, y por motivos calificados
establezca excepciones

Libertad de Trabajo: ¿Dónde se encuentra regulada? ¿En qué


consiste? ¿Cuál es la parte individual y cuál es la parte
colectiva? ¿De quién es el derecho a percibir la justa
retribución? ¿Cuáles son los deberes del empleador? ¿Cuáles
son los límites a esta garantía? Colegios profesionales ¿A dónde
se podrá recurrir?
El artículo 19 N° 16 de la Carta Fundamental puede ser estudiado, bajo la siguiente
estructura:
- El derecho a la libertad de trabajo y su protección;
- Los derechos individuales asociados a la libertad de trabajo (aquellos que
derivan de la relación directa del trabajador con el empleador, y las garantías
estatales al cumplimiento de une estándar básico de protección);
- Los derechos colectivos asociados a la libertad de trabajo (aquellos que se
vinculan con el ejercicio común de derechos de los trabajadores frente a su
empleador); y
- La tuición ética de los profesionales.

La libertad de trabajo
Como una primera mención, debemos aclarar que lo que protege expresamente
nuestra Constitución es el derecho “a la libertad de trabajo” y no “el derecho al trabajo”.
En las próximas páginas abordaremos este tópico.

La libertad de trabajo consiste en el derecho del trabajador de escoger


autónomamente si trabaja o no, el ámbito donde va a trabajar, y si mantiene o termina
una determinada actividad laboral.

El inciso cuarto de este mismo numeral fija las limitaciones a este mismo
derecho, cuando establece que: “Ninguna clase de trabajo puede ser prohibida, salvo que
se oponga a la moral, a la seguridad o a la salubridad públicas, o que lo exija el interés
nacional y una ley lo declare así”.

El ejercicio de este derecho exige previamente, que los trabajadores potenciales


estén verdaderamente educados y capacitados para que dicha libertad sea una opción
efectiva. De allí que la Constitución no sólo se limite a consagrar este derecho, sino que
además exige al Estado, desarrollar actividades que se relacionen con la debida
protección de esa libertad.

La vulneración más grave de este derecho es lo que se conoce como “trabajo


forzoso”, prohibido expresamente por distintos instrumentos internacionales (art. 8º del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos; Convenio Nº 29 de la OIT, Convenio
Nº 105 de la OIT, etc.). Habrá trabajo forzoso no sólo cuando una persona sea obligada a
hacerlo, sino que también cuando lo tenga que hacer gratuitamente.

Nuestro Tribunal Constitucional tuvo que abordar la proscripción del trabajo


forzoso, a propósito de la carga de los abogados de ejercer gratuitamente el turno. Así, en
el rol 1254, el TC debió pronunciarse sobre la constitucionalidad de la palabra
“gratuitamente” de la norma del art. 595 del Código Orgánico de Tribunales, el cual
señalaba en su inciso primero: “Art. 595. Corresponde a los jueces de letras designar cada
mes y por turno, entre los no exentos, un abogado que defienda gratuitamente las causas
civiles y otro que defienda las causas del trabajo de las personas que hubieren obtenido o
debieran gozar del mencionado privilegio. Con todo, cuando las necesidades lo requieran,
y el número de abogados en ejercicio lo permita, la Corte de Apelaciones respectiva
podrá disponer que los jueces de letras designen dos o más abogados en cada turno,
estableciendo la forma en que se deban distribuir las causas entre los abogados
designados”. Sobre lo mismo, el Tribunal indicó: “Que, en este caso, el trabajo lícito se
produce como consecuencia de la imposición de una carga legal, la que sin embargo no
resulta compatible con nuestro sistema constitucional si no va acompañada de una justa
compensación pecuniaria, tal como lo ordena perentoriamente el artículo 19, Nº 16º, de la
Constitución Política de la República”.

Los derechos asociados a la libertad de trabajo, dentro del Derecho Individual del Trabajo

El art. 19 Nº 16 consagra algunos derechos relacionados con las relaciones


individuales de trabajo, a saber:

1) El derecho a la libre contratación. Se refiere a la libertad, no sólo del trabajador, sino


también del empleador, para celebrar o no, un contrato de trabajo.

2) El derecho a una justa retribución. Como vimos, toda persona tendrá derecho a una
retribución por el trabajo que desarrolle, ya que en caso contrario habrá trabajo forzoso.
Pero además, esta retribución ha de ser “justa”. La concepción de “retribución justa”
tiene varias aproximaciones. La primera es que el mandato constitucional impone al
legislador el deber de tener que determinar el monto anual del sueldo mínimo sobre
criterios de justicia. La segunda se refiere a que la retribución ha de ser equivalente entre
dos personas que desarrollan un trabajo similar (el art. 62 bis dispone, luego de la ley
20.384 de 2009 dispone que: “El empleador deberá dar cumplimiento al principio de
igualdad de remuneraciones entre hombres y mujeres que presten un mismo trabajo, no
siendo consideradas arbitrarias las diferencias objetivas en las remuneraciones que se
funden, entre otras razones, en las capacidades, calificaciones, idoneidad, responsabilidad
o productividad”).
3) El derecho a la no discriminación en materia laboral. El art. 19 Nº 16, en lo pertinente
señala: “Se prohíbe cualquiera discriminación que no se base en la capacidad o idoneidad
personal, sin perjuicio de que la ley pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad
para determinados casos”. Esta norma deriva del derecho a la igualdad ante la ley del art.
19 Nº 2, pero además plantea una limitación a este derecho que consiste en que “la ley
pueda exigir la nacionalidad chilena o límites de edad para determinados casos”. El art.
19 del Código del Trabajo establece, por ejemplo que “el ochenta y cinco por ciento, a lo
menos, de los trabajadores que sirvan a un mismo empleador será de nacionalidad
chilena”. El art. 13 y siguientes del mismo Código, regulan, en tanto, la capacidad en
materia laboral y las edades mínimas que se exigen para que una persona pueda ser
contratada laboralmente. Finalmente, el art. 2º, incisos terceros y cuarto del Código
laboral establece que: “Son contrarios a los principios de las leyes laborales los actos de
discriminación. Los actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o
preferencias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación,
religión, opinión política, nacionalidad, ascendencia nacional u origen social, que tengan
por objeto anular o alterar la igualdad de oportunidades o de trato en el empleo y la
ocupación”.
4) Exigencia de grados o títulos universitarios. “La ley determinará las profesiones que
requieren grado o título universitario y las condiciones que deben cumplirse para
ejercerlas”.

Los derechos asociados a la libertad de trabajo, dentro del Derecho Colectivo del Trabajo

El art. 19 Nº 16 también se refiere a derechos asociados al trabajo, relacionados


con el derecho colectivo del trabajo.

Dentro de estas normas destacamos:

1) Libertad de asociación laboral: “Ninguna ley o disposición de autoridad pública podrá


exigir la afiliación a organización o entidad alguna como requisito para desarrollar una
determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación para mantenerse en éstos”.

2) Derecho a la negociación colectiva: “La negociación colectiva con la empresa en que


laboren es un derecho de los trabajadores, salvo los casos en que la ley expresamente no
permita negociar. La ley establecerá las modalidades de la negociación colectiva y los
procedimientos adecuados para lograr en ella una solución justa y pacífica. La ley
señalará los casos en que la negociación colectiva deba someterse a arbitraje obligatorio,
el que corresponderá a tribunales especiales de expertos cuya organización y atribuciones
se establecerán en ella”. La negociación colectiva se encuentra regulada en el Libro
IV delCódigo del Trabajo, y permite, bajo determinadas condiciones legales, incluso el
uso de la
huelga.

3) Impedimento de la huelga en determinados casos: “No podrán declararse en huelga los


funcionarios del Estado ni de las municipalidades. Tampoco podrán hacerlo las personas
que trabajen en corporaciones o empresas, cualquiera que sea su naturaleza, finalidad o
función, que atiendan servicios de utilidad pública o cuya paralización cause grave daño a
la salud, a la economía del país, al abastecimiento de la población o a la seguridad
nacional. La ley establecerá los procedimientos para determinar las corporaciones o
empresas cuyos trabajadores estarán sometidos a la prohibición que establece este
inciso”.

Garantías Judiciales: De acuerdo al art. 20 de la Constitución, la garantía del art. 19 Nº 16


se encuentra cubierta por la acción constitucional de protección, solo en lo relativo a “la
libertad de trabajo y al derecho a su libre elección y libre contratación, y a lo establecido
en el inciso cuarto”

El mencionado artículo cuarto establece: “Ninguna clase de trabajo puede ser


prohibida, salvo que se oponga a la moral, a la seguridad o a la salubridad públicas, o que
lo exija el interés nacional y una ley lo declare así. Ninguna ley o disposición de
autoridad pública podrá exigir la afiliación a organización o entidad alguna como
requisito para desarrollar una determinada actividad o trabajo, ni la desafiliación para
mantenerse en éstos. La ley determinará las profesiones que requieren grado o título
universitario y las condiciones que deben cumplirse para ejercerlas”.
Además, como señalamos, existe el procedimiento de tutela de derechos laborales
regulados en el código de la especialidad, que resguarda también el art. 19, numeral
16º,”en lo relativo a la libertad de trabajo, al derecho a su libre elección y a lo establecido
en su inciso cuarto, cuando aquellos derechos resulten lesionados en el ejercicio de las
facultades del empleador”.

Potestad Reglamentaria: ¿Qué es? ¿El Presidente puede


intervenir en la dictación de leyes?, ¿cómo? ¿En qué se distingue
un Decreto Supremo de un Decreto con Fuerza de Ley?
En su sentido propio y estricto, la Potestad Reglamentaria, es la facultad o poder de que están
dotadas las autoridades administrativas para dictar normas jurídicas, es decir mandatos de
alcance general e impersonal. En un sentido amplio abarca, además, la facultad de emitir
resoluciones o mandatos que se refieren a una persona o situación determinada.
Considerada en toda su extensión la Potestad Reglamentaria, se manifiesta por medios de
Reglamentos, Decretos Reglamentarios, Decretos, Ordenanzas, Instrucciones, Circulares,
etc.

AUTORIDADES ADMINISTRATIVAS CON POTESTAD REGLAMENTARIA. Son


múltiples las autoridades administrativas que tienen potestad reglamentaria: desde el
Presidente de la República, sus Ministros de Estado, los Intendentes y Gobernadores, los
Alcaldes y otros funcionarios públicos como los Jefes de Servicios, etc. 6.3. AMPLITUD
DE LA

POTESTAD REGLAMENTARIA DEL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA. Esta se


encuentra establecida en la Constitución Política en su artículo 32 numero 6. De esta
disposición se deduce que la Potestad Reglamentaria del Presidente de la República,
comprende lo siguiente:

a) La facultad de dictar mandatos generales y especiales encaminados a la ejecución de las


leyes. Es la que se denomina POTESTAD REGLAMENTARIA DE EJECUCION.

b) La facultad de dictar normas o resoluciones necesarias para el cumplimiento de sus


funciones propias para Gobernar y Administrar el Estado, supuesto, naturalmente, que se
respeten los principios constitucionales y que no exista una ley expresa en contrario. Es la
que se llama POTESTAD REGLAMENTARIA AUTONOMA.

De la distinción anterior, se pueden clasificar a los reglamentos en REGLAMENTOS DE


EJECUCION o REGLAMENTOS AUTONOMOS. Los REGLAMENTOS DE
EJECUCION, son aquellos cuya finalidad es asegurar la aplicación de una ley, sus normas
tienden a poner en marcha a las normas más generales de la ley.

Las normas del reglamento deben encuadrarse dentro de la pauta fijada por la norma legal y en
caso alguno pueden contrariar sus preceptos, modificarlos, restringirlos o ampliarlos. El
Reglamento de Ejecución, es siervo de la ley, que detalla, como quiera que su razón de ser
es desenvolver las reglas generales, explicar las consecuencias de los principios que ellas
contienen, determinando la manera de cumplirlas, según las circunstancias que pueden
presentarse. En la jerarquía de las normas jurídicas, el Reglamento de Ejecución, está
debajo de las leyes, en especial de aquella ley cuya aplicación tiende a llevar a cabo. En
consecuencia, este reglamento no puede, sin caer en la tacha de ilegalidad, contrariar
preceptos de la ley y menos de la Constitución Política. Ejemplos de Reglamentos de
Ejecución son:
• El Reglamento del Registro de Prendas sin Desplazamiento de la Ley Nº 20.190 (Decreto
Supremo Nº 722 de fecha 8 de septiembre de 2010, que se publicó en el Diario Oficial de
fecha 23 de octubre de 2010);
• El Reglamento del Registro Conservatorio de Bienes Raíces (aunque para algunos tendría
rango de Decreto con Fuerza de Ley, conforme al articulo 695 del Código Civil);
• El Reglamento del Decreto con Fuerza de Ley N° 164, concerniente a concesión a privados
de Obras Públicas (Decreto Supremo Nº 956, publicado en el Diario Oficial de fecha 6 de
octubre de 1997);
• El Reglamento de la Ley Nº 18.046, de Sociedades Anónimas (Decreto Supremo Nº 702,
publicado en el Diario Oficial de fecha 6 de julio de 2012).

Los REGLAMENTOS AUTONOMOS, son los que no se relacionan con una ley determinada
y reglan materias que no están normadas por una ley ni declaradas de la exclusiva
incumbencia de una ley por la Constitución. Estos Reglamentos, se dictan por la autoridad
administrativa en ejercicio de sus propias atribuciones o de los poderes discrecionales que
se le reconocen.

DECRETOS EN GENERAL Y DECRETOS SUPREMOS. En general, Decreto, es todo


mandato escrito y revestido de las demás formalidades prescritas por el ordenamiento
jurídico, dictado unilateralmente por la autoridad administrativa, en el ejercicio de sus
atribuciones. Cuando es emitido por el Presidente de la República, recibe el nombre de
Decreto Supremo.

REGLAMENTOS Y SIMPLES DECRETOS. Los decretos se pueden clasificar en


Reglamentos y Simples decretos. REGLAMENTO o DECRETO REGLAMENTARIO, es
un Decreto de alcance general e impersonal, concierne a una generalidad abstracta de
personas o situaciones, como el reglamento que señala los detalles de ejecución de una
ley. SIMPLE DECRETO o DECRETO INDIVIDUAL, es el que se refiere a una persona o
situación determinada como el que nombra a un funcionario publico en determinado cargo
de la administración del Estado o aquél que otorga un indulto particular, etc.

De acuerdo al art. 35 de la Constitución Política, todos los Decretos, sean Simples o


Reglamentarios, deben llevar la firma del Presidente de la República y el Ministro
respectivo y no serán obedecidos sin este esencial requisito. Sin embargo, algunos
Decretos, pueden expedirse por la sola firma del Ministro respectivo pero con la frase “por
orden del Presidente de la República”.

CONTROL DE LEGALIDAD DE LOS DECRETOS. En el ejercicio de la función de control


de legalidad, y de conformidad a lo dispuesto en los artículos 98 y 99 de la Constitución
Política de la República, el Contralor General de la República, tomará razón de los
Decretos y resoluciones que en conformidad a la ley deben tramitarse por la Contraloría o
representará la ilegalidad de que pueden adolecer; pero deberá darle curso, cuando a pesar
de su representación, el Presidente de la República insista con la firma de todos sus
ministros, caso en el cual deberá enviar copia de los respectivos Decretos a la Cámara de
Diputados.

SEMEJANZAS Y DIFERENCIAS ENTRE LA LEY Y EL DECRETO.


a) Semejanzas:
i.- Ambas normas emanan de organismos públicos
ii.- Ambas son igualmente obligatorias, para la ciudadanía y autoridades.
iii.- Sus normas y mandatos deben subordinarse a la Constitución.

b) Diferencias: En nuestro derecho, la nota distintiva no se encuentra en el objeto o contenido,


porque no hay una norma taxativa de las materias propias del Decreto y de la Ley. Si bien
existen asuntos de la exclusiva competencia de la ley (art. 63 de la Constitución), hay otros
asuntos que no son privativos del poder legislativo y por ende pueden ser objeto de la ley o
del Reglamento Autónomo. Tampoco la generalidad e impersonalidad de las normas es
característica exclusiva de la ley, porque, por una parte, hay leyes que se refieren a
situaciones individuales (por ejemplo, leyes de gracia) y por otra parte existen Decretos,
como los Reglamentarios, que tratan situaciones generales. La Ley y el Decreto Simple o
Reglamentario, se distinguen esencialmente:
i.- Por el órgano que los crea. La Ley emana del Poder legislativo y el Decreto del Poder
Ejecutivo o la autoridad administrativa;
ii.- Otra característica diferenciadora, es la superioridad jerárquica de la ley sobre el decreto;
por lo tanto, todo Decreto Individual o Reglamento de Ejecución o Autónomo, no puede
contrariar ni modificar las leyes;
iii.- Por último, el proceso de gestación hasta alcanzar la formación y el efecto de
obligatoriedad es distinto para la Ley y el Decreto.

LAS INSTRUCCIONES O CIRCULARES. Distinguimos dos tipos de instrucciones o


circulares:

a) Las que se dirigen a todos los ciudadanos: por ejemplo, las que dicta el Superintendente de
Bancos e Instituciones Financieras, o los dictámenes emanados de la Dirección del
Trabajo, o las circulares dictadas por el Director del Servicio de Impuestos Internos, etc.

b) Las que se dirigen a los funcionarios del respectivo servicio: son comunicaciones que los
funcionarios públicos superiores dirigen a sus subordinados indicándoles la manera de
aplicar una ley, un reglamento u otra disposición jurídica o las medidas que deben tomar
para un mejor funcionamiento de un servicio público. Tienen por objeto, ilustrar el criterio
del funcionario, para el más conveniente ejercicio de las funciones que le corresponden o
el desarrollo de la actividad pública que se le ha encomendado. Las instrucciones del
Presidente de la República, son enviadas por los Ministros respectivos. Cuando las
Instrucciones van dirigidas a un gran número de funcionarios se envían por medio de
CIRCULARES y si se expiden a un número reducido de funcionarios se denominan
OFICIOS.

LAS ORDENANZAS, Hay dos clases de disposiciones que reciben el nombre de Ordenanzas:
unas son dictadas por las Municipalidades y otras son dictadas por el Presidente de la
República.

i.- DICTADAS POR LAS MUNICIPALIDADES, son reglas de aplicación general, dictadas
por estos órganos, relativas a la autoridad comunal y ante cuya inobservancia se impone la
pena de MULTA. La obligatoriedad de las Ordenanzas Municipales es local, circunscrita
al territorio jurisdiccional de la Municipalidad que las dicta.

ii.- DICTADAS POR EL PRESIDENTE DE LA REPUBLICA, son verdaderos reglamentos


que contienen entre sus disposiciones, algunas que son materia de ley y que se caracterizan
por tener sanciones penales (multas). Estas ordenanzas se dictan por expresa autorización
del Congreso. Por ejemplo: Ordenanza de aduanas y Ordenanza General de Construcción
y Urbanización, etc.

DECRETOS CON FUERZA DE LEY. son aquellos Decretos, que por expresa autorización
del Congreso a través de una ley, dicta el Presidente de la República, sobre materias que
según la Constitución Política, son propias de ley. El nombre se explica, porque una vez
dictadas adquieren fuerza de ley.
Constitucionalidad: en la Doctrina, en general, se ha discutido la constitucionalidad de los
Decretos con Fuerza de Ley. Estiman algunos, que ellos vulneran el principio de la
división de poderes públicos ya que, mediante su dictación, el ejecutivo agrega a sus
funciones, otras inherentes a los del Poder Legislativo. Por otra parte se dice que el
Congreso tiene un poder por delegación del pueblo y no puede en consecuencia delegarlo,
de acuerdo con el principio universalmente aceptado, acerca que, “la potestad delegada no
se puede delegar a su vez”.

Los Decretos con Fuerza de Ley en nuestro ordenamiento jurídico: aparecen recién
consagrados con la reforma, que la Ley N° 17.284 del 23 de enero de 1970 introdujo a la
Constitución de 1925, sin perjuicio de su existencia fáctica en los años precedentes. La
Constitución de 1980 regula la materia en su artículo 64. Tal precepto declara que una Ley
puede autorizar al Presidente de la República, para dictar Decretos con Fuerza de Ley,
sobre determinadas materias, durante un plazo no superior a un año. En consecuencia,
tienen dos limitaciones:

i.- En cuanto a la materia en la que recae la delegación.

ii.- En cuanto al plazo dentro del cual el Presidente de la República debe dictar el decreto con
fuerza de ley.

La Constitución Política, prohíbe extender la autorización a diversas materias: tales como la


Nacionalidad, la Ciudadanía, las Elecciones, el Plebiscito y materias comprendidas en las
Garantías Constitucionales o que deben ser objeto de Leyes Orgánicas Constitucionales o
de Quórum Calificado.
La Autorización tampoco podrá comprender facultades que afecten a la organización,
atribuciones y régimen de las funciones del Poder Judicial, del Congreso Nacional, del
Tribunal Constitucional y de la Contraloría General de la República.
La Ley que otorga la referida autorización, señalará las materias precisas sobre las que recaerá
la delegación y podrá establecer determinadas limitaciones, restricciones y formalidades
que se estimen convenientes. A la Contraloría General de la República, corresponderá
tomar razón de los Decretos con Fuerza de Ley, debiendo rechazarlos cuando ellos
excedan o contravengan la citada autorización (Ley Delegatoria de Facultades) o cuando
sean contrarios a la Constitución Política.
Ante la representación de la Contraloría General de la República, el Presidente de la
República, no tendrá la facultad de insistir y en caso de no conformarse el Presidente de la
República con la representación, deberá remitir los antecedentes al Tribunal
Constitucional, dentro del plazo de 10 días, a fin de que este resuelva la controversia
(artículo 99, incisos 2º y 3º de la Constitución Política).
Lo anterior, también puede acaecer, tratándose de:
i.- UN DECRETO PROMULGATORIO de una ley o de una Reforma Constitucional, por
apartarse del texto aprobado.
ii.- DE UN DECRETO o RESOLUCION, contrario a la Constitución Política. En todos los
casos anteriores, el Presidente de la República, carece de la facultad de insistencia.
Si el Tribunal Constitucional, confirma la inconstitucionalidad representada por la Contraloría
General de la República, no se podrá convertir en ley el proyecto o Decreto con Fuerza de
Ley de que se trate. En caso de tratarse de un Decreto Supremo, este queda sin efecto de
pleno derecho con el solo mérito de la sentencia del Tribunal Constitucional. Los Decretos
con Fuerza de Ley, están sometidos en cuanto a su publicación, vigencia y efectos a las
mismas normas que rigen para una ley cualquiera.

LOS DECRETOS LEYES: son aquellos Decretos, que, sin autorización alguna del Congreso,
dicta el Poder Ejecutivo, sobre materias que según la Constitución Política son propias de
ley, en situaciones de emergencia o grave crisis institucional.

Constitucionalidad de los Decretos Leyes: si bien no se encontraban regulados en la


Constitución Política de 1925 y tampoco en la de 1833, la jurisprudencia terminó por
aceptarlos, atendiendo para ello al principio de la seguridad jurídica, pues fueron
numerosas e importantes las materias reguladas por estas normas, especialmente las
relativas a la organización estatal y normas laborales, de previsión y social.

AHORA MAS FACIL…

La potestad reglamentaria no es exclusiva del Presidente de la República puesto que la


Constitución y diversas leyes reconocen esta atribución normativa a otras autoridades
políticas o administrativas para producir o crear normas jurídicas de carácter general o
especial (reglamentos, decretos e instrucciones), “[…] destinadas a regular materias de
interés público que no sea de dominio legal, a facilitar una adecuada aplicación de las
leyes y al mejor y más eficaz cumplimiento de las funciones de gobierno y administración
que corresponden a tales autoridades” [Squella, 2001: 248]. Este pluralismo jurídico se
corresponde con la existencia de múltiples “reservas normativas”.

¿Cómo se ejerce la acusación constitucional?


Medios de tutela efectiva que contempla nuestra Constitución:
Nómbrelos.

Funciones y atribuciones del Tribunal Constitucional.


Órgano supremo constitucional de única instancia, de carácter permanente, independiente e
imparcial, que tiene por función esencial y exclusiva la interpretación y defensa
jurisdiccional de la constitución a través de procedimientos contenciosos constitucionales
referentes como núcleo esencial a la constitucionalidad de las normas infra constitucionales
y de la distribución vertical y horizontal del poder estatal, agregándose generalmente la
protección extraordinaria de los derechos fundamentales, que actúan en base a
razonamientos jurídicos cuyas sentencias tienen valor de cosa juzgada, pudiendo expulsar
del ordenamiento jurídico las normas consideradas institucionales.

Articulo 93 CPR: funciones básicas

1. Control de constitucionalidad de preceptos legales y otras normas infra


constitucionales.
2. Conocer determinadas inhabilidades e incompatibilidades de ciertos funcionarios
públicos, ministros de estado y diputados y senadores.
3. Resolver determinadas cuestiones de competencias, entre autoridades políticas o
administrativas y tribunales de justicia cuando no corresponda al senado.
4. Asumir las demás competencias que reconozca el propio texto fundamental como la
declaración de inconstitucionalidad de una convocatoria a plebiscito, resolver reclamos
en caso de que el presidente de la republica no promulgue una ley cuando deba hacerlo
o promulgue un texto diverso del que constitucionalmente corresponde o declara la
inconstitucionalidad de organizaciones y de los movimientos o partidos políticos, como
asimismo la responsabilidad de las personas involucradas.

Se compone de 10 miembros, designados de acuerdo con el articulo 92 CPR:

3 elegidos por el Presidente de la república.

4 elegidos por el Congreso nacional (2 por el senado y 2 propuestos por la cámara de


diputados y aprobados por el senado en votación única con el voto favorable de 2/3 de los
diputados y senadores en ejercicio)

3 elegidos por la Corte Suprema en votación secreta y sesión especial.

De entre los miembros, deberá elegirse al Presidente del Tribunal por la mayoría simple de
sus integrantes, el cual durará en su cargo por dos años, y solo podrá ser reelegido por el
período siguiente.

Además, cada tres años, el Presidente de la República, con acuerdo del Senado elegirá dos
Ministros suplentes, sobre la base de una nómina de siete nombres propuestos por el propio
Tribunal Constitucional.

Los suplentes subrogarán a los titulares cuando éstos no puedan integrar sala o comisión;
pero sólo cuando en caso que no alcance el quórum suficiente para sesionar.
Duración y posibilidad de reelección: Los miembros del Tribunal durarán nueve años en
sus cargos, se renovarán por parcialidades cada tres, y no podrán ser reelegidos salvo los
que hayan asumido como reemplazantes y que hubieren ejercido el cargo por un período
menor a cinco años.

Requisitos para ser designado Ministro del TC (2005): deberán:


- tener a lo menos quince años de título de abogado
- haberse destacado en la actividad profesional, universitaria o pública,
- no podrán tener impedimento alguno que los inhabilite para desempeñar el cargo de
juez.

Incompatibilidades: A los miembros del Tribunal Constitucional, se les aplicarán las


incompatibilidades establecidas para los parlamentarios, por aplicación del artículo 58 (art.
92 inciso segundo CPR)

Incapacidades:
- incapacidades que existen respecto de los senadores y diputados
- no podrán ejercer la profesión de abogado, incluyendo la judicatura.
- por sí o por interpósita persona, celebrar o caucionar contratos con el Estado, ni actuar
como abogado o mandatario en cualquier clase de juicio contra el Fisco, o como
procurador o agente en gestiones particulares de carácter administrativo, en la provisión
de empleos públicos, consejerías, funciones o comisiones de similar naturaleza.
- No podrán aceptar ser director de banco o sociedad anónima, ni ejercer cargos de
similar importancia en estas actividades (art. 60 inciso segundo y tercero del art. 60, por
aplicación del inciso tercero del art. 92 CPR).

Causales de Cesación del cargo:


RG: serán inamovibles. Sin embargo, sus cargos cesarán por:
- cumplir 75 años de edad
- alguna incompatibilidad o incapacidad.
- Renuncia aceptada por el tribunal.
- expiración del plazo para su nombramiento.

Funcionamiento: El Tribunal funcionará en pleno o dividido en dos salas. En el primer


caso, el quórum para sesiona será de, a lo menos, 8 miembros, y en el segundo de, a lo
menos, 4. El Tribunal adoptará sus acuerdos por simple mayoría, salvo los casos en que se
exija un quórum diferente y fallará conforme a derecho.

La Constitución indica las materias que necesariamente deberán ser conocidas por el pleno
(art. 92 inciso 5º de la CPR). Las demás funciones las desarrollará en pleno o en sala, según
lo determina la LOC del Tribunal Constitucional (arts. 25 C Y 25 D de la LOC del TC). En
general, la regla que se puede advertir, interpretando armónicamente las normas
constitucionales y legales, es que todas las resoluciones de fondo son conocidas por el
Pleno, salvo las contiendas de competencia. Las resoluciones de mera tramitación, como las
admisibilidades que no correspondan al pleno, las suspensiones del procedimiento, y todas
las demás de similar naturaleza, serán conocidas por las Salas.

¿Los partidos políticos son un grupo intermedio? que es un


partido político? ¿Está definido y donde se encuentran
regulados?
¿Con qué derecho fundamental se relaciona con los partidos
políticos? Que garantiza la constitución respecto a los partidos
políticos
Pluralismo político

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