Poemas AriBarSuá
Poemas AriBarSuá
Poemas AriBarSuá
“Cuando he experimentado las caídas más profundas, el impulso siempre ha sido más fuerte para
llegar a niveles superiores”
“Hay que aprender a levantarse rápidamente, a menos que queramos ser presa fácil”
“Cuando estamos mucho tiempo en el piso, nos convertimos en estorbos, por eso que las patadas,
empujones, que nos aplasten, se puede volver tan normal, que luego se convierten en una
necesidad”
“El sol sale para todos, no porque el día este nublado, significa que no esté ahí”
“Solo nubes nos separan de la inmensidad del universo, solo hay que enfocarse”
“No todos vemos lo mismo, los detalles de la percepción dependen de nuestro nivel de
consciencia”
Viviendo
“Cuando cerramos los ojos,
no sabemos si volveremos abrirlos,
no hay certeza de que suceda,
sin embargo, la confianza
nos dice que sí,
que habrá otra oportunidad.
Tener los ojos abiertos es la oportunidad,
es el recurso disponible,
el instante,
el presente,
el aquí,
el ahora.”
Causa y efecto
Declaración de la Independencia
Hoy amanecí contigo
en la memoria,
y en mi cuerpo,
repaso cada recuerdo
y lo puedo sentir
como cierto.
¿Quién me pone límites?
Sólo yo puedo hacerlo,
Y eso,
Eso no lo quiero.
El último beso,
Fue tierno,
Lo recuerdo,
Con mucho deseo
Y una sonrisa, dijiste,
Yo regreso.
Así ha sido muchas noches,
En mis sueños,
Y cuando abro los ojos,
Siento que es cierto,
Que cumples tu palabra,
Porque no hay limites
En el universo.
Un día escuché hablar
Sobre la historia del hilo rojo,
Hoy lo comprendo,
Es la conexión que se genera
Por los recuerdos,
Por la historia que uno escribe,
Por aquellos momentos,
Que te hacen sentir vivo,
Que te llenan desde lo interno,
Es cuando dices,
¡Qué buena ha sido la vida!
¡Por eso la quiero!
Y también a ti,
Porque estas en el otro extremo,
Haciendo lo mejor que puedes,
Eso puedo saberlo,
Gracias por confiar en mí,
Escucha tu respiración,
Cuando no puedas confiar en ti.
A veces pienso,
¿Sera que me quiere?
Eso hay que definirlo,
Querer es…
No estoy segura,
No lo sé,
el recuerdo está
en mis vulnerables sentidos,
es imposible sostener gotas
de agua salada,
que se deslicen
por pronunciadas montañas,
las que un día besaste.
Y me pregunto,
¿Será que me quiere?
No lo sé,
nunca se lo escuché.
¿Fue una trampa
de la imaginación?
¿de alguna alocada tertulia
conmigo misma?
¡Que descabellada idea!
¡Qué pena!
¡Pero qué bueno!
Entonces era cierto,
Amar es una decisión,
tengo la llave de la puerta,
puedo abrir,
también cerrar,
¡te libero al saber esto!
Lo amas,
o lo dejas,
es un nuevo acierto.
Brillante alma
que estuvo atrapada,
en un cuerpo de color oscuro,
como el café tostado.
Firme roble mediado,
Recta como palmera de playa,
fragancia de pino,
con cubierta aterciopelada.
Tímida expresión,
como brisa mañanera
que roce el rostro
con suavidad y frescura.
Entonación sonora,
directa al corazón,
para desplomar
cualquier temor.
¿Sola yo?
Si estoy con Dios
y la Virgen,
porque el miedo,
el miedo no tiene
espacio donde hay amor.
El miedo no es compañía,
de alguien quien confía.
¿Ceder?
Poco lo comprendía
Ceder es dar paso a otro,
Para que el otro haga
o ejecute una acción
que tal vez no me atrevo,
y demuestre de que está hecho,
sus principios y valores,
¿qué se yo?,
Tal vez su yo, su ego,
sencillamente,
se proyecte,
para que brille u oscurezca el ambiente.
¿Es esto bueno o malo?
No administro justicia,
Sólo sé, que, si no lo hago yo,
otro lo hará por mí.
Siempre hay que ceder.
Cuando no reconocemos el potencial,
la fuerza interna,
cuando hay debilidad en el amor propio,
cedemos ante otros
que con más fuerza
se imponen,
en ese momento,
la sensación minimiza,
la creencia limitante se refuerza,
y se activa la victima frente al verdugo.
Ceder por reconocer
que aún tenemos aprender,
que somos una partícula mínima
en lo grandioso del universo
y aun así somos necesarios y útiles
para el sistema,
su equilibrio perfecto y armónico.
Reconocemos nuestra pequeñez
sin dejar de ser importante,
Ahí, solo ahí,
Es cuando la luz del Creador
Se manifiesta y revela,
Es cuando vale la pena
usar esta frase y ceder el trono.
Teshuvá
A la diminuta chispa
de alma de este ser,
voltea tu mirada y límpiame,
Estoy cansada,
de llorar,
por extrañar,
por estar perdida,
por rechazarte.
Me pongo a tus pies,
me rindo,
retiro la guardia,
quito la resistencia,
¡Aquí estoy,
sin armas, ni corazas!
Alzo mi voz,
en medio de esta multitud ruidosa,
¿Tal vez no se escuche?
Trepare a este árbol,
para que me vea.
Síiiii, he sido cruel y fría,
lo reconozco,
se me ha endurecido el corazón,
Recuérdame como amar,
he perdido algunas memorias.
Aquí están mis cinco sentidos,
quiero volver a amar.