Bajo Rendimiento Escolar
Bajo Rendimiento Escolar
Bajo Rendimiento Escolar
VARIABLES EXTERNAS:
DIVORCIO O SEPARACIÓN DE LOS PADRES
Los niños y adolescentes acusan bastante las situaciones que producen desajustes en el
entorno socio-familiar.
A menudo, el divorcio o las familias desestructuradas son un índice que correlaciona con la
desmotivación, el fracaso escolar y/o el bajo rendimiento académico.
Así que si te acabas de separar del padre o madre de tu hijo no es extraño que éste empiece
a manifestar uno o varios de los siguientes síntomas: apatía, abulia, agresividad, tristeza,
ansiedad, irritabilidad… y también bajo rendimiento académico.
ABSENTISMO
VARIABLES METODOLÓGICAS:
AUSENCIA DE HÁBITOS DE ESTUDIO: en casa
En casa es imprescindible que el niño tenga un horario determinado para trabajar el
contenido de las asignaturas y repasar lo que haya aprendido durante en las clases.
El hábito de estudio debe establecerse a una edad temprana, pues sino, en la adolescencia
es más difícil de adquirir.
Pensad que aunque vuestro hijo sea inteligente, la asimilación de contenidos no depende
únicamente de la capacidad intelectual, sino de la memorización de conceptos, la realización
de ejercicios de comprensión de lo que se ha explicado previamente en clase (los deberes) y
del esfuerzo constante a la hora de repasar (para que lo aprendido se generalice).
Por estos motivos, el bajo rendimiento escolar también se explica por carencias en el hábito
de estudio.
TÉCNICAS DE TRABAJO INTELECTUAL INADECUADAS
Hay padres que me dicen “mi hijo estudia todos los días y le echa muchas horas; aún así
suspende”.
Antes de nada os tengo que decir que si vuestro hijo se encuentra en 1º de bachillerato es
muy común que esto suceda. Pues hay un gran cambio cualitativo entre los contenidos de la
ESO y los del bachillerato.
Si está en otro curso y nunca antes ha presentado dificultades de aprendizaje, no es
absentista, tiene el hábito de estudio adquirido y no están presentes variables internas (como
las que comentamos en el artículo de la semana pasada), se puede contemplar como opción
o causa del bajo rendimiento unas técnicas de estudio deficitarias o mal empleadas.
Hasta aquí hemos visto las variables que influyen o explican un bajo rendimiento escolar.
En el artículo de la semana que viene os propondremos las medidas que se pueden aplicar
desde el centro educativo y desde casa para aumentar el rendimiento de vuestro hijo.
Los niños con bajo rendimiento escolar pueden ser de perfiles muy diferentes: los
hay muy trabajadores (aunque no les resulta productivo), los hay pasivos, que no
terminan de implicarse en las dinámicas de clase, y, finalmente, los hay con
considerables problemas de adaptación y con facilidad para entrar en conflictos.
Causas del bajo rendimiento escolar
Las causas del bajo rendimiento escolar pueden ser muy diversas, estos son
algunos de los factores que influyen:
Factores físicos:
Son niños con dificultades concretas, por deficiencias físicas, que pueden traer
consigo también dificultades cognitivas. Tienen impedimentos muy determinados
para adquirir conocimientos, como problemas auditivos, visuales, de integración
corporal…
Pueden padecer o padecieron en su día enfermedades que les mermaron la
capacidad de atención o tienen algún síndrome.
En este grupo también incluimos alumnos con bajo rendimiento escolar, que llevan
consigo dificultades muy de base (procedentes por ejemplo de partos traumáticos,
enfermedades, ingresos hospitalario a los meses de vida…), de las que nadie se ha
dado cuenta en su momento.
En estos casos hay un claro déficit cognitivo producto de una mala integración de
la información por fallos tempranos en las formas de recibir y procesar la misma.
Son niños que no terminan de oír bien, o no terminan de ver bien, por ejemplo,
pero que han pasado las revisiones médicas rutinarias con normalidad y se los ve
capaces y con recursos porque han sabido compensar muy bien sus carencias.
Estos casos suelen ser estudiados a fondo desde equipos multidisciplinares para
realizar la adaptación curricular pertinente. El alumno puede ir creciendo a su
ritmo, en un camino diferente del de la norma, pero que le permite desarrollar sus
potencialidades. Es imprescindible la estrecha colaboración familia-escuela.
Factores psicológicos:
Niños sanos físicamente pero emocionalmente frágiles. Su maduración psico-
afectiva, por motivos varios, se ha visto afectada. Tienen las capacidades, los
recursos, pero no pueden aplicarlos porque están bloqueados.
Esta situación puede ser puntual (pérdida de un ser querido, cambios importantes
en casa, separación de los padres…) o algo cronificado (mal ambiente en casa
desde siempre).
En estos casos, en principio más complejos que los anteriores, la intervención del
servicio de psicopedagogía del centro, conjuntamente con la labor del tutor del
alumno, es básica para situar a la familia y poder realizar un camino conjunto de
ayuda al alumno.
Entre las “etiquetas” que nos podemos encontrar estarían la depresión, trastorno
de atención con o sin hiperactividad, trastorno de adaptación, trastornos de
espectro autista (aunque los síndromes de Asperger suelen ser espectacularmente
brillantes académicamente), esquizofrenia (aplica más en adolescentes).
Factores sociales:
Casos de niños procedentes de familias de muy bajo poder adquisitivo y muy bajo
nivel cultural. Los pequeños se empapan en casa de un ambiente que nada tiene
que ver con lo que viven en el colegio, que puede resultarles totalmente ajeno a
sus intereses.
En estos casos, una buena intervención desde servicios sociales puede realizar un
trabajo con todo el sistema familiar y escolar, favoreciendo la integración de estos
dos mundos.
Epidemiología
En España, el número de adolescentes que no son capaces de
alcanzar el nivel de rendimiento medio esperado para su edad y
nivel pedagógico se va acumulando a lo largo de la Educación
Secundaria Obligatoria (ESO): al último curso, más del 40% de los
alumnos llegan con retraso acumulado(1,2).
La consecuencia es que no se gradúan en la ESO casi 3 de cada
10 alumnos españoles, existiendo diferencias de género: las tasas
de graduación son 16 puntos más bajas en los chicos que en las
chicas. En el bachillerato, la tasa de no graduación supera el 30%,
persistiendo las diferencias de género: las tasas de graduación
son 14 puntos más bajas en los chicos que en las chicas.
Etiología
La etiología de los problemas escolares en la adolescencia es
multifactorial.
El bajo rendimiento escolar en la adolescencia es producto de la
interacción de un conjunto de variables (conocidas como
condicionantes del rendimiento académico) que se pueden
agrupar, siguiendo un modelo ecológico (Tabla I), en 4 niveles:
factores personales (capacidades intelectuales, factores
psicológicos y afectivos…), familiares (nivel educativo de los
padres, tipo de apego con progenitores…), escolares (métodos de
enseñanza inapropiados, currículo pobre y escasos recursos…) y
sociales (entorno sociocultural, redes de apoyo…).
Todos estas variables no tienen el mismo peso dentro de este
modelo explicativo multifactorial. Según informes de la OCDE(4):
Diagnóstico
Se basará en la historia clínica, centrada sobre todo en la
anamnesis biopsicosocial y complementada, según sea necesario,
con exploración física, estudio neuropsicológico y pruebas
complementarias.
Anamnesis biopsicosocial. Con frecuencia los problemas de
rendimiento escolar serán el motivo de consulta. Otras muchas
veces tendremos que descubrirlos detrás de somatizaciones
(cefaleas y abdominalgias recurrentes, con o sin vómitos,
alteraciones del sueño…) o síntomas emocionales y/o
comportamentales (tristeza, agresividad, problemas de conducta,
abuso de sustancias…).
• Visopercepción y visoconstruccción.
• Coordinación motriz.
• Conducta.
Las pruebas complementarias (agudeza visual, audiometría,
exploraciones neurofisiológicas como el EEG, estudio del
metabolismo del hierro o de la función tiroidea…) se realizarán de
forma específica según indicadores de la historia clínica.
Los adolescentes con retraso mental leve (CI superior a 60) y los
que están por debajo del término medio (CI entre 70 y 85) pueden
pasar desapercibidos y presentar dificultades de adaptación(11).
Son muchos los motivos por los que los adolescentes con TDAH
tienen dificultades en el rendimiento escolar(12). Las tareas
basadas en el lenguaje les resultan complejas, ya que la
organización de los contenidos en un texto escrito y la
comprensión lectora les supone un obstáculo para procesar la
información. En el lenguaje oral suelen presentar también
limitaciones tanto a la hora de organizar el discurso como de
encontrar las palabras adecuadas. En la asignatura de
matemáticas, las dificultades de comprensión lectora, la baja
memoria de trabajo y la impulsividad les dificulta el progreso. Por
último, la falta de organización, de motivación y de concentración,
los problemas de conducta en clase, los conflictos con los
compañeros y la baja autoestima influyen también de forma
negativa en el progreso académico.
Dislexia
• Baja autoestima.
Discalculia
Alteraciones físicas
Problemas psicoemocionales
Ansiedad de separación
Abuso de cannabis
Intervención terapéutica
La intervención será multisistémica y multimodal.
Habitualmente, se integrarán tratamientos biológicos,
psicosociales y psicoeducativos dirigidos, por un lado, a
compensar, en la medida de lo posible, las dificultades detectadas
en cada nivel del modelo ecológico (personal, familiar, escolar y
social) y, por otro, a potenciar los recursos terapéuticos y/o
compensadores en cada uno de esos niveles. Para ello, se
realizará un plan de actuación coordinado multidisciplinar e
interinstitucional (trabajo en red).
Prevención
– Sea feliz cuando hace algo bueno para los demás y les
demuestre su afecto.