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T 070 21

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Sentencia T-070/21

REGISTRO UNICO DE VICTIMAS-Caso en que se niega


inscripción en el mismo, sin haber desvirtuado previa y adecuadamente
los hechos alegados por la demandante

VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO-Procedencia


de tutela por ser sujetos de especial protección constitucional

PRINCIPIO DE INMEDIATEZ FRENTE A VICTIMAS DEL


CONFLICTO ARMADO-Vulneración persiste en el tiempo al negar
inclusión en el Registro Único de Víctimas

VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO-Alcance del concepto


contenido en la Ley 1448 de 2011

DELINCUENCIA COMUN-Concepto

APLICACION DEL CONCEPTO DE VICTIMA DEL


CONFLICTO ESTABLECIDO EN LA LEY 1448 DE 2011-Reglas
jurisprudenciales

(i) La norma contiene una definición operativa del término “víctima”, en la


medida en que no define una condición fáctica, sino que determina un ámbito
de destinatarios para las medidas especiales de protección contempladas en
dicho Estatuto Legal; (ii) La expresión “conflicto armado interno” debe
entenderse a partir de una concepción amplia, en contraposición a una
noción restrictiva que puede llegar a vulnerar los derechos de las víctimas;
(iii) La expresión “con ocasión del conflicto armado” cobija diversas
situaciones ocurridas en el contexto del conflicto armado. Por ende, se debe
atender a criterios objetivos para establecer si un hecho victimizante tuvo
lugar con ocasión del conflicto armado interno o si, por el contrario, se halla
excluido del ámbito de aplicación de la norma, por haber sido perpetrado
por “delincuencia común”; (iv) Con todo, existen “zonas grises”, es decir,
supuestos de hecho en los cuales no resulta clara la ausencia de relación con
el conflicto armado. En este evento, es necesario llevar a cabo una
valoración de cada caso concreto y de su contexto para establecer si existe
una relación cercana y suficiente con la confrontación interna. Además, no
es admisible excluir a priori la aplicación de la Ley 1448 de 2011 en estos
eventos; (v) En caso de duda respecto de si un hecho determinado ocurrió
con ocasión del conflicto armado, debe aplicarse la definición de conflicto
armado interno que resulte más favorable a los derechos de las víctimas;
(vi) La condición de víctima no puede establecerse únicamente con base en
la calidad o condición específica del sujeto que cometió el hecho victimizante
y (vii) Los hechos atribuidos a los grupos surgidos con posterioridad a la
desmovilización de los paramilitares como consecuencia del proceso de
negociación del año 2005, se consideran ocurridos en el contexto del
conflicto armado, siempre que se logre establecer su relación de conexidad
con la confrontación interna.

INSCRIPCION EN EL REGISTRO UNICO DE VICTIMAS-


Procedimiento

REGISTRO UNICO DE VICTIMAS-Reglas jurisprudenciales para


inscripción

REGISTRO UNICO DE VICTIMAS-Importancia

La inscripción en ese sistema constituye un derecho fundamental de las


víctimas. Ello, por cuanto la inclusión de una persona en el RUV implica,
entre otros beneficios: (i) la posibilidad de afiliación al Régimen Subsidiado
de Salud por el solo hecho de la inclusión en el RUV. Así mismo, permite la
priorización para el acceso a las medidas de reparación y particularmente a
la medida de indemnización, así como a la oferta estatal aplicable para
avanzar en la superación de la situación de vulnerabilidad, si es el
caso; (ii) implica el envío de la información relativa a los hechos delictivos
que fueron narrados como victimizantes para que la Fiscalía General de la
Nación adelante las investigaciones necesarias; y (iii) en general, posibilita
el acceso a las medidas de asistencia y reparación previstas en la Ley 1448
de 2011, las cuales dependerán de la vulneración de derechos y de las
características del hecho victimizante, siempre y cuando la solicitud se
presente dentro de los cuatro años siguientes a la expedición de la norma.

DERECHO FUNDAMENTAL DE PETICION DE POBLACION


DESPLAZADA-Protección constitucional y alcance

A los jueces de tutela no les corresponde decidir de fondo sobre las


peticiones presentadas a la administración, sino tan solo resolver sobre la
vulneración del derecho de petición y ordenarle a la administración
responder de forma oportuna la consulta que ante ella elevó el o la
accionante. Por el contrario, en aquellos casos en los que haya evidencia de
la vulneración de otros derechos fundamentales que deban ser amparados de
forma urgente, los jueces tienen el deber de adoptar las medidas correctivas
correspondientes para garantizar su protección.

VICTIMAS DEL CONFLICTO ARMADO INTERNO


PERTENECIENTES A PUEBLOS Y COMUNIDADES
INDIGENAS-Aplicación de enfoque diferencial o étnico

INSCRIPCION EN EL REGISTRO UNICO DE VICTIMAS-Debe


considerar el principio de favorabilidad (pro víctima), derecho de
confianza legítima y prevalencia del derecho sustancial

DERECHO AL DEBIDO PROCESO ADMINISTRATIVO Y LA


MOTIVACION DE LOS ACTOS QUE RESUELVEN

2
SOLICITUDES DE INCLUSION EN EL RUV-Orden a la UARIV
de expedir un acto administrativo debidamente motivado que resuelva la
inclusión en el RUV

Referencia: expediente T-7.850.880

Acción de tutela instaurada por Rosa


Ayda Tisoy Tisoy contra la Unidad
Administrativa Especial para la Atención
y Reparación Integral a las Víctimas.

Magistrada ponente:
DIANA FAJARDO RIVERA

Bogotá, D.C., diecinueve (19) de marzo de dos mil veintiuno (2021)

La Sala Segunda de Revisión de la Corte Constitucional, integrada por la


magistrada Diana Fajardo Rivera, quien la preside, y los magistrados Jorge
Enrique Ibáñez Najar y Alejandro Linares Cantillo, en ejercicio de sus
competencias constitucionales y legales, específicamente de las previstas en
el artículo 86 y en el numeral 9 del artículo 241 de la Constitución Política, y
en el Decreto 2591 de 1991, profiere la siguiente

SENTENCIA

I. ANTECEDENTES

El 6 de noviembre de 2019, la señora Rosa Ayda Tisoy Tisoy presentó acción


de tutela contra la Unidad Administrativa Especial para la Atención y
Reparación Integral a las Víctimas (en adelante, la UARIV) por cuanto
considera que dicha entidad vulneró sus derechos a la vida, a la igualdad, al
mínimo vital, a la salud, al debido proceso y a la protección integral de las
víctimas, pues negó su solicitud de inscripción en el Registro Único de
Víctimas (en adelante, el RUV).1

1. Acción de tutela solicitud y respuesta

1.1. La accionante manifestó que pertenece a la comunidad indígena INGA y


se encuentra registrada dentro del listado censal del Cabildo2. El 23 de julio
de 2015 con la finalidad de ser incluida en el RUV, junto con su grupo
familiar, declaró que es víctima directa de desplazamiento forzado en razón a

1
El texto de la acción de tutela se encuentra en los folios 11 a 14 del cuaderno principal del expediente. La
Sala aclara que la accionante pertenece al Cabildo Indígena INGA del departamento de Santiago de Cali.
(Cuaderno principal, folio 7).
2
Cuaderno principal, folio 7.

3
que, grupos al margen de la ley, hacían presencia en el corregimiento de
Aponte municipio de Santiago en el Departamento de Putumayo.
Específicamente adujo que “en el año 2000, llegaron unos hombres armados
a la casa a decirles que tenían 48 horas para salir de la Vereda Arcanchi,
donde también reclutaban menores de edad”, por lo cual tuvo que abandonar
su lugar de residencia.

1.2. La UARIV por medio de Resolución No. 2017-32680 del 17 de marzo


de 2017 decidió negar la inclusión de la actora en el RUV y no reconocer el
hecho victimizante, tras afirmar que “de acuerdo con lo previsto en el
artículo 155 de la Ley 1448 de 2011, la declaración fue rendida de manera
extemporánea, es decir que, para el caso preciso, la fecha de ocurrencia de
los hechos declarados fue el 20 de agosto de 2000 y la fecha de la
declaración ante la Personería de Cali (Valle del Cauca), fue el 23 de julio
de 2015. No obstante, analizadas las circunstancias manifestadas en su
declaración … se tiene que existen elementos que permiten determinar que
no existieron circunstancias de fuerza mayor que hayan impedido a la señora
Rosa Ayda Tisoy Tisoy… presentar la declaración dentro de los términos de
la citada norma.”. El 9 de mayo de 2017, la accionante presentó recurso de
reposición en subsidio apelación, solicitando la protección de la población
indígena en situación de desplazamiento.

1.3. Mediante Resolución No 2017-32680R del 26 de mayo de 2017, la


UARIV decidió el recurso de reposición propuesto. Sostuvo que “al realizar
un análisis detallado de la declaración ante el Ministerio Público de manera
extemporánea -esto es, el día 23 de julio de 2015 sobre hechos ocurridos el
20 de agosto de 2000- la fecha límite para efectuar la declaración de hechos
anteriores a la promulgación de la Ley 1448 de 2011 era de cuatro años de
su entrada en vigencia, es decir hasta el 10 de junio de 2015 con lo que se
encuentra una extemporaneidad en su declaración” y tampoco se aportó
documentación o material probatorio “que permita subsanar la
extemporaneidad.”3

1.4. Respecto al recurso de apelación, subsidiariamente interpuesto, la


UARIV mediante Resolución No 201759869 del 19 de octubre de 2017,4
resolvió confirmar la decisión de valoración, y, en consecuencia, no
reconocer el hecho victimizante.

1.5. En sede de revisión, y con el propósito de tener mayor conocimiento


sobre las condiciones socioeconómicas de la accionante, la Sala constató que
la accionante tiene asignado actualmente un puntaje de 51.09 sobre 100 en el
Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales
(en adelante, el “Sisbén”), según la información disponible en la base de
datos pública de este.5 Además, la Corte verificó que, de acuerdo con los

3
Resolución No 2017-32680R del 26 de mayo de 2017, la UARIV confirmó la decisión.
4
Cuaderno principal, folio 2.
5
El puntaje del Sisbén es calculado de cero a cien, de acuerdo con la metodología de generación de este
índice establecida por el Gobierno nacional en el Documento CONPES 3877 del 5 de diciembre de 2016.

4
datos que tiene registrados la Administradora de los Recursos del Sistema
General de Seguridad Social en Salud (ADRES), la actora es cabeza de
familia, tiene a su cargo dos niños de 2 y 5 años de edad y se encuentra activa
en el régimen subsidiado de dicho sistema.6

2. Contestación de la acción de tutela

La UARIV, mediante comunicación del 13 de noviembre de 20197, se


pronunció sobre los hechos de la acción de tutela de la referencia. Solicitó se
negaran las pretensiones de la accionante por considerar que en ningún
momento se demostró la causación de un perjuicio irremediable, situación
que para la entidad confirma la improcedencia de la acción constitucional.

3. Decisión de instancia

El 22 de noviembre de 2019, el Juzgado Quinto Laboral del Circuito de Cali,


resolvió “negar” por improcedente la acción de tutela,8 en razón a que, a su
juicio, “la accionante no aportó prueba que indique que haya efectuado una
nueva petición de inclusión en el RUV por el conflicto armado por ser según
sus voces, una persona en calidad de desplazada por el conflicto armado.”9
El fallo no fue impugnado.

II. CONSIDERACIONES

1. Competencia

La Sala Segunda de Revisión de Tutelas de la Corte Constitucional es


competente para conocer el fallo materia de revisión, de conformidad con la
Constitución y las normas reglamentarias;10 y, en virtud del Auto del 28 de
agosto de 2020, proferido por la Sala de Selección Número Tres, que escogió
el expediente de la referencia.

Según dicha metodología, entre más alto sea el puntaje, mayor es la capacidad de ingresos de la persona. La
información sobre la accionante fue consultada el 3 de noviembre de 2020 en la página web
https://www.sisben.gov.co/atencion-al-ciudadano/Paginas/consulta-del-puntaje.aspx.
6
La información fue consultada el 7 de noviembre de 2020 en la página web
http://www.adres.gov.co/BDUA/Consulta-Afiliados-BDUA. De igual manera, la Sala consultó el Registro
Único de Afiliación (RUAF) del Sistema Integral de la Protección Social (SISPRO) y confirmó que la
accionante está afiliada al régimen subsidiado del Sistema General de Seguridad Social en Salud
(información revisada a través de la página web http://ruafsvr2.sispro.gov.co/AfiliacionPersona).
7
Cuaderno Principal, folios 18-20.
8
La acción de tutela fue conocida por el Juzgado Quinto Laboral del Circuito de Cali, que ordenó notificar y
correr traslado de la acción de tutela al representante legal de la UARIV, para que ejerciera su derecho de
defensa e informe “sobre los hechos y pretensiones de la presente acción de tutela”. El funcionario fue
notificado mediante oficios enviados a la dirección de correo electrónico
Notificaciones.juridicauariv@unidadvictimas.gov.co (cuaderno principal, folios 16 y 17).
9
La tutela fue fallada mediante sentencia del 22 de noviembre de 2019 proferida por el Juzgado Quinto
Laboral del Circuito de Cali, (cuaderno principal, folios 28-32).
10
En particular los artículos 86 y 241, numeral 9, de la Constitución Política, en los artículos 31 a 36 del
Decreto 2591 de 1991.

5
2. Cuestión previa: la acción de tutela presentada por Rosa Ayda Tisoy
Tisoy es procedente para buscar la protección de sus derechos
fundamentales

2.1. Legitimación de las partes. La señora Rosa Ayda Tisoy Tisoy está
legitimada para interponer la acción de tutela bajo análisis, por cuanto,
actuando en nombre propio, pretende la protección de sus derechos
fundamentales a través de la acción constitucional.11 De otro lado, la solicitud
puede ser instaurada contra la UARIV, dado que se trata de una Entidad
pública de origen legal, con capacidad para ser parte. Además, de acuerdo
con la narración de los hechos en la tutela, es la entidad pública que ocasionó
la vulneración de sus derechos al no incluirla en el RUV, por lo cual, la
acción de tutela procede en su contra, al tenor del inciso primero del artículo
86 de la Constitución Política.12

2.2. Requisito de inmediatez. La Constitución establece que la acción de


tutela puede ser promovida “en todo momento y lugar”. Sin embargo, de
acuerdo con la jurisprudencia constitucional, la acción de amparo debe ser
interpuesta en un término prudencial y razonable después de ocurridos los
hechos que motivan la afectación o amenaza de los derechos fundamentales.
Esta regla no debe entenderse como una expresión de la caducidad de la
acción, por el contrario, debe entenderse y evaluarse en los términos de la
razonabilidad, a partir de la calidad del sujeto y la vulneración de sus
derechos fundamentales. De manera concreta, tratándose de víctimas del
conflicto armado, la jurisprudencia ha sostenido que la inmediatez debe ser
evaluada de manera flexible, pues son sujetos de especial protección
constitucional.13

La Corte Constitucional ha sostenido que las personas víctimas del


desplazamiento forzado están expuestas a altos niveles de debilidad,
indefensión y vulnerabilidad. Este delito genera situaciones como i) la
desarticulación social, el empobrecimiento y deterioro de las condiciones de
vida; ii) la pérdida de acceso a la propiedad entre comuneros; iii) inseguridad
alimentaria; iv) el incremento de la enfermedad y la mortalidad; v) la

11
Sobre la legitimación por activa, el artículo 86 de la Constitución Política y 1° del Decreto 2591 de 1991
establece que toda persona tiene la facultad de incoar el amparo constitucional, por sí misma o por quien
actúe en su nombre, con el fin de reclamar ante los jueces la protección inmediata de sus derechos
fundamentales.
12
La accionante podía hacerlo (estima que sus derechos fundamentales fueron vulnerados y la interpuso en
nombre propio) y la demandada es la autoridad pública que presuntamente vulneró sus derechos.
Adicionalmente, esta Corporación ha considerado reiteradamente que, cuando se trata de proteger los
derechos fundamentales de las víctimas, la acción de tutela es el mecanismo idóneo y eficaz para exigir su
garantía. Según la jurisprudencia, dada su especial protección constitucional, resulta desproporcionado
exigirle a esta población que acuda a la Jurisdicción Contencioso Administrativa para atacar, por ejemplo, el
acto administrativo que niega la inclusión en el RUV. Ver, entre muchas otras, las sentencias T-192 de 2010.
M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-006 de 2014. M.P. Mauricio González Cuervo; T-692 de 2014. M.P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo; T-525 de 2014. M.P. María Victoria Calle Correa; T-573 de 2015. M.P.
María Victoria Calle Correa; T-417 de 2016. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-301 de 2017. M.P. Aquiles
Arrieta Gómez; T-584 de 2017. M.P. José Fernando Reyes Cuartas; y T-227 de 2018. M.P. Cristina Pardo
Schlesinger.
13
Corte Constitucional. Sentencia T-211 de 2019. M.P. Cristina Pardo Schlesinger y T-393 de 2018. M.P.
Alberto Rojas Ríos, entre otras.

6
marginación; vi) la pérdida del hogar, del empleo, de la vivienda y la tierra.14
Estas condiciones, que en otros términos aduce la accionante, justifican la
demora en el uso de los mecanismos con los que la víctima cuenta para
demandar la protección de su vida, honra, bienes, libertad y seguridad. Por
las anteriores razones, la Sala considera que, en este caso, el requisito de
inmediatez se cumple.15

En lo referente al presente asunto, se advierte que la acción de tutela fue


interpuesta el 6 de noviembre de 2019, esto es, dos (2) años después de la
notificación de la Resolución Administrativa que decidió el recurso
subsidiario de apelación,16 periodo que puede estimarse razonable para
interponer la acción constitucional, de acuerdo con el contexto particular del
caso,17 considerando además que la vulneración es permanente en el tiempo y
las condiciones de vulnerabilidad persisten.18

2.3. Requisito de subsidiariedad. El requisito de subsidiariedad exige que el


peticionario despliegue de manera diligente las acciones judiciales que estén
a su disposición, siempre y cuando sean idóneas y efectivas para la
protección de los derechos que se consideran vulnerados o amenazados. Al
respecto, ha sostenido la jurisprudencia constitucional que una acción judicial
es idónea cuando es materialmente apta para producir el efecto protector de
los derechos fundamentales, y es efectiva cuando está diseñada para brindar
una protección oportuna a los derechos amenazados o vulnerados.19
Particularmente, en consideración a la especial situación de vulnerabilidad de
la población víctima de desplazamiento forzado,20 esta Corporación en una
extensa y consolidada jurisprudencia, ha respaldado el uso de la acción de
tutela por parte de la población desplazada para reivindicar sus derechos,
como una expresión del trato preferente que las autoridades deben otorgarle a

14
Sentencias T-211 de 2019. M.P. Cristina Pardo Schlesinger, T-211 de 2010. M.P. Juan Carlos Henao
Pérez.
15
Sentencia T-115 de 2020. M.P. Alberto Rojas Ríos
16
Resolución No 201759869 del 19 de octubre de 2017.
17
Cuaderno Principal, folios 11-12.
18
Como lo ha señalado la jurisprudencia, la razonabilidad del plazo “no es un concepto estático y debe
atender a las circunstancias de cada caso concreto.” Por ejemplo, se ha considerado razonable “un poco
más de un año” T-211 de 2019 (M.P. Cristina Pardo Schlesinger), “aproximadamente nueve (9) meses” T-
299 de 2018 (M.P. Alejandro Linares Cantillo), “un poco más de 9 meses” T-274 de 2018 (M.P. Antonio
José Lizarazo Ocampo), “un tiempo considerable (18 meses)” T-169 de 2019 (M.P. José Fernando Reyes
Cuartas). Sobre la aplicación de las reglas de procedencia para estos casos, puede verse las Sentencias T-377
de 2017 y T-299 de 2018 (M.P. Alejandro Linares Cantillo), en la cual se analizaron tutelas similares contra
de la UARIV.
19
Sentencia T-211 de 2009. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
20
Sentencia T-293 de 2015. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. En esta oportunidad la Corte afirmó que
“[d]esde la sentencia T-025 de 2004, la Corte ha sostenido reiteradamente que las personas en situación de
desplazamiento, y en general todas las víctimas del conflicto armado, son sujetos de especial protección
constitucional. La violación constante de sus derechos lleva a que estas personas se encuentren en una
situación de especial vulnerabilidad, por lo que requieren de la asistencia del Estado en su conjunto. Esa
ayuda debe estar encaminada no sólo al apoyo necesario para garantizar la subsistencia de las víctimas,
sino también a la estructuración de proyectos que promuevan el desarrollo de esas personas en la sociedad,
del mismo modo se debe buscar garantizar el derecho de retorno de la población en situación de
desplazamiento en un ambiente de paz y seguridad.”

7
esa población vulnerable, en comparación con los demás ciudadanos que no
se encuentran en condiciones acentuadas de debilidad.21

Por lo tanto, cuando las actuaciones u omisiones de las autoridades ponen en


riesgo o vulneran los derechos fundamentales de la población desplazada, la
Corte ha considerado que la tutela es “el mecanismo idóneo y expedito para
su protección”, en tanto los recursos ordinarios no garantizan “la protección
efectiva y real de los citados derechos, frente a una situación de inminencia
como la vivida por los desplazados.”22 Lo anterior, por cuanto: (i) pese a la
existencia de otros medios de defensa judicial, los mismos carecen de la
entidad suficiente para dar una respuesta completa, integral y oportuna
respecto de las víctimas del desplazamiento forzado;23 y (ii) debido a su
condición de sujetos de especial protección, resultaría desproporcionado
imponerles la carga de agotar los recursos ordinarios a fin de garantizar la
procedencia del medio de defensa constitucional24, no sólo por la urgencia
con que se requiere la protección sino por la complejidad técnico jurídica que
implica el acceso a la justicia contencioso administrativa.25

En otras palabras, conforme lo ha reiterado la jurisprudencia constitucional:


“el único mecanismo judicial que reúne un nivel adecuado de idoneidad,
eficacia y celeridad para garantizar sus derechos fundamentales [de la
población desplazada] con la urgencia debida es la acción de tutela”.26 En
consecuencia, las autoridades judiciales no deben exigir un cumplimiento
estricto de los criterios de subsidiariedad e inmediatez para efectos de
analizar la procedencia de la acción de tutela, sino que deben, por el
contrario, realizar un análisis concreto, que esté siempre atento a las

21
Ver sentencias T-1346 de 2001. M.P. Rodrigo Escobar Gil; T-098 de 2002. M.P. Marco Gerardo Monroy
Cabra; T-419 de 2003. M.P. Alfredo Beltrán Sierra; T-985 de 2003. M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-1094 de
2004. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa; T-813 de 2004. M.P. Rodrigo Uprimny Yepes; T-563 del 2005.
M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; T-882 del 2005. M.P. Álvaro Tafur Galvis; T-1144 del 2005. M.P.
Álvaro Tafur Galvis; T-086 del 2006. M.P. Clara Inés Vargas Hernández; T-468 del 2006. M.P. Humberto
Antonio Sierra Porto; T-821 de 2007. M.P. Catalina Botero; T-188 de 2007. M.P. Álvaro Tafur Galvis; T-
496 del 2007. M.P. Jaime Córdoba Triviño; T-605 de 2008. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; T-391 de
2008. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra; T-038 del 2009. M.P. Rodrigo Escobar Gil y T-042 de 2009.
M.P. Jaime Córdoba Triviño.
22
Ver, entre otras, sentencias T-163 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-556 de 2015. M.P. María
Victoria Calle Correa; T-293 de 2015. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-834 de 2014. M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio; T-598 de 2014. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; y SU-254 de 2013. M.P. Luis Ernesto
Vargas Silva, así como lo establecido en el Auto 206 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz.
23
Ver, entre otras, sentencias T-707 de 2014. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; T-598 de 2014. M.P.
Luis Guillermo Guerrero Pérez y T-192 de 2010. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
24
Ver, entre otras, sentencias T-163 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado; T-573 de 2015. M.P. María
Victoria Calle Correa; T-374 de 2015. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez; T-192 de 2010. M.P. Jorge Iván
Palacio Palacio y T-025 de 2004. M.P. Manuel José Cepeda Espinosa.
25
Corte Constitucional, sentencias T-393 de 2018. M.P. Alberto Rojas Ríos y T-163 de 2017. M.P. Gloria
Stella Ortiz Delgado.
26
Corte Constitucional, Auto 206 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortíz. Ver además las sentencias T-042 de
2009. M.P. Jaime Córdoba Triviño y T-364 del 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil, en donde la Corte sostuvo
lo siguiente: “debido a que no existe en el ordenamiento jurídico una acción judicial idónea y eficaz para
proteger los derechos fundamentales de la población víctima del fenómeno del desplazamiento interno, la
acción de tutela se revela como el mecanismo adecuado para garantizar el goce efectivo de sus derechos
mínimos.” Sentencia T-364 del 2008. M.P. Rodrigo Escobar Gil.

8
condiciones de vulnerabilidad que pueden afectar a la población desplazada y
a la respectiva actuación que han adelantado ante las autoridades.27

Específicamente, en los casos en los que existen decisiones de la


administración que resultan desfavorables para las personas desplazadas, que
ponen en riesgo o vulneran sus derechos fundamentales, este Tribunal ha
sostenido que no hace falta que agoten todo el procedimiento administrativo
que contempla el ordenamiento ordinario para cuestionar tales decisiones,28
máxime cuando la instancia encargada de volver a valorar el caso es aquella
que vulneró o puso en riesgo los derechos de la persona desplazada.29
Tampoco hace falta que las personas que se encuentran en situación de
desplazamiento acudan a la jurisdicción de lo contencioso administrativo
para controvertir las decisiones de las autoridades, tal como se ha insistido de
manera recurrente en la jurisprudencia constitucional en materia de registro o
de ayuda humanitaria.

Adicional a ello, la Corte Constitucional ha reiterado que la acción de tutela


es el mecanismo idóneo y procedente para que las personas en situación de
desplazamiento soliciten su inclusión en el Registro Único de Víctimas
(RUV), en aquellos casos en los cuales su petición fue denegada con
fundamento en que los hechos victimizantes se originaban en actos de
delincuencia común.30

Sobre el particular, se tiene que la señora Rosa Ayda Tisoy Tisoy instauró
una acción de tutela orientada a proteger sus derechos a la igualdad, al debido
proceso y a la dignidad humana, por considerar que la Resolución que niega
su inscripción a la UARIV no evaluó debidamente los hechos declarados a la
luz de los elementos técnicos de decisión y no aplicó el Decreto 4633 de
2011 con enfoque diferencial para la protección de la población indígena. La
Sala advierte que la actora agotó los recursos administrativos que tenía a su
alcance para controvertir la Resolución del 19 de octubre de 2017, que
resolvió el recurso de apelación subsidiariamente interpuesto.

27
Corte Constitucional, Sentencia T-869 de 2008. M.P. Mauricio González Cuervo. Reiterado en el Auto
2016 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
28
Corte Constitucional, Auto 2016 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. En el mismo sentido expresó
la Corte: “[e]xisten casos excepcionales en los cuales resulta desproporcionado exigir a las partes el
agotamiento previo de la totalidad de los recursos ordinarios – administrativos o judiciales - como
condición para acudir a la acción de tutela. Cuando se trata de personas en situaciones de extrema
exclusión y vulnerabilidad, tal exigencia se convierte en una barrera desproporcionada de acceso a la
administración de justicia.”. Corte Constitucional. Sentencia T-821 de 2007. M.P. (e) Catalina Botero.
29
Corte Constitucional, Auto 2016 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. En el mismo sentido
manifestó la Corte: “Como reposa en el expediente, en un primer momento el funcionario competente para
valorar la declaración denegó su solicitud. Interpuesto el recurso de reposición, el mismo funcionario
denegó nuevamente su solicitud. Así, parece que un recurso, como el extraordinario de revocatoria directa,
carece de la eficacia para lograr la finalidad que se propone. Máxime si se advierte que la solicitud sería
resuelta por la misma entidad que dictó el acto administrativo y que resolvió la reposición // En estas
circunstancias, y en atención a la gravedad de la situación de desarraigo y exclusión que se encuentra
viviendo la actora, la acción de tutela es el mecanismo procedente para garantizar los derechos
fundamentales conculcados”. Corte Constitucional. Sentencia T-821 de 2007. M.P. (e) Catalina Botero.
30
Ver, entre otras, sentencias T-290 de 2016. M.P. Alberto Rojas Ríos; T-556 de 2015. M.P. María Victoria
Calle Correa; T-517 de 2014. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-692 de 2014. M.P. Gabriel Eduardo
Mendoza Martelo y T-006 de 2014.M.P. Mauricio González Cuervo.

9
En este sentido y según la jurisprudencia constitucional referenciada, debido
a su condición de sujeto de especial protección, como víctima de
desplazamiento forzado, y a sus circunstancias particulares,31 la acción de
tutela resulta idónea y eficaz para resolver la controversia planteada, toda vez
que, resultaría desproporcionado imponerle a la actora la carga de agotar los
recursos judiciales ordinarios para garantizar la procedencia del medio de
defensa constitucional.

3. Presentación del problema jurídico y estructura de la decisión

3.1. Acorde con los antecedentes expuestos, la Sala Segunda de Revisión


resolverá el siguiente problema jurídico:

¿Vulnera la UARIV los derechos fundamentales de una persona y sus hijos


menores de edad, al negarles la inscripción en el RUV, bajo el argumento que
presentó la declaración de manera extemporánea, sin exponer los motivos
que hagan evidente que la entidad adelantó una gestión de verificación e
investigación acerca de los hechos puestos bajo su conocimiento?

3.2. Con el fin de analizar y dar respuesta al anterior problema jurídico, la


Sala reiterará su jurisprudencia sobre: (i) el concepto de víctima del conflicto
armado establecido por la Ley 1448 de 2011; (ii) la relevancia constitucional
de la inclusión en el RUV y (iii) el enfoque diferencial para las víctimas del
conflicto armado interno pertenecientes a los pueblos y comunidades
indígenas. Finalmente, se resolverán los casos concretos a partir del marco
teórico expuesto.

4. El concepto de víctima del conflicto armado establecido en la Ley 1448


de 2011. Reiteración de jurisprudencia32

La Ley 1448 de 2011 constituye el marco jurídico general para alcanzar la


protección y garantía del derecho fundamental de las víctimas del conflicto
armado interno a la atención, asistencia y reparación integral por vía
administrativa.33 Esta normativa define las víctimas que tienen derecho a
acceder a las medidas allí establecidas.34 En el artículo 3º de dicha normativa
se reconoce como víctimas, para efectos de aplicación del referido Estatuto

31
Una revisión en la Base de Datos Única de Afiliados al Sistema de Seguridad Social en Salud, permite
observar que, actualmente, la accionante se encuentra inscrita en el régimen subsidiado de salud como
cabeza de familia y tiene a su cargo dos niños de 2 y 5 años de edad.
32
Sobre esta materia, la Sala adoptará la recopilación sobre el derecho fundamental de las víctimas del
conflicto armado interino a la inclusión en el RUV, realizada en la Sentencia T-004 de 2020. M.P. Diana
Fajardo Rivera.
33
Sentencia SU-254 de 2013 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
34
Ley 1448 de 2011, artículo 3: “Se consideran víctimas, para los efectos de esta ley, aquellas personas que
individual o colectivamente hayan sufrido un daño por hechos ocurridos a partir del 1º de enero de 1985,
como consecuencia de infracciones al Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y
manifiestas a las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del conflicto
armado interno” (…) Parágrafo 3 Para los efectos de la definición contenida en el presente artículo, no
serán considerados como víctimas quienes hayan sufrido un daño en sus derechos como consecuencia de
actos de delincuencia común.”

10
Legal, a las personas que individual o colectivamente hayan sufrido un daño
como consecuencia de graves violaciones a los derechos humanos o
infracciones al Derecho Internacional Humanitario, ocurridas con ocasión del
conflicto armado interno.35

Entre los aspectos característicos de la definición de víctima la Ley 1448 de


2011 ha establecido que los hechos victimizantes son aquellos que: (i) hayan
ocurrido a partir del 1 de enero de 1985; (ii) se deriven de una infracción al
DIH o de una violación grave y manifiesta a las normas internacionales de
derechos humanos; y (iii) se hayan originado con ocasión del conflicto
armado. Finalmente, en el parágrafo 3º, se especifica que la definición de
víctimas allí establecida no cobija a quienes fueron afectados por actos de
delincuencia común.36

En este orden, la Corte Constitucional ha señalado que la regulación referida


no define la condición fáctica de víctima, sino que incorpora un concepto
operativo de dicho término, pues su función está en determinar su marco de
aplicación en relación con los destinatarios de las medidas especiales de
protección previstas en dicho estatuto legal.37 Así mismo, ha sostenido de
forma reiterada que la expresión “con ocasión del conflicto armado interno”,
contenida en el artículo 338 referido, debe entenderse a partir de un sentido
amplio,39 pues dicha noción cubre diversas situaciones ocurridas en un
contexto de la confrontación armada.

En Sentencia C-253A de 201240 esta Corporación advirtió que se presentan


básicamente tres posibilidades prácticas en la aplicación de la Ley 1448 de
2011, respecto de la relación de los hechos victimizantes con el conflicto
armado interno: (i) los casos en los cuales existen elementos objetivos que
permiten encuadrar ciertas conductas dentro del conflicto armado; (ii) los
casos en los que, por el contrario, resulta claro que se está frente a actos de
delincuencia común no cubiertos por las previsiones de la Ley; y (iii) las
“zonas grises”, eventos en los cuales no es posible predeterminar de
antemano si existe relación con el conflicto armado, pero tampoco es
admisible excluirlos a priori de la aplicación de la Ley 1448 de 2011, con
base en una calificación meramente formal. En consecuencia, el análisis de
cada situación debe llevarse a cabo en consonancia con el objetivo mismo de
la Ley y con un criterio tendiente a la protección de las víctimas.

En oposición al concepto de actuaciones en el marco del conflicto armado, la


Corte ha definido los actos de “delincuencia común” como “aquellas
conductas que no se inscriban dentro de los anteriores elementos definitorios

35
Sentencia T-274 de 2018. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo.
36
Ley 1448 de 2011, artículo 3.
37
Sentencia C-069 de 2016. M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
38
Declarado exequible por la Corte Constitucional mediante la Sentencia C-253A de 2012. M.P. Gabriel
Eduardo Mendoza Martelo.
39
Ver entre otras, las sentencias C-781 de 2012. M.P. María Victoria Calle Correa y C-253A de 2012. M.P.
Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
40
M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.

11
y, particularmente, que no se desenvuelvan dentro del conflicto armado
interno.”41 Al respecto, en la Sentencia C-781 de 201242 esta Corporación
resaltó las notorias dificultades que representa, en la práctica, la distinción
entre víctimas de la violencia generada por delincuencia común y del
conflicto armado, pues frecuentemente esta requiere de un ejercicio de
valoración y ponderación en cada caso concreto, de distintos factores del
contexto del conflicto armado interno para determinar si existe esa relación
cercana y suficiente amparada por la Ley 1448 de 2011. Por lo tanto, la Corte
indicó que resulta indispensable que en cada caso concreto se evalúe el
contexto en que se produce la vulneración de los derechos de las víctimas y
se valoren distintos elementos para determinar la relación de conexidad con
el conflicto armado, habida cuenta de la complejidad de tal fenómeno.43

En suma, de acuerdo con la Corte, para la adecuada aplicación del concepto


de víctima del conflicto armado establecido por el artículo 3º de la Ley 1448
de 2011, se deben tener en cuenta las siguientes reglas jurisprudenciales 44:

(i) La norma contiene una definición operativa del término “víctima”, en la


medida en que no define una condición fáctica, sino que determina un ámbito
de destinatarios para las medidas especiales de protección contempladas en
dicho Estatuto Legal.

(ii) La expresión “conflicto armado interno” debe entenderse a partir de una


concepción amplia, en contraposición a una noción restrictiva que puede
llegar a vulnerar los derechos de las víctimas.

(iii) La expresión “con ocasión del conflicto armado” cobija diversas


situaciones ocurridas en el contexto del conflicto armado. Por ende, se debe
atender a criterios objetivos para establecer si un hecho victimizante tuvo
lugar con ocasión del conflicto armado interno o si, por el contrario, se halla
excluido del ámbito de aplicación de la norma, por haber sido perpetrado por
“delincuencia común”.

(iv) Con todo, existen “zonas grises”, es decir, supuestos de hecho en los
cuales no resulta clara la ausencia de relación con el conflicto armado. En
este evento, es necesario llevar a cabo una valoración de cada caso concreto y
de su contexto para establecer si existe una relación cercana y suficiente con
la confrontación interna. Además, no es admisible excluir a priori la
aplicación de la Ley 1448 de 2011 en estos eventos.

(v) En caso de duda respecto de si un hecho determinado ocurrió con ocasión


del conflicto armado, debe aplicarse la definición de conflicto armado interno
que resulte más favorable a los derechos de las víctimas.

41
Sentencia C-253A de 2012. M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo.
42
M.P. María Victoria Calle Correa.
43
Sentencia T-478 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
44
Reglas reiteradas en la Sentencia T-478 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.

12
(vi) La condición de víctima no puede establecerse únicamente con base en la
calidad o condición específica del sujeto que cometió el hecho victimizante.

(vii) Los hechos atribuidos a los grupos surgidos con posterioridad a la


desmovilización de los paramilitares como consecuencia del proceso de
negociación del año 2005, se consideran ocurridos en el contexto del
conflicto armado, siempre que se logre establecer su relación de conexidad
con la confrontación interna.

5. La relevancia constitucional de la inclusión en el RUV

El artículo 2.2.2.1.1 del Decreto Único Reglamentario 1084 de 201545 define


el RUV como “una herramienta administrativa que soporta el procedimiento
de registro de las víctimas.”46 Así mismo, el artículo 2.2.2.3.9 del
mencionado Decreto, establece que “la Unidad Administrativa Especial para
la Atención y Reparación Integral a las Víctimas deberá garantizar que la
solicitud de registro sea decidida en el menor tiempo posible, en el marco de
un trámite administrativo ágil y expedito, en el cual el Estado tendrá la
carga de la prueba”. A su vez, conforme a los lineamientos establecidos en
los artículos 2.2.2.3.10 y 2.2.2.3.11 de la misma norma y en los artículos 3 y
156 de la Ley 1448 de 2011, las solicitudes de reconocimiento de víctimas
deben ser examinadas en aplicación de los principios de buena fe, pro
personae, geo-referenciación o prueba de contexto, in dubio pro víctima y,
credibilidad del testimonio coherente de la víctima.47

En relación con los elementos que debe tener en cuenta la UARIV para
decidir acerca de las solicitudes de registro, el artículo 2.2.2.3.11 del Decreto
en comento establece los siguientes: (i) jurídicos, esto es, los aspectos
contenidos en la normatividad aplicable vigente; (ii) técnicos, que resulten de
la indagación en las bases de datos con información que ayude a esclarecer
las circunstancias de tiempo, modo y lugar en que acontecieron los hechos
victimizantes;48 y (iii) de contexto;49 es decir , la recaudación de información

45
“Por medio del cual se expide el Decreto Único Reglamentario del Sector de Inclusión Social y
Reconciliación. Norma que recopiló el Decreto 4800 de 2011”.
46
Decreto 4800 de 2011, artículo 16.
47
Sentencia T-274 de 2018. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo.
48
Según la Directiva 001 del 4 de octubre de 2012, los elementos técnicos hacen alusión a “las
características del lugar como espacio-geográfico donde ocurrió un hecho victimizante, no sólo para
establecer el sitio exacto donde acaeció, sino también para detectar patrones regionales del conflicto, no
necesariamente circunscritos a la división político administrativa oficial, sino a las características de las
regiones afectadas en el marco del conflicto armado. El tiempo de la ocurrencia de los hechos victimizantes
se tendrá en cuenta para establecer temporalmente las circunstancias previas y posteriores a la ocurrencia
del hecho, las cuales, al ser analizadas en conjunto, brindarán mejores elementos para la valoración de
cada caso.”
49
Según la Directiva 001 del 4 de octubre de 2012 mediante el análisis contextual se busca “(i) conocer la
verdad de lo sucedido; (ii) evitar su repetición; (iii) establecer la estructura de la organización delictiva;
(iv) determinar el grado de responsabilidad de los integrantes del grupo y de sus colaboradores; (v)
unificar actuaciones al interior de la Fiscalía con el fin de lograr esclarecer patrones de conducta, cadenas
de mando fácticas y de iure; y, (iv) emplear esquemas de doble imputación penal, entre otros”. En
consecuencia, no basta con presentar un simple recuento anecdótico de los hechos, sino que debe
desarrollarse una descripción detallada de elementos históricos, políticos, económicos y sociales del lugar
y tiempo en que acontecieron los delitos; a la vez que debe analizarse el modus operandi de la estructura
criminal que presuntamente los cometió.”

13
y análisis sobre dinámicas, modos de operación y eventos relacionados
directamente con el conflicto armado, en una zona y tiempo específicos.50 En
consecuencia, es la valoración adecuada de estos elementos de decisión lo
que sustenta las decisiones administrativas de inclusión en el RUV, y por
tanto, una insuficiente evaluación de los mismos constituye una falta en el
debido proceso establecido.

De otro lado, el artículo 2.2.2.3.14 de la norma referida establece como


causales para denegar la inscripción en el registro, que: (i) en la valoración de
la solicitud se logre establecer que los hechos victimizantes tuvieron un
origen diferente al señalado en el artículo 3º de la Ley 1448 de 2011; (ii) se
logre determinar que la solicitud de registro carece de veracidad frente a los
hechos victimizantes narrados; y (iii) la solicitud de registro haya sido
presentada por fuera de los términos establecidos en los artículos 61 y 155 de
la Ley 1448 de 201151, casos en los cuales, en todo caso, deberán tenerse en
cuenta la excepción de fuerza mayor prevista en esta última disposición.52

Ahora bien, en relación con los beneficios a los que puede acceder una
persona, víctima de la violencia y que haya sido incluida en el RUV, se
encuentran las medidas de reparación. Estas últimas son desarrolladas por el
artículo 25 de la Ley en comento. Según esta normativa, las víctimas tienen
derecho a ser reparadas de manera adecuada, diferenciada, transformadora y
efectiva por el daño que han sufrido como consecuencia de las violaciones al
Derecho Internacional Humanitario o de violaciones graves y manifiestas a
las normas internacionales de Derechos Humanos, ocurridas con ocasión del
conflicto armado interno. De esta manera, la reparación comprende las
medidas de restitución, indemnización, rehabilitación, satisfacción y
garantías de no repetición, en sus dimensiones individual, colectiva, material,
moral y simbólica. Cada una de estas medidas debe ser implementada a
favor de la víctima dependiendo de la vulneración en sus derechos y las
características del hecho victimizante. 53

En este marco, la Corte ha desarrollado las siguientes reglas en relación con


la inscripción en el RUV:

“(i) [L]a falta de inscripción en el RUV de una persona que cumple


con los requisitos necesarios para su inclusión, no solo afecta su
derecho fundamental a ser reconocido como víctima, sino que
además implica la violación de una multiplicidad de derechos
fundamentales como el mínimo vital, la unidad familiar, la
alimentación, la salud, la educación, la vivienda, entre otros; (ii) los

50
Decreto 4800 de 2011, artículo 37.
51
“Artículo 155. Las víctimas deberán presentar una declaración ante el Ministerio Público en un término
de cuatro (4) años contados a partir de la promulgación de la presente ley para quienes hayan sido
victimizadas con anterioridad a ese momento, y de dos (2) años contados a partir de la ocurrencia del
hecho respecto de quienes lo sean con posterioridad a la vigencia de la ley, conforme a los requisitos que
para tal efecto defina el Gobierno Nacional. (…).”
52
Sentencia T-274 de 2018. M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo.
53
Ibídem.

14
funcionarios encargados del registro deben suministrar información
pronta, completa y oportuna sobre los derechos involucrados y el
trámite que debe surtirse para exigirlos; (iii) para la inscripción en
el RUV únicamente pueden solicitarse los requisitos expresamente
previstos por la ley; (iv) las declaraciones y pruebas aportadas
deben tenerse como ciertas en razón del principio de buena fe,
salvo que se pruebe lo contrario; y (v) la evaluación debe tener en
cuenta las condiciones de violencia propias de cada caso y aplicar
el principio de favorabilidad, con arreglo al deber de interpretación
pro homine.”54

Aunado a las anteriores reglas, en la Sentencia T-163 de 2017,55 al reiterar lo


dicho en el Auto 119 de 2013, la Corte puntualizó que, aspectos como la
calificación del actor como grupo organizado al margen de la ley, no deben
ser un requisito para considerar que el daño guarda una relación cercana y
suficiente con el conflicto.56 Por el contrario, dada la complejidad del
fenómeno es importante aplicar una noción amplia de conflicto armado en
relación con los hechos victimizantes presuntamente ocasionados por las
denominadas bandas criminales o grupos surgidos con posterioridad a la
desmovilización de los paramilitares como consecuencia del proceso de
negociación del año 2005.

En este orden, la Corte Constitucional ha reconocido la importancia del


Registro Único de Víctimas en múltiples pronunciamientos57 y ha resaltado
que la inscripción en ese sistema constituye un derecho fundamental de las
víctimas. Ello, por cuanto la inclusión de una persona en el RUV implica,
entre otros beneficios: (i) la posibilidad de afiliación al Régimen Subsidiado
de Salud por el solo hecho de la inclusión en el RUV. Así mismo, permite la
priorización para el acceso a las medidas de reparación y particularmente a la
medida de indemnización, así como a la oferta estatal aplicable para avanzar
en la superación de la situación de vulnerabilidad, si es el caso; (ii) implica el
envío de la información relativa a los hechos delictivos que fueron narrados
como victimizantes para que la Fiscalía General de la Nación adelante las
investigaciones necesarias;58 y (iii) en general, posibilita el acceso a las
medidas de asistencia y reparación previstas en la Ley 1448 de 2011, las
cuales dependerán de la vulneración de derechos y de las características del

54
Ver, entre otras, las sentencias T-274 de 2018. M. P. Antonio José Lizarazo Ocampo; T-478 de 2017.
M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado y T-517 de 2014. M.P. Jorge Iván Palacio Palacio.
55
M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado
56
Auto 119 de 2013. M.P. Luis Ernesto Vargas Silva. En esa oportunidad, la Sala Especial de Seguimiento
expresó que no resulta necesario que confluyan todos los criterios señalados por la jurisprudencia
constitucional respecto a la determinación de la existencia de un conflicto armado, en el momento de evaluar
si determinados daños ocasionados por el accionar de las BACRIM se presentan en el marco de la
confrontación interna, habida cuenta de que esos parámetros son a título enunciativo e indicativo.
57
Ver, entre otras, las sentencias T-004 de 2014. M.P. Mauricio González Cuervo; T-087 de 2014. M.P.
Jorge Ignacio Pretelt Chaljub; T-525 de 2013. M.P. (e) Alexei Julio Estrada; y T-573 de 2015. M.P. María
Victoria Calle Correa.
58
Ley 1448 de 2011, artículo 64.

15
hecho victimizante, siempre y cuando la solicitud se presente dentro de los
cuatro años siguientes a la expedición de la norma.59

Ahora bien, desde el punto de vista probatorio, la Corte ha considerado en


general que las víctimas no deben asumir una carga probatoria exhaustiva en
relación con los hechos declarados. En el Auto 206 de 201760, este Tribunal
encontró que las autoridades administrativas imponen cargas
desproporcionadas a las personas desplazadas cuando “la aplicación de los
requisitos legales se realiza de manera inflexible, de tal manera que se exige
una prueba específica o se busca ‘llegar a la certeza de la ocurrencia de los
hechos’, cuando en realidad se trata de situaciones que pueden ser
acreditadas de manera sumaria, mediante indicios u otra actividad
probatoria que sea suficiente para dar por ciertos, mediante la sana crítica,
los hechos alegados por el accionante.”

En este sentido, la Corte ha manifestado que una de las formas en que se


proyecta el principio de buena fe es a través de la inversión de la carga de la
prueba, por tanto corresponde al Estado y no a la persona víctima del
conflicto demostrar que sus afirmaciones y declaraciones no coinciden con la
verdad. 61 En este sentido, la jurisprudencia ha establecido que en los casos de
duda, en aplicación de los principios de buena fe y el principio pro personae,
deberán tenerse por ciertas las afirmaciones de las víctimas del conflicto
armado. Así mismo, según lo preceptuado por el artículo 5 de la Ley 1448 de
2011,62 se presume la buena fe de las víctimas, sin perjuicio de la carga de

59
Ley 1448 de 2011, artículos 155 y 156. Desarrollado por la Corte Constitucional en la Sentencia T-478 de
2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
60
M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
61
La Corte ha sostenido que en materia de desplazamiento forzado es el Estado quien tiene la carga de
probar que las declaraciones de la persona no corresponden a la verdad. Por ejemplo, en Sentencia T-563 de
2005 (.M.P Marco Gerardo Monroy Cabra), la Corte indicó algunas pautas que deben guiar la valoración de
las declaraciones de quienes solicitan la inscripción en el Registro Único de Víctimas (Antes Registro Único
de Población Desplazada). En aquella oportunidad sostuvo: “en primer lugar, debe presumirse la buena fe
de los peticionarios, no sólo en virtud del artículo 83 de la Carta, sino en atención a los factores antes
citados, lo cual conlleva un desplazamiento de la carga de la prueba hacia la dependencia de la Red
encargada del registro. En segundo lugar, ha indicado que en caso de duda sobre la veracidad de los
hechos declarados, debe favorecerse al desplazado, sin perjuicio de que una vez que se le ha comenzado a
brindar asistencia se revise su caso y se tomen las medidas que correspondan. Para terminar, ha afirmado
que la Red no puede negar la inscripción de una persona en el RUPD por el simple hecho de encontrar
contradicciones en sus declaraciones. En estos eventos, la Corte ha señalado que, en tanto se invierte la
carga de la prueba, le corresponde a la Red probar que las declaraciones del peticionario son falsas, de
manera que sin tal prueba no puede negar el registro y la entrega de las ayudas. Por último y en
concordancia con lo anterior, si una persona desplazada afirma haber realizado una declaración sobre los
hechos que dieron lugar a su traslado y aporta certificación al respecto proveniente de una de las
autoridades previstas en la ley 387 de 1997 para realizar tal labor, la Red de Solidaridad debe presumir
que el documento es verdadero y debe dar trámite a la solicitud de inscripción. En este orden, si la
declaración no fue remitida a una de sus unidades territoriales, no podrá concluir sin prueba adicional, que
la declaración no se realizó, sino que tendrá que tomar una nueva declaración al peticionario y efectuar su
respectiva valoración.”
62
Ley 1448 de 2011. “ARTÍCULO 5o. PRINCIPIO DE BUENA FE. El Estado presumirá la buena fe de
las víctimas de que trata la presente ley. La víctima podrá acreditar el daño sufrido, por cualquier medio
legalmente aceptado. En consecuencia, bastará a la víctima probar de manera sumaria el daño sufrido ante
la autoridad administrativa, para que esta proceda a relevarla de la carga de la prueba. // En los procesos
en los que se resuelvan medidas de reparación administrativa, las autoridades deberán acudir a reglas de
prueba que faciliten a las víctimas la demostración del daño sufrido y aplicarán siempre el principio de
buena fe a favor de estas. // En los procesos judiciales de restitución de tierras, la carga de la prueba se
regulará por lo dispuesto en el artículo 78 de la presente Ley.”

16
aportar pruebas sumarias del daño, mediante cualquier medio legalmente
aceptado. En este último evento, opera la inversión de la carga de la
prueba63 pues será la UARIV quien deberá probar la falta de veracidad de
las pruebas aportadas por los peticionarios. Lo anterior por cuanto, el Estado
tiene el deber de garantizar una atención prioritaria a las víctimas del
conflicto armado debido a su especial situación de vulnerabilidad, no
obstante, dicho deber deja de subsistir cuando se demuestra que la
información brindada por quien manifiesta ser víctima es contraria a la
realidad.64

Asimismo, la Corte advirtió que el juez de tutela debe analizar las


actuaciones de los accionantes, caso a caso, con base en el material
probatorio que consta en el expediente y que es razonable exigirles de cara a
la materialización de sus derechos. Esto, con la finalidad de comprobar la
existencia de una amenaza o vulneración de derechos fundamentales que
justifique la adopción de las respectivas medidas correctivas, toda vez que, a
pesar de su informalidad, la acción de tutela “no habilita al juez
constitucional para que pueda adoptar una decisión sin alcanzar la
veracidad de las circunstancias que originaron la amenaza o vulneración de
los derechos fundamentales invocados.”65

Con todo, la Corte ha advertido que en los casos en donde la acción de tutela
plantea la vulneración del derecho de petición de víctimas del conflicto
armado, por parte de autoridades administrativas, “como regla general los
jueces de tutela, al advertir la vulneración del derecho de petición, deben tan
solo ordenarles a las autoridades responsables de responder las peticiones
formuladas por las o los accionantes, dar respuesta de fondo en un término
perentorio, respetando su autonomía administrativa. Esta regla debe
exceptuarse cuando del material probatorio obrante en el expediente se
desprenda el desconocimiento de otros derechos fundamentales que deben
ser atendidos de forma urgente por el juez de tutela, evento en el cual éste
debe adoptar decisiones adicionales, como por ejemplo reconocer
directamente lo solicitado mediante la petición inicialmente presentada que
no fue contestada oportunamente o de fondo.”66 De modo que, de no contar
con elementos materiales probatorios suficientes, a los jueces de tutela no les
corresponde decidir de fondo sobre las peticiones presentadas a la
administración, sino tan solo resolver sobre la vulneración del derecho de
petición y ordenarle a la administración responder de forma oportuna la
consulta que ante ella elevó el o la accionante. Por el contrario, en aquellos
casos en los que haya evidencia de la vulneración de otros derechos
fundamentales que deban ser amparados de forma urgente, los jueces tienen

63
Sentencia 142 de 2017. M.P. María Victoria Calle Correa.
64
Sentencia T-142 de 2017. M.P. María Victoria Calle Correa.
65
Sentencia T-196 de 2017. M.P. José Antonio Cepeda, reiterado en el Auto 206 de 2017. M.P. Gloria Stella
Ortiz Delgado.
66
Auto 206 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.

17
el deber de adoptar las medidas correctivas correspondientes para garantizar
su protección.67

6. El enfoque diferencial para las víctimas del conflicto armado interno


pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas

La Constitución Política, desde su artículo 1º señala que el Estado


Colombiano es un Estado pluralista. En el mismo sentido, el artículo 7º
siguiente, hace un reconocimiento expreso a la diversidad étnica y cultural de
la Nación, así como a las manifestaciones sociales, culturales y económicas
de las diferentes etnias del país.68 Dicho reconocimiento, implica un deber de
no discriminación, en razón a la pertenencia a determinada comunidad, un
deber positivo de protección por parte del Estado, y por último, un mandato
de promoción, en virtud de la discriminación a la cual estas comunidades
étnicas fueron sometidas.69 Actualmente, como desarrollo de lo anterior, se
manifiesta un diálogo intercultural para materializar el principio de enfoque
diferencial, altamente reconocido por el derecho internacional.70 De
conformidad con esto, se hacen visibles las formas de discriminación contra
determinados grupos minoritarios y, se permite proponer un tratamiento
adecuado y diferente respecto de los demás, que se encamine a la protección
integral de las garantías constitucionales de los pueblos indígenas.

Tal principio de enfoque diferencial, es producto del reconocimiento lógico


frente a ciertos grupos de personas que tienen necesidades de protección
distintas ante condiciones económicas de debilidad manifiesta (Art. 13 de la
CP) y socio-culturales específicas. Necesidades, que han sido reiteradas por
el Comité de Derechos Humanos y el Comité de Derechos Económicos,
Sociales y Culturales.71

Ahora bien, en materia de víctimas del conflicto armado interno,72 la Ley


1448 de 201173 (supra Núm. 4º), establece medidas de asistencia, atención y

67
Auto 206 de 2017. M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado. Argumento reiterado en la Sentencia T-377 de 2017.
M.P. Alejandro Linares Cantillo.
68
En el mismo sentido, el artículo 2º del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT),
el cual hace parte del bloque de constitucionalidad stricto sensu, señala que los gobiernos deben realizar
acciones tendientes a proteger los derechos de los pueblos indígenas, garantizando el respeto de su
integridad. Entre las acciones que debe realizar el Estado, se encuentran la inclusión de medidas “que
promuevan la plena efectividad de los derechos sociales, económicos y culturales de esos pueblos,
respetando su identidad social y cultural, sus costumbres y tradiciones, y sus instituciones.”
69
Sentencia T-375 de 2006. M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
70
Boaventura de Souza Santos, “descolonizar el saber, reinventar el poder” Ediciones Trilce, 2010, página
72: “…En el caso de un diálogo transcultural, el intercambio no es solo entre diferentes saberes sino
también entre diferentes culturas, es decir, entre universos de significado diferentes y en un sentido fuerte,
inconmensurables.” Ver Sentencia T-866 de 2013. M.P. Alberto Rojas Ríos.
71
En materia de comunidades y pueblos indígenas, la Organización de las Naciones Unidas desde 1985
trabajó sobre un proyecto de declaración de los derechos de los pueblos indígenas, el cual se fundamentaba
en el principio de igualdad y no discriminación de los pueblos indígenas. Finalmente, el 13 de septiembre
de 2007, la Declaración fue aprobada por la Asamblea General. De igual manera, la Comisión de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas, creó la figura de un Relator Especial para el estudio de la problemática
indígena, el seguimiento de la situación y la formulación de recomendaciones sobre el tema.
72
La agencia de la Organización de Naciones Unidas para los Refugiados, ha reconocido que, “los pueblos
indígenas y las comunidades afro colombianas son víctimas de violaciones sistemáticas a sus derechos
individuales y colectivos, y de infracciones al derecho internacional humanitario.” ACNUR, Enfoque

18
reparación a favor de las víctimas y señala medidas de ayuda humanitaria y el
principio de enfoque diferencial, según el cual, se reconoce que hay
poblaciones que, debido a sus características particulares, esto es, su edad,
género, orientación sexual, grupo étnico, y situación de discapacidad, deben
recibir un tratamiento especial en materia de ayuda humanitaria, asistencia,
atención y reparación integral.

Adicionalmente, la Ley 1448 facultó al Presidente de la República74 con


precisas facultades extraordinarias para la regulación de los derechos y
garantías de las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas.
Producto de ello fue proferido el Decreto Ley 4633 de 2011,75 que, dentro de
sus consideraciones generales, aceptó la “… obligación del Estado [de]
dignificar a los pueblos indígenas a través del reconocimiento de las
afectaciones e injusticias históricas y territoriales y, garantizar sus derechos
ancestrales, humanos y constitucionales, mediante medidas y acciones que
les garanticen sus derechos colectivos e individuales”. En especial, se
reconoció la importancia de “… sus derechos territoriales, a la identidad, la
autonomía, la autodeterminación, buen vivir y su estrategia de vida para la
permanencia cultura y pervivencia como pueblos.”76

De conformidad con el artículo 1º del citado Decreto 4633 de 2011, su


objetivo supone “generar el marco legal e institucional de la política pública
de atención integral, protección, reparación integral y restitución de
derechos territoriales para los pueblos y comunidades indígenas como
sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente considerados (…)”.
Por su parte, el artículo 2º consagra que su ámbito de aplicación parte “(…)
del reconocimiento de la condición de víctimas de los pueblos y comunidades
indígenas, en tanto víctimas individuales y colectivas (…)” y el artículo 3º se
ocupó del concepto de víctima que incluye “a los pueblos y comunidades
indígenas como sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente
considerados que hayan sufrido daños como consecuencia de violaciones
graves y manifiestas de normas internacionales de derechos humanos,
derechos fundamentales y colectivos, crímenes de lesa humanidad o
infracciones al derecho internacional humanitario.”77

diferencial étnico de la oficina del ACNUR en Colombia. Estrategia de transversalización y protección de la


diversidad. Población indígena y Afro Colombiana. http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/4554.pdf?view=1
73
“Por la cual se dictan medidas de atención, asistencia y reparación integral a las víctimas del conflicto
armado interno y se dictan otras disposiciones”.
74
Ley 1448 de 2011. (Artículo 250). Disposición que reviste al Presidente de la República con precisas
facultades extraordinarias para “expedir por medio de decretos con fuerza de ley, la regulación de los
derechos y garantías de las víctimas pertenecientes a pueblos y comunidades indígenas, Rom y negras,
afrocolombianas, raizales y palenqueras (…).”
75
“Por medio del cual se dictan medidas de asistencia, atención, reparación integral y de restitución de
derechos territoriales a las víctimas pertenecientes a los pueblos y comunidades indígenas”.
76
Decreto Ley 4633 de 2011, consideración 7ª.
77
Decreto Ley 4633 de 2011. Artículo 3. Víctimas: “Para los efectos del presente decreto, se consideran
víctimas a los pueblos y comunidades indígenas como sujetos colectivos y a sus integrantes individualmente
considerados que hayan sufrido daños como consecuencia de violaciones graves y manifiestas de normas
internacionales de derechos humanos, derechos fundamentales y colectivos, crímenes de lesa humanidad o
infracciones al derecho internacional humanitario por hechos ocurridos a partir del 1° de enero de 1985 y
que guarden relación con factores subyacentes y vinculados al conflicto armado interno. || Los pueblos y
comunidades indígenas y sus integrantes que hayan sido víctimas por hechos ocurridos con anterioridad al

19
Así, de acuerdo con dicho Decreto, son víctimas tanto los pueblos y
comunidades indígenas como sujetos colectivos, así como sus integrantes
considerados de manera individual, “que hayan sufrido daños como
consecuencia de violaciones graves y manifiestas de normas internacionales
de derechos humanos, derechos fundamentales y colectivos, crímenes de lesa
humanidad o infracciones al derecho internacional humanitario por hechos
ocurridos a partir del 1o de enero de 1985 y que guarden relación con
factores subyacentes y vinculados al conflicto armado interno.”78

Por ende, se tiene que las actuaciones de las autoridades administrativas y


judiciales, que den aplicabilidad a las medidas de reparación, ayuda y
asistencia para las víctimas del conflicto armado interno, deben estar en
correspondencia con el principio de enfoque diferencial étnico, en el caso que
se encuentren frente a miembros de comunidades o pueblos indígenas.79 De
allí que, como se observa, el Decreto 4633 de 2011 dispone un régimen
normativo de protección, integral y efectivo, con un andamiaje institucional
diseñado para superar las consecuencias generadas con ocasión del conflicto
armado.

7. Caso concreto

En cuanto al fondo de la cuestión planteada, de acuerdo con las reglas


jurisprudenciales aplicables mencionadas, para la Sala es claro que se
desconocieron los derechos de la señora Tisoy Tisoy, por lo que se revocará
la sentencia de instancia que negó el amparo y, en su lugar, protegerá los
derechos al debido proceso de la accionante. Dos razones principales motivan
esta decisión.

7.1. En primer lugar, la decisión de no inclusión de la señora Tisoy Tisoy en


el RUV no fue motivada suficientemente por la UARIV. Por un lado, la
entidad no incorporó en su análisis parte de los argumentos que la accionante

1° de enero de 1985 serán sujetos de medidas de reparación simbólica consistentes en la eliminación de


todas las formas de discriminación estructural, de no repetición de los hechos victimizantes, de la
aceptación pública de los hechos, del perdón público y del restablecimiento de la dignidad de las víctimas y
de los pueblos y comunidades indígenas que promuevan la reparación histórica, sin perjuicio de lo
contemplado en el parágrafo del artículo 2° del presente decreto. || La condición de víctima se adquiere con
independencia de quien causare el daño y de que se individualice, aprehenda, procese o condene al autor
de la conducta punible y de la relación de parentesco o filiación que pueda existir entre el autor y la
víctima, sin perjuicio de la responsabilidad del Estado de adelantar todas las medidas conducentes al
esclarecimiento de la verdad. || Para los pueblos indígenas el territorio es víctima, teniendo en cuenta su
cosmovisión y el vínculo especial y colectivo que los une con la madre tierra. Sin perjuicio de lo anterior, se
entenderá que los titulares de derechos en el marco del presente decreto son los pueblos y comunidades
indígenas y sus integrantes individualmente considerados. || Parágrafo 1°. Las reparaciones en los casos de
muerte y desaparición forzada se llevarán a cabo teniendo en cuenta los criterios establecidos en el
parágrafo segundo del artículo 110 del presente decreto. || Parágrafo 2°. Los niños, niñas y adolescentes de
los pueblos y comunidades indígenas vinculados a los diferentes actores armados son víctimas y deben ser
reparados individualmente y colectivamente la comunidad. Los pueblos y comunidades indígenas son
víctimas de toda forma de reclutamiento forzado, por lo tanto, deben ser reparados colectivamente.
|| Parágrafo tercero. Este decreto se aplicará sin desmedro de la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa
humanidad.”
78
Decreto 4633 de 2011, Artículo 3º.
79
Decreto 4633 de 2011, Artículo 7º.

20
sostuvo desde el momento en que rindió la declaración sobre el hecho
victimizante de desplazamiento forzado que motivó su solicitud de registro,
su calidad de indígena, ni la condición de madre cabeza de familia. De otra
parte, sin dar aplicación al enfoque diferencial correspondiente, el acto
administrativo se limitó a negar la pretensión de la accionante sin señalar los
motivos, los elementos materiales probatorios que se estudiaron y cuáles son
los supuestos que obstaculizaron presentar la declaración en tiempo.

Así las cosas, la Sala encuentra que la UARIV no recaudó la información


necesaria sobre las circunstancias de tiempo, modo y lugar que generaron el
hecho victimizante y no acudió a bases de datos y otras fuentes para la
evaluación de elementos jurídicos, técnicos y de contexto que le hubieran
permitido fundamentar su decisión. Ya que si bien, el término legal que tiene
una persona para declarar acerca de los hechos que fundamentan su inclusión
en el Registro Único de Víctimas es relevante y debe ser observado,80 la
UARIV tuvo en este caso un entendimiento irreflexivo y excesivamente
estricto de lo que debe entenderse por una declaración extemporánea. Esta
‘rigidez’ es una interpretación irrazonable de la norma, que desconoció
claramente los principios de favorabilidad, confianza legítima y prevalencia
del derecho sustancial que deben regir las decisiones relacionadas con el
Registro Único de Víctimas.81

7.2. En segundo lugar, la Sala considera que, frente a la omisión de la


UARIV de considerar que la situación de la accionante pudiera ser analizada
a la luz del Decreto 4633 de 2011. Se evidencia que la UARIV no cumplió
con los criterios técnicos, jurídicos y de contexto en el desarrollo del
procedimiento administrativo. En efecto, si bien el acto administrativo hace
referencia a la extemporaneidad, no hace un estudio de fondo, serio y juicioso
en el que establezca con claridad los motivos por los cuales la accionante no
acudió antes a presentar su declaración. Lo anterior, en tanto que del examen
de la citada resolución se tiene que la UARIV utilizó argumentos meramente
formales para desvirtuar la solicitud del accionante, pues no desarrolló de

80
Sobre esta posición y su evolución jurisprudencial ver, entre otras, las sentencias T-175 de 2005. M.P.
Jaime Araujo Rentería y T-519 de 2017. M.P. Alejandro Linares Cantillo, donde se adujo que, en general, el
término dispuesto en el artículo 61 de Ley 1448 de 2011 constituye “un importante instrumento de
racionalización de la atención y reparación a las víctimas del conflicto armado, pues permite al Estado
realizar la planificación de los recursos necesarios para satisfacer sus derechos”. Así, en principio, se ajusta
al concepto de “plazo razonable” del derecho internacional. Sin embargo, ello no se opone a que se estudien,
en determinados supuestos, las consecuencias concretas de cada caso y si existió, por ejemplo, un estado de
zozobra para no declararlo, como así se refirió en la Sentencia T-115 de 2020 (M.P. Alberto Rojas Ríos).
Con todo, ha sido clara la Corte en exceptuar los términos dispuestos para declarar -en otro tipo de hechos
victimizantes- por tratarse de delitos continuados como la desaparición forzada (sentencia T-393 de 2018) o
víctimas de violencia sexual (Sentencia T-211 de 2019).
81
En efecto, esta Corporación ha convalidado, para estos casos, la intervención del juez constitucional,
siempre que se verifique que la Unidad de Víctimas: i) ha efectuado una interpretación de las normas
aplicables contraria a los principios de favorabilidad y buena fe; ii) ha exigido formalidades irrazonables o
desproporcionadas o ha impuesto limitantes para acceder al registro que no se encuentran en las normas
aplicables; iii) ha proferido una decisión que no cuenta con una motivación suficiente; iv) ha negado la
inscripción por causas ajenas al solicitante; o v) ha impedido que el solicitante exponga las razones por las
cuales considera que se halla en situación de desplazamiento forzado interno o que ejerza los recursos
arbitrados por el ordenamiento para controvertir la decisión administrativa que le niega la inscripción en el
Registro. Sentencia T-587 de 2017. M.P. Alberto Rojas Ríos.

21
manera suficiente cada uno de los criterios establecidos en la Ley y en el
Decreto 4633 de 2011.

No obstante, la Sala manifiesta que no cuenta con los elementos probatorios


que le permitan contrastar las afirmaciones de la accionante relacionadas con
su condición de víctima, por lo que debe abstenerse de adoptar una decisión
definitiva al respecto. En su lugar, el remedio que debe adoptarse en la
presente oportunidad debe ser que la entidad accionada vuelva a analizar, en
ejercicio de su autonomía administrativa, la declaración rendida por la
accionante el 23 de julio de 2015. De esta forma, la Sala ordenará a la
UARIV estudiar la situación descrita, con el fin de determinar, con base en
los elementos de prueba que considere pertinentes y conducentes y que tenga
a su disposición, si ella debe dar lugar a la inclusión de la accionante en el
RUV. Para el efecto, deberá dar estricta aplicación a los elementos de
valoración señalados en el marco del procedimiento administrativo, que se
rige por lo dispuesto en el Decreto 4633 de 2011.

En consecuencia, de acuerdo con la jurisprudencia sobre la materia, la Sala


revocará el fallo de tutela proferido por el juez de instancia. En su lugar,
ordenará dejar sin efectos las resoluciones del 17 de marzo, 26 de mayo y 19
de octubre de 2017 expedidas por la Unidad Administrativa Especial para la
Atención y Reparación Integral a las Víctimas, mediante las que se negó la
inclusión de la señora Rosa Ayda Tisoy Tisoy en el Registro Único de
Víctimas. Y que en el término de 15 días hábiles posteriores a la notificación
de esta sentencia, se pronuncie nuevamente y de fondo respecto de la
declaración del accionante, respetando los principios que la ley y la
jurisprudencia han establecido para este tipo de trámites, incluyendo los
criterios técnico, jurídico y de contexto. El procedimiento anterior, deberá
finalizar con un acto administrativo que, tendrá que ser notificado a la señora
Ayda Tisoy Tisoy dentro del término establecido en la ley.

III. DECISIÓN

Se reitera que la Unidad Administrativa Especial para la Atención y


Reparación Integral a las Víctimas (UARIV) vulnera los derechos de una
persona y su núcleo familiar, especialmente si se trata de miembros de
comunidades indígenas, cuando les niega la inclusión en el Registro Único de
Víctimas (RUV) bajo el argumento que su solicitud fue presentada de manera
extemporánea, sin exponer los motivos que sustenten dicha afirmación y sin
que la misma aparezca evidente. En estos casos, el proceso de valoración de
la declaración implica que la entidad, en el marco de sus funciones, tome las
medidas adecuadas y necesarias para verificar, hasta donde sea posible, los
hechos victimizantes puestos en su conocimiento por el solicitante, utilizando
bases de datos, información de entidades públicas y de otras fuentes, a fin de
contar con suficientes elementos de prueba sobre la verdad material de los
hechos y no dejar en las víctimas una carga desproporcionada.

22
En mérito de lo expuesto, la Corte Constitucional de la República de
Colombia, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la
Constitución Política,

RESUELVE

Primero. REVOCAR el fallo de tutela proferido por el Juzgado Quinto


Laboral del Circuito de Cali el 22 de noviembre de 2019 en el trámite de la
acción de tutela de Rosa Ayda Tisoy Tisoy contra la Unidad Administrativa
Especial para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, por las
razones expuestas en la parte motiva de esta providencia. En su lugar,
CONCEDER el amparo de los derechos al debido proceso y a la inclusión
en el Registro Único de Víctimas de la accionante.

Segundo. En consecuencia, DEJAR SIN EFECTOS las resoluciones del


17 de marzo, 26 de mayo y 19 de octubre de 2017, expedidas por la Unidad
Administrativa Especial para la Atención y Reparación Integral a las
Víctimas, mediante las que se negó la inclusión de la señora Rosa Ayda
Tisoy Tisoy en el Registro Único de Víctimas.

Tercero. -ORDENAR a la Unidad Administrativa Especial para la Atención


y Reparación Integral a las Víctimas que, en el término máximo de quince
(15) días contados a partir de la notificación de la presente decisión, se
pronuncie nuevamente y de fondo respecto de la declaración del accionante,
respetando los principios que la ley y la jurisprudencia han establecido para
este tipo de trámites, incluyendo los criterios técnico, jurídico y de contexto.
El procedimiento anterior, deberá finalizar con un acto administrativo que,
tendrá que ser notificado a la señora Ayda Tisoy Tisoy dentro del término
establecido en la ley.

Cuarto.- LIBRAR las comunicaciones -por la Secretaría General de la Corte


Constitucional-, así como DISPONER las notificaciones a las partes -a
través del Juez de tutela de instancia-, previstas en el artículo 36 del Decreto
Ley 2591 de 1991.

Quinto.- REMITIR al Juzgado de instancia el expediente digitalizado del


proceso de tutela de la referencia. Una vez se retomen actividades normales,
la Secretaría General de la Corte Constitucional deberá ENVIAR el
expediente físico.

Cópiese, comuníquese y cúmplase.

DIANA FAJARDO RIVERA


Magistrada

23
JORGE ENRIQUE IBÁÑEZ NAJAR
Magistrado

ALEJANDRO LINARES CANTILLO


Magistrado
Con aclaración de voto

MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ


Secretaria general

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