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El Concepto de Texto Paralelo

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EL CONCEPTO DE TEXTO PARALELO: ALGUNAS CONSIDERACIONES

PARA LA TRADUCCIÓN ESPECIALIZADA

Mari Carmen Acuyo Verdejo


Universidad de Granada
España
mcacuyo@ugr.es

Resumen

Es de sobra conocida la importancia que reviste para el traductor profesional


la adquisición de una competencia traductora que le permita afrontar la tarea de
traducir cualquier tipo de texto y hacerlo, además, de la manera más eficaz.
Considerando que el conocimiento textual en dos o más culturas resulta esencial para
el traductor profesional, nos proponemos en este artículo hacer, en primer lugar, un
recorrido por las aportaciones más significativas, que desde el ámbito de la
competencia traductora se han venido realizando en torno a dicha subcompetencia
textual. En este sentido, se analizarán las aportaciones de autores tales como Bell,
1991; Hewson y Martin, 1991; Nord, 1991; Kiraly, 1995 y Hurtado, 1996, o Kelly,
2002, entre otros. A partir de aquí, la autora llevará a cabo un análisis de las
principales ventajas que, desde el punto de vista de la formación y la práctica
profesional, reportan al traductor especializado la utilización de textos paralelos
bilingües y multilingües como herramienta clave de documentación y de análisis. En
la discusión de nuestro análisis se realizará una revisión de algunos conceptos tan
tradicionales en el ámbito de los estudios de traducción como los de texto paralelo,
texto origen y texto meta o el de cultura de origen y cultura meta.

Palabras Clave: Competencia Traductora; Subcompetencia Textual;


Documentación; Traducción Especializada; Texto Paralelo.

1- Introducción
El estudio de la competencia traductora ha llevado a numerosos estudiosos a
realizar repetidos intentos para poder calificar y desglosar algo tan complejo como es
la capacidad y la habilidad para traducir. Para ello, la mayor parte de estos autores se
han ayudado de otras disciplinas tales como la pedagogía, la didáctica de lenguas
extranjeras, la psicología cognitiva o la lingüística (Hurtado, 2001: 379).

En este contexto y teniendo en cuenta el concepto de competencia traductora, nos


interesa especialmente analizar lo que algunos de estos autores han desarrollado en
relación con la competencia textual, que está íntimamente relacionada con nuestro
trabajo y que es entendida por la mayoría de dichos autores como una
subcompetencia dentro de la competencia traductora1.

A nadie se le escapa que una formación del traductor en el campo de la textología


comparada constituye uno de los pilares básicos, tanto para el formador como para el
propio profesional de la traducción y el investigador. Son varios los autores que han
dedicado parte de su investigación a definir este aspecto de la formación, ya sea desde
un punto de vista teórico (Bell, 1991; Nord, 1992; Kiraly, 1995 y Hurtado, 1996;
Beeby, 1996; Hatim y Mason, 1997; Campbell, 1998; PACTE, 2000, 2001; Neubert,
2000, entre otros), como práctico (Cánovas et al., 2003).

A partir de aquí se analizarán las aportaciones de estos autores sobre la competencia


textual, concepto éste que nos servirá de marco para abordar el de texto paralelo por
estar íntimamente relacionados, y sobre el que realizaremos algunas matizaciones, a
la luz de una investigación basada en la recopilación de un corpus bilingüe de textos

1
Son muchos los calificativos que ha recibido el concepto de competencia traductora. Así, por
ejemplo, Nord (1988a/1991:160) habla de competencia de transferencia, Toury (1995:250) habla de
competencia traslatoria, Kiraly (1995:108) habla de competencia del traductor, Wilss (1989:129) la
denomina actuación traductora. No obstante, el objeto de nuestro trabajo no es hacer una valoración
sobre dicho concepto, sino aplicar uno de los componentes de dicho concepto al objeto de nuestro
estudio, el texto paralelo.
paralelos en cuatro contextos diferentes, a saber, dos contextos nacionales, el español
y el británico, así como el europeo y el internacional2.

2- La competencia textual del traductor

No todos los autores citados en el epígrafe anterior conciben la competencia


textual del traductor de la misma manera y, por ende, no todos atribuyen a aquella la
misma importancia ni la misma denominación. Así, por ejemplo, Bell (1991) concibe
esta competencia textual como un conocimiento de las tipologías textuales, así como
los mecanismos esenciales para decodificar y codificar textos tanto en la lengua de
partida como en los de llegada.

Kiraly (1995) en su modelo sociológico y psicolingüístico establece de forma clara el


conocimiento textual, incluyendo a este último como parte del conocimiento
lingüístico necesario para formular de manera apropiada el texto de llegada y
verificando, al mismo tiempo, su adecuación al texto original.

Hurtado (1996b, 1996c, 2001) distingue cinco subcompetencias, la competencia


lingüística en las dos lenguas, la competencia extralingüística, entendiendo por ésta el
conocimiento enciclopédico, cultural y temático; una tercera competencia la
constituye la competencia de transferencia o traslatoria, en la que incluye
precisamente ese saber textual, cuando la autora hace referencia a la comprensión del
texto original y en su reexpresión la lengua de llegada. Una cuarta competencia hace
referencia al aspecto profesional y que se relaciona con las técnicas de
documentación, incluidas por el las nuevas tecnologías y las demandas mercado
laboral. La última competencia es la estratégica que consiste en la adquisición de los
procesos utilizados por el traductor para resolver determinados problemas del proceso
traductor. Esta autora participa además en el proyecto PACTE de la Universitat
Autònoma de Barcelona que investiga sobre la competencia traductora desde el punto
de vista empírico-experimental y su aplicación a la traducción escrita. En cualquier

2
La investigación a que hacemos referencia se recoge en: Acuyo Verdejo, Mª Carmen (2003) La
traducción de documentos del derecho de marcas: aspectos jurídicos, profesionales y textuales. Tesis
doctoral. Universidad de Granada.
caso, su modelo holístico sigue reconociendo estas cinco competencias que acabamos
de mencionar y nuestra competencia textual quedaría incluida, por tanto, en la
competencia de transferencia (Hurtado, 2001: 397).

Hansen (1997) establece una distinción entre conocimientos y habilidades implícitos


y explícitos. De entre los primeros destaca la diferencia entre tres subcompetencias, a
saber, la competencia de transferencia, la competencia social, cultural e intercultural y
la competencia comunicativa. Al igual que Hurtado (1996, 1998, 2001), esta autora
contempla el conocimiento y la habilidad para extraer toda la información pertinente
del texto, así como la información que nos permita producir el texto en la lengua y
cultura de llegada cumpliendo la misma función que el texto original.

Neubert (2000) establece en su modelo de competencia traductora dos componentes


esenciales. De un lado, distingue siete rasgos principales, a saber, la complejidad, la
heterogeneidad, la aproximación, el aprendizaje permanente, la creatividad, la
situacionalidad y la capacidad de cambio. De otro, distingue una única específica y
que este autor denomina competencia traslatoria que comprende a su vez cinco
subcomponentes, es decir, la competencia lingüística, la competencia textual, la
competencia temática, la competencia cultural y la de transferencia. Este autor, por
tanto, sí que distingue, de manera expresa, la competencia textual como elemento
esencial de la competencia traductora.

Hatim y Mason (1997) hablan de translator abilities más que de competencia


traductora y basan su análisis en el modelo de Bachman (1990) relativo a las
habilidades comunicativas. La idea principal del modelo que proponen estos autores
reside en que parten de dos textos, el de la lengua de partida y el de la lengua de
llegada, y reconocen una única competencia o destreza que sería la de transferencia.
De dicha competencia es importante mencionar los elementos que dichos autores
consideran susceptibles de ser tenidos en cuenta por parte del traductor en el proceso
de traducción en ambos textos: la intertextualidad, la situacionalidad, la
intencionalidad, la textura y estructura, la informatividad y la función del efecto en
los lectores de cada uno de los textos.
Finalmente, Campbell (1998) distingue claramente la competencia textual dentro de
la competencia traductora al incluir tres elementos esenciales en su modelo. De un
lado diferencia entre competencia en la lengua de llegada, entendida ésta como la
competencia textual. Un segundo elemento lo constituye lo que este autor denomina
disposition, es decir, el modo de afrontar y abordar la tarea de traducción y finalmente
la competencia de control relativa a la posibilidad de control y supervisión del texto
traducido.

Kelly (2002) propone un modelo ecléctico en el que convergen algunos de los


componentes que hasta la fecha han aportado algunos de los autores citados con
anterioridad, a la vez que incluye otros elementos que no se habían tenido en cuenta.
En general, distingue siete subcompetencias dentro de la competencia traductora, a
saber, la subcompetencia estratégica, la comunicativa y textual, la instrumental, la
cultural, la temática, la interpersonal y la estratégica (Kelly, 2002: 15)

3- El concepto de texto paralelo: implicaciones para la traducción

Considerando a la traducción como una operación entre textos, resulta


evidente que el traductor, además de conocer la situación comunicativa en la que se
inserta el texto, deberá ser competente también para conocer las características del
texto al que se enfrenta y ello no sólo en la cultura y la lengua del texto original, sino
también en la cultura y la lengua del texto de llegada. Para ello, el traductor cuenta
con una herramienta de gran utilidad como son los textos paralelos, entendiéndose
por texto paralelo aquel que se utiliza en la misma situación comunicativa y con la
misma función pero en distintas culturas. A continuación exponemos algunas
concepciones y reflexiones que diferentes autores han realizado en torno a este
concepto.

Algunos de los autores que han investigado sobre el concepto de texto paralelo son
Neubert & Shreve (1992), quienes consideran de vital importancia para el traductor la
recopilación de textos paralelos que se dan en situaciones reales y en contextos
específicos. El beneficio que se puede obtener de un análisis comparativo de estos
textos se relaciona, no sólo con el hecho de que pueden servirle de guía al traductor
para componer las expectativas textuales de la Cultura Meta (CM), sino porque
también puede ayudar al traductor a tomar sus decisiones sobre qué estrategia tomar
según los casos, aportándole una serie de conocimientos muy útiles: By using parallel
texts as guides, a translator is consciously reconfiguring elements of intentionality,
acceptability, situationality, informativity, coherence, and cohesion to conform to the
textual expectations (1992: 118). Más adelante los autores continúan afirmando:

The translator’s second-order knowledge is built from experience,


from the collection of parallel texts, and from consultation with target
language readers and experts. [...] The translator is a practical text
analyst. He or she first needs to determine what type of text must be
created. The translator will then need to consciously manipulate and
combine those textual features necessary to make the text an instance
of the text type in the target language community (1992: 126).

En lo que se refiere al concepto de tipología textual, Neubert & Shreve rechazan de


pleno tal concepto por ser fundamentalmente reduccionista y rígido. Ellos prefieren
hablar de prototipo, un concepto influido por la psicología de la Gestalt y que definen
como una manera, condicionada socialmente, de organizar el conocimiento en el
discurso escrito y oral (1992: 130). Una de las razones que les llevan a adoptar y
defender este concepto, el cual fue también recogido por Snell-Hornby con el nombre
de prototipología (1988: 31), es el hecho de que un análisis basado en los prototipos
ofrece al traductor una información más detallada sobre cada uno de los parámetros
determinantes de la textualidad, ya que son ejemplos de textos reales. Se trata, por
tanto, de un concepto mucho más dinámico y que está más en consonancia con la
realidad social. Los textos no son compartimentos estanco sino que sus convenciones
pueden ir cambiando a lo largo del tiempo en función de los cambios que experimente
la sociedad:

[...], translators engage in prototype analysis by collecting and


studying examples of the texts that their readers and clients actually
use. This first-order analysis makes them aware of the actual
linguistic mechanisms that are used to achieve textuality. Practising
translators use prototype analysis when they collect parallel texts and
apply the textual profiles of those texts as guides for inducing
textuality in their translations. The empirical second-order analysis of
prototypes can only be based on the collection and analysis of these
same socially-situated texts (Neubert & Shreve, 1992: 134).

Otro de los autores que ha reflexionado sobre el concepto de texto paralelo es


Schäffner (1998) que hace una reflexión en torno al importante papel de los textos
paralelos en el campo de la traducción sobre todo como herramienta que ayuda al
traductor a elegir la estrategia de traducción adecuada, especialmente cuando se trata
de adaptar el texto de origen a las convenciones textuales de los textos de la cultura
meta. Para ello la autora utiliza ejemplos de varios géneros textuales tales como el
manual de instrucciones, los tratados internacionales o los folletos turísticos.

Del trabajo de Schäffner cabría destacar, por un lado, las ventajas que ofrece realizar
un análisis basado en la comparación de textos paralelos en dos lenguas, sobre todo a
la hora de encontrar estructuras paralelas en las dos culturas y de sistematizar las
convenciones textuales propias de cada género para que el texto traducido cumpla así
las expectativas de la cultura meta. Por otro lado, tal y como señala la propia autora,
la recopilación de lo que se denominan textos paralelos puede presentar ciertos
problemas, en especial cuando un determinado tipo de texto existe sólo en una cultura
y no en la otra.

Mary Snell-Hornby (1999) es otra de las autoras que confirma, a propósito de los
textos paralelos, el importante papel que juega la textología comparada a la hora de
distinguir los distintos tipos de texto existentes en las diferentes culturas, siendo éste
un fenómeno que no se aprecia tanto a nivel intracultural, sino a nivel intercultural:

Manche Qualitätsunterschiede von Textsorten, die aus der


Betrachtung von Texten einer Sprache allein gar nicht ersichtlich
sind, werden erst deutlich, wenn man über den Rahmen einer Sprach-
und Kulturgemeinschaft hinaussieht, und können erst durch
textologische Vergleiche bewu t gemacht werden. Dann wird man
einmal unterscheiden müssen nach:
1.universalen Textsorten(klassen)-Brief, Märchen, Epos, Vertrag
usw.-, die in jeder Sprachgemeinschaft mit Schriftkultur vorhanden
sein dürften,
2.übereinzelsprachlichen Textsorten(klassen)- Sonett, Oratorium,
Passionsspiel, Ghasel, usw. -, die nicht in allen Kulturen anzutreffen
sind,
3.einzelsprachlichen Textsorten (klassen)- das japanische Nô - Spiel
z.B.- die nur in einer Kulturgemeinschaft bekannt sind (Snell-Hornby,
1999:102).

Los textos paralelos constituyen, en nuestra opinión, una importante fuente de


documentación para el traductor, a la vez que son una herramienta de análisis
intercultural, ya sea desde el punto de vista del formato como del contenido. En este
sentido, compartimos con Schäffner (1998:84) la importancia que reviste para el
traductor un análisis de estas características, no ya sólo porque ayuda a descubrir las
convenciones típicas de cada texto en los distintos niveles de realización textual,
sintáctica o léxica, sino también porque contribuye a mejorar la calidad del texto
traducido.

No obstante, un análisis que hemos desarrollado sobre los textos susceptibles de


traducción que se suceden en el derecho de la propiedad industrial, y más
concretamente en el procedimiento de registro de una marca, y en el que se dan cita
textos nacionales (español y británico), comunitarios e internacionales, nos demuestra
que, no siempre existe una correspondencia biunívoca entre un texto en una y otra
cultura, sino que se da el caso de que para determinadas situaciones comunicativas no
existe ningún texto en la cultura meta. Ésta y otras situaciones asociadas se aprecian
especialmente en el ámbito europeo e internacional. Esto es precisamente lo que
pretendemos explicar en más detalle en el epígrafe siguiente.

3.1- Textos paralelos en los ámbitos europeo e internacional

En efecto, cuando hablamos de texto paralelo hoy día nos encontramos


además con otro factor añadido y es que en un mundo en el que la comunicación
humana está experimentando un proceso continuo de internacionalización y
europeización, resulta difícil determinar la lengua y la cultura de origen, así como el
emisor y el receptor de la situación comunicativa y en cuyo caso quizás no sería
conveniente utilizar la expresión de texto paralelo.
En esta investigación realizada sobre la traducción de textos del procedimiento de
registro de marcas en cuatro contextos distintos, el ámbito español, británico,
comunitario e internacional, en el que se llevó a cabo una recopilación de un corpus
de textos paralelos bilingüe (inglés-español), tuvimos la oportunidad de analizar
dichos textos paralelos, llegando a la conclusión de que, efectivamente, existe una
falta de univocidad en estos textos. Dicha falta de univocidad se traduce, en algunos
casos, en la inexistencia del texto paralelo correspondiente en las otras culturas y, en
otros, en la existencia de más de un texto que cumple las mismas funciones que su
equivalente. Esto hace que a un texto en la cultura A le correspondan dos y hasta tres
textos en la cultura B, o ninguno.

Los textos paralelos en el ámbito europeo implican además que los traductores
profesionales, los formadores y los investigadores tengan en cuenta algunas
particularidades. Es decir, estos textos paralelos han sido creados en un contexto
multilingüe y multicultural para cumplir una determinada función comunicativa, no
ya en una cultura meta determinada, sino en varias culturas, concretamente las
veinticinco que actualmente conforman el mapa europeo o incluso más en el caso de
instituciones internacionales. En este sentido, Schäffner (1998: 88-9) argumenta lo
siguiente, a propósito de los textos paralelos, sobre la base del análisis de un
documento político creado en esta institución supranacional3:

And we have encounter another problem: multilingually negotiated


texts are a new text type. They are multilingual and multicultural by
their very nature, i.e. they are produced in a multicultural setting to
fulfil a function in several countries. For such a text type, the concept
of a parallel text does not seem to apply.

A raíz de la opinión de Schäffner, pareciera que, a medida que nos introducimos en


contextos más amplios como es la caso de la Unión Europea, el concepto de texto

3
El documento que esta autora analiza es el Manifesto for the Elections to the European Parliament of
June 1994, adoptado por el Congreso del Partido de los Socialistas Europeos (PES) el 6 de noviembre
de 1993.
paralelo se disipara, o tomara otro cariz. Nuestro análisis textual al que hemos hecho
referencia anteriormente nos ha permitido confirmar tal argumento.

La repercusión de este hecho se hace evidente porque en el ámbito supranacional no


podemos olvidar, por un lado, el hecho de que todos estos documentos se presentan
en las veinte lenguas de trabajo de la Unión Europea o en las lenguas de trabajo que
cada institución o agencia europea determine; y por otro, que los documentos
redactados en las lenguas oficiales no se consideran como traducciones, sino como
textos originales y ello de conformidad con lo establecido en el artículo 1 del Council
Regulation No. 1 determining the languages to be used by the European Economic
Community. Esto implica que se constituyen como documentos originales e
igualmente válidos para todos los países de la Unión Europea: «The official
languages and the working languages of the institutions of the Community shall be
Danish, Dutch, English, Finnish, French, German, Greek, Italian, Portuguese,
Spanish and Swedish4». En este sentido, Schäffner (1998: 87) comenta que más que
textos paralelos se tratarían de textos cuasi paralelos o simplemente textos nuevos
que han sido creados como consecuencia del proceso de internacionalización de la
comunicación. En nuestra opinión, los textos recopilados en el corpus y creados, ya
sea en el seno de la Unión Europea que a nivel internacional, sí son textos paralelos
por cuanto se utilizan en la misma situación comunicativa y con el objeto de cumplir
la misma función. Probablemente, lo que llama la atención del traductor, del
formador y del investigador es la diferencia de los textos europeos con respecto a los
textos nacionales de los distintos Estados miembros, desde el punto de vista de su
macroestructura y microestructura.

En segundo lugar, el otro factor que, a nuestro juicio, condiciona y matiza el concepto
mismo de texto paralelo es el formato como consecuencia del peso institucional que
recae sobre estos documentos. En otras palabras, a veces son las propias instituciones
o agencias europeas e internacionales las que determinan la estructura del propio
texto.

4
Dicho instrumento se reformula automáticamente cada vez que se produce una nueva ampliación. En
este sentido habría que añadir las nuevas lenguas de los diez países que se incorporaron a la Unión
Europea el pasado 1 de mayo de 2004.
El traductor, el formador y el investigador deberán, por consiguiente, tener estos dos
factores en cuenta, es decir, las observaciones de la legislación y de la política
lingüística, así como las recomendaciones y pautas de estilo que adoptan las distintas
organizaciones. No en vano, Bhatia (1993) comenta precisamente la importancia que
tiene en el análisis de los distintos géneros, las restricciones que imponen
determinadas instituciones u organizaciones, especialmente en algunas comunidades
profesionales.

A good genre analyst next attempt to study the institutional context,


including the system and/or methodology, in which the genre is used
and the rules and conventions (linguistic, social, cultural, academic,
professional) that govern the use of language in such institutional
settings.

Asociados al concepto de texto paralelo surgen otros no menos importantes como son
los conceptos de Cultura de Origen (CO) y de Cultura Meta (CM), así como los de
Texto de la Cultura de Origen (TCO) y el Texto de la Cultura Meta (TCM),
respectivamente. En efecto, dichos conceptos, tan tradicionales en el campo de los
estudios de traducción, han sido claves no sólo para un mejor entendimiento del
proceso traductor, sino que también han servido de base para uno de los enfoques
dentro del campo de la traducción, como es el de la lingüística textual o el enfoque
textual de la traducción (Nord, 1988/1991; Neubert & Shreve, 1992).

Es precisamente en los documentos que se utilizan en el ámbito comunitario y en el


internacional donde estos conceptos que acabamos de mencionar se muestran
especialmente vulnerables. Es aquí donde estos dos conceptos de CO y de CM se
disipan, en cierto modo, por cuanto las instituciones del ámbito europeo e
internacional representan, no a una sola cultura, sino a un conjunto de culturas,
discursos y lenguas de especialidad. Nos encontramos, por tanto, en una atmósfera
multicultural y multilingüe en la que se hace difícil encajar los conceptos de CO y de
CM:

In EU translation, defining the source and target cultures may,


however, in many cases prove complicated: what is the source culture
of, say, a document drafted in international English by a Greek
official who has been living in Belgium for the past twenty years? And
what if the text is then rewritten by someone else with a different, but
equally varied, background? Or by a group consisting of several
different nationalities? Similarly, the target readers may form a
cultural blend (Koskinen, 2001: 294).

Asimismo, Schäffner (2001: 255) comparte la complejidad que encierran estos dos
conceptos de CO y CM en un ámbito supranacional:

The notions of source culture and target culture, and also translation
as intercultural communication, can equally be challenged as to their
validity for the translation practice in the EU context. Usually, source
culture and target culture have been interpreted in Translation
Studies as the bounded space of a nation state, with its national
language. In this sense, the concepts do not fully capture the
conditions in the EU institutions. Translated texts crossing boundaries
of nation states may occur as well, but EU integration is accompanied
by boundaries of nations and cultures becoming more and more
blurred.

En particular, los documentos que en dicha institución se producen no obedecen, en


general, a los patrones de organización textual de ninguna cultura concreta. Por este
motivo, no hay que olvidar un elemento importante dentro del concepto de cultura y
es el de la cultura institucional que marca, como hemos comentado anteriormente, las
pautas de redacción, contenido y estilo de la mayor parte de los documentos. En el
contexto de la Unión Europea estas instituciones cuentan con el valor añadido de que
su cultura es, por definición multicultural y multilingüe.

De lo expuesto hasta aquí, queda claro que a la hora de delimitar y definir la CO y la


CM, el traductor, el formador y el investigador de la traducción especializada deberán
tener en cuenta el tipo de documento que están traduciendo, enseñando o
investigando para poder adoptar, en función de la cultura o culturas a las que va
dirigido el texto, las decisiones pertinentes en cuanto a estrategias de traducción se
refiere. Asimismo, el traductor no podrá descuidar el papel trascendental que cumplen
las distintas instituciones, las cuales pueden considerarse como parte integrante de esa
cultura multicultural y multilingüe que caracteriza las instituciones europeas e
internacionales.

Análogamente y de forma paralela al concepto de CO y CM nos encontramos con los


correspondientes conceptos de TCO y TCM. Sobre dichos conceptos se ha expresado
también, en consonancia con lo anteriomente expuesto, la imposibilidad de delimitar
y definir cuál es el TCO y cual el TCM y sobre la base de qué criterios decidimos que
se trata de un Texto Origen (TO).

En nuestro estudio concreto donde se dan cita, por un lado, los textos
correspondientes a las dos culturas jurídicas nacionales en materia de derecho de
marcas y, por otro, los textos del ámbito europeo e internacional, se distinguen
claramente entre los textos que podemos denominar con certeza que son TO y TM.
Esta primera distinción queda clara para los textos de los procedimientos nacionales,
es decir, el español y el británico. El problema surge con los textos de las
instituciones europeas, de la Oficina Europea del Mercado Interior (OAMI) en
nuestro caso, e internacionales, de la Organización Mundial de la Propiedad Industrial
(OMPI). Ciertamente, si nos acogemos al principio de igualdad lingüística, recogido
en el Reglamento del Consejo núm. 1, todos los documentos y textos generados por
las instituciones de la Unión Europea tienen carácter de texto original y no se
consideran traducciones. No obstante, a la hora de definir los conceptos de TO y TM
en el seno de instituciones supranacionales observamos que existe diversidad de
opiniones.

Así, por ejemplo, Stolze (2001: 304), en relación a los textos jurídicos en el seno de la
Unión Europea, considera la igualdad en el carácter oficial de los textos como un
punto positivo, al tiempo que manifiesta su desacuerdo, en este contexto, en la
distinción entre TO y TM. En este sentido el autor comenta lo siguiente:

The texts are normally translations from English or French, the ‘core
languages’ of the Community. Equivalence of content is of utmost
importance as this is supra-national legislation which must apply in
all member states. The special feature is that European law stands
above the national laws, it is not derived from them. All language
versions constitute a single instrument, and thus the traditional
meaning of ‘source text’ or ‘target text’ is blurred. Equivalence
among those texts is not an “illusion”, but the very principle in using
those texts.

Otros autores como Koskinen (2001) sí se manifiestan a favor de la existencia de


textos originales en el seno de la Unión Europea y los define de la siguiente manera:

If one wanted to define the source text, it would have to be a textual


network or web-like texture comprising all different versions of the
text that have been functioning as source texts during the drafting
process that can easily include five to ten (or more) stages inovolving
translation (Koskinen, 2001: 294).

Schäffner (2001), por su parte aporta a los conceptos de TO y TM un enfoque menos


estático y defiende la existencia de TO y TM aún en contextos supranacionales como
el de la Unión Europea, pero sin caer en etiquetados perennes:

A text is not a source or target text once and for all, but a text
becomes a source text or a target text only in a particular translation
situation, i.e. at a particular time, for a particular purpose, and in
relation to another text. Once the translation process (or processes) is
(are) completed, there is no need whatsoever to stick to the labels
source or target text. That is, source and target texts are dynamic
notions, they do not exclusively denote stable entities (Schäffner,
2001: 251).

Para concluir este apartado relativo a los conceptos de TO y TM debemos mencionar


dos puntos fundamentales. El primero de ellos es que todas las opiniones vertidas por
los autores que acabamos de mencionar hacen referencia sobre todo a los textos
legislativos y al largo proceso de traducción y revisión a que dichos instrumentos
jurídicos están sometidos. En segundo lugar, que en ningún momento criticamos
dicho proceso, antes bien, éste resulta deseable por la importancia que reviste y por
ser de aplicación directa en cada uno de los Estados miembros de la Unión Europea.

Reflexiones finales

1- La primera reflexión que surge de este trabajo es la importancia que para el


traductor, el formador y el investigador de la traducción especializada tiene la
creación de un corpus no ya de textos traducidos, sino de textos originales. Dicho
corpus será especialmente útil si se hace en las diferentes combinaciones lingüísticas
y en otras disciplinas.

2- El texto se constituye como la unidad básica de traducción y el marco de referencia


para todo análisis de los problemas que se le plantean al traductor, al formador y al
investigador de la traducción especializada.

3- La creación de un corpus de textos paralelos bilingüe contribuye a mejorar las


fuentes de documentación y la fiabilidad de las mismas con la creación de glosarios
de terminología y fraseología, ya que éstos sirven como guía a la hora de traducir
textos para una determinada combinación lingüística. Al contar con los textos
completos se obtiene una fuente de referencia inestimable y real de los distintos
estilos en las diferentes culturas (Bowker y Pearson, 2002: 136-210).

4- El ahorro de tiempo que supone para el traductor profesional poder contar con un
material de referencia de esta magnitud obliga casi a los investigadores a realizar más
trabajos de esta naturaleza con el fin de seguir contribuyendo a facilitar cada vez más
la tarea del traductor.

5- Un estudio que establezca como base la recopilación de textos paralelos originales


nos va a ser de gran ayuda a la hora de establecer una comparación entre las
características discursivas de un texto y otro, y más concretamente analizar las
convenciones textuales de un mismo género en tres y hasta cuatro contextos
culturales distintos, incluido el de la Unión Europea y el internacional.
6- En relación con este último punto y como una derivación de éste, habría que
mencionar también que dicho análisis de las convenciones textuales nos ayudaría
también a identificar las superestructuras prototípicas básicas que predominan en los
distintos textos. Este estudio puede resultar especialmente significativo en el campo
de la traducción jurídica en el que, a pesar de que los textos parecen no evolucionar,
la realidad nos demuestra en ocasiones lo contrario.

7- La armonización de las legislaciones nacionales ha hecho posible la creación de


nuevos textos, textos éstos que en algunos casos pueden mantener ese arraigo cultural
que caracteriza cada sistema nacional, pero en otros, se llega a vislumbrar un
hibridismo de varias culturas textuales.

8- Un análisis que tome como punto de partida la elaboración de corpora textuales


ofrece también al traductor, al docente y al investigador un fiel reflejo de las
limitaciones que dicha recopilación de textos reales implica; limitaciones éstas que
vienen dadas, en la mayor parte de las ocasiones, por la prohibición de publicar datos
personales de conformidad con la legislación vigente; pero también porque su análisis
nos demuestra que no siempre resulta útil su búsqueda, en tanto que en ocasiones no
existen en la otra u otras culturas y, en otras nos encontramos con más de un texto
diferente que se usa en la misma situación comunicativa en la cultura meta con la
misma función.

9- Finalmente, quisiéramos señalar que un estudio basado en el análisis de textos


paralelos sigue siendo fructífero en el ámbito de la traducción a pesar de que
conceptos como los de CO, CM o TCO y TCM puedan experimentar algunos
cambios de perspectiva. En cualquier caso, queda claro que los textos no son
compartimentos estanco, sino que son unidades de comunicación dinámicas cuyo
estudio nos proporciona un conocimiento exhaustivo de cuáles son las expectativas en
la otra cultura y, por tanto, nos permite realizar traducciones de mayor calidad en
función del encargo de traducción y de la situación comunicativa.

Bibliografía
BHATIA, V.K. (1993) Analysing Genre. Language Use in Professional Settings.
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