La Regla de Osha
La Regla de Osha
La Regla de Osha
LA REGLA DE OCHA La religin constitua el centro dominante de la protesta cultural del africano, reducido a la esclavitud, bautizado y occidentalizado a la fuerza... Una de las contribuciones ms importantes de las culturas africanas a la cultura cubana es su aporte a la conformacin de la religiosidad popular. Las religiones afrocubanas, ampliamente practicadas por negros y por blancos dentro y fuera de la Isla, se conocen en el pas con el nombre de reglas. Y en Cuba, las reglas ms importantes se hallan en relacin directa con los grandes sistemas culturales afrocubanos: el lucum, de origen yoruba y el congo de origen bant. (Aun hoy, la cultura yoruba se extiende por todo el suroeste de Nigeria y las de origen bant ocupan fundamentalmente la cuenca meridional del ro
Congo hasta el desierto de Kalahari.) En este captulo nos ocuparemos de la Regla de Ocha, la religin lucum, tambin llamada en Cuba an/er/'a, d procedencia yoruba. En el segundo examinaremos las reglas congas (es decir, la Regla de Palo Monte o Mayombe, la Regla Kimbisa del Santo Cristo del Buen Viaje, etc.) El tercero estar dedicado a la Sociedad Secreta Abaku, agrupacin religiosa carabal que proviene de los Efik y los Ekoi del Calabar y cuyos miembros son conocidos en Cuba como aigos. Antes de proseguir, empero, es indispensable establecer ciertas precisiones: estas reglas afrocubanas advienen como resultado de un prolongado proceso aculturativo entre las religiones tradas a Cuba por los esclavos y el catolicismo de sus aftios. Constituyen obviamente una muestra de la resistencia cultural del recin llegado a la abrumadora presin etnocntrica y al empeo de absorcin radical del grupo dominante. Ya vimos en el primer volumen de esta obra cmo, en su forma ms extrema, esta resistencia conduca al alzamiento, a la fuga, a la cimarronera, al establecimiento epalenques. Pero ni aun en estas comunidades rebeldes aisladas la religin, por ms cerca que estuviese de las africanas originarias, podia salvarse totalmente del influjo de la catcquesis cristiana. Porque junto al empeo de guardar limpias las races culturales funcionaba tambin la urgencia de la adaptacin. Las reglas afrocubanas proceden del sincretismo: de un peculiar equilibrio entre la resistencia y la acomodacin a la cultura subyuga- dora. A veces esta transaccin religiosa tiene la aparienciade un simple disimulo, de una suerte de careta. El dios negro se esconde detrs de las imgenes catlicas. Las piedras de los orichas se encubren con el signo de la cruz. Y todos contentos. Pero el proceso de sincretismo es en realidad mucho ms hondo: aunque siempre frenado por la repulsa de la asimilacin, culmina en una verdadera sntesis, en una integracin de las dos esferas religiosas comunicantes, en la creacin de un nuevo culto. Estas interpenetraciones no presentan un carcter uniforme. En las sita cIones rituales, por ejemplo, la mezcla se produce a menudo por simple yuxtaposicin temporal. Tomemos el caso de la celebracin de la gran fiesta de Babal Ay. En Santiago de Cuba tena lugar ell 7 de diciembre, la fecha de San Lzaro en el santoral catlico; Das antes comenzaban a prepararse los altares. El ms elaborado casi siempre ocupaba un saln abierto permanentemente al pblico en un edificio situado al costado del Parque
Cspedes (antes Plaza de Armas), en&e el Ayuntamiento y la Catedral, es decir, en el centro mismo de la ciudad. La gran ceremonia se iniciaba con la asistencia de los fieles a una misa catlica matutina, donde el sacerdote oficiante muchas veces condenaba a toda voz "las supersticiones que pervierten al cristianismo", lo que los devotos del "santo" africano escuchaban con respetuosa indiferencia. Por la noche sonaban los tambores en los bembs o gemileres. La correspondencia paralela de los ritos supona y mantena la separacin o heterogeneidad ceremonial. Los elementos catlicos y los africanos, ambos necesarios, no se fundan, sino que se sucedan en el tiempo, cada uno en su pureza ortodoxa. Pero el sacerdote catlico, oficiante involuntario de la fiesta afrocubana, diriga sus palabras no al Dios cristiano sino al "santo" u oricha reverenciado, es decir, a Babal Ay. Tales complejidades y contradicciones en nada molestaban a los santeros y dems devotos del culto lucum, acostumbrados como estaban a estos paralelismos. En el terreno de la magia, sin embargo, la interpenetracin era ms comn y ms firme. Los negros absorbieron en Cuba muchos elementos del catolicismo popular y los incorporaron a sus prcticas. Ah estaban a su alcance las "poderosas" plegarias contra todo gnero de enfermedades y desastres cotidianos, a veces impresas con la imagen del ente (o "agente") catlico correspondiente en papeles que se vendan hasta en la plaza del mercado. Ah tambin los ex-votos en pago de los "milagros" realizados por la Virgen o los santos. Evidentemente, los blancos disponan de poderes muy dignos de consideracin. Como dice Roger Bastide sobre una situacin similar en Brasil, pronto se hizo la conexin entre el mana extraordinario del catolicismo y el poder privilegiado que los blancos ejercan en la sociedad. "Esto explica por qu el negro injert la tradicin Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 catlica en la suya propia, pero no antes de repensarla y reinterpretarla en trminos de su magia, a la que enriquecieron y fortificaron mezclando ritos cristianos y africanos para hacerlos ms eficaces".' Aqu funciona la ley de la acumulacin cuantitativa. Los factores mgicos del catolicismo popular venan a suplementar y enriquecer las tcnicas mgicas procedentes
del continente africano. El ach de la religin blanca reforzaba el del babalao o el mayombero, multiplicando su eficacia. Por eso -para no citar ms que un ejemplo- en ciertas manipulaciones era indispensable el uso del agua bendita extrada subrepticiamente de un templo catlico, prctica tan comn que en muchas iglesias, para evitarlo, los sacristanes mantenan secas las pilas. De todas las formas de sincretismo la ms conocida es la que integr el santoral catlico con las deidades africanas, identificando (como hemos visto varias veces) a Chang con Santa Brbara, a Ochn con la Virgen de la Caridad del Cobre, a Babal-Ay con San Lzaro, etc. Este proceso de reinterpretacin comenz posiblemente en frica tan pronto se inicia la evangelizcin de los negros por los misioneros europeos. Pero aunque los factores determinantes del fenmeno sean los mismos, cada pas americano con religiones africanas en su seno produjo una variante de esas equivalencias. En todas partes se identific el carcter intercesorio del santo o de la Virgen con el mediatorio de los orichas o se estableci un paralelo entre la funcin de un santo como patrono de un oficio o actividad humana y la de los orichas como representa de ti y de ciertos elementos de la naturaleza (el mar, el rayo, etc.) o como patronos de algunas ocupaciones como la cacera, la metalurgia o la curacin de enfermedades. Pero, sin duda, influyeron tambin ciertas condiciones locales. Por ejemplo: las litografas y estatuas populares en cada lugar. Por eso, el ulcerado Babal-Ay de la leyenda africana se identifica en Cuba con ese San Lzaro repleto de postemas de una estampa muy estimada por los catlicos de la Isla, mientras en Recife, Brasil, se apareja con San Sebastin, que por otras razones tambin presenta el cuerpo lleno de llagas. A Obamor (uno de los "caminos" o avatares de Obatal) en Cuba se le viste de morado y de ah que se le identifique con Jess Nazareno, cuyas imgenes tradicionalmente lucen ropas de ese color. En el terreno de la vida individual, que es en definitiva donde funcionan las culturas, estos procesos aculturativos producen personalidades tan complejas en su aparente sencillez como esas negras criollas a las que se refiere Lydia Cabrera en El Monte, "secretamente aleccionadas por africanos, u oriundas de frica, asiduas tambin a las fiestas y ceremonias de la Iglesia, 'calambucas' de rosario 1. Bastide (1978), p. 278 13 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
y libro de misa, si saban leer -y aun cuando no saban, que era lo ms frecuente y normal- que no perdonaban la misa del domingo y nos obligaban a rezar el Padre Nuestro aunque nos estuvisemos desplomando de sueo, a besar el pan, el pan bendito de cada da que Dios nos daba, cuando se nos caa al suelo, y a persignamos siempre que pasbamos frente a una iglesia. De aquellas morenas tan devotas y buenas catlicas no hubieran podido sospechar ni remotamente muchos seores, que eran las mismas que despus de rezarle en el templo la estilo de blancos', a la Virgen Mara, a Santa Brbara o a la Candelaria, iban a derramar con redoblado fervor, la sangre de un sacrificio sobre las piedras sagradas y vivientes que para ellas representan a esos mismos santos de la iglesia catlica, pero con las exigencias, los nombres, la personalidad puramente afiicana de Yemmu, Chang o Yansa." Ese es el caso de lo que pudiera llamarse (dentro de la vida cotidiana del afrocubano) el sndrome de las dos cartillas, de que nos habla una anciana informante de Cabrera: "...Cuando yo llegaba de la escuelita, dejaba el Cristo ABC (de) la cartilla... y mi padre que era mayombero, musunde, y mi madre que era iyalocha, me esperaban con la otra cartilla... la de all, de Ak y Kunansi. En la casa tena que hablar yeza y congo, y a la par que iba aprendiendo a rezar y el catecismo, aprenda a rezar, a saludar y a rogar en lengua... Se aprenda lo de aqu, pero lo de all tambin era obligatorio."^ Esa pedagoga religiosa funcionaba sin cesar y produca el maridaje cultural a que venimos haciendo referencia. O sea, que no se trata de una simple transposicin entre orichas y santos. Estamos ante la gestacin sincrtica de un concepto peculiar del mundo, de una cosmvisin independiente, original y propia, donde los elementos europeos y africanos se entremezclan para producir una entidad perfectamente separada: el mundo mgico de una realidad espiritualizada, donde todo es sobrenatural, donde el monte es un templo, la ceiba (Iroko) es la Pursima Concepcin de Mara y Jess es un yerbero. Los cultos afrocubanos nacieron y se desarrollaron en el seno de la sociedad esclavista, particularmente dentro de tres de sus instituciones ms tpicas: el cabildo en las reas urbanas; y el batey de los ingenios azucareros y lospaenques de las lomas, en las reas rurales. Sobre la vida religiosa de los cimarrones en los palenques ya hablamos en el primer volumen de esta obra (pp. 200-211) y no hay por qu insistir en ella aqu. En los bateyes juegan importante papel los barracones, donde se hacinaban miles y miles de negros de todas las procedencias africanas, forzados a establecer entre s
estrechsimas inter-relaciones, dadas las peculiaridades de la viviendaprisin en que transcurra la parte menos regimentada de su vida miserable. Todas las fuerzas aculturativas que hemos mencionado se combinan para recrear los ritos que daban de algn modo sentido a la desarraigada existencia del esclavo. Para ello, stos acudan a sus creencias tradicionales, acervo siempre renovado por la corriente continua de nuevos inmigrantes forzados procedentes de frica, que entraron en Cuba sin cesar, sobre todo en el siglo XIX. Ya vimos cmo los amos permitan a las negradas celebrar de cuando en cuando sus bailes ancestrales, para que al divertirse "soltaran presin" y pudieran ser ms fcilmente dominadas. Ignoraban los hacendados, empero, que estas fiestas convertan por un momento al batey en templo improvisado, pues en la prctica estas "fiestas" no eran otra cosa que ceremonias religiosas, saturadas de la ms honda resistencia cultural. El cabildo urbano -como tambin vimos en el tomo 1 (pp. 110-115)- es una institucin muy compleja. Sirve, en primer trmino, para representar a los integrantes de una "nacin" africana ante las autoridades coloniales. En el siglo XVIII se convierte, adems, en sociedad de recreo, socorros y ayuda mutua. Y su estructura reglamentaria externa (de rey, mayordomo, reina, tesorero, secretario, etc.) era esttictamente profana. Sin embargo, secretamente, una de sus funciones capitales fue la religiosa, pues devino refugio bsico de la vida espiritual de los esclavos y negros libres urbanos que lo integraban. En el cabildo el negro adora a sus antiguos dioses. Y, forzado por las circunstancias, funde sus creencias y ritos africanos con los elementos de la religin blanca que lo rodea. En ninguno de los documentos que han llegado hasta nosotros, ni el rey, ni el mayordomo, ni la reina, ni ningn otro dirigente aparecen dotados de funciones religiosas. Alguien, sin embargo, debe haber dirigido los ritos que se celebraban discretamente en la habitacin que toda casa de cabildo dedicaba especialmente a ese objeto. Como es bien sabido, la Iglesia Catlica era la religin oficial del Estado en la Colonia. No se permita el ejercicio de ningn otro culto. Y mucho menos los africanos, tenidos no slo como herticos, sino adems como primitivos y brbaros. No tiene nada de extrao, por eso, que los negros de las ciudades practicasen sus ceremonias rituales tras los velos protectores del cabildo. Y all fue -como bien dicen Roger Bastide y Femando
Ortiz- donde se integraron en gran parte las reglas afrocubanas." En su excelente tesis de grado sobre el Palo-Monte Mayombe (1989) Guillermo Gonzalo 4. Consltese el primer tomo de este libro, p. 114. 15 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Calleja Leal resume con acierto: "Durante toda su historia, los cabildos fueron el factor fundamental que sirvi para cohesionar a los negros de nacin; y adems, sirvieron de lugar de encuentro entre los negros de nacin y sus divinidades africanas. Estas divinidades acudan prestas a los cabildos para 'montar' ('posesionar' a travs del trance medimnico) a los devotos, con el fin de poder bailar, divertirse y transmitir sus enseanzas, consejos y remedios. Hoy en da, el 'il-osha' de la Santera, el nso-nganga del Palo Monte Mayombe y el 'nyeguey' del aiguismo, constituyen cofradas que son herederas directas de los antiguos cabildos de nacin que existieron en Cuba, y donde se continan las tradiciones y prcticas religiosas de los antepasados africanos que han sido transmitidos por tradicin oral."' Existen muchas similaridades en las ideas y las prcticas de las distintas reglas afrocubanas. Todas presentan una serie de caractersticas comunes que, aunque no exclusivas de Cuba, s constituyen un verdadero patrn local de rito e ideologa. En todas las reglas (hoy sumamente interpenetradas, sincretizadas o "cruzadas") encontramos las siguientesnots; 1- Una sntesis peculiar de monotesmo y politesmo que, debido al peso especfico del segundo elemento, pudiera recibir el nombre de monotesmo implcito o subyacente, como vamos a ver en seguida al hablar de la Regla de Ocha. 2- Creencia en un poder misterioso y activo de carcter sobrenatural que puede
comunicarle a los objetos naturales (minerales, vegetales, animales, humanos) un dinamismo, una potencia o energa que de otro modo no poseeran. En la religin lucum este poder se llapia ach. El Dios Supremo de la Regla de Ocha (Olodumare) lo posee en grado sumo y se lo ha traspasado a los orichas, de cuya fuente se infunde a o-os seres de la creacin. El concepto de ach se asocia con otfas ideas tales como santidad, prestigio, virtud, suerte, influencia, autoridad. Recuerda, en cierto modo, al mana polinesio (si a este trmino se le poda toda la hojarasca polmica sobre la evolucin de las religiones que corre desde Marrette hasta nuestros das.) * 5. Calleja Leal (1989) pp. 58-59 6. Sobre el concepto de ach y sus relaciones con la msica y la danza, vase el acpite sobre la msica sacra lucum en el ltimo tomo de esta obra. Tambin Murphy (1988), pp. 130-131. 16 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 3- Creencia en la idea (muy ligada a la anterior) de que los objetos y fenmenos naturales pueden estar habitados por almas o potencias espirituales. Como explica Lydia Cabrera en El Monte: "Toda cosa aparentemente natural excede de los lmites engaosos de la naturaleza, todo es sobrenatural... Arboles y plantas son seres dotados de alma, de inteligencia, de voluntad, como todo lo que nace, crece y vive bajo el sol... El Monte es cmo un templo..."^ Si no fuera por las connotaciones, hoy cientficamente inadmisibles, que E. B. Taylor le imparti al trmino animismo, ste tal vez pudiera ser usado para referirse a este fenmeno. 4- Presencia de un ritual complejsimo, que se desprende de la especial relacin existente entre los practicantes y los orichas y dems seres espirituales (antepasados, familiares y amigos muertos, etc.) Particularmente importantes son los ritos de iniciacin, as como los sacrificios y las posesiones o trances espirituales, tan frecuentes en las ceremonias llamadas gemileres, bembs o tambores.
5- Presenciadevariossistemasdeprcticasadivinatoriasyorculosorientados a la pre-visin de la vida futura. 6- Presencia de la magia, as como de una medicina popular o etnomedicina de naturaleza sagrada, pero tenida por los creyentes como perfectamente "natural" y compatible, en muchos casos, con la medicina cientfica. 7- Importancia capital de la msica y la danza en la liturgia de todas las reglas. 8- Ausencia de una base estructural que integre a todos los creyentes en una comunidad homognea. Las reglas afrocubanas son religiones pero no iglesias; su prctica se realiza por parte de grupos autnomos, unificados tan slo por la similitud (nunca la identidad) de las creencias, ritos, prcticasadivinatorias y manipulaciones mgicas. Esa heterogeneidad y esa ausencia de autoridad jerrquica suprema explica por qu estas reglas se intercomunican, se sincretizan, se interpenetran o (para decirlo en su lengua) se "cruzan" tan fcilmente. )- A pesar de lo anteriormente expresado sobre la relacin entre lo sobrenatural y lo natural, es preciso destacar que las reglas afrocubanas mantienen sus , Cabrera (1983), pp. 14-16 17 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 propios criterios sobre los linderos que separan lo sagrado de lo profano, lmites que no siempre coinciden con los de la orientacin "positiva", cientificista o secularista que priva en el mundo occidental contemporneo. * El Panten Lucum. Los descendientes de yorubas creen firmemente en un Dios personal, supremo, creador, omnisciente, omnipotente, inaccesible y trascendente (llamado Olodumare, Olorn, Olofi u Olofn) y, adems, en una serie de divinidades intermediarias que personifican y gobiernan las fuerzas del Universo: los Orichas. Refirindose a los distintos nombres de Dios escribe Mercedes Cros Sandoval:
"En Santera, como en frica, el Ser Supremo es conocido con los nombres de Olodumare, Olorn y Olofn. El nombre de Olodumare es usado generalmente cuando se hace referencia a la obra creadora. Olorn tambin se usa en ese contexto pero tiene connotaciones solares o celestiales.... Olofn es el nombre que se da a la deidad en los appatakis o leyendas en los que aparece relacionndose con humanos y orichas. Los nombres, sin embargo, se usan de una manera intercambiable".' Todas las exploraciones etimolgicas atededor de los nombres de la mxima deidad yoruba-lucum no hacen sino subrayar los atributos divinos arriba enumerados. Segn E. B. Idowu ^ el prefijo ol quiere decir "el dueo de"; odu, como adjetivo, vale por "mxima grandeza" y como sustantivo significa "el portador del cetro, el poseedor del poder real"; mare equivale a "permanente. 8. Constituira grave error calificar a las reglas afrocubanas e.primitivas. La Antropologa actual ha repudiado ese marbete por muy poderosas razones. En definitiva, en las sociedades de donde proceden las religiones que dieron vida a las reglas, la actitud cientfica y la tcnica distaban mucho de estar ausentes. Hoy se acepta casi universalmente que la estructura mental del llamado "primitivo" no es distinta en esencia de la del hombre moderno de Occidente. O, como dice John A. Saliba en su libro sobre Mrrcea Eliade: "Cuando del pensamiento religioso hablamos, es abrumadora la evidencia en favor de la tesis de que los hombres "primitivos" poseen la misma estructura psicolgica que la de todos los dems pertenecientes a la especie homo sapiens ". Vanse, parano citar ms que a dos autoridades, el ensayo de Claude Levi-
Strauss (1967) "Today's Crisis in Anthropology" y el libro de Ashley Montagu (1968) The Concept ofthe Primitive. 1. Cros Sandoval (1975), p. 107 2. Idowu (1963), pp. 30-37. 18 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 inmutable, incambiable". Segn eso, Olodumare es el dueo y seor eterno del ms alto poder que puede ejercerse en el universo. Por su parte Olorn (01orn) es "el dueo del cielo" y Olofi (Olofn) etimolgicamente significa "el soberano supremo". El mundo de los proverbios africanos repetidos en Cuba apunta en idntica direccin denotativa. En Cuba se dice: Olorn a che e, o sea, "Olorn puede hacer todo lo que quiere"; tambin Olorn wa, es decir, "Olorn lo ve todo". O lo que es lo mismo: Dios (Olodumare) es el Ser Omnipotente, el Ser Omnisciente. De El se dice : Olorn obatobi tobi ("Dios es el rey ms grande del mundo"), o sea, Olodumare es el Ser Supremo. Tambin los relatos legendarios sobre dioses y personajes sagrados que, como hemos visto, se llaman appatakis (o patakes) aluden parablicamente a los atributos del Dios nico. Segn uno de ellos: En cierta ocasin Ogunda atravesaba por tan mala situacin que para poder comer hizo un jamo y se fue a pescar a una laguna. All encontr a un hombre que desde por la maana estaba echando carnada, sin haber cogido un solo pez. Tan pronto puso su jamo, Ogunda cogi un pescado. El hombre que haba pasado el da entero echando carnada, al ver el rpido xito de Ogunda, en seguida reclam: "A m me pertenece ese pescado, porque la carnada es ma, y si no es por la carnada el pescado no viene al jamo". Pero Ogunda dijo: "El jamo es mo y fue el jamo el que cogi el
pescado". A la sazn lleg el dueo del terreno y replic: "El pescado es mo, porque esta laguna es ma". Como ninguno de los tres se pona de acuerdo, la discusin se agudiz, se fueron a las manos y de all a los cuchillos... Olofi, viendo que iba a salir algo malo, cogi el pescado y dijo: "Para que se acabe la tragedia, voy a dividir el pescado en tres partes, puesto que los u^es se consideran con derecho a la misma cosa"'. Olofi aparece aqu como una suerte de Salomn negro. La leyenda apunta a la sabidura infinita de Dios. Como puede apreciarse en la lectura de otros patakes, Olodumare/Olorn/ Olofi es un Dios inaccesible. Una vez concluida su tarea de creacin del mundo se retir de la tierra y ahora vive detrs del sol, desde donde lo divisa todo. A Olodumare no se le rinde culto especial, ni se le ruega para que intervenga en intrascendentes asuntos terrenales, ya que est "jubilado". Segn le explicaba una vieja informante a Lydia Cabrera: "Taita Dios de arriba es el primersimo y no se mete en nada...Mira, pero est indiferente. Presencia solamente. No 3. Patak de Ogunda EUeunle, 3-8. Hemos utilizado para csta.s informaciones una serie de libretas en las que los miembros de la Regla de Ocha consignan leyendas y oraciones. Agradecemos a LydiaCabiera que nos facili tara una antigua libreta de If, muy difcil de conseguir. 19 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 trabaja. Vive retirado. No pide nada. No baja al mundo. ..Ese Olru, ese Dddua viejo, Papa Dio del Cielo, no pasa a or de gente. El dice t me saluda y deja quieto
ya; t pide bendici, sigue tu camino, yo t pa riba, riba, cielo, tu t bajo, t son bruto, bwbw...El Santo ms grande y ms viejo, no tiene trato directo con nadie... Todo lo hizo Olofi. Todo es de Olofi. Hizo el mundo, los Santos, los hombres, los animales, y luego les dijo: Ahora arrglense ustedes. Y se fue. Olofi se jubil"". Olorn es un Ser desprendido de su creacin y por eso "ni come", "ni baila". No cabe en la cabeza humana. No se le puede comprender. Es inmenso. Lo radicalmente numinoso. Pero a pesar de su alejamiento, su nombre se invoca en los ritos y los fieles deben solicitar su proteccin todos los das, diciendo por ejemplo: Olodumare egbco! (Que Olodumare nos d un buen da). En la mitologa yoruba-lucum este Dios aparece muchas veces con los caracteres de un patriarca de carne y hueso. "El taita, 'cabeza de los orichas', es un viejo que trabaja l mismo sus tierras, 'su conuco', empujando el arado, la guataca y el machete, y a quien su prole numerosa proporciona en ocasiones los ms serios disgustos"'. El antropomorfismo uno de los elementos estructurales bsicos de las religiones tradicionales de frica penetra hondamente toda la Santera. A pesar de ser la Divinidad Mxima, Olofi aparece en los mitos con muchas caractersticas humanas. Una de las mltiples explicaciones acerca de por qu el oWc/ia Elegua recibe las prim icias de toda ofrenda es que logr curar a Olofi de una enfermedad misteriosa y recibi de El en pago ese privilegio. En otra leyenda se nos dice que el Dios le tena mucho miedo a los ratones! En una ocasin, los orichas se insubordinaron y soltaron el temido animalito en la casa de Olofi para asustarlo. Elegua, una vez ms, lo salv de este trance y es por ello
que el ratn est consagrado a l. El reparto de poderes entre los orichas se debe, precisamente, al cansancio de Olofi. Como ya estaba muy viejo y no se ocupaba de nada, haba un desorden y una escasez muy grandes en el mundo. Cuando Obatal lleg a visitarlo en su morada, lo hall tendido en el suelo, vencido por la fatiga. Temeroso de un intento de sublevacin por parte de los hambrientos orichas, Obatal convenci a Olofi de que deba repartir su poder en-e aquellos. Y es as que le entreg el rayo a Chang, el ro a Ochn, los metales a Ogn...y, finalmente, las cabezas y la supremaca sobre todos al fiel Obatal. Como por decisin propia de Olodumare/Olorn/Olofi el control prctico de la realidad universal se encuentra en mano de los orichas, en stos se concentta tambin casi toda la actividad religiosa de los practicantes del culto lucum. De 4. Cabrera (1983), pp. 77-78 5. Cabrera (1983), p. 78 20 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 ah la naturaleza profundamente contradictoria de la Regla de Ocha, que a la hora de definir su esencia hereda todas las notas polmicas con que la antropologa actualmente contempla las complejidades de las religiones africanas. Por un lado tenemos un dios omnipotente y, por otro, un Dios "jubilado": el deus otiosus, el dios distante, de la etnologa. Por un lado hay un Dios que todo lo puede y por otro hay un Dios cansado y desidioso, que ha abdicado todos sus poderes, entregndoselos a las divinidades intercesorias. Hay un Dios que introduce el
orden en el caos y es el arbitro supremo del bien y del mal, pero es un Dios sin culto, sin sacerdotes, sin altares, elementos que poseen en abundancia los orichas. En definitiva, es sta una religin monotesta o politesta? Quin manda por fin aqu: Olorn u Obatal, Olodumare o Chang, Olofi u Ogn, Olofin u Ochn, el Gran Dios o las deidades secundarias pero supremamente poderosas? El profesor E. B. Idowu considera que las interpretaciones poUtestas y aun las destas del panten yoruba son etnocntricas e insiste en el carcter monotesta de Olodumare, pues los orichas para l no son ms que conceptualizaciones de algunos de los atributos del Dios Supremo. * No nos toca en esta obra estudiar la naturaleza de la deidad en frica. El propio Idowu, despus de muchas idas y venidas, concluye que la religin yoruba debe ser vista como un "monotesmo difuso"! Para la situacin cubana parece mucho ms funcional el criterio aplicado por Evans-Pritchard a la religin Nuer: "Una religin testa no tiene que ser monotesta o politesta. Puede ser las dos cosas a la vez. Es una cuestin de nivel, de situacin, de pensamiento, ms que de tipos exclusivos de pensamiento. En un nivel la religin Nuer puede ser considerada como monotesta, a otro nivel como politesta; y tambin puede ser considerada en otros niveles como totmica o fetichista. Estasoncepciones de la realidad espiritual no son incompatibles. Son ms-bien diferentes maneras de pensar lo numinoso a niveles diferentes de experiencia".* La Regla de Ocha, al igual que los cultos africanos de que procede, no puede ser catalogada como religin estrictamente monotesta, del mismo tipo que el judaismo, el cristianismo, el islamismo, etc.
Pero hay en ella, sin duda, ese elemento de "ultismo" de que habla Paul Tillich, expresado en el concepto de un Ser Supremo Creador. Por algo al sincretizarse en Cuba Olodumare/Olorn/Olofi se equipar con Dios Padre y con el Espritu Santo, mientras los orichas ya lo hemos sealado muchas veces se identifican con la Virgen y con los Santos, entidades subordinadas e intercesorias. 6. Ver Idowu (1975), especialmente el captulo 5. 7. Idowu (1975), p. 136. 8. Evans-Pritchard(1956), p. 316. 21 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 El proceso sincrtico de los orichas prueba el vigor de las tendencias politestas tanto en frica como en Cuba. Estas divinidades presentan bsicamente las mismas caractersticas en ambos lados del ocano. Son seres inmortales, poderosos (aunque no omnipotentes), benficos casi todos pero peligrosos, personales, con motivaciones y comportamiento similares a los de los seres humanos, en cuya vida cotidiana intervienen constantemente, ya por iniciativa propia, ya respondiendo a plegarias, sacrificios o ritos. Son dioses con historia y los detalles de sus relaciones familiares, sus amoros, sus descendencias, se recogen en una nutridsima mitologa tan rica como la griega, que se transmite oralmente y ahora tambin por escrito en mltiples libretas. Cada uno tiene un color emblemtico y piedra sagrada propia (otan). Cada uno representa un fenmeno de la naturaleza del cual se convierte en "dueflo". Su nmero es enorme. Una tradicin yoruba dice que son 1,700 (en Nigeria). N.A. Fdipe
(1970) propone unos 401, aunque admite que se desconoce su nmero exacto'. A ellos habra que agregar el de las divinidades de otros pueblos representados en la trata, muchos de ellos con caractersticas similares a las yorubas. La riqueza infinita de sus panteones es una de las notas tpicas de las religiones africanas. En Cuba la actividad aculturativa reduce el nmero de orichas. Como explica Fadipe, en su mayora las deidades yorubas poseen una importancia local y su culto tiende a confinarse a comunidades particulares. Solamente unos pocos logran alcance general. Y son precisamente esos los ms venerados en Cuba y otros lugares del Nuevo Mundo. "Hay al menos cuauo orisa adorados dondequiera en territorio yoruba: If o el orculo de las nueces^^de palma; Esu, generalmente considerado compaero inseparable de//...; Obaial, conocido como Oduduwa en las comunidades If, Ijesa y Ekiti; Ogn, el orisa del hierro y las cosas hechas de hierro y, por lo tanto, de la guerra; y Sonpon (en Cuba BabalrAy o Chopon), asociado con las viruelas. Adems hay.orisa que son casi universalmente adorados en el territorio yoruba, como Sango, el dios del rayo y Oy, su supuesta esposa, identificada con las tormentas; Orisa Oko, identificado con el bosque y patrn de los cazadores. Los siguientes tambin son venerados ampliamente, incluso por los yorubas de Oy, el grupo tnico ms numeroso: Erinle, conectado en alguna forma con los ros; Yemoja, tambin relacionada con los nos; Osun, l genjp delro de ese nombre".'-" Es decir, que 9. Fadipe (1970), p. 268 ' y ^ . . 10. Fadipe (1970), pp. 261-262. Traduccin nuestra. El autor cont mal al referirse a los orichas adorados en todas partes: If, Es, Obatal, Ogn y Sonpon son cinco y no cuatro. Adems, Orisa Oko no es el patrn de los cazadores, sino Ochosi.
22 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 en Cuba, como era de esperarse, sobrevivieron aquellos orichas cuyos cultos se hallaban ms generalizados en frica. Otra de las vas de reduccin del nmero de orichas en Cuba es la unificacin de divinidades yorubas distintas en una sola con distintas advocaciones o caminos. Ya en frica, los dioses posean mltiples nombres y manifestaciones. Un informante de Bascom (1980), por ejemplo, "identificaba su deidad, Olufon u Orisa Olufon, como una clase de Obatal" (en Cuba Olufon u Obalufon representa un avalar de Obatal). Esta labilidad de los orichas africanos permiti que, una vez en Cuba, diversos dioses nigerianos o no se fundiesen en una entidad con mltiples personalidades. Como dice Mercedes Cros Sandoval que explica muy bien este fenmeno: "En las divinidades afrocubanas, el dios Yoruba que les da nombre, imprime su carcter y esencia y las divinidades absorbidas por el oricha Yoruba se manifiestan como caminos o avatares de esa divinidad. As Obatal, el dios creador yoruba...(en Cuba) ha absorbido a otros dioses creadores Yoruba, as como a dioses creadores de otros panteones africanos"." El tercer y ltimo proceso es ese a que hemos aludido tantas veces: los orichas se identifican con la divinidad y los santos catlicos. El politesmo residual o marginal del catolicismo popular se integra as con el proveniente de frica. El hecho de que en la Isla la Regla de Ocha sea conocida generalmente con el nombre de Santera (con su obvia alusin a un concierto variado de santos) no es sino otro indicio de la importancia que para la mente del practicante lucum
tienen las viejas races politestas de su religin. Hay que reiterar, empero, que el culto autnomo a los orichas no anula ni desconoce sino que supone y afirma la presencia y el poder de Olodumare/Olorn/Olofi. Olvidarlo nos conducira a una comprensin muy errnea de la religin lucum, la cual por esas complejas circunstancias merece ser considerada como una forma peculiar o variante del monotesmo que, para usar la terminologa propuesta por Idowu para frica, bien pudiera llamarse monotesmo difuso o implcito, o tal vez mejor: tcito, virtual o subyacente. Cul es el mecanismo que conduce a la identificacin sincrtica de los orichas con los santos catlicos? Para muchos se ^ata de una suerte de treta protectiva. Los negros africanos escondan deliberadamente a sus dioses bajo el ropaje de las entidades intercesorias cristianas para defenderse de las persecuciones religiosas. Y esto, desde luego, debe haber ocurrido. El proceso, sin embargo, era de seguro mucho ms complejo. Los negros, como hemos visto. IL Cros Sandoval (1975), p. 123. 23 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 tenan gran inters en controlar el podero o ach de la religin blanca. Saban, por sus contactos con el catolicismo popular, de los poderes que ste atribua a todo un catlogo de santos a quienes los fieles reverenciaban, rogaban, pagaban "promesas" y ofrecan ex-votos. Era inevitable que compararan a esos potentes espritus con los suyos propios. Y cuando los datos de \os patakes de un ocha
coincidan, en mayor o menor medida, con la hagiografa de un santo, o cuando las caractersticas que a ste se le atribuan eran ms o menos semejantes a las de algn oricha, la tendencia a identificar a uno con el otro resultaba irresistible. Ese San Lzaro, que los creyentes catlicos representaban como un viejo repleto de llagas que se apoya en un bculo para poder caminar, no sera, en verdad, una versin blanca de Chopon o Babal Ay, el dueo de la lepra y la viruela, representado tradicionalmente en frica como un viejo cojo que se ayuda a deambular con un palo? Cuando veamos en seguida las notas diferenciales de esos dioses y anotemos sus respectivas advocaciones cristianas podrn quizs hacerse evidentes algunos de los paralelos que dieron lugar a la identificacin sincrtica. No es fcil establecer una clasificacin omnicomprensiva de los orichas lucumes. Son esos dioses entidades muy complejas y hasta contradictorias en sus caractersticas. Como bien ha sealado Femando Ortiz, la Regla de Ocha no entiende la dicotoma maniquesta de Dios y Diablo: "Sus dioses son buenos y malos segn los momentos y las circunstancias, como ocurre con los seres humanos; y todos pueden hacer favores y disfavores."'^ No se olvide, adems, que estas deidades devienen continuadas metforas msticas. Chang es el trueno y el fuego y, en consecuencia, tambin la virilidad. Ogn posee los metales y por eso es el patrn de los herreros y agente del conflicto blico. Ochn es agua dulce y tambin miel y jie de vivre. De todos modos, para tratar de establecer un cierto orden en esta intrincada urdimbre, hemos elaborado el siguiente esquema de las deidades mayores del panten lucum, ayudndonos
con algunas ideas de Mercedes Cros Sandoval (1975) y de Julia Cuervo Hewitt (1988): 1) Deidades cosmognicas: - Olodumare: Dios Supremo, el Creador por antonomasia. - Obatal-Odduda: agentes creadores utilizados por Olodumare. 2) Deidades telricas: a) Meteorolgicas: - Chang: dios del ueno y del fuego. - Oy: la centella. 12. Ortiz (1975), p. 78. 24 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 b) Fluviales: - Ochn. - Oba. c) Martimas: - Yemay. - Olokn. t) De los minerales: - Ogn: dios de los metales y de la guerra. e) De las plantas: - Osan' dueo de las hierbas mgicas y medicinales. f) De los agentes patgenos: - Babal-Ay: dueo de las enfermedades. '^ - Inle: el mdico divino 3) Deidades del quehacer humano: - Ochosi: dios de la caza. - Oricha Oko: dios de la agricultura. - Agay: dios de los porteadores, barqueros y cargadores. 4) Deidades adivinatorias: - Orula u Ornmila, veedor del futuro. - Elegua, que "habla" en el coco. Contemplado en todos sus detalles, este panten y sus mitos acompaantes integran lodo un sistema de interpretacin de la naturaleza y de la sociedad:
constituyen el corpus filosfico, "cientfico" y teolgico de la visin del mundo de los yorubas cubanos. Para cada fenmeno natural y social siempre hay uno o ms orichas y uno o ms patakes (o leyendas sagradas) que todo lo explican. Y lo mismo sucede con cada uno de los innumerables avatares de la existencia humana. A continuacin describimos las caractersticas bsicas de los principales orichas lucumes. Cada uno posee animales, plantas, colores y nmeros que les son propios. Adems, los das de la semana estn dedicados a ciertas deidades. En Cuba, las piedras preciosas tambin estn ligadas a determinados dioses, casi siempre debido a su color. Frecuentemente sealamos ms de una advocacin 13. Para probar que no es fcil esta tarea clasificatria, tngase en cuenta que Obatal es el patrono de las personas afectadas por defectos fsicos y de los enfermos graves. Ogn, por su parte, es el "dueo" de la ciruga porque a l pertenecen los metales y, en consecuencia, el bistur. 25 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 catlica como equivalente a un determinado oricha. Esto se debe a que cada uno posee diversos "caminos" con variados correspondientes catlicos. OBATALA Color emblemtico: blanco Da de la semana: jueves Nijmero:8 Piedras preciosas: brillantes, diamantes, cristal de roca. Metales: plata Plantas: algodn, ceiba, jazmn, galn de noche.
Animales: araas, palomas, pez guabina. Advocacin catlica: Nuestra Seora de las Mercedes, Jess Nazareno, San Jos, San Manuel. Funcin: creador del gnero humano, paz, pureza. Collar: Cuentas blancas. Da de fiesta principal: 24 de septiembre. El mayor de los Orichas es Obatal, hijo de Olodumare y su colaborador ms cercano en la tarea creadora. Tambin se le conoce como el Orichanla, el gran Oricha.'" En un manual de Ocha se lee: "Cuando Olodumare cre la vida humana en la Tierra, hizo a Obatal a su semejanza (equivalente a Adn) y l se encarg de velar por el planeta y por sus criaturas".'^ Uno de los mitos nos muestra a Obatal apisonando la arcilla salida de las manos de Olodumare con la ayuda de una gallina. En el prximo acpite, acerca de la mitologa lucum, nos extenderemos sobre los poderes gensicos de Obatal, tanto en el campo de la cosmogona como en los de la teogonia y antropogona. Acierta Julia Cuervo Hewitt cuando le llama er'creador creado".'* 14. Ya sabemos que la palabra "oricha" (u "orisha") quiere decir deidad. En Yoruba "na" significa grande, ilustre, augusto. Crowther( 1870), segunda parte, p. 189. Tambin Cros-Sandoval (1975), p. 127. . . 15.0bEcn(1985),p. 209. 16. Cuervo Hewitt (1988), p. 121. . 26 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Obatal tiene diecisis avalares o "caminos", once masculinos y cinco femeninos:" Obatals "machos" Obatals "hembras" Allguna Agguema Acho Yemb o Yemm
Ochagrin u Osagrinan Elefuro Obbamor Ochanla u Obnl Yeku-yeku Oque-ilu o Iroco'* Llelu Obalufun u Ocha Lufn OloUu-ocumi Allalua Orolu Oggan Como dice un informante de Lydia Cabrera: "Obatal es uno, llmesele con todos los nombres que se quiera, Obatal hembra, lyal, y Obatal varn, todos son uno".'' Esta divisin sexual es importante, ya que segn uno de los mitos, el Orichanla es padre y madre de una generacin de Orichas (Elegua, Ogn, Ochosi, Osun, Dada, Ornmila y Chang) que, como veremos en detalle ms adelante, nacen de la unin de un Obatal masculino con Yemm, uno de sus avatares femeninos.^" Obatal es tambin el escultor del cuerpo humano, aunque la vida y la inteligencia del hombre provienen directamente de Olodumare. As lo explica Jos de Calazn Herrera, uno de los ms preciados infonnantes de Lydia Cabrera: "Cuando (Obatal) termin la obra, Olorn sopl sobre el cuerpo del hombre, corazn hizo fque-fque y el primer hombre se movi"^'. El Orichanla es el dios de la pureza y de la paz, aunque en uno de sus "caminos" Allguna 17. Ver Cabrera (1971), p. 306-315. Tambin Ob Ecn (1985) pp. 209-219, CrosSandoval (1975), pp. 131-139 y De la Soledad (1988), pp. 216-218. Los nombres de Obatal (y, en general, de todos los orichas) varan enormemente, dependiendo de las fuentes. 18. Iroko se le llama tambin a la ceiba, rbol sagrado para los lucumes. 19. Cabrera (1983), p. 313.
20. Segn otras fuentes Yemm (o Yemb) es una Ycniay. 21.Cabrera(1983), p. 392. 27 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 se presenta con una personalidad violenta. A l pertenecen las personas afectadas por defectos fsicos y los enfermos graves. Segn algunos creyentes, el Obatal ms viejo se llama Oddudiia que, en este caso, deviene uno de los caminos o avalares del oricha de la creacin. Para otros, Oddudiia es un oricha diferente, aunque ligado a Obatal. Lo mismo sucede en frica, donde unas veces se considera a Odduda como el dios creador, antecesor de Obatal, mientras que en otras regiones se muestra como esposa de ste o identificado completamente con l. En un mito, los dos esposos forman un giro, cuya mitad superiores Obatal, representando el cielo, y la mitad inferior Odduda, representando la tierra. Para algunos fieles cubanos, Odduda es el Santsimo Sacramento o San Manuel.^^ Su collar se hace de cuentas de ncar y coral: 16 blancas por cada 8 rojas. Es un gran adivino y aliado de Ornmila, el dios de los orculos. Posee 16 piedras u otanes. Obatal ya lo vimos fue el responsable de que Olodumare repartiese su poder entre los orichas. Le encanta el algodn, al que defendi de la envidia de los pjaros y con el cual envuelve sus piedras. El lector encontrar una versin desarrollada de este bello patakon el acpite sobre la mitologa. Obatal personalmente le entreg dientes al maj, a la culebra. En una poca, los cocos se hallaban muy escasos. El maj tena tres y saba que Obatal los
quera. Se coloc en el camino por donde ste pasaba y al verlo venir le entreg los cocos y le pidi una gracia: "Baba, yo no puedo cam inar, ni tengo dientes para comer, aydame". Obatal tom unos alfileres y los clav en la boca del maj diciendo: "Desde hoy podrs arrasu-arte y comer todo lo que alcance tu boca". Al poco tiempo el reptil caz un venado, su primera pieza. Este y muchos otros patakes, ilustran la eficacia del eb, de la ofrenda, en la solucin de dificultades y aprietos. Este oricha, como todos, presenta caractersticas aniropomrficas: Obatal se enferma y tiene graves problemas familiares, sobre todo con su hijo Ogn. Algunas historias relacionadas con l estn sazonadas con ingredientes ms cubanos que africanos. En una ocasin, Obatal despidi a su cocinero Odibe porque crey las acusaciones de aquellos que lo envidiaban. Orula le aconsej a Odibe que hiciese una rogacin y llevase una "jaba" a lodos lados. Obatal, al verlo con la bolsa, se convenci de la diligencia de Odibe y decidi poner un anuncio solicitando un empleado. Odibe vio el clasificado y aspir al empleo. El gran Orichanla descubri a los enemigos de Odibe, lo restituy en su puesto e incluso lo ascendi a Jefe de la Casa. 22. Cros-Sandoval (1975), pp. 140-148. 28 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Obatal es el ms importante de los orichas, ya que representa al mismo Olorn en la tierra. Es quien juzga a los hombres en este mundo y los prueba con delicadeza: a Oka, por ejemplo, le dej caer con disimulo un saquito de dinero por haber hecho rogacin (eb). La sopera donde se guardan sus atributos es
blanca y las piedras donde se asienta son "chinas" o cantos rodados del mismo color. El Obatal de cabecera lleva ocho piedras u "otanes". ELEGUA Colores emblemticos: negro; rojo y negro Da de la semana: lunes Nmero: 3 Piedras preciosas: azabache, nice Plantas: Yerba hedionda, jurubana, aj gua-guao, almacigo. Animales: ratn, camalen, pollo. Advocacin catlica: El Nio de Atocha, San Antonio, San Roque, El Anima Sola. Funcin: Dios de los caminos, las encrucijadas, mensajero de los dioses. Abre y cierra los caminos humanos, dios del deslino de los hombres. Collar: negro, rojo y negro o blanco y negro. Da de fiesta principal: 3 de junio Elegua, hijo de Obatal y Yemm, es un oricha importantsimo en la Regla de Ocha, ya que sin invocrsele en primcF lugar no puede realizarse ningn rito. Numerosospaa/c/ei explican la razn por la que a Elegua se le ofrenda antes que a cualquier otro oricha. Ya vimos que, segn una versin, se debe a que cur al mismo Olofi, gracias a su conocimiento de las plantas medicinales. En otra leyenda se nos explica que Olofi quera mucho al pequeo Elegua, pero al repartir sus dones a los orichas se olvid de l. Al darse cuenta de que nada le quedaba que entregarle, le imparti el derecho a comer antes que nadie. Olofi en persona le entreg a Elegua una corona y su collar de cuentas blancas, rojas y negras, para premiar as sus servicios en la tierra. La genealoga de los dioses africanos es complejsima y a menudo contradictoria. El mito teognico se satura de elementos histricos. Un paiak hace descender a Elegua de una familia real, a la vez que explica el origen de la piedra
que le sirve de asiento: Haba en una tribu africana un Oba (rey) que se llamaba Okubor, casado con la reina Aaki. Tuvieron un primer hijo al que llamaron 29 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Elegua. Creci el nio y, por ser prncipe, lo dotaron de un squito palaciego. Un da sali con su guardia y al llegar a una encrucijada se detuvo al ver una luz semejante a dos ojos deslumbrantes situados en el suelo. Aquello caus gran asombro en sus acompaantes, pues cuando llegaron al lugar vieron que se tratabajJe un coco seco. Elegua llev el coco para su casa y cont a sus padres el prodigio que haba presenciado, pero nadie lo crey. Aburrido, tir el coco detrs de la puerta y all lo abandon. El rey dio una fiesta en Palacio y los invitados, de pronto, se horrorizaron al contemplar unas luces que provenan del coco que estaba detrs de la puerta. Tres das ms tarde mora Elegua. Pas mucho tiempo y las cosas iban muy mal en el reino. Los mayores se reunieron y determinaron que la razn de todos esos males era el esuido de abandono que sufra el coquito dejado por el prncipe. Fueron a brindarle holocausto, pero al acercarse notaron que el coco estaba vaco y comido por los insectos. Tras largas deliberaciones acerca de aquel objeto que deba perdurara travs de los siglos, llegaron a la conclusin de que un coco siempre sera perecedero en extremo y que era mejor sustituirlo por una piedra u otan. As lo hicieron, situaron a otan en un rincn y eso es lo que se ha seguido haciendo hasta nues-os das. Entre los yorubas africanos Elegua se conoce con el nombre de Esh, mientras que en la regin dahomeyana se le denomina Legba. En Cuba cuenta
con numerosos "caminos": Ech Male, aliado de Ornmila; Laroye, el guardin de las puertas; Ech B, que cuida las esquinas; Alal o Akual, dueo de las encrucijadas; Agere, que est en las sabanas; Alaguana, el de la mala suerte;. Eluf, el ms viejo de todos ; Aagu, jefe de los otros Eleguas; Oguanilebe, amigo de Ogn; Ech Barakikeo es el ms pequeo de todos y vive en la manigua. Segn una libreta, hay siete clasesdeElegua o Ech, cada uno con tres caminos, para un total de veintiuno. Las siete categoras son: Aagu, la madre de todos los Elegua. Ech Okuboro, de la vida y la muerte. -Ech Laguana, que est en todas partes. Ech Layik, el camino que nadie sabe cmo empezar y cmo acabar. Ech Laroye.el que siempre csti peleando. Ech Batielle, el que acaba con todo. Ech Odde-Mata, que sirve para el bien y para el mal. . Otras autoridades elevan el nmero de caminos de Elegua a ms de cien. Dependiendo de los avatares, Elegua puede ser anciano o nio y es quien abre y cierra los caminos al hombre. Segn explica Juan Manuel Casanova: "El nombre de este duende africano tambin llamado Eshu estasociado a una poca en que el mundo qued incomunicado a causa del crecimiento de una 30 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 maleza gigante. Todos los caminos de la tierra haban sido borrados, hasta que l, con sus propias manos, los abri nuevamente. Con su bastn, hecho con una rama de rbol terminada en gancho, apart aquella maleza que amenazaba ahogarlo todo. Este bastn llamado 'garabato' es parte fundamental de los objetos sagrados del culto santeril. Por eso, la danza ritual de este dios nos recuerda los rpidos movimientos del que se abre paso entre la espesura de la
selva con un machete y la aparta inmediatamente con el garabato"". Es uno de los orichas que cuenta con mayor nmero de leyendas dedicadas a sus aventuras. Elegua tambin abre y cierra las puertas, posee la llave del destino y sirve de espa a los dioses. Como veremos, fue l quien avis a su padre Obatal del incesto de Ogn. Es revoltoso y hace recaer sus culpas en los dems. En una ocasin, por ejemplo, Elegua se rob un chivo y se las ingeni para que se inculpara del delito a Osun, el gallito. Cuando se presenta como Ech es malvolo por naturaleza y goza apartando a los que se quieren bien. Para ello se vale de triquiuelas como la siguiente: Eran dos amigos que se queran mucho y juraban que nada podra separarlos. Los oy Ech y dijo: "Hoy ustedes se van a pelear". Tom un gorro, pint un lado de negro y el otro de rojo, se lo puso en la cabeza y pas por el sitio donde se hallaban los amigos. Uno de ellos dijo: "Viste a ese hombre con el gorro negro?" y el otro contest: "Que va, chico, el gorro era rojo!". As discutieron y discutieron hasta que se fueron a las manos. Y todo por una treta de Elegua. Algunos, en frica, han considerado a Ech como una suerte de diablo cristiano. Y es que, como Satn, suele tentar a los hombres. As hizo con el cazador Obara, a quien convenci que no hiciese el eb ordenado por Orula. El resultado fue que Obara perdi el produelo de su cacera. No olvidemos, sin embargo, que resulta igualmente una fuerza protectora y benfica de suma eficacia. Tanto en Cuba como en frica, Ech/Elegua es el dios de lo ambiguo, y su simbologa alude a esta ambigedad: lleva ropas miuid rojas y mitad negras; habita en las encrucijadas o "cuatro caminos"; es mal consejero y el ms poderoso aliado. Algunos "caminos" lo presentan como un nio travieso a quien
puede contentarse fcilmente, puesto que es glotn y goloso. Es entonces dueo de las cometas o papalotes, de los trompos, de las bolas o balinas. Otras veces se manifiesta como un viejo a quien se ofrece tabaco y aguardiente. Es dios y prncipe, pero come en la basura. Est en todas panes, espiando,.: Es el eterno picaro, el mejor de los iricksters. Slo un ejemplo, el de unpatofc'evidenterente muy aculturado: En un tiempo Elegua fue a casa de Orula y le diJ9"Vengo a que me haga babalao, a que mo, haga If". Orula inquiri acerca del dinero 23. Casanova(1990), p. IC31 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 necesario para la ceremonia. Elegua contest: "No tengo ni un kilo prieto". "Sin dinero no te puedo hacer If", ripost Orula. Elegua se alej unos pasos, dio un brinco y, a propsito, cay de cabeza y empez a sangrar profusamente. La mujer de Orula se asust muchsimo y le dijo a su marido: "Ay, hijo, ahora va a venir la justicia y nos va a prender, llama a Elegua y dale el If que pide". As lo hizo. Elegua se fue para la esquina. En esto viene el hijo de Olokn que, como era mdico, siempre obligaba a Elegua a saludarlo con respeto especial. Pero en esta ocasin iba a ser al revs. Elegua, fanfarrn, le dice: "Oye, t, saldame, que ya tengo If". "Pues si tienes If, regstrame". Elegua consult el orculo: "En tu casa hay muchas aves que por la tarde se posan en un rbol". "Por favor, Elegua, eso lo sabes desde antes y eres un farsante". "No, no, Olokuncito, espera, esta maana tu madre te rega porque le tocaste las nalgas y su marido te vio". Asombrado, el mdico dijo: "Eso es verdad y t no estabas presente. Elegua, yo
te saludo". Corriendo, el hijo de Olokn fue a ver a su madre, que era riqusima por ser duea de todos los tesoros del fondo del mar. "Mam, yo quiero ser babalao; mira que Elegua ya es babalao y yo no puedo ser menos que l". Olokn le dijo que averiguara el costo con Elegua: "Uff, eso es carsimo, cuesta una carreta cargada de oro". Sali corriendo Elegua para casa de Orula y le dijo: "Cuando venga Olokn para que hagas a su hijo babalao, dile que cuesta una carreta de oro. De ese modo te pago yo mi If". Y as fue. Elegua le pag a Orula el doble por su If, gracias a su picarda. Al pequeo oricha le apasionan las fiestas y los bailes. No hay rito lucum que no comience o termine sin solicitarse su favor. Junto a Ogn y a Ochosi constituye la trada de "los guerreros" del panten lucum. Cualquier persona, iniciada o no, puede dar entrada en su casa a un Elegua para que le sirva de proteccin. Los Eleguas se hacen de piedra o de cemento, con cauris para sealar los ojos, la b(x;a y las orejas. Se abre un agujero en la base donde se coloca la "carga": tierra de una encrucijada, de una iglesia, de un bibijagero, de la crcel, etc., yerbas y palos del oricha, miel de abejas, unas monedas de diversas denominaciones y otras sustancias. Se sella el hueco con cemento y se entierra el Elegua por tres o siete das (segn la costumbre del oficiante) en una encrucijada. Luego se le lleva a la casa del santero, donde se le ofrece un pollo negro y otros dones durante tres das, antes de entregrsele al que habr de recibirlo. Elegua generalmente reposa en un plato o cazuela de barro que se guarda dentro de un pequeo armario o gabinete, cerca de la puerta principal de la morada. Todos los lunes los fieles debern saludarlo y hacerle una ofrenda de aguardiente o ron, dulces y tabaco. 32 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
OGUN Colores emblemticos: verde y negro; morado rojizo. Da de la semana: Martes. Nmero: 7. Piedra Preciosa: Amatista. Metales: Todos, particularmente el hierro y el acero. Plantas: Pimienta, palo clavo, quiebra hacha, pata de gallina. Animales: Perro, cucarachas, pargo. Funciones: dios de la guerra, de los metales y de los hospitales. Dios de los secretos y realizador del potencial humano. Advocacin catlica: San Pedro, San Juan Bautista, San Miguel Arcngel.San Pablo. Collares: cuentas negras y verde claro. Tambin (dependiendo del camino) cuentas color caf y negras, alternadas en grupos de^iete. Asimismo le pertenecen una cadena de hierro de la que cuelgan varios dijes del mismo metal: una flecha, un yunque, un hacha, un machete, un pico, una llave, un martillo, un serrucho, etc. Dos rasgos caracterizan a Ogn: la violencia y la rusticidad. Los santeros viejos le dicen "el orichai brujo" y es dueo de los secretos. "Ogn conoce el lugar donde se esconden las cosas valiosas, no slo en la tierra, sino en el interior de uno mismo".^ Para el crecimiento interior y la realizacin del potencial humano es imprescindible la asistencia de Ogn, quien representa, adems, la energa vital que mantiene al mundo en perpetuo movimiento. Es el hijo ms rebelde de Obatal y Yemmu, y concibi un amor incestuoso por su madre. Cuntase que Obatal viva con Yemmu o Yembo, su mujer, y junto a ellos residan Elegua, Ogn, Ochosi y Osun. Tenan adems una hija, Dada, quien no viva con ellos. Obatal sala todos los das a ^abajar y dejaba a sus vastagos en la casa y era Osun el encargado de contarle todo lo que haba acontecido en su ausencia. Ogn era el que ms trabajaba y por eso se hallaba muy mimado y todos le deban obediencia. Pasando el tiempo, Ogn se enamor
de su madre y varias veces trat de forzarla sexualmente. Pero Elegua siempre estaba vigilando y se lo deca a Osun, quien reprenda a Ogn. Un buen da, Ogn 24. Edwards and Masn (1985), p. 20. 33 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 qu era el cocinero ech de la casa a Elegua y le reparti tanta comida al gallito Osun que ste se qued dormido. Todos los das, a la misma hora, Ogn cerraba la puerta de la casa. Elegua, desde fuera, acechaba. Un da, Elegua esper a Obatal y le dijo: "Hace muchos das que yo no como". "Por qu?" pregunt Obatal. "Porque Ogn me bot de la casa para poder acostarse con mi madre". Al da siguiente Obatal regres de improviso a la casa y comprob que lo que Elegua deca era cierto. Obatal llor tanto que se vio obligado a apoyarse en un bastn de mangle, porque le faltaban las fuerzas. Llam a la puerta y Ogn respondi. Pero al ver delante de s a su padre, con la mano alzada para maldecirle, le dijo: "No, baba, no hables, no me eches maldicin. Yo mismo me maldigo. Y mientras el mundo sea mundo yo, Ogn aguaniy, yo, pap, de da y de noche trabajar." Obatal dijo: "Och" (as sea). Como en el mito adnico, aqu se postula el carcter maldito del tfabajo humano: castigo de un gran pecado. Despus de oir hablar a su hijo, el Oricha Mayor entr en la casa y llam a Yembo, pero de nuevo Ogn le dijo: "Mam es inocente, no la culpes, yo la obligu", a lo que respondi el encolerizado Obatal: "Vete, no quiero verte ms, ya no puedes vivir en esta casa". Ogn, avergonzado, se intern en el monte y
comenz a trabajar en una herrera. El gran Orichanla se dirigi entonces a Yembo: "No voy a maldecirte, pero s te digo que, en el futuro, matar a cada hijo varn que nazca de nosotros". Yembo llor sin decir nada, ni una sola palabra. Ogn goza de gran popularidad en frica pues como explica Cros Sandoval: "...En Nigeria la importancia de los herreros y de los forjadores de hierro era tremenda y Ogn como patrn de estos artesanos as como tambin de los soldados, los cazadores y los pescadores, gozaba de un culto importante e influyente. Los herreros formaban una casta aparte, respetada y apreciada por toda la comunidad hasta tal punto, que los jefes del gremio de herreros tenan derecho a asistir a reuniones del consejo que gobernaba cada ciudad. Ogn como patrn de todas estas profesiones, era objeto de un culto abierto a todos los clanes y tribus, a la vez que en cierto sencido confinado a estas clases econmicas y profesionales"." Como veremos ms adelante, Ogn es el eterno enemigo de Chang, pues ste nunca le perdon lo acontecido con su madre. Adems, como venganza. Chang le rob su mujer Oy. En uno de sus "caminos" Ogn es un ermitao que viola a las mujeres que osan acercrsele en el monte. En Cuba, este oricha es tambin muy importante, puesto que es el dueo del cuchillo y sin cuchillo no hay sacrificio posible. Ogn est muy ligado a Ochosi y sucumbe ante los encantos y la dulzura de Ochn. 25. Cros Sandoval (1975), p. 235. 34 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Algunos de sus caminos principales son los siguientes: Ogn Arer: dueo de los metales, San Pedro. Ogn Onil, el que est en el monte, San Juan Bautista. Ogn Alaguad: el herrero que trabaja da y noche, sin dormir.
Ogn Chibirik: lleva a la gente a la crcel, San Miguel Arcngel. Ogn Kueleko: el de la lnea del tren. Ogn es un dios amante de la sangre y, en una ocasin, cort cientos de cabezas para dar fin a una sublevacin de los hombres contra Olofi. Como es "montuno" (campesino) y Chang le rob sus ropas, viste muy rsticamente: con falda de guano o "mariw" y el torso descubierto. Sus atributos son un caldero de hierro donde se guardan sus herramientas: una mandarria, un yunque, un machete, una pala, una barreta, un pico, tres herraduras y un pedazo de cadena. Tambin "viven" dentro de la cazuela una flecha de Ochosi y una piedra negra, asiento del oricha. El caldero se coloca cerca de Elegua, a la entrada de la casa y "crece" (se le incorporan ms elementos) en la medida en que el adepto lo requiere y el oricha as se lo pide en un "registro" o sesin adivinatoria. Se le aaden, por ejemplo, clavos (hasta un total de siete) y herraduras (hasta un total de cuatro), un calibrador, un fuelle, un bistur (este ltimo como proteccin en caso de ciruga). Ogn es el patrono de los cirujanos y, con Ochosi, protege a los cazadores. Le brinda a sus fieles tenacidad y firmeza para enfrentar la vida. "Ogn es tambin un curtidor y el patrono de los talladores de madera, los curtidores, los barberos y los conductores de automviles y de locomotoras"^. Como explica uno de sus devotos: "En su cazuela de hierro y en sus herramientas est el significado del trabajo bruto de esta vida"." 26. Bascom (1969), p. 82. Traduccin nuestra. 27. Ob Ecn (Cecilio Prez) (1985), p. 53, 35 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 OCHOSI Color emblemtico: violeta.
Da de la semana: martes (como su compaero Ogn, al que se halla ligado). Nmero: 7. Piedras preciosas: amatista, mbar. Plantas: cafla santa, salvadera, espartillo, siempreviva (comparte muchas con Ogn). Animales: venado, codorniz. Advocacin catlica: San Norberto. Funcin: dios de la cacera, de las crceles, de la justicia, de los abogados y las leyes. Da de fiesta principal: 6 de junio. . ; ^ Collar: cuentas carmelitas y verdes. - ' Tan estrechamente unidos se hallan Ochosi y Ogn que, como vimos, el atributo de aqul un arco de metal atravesado por tres Hechas se guarda en la cazuela de ste y hasta "comen" (se les sacrifica) al mismo tiempo. La leyenda explica el origen del vnculo: Ogn, a pesar de poseer un machete, pasaba un hambre atroz. Como era desmontador limpiaba la selva los animales huan al ruido d su trabajo. No poda cazar. Ochosi era un gran\ cazador, pero la maraa, la espesura de la selva, impeda que avanzase por el bosque en pos de animales. El hambre lo atormenuiba igualmente a l. Consult con Orula quien le aconsej que subiese a una loma y desde all dejara caer una rogacin. As lo hizo Ochosi, con tan mala o buena suerte queja ofrenda-descendi sobre Ogn: "Me ha embromado usted". Ochosi se deshizo en excusas y comenzaron a contarse sus penas. A Ogn se le ocurri: "Hombre, yo desmonto y no puedo matar y usted mata y no puede pasar. Pues desde ahora yo desmontar y usted matar". Y as lo hicieron. Por eso siempre andan juntos, Ochosi en lo alto y Ogn en lo bajo. Ochosi adquiri sus funciones directamente de manos de Olofi, en pago de
un favor. Olofi quera apoderarse del Rey de los Monos de los Siete Rabos, pero ste viva en una cueva y no haba modo de llegar a l. Ochosi consult con Orula, quien le aconsej hacer una rogacin y acostarse bien quietecito a la puerta de la cueva. Los monios, azorados, miraban con desconfianza al oricha, que se haca el muerto. El Cazador segua inmvil y los simios decidieron llevar "el cadver" para presentrselo al Rey... Una vez dentro, ni corto ni perezoso. 36 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Ochosi atrap al soberano y se lo llev a Olofi, quien le dijo: "Mientras el mundo sea mundo, sers el dueo de la crcel, del presidio, de los cazadores y de los animales silvestres"^. Una santera honrada insiste: " Este oricha es el dios de la justicia y no puede ser apaador de cosas mal hechas. Un droguero que reciba a Ochosi, lo hace ilegalmente y no le sirve de nada. Ochosi est ligado a Obatal, a la justicia de Obatal". Efectivamente, Bascom nos explica que Ochosi es el lingista o intrprete de Obatal y cualquiera que desee ver a ste deber acudir a Ochosi primero. ^' La fidelidad de este oricha a Olodumare es de todos conocida. Un patak africano nos muestra la generosidad y el desprendimiento que lo caracterizan: Todos decan que Ochosi, el cazador, jams sera rico, nunca llegara a nada. Todos los animales que cazaba se los entregaba a Olofi, sin reservar ninguno para s. Los amigos de Ochosi formaron un "club" y decidieron confeccionar unos elaborados trajes para lucirlos el da de la fiesta anual. Ochosi estuvo de acuerdo. Como no tena dinero, se acerc a Olodumare y le dijo: "Babb, quisiera un vestido para la fiesta, pero como soy tan pobre no tengo manera de conseguirlo".
Olodumare respondi: "No te preocupes, Ochosi, yo te lo har". Das antes del evento, los invitados comenzaron a preparar sus ajuares: unos los hicieron de seda blanca, otros de algodn blanco, ricamente adornados. Olodumare visti a Ochosi con un traje de cuentas blancas que resplandecan a la luz de la luna. Cuando sus amigos lo vieron, se postraron ante l, pensando que el mismo Olodumare los honraba con su presencia. Ochosi bail, cant y alab a los adivinos y a Olodumare. Desde ese da, como premio a su fidelidad, Ochosi fue rico.'" Una gran tragedia empa la vida del oricha quien, sin quererlo, fue culpable de matricidio. En una ocasin caz dos pjaros para venderlos a Orula y los dej guardados en un rincn. Su madre, sin que Ochosi lo supiese, le ocult uno. Al descubrir el hurto, enfurecido, dijo: "To alacn, que mi flecha mate a la persona que se rob mi pjaro". Y lanz al aire una flecha que vol por los aires, dio vueltas por toda la plaza y se clav en el corazn de su madre. Ochosi es un gran proveedor y se cree que quien lleva una pequea flecha de oro al cuello ser protegido siempre por el oricha. Segn Mercedes Cros Sandoval, "si en Cuba se dice que es dueo de la crcel y que habita en ella, se debe al parecido que stas tienen con las trampas de l)s cazadores"^' 28. Obtuvimos ambos patakis de Lydia Cabrera, comunicacin personal. 29. Bascom (1980), p. 227, nota 3. 30. Bascom (1980), pp. 337-341. 3L Cros Sandoval (1975), p. 252. 37 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Entre sus caminos encontramos a Ochosi Adeb, Ochosi Ode Mata y Ochosi Guruniy ^l Algunos de sus atributos son el arco, la flecha, las esposas y un pequeo revlver de metal. Los "guerreros" son frecuentemente recibidos por los creyentes como forma
de resguardo o proteccin, sin que esto constituya una iniciacin formal en la Regla de Ocha. Es ms, si luego el fiel se dedica al culto especfico de Elegua, de Ogn, de Ochosi o de cualquier otro oricha deber pasar por un rito especial de iniciacin, el Asiento o Kari-Ocha. Junto a los "guerreros", los adeptos reciben tambin a Osun, representado por una copa de metal de la que cuelgan cuatro cascabeles y coronada con la figura de un gallo. Su fundamento se guarda en esa copa, que debe colocarse en la parte superior del armario o canastillero, donde nadie pueda hacerlo caer. Su misin es avisar de algn peligro. Si Osun pierde el equilibrio, eso es seal de graves ocurrencias. Algunos lo consideran una suerte de ngel protector. ORUNMILA U ORULA Colores emblemticos: amarillo y verde. Da de la semana: No se le otorga da especial, pero el domingo es regido por todos los orichas. Nmero: 16. Piedras preciosas: esmeralda, topacio, jade verde, malaquita verde, mbar. Plantas: ojo de profeta, aceitunillo, almorejo, astronoma. Animales: gallinas negras. ^'' Funcin: la adivinacin, el consejo. Advocacin catlica: San Francisco de Ass. Da de fiesta principal: 4 de octubre. Collares: cuentas verde claro y amarillas. Tambin se emplean estas cuentas para confeccionar una pulsera o id de If, que se lleva en la mueca izquierda. La vida de Orula comenz en tragedia. Fue el primer varn que naci a Yemmu y a Obatal despus de o acontecido con Ogn. Fiel a su palabra, Obatal tom al nio en sus brazos y lo llev al medio del monte. Al llegar a una ceiba enorme, cav un agujero y enterr a Orula hasta la cintura, con los brazos
debajo de la tierra. Supona que no durara mucho, sin agua ni alimento... Elegua, 32. De la Soledad (1988), p. 180. 38 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 que haba seguido a su padre, lo observaba todo. "Esto no es justo -^se deca si alguien tiene que pagar con su vida debera ser Ogn y no el pobre Orula, que no tiene la culpa de nada". Le cont lo ocurrido a su madre. Yemmu, llorando, le pidi a Elegua que todos los das fuera a visitar a Orula y le llevara comida. Pas el tiempo. Elegua alimentaba a Orula y la Ceiba, Iroko, lo protega bajo su sombra. Yemmu tuvo otro hijo varn a quien llamaron Chang y que vino al mundo con estrpito, pues con l haba nacido el trueno. Chang era un negrito tan lindo que Obatal se compadeci de l y no quiso hacerle dao. Se lo entreg a su hija Dada para que lo criase. Pasados cuatro aos, Dada decidi llevar a Chang a visitar a su padre. Obatal qued encantado con el nio, se lo sent en las piernas y comenz a jugar con l. Mientas tanto Yemmu lloraba acordndose de Orula. Obatal le dijo a Dada: "Todos los das treme al muchacho para verlo". Y as fue. Obatal se lo sentaba en las piernas y le contaba todo lo que Ogn haba hecho. Por eso Chang creci odiando a Ogn, quien lo haba obligado a vivir separado de sus padres. Y cuando se hizo hombre, por boca de Elegua, que se llevaba muy bien con l, se enter de lo acontecido a Orula. Por aquel entonces, el Primero de los Orichas andaba completamente desmemoriado y todo iba mal en el mundo. Chang, viendo el apuro de Obatal y queriendo salvar a su hermano de la prisin en que agonizaba, decidi abordar el tema con
su padre: "Baba, hace tiempo t enterraste a mi hermanito debajo de una ceiba". Obatal respondi: "Esa es una historia vieja. Chang, el pobre Orula hace aos que muri". "No, pap, Orula no ha muerto, pero est muy mal. Djame salvarlo". Obatal dio su consentimiento. Chang agarr a Orula por los hombros y lo desenterr. Este le dijo: "Gracias, hermano, pero cmo voy a ganarme la vida? He estado aqu enterrado todos estos aos y no s hacer nada". Chang, que desde su nacimiento era dueo del orculo, se ttep a la ceiba y, cortndole un gajo, fabric un tablero, el tablero de If, que regal a Orula para que consultara a todos en el reino. Las primeras palabras de ste fueron: "Maferefn (alabado seas) Chang, maferefn Elegua, maferefun Obatal, maferefn Olofi". No acababa de decir estas palabras cuando cay un rayo en forma de corona que rode el tablero. Orula se postr ante Chang y le rindi pleitesa: "Kabo, kabiesile, Oba"?^ Orula, desde entonces, es el dueo de la adivinacin. 33. Casi todas las libretas de santeros poseen versiones de esta historia. Ver tambin Prez (1986), pp. 92-93. Kabo, kabiesile es el saludo tradicional que se le hace a Chang, Oba quiere decir "rey". En otras versiones es el mismo Obatal quien le entrega el tablero a Orula. 39 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Segn Mercedes Cros Sandoval este mito es "producto del proceso sincretista que ha tenido lugar en Cuba. En l aparece Obatal como el padre de muchos de los dioses; en frica l es considerado como jefe y padre jerrquico de los dioses, pero no como el padre biolgico. En Santera existe la tendencia a
emparentara los dioses en las ms diversas maneras, debido a un deseo de poner orden y establecer jerarquas en la abigarrada familia celestial".** Es posible que as sea, pero Lydia Cabrera recogi esxspatake boca de Gabino Sandoval, hijo de "lucumes egbados". Y parece difcil que, en tan slo una generacin, se redefniera tan radicalmente la genealoga mtica d los orichas. Quizs nos hallemos ante una variante regional de origen africano criollizada ms tarde en la Isla. No olvidemos que los temas del incesto y del hijo varn abandonado o condenado a morir son constantes en la mitologa universal. El ms conocido de todos los casos es posiblemente el de Edipo, hijo de Layo, rey de Tebas, y de la reina Yocasta. Advertidos por un orculo que el nio matara a su padre y se casara con su madre. Layo y Yocasta abandonan a la criatura al pie de una montaa. El rey de Corinto adopta a Edipo y, al pasar el tiempo, se cumple la prediccin del orculo^ Otro caso con caractersticas similares (aunque en lno hallamos la nota del incesto) es el de Cronos y Zeus, personajes tambin de la mitologa griega. Crcmos, hijo no muy afectuoso de Urano, tema a su sucesin, ya que la profeca vaticinaba que sera destronado por uno de sus propios hijos. El remedio fue sencillo. Cada vez que su mujerRea le daba un heredero, Cronos tranquilamente lo devoraba. Cuando Rea fue a dar a luz a Zeus, sin embargo, la Tierra y el Cielo la enviaron a Creta. All naci el infante, quien se cri escondido en la cueva de una montaa. Rea, por su parte, entreg a Cronos una piedra envuelta en paales
que ste trag de un solo bocado. Al correr el tiempo, Zeus, efectivamente, venci a su padre, lo hizo vomitar a sus hermanos y se convirti en el rey de los dioses.^' Incluso la vida de personajes tales como Moiss y el rey acadio Sargn se hallan rodeados de detalles mitolgicos que reproducen algunos de estos temas. En la historia de Moiss tampoco juega un papel el incesto, pero como en el mito afrocubano, hay una sentencia de muerte para todos los varones (en este caso, y por orden del rey de Egipto, se conden a morir a todos los nios hebreos): "Cuando asistis al parto a las hebreas y al lavar la criatura veis que es nio, le matis; si es nia, que viva".'* Los padres de Moiss, temerosos, lo pusieron en una cestita y lo dejaron a la orilla del ro. All lo encon- la hija del Faran, 34. Cros Sandoval (1975), pp. 158-159. 35. Ver al respecto Grant (1962), p. 87. 36. xodo 1:16. Utilizamos la edicin de la biblia de Ncar y Colunga, 1964. 40 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 quien lo quiso y lo educ como si fuese propio. Exactamente lo mismo ocurri con Sargn, el fundador de la dinasta semtica de Acadia. Algunos textos cuneiformes que datan de 2,360 A.C. dicen lo siguiente: ..."Yo soy Sargn, el rey poderoso, el rey de los Acadios. Mi madre fue una sacerdotisa de Enitu, no conoc ningn padre...Mi madre me concibi y me pari en secreto. Me puso en una cajita hecha de fibra... y me dej en el ro... El no me llev y me trajo a Akki, el cargador de agua, (quien) me adopt y me cri como hijo suyo". " Wemer Keller explica que la historia de la canasta en el ro es un relato folklrico semtico muy antiguo, transmitido de generacin a generacin por medio de la
tradicin oral.'* En el siguiente cuadro podemos apreciar las coincidencias temticas en las historias de estos diversos personajes. Zeus Edipo Orula Moiss Sargn Nio varn es condenado a muerte + + + + ? Condena proviene del padre + + + Padre abandona al nio + + + + + El nio es criado o ayudado por otros + + + + + Padre cree que el nio ha muerto + + + - ? El nio reaparece en su adultez y ocupa posicin de importancia + + + + + Aparece en el relato el tema del incesto - + + 37. Keller (1980), p. 123. 38. Keller (1980), p. 123. 41 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 No nos toca entrar aqu en el complejo y muy debatido asunto de la explicacin de estas coincidencias en relatos de origen tan diverso. Nos limitamos a sealar que la historia de Orula y muchas otras del folklore afrocubano se enmarcan dentro de los temas mitolgicos universales. Ornmila es el dios de la sabidura y ya lo vimos de los orculos. Su conocimiento es infinito y sus manifestaciones a veces muy sutiles. En una ocasin dio un banquete a Obatal, quien le haba pedido que le preparara de comida lo mejor y lo peor del mundo. Cuando lleg el momento de servir el mejor de los platos, Orula present una bandeja que contena una lengua de toro
deliciosamente sazonada. Obatal comi con deleite. Lleg el momento de ofrecer lo peor y Orula de nuevo sirvi lengua. Obatal se qued extraadsimo. Orula explic: "Baba, me pediste lo mejor y lo peor del mundo y te lo di. Porque la lengua puede ser muy buena y usada para alabarte, o puede ser muy mala y empleada para matar". Obatal qued muy satisfecho y asombrado de la profunda sabidura de Orula. Existen numerossimos patakes que narran la historia de este importante oricha. Casi todos concluyen con la misma moraleja: es necesario hacer eb para lograr un bien apetecido. En ms de una ocasin, aparece Orula en aprietos y auxiliado por una ms mujeres. Una/vez nuestro ortc/za cay en un pozo y muchos pasaron sin ayudarle. Tres mujeres que lo oyeron cantar decidieron sacarlo. Unieron sus tres faldas, pero el pozo era profundo y no alcanzaron al dios prisionero. Aadieron los tres mantos y el rescate se efectu. Como recompensa, Orula les concedi el don de la fertilidad. Ornmila vivi durante mucho tiempo con su mujer Ochn y tambin cohabit con Yemay. De esta ltima se separ porque ella, en su ausencia, consultaba y le haca la competencia. Los sacerdotes dedicados a su culto, los babalcfos, constituyen la mxima jerarqua dentro del clero lucum. Esta divinidad no se posesiona de sus fieles. La comunicacin con l es siempre indirecta, a travs del orculo. CHANGO No hay oricha ms popular en Cuba que Chang, Santa Brbara bendita. Su genealoga es bastante imprecisa. Como vimos, unas leyendas lo presentan como hijo de Obatal y Yemmu y salvador de su hermano Ornmila. Otras afirman que es hijo de Agay y Yemay. Esta se lo enveg a Obatal para que lo criara y cuando Chang se hizo hombre se enamor de Yemay sin saber que era su madre (nuevamente la preocupacin por el incesto). Otras ms indican que Chang cay directamente del cielo, como una enorme bola de fuego. Cros
42 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 CHANGO Colores emblemticos: Rojo y blanco. Da de la semana: mircoles. Nmero: 6. Piedras preciosas: rub, granate, cornalina roja \ I Plantas: palma, guano blanco y guano prieto, piscuala, pltano, quimbomb, tomate. Animales: jicotea, camero, juta, novillo. Funciones: el fuego, la pasin, el trueno, la msica, el baile. Advocacin catlica: Santa Brbara. Da de fiesta principal: 4 de diciembre. Collares: cuentas rojas y blancas, alternadas. Sandoval reproduce un palak segn el cual Chang es hijo de Obatal (en un "camino" femenino) y de Agay Sola. Algunos informantes de Lydia Cabrera aluden a su origen terrenal, histrico: "Chang fue un rey que se volvi Ocha"; "Fue hombre y rey, Alafn, antes de volverse santo y subir al cielo"". Se dice que Chang es de Oy y se convirti en rey de todos los lucumes. Esta versin cubana coincide con la leyenda africana. SegnPadipeexisten relatos nigerianos que otorgan a Chang el ttulo de primer rey de Oy, un gran guerrero cuyo poder se hizo sentir en una amplia zona."" Samuel Johnson, el eminente historiador de los yorubas, distingue entre reyes mitolgicos o hroes deificados y reyes histricos. Chang pertenece a la primera categora y, segn l, fue el cuarto rey de los yorubas, divinizado despus de su muerte."' Uno de los nombres por los que se le conoce en Cuba, Obakos, quiere decir "rey {Oba) de Koso" y Koso es una villa prxima a la antigua ciudad de Oy. "^ 39. Cabrera (1983), p. 222. 40. Fadipe (1970), p. 263.
41. Johnson (1970), impreso originalmente en 1921, p. 34. Tambin pp. 149152. Tambin ver Cros Sandoval (1975), pp. 175-180. 42. Fadipe (1970), pp. 263-264. Segn explica este autor, Koso quiere decir "l no se ha ahorcado" y alude a un mito segn el cual Chang se ahorc y sus amigos obligaron al pueblo a decir que el Rey no se haba ahorcado. 43 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 A Chang le apasionan la msica y el baile. Es mujeriego y tiene infinidad de amantes, pero las ms conocidas son Oy; Oba, su esposa legtima y Ochn. Chang, cuando quiere, sabe hacer sus buenas picardas. En una ocasin, por ejemplo, Obatal buscaba donde guardar su dinero. Ochosi le consigui una caja y una escalera y el Orichanla llen la caja con su capital y la colg de un rbol. Para protegerla solt fieras en la sabana: leones, tigres y culebras (obsrvenselas alusiones claramente africanas del relato). Los Ibeyi, los jimaguas, se dieron cuenta de lo acontecido, porque estaban jugando cerca del lugar. Chang les trajo dulces, les tir de la lengua y ellos le contaron todo lo que saban. Eldios del trueno comenz a preparar sus planes pero al observar a las fieras se dijo: "Me jod!" (as, textualmente, aparece en la libreta consultada por nosotros). Cavil y cavil y, por fin, agarr una jaba dnde coloc comidas crudas y. cocinadas, azcar, agua y aguardiente. La dej en la sabana. Las bestias se abalanzaron sobre ella y, mien-as se despachaban a su antojo. Chang trep al rbol y se llev el dinero. Como ha "viajado" tanto, este oricha es uno de los que poseen ms caminos en el panten lucum. Algunos de los principales son: Chang Obay, de aspecto terrible, habita en la palma; Chang Alafin, el rey de Oy; Obakos, rey de Kos y de todos los lucumes, bailador, rumbero; Obalubb, el que vive con Oba;
Olfina Koki, Chang nio; Jebioso, Chang por "camino" arar (dahomeyano); Obara, el cazador, un mentiroso; Chang Eyeo, que pelea echando fuego por laboca. Como vimos, Ogn y Chang son enemigos irreconciliables. La primera vez que se encuentran los hermanos se halla presente Babal-Ay, lleno de Hagas. Chang lo cura y le regala los perros que siempre acompaaban a Ogn. El oricha d la guerra y los metales jur venganza, pero ms de una vez sera vencido por Chang. Oy, lo sabemos, viva con Ogn, quien la maltrataba. Chang, por,odio a su hermano, se dispuso a seducirla. Cuando aquella lo vio "tan lindo y guarachero" se enamor en un instante y, encantada, se fue con l; La alianza de Chang y Oy el fuego y el remolino; el trueno y la centella es invencible. En una ocasin Chang se vio en la necesidad de disfrazarse con las ropas y las trenzas de Oy para escapar de sus enemigos. Algunos fieles afirman que Chang no gusta de los espritus y le tiene miedo a los muertos. Ouos afirman que al oricha no le tiemblan las piernas ante nada, sino que l, rebosante de vida, es incompatible con la muerte. Como le dijeron a Lydia Cabrera: "No guita juego con la queleto fro, porque t t vivo y caliente, t huriri" (lleno de vida).*' 43.Cabrera(1983), p. 244. 44 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Su piedra caracterstica es la llamada "piedra de rayo" y los otanes donde se asienta se guardan en una batea de madera. Muchas imgenes del dios lo representan con un hacha de doble filo en la cabeza. Como es un ocha tan bravo, debe estar junto a Obatal para que ste lo modere. Y es por esa razn que el blanco de Obatal acompaa siempre al rojo tempestuoso de Chang en vestimentas y collares. Sus hijos lucen una corona roja en forma de castillo. La
espada es tambin smbolo de Chang/Santa Brbara, Los congos, como veremos en el prximo captulo, lo llaman Nsasi o Siete Rayos. OYA Colores emblemticos: vino y blanco; "guarabeado" (combinacin) de todos los colores. Da de la semana: viernes. Nmero: 9. Piedras preciosas: sanguinaria. Plantas: papaya o fruta bomba, flamboyn, palo hacha, bejuco batalla, tambin "come" berenjena. Animales: gallinas, chivas. Funcin, poderes: Proteccin de la muerte, guardiana del cementerio, la centella, la tromba o remolino, la tempestad. Advocaciones catlicas: La Virgen de Candelaria, Santa Teresa de Avila, la Virgen de Montserrat. Da de fiesta principal: 2 de febrero. Collares: cuentas de color vino, rayadas de blanco y azul. En frica Oy, divinidad lluvial, es considerada la primera esposa de Chang. Es la diosa del ro Nger, tambin conocido en frica con el nombre de esta oricha. En Cuba Oy pierde su carcter acutico y aparece como la segunda mujer de Chang ( Oba es la primera y principal). Tambin se le otorga el apelativo de Yansa o Yans.** Ya sabemos que Oy estaba unida a Ogn, que Chang la rapt con el consentimiento y beneplcito de aquella y la llev a vivir 44. Oy era estril, pero hizo eb con una oveja hembra y pronto pari nueve hijos. Por eso se la conoce como lyansan, que quiere decir "Madre de nueve hijos". Por esta razn, ni ella ni sus hijos pueden comer ovejas. Ver Bascom (1980), p. 231. 45 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
a casa de su hermana Dada. Junto a l aparece ligada en numerosos patakes, sobre todo en temerarias aventuras guerreras. En cierta ocasin Osan le entreg a Chang un pequeo giro y le dijo: "Todos los das, antes de salir a la calle, mete un dedo en el giro y hazte una cruz en la lengua". Desde entonces, cada vez que hablaba, el dios del trueno echaba fuego por la boca. Oy nunca haba tocado las pertenencias de su nuevo marido pero la curiosidad la picaba acerca del misterioso rito matutino. Aprovech un da que Chang andaba de viaje para hacer lo mismo. Introdujo un dedo en el girito y se hizo una cruz en la lengua. Cul no sera su terror al observar que cada vez que hablaba le sala candela de la boca! Despavorida, huy de la casa y se escondi en una palma. Al regresar. Chang observ que su mujer no lo esperaba. Dada le cont lo ocurrido. Furioso, sali a buscarla con la intencin de propinarle un fuerte castigo. Al llegar junto a la palma se encontr a Oy soltando llamas por la boca. No bien haba comenzado a regaarla por su falta de respeto sta le dice: "No seas bobo. Chang, desde ahora podr ir a tu lado para hacerle la guerra a Ogn". Y as fue. Esta es la razn por la que hay guerra en el mundo (antes del disgusto de Ogn y Chang la guerra era desconocida). Oy y Chang vencieron a Ogn, quien se intern en el monte, dej de u-abajar y se dedic tan slo a beber aguardiente. Algunas libretas indican que la relacin entre Chang y Oy, iniciada por un simple anhelo de venganza, lleg a convertirse en un verdadero amor compartido. Segn Lydia Cabrera, "Unas veces Oy, que tambin es el 'Viento Malo',
el remolino, la tromba o manga de aire devastadora, precede a Chang llevando la tempestad en sus faldas, mientras el orisha combate lanzando rayos y piedras y echando fuego por la boca. (Pero Oy 'con ser tan revolucionaria y tan val lente... es muy mujer, muy amante de su hogar. Pasa aos sin salir, metida en su 'rincn')"."' Esta oricha es muy celosa y, como veremos, se las ingeni para deshacerse de Oba. \5npatakmy conocido nos relata que Chang frecuentemente se suba a una palma para desde all enviar mensajes a todas sus concubinas. Oy decidi atrapar a Chang infraganti y esperarlo en la palma. Este, que se haba dado cuenta de las intenciones de su amante, llen el rbol de lagartijas (Oy le tiene terror a esos animalitos). Cuando Oy comenz a trepir, las lagartijas la rodearon. Despavorida, baj de inmediato y le lanz un relmpago a la planta. Desde ese da las palmas atraen a los rayos. Tanto en Cuba como en frica, Oy se encuenu-a muy relacionada con la 45.Cabrera(1983), p. 223. 46 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 muerte. En una vieja libreta hallamos este interesantsimopaa^/': Olofi tena una hija y la Muerte (Ik) se enamor locamente de ella. Fue a ver a Olofi y pidi la mano de la doncella. Olofi, entre asombrado y aterrorizado, le dijo: "Est bien, Ik, si te comprometes a traerme cien cabezas te podrs casar con mi hija". Ik, que era un hombre de pensamiento ligero, reflexion: "Cien cabezas? Djame hacerle una proposicin mejor a Olofin". Se dirigi a ste: "Para qu quieres
cien cabezas si hay un hombre que tiene una que vale por cien?". "Quin es?", pregunt Olofi. "Igu, el palo", respondi/A:M. "Pues tremelo y te dar a mi hija". Igu era un hombre cumplidor de sus deberes y siempre haca rogacin. Ik se encontr con Aw, el carnero y le pidi que lo ayudara: "Si me auxilias en esto, te juro que nunca morirs". Aw acept y llam a su amiga Oga, la soga: "Necesito que como amigo me hagas un favor". "S, como no", respondi Oga, que a SU vez le deba favores al carnero. "Mira, Oga, ireme aqu a Igu, que es tu amigo, y si lo haces no tendrs que trabajar ms". La soga toc en la puerta de Igu, pero como este haba hecho eb, recibi la advertencia de que no deba de abrir. Lleg Aw y, encolerizado, se fue a buscar unos cocos, alimento predilecto de Igu. Llamaron una vez ms a la puerta. Con voz suave susurr: "Igu, si quieres no me abras toda la puerui, slo una rendija para que veas algo lindo que te he trado". Igu se asom y, al ver al coco, extendi la mano para alcanzarlo. Aw, de inmediato, lo tumb al suelo y Oga lo amarr. Lo pusieron en una caja y se dirigieron hacia el palacio de Olofi. Oy, que todo lo saba, se escondi en el camino. En el momento oportuno, se manifest como un gran remolino y, en la confusin, rescat a Igu. Desde ese momento la muerte qued al albedro de la diosa y Aw, por traicionero, fue maldito por Olofi: "Por siempre, camero, sers devorado por Chang". Otras versiones indican que fue Oy en persona quien entreg el carnero a su amado Chang. Judith Gleason seala que en frica Oy se manifieslii en el ro Nger, en los
tornados, en los vientos, en el fuego y en el bfalo."* Tambin resguarda a las mujeres en el mercado porque es duea de la plaza. Algunos de sus caminos son: Oy B, la esposa de Ogn; Oy Dum, la duea del cementerio; Ynsa Orir, la centella y Oy Abinoddo, la que pelea con Chang."'' La sopera que guarda sus otanes debe ser de variados colores. La llamada "piedra de rayo" es tambin de Oy y en su sopera se colocan nueve cantos rodados negros de tamao mediano y nueve manillas con los que se aleja a la muerte. 46. Gleason (1987), p. 1. 47. De la Soledad (1988), pp. 204-205. 47 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 OBA Color emblemtico: rosado. Da de la semana: Viernes. Nmero: No tiene nmero asignado. Plantas: Caoba, castao. Animales: Chivas. Funcin: la abnegacin conyugal, el hogar, los huesos del cuerpo humano. Es tambin maestra y escritora. Advocacin catlica: Santa Catalina de Siena, Sanu Riui de Casia. Da de fiesta principal: 30 de abril. Collares: cuentas color rosado lila. Oba, hija tambin de Obaial y Yemmu, amaba mucho a Chang. Obatal andaba preocupado porque ste, su hijo favorito, segua viviendo solamente con la mujer que le haba robado a su hermano y no asentaba cabeza. "Ya es hora de que te cases. Chang. Es verdad que Ogn se merece que le hayas robado la esposa y mucho ms, pero tienes que tranquilizarte. Quiero que te cases con Oba." Chang acept. La muchacha no le desagradaba. Era bonita, hacendosa y estaba locamente enamorada de l, tan rumboso y guapetn. La boda fue celebrada por todo el reino.
Segn otra versin, Obatal simplemente hizo de intermediario entre los dos orichas: "Obba, enamorada deChang, le dijo a Obatal: dgale que yo lo quiero. Obba le llev un caballo moro de regalo, y lo dej en el patio del palacio: - Mira, Chang, lo que te ha trado Obba. - Muy bonito el caballo, pero la mujer que ms me gusta es Oy, dijo Chang". * Sea como fuere. Chang y Oba contrajeron matrimonio. Y pcKO a poco aquel aprendi a querer a su mujer, tan buena y comprensiva. Oy, por supuesto, arda de celos. Ella quera a Chang para ella sola, cosa imposible de lograr, dada la naturaleza de su amante. Tram una venganza. Se fingi amiga de Oba y comenz a aconsejarla: "Ahora todo es muy bonito, pero creme, pronto se va con otra mujer y te deja. Si lo conocer yo..." Oba se hallaba consternada. Qu podra hacer para que su marido la quisiera para siempre? "Muchacha, am48. Cabrera (1983), p. 224. 48 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 rralo dijo Oy . A Chang le encanta el quimbomb. Ahora cuando vayas a tu casa, crtate una de tus orejas y chala en el guiso. Cuando l la coma jams podr abandonarte". La pobre Oba era muy confiada. Se arranc la oreja. La cocin con quimbomb y se la sirvi a Chang. Para que su marido no se diera cuenta de lo que haba hecho se coloc un turbante que cubra el rea mutilada. Cuando Chang vio la oreja flotando en el caldo se enfureci: "Que es esta porquera, Oba? Por qu andas con ese pauelo en la cabeza?". Se lo arranc de un tirn. Cuando el oricha comprob con horror lo que su mujer haba hecho
la rechaz. "Qu has hecho Obba! Obba od-ti! No te abandonar, sers mi principal, pero como te has mutilado, no vivir ms en tu casa"."' En Nigeria Oba es una diosa poco conocida y tiene un origen fluvial que ha perdido en Cuba: el ro que lleva su nombre se funde en un punto con las aguas del ro Ochn. Los iniciados no "hacen Oba" como los otros santos. En vez de colocrseles la piedra de Oba en la cabeza, se coloca la de Ochn, mientras se sostiene la de Oba sobre el hombro. Es decir, Oba no se "asienta", sino que se "recibe" a travs de Ochn. Al igual que Orula, tampoco "baja" o se posesiona de sus fieles. Las "herramientas" o smbolos de Oba, que van en su sopera, son los siguientes: Un yunque, porque ella es herrera como Ogn. Un timn de barco y una brjula porque, como Ymay, fue navegante (de ese modo gua al ser humano por los buenos caminos de la vida). Una carreta, que representa a la muerte. Una pluma de escribir, pues es sabia como Obatal. Una espada que la identifica con Chang. Una oreja, por razones obvias. Y una llave, para abrir las puertas de la casa al dinero y la fortuna. ^^ OCHUN La deidad femenina ms venerada y querida por los creyentes afrocubanos es sin duda Ochn, Yey, Cachita, la Virgen de la Caridad, patrona de la Isla. La Venus lucum es bellsima, coqueta, alegre y graciosa, aunque posee avatares o "caminos" en los que es desdichada y andrajosa. Se dice que es hermana de Yemay, con quien comparte el dominio de las aguas. En tierra yorubaes la diosa del ro que lleva su nombre y su culto se centra en la ciudad nigeriana de Oshogbo. El cobre le pertenece tanto en frica como en Cuba y para invocarla se emplea una campanilla (agog) de ese metal. Un patak muestra a Ochn
49. Ver Cabrera (1983), pp. 224-225. Otras versiones sealan a Ochn o a Yemay como la autora del engao, pero casi todas las fuentes confirman que Oy fue la responsable. 50. Ob Ecn (1985), p. 253. 49 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 OCHUN Color emblemtico: amarillo. Nmero: 5. Da de la semana: sbado Piedras preciosas: topacio, coral, mbar. Metales: oro (aunque su duefla es Yemay), cobre. Plantas: ans, canela, calabaza, cascabelillo, culantrillo de pozo, perejil, naranja, girasol. Animales: aura tinosa, caimn, camarn, pavo real. Funcin: el amor, las aguas dulces. Advocacin catlica: La Virgen de la Caridad del Cobre. Da de fiesta principal: 8 de septiembre. Collares: cuentas amarillas transparentes que se mezclan con cinco cuentas de coral. Pertenece tambin a Ochn un collar hecho enteramente de coral. como salvadora del gnero humano. Una gran guerra asolaba a la humanidad y nadie lograba penetrar el palacio de Olofi, que guardaba su privacidad con numerosos soldados. Ochn cocin unos bollitos y los roci con la miel que le pertenece. Adems coloc en su canasto cinco carretes de hilo y varias agujas. Cuando el primer soldado le dio el alto ella, zalamera, le ofreci un bollito mientras le deca: "Tienes la ropa rasgada. Ven y te la coser". Encantado, el guardia la dej pasar. Y as hicieron sucesivamente todos los dems. Al llegar a las puertas del palacio de Olofi, Ochn comenz a coquetear con los soldados
y derram los bollos en el suelo. Mientras aquellos coman, la oricha se desliz por la puerta y lleg hasta Olofi: "Baba, tus hijos mueren en la guerra y no tienen que comer, apidate de ellos". Olofi se compadeci de sus criaturas y la paz volvi a reinar sobre la tierra. *' La historia sentimental de Ochn es complicadsima. Fue mujer legtima de Orula. Segn unas versiones, todos los hombres se prendaban de la diosa pero 5 L En otra versin que analizaremos en un prximo acpite es el aura tinosa (uno de los caminos de Ochn: Ochn Ibu Kol) quien salva a la tierra cuando el cielo se separ de ella. 50 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 ninguno se casaba con ella. Fue a ver a Orula, quien le pronostic que encontrara a su futuro marido en el camino. Un da, la oricha oy una voz que clamaba desde un pozo a un lado de la vereda: era Orula, que haba cado en l. Lo ayud a salir y, en recompensa, el dios de la adivinacin se cas con ella. Desde entonces las hijas de Ochn estn autorizadas a ayudar al babalao (hijo de Ornmila) en sus menesteres. ^^ Tambin vivi con Ogn, aunque a ella no le gustase mucho su rudeza. Despus que Chang rapt a Oy, Ogn dej de trabajar en la herrera y se intern en el bosque. Mujer que osara internarse en la espesura era vctima inevitable de su furia. Los dems orichas no podan vivir sin los hierros de Ogn, pero nadie lograba sacarlo del monte. Ochn se at cinco pauelos a la cintura,
tom una jicara llena de o, de miel, y se dirigi hacia donde moraba el huelguista. Comenz a bailar y a cantar con una voz tan dulce que Ogn no pudo menos que asomarse. Y ya no pudo quitarle los ojos de encima. Ochn tom un poco de miel en sus dedos y la frot en los labios de Ogn. Este la fue siguiendo poco a poco a donde ella se diriga. Al llegar al pueblo los otros orichas lo atraparon y lo hicieron volver a su faena. La Venus lucum, con su miel, fue capaz de lograr que Babal Ay volviese a la vida, como veremos en breve. Ochosi e Inle fueron sus amantes y despert una gran pasin en el Sol, en Agay. Tambin es, con Oba y Oy, mujer de Chang. El amor de estos dos santos, tan llenos de energa vital, fue apasionadsimo. Cros Sandoval (1975) reproduce un paai donde se describe su encuentro: "Ochn, hermosa mujer, gustaba de ir al gemilere a bailar ante los tambores sagrados. Todos los mozos de la comarca estaban prendados de ella, quien los trataba con altanera. Un da en que Chang oficiaba como tamborero, lleg Ochn al gemilere. La joven se enamor del gallardo tamborero que demostraba muy poco inters por ella. Ms tarde, Chang lleg a enamorarse de Ochn y fueron una pareja de amantes perfectos. De estos amores ilcitos nacieron los Ibeyis, los mellizos sagrados. Mucho tiempo despus. Chang se vio envuelto en todo tipo de dificultades, despreciado y olvidado por todos, llevaba una vida miserable y entonces Ochn que estaba separada de l, se fue a vivir de nuevo con Chang, sacrificando sus bienes y su vida a su antiguo y verdadero amor. Chang estaba tan empobrecido que la coqueta Ochn slo poda tener un vestido, que de lavarlo todos los das perdi
el color y se puso amarillento. Por eso, las hijas de esta diosa llevan un hbito amarillo como promesa"." Ochn posee numerosos "caminos": Ochn Yey Kari, la ms coqueta de 52. De la Soledad (1988), p. 186. 53. Cros Sandoval (1975), p, 197. En este "camino" Chang se conoce como Obara. 51 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 todas; Ochn Yey Mor, alegre y servicial; Ochn Aa, la que juega con los tambores; Ochn Sekes, muy seria; Ochn Olod, vive en el fondo del no y es muy hacendosa; Ochn Ed, elegante y juiciosa; Ochn Ib Kol, amiga del aura tinosa o, incluso, el ave misma, es pobre y algo hechicera. ** En la libreta de Nin, antigua informante de Lydia Cabrera, hallamos listados los siguientes caminos de Ochn, que transcribimos literalmente: Ochn Ikol. La que acompaa al aura tinosa. Es la Ochn qu machaca polvos y maleficia. Tiene cinco morteros para machacar. Cinco plumas de tinosa. Un barco cargado con sacos llenos de toda clase de granos: arroz, frijoles, judas, maz, garbanzos, lentejas, chcharos. Esta Ochn es la que trae la comida a la casa. Come lo mismo que todas, fundamentalmente pavo real (con it), cdorniz,gallina amarilla y chivocapndecualquiercolor, venado (comoOrula y Ochosi), abaniy (venado). Sus "herramientas" o atributos, los mismos: ordanni (son como unos pinchos), remos;corona, una cara de sol y o^a de media luna, cinco manillas (si no es santo de cabecera, cuando lo es llevar diez). Los ordanni se enganchan en la corona. Ochn Yum. (Usa) una campana-cencerro, es sorda y hay que llamarla fuerte para que oiga. Hace jamo de pescador. Vive en el fondo del ro. A^ibutos:
los mismos. Sale del fondo del ro muy de tarde en larde. No es fiestera. Es vieja. Tiene parte con Ogn. Come lo mismo que todas. Muy delicada de tratar. De mucho respeto. La ms rica. Ochn Ib akuara. No usa campana, sino campanilla como todas, menos Yum. Atributos: los mismos. Caractersticas: sus hijas son un poco locas {Akuara es la codorniz, que es loca). Es muy parrandera. Sobre todo prepara filtros de amor, "llamativos y amarres"! Mujer de escritura, de arreglo, de calle, dispendiosa, arma los, de rompe y rasga. Ochn Ollodi. Casera, muy seria, de respeto, sus hijas tienen que ser casadas legalmente. No reconoce querindangos. No se encarga nada ms que de cosas serias y enfermedades. No se puede contar con ella para sinvergenceras. Hay que ponerle un costurero, porque como mujer de su casa se entretiene en coser. No es muy bailadora. Vive en tinaja, fuera del escaparate. Una vez ms que otra hay que sacarla a pasear (a la piedra), se mete en un pauelo amarillo, se lleva a la tienda, a las calles comerciales principales, donde haya sederas, tiendas de gneros, telas y adornos de mujer. Hay que ponerle mucho oro y coral, mantn de burato para todas y abanicos de plumas de pavo real. " Es decir, que la 54. Cabrera (1980 b), 70-73. 55. Segn Lydia Cabrera, esta informante, Nin, era una santera muy anciana. LO subrayados aparecen en el original. 52 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 polifactica Ochn, como los otros orichas, manifiesta personalidades y rasgos
muy diversos y, en ocasiones, contradictorios. No son stas deidades planas y acartonadas, puros arquetipos, sino seres multidimensionales que escuchan, cantan, bailan y se comunican con sus fieles. Es difcil describir, de forma comprensible para alguien no familiarizado con la Regla de Ocha, la relacin de intimidad, de respetuosa amistad que existe entre orichas y fieles. Y es que aquellos se hallan siempre presentes, siempre vigilantes. La sopera de Ochn debe tener adornos en dorado o amarillo, aunque a veces sus Otones se guardan en tinaja de barro. Sus atributos principales son cinco piedras blancas o amarillas, una mano de caracoles, cinco lanzas pequeas, dos remos y cinco manillas. Encima de su sopera se coloca una corona de cobre de cinco puntas que simboliza su majestuosidad. YEMAYA Color emblemtico: azul claro (Olokn: azul oscuro). Da de la semana: sbado. Nmero: 7. Piedras preciosas: perla ("las cra para Obatal'''), turquesa, zafiro, lapislzuli. Plantas: caamazo amargo, camarn, flor de agua, guama de costa,malanga. Animales: pato, maj, cucarachas (son sus "mensajeras"), peces. Funcin: la maternidad, duea de los mares. Advocacin catlica: La Virgen de Regla. Da de fiesta principal: 7 de septiembre. Collares: siete cuentas azules seguidas de siete cuentas blancas. Los collares de Olokun son de cuentas color turquesa. Una de las orichas ms respetadas del panten lucum es Yemay, la Virgen de Regla, duea de los mares y las aguas en general y Madre por excelencia. Segn algunas versiones del mito cosmognico (que examinaremos ms detenidamente en el prximo acpite), Yemay es una de las deidades que surgen en el momento de la creacin del mundo. El universo era una masa de rocas en
llamas. Olofi descarg agua sobre ellas y en la pane que ms "haba ^abajado la candela" se formaron los grandes ocanos. De ah es que "nacen todas las Yemayaes del mar desde Egut hasta Olokn". 56. Cabrera (1986), p. 15. - 53 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 En frica Yemay es considerada la madre de un gran nmero de dioses y Mercedes Cros Sandoval reproduce as el mito: "Yemay y Agany (Agay) son los nicos hijos de la pareja creadora: Oduduwa y Obatal. Yemany y Agany se casaron y solamente tuvieron un hijo llamado Orungan. Cuando este creci se enamor de su madre y un da aprovechando la ausencia de Agany, trat de raptarla. Yemany huy despavorida perseguida de cerca por su perverso hijo. Por fin, extenuada, se cay de espaldas junto a la costa y se muri. Entonces su cuerpo comenz a dilatarse y de sus enormes senos brotaron dos chorros de agua que se unieron formando un lago. Del vientre desmesurado de Yemany surgieron los siguientes orichas: Chang, dios del trueno; Olokun, dios del mar; Ogn, dios del hierro y de la guerra; Chopono, dios de las viruelas; Dada, diosa de los vegetales; Oricha Oko, dios de la agricultura; Ochosi, dios de los cazadores; Ay Saluga, dios de la riqueza; Olosa, dios de la laguna; Oke, dios de las montaas; Orn, dios del sol; Ochn, diosa de la luna y las diosas Oy, Oba y Ochn, diosas de los ros de su nombre"^' Aunque este mito es poco conocido en Cuba, es interesante observar que Jos de Calazn Herrera, Bamboche, sola
decirle a Lydia Cabrera que "de Yemay y Agay nacieron los dems orichas".^' Ms comn en la Isla es la versin ya narrada anteriormente que reconoce a Obatal y a Yemmu (un Obatal femenino) como padres de una generacin de orichas. Y es que en las genealogas las variantes son mltiples. Segn algunas fuentes, Yemmues, en realidad, una Yemay "por camino de Obatal". Y en este caso Yemay es, efectivamente, madre de orichas. Sea como fuere, la diosa representa la fecundidad y el amor maternal y se la representa como una mujer (o una sirena) de piel muy negra, vientre abultado por la preez y senos protuberantes. Como deca Celestino Gaytn, respetado santero y otro viejo informante de Lydia Cabrera: Yemay es "la'Seora Madre y Criandera del Mundo".'' En algunas versiones es la madre adoptiva de Chang, a quien quiere con locura, ya que Obatal se lo entrega a ella para que lo cric. Y adems se hace cargo de los Ibeyi, los mellizos divinos, hijos de Chang y una de sus mujeres.^ Estos 57. Cro.s Sandoval (1975), p. 217. Ntese que en este mito africano aparecen mencionadas dos Ochunes y tambin surgen orichas no conocidos en Cuba. Asimismo, observamos diferencias en la transcripcin de los nombres de ciertos orichas (Yemany por Yemay, por ejemplo). La variable pronunciacin del yoruba cubano hizo que frecuentemente las mismas palabras se transcribiesen de maneras diversas. 58. Cabrera (1980 b), p. 25. 59. Cabrera (1980 b), p. 21. 60. Unas versiones dicen que los Ibeyi son hijos de Chang y Oy. Otras insisten en que son producto de los amores entre Chang y Ochn. 54 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
mitos parecen apuntar a la idea del origen acutico de las fuerzas bsicas de la naturaleza. Nos recuerdan a los correspondientes de la mitologa griega (recogidos por Aristteles en su Metafsica) que convertan a Ocano, el mayor de los Titanes, en padre de la creacin entera; y que inspiraron a Thales de Mileto, el primer filsofo griego, la tesis de que el agua era el principio de todas las cosas, su forma original y su ltimo destino. Yemay estuvo casada con Orula, pero ste la repudi porque ella era tan sabia que quiso hacerle la competencia. Incluso en una ocasin en que el dios adivino estaba de viaje, Yemay se puso a consultar por su cuenta con el tablero de su marido. Este se indign: "Quin ha visto a una mujer tirando a If? A una mujer babalao?" La arroj de su casa sin ms miramientos. Segn otra versin Yemay slo desobedeci a su esposo para resolver una situacin crtica: el hijo de un compadre se estaba muriendo y Orula andaba de viaje. Yemay, con la ayuda del tablero de If, lo salv. En uno de sus "caminos" aparece unida a Ogn con quien, por supuesto, fue muy desgraciada ya que ninguna mujer ha podido ser feliz al lado del dios de la guerra. Tambin se afirma que tuvo amores con Babal Ay y con Oricha Oko, el labrador. Algunos de los "caminos" de Yemay son: Yemay Okul, la de los arrecifes; Yemay Ases, la del agua sucia; Yemay Mayelewo, que vive en el manantial o en las pcelas; Yemay Achab, que lleva una cadena de plata en los tobillos, Yemay Konl, la de la espuma y Yemay Olokn, la del fondo del ocano. Algunos creyentes o,pinan que, como en frica, Olokn-es una deidad distinta
de Yemay, aunque*"ljibla por boca de Yemay". Para o^os es un "camino" de Yemay y la Yemay ms vieja y temible. Aun ms, unos afirman que Olokn es una divinidad masculina, otfos dicen que es femenina y otros ms que es andrgina. Olokn nunca "baja", nunca se posesiona de sus fieles, ya que stos seran incapaces de soportar su fuerza. En la libreta de Nin, a la que nos referimos anteriormente, encontramos los siguientes caminos de Yemay: Yemay Ases. Seria. Esta es la mayor. Baila. Vive en el ro. Despus de Olokn, es la ms importante. Es mujer de Olokn, y de Olokn y de Ases nacen las dems. *' Lleva cadena. Como Olokn come en el cao. Todas las Yemays viven en tinajas. Yemay Ib. Yemay de dos aguas, vive entre el mar y el agua dulce. Cuando 61. De acuerdo con est ver.sin, Yemay (como Obalal) licne "caminos" masculinos y femeninos. Y dos de esos avalares (Olokn y Ases) engendran a todas las otras Yemays. 55 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 ella lo pide por alguna causa hay que darle agua de ro y de mar. Para cuestiones importantes, todas las Yemays piden agua de mar. En la casa viven en agua dulce. Bailadora, contenta. Cuida a los enfermos, "amarra" a los abiks, sirve para hacer el bien y no "entra" por trabajo mal hecho. *^ YemayAgna. Yemay caminadora. Por "camino" Arar se llama Afiellet, pero es la misma. Baila agachada y es medio coja. Tiene maj. Yemay Malllwo. Muy guerrera. Parecida a Ochn Ikol, machaca polvo, lo amarra todo y quema polvo. Es kimbisera, hace brujeras. Es la mujer de Ogn y trabaja con este oricha. Yemay Achbb. Esta lleva el ancla ("de plata o de lo que sea, pues su herramienta es ms de acero que de plata"); luna llena; sol; siete ordanni; siete
remos; oro ("el oro es de Yemay, que es la duea de los tesoros); corales; perlas; marfil; una cadena; un barco; una estrella de adorno, as como peces y patos. Es muy recta, intransigente. No se le puede estar pidiendo mucho, ni preguntndole mucho; "Se le llama nada ms que para cosas de categora". Es bailadora y gasta lujos. Es curandera, muertera y "amarradora" de abiks. Sus hijos tienen que "trabajar muerto" (ser espiritistas) para adivinar y curar." La sopera o tinaja de Yemay lleva adornos azules y junto a sus otanes se colocan pequeas figuras de plomo, metal que no resulta afectado por el salitre: una luna llena, que alude a la procreacin; una media luna, que representa la alegra de la santa; un sol, que simboliza su poder; un timn de barco, ya que es marinera y nos gua por el buen camino; un par de remos que representan nuestras buenas y malas acciones y una sirena pequea, que indica su misteriosa belleza. Si Yemay viene por "camino" de Olokn, se construye en una tinaja de color azul intenso, de unos dos pies de altura y que contiene "herramientas" similares a las indicadas anteriormente." 62. Abik: " 'espritu viajero' que encama en los nios, por lo que estos mueren prematuramente" (Cabrera 1970 a) p. 23). "Espritus de los nios que mueren en la infancia", nos dice Crowtlier (1870), p. 3 (Segunda Parte. Traduccin nuestra). 63. En esta libreta de Nin aparece una observacin muy interesante con respecto a la relacin entre santera y espiritismo. Segn ella, antiguamente los espritus de los muertos jams se posesionaban de los fieles de la Regla de Ocha, ya que stos se
ocupaban derendirles homenajes y no tenan necesidad de "bajar". As dice la libreta: "El lucum contenta al muerto para queno venga; tenan vista y odo los mdiums pero los muertos no tomaban posesin de la persona. Desde que se ha abandonado el muerto, estos vienen continuamente". Un estudio detallado acerca de las relaciones entre el espiritismo y las Reglas afrocubanas aparece en el prximo captulo. 64. Ver al respecto Ob Ecn (1985), pp. 293 y 298. 56 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 BABALU-AYE Colores emblemticos: morado, se viste de tela de saco. Da de la semana: mircoles. Nmero: 17. Plantas: salvia, escoba amarga, gandul, frijoles, guaguas, (se le ofrenda maz tostado). Animales: hormiga, gallina de guinea. Funcin: dueo de las enfermedades, particularmente de las viruelas y la lepra. Advocacin catlica: San Lzaro. Da de fiesta principal: 17 de diciembre. Collares: Cuentas blancas con rayas azules, cuentas grises con rayas blancas u otros colores dependiendo del "camino" del Santo. Segn el mito lucum que explica el origen del universo, Babal- Ay, el milagroso y popularsimo San Lzaro, naci con la Tierra misma. As leemos en la libreta de Celestino Gaytn: "..despus de muchos das las cenizas de aquellas rocas encendidas se fueron acumulando para las partes ms altas y as se fue formando una masa fangosa, era la tierra, esta es Orisaoco, su nacimiento. Despus esta masa de tierra fangosa trajo como consecuencia pudricin y fetidez, origen de las epidemias, ah nace San Lzaro". Tanto en frica como en
Cuba se considera que Chopono (Babal-Ay) es de origen dahomeyano o se halla profundamente ligado a ese territorio. En un paakya mencionado, en el cual se narra el robo de los perros de Ogn por piu-te de Chang y su entrega a Babal, se aade que el dios del fuego le aconsej que se marchara al Dahomey, donde se convertira en soberano. El consejo result acertado: Chopono/BabalAy fue muy bien acogido tras curar a un joven leproso y los dahomeyanos lo proclamaron monarca. Segn esta leyenda. Chang y Babal son medio hermanos. En frica, el oricha es representado como un viejo cojo que viste de rafia y reparte las viruelas. Cros Sandoval reproduce un antiguo mito: "Chopono es un viejo cojo que tiene una pata de madera y al caminar se ayuda con un palo. Un da estaban todos los dioses en el palacio de Obalal. Se divertan y bailaban y Chopono trat de sumarse a la danza, pero debido a su deformidad tropez y cay. Los dioses se rieron de l y Chopono en venganza, quiso infectarlos de viruelas. Obatal, para evitarlo, ech de su palacio a Chopono y desde ese da ste no puede asociarse con los dems dioses. Es un paria que vive en las regiones 57 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 desoladas y deshabitadas". *' Es fcil imaginar cmo ocurre en Cuba su asociacin con San Lzaro. En la Iglesia Catlica se reconocan dos Lzaros cuyas fiestas, incluso, se celebraban en fechas distintas. Uno, el que an aceptan las autoridades eclesisticas, es San Lzaro Obispo, hermano de Marta y Mara, resucitado por Jess y cuy o da festivo es el 17 de diciembre. Nada tiene que ver este San Lzaro con el otro de una litografa popular, el pobre Lzaro de una
parbola evanglica recogida por San Lucas (captulo 16,19-31). El culto de este ltimo se extendi mucho en la poca medieval y el nombre del personaje dio origen a la palabra "lazareto", en su sentido de hospicio para leprosos. Las imgenes de este "San Lzaro" llegaron a Cuba a travs de Espaa y representaban a un hombre llagado y cojo, apoyado en muletas y acompaado por uno o dos perros. Aparentemente su devocin desplaz a la de su homnimo, e inclusive reclam para s su da de fiesia: el 17 de diciembre. Los lucumes y arars evidentemente reconocieron en esa eslampa al Babal-Ay de sus tradiciones ancestrales. Otro ptak afirma que las llagas que cubren el cuerpo de Babal-Ay se deben a su encuentro con Ogn: San Lzaro no consideraba para nada al dios de los metales. Todos los das regresaba apresurado al pueblo porque no quera que le cogiese la noche al descampado. Ogn lo saba y le prepar una trampa. Con su machete afilado abri una vereda que pareca ser un camino nuevo y mucho ms rpido. Babal se intern en el mismo creyendo que llegara ms pronto, pero a medida que avanzaba el camino, ste se cerraba y la maleza lo cubra. De pronto se hall atrapado en medio de la espesura. Comenz a corlar y arrancar las enredaderas con las manos y se lastim todo el cuerpo en la empresa. Entonces se apareci Ogn, con su machete en la mano, y Babal le dijo: "Muchacho, prstame tu machete para salir de aquf. Ogn se lo prest, pero San Lzaro no saba manejarlo y tuvo que suplicar al herrero que lo ayudara. Ogn
agarr su machete y, con destreza, abri nuevamente el camino mientras deca: "Bab,desde hoy tendrs que considerarme y debers contar para todoconmigo". Una leyenda, que como bien dice Lydia Cabrera debi de elaborarse en Cuba, hace de Ochn la salvadora del oricha de las plagas: "Babal Ay era muy mujeriego. Andaba continuamente de juerga, incapaz de someterse a la vida ordenada que le aconsejaban sus mayores. Un Jueves Santo Orula le advirti: 'Hoy domnatey no forniques'. Por la noche, desoyendo el consejo de Ormbila, se acost con una de sus muchas amantes y amaneci enteramente cubierto de llagas purulentas. Las mujeres fueron a pedirle a Orula que intercediera por l 65. Cros Sandoval (1975), p. 224. 58 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 con Olofi, quien se neg a perdonarlo. Babal Ay muri. Ormbila pidi de su miel a Ochn y la reg en el palacio de Olofi. No se hizo esperar el efecto. 'Quin ha derramado esa miel deliciosa en mi casa?' le pregunt Olofi. 'Hasido una mujer' le respondi Ormbila. Olofi llam a todas las Santas y las mujeres. Faltaba Ochn y Ochn fue convocada. A la pregunta de Olofi respondi Yey: 'Es mi o, mi miel, la que tanto te ha gustado. 'Quiero ms!' repiti Olofi. 'Devulvele la vida a Ay y te dar ms om . Gracias a la miel de Ochn Yey Mor, Olofi resucit a San Lzaro. ^ Este patak, tan sincrtico, resulta sumamente interesante puesto que muestfa la confusin antes aludida entre los dos Lzaros. Es as que Babal resucita como el hermano de Marta y Mara, aunque su identificacin fundamental sea con el personaje legendario de la parbola
bblica. La iniciacin en cslcj)richa es extraordinariamente complicada y, por ello, no muy frecuente. Ob Ecn (Cecilio Prez) dice: "En todos mis aos de Iguaro y Oriat slo he conocido 6 San Lzaros que se hayan hecho en toda la historia de la Santera. No hay muchos hijos de este Santo. Esto se debe a que implica muchos requisitos y gastos ya que no todo el mundo lo sabe hacer, pues lleva muchas ceremonias muy complicadas y de cuidado". *' Lo mismo decan hace aos en Cuba algunos informantes de Lydia Cabrera: "Para asentar debidamente un San Lzaro...hay que asentario en el campo; en la capital, en La Habana es ya muy difcil..., (hay que) ir afueras de La Habana, a Maumzas, a pueblos como el Perico, donde los Santeros son muy estrictos". ** A los adeptos que reciben este Santo (sobre todo aquellos con un problema de salud) se les entrega una manilla de cuero (denominada "cacha") adornada con caracoles y cuentas que se lleva en la mueca izquierda. Sus atributos ms sealados son las muletas, dos perros y una escobilla (llamada aja) "con las que barre los males". S us oanes se guardan en una jicara o en una cazuela de barro. Son caminos de Babal: Agrniga, un Babal muy antiguo; Asoy, el ms viejo y poderoso de todos y Ayano, que aleja las epidemias. OTROS ORICHAS Va nos hemos referido a A^ayj, quien segn algunas leyendas es el padre de Chang. Como Yemay y Babal-Ay, es uno de los orichas que aparece 66. Cabrera (1980 b), p. 77. 67. Ob Ecn (1985), p. 132. 68. Cabrera (1974), p. 278.
59 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 mencionado en el mito cosmognico lucum: la llama creadora que inflama la tierra y que ahora se encuentra en el cielo es el Sol, Agay. Desde all lo ilumina todo. Y, de acuerdo con una antigua libreta, "antiguamente este santo era ms temido y respetado que hoy". Tambin se le considera el dios de los volcanes. Est muy asociado a Chang. Agay es un oricha que, en el momento de la iniciacin, generalmente no se "asienta" sobre la cabeza del nefito, sino que se "recibe" (se coloca su piedra sobre el hombro del iniciando). Y se recibe a travs de Chang, es decir, que el oricha que se coloca en la cabeza es Chang. En . Cuba se ha asociado a San Cristbal. Sus colores son el rojo y el verde y sus nmeros el cuatro y el seis. Su collar "consiste de una cuenta blanca grande seguida por nueve rojas y och amarillas, orden que se repite varias veces". '*' Un on'c/ia importante para los ritualcs4ucumes es O-a/n, el dios de las ewe las hierbas, pues sin ellas no hay ceremonia posible. No naci de mujer alguna, sino que surgi de la entraa misma de la Tierra. Es un gran curandero. Solamente posee un pie (el derecho), un brazo (el izquierdo), un ojo y dos orejas: una grandsima, que est completamente sorda .y una muy pequea por la que escucha hasta el menor ruido. Mltiples leyendas intentan explicar el origen de sus deformaciones. Segn una de ellas, Oy y Chang trataron de robarle las hierbas mgicas a Osn. La diosa de la centella lo emborrach y "el yerbero" comenz a cortejarla. Oy lo rechaz y Chang vino en su auxilio. De un rayo dej cojo a Osan, con otfo le arranc el brazo y con el tercero le ceg un ojo. Este
oricha es el dueo del monte y de ah que en Cuba se le asocie con las Reglas de Congos, y muy particularmente con la de Palo Monte o Mayombe. Segn un patak evidentemente cubano, "Osan estaba trabajando su regla con palo de monte, bebidas malas, plvora y no tena sosiego, andaba sucio y estropeado y no vea el resultado definitivo de nada, a pesar de trabajar sus cosas con niucha rapidez. Vea que los lucumes estaban siempre bien, que vestan decentemente 69. Observamos aqu una vez ms las diferencias de opinin que frecuentemente existen entre diversos santeros. Ob Ecn (Cecilio Prez (1985, p. 167) dice que "eri La Habana no se haca Algall (Agay) dircclo; pero en Matanzas s se haca, por contradiccin y supersticin... Yo sostengo que el da que se le presente Algall a las puertas lo haga directo. Uno de los motivos por los que no lo hacen directo es por falta de conocimientos... La causa que se seala para no hacerlo directo es que el sol no " se puede poner en la cabeza de nadie; sin embargo, si as fuera, tsimpoco se podra poner el mundo en la cabeza de nadie (como se hace con Yamay), ni la candela - (como se hace con Chang) ni el huracn (como se hace con Oy) y as sucesivamente. Estudien esto y sedarn cuenta deque no hay contradiccin en hacer Algall directo". 70. Cros Sandoval (1975), p. 266. ' ' 60 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 y que tenan dinero y tranquilidad y se fue a ver a Chang para que lo aconsejara. Chang le dijo que l antes haba sido palero y conoca eso perfectamente, pero
que despus que conoci la Regla Lucum se encontraba muy bien, vesta de colorado, estaba limpio y era muy poderoso. Con estos argumentos convenci a Osan y lo llev al pie de Orula; redimindolo". Esta leyenda es muy interesante. Revela, en primer lugar, las interpenetraciones de las dos Reglas afrocubanas de mayor importancia y, en segundo trmino, la jerarqua que los creyentes en la Regla lucum establecen entre Ocha y Palo: aunque un palero puede llegar a convertirse en santero (nunca al revs) y aunque el poder de los congos es reconocido y, en ocasiones, deseable, el Santo es considerado como "de ms categora" que el Palo. Uno de los atributos de Osan es un tosco bastn que utiliza para apoyarse. No se posesiona de sus fieles. El "osainista" o sacerdote dedicado a su culto deber tener un profundo conocimiento de la vida vegetal y de sus propiedades mgicas y curativas. Se construye en un giro o en una tinaja de barro, y en su fabricacin no pueden intervenir las mujeres. '^ En Cuba se le ha identificado con San Silvestre y con San Jos. Si Osan es el dios de las plantas silvestres, Oricha-Oko lo es de la horticultura y las cosechas. Para los creyentes afrocubanos es una divinidad secundaria, pero entre los yorubas goz de gran importancia. Tanto en frica como en Cuba posee connotaciones flicas (en la Isla se dice que es dueo de enormes testculos) y est relacionado con la fertilidad. Guarda el secreto del cultivo de los ames, tubrculos muy preciados en Cuba y propiedad de Obatal. Pero se lo revel a Yemay, quien lo sedujo para lograrlo. La diosa del mar, a su vez, cambi a Obatal el secreto robado a Oricha Oko por el de los tambores bata, para
entregarlo a su amado Chang. Sus adeptos casi siempre son mujeres y, segn un informante de Lydia Cabrera, "Este santo es hereditario". '^ En Cuba se identifica con San Isidro el Labrador y su fiesta se celebra el 15 de mayo. Sus atributos son un mueco en forma de labrador, una carreta tirada por bueyes o una yunta de bueyes con su arado, una teja de barro a la que se pintan siete rayas rojas y blancas, y dos cocos secos, tambin pintados en forma de cruz en los mismos colores. No siempre "vive" dentro de la casa, sino que a veces hay que 71. Vase al respecto Cabrera (1983), 102-105. La investigadora explora las relaciones entre Osan y la Regla de Palo Monte y dice (p. 103): "El 'fundamento', pues, de un Osan no se diferencia esencialmente, con excepcin de los huesos humanos, en regla de Ocha y de Arar de un Gurnfmda". Gurnfinda es una "prenda" de Mayombe o Palo Monte. A explicar estas creencias y ritos se ha dedicado el segundo captulo de este volumen. 72. Cabrera (1983), p. 495. 61 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 sacarlo al patio ya que necesita el contacto con la tierra. Es el dios de las "viandas" o tubrculos. Su decadencia en Cuba es explicable: las actividades agrcolas de los esclavos en la Isla di ferian mucho de las que realizaban en frica. Obligados a producir para beneficio de un amo, no tenan por qu pedirle a Oricha-Oko proteccin para cosechas que no eran suyas. El mdico sagrado de la santera es nle, hijo de Olokn. Aunque no se le mencione por este nombre, posiblemente sea Inle el hijo de Olokn que quiso recibir a If para no ser menos que Elegua, y al que nos referimos en la seccin
dedicada a este oricha. Su culto ha ido perdiendo importancia en Cuba, donde se le considera un dios muy estricto y "de cuidado". Su smbolo ms conocido es el pez, ya que vive en las aguas. Tambin lo representa un tridente del que penden tres peces de metal. Es muy casto y exige la castidad en sus seguidores, aunque se dice que tuvo amores con Yemay y con Ochn. Segn Juan Manuel Casanova, "Inle es el misterioso mdico de la Regla de Osha-Lucum y se encuentra entre los orishas ms severos del panten yoruba. Segn algunos patakines o leyendas, a este dios le fue arrancada la lengua para que no pudiera revelar los fenmenos que haba visto en la profundidad de las grandes aguas. Otras fuentes afirman que la razn de tal 'deslenguamiento' por parte de su madre Yemah-Olokn, fue para evitar que di vulgara' las relaciones incestuosas que haba mantenido con ella' "^'. Inle no se "asienta" en la cabeza de los fieles, sino que sus hijos lo "reciben" a travs de Yemy. Su color es el azul y verde y sus collares se componen de cuentas verdes, coral y azabache o de cuentas azules y rosadas. Se identifica con San Rafael y su da festivo es el 24 de octubre. Otros orchas menos conocidos pueblan tambin el panten lucum: Yew, la doncella, quien tentada de pecar con Chang pidi a su padre que la internara en algn sitio desolado. Obatal accedi a sus ruegos y la envi a Il-Ik, el cementerio, donde recibe a los difuntos. Repudia a los hombres y rechaza el acto sexual. Se identifica con Santa Clara. Osun, el gallito, se recibe al mismo tiempo que los guerreros y avisa a sus fieles de los peligros que les acechan. Debe mantenerse en alto, donde no pueda caerse. Los beyi, los mellizos, son hijos de Chang con Oy o con Ochn, dependiendo de las versiones. Son "muy
simpticos, de carcter generoso y afable...Estos dioses infantiles son queridos y mimados por las dems divinidades y por los hombres". ''* Han sido identificados con los santos Cosme y Damin y no "bajan" o se posesionan de los fieles. 73. Casanova (1986), p. 16. 74. Cros Sandoval (1975), p. 259. 62 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Los adeptos a la Regla de Ocha insistimos una vez ms sostienen una relacin muy estrecha con sus orichas. Cada uno posee un dios al que considera su padre y una diosa a la que acepta como madre. A todos se les saluda en yoruba y se les habla familiarmente en castellano (e incluso ahora, cada vez ms frecuentemente, en ingls). El culto a \os orichas constituye el eje alrededor del cual gira todo el universo religioso lucum. Y aunque su mitologa no se reduzca a narrar las proezas de los dioses, las numerosas leyendas que se tejen alrededor de stos sirven para dotarlos de una "historia", dndoles unapersonalidad propia, claramente reconocible e idcntificable. Con ellos se habr de contar en cada momento importante de la vida, ya que, de acuerdo con las creencias ancestrales, ellos rigen, desde siempre y para siempre, el destino de cada ser humano. Aunque estrictamente hablando, los espritus de los muertos (eggn) no son divinidades, queremos mencionarlos aqu porque, como a los orichas-, se les rinde un culto muy extendido y complejo, que hunde sus races en el que los africanos tributaban a sus antepasados. Su importancia es capital en la Regla de Ocha, donde se cree firmemente que "muerto va antes que santo" o que "el muerto pari al santo". Los eggunes que cada practicante lucum reverencia no
son slo sus particuhffes parientes fallecidos, sino todos los "mayores" que forman parte de su familia mstica: los de su "padrino" o su "madrina", es decir, todas las personas que stos han iniciado en la santera y que con ellos integran un il o casa de santo. Son tambin eggunes aquellas entidades que, adems de sus orichas, cada persona recibe al nacer para dirigirla y protegerla en esta vida, sus "guas espirituales". Muchos de estos espritus son africanos y "bajan" con frecuencia, como el popular Negrito Jos, el Negro Francisco, etc. Siempre se expresan en bozal. Algunos estn ligados a determinadas prcticas mgicas, como el Anima Sola. A menudo se les representa por medio de muecas, que los santeros visten muy ricamente. Y todos reciben plegarias u ofrendas y, en ocasiones, se les honra con esas complejas ceremonias llamadas "misas espirituales", sobre las cuales hablaremos en detalle en el prximo captulo. Los iniciados en la religin lucum que en eso coinciden con los congos y los carabales viven totalmente inmersos en una densa realidad "espiritual" formada por seres sobrenaturales, con quienes mantienen ntimo y permanente conutcto: susorichas y sus eggunes, sus santos y sus muertos. La mitologa: patakes o appataks Lo apuntamos antes; la cultura lucum posee un riqusimo corpus de mitos que se ha transmitido de generacin en generacin tanto por va oral como en las 63 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 libretas de los santeros. Estos relatos de carcter religioso reciben el nombre de
patakes o appataks. Como sucede en todas las mitologas, sta de la Regla de Ocha nos obliga a retroceder cronolgicamente hasta los tiempos aurrales, hasta el sagrado momento de los orgenes del mundo y de la especie humana. Los fieles no consideran estas narraciones como "cuentos", es decir, como "obras de ficcin". Por el contrario, para ellos constituyen una realidad plena: la verdad ms profunda, primordial y ltima. Al poner al desnudo la irrupcin misteriosa in illo tempore de lo santo o numinoso, los patakes explican los fundamentos del universo y de los seres que lo pueblan. Como dice Mircea Eliade, al recitar los mitos el hombre actual reconstruye la era fabulosa de los dioses y los hroes. Al "vivirlos" (o "re-vivirlos") religiosamente hablando, es decir, al recobrar la memoria del grupo, se sale del tiempo profano y cronolgico para entrar en un tiempo "mstico", repleto de energa vital y de prodigiosa fecundidad. La resurreccin (por va narrativa) de esaralidad prstina, original, "fuente de todas las fuentes", permite que se justifiquen y reglamenten las creencias, que se garantice la eficacia de los ritos y que se establezca la tabla de valores que debe guiar la existencia humana. De ese modo las races explican las ramas. Y el retorno del pasado.original y mtico determina la conducta en el presente histrico.' La variedad infinita de los patakes impide arribar a una clasificacin exhaustiva de los mismos.^ Mencionemos tan slo las categoras fundamentales: a) Mito cosmognico: El mito cosmognico bsico de la Regla de Ocha (el Primer Libro pudiramos decir- del Gnesis Lucum) nos lleva al comienzo de todo, para decimos que en ese momento no haba ni cielo, ni tierra, ni plantas, ni bestias, ni hombres: solamente Dios, que se llamaba Olodumare (u lorn, Olofi u Olofn). Con el fin de engendrar el universo, Olodumare cre unas rocas llameantes que ardieron por muchos siglos hasta que el mismo. Dios lanz sobre ellas su aliento
convertido en agua, produciendo con su vapor grandes nebulosas que no se sostenan en el espacio. Sobreviene as un proceso de enfriamiento. En aquellas regiones donde el calor haba trabajado ms se formaron los ocanos, los ros y \. Eliade (1963), passim. 2. La principal fuente de los mitos es la copiosa obra etnogrfica de Lydia Cabrera que citamos en la bibliografa. Vanse tambin: Cros Sandoval (1975); Garca Cortz (1971) y (1980); Cant (1973); Rogers (1973). Y, desde luego, las innumerables libretas de los santeros. 64 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 los lagos. Y all nacieron todas las Yemays y todas las Ochn. Al cesar el fuego de las rocas el mundo queda oscuro. Olodumare lo alumbra creando a Agay, el Sol, y cuando ste se queja de tener que trabajar el da entero, Olodumare crea para sustituirlo por las noches a Nana Buruc, la Luna. Pasa el tiempo (unos das, segn ciertas versiones del mito, o miles de aos, segn otras). Las cenizas de las rocas se acumulan en las partes ms altas formando las montaas (OkOk), que hasta los huracanes respetan. El resto queda como una masa fangosa, podrida y ftida, origen de las epidemias. Ah nace Babal-Ay, San Lzaro. Los orichas acostumbraban a bajar a esa regin mismtica valindose de enormes telas de araa, hasta que vencido este perodo, la tierra deviene una masa compacta y frtil donde empiezan a surgir hierbas y plantas. Y as nace Osan. Las rocas
originales no se apagan touilmente. Algunas quedan sepultadas bajo las montaas y un buen da explotan, lanzando al aire una metralla volcnica con la que nace Ogn, el dios del hierro, de los metales, de la guerra. (En algunas versiones es en esa explosin que nace tambin Agay, el Sol.) Muchas veces este mito termina insistiendo en la nota auroral: proclama que Olodumare lo hizo todo, el cielo, la tierra, el sol, la luna, las esuellas, el da, la noche, los mares, los ros, los lagos, las plantas, los animales... todo, absolutamente todo. En otras versiones, despus de haberse dividido el mundo en una parte elevada y otra baja y pantanosa, Olodumare le entreg a Obaial un puado de tierra seca, contenida en la concha de un caracol (o en una jigera) junto con una paloma y un pollo de cinco dedos. Buscando un lugar para empezar la creacin de tierra slida, Obatal escoge a If. (All se funda la ciudad de Il-If, cuna de.la humanidad y Roma del culto lucum.) El oricha riega la tierra que Dios le en'eg con ayuda de la paloma y el pollo hasta que desaparece casi todo el pantano. Este trabajo dura cuatro das. El quinto se dedica a descansar y a alabar a Olodumare. En un segundo viaje al planeta Obatal trae plantas, animales y un grupo de seres humanos creados por el Supremo Hacedor. b) Mitos teognicos: En la santera lo teognico se confunde con lo cosmognico, como puede apreciarse en los prrafos precedentes. Muchas divinidades antropomrficas (orichas) nacen junto con los fenmenos d la naturaleza a que estn asociados oque "poseen": Yemay junto conel mar, Ochn junto con los ros, BabalAy junto con las enfermedades, Osain junto con las hierbas, etc. Obatal Orichanl,
el ms importante oricha lucum es hijo de Olodumire, quien le dio vida para que lo ayudara en su obra creadora y luego gobernase el mundo en su nombre. Otros orichas, sin embargo, tienen races de carcter histrico. Como ya vimos. Chang, por ejemplo, es el legendario cuarto rey de Oy (en Nigeria), cuya vida 65 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 relatan en su pas natal numerosas leyendas, incluyendo aquella que lo hace descendiente de Obatal y de Agall Sola. Por su parte Oy es en Cuba la diosa de las tempestades y de los tremendos vientos que las acompaan y en vez de ser la primera esposa de Chang, como sucede en frica, no fue sino la segunda. Su procedencia histrico-legendaria es indiscutible. De acuerdo con uno de los innumerables patakes dedicados a Elegua ste originariamente era un prncipe, hijo del Oba Okuboro y de su mujer Ech Aagu. Oricha Oko, el dios de la fertilidad y patrono de los campesinos, era l mismo un labrador a quien contrat Obatal para que le cuidara sus ames. Un patak nos informa que Babal Ay (San Lzaro), siguiendo los consejos de Chang, se traslad a Dahomey donde el pueblo lo acept como rey, con lo que se pone en evidencia su procedencia histrica. Ochosi, el dios de los cazadores, antes de que Olofi le confiriera ese ttulo, era un practicante experto del arte de la caza. If parece haber sido en realidad un famoso adivino que naci y vivi en If y que al morir fue deificado e identificado con Ornmila, el dios de los orculos. Etc.. La Regla de Ocha explica px)r va mitolgica los poderes que poseen los orichas. Varios patakes revelan cmo Olodumare se los otorg. En uno de los
ms conocidos sobre ese tema se explica que tan pronto qued creada Ok (la montaa original: una especie de Monte Olimpo lucumQ, Olorn reuni en su cspide, bajo una palma, a todas las divinidades y a cada una de ellas le asign una funcin y una parcela de la realidad. Quedaron as repartidos entre ellos los elementos y los reinos de la naturaleza, en la forma especfica que ya estudiamos anteriormente. c) Mitos antropognicos: Un paiak, muy poco sincretizado (y que constituye probablemente la versin del mito ms aceptada por los adeptos a la Regla de Ocha) explica cmo Olodumare le confi a Obatal la confeccin de la especie humana y ste fabric a los hombres igual que u'n escultor talla o modela sus figuras. Una vez terminados, estos cuerpos se movan, andaban maquinalmente, casi inconscientes o insensibles, sin entendimiento. Olodumare les insufl alma y puso en sus cabezas una parcela de su divinidad. Una segunda versin asegura que Olorn fu asistido en esa obra por Oduduwa (el principio femenino, madre de la nacin Yoruba) y por un hermano de sta llamado Ibaibo. Este ltimo model la cabeza, que en el primer momento posea un solo ojo y luego los dos. Cuando Olodumare le sopl su aliento y ech a andar el corazn del ser humano, le dijo a Oduduwa: "Ah queda mi criatura." Una tercera variante aade que otro hermano de Obatal llamado Obalufn, dueo de la Palabra, fue quien le puso al hombre en la lengua el don del habla. 66 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
Algunas de las variedades del mito creacionista muestran en Cuba un evidente carcter sincrtico. Bajo la vigorosa influencia del dogma catlico convierten a Olodumare, Olorn y Olofi en algo muy parecido a las tres personas de la Santsima Trinidad: una suerte de "Trinidad" lucun capaz de dialogar consigo misma, despus de terminada la creacin del mundo y de todos sus pobladores, menos el hombre. -Me qued bien?, pregunta entonces Olodumare, el Supremo Hacedor (que aparentemente funciona como la Primera Persona). -S, hiciste algo bien hecho, contestan las otras dos. -Falta algo ms por hacer? -Hay grandes y hermosos animales y muchas plantas, pero no se ve el amo de todo lo creado... Inmediatamente se celebra un concejo "trinitario". Y puestas de acuerdo las tres personas divinas, toman un poco de barro y forman a su imagen y semejanza una criatura llamada Om Ob Ali, a la cual Olodumare dota de inteligencia, Olorn de destreza y fortaleza fsicas y Olofi de belleza. Entonces el que es "tres y uno a la vez" -as literalmente reza el patak- le dice al primer hombre: "Ocupa la tierra. Desde hoy sers dueo y seor de todo lo que en ella existe. Como la nuestra, tu vida ser eterna: nunca morirs. Y todos los dems seres de la creacin tendrn que rendirte pleitesa." Y as sucedi... Este ciclo de leyendas es muy rico en variedades y en l se mezclan los empeos cosmognicos y antropognicos con las interpretaciones de carcter sexual. Por ejemplo, en un patak se considera al universo como una gira integrada por dos jicaras: en la de arriba reside Obatal, macho; en la de abajo Oduduwa, hembra; entre ambos vagan los egungn, los muertos. Sin embargo, como ya vimos, en Cuba muchas veces se considera a Oduduwa como un oricha
macho. La importancia del principio femenino en la creacin del mundo se evidencia en el hecho de que la tradicin suele mencionar al respecto a Oduduwa, a la par de Obatal. Un patak sostiene que Obatal, ya en camino para realizar la tarea creadora que Olodumare le haba encomendado, sinti una gran sed y como slo haba vino de palma, tom en demasa hasta emborracharse y caer en un hondo sopor. Oduduwa fue a buscario por orden de Olodumare y, al verlo ebrio, procedi a realizar la tarea que le corresponda, creando la tierra slida, el hombre y el lugar sagrado de los Yorubas y de la santera cubana: Il-If. d) Mitos axiognicos: Los valores fundamentales de la tica religiosa, el Bien y el Mal, desempean sin lugar a dudas un papel clave en la mitologa lucum. Tambin en este caso contamos con versiones sumamente sincretizadas, donde la influencia judeo67 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 cristiana es muy fuerte y con otras, ms "ortodoxas", ms apegadas a los orgenes africanos. Pertenece al primer tipo aquella que se refiere a la rebelin del primer hombre (Om Ob Ali) contra Dios. Orgulloso de su podero. Orn comenz a pensar: "Olodumare gobierna el Cielo, pero aqu en la Tierra el Dios soy yo." Cuando el Ser Supremo escuch estas palabras pregunt: -Quien habla as en el mundo? A lo que Om respondi: -Averigalo t. -Quien es ese insolente?, volvi a indagar Dios. -Bueno, soy yo. Y... qu pasa? Entonces Dios llam a la centella (Oy Kariempcmbe) y sta descarg toda su furia sobre- la tierra, con desas^osas consecuencias. Se encendieron los
bosques. Hierbas, rboles, animales: todosequem.El hombre,al queOlodumare haba otorgado, como vimos, la inmortalidad, sufri graves quemaduras pero no pereci. Enfurecido y siempre rebelde se escondi en la profundidad de la tierra. Y all vive todava con el nombre de Olosi, que aun hoy a.veces sale a pelear contra el Ser Supremo, buscando hombres que le sigan en su malfica actividad. Segn este patak Olodumare se compadeci con el tiempo de la desolada situacin de la tierra y, tras otro concejo "trinitario", la revivific y repobl. Al llegar a la re-creacin del hombre, el "Uno-Trino" decidi hacer otro igual en todo al primero, excepto que ahora sera mortal. "Que tenga cuerpo como el anterior -proclam Olodumare- pero'ahora t, Olofi, habitars en su alma: el cuerpo un da perecer pero tu espritu vivir eternamente. Se llamar Sekume y tendr una mujer nombrada Mbonwe." Sekume y Mbonwc tuvieron tres hijos, de los cuales desciende todo el gnero humano. ' La otra variedad de la leyenda constituye una de las piezas ms hermosas de la mitologa universal. Mercedes Crs Sandoval la ha recogido en su obra La Religin Afrocubana? Segn ella, al principio el hombre viva cri un paraso terrenal. Es cierto que exista la muerte. Pero sta llegaba sin dolor. Las enfermedades y las desgracias eran desconocidas. El hombre envejeca dulcemente. Despus de una larga vida, la ancianidad no produca impedimentos fsicos sino un profundo deseo de inmovilidad y silencio. Al fin se cerraban los ojos y una dulcsima negrura se apoderaba de todo. En ese edn todo era de todos y. por tanto, no haca falta ni exista el gobierno. El'cielo y la tierra estaban unidos. El mar dorma en calma, sin huracanes que lo enfureciesen. No haba brujas, ni plantas venenosas, ni animales ponzoosos, ni miseria, ni dolor. El ratn era 3. Cros Sandoval (1975), pp. 113-116. 68
Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 amigo del gato y los escorpiones producan gotas de miel. Era idntica a la de la paloma el alma de la hiena. Y la fealdad no lleg sino ms tarde cuando advino el tiempo de los sufrimientos. Un mal da la tierra se rebel contra el cielo (o lo que es lo mismo: el hombre se rebel contra Dios). "Yo soy la base de todo. Sin mi soporte el cielo se desplomara. Todo sale de m y a m vuelve. El cielo debera hacerme moforibale." As gritaba la tierra en su arrogancia. Hasta que Olorn decidi castigar esa soberbia haciendo que el cielo se alejara, severo, amenazante, en el espacio. Lo que sobrevino fue una ^emenda catsu^ofe. Una densa tiniebla lo invadi todo. El luto de la noche trajo la -isteza, el miedo, la angustia. Y al da siguiente la palabra se haba tomado absurda, ininteligible, incapaz de expresar los nuevos sentimientos del hombre. Como si todo esto fuera poco, Olodumare derram sobre la tierra un fuego blanco y una ardiente ventolera, que todo lo achicharraban. El agua, fundamento de la vida, se ausent de la tierra. Los rboles, ios animales y los seres humanos moran en masa. La felicidad se haba ocultado en los oscuros pliegues de la memoria. El sol implacable secaba cuanto vea. Todo se tornaba polvo inerte. Los hombres que sobrevivieron a esuis plagas eran ya puros esqueletos. Slo un rbol quedaba en pie, fuerte y lozano: Iroko, la ceiba siempre reverente de la divinidad, cuyas races se hundan en las enu-aas de la tierra y cuyas ramas se extendan hasta lo ms profundo de las intimidades del cielo. Iroko sufra al contemplar la.
crisis de la gran armona universal y trat en la medida de sus fuerzas de prestar ayuda." Hacia ella huyeron los muertos a encontrir refugio y los vivos a protegerse -sedientos, resecos- de los rayos del sol. Iroko les confiaba el secreto que resida en sus races y as los hombres conocieron la enormidad de su ofensa, se humillaron ante Olorn y se purificaron a los pies de su protectora. Entonces se consuma el primer sacrificio y se buscan mensajeros para hacerlo llegar al dios implacable. El tomegun, el pitirre y el cerncalo fracasan, uno tras otro, en ese intento. Entonces Ara-Kolc, el Aura Tinosa, devoradora de cadveres, se presta para realizar la empresa y volando incansable y sercnamenie durante das y noches sin cuento lleg por fin al otro lado del infinito. Una vez cruzada esa orilla vol todava ms lejos, depositando las ofrendas y suplicando clemencia ante los poderes supremos: "Cielo -dijo-: los hijos de la tierra le piden perdn. Saben que son tus esclavos. Desde lo ms hondo de sus corazones imploran misericordia. Slvalos, Seor." Segn la libreta de santero de donde la doctora Cros Sandoval obtuvo este 4. Segn fragmentos de esle mito que hemos encontrado en otras libretas, el.intercesor es Obatal. 69 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 maravilloso mito, el cielo -despus de oir esto- volvi sus ojos hacia la tierra, contemplndola en la desnudez de su muerte. Y al ver que lo reverenciaban fervorosamente, acept las ofrendas y otorg su perdn. Entonces las aguas se
precipitaron desde el abismo en enormes cascadas sobre los polvos sedientos: un verdadero diluvio que estuvo a punto de ahogar a Ara-Kole en su viaje de regreso. Cuando pareca que un nuevo desastre castigaba a la tierra, las aguas se recogieron en un gran lago. De ese modo Iroko salv a las criaturas terrestres. La tierra bebi, calm su sed, comenz a engendrar de nuevo, a cubrir su amarilla desnudez con un verdor novsimo. Todo se renov. Pero el ser humano ya nunca volvi a conocer la felicidad de su era paradisaca. El cielo (lase Olodumare), se cans de las ingratitudes del mundo que haba creado y no le prest, desde ese momento, mucha atencin, afecto ni cuidado, sumindose en hondsima indiferencia ante las cosas del hombre. Y bien se sabe -termina por decir la libretacmo ha sido la vida desde aquel entonces... Este mito es riqusimo en sugerencias. Lo fundamental en l es, desde luego, la explicacin del origen del mal en el mundo y sus consecuencias para la condicin humana. Pero a ese costado se agregan otros que aparecen en diversos sistemas mitolgicos y religiosos. Ya hemos apuntado la referencia a la Santsima Trinidad. Adems, encontramos alusiones a la rebelin del mundo contra Dios, al disfrute y luego la prdida del paraso terrenal, ai diluvio universal, a la compasin ltima del Creador por su criatura, a la descendencia de toda la especie humana a partir de los -es hijos de un ser originario (el No del Antiguo Testamento, por ejemplo), a la confusin de las lenguas en una suerte de Torre de Babel, etc. Algunos de estos elementos pueden haberse tomado en forma ms o menos pura del cristianismo, pero hay otros qc poseen una raz obviamente
africana. Una muestra muy clara de esta ltima es la repetidsima historia de la Gran Sequa, del fuego devorador que convierte al mundo en un desierto (realidad geofsica frecuentsima en el frica de ayer y de hoy). Adems la presencia del tomegun, el pitirre, el cerncalo, etc. indica la influencia criolla. La mitologa lucum se renueva sin cesar, como puede comprobarse comparando algunas de las versiones que circulan en la santera del exilio norteamericano con las de Cuba y con sus fuentes originarias del continente africano. e) Mitos sobre el valor de lo religioso: Los patakes ms numerosos son aquellos que, de una forma u otra, se refieren a la importancia decisiva de lo religioso en la vida de los individuos y de la comunidad. Estado y religin estn ntimamente vinculados. Y en los momentos crticos, por ejemplo en caso de conflicto blico, la segunda es el fundamento para la preservacin del primero. Segn un mito, los lucumcs fueron ala guerra 70 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 con los congos. Idebe fue llamado para dirigirla. Lo primero que hizo fue trasladarse a la casa de Orula y pedirle consejo y ste le mand que antes de pelear hiciera eb con tres tambores y tres botellas de ot (aguardiente) y luego se pusiera a la cabeza del ejrcito lucum tocando los tambores. As lo hizo. Los congos, a quienes gustaba mucho el baile, al oir la msica en seguida comenzaron a danzar. Idebe los invit a tomar aguardiente, los emborrach, los cans y los congos fueron vencidos. (Entre parntesis, esa lucha entre lucumes y congos es un reflejo en el corpus mitolgico de la competencia que siempre ha existido y existe en Cuba y en el exilio entre la Regla de Ocha y la de Palo Monte
o Mayombe.) Abundan extraordinariamente los patakes que se refieren al castigo que reciben los impos, las personas que ignoran la voz de los orichas y se niegan a hacer eb cuando se les manda. Pudiramos citar literalmente centenares de ellos. Bastar con un par: Olofi quiso celebrar una fiesta. Para hacerlo necesitaba muchos pescados. Orula haba advertido a los peces que hicieran eb para protegerse. Los peces chicos no obedecieron. Slo el pez ms grande lo hizo con un tablero que se le peg en la cabeza. Cando Olofi puso el jamo para atrapar los peces, todos los chicos cayeron denu^o, mientras que el mayor no pudo entrar porque el tablero que llevaba adherido era demasiado grande. Y de ese modo se salv. En o'O mito, lal vez el ms dramtico de la serie, un babalao alz la bandera roja de Chang casi a la misma altura de la bandera del Rey. Cuando ste, encolerizado, le pregunt por qu lo haba hecho, el babalao contest: "Dios me manda a adivinar." "Pues adivina", dijo el Rey. Y el babalao sentenci: "En lo material el reino marcha bien, pero hay un gran vaco espiritual. Hay una gran sombra que oprime el alma de todo el reino... O se le da paso a la espiritualidad o el castigo vendr, implacable." La clera enrojeci el rostro de Su Majestad, pues nunca nadie se haba atrevido a hablarle de ese modo: "Castigarme a M? Yo soy quien porta la corona aqu. Llvense a este hombre y ejectenlo maana." El Rey tena una hija muy consentida, al extremo que andaba sola a todas horas del da y de la noche. Pas por la prisin, vio al babalao preso envuelto en su gran capa roja, y le dijo: " Que capa tan bonita! Me la das?" "Aqu la tienes -dijo el babalao-. Tmala. A mi me ejecutan por la maflana." La muchacha se llev la magnfica prenda. Y con ella puesta sali de la prisin. Los guardias, confundidos, creyendo que era el babalao que se escapaba,
la mataron. Al levantarse el Rey empez a buscar a su hija queridsima, que no apareca por todo el palacio. "Donde est mi nia linda?" Al enterarse de lo sucedido se desplom, abrumado por el dolor. El pueblo, entonces demand justicia. El Rey, con el alma destrozada, sac al babalao de la crcel. Admitiendo su error, reconoci "la realidad de la adivinacin". Y autoriz a que se alzase la bandera de Chang a la misma altura que la bandera del reino. 71 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 o Mitos de enseanza tica: Otros mitos axiognicos ms especficos condenan los vicios, errores y pecados del hombre ofreciendo modelos ejemplares de conduela humana. El sistema tico que de esta mitologa se desprende es tan vigoroso, elevado y comprehensivo como el de las religiones occidentales. Especficamente se reprueban los que pudieran considerarse como "pecados capitales" de la religin lucum, es decir: la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira, la mentira, la pereza,la indiscrecin, etc. Tmese el caso de la envidia, por ejemplo. El camalen odiaba al perro porque mientras ste tena muchos colores distintos l estaba condenado. a lucir uno solo. Un da fue a hacerse registro con Orula a quien le dijo: "Por qu no he de ser yo multicolor como es el perro? Odio a ese animal. Dame una cosa para que tan slo con mirarla pueda yo ejercer dominio absoluto sobre l." El oricha comprendi que el camalen se consuma de envidia y por. eso lo conden a no tener color propio y distinto sino'a tomar el del rbol en que se trepara. En un bello patak titulado "El Algodn y los Pjaros-, sobre el misrho pecado capital; se relata lo siguiente: Los pjaros se reunieron para acabar con O, el Algodn.
-Por qu ha de ser blanco como la masa de coco? Por qu ha de'ser d O la capa de Obatal, el oricha que.cre a los^nombres por orden de Oldiimare? Volaron los pjaros hasta la Luna, en medio de la noche. Y la Luna les dijo:' -Yo mandar mucha agua y mucho fro y acabar con l. Y fueron a donde estaba el Sol, en medio del da. Y elSol les dijo: -Yo mandar mucha candela y con mis rayos lo quemar. Despus encontraron al Viento, que sopla desde los cuatro puntos de la tierra. Y el Viento les dijo: -Yo soplar con fuerza y le tumbar las hojas y los retoos que son sus hijitos. Por fin buscaron a la Lombriz, que vive en los tneles del suelo. Y la Lombriz les dijo: -Yo entrar en la tierra y le barrenar sus races. Y morir. -- Los pjaros regresaron muy contentos, aleteando y chillando: -Y nosotros nos comeremos las hojas y los hijos. Ese ser el final del Algodn! ' . Y empezaron unos tiempos muy malos prael pobre O. Primero, el Diluvio: agua y ms agua helada que todo lo pudra. Luego la Sequa:.fuego y ms fuego, que todo lo quemaba. Y luego el Ventarrn: rfagas tras rfagas que todo 15 arrancaba. Y luego, la Lombriz: mordida tras mordida que todo lo gastaba. Moribundo casi, el Algodn implor el favor de Obatl. Y Obatal le dijo: .-Ve con. Onila y haz lo que l te diga. - . 72 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 O fue con Orula y le cont sus penas: -La Luna me mata de fro. El Sol me sofoca. El Viento me destruye los hijos. La Lombriz se come mis races. Estoy a punto de morir. Con qu se har luego la capa de Obatal, blanca como leche de coco? Y Orula respondi: -Haz eb. Haz sacrificio con dos palomas rojas como el fuego y dos palomas blancas como la nieve. Yo te bendigo: "Lotoli ach to!" Y entonces Obatal intervino:
-Desde hoy el pjaro que venga a comerse los hijos de O, quedar ciego. Y as sucedi: vinieron los pjaros, metieron su pico en el Algodn y perdieron ah mismo la vista. Alzaron sus voces al cielo: -Ay, ay que todo est negro! El da se ha vuelto noche! Y Orula les contest: -Castigo divino! Eso les pasa por roosos, por tenerle tirria a lo Perfecto... Los pjaros volaron hacia el bosque. El algodn sigue brillando en la capa de Obatal. En un mito, de tono casi bblico, pues recuerda el caso de Jos en el Gnesis judaico, Adima -el ms pequeo de tres hermanos- era odiado por los otros dos, Acham y Arum, con gangrenosa pasin fra-icida porque era ms inteligente que ellos y todo lo que haca le sala bien. Un da iban los tres por un camino. Los dos mayores para deshacerse del ms chico lo echaron en un pozo que haban encontrado. Acham dijo: "Ahora no lo veremos ms." Pero poco despus vino Yemay, la Virgen de Regla, a sacar agua del pozo, tir un cubo y sac a Adima que se haba agarrado de la soga. "Cmo fuiste a pirar ah?, pregunt Yemay. "Fueron mis dos hermanos, pero yo los perdono", contest el inuchacho. Y sali corriendo hasta dar con Acham y Arum. Estos le preguntaron: "Quin te sac?" Y Adima les dijo: "Una seora muy prieta." Entonces el mayor le dijo al segundo: "Ahora lo matamos, lo picamos, lo enterramos en un hoyo y luego lo tapamos. A ver quien lo va a salvar ahora." As lo hicieron. Pero vino Ochn, la Virgen de la Caridad, y se puso a buscar al pequeo, encontr donde lo haban enterrado, escarb, sac sus restos y los peg pedazo por pedazo. El resucitado
Adima, contestando la pregunta de Ochn, dijo: "Fueron mis hermanos, pero yo los perdono." En ese momento lleg ObaUl, quien enterado del asunto dijo: "Eso es demasiado." Y orden el castigo de los envidiosos fratricidas expulsndolos al bosque para que se los comieran las fieras. Los reyes, acostumbrados a mandar, constituyen excelentes ejemplos para combatir la soberbia. Segn un patak: "Haba un rey tan orgulloso que no hablaba con nadie del pueblo ni siquiera permita que el pueblo se mezclara con sus sirvientes. Tena una hija que siempre estaba enferma, siendo intiles los 73 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 esfuerzos de los curanderos de la corte para aliviarla. El Rey mand a buscar a Orula, pero el oricha le mand a decir que fuera a verlo l. El Rey, encolerizado, se neg. 'Yo soy el Rey. Qu se habr credo eseOrula?' Pero la nia empeoraba y, por fin, el Rey decidi ir. Al entrar en la casa de Orula tropez en la puerta, la corona se le cay y fue rodando por una cuesta. El pueblo la cogi y la escondi. El Rey para recuperar el smbolo de su autoridad tuvo que ir preguntando humildemente de puerta en puerta. Cuando encontr la corona ech de ver que el orgullo de nada le haba servido. Y la princesa entonces se cur." En otro relato se habla de los tres hijos de If que estaban en competencia con Orula. Un buen da comenzaron a gritar en la plaza: "Nosotros podemos hacer lo mismo que hace Orula. Somos tan sabios como l." Ech, que estaba ah, le cont lo sucedido a Orula, quien hizo eb con una cabeza de chivo, tres clavos y un martillo, que puso al pie de un rbol. Los tres hijos de If, caminando por
el bosque, llegaron frente al rbol. Y comenzaron a jactarse de sus poderes. "Yo soy capaz de cortarme la cabeza y volvrmela luego a poner sobre los hombros", dijo uno. "Y yo tambin", dijo otro. "Y yo lo mismo", agreg el tercero. El primero, yendo del dicho al hecho, se arranc su cabeza y la tir para arriba. Lo mismo hicieron los otros dos. Lo que ellos no sabian era que Ech, antes de ellos llegar, se haba subido al rbol. Y cuando los hijos de If lanzaban al aire sus cabezas, Ech las coga y las colocaba en lo ms alto del palo. Y as los tres jactanciosos las perdieron para siempre. Un mito, muy conocido como cuento tambin en Europa y en Amrica, condena la avaricia: "Cierto perro sali un da al matadero y se rob una gandinga. Cuando se la llevaba, al cruzar un ro vio su reflejo en las aguas. Como le pareci la presa mucho ms grande que la que llevaba en la boca, solt labuena para coger la falsa, quedndose sin nada por avaricioso." Segn otro patak, Ic era un hombre que padeca del vicio de la codicia. Un da, en tiempos de una gran hambruna, estaba sentado en una enorme pila de maz que le perteneca cuando se le acerc un ratn para pedirle unos granitos. Ic se los neg. Y lo mismo hizo con otros animales que solicitaron su ayuda. Hasta que lleg Ech, quien como castigo, ech a Ic de su pila, reg los granos por el suelo y llam a los otros animales para que se repartieran el maz. La ira es considerada como o-o pecado capiuil por esta mitologa. As, por ejemplo, indignado Olofi por el violento trato que muchas gentes daban a sus hijos, se apoder de todos los nios, se los llev para el cielo y cerr las llaves de agua en la tierra para que los iracundos no tuvieran qu beber. De acuerdo con
otro patak Orula tena un puesto de viandas en la plaza. La gente le compraba pero no le pagaba. Un da, molesto, el oricha fue a cobrarte a todo el mundo armado de un machete. Su exagerada reaccin provoc un escndalo enorme en 74 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 el pueblo. Y, contra lo que esperaba, tampoco pudo cobrar. Ms tarde, consultando con su ngel de la Guardia, hizo eb y march tranquilo a la plaza. Viendo que haba mucha escasez de algunas mercancas, se las consigui y, como slo l las tena, sus deudores comenzaron a pagarle lo que le deban para luego surtirse de lo que necesitaban. Todo en santa paz y armona, porque ms vale maa que fuerza. Tambin se combate por los mismos medios la mentira, el hurto, el adulterio. Vamos a ofrecer una muestra de cada caso. Por ser muy mentiroso se castiga en un patak al hijo del rey, condenndolo a la pobreza y al desprecio. En otro se ataca conjuntamente el robo y la calumnia: el hurn se roba una gallina y ladinamente coloca las plumas en el patio del gato, tratando de comprometerlo a pesar de hacerse pasar por su ntimo amigo, pero al fin la verdad sale a relucir y el hurn, puesto al descubierto, tiene que huir al bosque. El tercero dice as: "Esto sucedi en el tiempo en que no se enterraban los cadveres. Los muertos se amortajaban y eran depositados al pie de la ceiba. Sucedi que Mofa tena su seora y sta deca que lo quera mucho, que l era todo para ella en la vida. Pero no era cierto: ella tena otro hombre y por l hasta a su hijo descuidaba. Cuando esa mujer se encontraba con su amante siempre le deca:
Qu aburrida estoy de Mofa, dara cualquier cosa por salir de l!" A lo que el hombre contest: -Quieres deshacerte de tu marido? Pues nada ms fcil. T sabes lo que se hace aqu con los cadveres. Bueno, pues t te haces la muerta esta noche. Entonces te amarrarn y te pondrn junto a la ceiba. Yo ir por la madrugada y te llevar para mi casa. As lo hizo la mujer. Se fingi muerta. La amarraron y la pusieron en la ceiba, de donde el hombre se la llev para su casa. Pas el tiempo. Mofa lloraba la prdida de su esposa. El amante de sta tena un puesto en la plaza, pero como le haca falta plata se busc otro trabajo y puso en su lugar a la mujer. Un da Mofa mand a su hijo a comprar quimbomb en el mercado. Y cul no sera su asombro al ver que era su madre viva quien le despachaba! El muchacho la llam: -Mam! Mam! Pero ella, impasible, le contest a su hijo: -Yo no soy tu madre. Djame en paz. Vete por ah. Al regresar a la casa el joven le cont lo sucedido a su padre, pero ste no lo crey. Varias veces despus el muchacho volvi a la plaza y al regresar a la casa insista con su padre: -Ella est viva. Es mi mam... Por fin Mofa fue al mercado, reconoci a su esposa, la agarr para llevrsela 75 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 y cuando ella hizo resistencia, gritando y pateando, la gente acudi a ver lo que pasaba. Mofa les explic: -Es mi mujer que me ha dejado por otro hombre... Y la gente, muy indignada, sentenci: -La adltera merece un gran castigo. Mofa lo pens por unos instantes y al fin dijo: -S, hay que castigarla. Pero ella es muy traicionera. Vamos a abrir un hoyo bien hondo y en l la enterraremos viva. De ese modo pagar su crimen.
El pueblo acept la sugerencia. Y la llevaron a ciabo. Porque en ese pueblo no se acostumbraba a que una mujer traicionase a su marido. g) Mitos explicatorios del mundo natural: Este Corpus constituye, por lo menos en parte, lo que pudiera llamarse la "ciencia" lucum, o lo que la sustituye en su ausencia. Estas leyendas pretenden ofrecer "explicaciones" de algunos de los fenmenos naturales que ms impresionaban a los descendientes de los yorubas en Cuba. Examinemos unos pocos. 1- Causa de la sucesin de los das y de las noches: Agall (El Sol) y Nana Buruk (La Luna) siempre andaban peleando. Olodumare les pregunt: "Por qu disputis siempre, si sois hermanos?" Ellos aportaron sus razones. El Sol dijo: "La Luna me enfra." La Luna dijo: "El Sol me quema." Olodumare decidi dividir las horas del da en dos grupos. Doce horas le otorg al Sol y o-as doce a la Luna, para que anduviesen separados y no peleasen ms. 2- Por qu envejecen los hombres?: Olorn no quera que sus criaturas muriesen y a propsito mand al mundo recin creado un mensajero con un paquete de pieles flamantes para reemplazar las pieles gastadas. Cansado el mensajero de cargar con el bulto, se tendi en el campo y se qued dormido. El maj se le acerc, abri el paquete, curiose el contenido y se rob las pieles que distribuy entre los suyos. Por eso, mientras los hombres se arrugan y por fin se mueren, el maj desecha su piel cuando sta envejece y se reviste de otra nueva, repleta de juventud y de vida. 3- Origen de la menstruacin: Haba un cazador dedicado a capturar palomas para que Olofn se tomara su sangre. Despus de hacerlo. Dios le entregaba la masa de las aves al cazador para llevarla a su casa. El hecho de que las palomas llegaran siempre sin una gota de sangre provoc la curiosidad de la esposa del cazador, al ex&emo que un da decidi seguir a su marido para averiguar lo que pasaba. Olofn se present entonces y le dijo: "As que abandonas tu casa para meterte en lo que no te importa! Pues como te interesa tanto la sangre vers manar la tuya lodos los meses." 76 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 4- Por qu son tan limpias las aguas del mar?: Mientras muchas otras aguas
permanecen sucias, las del mar son limpias porque ste, en el momento debido, hizo el eb que le ordenaron los orichas. 5- Por qu el cangrejo no tiene.cabeza? Hubo una poca en que tanto los seres humanos como los animales carecan de cabeza. El Cangrejo fue a ver a Olofn y le pidi cabeza para todo el mundo. Olofin contest: "Lo veremos. Te dejar saber." Cuando vino el aviso, el Cangrejo expres que ira a avisarle a todo el mundo. Olofin le dijo que no lo hiciera: "Todo el mundo est enterado", insisti. Pero el Cangrejo, que por algo camina para atrs, se empe en comunicar a los dems animales la buena nueva, se alej muchsimo del lugar del reparto y cuando lleg por fin a l, se encontr con que todas las cabezas estaban repartidas y, por desobediente, se haba quedado sin la suya. 6- Por qu las gallinas guineas estn todas "pintadas"?: La razn es muy sencilla: las guineas se refugiaron n casa de Obatal porque el gato las estaba persiguiendo; Obatal en ese momento estaba lavndose la cara y con el jabn las salpic, dndole ese aspecto jaspeado que las caracteriza. 7- Por qu pica la gallina echada?: La gallina pona sus huevos todos los das, convencida de que a los tres viernes sacara sus pollos. Pero los dems animales gustaban mucho de los huevos y se los robaban con demasiada frecuencia. La gallina no poda defenderlos porque tena la vista muy mala. Un da fue a ver a Orula y le explic su problema. Orula le orden: "Haz eb." La gallina obedeci, recobr la vista y, desde entonces, al que se a-eve a acercarse a sus huevos, le clava el pico sin remedio. 8- Por qu es el gallo el rey de las "mujeres"?: Hay muchas variantes de este patak. Segn una muy citada en las libretas, el gallo (Akuk) deseaba tener varias mujeres y por eso se dirigi a la tierra, donde stas abundaban. En ese momento asolaba al planeta una tremenda sequa. Por el camino Akuk se encontr con Ech, quien le pregunt a dnde iba. El gallo que saba como se las gastaba Ech, le inform al revs: "Voy a una tierra donde llueve mucho, para parar tanta agua como all est cayendo." Y se fue. "Parar el agua? Aqu quien maneja el agua soy yo. Ahora va a diluviar en la tierra a donde va el gallo?" Abri la llave del agua y sobre la tierra reseca comenz a caer una lluvia vivificante. Por haberle ganado a Ech, el gallo obtuvo lo que peda: se convirti en el rey de las "mujeres", es decir, de un nmero infinito de gallinas.
h) Mitos explicatorios de la realidad social: Por va mitolgica explican tambin los lucumcs algunas de sus usos. 77 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 costumbres e instituciones sociales y los cambios que stos han sufrido con el transcurso de los tiempos. Citemos algunas muestras: 1- Cmo cesaron los sacrificios humanos?: Cierto da cay Orula en un pozo que haba en el monte. Pasaron tres hombres y se negaron a salvarlo. Pasaron tres mujeres y lo sacaron. Orula, agradecido, les concedi lo que cada una peda. E hizo ms: cuando una de sus propias hijas fue escogida para el sacrificio que todos los aos se verificaba, el oricha hizo que se cambiara la costumbre. Y desde entonces ces la matanzas de mujeres como sacrificio para los dioses. 2- Cul es el origen del maffimonio?: "Hubo un tiempo en que las mujeres y los hombres vivan separados y cada cual en su tierra. Cuando los hombres necesitaban hacer uso de las mujeres, iban a buscarlas y despus de utilizarlas cada cual volva a su respectivo lugar. En eso los hombres declararon la guerra a las mujeres y antes de entrar en campaa fueron a casa de Orula, quien les dijo que tenan que hacer eh. Pero ellos replicaron que no vala la pena hacer eb por tan poca cosa, pues bastaban dos bofetadas para derrotar a las mujeres. Estas, sin embargo, obedecieron a Orula e hicieron eb. Cuando los hombres llegaron a las murallas del pueblo de las mujeres era de noche y empez a llover de tal manera que todos los instrumentos de guerra que los hombres llevaban se les mojaron y, adems, los guerreros comenzaron a sentir un fro intenssimo, hasta el punto de tener que pedir auxilio a gritos a las mujeres. Estas salieron a socorrerlos. En cada casa de mujer se qued un hombre. Al o^o da Olofin declar que cada hombre se converta en esposo de la mujer que lo haba alojado. Y de ah proviene el matrimonio entre los seres humanos." 3- Cmo surgieron los operarios?: Los-muchachos que uabajaban con los viejos en las construcciones se creyeron aptos para construir casas por su
cuenta. Con el fin de ganar clientes empezaron a hacerlas ms baratas. Tuvieron mucho xito hasta que lleg la estacin de las lluvias, pues con las aguas todo se vena al sucio. Por fin, viejos y jvenes fueron llamados a comparecer ante Olofin y ste orden que cada grupo hiciera una casa. El resultado fue que mientras la de los viejos se mantuvo en pie, la de los muchachos se derrumb en seguida. Olofin quiso saber por qu y los viejos le informaron que los muchachos torpemente ponan todas las tejas boca arriba en vez de hacerlo una boca arriba y otra boca abajo. Desde entonces los viejos son los nicos autorizados para construir y los muchachos tienen que servirles de operarios. 4- Varios mitos se refieren al tiempo en que los caracoles servan como dinero. As, por ejemplo, en el patak de Ob ste lo vende todo para poder hacer l 78 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 eb que Orula le haba recomendado y, despus de varios incidentes, descubre bajo un palo del monte una enorme cantidad de caracoles, es decir, de dinero contante y sonante. 5- Sobre el origen de la autopsia: Haba una vez un monstruo que no dejaba dormir a nadie, ni al mismo Olofin. Este ofreci un premio a quien lo matara. Muchos cazadores lo intentaron sin xito alguno, hasta que un carbonero logr acertarle con dos de sus flechas y el monstruo muri. Varios individuos trataron de atribuirse la hazaa. Pero Olofin orden que se abriese el cuerpo del monstruo y se sacasen las flechas. Como stas eran iguales a las del carbonero, ste recibi en prem io la mano de la hija del oricha. Y as fue como comezaron las autopsias. i) Otros mitos y leyendas: En las libretas de los santeros aparecen otros relatos que poco o nada tienen que ver con la religin. Se trata de leyendas, consejas y fbulas que por lo regular no pasan de ser ms que expresiones de la llamada "sabidura popular": advertencias o admoniciones y buenos consejos. Un patak muy popular narra las
dificultades con que se enfrent un individuo por haber aceptado guardarle a otro un saco, sin averiguar previamente cul era su verdadero contenido. Otro appatak destaca la relatividad del testimonio humano. Y un tercero se refiere a lo endeble y quebradiza que es la amistad entre los hombres. El carcter conservador de estas leyendas se comprueba por la frecuencia con que apuntan al castigo ineluctable que reciben cuntos rompen con las costumbres y tradiciones del grupo. Y su dejo a veces reflexivo, se hace ver en varias narraciones que aluden a la inevitabilidad de la muerte. Muchas de estas historietas han pasado al folklore y circulan en numerosas variantes por todo lo largo de la isla de Cuba. Conviene advertir que el sistema tico lucum que se desprende de este vasto Corpus mitolgico dista mucho de ser coherente. Es cierto que exalta virtudes y condena vicios, pero tambin hace a sus dioses demasiado humanos, dotndolos de caractersticas muy poco "divinas". El Dios Supremo, Olodumare, es a la vez omnisciente, todopoderoso,alejado, cansado, perezoso y muy cobarde, pues como vimos- le tiene un miedo enorme... a los ratones. Chang, dios del trueno y del fuego, prohibe por una parte a sus hijos mentir, robar y matar, pero en los patakes aparece frecuentemente como culpable de esos y otros pecados. Ogn, el oricha de la guerra y los metales,sin cuyo cuchillo no es posible hacer sacrificio a los dems dioses, cometi incesto con su madre Yembo. Es cierto que ese crimen recibi el castigo de Obatal, pero la imperfeccin tica de Ogn nunca fue plenamente reparada. Ochn, la Afrodita lucum, bailadora de danzas
79 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 voluptuosas, tuvo amores ilcitos con Chang y con Ogn. En algunos patakes se llega a presentarla como una prostituta. Esas contradicciones entre el cdigo tico y la conducta de los dioses y los hroes, muy explicable dados los avatares del proceso transculturativo cubano, puede encongarse, empero, en otras mitologas y cuerpos de leyendas. Quin rene a la vez ms virtudes y ms vicios que el ms ilustre antecesor histrico de Jesucristo, Su Majestad el Rey David? Los patakes estn estrechamente vinculados con algunos de los ritos ms importantes de la religin lucum, particularmente con la iniciacin y la adivinacin. Cada una de las letras u odus del Dilogn (u orculo de los caracoles) est ligadaa determinados patakes que se le dicen al consultante cuando esa letra sale en el registro. Por ejemplo, el mito de Mofa y su mujer, que relatamos ms arriba, se le lee al cliente cuando sale el odu que corresponde al nmero 7, llamado Odi. En una de las ceremonias del asiento o Kariocha llamado/, el oriat director del "registr" en que se consulta sobre el destino del iniciado- cuenta los patakes correspondientes y mientras ms sepa "ms se luce ese da".^ Los dems santeros presentes tambin pueden hacer comentarios y contar algunos de los mitos. Es interesante observar el carcter liminaque tienen estos dos ritos. La iniciacin trata de proyectar el presente hacia el futuro, abrindole al iyav/ la puerta hacia una nueva vida (la religiosa) despus de haber dispuesto de la vida vieja (la
profana). La adivinacin trata de traer el futuro al presente, de conectar lo que ha de ser con lo que es. Ambas operaciones tratan de garantizar que la secuencia temporal sea adecuada. Y para ello tienen que contar con el pasado, sobre todo con el pasado mtico, donde residen los dioses, fuente de la sabidura y elach. De ese modo lo que ha de ser y lo que es quedan justificados por loque ha sido. (En este acpite no nos hemos referido a los innumerables patakes que relatan la vida de los orichas, porque ellos constituyen la base del estudio de los dioses, qiie ya hicirnos en el acpite anterior.) Sacerdocio y Ritual. La Regla de Ocha posee un intrincado sistema ritual que incluye jerarquas sacerdotales, lugares sagrados, invocaciones privadas, celebraciones pblicas, actividades mgicas y ritos de pasaje o transicin, fundamentalmente de iniciacin y funerarios. Es importante insistir, para evitar confusiones, enla flexibilidad que caracteriza el comportamiento litrgico en la Regla de Ocha (y en las 5. Cabrera (1980), p. 102. 80 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 otras religiones afrocubanas), pues si bien es cierto que existe un cuerpo comn de prcticas (Asientos o Kari Ochas, "tambores", "registros" con el caracol o Dilogn, etc.) que coinciden siempre en lo esencial, tambin lo es que dichas prcticas varan en sus detalles de il a il, de santero a santero. Como nos explica una informante: cada casa de santos posee sus tradiciones, sus costumbres, que son transmitidas por los padrinos a sus ahijados y stos a su vez las traspasarn
a otros. Las Reglas afrocubanas se caracterizan por su labilidad, su variabilidad y su descentralizacin, ya que no existen en ellas organismos institucionales dedicados a velar por la ortodoxia, un concepto ms occidental que africano. Entre las personas que participan en el culto a los orichas es menester distinguir diversos tipos de miembros. Una primera categora est compuesta por los individuos que se acercan al santero para resolver alguna dificultad por medio de recursos mgicos o para consultar a los orculos sobre su porvenir. Muchos desconocen las creencias religiosas y rara vez acuden a rituales pblicos. Este grupo es muy numeroso y algunos de sus integrantes, con el andar del tiempo, llegan a convertirse en verdaderos fieles. Conforman un segundo estrato aquellos creyentes que cohocen la religin, consultan los orculos, participan en los rituales pblicos, cuidan de su cabeza y de proteger a su espritu guardin o eled, pero nunca se inician en el sacerdocio lucum ya que ningn Oricha "los reclama". Algunos pueden incluso recibir los collares de Santo, como forma de proteccin, pero sin llegar a alcanzar el rango sacerdotal. La tercera categora la constituyen los sacerdotes o ministros, iniciados en el culto de algn Oricha mediante el rito del Asiento o Kari-Ocha. En Cuba se conoce a los sacerdotes con el nombre popular de santero o santera. La organizacin sacerdotal lucum reconoce tres niveles jerrquicos: el iyaw o iyab; los babalochas e iyalochas; y el babatao. El iyaw es el recin iniciado en Ocha, el novicio o novicia que "ha hecho Santo" y que an no ha cumplido el perodo de aprendizaje o iyaboraje, que dura un ao. Durante el iyaboraje^ el padrino o madrina deber instruir a su ahijado en los misterios de la religin y en el ejercicio del culto. Tambin le ensear su poquito de "lengua" para que el nefito pueda dirigirse a los Orichas "en su idioma". El iyaw deber vestir de blanco durante su ao de iyaboraje y vivir bajo la tutela de sus
padrinos, a quienes obedecer y respetar en todo. Ms adelante, cuando tratemos del Asiento, describiremos en mayor detalle la conducta requerida durante el ao que sucede a la iniciacin. Una vez concluida la etapa de noviciado, el santero o santera est facultado para ejercer el sacerdocio. No todos, sin embargo, se dedican activamente a ejercer labores ministeriales, ya que los orichas, en el momento del t (las predicciones) que forma parte de la iniciacin, pueden determinar que su nuevo 81 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 hijo debe prestarles un culto estrictamente privado. Los sacerdotes, como veremos ms adelante, adquieren adems otros ttulos tales como Oriat, definido por Lydia Cabrera como " el Baba que se sienta en la estera para echar el dilogn, y a dirigir los rezos y cantos en las ceremonias de Ocha".' La Oyubona (u Oyubbn, si es hombre) es un apelativo temporal que se aplica a la "segunda madrina" del asiento o iniciacin. Es la ayudante principal de la madrina o padrino y tiene la misin de ocuparse de todas las necesidades del iniciando, as como de vigilarlo y acompaarlo durante el proceso iniciatorio. Solamente santeros de comprobada sabidura y seriedad deben ser considerados para fungir de Oriat o de Oyubona. Actualmente slo los hombres actan de Oriats, aunque nos dice una de nuestras informantes que en pocas pretritas existieron Oriats de sexo femenino. Las funciones principales de los sacerdotes (babalochas) y sacerdotisas (iyalochas) lucumes son: 1) rendir culto a las divinidades recibidas en la iniciacin y, principalmente, a su eled , entidad tutelar a veces conocida metafricamente como el "ngel de la guarda"; 2) dirigir los ritos que se efecten en su casa-templo o il; 3) servir de curanderos o consejeros en lo que se refiere a problemas de salud y dificultades en las relaciones personales y 4) adivinar
por medio de los orculos del coco y del caracol. Ms adelante describiremos las formas en las que los iniciados "cuidan" de sus orichas mediante ofrendas y ritos cotidianos. Tambin estudiaremos las liturgias formales que involucran a un grupo de sacerdotes y, algunas veces, al pblico en general. A la adivinacin dedicamos todo el acpite siguiente. Conviene examinar aqu el papel de curandero que ejerce el santero entre los fieles. Como es de suponer, durante los siglos anteriores y los primeros aos del presente, sta constitua una funcin de gran relieve. La falta de acceso a la medicina ortodoxa, as como la desconfianza que ella provocaba, servan para acentuar la reputacin del santero como curandero. Adems, para los creyentes afrocubanos las enfermedades del cuerpo y del espfritu son frecuentemente provocadas por encantamientos mgicos o por la accin de entes espirituales a los que hay que desarmar. Y para ello es menester emplear el conocimiento y poder adquiridos a travs de la iniciacin y de la prctica. Basta repasar la segunda parte de El Monte de Lydia Cabrera o su Medicina Popular de Cuba para comprobar la enorme cantidad de hierbas, bejucos, hojas y otras sustancias empleados por los santeros en el tratamiento de dolencias especficas. Hoy en da no es usual que alguien dependa exclusivamente del santero o curandero cuando se presenta un problema de salud. Los remedios populares y los mgicos son 1. Cabrera (197),p. 273. 82 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 empleados ms como complementos de la medicina ortodoxa que como sustitutos de ella. S permanece la costumbre de acudir al babalocha o la iyalocha en solicitud de protecciones o "resguardos" contra influencias negativas y de
solucin a dificultades amorosas o econmicas. En el exilio, la profusin de botnicas o almacenes repletos de hierbas, perfumes, piedras, aceites (adems de soperas, imgenes de santos, libros de oraciones, libretas de santeros, etc.) as lo atestiguan. La mxima autoridad dentro del clero lucum la constituye el babalao, el supremo adivino, hijo de Orula. El babalao pronuncia sus vaticinios por medio de una suerte de cadena o "rosario" llamado okpel, okuele o ekuele, hecho de eslabones de metal interrumpidos a tramos por ocho "glorias" o trozos de carapacho de jicotea, de carey, de coco o alguna semilla grande. Tambin, aunque con menos frecuencia, emplea los "ikis" o semillas negras de palma, recibidos en el momento de la consagracin. Cada juego de "ikis" consta de 18 semillas, de las cuales se utilizan 16 para la adivinacin. Para ser babalao es menester recibir una "mano completa" de If, que consiste en dos juegos de 18 "ikis", es decir un total de 36. Estas semillas se guardan en una sopera junto al "fundamento" del babalao. El hombre que ha recibido "media mano de If", o sea un juego de "ikis" solamente, se denomina omof, y an no tiene las prerrogativas adivinatorias del mximo sacerdote. El acpite siguiente est dedicado al estudio detallado de los ritos adivinatorios lucumes y por eso aqu solamente los mencionamos de pasada. Durante el registro (o "consulta") el babalao marca con el dedo las "letras" o signos del orculo que han salido en una especie de bandeja de madera (el tablero de If) a la cual se espolvorea un polvo denominado yef, que fortalece y proporciona ach. Se hace de ame, malanga blanca, juta, cascarn de coco, harina, pescado
y otras sustancias. Segn Lydia Cabrera se le conoce como iy cuando no est consagrado, yef cuando s lo est y afoch cuando se le emplea en algn "trabajo" u operacin mgica.^ La mujer que se ocupa de asistir al babalao es la apestev y debe ser hija de Ochn, en recuerdo de los amores de esta diosa con Orula. Los babalaos generalmente visten de blanco y, cuando ofician, usan un gorro de copa del mismo color, semejante al de los cocineros. Nunca caen en estado de trance o son posedos por divinidad alguna. Son funciones especficas del babalao: 1) rendir culto a If cada cinco o cada nueve das, segn las costumbres de la casa o il al que se pertenezca;' 2) 2. Nota de campo del archivo de Lydia Cabrera. 3. Correspondencia indita de un babalao a Lydia Cabrera. Agradecemos a la investigadora el acceso a estos valiosos e interesantsimos documentos. 83 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 interpretar las cuatro ltimas "letras" del Dilogn u orculo de los caracoles; 3) adivinar utilizando el ekuele o el tablero de If 4) dar la ltima palabra en aquellos casos en que los vaticinios sean difciles de interpretar, ya que, como deca el viejo Gabino Sandoval: "Babalao es el que, en ltimo trmino, profundiza, dilucida y determina"; 4) efectuar las rogaciones "ms decisivas", sobre todo en las ocasiones serias y delicadas; 5) aclarar, en conjuncin con otros babalaos, quin es el oricha tutelar de algn fiel; 6) preparar y entregar los "guerreros"; 7) determinar, junto a otros babalaos, la "letra" o vaticinio que regir durante el ao que comienza; 8) sacrificar los animales en las iniciaciones y otras ocasiones litrgicas;" 9) presidir en las ceremonias iniciatorias conocidas como Abo-Fac (la mano de Orula) que reciben los hombres y el Ico-F o "Cofa
de Orula" que reciben las mujeres. Segn Gonzlez Wippler el "Cofa de Orula" dura ^es das, en los cuales el iniciado es presentado formalmente al oricha, quien recibe numerosos sacrificios y ofrendas. El realizar ceremonias seconoce popularmente comop/rttr.^ El siguiente cuadro sinptico resume las diversas jerarquas del clero lucum. Jerarqua Sacerdotal en la Regla de Ocha - lyaw Sexo M/F Persona iniciada en Regla de Ocha durante el ao siguiente a su iniciacin. - Babalocha Oloricha , . Sexo M Sacerdote de la Regla de Ocha que posee t(xlos los privilegios de la iniciacin. - Oriat: Babalocha que dirige los rezos y cantos en las ceremonias de Ocha. No se requiere un proceso iniciatorio especial para obtener este ttulo, sino que es un reconocimiento a su profunda sabidura en materia religiosa. Realizad Iiy sacrifica losanimalescuando el babalao no ejecuta esu> funcin. 4. Dependiendo de su tradicin, algunas casas de Santo emplean babalaos para sacrificar y en otras lo hace el oriat. Asimismo, los "guerreros" hoy en dason entregados por los santeros o por los babalaos. Estas divisiones de funciones .son frecuente motivo de disputas entre los dos grujx5s. 5. Gonzlez Wippler (1989), pp. 100-101. 84 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 -Oyubbn: Babalocha que asiste en el Asiento. lyalocha Sexo F Sacerdotisa de la Regla de Ocha que posee todos los privilegios de la iniciacin. - Ahilla: santera vieja, importante. - lyar: la iyalocha de mayor edad
- Oyubona: ayudante de la madrina del Asiento. - Apesiev: la mujer del babalao, mujer que cuida de los objetos del babalao. Debe ser hija de Ochn. Babalao Sexo M. El supremo adivino, sacerdote de If, representante de Orula en la tierra. - Omof: Hijo de Orula que est parcialmente iniciado (tiene "media mano de If"). Paso previo a ser babalao. No debe adivinar. - Aw: el babalao que ha sido iniciado en el culto de otro Oricha antes de recibir a If (o sea que ha sido "asentado"). Puede entrar al cuarto sagrado o igbodu en las ceremonias hermticas. Segn algunas fuentes es el mayor de los bahalaos. - Olo: Segn algunos, el babalao de mayor jerarqua. Ttulo que se da a un babalao de gran jerarqua. - Adofn: El prximo en rango al Olo y lo sustituye en su ausencia. - Ar: Tercero en rango al Olo. Puede sustituirlo en su ausencia. 85 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 - Asar Paw: El "mensajero". Encargado de llamar a la asamblea y preparar el sitio de culto. - Asaw: Diputado y ayudante del Asar Paw. * Tradicionalmente, los templos de Ocha son las mismas casas o ils de los sacerdotes o santeros. Aquellos que pueden, dedican una habitacin a guardar y dar culto a sus santos. Pero el concepto de il tiene en la santera un sentido mucho ms amplio y profundo. Como explica Joseph Murphy: "La unidad fundamental de la Regla de Ocha es el il, concepto complejo que significa a la vez casa, comunidad y familia. Cada/Ze es una familia espiritual cuyos miembros
estn relacionados entre s por medio de la iniciacin y no por la sangre. Iniciarse significa entrar a la vida de un il y el iniciar a otra persona equivale a convertirse en padre o madre del espritu que anima al iniciado. De ese modo el il es una compleja comunidad de madres y padres, de hermanas y hermanos organizados ah-ededor de un estricto sistema de antigedad basado en la iniciacin."' Cada il es independiente de todos los otros y no reconoce otra jerarqua ms all del santero o santera que le sirve de centro. A travs de la ceremonia del Asiento o Kari-Ocha, el padrino o la madrina traspasan la fuerza vital de sus Orichas a las piedras u otanes del iniciado. Para el creyente en Ocha, el santo se arraiga o se "fija" en las piedras sagradas y all reside. Los otanes se guardan, como vimos al describir a los orichas, en soperas de loza o porcelana, cazuelas o tinajas de barro y, algunos como Chang, en bateas de madera. Segn Lydia Cabrera, "antao en todo tipo de vivienda se colocaban directamente en el suelo, o como hemos visto en pueblos de Matanzas, en una plataforma de ladrillos".* Posteriormente, las soperas se guardaban en "canastilleros" o armarios de madera que podan abr rsc y cerrarse con facilidad. En la actualidad se colocan en armarios, estantes y hasta ciaseis, continuando el proceso de aculturacin caracterstico de estas religiones.' 6. Segn un babalao que escribe a Lydia Cabrera, el olo, el adofn, el ar, el asar paw y el asaw constituyen lo que l llama "la logia de If". (Archivo personal de L.C.). 7. Murphy, "Lydia Cabrera y la Regla de Ocha en los Estados Unidos", en Castellanos
elncln(1987), p. 247. 8. Cabrera (1980), p. 11. 9. Cuando la madrina de la iniciacin lleva a la casa de su ahijado las soperas de ste, se colocan inicialmente en el suelo, sobre esteras de rafia. Posteriormente son alzadas y colocadas en los estantes o armarios. 86 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Prximas a las soperas se colocan una maraca y unas campanillas plateadas o de cobre (agog), para llamar y saludar a los orchas. A veces hallamos tambin litografas e imgenes de santos catlicos y, muy frecuentemente, muecas y muecos que representan a alguno de los Santos. Delante del armario o canastillero el suelo se cubre con una estera de paja, encima de la cual se ponen las ofrendas a los dioses. Para espantar las malas influencias se elaboran irukes o "rabos de vaca, de buey o de caballo, con los mangos adornados con caracoles y cuentas de los colores simblicos de los dioses".'" En el cuarto de santos o igbodu se guardan tambin las sustancias usadas en los cultos, asi como los ingredientes que se utilizan en su preparacin: granos de maz tostado, algodn, juta ahumada, velas, agua de colonia, agua bendiu, coco, pescado ahumado, cascarilla de huevo, manteca de corojo, ekr de frijol de Ciria, ek O pasta de maz, manteca de cacao, miel de abejas, etc. Tambin se encuentra un piln o mortero que se usa en la preparacin de esas sustancias. En el mismo igbodu, o en algn otro lugar de la casa, reside la "bveda espiritual" del santero, que describiremos en el acpite dedicado a las misas espirituales dentro del captulo
siguiente. Prximo a la puerta principal de la casa deber colocarse el pequeo armario que contiene a Elegua y los guerreros. Los sacerdotes estn en la obligacin de rendir culto diario a sus orichas y a sus muertos. Por las maanas, antes de comenzar las actividades cotidianas, saludan a sus Santos. No existe un ritual especfico para ello. Algunos le moyuban (saludan) en lucum, otros se postran delante del canastillero, o^os los llaman con la maraca o el agog (la campanilla) y les rezan en espaol. Antes de salir de la casa, es conveniente purificarse o "despojarse" con el agua del vaso o copa mayor de la "bveda espiritual" mientras se reza un Padre Nuestro. Esta copa se halla dedicada al "Santsimo" (Dios Padre, Hijo y Espritu Santo). Una o dos veces al da, el santero elevar el pensamiento a su "ngel de la guarda", a su oricha tutelar, y lo saludar. Algunos arrojan todas las maanas agua a la calle para conservar la casa libre de malas influencias. Una vez por semana, y esto es muy importante, los fieles rociarn a su Elegua con aguardiente, le soplarn humo de tabaco y le prendern una vela. Una vez por mes lo embadurnarn con manteca de corojo. Tambin semanalmente, los santeros encienden una vela a su "ngel de la guarda" y cambian las aguas contenidas en las siete copas de la "bveda espiritual"; ofrendan flores y velas a los muertos y saludan, de modo especial, 10.Cabrera(1980), p. 12. R7 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 a los espritus de los familiares fallecidos." Casi todas las semanas, sin que exista plazo fijo, les ofrecern alguna fruta a los orichas. "Si veo un racimo de pltanosbonito, lo compro y se lo llevo a Chang, lo mismo si veo naranjas para
Ochn, peras para Obatal o meln de agua para Yemay", nos dice una informante. Si se presenta cualquier dificultad y el sacerdote desea obtener una respuesta sencilla y rpida de los Santos, "tirar los cocos" para recibir su consejo. Aproximadamente una vez por mes (cada semana, si ofrece consultas) el santero se har'a s mismo un "regis^o" completo de caracoles. Erorculo determinar si es menester efectuar algn ebbM ofrecimiento adicional o si debe acudir a algn santero mayor o al babalao para un rito particular, como una "rogacin de cabeza", que describimos al estudiar los rituales de iniciacin. Una vez al ao se celebran tambin la fiesta del oricha de cabecera y el aniYersario de Santo del cofrade. En esas ocasiones se prepara un "trono" cnd igbod o cuarto de Santos y all se sita la sopera del or/c/ia homenajeado. Delante s le colocan |as ofrendas de frutas, llores y los dulces favoritos del dios (pueden ser tortas de merengue, arroz con leche, capuchinos, sopas borrachas, dulce de leche). Todos, aun los aleyos no iniciados, son bienvenidos ala celebracin. Si las posibilidades econmicas lo permiten, estas son ocasiones propicias para ofrecer n toque de giro o de tambor. . ' . , Como podemos observar, el'verdadero creyente en la Regla de Ocha es un servidor de sus dioses y les debe un culto constante. La mayor parte de los ritos que acabamos de describir son de carcter estrictamente religioso, es dpcir, su objetivo es honrar y agasajar a los orichas. El santero, adems,-realiza una serie de operaciones mgicas los llamados "lrabajos"-T- cuyo propsito es, generalmente, prevenir una desgracia, purificar el ambiente u obtener algn bien deseado. Como forma de "despojar" a una persona de las malas influencias, por ejemplo, se pasarn por el cuerpo hierbas y aves. Para proteger contra el mal se
preparan amuletos o "resguardos" . Los iniciados, y muchos que no lo son, baldeaii la casa con agua, hielo y perfumes.. Tambin son corrientes los filtros amorosos. Como dicen los creyentes, la Santera es efictz: "resuelve". La religin, sin embargo, no fue establecida y as lo afirman repetidamente sus miembros^ para realizar conjuros malficos. El "dao", si ocurre, es un efecto secundaro.que aveces acompaa la realizacin de algn bien que se persigue. 11 .Como el agua de la bveda e.spiriiual no est coniaminada (como la que en una "misa espiritual" recoge las malas influencias) puede, simplcmenie, verterse en un lavabo o fregadero d la casa. 88 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Cmo se llega a ser santero, ministro de la Regla de Ocha? Algunos lo logran de forma muy natural: sus abuelos y sus padres son creyentes que les transmitieron la fe y les hicieron "registros", donde muchos de ellos fueron "reclamados" por los Orichas, o sea, recibieron "la orden" de iniciarse. Otros son conversos: la santera no era practicada por sus familiares ni por sus allegados, pero alguna circunstancia lo hizo llegar a ella. En estos casos, lo ms usual es que la persona haya concurrido inicialmente al santero en busca de solucin a algn problema. Muchas veces no pasa de ah. Emplea los recursos mgicos sin tener niayor inters en adentrarse en la religin yoruba. En ocasiones, sin embargo, el sujeto comienza a participar cada vez ms activamente (como aleyo o profano) en las actividades religiosas que tienen lugar en algn //e. Consulta el Dilogn,
asiste a tambores y misas espirituales y posiblemente posee un resguardo que lo proteje del mal. (Estos resguardos se entregan cuando uno de los orculos as lo determina. Generalmente son pequeos envoltorios que contienen sustancias especficas, supuestamente capaces de operar conu-a las influencias nefastas. La persona debe llevar este amuleto consigo en todas las ocasiones). La primera ceremonia iniciatoria de la Regla de Ocha es la imposicin de los collares o elekes. Como sabemos, cada Oricha posee un collar o collares que le pertenecen y lo representan. En ocasiones, el Dilogn u otro orculo dictamina que un individuo debe recibir los collares de las cinco deidades principales: Elegua, Obatal, Chang, Ochn y Yemay . Ellos confieren a los fieles la proteccin y la ayuda de dichos santos. Posteriormente se pueden recibir los collares de otros orchas, segn sea necesario. Gonzlez Wipplcr nos dice que "ios collares ms populares, despus de los primeros cinco, son los de Oy, Babal Ay, Agay y Ogn".'^ Generalmente, el santero o santera que encabeza un l activo posee una buena provisin de collares que han sido previamente lavados con omiero o agua lustral y que han recibido, en sacrificio, la sangre de algn animal. Generalmente, las madrinas y padrinos aprovechan la ocasin de algn asiento o Kari-Ocha para preparar de este modo una buena cantidad de collares que, una vez consagrados, se guardan para ser entregados posteriormente a un adepto. La persona que va a recibir los col lares debe abstencr.se de sostener relaciones sexuales durante las 24 horas anteriores al inicio de la ceremonia que deber efectuarse una vez se haya puesto el sol. Asimismo, debe llevar una muda
completa de ropa nueva de color blanco y un sombrero o pafiuelo a la casa de su madrina o padrino, donde se realizar la ceremonia. Para comenzar, el sujeto se 12. Gonzlez Wippler (1989), p. 165. Traduccin nuestra. ^89 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 despoja de sus ropas cotidianas y recibe un bao con el omiero. Posteriormente, ya vestido con su nueva indumentaria, se le hace una rogacin de cabeza. El propsito de esta ceremonia es despejar la mente del sujeto, tranquilizarlo o "limpiarlo" de las malas influencias. Cualquier ritual importante comienza con una "rogacin de cabeza" la noche anterior. Esta ceremonia se inicia colocando en un plato blanco cascarilla, manteca de cacao, coco rayado, agua, algodn y dos velas. Se pide permiso a los muertos y a los santos. El plato se coloca delante de los pies, las rodillas, las manos, los hombros, la frente y la nuca del creyente. El sacerdote lo unge primero con agua y luego con manteca de cacao. Posteriormente le hace unas marcas con cascarilla en la frente, las mejillas, las rodillas, las manos y los pies. Se tira el coco delante del iniciando para consultar la voluntad de los orichas. Luego se tira por detrs para preguntar a los espritus de los muertos. Si los augurios son positivos, se colocan los ingredientes (mezclados en forma de pasta) en los pies, las rodillas, las manos, los hombres, la frente y la nuca del creyente. El sobrante se pone en la cabeza, que se cubre con un gorrito blanco (si se trata de un hombre) o con un pauelo blanco (si es una mujer). All permanecern por un tiempo para que le transmitan su ach. " Una vez concluida la rogacin, se procede a entregar los collares, que no debern ser usados cuando la persona se bae o sostenga relaciones sexuales. Si
es una mujer, deber quitrselos mientras le dure el perodo menstrual. Los collares nunca deben ser entregados dos veces, y por ello es tan importante no perderlos. A la muerte de la persona se les debe "dar el camino" que ordenen los orichas por medio del Dilogn (casi siempre se entierran las cuentas sueltas con su dueo). La persona que recibe los collares no pertenece an al clero de Ocha, pero s adquiere la responsabilidad de respetar la religin y los orichas. Hay ocasiones en que un oricha reclama a un hombre o una mujer como su orn, su hijo o hija, y determina que debe ser iniciado en su culto. l dios puede expresar su deseo de diversas maneras. Una seal inequvoca, por ejemplo, es la posesin del orn, ya que el estado de trance confirma que una deidad particular reclama "su cabeza". Otro modo eficaz de expresin divina es por medio del Dilogn o los caracoles, y del ekuele o de los ikis del babalao. La ceremonia formal y clsica de iniciacin, conocida como Asiento, Kari Ocha, o simplemente hacerse Santo, dura siete das, aunque los ritos ms so13. Existen muchas recetas para las rogaciones de cabeza, dependiendo de los problemas del adepto y lo indicado por el santo o por el espritu de algn difunto. Aqu describimos lo que una informante llama una "rogacin bsica". 90 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 lemnes tienen lugar durante los tres primeros. Se halla repleta de smbolos liminales. El trmino liminal (del latn limen, umbral) ha sido usado por Amold Van Gennep y Victor Tumer en sus estudios acerca de ritos de pasaje o transicin, es decir aquellos tan frecuentes que sealan un cambio de estado o posicin dentro de un grupo social. Siguiendo a estos investigadores, podemos
distinguir tres etapas en dichos ritos: a) una fase pre-liminal de separacin, en la que el individuo o el grupo es simblicamente desprendido de un estado previo en la estructura social; b) un perodo de transicin, que es uno de ambigedad, en el que los sujetos comparten pocos o ninguno de los atributos asociados a los estados anteriores y futuros; c) una etapa post-liminal de incorporacin, en la que concluye el trnsito y el nefito en adelante participa de los atributos de su nueva condicin. Las caractersticas de los perodos y las personas liminales son ambiguas y se expresan en una multiplicidad de smbolos muerte, gestacin, nacimiento, desnudez o vestuario uniformado, pobreza, silencio, sumisin, humildad, blancura, homogeneidad, anonimato, obediencia absoluta, ausencia de rango, despreocupacin por la apariencia personal, pequenez e infantilismo, pasividad y muchos otros que afirman su indeterminacin. Turner lo expresa as:"... Esta condicin y estas personas eluden o se escapan de la trama de clasificaciones que normalmente localizan a los estados y posiciones en el espacio cultural. Las entidades liminales no estn ni aqu ni all; se encuentran entre las posiciones asignadas por la ley, las costumbres, las convenciones y el ceremonial. Por esta razn, sus atributos ambiguos e indeterminados son expresados en una rica variedad de smbolos en las muchas sociedades que ritualizan las transiciones sociales y culturales".'" Pocos das antes de la ceremonia formal de iniciacin se realiza una "misa espiritual de coronacin" en la casa donde va a tener lugar el acto iniciatorio. Este
rito se describe detalladamente en el prximo captulo. El da anterior al comienzo del Asiento o Kari-Ocha se halla marcado por numerosos smbolos pre-liminales y liminales. Esa noche la oyugbona (o sea, la asistente de la madrina o padrino, frecuentemente conocida como "segunda madrina") y otros sacerdotes conducen al iniciando a un ro prximo para ser purificado. La simbologa en este momento alude primordialmente a la separacin. Despus de saludar a Ochn, la "duea de los ros", se le arrancan las ropas al orn y se le baa con jabn y un estropajo. La ropa usada, el jabn y el estropajo se abandonan a 14. Tumer (1969), p. 95. Traduccin y subrayado nuestros. 91 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 la corriente, ya que se consideran contaminadas e impuras. Antiguamente, la madrina o el padrino iniciaban el primero de dos cuestionarios rituales: '^ Oyugbona: A qu has venido? Iniciando: A buscar Santo. Oyugbona: Qu Santo? Iniciando: A Yemay (o cualquiera que sea el nombre del oricha que se "asienta")Hoy en da, esta fase preparatoria o incluye un cuestionario ritual. Una vez que el nefito ha sido debidamente purificado, la oyugbona le ordena que tome una piedra del fondo del ro ("el secreto del ro"). El orn la recoge y la enttega a la oyugbona, quien la coloca en un recipiente. Todos, por fin, regresan a la casa o il que ser la sede del ritual. Dependiendo de la tradicin que se siga en una casa o il, la piedra del ro se guardar bien con los a"ibutos de Elegua, con los de Ochn, o con los del oricha tutelar. Al da siguiente, el da del Asiento o Kari-Ocha propiamente dicho, tras
varios preparativos y ofrecimientos a los espritus de los muertos, el nefito, ahora conocido como iyaw o iyab (literalmente: mujer recin casada, esposa, segn Crowther), recibe el collar de mazo, el grueso y elaborado collar principal. Esta ceremonia (conocida con el nombre de "prendicin") produce profundas transformaciones psicolgicas en el iyaw, ya que ste comienza a experimentar los efectos de ser un sujeto en proceso de Uansicin: inseguridad, temor,'confusin son algunos de los sentimientos que reportan los santeros cuando se refieren a esta parte del ritual. Uno de los informantes de Lydia Cabrera expresa muy claramente este sentimiento de liminalidad:"Desdequea uno lo prenden...yo no s qu pasa, pero no se es la misma persona. Y lo que a ratos se siente ah esperando contra la pared...uno slo lo sabe!" ."^ La palabra iyaw expresa, en trminos sexuales, el papel "femenino" o "pasivo" de los nefitos hombres o mujeres con respecto a las di vinidadcs que los poseen. Por eso m ismo, alguien posedo por alguna divinidad es considerado metafricamente como un "caballo" y se afirma que la deidad "moma a su caballo". Desde ese momento, el nefito debe permanecer en silencio y hablar solamente para responder a los 15. Utilizamos aquilas preguntas rituales transcritas por Lydia Cabrera (1980), pp. 141 y 158-159. Los ritos iniciatorios lucumes, especialmente los que transcunen en el cuarto de Santos o igbodu son secretos y exclusivos de los iniciados, con la excepcin del Da del Medio. Una versin similar de estas preguntas aparece en Oba Ecn (1985). - _ 16. Cabrera (1980 a), p. 147.
92 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 "mayores" que le dirijan la palabra. El silencio, la sumisin y una dependencia total de las autoridades religiosas, todos smbolos de transicin, son las cualidades que en este momento se recalcan. El iniciando deber dormir por siete das en una estera colocada en el piso y comer, con cuchara solamente, de un humilde plato de esmalte, mientras permanece sentado en el suelo. Durante los prximos das estar bajo el cuidado y la supervisin constantes de la Oyugbona, quien se ocupar de atender al novicio e incluso lo baar. Cuando ste necesite utilizar el servicio sanitario, la Oyugbona lo acompaar hasta la puerta. El iniciando ha sido convertido simblicamente en un "nio", ha perdido temporalmente su status como miembro de la sociedad con todos sus atributos. Tras preparar el omiero, el agua lustral que ha sido fortificada con el ach o la fuerza de hierbas y plantas, todo se halla dispuesto para el Kan-Ocha, la imposicin de las piedras sagradas en la cabeza del iyaw. La Oyugbona cubre al iyaw con una sabana blanca, le ordena que cierre los ojos y lo conduce a la puerta del igbodu o cuarto de santos, donde esperan la madrina o padrino y los otros asistentes. El iyaw toca a la puerta del igbodu y llama al padrino por su nombre. El cuestionario, una vez ms, es en espaol: " Padrino: Quin es? Iyaw: (proporciona su nombre) Padrino: Qu desea? Iyaw: Santo Padrino: Qu Santo? Iyaw: Elegua Padrino: Qu Santo?
Iyaw: Obatal Padrino: Qu Santo? El interrogatorio contina hasta que todos los Orichas han sido nombrados. "El ltimo que nombra es a su Oricha tutelar y la puerta se abre"." 17. Empleamos aqu el cuestionario transcrito por Lydia Cabrera (1980) pp. 158-159. Otra versin, con algunas diferencias aparece en el libro de Cecilio Prez (Oba Ecn) titulado Oricha: Metodologa de la Religin Yoruba (1985), pp. 34, 60-61 y passim. 18. Cabrera (1980), p. 159. Las preguntas rituales, por supuesto, no son privativas de la Regla de Ocha. Por el contrario, son muy comunes en numerosos ritos iniciatorios. Los masones las poseen. En la Iglesia Catlica ocurren tanto en la ceremonia del bautismo como en la que acompaa a la admisin dentro de una orden religiosa. Las Reglas Congas y la Sociedad Secreta Abaku tambin emplean cuestionarios similares en sus rituales de iniciacin. 93 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Ya en el interior del igbodu, los sacerdotes lavan la cabeza del iyaw, lo despojan de la ropa que lleva, lo baan con el omiero y, en seal de humildad, l visten con una burda indumentaria confeccionada con tela de saco. Los santeros y santeras, en orden de edad, le cortan el pelo, que no debe caer al suelo, sino que debe recogerse y guardarse para ser usado en el futuro Ituto (ceremonia fnebre) del iniciado. El Orat procede entonces a afeitar la cabeza del iyaw y a dibujar en ella varios crculos concntricos, empleando pintura roja, blanca, azul y amarilla. A los hijos de Ochn no siempre se les afeita la cabeza,
ya que la diosa, durante la ceremonia, puede manifestar su deseo de que el iyaw conserve su cabellera. Con varias sustancias (cascara de ame, juta ahumada, cabeza de jicotea y de paloma trituradas, hierbas, harina de maz, etc.) se forma una pasta (el ach de Santo) que se coloca en medio de la cabeza. Varios santeros extienden telas de color blanco, rojo, azul y amarillo por encima de la cabeza del iyaw y las cruzan, en forma de palio. Por fin el padrino, con la asistencia del Oriat, sostiene los "Santos", las piedras sagradas, encima de la cabeza del iyaw, comenzando con sus propios oanes y seguido por los del iniciado. Como es de rigor, inicialmente se presenta el Elegua del padrino y se termina con la piedra del Oricha tutelar. Este es el verdadero Asiento o "coronacin" y, una vez efectuado, el iyawp Irecuentcmente cae en trance, posesionado por su deidad. Despus de la "coronacin" se procede a la matanza de animales, y los orichas reciben la sangre de las vctimas sacrificadas en su honor. La carne de algunas de stas se guarda y se cocina para ser compartida en el banquete comunitario del da siguiente. Como explica Lydia Cabrera: " La sangre del sacrificio infunde nuevas fuerzas al recin nacido en Ocha, aumenta sus energas y defensas naturales. Mediante el sacrificio se comulga y se estrecha la unin con los Orichas, y los mismos beneficios alcanzan los que asisten en el Igbodu a la matanza impregnndose de la esencia sagrada y poderosa de la sangre que es, as nos lo defina el Omogn Mak, 'vida de la vida' ". " La segunda jornada, conocida como el Da del Medio, es de celebracin pblica. El iyaw, que ha dormido en una estera colocada en el suelo junto a las piedras sagradas, viste un traje especial para ingerir el desayuno y el almuerzo
que le lleva la Oyugbona. Despus del medioda, lo visten con las elaboradas prendas ceremoniales, le colocan sus colk^es (el ms llamativo de todos es el grueso "collar de mazo"), le encajan una corona o adc en la cabeza pintada, y lo sientan en un trono colocado prximo a las soperas que contienen sus otanes y los de su padrino o madrina. Las puertas de la casa-templo o il permanecen 19. Cabrera (1980), p. 166. 94 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 abiertas y todas las personas, an las no iniciadas, son bienvenidas a compartir en las festividades y a saludar al nuevo miembro de la familia Ocha. Se inicia la fiesta con un toque de giro o tambor en el Igbodu donde se hallan los oanes y el iyaw. No es raro que ste caiga en trance, posesionado por su oricha. Posteriormente, mientras el recin iniciado permanece en el recinto sagrado, los tamboreros se trasladan a la sala o, preferiblemente, al patio de la casa para proseguir all la celebracin con todos los asistentes. La estructura de esta ceremonia es similar a la que describiremos dentro de un momento, al referirnos al "tambor de Santo": los presentes cantan y bailan en honor de los orichas y, muy frecuentemente, algunos de los participantes son "montados" por las deidades (caen en estado de tfance). El iyaw, como dijimos, no participa en la festividad general. Por el contrario, debe permanecer en el igbodu, sentado en su trono (tambin conocido como piln o apot), y all recibir a los invitados que se acercan a saludarlo y rendirle homenaje.^" Al caer la tarde, cesa la msica y todos participan en un banquete comunitario. Estos alimentos se consideran muy
beneficiosos para el que los ingiere, ya que se les percibe como cargados de fuerza espiritual o ach. El Da del Medio es un da dedicado a la celebracin de communitaSy simbolizada por el canto comunitario, el baile comunitario, la comida comunitaria y la comunicacin comunitaria con las deidades por medio del estado de trance. El tercer da se halla dedicado al It, en el cual el Oriat le revela al iyaw los secretos de su nueva vida por medio del Dilogn o sortilegio de los caracoles. Se le narran hechos acaecidos en el pasado. Se le hacen augurios sobre el futuro. Se le aconseja como actuar con prudencia o cautela en todo momento, se le instruye acerca de si deber ejercer el sacerdocio o, simplemente, honrar en privado a los Santos, se le dice cules son los orichas que deber recibir ms adelante, se le asigna su nombre religioso y, finalmente, se le revelarn los tabes que deber observar y, entre ellos, los alimentos que, desde ese momento, habr de evitar. Los smbolos liminales que acompaan el It estn primordialmente asociados con las metforas de re-nacimiento e infantilismo. La ceremonia comienza con el angareo angal, el nico rito dedicado especialmente a Olodumare, quien recibe alabanzas, peticiones y una ofrenda, tambin llamada angareo: una mezcla de harina de maz, leche y miel. Antes de iniciar las predicciones, se identifica a algn santero experto en el arte de escribir rpidamente y se le pide que transcriba las palabras del orculo en una libreta {la libreta 20. Mientras un iniciado no sea "presentado al tambor', no podr bailar y participar en los tambores o bembs. 95 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 de It) que el iyaw deber conservar y consultar durante toda su vida. En este
momento, la vida del novicio se percibe, metafricamente, como un "libro en blanco" y se considera al iyaw como un beb que apenas comienza a vivir y que en adelante deber seguir los dictados de los Orichas. Este concepto se refuerza con las palabras iniciales de la libreta de It, que rezan: "It del nio (o la ifla) " seguidas porel nombre secular del ^ZW. Como el novicio ha renacido a travs del Kari-Ocha, dhora recibe adems un nuevo nombre que expresa su recin adquirida identidad religiosa. El It es el ltimo de los principales ritos del Asiento. E\ iyaw, sin embargo, debe permanecer en la casa de su padrino o madrina por tres das ms, durmiendo en el suelo ante las soperas. Al sptimo da^ repleto de complejos smbolos liminales, se le conoce como el "da de la Plaza y de la Iglesia". El iyaw, vestido de blanco y con la cabeza cubierta, es conducido por la Oyugbona y otros santeros al mercado. En Cuba, se le llevaba a la tradicional Plaza del Mercado, un enorme edificio repleto de puestos de frutas, d vegetales y de carne. All compraba la gente del pueblo sus alimentos cotidianos antes de la invencin de congeladores y supermercados. En Miami, el iyaw es trasladado a un almacn de comestibles cubanos, cuyo dueo casi siempre es un iniciado en la Regla d Ocha y comprende lo que est a punto de acontecer. La Oyugbona bendice el mercado con coco y deposita pequeas ofrendas de comida a Elegua en sus cuatro esquinas. Despus de comprar lasfrutas y los ingredientes necesarios para preparar los dulces que se ofrecern ms tarde a los orichas, el iyaw debe robar un pequeo, regalo para Elegua. Antes de regresar a la casa de la madrina o padrino, todos se dirigen a una iglesia catlica, se arrodillan delante del San,^
tsimo Sacramento y encienden una vela por el iyaw. Una vez en el il^ se cubren las soperas abiertas con los alimentos y frutas obtenidos en la plaza. Por la tarde, despus de una visita a la casa de la Oyugbona, el novicio, junto con sus dioses en sus soperas, es trasladadoa su propio hogar. Las soperas descansan en el piso, sobre la tradicional estera de paja. All permanecern por una semana o tres meses, segn la costumbre del il del padrino, hasta que se levanten del suelo y se coloquen en el estante o canastillero. Los fieles afirman que se acude al mercado porque Oy, la duea de la muerte, habita all- y de esta forma se asegura la proteccin de la oricha. El significado de la visita es, sin embargo, mucho ms complejo. El mercado es el locus tradicional de la actividad secular, particuUtrmente en el caso de las mujeres. Y no debemos olvidar que el novicio, independientemente de su sexo, es un iyaw, una "esposa". El ir a la plaza, por tanto, simboliza la transicin del iyaw del espacio sagrado del il al profano de su propia residencia. La accin ritual de robar tambin posee interesantes connotaciones. En primer lugar, el 96 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 robo es una forma de conducta opuesta a la que, en principio, caracteriza a la vida cotidiana; es una transgresin, y la transgresin (o inversin) de normast) valores es una seal de la anti-estructura, de la liminalidad. El iyaw, como hemos observado, se convierte en un ser anti-cstructural, liminal, y as ser considerado por todo un ao. An ms, este evento es una forma de enseanza sagrada. Una
de nuestras informantes nos refiere que, despus de robar en la plaza del mercado, su madrina le golpe la mano y le dijo: "Hoy has robado; desde ahora nunca ms volvers a robar". El episodio claramente refuerza la percepcin del iyaw como un nio pequeo, que necesita recibir regaos e instrucciones para una conducta apropiada....una vez ms, un smbolo liminal. Despus de "hacerse Santo", el iyaw pasa un ao completo bajo la estricta supervisin de sus padrinos y, durante ese perodo de iyahoraje, tambin encontramos un gran nmero de smbolos asociados a la liminalidad. Deben vestir de blanco y, durante los tres primeros meses, debern cubrirse la cabeza cuando se encuentren en pblico. A pesar de poseer un nombre religioso y un nombre secular, para dirigirse a ellos se emplea solamente el apelativo "iyaw", recalcando, de ese modo, su anonimato. No deben estrechar las manos de nadie los seres liminales son frecuentemente considerados pe igrosos e intocables y debern comer de un humilde plato de esmalte y empleir solamente una cuchara, nunca un tenedor y un cuchillo. Si se encuentran con un "mayor" en la religin, debern postrarse ante l o ante ella y si comparten una comida con otros santeros, no podrn sentarse a la mesa, sino en el suelo. Si se trata de una mujer, no podr u>ar cosmticos ni mirar<>e en el espejo. Se recalca la necesidad de una continencia sexual: en el pasado, una novicia o novicio deba abstenerse de las relaciones sexuales por todo el ao del iyaboraje. Hoy, al menos en algunos ils, no se exige una castidad absoluta, pero se insiste en que el iyaw no sea promiscuo y se reserve exclusivamente para su pareja habitual.
En el curso de este ao, el novicio recibe instruccin sagrada; se le ensea cmo moyubar (saludar a los dioses en su idioma) y se les indica qu debe hacer para honrarlos, se le inicia en los secrei)s de la adivinacin con el coco y los caracoles y se le instruye en la lengua yoruba o lucum. A los tres meses del Asiento, el novicio deber realizar el llamado eb de los tres meses, en el cual se presentan ofrendas a los dioses. Exactamente un ao despus de realizado el Kari-Ocha, tiene lugar el eb del ao en la casa de los padrinos del recin iniciado. Esta ceremonia marca la conclusin del perodo de transicin del noviciado y aqul se convierte en un miembro ms de la congregacin religiosa. Si el It del iyaw determin que ste debe convertirse en un sacerdote activo con su propio il, tendr que recurrir a otro paso iniciatorio el pinaldo que describiremos ms adelante. 97 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Hasta aqu hemos examinado los smbolos de liminalidad que acompaan a todo el evento iniciatorio. Concentrmonos ahora en tres aspectos del uso lingstico: las funciones del lucum y el espaol, el papel del silencio y la organizacin estructural de los cuestionarios rituales. Pronto veremos que muchas de las formas en las que se organiza el discurso estn determinadas, o por lo menos influidas, por la liminalidad de la situacin y del sujeto en proceso de transicin. Los creyentes en Ocha afirman que sus dioses prefieren que se les hable en yoruba, en lucum o anag, su lenguaje nativo. Durante el Asiento, los sacerdotes y sacerdotisas emplean el lucum en cnticos y oraciones, as como en la preparacin de los objetos sagrados. En este contexto ritual, se reserva el espaol para comunicarse con el novicio, que supuestamente an no conoce el lucum.
Por esta razn, los cuestionarios rituales, las predicciones de! li y las anotaciones en la libreta de It son en espaol. En nuestra experiencia, sin embargo, muchas de las personas que se inician poseen un cierto conocimiento de la lengua ritual, a travs de su participacin en las ceremonias pblicas. De todos modos, lo que importa aqu no es si el catecmeno posee o no alguna proficiencia en lucum, sino el hecho de que, para los propsitos de la iniciacin, ^e le percibe como ignorante del idioma sagrado, cuyo conocimiento es uno de los atributos de los iniciados. El uso del lenguaje cotidiano (en este caso, el castellano) establece una lnea de demarcacin entre los iniciados y los no-iniciados en la comunidad religiosa y seala que el iyaw an no posee un puesto establecido en la organizacin. Ya hemos mencionado que a los novicios se les ensea el lucum como parte de las actividades propias del ao de iyaboraje. El acceso al cdigo ritual se convierte, as, en una de las formas de alcanzar un status definido dentro de la institucin religiosa. La regla de silencio, que prevalece durante casi todo el Kari-Ocha, le prohibe al nefito hablar sin permiso. Esta prohibicin se halla directamente relacionada con la fase liminal del rito que, en nuestfo caso, coincide con el cierre de la ceremonia del ro y, particularmente, con la Prendicin o imposicin del collar de mazo. Como explica Lydia Cabrera: "Desde ese momento no deber pronunciar una sola palabra. Si habla, la voz imperiosa de alguna lyalocha lo manda a callar" ^' En el Asiento, la norma de silencio est relacionada tambin con las ideas de muerte y renacimiento. Como hemos sealado, mediante el proceso de iniciacin un individuo pone fin a su vida anterior y la muerte es esencialmente
una experiencia silente y confinada. Al mismo tiempo, sin embargo, renace a 21. Cabrera (1980), p. 146. 98 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 una nueva existencia en la forma de un "nio" . Y los nios recin nacidos no saben hablar. Ms tarde, cuando crecen y adquieren proficiencia lingstica, debern dirigirse a sus mayores con humildad y respeto. Como mencionamos anteriormente, el infantilismo, la pequenez, la marginalidad y la falta de status son propiedades frecuentes de la liminalidad. La regla del silencio en estos eventos est directamente relacionada con la liminalidad del sujeto en proceso de trnsito. Lx)s cuestionarios rituales frecuentemente forman parte de los ritos iniciatorios hallados en diversos grupos sociales. Las preguntas rituales, por su parte, se asemejan y tambin se distinguen de otras formas de interrogacin. En primer lugar, los participantes no buscan adquirir ninguna informacin desconocida. Por ejemplo, cuando el iyaw llama a la puerta del igbodu y el padrino responde con la pregunta "Quin es", ste sabe perfectamente que se trata del nefito. Segundo, en el caso de las preguntas rituales es legtimo que alguien indique sutilmente al interrogado la respuesta correcta, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en los cuestionarios de los exmenes (en este ltimo tipo de preguntas, quien interroga no se halla en busca de un conocimiento nuevo, sino que desea verificar si su interlocutor posee una informacin que l comparte). Adems, una respuesta incorrecta en el contexto ritual invalida el evento, impide la realizacin del propsito ceremonial, cosa que no ocurre con los exmenes. Finalmente,
el paralelismo caracterstico de los eventos rituales en este caso la frecuente repeticin de la misma pregunta en exactamente la misma manera no es frecuente en situaciones no ritualizadas. Por otro lado, toda pregunta inclusive la ritual es una solicitud. Algunas solicitan informacin desconocida, otras una confirmacin de conocimiento compartido. Las rituales no tienen ninguno de estos propsitos. Su fin principal es propiciar la expresin pblica de una intencin. El nefito debe manifestar claramente y sin duda alguna su voluntad de ser iniciado. Y esta revelacin pblica e inequvoca, debe hacerse mediante una frmula prescrita y predecible . Esta frmula, adems, no es en lucum, sino en castellano, para que no quepan dudas de que el iniciando es consciente de la responsabilidad que adquiere mediante su ingreso en la religin. Ahora bien, por que estos ritos escogen la forma especfica de un cuestionario para elicitar la intencin del nefito? Despus de todo, es perfectamente concebible que el mismo efecto se lograse indicndole al sujeto que recite algo como: "Yo, Fulano de Tal, declaro aqu ante testigos que deseo ingresar en la Regla de Ocha y recibir los siguientes Orichas etc. ". Esta opcin, sin embargo, no es compatible con el campo simblico de la situacin. Recordemos, en primer lugar, que paralelamente opera una norma de silencio. Al hacer una pregunta que requiere una respuesta, el padrino tcitamente suspende la prohibi99 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 cin. Las preguntas, sin duda, resultan es-ategias muy eficaces para autorizar la comunicacin verbal en casos como stos, en los que se obliga a algn participante a guardar silencio. Ahora bien, el permiso para hablar tambin podra ser
otorgado de otro modo: por ejemplo, dicindole abiertamente al catecmeno que exprese su deseo de ser recibido como miembro del grupo. Esta alternativa resulta igualmente inapropiada si tenemos en cuenta que el novicio es considerado como un nio pequeo, con una proficiencia lingstica limitada y que debe humillarse ante sus superiores. Un cuestionario, con sus interrogaciones formuladas en el lenguaje cotidiano y las respuesias expresadas de modo breve, simple y predecible resulta mucho ms en consonancia con las caractersticas liminales de la situacin y del sujeto. Finalmente, un'breve comentario acerca de las preguntas y respuestas a la puerta del igbodu. El escenario de la interaccin es aqu-verdaderamente, casi, literalmente, liminal. Los iniciados, excepto la Oyughona, que dirige al nefito, se hallan en el interior del cuarto de Santos. El iyaw se encuentra fuera, separado de los otros por una puerta cerrada. Las preguntas se originan desde denao, en el recinto sagrado; las respuestas provienen de afuera, del espacio profano. El evento comunicativo es, en efecto, la "llave" que brela puerta del igbodu y permite que el iyaw atraviese el limen, el umbral que da acceso a un nuevo estado sagrado. El lenguaje, aqu, no solamente expresa, sino que acta. La lengua, sin duda, se constituye en un poderoso instrumento de transformacin ritual. Como hemos podido observar, el proceso iniciatorio en Regla de Ocha es gradual, por pasos, y cada paso confiere prerogati vas c impone obligaciones. Por ejemplo, despus de su Kari-Ocha o iniciacin, casi lodos los santeros van recibiendo aquellos Santos que no fueron originalmente asentados y que el/ determina que deben ser recibidos. Adems, para que un iniciado pueda sacrificar
animales de cua^o patas y establecer iin//propio, independiente aunque siempre ntimamente ligado al de su madrina o padrino es menester recibir el pinaldo (tambin conocido como obe) que es el cuchillo de Ogn. En la noche que precede a la ceremonia, se efecta una rogacin de cabeza al iniciando. Al da siguiente "comern" (recibirn sacrificio) los orichas que ste recibi en el Asiento, as como Ogn, Elegua y el oric.ha tutelar o "ngel de la guarda" de la madrina o padrino. En seguida se procede a uiturar las veintin hierbas del Osan para preparar el omiero o agua lustral. El cuchillo se lava con el omiero y dos tipos de jabones (blanco y amarillo). Si la Oyugbona que ofici en el Asiento ha recibido el pinaldo, es ella quien debe proceder a lavar el cuchillo. El Orial, quien supervisa y dirige el rito, entona los cantos en honor de los dioses, comenzando, como siempre, con Elegua. Cada ve/, que se entone un 100 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 canto nuevo, se cambian el agua del omiero y las hierbas. Cuando se comience a cantar en honor del oricha de cabecera del iniciando, se enjuaga el cuchillo con agua fresca. Por fin se le roca con agua y aguardiente y luego se embadurna la hoja con manteca de corojo, cacao, miel y cascarilla. Posteriormente se da coco a los Santos y se inicia la matanza, en la que se sacrificarn animales de cuatro patas, adems de aves. Los cuchillos se colocan delante de los recipientes que contienen los otanes sagrados. El Oriat comienza el sacrificio empleando su ^xo^iopinaldo, pero en el transcurso de la matanza toma en sus manos el cuchillo
recin lavado y contina con l. El sujeto de la ceremonia coloca su mano sobre la de l, recibiendo de ese modo la capacidad de ofrendar animales a los dioses. El iniciando deber, adems, degollar a las vctimas , siempre bajo las instrucciones del Oriat. El sacrificio termina con elfifeto, ceremonia que tiene como objeto refrescar el ambiente cargado por el calor de la sangre. Concluida la matanza, se lavan los cuchillos con el omiero, se untan de miel y cascarilla, se envuelven en algodn y se colocan, en fuentes de loza, delante de los Santos. Ms tarde tendr lugar el banquete comunitario. Slo se sientan a la mesa aquellos que han recibido el pinaldo. Segn una de nuestras fuentes: "Esta mesa se pone bien bonita: con ramos de flores, copas para agua y vino, servilletas y mantel blanco nuevo. Dos o tres personas que no tengan cuchillo son las encargadas de servir la mesa y los cuchilleros tienen que tener Santo hecho. La comida de la mesa para un cuchillo es: pan, ensalada, carne de res asada, carne de puerco asada, pargo asado, arroz blanco, frijoles negros, vino blanco, rojo y rosado, cerveza, sidra y postres. Todo eso es lo que se debe poner en la mesa de un Pinaldo, para que quede bonito y fresco y para que las Olochas no hablen de la miseria que haba en ese cuchillo".^^ Finalmente, se "refrescan" los obes y a los siete das el recin iniciado ofrecer una ofrenda o "plaza" de frutas frescas a los Santos para "refrescarlos" una vez ms del calor y la fuerza de la sangre que han recibido. Los ritos que conducen a la iniciacin de un bahalao son muy secretos y sobre
ellos se sabe muy poco. Algunos en Miami opinan que solamente los consagrados en Cuba o en frica son verdaderos hijos de If, puesto que slo all encontramos un fundamento de Olofin que muchos consideran esencial para la 22. Cecilio Prez (Oba Ecn) (1985), p. 356. Aqu hemos hallado la descripcin ms detallada de esta ceremonia. Ver tambin Snchez (1978), pp. 97 y 98. 101 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 consagracin." Por esta razn muchos babalaos cubanos que viven fuera de la Isla han acudido a Nigeria occidental para iniciarse. Ese es el caso de C.C, un excelente informante de Lydia Cabrera, quien le narra en una interesantsima correspondencia su proceso de iniciacin. La escritora cubana ha tenido la amabilidad de permitimos consultar estos papeles de su archivo y la ceremonia que aqu describimos est basada en la experiencia de este cubano negro que se hizo babalao no en Cuba, sino en las praderas de Nigeria occidental. El primer da est consagrado a reunir la "plaza" u ofrendas que se presentarn a los dioses: chivos, cerdos, un armadillo, gallinas, palomas, babosas, flames, cocos y nueces de cola. A la maana siguiente se visita una iglesia catlica y, si es posible, se oye misa. Por la tarde comienzan los ritos purificatorios con una rogacin de cabeza en la que se emplean el lquido de babosas estrujadas y otras sustancias. Tambin se "limpia" al catecmeno con una rogacin de palomas blancas. El olo consulta con el ekuele a todos los Santos. El tltimo,en esta oportunidad,esEiegua,quienconfirmar,de una vez por todas, si el sujeto debe ser iniciado en If. Las ayudantes o apestev\\&\an al monte los
restos de la rogacin, para que all Elegua los consuma. Tambin se abandonan en la manigua los remanentes del pollo que se le sacrifica a ios ikis o semillas de palma que, junto con el otan, constituyen el fundamento de If. El tercer da se encuentra al catecmeno en la morada de un sacerdote de Orula, aislado, sin hablar con nadie, sin comer durante todo el da. A las doce de la noche vienen a buscarlo tres babalaos y lo conducen al monte (el informante explica que la iniciacin en Nigeria es al aire libre, mientras que en Cuba tiene lugar en el interior de una casa). En este momento, de pura liminalidad, se trata de confundir y desorientar al nefito: se le lleva por sitios recnditos, se le hace torcer hacia la derecha y hacia la izquierda, le hacen dar vueltas en redondo. De pronto, cuando menos lo espera y "sin saber de dnde", lo "prenden"; es decir, lo agarran, le vendan los ojos, lo in-oduccn dentro de un saco y le dan varias vueltas. Segn explica C.C, el nefito se halla "en estado consciente, (pero) parece que est en el otro mundo". Por fin lo conducen al borde 23. Un viejo babalao cubano, por su pane, afirma: "No hay fuera de Cuba ms que dos Olofin: Uno trado en valija diplomtica por C.O. en 1969. Con l so han consagrado 42 babalaos. Otro trado va Espaa por M.C.N., que reside en Nueva York y donde el 7 de noviembre de 1975 se consagr el primer babalao de Nueva York. Existen slo 24 Olofin. Los cuatro primeros heredados y el resto consagrados por el Obba de Cuba de If, el que ms sabe, Miguel Febles Padrn, que reside en El Cerro, La Habana". Nos ha sido imposible averiguar en qu consisto "Olofin". 102
Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 del igbodu (que en el yoruba de Nigeria quiere decir "bosquecillo-dedcado a If", segn Crowther) y solicita entrada.^ Los iniciados niegan repetidamente el acceso, 'iasta que uno de los oficiantes que conduce al nefito explica al portero que se trata de un profano que desea iniciarse en los misterios de If. Entonces se da la orden y todos penetran en el igbodu. Como es corriente en los ritos de iniciacin, el nefito es sometido a una serie de ordalas o pruebas de valor. Primero se le derrama en el cuerpo el aceite caliente de una lmpara nueva; luego lo pinchan con agujas; finalmente, an vendado, escarba en el suelo y desentierra los ikis o fundamento de Orula, que han sido escondidos en la tierra. Entonces tiene lugar el siguiente cuestionario, que se repite varias veces: Oficiante: Qu estas sacando? Nefito: If Oficiante: Cllate la boca! Observemos que esta etapa de preguntas rituales es muy similar a la que ocurre en el Asiento o Kari-Ocha y que, una vez ms, el silencio es una de las normas de la ocasin. Los ikis se depositan en dos jicaras cubiertas de rafia o mariw. En ese momento el catecmeno presta un "juramento muy sagrado y solemne" con la mano izquierda puesta en un objeto embadurnado de manteca de corojo. Una vez prestado el juramento se le quitan el saco y la venda que le cubra los ojos. Entonces puede observar que el j uramento ha sido tomado al pie de un enorme Osun (gallito) casi del tamao de un hombre. En Nigeria, el Osun es prenda de babalaos. Despus viene la prueba del fuego: el nefito debe saltar por encima de lea encendida sin quemarse.
Aeste perodode intensa actividad le sigueunode descanso: las ape.ev'(que por ser mujeres no pueden entrar en el igbodu) le sirven un suculento fricas de pollo que, tras el largo ayuno, sabe a gloria. Ya algo repuesto, vuelve a entrar en el igbodu y, frente al altar de Oy, le afeitan la cabeza. Luego, tambin junto a Oy, le acercan el fundamento de If a la frente, mientras se entonan cnticos a todos los dioses y a los diecisis odus mayores de If. Cuando sale el sol se interrumpen los ritos, que continuarn ese mismo da despus del ocaso. Segn explica el babaao que describe estas ceremonias, los ritos se hacen de noche 24. La iniciacin de If, en Nigeria, se realiza en una pequea arboleca o bosquecillo que se denomina igbodu. Esta arboleda se halla cercada y adornada con rafia o mariw. En Cuba, como vimos, se da el nombre de iglxidu al recinto sagrado o cuarto de Santos. El mariw, indica C.C., es tan sagrado que muchos lo consideran "un brujo efectivo". Proteje al igbodu de tal manera, que ningn intruso se atreve a entrar en uno de ellos sin estar iniciado. 103 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 porque el sol es daino, mientras que los dems as-os, la luna y las estrellas, son fuentes beneficiosas de luz divina. Al caer la tarde, despus de adornar al nefito con las pinturas rituales, comienza en el igbodu el sacrificio de animales de cuatro patas. Se vierte la sangre de un cerdo pequeo sobre su cabeza, de modo que le corra por todo el cuerpo. Luego lo baan con el agua lusffal y se deja que lo seque el aire. La informacin que poseemos de la ceremonia siguiente es algo confusa y, curiosamente,
nos recuerda al baile del "Mamarn", ejecutado,hasta hoy por los negros del norte del Cauca en Colombia." El nefito comienza a correr hacia donde se encuentran los babalaos. Uno de ellos tiene en sus manos un pequeo ltigo, hecho de una rama o "cuje" del igbodu, y con l le golpea el cuerpo, . mientras os otros le colocan en la frente las obkol (nueces de kola). El ltimo ceremonial que transcurre en la arboleda sagrada consiste en pintar en la frente del iniciado, con arcilla blanca, el escudo o sello del igbodu en e! que ha sido iniciado. El nefito, que durante todo el proceso iniciatorio ha vestido una sbana blanca por toda indumentaria, luce tambin sus collares y una hilera de cuentas alrededor de la cabeza, que sostienen una pluma de loro roja en el centro de la frente. Al salir del igbodu, el recin iniciado hijo de If es conducido en procesin hasta la casa donde va a residir por siete das, mien-as se entonan los cnticos reglamentarios. La gente del pueblo posee la costumbre.de envegar pequeas ofrendas de dinero al nefito y cree que esta prctica au-ae l buena suee. Para poder traspasar el umbral de la morada, el novicio deber bailar y saltar sobre tizones encendidos. A los tres das tiene lugar el ii, en cuyo transcurso se le revelan los misterios de su vida pasada y futura y se le explican los tabes (muchos de ellos alimentarios) que deber observar por el resto de su vida. Al sptinio da, se introduce al novicio en un hueco en la tierra, a modo de sepultura, y all se le derrama por encima la sangre de un puerco y de un chivo. Luego se le baa cuidadosamente con el agua lustral y se le entregan los giros con el fundamento de If, as como el tablero de Orula y el yef o polvo sagrado . El.,
infonante de Lydia Cabrera hace referencia en varias ocasiones a su "padrino" y su "madrina", pero no explica el papel de stos en la ceremonia. Slo indica que es la madrina quien, al final, "levanta el If" para enffegarlo al ahijado. Adems seala que, por ser mujer, no puede entrar ep el igbodu. La madrina tampoco est presente en el It, aunque s las apcstcvi. El nuevo babalao deber rendir culto a If sentarse en la estera,- recitar 25. Ver Alendo y Castellanos (1982), pp. 99-104. 104 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 alabanzas y pedirle por la salud propia, de familiares y amigos cada nueve o cada cinco das, dependiendo de la tradicin que existaen su grupo. Si el babalao da consulta a los fieles, est obligado a "abrir el da" (o sea, a efectuar una serie de rituales diarios) bandose con jabn de castilla. Luego se moyuba a los Santos, se les rinde culto a los egn los muertos y se implora la proteccin de todos los mayores. Finalmente, se auto-registra con el ekuele?^ El sacerdote de If deber, adems, "darle de comer" a su dios de cabecera (ofrecerle sacrificios) por lo menos una vez al ao. Para recibir la proteccin de Ogn, dueo del cuchillo, el babalao podr someterse a una ceremonia semejante a la delpinaldo, que en el caso de los sacerdotes de Orula se denomina wanaldo. Poco" se sabe de este ritual. As dice Julio Snchez: "Toda persona consagrada en If tiene la capacidad para poder llevar a cabo una matanza siempre y cuando est autorizado para ello por su padrino. Sin embargo, es a travs del Wanaldo o sea, el coger cuchillo de babalawo que ste adquiere en propiedad la facultad de poder hacer una ceremonia de matanza de animales. Por esta ceremonia en la cual
se le entrega el cuchillo al babalawo, dicen nuestros informantes, adquiere ste ms firmeza desde el punto de vista ritual. Ahora, adems de la, tiene la radiacin y la proteccin de Ogn":" Uno de los ritos ms solemnes que efectan los babalaos es el conocido como la ceremonia "de apertura de ao", en la que un grupo de sumos sacerdotes determinan los augurios que regirn durante el ao que comienza. El ritual dura tres das: el 30 de diciembre se rene un consejo de babalaos y ofrece a los dioses, y particularmente a Orula, un sacrificio de animales. La jornada siguiente (elDa del Medio) permanecen las ofrendas expuestas frente a los dioses. El primero de enero tiene lugar el It. Con los ikis se decide cul es el odu principal, que rige los destinos del nuevo ao, y dos secundarios, que aclaran los designios del principal; se definen cules son los orichas que "gobiernan" o protegen la regin; se conoce cul debe ser el diseo de la bandera de Santo, que vara anualmente dependiendo de cules sean los orichas "gobernantes"; se formulan predicciones generales y se ofrecen consejos al pueblo y, finalmente, se prescriben las prcticas a seguir y las ofrendas apropiadas {ebb) para alegrar, honrcir y aplacar a los dioses. Por ejemplo, as reza literalmente la misiva enviada por un babalao cubano a sus ahijados en el ao 1977. Las predicciones rigen para el rea de Miami: 26. Ver Snchez (1978). pp. 129-131. 27. Snchez (1978), p. 99. 105 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Querido ahijado:
Tenemos el honor de comunicar a Vd, el resultado de la apertura de el ao 1977, en la Florida, con la concurrencia de mas de 20 Babalaos. Antes se ofrendaron a nuestros Dioses derechos de 4 patas, plumas y dems, rogando por los integrantes de nuestra religin, para salud suerte y tranquilidad; Ante If. Orbe- ordi; Osorbo; Marc Ochosi; Ona; -Cuero; Castigo, guerra invisible, traicin,problemas con las leyes; Marca castigo al desobediente, al profano, al impostor y al que se aparte de la etica de nuestra religion;Marca, enfermedad del Pecho, de los Pulmones y de los Rones. Castiga el aborto de exprofeso; En este ordun habla Ochn preferentemente; Debe darle de comer a su cabeza. Orula Nir: Orula defiende y recomienda como ampararse y cuidarse para evitar la parte mala de la letra, siempre que haya freno en la desobediencia. 2 ames a Orula. Gobierna: Yemay, le acompaa Orgun;Bandera: Tela Azul cielo, con ribetes en Blanco y un Ancla en el centro de la misma tela blanca.Cobor Elerd; Rogacin de cabeza con Obi om tuto (Cocos y agua fresca); Dar 2 Gallinas a Ochn en el Rio, Miel de abejas. Baldear a la casa con hojas de Matpasifico o cualquier hierba de Yemay; Baarse con 3 hierbas; (de) Ochn, Yemay y Orgun. Erb: 1 Gallo; 2 Palomas; I Trampa; Pescado yjulia ahumados; Manteca de 106 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Corojos, Maiz Toztado; La medida de su cuerpo; Tierra de sus Zapatos, de la puerta de su casa, del trabajo, o negocio. Aguardiente de caas; 1 pedazo de Carne cruda; Opolopogu; derechos lo pone el padrino; Y para dar cuenta a nuestro ahijado, queda de vd, atentamente y s,s,s, (Siguen las firmas de dos babalaos y los nombres de todos los asistentes) Ese mismo ao se reunieron ios babalaosen La Habana y determinaron que,
en 1977, gobernaban a Cuba Obatal y Yemay. La bandera anual debera ser blanca. Ocasionalmente, bien porque sea la vspera de la festividad de un dios, porque se cumpla un aniversirio de iniciacin o porque las predicciones iniciatorias as lo hayan ordenado, los fieles halagan y festejan a un Oricha ofreciendo un "tambor" en su honor.^ Si los medios econmicos u otras circunstancias impiden que se empleen tambores "de fundamento" (batas sacramentados) es posible tambin brindar un toque de giros, ms accesibles al bolsillo de los adeptos y ms fciles de conseguir, puesto que son "judos" (profanos) y, por tanto, no requieren pasar por todo el complejo ritual de fundamentacin de los tambores bata. Aunque hemos asistido a "giros" y "tambores" en numerosas ocasiones, aqu basaremos la descripcin de la ceremonia en un "tambor" ofrecido al oricha Ogn recientemente en Miami. Se emplearon tambores de fundamento, cuyos elementos esenciales fueron trados de Cuba por sus dueos. Hace unos quince aos, no era posible hallar un tambor juramentado en los Estados Unidos. En estos momentos, algunos santeros calculan que existen unos catorce juegos de bata en este pas, y por lo menos cinco de ellos se encuentran en Miami. Tradicionalmente, los toques de tambor se realizan en las casas de los mismos santeros. En ocasiones, sin embargo, la falta de espacio o los reglamentos de un barrio o comunidad obligan a los fieles a trasladar la ceremonia a otro local. El rito que aqu describimos tuvo lugar en un amplio y refrigerado saln alquilado, en el corazn del vecindario conocido como La Pequea Habana. Contra una de las paredes del recinto, adornada con paneles de madera que evocaban persianas coloniales, se haba erigido el "trono" o altar del oricha 28. Estas fiestas son las que antiguamenie se conocan con el nombre de bemb o gemilere. Hoy se prefiere denominarlas, simplemente y en espaol, tambor. 107
Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Ogn. Como se trataba de uno de los guerreros deidades rsticas el "trono" careca de las telas y bordados que frecuentemente adornan los altares lucumes. Ramas de laurel, cortadas en un patio local, manojos de cafias y tres enormes abanicos de paja servan de teln de fondo. De las ramas pendan pequeas botellas de licor (ron, ginebra); giros llenos de las sustancias de rigor tales como juta, maz tostado y manteca de corojo; sombreritos de paja o yarey semejantes a los empleados por los campesinos de Cuba. Es evidente que el fondo del altar aluda a la manigua cubana y la combinacin de hojas y caas recordaba de inmediato "La Jungla" de Wifredo Lam. En el suelo, encima de las tradicionales esteras de rafia, se haban colocado los "fundamentos" de los orichas guerreros: en el centro, rodeado por una falda de paja o mariw y coronado con un collar de mazo de cuentas verdes y negras, el caldero de Ogn, dueo de la fiesta; a la derecha, ios atributos de Ochosi, el cazador; a la izquierda Osun, el gallito, vigilaba a los presentes y acompaaba a los guerreros; debajo y hacia el centro Eiegua, en un giro lleno de caramelos. A la extrema derecha y hacia detrs, un machete y un sombrero de paja. A los lados, dos enormes canastos contenan las frutas que se ofrendaban a los dioses: pinas, papayas, manzanas, pltanos, melones. Tambin se les brindaban dulces caseros: turrones de coco y dulce de leche, as como un pequeo plato de caramelos. En el extremo delantero izquierdo una cesta ms pequea, bendecida
con pedazos de juta ahumada, maz y manteca de corojo y cubierta con un pao morado, reciba las ofrendas de dinero que los fieles entregaban al Santo. En el extremo delantero derecho una maraca, un juego de cencerros y una campana de plata eran utilizados por los fieles para invocar al Oricha. En la ceremonia de tambor se distinguen cuatro fases o momentos: el oro de bata, toque sin cantos dirigido exclusivamente a \Q orichas; la recepcin o saludos de los fieles a los dioses y de los adeptos entre s, que inicia la parte pblica del acto; el baile de los fieles y, cuando ocurre, el descenso de los dioses mediante la posesin de algunos de ios asistentes y, finalmente, el cierre o conclusin del rito. Antes de comenzar la ceremonia los tamboreros preparan a Xosbat para la fiesta: atezan sus parches; le colocan al iy, al borde de los cueros, dos bandas de ichaurs (cascabeles y campanillas) que complementan el toque seco del tambor y los visten con telas blancas bordadas en hilos de colores. El bordado del tambor principal o iy representa a un gallo y debajo reza: "If ru Aa" (tambor de If). Aproximadamente a las doce del da, los tres tamboreros u olubats, sentados delante del trono, amarran el iy, el itiele y el oknkolo a sus muslos y comienzan a tocar exclusivamente para los dioses. Los inviUidos an no han llegado y slo asistimos, adems de los intrpretes y de nosou-os, la persona que 108 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 ofreca el tambor y dos allegados. En el oro de bata no se canta. Solamente habla el tambor. Los dos primeros toques estn dedicados a Elegua y el ltimo a Odda.
El penltimo invoca a la deidad a quien se ofrece l fiesta. Como nos explica un olubat:" Este tambor es de Ogn y Ogn convida a los dems santos. Por eso se les toca a los otros antes que a l, porque son los invitados; eso s, el ltimo es Odda, que es el mayor". (Un estudio detallado de los aspectos musicales de esta ceremonia aparece en el acpite dedicado a la msica sacra afrocubana en el captulo 4 del volumen IV). Al concluir el oro de bata, los tamboreros depositan los tambores sobre unas sillas y los cubren con toallas blancas. En el patio del recinto los aguarda un suculento almuerzo ofrecido por quien brinda la fiesta. Los olubats, se nos explica, son muy dignos de respeto (como los babalaos) y por ello se sientan solos a la mesa y nadie puede tocar lo que comen. No se les debe servir en platos de cartn.o plsticos, sino en vajilla de loza. A eso de las dos de la tarde comienzan a llegar los invitados al festejo. Antes que nada saludan al Oricha homenajeado postrndose delante del trono, sacudiendo la maraca o las campanas e invocando (en espaol) las gracias del dios. Los olubats, esta vez a un lado del trono, tocan los tambores y el akpun o gallo entona, en su caracterstico timbre impostado y faoso, los cnticos rituales. Los asistentes responden, en forma coral, al canto del akpun. En esta etapa de la "recepcin" an no se baila. Los fieles se saludan mutuamente: aquellos iniciados ms recientemente (considerados ms jvenes en el Santo, independientemente de su edad biolgica) se posean hacen moforibale ante los mayores, boca abajo si el Oricha tutelar de quien saluda es de sexo masculino, girando en el piso
de izquierda a derecha si es de sexo femenino. La persona a quien se saluda, de pie, toca con los dedos los hombros de aquel que rinde el homenaje. Este, inmediatamente se incorpora, con su hombro derecho roza el izquierdo del mayor y luego con su izquierdo le roza el derecho. Todos los presentes deben tambin saludar al bata, que es considerado como un Santo. Cada fiel, cuando los tambores entonan un toque dedicado a su oricha tutelar, se postra delante del juego de batas, hace una ofrenda de dinero que deposita en una pequea cesta colocada delante del olubat mayor y luego, incorporndose, besa primero el iy y posteriormente el ittele y el oknkolo. Durante la tercera fase, dedicada al canto y al baile en honor de las deidades, es posible que "bajen" algunos de los Santos (o sea, que ocurra la posesin ceremonial), en cuyo caso se les rinde pleitesa, se les alimenta con sus platos preferidos y se les viste con la indumentaria simblica del dios: una falda de mariw para Ogn o una falda amarilla pu^a Och, por ejemplo. Los dioses hablan entonces en yoruba, su lengua nativa. (Un estudio ms detallado del trance y la posesin aparece en el captulo II de este volumen). 109 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 No todos los iniciados tienen derecho a bailar cuando se tocan los tambores de fundamento. Solamente aquellos que previamente han sido "presentados al tambor" pueden hacerlo. Es por ello que, en ocasiones, durante el gemilere se aprovecha para efectuar la presentacin de uno o ms adeptos. En la fiesta en homenaje a Ogn se present ante los tambores un hijo de Chang, que haba sido iniciado diez afios atrs pero que nunca haba sido presentado al bata. Por
ese da, lapersona que va a ser presentada retorna a la condicin liminal de iyaw: se le viste de blanco y se le cubre la cabeza, se le mantiene aislado en una habitacin, acompaado de la oyugbona u o-os santeros mayores, pero sin participar en el festejo oficial; se le considera "castigado" "en penitencia" y as se refirieron a l, medio en broma, algunos asistentes y, finalmente, no se le llama por su nombre de pila, sino por el genrico y homogeneizador de iyaw. Cuando el baile se halla en su momento culminante, el oriai u oficiante se dirige a la habitacin donde se encuentra el sujeto de la presentacin para informarle que se va a iniciar la ceremonia. Este, acompaado de su madrina y algunos miembros de su familia, adornado con sus collares de mazo terciados al cuerpo y portando un gallo, un coco y un racimo de pltanos, encabeza la procesin que lo conduce al recinto donde se celebra la fiesta. All se postra ante los Uimbores, los besa y algunos de los presentes lo acompaan en el baile. Poco rato despus es devuelto, en procesin, a la habitacin donde ha pasado el da. Ya no volver a bailar durante esa jomada, pero en adelante podr participar en cualquier rito en el cual se empleen tambores sagrados. A las seis de la tarde concluye el loque. Se coloca un recipiente con agua prximo a los tambores y luego uno de los santeros mayores, preferiblemente la madrina de quien ofrece la fiesta, la derrama fuera del recinto. Se entona un ltimo cntico a Elegua y callan los hai. Los presentes participan-ms tarde en un banquete ofrecido por la anfitriona. Se han cumplido los dos propsitos fundamentales del rito: agasajar a los dioses y reafirmar los vnculos de solidaridad, de familia, de communitas entre los cofrades. Un da llega, al fin, la partida definitiva. Cuando muere un santero se practican
los ritos finales, y el primero de ellos es el Iluto. Su propsito es ayudar en su trnsito al espritu y determinar el destino de los oanes o fundamentos del difunto. Pueden asistir solamente las personas iniciadas y el oficiante es un Oriat. Como explica Oba Ecn (Cecilio Prez): "Iluto quiere decir desprendimiento, refrescar y elevar, y es lo ltimo que .se le hace al Santero en esta Tierra. Se hace el Iluto para que el espritu del Santero muerto o del ignaro que muere se vaya de esta Tierra sin ningn arrastre, se pueda elevar y llegue donde se halla Olodumare. De lo contrario, si no se hace el Iluto, ese espritu no descansar nunca y estar expuesto a que cualquier mayurbcro lo coja para meterlo dentro 110 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 de una cazuela de brujo con lo que seguira materializado en cosas de la Tierra. Al hacer el Ituto, se le desprende de lo nico que le hicieron en la Tierra y que no se puede llevar con l, a saber, el Santo; porque todo esto es material. Cuando el Santero muere, el cuerpo muere pero el espritu no, ni el Santo que le hicieron en la tierra, por eso se hace el Ituto. Cuando se le est haciendo el oro al Santo durante la ceremonia del Ituto, se le dice que su hijo esta Oco (muerto) para que el Santo vea que su misin en la Tierra ya acab y que todo lo dems es de los espritus y de Dios". ^' Este rito, tan rico en sugerencias, es sumamente complejo. Se comienza por colocar en el suelo todos los recipientes que guardan los otanes sagrados del difunto. Osun, el gallito, tambin se acuesta all, por primera y nica vez. Se extienden en el piso un gnero blanco y un retazo de tela negra. Encima se coloca
una jicara grande y en su interior se echan: nueve hojas de lamo (9 es el nmero de Oy, la diosa de la muerte), un pedazo de jabn prieto y uno de jabn blanco, el peine, la tijera, la navaja y el pelo que le quitaran en el momento de la iniciacin, una pequea cantidad de las pinturas que se emplean para pintar la cabeza en el Asiento, carbn machacado y cenizas.'" Utilizando un algodn impregnado de carbn en polvo, uno de los sacerdotes "borra" simblicamente los trazos que se hicieron en la cabeza del difunto al "hacerse Santo". Una vez terminada esta operacin, se introduce el algodn en la jicara y sta se "sazona" con pimienta de guinea, manteca de corojo, coco, aguardiente, pescado y juta ahumados, agua bendita y otras sustancias. Delante de los paos se sitan cuatro platos que contienen maz tostado, quimbomb, un estropajo de soga (que alude al lavatorio en el ro que precede al Kari-Ocha) y guano bendito, respectivamente. El Oriat, como es de rigor, comenzar a interrogar a los orichas mediante el coco y ms tarde emplea el Diogn. Se separan en una bolsa las piedras u otanes de aquellos orichas que manifiesten una voluntad de "marcharse" con su hijo. Luego se rompen las soperas que las contenan golpendolas con el Oke, la piedra grande que "vive" en el recipiente de Obaial. Algunos de sus pedazos se colocan en la jicara, as como las cuentas desensartadas de los collares del muerto. Luego los presentes menos aquellos que sean familiares de sangre o de Santo procedern a "romper con el muerto". Se "despojan" el maz tostado 29. Prez (Oba Ecn) (1985), p. 359. "Mayurbero" llama l al "mayombcro" o practicante
de la magia conga. Vase el prximo captulo. 30. Algunas fuentes indican que el cabello no se echa a la jicara, sino que se coloca en el atad, al lado de la cabeza del difunio. Ver Gonzlez Wipplcr (1989), p. 261. 111 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 y el estropajo y ripian o "rompen" en pequeos trocitos el quimbomb y el guano bendito. El Oriat "limpia" a todos los concurrentes con un pollo negro, que posteriormente ser sacrificado y colocado en la jicara. Nueve santeros rodean los paos con sendas fuentes de loza blanca en las manos. Cuando el Oriat entona el cntico del "rompimiento" las dejan caer con fuerza para que se partan en trozos. La simbologa alude constantemente a la separacin, a la necesidad de que el fallecido rompa definitivamente con el mundo de los vivos. Los orichas "bajan" y se posesionan de sus "caballos", pero esta vez no hablan ni bailan, sino gritan, lloran y golpean las paredes. "El Santo no viene a hablar sino a llorar al difunto".'' El cadver ya ha sido layado con omiero, amortajado con las ropas ceremoniales que luci el da de su iniciacin y colocado en el fretro. En el pecho se le colocan los atributos de los orichas que han decidido "irse" con l. El Oriat envuelve la jicara en las telas sobre las que reposa y coloca esta ofrenda debajo del atad. Se entonan entonces los oros cantos en honor del fallecido y de los orichas, comenzando con Elegua y finalizando con e! dios tutelar. Los restos de las soperas son abandonados en el ro ese mismo da. Antes de efectuarse el entierro, se deposita en la fosa el bulto conformado por la jicara, de modo que
quede debajo del sitio donde reposar para siempre la cabeza del difunto. Las otras soperas, con-sus fundamentos denu-o, sern en-egadas a las personas designadas por los orculos, quienes tendrn que asesorarse con un Oriat avezado, que sepa cmo "quitarle las lgrimas". As concluye el Ituto propiamente dicho, mas no el ritual funerario. A los nueve das seofrece al muerto una misa en una iglesia catlica, a la cual deben asistir todos sus parientes de Santo. Al ao de fallecido el santero se efecta el "levantamiento del plato", la ltima de las ceremonias funerarias lucumes. Ese da tambin se va a misa y, luego, se le sacrificar a los orichas y al eggn, al muerto. Los familiares de Santo del difunto comparten un banquete, cuyo men incluye un suculento ajiaco, servido en una mesa bien adornada. En otra mesita cubierta con un mantel blanco se coloca, vaco, el plato que utilizaba el finado para comer. Dabajo de la mesa reposa una vasija con la sangre y la cabeza del animal sacrificado. Al concluir la cena y los rezos, varios santeros toman el pequeo mantel por sus cuatro puntas,,de modo que el pialo del difunto no resbale. Lo llevan al patio, a la calle o a una esquina y all lo dejan caer con fuerza, para que el plato se parta. Los pedazos, ms larde, son llevados al cementerio. El rompimiento del plato simboliza la separacin dcfiniiva del difunto con el 31. Prez (Oba-Ecn) (1985), p. 360. En Miami las principales funerarias hispanas dan facilidades para la celebracin del iluto. 112 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 mundo material: sus utensilios de uso cotidiano ya no rinden servicio, hasta su
plato ha cesado de existir. El muerto descansa en paz. La liturgia lucum rige minuciosamente la vida del creyente, desde su Kari-Ocha hasta su ituto. Ritos adivinatorios El hombre es el animal con preocupacin sobre el futuro. Su empeflo por conocer el porvenir lo acompaa desde los orgenes de la especie. Y para lograrlo ha inventado innumerables mtodos de prediccin, incluyendo la profeca, la hiptesis cientfica y los sistemas adivinatorios. El trmino griego mniica y el latino divinatio han adquirido, con el tiempo, valor genrico para designar la previsin del futuro mediante el conocimiento de la voluntad divina manifestada por signos. En el curso d la historia los pueblos han usado una enorme variedad de medios para anunciar lo que va a suceder, tales como los movimientos involuntarios del cuerpo humano (por ejemplo, el estornudo), los rasgos de la palma de las manos, la configuracin de las enu-aas de animales, el vuelo de las aves, las hojas de t, las cartas o barajas, las conjunciones de los astros, las combinaciones numricas de los dados y otros objetos echados a la suerte, los sueos, los presentimientos, la comunicacin medimnica con los muertos y los dioses, etc.' La religin yoruba y su vastago lucum no podan ser ajenos a esta poderosa corriente cultural. Y entre sus ritos mejor conocidos se encuentran varios mtodos de adivinacin, que desempean, como acabamos de ver, un papel de primer orden en la prctica devocional de sus fieles. En Cuba estos sistemas son: 1) el Coco, Obi o Biagu; 2) los Caracoles o Dilogin; 3) el Opele, Okuele o Ekuele; y 4) el Tablero de If. Todos son sortilegios, es decir, permiten adivinar por medio de suertes. Pero tambin pueden ser llamados orculos, pues por ellos siempre hablan (es decir, expresan su voluntad) los muertos o los dioses.
Conviene insistir en el carcter religioso de estos ritos. En ellos, el sacerdote tiene como funcin servir de intermediario entre las fuerzas sobrenaturales y el consultante. Por una parte, el adivino descifra e interpreta el mensaje de las divinidades tal como ste se expresa en la cada de los cocos, los caracoles y 1. Sobre este apasionante lema cf. Frazer (1966), Vol. X, pp. 230 y .s.s. Parece que la bendicin que recibe el que estornuda de parte de las personas que lo circundan (en espaol, por ejemplo: "Jesiis te ampare!") tena originariamente el propxSsilo de contrarrestar los influjos malficos que pudieran acompaar a este acto involuntario. 113 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 dems instrumentos adivinatorios. Por otra, transmite a los orichas las preguntas y preocupaciones de los fieles para que ayuden a resolverlas. La accin sacerdotal dista mucho de ser aqu meramente pasiva o mecnica. Al interpretar los signos, la capacidad, la experiencia, la intuicin y el poder o ach que posea el santero pueden resultar decisivos para la efectividad del registro o "consulta", l)El Coco, Obi o Biagu: Este es el sistema oracular ms sencillo de la Regla de Ocha. En l slo se formulan preguntas que puedan responderse con uii s o un no y los orichas pueden contestar en forma afirmativa, negativa o dubitativa. Tambin puede predecir la buena o la mala fortuna. Este orculo consiste en cuauo pedazos de coco seco que el sacerdote ha obtenido rompiendo el fruto con un objeto duro. De cada uno de esos trozos se arrancan con las uas tantos pedacilos como sea
el nmero simblico del oricha que va a consultarse (por ejemplo, seis si ste es Chang, siete si es Ogn, etc.) Inmediatamente se moyuba, es decir, se entonan rezos en honor de Olodumare, los santos y los muertos, y adems se pide permiso para adivinar a los dioses y a Biagu, el primer ser humano que, segn la tradicin, utiliz este sortilegio. Despus de pasar los pedazos de coco por la cabeza, los hombros, el pecho, las manos, las rodillas y los pies del consultante, se . tiran sobre el suelo los cuatro a la vez. Cada \iozo puede caer hacia arriba, exponiendo la cncava pulpa blanca, o hacia abajo, enseando la convexa cascara oscura. Las cinco combinaciones posibles, llamadas letras, son las siguientes: a) Cuando los cuatro pedazos caen con la pulpa blanca hacia arriba la le^a se llama Alafia. Por ella hablan Obatal, Chang y Orula. Y por su medio estos santos responden con un s a la pregunta que se les haya hecho. b) Cuando tres pedazos muestran lo blanco y uno la cascara oscura la letra se llama Otawe u Otage. Por ella hablan Chang, Ochn y Yemay, quienes contestan: "quizs" a la pregunta que se les haga, por lo que es preciso repetir la tirada para precisar. c) Cuando dos pedazos muestran lo blanco y dos el lado oscuro la letra es Eyife, la mejor o "ms alta" del orculo. Elegua, Ogn, Ochosi y Ochn contestan con un enftico s. Y toda repeticin es innecesaria. d) Cuando un pedazo muestra lo blanco y -es el lado oscuro la letra se llama Ocana-Sorde. Chang, Babal-Ayc y los ikes (los espritus de los muertos) responden con una negativa y anuncian dificultades. Se vuelve entonces a tirar el coco para preguntar qu debe hacerse en esa eventualidad. e) Cuando los cuatro pedazos caen mostrando la cascara oscura la letra es Oyekn. Aqu Chang, Oy, Nana Buruk, Agay y los ikes responden negativamente y anuncian desgracia y muerte. Inmediatamente el santero 114 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
enciende una vela y se toca el pecho mientran dice -.Olufina! Cuando sale Oyekn hay que volver a tirar los cocos para determinar si es un oricha o un espritu quien habla y para recibir luz sobre lo que debe hacerse para matar la letra, o sea, para contrarrestar el peligro inminente por medio de sacrificios, etc. A ms de contestar preguntas, el coco ofrece predicciones y consejos preestablecidos, que modernamente se recogen en las libretas o libros sagrados de los santeros. De una de ellas hemos extractado los que aparecen ligados a la letra Otawe, por donde hablan, segn se recordar Chang, Yemay y Ochn: "Chang dice que l es tu padre pero que t te has olvidado de que eres su hijo... Esta es la causa de tus dificultades, de que t no alimentas a tu padre... Ochn dice que sufres problemas del estmago y los ovarios, debes ver a un mdico... Si ahora no ests embarazada, pronto lo vas a estar... Yemay dice que vas a recibir la visita de un pariente que vive en otro pas... Ella quiere que lleves un meln de agua a la orilla del mar y se lo ofrezcas..." Aunque el orculo del coco es una prctica lucum, tambin lo emplean los congos en sus ritos. Por ejemplo, cuando un mayombero (sacerdote congo) desea saber si su nganga (o caldero sagrado) est satisfecha con el sacrificio que se le ofrece, apela a esta forma de adivinacin. En una ocasin observada por nosotros en una ceremonia de palomonte o mayomhe, Oyekn apareci varias veces seguidas. El mayombero, para matar la letra, ^az un smbolo en el suelo, coloc sobre l un poco de/w/a o plvora y la encendi con su tabaco. Los cocos se metieron en una jicara con agua. Poco despus, ya "refrescados", se tiraron de nuevo dos veces. Para alivio de todos, el coco respondi primero con Alafia y
luego con Eyife. Eso significaba que la nganga haba dado, por fin, su anuencia y el ritual poda proceder tal como se haba planeado. 2) Los Caracoles o Dilogn: Este es el mtodo adivinatorio ms popular de la Regla de Ocha, porque pueden usarlo todos los iniciados. En l se usan unos caracoles pequeos llamados cauris, a los que se les ha arrancado el lomiio opuesto a la boca natural, para facilitar que, al tirarlos, slo puedan caer en dos posiciones: con la boca natural hacia arriba o hacia abajo. Una "mano" de caracoles consta de 21 o 18, segn los casos, pero siempre se tiran nada ms que 16. Los otros, que quedan separados y vigilantes, se llaman adeles. Para adivinar, despus de ciertas ceremonias que veremos en seguida, el santero toma los 16 caracoles entre sus dos manos, los sopla para comunicarles su ach, los frota y los deja caer sobre una estera. Inmediatamente cuenta el nmero de ellos que hayan cado con la abertura natural hacia arriba y el nmero de los que cayeron "boca abajo". Las 115 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 posibilidades matemticas de combinacin en cada lirada son 17. O todos los cauris caen con la boca natural hacia abajo o el nmero de los que caen "boca arriba" oscila de 1 a 16. As se forman las "figuras", "letras" u odus del Dilogn, cada uno de los cuales tiene un nombre especfico. Su ortografa vara ligeramente de informante a informante. Noso"os vamos a usar la que emplea Lydia Cabrera en Koeko lyaw: Aprende Novicia: ^ 1- Okana: un slo caracol boca arriba. Por esa letra hablan Ogn, Elegua, Olofn e Ik. 2- Eyioko: dos caracoles boca arriba. Por esa le-a hablan ios Ibeyi, Ochosi, Elegua, Obatal, Chang y Ogn. .
3- . Ogunda: tres caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Ogn, Ochosi, Obatal y Olofn. 4- Eyorosun: cuatro caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Olokn, Chang, Ochosi, Ornmila y los Ibeyes. 5- Oche: cinco caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Elegua, Orula, Ochn y Olofn. 6- Obara: seis caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Elegua, Chang y Ochn. 7- Odi: siete caracoles boca arriba. Por esa lcU"a hablan Elegua, Ogn, Ochn y Yemay. 8- Eyenle: ocho caracoles boca arriba. Por esa letra hablan todos los orichas, especialmente Obatal. . 9-. Osa: nueve caracoles boca arriba. Por esa IcU'a hablan Ogn, Ochn, Oba, Oy, Agay y Obatal. v 10- Ofn: diez caracoles boca arriba..Por esa letra hablan Obatal, Ochn y Oy. ' 11- Ojuani: once caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Elegua, Nana Buruk, Babal Ay, Osan y Oba. 12- Eyil: doce caracoles boca arriba. Por esa letra hablan Chang, Yew y Oy. stas son las doce letras o los doce odus que estn autorizados a leer los babalochas o iyalochas. Los otros cuatro slo pueden ser interpretados por babalaos, quienes -ya se sabe- representan en la tierra al gran Orula u Ornmila, el dios de la adivinacin. Cuando salen, el santero debe recomendar a su cliente 2. Cabrera (1980), pp. 48 y ss. Vanse tambin: Cros Sandoval (1975), pp. 83 y ss.; Rogers (1973), p. 10; Gonzlez Wippler (1989), p. 130. Los nombres africanos en Bascom(1980), p.29. 16 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 que consulte a un babalao.' Las ltimas cuatro letras son las siguientes: 13- A/ea/a: trece caracoles boca arriba. 14- Merinla: catorce caracoles boca arriba.
15- Manula: quince caracoles boca arriba. 16- Meridilogn: diecisis caracoles boca arriba. Cuando todos los cauris caen boca abajo, los santeros dicen: "Se me fue el caracol de la mano". Esa combinacin es nefasta, pues quiere decir que los dioses se han negado a hablar. Y es preciso establecer cmo eludir la desgracia que semejante eventualidad anuncia: tal vez mediante sacrificios, oraciones, etc. En frica el nombre de esta decimosptima figura es opira.'^ A cada uno de esos odus pertenece un cierto nmero de "historias" opatakes (por lo general sobre la vida de los dioses), as como diagnsticos, consejos, refranes con moralejas y los tipos de eb u otras ceremonias que sea preciso realizar para resolver el problema que se presente. Antiguamente, cuando la religin tena una ba.se oral, todos estos materiales se conservaban exclusivamente en la memoria del santero. Hoy se copian en libretas que se examinan cuando es necesario. De ellos se sirve el santero para predecir, aconsejar o resolver las cuestiones vitales que le presente el consultante, de acuerdo con la voluntad de los orichas. Debemos hacer hincapi en el carcter profundamente religioso de la adivinacin afrocubana. No es ste un acto mecnico, un simple juego de probabilidades matemticas. Por estos sistemas se establececomunicacin indirecta pero efectiva con los dioses. De ah que todo registro o consulla adivinatoria por medio de caracoles comience con aspersiones para "refrescar" el recinto sagrado, acompaadas y seguidas de la moyuha: invocaciones a Dios (Olodumare, De acuerdo con un mito de origen yoruba el uso del Dilogn como sistema adivinatorio se debe a Ochn, quien lo aprendi de Onlnmila y luego se lo ense a los hombres. Cuando Orula estaba ausente, Ochn "echaba los caracoles" a sus clientes, hasta que fue descubierta por su marido y arrojada de su vivienda. Como la diosa de los ros no haba tenido tiempo para aprender todos los odus, eso explica por
qu los babalochas e iyalochas solo pueden interpretar los primeros doce. Por eso, como generalmente se dice: "Hasta cyil nada ms habla el Dilogn." Cf. Bascom (1980), p. 18. Como ya vimos ms arriba, hay otra versin del mito que atribuye esta historia a Yemay. En el momento en que Orula la descubri "registrando" acababa de salir eyil (el 12) y Onlnmila dijo a su mujer: "Hasta esa letra registras, de ah en adelante.del troce al dieciseis, el registro me correspondo a mi". Vase Snchez (1978), p. 62. Bascom(1980), p. 7.' 117 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Olorn, Olofi), a los primeros discpulos de la Regla, al pasado, el presente y el futuro, a los babalaos y a los santeros, en general, y a los muertos, es decir, a los egunes que estn "al pie de Dios", incluyendo los antepasados de la propia familia. A todos humildemente se les pide benevolencia y permiso para ejercer el rito, sin que haya interferencia de espritus perturbadores. Todo esto se hace mientras los caracoles se frotan entre las dos manos o con una mano sobre la estera. La ltima invocacin es a Elegua a quien se le presenta el cliente y se le pide que todo salga bien. En seguida se toca con los caracoles la cabeza, los hombros, la mitad del pecho, las rodillas y los pies del consultante, pronunciando ciertas frmulas. Y, por fin, se sueltan los cauris sobre la estera y se cuentan los que han cado boca arriba, lo que determina el odu por el que estn hablando los dioses.'
Originalmente, en frica slo haba las 16 le-as que mencionamos arriba: cada una con sus refranes y patakes propios. Pero en Cuba el proceso se ha complicado, con el propsito de equiparar en lo posible el rito con el de If. Se tiran dos manos seguidas y con las dos letras que salen se forma un nuevo odu. Por ejemplo, si en la primera mano sale okana (1) y en la segunda sale ohara (6), el signo s&Tokana-obara. Las posibilidades ahora son 16x 16=256 letras u odus. Algunos santeros prefieren "leerle" aqu el signo al cliente, es decir, informarle en seguida de los refranes, patakes, etc. pertenecientes a esa letra que a su juicio mejor se relacionan con el problema planteado en la consulta. Otros prefieren dictaminar primero si la letra viene "por buen camino" {ir) o "por mal camino" ipsobd). Para realizar esta operacin es preciso saber que los 16 odus originales se dividen en menores y mayores. Los primeros son el cinco, el seis, el siete, el nueve y el once {oche, abara, odi, osayojuan). Los o-os son mayores. Adems, el santero dispone de varios instrumentos auxiliires, colectivamente conocidos con el nombre de igbo, dos de los cuales se emplearn en cada lirada. Son: un caracol ms grande, distinto a los cauris {ay); una picdreciU) oscura {oi); una semilla de guacalote {ewe ayo); una cabeza de mueca de loza {or odworn); un trocito de cascarilla de huevo {efn), y un huesecillo o vrtebra de un animal {egn). Dos de estos "aguantes" se entregan al cliente para que sostenga uno en cada mano. Para determinar cmo viene la letra, se tiran los caracoles. Si sale un odu
5. Un interesante elemento de sincretismo: lo primero que hace el cliente, al empezar el rito adivinatorio, es persignarse con el dinero que cobra el santero. Esta contribucin tiene carcter ritual. No faltan ocasiones en que, por una razn u otra, el santero decide devolverle su dinero al consultante, una ve/, terminada la ceremonia. 118 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 mayor el santero pedir al consultante que abra la mano izquierda. Si en ella est la cascarilla la respuesta es siempre s y en este caso quiere decir que la letra viene con ir, o sea, por buen camino. Si est la piedra oscura es no: la letra viene con osobo, o por mal camino. Los otros "aguantes" podrn significar s o no, segn lo determine previamente el santero. Puede ocurrir que en la primera mano salga un odu menor. Entonces se repite la tirada. S i sale entonces un odu mayor se pide la mano derecha. Si sale otro menor pueden ocurrir tres cosas: a) que el segundo sea numricamente ms alto que el primero (por ejemplo, primero sali 5 y luego 7) en cuyo caso se pide la mano derecha; b) que el segundo tiro sea numricamente ms bajo que el primero (por ejemplo, primero sali 7 y luego 5) en cuyo caso se pide la mano izquierda; c) que se repila el signo (lo que se llama meyi) y en este caso se pide tambin la izquierda.'' De todos modos cuando el cliente abre la mano queda determinado si viene ir u osobo, o sea, si hay bendicin o no. Ir, la bendicin, puede venir a su vez por muchas vas. Tan pronto sale, el santero preguntar de qu tipo de ir se trata: si es arik o inmortalidad, que es
el mximo bien posible; o si es suerte de dinero u otra cosa; o si viene por parte de un hermano o un hijo, u otro familiar; o por mano de hombre o de mujer; o por la propia cabeza; etc. Para determinarlo se repite la operacin antes descrita, es decir, se tiran los caracoles y se pide la mano izquierda o derecha de acuerdo a los odus que salgan. El igbo que aparezca en la mano abierta dir si la respuesta a la pregunta es s o no. As se va precisando qu tipo de ir es el que ha venido. Cuando en vez de ir sale osobo, tambin hay que preguntar con sucesivas tiradas de caracoles por qu camino viene. Ser muerte? Ser enfermedad? Ser contrariedad? Etc. Si es muerte {ik) se elimina la cascarilla (que siempre es positiva) y se sustituye por otro aguante. Una vez determinada la clase de osobo, se indaga si hay lariche o sea, si hay forma de "limpiar" lo negativo. Y cuando la respuesta es positiva se averigua qu tipo de lariche quiere el santo o el muerto, que puede ser desde una sencilla ofrenda de coco, agua y unas velas (adim) o un bao con ciertas hierbas, una rogacin de cabeza, un sacrificio o hasta la orden de recibir un sanio. Cuando la respuesui es consistentemente negativa hay que seguir pregunumdo hasui encontrar una salida, pues como nos ha dicho una informante: "En Ocha lodo tiene solucin si hay fe en Dios y en los santos." Para cerrar la consulta, el cliente loca la estera en que se han tirado los caracoles, se besa las manos y recibe del santero una constimcia escrita de todo lo que ha ocurrido en el registro: especialmente (y en forma muy detallada) de los eboses, ofrendas o sacrificios que han sido ordenados.
6. Obviamente los meyi son: ocana-ocana, cyioko-cyioko, eyorosimcyorosun, etc. 119 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Cada oricha tiene sus caracoles. Regularmente es el ciracol de Elegua el que se usa en los registros, por ser este santo el mensajero de Olofi y el que abre todos los caminos. Segn dice Julio Snchez: "Como en esta religin el caracol simboliza la boca a travs de la cual habla la deidad respectiva, la adivinacin con el caracol de Elegua indica que... (ste) es tambin intrprete de las soluciones ofrecidas por Olofi...''' Los de las dems deidades tienen su uso limitado a circunstancias poco frecuentes en la vida del creyente, que pueden ser,.por ejemplo, su it de asiento, ciertas ceremonias funerarias o iiutos,o cuando as se ordene expresamente en un registro. ' .. 3- EiTablero de If: Los sistemas adivinatorios reservados exclusivamente para los babalaos son en Cba/ Tablero de If y el Ekuele. Algunos autores sostienen que en realidad" se trata de un slo sistema propiamente hablando, el de If, que se ejerce utilizando dos insfrumentos distintos: las nueces de palma {ikis) y la cadena de adivinacin {elcuele).^ Lo cierto es que ambos compirlcn el mismo corpus de , odus (conlos mismos refranes, vaticinios, consejos y patakcs asociados a cada figura), ambos hacen uso de la misma tabla de madera (casi siempre.redonda), el Opn If, para registrar los signos que salen y, por fin, ambos expresan la sabidura de Orula, el dios que conoce el destino de cada ser humano y es, a la vez, personificacin de la esperanza. El fundamento teolgico del sistema de lia reside precisamente en las peculiaridades de la creencia yoruba y lucum en el iw o deslino de cada persona,
lo que a su vez depende de la creencia en la reencarnacin y en las relaciones del individuo con su or, su eled y, desde luego, su oricha tilular.Sobre estos importantes conceptos hay diferencias de opiniones entre nuesu^os infor-; mants.. La que nos"parece ms comn sostiene que cada ser humano posee su or, laesencia de su ser, de su conciencia o de su personalidad, cuyo smbolo es su cabeza; tiene tambin su ele que representa el poder o la gracia actuantes de Dios en la cabeza de cada hombre; y '-'pertenece", por ltimo, a un oricha determinado. Mientras el oricha es una deidad que puede ser compartida por muchos hombres distintos, cada persona tiene su or exclusivo, que slo a l pertenece. Elproblema terminolgico se complica porque en el habla popular de los practicantes de la santera, el trmino nsel de la guarda puede aplicarse a, cualquiera de estas tres entidades. 7. Snchez, (1978), p. 44. 8. Vase, por ejemplo, Bascom (1969), p. 3. 120 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 Antes de nacer, el or de cada individuo recibe de Olofi el iwo destino que le toca en su regreso a la tierra. Este retomo est condicionado por la conducta que ha observado en su vida anterior. Si ha sido buena, despus pasar un tiempo en el paraso, vuelve a reencarnar, con el objeto de mejorar. Si ha sido mala, recibe todo gnero de castigos, hasta que regresa en un ser de inferior categora, que bien puede ser un animal. Algunos creen que los definitivamente malvados no pueden reencarnar jams, convirtindose en insalvables almas en pena. Todo espritu que vuelve al mundo, pues, ha escogido ante Dios su destino antes de
nacer. El nico oricha presente en este acto es Orula, de quien se dice que es eleriipin, o sea, testigo de la seleccin del destino de cada persona.' La adivinacin -la palabra de Orula- es el medio por el cual el hombre conoce su destino y el modo de propiciarlo. Funcin clave de los sistemas adivinatorios es determinar qu alma ancestral ha reencarnado en el recin nacido y qu tabes o eus debe ste observar. El destino no puede cambiarse pero, diferencindose del fatalismo de raz helnica, la doctrina lucum sostiene que s puede ser afectado negativa o positivamente por la conducta del individuo y por las influencias del medio. Una santera cultsima nos citaba al respecto la famosa frase de Jos Ortega y Gasset segn la cual el hombre es l y su circunstancia. Esa "circunstancia" -insista nuestra amiga- (hogar, amistades, enemigos, ambiente nacional, social e histrico) influye sobre el proyecto de vida individual que se recibe al nacer y que tantos seres humanos deforman o frustran. Los registros no son otra cosa que una comunicacin con la divinidad a travs de Orula para aclarar nuestra misin en este mundo y para ayudarnos a cumplirla plenamente. Por eso forman parte esencialsima de la liturgia lucum. Y por eso sta rige todos los detalles de la vida de los fieles. Ocha es una regla, todo un canon coherente y orgnico que gobierna la existencia ntegra, cotidiana, de sus practicantes. Popularmente se conoce en Cuba como Tablero de If al sistema que usa para adivinar 16 nueces o semillas negras de palma, conocidas con el nombre de ikis o ikines. El babalao las frota entre sus manos y trata de sujetar tantas de ellas como pueda en su mano derecha. Si las apresa todas, la tirada es invlida y hay que repetirla hasta que en la mano izquierda queden slo una o dos semillas. Cuando queda una, el babalao hace dos rayitas en el Tablero {Opn If), previamente
cubierto de un polvo blanco, hecho de ame y otras sustancias que -como ya 9. Sobrelareencamacin entre los yorubasnigerianosCf.Bascom (1969), pp. 114-119. Segn este autor, los yorubas creen que los suicidas nunca alcanzan el cielo y, por -haber renunciado a la tierra, tampoco pueden reencarnar, convirtindose en malos espritus que cuelgan de los rboles como murcilagos. (Ibidem, id., p. 115), Vase tambin Idowu (1975), pp. 177 y 187. 121 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 vimos- se llama yef. Cuando quedan dos, el babalao hace una sola rayita.'" Se hacen cuatro tiradas consecutivas y de acuerdo con las veces que salga el uno o el dos y la secuencia en que hayan salido se obtendr una de las 16 combinaciones matemticas posibles, cada una de las cuales tiene nombre propio. En el cuadro que sigue, representamos a cada rayita por medio de un 1. Cuando salen dos nueces ponemos 1. Cuando sale una, ponemos 11. Entonces obtendremos los 16 figuras, letras o odus que se ven a continuacin: Nmero 8 2 15 7 6 1 4 11 3 9 16 13
14 12 5 10 Nombre del odu OGBE OYEKU IWORO ODI OBARA OKANRAN IROSUN OWONRIN OGUNDA OSA OTURA IRETE IKA OTRUPON OCHE OFUN Combinacin 1-1-1-1 11-11-11-11 11-1-1-11 1-n-ll-l i-n-ii-ii 11-11-11-1 1-1-11-11 11-11-1-1 1-1-1-11 11-1-1-1 1-11-1-1 1-1-11-1 11-1-11-11 11-11-1-11 1-11-1-11
11-1-11-1 O sea, que en ogbe quedan en la mano izquierda del babalao dos ikines en las cuatro tiradas consecutivas. En oyeku queda un solo ikin las cua^o veces. En iworo, uno, dos, dos, uno, en ese orden o secuencia. En odi, dos, uno, uno, dos, en ese orden o secuencia. Etc. Una ve/ que con cuatro tiradas se obtiene un odu, se repite la operacin: se asen los ikis cuauo veces ms, con lo que se obtendr 10. Ningn informante cubano hapodido explicar esa inversin en las marcas: dos rayitas cuando sale un ikin, una sola cuando salen dos. Bascom tampoco pudo encontrar una explicacin en frica. Cf Bascom (1969), p. 40. 122 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 un segundo odu. La combinacin de los dos odus proporcionar la figura definitiva. Por ejemplo: si en las cuatro primeras tiradas sale ogbe y en las cuatro siguientes se da oyeku, la figura que debe "leer" el babalao en esta ocasin es ogbe-oyeku. Al igual que en el Dilogn hay aqu 16x16=256 combinaciones, letras o figuras distintas, cada una con sus versos o refranes, sus consejos y patakes propios, que el babalao debe interpretar para resolver el problema del cliente. Tambin como en los caracoles el ritual es precedido por la moyuba: una serie de oraciones e invocaciones, para asegurar el permiso de los santos y los muertos. 4- El Ekuele: El Tablero de If es considerado el ms alto de los sistemas adivinatorios de laRegla de Ocha, pero se usa con escasa frecuencia, slo en ocasiones especiales.
Mucho ms corriente es el uso del ekuele, okuele u okpel que como vamos a ver, funciona con ms rapidez en la determinacin de la figura, letra u odu. El ekuele es una cadena de tres a cuatro pies de largo. A intervalos, unidos por la cadena, se encuentran ocho conchas, u ocho semillas de mango, u ocho medallones u ocho trozos de gira, de coco prieto o de carapacho de jicotea, de modo que cada uno de ellos puede caer "boca arriba" o "boca abajo", o sea, con la parte convexa o concava hacia arriba o hacia abajo.'' El babalao toma la cadena por el medio, as que de cada lado de su mano colgarn cuatro conchas o semillas, en dos ramas paralelas. Al tirar la cadena sobre la estera, el adivino trata de que las dos ramas caigan tambin paralelas. Si las semillas no caen unas al lado de las otras, se estira la cadena por los dos extremos hasta que esto suceda, procurando no virar las conchas o semillas. El babalao cuenta las conchas que han cado boca arriba o boca abajo en la rama izquierda del ekuele. Si sale la parte cncava marca un uno (1) en un papel o en una libreta. Si sale la parte convexa marca un cero, en vez de los dos unos (11) que se usan en el Tablero. As obtiene una letra u odu, segn el mismo sistema usado con los ikis. Luego hace la cuenta del lado derecho. Y determina la otra letra. La combinacin de ambas le dar la figura para esa tirada: por ejemplo, si todas las conchas o semillas han cado con la parte cncava hacia arriba (1 -1 -1 1) en la parte izquierda y todas con la parte convexa hacia arriba (0-0-0-0) en l
11. En Nigeria el ekuele u opele se fabrica con la semilla del mango silvestre. ("Wild mango"), un rbol que segn la tradicin yorubanaci sobre la tumba de Ogunda. As se lo informa Carlos Collazo a Lydia Cabrera en una carta que sta gentilmente ha puesto a nuestra disposicin. 123 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992 lado derecho, la figura para esa tirada ser ogbe-oyekun; si en la parte izquierda la combinacin de cncavas y convexas es 0-1-1-0 y en el lado derecho la combinacin es 1-0-0-1, la figura para esa tirada ser iworo-odi, etc. Los nombres de los odus son los mismos en el Tablero de If y en el ekuele. Y su nmero es, otra vez, 16x16=256 combinaciones o letras posibles. Una vez en posesin de la figura, el babalao utiliza para adivinar los versos, consejos y patakes que a esa figuran pertenecen. Lo mismo que en el Dilogn, tanto en el Tablero de If como en el Ekuele, hay que determinar si la "letra" viene con ir, o buena suerte, o con osobo, o mala suerte. Para eso se entrega una piedrecita oscura (ota) y un caracol {ibo) al . consultante, quien despus de frotarlas entre sus manos se queda al azar con una de ellas en la mano derecha y la otra en la izquierda.'^ Luego se tiran dos veces los ikis o el ekuele, una para cada mano, escogindose aquella que obtenga el odu mayor. (La letra mayor es la primera -ogbe-, y la ms pequea es la ltima de la lista, o sea, ofun.) Si el cliente tiene en la mano escogida el ota, la letra viene con ir (buena suerte), si tiene el caracol vendr'con osobo o mala suerte. Las posibilidades o vas por donde puede venirle cYir a un consultante son: Arik
Otonowa Elese Ocha Aye Logu Eledda Ori Yoko Ocuni Obini Dedewtolokun Ele se Egn Elese Ornmila Elese Olodumare Owo Elese arubo Elese abure Por medio d los muertos. Por medio del cielo. Por medio de los orichas. Por medio de la prosperidad material. Por su propia mano o iniciativa. Por su inteligencia. Por "hacerse santo" o iniciarse. Por part^ de un hombre. Por parte de una mujer. Por va del mar. Por parte de un muerto. Por va de Ornmila. Por medio de Dios. Por un dinero inesperado. Por mano de un anciano. Por mano d un hermano. 12; E babalao tambin puede usar trozos de carapacho de jicotea, semillas de varios colores, huesos, etc. en vez del ibo o el ola. 124 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992
Las posibilidades o vas por donde puede venirle osobo o mala suerte al consultante son: Ik La muerte. Ofo Sufrimientos, prdidas, trastornos. Ey Problemas con la justicia. Arey Discusin, odio o envidia. Ogo Brujera. Ona Castigo. Fitivo Muerte repentina. El prximo paso consiste en determinar cul es el oricha que puede proteger al consultante, ya asegurando los beneficios, ya amortiguando las influencias malficas. Y en seguida se procede a averiguar cul es el ritual que la persona debe emplear para obtener los buenos oficios del oricha correspondiente.'^ Conviene recordar que la adivinacin desempea un papel central en la santera, pues de ella depende la celebracin de la mayor parte de las ceremonias en que se ven envueltos los fieles. La adivinacin determina la recepcin de los collares, de los guerreros o de algn santo. Y tambin el cb u ofrenda que se le hace a los dioses. Es cendal en el il de cada iniciado, donde .se determina cul es su destino y cul es su oricha guardin. Y tambin en el pinaldo, donde se le entrega al santero el cuchillo del sacrificio. La adivinacin determina si se ofrecern flores, o frutos, o vegetales, o dulces, o velas a los santos o si, en cambio, hay que sacrificar "plumas" o un animal de cuatro palas. O si habr que acudir a los baos lstrales o asistir a una misa catlica o espiritual. Toda la vida cotidiana del creyente depende de los sistemas adivinatorios: de ah que cada individuo deba registrarse con regularidad, por ejemplo, cada dos o tres meses si las cosas marchan bien, con ms frecuencia cuando surjan problemas. Para el
practicante de Ocha, sin religin no hay vida. Y en este culto, la voz de Orula es la voz de Dios. 13. Un buen resumen de los sisiema.s adivinatorios en Snchez (1978), Captulo FIl, pp. 41 y ss. Vanse tambin Cros Sandoval (1975), Captulo VIH, pp. 75 y ss.; Gonzlez Wippler (1989), pp. 96-99, 121-127 y pas.sim; Rogers (1973), passini. 125 Jorge Castellanos & Isabel Castellanos, Cultura Afrocubana, tomo 3, Universal, Miami 1992