El Mandato
El Mandato
El Mandato
El mandato constituye un acto jurídico mediante el cual una persona (mandante) atribuye a
otra (mandatario) la potestad de representarla en determinadas actuaciones jurídicas. Por
consiguiente, en el mecanismo de la representación se identifica, en primer lugar, un
mandante o representado, que se beneficiará o soportará los efectos del acto; y, en segundo
lugar, un mandatario o representante, que obra por cuenta del mandante o representado.
El art. 1984 del codigo civil nos dice que el mandato o procuración es un acto por el cual una
persona da a otro poder para hacer alguna cosa por el mandante y en su nombre. No se realiza
el contrato sino por aceptación del mandatario.
El mandato puede conferirse por acto auténtico o bajo firma privada, aun por carta. Puede
también conferirse verbalmente; pero la prueba testimonial respecto de él, no puede recibirse
sino conforme al título de los contratos o de las obligaciones convencionales en general.
El mandato puede ser expreso o implícito.
El mandato es implícito: Cuando el cliente lo confiere casi siempre con la entrega de sus
documentos al abogado, o de la citación que le ha sido notificada.
Cuando es expreso: el mandato puede ser escrito o verbal. En este último caso puede ser
probado por testigos aun cuando se trate de un valor que pase de 30 pesos, de conformidad
con lo que dispone el art. 1348 del C. Civil.
El mandato es general; sin embargo, contrariamente a lo que dispone el art. 1988 del C. Civil,
el abogado puede hacer algunos actos que no son de administración, sino que consisten en
ofrecimientos, confesiones y consentimientos emitidos en nombre del cliente.
Naturaleza. La representación judicial del cliente que el abogado asume es un mandato
asalariado, que no está sujeto, sin embargo, a todas las reglas del derecho común a causa de
que la profesión del abogado es asimilable a una verdadera función pública, ya que es un
auxiliar de la justicia, al mismo tiempo que cumple los deberes, de carácter privado, que le
incumben como mandatario.
El mandato Ad Litem Voluntario: Es un mandato especial conferido por la autoridad
judicial para representar en juicio a ciertas personas (Ver Gr., Ausentes, insanos, incapaces).
También puede ser el conferido por un particular a un profesional del derecho para un juicio
determinado en particular.
Quién puede ser mandatario: El abogado es el mandatario, representante de la parte, en
aquellas materias en que no se exige el ministerio de abogado: la parte confiere procuración
para actuar en su nombre.
La revocación del mandato es la extinción unilateral del contrato de mandato por decisión del
mandante; se fundamenta en la necesidad de hacer desaparecer los efectos del mandato
cuando desaparece la base del mismo o la confianza del mandante en el mandatario.
El mandatario puede también extinguir unilateralmente el contrato mediante la renuncia de
mandato, sin embargo, si la renuncia perjudicase a éste, deberá ser indemnizado por el
mandatario, a no ser que éste se encuentre en la imposibilidad de continuar en el ejercicio del
mandato. En ambos casos, la parte que extingue el contrato deberá comunicarlo a la
contraparte. La muerte de cualquiera de ellos extingue asimismo el contrato.
conclusión del mandato: Según el art. 2003. del CC. el mandato concluye: por la revocación
del mandatario, por su renuncia, por la muerte, la interdicción o la insolvencia, bien sea del
mandante o del mandatario.
Actos denegables. Son las ofertas, las manifestaciones, los consentimientos. Estos actos,
implicativos del abandono de un derecho, pueden tener graves consecuencias sobre los
intereses de la parte. De ahí el régimen especial a que se hallan sometidos: La parte puede
con su silencio, reconocerles pelan eficacia, dándolos por incluidos en el mandato de su
abogado, pero puede por el contrario hacerlos caer demostrando que no otorgo un poder
especial para consentirlos.
Inadmisibilidad. La denegación es inadmisible, aunque el abogado haya actuado sin
procuración especial: 1ro cuando el acto no ha causado ningún perjuicio al cliente, púes en
este caso no existe interés en denegarlo, 2do. Cuando el cliente ha ratificado el acto
consentido sin mandato.