Trinidad Sapien
Trinidad Sapien
Trinidad Sapien
Jesús y el Espíritu. Aunque esta figura divina era conocida ya por Israel
pleno derecho como una «estructura trinitaria de revelación» (G. Greshake) en la que se manifiesta el
único Dios trinitario, el misterio de la
a) Sentido general
En el Antiguo Testamento la palabra que nosotros traducimos por espíritu es ruah. Este término
originalmente significa soplo, aliento, aire,
espacio aéreo, viento e incluso alma. «En las lenguas semíticas la palabra
que nosotros traducimos por espíritu, en hebreo ruah, significaba originariamente "el aire o el espacio
aéreo" (H. Cazelles), experimentado por
espacial, en cuanto espacio vital (Job 7,11; Eclo 7,8), o bajo su aspectos
veces; es decir, no es una palabra que domine en el lenguaje veterotestamentario. Su uso podemos
dividirlo en cuatro grupos: En primer lugar, y
utilizado en su sentido más profano, significa viento, soplo, aliento. En
segundo lugar, como fuerza invisible y sensible que se presenta personalizada (demonios). En tercer
lugar, significa la fuerza viva en el hombre,
el principio de vida, la sede del conocimiento y de los sentimientos. Finalmente, y aplicado a la vida y a la
acción de Dios, significa la fuerza de
como pudiera pensar aquel que está influenciado por una mentalidad helenística o ya claramente
gnóstica. Cuando en la Escritura el término espíritu se opone a carne, se refiere al hombre entero vuelto
sobre sí y L:errado
estas ideas, afirma que «el hombre bíblico sentía el espíritu como una
profundizaciones, es lo que se puede apreciar en todo el AT, desde los estadios más antiguos en los que
el aliento y la fuerza de Dios aparece vinculada a fenómenos extraordinarios o paranormales, hasta las
etapas más
b) De la extrañeza a la institucionalización
de Yahvé vinculado a fenómenos extraordinarios 102• El suscita una experiencia particular, ya sea de
visión o de sabiduría, análoga a lo que
profecía de Balaán, en éxtasis con los ojos abiertos (Núm 24,2-9), donde
99 J. DANIELOU, L'horizont patristique (París 1971) 22s. Citado por Y CoNGAR, El Espíritu Santo, o.c., 30,
n.3. 100 M.-A., CHEVALIER, «El Espíritu de Dios en la Escritura», a.c., 417. 101 75 veces aparece la
referencia en la Escritura en relación la Espíritu divino. La expresión más común es «mi Espíritu», 29
veces (Gén 6,3; Núm 11,26; Ez 3, 12, etc.; le sigu~
«el Espíritu del Señor» (ruah YHWH) con 25 frecuencias (Jue 3, 10; 1 Sam 1 O,ó; ls 11 ,2); «el
Espíritu de Dios» (ruah Elohim) 11 veces (Gén 41,38; Ex 31,3; 35,31) y ruah H/una vez (.lob
33,4). Llama la atención que la expresión preferida del NT, «Espíritu Santo» (mafl ttat!osfl)
sea muy rara, solo dos frecuencias («su Espíritu Santo» en Is 63,10-11; y «tu Espíritu Santo»
en Sal 51, 13). Cf. L. HuRTADO, God in New Testament Theology, o.c., 74. 102 Cf. Y.-M. CaNGAR, El Espíritu
Santo, o.c., 32-40.
asegurar la realización del plan de Dios para su pueblo tal como podemos
Moisés sobre Josué, para que este último presida y conduzca a la comunidad como un pastor a su
rebaño (Núm 27, 18).
El Espíritu es el real protagonista en la vida del pueblo de Israel mediante la institución de los jueces.
Estos son jefes y guerreros carismáticos
monarquía con Saúl y David. El libro de los jueces interpreta esta etapa
que él hizo por eiia y, así, finalmente cayeron en la idolatría dando culto
a los dioses. Esa idolatría les condujo a una nueva forma de opresión y
(11 ,29) y de Sansón (13,25) actuando por medio de eiios. Con la unción
un hombre de forma limitada en el tiempo, se pasa a la presencia del Espíritu permanente que garantiza
una institución: la monarquía.
e) El don de profecía
tal como hemos visto en el libro de los Jueces, y del Espíritu como unción
del sentido general de ruah como principio vital, como soplo de vida (ls
31 ,3). Sin embargo, sus textos más significativos son los que se refieren al
Rey-Mesías como poseedor del Espíritu de Yahvé o del Espíritu del Señor
para realizar y llevar adelante el plan de salvación. Aquí tenemos que citar
el famoso texto de Is 11 que describe una situación paradisíaca garantizada por el rey mesiánico
investido con el Espíritu del Señor. Un espíritu de inteligencia y sabiduría, de consejo y de valor, de
conocimiento y
temor del Señor 103• Junto al Mesías-Rey hay que mencionar al Siervo de
Dios, sobre el que Dios pone el Espíritu para que traiga la salvación a las
103 Este texto será la base para la posterior teoría de los siete dones del Espíritu Santo,
derramado sobre el Mesías y de los que participarán los miembros del pueblo mesiánico o
Iglesia.
Ezequiel, por otro lado, después de la catástrofe del Exilio y la destrucción del Templo, como símbolos
supremos del pecado de idolatría e
salvación, sino que es una nueva presencia interior de Dios que purifica nuestros corazones
otorgándonos un corazón y un espíritu nuevos
de vida, sino principio de vida fiel y santa para Israel. No es solo fuerza
con el profeta Joel, será derramado al final de los tiempos sobre todos
los pueblos (JI 3,1s). Una profecía que Pedro verá cumplida en el día de
Pentecostés según nos narran los Hechos de los Apóstoles (Hch 2,17-21 ).
e) El don de sabiduría
espíritu que será decisiva para la teología (Sab 1 ,4s; 7,22s; 9,17): el Espíritu es llamado Espíritu de
sabiduría. De esta sabiduría emparentada
de sus criaturas. Pero a diferencia de los escritos anteriores, que subrayaban la acción de Dios sobre
Israel, estos escritos subrayan la acción
de Dios sobre todos los hombres. Es una acción universal, cósmica, que
sabiduría omnipresente tiene la función de guiar a los hombres en conformidad con la voluntad de Dios.
tres dimensiones fundamentales para la teología: a) Una cierta personalización del Espíritu gracias a su
vinculación con la Sabiduría que es personificada en textos como Prov 8,22-31; Eclo 1,1-10; 4,11-19;
15,1-10;
24,1-22. Más tarde la teología dirá que el Espíritu es persona. b) El Espíritu, al igual que la Sabiduría, es la
acción íntima de Dios por nosotros
(cf. Ez 37; 1 Cor 15,28) 104• El Espíritu es la fuerza divina que actúa en la
que penetra toda la creación y, desde el primer comienzo (Gén 1,2), ordena, dirige y anima todas las
cosas. El Espíritu proviene de Dios y a él
2. Jesús y el Espíritu
todos los libros del NT, excepto en las cartas 2 y 3 de Juan; la expresión
primero el Espíritu está sobre Jesús y en este sentido Cristo es fruto del
104 Cf. Y. -M. CaNGAR, El Espíritu Santo, o.c., 40: «La "economía" o plan de Dios, del
que las Escrituras dan testimonio, progresa en el sentido de una interiorización más profunda. La
pneumatología será la interiorización absoluta: "Dios todo en todos"». 105 L. HuRTADO, God in New
Testament Theology, o.c. 77: «La prominencia del Espíritu en
tampoco se encuentra en los discursos religiosos paganos del tiempo». Cf. también p.89-93. 106 M. F
ATEHI, The Spirit s Relation to the Risen Lord in Paul: An Examination of Its
Christological lmplications (Mohr Siebeck, Tubinga, 2000) 304s. Cf. R. TREVIJANO ETCHEVERRIA, Orígenes
del cristianismo. El trasfondo judío del cristianismo primitivo (Pienitudo
Temporis 1; Univ. Pontificia, Salamanca 1993) 197-204, identificando Señor con Yahvé y
y mediación de la acción de Dios por medio de Cristo. Esta primera perspectiva pone de relieve la
condición humana y la realización sucesiva de
misión son los tres momentos decisivos en los que se revela esta relación
Lucas, quien aumenta de forma considerable el número de pasajes dedicados al Espíritu, pone de relieve
la relación entre el Espíritu y la Iglesia;
los humanos que reciben la plenitud de gracia y vida divinas por el Espíritu Santo que él les envía (Jn 1,
16; 3,34 ). Muerte, Resurrección y misión
de esta relación que analizaremos en el capítulo siguiente. Esta perspectiva es llamada pneumatología
cristológica 108•
El sujeto de la encamación es el Hijo. Juan lo ha formulado con absoluta claridad: El Lagos se hizo carne.
La encamación es una acción personal del Hijo, quien crea la naturaleza humana asumida en el acto
mismo
de asumirla en su persona 109• Solo el Hijo es el sujeto que asume la naturaleza humana creada; solo él
es en quien termina y se concreta la acción
'
0' SAN AGUSTÍN, Contra sermonem quendam Arianorum líber, 8: «ipsa assumptionl'
hay una humanidad que preceda a la encarnación. Esa naturaleza humana que es as u m ida
por el Verbo es creada en el mismo instante que es asumida. Una afirmación que se convirt1ú
de la encamación el misterio del Dios trinitario 110• Los textos del NT son
del Hijo al envío del Padre (Rom 8,3; Gál 4,4; cf. Heb 1 0,5-7). El Padre
en la carne» (Rom 8,3). Este envío del Padre y obediencia del Hijo no son
ser la madre del Hijo de Dios (concepción virginal). Aunque estos relatos
Hijo de Dios. Mateo y Lucas han sido los dos evangelistas que han narrado
el nacimiento del Señor como una obra y acción del Espíritu Santo, hasta
Jesús (Mt 1, 18.20; Le 1 ,35) 111 • Más que relatos que quieren dar una información histórica sobre el
nacimiento de Jesús, son narraciones que tienen
en el centro de su interés el mensaje del ángel a José (Mt) y a María (Le),
del Hijo del Altísimo en la historia de los hombres (Le), para que la comunidad cristiana pueda
experimentar verdaderamente que Dios es definitivamente el Dios-con-nosotros (Mt). No se trata de
relatos mitológicos, donde
, 110 H. U. voN BALTHASAR, «Concebido del Espíritu Santo, nacido de María Virgen», en
lo., Puntos centrales de la fe (BAC, Madrid 1985) 127: «Si el Padre persiste en lo alto como
rector de todas las cosas, mientras el Hijo se deja hacer pasivamente en el seno de la Virgen
para que suceda la encamación, queda el Espíritu como tercera hipóstasis divina ejerciendo
el papel activo». 111 Cf. A. CHEVALIER, Aliento de Dios. o.c., 145-157; U. Luz, El Evangelio según san
1 ,2) que suscita y cualifica al Mesías (Is 11 ,2) en la plenitud de los tiempos
(Gál 4,4) para la misión escatológica del Reino. Este nacimiento de Jesús
la acción del Espíritu con una gran sobriedad, como queriéndose mantener
Dios» 112 • Solo así es pensable que en él, Jesús, sea realmente donde experimentamos la salvación de
Dios (Dios salva) siendo Dios-con-nosotros. El
texto de Lucas l ,35 que encontramos en el anuncio del ángel a María afirma
la forma concreta de la presencia del Espíritu con dos verbos que tienen un
(epeleúsetai) y «cubrir con su sombra» (episkiásei). El primero es utilizado por Lucas en el libro de los
Hechos narrando el acontecimiento de
actúa sobre María para que el Hijo de Dios entre en la historia humana
como Mesías (Le 1,35) 114• La acción del Espíritu en las entrañas de María
el Espíritu creador aleteaba sobre las aguas para hacer posible la creación
(Gén 1,2; Sab 1,7), así ahora es ese mismo Espíritu el que hace posible la
nueva creación que acontece con el nacimiento de Jesús. Así, «se comprende de este modo que el papel
desempeñado por el Espíritu Santo en
los relatos del nacimiento representa el cumplimiento de la redención prometida por Dios en un acto de
creación comparable con Gén 1» 115 • Aquí
112 A. CHEVALIER, Aliento de Dios, a.c., 156. 113 Cf. L. F. LADARIA, El Dios vivo y verdadero, o.c., 93s. 114
Cf. J. A. FITZMYER, El Evangelio según Lucas, o.c. n, 123s. 111 C. K. BARRET, El Espíritu Santo en la
tradición sinóptica, o.c. 52. 116 Cf. K. STOCK, Maria im Neuen Testament (Johannesverlag, 1 ,cutcsdorf
1994) 27N,
y en cuanto hecho hombre, el Hijo es fruto del Espíritu 11 g. Con la encarnación el Hijo emprende un
camino en el que es asistido por la presencia
en cuenta que esa actuación de Jesús movido por el Espíritu en su ministerio público, así como la
donación del Espíritu por parte de Jesús en el
la unción de Jesús por el Espíritu en el que Jesús es proclamado solemnemente Hijo de Dios y empieza su
misión de anuncio del Reino 119•
Por la controversia arriana en el siglo IV esta importante teología de
la unción del Verbo fue perdiendo relevancia hasta que cayó en el olvido,
pues para afirmar la plena divinidad del Hijo, este es contemplado como
reconocer que con él se perdió una rica comprensión trinitaria de la encamación y una de las
posibilidades más fructíferas para articular de una
cristológicas 120•
la humanidad de Jesús? Sin necesidad de caer en una cristología adop117 El Catecismo de la Iglesia
Católica (n.486) se hace eco de esta tradición y recoge
la teología de la unción del Espíritu Santo en el inicio de la existencia humana del Hijo de
Dios: «El Hijo único del Padre, al ser concebido como hombre en el seno de la Virgen María,
es "Cristo", es decir, el Ungido por el Espíritu Santo (e f. Mt l ,20; Le l ,35) desde el principio
de su existencia humana». 1" Cf. H. U. voN BALTHASAR, Teodramática. III: Las personas del drama: el
hombre en
Cristo (Encuentro, Madrid 1993 [org. 1978]) 175s. 119 Hace caer en la cuenta de ello L. F. LAnARIA, El
Dios vivo y verdadero, o.c., 95s. 120 Para la recuperación de esta Cristología del Espíritu han sido
decisivos los estudios
de A. Orbe y su escuela: A. ORBE, La Unción del Verbo (Analecta Gregoriana; Roma 1961 );
Ío., «El Espíritu en el bautismo de Jesús (en torno a san Ireneo)»: Greg. 76 (1995) 663-699;
L. F. LADARIA, <<La unción de Jesús y el don del Espíritu»: Greg. 71 (1990) 547-571. Entre
de Dios. Hay que pensar a fondo la compatibilidad de que él, aun siendo
Hijo desde siempre (Jn l,ls; 1 Cor 8,6; Gál 4,4; Col 1,15-20), sin embargo tuvo que iniciar a su vez un
camino verdadero de filiación en humanidad, de kénosis y encamación en obediencia al Padre (Flp 2,6-
11 ).
(frente al adopcionismo y nestorianismo). O, por decirlo con la expresión de Gabino Uríbarri, podemos
afirmar a la vez la singular humanidad de Jesús y la verdad de su dinamismo encamatorio 121 • Junto a
esta
el bautismo.
Si el bautismo de Jesús no puede ser comprendido como una «vocación» en donde él recibe su misión
profética, sin embargo podemos
unción del Espíritu inicia la progresiva constitución y cualificación mesiánica de Jesús, del Hijo en cuanto
hombre. Lo que en el relato del nacimiento virginal de Jesús se refería a María, aquí en el relato del
bautismo
ese mismo Espíritu creador cualifica la humanidad de Jesús para la misión
que tiene que cumplir. ¿Cómo puede ser que Jesús, el Mesías y Salvador,
purificación de los pecados? Este problema ya se vislumbra en la evolución de los relatos del bautismo
de Jesús en los Evangelios y se agudizará
ministerio público de Jesús como Mesías y es decisivo para su proclamación e identidad como Hijo de
Dios (cf. Gén 22,2; Sal 2,7; Is 42,1;
121 Cf G. URíBARRI BILBAO, J.-a singular humanidad de Jesucristo (San Pablo-Univ. Pontificia Comillas,
Madrid 2008); lo, «La espiritualidad de Jesucristo: Fundamentación>>, en .1.
GARCÍA DE CASTRO- S. MADRIGAL (eds.), Mi/ gracias derramando (Univ. Ponti!icia ( 'omi(lns,
que para Lucas este hecho es comparable con la unción del Mesías por
medio del Espíritu (cf. Le 4, 18s; Hch 4,26s; 1 0,37s). Especialmente relevante es el texto de Hch 1 0,37s:
«Vosotros sabéis el acontecimiento
del bautismo que predicó Juan: Jesús el de Nazaret, cómo lo ungió Dios
con la fuerza del Espíritu Santo; que pasó haciendo el bien y curando a
los dominados por el diablo, porque Dios estaba con él». No hay duda
de que esta unción de Jesús con el Espíritu Santo y realizada por Dios
de la vida de Jesús y que con razón ha sido punto de partida de la teología de los Padres para desarrollar
su teología trinitaria, pues no en
misma 123 •
rasgarse los cielos, el descenso del Espíritu y la voz que lo designa como
del Reino de Dios. Dios ha rasgado los cielos de forma irrevocable para
Espíritu. Ha comenzado el tiempo definitivo. Jesús es el Mesías escatológico (Is 42,1) ungido con el
Espíritu de Dios. Junto a esta unción aparece
relación personal e íntima que existe entre Jesús y el Padre, que lo llama
del bautismo de Jesús tenemos que ver la escena de sus tentaciones. Aquí
123 Cf. BASILIO DE CESAREA, Sobre el Espíritu Santo, 29. 124 Tres hechos que se repetirán en el final del
Evangelio: el rasgarse el velo del templo,
Jesús entrega su espíritu y el centurión lo proclama como Hijo de DIOs. Cf. J. MARcus, El
Evangelio según Marcos, o.c., 176. 125 Cf. J. GNILKA, El Evangelio según Marcos, 1 (Sígueme, Salamanca
1986) 56-64;
96; C. FoCANT, L'évangile selon Marc (París 2004) 66-74; J. MARCUS, El Evangelio según
relato de Marcos (solo Jesús ve y escucha) y el de Mateo (visión pública delante de una multitud) desde
el punto de vista del desarrollo e interpretación
teológica del mismo. El relato del bautismo hay que comprenderlo en relación con su contexto anterior
subrayando el hecho histórico (3,7-18) y su
que el relato de Marcos está narrado desde la perspectiva de la literatura apocalíptica, el relato lucano
pone de relieve especialmente el carácter histórico
misión. Con el testimonio del bautismo de Jesús, Lucas quiere decimos que
tienen sus raíces en Dios mismo. Mientras que el relato de Marcos había
que leerlo unido al relato de las tentaciones, el de Lucas hay que leerlo en
Hijo y el afecto que Dios siente por su Hijo y sus hijos (cf. Le 15). Una
relación amorosa a la que Jesús nos llama y nos quiere integrar (l0,2ls) 126•
donde el centro ya no recae en la voz del cielo que proclama a Jesús como
Hijo, sino en la acción bautismal como problema para la comunidad cristiana. En el diálogo que Jesús
tiene con el Bautista ya podemos descubrir
el problema que la comunidad cristiana va a tener con el hecho del bautismo de Jesús (3,14s). ¿Cuál es la
naturaleza de este Hijo de Dios que
acepta ser bautizado por uno inferior a él y con un bautismo cuya función
tiempo escatológico? Esta pregunta era crucial para la comunidad cristiana, pues este episodio del
bautismo podía favorecer a los gnósticos que
propugnaban una unión entre Cristo-Espíritu y Jesús-carne o a los adopcionistas que hablaban de un
hombre, Jesús, que por su bondad y eje111plo
de moralidad es adoptado como hijo por gracia. Para los autores eck-siús126 H. ScHüRMANN, Das
Lukasevangelium 1,1-9,50 (Friburgo-Basika- Vil'nll 2000) 1 MM
ticos Jesús era la Palabra eterna del Padre cuya encamación real había
En el texto de Mateo la clave está en la respuesta de Jesús al Bautista: «Deja ahora, pues conviene que
así cumplamos toda justicia» ( v.15).
para los cristianos. Jesús es desde siempre el Hijo de Dios, pero ahora
Jesús, quien ya ha sido presentado como el Emmanuel: Dios con nosotros ( cf. Mt 1,23 y 28,20); y la
importancia e insistencia en que no basta
hecho cuanto lo que significa para la vida de Jesús y la vida de los creyentes. Este hecho ha sido
transmitido por un testigo, Juan el Bautista.
subraya la permanencia del Espíritu en la persona de Jesús. Es una manera de decir que él es el Mesías
escatológico, prometido y esperado, ya
(cf. Is 9,2; 61,1). Jesús es pleno portador del Espíritu y desde este Espíritu realizará toda su acción
mesiánica y salvífica por el pueblo de Israel:
portador puede ser, a la vez, fuente y dador del Espíritu. Jesús en persona
es la fuente del Espíritu para el creyente (Jn 7,37-39; 19,30; 20,22s) 129.
127 Cf. U. Luz, El evangelio según Mateo, 1 (Sígueme, Salamanca 1993) 210-221;
1,33»: Biblica 84 (2003) 35-60. 129 X. LÉON-DUFOUR, Lectura del evangelio de Juan, I (Sígueme,
Salamanca 1989) 142.
«El Mesías divino preexistente, que proviene del cielo, que elimina el
- Conclusiones teológicas
al hecho del bautismo de Juan, sino a la voz del cielo y a la unción del
falta caer en una cristología pneumática de corte adopcionista, que comprende a Jesús como mero
hombre cualificado por el Espíritu y adoptado
por Dios para cumplir una misión, para dar todo el relievy necesario a este
Hijo único, amado, dotado con el Espíritu Santo para la misión, en quien
partir de esta unción, Jesús inicia su vida pública, predica el reino de Dios
Jesús a través de su obediencia a la justicia del Padre (Mateo), le devuelve la salud perdida y abre de
nuevo el acceso para la comunión con
anticipo del misterio pascual, pues es aquí donde Jesús como Conkro
130 R. ScHNACKENRURG, El evangelio según Juan, 1 (Herder, Madrid 1 'IKO) 342. 131 C. FoCANT, L
'évangile selon Marc, o.c., 70.
fuerza y donde los hombres pueden ver manifestada en plenitud su filiación (Marcos). Finalmente, en
sintonía con toda la interpretación patrística, el bautismo es ya inicio de la revelación trinitaria de Dios,
pues en
los evangelios sinópticos hablan del Espíritu en una perspectiva escatológica, es decir, orientada hacia el
futuro absoluto que Dios nos ofrece,
aunque separándose de él está determinada cristológicamente desde la
esta forma Jesús, en analogía con los hombres movidos por la fuerza del
Marcos en seis ocasiones (1,8.1 0.12; 3,29; 12,36; 13,11) y Mateo en doce
evangelistas, siguiendo con la tradición del AT, el Espíritu es comprendido fundamentalmente como
fuerza y dynamis de Dios con la que queda
Cuando un judío escucha el anuncio del retomo del Espíritu, significa que
- La perspectiva de Marcos
del Espíritu por Jesús: «él os bautizará en Espíritu Santo». Este bautismo, a diferencia del de Juan que fue
dado para la purificación de los
y escatológica. El Mesías, más que el juicio, será quien realice la efusión escatológica del pneúma 134.
Llega «el que es más poderoso» (v. 7),
capacita para luchar contra los malos espíritus, para expulsar al fuerte, a
132 Cf. J. RATZINGER-BENEDICTO XVI, Jesus van Nazareth, o.c. 1, 36-51. 133 Cf. A. E. YILDIZ, «El Bautismo
de Jesús como teofanía trinitaria»: Diálogo Ecuménico 31 (1996) 81-106; J. GRANADOS, Teología de los
misterios de la vida de Jesús (Sígueme,
Salamanca 2009) 21-64. 134 Is 44,3; Ez 11,9; 36,26-27; JI 3, 1-2; Cf. A. CHEYALIER, Aliento de Dios, o.c.,
111.
(demonios) también hay que comprenderlos en esta perspectiva pnumatológica. Ellos son el mejor
ejemplo de que con Jesús ha irrumpido ya el
tiempo escatológico; son palabras en acto que realizan la entrada del reino
(Me 3,28-30). Solo quien de mala fe rehúsa la evidencia reconocida, evidencia poderosa y dinámica que
afecta al centro de la persona y no solo
muchedumbres asombradas alaban la acción y las palabras de Jesús preguntándose por su identidad, los
escribas y fariseos ven en Jesús a alguien
que está poseído por un espíritu impuro (cf. Me 3,22-30). Quien, ante una
mal, en realidad tiene sus ojos, su corazón y su mente tan cerrados y ofuscados que ya no tiene
capacidad para acoger el perdón de Dios, y en este
de la Escritura y en ella la del Espíritu 136. Finalmente, este Espíritu, donado por Cristo resucitado, estará
presente en la vida de los discípulos
- La perspectiva de Mateo
tenemos que tener presente especialmente la mención del nacimiento virginal de Jesús por obra del
Espíritu Santo (Mt 1, 18.20), que tanto aquí
Mt 12, 18, desde una cita deIs 42,1, el evangelista presenta a Cristo como
Jesús con el Espíritu Santo, precisamente para explicar mejor la «blasfemia contra el Espíritu» del v.29.
De esta forma ha presentado a Jesús en
aunque entendemos que para los Padres fuera un texto utilizado como
punto de partida de sus elaboraciones teológicas. En el contexto del Evangelio, ser bautizado en el
nombre de significa pasar a pertenecer a ese bajo
cuyo nombre uno es bautizado ( cf. 1 Cor 6,11 ). El bautizado acepta vivir
bajo la autoridad y pertenencia del Padre, y también del Hijo y del Espíritu Santo. No obstante, este texto
se relaciona con el bautismo de Jesús
también en el bautismo el Espíritu del Padre que los hace hijos de Dios 137•
- La perspectiva lucana
que Lucas nos da sobre la acción del Espíritu. El aumenta hasta tres veces
y Mateo. Y ante todo ocupa un lugar central en Hechos, que es donde las
y conducido por el Espíritu (Le 4,1 ), y, por otra parte una perspectiva
emparentada con la cristología paulina y joanea, en donde Jesús glorificado es asociado al Padre y
dispone con él del Espíritu (Le 24,49; cf. Hch
16, 7)» 139• Ambas unidas desde una tensión interna desde la que pone en
Dios en ella.
Para Lucas el Espíritu Santo es ante todo espíritu profético que animaba a los profetas de Israel y del que
están llenos Isabel (1 ,41 ), Zacarías (1,67), Simenón (2,25) y Juan Bautista (1,15.17). Según la tradición
137 Cf. ibíd., 164. 138 M. QuESNEL, «El Espíritu Santo sobre Jesús profeta», en J. AsuRMENDI y otros, El
Espíritu Santo en la Biblia, o.c., 29-34. 139 Cf. A. CHEVALIER, Aliento de Dios, o.c., 226. 140 A.
MARCIIADOUR, «La venida del Espíritu Santo», en J. ASURMENDI y otros, El Espíritu
Santo en la Biblia, o.c., 41-47; aquí 45. La cita entre comillas es del Talmud (Tosefta. Sota,
XIII,2).
posesión plena del Espíritu: «Jesús, lleno del Espíritu, se alejó del Jordún
por excelencia, él único portador del Espíritu en este período que es capacitado por él para anunciar y
evangelizar cumplie,ndo en su persona las
Este Espíritu que está en plenitud en Jesús y que le ha sido dado por
el Padre (Hch 2,33) es el mismo que por medio de él, como Señor glorificado, comunicará a la Iglesia
para la vida comunitaria y la misión en
el mundo (Le 24,49; Hch 1,4). Una vez distinguido el tiempo de la Antigua Alianza (hasta el Bautista) del
tiempo de Jesús, centro y plenitud
Iglesia, donde tienen su cumplimiento las profecías del AT sobre el derramamiento del espíritu profético
(Hch 1,17-21; cf. JI 3, 1-5), acontece la
los inicios de la vida y misión eclesial (Hch 8,29.39; 10,19; 11,12; 12,2.4;
15,28; 16,6-10).
- Conclusiones teológicas
verdad son bastante parcos a la hora de hablar del Espíritu en relación con
textos que nos permiten saber que Jesús conocía la estrecha relación del
enseñanzas de Jesús, con la excepción de Le 10,3 para referirse a su oración. Es claro que para ellos la
autoridad de Jesús es de otro orden a la de
los profetas inspirados ( cf. Me 1 ,27). En los textos donde aparece en relación con el Espíritu, la persona
de Jesús concentra la escena, destacando
claramente frente a Jafuerza o !a presencia del Espíritu. En Jesús hay alguien más que los profetas
anteriores y los discípulos posteriores, es Dios
su Hijo. Ahora bien, «si con el Espíritu Santo se quiere decir que Dios se
141 Cf. A. CHEVALIER, Aliento de Dios, o.c., 228. 142 E. ScHWE1ZER, El Espíritu Santo, o.c., 69.
144 PII. La revelación del misterio de Dios en la Sagrada Escritura
de reciprocidad hermenéutica entre el Espíritu y Jesús. Jesús es comprendido desde la acción del Espíritu
y el Espíritu manifiesta plenamente su
y profético del AT sea distinto del Espíritu Santo del NT. El Espíritu que
es el mismo Espíritu desde el que el Padre lleva adelante su proyecto salvífica, pero desde la novedad
que supone la entrada del Hijo de Dios en la
historia humana, este Espíritu, que inicia una etapa nueva en la única historia de salvación, pasa a ser
conocido como el Espíritu de Cristo. Aunque
evangelio de Juan.
l. El Dios de Jesús es el Dios del Reino al que él llama con toda sencillez y naturalidad Abba. A este Dios él
nos lo revela desde la totalidad de
su vida y su mensaje, con sus dichos y parábolas, con su oración como expresión de su relación íntima
con el Padre en una absoluta disponibilidad
esta razón ofrece su salvación a los pobres, a los últimos y a los pecadores. Esta oferta de gracia y
salvación a los pobres, antes que una crítica
allí donde no se esperaba, donde no había ninguna posibilidad ética (fariseos), ni política (saduceos) ni
revolucionaria (zelotas) que hiciera pensar
que el hombre, sobre todo los pobres y pecadores, pudiera hacer algo
gracia y radical novedad. Antes que una antropología o una moral, que
de Israel, al que nadie puede ver y permanecer con vida. Esta cercanía e
intimidad se toma radical obediencia y disponibilidad a su voluntad. De
revela como A_bba, como el Dios del Reino, que con él llega a su plenitud,
a_unq~e toda_via no ?e forma plenamente consumada. Desde esta expenencia de Dws, Jesus nos ha
transmitido de forma más o menos velada o
por su lejanía respecto a la vida humana, sino como Dios solidario con
el destino del hombre hasta el final como Dios proexistente (Flp 2,6-8).
llega a entregar su vida por y en el lugar del otro, son las características
como Padre, como Abba, desde la revelación de Jesucristo. Jesús se manifiesta como Hijo de Dios y Dios
como Padre, el Dios del Hijo.
. 5. Pero la relación. que Jesús vive con el Padre (Abba) y que antenormente hemos defimdo en términos
de absoluta cercanía e intimidad
(inmanencia) a la vez que de distancia y santidad (trascendencia), es vivida enteramente en el Espíritu. El
Dios de Jesús no se revela plenamente
es realizada en el Espíritu de filiación como obediencia absoluta a la misión y voluntad del Padre
(bautismo y tentaciones). El Espíritu en cuanto
que está sobre Jesús es Espíritu de mandato, Espíritu del Padre, pero en
cuanto está en Jesús es Espíritu de obediencia, Espíritu del Hijo 141 • Desde
143 Esta doble relación del Espíritu sobre y en Jesús la ha desarrollado 11. l l. von
Balthasar en su cristología Y, pneumatología. Cf. Teodramática. III: El homf>rc <'11 < 'nvto
(Encuentro, Madrid 1993); lo., Teológica, o.c. II: Verdad de Dios; 111: H! lc's¡lírilll ,¡,. ¡.,
Verdad.
esta obediencia e intimidad con el Padre tenemos que entender la pretensión mesiánica que se
desprende de sus palabras y de sus acciones y que
las instancias anteriores que se querían convertir en intérpretes autorizados de la voluntad de Dios
(Templo, Ley, Sacerdotes) situándose él en
Jesús no solo nos ayuda a comprender su íntima relación con el Padre, sino
persona de Jesús asumir una verdadera naturaleza humana (progreso, camino, crecimiento). Sin este
camino e itinerario sostenido y realizado
por el Espíritu su encamación no sería real ni verdadera. Esta presencia
otorgado como hermanos en él (Rom 8,29s). Esta configuración y seguimiento es íntima y personal. Dios
no se comunica a nosotros solo desde
sagrario de nuestro ser personal. Sin esta última presencia del Espíritu,
que es del Padre y del Hijo, en lo más íntimo de nuestra persona, no podríamos decir que hay plena
revelación de Dios.
Padre que despliega su reinado mediante la misión de su Hijo y de su Espíritu, manifestando así a los
pequeños su soberanía y su beneplácito (eudokía). Un Dios que se revela en la persona del Hijo, quien en
el ejercicio
Dios entre los hombres (kairó.1). En relación con él, se manifiesta el Espíritu, quien en su misión eficaz y
escondida va conduciendo la realidad
CAPÍTULO V
FÓRMULAS TRL4DICAS:
HIMNOS Y CONFESIONES DE FE EN EL NT
BIBLIOGRAFÍA
commentaire (J. Gabalda, París 2001 ); BAUCKHAM, R. J., God Crucified: Monotheism
and Christology in the Jyew Testament (Michigan 1998); BoNs, E.- LEGRAND, Th., Le
Ch. H., Interpretación del cuarto Evangelio (Cristiandad, Madrid 1978); GNILKA,
J., Teología del Nuevo Testamento (Trotta, Madrid 1998); HuRTADO, L. W., Señor
2008); ID., God in New Testament Theology (Abingdon Press, Nashville 2010);
P., Biblische Theologie des Neuen Testament, 1-IJ, (Vandenhoeck & Ruprecht,
(Mohr Siebeck, Tubinga 2000); THEOBALD, M., Die Fleiswerdung des Lagos.
Studien zum Verhaltnis des Johannesprologs zum Corpus des Evangelium und
(Stuttgart 2
Gottes verstandnis am Beispiel des Prologs», en U. KüRTNER (ed.), Gott und die
y las primeras confesiones de fe son los primeros lugares donde nos encontramos con un claro
testimonio de la incipiente doctrina trinitaria. La
la fe trinitaria como recepción de la revelación y acción de Dios en la historia. Es verdad que los textos
neotestamentarios que han recogido esta
salvífico; como Hijo que es enviado a realizar este plan de salvación y como
punto de partida 1
historia de Jesús y en ella y desde ella por la historia de Dios. Pero estos
himnos, doxologías, confesiones de fe, saludos o despedidas de las cartas
Pablo no elabora una teología trinitaria como si su interés fuera presentamos el ser mismo de Dios. Sin
embargo, desde su conciencia del
monoteísmo que recibe de la tradición judía ( cf. 1 Cor 8,6) nos presenta
Pablo sobre Dios una continuidad con el Dios de la Antigua Alianza y una
persona de Cristo y mediante la fuerza del Espíritu. Pablo opera con «una
se relaciona con ese Dios que se ha revelado en la historia en forma trinitaria, en un camino ascendente:
«Porque por medio de Cristo tenemos el
lo sitúan en tomo al año 51. Para Pablo, Dios no es objeto de especula1 Cf. L. F. LADARJA, El Dios vivo y
verdadero, o.c., 160. 2 N. RJCHARDSON, Paul's Language about God (Scheffield Academic Press, Sheffield
1994) 315. 3 G. D. FEE, God's Empowering Presence: The Holy Spirit in the Letters of Paul (Hendrickson,
Peabody, Massachusetts 1994) 898. Cf. L. HuRTADO, God in New Testament, o.c.,
10-17. 4 R. TREVIJANO, «El Misterio de Dios en las comunidades paulinas», en N. SJLANES, ( ed. ),
alentadas por su palabra, una vez que ya han sido constituidas por otros
un límite, es una posibilidad, pues de esta manera las carlas nos revelan
no tanto las cosas aprendidas, sino las convicciones teológicas mús profundas y más arraigadas, desde
las que el Apóstol echa mano para solucionar los problemas cotidianos que van surgiendo en las
mnllulidades,
el origen divino de su apostolado, etc. Los escritos dl' Pablo no son manuales de teología, sino cartas
firmadas personalmente por él y sus colaboradores, dirigidas a unos destinatarios com:rc\os.
carta con este saludo habitual ( 1 Tes 1 , 1-3; 1·1 p 1 ,2; 1 <. ·or 1 ,J) que probablemente sea un eco de
fórmulas litúrgicas. A pesar de su li>rmalidad,
revela dos afirmaciones de un prol"undo calado teológico respecto al misterio de Dios y al misterio de la
Iglesia. En relación con el primero, Pablo
con rostro, al que se puede orar, invocar, pedir porque está cerca de la
Dios de Pablo tiene en Cristo su centro y por esta razón el mejor nombre
Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo (cf. 2 Cor 1,3; 11,31; Rom 15,6;
Col1,3; Ef 1,3).
El nombre de Padre desde el que Pablo y la comunidad cristiana invoca a Dios no es atribuido desde la
experiencia general de la creación
Jesucristo. Esto no significa que sea inútil una «teología natural» que se
(1 Cor 1-2). Para los cristianos, llamar a Dios Padre es afirmar que co5 Cf. P. G. KLUMBJES, Die Rede van
Gott bei Paulus in ihrem zeítgeschichtlichen 1\onl•·-•1
(Vandehoeck & Ruprecht, Gotinga 1992) JI s.
nocen a Dios a través de Jesús y a Jesús lo confiesan como aquel que está
en relación con ese Dios como su Padre. Una relación única y singular a
la que los cristianos pueden entrar mediante el don del Espíritu que nos
que se reúne en tomo a unos ideales o proyectos; ni siquiera una congregación religiosa agrupada
alrededor de unos ideales de vida santos. La
preposición en, puede ser algo discutible desde el punto de vista lingüístico y exegético, pero, desde esta
expresión y otras parecidas, la tradición
Iglesia como "una muchedumbre reunida por la unidad del Padre y del
El texto de la 1 Tes 1,2-6 continúa mostrando la referencia de la existencia cristiana al Padre ante quien
se ora, al Hijo en quien se vive y el
En todo momento damos gracias a Dios por todos vosotros, y os tenemos presentes en nuestras
oraciones, pues sin cesar recordamos ante
fuerza del Espíritu Santo, con plena convicción. Sabéis cómo nos comportamos entre vosotros para
vuestro bien. Y vosotros seguisteis nuestro
ejemplo y el del Señor, acogiendo la palabra en medio de una gran tirbulación, con la alegría del Espíritu
Santo.
hemos visto antes, Pablo define a Dios como Padre desde la persona de
6 LG 4 citando a san Cipriano. Cada vez son más los teólogos que junto a la reflexión
ser eclesial. Persona, comunión e Iglesia (Síguem~, Salamanca 2003); C. GUNTON, «La comunidad. La
Trinidad y el ser de la Iglesia», en lo., The promise of Trinitarian T_heology
(T &T Clark, Edtmburgo 1999) 56-82; Ch. ScHWiiBEL, «iglesia como comunión», en lo., Gott
in Beziehung (Mohr Siebck, Tubinga 2002) 379-435; G. GRESHAKE, «La Iglesia anuncia lo
que ella misma es: el misterio de la koinonía trinitaria», en El Dios uno y trino, o.c., 447-516.
El Señor nuestro Jesucristo está ligado a la esperanza como perspectiva última del ejercicio de la
existencia cristiana en su triple dimensión
neurálgico y el lugar vital donde esta se desarrolla, así como el contenido concreto desde donde esta es
identificada como tal, el criterio del ser
creyentes han hecho del Evangelio anunciado por Pablo, que no es ,solo
veterotestamentaria ante todo por los efectos que realiza en los creyentes;
de ahí que las expresiones «en poden> (dynámei) y «en Espíritu Santo»
todavía una expresi_ón más del texto que nos ayuda a comprender la acción del Espíritu. El colma dando
plenitud, integridad y gozo a quien
acoge esa palabra del Evangelio ( cf. Gál 5,22), que siendo completa y
fiel tiene que expresarse necesariamente en signos y gestos (pleroforía).
el Dios que llama y elige (v.4), con la persona de Jesús que funda la esperanza, consumando la obra
fatigosa de la fe y del amor (v.3), y la experiencia del Espíritu que otorga a la palabra anunciada y acogida
la alegría
el NT no se explicará todavía la naturaleza de esas tres realidades ni la relación que existe entre ellas,
pero en todo caso se trata de acciones perso7 Cf. N. RtcHARDSON, Paul's Language about God, o.c., 241.
8 lbíd., 312. 9 G. D. FEE, God's Empowering Presence, o.c., 40-48.
desde el cielo, a quien ha resucitado de entre los muertos y que nos libra
texto una concisa fórmula de fe que contiene en germen lo que será desarrollado posteriormente en los
credos de la Iglesia (Nicea y Constantinopla): a) la afirmación del monoteísmo: de los ídolos al Dios vivo y
boca de los Profetas. Esta crítica es mantenida por los primeros cristianos
en el nuevo contexto del Imperio romano. Dios es absoluta y cualitativamente distinto a los dioses u
otros seres que pueblan los cielos. Ofrecer
culto a estos dioses es idolatría (1 Cor 8,1; 1 0.14 ). Si bien Pablo mantiene
comida de los sacrificios (idolotitm), se muestra tajante respecto a la participación en el culto (idolatría)
11 •
Algunos traducen por servir para matizar un poco la afirmación. La concepción clásica y bíblica del ser
humano es que necesita vivir bajo un
dominio de Dios, bajo la ley del Espíritu de Dios (Rom 8), nos libera de
en otras esclavitudes.
1
° Cf. O. GoNZÁLEZ DE CARDEDAL, La entraña del cristianismo, o.c., 816-817. 11 Cf. D. GERBER, «Les
implications de la confession du "Dieu un" selon 1 Cor 8,1-11,1»,
en E. BRONS- Th. LEGRAND (dirs.), Le monothéisme bib/ique. Évolution, contextes er perspectives (Cerf,
París 2011) 256-272. 12 Cf. E. KAsEMANN, «Análisis crítico de Flp 2,5-11 », en Ío., Ensayos exegéticas
(Sígueme, Salamanca 1977) 119s: «La salvación no significa aquí más que cambio de soberanía de la
esclavitud de las potencias a la libertad de la soberanía divina ... En cierta medida,
venida de Cristo.
Apóstol saluda y bendice a la comunidad con esta fórmula (2 Cor 13, 13):
«La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios y la comunión del Espíritu Santo sean con todos
vosotros». Mateo, al final de su evangelio,
utiliza la expresión «La gracia de nuestro Señor Jesucristo», aquí se desarrolla en una perspectiva
trinitaria. Es un saludo que tiene la función de
los cristianos de Corinto sean bendecidos con la gracia, el amor y la comunión. Pablo presenta a cada
una de las personas divinas unidas a diferentes
de Dios por los hombres. Así la gracia aparece vinculada a Cristo, el amor
a Dios Padre y la comunión al Espíritu. Sin que podamos decir que a cada
diversidad en la forma de su realización aplicada a cada una de las personas divinas, ha sido una
expresión que ha sido utilizada como trasfondo
13 Cf. G. FEE, Gods empowered Presence, o.c., 362-365. 14 Otros textos paulinos donde se presentan las
tres personas desde limcioncs divcrNuN:
Rom 1,4; 15,16.30; 1 Cor2,10-16; 6,11.14.15.19; 12,4-6; 2 Cor 1,21s; <iúl4,ó; Flp 2,1; 1·:1'
1 ,3-14; 2, 18.22; 4,4-6; 2 Tes 2, 13; Tit 3,5s. 15 T. F. ToRRANCE, The Christian doctrine ofGod (T &T, Clark,
Edinlhllll'" 1 '1'17 1 l.' 1'
expresar un poder divino que se orienta a la salvación de todos los hombres. La gracia en primer lugar es
una realidad objetiva que hace referencia a la acción salvadora de Cristo concentrada en el misterio
pascual
y cuyo horizonte de comprensión hay que encontrarlo en la doctrina de
Que sea una acción de Dios objetiva realizada extra nos del creyente, no
significa que pueda ser considerada como una cosa o un objeto. Se refiere
Dios capaz de salvar a todos los hombres» (Tit 2,11). No obstante, Pablo
para vivir en la nueva forma de existencia que Dios nos otorga en Cristo
(2 Cor 5,17-19). Por eso, es también la autoconciencia cristiana y apostólica, la conciencia de existir por
gracia, tal como aparece en las cartas
punto de partida el amor que Dios demostró en Cristo (Rom 5,8; 37,9;
nuestros corazones por medio del Espíritu (Rom 5,5). El fragmento hím~
nico de 8,31-39 termina con la firme confianza de que nada nos arrancara
del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús, Señor nuestro. Desde esta
Esta vinculación del amor a Dios Padre nos sugiere otro texto que se ha
implícito de esta afirmación de la primera carta del apóstol san Juan: «Dws
es amor» (1 Jn 4,8.16) 17• Juan no inventa esta afirmación, sino que dentro
16 Cf. G. GNILKA, Teología del Nuevo Testamento, o.c., 99s. 17 Cf. L. F. LADARIA, El Dios vivo y verdadero,
o.c., 27.
que Dios nos tiene: en que Dios envió a~ mundo a su Umgemto para que
hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como
víctima de propiciación por nuestros pecados[ ... ] Y nosotros hemos co~ocido el amor que Dios nos
tiene y hemos creído en éL Dios es Amor y qlllen
Esta afirmación del v.8, que se repite en el v.16, junto con las afirmaciones que aparecen en Jn 4,24: Dios
es espíritu y 1 Jn 1,~: Dios_ es luz,
alteridad y la diferencia de Dios respecto del mundo, para hacer ~lslumbrar a los que han nacido de Dios
cual es la ~aturaleza de es~ ~1os con
del Hijo conocemos al Padre. Y por eso, el amor _que J:_>ws ex,1ge a qu~en
Dios ( 4,16: «nacidos de Dios»). Un amor que al vemr d~ Dios, no _e~ I?articularista, sino que siendo
personal, solo puede ser umversal y dmg1rse
en la teología y eclesiología paulinas que pu~de ser tra~uc1do mdist~ntamente por comunión y
parti~ipación. El Espíntu e~ e~ sujeto que reahz~,Y
en el Espíritu, por lo que Pablo pue~e ped1rl~s q_ue eJ~rzan esa comunión con los demás desde la
concordia y la m1sencordm (Flp 2,1 ). Que
revela y nos muestra que Dios es en su ser mism<? comunión d_e, amor_ y
18 Cf. R. SCHNACKENBURG, Carta de san Juan (Herder, Barcelona 1980) 254. ¡._-,,.111'.1'11.'
1 O· «El amor como esencia de Dios», 256-264.
· '' Esto no es impedimento para que la tradición cristiana ha~a visto en éli.m!l d~liuidt'm del ser de Dios
en perspectiva más ontológica. Así lo han entendido san Agust1n, Max111111 \'l
ha revelado en la historia. Con el tiempo y desde esta Trinidad económica la Iglesia tuvo que dar el paso -
para defender esa economía de la
también intercambiables tal como aparece en otros textos del NT. Esto, en
estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28, 19).
eucaristía, este parece que hay que situarlo en la del bautismo. Como se
puede suponer, ha sido un texto traído y llevado, sujeto a una fuerte discusión. Al convertirse en el
quicio de la defensa de la doctrina trinitaria, se
intentó que probara demasiado (al considerarlo un dicho del Jesús terreno)
o que, por el contrario, fuera un simple añadido de la comunidad cristiana
en el siglo rv. Sin embargo, por la aparición de una fórmula semejante e_n
al invocar el nombre (singular) del Padre, Hijo, Espíritu. Esta co11Jugación entre el singular del nombre y
el plural de la designación hizo que la
trinidad en Dios. Sin embargo sí nos ofrece una base inequívoca para dicha
20 P. STUHLMACHER, Biblische Theo/ogie des Neuen Testament, o.c. l, 217. 21 P. BENOÍT, Le baptéme
chrétien au second siecle. La théologie des Péres (Cerf, París
1953).
de filiación que admite una altendad dentro de la diVlmdad y que posteriormente será la base del
monoteísmo trinitario explícito de la teología
acciones de Jesús, por ejemplo en su bautismo. Este hecho, más que una
está arraigada en el acontecimiento de la salvación realizado en el misterio pascual y que a nosotros nos
llega actualizado en el bautismo. De
esta fonna podemos decir que «el bautismo, por el que el hombre se hace
APERTURA TRINITARIA
una cristología cósmica (Col 1, 15-20) y una escatología de recapitulación (Ef 1,3-14) que integra de
alguna forma una eclesiología de comunión (Ef 4,1-13; 1 Cor 11-13). La grandeza de Pablo y de sus
comunidades
confesiones cómo toda la realidad está fundada y sostenida en el misterio de Dios que él va revelando y
desplegando a lo largo de la historia
22 Cf. Mt 19,17; 4,10; 22,32. 23 Cf. Mt 1,21; 3,13-17; 4,12-17; 4,18-22. 24 Cf. Mt 4,3.6; 8,29; 14,33; 16,
16; 26,63; 27,40.43; 27,54; 28,19. 25 E. CuvJLLJER, «Monothéisme et messianisme dans l'évangile de
Matthieu: un déplacervent du systeme de valeurs», en E. BoNs- Th. LEGRAND (dirs.), Le monothéisme
biblique.
Evolution, contextes el perspectives (Cerf, París 2011) 147-161. «La doxología trinitaria
final (Mt 2R, 19) parece reconfigurar la jerarquía habitual entre Dios y el Mesías, dando nacimiento a un
monoteísmo de filiación. Una solución que conducirá más tarde al tradicional
monoteísmo trinitario».
Juan. Allí descubríamos cómo en la tradición joánica hay ya inicios bastante desarrollados de una
reflexión trinitaria. La primera parte del evangelio
(17). El prólogo de Juan se encuentra, dentro del .N~, ~n es~ comente que
desde el final (resurrección) se pregunta por el pnnc1p1o radical. d~ 1~ iida
a) Trasfondo
Las opiniones sobre el origen del prólogo son varias y van desde el
de este texto. Más en concreto, los textos que nos hablan de una personificación de la sabiduría. Pero la
sabiduría no como personificación de la
ley, sino como palabra creadora ( cf. Is 44,26s; 55,1 Os; Eclo 24,3-6 .. ~n Sab
segundo lugar está el texto de Eclo 24,7-12, donde se nos habla ~e que la
b) Estructura
27 M. KARRER, Jesucristo en el Nuevo Testamento, o.c., 458. 28 Y.-M. BLANCHARD, «Verbe. A. Théologie
biblique», en DCTh 1210; Cf. M. THEOBALD,
Die Fleiswerdung des Logos, o.c.; J. ZuMSTEIN, «Niemand hat Gott je gesehen», o.c., 51-70. 29 Cf. S.
GUIJARRO OPORTO, Los cuatro evangelios (Sígueme, Salamanca 2010) 470~47~·
O. Hofius ya propuso también una estructura en cuatro estrofas, aunque con una dJVISIOn
ligeramente diterente: 1.• v.l-3; 2.• v.4-8; 3." v.9-13; 4." v.l4-18.
un dios distinto junto a Dios, sino en relación y diálogo con él. De esta
desde un punto de vista cristológico, hasta tal punto que para compr~n~~r
de la Palabra que existía junto a Dios y era DIOs. SI bien e~ta afirm~c10n
cristiano.
se ve reforzada con la inclusión del testimonio histórico de Juan el Bautista en los v.6-8. De esta forma el
evangelista une creación y encarnación.
No puede entenderse una presencia d~l Logos como luz y vida para los
del Logos en la historia desde la relación que el Logos tenía con Dws. De
la misma forma que esta relación entre Dios y el Logos redefine el monoteísmo y la teología de la
creación, esta relación repercute en la. forma
de esta creación y de esta historia, así como el lugar consumado de la manifestación de Dios en el
mundo. La gloria de Dios como gracia y verdad
sentido esta estrofa aun siendo la última, constituye el centro del himno
cristoló,gico. Y sin ~lla el himno queda~ía sin su últim~ sentido. I:a. afirmación central del v.l4, la Palabra
se hizo carne, constituye el qmc10 de
la afirmación de los v.l-3, que afirma que ese Logos está en Dios creando
e iluminando la vida de los hombres, y de los v.l6-18, que afirma que ese
1 . ' 30 Logos está cabe Dios para revelar y consumar esa reve acwn .
con el último estadio de esta relación, cuando se aplica sin más el término
concreta viene definida como la historia del Logos de Dios que se hizo
carne, asumiendo así la condición histórica y frágil del ser humano. Como
del prólogo que no tenga que estar referida finalmente a esta encamación.
tiene su punto culminante en la revelación encamada en la persona de Jesucristo. En este sentido no hay
teología sin cristología, ni cristología que no
de Jesucristo, propone una nueva imagen de Dios, que por un lado lleva a
allá de una interpretación limitada y estrecha de ella (Jn 7-8). Desde el prólogo, Juan afirmará que ya hay
un nuevo lugar y espacio para encontrarse
con Dios: el cuerpo de Cristo, como templo de Dios (Jn 2, 13-22), y la hora
realidad (verdad) a las criaturas lo hace a través del Espíritu y como donación de amor gratuito, benévolo
y agraciante al enviamos a su Hijo (3, 1 0).
conocer y ver a Dios (Jn 14,6s). Toda la misión del Cristo joánico es manifestar a los hombres la realidad y
verdad de Dios 31 •
31 Cf. J. ZuMSTEIN, «La quete du Dieu invisible: le discours sur Dieu dans le quatrieme
denominado como una teología del Lagos, que dentro de la Patrística tuvo
adquiere una nueva dimensión. Si para los griegos significaba fundamentalmente ratio (inteligencia), los
cristianos, a la luz de la persona de Jesús,
La interpretación que hace Juan de la teología del Logos desde la teología de la palabra es una manera
de abrimos a una metafísica relacional,
a una comprensión del ser como relación. Dios es en sí mismo lógos, racionalidad, sentido y relación. El
mundo viene de este lógos que, en última
medida es persona y es amor, por lo que el mundo siempre tendrá una racionalidad y un sentido 32 •
Pero el prólogo del evangelio de Juan nos habla
de que esa Palabra y ese Logos está junto a Dios. Una relación que hace
que esa Palabra sea idéntica y diferente a Dios. Dios no es solo Palabra y
diá-logos 33 • Dios puede entrar en diálogo con lo que está fuera de él, de
Dios es Logos como palabra luminosa que otorga sentido a la vida de los
hombres; palabra creadora y dicaz que realiza aquello que anuncia; palabra
podamos «ver» y «conocer» a Dios en los límites de la carne frágil del Hijo
de Dios (Jn l4,6s)34• El núcleo del mensaje del evangelio de Juan es que «el
32 Cf. J. RATZINGER, Introducción al cristianismo, o.c., 29; 160. 33 lbíd., 155. 34 J. ZuMSTEJN, «La quete
du Dieu invisible ... », a.c., 200-202.
1s A. DE LA FuENTE, «Presentación», en Ch. H. Dooo, Interpretación del cuarto Evangelio, o.c., 17. ' 6 Cf.
J. RATZINGER, «Introducción al cristianismo: ayer, hoy y mañana», en !ntmducciiÍn
al cristianismo, o.c., 17-32. 37 R. GuARDJNI, Vom Geist der Liturgie (Múnich 20 1997) 79-88.
de manifestarse y darse realmente a los hombres o un misterio impenetrable, sin rostro ni palabra,
totalmente inaccesible al que se puede tender
desde todos los caminos que el hombre tiene disponibles. Aquí es donde
del Logos y la teología del Hijo. El cristianismo no cree en un Dios incomprensible y misterioso, sino en el
Dios Padre de nuestro Señor Jesucristo, en ese Dios personal que tiene un Logos, que es su Hijo y que
con
Dios para nosotros y quiénes somos los hombres ante y para Dios.
a) Himno prepaulino
Desde la exégesis de E. Lohmeyer en los años 20 es habitual reconocer en este texto un himno
prepaulino, es decir, un texto litúrgico de
, " Cf. E. LoHMEYER, Kyrios Jesus. Eine Untersuchung zu Phi!. 2, 5-11 (Dannstadt 1961 );
lo., Der Brief an die Philipper (14 1974). En un sentido diferente R. TREVIJANO, «Fip 2,5-11:
Un lógos sophías paulino sobre Cristo»: Helmántica 46 (1995) 115-158. Para el autor, Flp
2,6-11 es un logos sofias paulino sobre Cristo, dividido en tres estrofas con un claro interés
parenético. En la primera ( 6-7) Pablo ofrece una meditación sobre el comportamiento soteriológico de
Cristo desde la creación hasta la encamación. La segunda estrofa (7 -8) describe
(cf. Rom 8,3; Rom 5,12-17; 1 Cor 15,45-49) 39 • Estaríamos ante una recepción y relectura de Gén 1-3
bajo la perspectiva de la antropología del
b) El camino de Jesucristo
que muere en la cruz (v.6-8), para iniciar desde aquí el camino de exaltación entendido como
otorgamiento del nombre sobre todo nombre en la
vida cristiana.
más cabal del ser de Dios. Dios revela su ser más íntimo, su naturaleza,
the Origins ofthe Doctrine ofthe 1ncarnation (Londres 2 1992) 114-121. 41 Cf. O. HoFIUS, Der
Christushymnus Philipper 2,6-ll. Untersuchungen zu Gestalt und
Aussage eines urchristlichen Psalms (Mohr Siebeck, Tubinga 1976) 56-71; P. STUHLMA<"III H,
Biblische Theologie des Neuen Testament, o.c. 1, 292. 42 Cf. M. KARRER, Jesucristo en el Nuevo
Testamento, o.c., 460s. 43 Cf. H. U. VON BALTHASAR, «El misterio pascual», en J. fEINER- M. LlliiHER
(cds.),
doctrina sobre Dios, como la inmutabilidad, la impasibilidad, la omnipotencia, etc., así como el central
concepto de persona. Dios no solo actúa
con amor sobre nosotros, sino que su ser se identifica con el amor, con un
así conducirla al destino para el que esta había sido creada. Su soberaJ?Ía
sino vaciándose de sí. Aquí lo que en el fondo está en juego es una nueva
comprensión del ser de Dios y del ser del hombre:
la visión de Dios: de ser primariamente «poder absoluto» pasa a ser «absoluto amor». Su soberanía no
se manifiesta en aferrarse a lo propio, sino
para el desarrollo de la teología trinitaria en los debates en tomo al concepto de persona tanto en los
siglos tv-v como en la actualidad. Las aportaciones de S. Bulgakov, J. Moltmann o H. U. von Balthasar a la
reflexión
impensables sin la luz que ha otorgado este texto de san Pablo a la revelación del ser de Dios como amor
en la paradoja absoluta de la kénosis
divina. Sin tener que llegar a algunas de las afim1aciones más extremas
que hablar de otro himno que tiene a Cristo como principal protagonista:
Col 1,12-20 45 • Aunque habitualmente la interpretación del himno cristológico se centra en las dos
estrofas que forma Col 1,15-20, nosotros
44 Ibíd., 677. 45 J.-N. ALETTI, Colossiens 1,15-20. Genre el exégese du texte. Fonction de la thématique
sapientidle (Analecta Gregoriana; Roma 1981 ); T. OTERO LÁZARO, Col 1,15-20 en el
contexto de la Carta (Tesi Gregoriana; Roma 1999); Ch. SrETILER, Der Kolosserhymnus.
Cristo, estaría dirigido al Padre: «Con alegría, dando gracias al Padre ... ».
criterio unánime de que es himno formado por dos estrofas: una d~r~g!da
fundamental.
eufórica, pacificadora y reconciliadora que se asienta en el fondo del corazón, sin ser perturbada en su
raíz por los acontecimientos cotidianos.
como fuente de su ser y de su persona 46• La acción de gracias es así la respuesta primera y más
humana que los seres humanos, creados a imagen
Si Dios Padre es el origen de toda la realidad, él es también el de~tinatario último de la acción de gracias
del ser humano. El Padre es qmen
el Espíritu. Gloria al Padre, por el Hijo en el Espíritu, es la actitud f~ndamental del cristiano y la forma
esencial de la oración y de la acctón
el Espíritu.
expresó en una afirmación cristo lógica audaz lo que podría ser una buena
para hablar de la acción salvífica de Cristo, en realidad habría que entenderla desde este amor y
satisfacción de Dios por su Hijo, en quien se
los hombres, sino que es el Hijo amado que le basta al Padre para todo y
fuera de sí para asumir solidariamente a la humanidad pecadora para responder desde ella a la oferta de
consumación de la obra de la creación 48•
De este Hijo amado, en quien hemos sido amados todos los hombres,
Imagen (eikón). Cristo es imagen de Dios invisible. El Hijo es la expresión perfecta del Padre. Siendo
distinto de él (alteridad), es su imagen
él. Desde esta expresión se afirman dos cosas. Una igualdad de naturaleza
redención comprendida como nueva creación. Este texto condensa y profundiza la enseñanza paulina de
la mediación de Cristo en la creación (1
explicita en tres preposiciones que muestran la forma como Cristo se relaciona con la creación: realizada
por medio de él (por él); mantiene su consistencia unida a él (en él), y será recapitulada y finalizada en él
(para él).
en su obra Cur Deus hamo. Cf. M. CoRBIN, L 'oeuvre de S. Anselme de Cantorbery, Ill (Cerf,
París 1986).
d) Teología de la imagen
El himno de Colosenses ha sido un texto de un gran calado en la teología patrística, así como en la
renovación de la teología contemporánea.
himno para descubrir las implicaciones que esta cristología cósmica tiene
medio de Cristo fueron hechas todas las cosas. El participó, como mano y
los Padres pre-nicenos (Ireneo, Tertuliano). La teología actual ha reflexionado profundamente, y con
acierto, en este hecho cuando ha pensado en
el Hijo como el espacio y el ámbito intradivino donde la creación y la humanidad tienen cabida como ser
diferente de Dios (alteridad) y como realidad que depende radicalmente de él (comunión). Nada hay
ajeno a la
realidad de Dios y a la persona de Cristo, aun cuando todavía explícitamente no se conozca o se profese
ese nombre. Dios ha realizado la creación por Cristo (mediación instrumental), en Cristo (fundamento
erístico)
y para Cristo (destino escatológico). Por esta razón, todo hombre, por el
comunicación de Dios 49 .
El último de los textos que he escogido es el himno con función de prólogo con el que se inicia la carta a
los Ef 1,3-14. Un texto en el que se pone
por medio del Hijo y del Espíritu y que tiene en la recapitulación de todas
a) Bendición-alabanza
En Ef 1,3-14 no nos encontramos propiamente con un himno cristológico, sino con una oración del
género de bendición formulada en tercera
persona 50• A diferencia de Flp 2,6-11, de Jn 1,1-18 y del Col 15-20 (si no
del misterio se revela la Trinidad en la historia: el Padre teniendo la iniciativa; el Hijo en quien el Padre
realiza; el Espíritu haciendo posible la
b) Estructura
grandes partes. Después de una introducción donde se expresa el enunciado inicial y la razón general de
la alabanza (v.3), se especifica esa afirmación general según la acción de Dios ( v.4-l O) y según los
destinatarios
(v.ll-14). La primera parte de la bendición se refiere a la acción de Dios.
Desde este punto de vista hay dos momentos centrales: en primer lugar,
la decisión divina antes del tiempo realizada en Cristo (v.4-6), que incluye nuestra elección eterna en
vistas de la santidad en Cristo (v.4) y
todas las cosas en Cristo (v.1 0). La segunda parte se refiere a los destinatarios y el don del Espíritu (v.11-
14), que a su vez está dividida también
y herencia para todos ( v.l4) 51 • Si es acertada esta estructura, hay que ser
acción para que esta sea plenamente acogida y recibida. Trinidad, historia
50 J.-N. ALETTI, Saint Paul Épitre aux Éphésiens (Gabalda, París 2001) 44s. 51 Cf. Ibíd., 53.
Como ya hemos visto más arriba, la alabanza presupone una comprensión trinitaria del Misterio de Dios,
que el autor de la carta solo conoce por
del Misterio (Ef3,9; cf. 1,10; 3,2s) 52 . ¿En qué consiste propiamente? En el
de su beneplácito (eudokía). Por esta razón, unas veces dice san Pablo
que el misterio estaba escondido en Dios desde antes de los siglos, pero
el Hijo y por medio del Hijo (v.7-1 0). Aunque, como ya hemos dicho, el
somos bendecidos por Dios (v.3) nos ha sido dada en la vida del Hijo. Todo
la propiedad (Ap 9,4) a la vez que de la autenticidad, la cualidad, la protección y el carácter indeleble de
la bendición recibida en el Espíritu. El es la
origen radical desde donde ha de partir cualquier visión cristiana de la historia. En el principio no son el
azar, ni la necesidad, ni el vacío, ni la nada,
Cristo es el lugar concreto de su realización. No nos bastaría a los hombres el deseo de Dios y su plan de
salvación si este no lo hubiéramos visto
ni un proyecto por bueno que sea; hay que pasar a su realización concreta.
de los hombres permanece abierta y pendiente de su consumación definitiva. El Espíritu es quien lleva a
su consumación este proyecto guiando y
de esta teología de la historia. Ella, por muy especulativa que sea, tendrá
Abba está en el corazón del NT porque nos revela el ser de Dios y la conciencia filial de Jesús. Las
afirmaciones sobre la filiación única y singular
2. La cuestión fundamental en el NT, desde el punto de vista de la teología trinitaria, será justificar la
divinidad de Jesucristo sin que se rompa
desde la relación con el único Dios (el Padre). En este sentido tenemos
el Padre la palabra Dios con artículo, mientras que para Jesús se utiliza
cuando al Espíritu se le coloca junto al Padre y al Hijo en la obra de la salvación como el agente último de
la salvación en los hombres (arras, fuego,
el Padre, aquí el problema central con el que se encontró el NT y posteriormente la teología fue la
relación entre Cristo y el Espíritu. En el Nuevo Testamento se nos habla de dos misiones del Padre que,
estando mutuamente
y dador del Espíritu. El Espíritu conduce y guía a Jesús para cumplir lavoluntad del Padre. Este Espíritu
está en él y sobre él para realizar su misión
4. Esta estructura trinitaria de la revelación y de la salvación se explicita en textos que tienen como
trasfondo la liturgia cristiana (bautismal en
La experiencia de Dios como Padre, Hijo y Espíritu (trinitario) es el fundamento de la existencia cristiana
(1 Tes 1, 1-6) y de la historia de la salvación (Ef 1,3-14; Coll,l5-20; Jn 1,1-18). El Nuevo Testamento no nos
ofrece una reflexión teórica sobre el ser de Dios, sino que nos da testimonio de una experiencia salvífica.
Dios no es presentando primeramente
hacer alianza con los hombres, entrar en relación personal con ellos. Acabamos de referimos a unos
textos trinitarios. No porque se reflexione en
ellos sobre el ser de Dios, sino porque dan testimonio de una estructurll
formas de aparecer el mismo y único Dios, o incluso de una forma triteísta, pensando que Padre, Hijo y
Espíritu son realmente tres dioses.
aclarará que detrás de ese Dios con el que en su mismo Espíritu nos podemos relacionar, y al que nos
podemos dirigir como Padre para darle
teísmo concreto). Es verdad que los textos se podrían haber leído de otra
manera, pero de hecho no fue así. La Iglesia optó por lo que los expertos
lectura literal que chocaba con una mentalidad judía o griega debido al
monoteísmo estricto en un caso y al politeísmo en otro. Esto es lo que significa Nicea y Constantinopla
como lectura interpretativa y actualizadora
carencia y fragilidad es su valor permanente frente a las teologías posteriores. Pues obliga a la teología a
criticarse a sí misma y a remitir sus
Aunque nunca podemos olvidar que el punto de partida del misterio pascual es la historia, la libertad y la
conciencia de Jesús, podemos y debemos
sino cada una según su propiedad personal. Es este acontecimiento trinitario el que nos ha revelado en
plenitud el ser mismo de Dios: como Dios
fin último (Padre); como un Dios radicalmente solidario de la historia humana, que no solo la ha puesto
en marcha como signo de amor y libertad
desde dentro a la plenitud para la que había sido creada (Hijo); y como el
Dios siempre mayor que todo aquello que podemos pensar o decir sobre
él, el Dios del exceso y la sobreabundancia que se adorna y manifiesta de