Comentario Espectador
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ensayo sobre el concepto de espectador a través de las obras La virgen María de la granada y Virgen Negra con gemelos
Creo que nadie podría haber expresado mejor el verdadero sentido de una obra como lo
hizo en esta frase Bernini, y como José Luis Marzo nos la hizo llegar desde Querido Público. El
espectador ante la participación: jugadores, usuarios, prosumers y fans.
Tal como nos invita Andrés Hispano, el objetivo de este ensayo es “[r]econocer la
historia del espectador, [...], sus técnicas de observador o el valor social que se le ha otorgado”
(Hispano 2009, 44), todo esto teniendo en cuenta las obras La virgen María de la granada de
Sandro Botticelli y Virgen Negra con gemelos de Vanessa Beecroft.
En otro ensayo afirmé que la Historia del Arte trata más sobre los que miran que de los
que la crean. Si el artista es el emisor de arte, el espectador es el receptor. ¿Dónde ha colocado al
espectador la Historia del Arte? Lo que nosotras consideramos arte a lo largo de la historia, ha
tenido contextos diferentes y por tanto, sus finalidades también han variado: el arte ha colocado
al receptor en la posición de creyente o en posición de co-creador de la obra. El espectador ha
recibido arte según la creencia que su contexto le ha otorgado. Su respuesta está determinada.
¿Cuántas personas se toparon con El Grito de Edvard Munch y lo tacharon de todo menos de
arte? ¿Quién les iba a decir que en 2012 este óleo sobre cartón se subastaría por 120 millones de
dólares? ¿Cómo iba a saber un funcionario egipcio que el sarcófago que creaba tan
meticulosamente para la pirámide de su faraón, se iba a exponer en los museos más renombrados
del mundo?
¿Qué pasa por la mente de aquel que observa? Como ya podemos suponer, depende.
Depende del contexto que lo envuelva, que esto determinará la información que tenga sobre la
obra. Cuando el espectador duda de si es realmente arte o no lo que tiene enfrente suele recurrir a
uno de estos recursos: “[...] sé que algo es arte cuando el entorno en el que se presenta está
codificado artísticamente: una galería, un museo, o a través de unos patrones visuales como el
marco, el escenario o el estilo.” (Marzo 2009, 66). Pero no se debe culpar al receptor de
simplificar o generalizar de esta manera, más bien a las instituciones de poder que han
legitimado la categoría de arte a partir del lugar donde se encuentra.
Sobre todo con las nuevas corrientes artísticas de tendencia abstracta emergentes del
pasado siglo, el espectador se ha visto retado en la comprensión para estar a la altura junto al
resto de espectadores. El grado de comprensión del arte está socialmente vinculado a la
educación, y el tipo de educación proviene de un estatus u otro. Por ello, no debe sorprendernos
que nos encontremos preparándonos “[...] psicológicamente para enfrentarnos a las obras porque
sabemos que, si no fuera así, no seríamos capaces de «interpretarlas» adecuadamente.” (Marzo
2009, 66). De hecho, el conocimiento previo que tengamos al ver la obra influirá en cómo la
recibamos. Tendemos a que nos guste más una obra si la entendemos. Nos aleja la confusión y la
no posibilidad de poder decodificar el mensaje artístico. ¿Nos hace más o menos espectadores
estar más o menos alfabetizados?
Otro factor que determina al emisor del arte es su ideología, que por supuesto, viene
condicionada por lo que hemos comentado. El arte se configura de referencias de nuestro mundo,
de las que podemos sentirnos interpeladas de una forma u otra. Un espectador creyente de la
religión cristiana católica tal vez se sienta mucho más conmovido al ver La Virgen del Libro
(circa 1480) de Botticelli que una persona que no lo es, y solamente se centre en un análisis más
bien formal; o una persona de ideología no comunista no se sienta representada en El marxismo
dará salud a los enfermos (1954) de Frida Kahlo.
Las ideologías han movido - y mueven - al arte. El Modernismo se anteponía a los
efectos de la Industrialización, como la despersonalización o el trabajo en serie no artesanal. Otro
simple ejemplo es la ideología antropocentrista que surgió del Renacimiento que se alejaba de la
devoción tan extrema a Dios. La historia cambió al arte, cambiando totalmente, pasó a colocar al
ser humano en el centro del universo.
La historia se ha construido sobre los cimientos que unos han puesto sobre otros
cimientos, Riaño expresa que “[...] la guerra de la historia es una guerra de símbolos, pero sobre
todo de cuerpos. Unos derrocan a otros para imponer los suyos.”(Riaño 2021, 146), y me parece
muy acertado. ¿Será que la ideología resultará ser más determinante sobre el arte de lo que
esperábamos? Si no fuera por ella, los libros sobre arte tendrían nombres femeninos,
afrodescendientes o latinoamericanos.
La virgen María de la granada
La Virgen de la Granada (1487) de Sandro Botticelli la situamos actualmente en la
Galería Uffizi en la ciudad italiana de Florencia, encargo público de la institución de los
Magistrados de Cámara, los funcionarios fiscales. Originalmente, se destinaba a la decoración
del Palacio Viejo. Durante el siglo XV, el edificio sirvió de Palacio de la Signoria, el organismo
de la República florentina. La república de dicho siglo practicaba la religión católica, por ello el
claro tema de la obra es cristiano. La virgen en el centro del cuadro sosteniendo al niño Jesús,
este a su vez tiene en las manos una granada - símbolo de fertilidad y nobleza - y rodeada de
ángeles, dos de ellos, cada uno, sosteniendo un libro abierto.
El Palacio de la Signoria tiene un interior majestuoso gracias a todos los artistas que lo
contribuyeron y aquellos que fomentaron su decoración. Claramente, es un símbolo de poder,
sobre todo porque se trata de un edificio político. Su ubicación actual la coloca como objeto de
exposición y admiración, poco importa ya cuánto dinero o poder pudiera tener la persona que lo
encargó o cómo de símbolo de la república podía ser. Y es que
“[e]ncontramos obras que no fueron hechas para estar en un museo. Una Virgen o una
Santa Cena eran imágenes de devoción a las que se rezaba; [...] ¿Qué ha hecho el museo? Ha
convertido obras con un claro significado y función políticos o religiosos en «obras de arte» y ha
roto la relación que tenían con su contexto: las ha vaciado de contenido y, por lo tanto, solo queda
su «forma», que propicia de este modo una «mirada estética» y pervierte toda visión crítica del
pasado. Incluso ante los Desastres de la guerra de Goya, ¡uno ve belleza! (Campàs 2015, 111).
Como también receptora de esta obra, no puedo identificarme con ella a nivel físico, no
soy rubia y no tengo hijos. Tampoco puedo verme reflejada a nivel simbólico, no soy una virgen
venerada rodeada de ángeles, sí puedo observarla mientras evoco en ella mi fe y la admiro de
forma devota. Al no ser creyente y encontrarme en el siglo XXI, admiro el formalismo
renacentista y, con perspectiva, pienso qué ha significado esto para la Historia del Arte, pero no
me incita a rezar. Por tanto, mi implicación sobre la obra no es la misma que la de un coetáneo.
Virgen Negra con gemelos
La Virgen Negra con gemelos (2006) fue creada por Vanessa Beecroft. La autora nació y
se formó en Italia. La artista trabaja con la imaginería religiosa inspirándose en pinturas
anteriores. Sabemos que la Virgen Negra con gemelos es una réplica de la Virgen Blanca con
gemelos (2006) también suya, que realizó tras su viaje a Sudán, que le impactó muchísimo.
Intencionalmente, hace una destrucción y un reaprovechamiento de las imágenes en el arte.
Representa una imagen sagrada que a nivel iconográfico es universal, clara referencia a la
pintura italiana del Renacimiento, que ha sido representada millones de veces por los mejores
artistas de la historia, pero con un detalle diferente: el color de la piel. Modelos negros adoptan
poses propias de la imaginería tradicional cristiana y pintura italiana del Renacimiento, cuando
nunca antes habían tenido representación alguna en esta religión. Esta imagen tiene mucha
fuerza. No se trata de la virgen María, si no de una mujer de Sudán del Sur amamantando a sus
dos hijos gemelos. La categoría divina rebajada a la categoría mundana.
La obra, expuesta en la Caixa, bajo el título de “Gestos iconoclastas, imágenes
heterodoxas”, expresa llamativamente una contranarrativa y apela al espectador. Lo incita a
pensar y a reflexionar sobre la verdad del mundo actual. Claro que yo no me identifico con esa
mujer, no soy afrodescendiente ni tengo hijos, pero en este hecho, el de ser inesperadamente
diferente, se busca una empatía al abrir los ojos y ver que hemos normalizado muchas cosas,
como el color blanco de piel como estándar. Una persona de la comunidad negra puede sentir
que tiene cabida en el arte y en la religión.
Una frase de Decapitados: Una historia contra los monumentos a racistas, esclavistas e
invasores que creo yo también, es: “las grandes figuras veneradas en el pasado no están a la
altura de los ideales contemporáneos. (Riaño 2021, 156). En las últimas décadas se está dando
voz a colectivos que antes eran silenciados, y puede que suene algo triste, pero muchas de las
personalidades históricas y artísticas, que veneramos en cierta forma por sus aportaciones, eran
en su mayoría machistas, homófobas, gordófobas o racistas.
Ante todo, madres
Es evidente, “[…] si aplicamos a Picasso los mismos conceptos y métodos de análisis que
a Velázquez, no entenderemos ni a Picasso ni a Velázquez.” (Campàs 2015, 110). Como bien
explica Campàs, estas dos obras que hemos visto no pueden ser sometidas bajo un mismo
examen. Lo que podemos hacer es comparar lo que hemos recibido como espectadores.
Mientras que la primera forma parte de una sólida Historia del Arte y de un renombrado
artista como lo es Botticelli, la segunda es un arte muy reciente, nutrido de una más cuantiosa
perspectiva histórica. Ambas creadas por artistas italianos, pero de Italias totalmente diferentes,
una republicana y una globalizada. Una es divina, la otra reveladora. Una virgen, la otra mujer,
pero las dos son madres, y esto recorta distancias. Una blanca y la otra negra, he aquí la cuestión.
Marzo dice en su obra “[...] la gente, ayer y hoy, contempla una obra de arte
preguntándose «¿Y cómo lo ha hecho?» en vez de preguntarse «¿Qué ha hecho?» (Marzo 2009,
64). Y nosotras vamos a preguntarnos, ¿qué ha hecho Beecroft a diferencia de Botticelli? Ha
puesto a una mujer afrodescendiente en la posición de Virgen María. Y si eso no nos pasa por
desapercibido, es por la carga ideológica y simbólica que llevamos. ¿Debemos culpar a Botticelli
de nunca haber pintado una virgen negra? No, él pertenece a un contexto socio-histórico
totalmente diferente al de Beecroft, que ha determinado su obra.
Después de todo
Algo que me gusta como espectadora, y que me ha permitido mi contexto histórico, es el
hecho que “[h]emos pasado de «mirar» a «comprender», a tener en cuenta el contexto, el
momento histórico y la clase social, entre otros aspectos.”(Campàs 2015, 110). Esto me
enriquece a mí y a mi interpretación de la obra, y por ende, enriquece la obra de una manera
aunque sea solo para mí.
Después de todo lo comentado, debemos tener presente que calificar como arte todo lo
que esté dentro de un museo es muy limitador, no es el caso de ninguna de estas obras que hemos
tratado, pero como receptores de arte, debemos ser conscientes que “[...] un museo no es nada
más que una institución legitimadora de sistemas de poder y creadora de una determinada
memoria: la que le ha interesado al poder conservar”. (Campàs 2015, 112). Y hablando de poder,
algunas ideologías han obtenido más poder que otras, y han sido decisivas para el transcurso de
toda la humanidad. ¿Don Quijote hubiera sido aún la primera novela moderna si la Inquisición
no hubiese quemado miles de libros, llenos de posibilidades para la historia?
Los libros han escrito sobre artistas, políticos, libertadores, aristócratas y descubridores,
pero, ¿dónde hay lugar para el simple y el inactivo espectador? Quiero creer que todo esto cobra
sentido gracias al observador, después de todo, “[...] el propio espectador se convertirá en parte
consustancial y legitimadora de la obra aunque su rol sea meramente pasivo [...]”. (Marzo 2009,
65).
Fuentes primarias
Botticelli, Sandro. 1487. La virgen María de la granada. Galleria degli Uffizi, Florencia.
Beecroft, Vanessa. 2006. Virgen Negra con gemelos. Impresión digital cromogénica Colección
“la Caixa” d’Art Contemporani, Barcelona.
Bibliografía
[https://coleccion.caixaforum.org/obra/-/obra/ACF0039/Virgennegracongemelos] Fecha de
consulta: 02/06/2023].
espectador ante la participación: jugadores, usuarios , prosumers y fans editado por Ignacio
Duarte y Roger
Riaño, Peio H. 2021. "Edward Colston. Ahogar la esclavitud". En Decapitados: Una historia
contra los monumentos a racistas, esclavistas e invasores, 145-157. Barcelona: Penguin Random
House Grupo Editorial.