Canlup v5
Canlup v5
Canlup v5
Versión 5-04-2017
(C) J. C. Blanco
Descripción
Aspecto de perro pastor alemán, pero ligeramente menor. Los lobos tienen los ojos oblicuos,
de color dorado o ambarino; las orejas son proporcionalmente más cortas que las de los
perros, el cuello es robusto y el perfil del cuerpo es algo cóncavo, con la grupa ligeramente
hundida. El pelaje del cuello, lomo y cola es largo y más oscuro que el del resto del cuerpo.
Presenta un trazo blanco a través de las mejillas, y las patas anteriores suelen estar surcadas
por una línea oscura que a veces llega hasta cerca del pecho. El espeso pelaje de invierno le
confiere un aspecto macizo, pero en verano presenta un aire estilizado, menos majestuoso,
donde destaca el volumen de la cabeza. Cuando se desplaza llama la atención su
característico trote lobero (Cabrera, 1914; Peters, 1993; Blanco, 1998).
Para una descripción del cráneo y su dimorfismo sexual ver Valverde e Hidalgo (1974) y
Guitián et al. (1979).
Las huellas son como las de un perro pero algo más alargadas -sobre todo las de las patas
posteriores- y con una almohadilla más grande. La huella de la pata delantera de un macho
grande mide unos 11 cm de largo incluyendo la uña (1 cm menos sin uña) y unos 8,5 cm de
ancho; la trasera -más estrecha- 10,5 cm de largo y 7 cm de ancho. En cualquier caso, se
distinguen con mucha dificultad de las huellas de perro (Blanco, 1998).
Sobre diferencias macroscópicas entre pelos de perro y lobo ver Porta y Llaneza (2001).1
Sobre el sexado de lobos a partir de muestras fecales mediante técnicas moleculares, ver
Echegaray et al. (2007-2008). 1
Se han descrito valores hematológicos y bioquímicos del suero en lobos ibéricos capturados
mediante lazos. Los valores de linfocitos y la proporción de neutrófilos/linfocitos fueron mayores
en las hembras reproductoras de más edad (Santos et al., 2015)2.
Biometría
Los machos son ligeramente mayores que las hembras. En un estudio realizado por Vilà (1993)
con lobos mayores de un año, la longitud media cabeza-cuerpo midió 111,6 cm para 30
machos (rango: 97,6 - 124,0) y 106,5 cm para 16 hembras (r= 94,1 - 117,0); la cola, 38,0 cm en
31 machos (r= 28,7 - 42,2) y 36,8 cm en 16 hembras (r= 29,5 - 46,5); altura a la cruz, 68,5 cm
en 26 machos (r= 60,0 - 77,0) y 65,7 en 12 hembras (r= 60,0 - 70,5).
Masa corporal
Valverde e Hidalgo (1979) dan los siguientes datos de masa corporal: machos menores de dos
años: 23,8 kg (n= 5; rango: 20,7 - 28,6 kg); machos > 2 años: 35,9 kg (n: 15; r: 30 - 44 kg).
Hembras < 2 años: 22,7 kg (n: 3; r: 22,3 - 23,1 kg). Hembras >2 años: 27,8 (n: 13; r: 23,1 - 38,0
kg). la masa corporal media fue de 33,1 kg en 32 machos (r= 25,0 - 41,0) y 28,2 kg en 19
hembras (r= 21,6 - 34,5 kg). El lobo español más grande del que hay datos fiables publicados
era un macho de León que tenía una masa corporal de 45’2 kg, aunque el contenido estomacal
pesaba 5’2 kilos (Castroviejo et al., 1981).
Variación geográfica
Cabrera (1907) describió dos subespecies de lobo en España: Canis lupus signatus y C. l.
deitanus. La primera corresponde al lobo actual de la península Ibérica, mientras que la
segunda no se suele dar por válida.
C. l. deitanus fue descrita de forma irregular, sobre dos ejemplares vivos en cautividad
procedentes de Moratalla (Murcia), a los que no Cabrera no pudo tomar medidas exactas y de
los que no se ha conservado ningún resto. Cabrera (1907) los describe como "una forma
pequeña y chacaloide", caracteres que adquieren a menudo los lobos cautivos. Además, en
una época en la que el lobo estaba ampliamente extendido por la mayor parte de la Península,
es difícil que se haya producido en Murcia un aislamiento suficiente como para originar una
subespecie distinta. Por tales razones, la mayoría de los autores no reconocen esta subespecie
(Garzón, 1984; Blanco et al., 1990a).
ENCICLOPEDIA VIRTUAL DE LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES 2
Sociedad de Amigos del MNCN – MNCN - CSIC
Blanco, J. C. (2017). Lobo – Canis lupus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I.
(Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
C. l. signatus es reconocida con frecuencia por biólogos ibéricos, pero raramente por
especialistas internacionales (Mech, 1970; Sokolov y Rossolimo, 1985; Nowak, 1995).
Un análisis de ADN mitocondrial de 259 lobos de 30 partes del mundo sugirió una ausencia de
estructura geográfica a amplia escala (Vilà et al., 1999). Las poblaciones italianas son las más
diferenciadas de las poblaciones europeas, lo que sugiere un periodo de aislamiento
prolongado, mayor que el debido a la persecución humana (Pilot et al., 2014)2.
La población ibérica de lobo tiene menor diversidad genética que otras poblaciones europeas,
lo que podría ser efecto de un efecto genético de cuello de botella debido a un reducido tamaño
de población (Sastre et al., 20111; Pilot et al., 2014)2.
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 13-10-2011; 2. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Hábitat
El lobo es un generalista que ocupa gran variedad de medios, mientras le aporten alimento y
protección contra el hombre. En el mundo, se le puede encontrar desde el alto Ártico hasta los
desiertos de Arabia, pasando por casi todos los medios excepto el bosque tropical (Mech,
1970).
El hábitat del lobo en el norte de Portugal se caracteriza sobre todo por la presencia de
ganado. Además, los lobos evitan las proximidades de pueblos y carreteras (Eggermann et al.,
2011).2
En España también habita en paisajes muy diversos, incluyendo las áreas agrícolas con
escasa cobertura casi desprovistas de ungulados silvestres. En Galicia vive en medios con alta
densidad de población humana, alimentándose de restos de basureros y ganado. En la
Cordillera Cantábrica ocupa montañas cubiertas de matorrales, bosques y pastizales. El factor
más importante para explicar la distribución del lobo en el Parque Nacional de los Picos de
Europa es la intervención humana y las variables que se asocian con ella. En segundo lugar la
cobertura de la vegetación tiene también influencia aunque menor (Cayuela, 2004).1
El hábitat óptimo para el lobo en España presenta fundamentalmente tres características:
aporta protección contra el hombre, suficiente alimento y no propicia conflictos entre los lobos y
los intereses humanos. Tales áreas suelen tener: a) densa cobertura vegetal y escasa
densidad de población (unos 10 habitantes/km2); b) densas poblaciones de corzos y jabalíes,
con ganado doméstico que el lobo consume sobre todo en forma de carroña; c) la caza mayor
no representa un recurso económico particularmente importante y el ganado no se maneja en
régimen extensivo (Blanco, 2001).
Su hábitat óptimo está representado por los robledales de media montaña que se extienden por
el sur de Orense, Zamora, León, Palencia y Burgos (Blanco, 2016)4.
En la región subcantábrica -donde alcanza las mayores densidades- vive en terrenos donde
alternan los robledales con los cultivos de cereal. En la Meseta castellana ocupa encinares
residuales situados en la llanura cerealista. En Extremadura y Sierra Morena vive en grandes
fincas privadas, cubiertas de bosque y matorral mediterráneo, dedicadas a la explotación de la
caza mayor (Blanco et al., 1990a).
La actitud por parte del hombre es al menos tan importante como la cobertura vegetal o el
alimento. Las campañas de exterminio para evitar daños al ganado relegaron al lobo en el
pasado a regiones remotas y deshabitadas, pero la especie es enormemente adaptable y -en
ausencia de una severa persecución- puede vivir en áreas densamente pobladas
alimentándose de carroñas de animales domésticos. Cuanto mayor sea la tolerancia por parte
del hombre, menos requerimientos ecológicos precisarán los lobos para vivir (Blanco, 2001).
Aunque el lobo ocupa algunas áreas en España con buena calidad de hábitat, se ve obligado a
moverse por áreas de poca calidad en la que se incrementan los conflictos con el hombre y su
supervivencia disminuye (Blanco y Cortés, 2009).2
La presencia y persistencia del lobo en paisajes humanizados en el noroeste ibérico viene
determinada por atributos del paisaje que permiten la seguridad de los lobos, sus movimientos
y su dispersión. La altitud, la rugosidad del terreno y los refugios son los factores más
importantes seguidos por la presencia del hombre y la disponibilidad de alimento (Llaneza et
al., 2012)4.
Los sitios de descanso han sido poco estudiados en la Península Ibérica. La comparación de
sitios de descanso (n= 546) de lobos y puntos aleatorios en el noroeste ibérico mostró que el
50,8% de los sitios se encontraban en zonas forestales, sobre todo plantaciones (73,1%), el
43,4% en matorrales y el 5,85 en cultivos. Los lobos eligieron sitios lejos de carreteras, pistas y
asentamientos humanos, seleccionando positivamente sitios con elevada disponibilidad de
cobertura horizontal y vertical. La importancia del refugio fue mayor que el resto de variables de
influencia humana, llegando a veces a elegir sitios a menos de 200 m de carreteras y
asentamientos humanos (Llaneza et al., 2016)4.
Tamaño de población
En Portugal se estimó en 2002-2003 que había al norte del río Duero 45 manadas más nueve
probables. Al sur del río Duero había nueve manadas (Torres y Fonseca, 2016)4.
En 2016 se estimó que en España había 160-180 manadas en Castilla y León, 90 manadas en
Galicia, unas 35 manadas en Asturias, unas 12 manadas en Cantabria, quizás una manada en
el País Vasco, 3-4 manadas en Castilla- La Mancha (Guadalajara) y tres manadas en Madrid
(Blanco, 2016)4.
Abundancia
En términos generales, las zonas óptimas se encuentran en una amplia zona castellana con
vegetación de robledal (Quercus pyrenaica) que se extiende al sur de la Cordillera Cantábrica,
desde el sur de Orense y Zamora hasta Burgos, incluyendo también amplias zonas de León y
Palencia. En 1988, se estimaron en esta zona densidades de 3,0- 4,2 lobos/ 100 km2, con
máximos de hasta 5-7 lobos/ 100 km2 en la Reserva de la Sierra de la Culebra y sus
alrededores (Zamora) (Blanco et al., 1990c). Las densidades medias en España probablemente
oscilan entre 1,5 y 2 lobos/ 100 km2 (Blanco et al., 1990a).
Se ha estimado la densidad de lobos en Ourense en 2,10 - 3,28 lobos/ 100 km2. (Llaneza et al.,
2004).1
Estatus de conservación
Categoría global IUCN (2008): Preocupación Menor LC (Mech y Boitani, 2011).2
Categoría España IUCN (2006): Casi Amenazado NT (Blanco et al., 2007).
A escala global, Canis lupus ha estado catalogado como Vulnerable hasta 1994. En 1996, fue
eliminado de la Lista Roja, pasando a considerarse desde entonces en la categoría "Riesgo
menor: mínima preocupación" (IUCN, 1996, p.241). La población ibérica fue incluida en la
categoría "Riesgo menor: dependiente de conservación" (IUCN, 1996, p. 223).
Se considera Casi Amenazado en España porque hay unas 250 manadas lo que representa
unos 2.000 individuos y la población ha estado aumentando en los últimos 35 años. La
población de Sierra Morena, compuesta de unas 5 a 10 manadas, se considera En Peligro
Crítico (D) (Blanco et al., 20071) y se da por prácticamente extinguida (Blanco, 20164).
En España, el lobo fue catalogado como Vulnerable en el "Libro Rojo de los vertebrados de
España" (Blanco y González, 1992), y en la categoría "Casi Amenazado" en el "Atlas de los
mamíferos terrestres de España" (Blanco et al., 2002). La Directiva de Hábitats protege el lobo
al sur del Duero. Al norte del citado río, el lobo está considerado como especie cinegética en
todas las comunidades autónomas excepto en Asturias, donde –sin estar completamente
protegido- goza de un grado de conservación más estricto.
En las grandes fincas privadas de caza mayor de Sierra Morena, los lobos han sido ilegalmente
perseguidos por los daños atribuidos a las poblaciones de ungulados cinegéticos (Blanco et al.,
1990b).
Especie objeto de caza y control al norte del Duero, con variaciones según comunidades
autónomas. Especie estrictamente protegida al sur del Duero, excepto en Castilla y León donde
se autoriza el control de algunos ejemplares cada año (Blanco, 2016).1
Después de una regresión generalizada en los últimos siglos, los lobos han empezado a
recuperarse desde la década de 1970, al menos en Norteamérica y en Europa, gracias a la
nueva conciencia conservacionista (Mech, 1995; Boitani, 2000). En Europa, incluso se han
vuelto a asentar de forma natural poblaciones reproductoras en países donde estaban
extinguidos desde hacía décadas, como Suecia y Noruega, Francia y Alemania (Boitani, 2000;
Kluth y Reinhardt, 2003).
En España, el proceso ha sido similar al de otros países. Por ejemplo, el lobo sufrió declive en
Castellón durante la segunda mitad del siglo XVI (Rosas, 2009) 2 y fue perseguido en Girona
durante los siglos XVIII y XIX (Grau et al., 1990).2
Extendidos por la mayoría del país durante el siglo XIX, la severa persecución redujo
drásticamente las poblaciones durante el siglo XX, hasta alcanzar su área de distribución más
reducida hacia 1970. Entonces, sólo quedaban quizá unos pocos cientos de lobos refugiados
en las montañas del noroeste de España y en algunas zonas de Sierra Morena y a lo largo de
la frontera portuguesa (Valverde, 1971).
El declive del lobo en el País Vasco durante el periodo 1805-1905 parece deberse a la
extinción de ungulados silvestres, a la disminución de la ganadería y a la falta de presas
alternativas más que a la persecución humana (Fernández y Ruiz de Azúa, 2010).2
Amenazas
Caza ilegal
La mortalidad por disparo (legal más ilegal) varió regionalmente en la Península Ibérica entre el
28,7% y el 83,7% (Alvares et al., 2010) 2.
Mortalidad en trampas
La mortalidad por trampas varió regionalmente en la Península Ibérica entre el 0,9 y el 47,6%
(Alvares et al., 2010) 2.
Envenenamiento
Se señala como una causa de mortalidad en Ourense en una muestra de lobos (n = 37),
recogidos entre enero de 1999 y abril de 2002 el envenenamiento (8,10%) (Llaneza et al.,
2004).1
La mortalidad por veneno varió regionalmente en la Península Ibérica entre el 1,6% y el 11,9%,
(Alvares et al., 2010) 2.
Durante el periodo 1992-2013 se registraron en España 118 lobos envenenados por
carbamatos (89%) y estricnina (11%) (Cano et al., 2016)4.
Mortalidad por atropello
En lo que se refiere a mortalidad por atropello en carreteras de España, López-Redondo y
López Redondo (1992) registraron seis lobos entre un total de 9.427 mamíferos y PMVC (2003)
registraron 14 lobos entre un total de 14.644 mamíferos4.
Se señala como causa más importante de mortalidad en Ourense el atropello en carreteras
(70,27%) en una muestra de lobos (n = 37), recogidos entre enero de 1999 y abril de 2002
(Llaneza et al., 2004).1
Los atropellos de lobos en Castilla y León (n= 82; periodo 2001-2007) tienen lugar en sitios con
mayor tráfico y mayor influencia humana pero no relacionados con las características del
paisaje. Hay más atropellos en autopistas valladas que en carreteras no valladas. Además, hay
un mayor número de atropellos en zonas agrícolas, aunque la densidad de lobos es baja en
ellas (Colino-Rabanal et al., 2011).2
La mortalidad por atropello varió regionalmente en la Península Ibérica entre el 1,3% y 40%
(Alvares et al., 2010) 2.
Captura de cachorros
La mortalidad por captura de cachorros varió regionalmente en la Península Ibérica entre el
2,3% y el 27,4% (Alvares et al., 2010) 2.
ENCICLOPEDIA VIRTUAL DE LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES 5
Sociedad de Amigos del MNCN – MNCN - CSIC
Blanco, J. C. (2017). Lobo – Canis lupus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I.
(Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
Barreras
La autopista IP4 y la nueva red de carreteras en las regiones de Tras os Montes y Alto Douro
(Portugal) puede alterar el hábitat del lobo (Santos et al., 2007). Un análisis de factores
topográficos, de vegetación, factores antropogénicos y movimientos de los lobos en el noroeste
ibérico indica que la autopista AP-9 probablemente actúa como una barrera significativa para la
movilidad de los lobos, probablemente aislando dos subpoblaciones. La estimación de rutas
para el desplazamiento de los lobos podría permitir identificar áreas críticas para conectar sus
poblaciones (Rodríguez-Freire y Crecente-Maseda, 2008).1
Sin embargo, las autopistas no parecen ser una barrera importante para los lobos en una zona
agrícola llana de Castilla y León. Los movimientos de cuatro lobos con radio-transmisores que
vivían a menos de 15 km de una autopista la cruzaron entre el 4% y el 33% de los días que
fueron controlados (45 – 163 días). Por el contrario, los grandes ríos parecen ser una barrera
semipermeable. Solamente 3 de 8 lobos con radio-transmisores que vivían a menos de 5 km
del río Duero fueron detectados cruzándolo (Blanco et al., 2005). 1 Los lobos utilizan pasos
para cruzar canales (Peris y Morales, 2004). 1
Hibridación
La hibridación con perros constituye un problema para los lobos que viven en regiones
humanizadas (Blanco et al., 2007) 1.
La hibridación entre perros y lobos no es un fenómeno extendido en la Península Ibérica. La
existencia de hibridación parece darse sobre todo en las poblaciones más periféricas y de
expansión reciente y parece estar mediada por cruces entre machos de perro y hembras de
lobo (Godinho et al., 2011)4. Ver Biología de la reproducción.
Contaminación
Se ha encontrado en lobos de Galicia pesticidas organoclorados (Carril González-Barros et al.,
1998a, 2000) 2, hidrocarburos alifáticos (Carril González-Barros et al., 1997a) 2, policloruro de
bifenilo (PCB), policloroterfenilos (PCT) (Carril González-Barros et al., 1997b)2, hidrocarburos
aromáticos (Carril González-Barros et al., 1998b)2 y metales pesados (Pb, Cd, y Zn)
(Hernández-Moreno et al., 2013)4.
Medidas de conservación
La gestión del lobo es una tarea compleja. El Grupo del Lobo de la Comisión Nacional de
Protección de la Naturaleza ha decidido por consenso que dicha gestión debería realizarse de
acuerdo con planes de gestión diseñados y desarrollados a escala autonómica, e integrados en
una estrategia nacional de conservación y gestión del lobo.
Las medidas más importantes de conservación son: la restauración de corredores que pueden
permitir la conexión con poblaciones aisladas e impedir su extinción (Blanco, 2003b), el uso de
cercados para el ganado durante la noche, el fomento del uso de perros guardianes del ganado
(Petrucci –Fonseca et al., 2000), el pago agilizado de indemnizaciones por daños al ganado,
control de la caza ilegal y campañas de educación ambiental.1
Para recuperar la población de Sierra Morena es preciso hacer compatible la presencia del lobo
con las necesidades de las grandes fincas cinegéticas (Blanco et al., 2007).
Restauración de corredores
Se han identificado en regiones portuguesas al sur del río Duero zonas prioritarias de
conservación que podrían actuar como corredores para permitir la recolonización desde
España (Grilo et al., 2002). 1
Zonas importantes para el lobo
En España se han designado Zonas Importantes para los Mamíferos (ZIM) relacionadas entre
otras especies con C. lupus (Lozano et al., 2016)4.
Caballos asilvestrados
El mantenimiento de poblaciones de caballos asilvestrados en Galicia beneficia proporciona
servicios ecológicos que incluyen la prevención de incendios, el mantenimiento de brezales y
ENCICLOPEDIA VIRTUAL DE LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES 6
Sociedad de Amigos del MNCN – MNCN - CSIC
Blanco, J. C. (2017). Lobo – Canis lupus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I.
(Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
presas para el lobo al mismo tiempo que mitigan los conflictos con el ganado doméstico
(López-Bao et al., 2013)4.
Pago de indemnizaciones
Utilizando monitoreo no invasivo, el análisis genético de 136 excrementos recogidos en el País
Vasco, asignados inicialmente a lobos, permitió identificar en 86 casos que 31 correspondían a
16 lobos, dos eran de zorro y 53 de perros. Se estimó en más de 3.000 euros por lobo/año el
gasto de compensación de daños y prevención. La mayoría de los excrementos de lobo
contenían presas silvestres mientras que en los de perro predominaban los animales
domésticos (Echegaray y Vila, 2010).2
En España, en 2003, el valor de los daños al ganado se elevaba quizás a unos 1,5 millones de
euros (Blanco, 2003). Estos daños son mucho mayores en las áreas donde el ganado está en
régimen extensivo, es decir, en las zonas de montaña y en las dehesas del oeste de España
(Blanco et al., 1990a; Llaneza et al., 2000; Blanco y Cortés, 2002a).
Decisiones de manejo
Las decisiones de manejo de carnívoros pueden ser una reacción a la percepción de conflictos,
según un estudio realizado en Asturias. Los daños del oso a las colmenas están relacionados
positivamente con el número de osas con crías del año. Las reclamaciones sobre la
depredación de ganado por el lobo no se correlaciona con el número del ganado sino que se
correlaciona positivamente con el número de ungulados silvestres cazados durante la estación
anterior, con el número de manadas de lobo y con los lobos cazados durante la estación
previa. Las compensaciones por daños de lobo fueron cinco veces mayores que las de oso,
pero la cobertura mediática fue treinta veces superior. La cobertura mediática de daños de lobo
no se correlacionó con los costes actuales de daño de lobo, pero la cantidad de noticias se
correlacionó positivamente con la caza de lobos. Sin embargo, la caza de lobos fue seguida de
un aumento de los daños compensados. Estos resultados sugieren que la caza de lobos
fracasó en el objetivo de reducir los daños y sugiere que las decisiones de manejo estuvieron
por lo menos parcialmente condicionadas por la cobertura mediática (Fernández-Gil et al.,
2016)4.
Aspectos metodológicos
Censar lobos es una tarea difícil, pero se han propuesto varios métodos, como el basado en el
rendimiento de la caza deportiva (Tellería y Sáez-Royuela, 1984; 1989) o el análisis de los
datos de encuestas y daños al ganado (Bessa-Gomes y Petrucci-Fonseca, 2003), aunque se
suele utilizar preferentemente la detección de unidades reproductoras o manadas (Bárcena,
1976; Blanco et al., 1990a; Llaneza et al., 1998; Blanco y Cortés, 2002a).
Los censos de manadas mediante la localización de camadas en sitios de reunión usando
aullidos simulados para provocar la respuesta de los cachorros tienen limitaciones. También
tiene limitaciones estimar el tamaño medio de manada así como el porcentaje de lobos no
incluidos en manadas, que puede llegar a superar el 30% de las poblaciones. Adicionalmente,
los índices basados en huellas y excrementos están limitados por la falta de nieve y por la
posible confusión con excrementos de perros (Blanco y Cortés, 2012)4.
Se ha comparado la información sobre presencia/ausencia de lobo proporcionada por
cuestionarios enviados a guardas y asociaciones de cazadores con la obtenida mediante
muestreos de campo en cuadrículas UTM 10x10 km de Galicia, observándose que los
cuestionarios pueden sobreestimar la presencia de lobo en áreas humanizadas y subestimarla
en zonas próximas a los límites provinciales (Llaneza y Nuñez-Quirós, 2009).2
La estimación de poblaciones de lobos mediante transectos para detectar excrementos y
señales o mediante puntos para simular aullidos registran valores similares (Llaneza et al.,
2005).1
Se han elaborado una serie de propuestas metodológicas para recoger datos en distintas
regiones de forma estandarizada (Fernández-Gil et al., 2010):
-Para un análisis de distribución de la especie, se recomienda distinguir entre distribución
habitual (> 1 suceso de reproducción constatado en los últimos 4-5 años), distribución
ocasional (observaciones directas o indicios, o bien > 1 lobo muerto en los últimos 5 años, o
bien > 5 citas de avistamientos en los últimos 5 años + existencia de daños atribuidos a lobo) y
ENCICLOPEDIA VIRTUAL DE LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES 7
Sociedad de Amigos del MNCN – MNCN - CSIC
Blanco, J. C. (2017). Lobo – Canis lupus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I.
(Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
distribución esporádica (citas puntuales y aisladas o solo 1 ejemplar muerto en los últimos 5
años) (Uzal y Llaneza, 2010)3.
-Se sugiere la utilización de un índice kilométrico de abundancia basado en la localización de
indicios de presencia. Las estimas de abundancia relativa deben tomar como unidad de
muestreo las cuadrículas UTM 10x10 km. Como esfuerzo de muestreo se recomienda un
mínimo de 5 km de recorrido por cuadrícula. El tipo de indicio recomendado son los
excrementos fundamentalmente (Ordiz y Llaneza, 2010) 3.
-Respecto a parámetros reproductores, se recomienda que para estimar el tamaño de camada
postnatal en verano se realice una observación sobre los cachorros en los lugares de reunión,
preferentemente en el mes de septiembre. Se propone que, mientras que no se disponga de
otra base empírica, se utilice el valor de 80% de éxito reproductor en los grupos de una
población (Barrientos y Fernández-Gil, 2010) 3.
-Se propone estimar el tamaño del grupo a finales de verano (septiembre), estimando el
número de adultos con dos observaciones por grupo en verano en los lugares de reunión y una
observación de cachorros en septiembre en dichos sitios. En otoño-invierno se propone que los
datos sean obtenidos en noviembre-abril por medio de observaciones directas (una
observación en zonas abiertas de al menos 10 min de duración de lobos activos
desplazándose) y búsqueda de rastros en nieve (un rastro de 1 km o más de dos o más lobos
desplazándose) (Fernández-Gil et al., 2010) 3.
-El seguimiento por telemetría es el método más fiable para estimar mortalidad en esta
especie. Sin embargo, se propone aprovechar la información sobre lobos muertos,
implementándose una base de datos a nivel nacional o regional (Alvares et al., 2010) 3.
-Para el uso de estadísticas de depredación sobre ganado, se recomienda la estandarización
de los protocolos de reclamación e inspección de daños y el uso de índices para evaluar la
incidencia real del lobo en la ganadería (Talegón y Gayol, 2010) 3.
-Para la recogida de muestras biológicas, se propone un protocolo, incluyendo el material
utilizado, para la recogida y envío de muestras para análisis patológicos, genéticos y
toxicológicos (Rodríguez et al., 2010) 3.
-Análisis de viabilidad de poblaciones (Vilà, 2010) 3.
-Se propone el monitoreo de la población ibérica, basado en el conteo y distribución del número
de grupos reproductores y la estimación del tamaño del grupo en invierno. Se propone llevar a
cabo un análisis de viabilidad poblacional cada diez años (Naves, 2010) 3.
- Se ha diseñado una estrategia multimétodo y multiestado basada en modelos bayesianos
jerárquicos de ocupación de sitio que combinan múltiples métodos de seguimiento de censo
para estimar los estados de diferentes poblaciones para su uso en el monitoreo de lobos a una
escala regional (Jiménez et al., 2016)4.
-El monitoreo del estatus reproductor de las manadas a grandes escalas espaciales puede
hacerse de una manera efectiva y poco costosa mediante el control de marcas. Se ha
observado una correlación significativa entre intensidad de marcaje y reproducción. El número
medio de marcas en el suelo y excrementos fue superior en sitios en los que se confirmó la
presencia de cachorros (20,3) que en sitios en los que no había (7,2 marcas) (Llaneza et al.,
2014)4.
- El análisis de la distribución de la energía acústica de los coros representa una manera
objetiva y fácil de implementar para determinar la presencia de reproducción en las manadas.
El análisis de una muestra de coros de aullidos (n= 110) de manadas de composición conocida
mostró que la distribución de energía acústica se concentraba a frecuencias más altas cuando
había cachorros aullando (Palacios et al., 2016)4.
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 2-04-2008; 2. Alfredo Salvador. 13-10-2011; 3. Alfredo Salvador. 28-10-2011;
4. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Distribución geográfica
Originalmente, el lobo ocupaba la mayor parte de Norteamérica y Eurasia al norte del paralelo
20, pero la persecución humana lo ha erradicado de México, la mayor parte de los EEUU
(excepto Alaska) y gran parte de Europa occidental (Mech, 1970). Tras la regresión
ENCICLOPEDIA VIRTUAL DE LOS VERTEBRADOS ESPAÑOLES 8
Sociedad de Amigos del MNCN – MNCN - CSIC
Blanco, J. C. (2017). Lobo – Canis lupus. En: Enciclopedia Virtual de los Vertebrados Españoles. Salvador, A., Barja, I.
(Eds.). Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid. http://www.vertebradosibericos.org/
generalizada sufrida en los siglos XIX y XX, las poblaciones se empezaron a recuperar
parcialmente en los países occidentales en los últimos 30 años (Blanco et al., 1990a).
En la Península Ibérica se encuentra tanto en España como en Portugal. La población
portuguesa más importante se extiende al norte del río Duero en el noroeste de Portugal y es
contigua a la española (Carreira y Petrucci-Fonseca, 2000; Alexandre et al., 2000; Alvares et
al., 20001; Barroso, 2003; Torres y Fonseca, 20162). En Portugal también hay una población
aislada el sur del Duero (Torres y Fonseca, 20162).
Su distribución se extiende por Galicia (Llaneza y Ordiz, 2003; Llaneza et al., 2003a), Asturias
(Llaneza et al., 2003b), Cantabria (Blanco y Cortés, 1997), País Vasco, Castilla y León (Llaneza
y Blanco, 2002), Guadalajara (Blanco et al., 2002) y La Rioja. Se ven con cierta regularidad
ejemplares en el oeste de Aragón, aunque no se ha constatado la reproducción (Blanco y
Cortés, 2002a). En Cataluña se observan ejemplares aislados (Blanco et al., 2007).
En España, la expansión del lobo entre 1970 y finales de los 80 es evidente, como se puede
apreciar en los estudios de distribución realizados en este periodo, tanto a escala nacional
(Valverde, 1971; Garzón, 1974, 1979; Castroviejo et al., 1981; Braña et al., 1982; Grande del
Brío, 1984; Delibes, 1990) como provincial (Barrientos, 1989; Tellería y Sáez-Royuela, 1984;
1989).
Su distribución se extiende de forma continua por el cuadrante noroccidental; en 1988 el área
de distribución medía unos 100.000 km2 (Blanco et al., 1990a; 1992), y en 2002, unos 120.000
km2 (Llaneza y Blanco, 2002). En 2016 el lobo ocupaba unos 115.000 km2 en el noroeste de
España. Desde el año 1970 hasta el año 2000 el lobo no ha ampliado su área por el este,
llegando hasta Álava, la Rioja, Soria y Guadalajara. Por el sur ha ampliado un 4% su área en
Ávila, Segovia y Madrid (Blanco, 2016)2. En Sierra Morena probablemente se ha extinguido
(Blanco, 2016)2.
Bajo escenarios climáticos disponibles para el siglo XXI, los modelos proyectan contracciones
en la distribución potencial actual ibérica entre un 88% y un 93% y el nivel de coincidencia
entre la distribución observada y potencial se reduce hasta un rango de entre un 4% y un 8%
en 2041-2070 (Araújo et al., 2011)2.
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 2-04-2008; 2. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Ecología trófica
Búsqueda de presas
Los patrones de búsqueda de presas en seis lobos radiomarcados en Zamora y León
muestran dimensiones fractales cuya complejidad varía entre la línea recta y el desplazamiento
aleatorio. Dado que las presas están dispersas y con distribución en parches, los lobos se
mueven a menudo en línea recta entre sitios de alimentación. Cuando las hembras tienen
crías, exploran un área reducida para volver al cubil. En cambio, los machos no muestran
diferencias a lo largo del año en sus patrones de búsqueda. En ellos se observan patrones más
complicados, probablemente relacionados con el marcaje territorial (Bascompte y Vila, 1997).2
Para estimar las tasas de depredación y de comportamiento carroñero en lobos marcados con
emisores GPS se recomienda utilizar intervalos de tiempo de 20 min (Planella et al., 2016)3.
Composición de la dieta
El lobo ha sido definido como el predador más importante de grandes mamíferos del hemisferio
norte (Mech, 1970). En los ecosistemas naturales, las presas principales del lobo son casi
siempre medianos y grandes ungulados, pero su gran capacidad de adaptación se refleja en
una dieta muy variada.
En España, la dieta del lobo es diversa y varía en las diferentes regiones, pero la dependencia
del ganado doméstico -que, en su mayor parte es consumido como carroña- y/o de los
ungulados silvestres es un rasgo común en casi todo el país (Reig et al., 1985; Blanco, 1995,
2001; Llaneza, 1999). En algunos lugares, la basura puede ser también importante.
La incidencia real de la depredación del lobo en la ganadería se ha analizado comparando dos
métodos distintos (Urios et al., 2000).1
Un estudio realizado con estómagos y excrementos recogidos entre 1970 y 1985 en varios
lugares de España mostró importantes diferencias regionales (Cuesta et al., 1991). En la mitad
occidental de Galicia, una zona con alta densidad de población, el lobo se alimentaba sobre
todo de restos de gallineros y granjas de cerdos y de ganado.
En el Macizo Central Ourensano el lobo consume sobre todo ungulados silvestres,
preferentemente corzo, seguido de ciervo y jabalí. El consumo de corzo y jabalí aumenta
durante la época de nacimientos pues el lobo depreda sobre todo individuos juveniles. Los
ungulados domésticos están poco representados en la dieta (Barja, 2009).2
En la cordillera Cantábrica, el área subcantábrica y la Sierra de la Demanda, de ungulados
silvestres (corzos y, en menor medida, jabalíes y ciervos) y de ganado. En la llanura cerealista
castellana, los conejos tuvieron gran importancia, llegando a aparecer en el 44,4% de los
excrementos y estómagos analizados en primavera y verano. En Extremadura, se alimentaban
tanto de ungulados silvestres como domésticos, y en Sierra Morena los ciervos constituían su
alimento esencial (Cuesta et al., 1991). En este estudio, los ungulados domésticos constituyen
el 63’2% de la biomasa en las cinco áreas estudiadas (Cuesta et al., 1991). En Galicia, otros
estudios habían resaltado la importancia de los caballos y los perros en la dieta del lobo
(Guitián et al., 1979; Castroviejo et al., 1981). El ganado aparece en el 39% y la basura en el
41,5% de los excrementos recogidos en el Torío y el Curueño, en León (Salvador y Abad,
1987). Asimismo, el ganado representa el 30,4% de la biomasa en un estudio en la Cabrera
leonesa (Vilà et al., 1990) y alcanza hasta el 75’3% de la biomasa en la llanura cerealista
castellana (Blanco y Cortés, 1999; Cortés, 2001). El caso más extremo se registró en un
estudio realizado en el norte de Portugal, donde los lobos se alimentaban exclusivamente de
ganado (Vos, 2000).
Se ha estimado en Asturias la mortalidad de jabalí por lobo mediante un estudio de la dieta
basado en análisis de excrementos, estimas de densidad y estadísticas de caza. El jabalí
representó el 3-31% de la biomasa de alimento en excrementos, estimándose que el 75% de
los jabalíes eran juveniles. Se estimó la mortalidad de jabalíes en un 38%, estimándose que la
depredación por lobos causó el 12% de la mortalidad, afectando al 4,5% de la población de
jabalí (Nores et al., 2008).2
La proporción de ungulados silvestres en relación a la de domésticos en la dieta depende de la
disponibilidad de ambas clases de presa. Llaneza et al. (1996) analizaron la alimentación del
lobo en dos áreas del occidente asturiano distantes sólo unos 20 km, que se diferenciaban en
la carga de ganado extensivo: en la primera zona, los caballos semisalvajes -que alcanzaban
una densidad 100 veces superior a la de la segunda- constituyeron el 68% de las presas, y los
ungulados silvestres, sólo el 13%. En la segunda zona, los caballos formaron sólo el 8% de la
dieta, mientras que corzos y jabalíes alcanzaron el 80% (Llaneza et al., 1996). Asimismo, en
Los Picos de Europa, los ungulados silvestres (jabalí, rebeco, corzo y ciervo) supusieron el
64,8% de la biomasa consumida, mientras que el ganado, sólo el 34,9% (Llaneza et al., 2000).
En un estudio con lobos radiomarcados en la llanura cerealista de Castilla y León, se ha
demostrado que la mayoría del ganado que consumen los lobos lo hacen en forma de carroña.
Los lobos radiomarcados fueron a comer a muladares o lugares con ganado muerto el 73% de
las noches (n= 59) en que fueron seguidos (Blanco y Cortés, 1999; Cortés, 2001).
En medios humanizados del centro de Portugal situados al sur del Duero, un análisis de
excrementos (n= 295) mostró una fuerte dependencia del ganado en la dieta, predominando las
cabras (62% de los excrementos), seguido de ganado vacuno (20%), ovejas (13%) y
lagomorfos (1%). El único ungulado silvestre fue el jabalí, encontrado solamente en el 4% de
los excrementos (Torres et al., 2015)3.
La dieta del lobo en el noroeste ibérico ha estado basada durante las tres últimas décadas en
alimentos de origen humano (> 94%) y ha pasado de tener una dieta amplia compuesta de
cerdos, gallinas, cabras y perros a una dieta menos variada compuesta de ganado vacuno y
caballar (Llaneza y López-Bao, 2015)3.
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 2-04-2008; 2. Alfredo Salvador. 13-10-2011; 3. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Biología de la reproducción
En España el celo suele producirse en marzo (entre finales de enero y principios de abril) y,
tras 63 días de gestación, se producen los partos, generalmente en mayo (entre abril y
principios de junio), más temprano en las regiones más meridionales. Los lobos suelen ser
monógamos. En las manadas estables normalmente sólo copulan los individuos dominantes de
cada sexo, por lo que se suele producir una sola camada por manada, aunque con alta
disponibilidad de alimento se pueden producir dos o incluso tres camadas por manada. En
España, el tamaño medio de 129 camadas observadas en verano fue de 5,33 lobeznos (Blanco
et al., 1990a), pero en 1989 se estudió en la provincia de Valladolid una camada de 10
lobeznos, todos los cuales sobrevivieron al menos hasta los tres meses y medio de edad (L.M.
Barrientos, com. pers.). Como ocurre en otros lugares, en Castilla y León, los lobeznos
permanecen en zonas concretas, llamadas centros de reunión, hasta los cinco meses edad
(septiembre u octubre), y a partir de entonces inician los desplazamientos con otros miembros
de la manada (Blanco y Cortés, 1999).
Los lobos se hibridan con otras especies del género Canis, produciendo descendencia fértil. En
España, se conocen hibridaciones entre perros y lobos en libertad (Valverde e Hidalgo, 1979;
Teruelo y Valverde, 1992), y se han fotografiado manadas que contienen varios ejemplares
híbridos (Gragera, 2001). Por el contrario, Vilà y Wayne (1999) examinaron el ADN mitocondrial
(que sólo se hereda por vía materna) de 107 lobos españoles, y no encontraron secuencias
propias de perros. Los autores descartan que los descendientes de cruzamientos entre perras
y machos de lobos se integren con frecuencia en la población silvestre, pero este estudio no
permite descartar por completo la hibridación entre lobas y machos de perros.
Depredadores
Aparte del hombre, no hay datos de otros depredadores en la Península Ibérica.
Parásitos y enfermedades
Se citan los siguientes en la Península Ibérica (Fraga de Azebedo et al., 19741, Cordero del
Campillo et al., 19943; Miquel et al., 1996; Balmori et al., 2000; Torres et al., 2000; Panadero et
al., 2001; Segovia et al., 2001; 2003; Domínguez y de la Torre, 2002, Segovia et al., 20072;
Figueiredo et al., 20161):
Trematodos: Alaria alata, Dicrocoelium dendriticum.
Pentastómidos: Linguatula serrata.
Cestodos: Dipylidium caninum, Mesocestoides sp., Moniezia sp., Multiceps multiceps, Taenia
hydatigena, T. multiceps, T. pisiformis, T. serialis.
Recientemente se ha encontrado el parásito Echinococcus granulosus en lobos del norte
peninsular (Fernández de Luco et al., 1997). Su fase larvaria es la causante de la hidatidosis en
el hombre y en los ungulados. Se ha observado una prevalencia del 15% del cestodo
Echinococcus granulosus en una muestra de lobos ibéricos (n = 27). La intensidad media de
parasitación fue de 71 (rango = 1-147 E. granulosus por hospedador) (Sobrino et al., 2006).1
Nematodos: Ancylostoma caninum, Angiostrongylus vasorum, Crenosoma vulpis, Dirofilaria
immitis, Eucoleus aerophilus, Nematodirus sp., Pearsonema plica, Spirocerca lupi, Toxascaris
leonina, Toxocara canis, Trichinella nelsoni, Trichinella spiralis, Trichuris vulpis, Uncinaria
stenocephala.
Protozoos: Sarcocystis sp., Eimeria sp., Isospora sp.
Se han detectado anticuerpos de Neospora caninum, protozoo coccidio causante de la
neosporosis, en el 21,4% de una muestra de lobos de España (n= 28) (Sobrino et al., 2008).2
Se han encontrado anticuerpos de Toxoplasma gondii, protozoo parásito causante de la
toxoplasmosis, en 15 de 32 (46,9%) lobos ibéricos examinados (Sobrino et al., 2007).1
Se ha diagnosticado leishmaniasis (Leishmania infantum) en tres ejemplares de Zamora
(Gortázar, 1999), en lobos del centro de Portugal y del centro y norte de España (Sastre et al.,
2008).2 Se ha encontrado infección por Leishmania infantum en el 20,5% de una muestra de lobos
de España (n= 39) (Sobrino et al., 2008). 2
Sifonapteros: Pulex irritans, Paraceras melis melis (Domínguez, 2003, 2004; Santos-Silva et al.,
2006).1
Ácaros: Ixodes ricinus, Dermatocentor reticulatus, Dermatocentor marginatus, Rhipicephalus
pusillus, Rhipicephalus sanguineus (Cordero del Campillo et al., 19943; Domínguez, 2003,
2004; Santos-Silva et al., 2006).1
Se ha diagnosticado sarna sarcóptica, producida por el ácaro Sarcoptes scabiei, en un
ejemplar de Álava (Gortázar, 1999). Las poblaciones de S. scabiei presentes en lobos ibéricos
tienen una diversidad genética más elevada que otras poblaciones europeas (Oleaga et al.,
20133). Los lobos del norte de España muestran prevalencia de respuesta alopécica a la sarna
sarcóptica en detrimento de la respuesta de hiperqueratosis observada generalmente en
ungulados y zorro (Oleaga et al., 20123). En una muestra de lobos de Asturias (n= 88) recogida
durante el periodo 2004-2010, los valores de seroprevalencia fueron del 20% para Sarcoptes
scabiei (Oleaga et al., 2015)3.
Bacterias: Se han detectado en lobos de Portugal Escherichia coli resistentes (Simões et al.,
2012)3. Se han detectado en lobos del norte de España las variedades Canicola,
Icterohaemorrhagiae, Sejroe, Ballum y Grippotyphosa de Leptospira interrogans (Millán et al.,
2014)3.
Virus: Los lobos probablemente pueden tener las mismas enfermedades que los perros. La
rabia canina, que afectó a los lobos en el pasado (Teruelo y Valverde, 1992), fue erradicada en
España a mediados del siglo XX. Al igual que en otros países se ha detectado moquillo (Brand
et al., 1995) y parvovirosis (Mech y Goyal, 1995) en los lobos; en España se ha confirmado su
presencia recientemente.
En una muestra de 37 lobos ibéricos del período 1997-2007 se detectaron mediante ELISA
anticuerpos de moquillo y de parvovirosis canina. Se detectó una mayor prevalencia de
moquillo en Castilla y León (100%) que en la región cantábrica (53,3%) (Sobrino et al., 2008).1
En una muestra de lobos de Asturias (n= 88) recogida durante el periodo 2004-2010, los
valores de seroprevalencia fueron del 19% para parvovirus canino (CPV) del 61% para virus
distemper canino (CDV) (Oleaga et al., 2015)3.
En una muestra de lobos del norte de España (n= 54) recogida durante el periodo 2010-2013,
se detectó exposición al parvovirus canino-2 (CPV), y a los adenovirus canino-1 y 2 (CAV-1 y
CAV-2). La probabilidad de exposición al CPV se correlacionó significativamente con la
densidad de granjas, lo que sugiere que los perros podrían ser el origen de la infección (Millán
et al., 2016)3.
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 2-04-2008; 2. Alfredo Salvador. 13-10-2011; 3. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Actividad
Cuatro de los seis lobos radiomarcados en las provincias de León y Zamora fueron claramente
nocturnos; la actividad solía comenzar una hora después de anochecer y terminaba después
del amanecer. La actividad nocturna mostraba un mínimo hacia la mitad de la noche. Aunque
de forma esporádica estuvieron activos durante el día, en general, durante las horas de luz
permanecían encamados en manchas espesas de vegetación. Una hembra criando mostró
actividad diurna durante las primeras 6 semanas -cuando los lobeznos están aún en la
madriguera- recuperando progresivamente la actividad nocturna (Vilà et al., 19902, 1995). Los
lobos radiomarcados en la llanura cerealista muestran también una actividad esencialmente
nocturna, aunque durante las primeras horas de la mañana el día están con frecuencia activos
y a veces realizan largos desplazamientos (Blanco y Cortés, 1999).
Dominio vital
El tamaño de los territorios de las manadas suele ser inversamente proporcional a la
disponibilidad de alimento y, en consecuencia, suele ser mucho mayor en las regiones
septentrionales que en las templadas (Mech, 1970).
En España, un estudio sobre el uso del espacio en los lobos se realizó con seis lobos
radiomarcados en la Cabrera leonesa y la Carballeda zamorana, cuya presa principal era el
corzo (Vilà et al., 1990). El tamaño medio de las áreas de campeo fue de 350 km2 -con valores
extremos de 892 y 100 km2-, aunque la extensión media utilizada de forma regular en periodos
de algunos meses fue de unos 200 km2. Las áreas de campeo de algunos de estos ejemplares
se solapaban parcialmente. La mayor parte de las localizaciones se concentraban en pequeñas
zonas boscosas, que los lobos utilizaban para refugiarse en las horas del día. Los
desplazamientos medios diarios fueron de 10-12 km, aunque un ejemplar llegó a recorrer casi
60 km en 24 horas (Vilà et al., 1990).
Otro estudio se llevó a cabo en zonas agrícolas de Castilla y León con 12 lobos radiomarcados
cuya principal fuente de alimentación son las carroñas (Blanco y Cortés, 1999; Cortés, 2001).
Doce territorios (algunos de ellos corresponden a los mismos lobos, antes y después de la
dispersión) midieron de media 262 km2 (rango 106-532 km2) con el método del mínimo
polígono convexo considerando todas las localizaciones; 128 km2 (rango 56-200 km2)
considerando el 95% de las localizaciones; y 165 km2 (rango 37-211 km2) considerando sólo
los puntos de encame. Las zonas de uso intenso correspondieron a las madrigueras y las
zonas de reunión de los cachorros, se localizaron preferentemente en los montes-isla de la
llanura cerealista y midieron de media 8,0 km2 (rango, 0,8-22,2 km2; método del 50% fixel
kernel). La distancia media recorrida por noche fue de 19,5 km (rango, 1-48 km), y la distancia
media entre encames de días consecutivos fue de 4,1 km (rango 0-28 km). Los individuos
flotantes mostraron áreas de campeo irregulares, mucho mayores que los territoriales, que
superaron los 1.500 km2 (Blanco y Cortés, 1999; Cortés, 2001; Cortés y Blanco, 2003).
El tamaño del dominio vital de dos lobos de un año que habían sido ingresados en un centro de
recuperación del norte de Portugal fue tras su liberación fue de 643 km2 y de 574 km2
respectivamente (Rio-Maior et al., 2016)3.
Dispersión
Los lobos jóvenes suelen dispersarse cuando tienen entre 1 y 3 años de edad (Gese y Mech,
1991). En el estudio realizado en la llanura cerealista, 6 lobos radiomarcados de edad conocida
se dispersaron de media a los 26,3 meses (rango: 18 -31 meses); la distancia media de
dispersión de 7 ejemplares fue de 34,4 km (rango 13-50 km), aunque un octavo lobo se perdió
durante la dispersión, probablemente a una distancia superior a 50 km. De 9 ejemplares que
comenzaron a dispersarse, 5 se establecieron y criaron en la nueva zona, 3 murieron y uno se
perdió (Blanco y Cortés, 2007).
sugieren que estos excrementos de marcaje son depositados por la pareja alfa, que está sujeta
a mayor estrés social que los subordinados y que la supresión reproductiva de los
subordinados no está mediada por una elevación crónica de glucocorticoides (Barja et al.,
2008).2
Cuanto mayor es el área de los cruces y el número de caminos que lo componen, los lobos
depositan más excrementos (Barja, 2003; Barja et al., 2004). En la zona del cubil depositan los
excrementos en sustratos no conspicuos y al nivel del suelo, mientras que en el resto del
territorio son depositados en sustratos conspicuos y por encima del nivel del suelo. En la zona
del cubil depositan los excrementos en el centro y lados de las pistas mientras que en el resto
del territorio las depositan en los lados (Barja et al., 2005).1
Otras contribuciones: 1. Alfredo Salvador. 2-04-2008; 2. Alfredo Salvador. 13-10-2011; 3. Alfredo Salvador. 5-04-2017
Bibliografía
Alexandre, A. S., Candido, A. T., Petrucci-Fonseca, F. (2000). A populacao lupina Portuguesa a
sul do Rio Douro. Galemys, 12 (Número Especial): 113-122.
Alvares, F., Alonso, P., Sierra, P., Fernández-Gil, A. (2010). El uso de datos de mortalidad en
estudios de las poblaciones ibéricas de lobos. Pp. 91-112. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F.,
Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.) (2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas para el
diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia. 208 pp.
Alvares, F., Pereira, E., Petrucci-Fonseca, F. (2000). O lobo no Parque Internacional Geres-
Xures. Situacao populacional, aspectos ecologicos e perspectivas de conservacao. Galemys,
12 (Número Especial): 223-239.
Araújo, M. B., Guilhaumon, F., Rodrigues Neto, D., Pozo Ortego, I., Gómez Calmaestra, R.
(2011). Impactos, vulnerabilidad y adaptación de la biodiversidad española frente al cambio
climático. 2. Fauna de vertebrados. Dirección general de medio Natural y Política Forestal.
Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Madrid. 640 pp.
Balmori, A., Rico, M., Naves, J., Llamazares, E. (2000). Contribución al estudio de los
endoparásitos del lobo en la Península Ibérica: una investigación coprológica. Galemys, 12
(n.e.): 13-26.
Bárcena, F. (1976). Censo de camadas de lobo en la mitad norte de la provincia de Lugo (año
1975) y algunos datos sobre la población de los mismos. Bol. Est. Cent. Ecología, 5: 45-55.
Barja, I. (2003). Patrones de señalización con heces en el lobo ibérico. Etología, 11: 1-7.
Barja, I. (2009a). Prey and prey-age preference by the Iberian wolf Canis lupus signatus in a
multiple-prey ecosystem. Wildlife Biology, 15 (2): 147-154.
Barja, I. (2009b). Decision making in plant selection during the faecal-marking behaviour of wild
wolves. Animal Behaviour, 77 (2): 489-493.
Barja, I., de Miguel, F. J., Bárcena, F. (2004). The importance of crossroads in faecal marking
behaviour of the wolves (Canis lupus). Naturwissenschaften, 91 (10): 489-492.
Barja, I., de Miguel, F. J., Bárcena, F. (2005). Faecal marking behaviour of Iberian wolf in
different zones of their territory. Folia Zoologica, 54 (1-2): 21-29.
Barja, I., Silván, G., Illera, J. C. (2008). Relationships between sex and stress hormone levels in
feces and marking behavior in a wild population of Iberian wolves (Canis lupus signatus).
Journal of Chemical Ecology, 34 (6): 697-701.
Barrientos, L. M. (1989). Situación del lobo en la provincia de Valladolid. Quercus, 45: 22-26.
Barrientos, L. M. (2000). Tamaño y composición de diferentes grupos de lobos en Castilla y
León. Galemys, 12 (nº. esp.): 249-256.
Blanco, J. C. (2003). Situación y evolución del lobo en España. Seminario Internacional sobre
la Gestión y Conservación del lobo. 5-9 nov. 2003. Segovia.
Blanco, J. C., Cuesta, L., Reig, S. (1990). El lobo en España: una visión global. Pp. 69-94. En:
Blanco, J.C., Cuesta, L., Reig, S. (Eds.). El lobo (Canis lupus) en España. Situación,
problemática y apuntes sobre su ecología. ICONA, Colección Técnica, Madrid.
Blanco, J. C., Cuesta, L., Reig, S. (1990). Situación y problemática del lobo en España.
Quercus, 52: 10-19.
Blanco, J.C., Reig, S., Cuesta, L. (1992). Distribution, status and conservation problems of the
wolf Canis lupus in Spain. Biological Conservation, 60: 73-80.
Blanco, J. C., Reig, S., Cuesta, L., Seijas, J., Barrientos, L. M., Barrios, L., Grande del Brío, R.
(1990). El lobo en Castilla-León. Pp. 45-56. En: Blanco, J. C., Cuesta, L., Reig, S. (Eds.). El
lobo (Canis lupus) en España. Situación, problemática y apuntes sobre su ecología. ICONA,
Colección Técnica, Madrid.
Blanco, J. C., Rodríguez, A., Cuesta, L., Reig, S., Del Olmo, J. C. (1990). El lobo en Sierra
Morena. Pp. 61-68. En: Blanco, J. C., Cuesta, L., Reig, S. (Eds.). El lobo (Canis lupus) en
España. Situación, problemática y apuntes sobre su ecología. ICONA, Colección Técnica.
Madrid.
Blanco, J. C., Sáenz de Buruaga, M., Llaneza, L. (2002). Canis lupus Linnaeus, 1758. Pp. 234-
237. En: Gisbert, J., Palomo, L. J. (Ed.). Atlas de los mamíferos terrestres de España. Dirección
General de Conservación de la Naturaleza- SECEM- SECEMU, Madrid.
Blanco, J. C., Sáenz de Buruaga, M., Llaneza, L. (2007). Canis lupus Linnaeus, 1758. Pp. 272-
276. En: Palomo, L. J., Gisbert, J., Blanco, J. C. (Eds.). Atlas y libro rojo de los mamíferos
terrestres de España. Dirección General de Conservación de la Naturaleza- SECEM- SECEMU,
Madrid. 588 pp.
Berger, J., Stacey, P. B., Bellis, L., Johnson, M. P. (2001). A mammalian predator-prey
imbalance: grizzly bear and wolf extinction affect avian Neotropical migrants. Ecological
Applications, 11: 947-960.
Boitani, L. (2000). Action plan for the conservation of wolves in Europe (Canis lupus). Nature
and Environment, Nº 113. Consejo de Europa, Estrasburgo.
Brand, C. J., Pybus, M. J., Ballard, W. B., Peterson, R. O. ( 1995). Infectious and parasitic
diseases of the gray wolf and other potential effects on wolf populations in North America. Pp.
419-429. En: Carbyn, L. N., Fritts, S. H., Seip, D. R. (Eds.). Ecology and conservation of wolves
in a changing world. Canadian Circumpolar Institute, University of Alberta. Edmonton, Alberta.
Braña, F., del Campo, J. C., Palomero, G. (1982). Le loup au versant nord de la Cordillière
Cantabrique. Acta Biol. Montana, 1: 33-52.
Cabrera, A. (1907). Los lobos en España. Bol. Real Soc. Españ. Hist. Nat., 7: 193-198.
Cabrera, A. (1914). Fauna Ibérica. Mamíferos. Museo Nacional de Ciencias Naturales, Madrid.
Cano, C., de la Bodega, D., Ayerza, P., Mínguez, E. (2016). El veneno en España. Evolución
del envenenamiento de fauna silvestre (1992-2013). WWF y SEO/BirdLife, Madrid. 48 pp.
Carreira, R. S., Petrucci-Fonseca, F. (2000). Lobo na regiao oeste de Tras-os-Montes
(Portugal). Galemys, 12 (Número Especial): 123-134.
Carril González-Barros, S. T., Alvarez Pineiro, M. E., Lozano Simal, J., Lage Yusty, M. A.
(1997a). Levels of aliphatic hydrocarbons in viscera of wolves (Canis lupus, L) in Galicia (N. W.
Spain). Bulletin of Environmental Contamination and Toxicology, 59 (4): 543-547.
Carril González-Barros, S. T., Alvarez Pineiro, M. E., Lozano Simal, J., Lage Yusty, M. A.
(1997b). PCBs and PCTs in wolves (Canis lupus, L) in Galicia (N. W. Spain). Chemosphere,
35 (6): 1243-1247.
Carril González-Barros, S. T., Alvarez Pineiro, M. E., Simal Lozano, J., Lage Yusty, M. A.
(1998a). Organochlorine residues in wolves' viscera from Galicia (northwest Spain). Bulletin of
Environmental Contamination and Toxicology, 60 (5): 709-715.
Carril González-Barros, S. T., Alvarez Pineiro, M. E., Lozano Simal, J., Lage Yusty, M. A.
(1998b). Aliphatic hydrocarbons in wolf tissue samples from Galicia (N. W. Spain).
Chemosphere, 36 (3): 597-602.
Carril González-Barros, S. T., Alvarez Pineiro, M. E., Simal Lozano, J., Lage Yusty, M. A.
(2000). Organochlorine pesticides in wolves from Galicia. Ecotoxicology and Environmental
Safety, 45 (3): 247-252.
Castroviejo, J., Palacios, F., Garzón, J., de la Cuesta, L. (1981). Sobre la alimentación de los
canídos ibéricos. Actas XII Congr. Intern. Biol. Caza. Lisboa, 1975.
Cayuela, L. (2004). Habitat evaluation for the Iberian wolf Canis lupus in Picos de Europa
National Park, Spain. Applied Geography, 24 (3): 199-215.
Colino-Rabanal, V. J., Lizana, M., Peris, S. J. (2011). Factors influencing wolf Canis lupus
roadkills in Northwest Spain. European Journal of Wildlife Research, 57 (3): 399-409.
Cordero del Campillo, M., Castañón Ordóñez, L., Reguera Feo, A. (1994). Índice- catálogo de
zooparásitos ibéricos. Segunda edición. Secretariado de publicaciones, Universidad de León.
650 pp.
Cortés, Y. (2001). Ecología y conservación del lobo (Canis lupus) en medios agrícolas. Tesis
doctoral. Universidad Complutense de Madrid, Madrid.
Cortés, Y., Blanco, J. C. (2003). Habitat use by wolves in a humanized area of north-central
Spain. World Wolf Congress 2003, Banff, Alberta.
Cuesta, L., Bárcena, F., Palacios, F., Reig, S. (1991). The trophic ecology of the Iberian wolf
(Canis lupus signatus Cabrera, 1907). A new analysis of stomach's data. Mammalia, 55 (2):
239-254.
Delibes, M. (1990). Statut et conservation du loup (Canis lupus) dans les Etats membres du
Conseil de l'Europe. Conseil de l'Europe. Collection Sauv egarde de la Nature, 47. Strasbourg.
Domínguez, G. (2002). Ectoparásitos de los mamíferos silvestres del norte de Burgos (España).
Galemys, 15 (1): 47-60.
Domínguez, G. (2004). North Spain (Burgos) wild mammals ectoparasites. Parasite, 11 (3):
267-272.
Domínguez, G., De la Torre, J. A. (2003). Aportaciones al conocimiento de los endoparásitos
del lobo ibérico (Canis lupus signatus Cabrera, 1907) en el norte de Burgos. Galemys, 14: 49-
58.
Echegaray, J., Illana, A., Hernando, A., Martínez de Lecea, F., Bayona, J., de la Torre, J. A.,
Paniagua, D., Covela, I., Vila, C. (2007-2008). Uso de técnicas moleculares para sexar lobos
(Canis lupus) a partir de muestras fecales del País Vasco y su entorno. Estudios del Museo de
Ciencias Naturales de Alava, 22: 129-131.
Echegaray, J., Vila, C. (2010). Noninvasive monitoring of wolves at the edge of their distribution
and the cost of their conservation. Animal Conservation, 13 (2): 157-161.
Eggermann, J., Ferrao da Costa, G., Guerra, A. M., Kirchner, W. H., Petrucci-Fonseca, F.
(2011). Presence of Iberian wolf (Canis lupus signatus) in relation to land cover, livestock and
human influence in Portugal. Mammalian Biology, 76 (2): 217-221.
Fernández, J. M., Ruiz de Azúa, N. (2010). Historical dynamics of a declining wolf population:
persecution vs. prey reduction. European Journal of Wildlife Research, 56 (2): 169-179.
Fernández-Gil, A., Alvares, F., Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.) (2010). Los lobos de la Península
Ibérica. Propuestas para el diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia. 208 pp.
Fernández-Gil, A., Barrientos, L. M., Nuño, A. (2010). Cómo estimar el tamaño medio de grupo
en diferentes estaciones en las poblaciones ibéricas de lobo. Pp. 69-86. En: Fernández-Gil, A.,
Alvares, F., Vilà, C., Ordiz, A.. (Eds.) (2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas
para el diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia. 208 pp.
Fernández de Luco, D., Gortázar, C., Varea, R. (1997). Presencia de Echinococcus granulosus
(Cestoda) en un lobo Ibérico (Canis lupus). Doñana, Acta Vertebrata, 24 (1-2): 207-210.
Fernández-Gil, A., Naves, J., Ordiz, A., Quevedo, M., Revilla, E., Delibes, M. (2016). Conflict
Misleads Large Carnivore Management and Conservation: Brown Bears and Wolves in Spain.
Plos One, 11 (3): e0151541.
Figueiredo, A., Oliveira, L., Madeira de Carvalho, L., Fonseca, C., Torres, R. T. (2016). Parasite
species of the endangered Iberian wolf (Canis lupus signatus) and a sympatric widespread
carnivore. International Journal for Parasitology: Parasites and Wildlife, 5 (2): 164-167.
Fraga de Azevedo, J., Palmeiro, J. M., Rombert, P. (1974). Aspectos da triquinelose em
Portugal. A proposito de um caso de parasitisimo no Canis lupus L. Anais do Instituto de
Higiene e Medicina Tropical, 2 (1-4): 349-356.
Garzón, J. (1974). Especies en peligro: el lobo. Adena, 8: 6-13.
Garzón, J. (1979). La apasionada geografía del lobo. Trofeo, 104: 26-28.
Grande del Brío, R. (1984). El lobo ibérico. Biología y mitología. Blume, Madrid.
Gese, E. M., Mech, L. D. (1991). Dispersal of wolves (Canis lupus) in northeastern Minnesota,
1969-1989. Canadian Journal of Zoology, 69: 2946-55.
Godinho, R., Llaneza, L., Blanco, J. C., Lopes, S., Alvares, F., García, E. J., Palacios, V.,
Cortés, Y., Talegón, J., Ferrand, N. (2011). Genetic evidence for multiple events of hybridization
between wolves and domestic dogs in the Iberian Peninsula. Molecular Ecology, 20 (24): 5154-
5166.
Gortázar, Ch. (1999). Enfermedades. Pp. 210-231. En: Blanco, J.C., Cortés, Y. (Eds.). Estudios
aplicados para paliar el efecto de las autovías en las poblaciones del lobo en España. Dirección
General de Conservación de la Naturaleza, Ministerio de Medio Ambiente. Madrid.
Gragera, F. (2001). El legado del lobo. Colección Estudio, Mérida.
Grau, J. M. T., Puig, R., Ruiz-Olmo, J. (1990). Persecución del lobo (Canis lupus L., 1758) en
Girona (NE ibérico) durante los siglos 18 y 19: ejemplo de utilización de datos de archivo.
Miscellania Zoologica, 14: 217-223.
Grilo, C., Moco, G., Candido, A. T., Alexandre, A. S., Petrucci-Fonseca, F. (2002). Challenges
for the recovery of the Iberian wolf in the Douro River south region. Revista de Biologia, 20 (1-
4): 121-133.
Guitián, J., De Castro, A., Bas, S., Sánchez, J. L. (1979). Nota sobre la dieta del lobo (Canis
lupus L.) en Galicia. Trabajos Compostelanos de Biología, 8: 95-104.
Guitián, J., Sánchez, J. L., De Castro, A., Bas, S., (1979). Nota sobre el dimorfismo sexual en
algunos cráneos del lobo (Canis lupus L.) en Galicia. Trabajos Compostelanos de Biología, 8:
87-94.
Hernández-Moreno, D., de la Casa Resino, I., Fidalgo, L. E., Llaneza, L., Soler Rodriguez, F.,
Pérez-López, M., López-Beceiro, A. (2013). Noninvasive heavy metal pollution assessment by
means of Iberian wolf (Canis lupus signatus) hair from Galicia (NW Spain): a comparison with
invasive samples. Environmental Monitoring and Assessment, 185 (12): 10421-10430.
IUCN (1996). 1996 IUCN Red List of Threatened Animals. IUCN, Gland, Suiza.
Jiménez, J., García, E. J., Llaneza, L., Palacios, V., González, L. M., García-Domínguez, F.,
Muñoz-Igualada, J., López-Bao, J. V. (2016). Multimethod, multistate Bayesian hierarchical
modeling approach for use in regional monitoring of wolves. Conservation Biology, 30 (4): 883-
893.
Kluth, G., Reinhardt, I. (2003). Wolves in Germany – returning slowly – but surely? World Wolf
Congress 2003. Banff. Alberta, Canada.
Llaneza, L. (1999). Hábitos alimenticios del lobo en la cordillera Cantábrica. Quercus, 157: 16-
19.
Llaneza, L., Alvares, F., Ordiz, A., Sierra, P., Uzal, A. (2004). Distribución y aspectos
poblacionales del lobo ibérico en la Provincia de Ourense. Ecología, 18: 227-238.
Llaneza, L., Blanco, J. C. (2002). Diagnóstico de las poblaciones de lobo en Castilla y León.
Consejería de Medio Ambiente de Castilla y León, Valladolid.
Llaneza, L., Blanco, J. C. (2005). Situación del lobo (Canis lupus L.) en Castilla y León en 2001.
Evolución de sus poblaciones. Galemys, 17 (Número Especial): 15-28.
Llaneza, L., Ordiz, A. (2003). Distribución y aspectos poblacionales del lobo ibérico (Canis
lupus signatus) en la provincia de Lugo. Galemys, 15: 55-66.
Llaneza, L., Fernández, A., Nores, C. (1996). Dieta del lobo en dos zonas de Asturias (España)
que difieren en carga ganadera. Doñana, Acta Vertebrata, 23: 201-213.
Llaneza, L., García, E. J., López-Bao, J. V. (2014). Intensity of Territorial Marking Predicts Wolf
Reproduction: Implications for Wolf Monitoring. Plos One, 9 (3): e93015.
Llaneza, L., García, E. J., Palacios, V., Sazatornil, V., López-Bao, J. V. (2016). Resting in risky
environments: the importance of cover for wolves to cope with exposure risk in human-
dominated landscapes. Biodiversity and Conservation, 25 (8): 1515-1528.
Llaneza, L., Herrador, R., García, V. M., Callejo, A. (2009). Seguimiento estival e invernal de
lobos en los Ancares lucenses. Galemys, 21 (Número Especial): 217-231.
Llaneza, L., López-Bao, J. V., Sazatornil, V. (2012). Insights into wolf presence in human-
dominated landscapes: the relative role of food availability, humans and landscape attributes.
Diversity and Distributions, 18 (5): 459-469.
Llaneza, L., Ordiz, A., Palacios, B., García, E. J. (2003). Situación del lobo en Asturias, 2003.
Consejería de Med. Amb., Ord.Territ. e Infraestructuras. Principado de Asturias, Oviedo.
Llaneza, L., Ordiz, A., Palacios, V., Uzal, A. (2005). Monitoring wolf populations using howling
points combined with sign survey transects. Wildlife Biology in Practice, 1 (2): 108-117.
Llaneza, L., Ordiz, A., Uzal, A., Álvarez, F., Sierra, P., Palacios, V., Sazatornil, V. (2003).
Distribución y aspectos poblacionales del lobo ibérico (Canis lupus signatus) en las provincias
de A Coruña y Pontevedra. Panel presentado en las VI Jornadas de la SECEM, Ciudad Real,
5-8 diciembre de 2004.
Llaneza, L., Iglesias, J. Rico, M., (2000). Hábitos alimenticios del lobo ibérico en el antiguo
Parque Nacional de la Montaña de Covadonga. Galemys, 12: 93- 102.
Llaneza, L., López-Bao, J. V. (2015). Indirect effects of changes in environmental and
agricultural policies on the diet of wolves. European Journal of Wildlife Research, 61 (6): 895-
902.
Llaneza, L., Nuñez-Quirós, P. (2009). Distribution of the Iberian wolf (Canis lupus signatus) in
Galicia (NW Spain): concordance between field sampling and questionnaires. Wildlife Biology in
Practice, 5 (1): 23-32.
Llaneza, L., Rico, M., Iglesias, J. (1998). Descripción y resultados de varios métodos de
muestreo para la detección y censo de lobo ibérico (Canis lupus signatus) en una zona de
montaña. Galemys, 10: 135-150.
Llaneza, L., Rico, M., Iglesias, J. (2000). El lobo ibérico en el antiguo Parque Nacional de la
Montaña de Covadonga: situación, daños y problemática social. Galemys, 12 (n.e.): 79-92.
López-Bao, J. V., Sazatornil, V., Llaneza, L., Rodríguez, A. (2013). Indirect Effects on
Heathland Conservation and Wolf Persistence of Contradictory Policies that Threaten
Traditional Free- Ranging Horse Husbandry. Conservation Letters, 6 (6): 448-455.
López Redondo, J., López Redondo, G. (1992). Aproximación a los primeros resultados
globales provisionales del PMVC. Pp. 22-34. Tomo I. I Jornadas para el Estudio y Prevención
de la Mortalidad de Vertebrados en Carreteras. Coordinadora de Organizaciones de Defensa
Ambiental. Madrid.
Lozano, J., Fuente, U., Atienza, J. C., Cabezas, S., Aransay, N., Hernáez, C., Virgós, E.
(Coord.) (2016). Zonas Importantes para los Mamíferos (ZIM) de España. SECEM-Tundra
Ediciones, Castellón. 780 pp.
Martín, J., Barja, I., López, P. (2010). Chemical scent constituents in feces of wild Iberian
wolves (Canis lupus signatus). Biochemical Systematics and Ecology, 38 (6): 1096-1102.
Mech, L. D. (1970). The wolf. The ecology and behavior of an endangered species. Univ. of
Minnesota Press, Minneapolis, London.
Mech, L. D. (1995). The challenge and opportunity of recovering wolf populations. Conservation
Biology, 9: 270-278.
Mech, L. D. (1999). Alpha status, dominance, and division of labor in wolf packs. Canadian
Journal of Zoology, 77: 1196-1203.
Mech, L. D., Goyal, S. M. (1995). Effects of canine parvovirus on gray wolves in Minnesota.
Journal of Wildlife Management, 59(3): 565-570.
Mech, L. D., Peterson, R. O. (2003). Wolf-Prey Relations. Pp. 131-160. En: Mech, L. D., Boitani,
L. (Eds.). Wolves: Ecology, Behavior, and Conservation. University of Chicago Press, Chicago.
Mech, L. D., Adams, L. G., Meier, T. J., Burch, J. W., Dale, B. D. (1998). The wolves of Denali.
University of Minnesota Press, Minneapolis, London.
Mech, L. D., Boitani, L. (2011). Canis lupus. En: IUCN Red List of Threatened Species. Version
2011.1. <www.iucnredlist.org>.
Millán, J., García, E. J., Oleaga, A., López-Bao, J. V., Llaneza, L., Palacios, V., Candela, M. G.,
Cevidanes, A., Rodríguez, A., León-Vizcaíno, L. (2014). Using a top predator as a sentinel for
environmental contamination with pathogenic bacteria: the Iberian wolf and leptospires.
Memorias do Instituto Oswaldo Cruz, 109 (8): 1041-1044.
Millán, J., López-Bao, J. V., García, E. J., Oleaga, A., Llaneza, L., Palacios, V., de la Torre, A.,
Rodríguez, A., Dubovi, E. J., Esperón, F. (2016). Patterns of Exposure of Iberian Wolves (Canis
lupus) to Canine Viruses in Human-Dominated Landscapes. EcoHealth, 13 (1): 123-134.
Miquel, J., Segovia, J. M., Torres, J., Llaneza, L. (1996). On the helminthfauna of the wolf,
Canis lupus L. (Carnivora: canidae) in northern Spain. Parassitologia, 38 (1-2): 17.
Nores, C., Llaneza, L., Alvarez, M. A. (2008). Wild boar Sus scrofa mortality by hunting and wolf
Canis lupus predation: an example in northern Spain. Wildlife Biology, 14 (1): 44-51.
Nowak, R. M. (1995). Another look at wolf taxonomy. Pp. 375-397. En: Carbyn, L. N., Fritts, S.
H., Seip, D. R. (Eds.). Ecology and conservation of wolves in a changing world. Canadian
Circumpolar Institute, University of Alberta. Edmonton, Alberta.
Oleaga, A., Alasaad, S., Rossi, L., Casais, R., Vicente, J., Maione, S., Soriguer, R. C., Gortázar,
C. (2013). Genetic epidemiology of Sarcoptes scabiei in the Iberian wolf in Asturias, Spain.
Veterinary Parasitology, 196 (3-4): 453-459.
Oleaga, A., Casais, R., Prieto, J. M., Gortázar, C., Balseiro, A. (2012). Comparative pathological
and immunohistochemical features of sarcoptic mange in five sympatric wildlife species in
Northern Spain. European Journal of Wildlife Research, 58 (6): 997-1000.
Oleaga, A., Vicente, J., Ferroglio, E., Pegoraro de Macedo, M. R., Casais, R., del Cerro, A.,
Espi, A., García, E. J., Gortázar, C. (2015). Concomitance and interactions of pathogens in the
Iberian wolf (Canis lupus). Research in Veterinary Science, 101: 22-27.
Ordiz, A., Llaneza, L. (2010). Muestreo de indicios para estimar la abundancia relativa de lobos
en la península ibérica. Pp. 37-50. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F., Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.)
(2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas para el diagnóstico de sus poblaciones.
Ascel, Palencia. 208 pp.
Palacios, V., López-Bao, J. V., Llaneza, L., Fernández, C., Font, E. (2016). Decoding Group
Vocalizations: The Acoustic Energy Distribution of Chorus Howls Is Useful to Determine Wolf
Reproduction. Plos One, 11 (5): e0153858.
Panadero, R., Sánchez-Andrade, R., Pedreira, J., Paz, A., Suárez, J. L., Díez-Baños, P. (2001).
Estado de la infección parasitaria del lobo (Canis lupus) en el sur de Galicia. Acta
Parasitologica Portuguesa, 8 (2): 177.
Peris, S., Morales, J. (2004). Use of passages across a canal by wild mammals and related
mortality. European Journal of Wildlife Research, 50 (2): 67-72.
Peters, G. (1993). Canis lupus Linnaeus, 1758 - Wolf. Pp. 47-106. En: Niethammer, J., Krapp,
F. (Eds.). Handbuch der Säugetiere Europas. Band 5: Raubsäuger - Carnivora (Fissipedia). Teil
I: Canidae, Ursidae, Procyonidae, Mustelidae 1. Aula Verlag, Wiesbaden.
Peterson, R. O. (1995). Wolves as interspecific competitors in canid ecology. Pp. 315-324. En:
Carbyn, L. N., Fritts, S. H., Seip, D. R. (Eds.). Ecology and conservation of wolves in a changing
world. Canadian Circumpolar Institute, University of Alberta. Edmonton, Alberta.
Petrucci-Fonseca, F., Pires, A. E., Ribeiro, S., Almendra, L., Clemente, A., Collaco, M. T.,
Matos, J., Simoes, F. (2000). Caes de gado na conservacao do lobo em Portugal. Galemys, 12
(Número Especial): 135-148.
Pilot, M., Greco, C., Vonholdt, B. M., Jedrzejewska, B., Randi, E., Jedrzejewski, W., Sidorovich,
V. E., Ostrander, E. A., Wayne, R. K. (2014). Genome-wide signatures of population
bottlenecks and diversifying selection in European wolves. Heredity, 112 (4): 428-442.
Planella, A., Palacios, V., García, E. J., Llaneza, L., García-Domínguez, F., Muñoz-Igualada, J.,
López-Bao, J. V. (2016). Influence of different GPS schedules on the detection rate of wolf
feeding sites in human-dominated landscapes. European Journal of Wildlife Research, 62 (4):
471-478.
PMVC. (2003). Mortalidad de vertebrados en carreteras. Documento técnico de conservación
nº 4. Sociedad para la Conservación de los Vertebrados (SCV). Madrid. 350 pp.
Porta, X., Llaneza, L. (2001). Diferencias macroscópicas entre pelos de perro (Canis familiaris
Linnaeus, 1758) y lobo Ibérico (Canis lupus signatus Cabrera, 1907). Galemys, 13 (Número
Especial): 205-215.
Rio-Maior, H., Beja, P., Nakamura, M., Santos, N., Brandao, R., Sargo, R., Dias, I., Silva, F.,
Alvares, F. (2016). Rehabilitation and post-release monitoring of two wolves with severe
injuries. Journal of Wildlife Management, 80 (4): 729-735.
Rodríguez, J. J., Yanes, T., Vicente, J. L. (2010). Recogida de muestras biológicas para el
estudio de las poblaciones ibéricas de lobos. Pp. 139-153. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F.,
Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.) (2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas para el
diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia. 208 pp.
Rodríguez-Freire, M., Crecente-Maseda, R. (2008). Directional connectivity of wolf (Canis
lupus) populations in northwest Spain and anthropogenic effects on dispersal patterns.
Environmental Modeling & Assessment, 13 (1): 35-51.
Rosas, M. (2009). Dinámica poblacional del lobo (Canis lupus Linnaeus, 1758) en la zona este
de la provincia de Castello de La Plana durante los siglos XVI-XVII (1566-1624). Galemys, 21
(1): 3-15.
Salvador, A., Abad, P. L. (1987). Food habits of a wolf population (Canis lupus) in León
province, Spain. Mammalia, 51: 45-52.
Santos, N., Maior, H. R., Nakamura, M., Roque, S., Brandao, R., Petrucci-Fonseca, F.,
Palacios, V., García, E., López-Bao, J. V., Llaneza, L., Alvares, F. (2015). Hematology and
serum biochemistry values of free-ranging Iberian wolves (Canis lupus) trapped by leg-hold
snares. European Journal of Wildlife Research, 61 (1): 135-141.
Santos, M., Vaz, C., Travassos, P., Cabral, J. A. (2007). Simulating the impact of socio-
economic trends on threatened Iberian wolf populations Canis lupus signatus in north-eastern
Portugal. Ecological Indicators, 7 (3): 649-664.
Santos-Silva, M., Sousa, R., Santos, A. S., Lopes, D., Queijo, E., Doreta, A., Vitorino, L.,
Bacellar, F. (2006). Ticks and tick-borne rickettsiae surveillance in Montesinho Natural Park,
Portugal. Annals of the New York Academy of Sciences, 1078: 137-142.
Sastre, N., Francino, O., Ramírez, O., Ensenat, C., Sánchez, A., Altet, L. (2008). Detection of
Leishmania infantum in captive wolves from southwestern Europe. Veterinary Parasitology, 158
(1-2): 117-120.
Sastre, N., Vila, C., Salinas, M., Bologov, V. V., Urios, V., Sánchez, A., Francino, O., Ramírez,
O. (2011). Signatures of demographic bottlenecks in European wolf populations. Conservation
Genetics, 12 (3): 701-712.
Segovia, J. M., Guerrero, R., Torres, J., Miquel, J., Feliu, C. (2003). Ecological analyses of the
intestinal helminth communities of the wolf, Canis lupus, in Spain. Folia Parasitologica, 50: 231-
236.
Segovia, J. M., Miquel, J., Torres, J., Feliu, C. (2007). Role of satellite species in helminth
communities of the Iberian wolf (Canis lupus signatus Cabrera, 1907). Research and Reviews
in Parasitology, 67 (1-4): 79-86.
Segovia, J. M., Torres, J., Miquel, J., Llaneza, L., Feliú, C. (2001). Helminths in the wolf, Canis
lupus, from the north-western Spain. J. Helminthology, 75: 183-192.
Schmidt, P. A., Mech, L. D. (1997). Wolf pack size and food acquisition. American Naturalist,
150: 513-517.
Simões, R., Ferreira, C., Gonçalves, J., Álvares, F., Rio-Maior, H., Roque, S., Brandão, R.,
Martins da Costa, P. (2012). Occurrence of virulence genes in multidrug-resistant Escherichia
coli isolates from Iberian wolves (Canis lupus signatus) in Portugal. European Journal of Wildlife
Research, 58 (4): 677-684.
Sobrino, R., Amal, M. C., Luco, D. F., Gortazar, C.. (2008). Prevalence of antibodies against
canine distemper virus and canine parvovirus among foxes and wolves from Spain. Veterinary
Microbiology, 126 (1-3): 251-256.
Sobrino, R., Cabezón, O., Millán, J., Pabón, M., Arnal, M. C., Luco, D. F. Gortazar, C., Dubey,
J. P., Almería, S. (2007). Seroprevalence of Toxoplasma gondii antibodies in wild carnivores
from Spain. Veterinary Parasitology, 148 (3-4): 187-192.
Sobrino, R., Dubey, J. P., Pabón, M., Linarez, N., Kwok, O. C., Millán, J., Arnal, M. C., Luco, D.
F., López-Gatius, F., Thulliez, P., Gortázar, C., Almería, S. (2008). Neospora caninum
antibodies in wild carnivores from Spain. Veterinary Parasitology, 155 (3-4): 190-197.
Sobrino, R., Ferroglio, E., Oleaga, A., Romano, A., Millán, J., Revilla, A., Arnal, M. C.,
Trisciuoglio, A., Gortazar, C. (2008). Characterization of widespread canine leishmaniasis
among wild carnivores from Spain. Veterinary Parasitology, 155 (3-4): 198-203.
Sobrino, R., González, L. M., Vicente, J., Fernández de Luco, D., Gárate, T., Gortazar, C.
(2006). Echinococcus granulosus (Cestoda, Taeniidae) in the Iberian wolf. Parasitology
Research, 99 (6): 753-756.
Sokolov, V. E., Rossolimo, O. L. (1985). Taxonomy and variability. Pp. 21-50. En: Bibikov, D. I.
(Ed.). The wolf history, systematics, morphology, ecology. USSR Acad. Sci., Nauka, Moscow.
Talegón, J., Gayol, X. (2010). El uso de estadísticas de predación sobre ganado en la gestión y
conservación del lobo en la península ibérica. Pp. 117-135. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F.,
Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.) (2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas para el
diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia. 208 pp.
Tellería, J. L., Sáez-Royuela, C. (1984). The large mammals of central Spain. Mammal Rev.,
14: 51-56.
Tellería, J. L., Sáez-Royuela, C. (1989). Ecología de una población ibérica de lobos. Doñana,
Acta Vertebrata, 16(1): 105-122.
Teruelo, S., Valverde, J. A. (1992). Los lobos de Morla. Círculo de Bibliofilia Venatoria, Madrid.
Torres, R. T., Fonseca, C. (2016). Perspectives on the Iberian wolf in Portugal: population
trends and conservation threats. Biodiversity and Conservation, 25 (3): 411-425.
Torres, J., Segovia, J. M., Miquel, J., Feliú, C., Llaneza, L., Petrucci-Fonseca, F. (2000).
Helmintofauna del lobo ibérico (Canis lupus signatus Cabrera, 1907). Aspectos potencialmente
útiles en mastozoología. Galemys, 12 (n. e.): 1-11.
Torres, R. T., Silva, N., Brotas, G., Fonseca, C. (2015). To Eat or Not To Eat? The Diet of the
Endangered Iberian Wolf (Canis lupus signatus) in a Human- Dominated Landscape in Central
Portugal. Plos One, 10 (6): e0129379.
Urios, V., Vila, C., Castroviejo, J. (2000). Estudio de la incidencia real de la depredación del
lobo en la ganadería comparando dos métodos distintos. Galemys, 12 (Número Especial): 241-
248.
Uzal, U., Llaneza, L. (2010). Análisis de la distribución en el estudio del lobo en la península
ibérica. Pp. 21-33. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F., Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.) (2010). Los lobos
de la Península Ibérica. Propuestas para el diagnóstico de sus poblaciones. Ascel, Palencia.
208 pp.
Valverde, J. A. (1971). El lobo español. Montes, 159: 229-241.
Valverde, J. A., Hidalgo, A. (1974). Sobre el lobo (Canis lupus) ibérico: I Dimorfismo sexual en
cráneos. Doñana, Acta Vertebrata, 1: 233-244.
Valverde, J. A., Hidalgo, A. (1979). El lobo y su intimidad. Trofeo, 104: 18-21.
Vilà, C. (1993). Aspectos morfológicos y ecológicos del lobo ibérico Canis lupus L. Tesis
Doctoral. Universidad de Barcelona.
Vilà, C. (2010). Viabilidad de las poblaciones ibéricas de lobos. Enseñanzas de la genética para
la conservación. Pp. 157-171. En: Fernández-Gil, A., Alvares, F., Vilà, C., Ordiz, A. (Eds.)
(2010). Los lobos de la Península Ibérica. Propuestas para el diagnóstico de sus poblaciones.
Ascel, Palencia. 208 pp.
Vilà, C., Wayne, R. K. (1999). Hybridization between wolves and dogs. Conservation Biology,
13: 195-198.
Vilà, C., Amorim, I. R., Leonard, J. A., Posada, D., Castroviejo, J., Petrucci-Fonseca, F.,
Crandall, K. A., Ellegren, H., Wayne, R. K. (1999). Mitochondrial DNA phylogeography and
population history of the grey wolf Canis lupus. Molecular Ecology, 8: 2098-2103.
Vilà, C., Urios, V., Castroviejo, J. (1990). Ecología del lobo en La Cabrera (León) y la
Carballeda (Zamora). Pp. 95-108. En: Blanco, J. C., Cuesta, L., Reig, S. (Eds.). El lobo (Canis
lupus) en España. Colección Técnica. ICONA, Madrid.
Vila, C., Urios, V., Castroviejo, J. (1990). Ciclos de actividad y desplazamientos en el lobo
ibérico (Canis lupus). Pp. 273-279. En: 3er Congreso Nacional de Etología 24/27 Septiembre
1990. Facultad de Biología, Universidad de León, León.
Vilà, C., Urios, V., Castroviejo, J. (1994). Use of faeces for scent marking in Iberian wolves
(Canis lupus). Canadian Journal of Zoology, 72: 374-377.
Vilà, C., Urios, V., Castroviejo, J. (1995). Observations on the daily activity patterns of the
Iberian wolf. Pp. 335-340. En: Carbyn, L. N., Fritts, S. H., Seip, D.R. (Eds.). Ecology and
conservation of wolves in a changing world. Canadian Circumpolar Institute, University of
Alberta. Edmonton, Alberta.
Vos, J. (2000). Food habits and livestock depredation of two Iberian wolf packs (Canis lupus
signatus) in the north of Portugal. Journal of Zoology (London), 251 (4): 457-462.
Zimen, E. (1981). The wolf: His place in the natural world. Souvenir Press, London.