Fire in The Darkness - Stacey Marie Brown
Fire in The Darkness - Stacey Marie Brown
Fire in The Darkness - Stacey Marie Brown
Staff Staff
Evarg7 AriannysG
Krispipe Eni
3lik@ Dayi Cullen
Mew Rincone Talita
Eni Strawberry!
Angyy Karlix
Pili Morin
Emi_93 Mew Rincone
diseño
MariieL.
ÍNDICE
Agradecimientos Capítulo 15
Índice Capítulo 16
Glosario Capítulo 17
Sinopsis Capítulo 18
Capítulo 1 Capítulo 19
Capítulo 2 Capítulo 20
Capítulo 3 Capítulo 21
Capítulo 4 Capítulo 22
Capítulo 5 Capítulo 23
Capítulo 6 Capítulo 24
Capítulo 7 Capítulo 25
Capítulo 8 Capítulo 26
Capítulo 9 Capítulo 27
Capítulo 10 Capítulo 28
Capítulo 11 Capítulo 29
Capítulo 12 Próximo libro
Capítulo 13 Info R.&R
Capítulo 14 Créditos.
GLOSARIO
Traducido por Evarg7
HADA (Fay): un selecto grupo de élite de los fae. Las hadas de la nobleza
de sangre pura se erigen como la corte judicial conocida como el Seelie de
Tuatha de Danann. Tienen tamaño humano podrían ser confundidos por
humanos si no fuera por su belleza antinatural. Una de sus debilidades es el
hierro, ya que es venenoso para los fey/fae y puede matarlos si hay
demasiado en sus sistema. Vea también “Fae”.
KELPIE: Un espíritu del agua del folklore escocés que, por lo general,
toma la forma de un caballo. Tiene la reputación de deleitarse con el
ahogamiento de los viajeros.
MAC AN DONAIS: En gaélico “maldición”, literalmente significa “hijo de
la recesión”.
OTRO MUNDO: Otro reino fuera del reino de la tierra donde habitan los
Fae.
Tanto los Fae como los demonios están a la caza de ella —cada uno con
su propio objetivo—para usarla como un arma o un peón en la guerra
entre el Rey Unseelie de la Oscuridad y la Reina Seelie de la Luz.
Aunque se sentía como una vida entera, sólo había pasado un mes desde
que tuve un techo sobre mi cabeza, una ducha caliente cuando quería y una
comida caliente cada noche. Ahora entendía lo que era estar tan hambrienta
que el demoledor dolor del vacio consumía cada pensamiento y acción.
Tener tanto frío que tus huesos daban la impresión de estallar.
Fay.
Cuando los hombres se acercaron a mí, mi nariz picó por el olor a magia.
Como tenía sangre de Moradores Oscuros corriendo por mis venas, mi
sentido del olfato había incrementado. Mi vista y oído también habían
mejorado. Normalmente, los Fays no podían oler la magia pero yo podía
ahora. La cosquillosa sensación dulce de como inhalar una copa de
champagne había salvado mi trasero en más de una ocasión las últimas
semanas. Había aprendido a prestar atención a las más mínimas
indicaciones que me decían que un Fae estaba cerca.
Y una mierda.
Los pasos repiquendo desde el otro lado de la ventana rota del almacén
abandonado donde me escondía, trayéndome de vuelta al presente.
Hubo un suave sonido de correteos. Mis ojos fueron hasta el ruido. Una
rata grande trotaba a través de la pared, apresurándose hacia mí. Retrocedí
rápidamente hasta la pared de ladrillo y mi mano voló hacia mi boca,
bloqueando el grito que arañaba mi garganta. Casi me había acostumbrado a
las ratas en el pasado mes. Dormía con ellas prácticamente cada noche. Pero
ésta no era una rata ordinaria. La fachada de la rata rápidamente cambió
frente a mí. Una criatura pequeña, con la piel de colores y parecida a un
duende olisqueó el dobladillo de mis jeans.
Sí, ése me debía un favor. Mis recursos tienen que estar fuera del radar
de la Reina.
La Reina se enfureció hoy. Envió a dos de los soldados más ociosos para
ir tras de ti, pensando en que probablemente huirías de ellos. Pero sabe que te
estás escondiendo cerca del hierro. El hecho de que parece que puedes llevarlo
bien cuando sus mejores soldados no, la hacen extremadamente infeliz. Ha
prometido una recompensa para aquellos Fae oscuros que te traigan de
regreso.
Ellos ya están aquí. Por eso tengo que irme. Pueden encontrarme en
cualquier momento.
Hey, muchachito tomé un paso hacia ello. Era un animal hermoso. Los
zorros rojos siempre me recordaban a mi madre. Ella tenía una debilidad por
ellos y había pasado mucho tiempo estudiándolos. Ahora sabía que ella había
venido de este reino y había crecido con animales así.
¿Quién es Lars?
Tengo que volver dije con suavidad, pero no me alejé de él. Cuanto
más tiempo pasaba con Torin, más natural se sentía estar con él. No podía
negar que él me hacía sentir segura y protegida.
Incluso en su limitada manera, sabía que él haría cualquier cosa por mí.
Había arriesgado su vida ayudándome a escapar de la Reina hacía unas
semanas. Sólo viéndome ahora lo ponía en riesgo. Él era el único en el que yo
podía apoyarme.
Eli ya no era alguien en el que podía confiar. Lorcan había confirmado que
Eli había estado planeando todo el tiempo usarme como moneda de cambio
con el Rey Unseelie. Tenía que seguir recordándome a mí misma que Eli estaba
entre mis enemigos. Tenía que huir de él como de todos los demás que conocía.
Lo sé murmuró Torin. Él tampoco parecía inclinado a moverse. Esto
era estúpido. Mi cuerpo estaba completamente desprotegido en ese almacén,
pero no parecía poder obligarme a irme. Su cabeza se movió lentamente hacia
la mía. Sus labios rozaron los míos…
No creo que quieras hacer eso declaró una voz profunda y conocida
desde el umbral, su gran silueta se apoyaba apáticamente contra la puerta.
Mierda.
¿Amenaza o promesa?
Alguien que tu mami te dijo que no molestaras dijo Eli con calma. Su
frialdad me asustó. Conocía este tono y no significaba nada bueno. Una
sombre cayó, cruzando mi visión desde arriba. Levantando la mirada vi a
Cole y a un chico rubio que no conocía entrar por las ventanas de arriba.
Me enfurecí por sus palabras. Yo sólo era una pieza de propiedad que Eli
podía vender al Rey Unseelie. No habían sido solamente los subordinados de
la Reina que me habían perseguido las últimas semanas. La sangre de Eli,
que corría por mis venas, me había mantenido contantemente en
movimiento. Su sangre me permitía sentir cuándo él estaba cerca. Se había
convertido en un sistema de advertencia, pero también en su faro –nunca me
dejaba alejarme mucho ni a él acercarse demasiado. Se había convertido en
un agotador juego del escondite.
Suéltame.
Vuelve a intentarlo.
Quita de encima.
¿La tienes, Eli? el rubio metió su cabeza desde la esquina. Había algo
en él que yo reconocía. ¿Lo había conocido antes?
Sí.
Estás desnudo.
No es una elección.
Cole vino desde detrás, estirando unos jeans.
Tenemos que irnos Eli, antes de que esos imbéciles Phooka vengan.
¿Esos qué?
Maldición…
Cooper asintió.
Cole, jefe de los Moradores Oscuros, tenía la misma mirada dura de chico
malo que Eli. También había poca duda en cuanto a su relación con Owen.
Tenían la misma tez, ojos y nariz. La diferencia era que Owen era lo opuesto
en todo lo demás: cabello corto, limpio y pulcro, y cara recientemente
afeitada. Era el médico del grupo y me había operado, salvado mi vida
después de que Lorcan me atacase. Cole entró de un salto al asiento del
conductor, arrancando del puerto, apenas brindándole tiempo a Owen para
meterse en el asiento del copiloto.
Cuanto más lejos íbamos de Seattle, menos daño había. Ésta era la
primera vez en cuatro semanas que me había aventurado fuera de la
matanza inmediata. Me estaban llevando de vuelta a Olympia, y me sentía
enferma con la perspectiva. Acercarme a mi hogar hacía todo muy real
repentinamente. En mi interior quería creer que Mark estaba allí y que la
vida estaba siguiendo para él y mis amigos. Conducir por las conocidas calles
de Olympia causó que la verdad colapsara con fuerza contra mí. Mark se
había ido. Yo no podría volver a mi vieja vida ni a mis amigos. Echaba de
menos a Kennedy y a Ryan tan desesperadamente que dejaba un dolor
pudriéndose en mis huesos. Y pensar en Mark esta como el ácido siendo
derramado en mis pulmones. Él me había ayudado a pasar cada día. No
podía rendirme a esta culpa paralizante cuando él me necesitaba. La Reina lo
estaba manteniendo prisionero en el Otro Mundo –el perfecto anzuelo para
atraparme. Ella sabía sin dudas que iría a por él. Ella tenía razón. Lo haría,
pero tenía que ser inteligente en ello.
Todos los chicos, incluyendo a Cole, parecían nerviosos, lo que hizo que
mi nivel de sangre se elevase. La chica era llamativa, incluso más porque no
estaba maquillada en absoluto. Su cabello azul y negro estaba cortado con
estilo pixie. La mayoría de las chicas no podrían llevarlo así, pero ella tenía
esos pómulos altos, una cara ovalada en perfecta proporción, una nariz
pequeña e intensos ojos marrones. El único adorno en su cara era un
piercing en su ceja. Como los chicos, ella podría haber modelado para una
revista.
Eso es verdad. Recuerda que sólo porque has crecido y eres del
tamaño de Pie Grande no significa que no pueda patearte el trasero.
¿Pie Grande? Oh, Dios, no me digas que son reales. Miré con preocupación
a Eli, quien negó con la cabeza.
Eso es por olvidar contactar conmigo dijo ella y luego lo golpeó otra
vez . Y eso es porque me perdí la diversión.
Me salí de su agarre.
Eres mi héroe, Eli. ¿Eso es lo que querías oír? oh, sí, excepto por la
parte donde sólo lo hiciste para que pudieras usarme como una bonita
Un aliado.
¿Y tú creíste que eras más que un trabajo para mí? Era mi deber.
Costase lo que costase su respiración era intensa en mi cuello.
Suéltame.
¿Tú lo sientes?
Cole cargaba ropa cuando me hizo señas para que volviera a entrar en la
sala. Le hice caso, pero a regañadientes.
Te conseguiremos otra ropa que vestir, pero hasta entonces, toma esa
del viejo armario de Samantha. Imagino que querrás limpiarte y ponerte
alguna ropa más abrigada.
Por cierto, la ventana del baño se abre desde fuera ahora. La arreglé
sólo para ti el tono divertido de Eli me ponía de los nervios. Apretando los
dientes, cerré de un portazo a la puerta del baño y puse la ropa sobre el
mostrador: sujetador deportivo, camiseta sin mangas blanca, pantalones de
yoga blancos y una sudadera ajustada. El estilo de Sam era simple y clásico.
No había duda, pero su olor, mezclado con el jabón, me agitó. Tienes mayores
problemas de los que preocuparte, me recordé a mí misma.
—Me ocultaron el hecho de que soy parte Demonio, que soy una Dae,
detestada y cazada por el Otro Mundo. ¿Y qué hay del pequeño chisme de
que ustedes quieren darme al Rey Unseelie como una prueba de buena
voluntad? Yo sólo era una forma de que ustedes salieran de aquí. Un peón. —
Durante semanas había estado bloqueando el dolor que sentía, la
profundidad del dolor que mi corazón mantenía dentro. Eli me había hecho
otro agujero en el corazón.
—Hice lo que pensé que era mejor en ese momento. —Cole suspiró—.
Acababas de averiguar que el Otro Mundo existía. No creí que contarte que
eras una de las especies más temidas y más odiadas del Otro Mundo
ayudaría a tu estado mental en ese momento en concreto. ¿Decirle a alguien
que es parte Demonio? ¿Cómo crees que hubieras reaccionado?
—No tiene nada que ver con mi estado mental, sino con lo conveniente
que era para ti. No finjas que hiciste algo de esto por mí. ¿Simular que te
importo? Eso es incluso más asqueroso que si hubieras sido brutalmente
honesto conmigo desde el principio.
—No me voy a disculpar. Hice lo que hice por mi familia —gruñó Eli.
—Que ustedes dos vayan a la yugular del otro no resolverá nada. —Cole
se puso entre nosotros, bloqueándome de Eli—. Eli, si no puedes ser amable,
te pediré que te vayas. —Eli sólo apartó la mirada. No se comprometió de
ninguna manera, pero sabiamente se calló. Cole se giró hacia mí, con su cara
luciendo seria—. Me impresiona que durases tú sola tanto como lo hiciste.
Incluso cuando estuvimos allí ayudando, te enfrentaste a muchos cazadores
entrenados profesionalmente. Eres inteligente, pero sepas que nunca lo
hubieras logrado sin nosotros. Estás más segura aquí.
—¿Lo estoy? —Me crucé de brazos—. ¿Con un puñado de Moradores
Oscuros que hacen que incluso los Fae más peligrosos se lo hagan encima?
Era la primera vez que llamaban a la Reina por su nombre de pila. Oírlo
de repente le dio más presencia. La hizo más que una zorra maldita que
encontrarías en un cuento para antes de dormir. Ella tenía un nombre, una
familia, una historia. Los cuentos de hadas siempre mostraban a la Reina
Seelie/Hada como una criatura buena, pura, angélica y hermosa.
Ciertamente, ella tenía una belleza etérea e intocable, pero no era buena. Era
cruel y estaba hambrienta de poder. Pero ninguna historia que hubiera leído
representaba al Rey Unseelie como una mejor opción. Típico de mí vivir en
un cuento de hadas retorcido y jodido.
—Los Unseelie sólo tienen una pequeña porción del norte. La Reina
controla la mayoría del reino. Algunos señores y damas nobles Seelie
supervisan varios pueblos y áreas en el dominio de la Reina. Como dije, es
similar a la vieja monarquía inglesa, pero, a diferencia del soberano de hoy
en día, la Reina no es puramente una figura de líder. Ella tiene la máxima
autoridad y no le gusta la democracia.
Eli se pasó la mano por su cara y por su cabello, un hábito que tenía
cuando estaba irritado o frustrado.
—No lo hacemos.
Él suspiró.
—Así que han estado buscando alguna forma de volver y “ta-chán” aquí
está. —Hice señas hacia mí misma.
—No, no lo sientes.
—En realidad, sí. No eres en absoluto lo que imaginé que sería un Dae.
De hecho, encuentro que me gustas… eres dura y puedes mantenerte a ti
misma. Ojalá las cosas pudieran ser diferentes.
Había sinceridad en sus palabras. Aunque no ayudó a mi resultado.
—Había cuatro más. —Un destello de ira y dolor pasó por los ojos de
Cole—. Aparte de Lorcan, estaba Sam, West, Dax y Dominic.
—Así que di por fis. —Eli sonrió con suficiencia—. Por favorcito.
—Déjame adivinar. ¿Él es una de esas tres personas? —Asentí hacia Eli,
lo que sólo lo hizo sonreír, confirmando que tenía razón—. Oh, sí, esto será
divertido.
—Pero es su cul…
—Ojalá pudiera decirte algo bueno. —Cole juntó sus manos y se encogió
de hombros—. Estás a salvo aquí mientras que te quedes en nuestra
propiedad. Eres libre de caminar por aquí. Sólo quédate dentro de nuestros
límites… no creo que seas tan temeraria como para intentar escapar ahora.
Tu libertad y vida nunca será lo que una vez fue. ¿Entiendes eso? —Mis
hombros se hundieron más bajo la realidad de sus palabras—. Ember, dime
que comprendes eso. No puedes contactar con tus amigos ni volver a tu vieja
vida otra vez.
Salí después de un tiempo, el aire hacía que mi cara escociera. Era una
de esas noches raras y despejadas del Pacífico Noroeste y la Luna brillaba
mucho.
—Oh, Dios. —Mi mano fue hacia mi boca. Había visto artículos del
periódico, pero no había visto la tele en un mes. Las imágenes vívidas
destellaron frente a mí. Un reportero caminaba entre los escombros donde
la gente ahora estaba recolectando, intentando encontrar cualquier
pertenencia que había dejado.
—No creo que pueda vivir con esto —susurré, más para mí misma.
—Sí, puedes.
El reloj del hospital me dijo que era medianoche. Intenté dormir, pero
las imágenes de las noticias no me dejaron. Las palabras de Cooper
ayudaron, pero todavía me sentía cazada por los muertos. Esos
pensamientos nunca se irían, pero tenía que aprender a vivir con ellos y
hacer algo para que esto nunca más volviera a pasar. El miedo de ser
capturada por ella mantuvo mis párpados muy abiertos. Owen me había
traído un poco de sopa para la cena, temiendo que mi estómago no pudiera
soportar comida verdadera todavía. Mi estómago pensaba diferente, así que
fui a la cocina. Voces detuvieron mi búsqueda de comida. La puerta a lo que
parecía una oficina junto a la cocina estaba parcialmente abierta. Espiando a
través de una rendija, pude ver lo que quedaba de un grupo sentado en
varios lugares de la sala. Cole era el foco de atención, apoyado contra su
escritorio. En silencio, me presioné contra la pared junto a la puerta.
—Sí, algunos de nosotros hace más tiempo que otros. —Supe que el
golpe de Cooper era para Eli—. Maldición. De verdad tenemos problemas en
nuestras manos.
Eli exhaló.
—Sólo tenemos una oportunidad para hacer esto bien, y quiero estar
seguro de que todo está a nuestro favor. No podemos simplemente
secuestrarla. Sólo llamaría más la atención sobre ella y sobre nosotros. No
queremos que la Reina se dé cuenta de lo que es. Si eso pasa… fin del juego.
Sé que a esta chica se le tiene que contar. Tiene sangre de una Druida, pero
no ha sido entrenada, y deshacer la maldición no es un proceso fácil. Tiene
que descubrir su magia antes.
—Pero podría llevar siglos. Los Druidas no son conocidos por su rapidez
—exclamó Gabby—. Vamos a atraparla. Tienen que haber algunas Notas de
Resumen o Magia Druida para Tontos, para que ella pueda aprender muy
rápido. Oh, demonios, no quiero esperar más. Usemos a Ember. Si eso falla,
todavía tenemos la opción de la Druida.
Hubo unos segundos de silencio e, incluso sin ver a Eli, podía sentir la ira
quemando dentro él.
Cooper habló.
—¿Cómo supones que hagamos eso, Eli? ¿Crees que esta chica
simplemente va a aceptar que es de un antiguo linaje de Druidas que fueron
exterminados porque la Reina les temía? ¿Qué tiene talento mágico y que
debería ayudarnos sólo por la bondad de su corazón?
—Eso es precisamente lo que creo que hará —respondió él—. Si su
buena amiga está en peligro o amenazada… hará cualquier cosa para
salvarla.
Como yo.
—Como sé que no hay otra forma en que dejarás pasar esto, podrías
sentarte. —Cuando me rehusé, Eli se encogió de hombros y continuó—: La
historia esencial que tienes que saber es que la Reina llegó a temer a los
Druidas. Como son humanos y contienen su propia magia, no tiene control
sobre ellos. Su magia es algo que la Reina no puede disputar ni vencer. Ellos
usaron un hechizo para esconder algo de ella, algo que quería
desesperadamente. Cuando la tortura no funcionó, pensó que aniquilar la
línea druida rompería el maleficio. Así que destruyó por completo a la
población druida, pero el hechizo todavía se mantuvo. Esto fue más o menos
en el mismo tiempo en que puso una maldición sobre nosotros. Como un
Druida es el único que puede deshacer esta maldición Draoidh, pensamos
que la opción estaba perdida para siempre para nosotros.
—Sí.
—Hasta que estemos listos para traerla, ella tiene que quedar ignorante
de todo. Tus amigos están siendo observados, esperando a que contactes con
ellos. Si algo cambia, incluso en lo más mínimo, ellos lo notarán. No podemos
llamar a atención hacia ella.
—¿Por qué Aneira no ha sentido ni oído hablar de Kennedy antes? —Mis
manos estaban húmedas de transpiración cuando las retorcí una con otra.
—¿Y qué los detiene de tenerla? Ahora tienen otra forma de salir de
aquí. Como ustedes creen que la Tierra es un gran agujero del infierno, me
sorprende que no estén aprovechando la oportunidad.
—Ember, hablaremos de esto más tarde. Creo que es mejor que te vayas.
Todos podemos tomarnos un descanso. —La mano de Cole me arreó hacia la
puerta.
—Estoy bien. —Asentí, sin querer contarle quién me había salvado. Sabía
que la animosidad de Torin hacia los Moradores Oscuros, específicamente
hacia Eli, era fuerte—. ¿Cómo está mi papá? ¿Está bien?
—Él está bien. La Reina no le hará daño hasta que le venga bien.
Se puso furioso.
—Vete. Vete ahora mismo.
—Ember, ese no es un lugar seguro para ti. No sabes lo peligrosos que son
esos chicos.
Él se quedó quieto.
—No me importa lo que eres ni lo que puedes hacer. Sólo te deseo a ti. —
Volvió a conquistar el espacio que yo había puesto entre nosotros, sus manos
ahuecando mi cara. La sinceridad en su tono era difícil de negar—. Sólo a ti…
como se supone que sea. —Torin se inclinó.
—Exactamente.
—Sí, hace tiempo. ¿Verdad, T? —dijo Eli, pero su voz era tensa y
amenazante.
—No tengo negocios contigo, Elighan. —La cara de Torin estaba tirante y
pude ver que le tomaba todo su autocontrol permanecer calmado—. Estoy
aquí por Ember. Para mantenerla a salvo.
—Oh, eso es valioso de tu parte. —Bajo la superficie, pude ver que Eli
estaba echando fuego—. ¿Por qué no le cuentas a Ember cuál es tu título
completo? ¿Lo mucho que la Reina controla el arnés dentro y fuera del
dormitorio? Creo que estará muriendo por saber ese pequeño chisme.
—Oh, vamos, T. eso ya lo sabe. Creo que puedes hacerlo mejor. —Eli
levantó su ceja—. Como, por ejemplo, que eres el consorte de la Reina. —La
atención de Eli se giró hacia mí—. Él asiste a las necesidades de la Reina… y sí,
quiero decir en todos los sentidos.
Tomé unos pasos más atrás, mirando a Torin. ¿Era el amante de la Reina?
¿Este hombre que me había sostenido, besado, hecho sentir protegida?
—Ember, por favor, eso no… —Estiró su brazo hacia mí, pero me alejé
rápidamente fuera de su alcance.
—¡Detente!
—Respira, Eli.
Sólo le tomó unos segundos más antes de volver a ser él mismo. Dejando
caer su mano, me giré para estar frente a Torin, que nos estaba observando
intensamente con una expresión herida y perpleja.
—Torin, creo que deberías irte ahora. —Mi voz estaba herida después de
su falsedad.
—Em…
—¿Creo que me vas a entregar a ella? No. Pero ¿cómo sé que ella no te lo
ordenará? —pedí— Estás durmiendo con la Reina. Ya no tienes el derecho de
juzgar con quién me asocio. Puede que Eli no sea la mejor opción, pero prefiero
quedarme con el enemigo que conozco.
—Ember, yo…
—Puedo pelear.
—No creas que tu luchita con Sam en Silverwood era pelear. Ella no
estaba ni siquiera intentándolo; ella sabía que los humanos la estaban
mirando. Nunca podrías haberte defendido si verdaderamente hubiera
querido matarte.
Me estremecí por sus palabras. ¿Sólo había ganado la pelea con Sam
hace unas semanas porque tenía el elemento sorpresa? El Demonio en mí
estaba feliz por pelear, pero ¿qué si no podía defenderme de lo que estaba
allí fuera, o peor, si decidía tomarse el día libre?
Eli se burló.
—¿En serio? ¿Quieres que yo te enseñe técnicas que usarás en mi
contra?
—Sí.
—De acuerdo, quieres aprender a pelear. —Eli caminó hacia una bolsa
pesada en la sala de entrenamiento—. Así que te enseñaré. —Me quedé ahí
por un momento, mirándolo a él y luego a la bolsa, y luego a él—. Vamos,
Brycin, veamos lo que tienes.
Absorbí cada palabra que dijo mientras ibamos por diferentes tipos de
golpes. Él me tuvo usando mis dos manos y practicando movimientos
defensivos hasta que la transpiración se derramaba por mi cara.
—De acuerdo, vamos a las colchonetas para que puedas probar algunos
conmigo —dijo Eli. Se sacó su sudadera por la cabeza y su pecho bronceado
y desgarrado era más que distrayente. Intenté no responder a eso ni a lo
bajos que colgaban sus jeans de sus caderas.
¡No-o-o!
¿Qué pasó? ¿Por qué se encendía y se apagaba tan rápido? Quería llorar,
golpearlo. También quería, más que nada, que me besara, que me empujase
contra la colchoneta y me hiciera cosas que no me atrevía a dejarme
imaginar.
—La lección se acabó por hoy —dijo fríamente, luego se dio la vuelta y
se había ido antes de que siquiera pudiera responder.
Café real. Qué rico. Mis ojos rodaron hacia atrás con éxtasis después
del primer sorbo . ¿Quieres uno?
Otra vez, Cole se quedó callado, con la venas presionando contra la piel
de su frente.
Eli tienes los mismos ideales de grupo de alimentación que tú, una vez
que lo descubrió aquí. No hay mantequilla de maní en el Otro Mundo.
Sonreí.
Cole se rió por lo bajo cuando Eli ladeó su cabeza, con una sonrisa de
suficiencia profundizando sus rasgos que decía que, probablemente, debería
correr, que fue exactamente lo que hice. Fingí ir por un lugar, luego giré
hacia otro, pero sólo para llegar al umbral de la puerta antes de que me
atrapara. Su brazo se envolvió en mi cintura, me levantó y me lanzó sobre su
hombro.
Oh, hombre aulló Cooper con risa . Creo que este trabajo está
hecho a tu medida. Me dio un ¡choca esos cinco!
Fruncí el ceño.
Trataban a Jared con guantes de seda. Ahora que sabía que habían
venido aquí hace más de dieciocho años y que Jared tenía dieciséis, tenía
curiosidad.
No los matarás.
¿Qué pasa con las chicas de tu grupo? miré a Eli. Todos sus
comentarios, incluso cuando no sabía que yo estaba escuchando, me
pasaban factura . ¿Todas son tan perras malintencionadas?
3
Bitseach: significa “zorra” en irlandés.
Puedes seguir odiándome. No me importa. Todo lo que te pido es que
retrocedas cinco minutos.
Saliendo del coche, miré al frente de la casa. Se sentía tan familiar y tan
extraña al mismo tiempo. Ya no era la chica que solía vivir en esa casa.
Diablos, ya no era humana. Todo era diferente, aunque el mismo escalón
todavía crujía cuando lo pisamos. Nada aquí había cambiado, pero todo se
sentía raro para mí.
Eli me dijo que me quedara ahí mientras él iba delante de mí. Merodeó
por el oscuro pasillo, su cuerpo se agachó cerca del suelo, patrullando,
recordándome a un jaguar. Desapareció dentro de mi habitación.
Entré a mi habitación. Por supuesto, todo estaba como lo dejé. Los tres
tops diferentes que me había probado antes de la fiesta estaban todavía
arrojados en mi cama y en el suelo. Mis libros y trabajos estaban en un
desorden caótico sobre mi escritorio, junto a mi portátil. Una foto
enmarcada de Ryan, Kennedy y mía estaba puesta torpemente en mi
escritorio. Estiré mi mano hacia la foto y la sostuve en mi pecho. Qué
diferentes eran ahora las cosas. Miré a nuestras expresiones tontas. En ese
entonces, habíamos sido tan despreocupados, tranquilos e ignorantes
respecto al mundo Fae, donde Kennedy y yo éramos consideradas, en
realidad, chicas “normales”. Por más que nos sintiésemos diferentes,
verdaderamente no teníamos idea de lo muy diferentes que éramos. Ella
todavía no lo sabía. Kennedy y Ryan siempre estaban en mi mente, pero más
últimamente, en especial Kennedy. Me sentía enferma al pensar en que algo
le pasase.
¡Oh, mierda!
Me puse más lejos de los dos seres y me mantuve lista para pelear por
mi vida. La anticipación colgaba en el aire, todos esperando al otro para
actuar. Sus músculos tensos y listos para golpear justo cuando la puerta de
mi dormitorio se abrió de golpe, golpeando a uno contra la pared. Eli pasó
sin esfuerzo, inmediatamente poniéndose delante de mí.
Bueno, bueno, bueno… mira quién vive aquí el que estaba junto a la
puerta se levantó y entró más a la habitación . Elighan, eres la última
persona que esperaba ver aquí. Ha pasado mucho tiempo. Pensé que ustedes
estaban muertos.
Parece que lo mismo que a ti Drauk miró con desagrado cuando sus
ojos me inspeccionaban como un animal hambriento. Me hizo dar un paso
atrás. Eli me puso junto a su cuerpo apretadamente.
Miren, el pobre ciervito piensa que está más segura contigo. Oh, si ella
supiera.
Pelearé contra ti en este caso. ¿Sabes lo que es ella? ¿El poder que
puedo sacarle? Yo estaba aquí primero. Ésta es mía, Elighan Drauk se
acercó incluso más mientras el otro sacaba un cuchillo.
Es mía Eli gruñó tan profundamente que apenas pude oír lo que
dijo . No la vas a tocar.
Corre hacia el coche y sal pitando de aquí metió las llaves del coche
en mi bolsillo antes de empujarme a un lado. Su cara ya estaba medio
cambiada cuando se lanzó sobre Drauk. No podía moverme, estaba absorta
mirando el cuerpo de Eli transformarse en un Morador Oscuro. Eli había
cambiado sólo parcialmente delante de mí antes y en la oscuridad. No había
sido capaz de verlo cambiar cuando peleó contra el phooka, así que nunca
había visto la transformación completa. Era desconcertante, fascinante y, de
alguna manera, hermosa, todo al mismo tiempo.
Estaba enfadada.
Por mi ruido, Vek quitó sus dientes de mi garganta a tiempo para ver mi
puño golpeando su cara, rompiendo su nariz en su cráneo. Un grito muy
agudo hizo eco en la sala cuando salió de encima de mí. Trepé hasta
ponerme de pie sintiendo mi sangre gotear de mi cuello y mojar mi ropa.
¡ELI! el grito gutural de Gabby desde fuera nos congeló . ¡Sal aquí
fuera ahora mismo! Eli se alejó de mí y salió corriendo hacia la puerta. Me
tomó varios segundos más reaccionar y, para cuando llegué a la puerta, él ya
estaba fuera arrodillado en el camino de entrada a mi casa, frente a Gabby.
Un cuerpo yacía entre ellos.
¡Jared!
Se han ido, pero volverán pronto con refuerzos gritó . ¿Cómo está
J?
No lo sé.
¿Vampiro?
No en la forma en la que piensas. Son comedores de energía. No son
para nada lo que en la cultura pop los convirtió. Esos tipos no beben
simplemente tu sangre; te comen para poseer tu fuerza vital. Y me refiero a
que comen cada parte de ti.
Sí.
¿Cómo? estaba perpleja. ¿Yo sabía cómo hacer una escena onírica?
Esto era probablemente cierto. ¿Pero alguien sería capaz de aceptar que
no era humano tan fácilmente? Toda mi vida había vivido como una humana
entre humanos. Verdad que nunca había sentido que encajaba, pero nunca
imaginé que no fuera humana.
¿A qué te refieres?
Tú y yo somos Fay. Tenemos este don para que sea más fácil hacer
entrar al otro, pero Elighan no es Fay. Ni siquiera un Demonio. No deberías
tener ninguna conexión con él. Nunca ha sido posible que especies diferentes
conecten así. Piénsalo de esta manera. Tú y yo tenemos la misma frecuencia.
En el reino humano, dirías que están en el mismo canal. La clase de Elighan no
son sólo un canal diferente, sino un sistema completamente distinto. No
entiendo cómo eres capaz de traerlo a tu escena onírica.
Decidí no contarle sobre la sangre, que los vínculos entre Eli y yo eran más
que sentimientos. La sangre nos había vinculado de una forma con la que no
estaba terriblemente cómoda. Me froté la cara, sintiendo la presión de todo.
¿Por qué era capaz de cosas que los otros encontraban raras? Cosas que ni
siquiera había intentado hacer.
Estoy bien.
No, no lo estás negó con la cabeza . Por favor, Ember, confía en mí.
Puedo ayudarte.
Suerte la mía. Aterricé en el canal porno esta vez. Pero creo que he visto
este episodio antes cuando me alejé de Torin, vi a Eli apoyado contra un
árbol a unas yardas de distancia.
No, Cooper está conduciendo ahora. Fui a la parte de atrás. Piensan que
me pasa algo, que el Strigoi drenó mi energía de alguna manera. No saben que
eres tú queriendo un trío en una escena onírica.
Eli sólo resopló, lo que me enfureció más. Mi deseo de sacar esa sonrisa
petulante de su cara se aferró a mí. Me moví rápidamente hacia él, como un
toro viendo rojo. Eli dejó de apoyarse en el árbol, preparándose para lo que sea
que mi ira iba a tirarle.
Entonces hazlo, Brycin. Éste es tu sueño dijo Eli con un filo en su voz
mientras me desafiaba . No estoy aquí porque yo quiera.
—Está justo aquí, Eli —la suave voz de Cole se filtró a través del cuarto.
Me senté y vi a Jared en una cama de hospital al otro lado de la mía. Cole se
sentó en la silla a su lado. Eli se levantó y se precipitó de nuevo. —Él va a
estar bien. Lo único que necesita es descansar. —Cole palmeó el brazo de
Jared.
—Créeme, ella está toda curada ahora —dijo Eli, su voz como ácido.
Acercó una silla al otro lado de la cama de Jared.
—Gracias.
—¿Cuál es tu problema?—Desafié.
Gabby se revolvió en la cabina. —Espera. Tengo que estar aquí para esto.
—Evidentemente, ella había estado escuchando en el otro lado de la puerta.
Cooper la siguió justo detrás. Ella se movió a un asiento desocupado al lado
de Jared, estableciéndose—. Está bien. Procede.
La miré boquiabierta y luego a los cuatro chicos. Todos los ojos clavados
en mí— Yo-yo-yo no sé de qué están hablando.
—Sí hombre, ¿qué pasó en el coche? Eso fue extraño —Cooper dirigió a
Eli esto también. Pronto todos los ojos se volvieron hacia él.
—Ember me llevó a un sueño.
¡Mierda! Estúpida, Ember. ¿Por qué dijiste eso? Me encogí, lista para la
explosión.
—Sí, supongo que ha estado visitando los sueños de Ember desde hace
varios meses —respondió Eli bruscamente.
—Lo sé desde hace apenas un día —espetó Eli en la cara de Cole—. Y no,
no tienes que recordármelo. Soy plenamente consciente de la amenaza que
representa.
—¿Cómo qué?
—¿Cuál es tu problema con los Daes? ¿Por qué nos odias tanto? Porque
lo haces, ¿verdad? No es algo que yo me esté imaginando.
—¿Por qué?
—Quiero saber todo esto para poder entender qué está pasando —
exclamé—. Si no te gusta, vete. Nadie te está obligando a quedarte aquí.
Dejé que los sollozos salieran de mí, mi cuerpo falló y caí al suelo.
Cooper me recogió como un bebé. Una ligera energía recorrió mi tatuaje
mientras él me sostenía, pero no fue algo en lo que mis pensamientos
permanecieran. Mi cerebro estaba empezando a dejar de funcionar,
cerrándose al dolor y la agonía. Cooper me puso en la cama, metiendo las
sábanas a mí alrededor.
—Eli, creo que deberías irte —la voz calmada de Cole fue firme.
—No.
La cabeza de Gabby cayó hacia atrás y se rió. —Sí, tienes razón. Pero los
chicos con los que salgo no parecen preocuparse. Ellos fuman como
chimeneas, también.
El silencio entre nosotras se hizo más denso antes de que ella hablara. —
Pues, aquello fue todo un espectáculo.
—Oh, solo una chica más que dice que quiere matarlo cuando sé que
realmente lo que quiere es follarlo —Las contundentes palabras de Gabby
me hicieron inhalar.
Se volvió hacia mí con una pequeña sonrisa. —¿Sabías que Cole nos crió
a Eli, Lorcan, Cooper y a mí? En realidad no era mucho mayor que nosotros,
pero nos acogió como suyos. Tenía que cuidar de cuatro adolescentes en un
nuevo reino. Habla sobre un loco bastardo —Se rió. El profundo amor y
respeto que sentía por Cole era evidente. Miró hacia abajo, aclarándose la
garganta
Estoy seguro de que ella lo encontró. Sólo tendría sentido que ella
hubiera revelado su localización a Lily o escondido algo con Ember. La
frustración sazonaba el tono de Cole . Estaba seguro de que habría algo en
la casa.
No. Se hubiera asegurado, si algo le pasaba a ella, eso iría con Ember.
¿Qué iría conmigo? ¿De qué están hablando? Mi mamá no me dejó nada,
sólo recuerdos, algunos álbumes de fotos y un certificado de nacimiento
falso. ¿Había algo que había pasado por alto? ¿Pudo ella haber escondido
algo importante entre mis libros de bebé? ¿Qué pudo haberme dejado que
ellos quisieran?
Tenemos que hacer que lo pare dijo Cole , pero tienes razón,
hablaremos de ellos mañana. Duerme un poco. Haré el primer turno ahora
mismo y revisaré dos veces para que todo esté sólido y ningún hechizo haya
sido falsificado. Tengo el presentimiento de que nuestros días sólo se harán
más largos desde ahora en adelante. El movimiento de sillas me señaló
que debía irme detrás de la isla de la cocina.
Eli intentó mantener alta la barrera entre nosotros, pero vi que sus ojos
brillaron con rojo. Debió haberlo tenido difícil para no demostrarme esas
cosas antes. Ahora que sabía que no era humano, estaba dejando a un lado la
simulación.
Es bueno soñar.
¿Ves?
Tienes razón. Owen negó con la cabeza, perplejo . Todo esto es tan
extraordinario, completamente sin precedentes. Tengo que tomarle otra
muestra de sangre para compararla. Ver si ha cambiado.
Maldije en voz baja por mi propia estupidez inocente. Debí haber sabido
que algo pasaba. ¿Por qué se abriría y me hablaría a mí, a menos que hubiera
algo para ella? Miré a Eli, pero su cara de piedra no tenía emoción mientras
me miraba. Era una idiota. Él no era diferente de Lorcan. Ser un Morador
Oscuro era su naturaleza. Frío, calculador y cruel. Y yo no era diferente para
él; era el medio para un fin.
¿Así que esto era una prueba? ¿Entrenarme para que puedan
estudiarme más? ¿Aprender cómo usar mis poderes para beneficiar sus
necesidades, como si fuera alguna rata de laboratorio? Mis ojos se
entrecerraron . Supongo que debí haberlo sabido. No haces nada más que
por tus propias razones egoístas.
¿Egoísta?
Sólo eres bueno conmigo o me ayudas para conseguir algo con ello. No
te importa si mientes, engañas o me usas para conseguirlo. Lo miré con
furia . ¿Por qué no eres honesto? ¿Por qué coqueteas y actúas como si
hubiera algo entre nosotros? Puedes dejar de actuar ahora. Todos ustedes
pueden.
¿Actuar?
¿De verdad? ¿Eso crees? Él dio un paso adelante hacia mí, haciendo que
mi respiración se apretara inmediatamente en mi garganta.
Sí. Argumenté, dando un paso hacia él, las puntas de nuestros pies se
tocaron.
¿Crees que finjo estar atraído por ti? Sus ojos se movieron lentamente
por mi cuerpo.
Sin gustarme la intimidad de la conexión de nuestros ojos, hablé en voz
alta:
¿Eso es un desafío?
Parece que tenías razón. Llevé mis labios ligeramente sobre los
suyos, mi voz sonaba sin respiración y necesitada.
—Las cosas serían mucho más fáciles. —Ella rodó poniéndose sobre su
estómago, sentándose.
8
Banda de punk rock formada en Londres en 1975, considerada la responsable de
haber iniciado el movimiento punk en el Reino Unido.
—Así que admites que eres una mentirosa, una perra engañosa y que
todo lo que dijiste fue simplemente para tenerme “de tu lado”
—Entonces, ¿qué quisiste decir cuando dijiste que podías sentir a Eli
“reclamándome”?
Una voz profunda y ronca habló detrás de mí. Eli estaba en la puerta, su
alta figura llenaba todo el marco.
Miré de nuevo a Gabby. Tragó con nerviosismo y luego se rió. —Fue una
manera de conseguir que nos ayudara.
—¿Te sientes mejor ahora? —Su tono contenía una ligera diversión.
Eli dejó escapar un suspiro. —Sabes Brycin, ¿lo fácil que sería si no
estuviera atraído por ti? Quiero más que nada no preocuparme por ti.
—Em… —jadeó.
—¿Qué Eli? ¿Se supone que eso me halague? ¿Me haga sentir mejor?
—Sí…
—¡Vete a la mierda!
—No sé.
—¿Tiene que ver con tu odio hacia los Daes? Dime lo que pasó, qué
ocurrió para crearte tanta repugnancia hacia ellos.
—Sí, papá dice que estoy sanando con rapidez; no tan rápido como ellos,
pero estaré mejor pronto.
—Lo sé, pero ahora estoy creciendo. Quiero que empiecen a tratarme
como lo que soy, parte del clan. ¿Sabes que es tener todos esos chicos
tratándote como si fueras un niño, actuando como padres, madres,
hermanos mayores, hermanas, y tíos? ¿Diciéndote que hacer, sin dejar que
realmente hagas algo, siempre tratando de mantenerte en una burbuja de
seguridad? Me siento como en una prisión y me está volviendo loco.
Sonreí.
—Sabes, yo también.
CAPÍTULO 11
Traducido SOS por Evarg7
Corregido por Eni
De acuerdo, tus labios se mueven, pero todo lo que oigo es bla, bla, bla.
Explícalo sin tecnicismos.
Seguía escuchando que Jared era medio humano, pero nunca oí hablar
de la madre de Jared. Sabía que había una historia allí. La curiosidad ganó.
¿Cuántas tengo?
Tienes trece.
Aturdida, me senté con los ojos y la boca abiertos de par en par. Oí sus
palabras y las entendía, pero mi cerebro lo estaba pasando mal al
comprender la información.
Todo esto es nuevo para mí, así que no estoy seguro. Pero los
resultados de tu prueba demuestran que eres extremadamente saludable y
fuerte. Ahora más aún. Abrió sus manos hacia arriba en demostración de
perplejidad.
Apenas me había acostumbrado a la idea de que era una Dae, ¿ahora era
algo distinto?
No te preocupes. Todavía eres Dae. Piensa en ello como que eres Dae
con Morador Oscuro por un lado.
¿Así que soy una mezcla Fay-Demonio-Morador Oscuro? ¿Soy un
chucho en el mundo Fae? chillé . ¿Me estás tomando el pelo?
Bueno, no es algo que realmente haya pensado hasta hora. Asumí que
era una cualidad Dae o quizá todos las Fay al final se harían inmunes
después de un tiempo… pero he notado que los efectos del hierro se han
estado difuminando. Golpea duro al principio, pero día tras día siento mi
energía volver. Mis poderes están tratando de pasar por encima.
¿Significa…?
También sospecho que es así como eres capaz de traerlo a tus escenas
oníricas.
Pero dijiste que sólo los Fay pueden estar en esas escenas. Él no es
Fay, y yo tengo su sangre, no él la mía.
Eso es verdad. Pero a veces las cosas no son blancas y negras.
Ciertamente, la magia no lo es. Tu conexión con Eli va más allá que la sangre
o el ADN.
¿A qué te refieres?
Había una cosa más que me venía a la mente. Algo que siempre había
estado ahí, pero no lo había cuestionado mucho anteriormente.
Éste es otro suceso que debería ser imposible. No deberías ser capaz
de comunicarte con él así, en absoluto, especialmente si fue antes de que
recibieras su sangre. Ambos nos sentamos en silencio. La mente de Owen
parecía estar trabajando a un millón de kilómetros por segundo. Sólo los
suaves ronquidos de Jared rompían el silencio. Al final, Owen negó con la
cabeza . Como dije, tú y Eli tienen una conexión que va más allá del ADN y
la sangre. Algunas cosas no pueden ser explicadas por la lógica ni la ciencia.
Ustedes tienen algo que nadie puede definir. Entiendo su lucha ahora.
Espero que esos pensamientos que te están haciendo sonreír así sean
sobre mí estando desnudo en la ducha y que me estés enjabonando.
Mi cabeza se levantó para ver a Eli en el umbral, mirándome. La
humillación fluyó a mis mejillas con un intenso tono rosa. Una sonrisa
satisfecha llegó a sus labios. Sabía que me había atrapado. No estaba tan
lejos de lo que había estado representando en mi mente.
¿Puedo ir yo? dijo Jared de forma somnolienta, sus ojos sólo estaban
entrecerrados.
No. Tienes que seguir descansando, pero te sacaré tan pronto como
estés listo.
—¿Eli?
—Sí, claro. Está negro como la boca del lobo aquí fuera. No soy mitad
gato, sabes.
—Yo tampoco.
—Así que, pensé que podíamos hacer algo de entrenamiento aquí arriba.
—No estoy diciendo que eso no iluminaría mi día. Pero estoy seguro de
que estarás más vertical de lo que piensas.
—Lo hago —su voz vino desde detrás de mí, susurrando en mi oído.
Él sonrió. —Quiero que dejes de lado todo lo que crees que deberías ser,
y seas quién realmente eres. —Dio un paso más cerca de mí, mirándome con
ojos de depredador. Sus pupilas habían cambiado a forma de diamante.
Cuando no me besó, abrí los ojos para verlo mirándome con aire de
suficiencia. El calor sumergió mi cara en vergüenza. —Si quieres que te bese,
te lo tienes que ganar —En un rápido movimiento, Eli me giró alrededor,
golpeándome con fuerza en el trasero—. Tu turno.
—Tan presumido—Me quejé, pero me centré en la oscuridad en la que
él había saltado.
—¿Mis ojos?
—Sí. Normalmente tus ojos se vuelven negros cuando tus poderes salen
a flote. Fue la razón por la que te arrastré lejos en la Aventura de
Rehabilitación al Aire Libre en Siverwood hace unos meses. Tu amigo, Josh,
los vio cambiar. No podía dejar que confirmara lo que vio, así que te alejé —
dijo Eli. Pensando de nuevo, la reacción de Josh tenía sentido para mí ahora.
Así como la de Eli—. Cuando te vi con Vek, tus ojos se habían vuelto negros
pero esta vez también cambiaron de forma. Tus pupilas se volvieron
verticales.
—Me hizo marear; quería hacerlo, de verdad lo quería. ¿Es eso lo que
ustedes sienten, verdad?
—¿Estas bien? —Eli arqueó una ceja. Mirándolo, sacudí las piedras fuera
de mi mano—. Déjame ver —La sangre goteó sobre su palma, mientras
tomaba mi mano.
—No es más que un corte, estaré bien —Hice una mueca. El dolor
atravesó mi mano mientras Eli la tocaba. Era más que un corte porque había
mucha sangre brotando de mi herida. Mi orgullo hizo que mantuviera mis
dientes apretados.
Maldición.
El rostro de Eli se puso serio. —La madre de Jared era humana. Ella
nunca supo lo que era Owen o lo que sería su bebé. No estábamos mintiendo
cuando dijimos que nadie sabe sobre nosotros.
Eli sorbió. —Sí, pero me temo que Cooper y yo somos muy malas
influencias para él.
—Haría cualquier cosa por mi familia. Son todo lo que tengo —declaró
Eli. Sabía que se refería a sus planes para mí. No pude encontrar la voluntad
de estar enojada con él por ello; lo entendía en parte. No había nada que yo
no hiciera por traer a Mark de vuelta.
—Voy a estar justo detrás. Ahora ¡CORRE!—. Eli salió de encima de mí.
Me apresuré a través del porche mientras me agachaba tanto como podía. Él
se movió junto a mí, cubriéndome de otra ronda de balas. Bordeando los
troncos, caí al suelo detrás de la pila de madera. Eli se arrastró detrás. Su
cara se veía desdeña. En la oscuridad me tomó un momento notar las
manchas de líquido oscuro que se filtran a través de su sudadera.
Hubo una pausa en el tiroteo antes de que los chicos salieran de la casa,
blandiendo sus armas. Cuando dejaron de disparar, todo lo que pude oír era
el rugido de las motocicletas de los asaltantes con exceso de velocidad en la
distancia.
Miré a Eli, sus ojos estaban cerrados, su cara era de dolor —Cole —grité,
rodando hacia adelante sobre mis rodillas, colgando sobre Eli. Unos pasos
golpearon hacia nosotros cuando Cole dobló la pila de madera.
—No te compliques, mamá. Voy a estar bien —la voz de Eli era tensa a
medida que hablaba.
—¿Los Ángeles del Infierno? —Por supuesto que los recordaba. Terminé
en la cárcel esa noche porque el Sheriff Weiss estaba muriendo por una
razón que me pusiera allí, incluso si simplemente me había estado
defendiendo. Pock y McNamm habían intentado luchar con West por mí,
convirtiéndose rápidamente en una completa pelea de bar. La noche terminó
conmigo rompiendo un palo encima de la cabeza de Pock y dejándolo
inconsciente. Tanto McNamm como Pock me habían asaltado y habían
querido hacer más. Los recuerdos, incluso ahora, producían náuseas través
de mi intestino, pero la reacción de Eli a aquello habían sido escalofriante.
Nunca me contó la historia y yo no quería saberla, pero los dos hombres
estaban ahora muertos y sabía que Eli tenía algo que ver con eso. No lo
sentía porque ellos se hubiera ido, pero probablemente eso debía hacer que
tuviera más miedo a los Moradores Oscuros. Eran asesinos despiadados, y
ahora yo era uno de ellos.
—Bueno, esos tipos están en una sección de Los Ángeles del Infierno
llamados los Hijos de la Gloria, una pequeña sección que ha designado esta
zona como su territorio. —aclaró Cole.
—Sí. ¿Y eso por qué? —le exigí—. ¿Es porque soy un demonio? ¿Por qué
no me importa que esos dos hombres estén muertos? ¿No tengo conciencia o
alma o algo así?
—Sí, pero eso sería por otras razones —Cerró los ojos de nuevo, su
fuerza se estaba drenando.
Verlo con tanto dolor desgarraba mi alma. Tenía que hacer algo. —
Después de que Vek me atacó y abrió ese agujero en mí garganta, debió
haberme tomado un tiempo sanar. Cuando estuve en la escena onírica, Torin
dijo que podía ayudarme a sanar más rápido y luego me besó. —Me detuve
brevemente, midiendo la respuesta de Eli. Sus ojos se abrieron y una línea
profunda arrugó su frente—. Como sabes, mis heridas se habían curado
cuando me desperté.
—Me gustaría poder decir que no, pero los Fay tienen poderes curativos.
Como dijo Cole, los Otromundantes sanan rápidamente, pero los Fay
también pueden usar sus fuerzas terrestres. Tirando de la energía de la
tierra para sanar más rápido. La fuerza que atraen se puede transferir a otro.
Se puede hacer de varias maneras, pero el beso es probablemente uno de los
mejores. Se invoca más emoción y la energía pasa a la persona más rápido.
—Por lo tanto, yo también puedo hacer eso, ¿verdad? —Él asintió en
respuesta —. No me dijiste que podía hacer eso.
—Voy a sanar.
—Está bien.
Una voz vino desde fuera, dentro de la oscuridad, una voz que yo
conocía.
—Así que, hermanito, veo que sigues disfrutando de las ventajas de tu
trabajo. —Eli y yo nos congelamos. A través de las sombras oscuras apenas
pude distinguir la silueta de Lorcan.
Eli me puso de pie y delante de mí. —Lorcan, ¿qué estás haciendo aquí?
—Entonces habla.
—Modales, hermanito —Él negó con la cabeza—. Vine aquí para que
dejar saber a Ember que tiene una opción, otra que estar atrapada aquí con
tu pene flácido. Ella puede venir conmigo y salvar la vida de su padre
humano.
—Te estoy dejando saber que puedes hacer bien las cosas. ¿No quieres
salvar a tu padre? ¿O es que quieres dejar que lo torturen y maten porque
eres demasiado débil para tomar su lugar?
—¿Qué es lo que realmente quieres, Lorcan? ¿Crees que puedes irte con
Ember para dejarla en la puerta de la Reina como un mono entrenado? —Eli
se detuvo y una risa enloquecida brotó de su boca—. Yo debería haberlo
sabido. —Hizo un gesto a la casa tiroteada detrás de nosotros—. Estabas
detrás de esto. ¿De qué otra forma habrían sabido dónde estamos?
—E-eres un hijo de... —me lancé hacia delante de nuevo, pero Eli seguía
bloqueándome.
Eli cruzó los brazos, manteniendo su tono de voz. —¿Así que esto es lo
que quieres, una pelea entre nosotros? ¿Cómo es que eso va ayudar a la
familia?
—No es lo que quiero, pero voy a pelear contigo si tengo que hacerlo.
Parece que soy el único que no ha olvidado lo que significa esta chica para
nosotros. —Lorcan miró fijamente a Eli—. Yo no soy la razón por la que
estamos aquí, por lo que todo nos ha sido arrebatado. Lo eres tú. Pero sin
embargo, ¿ellos te aligen a ti como su líder?
La acusación hizo girar mi cabeza hacia Eli. ¿Él era la razón de que
fueran exiliados? ¿Cómo? ¿Por qué?
Sin mover su mirada fuera de Eli, Lorcan se dirigió a Jared. —J, ¿por qué
no vuelves a casa? Déjanos manejar esto.
—No. Yo no me voy. No soy un niño. Soy parte de este clan tanto como
cualquiera.
—Jared. Ahora. —ordenó Eli. El Alfa de Jared había hablado. Juró dio
patadas en el suelo, pero se dio la vuelta y se dirigió hacia la casa.
Oh Dios, no.
CAPÍTULO 14
Traducido por Angyyy
Corregido por Talita
—Por favor, Lorcan, que se vayan. ¡No tienen nada que ver con esto!
—Ellos tienen todo que ver con esto. Tienen que ver contigo. —Lorcan
frotó sus manos—.Te lo dije. Soy un hombre al que le gusta conseguir lo que
quiere. Sin importar el coste.
El cuerpo de Eli se puso rígido junto a mí. —Lorcan, no sabes con lo que
estas tratando aquí.
—Eres tú el que no sabe con lo que está tratando. Nunca lo has sabido.
11
Game Over.
Mark o a tus amigos. En el momento que te tengan, te van a torturar o a
matar. Sólo les traerá más dolor si vas.
Mi instinto sabía que tenía razón, pero mi corazón se sentía mal dejando
que todo esto sucediera y por no haber ido ya tras Mark. ¿Cómo podría
dejarlo a él o a mis amigos encerrados en algún calabozo en el Otro Mundo
siendo torturados mientras yo continuaba sentada aquí?
No podía.
—Lo siento. Tengo que hacerlo —me alejé, pero mis ojos se declararon
con él. Rescata a Kennedy, al resto de ellos y mantenlos a salvo por mí.
Esta vez fue Sam quien se movió hacia delante, con los ojos brillantes de
odio. El odio que sentía por mí estaba escrito por todo su rostro.
Tomando un paso firme, asentí hacia mis amigos.— Ya me tienes, así que
por favor dejarlos ir.
Dax tiró a Samantha hacia atrás, alejándola de mí. Lorcan más o menos
me agarró, arrastrándome por mis pies. El momento en que su mano se
aferró a mi espalda, un punzante dolor al rojo vivo corrió por las líneas de mi
tatuaje, un dolor insoportable. Di un grito ahogado, cayendo al suelo.
—Yo-yo no lo sé.
—Prométeme que no les harás daño —le supliqué. Aunque sabía que sus
promesas eran vacías, estaba desesperada por cualquier esperanza de que
estuvieran bien.
—Así que ¿a cuál vas elegir, Emmy? ¿Cuál significa menos para ti?
—Sé que lo harás, pero creo que lo necesitas para ver como son de
verdad los Moradores Oscuros. Somos despiadados y matamos. A veces
solamente para disfrutar de ello. Eli se ha olvidado de lo que es ser un
Morador Oscuro. Tú deberías temernos, no querer jugar a las casitas. En el
fondo, crees que él nunca te entregaría o te lastimaría. Eli es un insulto a
nuestra especie, a los recuerdos de nuestros padres. Todos ellos lo son.
—¿Crees que soy ciega y no veo la forma en que te mira? ¿Has hecho
algo con él, cualquiera que sea lo qué tu clase hace? ¿Pusiste un hechizo
mágico sobre él, lo embrujaste? Porque no hay otra razón por la que estaría
contigo. Para desearte tanto. Odia todo sobre tu especie —dijo hirviendo de
rabia y en tono acusador—. Pero por alguna razón tienes a todos cayendo a
tus pies. West lo hizo, también. Al final te eligió a ti y mira lo que pasó con él.
—Lo siento, demasiado tarde —Sam crujió con risa. Su brazo se sacudió
en un movimiento fluido, el cuchillo cortó a través de la garganta desnuda de
Ian y la sangre roció mi cara mientras sus ojos sobresalían sorprendidos con
miedo. Su cuerpo cayó al suelo en un ruido sordo.
Pasando más allá de Eli y Lorcan, fui con dureza sobre la espalda de
Samantha. Al no esperarme, perdió el equilibrio y cayó hacia delante.
Girándose a media caída, ella me enfrentó. La agarré por el cuello. Estar
encima me daba un poco más de ventaja. Con toda mi fuerza, golpeé su
cabeza contra el suelo. La tierra húmeda no hizo más que hacer que su
cabeza rebotase. Samantha gruñó profundamente, con sus ojos como llamas.
Se levantó moviéndose y el contacto me hizo chocar contra un árbol. Gabby
volvió a entrar en la pelea, agarrando a Sam con una llave al cuello desde
atrás. ¡Caray! Sam es fuerte. Eli tenía razón. Ella sólo había jugado conmigo
antes, cuando me había atacado en Silverwood. Mi cabeza estaba mareada,
pero rápidamente se aclaró. No dolía tanto como me cabreaba.
Eres una cambia formas o algo, ¿no? No eres humana, ¿cierto? Josh
estaba zumbando con entusiasmo . Lo sabía. Sabía que había algo diferente
en ti.
¡Gabby! llamó Eli. Gabby salió corriendo detrás de ellos. Era una
carrera para conseguir el primer premio. Siete Moradores Oscuros corrieron
hacia los cautivos, empujándose unos a otros para liderar la caza. Había sido
una idiota. Mis amigos no tenían oportunidad. Me uní a la persecución, lista
para ponerme entre ellos y sus perseguidores.
Dax fue el primero en alcanzar a Kennedy. Ella gritó cuando la rodeó con
los brazos. Dominic llegó hasta los otros dos antes que Eli o Cooper pudieran
llegar allí. Ellos sacaron sus cuchillos, amenazando con cortarles la garganta
a mis amigos, lo que nos detuvo a todos nosotros.
¿P-pero y Jared?
La Puerta al Otro Mundo respondió Eli . Hay velos entre los reinos
desde los que puedes salir y entrar.
¿Hay más por ahí? ¿Por qué no los hemos visto antes? demandé,
dándome la vuelta rápidamente para enfrentar a Eli.
¿Qué? ¿Me estás tomando el pelo? Lorcan vendió su alma a esa perra.
Ellos lo torturarán.
Eli se quedó en silencio. Por más buena cara que estaba poniendo, yo
podía ver la angustia que sentía por Jared. Se sentía responsable.
Bajé la mirada hacia el objeto que había bloqueado mis poderes. Debí
haber sido capaz de salvarlos, de no dejar que Ian fuera asesinado, de
detener a Lorcan para que no se llevase al resto de mis amigos. Les fallé…
todo por esas finas tiras de hierro envueltas alrededor de mis muñecas. Mi
angustia se puso a cien, bullendo el odio que me llenaba hasta que no había
ni pizca en mí que no sintiera maldad y odio.
Cooper se lanzó hacia mí. Mis brazos volaron hacia arriba con pánico.
Abruptamente, una sirena sonó detrás de mí. Eso sólo hizo que mi
adrenalina surgiera. Mi lado Fae temía a los humanos; ellos sólo guiaban a
los descubrimientos. Que ya no era humana me estaba quedando
extremadamente claro. Ellos eran muy frágiles. La sangre en mis manos ya
estaba gruesa con víctimas.
Tomando un atajo por el patio de alguien, huí de las luces rojas y azules
pulsantes. El coche policía se detuvo con un chirrido, altas voces me gritaban
mientras me movía por el patio.
Casi quería reírme. ¿No sabía que yo era más amenaza para él de lo que
podía imaginar? Siempre me había temido. Había sabido que había algo
diferente en mí. Bueno, debería demostrárselo. En realidad, él había tenido
razón sobre mí por una vez, pero no en la forma en la que él pensaba. Yo
solía pensar que alguien, como un policía, podría protegerme, o que tendría
autoridad sobre mí. Ya no más, no en el mundo al que yo pertenecía. No
había nada que pudiera hacer para detenerme. Era la primera vez que sentí
la verdadera distinción entre un humano y yo. El entendimiento de ello me
consumió.
Cerré mis ojos y me hice una bola temblorosa, entendiendo que muy
probablemente moriría en el bosque esta noche. No me importó. Ya no me
quedaba nada, y todo lo que quería era que el sueño o la muerte declarasen
quién me quería más.
CAPÍTULO 16
Traducido por Emi_93
Corregido por Strawberry!
La luz del día caía haciéndome cerrar los ojos con más fuerza, con un
gruñido, y me puse las mantas por sobre la cabeza, hundiéndome más en la
suave cama. Me tensé. Todo me inundó de nuevo. Visiones de Samantha
deslizando el gran cuchillo a través de la garganta de Ian, rasgó mi mente
con su desconcertada expresión. Su rostro quedaría grabado para siempre
en mi cerebro—su dolor, su terror. Mi corazón se agrandó en mi pecho, y un
llanto gutural quiso salir; mi mente también me torturaba con todo lo que
había pasado el día anterior.
12 En español en el original.
—Levantarse.13 —Hizo el gesto de levantarse con las manos. Había
prestado la suficiente atención en la clase de español como para entender
esa palabra.
13
En español en el original.
14
En español en el original.
15
En español en el original.
16
En español en el original.
hundidos y sin vida. El dolor estaba grabado en su rostro, como una marca.
Mis ojos no podían dejar de mirar a las manchas rojas, secas en mi camiseta.
La sangre de Ian. Mis dedos se deslizaron por el área manchada. Un sollozo
gorgoteó en mi pecho. Me alejé de la encimera, dándole la espalda a la
cáscara de persona que me devolvía la mirada en el espejo.
17
En español en el original.
CAPÍTULO 17
Traducido por pili
Corregido por Karlix
Él era un demonio.
Uno de mis ojos era una copia exacta de los suyos. El brillante y extraño
color amarillo siempre había hecho que la gente se sintiese más incómoda
que con el azul. Ahora entendía porque. Ellos podían sentir, sin entenderlo,
al demonio en mí.
Solamente una palabra chocó contra mi cerebro. —¿Eli? —¿Así era como
había llegado aquí? ¿Finalmente me había intercambiado?
Lars era el Rey Unseelie. ¿Por qué no me habían dicho esto Eli o Cole?
¿Por qué no lo hizo Torin? ¿Esto era por lo que Torin quería encontrarme?
¿Y con quién los Moradores Oscuros querían hacer un trato? El sudor
comenzó a hacerme cosquillas en la parte posterior de mi cuello. —Gracias,
señor.
—El lugar es encantador, pero eso ya lo sabes. Así que vamos a cortar la
conversación aquí. —Me crucé de brazos.
No esperaba eso.
—Sólo porque no pueda ver los barrotes no significa que no estén ahí.
—¿Cuál es la trampa?
Mi cabeza se tensó. Esta reacción produjo una pequeña sonrisa que llego
a los labios de Lars. —Tus sentimientos por él están escritos en tu cara —Su
tono era de reprimenda—. Has estado con los seres humanos demasiado
tiempo. Tus emociones son una debilidad. No tienes filtro y debemos acabar
con eso.
—¿Nosotros?
Una fuerte carcajada salió de mis labios. —Tienes que estar bromeando.
—Por el contrario.
—Y Griega.
»Fue su padre, el Rey, quien tomó la decisión. No creo que Aneira alguna
vez le perdonara por la retirada. Lo consideró una debilidad. Para ella, los
humanos estaban por debajo de los Fae; por lo tanto, los Fae no deberían
huir de ellos. Tampoco perdonó a los humanos por tomar sus tierras. Ha
tenido una vendetta personal contra ellos desde entonces —Lars se levantó
de su silla y caminó hasta las puertas de cristal, mirando hacia fuera a su
propiedad—. También le molestó que los Demonios y algunos Unseelie nos
quedáramos en la Tierra, viviendo muy contentos al lado de los humanos.
Supongo que sintió que si tenías trato con el enemigo te hacía uno también.
Su enojo fue grabado en piedra cuando el ex Rey Unseelie le negó su
retribución.
»Tonta. Había olvidado que algunos Fae y demonios necesitaban a los
seres humanos para vivir. No queríamos que nuestra «fuente de energía»
nos fuera arrebatada. Los humanos nos brindaban recursos infinitos,
especialmente cuando la población crecía. Curiosamente, encontramos que
los seres humanos eran capaces de las peores depravaciones hacia el otro.
Avaricia, lujuria, corrupción, ambición desenfrenada… Y ellos nos llaman a
nosotros Demonios —Sacudió su cabeza, y prosiguió—. Estábamos bastante
contentos con el estado de las cosas. El anterior Rey Unseelie había creado
un imperio poderoso aquí en la Tierra, gobiernado cómodamente y nuestra
fuerza crecía cada día.
Lars se volteó hacia mí. —Fue asesinado —No había duda de que Lars
fue quién lo hizo—. No heredamos nuestros roles. Los obtenemos.
—¿Quieres decir que los demonios estaban violando a las mujeres Fay?
—Escupí en repugnancia.
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GLAMOUR: Ilusión creada por los Fae para camuflarse, distraer o cambiar la apariencia.
—Sí… aunque no todos —Pareció dudar antes de sacudir ligeramente su
cabeza—. Pero, recuerda que los Demonios son mujeres, también, así que
hombres Fay también fueron violados. Habría sido mucho más desenfrenado
si los Dae no se fabricaran solo a través de un demonio superior y un hada
pura, de sangre noble.
—Para algunos lo era —Se encogió de hombros—. Fue una época oscura
y algo que detuve tan pronto como pasé a controlarlo.
—¿Qué?
¿De verdad voy a hacer un trato con un Demonio? ¿Soy tan estúpida?
—Una buena decisión. La lucha está a punto de llegar. Tienes que estar
preparada. —Lars me miro directamente a los ojos, prosiguió su marcha
hacia su escritorio y apretó un botón en el teléfono. Menos de treinta
segundos más tarde, un golpe firme sonó en la puerta. Me levante, mis
piernas temblando cuando me apoye contra la pared.
—¿Qué haces?
—¡Ayyyyy!
—No sólo los Demonios sino también los Faes usan su caparazón para
satisfacer sus necesidades. La mayoría de los Oscuros atacan a los
humanos, mental o físicamente. Así, nuestras formas humanas nos ayudan a
lograr esto, ya sea seduciendo, asustando, o atrayendo a los humanos en
nuestros distintos deseos y vicios.
—¿Y qué hay de mí? Soy en parte Demonio. —Me subí nuevamente a la
silla en la que me había sentado antes de ser arrojada a través de la
habitación—. ¿Me alimento de los humanos, también? —Mi voz fue más alta
de lo que incluso pensé que podría.
La idea de que tuviera que «absorber» las energías humanas para vivir
me dieron ganas de vomitar. ¿Qué pasa si era peor que eso? ¿Tarde o
temprano tendría que matar a humanos para vivir?
—No podrás dar marcha atrás sobre nuestro acuerdo una vez que lo
hayas consentido. ¿Lo entiendes?
Asentí otra vez. —Quiero que me entrenes. —Miré hacia arriba,
determinación en mi frente—. Quiero aprender a controlar y usar mis
poderes. Voy a recuperar a mi padre y a mis amigos.
—Hay muy poco que no se resuelva a mi favor. Si veo una debilidad, voy
a por ella. La tuya es el amor por tu familia. Son tu debilidad, es por eso que
los perdiste. —Mis puños se apretaron contra mi cara. Varios improperios
estuvieron a punto de rodar por mi lengua cuando hubo un golpe suave en la
puerta y esta se abrió. Mi boca se quedó boquiabierta cuando la mujer más
bella y sexy que alguna vez había visto entro en la habitación. Ella parecía
estar a finales de la veintena o al inicio de la treintena y sin defectos. Largo
cabello negro colgaba a mitad de su espalda enmarcando rasgos
absolutamente proporcionados: Pómulos fuertes, un elegante cuello de cisne
y grandes ojos almendrados, de color chocolate oscuro, tal vez italiana o
griega. Era delgada, con los huesos finos, pero con curvas en los lugares
correctos. Era elegante, con clase y sensual.
Me hizo sentirme casi tan bonita como un gato sin pelo. Por favor dime
que ella es una perra, para que así la pueda odiar.
Tenía tantas preguntas para Lars, pero estaba claro que había terminado
conmigo por el momento. Me puse de pie, siguiendo su estela. Ella llevaba un
par de pantalones negros con una blusa crema sin mangas. El conjunto era
sencillo pero se veía increíble en ella e hizo que mi sudadera rosada
sudorosa pareciera incluso más pegajosa. Ella habría sido un poco más baja
que yo sin sus tacones, y al igual que yo, era todo piernas, a pesar de que
hacía tiempo que tener las piernas largas se veía glamuroso y no
desgarbado. Ella era una pista de aterrizaje; yo era un callejón.
—Me alegro de que hayas decidido quedarte con nosotros, Ember —Su
voz me calmó—. Creo que te gustara estar aquí. Nuestra casa es la tuya
ahora —Se dio la vuelta para continuar con la excursión—. Hay un puñado
de quienes vivimos aquí. Supongo que se puede decir que somos una familia.
—Era una perspectiva extraña, el Rey Unseelie poniéndose el pijama antes
de irse a la cama. Demonios viviendo en una casa juntos como un reality
show, viendo películas, comiendo, bromeando. Parecía tan humano—.
Trabajamos para Lars, pero nos da flexibilidad para salir y hacer nuestras
cosas. —Ella dijo: «nuestras cosas» de tal forma que sabía que era lo que
tenía que hacer para vivir, que probablemente significaba alimentarse de los
humanos.
—Sí. —Brevemente conté lo que sabía sobre ellas. Las sirenas eran
peligrosas criaturas mitológicas, seductoras, que atraía a los marineros a la
muerte. Mirándola no tuve duda de que cualquier hombre en un barco o en
una bañera con gusto la seguiría a una tumba de agua.
—No todo lo que se escucha es verdad; el folklore fue escrito por seres
humanos. No tienen toda la verdad, sólo los mitos y leyendas que ellos
crearon.
19
BROWNIES: Pequeños Faeries trabajadores que habitan en casa o almacenes. Son raramente
vistos y podrían hacer la limpieza y las cosas de la casa a la noche.
—¿Brownie? —Había oído de ellas pero necesitaba asegurarme que no
se estaba refiriendo a un producto de repostería.
—Oh, querida, eres una principiante. Los Brownies son una sub-
categoría de las Hadas, pero es una de las últimas especies mágicas. Son
iguales a gnomos20 y hobbits y tienen limitados poderes de encantamiento.
Los humanos suelen confundirlos con una rata grande o algo de esa
naturaleza. Aunque su encanto sea pequeño, los humanos lo convierten en
algo que sus cerebros acepten lo que ven. Siendo inferior al Fae, los
Brownies sólo pueden convertirse en criaturas de su propio tamaño y sólo
pueden utilizar el encantamiento más básico.
Rez entró por la cocina en un enorme salón comedor. Una mesa larga,
moderna, ovalada recubierta de terciopelo, sillas en círculo, dispuestas en el
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GNOMO: Pequeñas criaturas parecidas a los humanos que viven bajo tierra. Hay diferentes tipos:
gnomos del bosque, gnomos de jardín y gnomos de casa. Son territoriales y traviesos y nos les
gustan los humanos particularmente.
centro de la habitación, y otra impresionante lámpara de araña colgaban del
techo. Un arco curvado de piedra caliza ase abría hasta la sala de estar. Una
aterciopelada sección gigantesca gris intenso, una mesa de café de vidrio y
varias sillas grandes situadas frente a una chimenea encendida. Calor y
energía fluyeron de él a mí. Consciente de mi conexión con el fuego ahora, se
sintió increíble. No podía creer que nunca notara la fuerte sensación antes.
Ella era el tipo de mujer que era severa, pero llena de amor y afecto. Rez
también era más fácil de convivir de lo que pensaba. Me ayudó a ordenar
ropa y cosas personales e incluso se aseguró que fueran entregados durante
la noche, así que no tendría que esperar. Exhausta y con mi barriga llena, mis
párpados se cerraban con pesadez.
El sueño llegó con bastante facilidad, pero mantener el sueño fue una
historia diferente. Me desperté gritando. No podía escapar de la imagen fría
de Ian con el rostro blanco y derramando sangre de su cuello como de sus
ojos, ahora negros, mirando vacíamente los míos. —Ayúdame —Su mano sin
vida se extendía buscando la mía. Su mano luego se transformó en la de
Kennedy mientras sus dedos se deslizaban fuera de mi alcance. Me desperté
llorando, aún cuando estaba tan agotada me deslicé de nuevo en otro sueño
inquieto. Luego el ciclo se repitió. Me despertaba gritando una y otra vez.
—Ember, encantados de que te nos unas. Veo que Nic ya fue a buscarte
—dijo Rez.
—Ella estaba merodeando en las escaleras. —Nic trató de agarrar un
panecillo de la canasta que Marguerite estaba poniendo sobre la mesa del
comedor.
—Oh, estás tan lleno de mierda. —Rez rodó los ojos. Una leve sonrisa se
subió en el labio de Nic. No había duda de que él estaba de acuerdo—. Fuera
de tus límites, Nic.—Ella ahora hizo giros con su tenedor alrededor de mi
cabeza.
21
En Español en el original.
—Esta es Koke y te entrenará para que aprendas a manipular objetos
con tu mente. —Ella también era de ascendencia asiática. Era impresionante
y pequeña, pero el tamaño no significaba nada en el mundo Fae. Ella asintió
con la cabeza en respuesta, sus oscuros ojos de halcón me observaban,
captando cada detalle.
—Y, esta última, es Maya. Ella te ayudará con tus poderes con la tierra.
—Maya parecía ser otra compañera de piso con la que no jugar. Era alta,
majestuosa, hermosa, y muy intimidante. Su expresión era adusta y severa.
Tenía unos ojos que, cuando te miraba, te hacía sentir que podía ver tus
pensamientos más íntimos. Me asustaba muchísimo. Lo primero que pensé
cuando la vi fuea en la señora Laveau, la famosa Sacerdotisa Vudú. Quién
sabía, tal vez ella fuera una.
—Así que, ¿es así cada noche aquí? —Miré alrededor de la mesa,
observando a todo mundo comer la deliciosa comida que Marguerite había
preparado.
Salté, girándome hacia él. —Tienen a mis amigos, Torin. Samantha mató a
Ian. ¿Están bien? Tú no me contestabas. Traté de contactarte.
—Entiendo.
Torin me tomó en otro fuerte abrazo, sus labios como plumas contra la
coronilla de mi cabeza. —No me asustes así. Tú no puedes darte el lujo de
actuar irracionalmente. Cuando llegue el momento, yo te ayudaré. ¿De
acuerdo?
Asentí con la cabeza contra él. —¿Por qué no me dijiste quien era Lars?
—Sólo puedo decirte lo que sus ataduras me permiten. La Reina me tiene
excesivamente controlado.
—¿La amas?
—Te prometí que velaría por ellos y no voy a dejar que nada les pase.
—¿Caminar en sueño?
Todas las veces que había estado deseando ver a Mark, ¿podría hacerlo?
—No fue un regalo con el que nací, pero la Reina me ha dado algunas de
sus habilidades. Me permiten traerla para que pueda ver lo que estoy viendo,
sin que ella tengar que estar allí físicamente. Su Majestad considera esto
bastante útil en sus asuntos.
—No. Puedo sentir cuando ella está allí. Tiene una presencia fuerte y
siempre se puede sentir cuando está tratando de entrar. No te preocupes. Ella
no está consciente de nuestros encuentros.
—Controlaré este primer camino en sueños, así puedes ver cómo se hace.
Puede ser un poco desconcertante, te lo advierto. —Sus manos se acercaron a
mi rostro, rozandolos sobre mis párpados—. Cierra los ojos. De lo contrario, te
sentirás mareada.
—No. Te juro que ha sido tratado bastante bien desde que ha estado aquí.
Ella sólo le haría daño para beneficiarse. Y, como ves, lo ha puesto en una de
las habitaciones disponibles del castillo. No está en el calabozo.
—Esas heridas son las que obtuvo esa noche en la montaña. —Torin se
mantuvo a lo largo de la pared, manteniéndose a las sombras—. Recuerda, el
tiempo funciona de manera diferente aquí en el Otro Mundo. No ha pasado
mucho tiempo en comparación al que tú has experimentado en el reino de la
Tierra.
Mark se quedó mirando el fuego, sus ojos observaban cada lamida y rizos
de las llamas. Las sombras se hundidan profundamente en sus ojos. Él podía
estar físicamente saludable, pero no mentalmente. Su agonía me torturaba.
Torin se aferró a mí. Cerré los ojos y me imaginé a mis amigos vívidamente
en mi cabeza. Otro silbido, una sensación de náusea extrema, y estábamos en
una habitación similar a la de Mark. Mis cuatro amigos estaban allí, junto con
cuatro camas, cuatro sillas y una mesa.
—¿Por qué no nos lo dijo? —Josh exclamó. Estaba sentado en el alféizar de
la ventana. Agarrando las barras de metal que se alineaban en la ventana, lo
suficientemente amplias como para que alguien se deslice a través de ellas.
Eran probablemente para mirar las puntas de los árboles fuera de la ventana
indicando que había varios metros de altura.
—No me importa. Ella se supone que es nuestra mejor amiga, Ken. Ella
debería habernos dicho la verdad. ¿No confía en nosotros?—Ryan elevó la voz
desde la silla—. Ian murió porque estaba ayudándonos a pegar carteles, para
encontrar nuestra amiga desaparecida. Si hubiéramos sabido… —Ryan
comenzó a sollozar, con el rostro entre las manos, sus hombros temblaban.
Por la expresión aturdida de Jared me eché a reír. Buena suerte con eso,
pensé.
—Pero eso no significa que ella sea mala. —Jared inmediatamente se puso
a la defensiva—. Los Demonios no siempre son malos. Ember es genial. Pero los
Daes son ilegales en el Otro Mundo. Ember técnicamente no debería estar viva
y por eso es que se escondía con nosotros. Estábamos protegiéndola. Como he
dicho, Ember no estaba descansando en alguna playa. Se alejó de ustedes por
un propósito. Ella no quería involucrarlos, porque sabía que era peligroso.
Una expresión de dolor se arrugó en su frente. —Es algo que quiero hacer.
Sólo quiero mantenerte a salvo y protegerte.
Dormir no había sido fácil para mí. Sentía como si me hubiera quedado
dormida justo cuando Alki entró irrumpiendo en mi habitación. Ahora puse
una almohada sobre mi cabeza. Ni siquiera duraría una semana si esta era la
hora que tenía que levantarme todas las mañanas. Me pregunto cuál sería el
castigo por dar marcha atrás a un trato con un Demonio.
—Concéntrate —ordenó
—Estoy tratando.
—Deja que fluya a través de ti, pero refrénala. —Las palabras de Maya
entraron en mis oídos.
—¿Qué?
Hubo una pausa. Entonces una risa enloquecida salió del resto de
nosotros. Me dejé caer en el suelo. Atónita y aturdida, oí voces alarmadas
viniendo de la casa principal dirigiéndose hacia nosotros.
Sólo quería estar sola cinco minutos para dormir. Posiblemente para
siempre. ¿Era acaso mucho pedir? Haciendo que mi cuerpo se moviera
voluntariamente, gemí cuando traté de sentarme. Todos los músculos de mi
cuerpo gritaron en protesta. No podía decidir cual dolía más. Entre la
explosión, las pesas, y todo lo que había corrido, todo mi cuerpo dolía por
igual.
—Gracias Nic, pero creo que ella es capaz de hacerse cargo desde aquí.
—Nic asintió y me dio un apretón en el trasero antes de salir. Me tomaba
mucho esfuerzo mirar hacia él así que entré en la habitación. Un grito
ahogado salió de mis labios. En frente de mi estaba una hermosa biblioteca
que estaba llena de libros desde el suelo hasta el techo.
Asentí. Uno de mis primeros recuerdos vividos fue cuando tenía tres
años. Mi mamá y yo nos fuimos de compras, y había un perro de peluche que
realmente me gustaba. Mi mamá había dicho que no, me lo quitó de las
manos y lo puso en un estante más alto fuera de mi alcancé. Estaba muy
enojada.
Había volado nuestras luces de navidad cuando tenía diez años, había
causado un «extraño» fuego en el comedor de un restaurante cuando tenía
siete, y había comenzado el fuego en la vieja casa donde vivíamos cuando
tenía cuatro años.
¿Eh? Mi mamá tenía los ojos de color anaranjado marrón. Si ella era Fay,
¿por qué no los tenía de color azul violeta? Su cabello también había sido
más rojizo que el rojizo brillante de mis rayitos. Ella había estado
escondiéndose del Otro Mundo. ¿Cambió su color de pelo y usó lentes de
contacto? ¿O tal vez usó glamour en su pelo y sus ojos para permanecer
oculta y evitar que los Fae la encontraran? ¿Qué más cambió mi mamá para
mantenernos a salvo?
Y en Seattle.
Aparté la vista. —Así que, mi madre era parte de la corte noble. —Era
más una declaración que una pregunta. Sabía que lo había sido. Ella tuvo que
ser una Fay para haberme creado, pero aún así no se sentía bien. Había sido
tan real y pragmática, usando jeans y camisetas, le encantaban las
motocicletas y la música blue. Cuando conocí a la Reina, no había sido nada
como me imaginaba que sería un noble Fay.
—Sí. —Asintió Lars—. Ella era una de las mujeres más hermosas en la
corte, tal vez de cualquier lugar. Definitivamente la más querida. Tenía
muchos admiradores, lo cual su esposo odiaba. Él era un hombre
enormemente celoso.
Había oído algo así. Tal vez escapar a la tierra no era sólo para salvarme,
sino a ella también. ¿Fue víctima también de un matrimonio arreglado?
Incluso si Torin era todo lo que podría desear en un esposo, incluso si
quisiera casarme, lo cual no quiero, nadie debería ser obligado a casarse. Era
extraño pensar en mí en ese mundo, en la clase noble élite. ¿Yo, de la
nobleza? Sí, claro. Se sentía tan falso como pensar en mi madre como una.
—¿Se amaban?
—Ember, dije que es suficiente. —Su tono me alertó que dejará de
hablar.
—No lo eres. Tienes que empezar a recordar eso. —Metió otro libro en
el estante—. Eres una inmortal del Otro Mundo, poderosa, fuerte, y temida
por la mayoría, incluyendo a la Reina.
—No diría que eres inmortal, ya que puedes morir. Pero las Fae viven
miles y miles de años.
Sacó un libro, abrió una página y dejó el libro en frente de mí. —La
primera vez que nuestros reinos sangran juntos es Samhain. Probablemente
lo conoces como Halloween. Es cuando celebramos el fin de la “mitad más
iluminada” del año y el comienzo de la “mitad más oscura”. Beltaine es la
otra, que es a principio de mayo. Es el comienzo de la mitad iluminada del
año, exactamente lo contrario de Samhain. La barrera entre la tierra y el
Otro Mundo se reduce. Cuando el velo es fino, la magia es tremenda. Los
humanos que son “sensibles” pueden incluso sentirla.
—Sí, los Fae son más susceptibles en ese tiempo, a excepción de los
gobernantes del otro mundo. Ni la Reina ni yo seguimos la misma regla. No
morimos por los mismos medios que los otros Fae lo harían. Como
gobernante tienes el lujo de saber que no eres tan fácilmente prescindible.
Lars volteó el libro hacia mí, señalando una página. Me incliné más sobre
la mesa para ver mejor a pesar que no tenía sentido ya que estaba en otro
idioma no conocido en la tierra. Su dedo llegó hasta el final de la página y
murmuró para sí mismo antes de encontrar lo que estaba buscando.
—Aquí está…
No tenía que decirme eso. Podía sentir que mi vida tenía una fecha de
caducidad. La única cosa que quería lograr era ver a mi familia segura y a la
Reina muerta antes de mi muerte. Eso era suficiente.
CAPÍTULO 20
Traducido por Emi_93
Corregido por Mew Rincone
—Dobla las rodillas; Mantén estrecho contacto con el suelo. Solo en los
video juegos y los tontos muertos saltan de un lado al otro. Eres incapaz de
cambiar rápidamente de dirección si estás en el aire. Debes estar lista para
moverte y cambiar de curso en medio segundo —Me recordó mientras nos
movíamos alrededor uno del otro—. Sé completamente consciente de tu
enemigo y de tus alrededores. La muerte puede venir de cualquier parte en
cualquier momento.
Había oído el mismo discurso cada día, pero servía pensar en ello cada
día. Mi conciencia de mis alrededores se había magnificado desde el
comienzo de las lecciones. Me asustaba lo despistada y vulnerable que había
sido. Ahora nunca podía relajarme. Estaba tan altamente consciente que
rozaba la paranoia. Había, en un par de ocasiones, volteado a Marguerite de
espaldas cuando pensé que alguien estaba espiando. La mujer mayor se
levantaba, negaba con la cabeza hacia mí chasqueando la lengua como si
hubiese dejado los calcetínes en el suelo y luego seguía hacia donde
estuviese yendo. La adoraba. Me paré y rearmé, nuestras espadas chocando.
Él volteó su espada alrededor de la mía, sacándome la espada de la mano. El
fuerte repique cuando chocó contra el suelo rebotó en las paredes. Salté
hacia atrás. Mis ojos nunca dejaron los suyos mientras me estiraba por la
daga en mi bota, la que Eli me había dado. Había cortado un espacio entre el
cuero y el forro para mantenerla oculta en un lufar seguro y que fuera fácil
de agarrar.
—Sí.
—Ninjustsu.
—La mayor parte de los otros aquí parecen divertirse, sabes, en sus días
libres de comer niños.
—No yo.
—Sí, eso supuse —suspiré y con un gran esfuerzo me levanté del suelo,
metiendo mi daga de nuevo en mi bota—. ¿Hemos acabado?
Las pocas escaleras hasta mi cuarto fueron extra tortuosas para mis
adoloridos músculos esta tarde.
—Ember, ahí estás —La voz de Rez me llegó desde atrás. Me volví para
mirar sobre mi hombro. Su largo cabello oscuro colgaba suelto alrededor de
su asombroso rostro mientras me miraba desde la base de las escaleras.
No podía imaginar el dolor y la confusión por los que las familias de mis
amigos estaban pasando. Cada día de no saber debía de ser una indecible
tortura. Algún día, esperaba que mis amigos pudiesen regresar a sus
familias. Habían perdido tanto. Sospechando que había algo inusual
conmigo, nunca imaginaron cómo los afectaban mis diferencias. Debía
mantenerme fuerte, creyendo que podría sacarlos. Los había visitado solo un
par de veces más en sueños desde la primera vez con Torin. Era doloroso y
afectaba negativamente mi concentración. Con Alki solo podías tener una
cosa en la cabeza. Pelear. Mi atención menguó en los días después de una
Caminata en Sueños y había pagado por ello. Entre mi corazón adolorido y el
tiempo exta que él me tenía en el gimnasio para derribar mi secuencia de
pelea, los iba a ver cada vez menos.
Eli era otro tema que intentaba encerrar lo más profundamente posible
que hasta tomaría una grúa para desenterrarlo. Una cosa graciosa sobre la
pasión era que podía tornarse fácilmente en odio. Las mentiras, la
decepción, incluso mi deseo por él solo incrementaban el odio que sentía. No
me dejaría en paz, mental o físicamente. Podía sentirlo merodeando en las
afueras de la propiedad, haciéndome saber que estaba allí, sin cruzar las
guardias. Nadie más que yo notaba su presencia, pero no podía ignorarla.
Era bruta y primaria. Estaba conflictuada entre mi necesidad por él y el
deseo de golpearlo. Y no en la forma graciosa y pícara.
Torin era al único al que deseaba ver —mi vínculo con mi padre y
amigos. Solo éramos capaces de andar en sueños un par de veces porque él
sentía a la Reina manteniéndolo cerca. Él temía que ella fuese a descubrir
nuestro secreto, y su paranoia crecía día a día. Estaba feliz de haber
encontrado a Lars, pero al mismo tiempo no le agradaba mucho que yo
estuviese cerca de la Oscuridad. No importaba qué hiciese la Reina, Torin
siempre se mantendría leal a la Luz.
Torin veía cambios en mí. Nunca decía nada, pero podía ver que no le
agradaba lo fácilmente que yo aceptaba mi lado Demoníaco, permitiéndole
crecer más fuerte cada día. Él nunca lo admitiría, pero a veces podía percibir
sus verdaderos sentimientos hacia mi parte de Demonio. Esto lo
consternaba secretamente.
Santo Jesús. —Eso sería una mala idea —comentó un lado de mi cerebro;
mientras que el otro lado gritaba—: Sí, por favor.
Vivir en una casa llena de Demonios y Fae oscuros no era tan malo. De
hecho nos divertiamos mucho, lo que me asombraba. A todos les gustaba lo
que eran y no se diculpaban por ello, y yo era una de ellos. Había sido fácil
olvidar lo que eran. En la casa, se mantenían en sus formas humanas, comían
la cena, hacían bromas, y veían demasiados programas de reality. No quería
pensar en que probablemente la mayoría de ellos caía en el libertinaje
humano en su forma más elevada. Estaba cómoda en mi nueva casa, lo
suficientemente contenta en mis nuevos alrededores como para intentar
ignorar los sangrientos recuerdos de mi vieja vida.
—Eso significa que ella enviará a alguien aquí, demandando que seas
entregada. Si no, declarará la guerra. —Tragándome mi miedo, me di cuenta
de que el tiempo había llegado—. De hecho, su mensajero llegó ayer. —Su
expresión reflejó molestia ante el recuerdo—. Envié mi respuesta de regreso
alta y clara.
El follaje crujía bajo mis pies mientras paseaba por el bosque. La tardía
luna de otoño se abría paso a través de la niebla brumosa, dándoles a los
árboles un aspecto siniestro. Era extraño que la Navidad estuviese a solo un
mes de distancia. El año pasado en esta época estaba llegando a los finales
en la secundaria Olympia, pensando en graduarme y en universidades.
Bueno, eso nunca pasaría. En su lugar vivía con un demonio y me entrenaba
para una batalla con la Reina Seelie en una guerra entre la Luz y la
Oscuridad. Síp, exactamente como en la universidad.
Percibía que Eli había estado afuera por un tiempo, pero verlo era
diferente. La última vez que lo vi había sido cuando lo estampé contra un
árbol antes de estallar. ¿Por qué se me aparecía ahora? ¿Probaba esto que él
podía encontrarme? ¿No sabía que yo era consciente de que me había
encontrado largo tiempo atrás? ¿Era este algún tipo de juego o mensaje?
¿Qué quería que yo sacara en claro de verlo allí parado, luciendo como algún
dios guerrero, más que asustarme jodidamente?
Hundiéndome de nuevo en mi cama impecablemente hecha, me
enrosqué en una bola en el medio. Algo en el rabillo del ojo atrapó mi
atención. Parada en la esquina más lejana de mi cama, las manos en mi
almohada como si la estuviera ahuecando, estaba una pequeña mujer de más
o menos un pie de alto. Sinnie. Tenía el cabello tan rubio que casi parecía
blanco y ojos azules inmensos y claros. Su rostro era viejo y apergaminado,
pero era más linda de lo que esperaba. Sus rasgos parecían noruegos, o
suecos.
Está bien. Al menos era directa con ello. —Bueno, aprecio que me des
una apreciación justa. —¿Es esto una entrevista de trabajo?
—Mi vida no puede volverse más rara —Me eché sobre la cama. Sinnie
había mantenido mis pensamientos muy lejos de Eli, pero una vez más, sola
en mi cuarto, su imagen encantada circulaba en mis pensamientos y en mi
corazón. Miré a través de la puerta corrediza de vidrio a la imperante
oscuridad.
Jared y Kennedy eran los más fáciles de enfocar. Me figuré que era
porque ambos eran "especiales". Kennedy tal vez fuese la más humana, pero
aún así era mágica. Estaba en sus genes. Jared casi no requería esfuerzo,
como si estuviésemos conectados. La sangre de Eli en mí podía centrarse en
Jared con precisión.
—No lo sé... Solo tuve escalofríos o algo así —Kennedy siguió frotándose
los brazos, mirando por el cuarto aprehensivamente.
Jared negó con la cabeza. —No, tienes muy bonita piel, y muy lindas pecas.
—Uh... gracias.
Jared los miró a ambos y negó con la cabeza mientras Ryan continuaba
allí, en un estado medio zombie. Su llanto se había detenido, pero ahora se
había quedado ausente. Recordé el mismo estado después de perder a mi
mamá. Era la forma del cerebro de soportar la inacabable agonía que te
desgarraba por dentro.
—Yo solía jugar en este cuarto cuando era niña. Mi hermana y yo nos
escondíamos de nuestra madre y niñeras aquí —Con una tirantez en su
mandíbula, sus emociones se tornaron en ira—. Ahora es utilizado para
retener a los pequeños amigos humanos de la abominación. Estoy segura de
que hay ironía allí en alguna parte —Jared se paró más cerca de Kennedy—.
Bueno, algunos amigos humanos —Ella se acercó a la pareja. Su mano se elevó
para tocar a Kennedy. Yo sentí como si lava ardiente estuviera bajando por mí
garganta.
—Bueno, eres una pequeña cosa bonita —Su forma se alzaba sobre la
pequeña forma de Kennedy, y sus dedos atraparon la barbilla de Kennedy con
un firme agarre—. ¿Es por eso que el pequeño mestizo está intentando
protegerte? —Sus ojos se quedaron fijos en el rostro de Kennedy, pero su tono
disgustado estaba dirigido a Jared—. Proteger a los preciosos humanos de la
Reina Seelie. Aún así, somos nosotros los que nos ocultamos —Apartó los dedos
del rostro de Kennedy, que cayeron a un lado como si Kennedy acabara de ser
abofeteada. Jared se tensó. Los guardias de la Reina dieron un protector paso
hacia ella, que los alejó con un gesto—. No se peocupen. El pequeño Morador
Oscuro no hará nada. Es una pelusa sin ladrido ni mordida. Le prometí a
Lorcan que no te mataría, pero no prometí que no te introduciría en la
hombría —Ella le palmeó rudamente la mejilla—. Probablemente lo
disfrutarás —Kennedy inhaló con un siseo—. Awww, tu novia se está poniendo
celosa. ¿No es dulce? —El tono de la Reina era ligero pero lleno de veneno. Su
mirada recorrió el cuarto, aterrizando en Ryan—. ¿Por qué está él allí
acostado? Debería pararse en mi presencia.
—Oh, ¿lo está ahora? —Ella miró desaprobadoramente al bulto que yacía
inconsciente en la cama—. Supongo que aún tenemos suficiente tentación
para Ember si se muere. —Aneira le dio la espalda y tomé nota del chico que
ahora estaba parado junto a la ventana—. ¿Y qué hay de ti?
Aneira se volvió al cuarto, demandando todos los ojos en ella. —Dado que
has sido absolutamente inútiles para ayudarme a encontrar a mi amiga, tal
vez deba empujarla a venir y jugar. Al final de esta semana, cada uno de
ustedes me dará la información que busco, o ella tendrá un amigo menos —La
Reina miró de nuevo a Kennedy—. Empezando contigo. Percibo algo especial
en ti. Cuando Ember oiga que tu cuerpo muerto ha sido enviado de nuevo a tu
familia, creo que saldrá de la cabaña. —La voz de Aneira era seductora y
sugerente.
Sin otra palabra, dejó el cuarto con la misma superioridad que cuando
había entrado. Sus tres secuaces la siguieron. Solo el joven guardia se quedó,
su cabeza ladeada mientras ella se iba.
—El hechizo no te evitará escapar. Eso solo envía una alarma de alerta,
que desafortunadamente se disparará automáticamente. Pero puedo ver como
alguien podría correr al bosque y pasar a través de una puerta a la Tierra
antes de ser atrapados. —Casi parecía como si los estuviera alentando a tomar
esta ruta. ¿Qué diablos estaba pasando? ¿Estaba este guarda de su lado?—. De
otra forma, espero que estén cómodos.
—Sí. Genial. La piedra fría es tan confortable. —El tono de Jared estaba
lleno de sarcasmo.
—¿De verdad, mazmorras? —dijo Josh. Era la primera vez que había
hablado desde la partida de la Reina—. Esto solo se pone mejor. Es como en las
películas y los video juegos. ¿Ustedes cazan y matan ogros? —Josh se levantó,
haciendo un gesto de apuñalar.
—¿Así que, qué matan? ¿Gnomos? —El guarda miró a Josh con una
expresión incrédula.
Una aplastante culpa y la tristeza me recorrieron. Tenía que irme, huir del
dolor que había causado.
—Necesito hablar con él. Ahora. —demandé yo. Sin dudar, Rez
retrocedió mientras otra forma llenaba el umbral.
Cerrando los ojos, intenté recordar las palabras exactas. —«Al final de
esta semana, cualquiera de ustedes me dará la información que busco o ella
tendrá un amigo menos.» —repetí las palabras de la Reina.
—El final de una semana en el Otro Mundo podría ser un año aquí en la
Tierra. Tus amigos estarán bien por un rato. Y para ti, no estás preparada
para enfrentarla. Necesitas más entrenamiento. Recuerda, yo te diré cuándo
estés lista y cuándo puedas irte. Aún no es tiempo.
Alki tiene mucha prisa en la mañana suspiré, yendo hacia el bote del
café. Saqué la taza de café más grande en la casa y la llené. De repente, un
flash de Mark y yo en nuestra cocina, haciendo nuestra usual cháchara
matutina, apareció en mi cabeza. Tragué el apretado nudo formándose en mi
garganta.
22 En castellano en el original.
23 En castellano en el original.
24
En castellano en el original.
horas. No era tan engreída para no admitir que tuve algunas pataletas
durante el día, pero seguí avanzando. Cuando Koke entró, Alki mezcló mi
combate físico con la pelea mental. Bolas de fuego volvieron a amenazar una
vez más al techo, así que fuimos afuera. La anterior lluvia salvó al abundante
césped de convertirse en crujiente y ennegrecido. Peleé contra Alki al estilo
ninjuitsu con un palo, mientras Koke me apresuraba para usar mi mente
para quitarle su arma. Maya se unió más tarde, añadiendo el elemento de
naturaleza. Aquí era cuando las cosas se podían poner peligrosas.
Afortunadamente para todos nosotros, mi control estaba mejorando un
poquito. No había explotado un edificio en días.
¿No es muy pronto para que estés por ahí seduciendo y tomando la
fuerza vital de tus víctimas desprevenidas?
Y apenas vivas.
Como todo lo demás, aparté esos pensamientos, sin querer lidiar con
ellos. Sabía qué me estaba conteniendo, o más bien quién me estaba
conteniendo. Nic estaba junto a mí, aunque era el pensamiento de Eli el que
me hacía entrar en calor. Este deseo por Eli me hacía enfurecer y la ira a
veces me hacía hacer estupideces.
Me giré para estar frente a Nic, mi mano subió para traer su cara a la
mía. Hizo un sonido estupefacto. Nuestros labios se encontraron con una
suavidad que no había esperado. Sospechaba que Nic sería un buen besador.
Tenía que serlo, ¿cierto? Eso era parte de la descripción de su trabajo.
Uh… no. ¿Has revisado el garaje? Sabes cómo le gusta juguetear con
sus juguetitos repliqué mientras lo miraba con una sonrisa en mis labios.
Me devolvió la mirada, lo que me dijo que la venganza vendría pronto.
Los días siguientes fueron intensos, rozando lo horrendo. Aun así, amé
lo fuerte que sentía mis poderes y mi cuerpo. Psicológicamente, había
cambiado un poco en los últimos cinco meses. Siempre me he ejercitado,
pero esto era diferente. Me estaba convirtiendo en un arma; mis brazos,
estómago y piernas firmes y torneadas. Mis poderes estaban
desarrollándose de forma lenta, pero, en las últimas semanas, los sentí
florecer fuertemente y el control que tenía sobre ellos estaba volviéndose
más firme. Aun había mucho por aprender, pero algunas cosas que ya
entendía se habían ampliado. Siempre de forma positiva. El pensar en que
mis amigos y familia estaban cautivos en el Otro Mundo me ayudaba a
concentrarme con más fuerza, especialmente con la muerte acechando
amenazante sobre mí. Obtener el control de mis dones era lo único que
deseaba. No me gustaba la idea de aniquilar ningún otro pueblo,
volviéndome una versión del Sombrerero Loco, o matar a mi recientemente
encontrada familia disfuncional por completo.
Aunque la temperatura estaba por debajo de cero, algo inusual para esta
etapa del año, tuve que levantarme. Abrigándome, ignoré el frio arañando mi
rostro. Internándome cada vez más en el bosque, serpenteé abriéndome
camino entre los interminables árboles, siguiendo el arroyo hasta los límites
de la propiedad. Pronto podría divisar las luces de la casa o el humo saliendo
de la chimenea. Mi mano tocó el largo tronco del fresno (mi usual punto de
descanso). Los límites terminaban al otro lado. Un repentino aumento de
energía me recorrió. Mis ojos escanearon rápidamente el espacio a mi
alrededor. Tensa y alerta, mi sangre zumbaba por mis venas. El cabello de mi
nuca se erizó. Mi respiración se aceleró, creando un vapor visible en el frio
aire a mí alrededor.
No estaba acosándote.
Oh, ¿en verdad? ¿Cómo lo llamas entonces? Crucé mis brazos y, con
la frente en alto, crucé la línea divisoria. Aquí, las defensas eran invisibles,
pero más fuertes que cualquier muralla. Lars había introducido mi sangre en
defensas mágicas para que me reconocieran, pudiendo cruzarlas sin que
ellas sonasen.
Mira, estoy aquí por una razón. Sé que has visto a Jared y a los demás.
Necesito saber que están bien.
¿C-cómo sabes que he visto a Jared? Eli soltó mis brazos, se volteó
alejándose de mí y pasó la mano por su cabello . ¿Cómo sabes que lo he
visto? exigí nuevamente.
¿Qué?
Siempre estuve ahí, sólo que no quise mostrarme. Pensé que sería lo
mejor, para ambos. No fui capaz de entrar en el sueño contigo, pero cuando
volvían a la escena onírica, los escuché hablar.
Muda por la revelación, necesité tiempo para encontrar mi voz pero
finalmente murmuré.
¿Novio?
Observando.
Créeme, ciertamente no fue algo que quise ver tampoco gruñó con
el entrecejo fruncido . Asi que, cuéntame, ¿está ayudándote a quitar esas
rueditas de tu bicicleta?
Él me sonrió.
Medio. Aunque las Hadas son conocidas por ser incluso más locas por
el sexo murmuró en mi oreja, y luego se meneó hacia delante mientras me
sujetaba en el mismo lugar. Todo el aire abandonó mis pulmones. La fricción
de sus movimientos dentro de mí hizo que ambos nos aferrásemos al otro
con más fuerza. No parecía estar lo suficientemente cerca de él. Jadeando y
arañando, apreté más mis piernas a su alrededor, sintiéndolo duro dentro de
mí, la adrenalina golpeaba en mis orejas, mi respiración acelerándose
mientras él empujaba más profundamente, nuestro ritmo acelerándose. Me
sentía mareada, mi cuerpo temblaba mientras gritaba. Las cosas se rompían
y explotaban a nuestro alrededor, nuestra magia chocaba con todo, trozos de
árboles caían sobre nosotros como lluvia. Continuó incrementando hasta
que sentí que mi cuerpo iba a explotar. Cada músculo en mí empezó a
contraerse, y nos movimos con incluso más intensidad, gimiendo, hundiendo
uñas, antes de que una explosión nos destrozase. En el momento cumbre, él
entró incluso más profundamente de lo que pensé posible, chocando sus
caderas con las mías casi dolorosamente, dejando mi cuerpo retorciéndose y
temblando violentamente.
Santo Jesús…
No quería ser la tonta. Sus antecedentes con las mujeres eran bastante
consistentes. No quería pensar que yo era diferente, pero no podía evitarlo.
Sentía que me amaba por la forma en que me tocaba y miraba, por la
conexión inexplicable que hacía a nuestros corazones latir simultáneamente.
Contra todo pronóstico y posibilidad, nos habíamos encontrado. Yo sabía lo
que sentía por él, algo que había estado sintiendo por un tiempo.
Él gimió.
Las lágrimas llenaron mis ojos, sabiendo lo duro que esto era para él,
luchando por el mismo problema. Yo había puesto tantas murallas alrededor
de mi corazón, pero ahora él las había atravesado a todas ellas. Al no ser
capaz de responder con palabras, mi garganta se cerró por la emoción, me
apoyé sobre mis codos. Me incliné y lo besé profundamente, empujándolo al
suelo y con mis piernas balanceándose sobre él.
Incluso cuando estaba segura de que iba a congelarme, cada vez que
empezábamos a vestirnos, no llegábamos lejos antes de que nuestras ropas
volvieran a estar en el suelo, mientras tomábamos turnos en recostarnos
sobre ellas o estar contra un árbol. Estaba adolorida, exhausta y
completamente excitada.
Has dicho eso durante la última hora y media replicó mientras sus
manos subían por mi trasero.
Sólo lo decía medio en serio esas veces, pero ahora lo digo totalmente
en serio. Tengo entrenamiento en unas horas. Y Rimmon pronto estará
haciendo la patrulla del límite de la propiedad. Ni siquiera tú querrás ser
atrapado por él lo besé rápidamente y me levanté, agarrando mis jeans.
Sí, lo he visto.
¿Nueve veces en dos horas era mucho? Quizá un par de ésas habían, de
hecho, coexistido.
El brazo de Eli me empujo detrás de él. —Es curioso. No siento que sea
por casualidad en absoluto.
—Será mejor que la tengas con una correa, hermano. — Lorcan asintió
con la cabeza hacia mí.
—No creo que hayas venido sólo a hablar. Aunque creo que
realmente te encanta oír el sonido de tu propia voz —espeté y caminé hacia
los chicos.
El hielo se había movido hasta mis pulmones, por lo que era difícil
respirar. —¿De qué estás hablando?
—Oh, creo que esto la ayudará a decidirse de una vez por todas en cuál
hermano confiar.
—Esta es la última vez que te pido que no hagas nada, por favor —
suplicó Eli.
—Liberame. No lo detendré.
Miré hacia atrás a Eli, sintiendo mareos y náuseas. Sabía que ellos no
eran inocentes. Me dijeron en varias ocasiones que eran asesinos, haciendo
alusión a su pasado, pero mi cerebro nunca había querido comprenderlo.
¿Qué desalmado debía ser para sólo matar por dinero, o por poder? Miré
hacia abajo a sus puños apretados. Se sentía extraño que un tiempo antes
esas manos se habían estado moviendo por todo mi cuerpo, llenandolo de
vida, y de afecto.
—Pero hubo un trabajo que cambió las cosas —continuó Lorcan—,
fuimos a matar a alguien que había traicionado a su propia especie, que
había abandonado todo por su hija, un bebé que nunca debería haber
existido. Una abominación que debería haber sido destruida al nacer.
Mi pecho se apretó.
»Las cosas no fueron tan bien como esperábamos. La niña no estaba allí,
y la madre de alguna manera había sabido que veníamos —Los ojos de
Lorcan se dispararon sobre Eli. Algo paso entre ellos dos, pero yo no podía
distinguir qué—. Tu madre opuso resistencia, le doy crédito. Ella era
poderosa y no fue fácil.
—No creo que sea una sorpresa para ti conocer quiénes estuvieron allí;
¿los que entraron y mataron a tu madre? —Lorcan inclinó su cabeza hacia
Eli, un tono burlón patinando a través de sus palabras.
Una risa loca estallo de mis labios. —Oh, yo creo que es así de simple.
—Es más del tipo de lo que los tuyos nos habian hecho.
—¿Una maldición?
—Em…
—Oh... ¿otro detalle que Eli no te contó? —Lorcan inclinó la cabeza con
falsa empatía—. Si los seres humanos comen o beben alimentos Fae, nunca
podrán comer comida humana otra vez. La comida de Fae no puede existir
en la Tierra, por tanto, cuando vuelven a la Tierra o pasan hambre o se
quedan permanentemente en el Otro Mundo. De cualquier manera nunca
están bien otra vez.
—¿Qué? —Miré a Eli. Su cabeza se giro lejos de mí. —¿Me estás diciendo
que Mark y mis amigos se encuentran atrapados en el Otro Mundo… para
siempre?
Apenas podía respirar. —Han estado ahí durante meses. ¿Cómo pudiste
no decirme esto antes? —Mis ojos se estrecharon en él, mostrando la
marejada de frustración.
—Para ellos sólo han sido un par de días —respondió Eli—. Si la Reina
es inteligente, postergará alimentarlos con alimentos Fae. Los necesita como
ventaja.
Mis ojos se fijaron en los de Eli. Las palabras en sus ojos perforaron mi
muro.
Las miles de pequeñas puntas aún dirigidas a ellos cayeron al suelo. Salí
corriendo, escapando del tormento y la miseria de estar más cerca de Eli.
Tenía que huir de la voz diciéndome que me había enamorado de él... Me
había enamorado del asesino de mi madre.
CAPÍTULO 24
Traducido por Pili
Corregido por Mew Rincone
Era la única persona en quién podía confiar ahora. ¿Por qué no lo había
visto antes? Siempre había estado ahí para mí, me había advertido en contra
de Eli, y no lo había escuchado. Torin había sido mi roca desde el principio,
sólo quería mantenerme a salvo. Incluso si él no podía actuar debido a la
reina, mi felicidad siempre fue su primer pensamiento. Me dijo que me
ayudaría a entrar en el Otro Mundo. Él tenía que hacerlo.
—¡Torin! —Mi voz era rasgada a través del aire… dolida, enfurecida y
rota.
Sentada pregunté—: Torin, ¿sabías que E... que los Moradores Oscuros
habían asesinado a mí madre?
El calló, mirándome fijamente con los ojos muy abiertos, antes de ponerse
de pie lentamente. Agachó la cabeza. —Sí.
—¿No pensaste en decirme que estaba viviendo con los hombres que
asesinaron y masacraron a mi madre? —Mi voz perforó el aire nocturno,
salvaje y desesperada.
—No. No la han tenido. Yo les he dado algunos de los dulces humanos que
ellos parecen considerar comida —Torin meneó la cabeza—. ¿Esta es la única
razón por la que me buscaste? Ember, es extraordinariamente peligroso para
ti que me llames. Ella está siempre rondando cerca de mí ahora.
—Ella está haciendo cálculos y entiende su valía como cebo ahora. Para
atraerte al castillo, es su único deseo.
—Es por eso que te he llamado. Voy a ir a por ellos. No puedo esperar
hasta que mate a uno o decida darles comida Fae —Me cruce de brazos
desafiante—. Voy a ir esta noche.
—Esto no es debatible.
—Por favor, Torin. No podré hacerlo sin ti. Tengo que sacarlos de ahí. ¿No
lo entiendes? Mi familia me necesita y yo no voy a dejarlos allí más tiempo.
Nada.
—¿Hola? ¿Torin?
Nada.
El suave sonido de una risita hizo que me detuviera. ¿Ese pájaro se reía
de mí? Girándome para localizarlo, otro me bombardeó. Doblándome, traté
de salir de su camino. Demasiado tarde. Unos diminutos pies se arrastraban
sobre mi cabeza, tratando de aterrizar en mí. Sus patas enredadas en mí
pelo, patinaban a través de mi cabeza tirando de mi pelo mientras caía en
picada al suelo.
Uno de ellos silbó. —Yu-hu. Fíjate en esto, Simmons. Sir Caballero nos
dijo que sería una encantadora dama. Lástima que ella ya haya pagado por
ello.
—No creo que ella sea una ramera, Cal —respondió Simmons. Sus
pequeños dedos tirando del pelo enroscado alrededor de sus tobillos.
—Whoo-ey. Ella es una cosa bonita. Me gustan altas. Ojos extraños y con
pelo, pero podemos pasarlo por alto. ¿Cuánto? —dirigió Cal su pregunta
hacía mí, cruzando los brazos sobre su chaqueta estilo pirata. Debajo de la
chaqueta llevaba puesto una camiseta de Woody Woodpecker y unos jeans.
Sus pies estaban desnudos.
—Por las galletas de Júnipero, Cal. Ella no es una prostituta —suspiró
Simmons. Estaba vestido con un traje de piloto de caza de los años sesenta.
Uno que en realidad partencia al muñeco Ken que había venido con ese
uniforme. Ambos debían haber asaltado la colección de muñecas de una
niña. —Soy Simmons, de la Guardia Azul, pero la mayoría me llaman Capitán
Simmons porque yo soy el mejor aviador del Reino —Él infló su pecho con
orgullo cuando se presentó ante mí.
—¿Torin te envía?
—Bueno, gracias a ambos por la razón que sea que hayan venido —Y la
risita se escuchaba de regreso en mi boca. Me di cuenta de que a Simmons
podría afectarle si no me lo tomase en serio—. Muéstrenme el camino al
Otro Mundo.
CAPÍTULO 25
Traducido por 3lik@
Corregido por Strawberry!
Debí haber entrado antes por una puerta similar. No hay manera de que
Torin me haya metido en la montaña sobre Seattle con tanta rapidez—justo
después de nivelarla. Pero estaba tan distraída, que apenas recordaba el
evento. Lo que hice fue recordar cómo era caminar por una delgada capa de
gelatina invisible. No la puedes ver, pero puedes sentir la barrera entre la
Tierra y el Otro Mundo, empujando y rozando tu piel cuando irrumpes en
ella. Torin me dijo una vez qué tienes que saber qué estás buscando para ver
las aberturas entre los dos mundos. Yo tendría que tomarle la palabra,
porque no vi nada diferente cuando Cal se detuvo y señaló hacia un hueco
entre dos árboles.
—¿Cómo no puedes verla? La puerta está justo ahí —Cal señaló el lugar
vacío de nuevo. Cuando le di un ligero movimiento de cabeza y encogimiento
de hombros, él suspiró pesadamente—. Aún estás mirando a través de tu
visión humana. En algún lugar en tu interior, mi señora, no cree que este tipo
de cosas realmente existan.
—Vaya —murmuré.
—¿Ve, mi señora? Simplemente había que dejar de lado quién crees que
deberías ser y ser quien eres. —Las palabras de Simmons se sentían como
hielo en mis venas. Alguien más me las había dicho una vez. Eli. Fue un
puñetazo en el estómago. Me tragué nuevamente el dolor.
—Por favor.
—¿Disculpe, señora?
—¿Saboreando?
Miré hacía él. —¿Qué es interesante? ¿Por qué reacciona ante todo de
esa manera?
—Creo, señora, que es porque usted tiene un tremendo vínculo con la
tierra. Es la hija de su madre, una verdadera Fay. Su madre era una de las
hadas de la tierra más imponentes que haya conocido, y puedo sentir la
misma fuerza dentro de usted. Está conectada a ellos, a la tierra, a los
animales, y ellos entiendo eso, —Simmons hizo una pausa. Mi estómago
cayó, podía sentir el «pero» antes de que él hablara—. También eres un
demonio, y puedes destruirlos en un instante. El fuego es el enemigo número
uno de la naturaleza. Ellos sienten la fuerza de la oscuridad en usted
también. Es su mejor amiga y peor enemiga, la muerte y la vida, todo en uno,
y no saben cómo responder.
Se sentía como horas, cuando una pareja cercana llamó a los guardias
que patrullaban, pero nosotros lentamente llegábamos al túnel. El musgo y
la hiedra crecían con espesor, cubriendo el foso, cubriéndolo. Si yo no
hubiera estado buscando para ello o, en realidad, si los duendes no lo
hubieran señalado, yo nunca lo habría visto ni olido.
—El hechizo no hace otra cosa que mantenerlo oculto. Los defensas se
marcharán. Pero nadie piensa mirar hacia las alcantarillas, probablemente
pensando que tienen su propio sistema de alerta.
—Cállate.
—Cállense los dos —les susurré. Cal se quejó, pero también se instaló en
mi capucha. Tomando una respiración profunda, me agaché y empecé a
gatear a través de la maloliente cloaca.
—Simmons, por qué no vuelas por delante y vigilas por mí. Hazme saber
lo que está viniendo.
Entrecerré mis ojos y dejé que mis emociones se canalizaran hacia las
luces. El fuego dentro de las antorchas estalló en llamas y salieron de su
confinamiento, atrayendo la atención de los guardias. La sala se hizo más
brillante. ¡Ahora, Em! Con un crujido ensordecedor, las dos antorchas
explotaron. El fuego se desató, enviando fragmentos de vidrio en todas
direcciones.
En realidad, era difícil dejar inconsciente a alguien con un solo golpe. Eli
me había enseñado eso. Pero, si le causas al cuerpo el estrés suficiente, eso lo
hará por ti. Incapaz de superar el dolor, el cuerpo se cerraría para empezar
el proceso de curación. Con eso estaba contando ahora. Me bajé para estar
sobre el primer hombre y golpeé con fuerza su ya rota nariz con la parte
puntiaguda de mi codo. Huesos rotos conectaron bajo mi brazo. Él gritó de
dolor hasta que su cuerpo llegó a su límite y su cabeza cayó al costado,
inconsciente. Inclinándome, pateé para golpear al otro tipo en la cabeza; el
golpe también lo dejó inconsciente.
Gracias dije con los dientes apretados, mis brazos temblaban, mi pie
intentaba encontrar un lugar para asirme con seguridad. Cal ya estaba en la
cima con una mirada en su cara que probablemente decía: «¿Qué te está
llevando tanto tiempo?» finalmente, llegué a la cima con sólo un par de
resbalones. Moviéndome cerca del techo, presioné mi mano contra la piedra
recortada. Se movió a regañadientes bajo mi mano. Era pesada y me esforcé
para moverla. Me las arreglé para deslizarla hacia arriba un poquito antes de
tener mejor agarre para subirla del todo. Torin había dicho que el pasadizo
iba a una habitación vacía. Esperemos que tuviera razón.
Saliendo de encima de las cajas, luché para pasar por la apertura. Mis
brazos se trabaron sobre el suelo de piedra cuando intenté pasar mi cintura
por el hueco. Sabía que si podía llegar tan lejos, podía contonearme para
subir el resto. Transpirando y bufando, finalmente logré pasar mis piernas
por el agujero. Arrastrándome fuera de la apertura, me dejé caer. Estaba
super lista para una siesta.
Lo ignoré y miré alrededor. Estaba a nivel del suelo del castillo, lo que
era una mejora desde la cloaca donde habíamos empezado. La sala era
pequeña y estaba vacía, excepto por más cajas apiladas contra las paredes. El
distintivo aroma de comida entró por mi nariz. Debía estar cerca de la
cocina.
Okey, chicos, aquí es donde las cosas se hacen muy peligrosas. Quiero
que me prometan que, sin importar lo que pase, se quedarán escondidos. No
pelearán ni crearán escándalo si me atrapan. Ésta es mi misión, no la de
ustedes. Negarán toda asociación conmigo. ¿De acuerdo?
Sí, mi señora.
Gracias.
Oh, mierda.
Téigh trasna ort féin25 me ladró el hombre con brusquedad. No
hacía falta ser un genio para saber que probablemente me había dicho que
necesitaba ponerme muy flexible e íntima conmigo misma.
Retrocede, Quilliam dijo una voz desde la parte trasera del grupo.
Conocía la voz. Torin se abrió paso por la horda de hombres con una sonrisa
altanera jugando en sus labios.
¿Qué…? tartamudeé.
Hueles, Ember.
Este era del tamaño de un campo de fútbol y por igual de alto. Ventanas
llenaban todo un lado de la habitación, con vistas al lago azul brillante.
Lámparas de fuego colgaban del techo, iluminando el espacio como miles de
luciérnagas. Lo miré todo, calculando y evaluando.
— E-eres repugnante.
Ella susurró algo en una voz tan baja que no pude entender lo que dijo.
Había algo en la forma en que lo dijo que me hizo reaccionar. Mi movimiento
finalmente rompió su trance. Su mano se apartó de mi cara y la ira llenó su
cuerpo. Sus ojos disparaban furia mientras me miraba de arriba abajo. —
Eres una desgracia para la sangre Fay — su voz hervía—. No deberías haber
vivido. ¡Me lo arrebataste todo!
Una energía palpable saturó el ambiente, lo que hacía que fuera más
difícil respirar. Su ira era tan palpable que podía sentirla excavar en mi piel.
Se produjo un tenso silencio sin dejar escapar siquiera el aliento. La Reina
miró a su alrededor pronto consciente de ser observada por su pueblo.
Volvió de nuevo a su habitual actitud fresca y controlada. Dando un paso
atrás, ella gritó: — Guardias, llevad a esta cosa a las mazmorras. —Agitó su
mano hacia mí y giró en dirección a su trono.
—Sí, pero tenía que ser de esta manera. Tú lo dijiste. — Me moví bajo su
abrazo para mirarlo a los ojos.
Nuestro plan se basaba en que Torin la conociera tan bien que él pudiera
predecir hasta el más minúsculo aspecto de cómo iba a reaccionar. Aunque
odiaba que la conociera tan íntimamente, no podía negar que había sido de
gran ayuda en este caso.
Girándome, miré a las pequeñas frías celdas en fila por el largo pasillo.
Sucia paja se dispersaba cubriendo escasamente cada suelo de las celdas. Un
conjunto de cadenas colgaba de cada una de las paredes traseras.
—¿Qué toda verdad? —La reina se hizo eco de mis pensamientos; su voz
era firme y apenas capaz de pronunciar la sentencia. Todo lo que ella quería
era matarnos en ese momento, ver a sus traidores destruidos, no escuchar
palabras. Pero Torin parecía tener algún tipo de poder sobre ella que le
impedía destriparnos justo ahí.
—Confía en mí — suplicó.
— ¿Qué quieres decir? Ella no puede ser más que eso. Ella bien es una
Dae o no lo es — La paciencia de la reina se estaba desvaneciendo y su
admiración anterior por Torin sólo se iba más lejos.
— ¿Qué?
—Lo es, Su Majestad. —Él la miró—. Fue mi plan decirle esto todo el
tiempo.
Mis ojos se abrieron. Dijo que confiara en él, pero mi historial de las
personas que me traicionaban era consistente.
Una niña que parecía de dieciséis años se adelantó. Tenía el pelo oscuro,
largo y suelto, piel muy bronceada, y ojos oscuros y almendrados. Ella era
elegante y majestuosa y parecía un descendiente de Pocahontas.
—Recuerde que ella no es una Fae ordinaria, mi señora; ella es una Dae.
El duelo llenó todo mi cuerpo. Esto era tan malo y retorcido. Asqueroso.
Sentí como si fuera a vomitar.
Los guardias nos rodearon. Él levantó las muñecas mientras estas eran
esposadas con puños de hierro. Tomó todo de mí no caer al suelo mientras
se lo llevaban fuera. Mantuvo la cabeza alta; su forma era alta y orgullosa
incluso mientras era llevado a la humillación y el abuso.
— Mantente fuerte. Vas a seguir con vida siempre y cuando seas útil para
ella. Te amo, mo chroi — pronunció en mis pensamientos antes de
desaparecer por la puerta.
— Estoy muy contenta de no haberte matado. Vas a ser incluso más útil
para mí. —Juntó sus manos, su estado de ánimo ardiendo a fuego lento en
vértigo—. ¿La sangre de Morador Oscuro mezclada con una Dae? ¿Quién lo
hubiera pensado? —Su alegría era evidente—. Oh, las cosas que seré capaz
de hacer ahora.
Ella sonrió con aire de suficiencia. — Había una razón para que Torin
quisiera bajarte aquí. Pero si él pensaba que sería más que una pequeña
reunión, estaba muy equivocado. Lo siento, Ember querida, nada aquí puede
ayudarte. Creo que mi prisionera favorita estaba más allá de eso… se veía un
poco rota la última vez que trate de jugar con ella. — Aneira asintió al
guardia y él cerró la puerta. Las barras se sacudieron, la reverberación hirió
mis dientes. Algo en el otro extremo de la celda se agitó. No estaba sola. Me
habían encerrado con otro preso.
—No, no lo puedo creer… no se supone que estés aquí. Ese era el punto,
—la señora murmuró para sí misma.
—Ember, soy yo, te lo juro. —Extendió su mano hacia mí. Lancé mis
manos lejos de su alcance—. Tuve que hacerlo. Lo siento mucho, pero era la
única forma de mantenerte a salvo.
—¿A salvo? ¿Así que dejar que tu hija de doce años descubriera tus
restos, perdiera su cordura y creciera sin saber qué era ni de qué era capaz?¿
Eso es lo que tú llamas «estar a salvo»?
—Comparado con la otra opción, sí. Hice lo que pensé que era lo
correcto. Tenía que mantenerte a salvo sin importar nada.
—El tiempo y el espacio no significan nada aquí —Se sentó sobre sus
rodillas, el peso de las cadenas salían de la pared—. Desde el día en que te
saqué a escondidas del Otro Mundo, ella ha estado cazándonos. Hice lo
mejor que pude para mantener hechizos de protección a tu alrededor.
Incluso traté de bloquear tus dones, pero eras demasiado poderosa y de vez
en cuando, especialmente cuando eras pequeña y no entendías, ellos salían.
No pude mantenerlos a raya siempre. Si un «accidente» pasaba, nos
mudábamos a un lugar nuevo y empezábamos otra vez.
—No fue hasta que conocí a Mark que me di cuenta de que quería que
ambos tuvieran más que la vida que estábamos viviendo. Mark nos trajo
amor y estabilidad a nuestras dos vidas. Tú y yo siempre estuvimos unidas,
pero él nos convirtió en una familia con una oportunidad real para que tú
crecieras y fueras normal. Yo esperé que, con él siendo humano y mis
hechizos protectores, podríamos tener una buena vida.
—Al final, yo sabía que tendría que hacerlo. Quería esconderte la verdad
por tanto tiempo como fuera posible. Luego fue demasiado tarde.
—Pero, ¿por qué? ¿No crees que hubiera preferido saber la verdad?
Siempre supe que no encajaba y que no estaba muy bien.
—Hubieron algunas escapadas por los pelos. Varias veces casi fuimos
descubiertas. La Reina se estaba acercando, y yo sabía que era sólo cuestión
de tiempo. No podía arriesgarme a guiarla hacia ti. Me encontré con Torin en
Canadá cuando estaba haciendo mi investigación. No los quería cerca de ti
así que me entregué. Desafortunadamente, eso significaba no dejar lugar a
dudas sobre mi muerte. Ni siquiera quería dejar la más ligera pista de que
estuviera viva. Si venías a buscarme, lo que sabía que harías, si ningún
cuerpo se encontraba, hubieras estado incluso más desprotegida.
—Pero, ¿cómo pudiste hacerme eso a mí? ¿Sabes lo que fue ver tu
cuerpo mutilado en la parte trasera de nuestro porche? Las pesadillas, los
terapeutas, la medicación… todo porque no podía ver nada más que
imágenes de ti hecha pedazos.
Lily presionó sus labios con fuerza, la agonía se filtró en su cara.
—No sabía…
—No, quiero decir, no sabía cómo iba a ser escenificada mi muerte. Mis
conexiones, que estaban viviendo en secreto en la Tierra, lo prepararon por
mí. Como colegas Fae, ellos entendieron que el cuerpo tenía que tener
glamour para que se pareciera a mí, pero no lo suficiente para que fuera
identificado claramente. Se encargaron de todo. Ningún detalle se me dio —
Sus ojos se aguaron—. Lo siento, Em. Sé que no puedo hacer nada para
compensarte ni puedo pedir tu perdón.
Su reacción me dijo que ellos no tenían nada que ver con su muerte
falsa. Mi confusión sólo se intensificó.
—La Reina ha secuestrado a mis amigos para usarlos como cebo. —Me
detuve, respirando profundo.
—¿Cuándo maduraste?
—No puedo creer que haya estado fuera tanto tiempo —La tristeza
resonó en sus ojos—. Me perdí tu crecimiento. —Negó con la cabeza,
asimilando la información.
—Bueno, ahora mismo tenemos que pensar en ideas para salir de aquí.
—Me senté apoyándome en la fría pared de piedra, dejando los años de
preguntas y sentimientos otra vez en una caja cerrada en mi corazón. Ahora
no era el momento.
—Voy a tratar de contactar con Torin. Necesito saber que está bien.
—¿Lo amas?
—Pero…
—Tienes razón. No sé. No puedo decir nada para sacar el dolor que he
causado.
Durante los siguientes quince minutos intenté contactar con él sin éxito.
Había habido otros tiempos cuando él no había contestado, aunque podía al
menos sentir su presencia de alguna manera, un sentimiento de que me oía.
Casi como recibir una señal ocupada. Él no estaba disponible, pero sabía que
estaba ahí. Esto se sentía más como que la cuerda había sido cortada. No
había nada, y eso me inquietaba. Algo iba mal.
—¿Nada?
—No… algo no está bien. La Reina le ha hecho algo —Cerré mis ojos
brevemente y esperé que él estuviera bien. El pensar en la Reina hiriéndolo
me ponía enferma.
—¿Y ahora qué? —Mamá bajó la mirada a las cadenas que ataban sus
brazos—. Soy inútil al haber estado aquí abajo por tanto tiempo. Apenas
puedo tenerme en pie.
Tiré de las esposas en mis muñecas. ¿Cómo demonios iba a salir de aquí
sin a ayuda de Torin?
—Cal estaba seguro de que necesitarías nuestra ayuda, así que nos
quedamos cerca —Simmons se paró como un soldado listo para su deber.
—No te pongas toda sentimentaloide conmigo. Espero una paga por los
servicios prestados —respondió Cal con tono áspero.
Una sonrisa vino a mi cara.
—Ésa es mi chica.
La calidez que se extendió por mi pecho trajo una sonrisa a mis ojos. Eso
me recordaba a los viejos tiempos, la forma en que ella y yo habíamos
bromeado y cotorreado, los años que nos perdimos. Aparté la mirada de ella.
—Está bien, llevemos este show a la carretera. —Junté mis manos con
firmeza—. Primero, necesitamos, de alguna manera, salir de estas ataduras.
Luego fueron hacia mi mamá. Sus esposas fueron un poco más difíciles
de soltar porque habían estado mucho más tiempo que las mías. El metal se
apretó con su unión. Finalmente, después de varios minutos, las suyas
cayeron al suelo también.
Ahí fue cuando vi que sus cadenas no eran sólo absorbentes de energía.
Eran artefactos de tortura. Cada esposa estaba alineada con pequeños clavos
como dientes, que se metían en su piel. Gritó de dolor cuando se las sacaron
de sus muñecas. Aneira la había torturado drenándola de energía e
insertando varillas en su piel.
Mamá se derrumbó contra la pila de paja. Por el poco tiempo que mis
poderes habían sido arrancados de mi cuerpo, conocía la inmensa emoción
que debe haber sentido al sentirlos después de esa constante tortura. Quería
ir hasta ella, abrazarla, pero la lucha interna de emociones me mantuvo
alejada. Ella necesitaba unos momentos para adaptarse. Si lo que todos me
dijeron sobre sus poderes sobre la tierra era cierto, tenía que ser abrumador
tener tanto pasando por ti a la vez. Se tranquilizó y respiró profundo, su
cabeza se levantó en mi dirección.
—Y, chicos, ¿creen que pueden hacer la misma magia con las cerraduras
de la puerta?
—Lo siento. Por favor, proceda, Capitán Simmons. —Le hice señas hacia
la puerta. Pensé que añadir ‘Capitán’ ayudaría a su orgullo herido. Funcionó
como un talismán; brilló de satisfacción, volando hacia la cerrada puerta de
la celda.
Solté una risita y la miré, asintiendo. Era tan fácil volver a nuestro viejo
entendimiento. Dolía lo mucho que la había echado de menos, el largo
tiempo que había querido a mi mamá de vuelta en mi vida. Los años después
de su «muerte» me habían hecho dura y actuar a la defensiva. Mi corazón
había sido destrozado tantas veces que había protegido mis sentimientos. Mi
mamá y yo teníamos un lago camino que redescubrir. Realmente no era fácil
aceptar que estaba viva y que todo estaba otra vez normal. La vida no
funcionaba así. Yo no funcionaba así.
Tragó, un hilo de sangre se deslizó por su cuello. Sus ojos subieron hasta
los míos. Pena, dolor e ira, todo en uno.
—Lorcan.
—Whoa, querida… —dijo West, atrayendo mi atención otra vez a él. Una
sonrisa torcida retorció su cara—. Está bien. Estaré bien. —Pavor borboteó
en mi estómago mientras lo miraba sufrir. No podía estar segura. Otro
retumbo pequeño salió de mi pecho. West puso su mano sobre la mía—.
Creo que la sangre de Eli hizo más que sólo salvar tu vida.
Finalmente entendí por qué estaban todos histéricos. Mis ojos y acciones
me habían convertido en un total Morador Oscuro. Bajando la mirada,
respiré profundo, tratando de calmar mis instintos.
¡Mierda! Reconocí justo en ese momento que Eli no era alguien del que
pudiera alejarme fácilmente. Sin importar qué hacía o qué no hacía él, era
parte de mí. No había ni un poco de mí que no estuviera entrelazada con él
ahora. Incluso mí jodido ADN.
—¿Qué demonios pasó? ¿Qué les pasa a tus ojos? ¿Quién es él? —Señaló
a West. Podía decir que ella ya había sentido qué era él, pero necesitaba que
se lo confirmase.
—¡Aléjate de él!
—Mamá… tú no entiendes.
—Todo lo que necesito saber es que es un Morador Oscuro —su voz era
severa—. ¡Ahora aléjate de él como de la peste!
—No —respondí.
Espera a que sepa toda mi conexión con los Moradores Oscuros. Será
divertido.
Mordí mi labio. No podía ayudarlo, pero era difícil dejarlo. Contra todo
pronóstico, él era mi familia ahora. Mi sangre así lo hacía, y yo protegía a los
míos.
—Hasta que nos volvamos a ver. —Le guiñé un ojo y luego arreé a mi
madre por el pasillo, con Simmons y Cal a nuestras espaldas.
—¿Pero por qué no puede alguna vez el deseo consistir en que yo este
tumbado al lado de un arroyo con un vaso de zumo de júnipero?— se quejó
Cal, pero salió tras Simmons.
—Sólo uno. La reina obviamente siente que tus amigos son una amenaza
insignificante.
—Creo que ahora te debo dos besos —Mi sonrisa se amplió hacia Cal.
Cal batió sus alas hasta donde las llaves estaban enganchadas en el
cinturón del guardia. Apreté mis dientes y contuve mi respiración mientras
que Cal lentamente le arrebataba las llaves. Esto se podría estropear tan
rápidamente. El joven se movió, pero sus ojos permanecieron cerrados. Cal
voló a la puerta, girando la llave en la cerradura. Con un clic, la cerradura se
movió. Todos nos paralizamos y miramos hacia el guardia, esperando que se
despertara. Yo sabía que a partir de aquí teníamos que ser rápidos y
metódicos en nuestros movimientos y opciones. Cuando me metí en el
cuarto, mi dedo ya estaba posado sobre mis labios diciéndoles que no
reaccionaran.
Kennedy fue la primera en verme. Ella saltó de la cama para decir algo,
pero se detuvo cuando me vio sacudir la cabeza. Josh y Jared siguieron su
ejemplo, de pie en silencio. Cuando estuvimos todos en la habitación, cerré la
puerta.
—Josh... —me acerque a él y puse mis brazos sobre él. Poniéndose rígido
bajo mi abrazo, acarició mi espalda incómodamente. Josh y yo siempre
habíamos tenido una relación muy confortante y relajada. Estaba claro que
ya no se sentía cómodo conmigo.
—Yo a ti, también, J. —Di un paso atrás, sabiendo que tenía que decirle
algo que se tomaría muy a pecho. Soltarlo era el único camino—. West esta
aquí.
—Josh, no tenemos mucho tiempo. Tienes que saltar ahora —Me moví
hacia él.
—Yo-yo no quiero.
—Josh, cariño, siento presionarte para que lo hagas, pero vas a tener que
saltar. Ahora. —habló mí mamá, su voz simpática pero firme. Josh gruñó y
con un pesado suspiro se subió a la repisa de la ventana y salto.
—No, no lo harás. Yo iré por él. Tienes que salir de aquí. Necesito que
estés a salvo.
—Sí, pero no será por mucho tiempo. —Y con eso, y un sonido parecido
al tambor, penetró en la noche—la campana de alerta. Nuestra ventana de
oportunidad se estaba cerrando con cada gemido y lamento procedentes del
castillo.
—¡CORRAN! —grité.
Había oído aquello tantas veces ahora, pero no lo hacía más fácil. Dejar
atrás a mis seres queridos no le sentaba bien a ninguna parte de mí.
Un objeto pasó volando por mi cabeza. —Hice bastante ruido, así que
creen que hemos ido a la otra puerta. Tenemos que darnos prisa. Tendrán
que pasar por aquí pronto. —declaro Cal. El alivio palpitó en mi pecho, pero
era demasiado pronto para relajarse.
Deduje por los profundos suspiros que Cal y Simmons tomaron que
habían recibido aquello como una gran cosa— Absolutamente de nada, mi
señora — respondió Simmons.
Mamá me dio una sonrisa rápida. —Nos vemos en el otro lado — y, a
continuación, ella se había ido.
—Sólo también quiero dar las gracias… —Había tantas cosas que quería
decir—. Han arriesgado tanto... Yo-yo no se... —Las palabras no venían a mi
cabeza.
Apenas unos días antes, habíamos yacido juntos bajo las estrellas. Ahora
mi deseo era involuntario porque iba contra todo lo que mi cabeza me decía.
Sabía que no habían matado a mi madre, entonces ¿por qué Lorcan me había
dicho que lo habían hecho? ¿Qué clase de broma era esta? Aunque Eli no
hubiera asesinado a mi madre, todavía estaba recelosa de él. Además de la
nueva imagen, había algo en él que era hostil y premonitorio. Algo había
—Me alegro de verte, J. —Su voz apenas tenia emoción. Esa era la
manera de actuar normal hacia los extranjeros, pero hacía Jared...
Definitivamente algo iba mal.
—¿Se conocen?
Una extraña sonrisa cruzó los labios de Eli. —De vuelta atrás, ¿huh?
—Claro que sí. —La aversión llenó mi tono. —¿Por qué me mentirías?
¿Por qué tú y Lorcan dirían que asesinaron a mi madre cuando no lo habían
hecho? ¿Por qué haría eso?
¡Ah mierda! Me imaginé que algo así vendría. ¿Hay alguna lista en la que
no esté?
Me di la vuelta para mirar hacia abajo a la ciudad, que una vez se había
convertido en escombros por mí mano. Esta vez ya sabía que había sido más
que un simplemente un calentamiento de la verdadera batalla que se
avecinaba. Esta vez sería más que una mera ciudad en el camino de la
destrucción.
Mientras algunos secretos salen a la luz, otros parecen ser incluso más
enigmáticos. La única verdad que Ember sabe es que todos están guardando
secretos. Cuando el pasado de Eli es relevado, Em entiende más claramente por
qué actúa como actúa y lo mucho que sus vidas están entrelazadas. Pero también
sabe que Eli está ocultando algo, algo que podría cambiar su relación para siempre.
Em continúa lidiando con sus sentimientos por Torin y su propio secreto que
le está reteniendo a Kennedy. Cuando la tensión de la guerra incrementa entre los
Seelie y Unseelie (Luz y Oscuridad), la tensión en el terreno de los Moradores
Oscuros aumenta incuso más cuando se preparan para obtener la espada sin
importar el precio. Pero, ¿es Ember la respuesta a la localización de la espada? ¿Es
ella la que cumpla la profecía? Como es usual, nada es nunca lo que parece.
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