Este documento resume tres modalidades de carismas lingüísticos mencionados en la Biblia: 1) la glosolalia o oración en lenguas, 2) dar mensajes en lenguas que requieren interpretación, y 3) la predicación o anuncio del evangelio en un idioma desconocido por el hablante. Explica que la glosolalia es una forma de oración dirigida a Dios en sonidos no comprensibles y las otras dos modalidades implican el don de interpretación para que el mensaje sea entendido.
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Este documento resume tres modalidades de carismas lingüísticos mencionados en la Biblia: 1) la glosolalia o oración en lenguas, 2) dar mensajes en lenguas que requieren interpretación, y 3) la predicación o anuncio del evangelio en un idioma desconocido por el hablante. Explica que la glosolalia es una forma de oración dirigida a Dios en sonidos no comprensibles y las otras dos modalidades implican el don de interpretación para que el mensaje sea entendido.
Este documento resume tres modalidades de carismas lingüísticos mencionados en la Biblia: 1) la glosolalia o oración en lenguas, 2) dar mensajes en lenguas que requieren interpretación, y 3) la predicación o anuncio del evangelio en un idioma desconocido por el hablante. Explica que la glosolalia es una forma de oración dirigida a Dios en sonidos no comprensibles y las otras dos modalidades implican el don de interpretación para que el mensaje sea entendido.
Este documento resume tres modalidades de carismas lingüísticos mencionados en la Biblia: 1) la glosolalia o oración en lenguas, 2) dar mensajes en lenguas que requieren interpretación, y 3) la predicación o anuncio del evangelio en un idioma desconocido por el hablante. Explica que la glosolalia es una forma de oración dirigida a Dios en sonidos no comprensibles y las otras dos modalidades implican el don de interpretación para que el mensaje sea entendido.
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Los .
CARISMAS DE LAS LENGUA S
11 la primera carta de san Pablo a los corintios,
se mencionan el carisma de hablar en lenguas y el carisma de interpretarlas. De acuerdo con la experiencia vivida en los grupos de oración y con la ensertanza de los autores carismáticos, se dan tres modali4ades de estas vivencias espirituales.
La primera modalidad es la oración en lenguas, que
suele denominarse con la palabra glosolalia. Es un género pe plegaria de alabanza o súplica, dirigida a Dios, en las que se usan sonidos diferentes a los de los idiomas conocidos;-para expresar sentimientos o afectos del corazón.
La segunda modalidad se refiere a la proclamación de
un mensaje, dirigido a la asamblea, a manera de un anuncio profético pero que, por estar pronunciado en lenguas, requiere ser interpretado.
Se suele designar con el nombre técnico de xenoglosia, y
es una tercera modalidad de las lenguas, el proclamar el mensaje de salvación en un idioma desconocido por quien habla y comprendido por aquellos a quienes se dirige. Sería lo sucedido en Pentecostés, de ton1<1r a }a letra el relato bíblico.
A estos carismas se refiere san Pablo en los capítulos
doce y catorce de su primera carta a los Corintios. San Lucas 1nenciona esa modalidad en el capítulo segundo de los Hechos Apostólicos, y luego alude a ella en los capítulos 8 y 19. También en el evangelio de san Marcos se alude a esa modalidad de oración en un fragmen"to del capítulo 16, añadido por un autor en el siglo II, que lo puso en labios de Jesús. Aunque no sea de Marcos,.la Iglesia lo considera texto inspirado.
El carisma-de la glosolalia
Este carisma se denomina también oración en lenguas
u oración en el espíritu9 San Pablo nos enseña que se debe orar con la mente y con el espíritu, porque si sólo se ora en lenguas, la mente queda sin fruto. El apóstol añade: "Oraré con el espíritu, pero oraré también con la mertte. Cantaré salmos con el espíritu, pero también los cantaré con la mente" (1 Cor 14, 14-15).
La oración con el espíritu es mencionada también en
Efesios 6, 18 y -e n Judas 20. Aunque en este último caso parece referirse no sólo al espíritu humano, sino al Espíritu de Dios, quien es el inspirador de toda oración auténtica. Toda oración cristiana debe ser animada por el Espíritu S<1nto, ,1unque cul1ndo se habla de or<1c íún en el espíritu, con frecuenci<-1 sólo se ,iluda a or;ir en lcnguéls.
La oración en lenguéls, cantada o no, es una n1odalidZ1d
de plegaria, con1ún en Ja Rcnovació1i Cé1risrnéÍtica, pero, a lo que parece, usada por c1lgunos santos a lo largo de la historia.
Según san Pablo, de acuerdo con su enseñanza a los
carisn1áticbs corintios:
0 las lenguas son unc1 oración, es decir, un hablar a Dios y no a los hombres (cf 1 Co r 14, 2)
• Pablo desea que todos los cristianos puedan
alab~r a Dios en lenguas (cf 1 Cor 14, 5)
• Pablo recomienda- que no se itnpida orar en
Ie11guas (cf 1 Cor 14, 39)
• Pablo habla en lenguas más que los otros
cristianos (cf 1 Cor 14, 18)
• Pablo afirma que quien habla en lenguas se
edifica a _sí mismo (cf 1 Cor 14, 17)
• Pablo enseña que quien escucha lenguas sin saber
la interpretación no recibe edificación espiritual (cf 1 Cor 14, 16-17) • La orac ió n e n le ngu,1s n o debe usarse como espectáculo ante no cris tia nos (cf 1 Cor 14, 23).
De todo ello, deducimos que la glosolalia no es don
indispensable para todos los cristia nos, ni es un test comprobatorio de l bautisn10 en el Es píritu; pero bien usado, facilita orar con fervor y facilita la ed ificación personal y, por lo tanto, es mu y útil.
La glosolalia es una forma de expresión volitiva, como
la risa, el grito, el llanto y los s uspiros, es decir, son 1 lenguajes no cerebrales, pues no brotan de la mente, - sino del corazón. La glosolalia se basa en un abandono tota l y sencillo en manos d el Señor, para que sea Él quien guíe nuestra petición y nuestra alabanza o, como escribió el cardenal Su en en s, "es una forma de desprendimiento de sí m ismo, d e d esbloqueamiento y d e liberación ante Dios y ante los d emás" .
Cuando se ora en lenguas, las palabras conocidas se
silencian y, en su lugar, surgen sonidos, cual balbuceos, el hombre se hunde en el misterio de Dios, avanzando a golpes de amor y de alabanza.
Orar en lenguas es entregarle a Dios asp~tos de la
personalidad tan importantes como la palabra, el canto y la voz, y esto sólo se hace a base de humildad y de fe. Por eso la preocupación principal del orante no son los s onidos lingüísticos que emite, sino la entrega a Dios. En algun¿:i_asan1blcZ1 caris n1áticZ1, unél niñita le dijo a una n1ujer adulta que se quejaba de no hélbcr podido orar en lenguas desde tiempo atrás: "Quizá no lo hace porque usted tiene muchos deseos de hablar en lenguas, pero no tiene tantos de alabar al Señor". .
Alabar a Dios es una actitud más del corazón que de los
labios. Las palabras que se suelen usar para ponderar las cualidades divinas son las mismas usadas por los anunciadores y publicistas de variados productos porque nuestro vocabulario es limitado. Si crec111os que nuestras apreciacio11es acerca de Dios s011 plenas y suficientes, estamos equivocados. Los superlativos que aplicamos a Dios son nada en comparación de las cualidades divinas. Dios está más allá de la palabra humana. Por ello la teología opta por términos negativos, que dicen lo que Dios no es y no lo que es, como: infinito, inmenso, inefable, indecible; es decir, que no tiene límites, que no se puede medir, expresar o decir. Por ello las afirmaciones que hacemos no dependen del discurso pronunciado, sino del Espíritu y del poder divinos (cf 1 Cor 2, 4).
Podríamos concluir, diciendo que las lenguas no son
algo infantil, p.atológico, histérico o emocional., y que aun en el caso de que pudiesen reducirse a una expresión natural sicológica, la motivación que las causa les da su verdadero significado espiritual y hace de ellas una oración en el Espíritu. Dar mensajes en lenguas
3. Si no se inter~"lreta, es inútil (1 Cor 14, 6-11 ).
4~ Una mis1na J.."lerson~ puede dar mensajes e
interpretarlos (1 Cor i4, 13).
5. Se parece a las profecías (1 Cor 14, 5).
6. No es traducción. Poi eso, dos o tres intérpretes
pueden divergir, pero la asamblea juzga (1 Cor 14, 29).
La interpretación de las lenguas
En algunas asambleas se puede dar que alguna persona
se· sienta movida a decir algún mensaje profético, mediante el cual Dios instruye, anima, consuela o corrige a los fieles. A veces, ese mensaje no es comunicado de manera comprensible, sino que se expresa de modo glosolálico, es decir, con sonidos no comprensibles por los asistentes. Entonces, se requiere que alguien los interprete. A esta 1nodalidad se la denon1ina dar n1cnsajes· en lenguas e interpretarlos. Séln Pablo dice, al respecto, que si se dan dos o tres mensajes en lenguas y no se los interpreta, es n1ejor no seguir utilizando ese carisma. El m ·i sn10 apóstol afirn1é1 que élunque él hélblaba en ]enguas n1ás que los de1nás orantes, sin embargo, en la asamble~, prefería usar un lenguaje compre11sible, aunque fuese breve, que dilatar largan1ente los 1nensa1es én lenguas, si no los comprendían sus oyentes.
La interpretación de estos 1nensa1es no equivale a
una traducción. En ésta, una persona que entiende el n1ensaje pronunciado lo vierte al idio1na que haJ:)lan los oyentes, y su versión es fiel si se ajusta a las palabras y frases pronunciadas.
En la interpretación, se da una visión personal de lo
que se cree entender. Es algo parecido al modo como se interpreta una pintura abstracta o una música que puede despertar diversas emociones en quienes la escuchan.
Al recibir la interpretación que se dé, la asamblea
suele dar su aprobación con expresiones de alabanza o gratitud. _E s una aceptación de la autenticidad del mensaje recibido. La predicación en lenguas
Dice el libro de los l-lccl10s Apostóli cos que el día de
Pentecostés todos los discípulos que esta ban en el ce11áculo "quedaron llenos de l Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras leng uas, según el Espíritu les concedía expresarse" . C uando la gente, llena d e estupor, les oía hablar cada uno en su propia lengua las maravillas de Dios, a pesar de que los oyentes procedían de diversos lugares, se preguntaba qué significaba eso, aunque otros, riéndose, opinaban que estaban borrachos (cf Hech 2, 4-13).
Algunos intérpretes se apoyan en ese texto para explicar
el carisma de las lenguas como un hablar en idiomas desconocidos por el predicador, pero sabidos por los oyentes. Así lo afirman la peregrina Eteria y numerosos padres de la Iglesia, como los santos Cirilo de Jerusalén, León el Grande, Jerónimo, Juan Crisóstomo, Agustín, Máximo de Turín, Gregario Magno. Semejante inter- pretación dan santo Tomás de Aquino y el padre Francisco Suárez. Una hipótesis curiosa la dio Severino de.Gábala al enseñar que cada apóstol se expresó en la lengua del país que habría de evangelizar.
En caso de que ese carisma se diese en la forma
expresada, se requerirían muchos milagros de Dios en labios del predicador o en los oídos de quienes lo escuchasen. Por eso la n1ayorín de los cxégctél s actuéllcs opinan que en rcéllidad en Pentecostés se dio glosolaliél, es d eci r, orélción en lcnguZ1s, de la que antes se habló, pero que san Lucas la interpretó con10 si .fuese una respuesta al castigo de Babel. En la construcción de la célebre torre, los ho1nbrcs quisieron alcanzar e l cielo, y no lograron ni siquiera entenderse unos a otros (cf Gén 11, 1-9). Ahora es el ·cielo el que baja a la tierra, y los hombres, aunque hablen lenguas distintas, se comprenden, pues el idioma n1~terno de ]a Iglesia es el amor.
Algunos otros intérpretes explican el don de len gu as
- - como resultado d el fuego del Espíritu,. que toma en fervorosos predicadores a los hasta en~onces tímidos pescadores galileos. Las alabanzas fluí~n a sus gargantas porque el fuego del Espíritu llenaba sus corazones.
En la lustoria de la Iglesia, se afirmó que varios santos
habrían tenido el carisma de predicar en lenguas. Se menciona principahnente a los santos Antonio d e Padua, Domingo de Guzmán, Vicente Ferrer, Luis Beltrán y Francisco Javier. Sin embargo, las referencias que se hacen en sus biografías aportan muchas dudas sobre la realidad de dicho carisma. Lo mismo se puede afirmar de cuanto dicen al respecto varios libros de autores pentecostales.