Capítulo 8 Primeros Auxilios
Capítulo 8 Primeros Auxilios
Capítulo 8 Primeros Auxilios
Introducción
Conceptos básicos
Se denominan signos vitales a aquellos factores que nos dan muestra de vida de
un ser humano, como son: el pulso, la temperatura, la tensión arterial y el reflejo
pupilar.
Se entienden por primeros auxilios a las técnicas y procedimientos de carácter
inmediato, limitado, temporal, no profesional que recibe una persona, víctima de un
accidente o una enfermedad repentina.
En el caso de los niños, los accidentes son mucho más frecuentes que en los
adultos, debido a que los niños no tienen noción del peligro. La rapidez con que se
realicen los procedimientos médicos puede representar la diferencia entre la vida y la
muerte, o que mejore o empeore su condición. Los accidentes más frecuentes en el caso
de niños son magulladuras, cortes, caídas, lesiones aunque pueden ser más graves. Pero
lo primero que debemos tener en cuenta es que no hay que perder la calma por ningún
motivo. Debemos concentrarnos en tratar de solucionar de la mejor manera posible el
problema, para evitar sufrimientos al pequeño. Además, si los padres logran mostrarse
calmados, el niño se sentirá seguro.
Las maniobras de soporte vital básico han de ser aplicadas de forma precoz
(antes de 4 minutos), manteniéndose de forma interrumpida hasta la llegada del personal
especializado, para que puedan iniciar las maniobras de soporte vital avanzado (antes de
8 minutos). Este se consigue gracias a la instauración de forma generalizada de servicios
de emergencias dotados de UVIS móviles, que se activan mediante llamada telefónica a
números que se pueden memorizar fácilmente.
Parada cardiorespiratoria
Esta situación provoca el cese del flujo sanguíneo y, por consiguiente, la falta de
oxigenación de los órganos vitales fundamentalmente a nivel cerebral que puede
provocar la muerte de la víctima.
Diagnóstico de la situación
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Plan de actuación
Plan de actuación B
Plan de actuación C
Plan de actuación D
Los síntomas que se presentan son que la persona no puede hablar ni toser, es
posible que se lleve las manos a la garganta y haga señales con sus manos, que se le
broten los ojos y su piel cambie de color. En caso de que la víctima aún pueda hablar,
debe recuperarse por sí sola escupiendo el elemento que causa la obstrucción. En caso
de no respirar, necesitará ayuda.
Fuente: www.saludalia.com
Según las estadísticas, los alimentos con los que los niños se asfixian más
comúnmente son: Perritos calientes, nueces, uvas enteras, palomitas de maíz, caramelos,
zanahorias crudas, trozos de carne o queso, etc.
Secuencias de actuación
Uno de los problemas más frecuentes que nos podemos encontrar cuando
tratamos con niños, es el de la introducción de cuerpos extraños en distintas cavidades
de su cuerpo. Las más comunes son las que presentamos a continuación.
La actuación que debemos seguir cuando el niño presenta algún cuerpo extraño
en la nariz es la siguiente:
1. El primer paso consiste en no poner nervioso al paciente, y por supuesto
a la persona que lo atiende. Se debe evitar hurgar en la nariz para así
evitar que el objeto se introduzca aún más.
2. Se le pide al paciente que respire por la boca, y se observa cuál es el lado
afecto, para poder masajear la parte contraria y que el paciente sople
suavemente.
3. No se debe intentar forzar para que se suene la nariz.
Recomendaciones:
No sacar los objetos que no pueda ver porque al intentarlo
podrían introducirse aún más y causar así más daño a los tejidos.
No utilizar pinzas ni ningún instrumento para sacar un objeto
alojado profundamente para evitar causar más daño.
Cuando todo esto falle se debe llamar al servicio médico.
Cuando nos encontramos con algún cuerpo extraño en los ojos, la lágrima es el
mejor liberador natural de objetos extraños que tiene el ojo por sí solo a través del
parpadeo. Los cuerpos extraños más frecuentes suelen ser: pestañas, arena, etc.
No obstante, es recomendable seguir una serie de pasos si no se consigue extraer
el cuerpo extraño por sí solo:
Antes de examinar el ojo hay que lavarse bien las manos y decirle al
paciente que no se frote en ningún momento, ya que al hacerlo podría
arrastrar el objeto pudiendo herir y arañar el ojo por dentro.
Siempre que se examine, hay que tener una buena luz, bajar el
párpado, y con abundante agua o si se tiene suero fisiológico se
enjuaga para poder arrastrar el objeto hacia fuera.
Auque se consiga extraer el objeto siempre hay que acudir al médico
para que examine el ojo, por los restos que pudieran quedar o por los
posibles daños causados.
La extracción de objetos debe realizarse siempre por un médico para así evitar
posibles lesiones auditivas e infecciones.
Intoxicaciones
Las principales vías de entrada del tóxico suelen ser: por ingestión, por
inhalación, por absorción y por inyección.
Entre las picaduras más comunes encontramos las picaduras de avispas y abejas,
las de animales marinos como medusas, las de pulgas y las de araña. La forma de actuar
sería la siguiente dependiente del tipo de insecto.
La actuación que se debería llevar a cabo consistiría en lavar la herida con agua
salada, caliente 50 grados centígrados (ya que el veneno es termolábil) y aplicar
compresas de amoniaco o alcohol de 90 grados.
Cuando ocurre esto hay que llamar a las autoridades sanitarias porque trasmiten
enfermedades con sus picaduras.
Actuación en caso de picadura de arañas
Hemorragias
Las hemorragias nasales suelen ser un suceso que crea mucha alarma, pero por
regla general no suelen ser peligrosas. Suelen ser bastante comunes en los niños y se
desarrolla principalmente en climas secos y sobre todo durante los meses de invierno
cuando el calor seco del interior de las casas produce sequedad, agrietamiento o costras
dentro de la nariz.
Las actuaciones que se deben realizar ante una emergencia de este tipo son:
Tapar la fosa que no sangra.
Mantener la cabeza derecha.
No sonarse la nariz al menos en 24 horas.
Evitar esfuerzos físicos al menos durante un día.
Respirar por la boca.
Si la hemorragia no cesa en 15 minutos acudir a urgencias.
Taponar con Agua Oxigenada.
Nunca se debe:
Echar la cabeza hacia atrás porque el niño tragaría su propia sangre.
Aplicar hielo a la nariz.
Desvanecimientos