012 Dal Simulacin III v2
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Damaris Arias Lara (1), Oriol Arnau Delgado (1), David Murià-Vila (1)
1
Instituto de Ingeniería - Universidad Nacional Autónoma de México.
Ciudad Universitaria, Coyoacán, 04510, Ciudad de México
dariasl@iingen.unam.mx, oriol@oriolarnau.com, dmv@pumas.ii.unam.mx
RESUMEN
Se estudian diferentes configuraciones de modelado mediante técnicas de elementos finitos y modelos de fisuración
distribuida (FD) para predecir el comportamiento cíclico de muros de concreto reforzado. Para ello, se reproducen
ensayos de muros a escala real, analizando la influencia del enfoque de FD, la respuesta cíclica del refuerzo, y la
densidad de malla. Las respuestas obtenidas muestran un excelente ajuste en términos de comportamiento cíclico y
energía disipada. El uso de mallas grandes también condujo a resultados acertados con un menor costo
computacional, abriendo la posibilidad de modelar edificios completos con estas técnicas.
ABSTRACT
Different finite element modelling configurations of smeared crack models are studied in order to determine their
suitability for simulating the cyclic response of RC walls. Experimental tests of real scale RC walls are numerically
reproduced, analyzing the influence of different smeared crack approaches, reinforcing steel cyclic models, and mesh
sizes. The obtained responses show an excellent agreement in terms of cyclic behavior and energy dissipation. The
use of large mesh sizes leads to very successful results, achieved at a lower computational cost, and opening the
possibility of using these techniques to model complete buildings.
INTRODUCCIÓN
La simulación de la respuesta de edificios de concreto reforzado (CR) durante su proceso de daño es uno de los
campos de interés de la ingeniería sísmica y estructural y requiere considerar adecuadamente los complejos
fenómenos que ocurren tanto a nivel material como estructural. Cuando se trata de reproducir la respuesta de un
edificio frente a acciones sísmicas, es necesario tomar en cuenta el comportamiento cíclico de sus elementos. En este
sentido, los muros de CR son uno de los elementos estructurales más comúnmente empleados para resistir las cargas
laterales en edificios localizados en regiones sísmicas, por lo tanto, es necesario conocer su respuesta cíclica.
Con la finalidad de conocer la respuesta de muros estructurales de CR ante acciones cíclicas, se han llevado a cabo
varios estudios experimentales (Tran y Wallance, 2015, Villalobos, 2014, Birely, 2013, Jiang, et al., 2013,
Salonikios, et al., 2000, Thomsen y Wallace, 1995, Lefas et al., 1990, Vallenas, et al., 1979). Este tipo de
investigaciones demandan muchos recursos por lo que generalmente se limitan a ensayar unas pocas configuraciones
de geometría, armado y materiales, dificultando la extrapolación de los resultados a muros con características
diferentes. Otra posible manera de indagar sobre el comportamiento de muros es a través de modelos numéricos, los
cuales pueden permitir una estimación de las respuestas de muros no ensayados.
Investigaciones recientes están poniendo en relieve las bondades de las técnicas de modelización por elementos
finitos y los modelos de fisuración distribuida para reproducir satisfactoriamente la respuesta cíclica de elementos
estructurales de CR. Los trabajos más recientes en esta área se han focalizado en la predicción del comportamiento
cíclico no lineal y de los patrones de falla de muros con diferentes configuraciones de armado y geometría (Dashti et
al., 2017, Belletti et al., 2016), en la valoración de las incertidumbres de modelado (Nilsen-Nygaard, 2015), y en la
evaluación y reproducción de la inestabilidad lateral en muros ante carga cíclica (Belletti et al, 2016, Parra, 2015).
Esto ha permitido lograr avances en la precisión del comportamiento cíclico obtenido en muros con falla a flexión
(Dashti et al., 2017) y con combinación flexión-inestabilidad fuera del plano (Parra, 2015). También se ha logrado
reproducir el comportamiento cíclico en muros dominados por cortante o flexión-cortante, aunque con una precisión
menor a los casos anteriores (Dashti et al., 2017). Cabe resaltar que, de los trabajos más destacados y recientes
encontrados en la bibliografía, únicamente Dashti et al., 2017, Belletti et al., 2016 y Parra, 2015 estudian las
respuestas cíclicas de muros, puesto que la mayoría de los trabajos en el área de la simulación numérica de elementos
estructurales de CR suelen analizar y reproducir respuestas monotónicas.
Uno de los inconvenientes que estas técnicas presentan es una alta demanda computacional, por lo que su uso se ha
limitado tradicionalmente al modelado de elementos estructurales sencillos. No obstante, el continuo avance
tecnológico, específicamente en la evolución de las capacidades de las computadoras y en la mejora de los códigos
de elemento finito, abre la posibilidad de que estás técnicas puedan ser utilizadas en la modelización de edificios
completos. A pesar de ello, los tamaños de malla comúnmente utilizados en el análisis de elementos estructurales de
forma aislada continúan siendo inviables para modelar un edificio completo, por lo que aún es necesario utilizar
elementos finitos más grandes acorde a las dimensiones globales de los edificios, y adoptar configuraciones de
modelado que minimicen el costo computacional permitiendo alcanzar precisiones aceptables. En este sentido,
estudios recientes (Nilsen-Nygaard, 2015 y Pettersen, 2014), han indagado en el uso de mallas de elementos finitos
grandes para reproducir la respuesta de muros ante carga monotónica creciente. En estos casos se ha logrado
reproducir adecuadamente la respuesta hasta desplazamientos de aproximadamente 15 mm, pero para
desplazamientos mayores, las discrepancias con el comportamiento experimental del muro se incrementan
considerablemente.
Es importante notar, que los trabajos de Dashti et al., 2017, Belletti et al., 2016, Nilsen-Nygaard, 2015, Parra, 2015 y
Pettersen, 2014, difieren entre sí en las consideraciones de modelado empleadas: enfoque de fisuración distribuida
utilizado, modelos constitutivos de los materiales, tamaños de malla y tipos de elementos, así como métodos de
solución, tipo de carga analizada (cíclica/monotónica), entre otros. Esto dificulta contrastar sus resultados para
determinar los aspectos que influyen mayormente en las respuestas obtenidas.
Con el objetivo de lograr una adecuada reproducción de la respuesta cíclica de muros de CR mediante tamaños de
malla que puedan ser viables para el modelado de edificios completos, en el presente trabajo se analizan diferentes
configuraciones de modelización para determinar su influencia y capacidad en la estimación de la respuesta cíclica.
Para este propósito, se reproduce numéricamente el ensayo experimental realizado por Villalobos (2014) sobre
muros a escala real sometidos a carga axial constante y a carga cíclica lateral. Las consideraciones de modelado
analizadas en este estudio son: enfoque de fisuración distribuida, tamaños de malla y modelo cíclico del refuerzo.
Las respuestas obtenidas a partir de los modelos son comparadas con las obtenidas experimentalmente en términos
de fuerza y disipación energética, concluyendo sobre la precisión alcanzable mediante las técnicas empleadas, y
sobre las configuraciones numéricas óptimas para ser empleadas en la generación de modelos de edificios completos.
CASO DE ESTUDIO
Villalobos (2014) llevó a cabo una campaña experimental con la finalidad de estudiar la respuesta ante cargas
cíclicas de muros de CR con discontinuidades en su geometría y refuerzo. El estudio fue realizado en la Universidad
de Purdue y se trabajó con muros a escala real. Se realizaron dos series de pruebas. En la primera se ensayaron
especímenes con discontinuidades en el refuerzo, y en la segunda se trabajó con especímenes con discontinuidades
geométricas.
El espécimen nombrado como W-MC-C, fue el seleccionado para este trabajo porque sus dimensiones y esquema de
refuerzo son de uso convencional en edificios. En la figura 1 se muestra la geometría, detalles de armado, y la
configuración del ensayo del muro. El muro se cargó axialmente (verticalmente) con una fuerza constante de 890 kN,
Figura 1. Dimensiones (mm), armado y configuración del ensayo del muro ante carga cíclica lateral y carga vertical
constante (Villalobos, 2014).
Distorsión
Desplazamiento (mm)
Se realizaron modelos 2D de elemento finito por medio del programa de cómputo DIANA utilizando elementos de
esfuerzo plano de ocho nodos (CQ16M) (figura 3).
En el apartado de resultados se analizará la influencia que diferentes consideraciones de modelado ejercen sobre la
respuesta del muro. A continuación, se describen las características del llamado modelo de referencia, que servirá de
base para identificar y realizar las distintas consideraciones de modelado que se estudian en el presente artículo.
Los modelos constitutivos de los materiales se seleccionaron siguiendo las recomendaciones de trabajos previos y de
la guía RTD (2012) para el análisis no lineal de estructuras de concreto. La respuesta del concreto se modeló con el
enfoque de fisuración distribuida por rotación de grieta. Para describir el comportamiento a compresión del concreto
no confinado se empleó un modelo parabólico (Feentra, 1993). Para el concreto confinado en los elementos de borde
del muro, se utilizó el modelo de Mander et al. (1988), y para describir el concreto a tensión se aplicó el modelo
exponencial. El acero de refuerzo se consideró embebido dentro de los elementos de concreto y perfectamente
adherido, haciéndose uso del modelo de Dodd-Restrepo (1995) para definir su comportamiento.
Las propiedades mecánicas de los materiales fueron principalmente obtenidas del trabajo experimental de Villalobos
(2014), del portal web del NEES donde consta la información relativa al ensayo (NEES, 2011), o derivadas de las
recomendaciones de la guía RTD (2012). En la tabla 1 se muestran las propiedades de los materiales adoptadas y su
correspondiente fuente. En este trabajo se adopta un valor de Poisson igual a cero para el concreto, siguiendo las
recomendaciones de la guía RTD (2012) para los casos en los que no se emplea un modelo que contemple la
degradación del módulo de Poisson por fisuración.
Se utilizó un esquema de integración de 3x3, y se adoptó el método de iteración secante con un criterio de
convergencia por fuerza de tolerancia 0.01. De manera similar al ensayo experimental, el modelo se fijó en la parte
inferior, restringiendo la traslación en los ejes horizontal y vertical. En la figura 4 se muestra el modelo de referencia
de elementos finitos del muro de CR generado en DIANA. Se utilizó un mallado regular con elementos finitos de
170x170 mm, representando el ancho del muro con nueve elementos, que corresponde a elementos de tamaño
mediano (Nilsen-Nygaard, 2015 y Pettersen, 2014).
Tabla 1. Propiedades mecánicas adoptadas para los modelos constitutivos de los materiales
Elemento Propiedad Nomenclatura Valor Fuente
Concreto Módulo de elasticidad Ec (N/mm2) 26,338.9 NEES
Coeficiente de Poisson νc 0.0 RTD
2
Esfuerzo de compresión σ c,c (N/mm ) 33.1 NEES
Energía de fractura de compresión GC (N.mm/mm2) 34.25 RTD (250·GF)
Esfuerzo de tensión σt,c (N/mm2) 3.13 NEES
2
Energía de fractura de tensión G F (N.mm/mm ) 0.137 Model code 2010
682.61 (#3)
2 634.34 (#4)
Esfuerzo último σu,s (N/mm ) NEES
655.03 (#8)
0.14 (#3)
Deformación última εu,s (%) 0.15 (#4) NEES
0.18 (#8)
En la tabla 2 se resumen los parámetros de modelado probados en este estudio y la nomenclatura empleada para cada
caso. Los diferentes modelos se crearon variando únicamente un parámetro a la vez del modelo de referencia.
RESULTADOS
Modelo de referencia
En las figuras 5 a 7 se presentan los resultados obtenidos con el modelo de referencia. Se puede observar una
respuesta muy satisfactoria tanto en términos de resistencia alcanzada, comportamiento cíclico y disipación total de
energía. La energía disipada en cada ciclo de carga es calculada como el área encerrada por la respuesta fuerza-
desplazamiento (bucle histerético). Los mejores resultados se observan para los últimos ciclos (6 a 9), donde el
comportamiento cíclico es reproducido con un elevado grado de precisión, tal como se puede observar en la figura 7
para los ciclos 7 y 9. Cabe resaltar que estos ciclos se ven dominados por el comportamiento del refuerzo,
significando que el modelo usado para el refuerzo (Dodd-Restrepo, 1995) reproduce satisfactoriamente su
comportamiento. En los primeros tres ciclos es donde se obtiene un peor ajuste en relación a la energía disipada. Pero
debido a que ésta es realmente baja en los ciclos 1 a 3, no influyen considerablemente en la energía total disipada en
sismos significativos, tal y como se puede observar en el gráfico de la energía acumulada (figura 6).
800.0
Respuesta experimental vs
modelo de referencia
600.0
400.0
200.0
Fuerza (kN)
0.0
-200.0
-400.0
Experimental
Referencia
-600.0
-800.0
-105.0 -70.0 -35.0 0.0 35.0 70.0 105.0
Desplazamiento (mm)
350,000.0
1.6
Energía disipada por ciclo Energía disipada acumulada
Experimental
1.4 300,000.0
Referencia
1.2
250,000.0
Energía (kN.mm)
1
200,000.0
0.8
150,000.0
0.6
Experimental
0.4 100,000.0
Referencia
0.2 50,000.0
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 0.0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Ciclo
Ciclo
Figura 6. Energía disipada por ciclo normalizada respecto a la experimental, y energía disipada acumulada en el modelo
de referencia
Fuerza (kN)
Fuerza (kN)
Para estudiar la influencia de diferentes concepciones de modelado, se analizaron dos enfoques de fisuración por
deformación total para representar el comportamiento del concreto: el modelo de fisura fija, en el cual la orientación
de la fisura se mantiene fija durante todo el proceso computacional y el modelo de rotación de fisura (de referencia),
que permite que la orientación de la fisura gire acorde a los ejes principales. Ambos enfoques se encuentran
disponibles en el programa de cómputo DIANA 10.1. Además, ambos han sido empleados en trabajos previos,
obteniendo buenas aproximaciones del comportamiento cíclico de muros (Dashti et al., 2017, Belletti et al., 2016).
La transferencia de cortante en el concreto agrietado se da por el contacto entre las superficies de la grieta. A medida
que el contacto disminuye por la apertura de la grieta, la capacidad del concreto fisurado a cortante se reduce. Para
tomar en cuenta tal efecto en el enfoque de fisura fija, se requiere definir un modelo de comportamiento post-
fisuración a cortante. Para ello, usualmente se reduce la rigidez a cortante por medio de un factor llamado factor de
retención de cortante (β). Uno de los inconvenientes del enfoque de fisura fija, es que hay varias incertidumbres
respecto a la influencia que el comportamiento post-fisuración a cortante asumido puede presentar en la respuesta del
modelo. En esta línea, las guías RTD (2012) señalan que el enfoque de fisura fija puede conducir a sobre-estimar la
resistencia de las estructuras, por lo que, en caso de ser utilizado, recomiendan el uso de un modelo post-fisuración a
cortante adecuado. Para este trabajo se utilizan factores retención constantes β = 0.1 y 0.03, encontrados en estudios
previos en los que se han obtenido resultados satisfactorios (Dashti et al., 2017, Belletti et al., 2016, Nilsen-Nygaard,
2015, Pettersen, 2014, y Sagaseta, 2008).
A diferencia del enfoque de fisura fija, el enfoque de rotación de fisura no involucra determinar un modelo de
comportamiento post-fisuración a cortante, por lo que representa una opción de menor complejidad en relación a la
selección de parámetros y de variabilidad en los resultados, y que además ha demostrado un buen comportamiento
(Dashti et al., 2017, Belletti et al., 2016 y Parra, 2015). Así mismo, es el enfoque que sugieren las guías RTD (2012)
ya que en contraste al de fisura fija, éste no tiende a sobre-estimar la resistencia de las estructuras.
400 400
200 200
Fuerza (kN)
Fuerza (kN)
0 0
-200 -200
-800 -800
-105 -70 -35 0 35 70 105 -105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm) Desplazamiento (mm)
Experimental
1
200,000.0
Referencia
0.8
150,000.0 FC-B-0.1
0.6 FC-B-0.03
100,000.0
0.4
50,000.0
0.2
0.0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 9
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Ciclo Ciclo
Figura 9. Energía disipada por ciclo normalizada respecto a la experimental, y energía disipada acumulada en los
modelos FC-B-0.1 y FC-B-0.03
Ciclo 6 Ciclo 9
800 800
600 600
400 400
Fuerza (kN)
Fuerza (kN)
200 200
0 0
-200 -200
-400 -400
Experimental Experimental
-600 FC-B-0.03 -600 FC-B-0.03
Referencia Referencia
-800 -800
-60 -40 -20 0 20 40 60 -105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm) Desplazamiento (mm)
Ciclo 6 Ciclo 9
800 800
600 600
400 400
Fuerza (kN)
Fuerza (kN)
200 200
0 0
-200 -200
-400 -400
Experimental Experimental
-600 Referencia -600 Referencia
FC-B-0.1 FC-B-0.1
-800 -800
-60 -40 -20 0 20 40 60 -105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm) Desplazamiento (mm)
Figura 10. Comparación de las respuestas histeréticas de los modelos FC-B-0.1 y FC-B-0.03
En las figuras 8 a 10, se observan los resultados obtenidos para los modelos con enfoque de fisura fija, FC-B-0.1 y
FC-B-0.03 para β = 0.1 y 0.03 respectivamente. Se puede apreciar que el enfoque de fisura fija tiende a sobre-estimar
la resistencia del muro tal como lo señalan las guías RTD (2012). En el modelo FC-B-0.1 las mayores diferencias se
presentan para los ciclos intermedios (4 a 6) con un error máximo del 16.2% respecto a los resultados
experimentales. Para el caso FC-B-0.03 el mayor error alcanza valores similares (15.0%), pero se da en los ciclos
finales (7 a 9). Cabe señalar que el enfoque de rotación de grieta, usado en el modelo de referencia, condujo a las
mejores aproximaciones de la resistencia, con errores máximos de 3.5% y 4.86% para los ciclos intermedios y finales
respectivamente (figura 10).
Es interesante notar, que, pese a que estos modelos conducen a mayor resistencia, los resultados obtenidos en
términos de disipación de energía son en ambos casos muy adecuados (figuras 9 a 10). Para el caso de los ciclos
intermedios (4 a 6) la mejor aproximación a la energía disipada se obtiene con el modelo FC-B-0.03, mientras para
los ciclos finales (7 y 9) donde se alcanzan desplazamientos mayores, el modelo FC-B-0.1 fue el que presentó mejor
ajuste. Con base en estos resultados, el uso de un factor β = 0.03 es recomendable cuando el interés es analizar
estructuras con ductilidades medias, mientras que para altas ductilidades β = 0.1 podría resultar más acertado. En
todo caso, si se utiliza el enfoque de fisura fija deben preverse posibles errores en la estimación de la resistencia
como se ha indicado anteriormente.
Al igual que el modelo de referencia, estos modelos también presentan dificultades para predecir la energía disipada
en los primeros ciclos de carga. En la figura 9 podemos observar que este hecho no repercute significativamente en
la energía total disipada, y que tanto el modelo FC.B.0.1 como el FC.B.0.03, conducen a resultados muy adecuados.
Su error en relación al resultado experimental después del noveno ciclo es de -6.45% para FC.B.0.03 y de 5.73%
para FC.B.0.1. Estos resultados son a su vez muy similares a los obtenidos con el modelo de referencia cuyo error es
de 6.7% en relación al experimental.
Otro de los aspectos analizados fue la influencia del modelo usado para representar la respuesta cíclica de acero. En
este caso se contrastan las respuestas obtenidas empleando el modelo de Dodd-Restrepo (1995), formulado
específicamente para tener en cuenta la respuesta cíclica del acero de refuerzo (efecto Bauschinger), contra la
obtenida utilizando la clásica formulación de plasticidad de Von Mises. En ambos casos el refuerzo se considera
perfectamente adherido a los elementos finitos en los que se embeben y se toma en cuenta el efecto del
endurecimiento del acero.
En la figura 11 se observa que el modelo Von Mises alcanza la misma resistencia obtenida experimentalmente y
mediante el modelo de referencia. Por el contrario, se observa que el modelo difiere netamente del comportamiento
real en términos del comportamiento cíclico, principalmente en las zonas en las que se produce el cambio de
dirección de la carga aplicada. Esto provoca, que sobre-estime muy significativamente la cantidad de energía
disipada en los ciclos intermedios y finales (4 a 9). Dado a que en estos ciclos es donde se disipa mayor cantidad de
energía, la energía total disipada (figura 12) también es sobre-estimada considerablemente en un 26.12% al final del
noveno ciclo de carga.
También se observa, que el comportamiento del refuerzo contribuye en gran medida a la respuesta cíclica global del
muro, especialmente en los ciclos finales, por lo que es muy importante utilizar un modelo que reproduzca
adecuadamente el comportamiento cíclico del refuerzo. En este sentido, el modelo de Dodd-Restrepo (1995)
utilizado en el modelo de referencia, permitió una muy buena reproducción del comportamiento cíclico, resistencia y
disipación total de energía del muro ensayado.
800
Respuesta experimental vs
modelo VM
600
400
Fuerza (kN)
200
-200
-400 Experimental
Referencia
-600 VM
-800
-105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm)
1.8 450,000.0
Energía disipada por ciclo Experimental
Energía disipada acumulada
1.6 Referencia 400,000.0
VM
1.4 350,000.0
Energía (kN/mm)
1.2 300,000.0
1 250,000.0
Experimental
0.8 200,000.0
Referencia
0.6 150,000.0 VM
0.4 100,000.0
50,000.0
0.2
0.0
0
1 2 3 4 5 6 7 8 9
1 2 3 4 5 6 7 8 9
Ciclo
Ciclo
Figura 12. Energía disipada por ciclo normalizada respecto a la experimental y energía acumulada del modelo Von
Mises (VM)
También se estudió el efecto de la densidad de malla usada, con la intención de determinar si la precisión lograda por
mallas medianas o grandes difiere considerablemente de la alcanzada con mallas muy reducidas. Esto permitirá
reducir el costo computacional que involucra el uso de mallas muy pequeñas.
Para este fin se analizaron cuatro tamaños de malla, una chica, dos medianas y una grande. En el modelo M40 se
usaron elementos cuadrangulares pequeños (40x40 mm), definiendo el ancho del muro en 39 elementos y sumando
un total de 17,864 para muro y base. Los modelos con malla mediana (modelo M85) utiliza elementos de 85x85mm,
definiendo el ancho del muro en 18 elementos, 4,335 totales. El modelo de referencia requiere nueve elementos de
170 x170 mm en el ancho, y 1,380 totales. En el modelo MG se usaron elementos más grandes: para la zona del
concreto no confinado se usan cuatro elementos de 300x280mm y para la zona del concreto confinado dos elementos
de 200x280 mm (a fin de respetar la dimensión de la columna de concreto confinado), con un total de 692 elementos.
Las dimensiones antes mencionadas se escogieron de acuerdo a las señaladas en la bibliografía para tal clasificación
(Nilsen-Nygaard, 2015, Pettersen, 2014).
En las figuras 13 y 14, se muestran los resultados obtenidos con los cuatro tamaños de malla probados. Se puede
observar que en términos de resistencia y de comportamiento cíclico, todos los modelos conducen a resultados
similares. En el último ciclo (9) del modelo M40, se presenta una pérdida de resistencia súbita por falla del refuerzo
(figura 13), impidiendo la estimación de energía disipada en este ciclo, y por ende finalizando el cálculo de la energía
total disipada en el ciclo 8. Por tal motivo, en la figura 14 no se muestran estos datos.
Para el caso analizado en este trabajo, cuando se emplean tamaños de elementos mayores a 85 mm, las respuestas en
términos de energía disipada para los ciclos 5 a 9 no presentan variaciones significativas entre sí. Es importante
resaltar que el modelo MG conduce a muy buenos resultados, pese a que sólo utiliza 692 elementos en todo el muro,
frente a los 1,380 de la malla de referencia y a los 4,335 de la malla M85.
En el caso del modelo M40, se sobrestima considerablemente la energía disipada en la mayoría de los ciclos, pero
especialmente en los intermedios. La justificación a este comportamiento podría deberse al hecho de que la
deformación plástica de compresión se concentra exclusivamente en los elementos de esquina del muro. El uso de
elementos de dimensiones reducidas conlleva a deformaciones elevadas, que se transmiten también de forma
concentrada al acero de refuerzo cuando se considera perfectamente adherido. A consecuencia, se producen en el
acero elevadas deformaciones plásticas locales, las cuales conducen a una sobreestimación de la repuesta cíclica.
800 800
Respuesta experimental vs Respuesta experimental vs
modelo M40 modelo M85
600 600
400 400
200 200
Fuerza (kN)
Fuerza (kN)
0 0
-200 -200
-400 -400
Experimental Experimental
-600 Referencia -600 Referencia
M40 M85
-800 -800
-105 -70 -35 0 35 70 105 -105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm) Desplazamiento (mm)
800
Respuesta experimental vs
modelo MG
600
400
Fuerza (kN)
200
-200
-400 Experimental
Referencia
-600 MG
-800
-105 -70 -35 0 35 70 105
Desplazamiento (mm)
Figura 13. Respuesta cíclica de los modelos con distintos tamaños de malla (M40, M85 y MG)
350000
Energía disipada acumulada
2
Energía disipada por ciclo Experimental 300000
1.8
Referencia Experimental
1.6 M40 Referencia
250000
M85
Energía (kN.mm)
1.4 M40
MG
200000 M85
1.2
MG
1
150000
0.8
0.6 100000
0.4
50000
0.2
0 0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 1 2 3 4 5 6 7 8 9
Ciclo Ciclo
Figura 14. Energía disipada por ciclo normalizada respecto a la experimental, y energía acumulada de los modelos con
distintos tamaños de malla (M40, M85 y MG)
Patrones de fisuración
En las figuras 15 y 16 se muestran el patrón de fisuración obtenido del ensayo experimental y la distribución de las
deformaciones principales de tensión en el modelo de referencia y en el M40 para un desplazamiento de 25mm
(máximo del ciclo cuatro). En el modelo de referencia el daño se observa de manera difusa, mientras que al usar
mallas pequeñas como en el modelo M40, la formación de las grietas se puede obtener de forma más definida. A
pesar de ello, tal y como se puede observar al comparar las figuras 15 y 16, ambos modelos conducen a una buena
predicción del patrón de agrietamiento del muro.
Modelo de Modelo
referencia M40
Figura 16. Deformaciones principales de tensión del modelo de referencia y modelo M40, para el desplazamiento de
25mm (máximo del ciclo cuatro)
CONCLUSIONES
Se ha logrado reproducir el comportamiento cíclico de muros de concreto reforzado con una muy buena precisión,
tanto en términos de resistencia como de disipación energética.
De los tipos de enfoque de fisuración distribuida analizados en este estudio, el de rotación de fisura presentó el
comportamiento más adecuado, ya que condujo al mejor ajuste en términos de resistencia y a una muy buena
predicción de la energía disipada.
Debido a las características del muro aquí analizado y a las solicitaciones a las que está sujeto, el comportamiento del
refuerzo contribuyó en gran medida al comportamiento cíclico global, especialmente en los ciclos finales. En estos
casos es de vital importancia considerar adecuadamente la respuesta cíclica del refuerzo (efecto Bauschinger) para
obtener resultados adecuados. En el caso estudiado, el modelo de Dodd-Restrepo (1995) permitió un muy buen
ajuste en relación al comportamiento cíclico y disipación energética.
Cuando se utilizan mallas pequeñas de elemento finito, se debe tomar en cuenta que, si se combina con el uso de
refuerzos perfectamente adheridos, se pueden generar en el acero concentraciones elevadas de deformaciones
plásticas locales, las cuales pueden conducir a variaciones en el comportamiento cíclico obtenido.
Finalmente, el uso de tamaños grandes de malla condujo a muy buenos resultados tanto en términos del
comportamiento cíclico, como de la energía disipada. La reducción en el costo computacional que implica este hecho
abre la posibilidad de analizar mediante modelos de fisuración distribuida el comportamiento cíclico de estructuras
completas.
AGRADECIMIENTOS
Al Instituto de Ingeniería de la UNAM por el apoyo recibido durante el desarrollo de este proyecto de investigación.
El primer autor también agradece al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT), por la beca otorgada
para sus estudios de doctorado, que le ha permitido participar en este proyecto, que forma parte de su investigación
doctoral.
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