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Analisis Setencia 1712 Narcotrafico Delito Lesa Humanidad

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Universidad Latinoamericana y del Caribe

Coordinación General de Postgrado


Especialización en Derecho Penal Internacional
Cátedra: Derecho Penal Internacional I

ANÁLISIS DE LA SENTENCIA 1712 DEL TSJ, EL NARCOTRÁFICO COMO


DELITOS DE LESA HUMANIDAD

Profesor: Dr. GILBERTO PEREZ

Participante:
- Dr. OBEL JOSÉ MARTÍNEZ PÉREZ

Caracas, marzo 2022


En principio podemos definir al NARCOTRAFICO, como comercio o trafico ilegal
de drogas toxicas en grandes cantidades, el Narcotráfico genera también un espectro
de amenazas en la vida, medio ambiente, paz, capital social, democracia e
institucionalidad. Por otra parte de definen a los delitos de Lesa humanidad como
aquellos delitos comunes de máxima gravedad, como El Asesinato, el cual tiene que
haber sido cometido como parte de un ataque generalizado o sistemático, deben
también afectar a una población civil, su comisión responde a las políticas de un Estado
o de una organización, El exterminio; la esclavitud; deportación o traslado forzoso
de población; encarcelamiento u otra privación grave de la libertad física en
violación de normas del derecho internacional; tortura; violación; esclavitud
sexual, prostitución forzada, entre otros.

Es importante definir estos conceptos debido a que en el presente ensayo


analizaremos los parámetros de la Sentencia Nro. 1712, de fecha 12-09-2001, según
expediente Nro. 01-1016 de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia, en
la cual se cataloga al delito de Narcotráfico como Delito de Lesa Humanidad.

En este sentido fue declarado sin lugar, la pretensión de amparo por el delito de
privación Ilegítima de Libertad (HABEAS CORPUS), la cual fue interpuesta el 17-05-
2001, ante la Sala Constitucional del TSJ, por el profesional del derecho Rómulo
Betancourt Piñero, en su carácter de DEFENSOR de las ciudadanas RITA ALCIRA
COY, YOLANDA CASTILLO ESTUPIÑAN y MIRIAM ORTEGA ESTRADA, luego se
designó al magistrado que suscribió el presente fallo, quien analizó el expediente y la
SALA pasa a decidir de acuerdo a ciertas consideraciones.

El abogado defensor interpone un escrito por ante la URDD de Caracas, en el


cual se ampara por el delito en mención a favor de sus defendidas, quienes fueron
acusadas por el delito de Tráfico de Estupefacientes, remitido también a la Corte de
Apelaciones del AMC, solicitándole información al Juez 27 de Juicio del AMC,
señalando el Defensor sobre las garantías constitucionales, en la cual dispone en su
artículo 44 de que la Libertad personal es inviolable, al igual que el artículo 242 del
COPP, en el que se indica que toda persona a quien se le impute la participación de un
hecho punible, deberá permanecer en libertad durante el proceso, en los artículos 8 y 9
del COPP, en el que se contempla el régimen de libertad como regla, y la restricción de
la normativa. De esta forma manifiesta que sus defendidas han estado privadas de
libertad por más de dos años sin que hasta la presente fecha se haya realizados
sentencia definitiva alguna para ellas, y que durante todo ese tiempo no se podido
demostrar la culpabilidad de estas en el delito que se le imputa, la cual manifiesta que
se le ha violado flagrantemente sus derechos contemplados en nuestro ordenamiento
jurídico. Alegando también a que a estas se les solicitó una medida cautelar sustitutiva,
la cual fue acordada por el tribunal de la causa, a quien se le acordaron estas medidas
con algunas condiciones, como constitución de dos fiadores para cada una de las
imputadas, los cuales debían presentar carta de trabajo en el que especifiquen un
sueldo mensual de 180 unidades tributarias, requisitos que obviamente no pudieron
cumplir “imposible cumplimiento”. Alegó además sobre el retardo procesal a sus
defendidas, en el cual se contempla lo referente a la privación ilegítima de libertad.

La Corte de Apelaciones consideró que, de acuerdo a la información


suministrada por el Juzgado de Juicio, que en la Audiencia Oral y Publica celebrada
mediante el juzgado Mixto 13 de Juicio del AMC, se había dictado sentencia
condenatoria el día 13 de abril del 2000, decisión que fue anulada por la Sala Nro. 10
de la Corte de Apelaciones en fecha 07 de Julio del 2000. Cambien se explica de que
no se evidenciaba ningún retardo procesal, ya que se había dado una sentencia
condenatoria, pero que se anuló posteriormente, y que en la actualidad se encontraba
en la etapa de depuración de escabinos, para poder lograr la constitución del Tribunal
Mixto, y que no era cierto de que había trascurrido más de dos años sin se haya dado
un pronunciamiento, tal como lo expresa la defensa en su escrito, y que lo más
conveniente era declarar sin lugar el amparo incoado.
Es por esto que la Sala Constitucional, toma en cuenta las siguientes
prerrogativas, en la que Observa la decisión dictada en la Corte de Apelaciones de
acuerdo a su competencia, Reitera los criterios sostenidos en la Sala de Apelaciones y
se considera competente para conocer de la presente causa, y una vez observados los
alegatos y recaudos se declara competente, luego de analizar y observar los alegatos,
considera que se encontraban en la selección de los escabinos y por lo tanto era
necesario constituir el tribunal mixto, para luego celebrar el juicio oral y público.

Seguidamente observa que se había dictado la sentencia condenatoria el día 13


de abril del mismo año, la cual fue anulada por disposición de la Sala Nro. 10, de la
Corte de Apelaciones, el 7 de julio de 2000. También comunicó que se había acordado
la libertad a las procesadas, previo cumplimiento de las condiciones que se habían
fijado a cada una de ellas, las cuales constituían a dos fiadores con ingresos entre las
180 unidades tributarias por cada una, demostrando sus respectivas constancias
laborales, declaración de impuesto sobre la renta, constancias de residencias y de
buena conducta, se fijaron las medidas de presentación mediante el tribunal de control
cada 8 días, y prohibición de salida del país. Observa el curso normal de la causa, y
que las imputadas estaban detenidas en virtud de una orden judicial que no fue
revocada, y en contra de esta orden no procede el HABEAS CORPUS, sino mediante
una acción de amparo contra sentencias, según el artículo 4 de la Ley Orgánica de
Amparos sobre Derechos y Garantías Constitucionales.

En este caso la autoridad judicial privó en base al artículo 259 eiusdem,


preventivamente la libertad de las accionantes, por lo cual obró ajustado a derecho y al
artículo 44, Nº 1 Constitucional, por lo cual no se declaró con lugar el amparo.

Pero en la acción de habeas corpus concreta, sometida al conocimiento de la


Sala, la situación es otra.
Según el artículo 29 Constitucional, para determinados delitos, niega los
beneficios que puedan llevar a su impunidad; por lo que, con relación a dichos delitos,
el artículo 253 del Código Orgánico Procesal Penal no es apreciable ante el mandato
expreso de la Constitución de 1999.

En efecto, el artículo 29 constitucional, reza:

«El Estado estará obligado a investigar y sancionar legalmente los


delitos contra los derechos humanos cometidos por sus autoridades.
Las acciones para sancionar los delitos de lesa humanidad, violaciones
graves a los derechos humanos y los crímenes de guerra son
imprescriptibles. Las violaciones de derechos humanos y los delitos de
lesa humanidad serán investigados y juzgados por los tribunales
ordinarios. Dichos delitos quedan excluidos de los beneficios que
puedan conllevar su impunidad, incluidos el indulto y la amnistía».

Considera que los delitos de lesa humanidad, las violaciones punibles de los
derechos humanos y los delitos por crímenes de guerra, quedan excluidos de
beneficios como lo serían las medidas cautelares sustitutivas, en caso que el juez
considerare que procede la privación de la libertad del imputado.

Al comparar el artículo 271 Constitucional con el transcrito 29, donde el primero


se refiere a acciones penales imprescriptibles y que, al igual que la última norma
mencionada, reconoce como imprescriptible a los delitos contra los derechos
humanos, la Sala debe concluir que el delito de tráfico de estupefacientes, cuya
acción también es imprescriptible, debe considerarse por su connotación y por el
especial trato que le otorga el artículo 271 Constitucional, como un delito de lesa
humanidad, y así se declara.
En el cual el tráfico de sustancias psicotrópicas y estupefacientes ha sido objeto
de diversas convenciones internacionales, entre otras, la Convención Internacional del
Opio, suscrita en La Haya en 1912, ratificada por la República el 23 de junio de 1912;
la Convención Única sobre Estupefacientes, suscrita en las Naciones Unidas, Nueva
York, el 30 de marzo de 1961; y la Convención de las Naciones Unidas contra el
Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas (Convención de Viena de
1988).

“La demanda y el tráfico ilícitos de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, que


representan una grave amenaza para la salud y el bienestar de los seres humanos y
menoscaban las bases económicas, culturales y políticas de la sociedad”.-

En consecuencia, los delitos relativos al tráfico de estupefacientes los considera


la Sala de lesa humanidad.

En el Estatuto de Roma, de la Corte Penal Internacional, no suscrito por


Venezuela, en su artículo 7, se enumeran los crímenes de lesa humanidad, y en literal
K de esta norma, se tipificaron las conductas que a juicio de esa Sala engloban al
tráfico ilícito de estupefacientes.

Ellos le dieron el sentido en base a este articulo 7, literal K, que reza de la


siguiente forma: …” se entenderá como crímenes de lesa humanidad cualquiera de
los actos que se cometa en ataque generalizado o sistemático contra cualquier
población civil y con conocimiento de dicho ataque, K) Otros actos inhumanos de
carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten
gravemente contra la integridad física, salud mental o física.

En atención a los razonamientos expuestos, la Sala considera acertada la


decisión de la Sala N° 4 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, que declaró sin lugar el amparo constitucional bajo la
modalidad de habeas corpus objeto de estos autos y, por tanto, se confirma la
sentencia consultada, y así se declara SIN LUGAR la solicitud de habeas corpus
interpuesta por el abogado Rómulo Betancourt Piñero, ut supra identificado,
actuando en su carácter de defensor de las ciudadanas RITA ALCIRA COY,
YOLANDA CASTILLO ESTUPIÑÁN y MIRIAM ORTEGA ESTRADA.

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