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U. 6 LA CONFLICTIVA CONSTRUCCIÓN DEL ESTADO LIBERAL (1833-1874).

EL
SEXENIO DEMOCRÁTICO

LA CRISIS FINAL DEL REINADO DE ISABEL II (1865-1869).

A partir de 1865 el régimen se descompone internamente: la crisis económica, la corrupción


política y el desprestigio de la corona, acosada por los escándalos tanto económicos como relacionados
con la vida privada de los monarcas, motiva la rápida sucesión de gobiernos cada vez más inestables y
autoritarios lo que provoca una serie de pronunciamientos que si fracasan es por su escasa planificación
y la falta de coordinación entre las fuerzas de oposición. Este es el caso de la protesta estudiantil de la
Noche de San Daniel, el Pronunciamiento fallido de Prim, el del Cuartel de San Gil, o el Pacto de
Ostende.
Por lo tanto, a la revolución de 1868 se llegó por el agotamiento y la impopularidad del
moderantismo y de la monarquía de Isabel II y por la situación de crisis económica del capitalismo
español. Las causas de la revolución son:

 La crisis financiera, originada por la escasa rentabilidad de las inversiones ferroviarias. El valor
de las acciones de los ferrocarriles en Bolsa cayó estrepitosamente.
 La crisis industrial, sobre todo en Cataluña. La guerra de Secesión (1861-1865) había
interrumpido las explotaciones de algodón y los precios de este producto, dada su escasez,
sufrieron un alza espectacular. Algunas industrias cerraron sus puertas, el paro aumentó y el
nivel de vida de las clases trabajadoras descendió aún más.
 La crisis de subsistencia se inició en 1866 y fue provocada por una serie de malas cosechas que
dieron como resultado una carestía de trigo, alimento básico de la población española.
Inmediatamente los precios de este producto empezaron a subir y así entre 1866 y 1868 el precio
del trigo aumentó en Madrid un 100%.
 La oposición social. Hacia 1868 los grandes comerciantes, industriales, obreros y campesinos
estaban en contra del gobierno.
 La revuelta de los sargentos del cuartel de San Gil (1866) que pedían reformas del sistema
político.
 El pacto de Ostende: A partir de1866 se fue configurando el llamado Pacto de Ostende (Bélgica)
firmado entre los principales líderes progresistas y demócratas en 1866 para derrocar a Isabel
II, al que se adhirieron los unionistas (Unión Liberal) en 1867 tras la muerte de O´Donnell (el
nuevo líder de la Unión Liberal será el general Serrano). Su objetivo era planificar el
derrocamiento de Isabel II y facilitar el establecimiento de una verdadera democracia en
España.

El 18 de septiembre de 1868, se produjo el pronunciamiento del almirante Topete en Cádiz que


daría inicio a la llamada Gloriosa Revolución. La sublevación es seguida por una parte importante del
ejército y las Provincias. En muchas ciudades se constituyeron Juntas Revolucionarias. Después de la
batalla del Puente de Alcolea (Córdoba) donde las tropas de Serrano derrotan a los realistas de
Novaliches, el gobierno dimite e Isabel II partió al exilio fracés.

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Finalizaba así un régimen caracterizado, entre otros aspectos, por el enorme protagonismo
político del estamento militar. Esta situación sólo se explica bajo unas determinadas circunstancias: Por
una parte, un importante sector del ejército español adquirió desde principios del siglo XIX un marcado
carácter liberal, especialmente desde que se incorporaron al mismo muchos de los antiguos guerrilleros
que participaron en la Guerra de Independencia; además, la enorme conflictividad que experimentó el
país durante las primeras décadas del siglo, concedió una gran notoriedad a muchos de estos oficiales.
Por otra parte, las dificultades que ofrecía el sistema político para propiciar el cambio gubernamental
por la vía parlamentaria ordinaria, acabaron por facilitar el desembarco de los llamados “espadones” en
los partidos políticos, pues eran éstos los que, con sus tropas y capacidad de convocatoria popular, podían
forzar a la reina a llevar a cabo el relevo ministerial.
Después de la caída del régimen isabelino comienza un período novedoso en la historia de España
donde se ensayan dos fórmulas democráticas: la Monarquía de Amadeo de Saboya y la I República.
Serán de breve duración y finalizarán con el golpe de Estado del general Pavía que instaura la república
autoritaria del general Serrano.
Al mismo tiempo, el intento de democratizar la vida política española que supuso el periodo del
sexenio, tanto en su etapa monárquica como en su etapa republicana, se vio lastrado por distintos sucesos
que provocaron una inestabilidad continua:
 La “guerra larga de Cuba” o guerra de los diez años (1868-1878), que afecta a la más prospera
posesión ultramarina española.
 La Tercera Guerra Carlista (1872-1876), que se desarrolla sobre todo en las provincias vascas
y Navarra.
 El movimiento cantonal (1873), que trae como consecuencia la sublevación de casi todo el sur
y el levante peninsular.

LA REGENCIA DEL GENERAL SERRANO (1869-1871).

Durante las primeras semanas el poder efectivo estuvo en manos de las Juntas Revolucionarias.
En Madrid la Junta Revolucionaria entrega el poder al general Serrano (octubre) para que forme un
Gobierno Provisional junto con Prim como hombres fuertes e inició casi de inmediato un importante
programa de reformas. Dicho gobierno escluye a los demócratas y su primera labor es controlar la
revolución para lo que disuelve las Juntas, desarma a los Voluntarios de la Libertad y mantiene el orden
público a toda costa.
Cumplido ese objetivo, el nuevo gobierno atendió algunas reivindicaciones populares defendidas
por los demócratas: supresión del impuesto de Consumos, libertad de enseñanza , de imprenta y
emancipación de los hijos de los esclavos nacidos después de la revolución (vientres libres)
Seguidamente estableció un programa de reformas entre las que destacan: sufragio universal, libertad
religiosa, libertad de asociación y reunión, creación de la Peseta, libre-cambio arancelario, nueva Ley de
Minas y convocatoria a Cortes Constituyentes. En resumen, se trata de un programa burgués que no
recogía los anhelos de las clases trabajadoras y medias lo que provocó motines en diversas ciudades
(Cádiz y Jerez de la Frontera) y la aparición del partido Republicano como escisión por la Izda. Del
partido demócrata (el ala Drcha. Se la llamó “los Cimbrios”)
Asimismo, el gobierno provisional convocó elecciones a Cortes Constituyentes*, celebras por
primera vez en España por sufragio universal masculino directo para mayores de 25 años. Estas
elecciones dieron la victoria a la coalición gubernamental (progresistas, unionistas y un sector de los

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demócratas) y crearon dos importantes minorías dentro de las Cortes: los carlistas y los republicanos.
De esta manera, el Parlamento, a partir de 1869 estará dominado por cuatro grandes tendencias:

 Los carlistas: defendían esencialmente la unidad religiosa del país y la monarquía tradicional
 Los moderados: se mantuvieron fieles a Isabel II, reclamando su vuelta al trono. Entre sus
líderes destacará Antonio Cánovas del Castillo.
 La conjunción monárquico-democrática: integrada básicamente por los firmantes del Pacto de
Ostende, es decir unionistas, progresistas como Prim o Sagasta y demócratas. Defendían una
forma de gobierno monárquica, pero subordinada a la soberanía nacional y un amplio respeto
por las libertades públicas.
 El partido republicano federal: este partido se desgajó del demócrata en 1869, cuando se
declararon monárquicos parte de sus miembros. Entre sus principales líderes destacan Pi y
Margall, Figueras y Castelar. Eran partidarios de reformas sociales y políticas más amplias.

CARACTERÍSTICAS ESENCIALES DE LA CONSTITUCIÓN DEMOCRÁTICO DE 1869.

En las elecciones a Cortes Constituyentes, obtuvieron una amplia mayoría los grupos centristas
(unionistas y progresistas), lo que significaba que la revolución sólo iba a ser de carácter político sin
alterar en modo alguno las estructuras socioeconómicas del país. En 1869 se produjo la aprobación de
la nueva constitución cuyos rasgos fundamentales fueron los siguientes:

 Reconocimiento de la soberanía nacional.


 Forma de Estado monárquica.
 Restablecimiento de la división de poderes:
 El poder ejecutivo lo tiene el rey que, sin embargo, no lo ejerce
directamente, sino a través de sus ministros, también responsables ante las Cortes.
 El poder legislativo le corresponde en exclusiva a las Cortes, nuevamente
bicamerales, es decir divididas en Congreso y Senado y ambas de carácter electivo.
 El poder judicial es independiente y recae en los jueves que acceden a la
carrera judicial por oposición.

 Sufragio universal masculino, por primera vez en la historia de España.


 Amplio reconocimiento de libertades y derechos, incluidos algunos políticos como los
de asociación y reunión.
 Libertad de cultos. Una de las principales novedades de la constitución; sin embargo, el
Estado se compromete al mantenimiento económico del clero católico.

En resumen, la nueva constitución daba paso a una monarquía parlamentaria en la que se


limitaban los poderes del rey, y en la que las Cortes asumían el máximo peso político. Por otro lado, se
reconocían un gran número de derechos y libertades lo que, junto con la afirmación del sufragio universal
garantizaba el carácter plenamente democrático del nuevo régimen.

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REINADO DE AMADEO DE SABOYA (1873-1873).

Una vez elaborada la Constitución *, se le concedió la regencia al general Serrano al tiempo que
el general Prim, que se había convertido en jefe de gobierno, inicia la búsqueda de un nuevo soberano
para España. Los principales requisitos que debía cumplir el monarca eran dos: demostrar un claro
talante democrático y no formar parte de la familia de los Borbones. Varios fueron los candidatos,
aunque finalmente las Cortes eligieron al segundo hijo del rey Víctor Manuel II de Italia, Amadeo de
Saboya, siendo proclamado rey de España en enero de 1871. Su reinado iba a ser breve y repleto de
problemas.
Amadeo será elegido Rey de España por las Cortes en noviembre de 1870. Llegará a España en
diciembre. Sólo tres días antes había sido asesinado en Madrid el general Prim, su gran valedor y
consejero más fiel. La monarquía de Amadeo I suscitará una gran oposición política por parte de
numerosos sectores:
 Las clases tradicionales. La jerarquía eclesiástica consideraba peligrosos para sus intereses al
monarca de Saboya y veían con recelo la libertad de cultos y la separación Iglesia-Estado
propias de los Estados democrático. Nobleza e Iglesia, como defensores de los valores
tradicionales se inclinaron mayoritariamente por la causa Alfonsina (Alfonso, hijo de la
destronada Isabel II).
 Los carlistas. En los años iniciales del Sexenio el carlismo experimentó un auge considerable,
pues la caída de Isabel II alimentó las esperanzas de los tradicionalistas que aspiraban a
proclamar rey a Carlos VII. De este modo tiene lugar la Tercera Guerra Carlista (1872-1876).
 El partido Alfonsino. Defendían la fidelidad y el apoyo al príncipe Alfonso, futuro Alfonso XII.
 Los republicanos. Desde el punto de vista del sistema de Estado coexistían los unitarios y los
federalistas.
 El incipiente movimiento obrero de la sección española de la Iª AIT, que encontraba apoyo
político en los Republicanos (la sección española de la AIT fue ilegalizada por Sagasta en 1871,
siguiendo el ejemplo de los gobiernos europeos después de los sucesos de la Comuna de París
de 1870).
 Además de la Guerra de Cuba en el año 1872 estalla la 3ª Guerra Carlista en el norte cuyo líder
carismático fue el Pretendiente Carlos VII La guerra concluyó en 1876 con la derrota carlista y
la abolición de los fueros.

Podemos afirmar que el breve reinado de Amadeo de Saboya constituyó un período de gran
inestabilidad, la insurrección en Cuba y el inicio de la rebelión carlista en el norte del país debilitó la
posición del monarca. El rey nunca contó con apoyos suficientes para perpetuarse en el trono y de este
modo en febrero de 1873 Amadeo I abdicó en su nombre y en el de sus sucesores.

Conflictos del período:


 La Guerra de los Diez Años de Cuba (1868-1878)
Desde la pérdida de los territorios americanos continentales en la década de 1820, Cuba era la
principal colonia española (las otras eran Puerto Rico y Filipinas). Oficialmente era parte integrante de
la nación española, pero no tenía representación alguna en las Cortes y era gobernada a través de un
Capitán General militar nombrado por el gobierno que actuaba con poderes casi absolutos. La principal
riqueza del país era la producción de azúcar que estaba en manos de un reducido grupo de propietarios
(la sacarocracia) que explotaba sus plantaciones utilizando mano de obra esclava, cada vez más escasa

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y cara, debido a la progresiva restricción de la trata. Este grupo estaba conforme con la situación de la
isla, puesto que España era la garante de la pervivencia de la esclavitud. Frente a ellos se oponía una
amplia comunidad de criollos rurales (propietarios de pequeñas plantaciones agrícolas) y urbanos
(dedicados principalmente al comercio) que aspiraban a una mayor autonomía política y a la liquidación
del monopolio comercial español que limitaba su expansión.
Coincidiendo con la Revolución de 1868 tuvo lugar el Grito de Yara (octubre de 1868), que dio
inicio a la primera insurrección independentista, la llamada “Guerra Larga”, que se hizo fuerte
especialmente en el Este de la isla. Desde muy pronto los rebeldes, liderados por Carlos Manuel
Céspedes, emprendieron la liberación de los esclavos, con el objetivo de obtener su apoyo; sin embargo,
encontraron dificultades para extender el conflicto hacia la parte occidental. De esta manera la guerra se
enquistó: los rebeldes, temiendo que un enfrentamiento directo pudiera conducirlos a una rápida derrota,
adoptaron una estrategia guerrillera, mientras que la metrópoli, a pesar de los numerosos medios
invertidos, parecía que no podía imponerse. El Rey nombra presidente del gobierno a Ruiz Zorrilla que
propone un programa de reformas para acabar con la guerra de Cuba (abolición de la esclavitud y
reformas políticas que contemplaban la participación de los cubanos en el gobierno de la isla) lo que
provocas una fuerte oposición entre la oligarquía esclavista.
La resolución del conflicto tuvo que esperar a la firma de la Paz de Zanjón en 1878, ya en el
periodo de la Restauración.
 La tercera guerra carlista (1872-1876).
La proclamación de Amadeo I como nuevo rey de España provocó una nueva rebelión carlista
en 1872; al frente de la cual se puso Carlos María de Borbón y Austria-Este, “Carlos VII”, el nuevo
pretendiente, dando así inicio la tercera guerra carlista, que se prolongó hasta 1876. Las causas de la
misma fueron la no aceptación de la legitimidad ni del nuevo monarca ni del nuevo régimen político.
Nuevamente la rebelión triunfó en las regiones tradicionales de arraigo del carlismo: País Vasco,
Navarra, Cataluña interior y el Maestrazgo. Las dificultades políticas de los distintos gobiernos
facilitaron su prolongación hasta 1876. La derrota carlista y la abolición de los fueros. En 1878 se
estableció el Concierto Económico que, salvo en el régimen de Franco, está vigente hasta hoy.

LA PRIMERA REPÚBLICA (1873-1874).

Tras la abdicación de Amadeo I, una reunión conjunta del Congreso y el Senado, (11 febrero
1873) proclama la I República. A los problemas anteriores se añadió el conflicto en las filas republicanas
entre unitarios y federalistas. En menos de un año se sucedieron cuatro presidentes. (Figueras, Pi i
Margall, Salmerón y Castelar) y 6 gobiernos en medio de una gran agitación social y con dos guerras en
plena efervescencia: la de Cuba y la Carlista.
El primer Presidente fue Figueras que mantuvo la Constitución de 1869 eliminando sólo
los artículos que hacían mención a la Monarquía. Abolió la esclavitud en Puerto Rico, suprimió las
Quintas y convocó elecciones a Cortes Constituyentes. Tras el fracaso de golpe de estado de Serrano y
Martos, las elecciones se celebraron el 10 de mayo.

La República Federal:
Tras las elecciones formó gobierno el Federal Pi i Margall cuyo proyecto constitucional
consistía en la separación total entre Iglesia y Estado y una nueva organización del Estado que se
dividiría en 17 Estados federales entre los que se encontraba Asturias y Cuba y Puerto Rico; un proyecto
constitucional que salvo en la exclusión del derecho de voto para las mujeres era escrupulosamente
democrático. Sin embargo, las tensiones sociales que habían estallado en forma de huelgas y ocupación

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de fincas llevaron a los diputados (los llamados Intransigentes) a la proclamación de una República
Federal “Desde Abajo” y a la creación inmediata de Cantones.

 La insurrección cantonal (1873-74).


Se produce como consecuencia de la victoria del partido Republicano Federal en las elecciones
a Cortes constituyentes de 1873. El apoyo popular a los líderes más radicales del republicanismo federal
dio pie a un movimiento que pretendía construir el nuevo Estado desde abajo, a partir de pequeños
cantones autónomos que se habrían de federar para constituir la nueva república. La insurrección fue
violenta al coincidir móviles políticos (la construcción de la república federal) y sociales (las
aspiraciones socioeconómicas de los grupos populares: artesanos, campesinos y obreros, algunos de
ellos vinculados al sector anarquista de la Primera Internacional).
El levantamiento cantonalista estuvo organizado por los diputados federales intransigentes de las
Cortes. Organizaron un Comité de Salud Pública en Madrid y pidieron la formación de otros similares
en el resto de España. Los principales focos de esta insurrección cantonalista se localizaron en Valencia,
Murcia y Andalucía, mientras que los sucesos más graves se produjeron en las ciudades de Cartagena y
en Alcoy.
Cartagena, tras su proclamación como cantón, se convirtió en el centro de la revolución. Se
constituyó un gobierno provisional de la Federación Española. Su programa no era localista ni
revolucionario, sino que pretendía aplicar reformas
en toda España para conseguir un Estado plenamente
democrático y federal. Sin embargo, en Alcoy, los
sectores obreros adscritos a la Primera Internacional,
invadieron el Ayuntamiento y crearon una comuna
colectivista.
Ante esta complicada situación, Pi y Margal
(que había sucedido al presidente provisional
Estanislao Figueras) dimitió y dejó el poder a los
republicanos más moderados (unitarios). Nicolás
Salmerón lideró un tercer gobierno republicano que
reprimió con dureza el cantonalismo apoyándose en
algunos generales “alfonsinos” como Martínez
Campos, que redujo los cantones de Valencia, o
Pavía, que sometió los de Andalucía.
Ante la circunstancia de tener que aplicar
varias penas de muerte, el presidente, contrario a ella, prefirió dimitir, asumiendo la presidencia Emilio
Castelar. Con él se completa el giro conservador de la República: para acabar con el problema
cantonalista y la guerra carlista solicitó poderes extraordinarios a las Cortes que se los concedieron hasta
enero de 1874. Cuando las Cortes se volvieron a reunir, sin embargo, le retiraron su confianza, lo que
convenció a una parte del ejército de la necesidad de intervenir para evitar que los federales retornasen
al poder. De este modo el 3 de enero de 1874 el general Pavía, dio un golpe de Estado al forzar la
disolución las Cortes mientras estaban reunidas para elegir a un nuevo presidente.

 DICTADURA DEL GENERAL SERRANO (1874)


Tras el golpe de Pavía, Serrano fue nombrado nuevamente jefe de gobierno aplicando una política
dictatorial, con una clara preponderancia del ejército, que acabaría por aplastar la rebelión cantonal. La
inestabilidad del sexenio favoreció que la burguesía adoptase una postura cada vez más conservadora y
favorable a la restauración de la monarquía, lo que finalmente se produciría tras el pronunciamiento del
general Martínez Campos, a finales de ese mismo año, y el ascenso al trono del hijo de Isabel II, el
príncipe Alfonso.

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