Location via proxy:   [ UP ]  
[Report a bug]   [Manage cookies]                

La Mision de La Familia Cristiana

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 3

LA MISION DE LA FAMILIA CRISTIANA

1. Lectura de Genesis Gn 1,26-31


2. Algunos aspectos con respecto al texto
a. El relato del Génesis está construido para mostrar la creación como obra de Dios. Dios
es el principio y el fundamento de todo. Quiere decir con esto que las cosas no son sólo
reflejo de lo que es Dios sino de su proyecto inicial. Esto es muy importante porque no
se trata de un panteísmo, es decir, ver a Dios en todo, sino descubrir su plan inicial. Su
intención primera. Este primer detalle nos va ya poniendo en la perspectiva de ver el
para qué fueron hechas todas las cosas, incluyendo al hombre. Decir que el hombre es
creación de Dios, no implica sólo su origen, sino también su finalidad. Podemos
hacernos una primera pregunta muy a nivel personal y particular: ¿Me he preguntado
qué quiere Dios conmigo? ¿He pensado en cuál sería el proyecto inicial de Dios
conmigo? ¿He realizado ese plan en mi vida? En 1 minuto hablemos con la persona que
está a mi lado sobre estas preguntas.
b. En el relato de la creación, el hombre aparece como la última obra creada por Dios. Esto
es muy importante, porque el hombre aparece como el punto culminante de la
creación. Esto significa que el hombre es el que el hombre también es motivo de sentido
a todo lo creado. Como ser inteligente y racional, el hombre es quién le da significación
a las cosas. No son las cosas las que le dan sentido al hombre. Aquí hay un aspecto muy
importante para tener en cuenta en la vida de cualquier persona y sobre todo si
hablamos del aspecto familiar. Son las personas las que le dan sentido a la familia. No
es la casa, los muebles o los demás bienes materiales que se tienen. Son las personas
las que le dan sentido a la vida familiar. De aquí se entiende, el porqué la ausencia de
un miembro de la familia reduce el sentido de sus miembros. La ausencia por muerte o
por decisiones personales afecta tanto a los esposos como a los hijos. Pueden tener,
incluso, el dinero suficiente para subsistir, pero la ausencia de la persona es la única que
llena los vacíos del abandono o de la pérdida. Preguntémonos ahora algo más
¿Reconozco la importancia que tengo, como persona, dentro de mi familia? ¿Me veo
como proveedor y no como persona? ¿Qué pasaría si yo no estuviera, por cualquier
circunstancia con los míos? ¿Cómo han sentido la ausencia o la pérdida de alguno de
los miembros de casa?
c. El relato nos trae una orden de Dios que es muy significativa. “Crezcan y
multiplíquense”. Este mandado, es una proyección del plan de Dios con el hombre y la
mujer creados por Él. Inicialmente se puede pensar en la realidad de procrear los hijos
para colonizar la tierra. En la vida de Israel, era fundamental tener los hijos para poder
como pueblo poderoso, pues los hijos servían para formar ejércitos de defensa. Pero
además este mandato tiene una fuerza espiritual importante. Crecer y multiplicar es la
misión fundamental del hombre y la mujer. Son dos verbos que implican la abundancia,
porque lo que crece aumenta en tamaño, en cantidad, lo mismo que lo que se
multiplica. Así, la acción del hombre y de la mujer en el plan de la creación es prolongar
y aumentar la obra creadora del creador. Aquí es donde la misión del hombre en la
creación se asemeja a la de Dios creador. Dios crea y hace crecer y germinar la tierra, y
le da al hombre este mismo don de hacer que todo vaya en crecimiento y no en
decrecimiento. Es por eso que hoy en día es absurdo cómo el hombre en vez de hacer
crecer la obra creadora, la está llevando al deterioro. Peor aún, está llevando al hombre
a su extinción. Pensemos en este aspecto ¿Considero que mis acciones son
constructivas o destructivas? ¿cómo me relaciono con la creación y sus bondades y
cómo trabajo en pro de ella? ¿Me relaciono igual con los elementos de la creación que
con las personas? (a veces cuidamos más al perro o las plantas que a los hijos o a los
conyugues o a los padres)

Teniendo en cuenta estos tres elementos que hemos pensado, definamos algunos elementos que
nos hablen de nuestra misión como familia.

1. La familia es un proyecto de Dios. Este primer elemento es fundamental. Sin esta


comprensión pensaremos que la familia es sólo una construcción humana o social. No. Se
trata de un proyecto divino y por lo tanto la familia es ya misionera por naturaleza. Como
proyecto la familia esta lanzada hacia adelante. “Dios es familia”, porque es Trinidad (Padre,
Hijo y Espíritu Santo), y por ser familia Dios se ha proyectado. ¿Cómo lo ha hecho? Saliendo
de su ser y revelándose al hombre. Dios se ha proyectado es su creación y particularmente
en la creación del hombre. Debemos mirar que nuestra misión como familia es una
proyección de Dios ¿Veo a Dios en mi familia? ¿siembro y hago crecer a Dios entre los míos?
Sin este fundamento la familia se convierte en una realidad simplemente humana incapaz
de realizar un plan. Sólo se vive y se muere sin tener fundamentos que den la posibilidad de
realizar la felicidad.
2. La familia tiene la misión de hacer crecer y multiplicar. En este segundo elemento vemos
que también nosotros, sobre todo cuando un hombre y una mujer deciden formar un hogar,
pero en general todos nosotros, estamos llamados a hacer crecer y a multiplicar los dones
recibidos de Dios. Por eso era tan importante el primer aspecto: Si Dios es el fundamento y
el origen de mi familia, entonces reconozco que dentro de ella tengo el poder de hacer
crecer y de multiplicar lo que Dios ha forjado. ¿Cómo puede una familia hacer crecer si Dios
no es el origen? Si Dios no está, los proyectos humanos son vanos. “Si Dios no cosntruye la
casa en vano trabajan los albañiles” (Sal 126). Somos constructores de nuestra familia, pero
serían vanos los esfuerzos si Dios no está ahí. Es urgente que como familia vivamos en
estado de misión, es decir, de construir en Dios. Una familia vacía del proyecto divino es una
familia fracasada. El proyecto familiar no crece. Es una tarea de todos. Si un miembro de la
familia no camina es esta misma misión, retrasa el proceso de crecimiento y de fecundidad
de la familia. Vemos como muchos de nuestros hogares no avanzan porque uno de sus
miembros impide el proceso o lo retrasa o lo lleva en contra vía. Se necesita sembrar a Dios
desde los inicios, no sólo en las necesidades.
3. ¿Qué necesitamos hacer crecer en la familia? Este tercer apunte lleva a un compromiso.
Debemos pensar qué es lo que en mi familia no crece ni se multiplica. A veces creemos en
que todo es un problema externo. Que es la economía del país, o la descomposición externa
de la sociedad, o incluso brujerías o hechizos los que no nos dejan avanzar. Pero la verdad
es que el problema es interior. SI no educamos, formamos y hacemos crecer lo que
enseñamos, entonces la familia se acaba como una planta sin raíz. ¿Cuáles son los valores
que necesito sembrar en mis hijos y también en mi conyugue o en los demás miembros de
mi familia? ¿Qué debes cuidar, y que ya tiene tu familia, para que crezca? ¿Qué debes
multiplicar porque es poco lo que hacer por los tuyos?
4. La familia cristiana tiene a Cristo como fundamento. Finalmente quiero que pensemos en el
hecho de que somos familias cristianas católicas. ¿Está la vida de fe católica manifiesta en
mi casa? No se trata solo de que en mi casa haya una biblia abierta en la sala o una imagen
religiosa en una mesa o en una pared. Se trata de que la familia cristiana esté fundamentada
en Cristo, para que Él como roca sostenga mi casa (Mt 7,24-27). La alegoría de la casa sobre
la roca nos dice que ella se sostiene de toda tormenta y desborde porque la roca la sostiene.
Una familia cristiana ora, juntos todos. Una familia cristiana asiste a la Eucaristía, todos
juntos. Una familia cristiana escucha la palabra y la pone en práctica. Una familia cristiana
es honesta, trabajadora, decente, ejemplar en la sociedad. Un hijo cristiano es corregido,
apoyado, educado. Un esposo y esposa cristianos se respetan, se aman, se ayudan en lo
espiritual y en lo material. Una familia cristiana respeta a sus ancianos, cuida a sus niños,
anima a sus jóvenes. Una familia cristiana cumple sus deberes ciudadanos y las normas y
sobre todo se diferencia de cualquier grupo de personas que viviendo juntas, ni si quiera se
reconocen.

Esta es la misión de la familia cristiana. Un estado de misión permanente porque la familia no es de


momentos, sino de cada día.

También podría gustarte