El Discipulo Juan Carlos Ortiz
El Discipulo Juan Carlos Ortiz
El Discipulo Juan Carlos Ortiz
El discípulo
Juan Carlos Ortiz
Publicado por
Editorial Peniel
Boedo 25
Todas las citas de las Sagradas Escrituras fueron extraídas de la Nueva Versión
Internacional (NVI).
Impreso en Colombia
Piinted in Colombia
Contenido
Prefacio 7
3» Siervos de Dios 31
4* La Vida en el reino 39
Prefacio
PRIMERA PARTE
El vino nuevo
según
Evangélicos”
El “Evangelio
los
(Lucas 6:46)
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El discípulo
El "Evangelio según los Evangélicos”
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El discípulo
tierra, el mar y todo lo que en ellos hay: que por boca de David
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El discípulo
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del
El Evangelio
reino
(Mateo 11:28-29)
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El discípulo
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El discípulo
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El discípulo
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El discípulo
-Bueno, para comer otra vez, trabajar otra vez, comer otra
vez. ..
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Siervos de
(Lucas 17 : 7 - 10 )
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El discípulo
Siervos de Dios
(Romanos 14:7-9)
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El discípulo
Siervos de Dios
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El discípulo
Siervos de Dios
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El discípulo —
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La Vida en
el reino
(Mateo 16:24-25)
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El discípulo
La Vida en el reino
-Sí.
-¿Cuántos?
-¿Dónde vive?
-Pues, en mi casa.
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El discípulo
La Vida en el reino
Es así como ahora todas las casas están abiertas para ser-
vir al Señor hospedando y usándolas para ganar a los vecinos
para Cristo, agradecidos a Dios, porque nos permite vivir en
su casa. Este es un enfoque totalmente distinto, es la prácti-
ca de la mayordomía. Una vez que el creyente sabe que es
siervo de Dios y que es ciudadano de su reino, entonces tiene
sentido.
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El discípulo
La Vida en el reino
¿Cuáles son las cosas que vomitamos? Las que tragamos, pero
no digerimos. Lo que se digiere no se vomita. Los vomitados
por Jesús son los que se niegan a ser digeridos por el Señor, los
que no quieren “perderse” en Jesucristo. En la digestión, lo
que se come se desintegra, y esa comida pasa a ser parte de
usted mismo. Así es espiritualmente, su vida se funde con la
de Jesucristo, usted queda “escondido con Cristo en Dios .
Argentina es famosa por sus sabrosísimos bistecs o churrascos.
Supongamos que el delicioso bistec o churrasco llega a mi
estómago, y los jugos gástricos se alistan para digerirlo. Ellos
le dicen al churrasco:
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El discípulo
La Vida en el reino
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del
El Oxígeno
remo
“Este mandamiento nuevo les doy:
que se amen los unos a los otros.
Así como yo los he amado, también
ustedes deben amarse los unos a los
otros. De este modo todos sabrán
que son mis discípulos, si se aman
los un os a los otros”
(Juan 13 : 34 - 35 )
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El discípulo
SI
El discípulo
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El discípulo
del reino
El Oxígeno
tuviera manzanas y relojes Omega, es decir, frutos y dones.
Pero si esto no es posible, por lo menos el fruto debería ser
bueno. Cualquiera puede disculparse si no tiene dones, pero
no tiene disculpa si no posee frutos. Si le dijéramos al manza-
no: “¿Por qué no tienes anillos?”, el manzano podría respon-
der: “Lo siento, pero nadie ha colgado un regalo en mis
ramas”. Pero no puede disculparse si no tiene manzanas, por-
que el fruto es el producto de un árbol normal. De igual mane-
ra, no podemos excusarnos por nuestra falta de amor. Si esta-
mos llenos del Espíritu, el amor sería algo natural en nosotros,
aunque el Espíritu no nos dotara con un don extraordinario.
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Primer grado de
Amor: Amar
al Prójimo
(Levítico 19:18)
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a verlos, les llevó café y sándwiches, y les dijo: “Aquí les trai-
go algo para comer, porque como se acaban de mudar, estoy
segura de que aún no tienen las cosas a mano para cocinar. No
se preocupen por lavar los platillos, después voy a volver a
buscar todo. De paso, señora, si le hace falta algo de la despen-
sa en tal y tal calle hay una que tiene buenos precios”. No puso
ningún folleto debajo del plato de los sándwiches, sino que se
limitó a llevarles algo para comer y brindarles ayuda. ¡El folle-
to era ella misma! Luego de un rato volvió a retirar sus cosas
y dijo: “Si necesitan algo, vivo allí en frente. Con todo gusto
los ayudaré”. Esta señora nunca predicó acerca de Cristo, pero
un mes después toda la familia que se había mudado en fren-
te de su casa se bautizó debido a la luz que ella había irradia-
do. Jesús no dijo: “Dejen que sus bocas hablen delante de los
hombres de modo que puedan escuchar sus hermosas palabras
y glorificar a vuestro Padre”. El Señor dijo: “Hagan brillar su
luz -¡vuestro amor!- para que ellos puedan ver las buenas obras
de ustedes y alaben al Padre...”. Hemos sido “creados en Cristo
Jesús para buenas obras” (Efesios 2:10).
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Segundo grado de
Amor: El
Amor entre
Creyentes
(Juan 13:34)
V amos a considerar el segundo grado de amor. El viejo
mandamiento sobre el amor era limitado. Se reducía a
lo mínimo: el amor a sí mismo. Había que amar al pró-
jimo como a sí mismo. Debíamos amar al prójimo mientras no
implicara un riesgo para sí mismo. Lo cierto es que si alguien
en la congregación me amara como a un prójimo, ya sería
mucho más de lo que me ama ahora. Sin embargo, deberíamos
amarnos más que al prójimo por cuanto no somos prójimo,
¡somos hermanos!, somos de la misma familia.
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El discípulo
-La verdad es que hoy estoy muy ocupado. Por favor, díga-
me qué le ocurre, por qué vino a verme.
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El discípulo
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Amor como el
Puré de papas
(Juan 17:26)
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El discípulo
El Idioma del
reino de
Dios
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El discípulo
-¡Aleluya!
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El discípulo
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El discípulo
Te vengo a decir
Oh mi Salvador,
Con el corazón.
Te vengo a decir
Toda la verdad.
Con el corazón.
Yo quiero cantar
De gozo y de paz,
Yo quiero llorar
De felicidad.
Te vengo a decir
Toda la verdad.
Te quiero, Señor,
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El discípulo
con
1 Romance
Dios
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El discípulo
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El discípulo
(Salmo 8:3-4)
(Salmo 98:7- 9)
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prójimo. Su presencia está en nosotros y con nosotros siem-
pre. No es necesario que le hablemos de una manera especial,
distinta. Hablamos con Él en forma normal, como hablamos
con otros. No le gritemos, ni le lloremos, ni temblemos.
Seamos normales, alabémoslo. Es más, hasta los bancos en
nuestra congregación ahora los hemos dispuesto de una
manera no convencional. Cuando estábamos alineados uno
detrás del otro, lo único que veíamos era la nuca del que esta-
ba sentado delante de nosotros, teníamos poco para alabar.
Ahora queremos ver caras en lugar de nucas, por lo tanto al
poner los bancos en una especie de semicírculo, parece que
disfrutamos de una comunión mayor. Al ver que otros alaban
al Señor decimos: “Dios, gracias por mi hermano” y, mirando
alrededor, alabamos a Dios por cada uno de ellos.
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El discípulo
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El discípulo
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La perpetua
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¿Niños por
siempre?
(Hebreos 5:11-6:3)
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El discípulo — —
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El discípulo
¿Niños por siempre?
Así le hablé ese primer día. Ahora hace 46 años que esta-
mos casados y tenemos cuatro hijos y seis nietos. ¿Cree usted
que todavía, cuando hablo con mi amada Martha le digo:
“Hermana Martha, yo quisiera saber si usted ha notado que yo
siento algo diferente por usted de lo que siento por las otras
hermanas jóvenes”? No, nuestro diálogo es mucho más pro-
fundo de lo que fue en su faz inicial. Ahora con mirarnos, ya
sabemos lo que el otro piensa. Lamentablemente, en la iglesia
no ocurre lo mismo. Se pronuncian las mismas oraciones
siempre y siguen cantándose los mismos himnos de hace años,
la misma metodología, los mismos sistemas de Escuela
Dominical, reunión de jóvenes, coro, reunión de damas, etcé-
tera. Es la misma calesita. Es un sistema estático, no hay cre-
cimiento espiritual, la gente no se parece cada día más a Jesús,
no se crece en estatura, en formación de líderes. Hay gente que
asiste hace 30 años y nunca ha guiado a un amigo a Cristo,
porque no saben hacerlo y mucho menos discipularlo. Son
eternos consumidores y no productores. El crecimiento solo
numérico no es suficiente. Los cementerios también crecen en
números, tienen cada vez más de lo mismo.
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¿De quién es la culpa? Vez tras vez, se les reitera a los cre-
yentes que tienen que crecer, pero ¿cómo pueden hacerlo si
solo se los alimenta con leche o con “las verdades elementales
de la palabra de Dios”? La leche es buena por un tiempo, pero
el bebé necesita pasar a la comida sólida. Sin embargo, tampo-
co se puede culpar enteramente a los pastores porque hacemos
lo que nos han enseñado en los seminarios. Entonces, ¿quién
tiene la culpa? Creo que somos todos víctimas de una estruc-
tura de iglesia y enseñanza que mantiene a todos en el nivel de
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¿Niños por siempre?
no
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¿Niños por siempre?
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¿Qué es la
comida
sólida?
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• “Sabiduría oculta”
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En Hebreos 5:11 hasta 6:2 se nos afirma que hay algo mis-
terioso y no revelado sobre Melquisedec. Pablo dijo algo sobre
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de los
El crecimiento
espiritual
creyentes
(Efesios 4 : 11 - 13 )
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Toda vez que viajaba fuera del país, recibía cartas de mis
ancianos-discípulos en Buenos Aires donde me decían:
“¡Cuánto lloramos cuando te vas! Pero después de tu partida,
comprendemos que nos hace mucha falta estar solos". Unos
pocos años antes, ni siquiera podían decir “amén” por sí solos,
pero ahora eran los pastores de la congregación. Yo podía via-
jar seis, siete, ocho meses por año porque ellos estaban al fren-
te ocupando mi lugar, y eso les hacía crecer. Si yo me hubiera
quedado siempre, hubiera sido un tapón en el cuello de la
botella, no habrían crecido. Ahora casi todos ellos son pasto-
res y misioneros. Hasta el mismo Jesús dejó su congregación
cuando se fue a la gloria. Sus discípulos no querían que se
vaya, pero Él les dijo que era necesario.
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El discípulo
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¿Miembros
(1 Pedro 2:5)
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El discípulo
¿Miembros o Discípulos?
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El discípulo
¿Miembros o Discípulos?
-Seis.
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El discípulo
¿Miembros o Discípulos?
-¿Por qué?
-Porque este pie se paro encima del otro, y este me dijo que
lo cortara.
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El discípulo
¿Miembros o Discípulos?
Si los miembros no están bien “sostenidos y ajustados”, si son
miembros independientes y sueltos, no son un cuerpo; si son
ladrillos sueltos, no son un edificio. Si no se logra esta armo-
nía y unión, no somos más que una gran variedad de extremi-
dades desparramadas por doquier como los huesos secos de
Ezequiel.
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El discípulo
¿Miembros o Discípulos?
Al domingo siguiente:
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El discípulo
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Formación
discípulos
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Formación de discípulos
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Las
Santas
Tradiciones
(Hechos 11:17)
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El discípulo
-¡Imposible!
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Cambio
Tradiciones
(1 Pedro 5:1-2)
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Cambio de Tradiciones
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El discípulo
Cambio de Tradiciones
Alguien me contestó:
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El discípulo
Cambio de Tradiciones
-¿A cuál?
-Pues a la Iglesia.
-A la que ES.
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El discípulo —
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Después del
domingo por
la mañana jm&m i
(Mateo 28:19)
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El discípulo
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El discípulo
• Su familia
• Sus familiares
• Sus vecinos
• Sus amigos
• Sus enemigos
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El discípulo
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El discípulo
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El discípulo
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El discípulo
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Características
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El discípulo
Características de La Célula
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El discípulo
Características de La Célula
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El discípulo
Características de La Célula
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El discípulo — — —
Características de La Célula
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La Promesa
del Padre:
Un Corazón
Nuevo
“Ahora voy a enviarles lo que ha
prometido mi Padre; pero ustedes
quédense en la ciudad hasta que
sean revestidos del poder de lo alto”
(Lucas 24 : 49 )
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El discípulo
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(Jeremías 31:31-34)
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El discípulo
(Ezequiel 36.26-27)
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El discípulo
que nos guiará a toda verdad y nos hará andar en sus caminos.
Cuando usted alcance a comprender esto, sera la persona mas
dichosa del mundo y además vivirá una vida nueva, EL
Espíritu Santo no es parte de la voluntad de Dios, sino que es
toda su voluntad, como lo era el viejo pacto. Ahora ella no esta
escrita en papel, sino en nuestro corazón, en la conciencia.
Obedecer a la conciencia es muy importante. Esta nos hace
saber la voluntad de Dios. Bajo el viejo pacto, se nos manda-
ba- no robe, no fornique, no mienta, pero no se nos daba el
poder para hacerlo. En el día de Pentecostés, Pedro y los otros
discípulos recibieron el Espíritu de la Promesa del Padre, tal
como había prometido Jesús. Ahora tenían un corazón nuevo,
tierno, fácil de manejar por Dios, y el Espíritu les empezó a
dar las ganas de cumplir su voluntad. Por eso, comenzaron a
hacer cosas que ni eran requeridas en la ley, como tener los
bienes en común, compartirlos con los pobres, etcetera. Eso
no estaba escrito, nació de adentro.
(2 Corintios 3:3-6)
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El discípulo
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La Promesa
del Padre:
Un Nuevo
Poder
(1 Corintios 4:20)
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El discípulo
La Promesa del Padre: Un Nuevo Poder
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El discípulo
(Romanos 8:1-4)
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