Sexologia Medica
Sexologia Medica
Sexologia Medica
SEXOLOGÍA MÉDICA
Granada, 2019
Colección Manuales • Major
Ciencias de la Salud
© vv.aa.
© universidad de granada
Campus Universitario de Cartuja
Colegio Máximo, s.n., 18071, Granada
Telf.: 958 243930-246220
Web: editorial.ugr.es
ISBN: 978-84-338-6562-5
Depósito legal: Gr./1538-2019
Edita: Editorial Universidad de Granada
Campus Universitario de Cartuja. Granada
Fotocomposición: María José García Sanchis. Granada
Diseño de cubierta: Tarma, estudio gráfico. Granada
Imprime: Gráficas La Madraza. Albolote. Granada
18. Disfunciones sexuales en la mujer II: trastornos por dolor. Síndrome geni-
tourinario de la menopausia.—Luisa Gutiérrez García . . . . . . . . . . . . . . 165
19. Disfunciones sexuales en el varón I: disfunción eréctil.—Carmen Luque
López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 177
20. Disfunciones sexuales en el varón II: eyaculación precoz.—Ana Rosa Jurado
López . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 191
21. Otras disfunciones sexuales: parafilias.—Francisco L. Pérez Caballero . . . 201
22. Sexualidad en las patologías crónicas médico-quirúrgicas.—Froilán Sánchez
Sánchez . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 211
23. Fármacos y sexualidad. Drogas y sexualidad.—Milagros González Béjar . . . 221
24. Fundamentos de terapia sexual y de pareja.—Carlos San Martín Blanco . . . 231
25. Violencia de género—Carlos San Martín Blanco . . . . . . . . . . . . . . . . . . 241
Listado de autoras y autores
Contenidos: Objetivos:
1. Introducción. 1. Conocer la definición de sexología
2. Sexología médica. médica y su importancia en la sa-
3. Objetivos de la sexología médica. lud de las personas.
4. Definiciones. 2. Conocer los objetivos de la sexolo-
A. Sexualidad. gía médica.
a) Dimensiones de la sexualidad. 3. Definir conceptos de interés como
B. Salud sexual. sexualidad y salud sexual.
5. Bibliografía recomendada. 4. Comprender los aspectos que abarca
la formación de profesionales sanita-
rios/as en materia de salud sexual.
Introducción
La función sexual es una más de las funciones orgánicas del ser humano y con im-
portantes repercusiones en su salud bio-psico-social.
La sexualidad hasta hace relativamente poco tiempo ha sido considerada como un
tema tabú en la mayoría de las sociedades desarrolladas y, aunque en nuestro medio se
están rompiendo barreras, en determinados ambientes sigue siendo un tema que evitar
u ocultar, que genera o favorece la generación de conflictos personales, de relaciones
y sociales. Por esta razón debería desarrollarse desde la infancia una educación sexual
integral y transversal. También debe incluirse su estudio amplio, como es la pretensión
de este manual, en el currículum de los grados de las titulaciones sanitarias del territorio
español.
Hoy se sabe de la influencia, positiva o negativa, de la sexualidad en las relaciones
interpersonales, con un papel muy destacado en la salud de las personas, y se conside-
ran los aspectos biológicos, sociológicos y psicológicos de la sexualidad humana y su
traducción clínica en procesos patológicos diversos relacionados con la vivencia de la
sexualidad.
Todas las personas deben poder disfrutar de la sexualidad de una manera segura
y autónoma, sin miedos ni vergüenzas y de acuerdo con su forma de sentir o pensar.
14 francisco valle / ana rosa jurado
Sexología médica
Partiendo de la base de que la sexología es una ciencia transdisciplinar que incorpora
el conocimiento de áreas como la antropología, la sociología, la educación, la psicolo-
gía y la medicina, podemos definir la sexología médica como «La especialidad médica
encargada del estudio, la prevención y la intervención terapéutica en sexología y salud
sexual desde una perspectiva integral e integradora.»
Definiciones
A muchas personas, incluido el personal sanitario, les cuesta definir conceptos
claros, y muchas veces se hacen de forma reduccionista, confusa y contradictoria apre-
ciaciones sobre el sexo y la sexualidad.
introducción a la sexología médica 15
Sexualidad
Se trata de un concepto complejo y controvertido.
La sexualidad es un modo de existir: de situarse en la existencia y de vivirla con el
otro, en palabras de Efigenio Amezúa.
Definición de sexualidad de José Antonio Marina: «Universo simbólico construido
sobre una realidad, el sexo. Mezcla de estructuras fisiológicas, conductas, experiencias,
sentimentalizaciones, interpretaciones, formas sociales y juegos de poder». Según una
metáfora lingüística, el sexo sería el significante y la sexualidad el conjunto de signifi-
cados (afectivos, prácticos, ideológicos, etc.) que les atribuimos. Según este autor hay
distintos niveles:
—Fisiología: Estructuras fisiológicas del sexo.
—Cultura: Estructuras culturales.
—Biografía: Experiencia personal.
La sexualidad supone una modulación del instinto sexual en los seres humanos, en
los que tiene una función, tanto en lo social como en lo personal, mucho más allá de
la puramente reproductiva.
Las personas estamos diferenciadas sexualmente y, desde esa realidad biológica,
tenemos una determinada orientación sexual y múltiples maneras de interrelacionarnos
y estimular la atracción interpersonal, incluyendo el erotismo y el amor. Es un proceso
continuado, a lo largo de toda la vida.
Relacional y social
Las personas son sexuadas, hombres y mujeres que se acercan al mundo desde
cuerpos diferenciados que se atraen, que son capaces de sentir placer, de reproducirse y
de generar culturas de relación diversas.
La sexualidad es un proceso continuado a lo largo de la vida, influido por multitud
de factores. Basada en el sexo, incluye el género, las identidades de sexo y género, la
orientación sexual, el erotismo, la vinculación afectiva, el amor y la reproducción.
Se expresa y se vivencia en forma de afectos, deseos, creencias, actitudes, valores, activi-
dades, prácticas, roles y relaciones. Es una vivencia íntima de lo que sentimos ser, de lo que
nos atrae y, también, todo un repertorio de gestos de relación y convivencia con el resto.
La sexualidad aparece ligada a la buena vida —la alegría de vivir, a la creatividad, al
arte, a la belleza, al amor, al erotismo, a la procreación— y también a los aspectos más
oscuros, a la violencia, al abuso de poder, a la represión, a la desigualdad, a la enferme-
dad, al sufrimiento, a la censura y a la pérdida de libertad.
En las relaciones sexuales ponemos en juego todo lo que somos, nos evaluamos y so-
mos y nos sentimos evaluados. Muchas personas sienten que «son lo que son en la cama».
Aunque la sociedad moderna «tolera», la construcción de la moral social cultural,
influenciada en este entorno por las doctrinas judeocristianas, influye sobre las personas
que se muestran fuera de la campana de Gauss —norma— favoreciendo que puedan
sufrir desadaptación, depresión o ansiedad, en su proceso de aceptación sexual.
Pero la sociedad no aporta solo los aspectos éticos y morales; los determinantes de
género sociales imponen ideales de masculinidad y feminidad que una vez interiorizados
influyen en la construcción de subjetividades y en los modelos relacionales.
Salud sexual
Hasta el último tercio del siglo xx la salud y la sexualidad seguían caminos sepa-
rados. Los conceptos relacionados con la sexualidad se han visto oscurecidos por con-
notaciones ajenas al hecho puramente sexual, pero las cuestiones emparentadas con la
noción de salud se han tratado de una forma más abierta.
Hoy en día se asume que la salud es un concepto dinámico que integra aspectos que
tienen que ver con el bienestar físico, psíquico y sociocultural: enfoque biopsicosocial
de la salud. De este enfoque resulta la importancia de la sexualidad en la calidad de
vida del individuo.
Así, una vivencia positiva de la sexualidad contribuye a la salud y al desarrollo
personal y social, mientras que una vivencia negativa puede tener consecuencias para la
salud y generar problemas sociales.
Los/as profesionales de la salud deben estar atentos/as a las necesidades de la esfera
sexual, entendiendo que la no existencia de disfuncionalidad en la respuesta sexual no
exime de la existencia de dificultades en otros aspectos socio-relacionales.
introducción a la sexología médica 17
Puntos clave:
La sexología médica es la especialidad médica encargada del estudio, la pre-
vención y la intervención terapéutica en sexología y salud sexual desde una
perspectiva integral e integradora.
La sexología está cobrando importancia desde el reconocimiento de su influencia
en la salud y calidad de vida de las personas.
La realidad biológica de la sexuación determina el comportamiento, las relacio-
nes interpersonales y crea cultura en la humanidad.
La salud sexual de las personas no se define sólo por la ausencia de disfunciona-
lidad en la respuesta sexual.
La salud sexual requiere una vivencia positiva de la sexualidad y que se respeten
los derechos sexuales.
introducción a la sexología médica 19
Bibliografía recomendada
Marina, J.A., El rompecabezas de la sexualidad. Barcelona: Anagrama; 2002 ISBN: 978-
84-339-6791-6.
Mace, D.R., Bannerman, R.H.O., Burton, J. and World Health Organization. Las
enseñanzas de la sexualidad humana en las escuelas de formación de profesionales de la
salud. Ed: D.R. Mace, RHO Bannerman, J. Burton. Ginebra: Organización Mundial
de la Salud: Disponible: https://apps.who.int/iris/handle/10665/37539.
Estrategia para la salud reproductiva de la OMS. Ginebra 2004. Disponible: https://apps.
who.int/iris/bitstream/handle/10665/69040/WHO_RHR_04.8_spa.pdf?sequence=1
2. Fundamentos biológicos, sociológicos y psicológicos
de la sexualidad i: respuesta sexual femenina
Contenidos: Objetivos:
—Aspectos generales de la respuesta —Conocer la fisiología de la respuesta
sexual. sexual femenina.
—Fisiología de la respuesta sexual —Conocer la importancia de los aspectos
femenina. psicológicos y sociológicos en la sexua-
—Hormonas y sexualidad femenina. lidad humana.
—Aspectos psicológicos.
—Aspectos sociológicos.
—Puntos clave.
No existe un modelo de respuesta sexual único, por lo que desde finales del siglo
xix hasta la actualidad, el objetivo de la investigación ha sido intentar formular una
hipótesis donde se enumeren las fases, el orden y los mecanismos que interactúan,
estimulando o inhibiendo este ciclo, y que expliquen el mayor número de realidades
existentes del comportamiento sexual. Se han elaborado pues diversos modelos de res-
puesta sexual, siendo probablemente uno de los más conocidos el propuesto por Masters
y Johnson a mediados de los años 60 del siglo xx.
El modelo de Masters y Johnson establece cuatro fases en la respuesta sexual que
son: excitación, meseta, orgasmo y resolución. Algunas de las conclusiones más impor-
tantes a las que llegan con sus investigaciones son:
—Notable semejanza entre la respuesta sexual femenina y masculina.
—Importancia del clítoris en la excitación y orgasmo de las mujeres.
—Posibilidad de orgasmo múltiple en las mujeres.
—Identificación, en el hombre, del punto de inevitabilidad eyaculatoria que du-
rante la eyaculación se activa desde el interior y no puede detenerse.
—Descripción del periodo refractario tras la eyaculación, variable en tiempo según
el hombre, y durante el cual no es posible una estimulación eficaz.
—Reconocer la capacidad de disfrute sexual en los adultos mayores de edad.
Modelos de respuesta sexual según Master y Johnson. Modificada de: Master WH,
Johnson VE. Human Sexual Response. Boston: Little Brown 1996
fundamentos biológicos, sociológicos y psicológicos de la sexualidad 23
Este modelo fue corregido posteriormente por Helen Kaplan en 1979, eliminando
las fases de meseta y de resolución, añadiendo una nueva, anterior e independiente a la
de excitación: la fase del deseo.
Posteriormente, en el 2000, según la postulación de Basson para intentar explicar
el deseo sexual femenino en las parejas de larga duración, la respuesta sexual de la mujer
se presenta más compleja que la masculina, incorporando más elementos cognitivos y
suponiendo un modelo circular entre aspectos físicos, emocionales y cognitivos. Afir-
mando que más del 50% de las mujeres con una sexualidad satisfactoria nunca o rara vez
pensarían en sexo, establece un modelo cíclico biopsicosocial, más frecuente en mujeres
con parejas de larga duración.
Desde una postura neutral ante la actividad sexual, donde no existe un deseo sexual
previo, y en condiciones de adecuada intimidad, con los estímulos adecuados y suficien-
tes, se podría conseguir excitación y deseo sexual.
Si el resultado emocional y físico (puede existir o no orgasmo) es positivo, se incre-
menta la motivación, la satisfacción sexual, y la intimidad, lo cual cierra el ciclo.
Sin embargo, este modelo está siendo cuestionado en los últimos tiempos al dudar
que sea una apropiada representación de la función sexual femenina para la población
general. Incluso se han publicado investigaciones, mostrando que las mujeres que
tienden a identificarse con este modelo obtienen puntuaciones en el FSFI en rango de
disfuncionalidad. El significado clínico de esta afirmación no está determinado.
Muy clarificadora es la actualización realizada por el doctor Mas (2007), quien
considera la RS femenina como el paradigma de «respuesta integrada» fisiológica, y la
24 irene salazar bruque
define «como una secuencia cíclica de etapas o fases características: deseo; excitación, y
orgasmo (y la fase de resolución que le sigue), cuyos mecanismos interactúan, reforzán-
dose o inhibiéndose recíprocamente».
a) Deseo
Es difícil trazar una clara frontera fisiológica entre deseo y excitación, que Kaplan
diferenció en dos fases de la respuesta sexual. Podríamos decir que el deseo es el principal
inductor psicológico de la puesta en marcha de la excitación.
El deseo puede presentarse de manera «espontánea» o ser «reactivo» a estímulos
sensoriales, peticiones por parte de la pareja o inducida de modo reflejo por la propia
excitación fisiológica, en un contexto de afecto positivo.
Los cambios fisiológicos y psicológicos (excitación subjetiva) que se producen du-
rante la excitación sexual, pueden ser o no consecuencia del deseo, pero este aumenta
si existe un feedback positivo. A su vez, si esta excitación es procesada como positiva se
completa el ciclo de la respuesta sexual, y si existe orgasmo, este necesariamente no tiene
fundamentos biológicos, sociológicos y psicológicos de la sexualidad 25
que progresar a la fase de resolución sino que puede retornar a la de excitación con la
consiguiente posibilidad de volver a tener otros orgasmos.
Esto supone que una determinada fase no requiere necesariamente la precedente.
Esta complejidad posibilita la aparición de trastornos en cualquiera de las fases o de
manera selectiva en algunos de sus componentes, existiendo en ocasiones diferencias o
variaciones en el desarrollo de la respuesta sexual consideradas normales.
Además, es posible que la dificultad a la hora de diferenciar entre el deseo y la
excitación sexual se deba a que desde el punto de vista neurovascular y neuroquímico
resulta complicado distinguir deseo de excitación y excitación de meseta.
Probablemente, todo esto haya contribuido a que en la nueva clasificación de las
disfunciones sexuales en el DMS-V, los trastornos del deseo sexual y de la excitación
sexual femenina se hayan aunado en una categoría denominada Trastorno de la excita-
ción/Interés sexual en la mujer.
Los cambios acontecidos en este manual en el apartado de disfunciones sexuales
han suscitado una gran polémica en la comunidad científica, con reacciones y estudios
a favor y en contra de ello.
b) Excitación
Durante la excitación que, como se ha explicado, no tiene por qué ir precedida del
deseo, se producen una serie de cambios tanto físicos como químicos. Durante la fase
de excitación, a nivel genital, podemos ver:
—Lubricación: fenómeno de trasudación de plasma en las paredes vaginales. Está
mediado por un componente fundamentalmente vascular, influenciado por órdenes
neurológicas que producen vasodilatación con aumento del flujo sanguíneo y con
repleción vascular que afecta sobre todo al plexo venoso circunvaginal que rodea al
tercio inferior de la vagina y labios. Además, participan neurotransmisores y mediado-
res vasculares como el GMPc, el NO, el péptido intestinal vasoactivo (VIP), etc., que
relajan el músculo liso arterial, y todo ello liderado por la acción de los estrógenos,
que mantienen permeable y funcionante la pared vaginal. También se ha pensado
que pudiera ser un proceso de diálisis de membrana, ya que se ha constatado que
los niveles de potasio y urea en la lubricación vaginal son mayores que en el plasma.
Su utilidad es facilitar la penetración y los movimientos del pene y neutralizar el pH
vaginal (normalmente ácido) para permitir la supervivencia de espermatozoides.
—Intensificación del color de los labios menores, aparecen gotas aisladas, distribui-
das en forma irregular sobre los pliegues vaginales que a medida que el fenómeno
aumenta, forman una capa continua y brillante en el túnel vaginal, que lo lubrica.
—La vagina, que en su estado de reposo se halla colapsada, se expansiona y se
ahueca, agrandándose, determinada por una combinación de fenómenos neuro-
musculares y de vasocongestión.