Rosario Al Espíritu Santo
Rosario Al Espíritu Santo
Rosario Al Espíritu Santo
¿Cómo se rezarlo?:
1. Señal de la cruz…
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3. Credo
4. Padrenuestro
5. Gloria al Padre
6. Los Misterios del Espíritu Santo (El orden es: Don de Temor
de Dios; Don de Piedad; Don de Fortaleza; Don de Consejo; Don de
Entendimiento; Don de Sabiduría)
- Gloria al Padre…
(Se vuelve rezar la oración del Espíritu Santo con su siguiente don hasta
completar las secuencias de los siete dones).
8. Gloria al Padre…
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Cristo, ten piedad de nosotros... R/ Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros... R/ Señor, ten piedad de nosotros
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Espíritu Santo, no permitas que nos separemos de ti por la ilusión
material…
Cordero de Dios que borras los pecados del mundo: --- R/ Envíanos tu
Espíritu Santo.
Cordero de Dios que borras los pecados del mundo: --- R/ Envíanos tu
Espíritu Santo.
Cordero de Dios que borras los pecados del mundo: --- R/ Derrama en
nuestras almas los dones del Espíritu Santo.
Cordero de Dios que borras los pecados del mundo: --- R/ Infúndenos
el Espíritu de sabiduría y devoción.
Ven ¡Oh Espíritu Santo! llena con tus dones los corazones de tus fieles.
R/ Y enciende en ellos el fuego de tu amor.
OREMOS
Señor, que la fortaleza del Espíritu Santo venga en nuestra ayuda para
que se digne lavar las manchas de nuestros corazones y protegernos
contra nuestros enemigos. Por Cristo Nuestro Señor. Amen.
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NOVENA AL ESPIRITU SANTO (COMPLETA)
San Alfonso María de Ligorio
INTRODUCCIÓN
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PRIMERA MEDITACION (1er. día)
EL AMOR ES FUEGO QUE INFLAMA
San Gregorio dice que los altares de Dios son nuestros corazones
donde Él quiere que siempre arda el fuego de su amor divino. Y por esto
el Eterno Padre, no contento con habernos dado a Jesucristo, su Hijo, a
fin de salvarnos por su muerte, quiere darnos ahora al Espíritu Santo,
para que habite en nuestros corazones y tengamos continuamente
acceso a su amor.
Un corazón que ama a Dios, cuanto más hace por el amado, más
desea hacerlo para darle gusto y ganarse más su amor.
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ORACION
Dios mío, hasta ahora nada he hecho por Ti, y Tú has hecho tanto
por mí. ¡Mi tibieza mucho te incita a vomitarme!
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SEGUNDA MEDITACIÓN (2° día)
EL AMOR ES UNA LUZ QUE ILUMINA
Por eso los santos pedían siempre a Dios luz: "Envíame tu luz"
(Saļ. 43, 3), "ilumina mis tinieblas" (Sal. 18, 29) "abre mis ojos" (Sal.
119, 18). Sí, porque sin luz no podemos evitar los precipicios, ni
podemos encontrar a Dios.
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ORACION
¡Santo y divino Espíritu! Creo que eres verdadero Dios, pero un solo
Dios con el Padre y con el Hijo.
Te adoro y reconozco como dador de todas las luces con las que me
has hecho conocer el mal que he cometido al ofenderte y la obligación que
tengo de amarte. Te lo agradezco y me arrepiento de haberte ofendido:
merecería que me abandonaras en mis tinieblas pero veo que aún no me
has abandonado.
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TERCERA MEDITACIÓN (3° día)
EL AMOR ES AGUA QUE SACIA
El amor es agua que sacia: el que ama a Dios con todo el corazón
ya nada más quiere porque en Dios encuentra todo bien, y así, contento
con Dios, ya repitiendo feliz: "¡Mi Dios y mi todo!"
Por eso, Dios, que nos ama y quiere que seamos felices, grita a
todos y nos hace saber: "...el que tenga sed, venga a mí" (Jn.7,37).
"Quien quiera ser feliz que venga a mí y yo le daré el Espíritu Santo que
lo hará feliz en esta vida y en la otra". “El que cree en mí," como dice la
Escritura: "De su seno brotarán manantiales de agua viva” (Jn.7, 38).
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Decía Teodoreto: "Una es la oración, pero lo puede todo", el que
ora recibe todo lo que desea. Dios quiere darnos su gracia, pero quiere
que se la pidamos.
ORACION
Señor, dame de esa agua" (Jn 4, 15). Jesús mío, te suplico con la
samaritana, dame el agua de tu amor, que me haga vivir sólo para ti,
amabilidad infinita.
Riega lo que está seco. Mi corazón es tierra seca que no produce sino
abrojos y espinas: inúndalo de tu gracia para que produzca algún fruto
para tu gloria, antes que la muerte me aparte de este mundo.
¡Oh fuente de agua viva! ¡Oh Sumo bien!, cuantas veces te he dejado por
el barro de este mundo que me ha privado de tu amor! ¡Porqué no morir
antes que ofenderte! ¡Pero en adelante no quiero buscar otra cosa sino a
Ti, Dios mío! Ayúdame y haz que sea fiel.
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CUARTA MEDITACIÓN (4° DÍA)
EL AMOR ES ROCÍO QUE FECUNDA
Así nos lo hace rezar la Santa Iglesia: Que la efusión del Espíritu
Santo purifique nuestros corazones y los fecunde con la íntima
aspersión de su rocío.
ORACION
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rogándote y dirigiéndote aquellas oraciones que más gratas sean a tu
Corazón.
Me había perdido por mis pecados, pero veo que Tú, con tantas
delicadezas que has tenido conmigo me quieres salvo y santo.
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QUINTA MEDITACIÓN (5° DÍA)
EL AMOR ES REPOSO QUE RECREA
Y esta es aquella paz que supera todo placer de los sentidos: “...la
paz de Dios, que supera todo lo que podemos pensar..." (Flp.4, 7).
De este modo el Señor sabe muy bien herir y sanar: "El hiere, pero
venda la herida", como dice Job (Jb. 5,18). El Espíritu Santo con su
dulce unción hace dulces y amables hasta las humillaciones y
tormentos".
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ORACION
Tú eres la misma bondad, ¿cómo puedo yo amar otra cosa sino a Ti?
¡Oh Dios! atrae hacia Ti todo mi amor, con la dulzura de tu santo amor.
Acéptame y socórreme.
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SEXTA MEDITÁCIÓN (6° DÍA)
EL AMOR ES LA VIRTUD QUE DA FUERZA
"El amor es fuerte como la muerte..." (Cant. 8,6). Así como no hay
cosa creada que pueda resistir a la muerte, para el corazón que ama no
hay dificultad que se resista ante el amor.
"Nada es tan duro que el fuego del amor no lo ablande" decía San
Agustín.
Esta es la señal más segura para saber si uno ama realmente a Dios: si
es fiel al amor tanto en la prosperidad como en la adversidad.
Decía San Francisco de Sales que Dios es tan amable cuando nos
consuela como cuando nos reprende, porque todo lo hace por amor.
Cuánto más nos reprende en esta vida, más nos ama. San Juan
Crisóstomo consideraba más feliz a San Pablo encadenado que a San
Pablo arrebatado al Tercer Cielo.
ORACION
Oh Dios de mi corazón, yo digo que te amo, pero ¿qué puedo hacer por tu
Amor?
No permitas que muera, amado mío Redentor, tan frío e ingrato como he
sido hasta ahora. Concédeme la fuerza de amar los sufrimientos después
de haber tantas veces merecido el infierno por mis pecados.
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Dios mío, todo bondad y todo amor, tu deseas habitar en mi corazón, del
cual tantas veces yo te he arrojado, ven, habítalo, poséelo y hazlo tuyo.
Te amo, mi Señor, y si te amo ya estás en mi, como me lo asegura San
Juan: el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios permanece
en él" (Jn. 1, 4-16). Y ya que estás en mi, acrecienta el fuego, estrecha las
cadenas para que no busque mi ame otra cosa sino a Ti, y así unido a Ti,
no quiera separarme de tu amor. Quiero ser tuyo, Jesús mío, todo tuyo.
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SEPTIMA MEDITÁCIÓN (7° DÍA)
EL AMOR HACE QUE DIOS HABITE EN NUESTRO CORAZON
Por eso el Esposo Celestial alaba el corazón que como una tórtola,
vive sola y se mantiene oculta en el mundo.
Todo entero Él se entregó, nada se reservó para Sí, nos dice San
Juan Crisóstomo. Él te ha dado Su sangre y Su vida, nada le queda
para darte.
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ORACION
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OCTAVA MEDITÁCIÓN (8° DÍA)
EL AMOR ES LAZO QUE UNE
“La caridad en una virtud que nos une con Dios” dice San
Agustín.
Los lazos del mundo son lazos de muerte, en cambio los de Dios
son lazos de vida y salvación: "Sus cadenas lazos serán para ti, vestidos
de salvación..." (Ecli. 6, 30-31); porque los lazos de Dios son los únicos
que por medio del amor nos unen con Dios que es nuestra verdadera y
única vida.
Pero nuestro amante Señor los atrajo hacia sí con lazos de amor
como prometió por el profeta Oseas: "Yo los atraía con lazos humanos,
con ataduras de a mor..." (Oseas 11, 4).
Estos lazos son los beneficios, las luces, las llamadas a Su amor,
la promesa del paraíso, y por encima de todo, el don que nos ha hecho
de Jesucristo en el sacrificio de la Cruz y en el Sacramento de la
Eucaristía, y por último, el habernos dado el Espíritu Santo.
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ORACION
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NOVENA MEDITÁCIÓN (9° DÍA)
EL AMOR ES EL TESORO DE TODOS LOS BIENES
Quien halla a Dios tiene cuanto desea: "Que el Señor sea tu único
deleite, y El colmará los deseos de tu corazón" (Salm. 37, 4).
Pero si los busca en las creaturas, por grandes que sean, nunca
quedará satisfecho.
¿Quiénes son los hombres más felices en esta tierra, sino los
Santos? ¿Por qué? Porque ellos sólo quieren y buscan a Dios.
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¡Feliz el que sabe conocer este tesoro del divino amor y busca
obtenerlo!
ORACION
Pero me consuelo con lo que dice Jeremías: _"El Señor es bueno con el
corazón que lo busca" (Lam. 3, 25).
Reconozco que eres un tesoro infinito; no quiero abusar de esta luz, todo
lo dejo y te elijo a Ti por mi único amor.
¡Espíritu Santo ven! Con tu Fuego Santo destruye todo lo que no sea para
Ti.
Haz que yo sea todo tuyo y todo lo venza con tal de agradarte.
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