Italia Fascista
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Reino de Italia
Regno d'Italia
1922-1943
Escudo
Bandera
Capital Roma
Superficie
Religión Catolicismo
Historia
PIB (nominal)
• PIB per cápita 3928 dólares (1922) 5246 dólares (1939
Por otra parte, las razones para considerar que el fascismo es anticapitalista, tiene
conexiones doctrinales con la izquierda política y es una
variante chovinista del socialismo de Estado son: su programa
económico colectivista (proteccionismo, nacionalización, etc.) y su discurso
político, más no como movimiento político (en donde eran antagónicos y
competidores).12 El fascismo y sus variantes apelaban al sentimiento popular y a
las masas como las protagonistas del régimen, especialmente por la virilidad
exaltada en el trabajo manual y obrero (obrerismo); a pesar de ello no reconocía la
libertad de asociación por motivos de clase (libertad sindical) sino la identificación
de los trabajadores como «súbditos» del Estado, «pueblo» y «patria», por ello su
símil con el populismo.
Historia[editar]
El nacimiento del fascismo[editar]
A finales del siglo XIX existían en Italia algunas organizaciones
denominadas fascio (traducible por haz, significando la fuerza de la unión), de la
que la más importante era el Fasci Siciliani (fascio siciliano, 1895-1896).13 No eran
muestra de una ideología uniforme, aunque predominaban los componentes
nacionalistas y revolucionarios. Surgiendo del movimiento obrero, dividido al
comienzo de la Primera Guerra Mundial entre el internacionalismo pacifista y el
nacionalismo irredentista, se crearon el 1 de octubre de 1914 los Fasci d'Azione
rivoluzionaria internazionalista en reivindicación de la entrada de Italia en el
conflicto en contra de los Imperios Centrales. Fusionado con el Fasci autonomi
d'azione rivoluzionaria se redenominó como Fasci d'azione rivoluzionaria, ya
dirigido por Benito Mussolini, y conocido como Fascio de Milán. El 24 de enero de
1915 se formó una organización nacional.
Por un periodo de dos años Italia fue invadida de norte a sur por la violencia de los
movimientos políticos revolucionarios socialistas que, ante el descontento popular
surgido de la "victoria mutilada", planteaban tomar el poder mediante una
revolución. No obstante, los socialistas italianos estaban enfrentados a
los comunistas locales, que seguían la inspiración bolchevique y pretendían tan
solo una "acumulación de fuerzas" sin pasar a la revuelta armada (la cual ya había
fracasado en otros países, como sucedió con el Levantamiento
Espartaquista en Alemania).
La popularidad del partido creció aún más cuando los sindicatos afines al Partido
Socialista Italiano proclamaron para el 1 de agosto de 1922 una huelga general en
toda Italia: los militantes fascistas por orden de Mussolini sustituyeron a los
huelguistas y lograron hacer fallar la protesta, en una demostración de fuerza que
impresionó a los líderes patronales de Italia y les hizo ver la conveniencia de
aliarse al fascismo para cerrar el paso a una revuelta izquierdista.
En agosto de ese mismo año los socialistas de Parma, con sede en el cuartel
de Oltretorrente, organizado por los socialistas Arditi del Popolo y dirigidos por
Guido Picelli y Antonio Cieri, lograron resistir a los ataques de las escuadras
fascistas, comandadas por Italo Balbo, que les agredieron con armas de fuego.
Los gobiernos liberales y conservadores rehusaban una alianza con los socialistas
pero también con el recién creado Partito Popolare, al cual tachaban
de clericalismo, mientras que los liberales y conservadores querían mantener
el laicismo que había caracterizados a los políticos italianos desde 1870. La
amenaza del fascismo quebró todos los cálculos políticos anteriores, pues los
sucesivos gobiernos de Bonomi y Facta rehusaban un enfrentamiento con
los camisas negras. Temiendo que los fascistas causaran una guerra civil, Luigi
Facta trató de realizar una manifestación patriótica el 4 de noviembre de 1922
para festejar el triunfo italiano en la Gran Guerra con ayuda del
ultranacionalista Gabriele D'Annunzio, por lo cual Mussolini decidió forzar una
toma del poder.
El día 25 de octubre, una gran masa de miles de camisas negras había llegado a
las afueras de Roma y su número aumentó pronto, por lo cual el primer
ministro Luigi Facta pidió declarar estado de sitio y detener a los fascistas con
tropas del Regio Esercito. El rey Víctor Manuel III rechazó firmar la orden para
evitar "una batalla entre italianos" a gran escala, y más bien decidió llamar al
poder a Mussolini para "neutralizarlo" más adelante. Pero Mussolini exigió a Facta
la jefatura del gobierno y el rey Víctor Manuel accedió a ello: el 29 de octubre
Mussolini recibió el cargo de primer ministro. Viajando desde Milán en tren,
Mussolini formó gobierno en Roma el día 30 de octubre.
Mediante la Ley Acerbo se dispuso que si un partido ganaba votos electorales por
encima del 25 % de sufragios, obtenía automáticamente dos tercios de los
escaños del parlamento, y solamente el restante tercio de escaños sería repartido
proporcionalmente entre los demás partidos. Este mecanismo permitiría que
el Partido Nacional Fascista, inclusive con pocos votos (bastaba superar el 25 %),
ganara una mayoría parlamentaria absoluta, poniendo como pretexto para ello
«evitar el desgobierno» causado por la «dispersión de escaños entre muchos
partidos pequeños».
La Ley Acerbo fue aprobada el 18 de noviembre de 1923 con los votos de los
fascistas, unidos con los liberales y una parte de los católicos que aún esperaban
contener a Mussolini.16 Los socialistas votaron en contra, pero la mutua
desconfianza y la falta de coordinación impidieron su unión con los católicos
populares que también desconfiaban del fascismo, pero se abstuvieron.
Se tomaron medidas para contrarrestar la situación tan pronto como fue posible:
se puso a la venta un tipo de pan con poca harina, se le agregó alcohol a
la gasolina, aumentaron la jornada laboral de 8 a 9 horas sin incrementar los
salarios, se instituyó un impuesto a los hombres solteros, se aumentaron todos los
tributos posibles, se prohibió la construcción de casas de lujo, aumentaron los
controles fiscales, se redujo el costo de los periódicos, se congelaron los costos de
los alquileres y se redujeron los precios de los billetes de tren y de los sellos. Las
quejas de la Confindustria por estas normas causaron que tales medidas rigieran
poco tiempo, hasta 1925.
Política exterior[editar]
La política exterior italiana de entreguerras estuvo marcada por la percepción del
país como gran potencia y por la insatisfacción por los resultados de los tratados
de paz firmados tras la Primera Guerra Mundial, que se consideraban injustos e
insuficientes para compensar los sacrificios realizados por la nación durante la
guerra.17 Las ganancias territoriales habían sido mínimas comparadas con las
aspiraciones italianas, tanto en África como en los Balcanes.18 El imperialismo
mussoliniano se basó en estos anhelos territoriales, insatisfechos en los tratados
de paz.19 La decepción italiana con estos llevó al revisionismo en política exterior
—el deseo de revisar los tratados de paz para introducir mejoras para el país que
lo exigía— y al respaldo a las expectativas de cambios de Alemania y Hungría.19
Los deseos de modificar los tratados de paz llevaron pronto al conflicto con
Francia, principal defensora de estos.20 La rivalidad entre los dos países se
extendía a la competencia por las colonias y al ámbito militar naval, en el que Italia
exigía ampliar su flota hasta igualar el tamaño de la francesa.21
Dos zonas de especial interés para el expansionismo italiano eran los Balcanes y
el Mediterráneo.22 El control de este mar, que rodea prácticamente el país, se
consideraba una necesidad estratégica.22 Esto llevó a buscar el dominio de
territorios costeros y de islas como las del Dodecaneso —prometidas a Italia
durante la guerra mundial— y al reforzamiento de la Armada.22 El interés en los
Balcanes complementaba el deseo de controlar el Mediterráneo, de proteger la
costa adriática y de evitar el surgimiento de una potencia eslava rival en la zona.23
La formación de la Pequeña Entente, alianza que Francia presentaba como
forjada para frustrar el expansionismo alemán en la zona y el revisionismo magiar,
disgustó a Mussolini, que la veía como un instrumento para bloquear la extensión
de la influencia italiana en la región.24 Percibida como una amenaza a su posición
como gran potencia regional, Mussolini decidió desbaratarla, minando en especial
el poderío yugoslavo.25 Como parte de estos planes y dada su estratégica
ubicación a la entrada del mar Adriático, Italia buscó el control
de Albania.25 Ahmed Zogu, aupado a la presidencia del país por los yugoslavos,
cambio pronto de bando y pactó con los italianos.25 El pacto de amistad y
seguridad firmado por las dos naciones el 27 de noviembre de 1927 facilitó el
aumento de la influencia italiana en Albania.26
Con esta acción, Mussolini contentó a sus seguidores más nacionalistas, además
de aumentar su popularidad entre las masas italianas al mostrar una política
exterior agresiva (aunque dirigida hacia un vecino notablemente débil) y conseguir
gracias a la Sociedad de Naciones, las reparaciones solicitadas. Los
belicosos arditi mussolinianos, en su mayoría veteranos de la Gran Guerra,
aprobaron ruidosamente la respuesta bélica contra Grecia.
El día 30 de mayo de ese mismo año el diputado socialista Giacomo Matteotti, que
no había renunciado a su escaño, cuestionó duramente los resultados de las
elecciones en la Cámara de Diputados, y en un discurso ante la misma asamblea
acusó al régimen fascista de ejecutar una masiva intimidación de votantes,
acusación a la cual los fascistas nunca pudieron replicar seriamente. El 10 de junio
de 1924, por orden de Giovanni Marinelli (cabecilla de la policía fascista), Matteotti
fue secuestrado.
Con la ley del 17 de abril de 1925 (n. 473) se fijan las nuevas normas sobre
higiene laboral para las empresas que tendrán la obligación de proveer servicio
sanitario en la empresa, no imponer a mujeres y menores de edad cargas
laborales excesivas, y señalar como tales y custodiar toda sustancia nociva. Los
"contratos nacionales de trabajo" asumen fuerza de ley y los «jefes» (llamado en
la ley «dadores de trabajo») pueden estipular contratos individuales distintos de
los colectivos de categoría solo si se prevén condiciones mejores para los
trabajadores Con estas medidas el régimen mussoliniano busca satisfacer
demandas de los trabajadores para mostrar la "inutilidad" de los ya
extintos sindicatos y debilitar a los socialistas y comunistas, pese a estar ya casi
en la clandestinidad. Sobre la observancia de tal ley se encarga de vigilar
el Ispettorato Corporativo.
Con el real decreto del 1 de mayo de 1925 (n. 582) nace la Opera Nazionale
Dopolavoro (OND), con el fin de «promover el sano empleo de las horas libres de
los trabajadores intelectuales y manuales con instituciones dirigidas a desarrollar
sus capacidades físicas, intelectuales y morales», de modo que el Estado pueda
también controlar el tiempo libre de los trabajadores.
La ley fascistísima del 26 de noviembre de 1925 (n. 2029) estipula que los cuerpos
colectivos que actúan en Italia (asociaciones, institutos, entes) están obligados,
tras requerimiento de la autoridad de seguridad pública, a declarar sus estatutos,
sus actos constitutivos, sus reglamentos internos y, sobre todo, las listas de socios
y dirigentes, bajo pena —en caso de omitir la declaración o hacerla de manera
dolosa— de la disolución del cuerpo mismo, encarcelamientos a determinar y
sanciones económicas por un mínimo de 2000 y un máximo de 30 000 liras. De
esa manera el gobierno se hizo con un mapa claro del tipo y número de
las asociaciones no gubernamentales presentes en el país, así como de sus
integrantes, lo cual facilitó el control estatal sobre sus actividades, además de
desalentar la formación de organizaciones encubiertas de opositores al régimen.
Con la ley del 4 de febrero de 1926 (n. 237) se eliminan del ordenamiento
municipal el consejo comunal y el alcalde, este último es sustituido por la figura
del podestà, que ejercita en simultáneo las funciones del alcalde, de la junta de
regidores y del consejo comunal y es nombrado con decreto real por el poder
ejecutivo; con esto se elimina la elección popular de los gobiernos municipales. El
3 de abril de 1926 es abolido el derecho a huelga y se establece que solo
los sindicatos reconocidos por el Estado pueden firmar contratos colectivos. En tal
contexto, el 8 de julio de 1926 queda constituido el "Ministerio de las
Corporaciones", cuya dirección queda en manos del mismo Mussolini.
Para reprimir a la oposición aún existente, el régimen de Mussolini dispuso
el confinamiento de opositores al régimen en pequeñas islas en el Mar
Mediterráneo o en las aldeas más remotas, principalmente en el sur de Italia. La
medida punitiva se adoptó sobre la base del Real Decreto 1848 expedido el 6 de
noviembre de 1926. Era aplicable a cualquier persona considerada como una
"amenaza para el orden estatal o el orden público". Después de un mes de la
entrada en vigor del decreto, los "confinamientos" llegaron a seiscientos (más de
novecientos serían al final de ese año). En total, las víctimas de la "residencia
forzada" fueron más de quince mil. Entre ellos figuran nombres ilustres de políticos
y artistas como los de Antonio Gramsci, Cesare Pavese, Altiero Spinelli, Ferruccio
Parri, y Giuseppe Di Vittorio. Se calcula que fueron ciento setenta y siete
opositores al régimen que murieron mientras estaban en confinamiento. Un caso
similar ocurrió con el escritor Carlo Levi, cuya novela Cristo se detuvo en
Éboli está basada en su experiencia real como "confinado" entre 1935 y 1936 en
un poblado remoto de la provincia de Matera, en la Basilicata.
Tras los acuerdos de ese mismo año entre la Santa Sede y el Gobierno italiano
respecto a la Acción Católica, el acercamiento y apoyo directo del Vaticano al
fascismo se acentuó. La Iglesia reforzó su posición ecuménica en
las organizaciones juveniles fascistas, la escuela y el ejército.41 Dicha sintonía se
plasmó el 9 de enero de 1932 con la concesión a Mussolini por parte de Pío XI de
la Orden de la Espuela de Oro (la segunda condecoración papal más importante);
la visita del Duce a la Santa Sede, donde este fue recibido siguiendo el protocolo
dado a los reyes, fue considerada como «una de las más importantes de los
últimos tiempos».42
La propaganda[editar]
Artículo principal: Propaganda de la Italia fascista
En 1930 el régimen auspició un nuevo deporte llamado volata que era una mezcla
de fútbol y rugby (y basado supuestamente en el calcio florentino) con fines de
propaganda para exhibir un "deporte realmente italiano". El nuevo juego no ganó
aceptación entre las masas y, tras dos años de indiferencia popular, Mussolini
abandonó su promoción, en tanto la afición italiana mantuvo su preferencia hacia
el fútbol. Ante ello, el régimen fascista pugnó exitosamente ante la FIFA para
organizar de modo ostentoso la Copa Mundial de Fútbol de 1934, la cual fue
ganada por el equipo italiano
La invasión de Abisinia[editar]
Artículo principal: Segunda guerra ítalo-etíope
Tras una serie casi ininterrumpida de derrotas etíopes durante meses, las tropas
del mariscal Pietro Badoglio entraron en la capital abisinia, Adís Abeba, el 5 de
mayo, mientras el emperador etíope Haile Selassie debió escapar al exilio
en Kenia, poniendo así fin a la guerra en Etiopía. El sábado 9 de mayo de 1936 las
dos columnas de avance italiano (septentrional y meridional) se unieron en la
localidad etíope de Dire Dawa, acabando de conquistar el reino de Abisinia. Esa
misma tarde Mussolini, desde el balcón del Palazzo Venezia en Roma anunció al
pueblo italiano la "fundación del Imperio" y dispuso que en las comunicaciones
oficiales se agregara esta fecha de fundación a las menciones de cada año, junto
con las menciones al inicio de la dictadura fascista. Así, el año 1936 quedó como
"año XIV de la era fascista y año I del Imperio". El rey Víctor Manuel fue
proclamado entonces "Emperador de Etiopía".
Italia y Centroeuropa[editar]
A pesar del deseo común de Alemania y de Italia de cambiar la Europa surgida de
los tratados de paz de Versalles, los deseos de expansión en el centro del
continente hicieron que las relaciones entre las dos naciones fueran tensas hasta
mediados de la década de 1930.50 El principal motivo de enfrentamiento
diplomático fue el control de Austria, pequeño país fronterizo con ambas y pieza
clave en el dominio de la región centroeuropea.50 Mussolini se opuso hasta pocos
años antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial a los deseos alemanes de
anexionarse la república alpina, que se redoblaron con la llegada de Hitler al poder
en 1933.50 Para Italia, ansiosa por extender su influencia por la zona, Austria
constituía una base para extender tal influencia.51 A comienzos de la década, el
medio porque Italia afectó la política austriaca fue la colaboración con
la Heimwehr, que participaba en el Gobierno del canciller Engelbert Dollfuss.51 Los
intentos de que Hitler aceptase esta situación fracasaron, y las relaciones
bilaterales se tensaron especialmente tras el frustrado golpe de julio, en el que el
canciller austriaco fue asesinado por nazis austriacos.52 Tras intentar en vano una
alianza con el Reino Unido y Francia para mantener la independencia austriaca, a
finales de 1936 Mussolini volvió a cambiar la política exterior italiana pactando con
Hitler.53 A cambio de la mejora de relaciones con este, Mussolini tuvo que permitir
la anexión de Austria en marzo de 1938.53 Esta anexión puso fin al bloque
proitaliano creado en marzo de 1934 por los Protocolos de Roma, que habían
sometido a Austria y Hungría a la influencia política y económica italiana,
debilitado la posición francesa en Centroeuropa y supuesto un freno a los planes
expansionistas alemanes.54
La intervención en España[editar]
Artículo principal: Presencia militar italiana en Mallorca
Al iniciarse el 18 de julio de 1936 la guerra civil en España, con la sublevación del
general Francisco Franco contra la Segunda República Española, Mussolini recibe
un pedido de ayuda de los rebeldes españoles, especialmente de los líderes
fascistas y carlistas que ya tenían contactos con Italia desde 1934, como Italo
Balbo. Mussolini acepta atender las demandas de los sublevados españoles y tras
el primer envío de aviones y material militar, se constituyó un contingente especial
de tropas italianas denominado Corpo Truppe Volontarie o CTV, basado
supuestamente en «voluntarios anticomunistas». El CTV es formado en realidad
por una mayoría de militares profesionales y camisas negras, a quienes se agrega
un cuerpo aéreo llamado Aviazione Legionaria, que llegaría a tener más de 40.000
hombres. Italia intervino en la contienda española con la intención de anexionarse
las Islas Baleares y el enclave norteafricano de Ceuta, y también con la idea de
crear un estado cliente en España.55 Italia buscaba la adquisición de las Islas
Baleares porque, debido a su posición estratégica, podría utilizar el archipiélago
como base desde la que interrumpir las líneas de comunicación entre Francia y
sus colonias del norte de África, así como la ruta británica de suministros entre
Gibraltar y Malta.5657
Las tropas del CTV participan en las campañas del bando sublevado a lo largo de
toda la contienda, desde 1936 hasta 1939, primero encuadradas como
«contingente autónomo» en apoyo a los sublevados. En marzo de 1937 las
fuerzas del CTV, actuando como cuerpo independiente, sufren una grave derrota
ante los republicanos en la Batalla de Guadalajara, lo cual significa una pérdida de
prestigio para el régimen fascista. Otra consecuencia amarga fue que el régimen
de Francisco Franco suprimió la autonomía de operaciones del CTV, colocándolo
en la práctica bajo mando del estado mayor de los sublevados. Pese a esto,
Mussolini insistió en mantener el CTV en España durante toda la contienda,
esperando siempre borrar el mal recuerdo de Guadalajara mediante nuevos
triunfos bélicos.
Así, en solo dos días ( 7 - 8 de abril de 1939) con la ayuda de 22.000 hombres y
140 tanques, las fuerzas armadas italianas ocuparon el Reino de Albania, y la
capital, Tirana fue conquistada en la mañana del 9 de abril. De inmediato se
instauró la Albania Italiana, como un efectivo protectorado italiano sobre el
pequeño país balcánico. La monarquía nativa del rey Zog I fue destronada y Víctor
Manuel III fue proclamado "rey de Albania".
El 21 de junio, cuatro días después que el gobierno francés pidiera a los alemanes
un armisticio, 325.000 soldados italianos invadieron los Alpes franceses. Nadie en
el Reino de Italia parece darse cuenta de que para esa fecha era ya inminente una
capitulación de Francia ante Alemania y la acción fue mal juzgada por la opinión
pública internacional al lanzarse una aparatosa campaña contra un enemigo ya
derrotado. El presidente estadounidense Franklin Delano Roosevelt llegó a definir
la acción de una "puñalada por la espalda", pero la campaña italiana resulta un
fracaso bélico, pese a lanzarse sobre unas fuerzas francesas desmoralizadas e
inferiores en número. Tras tres días de lucha las divisiones italianas avanzaron
solo 2 km, sufriendo 6.029 bajas (la mayoría por enfermedades y accidentes, más
que por combate real) contra 254 bajas del bando francés.
Del mismo modo, tropas del Regio Esercito al mando del general Rodolfo
Graziani invaden el Reino de Egipto el 9 de septiembre de 1940, con cuatro
divisiones de infantería, acompañadas de artillería y tanques. Las fuerzas
británicas fueron vencidas por completo en las zonas fronterizas pero formaron
posiciones defensivas adecuadas y el avance italiano se detuvo tras 70 kilómetros
de penentración, en la localidad de Sidi Barrani.
Mientras tanto, Malta no pudo ser tomada ni anulada como base aeronaval gracias
a la exitosa resistencia británica. Para colmo, la Regia Marina italiana sufrió un
duro golpe cuando el 11 de noviembre aviones de la RAF británica atacaron a la
flota italiana en Tarento y hundieron un acorazado, dañando gravemente a otros
dos buques de guerra, mientras los británicos perdían apenas dos aviones en la
lucha.
Derrotas italianas[editar]
Pese a la valentía de las tropas bajo mando italiano, los británicos logran avanzar
y el 5 de abril de 1941 toman Adís Abeba, dos días después terminan de ocupar
toda la costa de Eritrea. Las defensas italianas en las montañas empiezan a
flaquear ante la grave escasez de municiones y alimentos, por lo cual el 20 de
mayo capitula en Amba Alagi el propio duque Amadeo de Aosta con un numeroso
contingente de soldados italianos y nativos, al advertirse la inutilidad de la
defensa. Con ello desaparece el África Oriental Italiana, aunque algunos núcleos
de resistencia continuarían en el norte del Macizo etíope hasta la rendición final de
los italianos en Gondar el 27 de noviembre de 1941.
Al endurecerse la resistencia de las fuerzas griegas en Epiro, Hitler se vio
entonces obligado a enviar ayuda militar a los italianos en el Reino de Grecia, pero
la campaña balcánica de los italianos prosiguió hasta que la Wehrmacht germana
lanzó en abril de 1941 su campaña en los Balcanes, invadiendo exitosamente el
Reino de Yugoslavia y el Reino de Grecia en tres semanas, tras lo cual las tropas
italianas (de actuación muy marginal en esta fase de la lucha) ocuparon amplios
sectores de Dalmacia, Eslovenia y Montenegro. El OKW alemán dispone, no
obstante, que las fuerzas griegas capitulen solo ante la Wehrmacht en tanto
el Regio Esercito no había sido el real ejecutor del triunfo final del Eje.
En la guerra naval, la Batalla del Cabo Matapán del 27 de marzo de 1941 culminó
en otro rotundo triunfo británico que arrebató a la Regia Marina toda pretensión de
hegemonía en el Mediterráneo tras causarle serias bajas: Italia perdía dos
destructores, tres cruceros y 3.000 hombres, mientras las bajas británicas se
limitaban a tres tripulantes de un avión torpedero derribado.
Intervención alemana[editar]
Para impedir un derrumbe italiano en Libia, el dictador alemán Adolf Hitler envió un
considerable cuerpo de tanques al mando del general Erwin Rommel para
rechazar las ofensivas británicas y avanzar hasta el Canal de Suez, controlando
el Reino de Egipto. Nominalmente el contingente alemán, llamado Afrika Korps,
estaría subordinado al estado mayor del Regio Esercito, pero pronto la
superioridad técnica y logística de las tropas germanas causó que éstas operasen
de modo autónomo, en el mismo plano que los mandos italianos.
Pese a los desastres del primer año de guerra, en junio de 1941 Mussolini insistió
en enviar unidades del Regio Esercito para apoyar la ofensiva alemana en
la URSS. Este contingente, denominado ARMIR, llegó a sumar diez divisiones,
pero estuvo siempre muy mal equipado para la lucha invernal y abastecido con
armas de mediocre calidad, participando primero en las luchas de los alemanes en
el oeste de Ucrania y participando en la ocupación del puerto de Odesa. El mal
aprovisionado contingente italiano terminó dependiendo de la intendencia y
logística de la Wehrmacht, redundando en nuevo desprestigio para Mussolini.
En África del Norte las tropas ítalo-alemanas lograron avances desde abril de
1941 (triunfando en la Operación Sonnenblume)con el apoyo logístico y bélico
del Tercer Reich, especialmente por la pericia del general alemán Rommel al
frente del Afrika Korps y el apoyo aéreo de la Luftwaffe, con aviones de mejor
calidad que los usados por la Regia Aeronautica, llegando inclusive a sitiar el
puerto libio de Tobruk, tomado por los británicos tres meses antes, y alcanzar la
frontera libio-egipcia. En mayo y junio de 1941 los ítalo-alemanes rechazaron dos
contraofensivas británicas (la Operación Brevity y la Operación Battleaxe).
En diciembre de 1941 los británicos lograron romper el sitio de Tobruk tras una
gran demostración de fuerza, pero en enero de 1942 Rommel planificó una gran
contraofensiva que reocupó Bengasi y amenazó Tobruk. En junio de 1942 los
italoalemanes lograron su mayor triunfo en Gazala y retomaron Tobruk, pero ello
aumentó la influencia de los militares alemanes sobre el estado mayor italiano. No
obstante, tras el triunfo de Gazala los avances del Eje resultaron en graves
pérdidas de hombres y material que no podían ser compensadas prontamente, en
tanto los convoyes de apoyo de la Regia Marina eran fácilmente atacados por
la RAF desde sus bases en Malta, amenazando gravemente la logística del Afrika
Korps y causando mutuas acusaciones de incompetencia y mala voluntad entre
los jefes militares alemanes y sus colegas italianos.
Colapso[editar]
El derrocamiento de Mussolini generó alarma en Hitler, quien dispone que
la Wehrmacht se prepare para ocupar Italia ante la sospecha de hostilidad por
parte del régimen de Badoglio. Este no disuelve la alianza con el Tercer Reich y
mantiene las políticas del fascismo pero inicia contactos el Reino Unido y Estados
Unidos para que Italia obtenga una "paz por separado" con las potencias
occidentales y luego con ayuda aliada pueda repeler un ataque alemán. Mientras
tanto, el 16 de agosto se pierde la batalla de Sicilia, siendo la isla ocupada
totalmente por los aliados.
Italia se convierte durante los próximos veinte meses en campo de batalla entre
los alemanes, que penetran la península itálica desde el norte hasta Campania,
entran en Roma, y liberan a Mussolini de su prisión, en contra de los Aliados
occidentales que avanzan desde el sur y pronto toman las regiones más
meridionales de la península, expulsando a los alemanes hasta el Lacio.
Tras ello, la Italia fascista colapsa por completo y el país se divide en dos
fracciones: al norte se funda la República Social Italiana presidida por Mussolini
y donde aún se mantiene el régimen fascista, aunque en la práctica es tratada
como un país ocupado por tropas del Tercer Reich. En el sur el Reino de
Italia continúa existiendo bajo un gobierno de emergencia del Comité de
Liberación Nacional presidido por Ivanoe Bonomi que declara la guerra a
Alemania pero que continuará hasta el fin de la contienda bajo la ocupación militar
de británicos y estadounidenses.
Economía[editar]
Dirigismo y autarquía[editar]
Debido a que gran parte de los camisas negras procedían del proletariado urbano
o de la pequeña burguesía, Mussolini abrigaba una fuerte deconfianza hacia
el capitalismo y el empresariado, pero ello no significaba adhesión alguna a los
principios del marxismo sino por el contrario una mayor insistencia en el "dirigismo
estatal", tratando de controlar a los grandes capitalistas aunque sin enfrentarse
abiertamente a ellos. El fascismo aspiraba a obtener una adhesión popular en
todas las clases sociales de Italia, y eliminar así toda posibilidad de lucha clasista,
por lo cual se impulsó la militancia fascista entre casi todas las capas de la
población, admitiendo en los movimientos y organizaciones fascistas a individuos
de dispar origen social, desde jornaleros hasta aristócratas.
El chauvinismo mussoliniano determinaba entonces que el enemigo del
proletariado italiano debía ser necesariamente extranjero, siendo preciso
establecer leyes sociales para mejorar el nivel de vida de las clases bajas de Italia
y eliminar todo fermento posible de "revolución comunista".
Sin embargo, entre 1922 y 1926 se adoptó una línea económica liberal, conocida
como línea De Stefani por el nombre de su ministro de Finanzas. El
Estado rescató algunos sectores industriales y financieros (Ansaldo o el Banco de
Roma) y privatizó ciertos servicios como los de telefonía y seguros de vida (en lo
que se ha calificado como «privatización de las ganancias y socialización de las
pérdidas»), se aumentaron los impuestos indirectos y se contuvieron los salarios
obreros. El intervencionismo estatal fue una construcción jurídica de Alfredo
Rocco durante el mandato del nuevo ministro de Finanzas Giuseppe Volpi, con las
leyes laborales de los años 1926 y 1927, disposiciones que se resumen en
la Carta del Lavoro (aprobada por el Consejo Nacional Fascista el 21 de abril de
1927), que organiza las profesiones en corporaciones verticales de patronos y
obreros, sobre las cuales el Estado se reserva la última disposición.61
Moneda de cinco liras de 1925
En busca de mostrar una mayor fortaleza nacional, Mussolini inició en 1927 la
"Batalla de la lira", con el fin de conseguir una mayor apreciación de la moneda
italiana en el mercado internacional de divisas, fijando el cambio oficial. En parte
por razones de prestigio ante la caída de su moneda, en parte por combatir
la inflación de posguerra, el régimen fascista revaluó la lira italiana hasta la
llamada "cuota noventa" (paridad 1 libra esterlina: 90 liras, frente al valor anterior
de 1 libra: 150 liras) y procedió paralelamente a elevar los tipos de interés, a
reducir la circulación monetaria y los costes salariales (los salarios fueron
reducidos en un 20% en 1927), medida ésta compensada por la reducción de la
jornada laboral y por la concesión de distintas formas de beneficios sociales para
la clase obrera como el pago de subsidios a familias numerosas, vacaciones
pagadas, paga extraordinaria de Navidad y mejoras en los seguros de enfermedad
y accidentes (además del Dopolavoro, fuente de entretenimiento para las masas
pero también de control estatal sobre el tiempo libre del proletariado).
Sociedad[editar]
En 1927 Mussolini lanzó la "Batalla de los nacimientos" con el fin que Italia
aumentase su población de 40 millones de habitantes, para alcanzar la cifra de
"60 millones de italianos" en 1950, considerando que para el expansionismo del
régimen sería preciso un crecimiento poblacional para contar con "más colonos y
soldados" al estilo de la Antigua Roma. Dicha campaña de estímulo de la
natalidad se vio fuertemente apoyada por la Iglesia católica.64 Para lograr este
objetivo, se elaboraron subsidios indirectos: leyes concediendo préstamos de
dinero a matrimonios jóvenes (pagaderos en parte con la llegada de un nuevo
hijo), y liberando de tributos a los matrimonios con más de seis hijos. Del mismo
modo hubo medidas para incentivar el crecimiento poblacional: se dificultó
la migración al extranjero, la administración pública otorgó ascensos y contratos
solo a los hombres casados y con hijos, se prohibió la contracepción, se aumentó
el impuesto sobre la renta y se impuso el pago de una tasa a los hombres solteros,
y se castigó el aborto como un «delito contra la integridad y la salud de la estirpe»
bajo pena de cárcel de hasta doce años. A pesar de tales políticas, la lenta
progresión de la curva demográfica motivó que, a mediados de los años treinta, el
objetivo inicial fuera rebajado a 50 millones.65
La dictadura promulgó en 1929 una legislación penal específica con el fin de evitar
el «contagio moral» de los jóvenes. Desde comienzos de los años 30, los
funcionarios de la Opera Nazionale Maternità e Infanzia (ONMI) y los dirigentes de
la ONB podían denunciar a los menores que, según su criterio, mostraran señales
de desafección al régimen, corrupción y reincidencia. Los centros de
observación de la OMNI señalaban la desviación social y los defectos tanto físicos
como psíquicos de los menores, instituyéndose en 1934 los tribunales de menores
y las casas de reeducación —estas últimas con un régimen basado en la religión
católica, la escuela, el trabajo, el deporte y las recompensas (por este orden)—. A
finales de la década funcionaban ya 140 establecimientos penales de este tipo que
contribuían a la fascistización de los elementos juveniles considerados
desviados.67
El racismo[editar]
Artículo principal: Racismo
En septiembre de 1938, con miras a un acercamiento ideológico con la Alemania
nazi, Mussolini impuso leyes racistas en Italia, destinadas a recortar derechos
civiles a la población de origen judío de modo similar a las Leyes de
Núremberg emitidas en Alemania. A pesar de no haberse
manifestado antisemitismo por parte del gobierno fascista en los años anteriores,
desde noviembre de 1938 los judíos en Italia (que sumaban menos del 0,5 % de la
población total), fueron blanco de discriminación oficial y expulsados de
la administración pública, del Partido Fascista, y del ejercicio de diversas
profesiones (especialmente en banca y finanzas), impidiéndose su libre acceso a
la educación superior. También ese año se prohibía la publicación y venta de
libros cuyos autores fuesen de origen judío.68
Tales ideas causaron que, al advenimiento del régimen fascista en Italia, muchos
artistas de la escuela futurista vieran con especial admiración las ideas de
Mussolini, que mostraba las "virtudes" que los futuristas reclamaban al arte: la
fuerza, la rapidez, la velocidad, la energía, el movimiento, la deshumanización.
Referencias[editar]
Pie de página[editar]
1. ↑ Maddison Project Database 2020 (Bolt and van Zanden, 2020).
2. ↑ «Avanti Savoia!» era el lema para el Real Ejército Italiano. La divisa ancestral de los
Saboya, «F.E.R.T.» (Fides Est Regni Tutela (La fe es la protección del Reino)), fue la
escogida para el papel de consigna nacional.
3. ↑ Enric González, «La responsabilidad de los intelectuales. La ambigüedad italiana»,
en El País, 14 de octubre de 2006.
4. ↑ Los mitos del fascismo, una breve clarificación del espectro político del fascismo
5. ↑ Dogliani, 2017, pp. 15-16.
6. ↑ De Grand (1995), p. 47
7. ↑ De Grand (1995), pp. 48-51
8. ↑ Savariano, Franco (2011). «Algunas consideraciones sobre la revolución
fascista». Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades (México: Universidad
Autónoma de Ciudad Juárez) 20 (39): 43; 45. ISSN 0188-9834.
9. ↑ «Notes on Trotsky, Pannekoek, Bordiga» (en inglés). Eclipse & Re-emergence.
Archivado desde el original el 16 de julio de 2006. Consultado el 21 de noviembre de
2020.
10. ↑ «K. Polanyi, La esencia del fascismo, seguido de Nuestra obsoleta mentalidad de
mercado, traducción y estudio introductorio de César Ruiz Sanjuán, Madrid, Escolar y
Mayo, 2013». Res Publica. Revista de Historia de las Ideas Políticas 17 (1): 315-368.
2014. ISSN 1576-4184.
11. ↑ Polanyi, Karl (2013). La esencia del fascismo. Nuestra obsoleta mentalidad de
mercado (César Ruiz Sanjuán, trad.). Madrid: Escolar y Mayo. ISBN 9788416020041.
12. ↑ En Los anticapitalistas de hoy en día están más cerca del fascismo de lo que creen,
el economista promercado Fabrizio Ferrari sostiene:
Bibliografía[editar]
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Enlaces externos[editar]
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Italia
Fascista.
"Logiques du fascisme" de Jean-Yves Dormagen, Ediciones Fayard,
2008 Archivado el 8 de marzo de 2022 en Wayback Machine.
en Histobiblio.com.
"Parlementaires en chemise noire" de Didier Musiedlak, Presses
Universitaires de France-Comté, 2007 Archivado el 1 de abril de 2022
en Wayback Machine. en la web Histobiblio.com.