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Encarnación - Indicios Sobre El Concepto de Cuerpo Desde La Filosofía de Michel Serres

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𝐈.

MICHEL SERRES, EL FILÓSOFO DEL CUERPO ENCANTADO

Me preocupa cómo encontrar las palabras del cuerpo, cómo


transmitir un abordaje específico, cómo ponerle cuerpo a las
palabras. Desde ese lugar escribo.
Elina Matoso

1.1 La elección del autor ¿Por qué Michel Serres?


Busco preguntas y respuestas en el cuerpo, lo miro palmo a palmo, aprendo de él. Sé que mis
isquiones se han entrenado para soportar varias veces el peso de mi cuerpo sentado, en esta
posición, cerca de la dureza del piso, me balanceo, el resto del cuerpo confía en la dureza de
esta zona y se entrega al movimiento. El tiempo hace que el isquion, el ilion y el pubis se
mezclen para formar el ilíaco, hueso grande y plano, tiene la particularidad de desviarse de su
eje, a su vez, este, se mezcla al otro coxal y al hueso sacro para formar el esqueleto pélvico.
Los antiguos lo consideraban sagrado: el os sacrum, o hueso sacro, por su naturaleza
indestructible, por su carácter resistente. Su nombre, derivado del latín para "sagrado",
reflejaba una profunda reverencia hacia este elemento del cuerpo humano, visto como el
puente entre lo terrenal y lo divino1. Pero esto, todo el cuerpo ya lo sabe, es por eso que
puedo sentarme y balancearme, porque cada parte de mí se entrega sin dudarlo a esta zona
media del cuerpo. En esta posición escribo.

Inicio precisamente por el medio, porque el trabajo aquí presentado no intenta desatar una
controversia sobre las condiciones originarias que hicieron posible empezar a hablar sobre el
cuerpo en la filosofía, tampoco se pretende concluir con las discusiones que a lo largo de la
historia ha desatado el concepto de cuerpo. Estar en el medio exige buscar conexiones no
sospechadas, significa estar siempre en ejercicio, en movimiento, implica no respetar las
fronteras de las disciplinas y dejar que el mundo entre en el cuerpo y se convierta en saber.
Así mismo, tender en cualquier dirección es peligroso, no tener un punto de llegada puede
hacernos deambular indefinidamente por el desierto sin encontrar nunca nada. Ahora bien,
mucho se ha dicho que el conocimiento filosófico no tiene una conclusión definitiva o un

1 La exégesis homilética del texto sagrado, denominada Midrash, caracteriza a la "Luz" (sacro) como
un componente inalterable de la espina dorsal. Según esta interpretación, es a partir de este
elemento óseo que se efectuará la resurrección de los muertos. (Eduardo, n.d.) Esta información se
puede consultar en: Besant, A. The Origins of Theosophy. London, Routledge Taylor & Francis
Group. 2015. Pp. 1-392
destino final al que se pueda llegar. Esto implica que en la filosofía, las investigaciones y las
reflexiones pueden ser continuas y no necesariamente conducir a respuestas definitivas o
soluciones concluyentes.

Algunos argumentan que la filosofía es una búsqueda interminable de preguntas y que las
respuestas siempre pueden estar sujetas a debate o revisión. En este sentido, no hay un punto
de llegada final en la filosofía, ya que siempre hay espacio para la exploración y la
reevaluación de las ideas. Quisiera en la medida de los posible alejarme un poco de estos dos
entendimientos, del que busca establecer un verdad definitiva y originaria y del que vaga
indefinidamente por el laberinto del desierto. Queremos que el texto sea una mezcla, en la
que las ideas provenientes del mismo cuerpo y del mundo se tocan se mezclan y producen
nuevas conexiones, nuevas formas de sentir el cuerpo, inspiradas en una mixta fuente, la del
autor que escribe y la del autor que inspira la escritura: Michel Serres.

He presentado al autor de esta forma porque es más preciso hablar con él que de él, es decir,
sin citas sobre su filosofía, sobre su formación o influencias intelectuales (en algún momento
tendré que hacerlo). Empecé describiendo un pequeño movimiento de balanceo al escribir,
hablé de los huesos que soportan ese movimiento, de la conexión y mezcla que hacen para
formar el esqueleto pélvico. Si se me obliga a definir el pensamiento de Serres en pocas
palabras diría eso: que es un filósofo que nunca dejó de moverse y dedicó su vida a estudiar
las mezclas. Eso se puede constatar si repasamos la multiforme creación del autor que abarca
la evolución de las ciencias, El nacimiento de la física en el texto de Lucrecio (1994),
Historia de las Ciencias (1991), Los orígenes de la geometría: tercer libro de las
fundaciones (1996), entre otros; la profundidad de la filosofía, Hermès. Vol 3. La Traduction
(1974), El tercero instruido (1991), Le Contrat naturel (1990), Rome: Le livre de foundations
(1983), Les cinq sens: philosophie des corps mêlés (1985); y la riqueza de la literatura,
Jouvence. Sur Jules Verne, (1974), Nouvelles du monde (1997), Légende des anges (1993),
Feux et signaux de brume, Zola (1995); arraigada inicialmente en el tema crucial de la
comunicación, Hermès. Vol 1. La Communication (1968).

Serres nació en 1930 en Agen, un rincón del suroeste francés rodeado por las aguas del
Garona, lugar que según sus palabras le enseñó que el pensamiento proviene y se dirige al
contacto con el mundo y la naturaleza 2. Hijo de una familia de campesinos y pescadores, su
infancia hizo que se trazara un sendero inusual al inicio, matriculandose en la Escuela Naval
y zambulléndose en las profundidades de las matemáticas antes de doctorarse en filosofía con
una tesis sobre Leibniz. Esto demuestra su interés por saberlo todo, las ciencias duras y las
ciencias suaves.3 “El filósofo quiere saberlo todo, viaja por todas las ciencias, viaja por todos
los países, por mares, por montes, por ríos. Hace que el mundo entre a la filosofía”
(Documental de la serie Empreintes del Canal 5 Francés, 2008).

Considero importante conocer estas anotaciones, su amor por el mar, por la alta montaña, su
admiración al trabajo campesino hacen que él mismo sea una figura extraña ante lo que puede
considerarse un filósofo, aquel sujeto que se encierra en su torre de marfil y se aparta del
mundo; por eso, no se puede inscribir en ninguna línea o escuela al pensamiento su filosofía,
porque su peculiar forma de escribir no respeta las fronteras entre los saberes. Mezcla
constantemente religión, mito, ciencia, filosofía, antropología, literatura y artes visuales,
gimnasia y ejercicios insospechados como cortarse las uñas.

No dejarse engañar por las palabras, sino sentir el mundo -antes de hablar de
los sentidos, sentir su capacidad de experimentar, de ser afectado por el

2 En el documental titulado Le voyage encyclopédique de Michel Serres, dirigido por Catherine


Bernstein et Christiane Frémont, se describe el retorno de Michel Serres al lugar de su infancia y
nacimiento, a través de un viaje por el cauce del río Garona, el filósofo ahonda en la pregunta por
sobre el conocimiento de sí mismo, hace un repaso por su infancia y los trabajos a los que se
dedicaba, la labor con la tierra, la pesca y el conflictivo dragado del río. Nos dice “No puedo decirle
que habitábamos una casa; se habitaba el río. Se habitaba en los barcos, se habitaban los torbellinos
y las contracorrientes. Se vivía en medio de los cascajos redondos y pegajosos, los sábalos en líos, y
las anguilas plateadas, las rocas puntiagudas, los barros amarillentos, los juncos en la ribera, las
bajas aguas del verano y, por supuesto, las crecientes. El Garona era nuestra verdadera casa. Mi
padre, como muchos marineros, no sabía nadar; yo aprendí la brazada, amarrado al vientre por una
cuerda fija a jabalcones plantados en el muelle. Uno de mis puntos de anclaje es evidentemente el
Garona. Pero no es el único. Pues había otro linaje en mi familia, que era campesino simplemente.
Mi padre tenía una propiedad agrícola donde trabajaba. Mi primera formación viene de los oficios y
técnicas de la gente del común; desde la más tierna edad frecuenté a los herreros, los talabarteros,
albañiles, obreros agrícolas, marineros… Y me formé en su contacto. Conducir un barco, levantar un
muro, vender latas de conservas o hilo de hierro; todos estos saberes me han irrigado
profundamente; cada una de esas experiencias inmediatas se ha inscrito en mi cuerpo.” Tal como el
filósofo lo dice, el contacto no idealizado ni romántico con la naturaleza y su entorno, definen una
forma de pensar y estar en el mundo.
3 Las disciplinas conocidas como ciencias duras, exactas, puras o fundamentales, se apoyan en la
observación y experimentación como pilares fundamentales para la construcción del conocimiento.
Estas áreas de estudio encuentran su orden y sistematización a través del lenguaje matemático. Las
ciencias suaves incluyen disciplinas como la psicología, sociología, pedagogía, artes, economía, en
estas se llegan a conclusiones teóricas únicamente a través de razonamientos, muchas veces sin
pasar por la experimentación formal. Serres se opone a esta división. En su obra El paso del
noroeste (1980), el filósofo tiende un puente o pasaje que une las ciencias duras con las ciencias
humanas. Se puede considerar que su obra va contra esta división.
mundo, como en Los cinco sentidos. En lugar de mirar las cosas a través de la
ventana de la oficina, probar el vino, escalar montañas, escuchar el silencio de
Epidauro, finalmente navegar y sentir el deambular de los sentidos 4
(traducción mía).

Encuentro en la obra de Michel Serres una forma muy particular de pensamiento. La


inspiración para redactar este ensayo provino de Los cinco sentidos, una obra que resultó ser
tanto impactante como desafiante. La manera única y revolucionaria con la que Michel Serres
abordaba el tema de los sentidos marcó un contraste radical con cualquier otro material
previamente leído sobre el asunto. A pesar de ser catalogado como un texto literario, podría
interpretarse como un desvío, como una forma de hacer filosofía, una forma que marca e
inaugura un innovador enfoque en la comprensión del cuerpo.

El cuerpo para Michel Serres se erige no meramente como una entidad biológica, sino como
un vasto horizonte donde confluyen lo tangible y lo intangible, lo singular y lo universal, lo
interno y lo externo, un lugar donde se entrecruzan el conocimiento y la experiencia, la
naturaleza y la cultura.

El cuerpo es un palimpsesto viviente, un texto en constante reescritura, donde cada sensación,


cada percepción sensorial, inscribe una nueva línea en la narrativa de nuestro ser. Los
sentidos, en esta perspectiva, no son meros canales de información, sino puentes que
conectan el yo con el cosmos, mediando nuestra relación con el otro, con el espacio y con el
tiempo. El cuerpo, así visto, se convierte en un mapa de infinitas rutas, un laberinto de
posibilidades que desafía nuestra comprensión y nuestras categorías.

Serres nos propone ver el cuerpo como un lenguaje, un medio a través del cual se articulan y
se descifran significados. Este enfoque filosófico sugiere que el cuerpo no solo está marcado
por experiencias y prácticas culturales, sino que también es capaz de comunicar, de revelar
verdades ocultas sobre nuestra existencia y el mundo que habitamos.

4 “Não se deixar enganar pelas palavras, mas, sentir o mundo – antes de falar dos sentidos, sentir
sua capacidade de experimentar, de ser afetado pelo mundo, como em Os Cinco Sentidos. Ao invés
de olhar as coisas pela janela do escritório, provar o vinho, escalar montanhas, ouvir o silêncio de
Epidauro, navegar enfim e sentir a errância dos sentidos, sua capacidade de aprender, sua potência
de relação” Monteiro, A. C. L. (2009). As tramas da realidade: Considerações sobre o corpo em
Michel Serres. Traducción de Diego Ordóñez. Página 10
Llegados a este punto, ¿por qué escoger a Michel Serres para hablar sobre el cuerpo? porque
es un filósofo que antes de hablar del cuerpo, probó el vino, navegó mares y escaló montañas.

1.2 La figura de Arlequín


Serres (2015) afirma “Pensar quiere decir inventar” (p. 10). ¿Qué quiere decir esto? en su
autobiografía intelectual titulada Figuras del pensamiento. Autobiografía de un zurdo cojo,
Serres realiza un recorrido por las que serían sus influencias en su pensamiento, pero no es
extraño que, conociendo de antemano algunos de sus libros, sepamos que sus máximas
influencias no son los filósofos que aparecen en los anales de la historia de la filosofía, por el
contrario, ya sea un cuadro de Goya o uno de Bernard, un cuento como La Cenicienta, o una
catedral, hacen parte de su experiencia como autor, encontramos su obra plagada de imágenes
y figuras que para un lector desatento no van más allá de la analogía o la riqueza literaria que
propone Serres. Más allá de esto, Serres (2015) describe como la observación 5 de las cosas
del mundo nos enseña a pensar “El Gran relato del Universo, relata, precisamente, la
aparición de fenómenos nuevos, raros, imprevisibles[...]el propio mundo empieza como un
acontecimiento de una rareza incalculable” (p.21). Con esta metáfora, Serres (2015) narra las
novedades que dieron origen a través de millones de años a la vida “En los inicios aparecen el
hidrógeno, el helio, el carbono, el nitrógeno y el oxígeno con propiedades diversas y, entre
ellos se hallarán, más tarde, los principios de la vida” (p. 21). Lo que nos intenta decir Serres
es que así como el universo se mueve y crea conexiones inesperadas que dan origen a la
novedad, nosotros, cuando imitamos al universo, podemos inventar “El Gran Relato cuenta
estos fenómenos contingentes, apariciones de elementos, producciones de figuras:
invenciones” (p. 21). El mundo inventa. Pensar exige seguir el rastro de cada novedad,
aparición, conexión, entrar en el movimiento interior y exterior que suscita un Universo en
expansión. Aprendemos de estas conexiones. “¿Yo pienso, luego yo imito? No, más bien me
sumerjo en su relato, cuyo poderoso dinamismo me muestra, paso a paso, como inventar.” (p.
22).

Retrocedamos un poco, antes de llegar al concepto de invención, Serres (2015) propone


“cuatro reglas universales” (p. 22). Sabemos que estamos rodeados por materia 6 los objetos

5 Como se verá más adelante en el segundo capítulo, observar no solo es un acto visual, significa
experimentar con todos los sentidos como las cosas del mundo intervienen en nosotros.
6 Entiéndase por materia en su definición clásica como todo aquello, cualquier sustancia, objeto, vivo
o inerte que tiene una masa y que ocupa un espacio.
interactúan diariamente con nosotros, en labores diarias, cotidianas y en el trabajo 7. Además
de objetos, existen los seres vivos, animales o vegetales, los cuales también interactúan con
nosotros, inclusive, aunque no podamos observarlos a simple vista, los microorganismos
definen un estado de salud en cada persona. Para Serres (2015) “no conocemos ser viviente
del que podamos decir que no emite información, no la recibe, no la almacena ni la trata” (p.
22) con estas cuatro reglas, por lo tanto, comprendemos que la información fluye en y entre
todos los seres existentes de manera universal. Ahora, como exiguo, operamos estas cuatro
reglas, ¿significa eso que pensamos? Antes de responder, fijemos la atención en la última fase
de esta serie de reglas, aunque no deberían tomarse en estricto orden. Serres, hace entender
que al tratar la información recibida, un cuerpo cambia, se modifica, por el contrario, cuando
se ve interrumpida o imposibilitada la tarea de tratar, un cuerpo cae en la repetición y la
monotonía. La naturaleza, los cuerpos, los seres vivos están constantemente tratando
información, la biología y la evolución han explicado de buena forma porque emerge una
nueva especie, porque otra se adapta y muta, sabemos que se debe a la relación con el
entorno, sabemos que una especie puede mutar debido a cambios aleatorios en su material
genético, causados por errores en la replicación del ADN, exposición a factores ambientales
dañinos, recombinación genética durante la reproducción sexual y otros procesos. Sabemos
que las mutaciones son esenciales para la diversidad y adaptación de las especies a lo largo

7 Se sale de la temática pero vale la pena recordar los estudios realizados por Hanna Arendt sobre el
concepto de trabajo; en su tratado La condición humana (1958), ofrece una perspectiva distintiva
sobre la actividad humana, donde categoriza el "trabajo" como una de las actividades fundamentales
que definen la vida humana. Según Arendt, existen tres categorías primordiales de actividades:
trabajo, fabricación y acción, cada una con un papel único en la experiencia humana. El trabajo,
según Arendt, se relaciona estrechamente con la necesidad básica de supervivencia y el
mantenimiento de la vida. Esta actividad se caracteriza por ser un proceso continuo destinado a
satisfacer las demandas biológicas de los seres humanos, como la alimentación y el refugio. El
trabajo, en este marco, es efímero y recurrente, dado que los resultados de esta labor se consumen o
se desvanecen con el tiempo, lo cual subraya su naturaleza transitoria y su vinculación con el ciclo de
la vida y la muerte.

En contraposición, Arendt define la "fabricación" como la creación de objetos perdurables que


conforman el mundo humano y se distinguen del ciclo natural. Veremos más adelante como el
concepto de “fabricación” está relacionado con el concepto de “exodarwinismo” propuesto por Serres,
el cual, en resumen es la externalización de las funciones corporales en un objeto específico y que
una vez externalizados evolucionan. Finalmente, Arendt habla de la "acción", implica las
interacciones y actividades que ocurren entre los seres humanos, fundamentales para la construcción
de la esfera pública y la política.

Arendt critica la prevalencia de la valoración del trabajo en las sociedades modernas, argumentando
que esto reduce la capacidad humana para participar plenamente en otras formas de actividad que
enriquecen la existencia humana y fomentan la libertad, la creatividad y la participación política. Para
Arendt, entonces, el trabajo es esencial pero no debe consumir la totalidad de la experiencia humana,
la cual se enriquece con la fabricación, que aporta permanencia al mundo, y la acción, que introduce
la novedad y la iniciativa política.
del tiempo, ¿sabemos en qué momento preciso van a ocurrir estas mutaciones? No, ¿por qué?
por la imprevisibilidad del error, por la contingencia de su nacimiento, sin la necesidad de lo
novedoso, provocado por el entorno, entorno que a su vez está en constante cambio, no se
puede mutar. “La mutación supone otra lectura de un mensaje —¿una falta?—, como si el
lector, zurdo, o el transcriptor, cojo, hubiera bizqueado un instante. Luego la selección
elimina al mutante o acoge favorablemente la monstruosa promesa: ambas operaciones tratan
bifurcaciones inesperadas” (Serres. 2015. P. 25. SERRES, Michel. Figuras del pensamiento:
Autobiografía de un zurdo cojo. Editorial Gedisa, 2015. p. 25) Si pensamos en lo que Serres
llama el Gran Relato, es decir, lo que ocurre en el medio, entre el origen y el final de la línea
del tiempo universal8. Vemos que en lo caótico, en el desvío siempre inesperado acontece la
mezcla y, por ende, lo novedoso, galaxias, sistemas solares, estrellas, planetas…la Tierra, la
fauna y la flora. Todos estos están sujetos a esa necesaria y azarosa tendencia al desorden, al
desequilibrio.

Queremos formar un puente con lo anteriormente dicho, dado que el concepto de


información, variación y equilibrio, son claves para entender la concepción de cuerpo,
arlequín y educación-aprendizaje. Como lo dije anteriormente, Serres argumenta que no
existe un ser vivo, ya sea un organismo individual, un órgano dentro de ese organismo, o
incluso especies enteras, que no se pueda describir en términos de las cuatro reglas
universales. Esta caracterización cuádruple es tan fundamental que podría tentarnos a definir

8 No se profundizará en la temática, pero, deseo señalar algunos conceptos que aportan a la


comprensión del Gran Relato y la línea de tiempo como generadores de cambios y novedades. El
concepto de entropía es un principio fundamental en la física que tiene implicaciones profundas en
nuestra comprensión del universo. La entropía, en términos simples, se refiere a la medida del
desorden o la aleatoriedad en un sistema. Sin embargo, su significado en la física va más allá,
relacionándose con la segunda ley de la termodinámica, que establece que en un sistema aislado, la
entropía nunca disminuye. La entropía es un concepto que a menudo se malinterpreta como
simplemente "desorden". Aunque esta interpretación puede ser útil en un contexto coloquial, en la
física, la entropía tiene un significado más específico relacionado con la cantidad de energía en un
sistema que no se puede utilizar para realizar trabajo. Esta definición se conecta con la idea de que,
en el universo, los procesos tienden a evolucionar de estados de menor entropía a estados de mayor
entropía (flecha del tiempo), lo que implica una transición de orden a desorden en un sentido
macroscópico. Según la cosmología moderna, el universo comenzó en un estado de muy baja
entropía en el momento del Big Bang y ha estado aumentando su entropía desde entonces. Este
aumento de la entropía está relacionado con la formación de estructuras en el universo, como
galaxias, estrellas y planetas, y eventualmente, la vida misma. Aunque la vida en la Tierra aumenta la
entropía localmente al consumir energía para mantener su orden interno, este proceso está en
armonía con la segunda ley de la termodinámica porque la energía utilizada por los seres vivos
finalmente se dispersa en el entorno en forma de calor, aumentando la entropía total del universo.
Este concepto ha sido explorado por físicos y biólogos, incluyendo a Erwin Schrödinger en su
influyente libro "¿Qué es la vida?" donde propone que los seres vivos se mantienen ordenados a
expensas de aumentar la entropía del entorno. (Schrödinger, E., & Guerrero, R. (1948). ¿ Qué es la
vida?. Espasa-Calpe.)
la vida de esta manera. Sin embargo, Serres señala que esta definición no es exclusiva de los
seres vivos, ya que también se aplica a objetos inanimados como cristales, montañas,
planetas, estrellas y galaxias, los cuales igualmente pueden ser descritos en términos de su
relación con la información.

Esta observación lleva a Serres a concluir que la característica de interactuar con la


información es común tanto a los objetos del mundo inerte como a los seres vivos. Esta idea
ha sido adoptada por las ciencias "duras" o exactas, que históricamente se centraban en
conceptos como la fuerza y la energía, pero que ahora también consideran la información
como un elemento central de estudio.

En este punto se encuentra el importante ensayo del bioquímico frances Jacques L. Monod
(1910-1976) que puede ser examinado desde varias perspectivas, incluidas sus contribuciones
científicas y sus reflexiones filosóficas sobre la ciencia y la vida. Monod introduce el
concepto de azar, destacando su papel crítico en la evolución biológica. Argumenta que las
mutaciones genéticas, eventos puramente aleatorios, son esenciales para la diversidad y la
adaptabilidad de la vida. Estos "accidentes" moleculares, desprovistos de cualquier propósito,
se convierten en el motor de la evolución al proporcionar el material bruto sobre el cual actúa
la selección natural. Monod (1970) señala: "La fuente de toda novedad y, por lo tanto, de la
evolución de la vida en la Tierra, es el azar absoluto" (p. 99). Esta visión subraya la
naturaleza impredecible de la evolución, donde el azar es un factor indispensable para el
surgimiento de la complejidad biológica.

Ahora bien, en contraposición al azar, Monod aborda la necesidad, refiriéndose a las leyes
físicas y químicas que rigen el universo. Aunque la vida pueda originarse en eventos
aleatorios, una vez que surge, opera bajo principios deterministas. Los organismos vivos,
desde su metabolismo hasta su reproducción, están sujetos a un orden molecular riguroso.
"Dentro de los límites impuestos por las leyes físicas, el azar gobierna... y la necesidad revela
la dirección" (Monod, 1970, p. 143). Esta dualidad entre azar y necesidad destaca cómo la
estructura y función de los seres vivos están meticulosamente orquestadas por las reglas
inmutables de la física y la química9.

9 Vale la pena rescatar aquí el concepto de neguentropía, también referida como entropía negativa,
constituye un término utilizado para describir la disminución del desorden o la incrementación del
orden dentro de sistemas termodinámicos, contrastando con la noción de entropía, que mide el grado
de desorganización. Este concepto es crucial para entender cómo ciertos sistemas logran disminuir
El desvío del equilibrio . Al reconocer que la vida es fruto del azar dentro de un marco de
necesidad, se desafía la noción de un propósito inherente a la existencia. Esta perspectiva
invita a una reflexión sobre la libertad humana y nuestra búsqueda de significado en un
universo indiferente. Monod argumenta que, aunque estamos constreñidos por las leyes
naturales, la conciencia humana nos otorga la capacidad de imponer nuestros propios valores
y propósitos. Así, la responsabilidad ética emerge como un imperativo en un mundo definido
por el azar y la necesidad.

Conclusión

"El azar y la necesidad" de Jacques Monod es una obra seminal que invita a reconsiderar
nuestra comprensión de la vida. Al iluminar cómo el azar y la necesidad coexisten para dar
forma a la evolución, Monod no solo enriquece nuestra apreciación de la biología sino que
también plantea preguntas fundamentales sobre nuestra existencia. En este delicado equilibrio
entre el azar y la necesidad, encontramos un llamado a la reflexión sobre nuestro lugar en el
universo y sobre cómo debemos vivir conscientemente en un mundo gobernado por leyes
naturales indiferentes a nuestros deseos y esperanzas.

Serres extiende esta discusión a las sociedades humanas, argumentando que cualquier forma
de asociación humana, desde la familia hasta las naciones, también puede ser entendida en
términos de cómo almacena, procesa, emite y recibe información. Esta universalidad de la
información como un aspecto fundamental tanto de la existencia humana como del mundo

su propia entropía al extraer energía del ambiente, aumentando así su grado de orden y complejidad.
El término fue introducido por el científico por Erwin Schrödinger en su obra de 1944, "¿Qué es la
vida?", el término neguentropía ha sido esencial para explicar la persistencia de estructuras
ordenadas en organismos vivos. Schrödinger argumentaba que estos sistemas evitan el caos
inherente al incremento de entropía mediante la absorción de energía de baja entropía de su entorno
y su posterior transformación en formas que elevan la entropía externa, facilitando así la
conservación o incremento de su orden interno. Los procesos biológicos esenciales, como la
fotosíntesis y el metabolismo, son ejemplos de cómo los seres vivos captan energía ambiental,
transformándola en recursos para construir y sostener estructuras organizadas. A pesar de la utilidad
del concepto de neguentropía para discutir el orden en la vida, algunos investigadores prefieren
utilizar términos como "información" o "complejidad" para describir estos fenómenos, evitando
implicaciones termodinámicas específicas,
natural lleva a Serres a reflexionar sobre la invención del ordenador (computadora) como un
"herramienta universal". El ordenador, según Serres, es universal no solo porque puede ser
utilizado para una amplia gama de propósitos por casi cualquier persona, sino también porque
imita la forma en que tanto los seres vivos como los objetos inanimados interactúan con la
información.

Por lo tanto, la discusión de Serres sobre la información destaca cómo las nuevas tecnologías,
especialmente la computación, han revolucionado nuestra comprensión y manejo de la
información, reflejando y ampliando las capacidades inherentes tanto al mundo natural como
al construido por el ser humano.

“¿Qué sería de un sistema si no fuese ante todo y como mínimo una suma? ¿Qué sería una
filosofía si dejase escapar alguna cosa? ¿Qué sería del hombre si no le tuviera gusto a la
totalidad de lo real? ¿Qué sería el ars inviniendi si no fuese ante todo ars inventoriendi?”
(Serres, Hermes III: La traducción, 2006, p. 68).

El cuerpo, para Serres, se presenta pues como esa reducción de intensidades, como un punto
de ralentización de las velocidades, como el ablandamiento del tiempo a través de la
permanencia y la duración, una continuidad que suspende los flujos, "estructuras alejadas del
equilibrio". Todas estas propuestas para pensar el cuerpo muestran su incandescencia mucho
más que su permanencia. El cuerpo, que se presenta en tensión constante, es una
diferenciación del mundo, que se presenta en tensión diferenciaciones y distanciamientos
constantes que tienden siempre a deshacer su permanencia. En nuestro trabajo, el cuerpo debe
pensarse mucho más como estos encuentros y tensiones que por su estabilidad, que en última
instancia lo llevaría a su fin. De ahí nuestra preocupación por no definir el cuerpo, sino por
pensar en distintas formas de "tocarlo", de hacer que el cuerpo funcione, ya sea como textura,
como poder o como narrativa.
“De este modo, pretendemos seguir las pautas del propio Serres: leer mucho para luego
olvidar, crear, pensar por ti mismo – como lo hace el cuerpo: imita, aprende imitación, hasta
crear nuevas posturas. A través del ejercicio, a través del entrenamiento, el cuerpo es capaz
de superarse a sí mismo. Por tanto, el propósito de este texto no es buscar una verdad en los
escritos de Serres, sino hacerlos actuar, trazando nuevos caminos que puedan abrir
perspectivas antes impensadas sobre la comprensión del cuerpo. No es un “cuerpo nuevo”,
sino de cuerpos en construcción, producidos en cada propuesta y en cada movimiento que lo
conecta, que le da un corte. Por otra parte, la lectura del texto de Serres no presenta un cuerpo
que simplemente deba ser “pensado”, como si fuera posible esta separación entre “lo que
piensa” y “lo que tiene cuerpo”. Al contrario, para Serres, si pienso en el cuerpo, no lo tengo,
sólo puedo tener un cuerpo en la medida en que no pienso en él. Es a través de la acción que
el cuerpo se potencializa y no a través del pensamiento.”10

10 Monteiro, A. C. L. (2009). As tramas da realidade: Considerações sobre o corpo em


Michel Serres. P, 13 Traducción de Diego Ordóñez.
El entrenamiento para controlar incendios exige más de uno mismo es más duro más
implacable que todo lo que uno hace para convertirse en Marinero tengo aún en la memoria
algunos suplicios que enseñan para vivir o sobrevivir una cierta relación con los sentidos se
nos hizo descender a los pozos verticales y negros por escaleras interminables arrastrarnos a
lo largo de excavaciones húmedas hasta la sala subterráneas donde ardía una capa de aceite
debimos permanecer allí durante mucho tiempo acostados bajo el humo acre la nariz contra el
suelo inmóviles para no disponer la nube espesa que pendía sobre nosotros era necesario
lidiar lentamente cuando llamaban tu nombre y salir para no sofocar a tu vecino con un
movimiento brusco quisiera bajar el umbral de bolutas el espacio respirable forma una capa
delgada a ras de tierra que se mantiene estable durante largo tiempo hay que saber mantener
el aliento estimar la distancia del fuego o su proximidad mortal contar el tiempo que resta
poder caminar dirigirse ciego tratar de no ceder al dios Universal del pánico saber van pues
no había venido el verdadero día de la cólera que llegó sin advertencia un día de invierno en
el mar el fuego resonaba como un trueno aterrador y en un momento Se cerraron los
mamparos admiraba los que se arrojaban sin pensar entre los huecos que quedaban entre los
hombres a lo largo de las escaleras escuchaba mucho ruido y no recuerdo nada más de pronto
me encuentro solo qué ha sucedido en el compartimento cerrado el calor insoportable
provoca desmayos hay que salir la puerta de atrás está completamente bloqueada los volantes
y las palancas en posición fija están apretados por el otro lado me asfixio bajo el espeso humo
acostado sobre el piso que se mueve sacudido por los golpes del mar Solo queda la claraboya
la pequeña la pequeña ventanilla hay que levantarse sin respirar tratar de zafar rápido las
cuñas oxidadas que lo sellan esa resisten poco han servido desde la botadura del barco una o
dos veces no ceden hay que volver al suelo para respirar el tiempo se hace más difícil como si
la marejada se acortara levantarse de nuevo con apnea intentar una vez más aflojar la
cerradura que parece ceder lentamente tres cuatro veces ya no lo recuerdo vuelvo al suelo
otras tantas veces más mandíbulas crispadas músculos contraídos y rígidos y yo insisto
insisto la ventana cerrada se abre bruscamente la luz entra pero sobre todo entre el aire el
viento furioso que agita el humo que sofoca todavía más rápidamente meto la cabeza por el
agujero abierto tiempo excretable el frío cala con brutalidad No puedo abrir los ojos ante la
furia de la bruma congelada las orejas heridas por su paso parecen desprenderse de repente
mi cuerpo se encoge exige permanecer en el reducido espacio de calor meto la cabeza pero
me asfixio dentro escucho pequeñas explosiones el fuego debió alcanzar el depósito de
municiones es necesario salir salir lo más pronto posible Hay que sacar la cabeza deslizar un
brazo aunque no todavía la espalda pero sí la mano introducir la muñeca el ángulo del codo
se vuelve un obstáculo en el pequeño espacio entre el codo y el Aro de cobre que bordea la
ventanilla no puedo salir y es preciso que salga todo arde y mi cabeza se congela permanecí
mucho tiempo allí inmóvil temblando petrificado gesticulando en medio del aro fijo que me
sujetaba. Estoy adentro quemado carbonizado solo la cabeza está fuera congelada
temblorosaguecida estoy adentro expulsado excluido la cabeza y el brazo la espalda el lado
izquierdo se encuentran afuera en La tempestad descendiente adentro en medio del fuego
incontrolable que arroja hacia afuera la cabeza y el segundo hombro a duras penas liberados
el resto del cuerpo atorado en un aro de angustia sale abandonando a la tormenta no me he
salvado ni he salido aún todavía estoy aprisionado todo entero de un solo lado de la ventana
El aro redondo de cobre abierto en la aleta de la popa del barco incendiado no alcanza el
tamaño de un tórax comprimido todavía me hallo adentro Aunque cabeza y hombros emergen
al clima invernal la ventanilla comprime el pecho hasta los límites de laplazamiento claro no
voy a morir no puedo apoyar mi pie en ninguna parte atrás en el infierno de lo incendiado
donde aún sigo los brazos pegados al cuerpo no me sirven para nada brizna de paja enhebrada
en el agujero me hallo sin poder avanzar sin respuesta de poder retroceder voy a perecer por
asfixia no respirar en el humo o no respirar en el viento congelado o no respirar en medio de
la argolla enmohecida no puedo decidir todavía entonces un violento golpe de mar más
oblicuo y seco hace pasar el aro por mis costillas flotantes sí alabado sea Dios me encuentro
afuera aspiro el aire frío Hasta desvanecerme horror el mar más Severo Avienta la parte
trasera del barco una marejada agitada se desequilibra el otro borde y heme aquí un atorado
de nuevo hasta el pecho en el Aro de hierro siempre se diría que el casco del barco pasaba por
encima de unos pedazos de piedra El golpe en un borde me liberaba y el golpe del otro lado
me volvía a aprisionar estaba dentro estaba fuera quién yo

El ombligo no tiene una función biológica en la persona después del nacimiento, pero varía
significativamente en forma, tamaño y apariencia entre individuos. Algunas personas tienen
ombligos "hundidos", donde se forma una depresión, mientras que otras tienen ombligos
"sobresalientes"

“El cuerpo, como en los libros sagrados, atesora toda una historia, el principio del principio,
el final, cada huella del cuerpo contiene padres, nombres, historia que se encadenan en otras y
otras. Cada marca, surco, rincón o valle emparentados entre sí pueden leerse de mil
maneras”11

11 Matoso, Elina. El Cuerpo, Territorio Escénico / Elina Matoso. Paidos, 1996.

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