T61.La F de Hegel - Sujeto - Sistema - Estado
T61.La F de Hegel - Sujeto - Sistema - Estado
T61.La F de Hegel - Sujeto - Sistema - Estado
SUMARIO
1. Demarcación del pensamiento de Hegel. Extrae consecuencias críticas del idealismo trascendental kantiano, al que
invierte y disuelve afirmando el alma como una identidad activa y concreta que se diferencia a sí misma. Contradicción
como principio lógico-ontológico. Idealismo subjetivo (Fichte), idealismo objetivo (Schelling), idealismo absoluto
(Hegel). Los conceptos de Sujeto, Sistema y Estado en Hegel.
2. La cuestión del sujeto y el volkgeist. Fenomenología del espíritu. El sujeto como conciencia. Su desarrollo y
superación dialéctica del proceso relativo/absoluto. Sensación, percepción, entendimiento. La oposición de los
objetos generan la autoconciencia. Dialéctica del amo y el esclavo. Conciencia estoica, libertad, conciencia
escéptica, conciencia infeliz. La Razón: observar y actuar. Conciencia hedonista, conciencia romántica,
conciencia virtuosa. El espíritu absoluto y la eticidad.
3. El despliegue del sistema hegeliano. La filosofía del espíritu. Espíritu subjetivo, espíritu objetivo y espíritu
absoluto. El Estado: libertad realizada y universal.
4. Sujeto y Estado en el “sistema de la eticidad”. Teoría del Estado: derecho, moralidad, eticidad: familia, sociedad
civil, Estado. Fases del Estado: derecho interno, derecho exterior, historia universal. Lucha por la afirmación de
la conciencia interior de libertad (que surge de la eticidad de cada pueblo).
5. Consideraciones finales. La mitología de la razón y la razón de los Estados. El eslabón de papel del sistema
hegeliano en cuanto filosofía. Su importancia en la teoría del derecho en la política: Carl Schmidt y la teoría
constituyente. La guerra, el gran otro como enemigo absoluto. Hegel (ilustrado) Estado liberal, derivas
totalitarias. Aparente disolución de los Estados actuales.
En el presente tema abordaremos la filosofía de G. W. F. Hegel (1770-1831) restringiendo su exposición a los conceptos
de sujeto, sistema y Estado. Para ello comenzaremos situando la filosofía de Hegel en su contexto histórico y noológico.
A continuación, para una mejor comprensión de los conceptos de sujeto, sistema y Estado, repasaremos las etapas
existentes en el desarrollo del pensamiento hegeliano. Una vez demarcada la filosofía de Hegel, pasaremos a analizar la
cuestión del sujeto dentro de su sistema filosófico, en especial las relaciones que vinculan al concepto de sujeto con el
concepto de Volkgeist. Este análisis nos llevará finalmente a profundizar en las relaciones del sujeto y el Estado tal
como Hegel lo expone en su Sistema de la eticidad.
Este tema forma parte del currículo de bachillerato, dentro de la asignatura de Historia de la filosofía. Tiene una
relevancia importantísima en cuanto que supone, por un lado, un intento de superación de la crítica de Kant a la
metafísica, y por otro lado, supone el punto de partida de grandes desarrollos filosóficos posteriores, como son el
marxismo, la filosofía política en general, sobre todo en lo que refiere a teoría del derecho y filosofía política, moral,
estética… extendiéndose su sombra, tanto por su escolástica como por las reacciones que suscitó (Nietzsche,
Schopenhauer, Heidegger, Sartre, etc.), a prácticamente toda la filosofía del siglo XX. Además de la reacción
antihegeliana del siglo XX (Sartre, Deleuze, Derrida) su influencia resuena también y sobre todo en la teoría del
derecho de Carl Schmidt, derivando la idea de guerra total contra el gran otro como enemigo, del sistema hegeliano.
1. Demarcación del pensamiento de Hegel
En plena efervescencia del romanticismo, la filosofía de Hegel supone, en cierta medida, la culminación, si no límite, de
la filosofía racionalista occidental. Partiendo del idealismo trascendental kantiano que será el semillero del idealismo
alemán, así como del concepto de sustancia de Spinoza, Hegel va a sistematizar y a racionalizar los aspectos
irreconciliables de las filosofías anteriores y de sus contemporáneos (Fichte-Schelling), como son la cuestión del sujeto,
la imposibilidad de cierre de un sistema totalizador racionalista (criticismo) y su conciliación con un concepto
omnímodo de Estado.
Hegel acepta el idealismo trascendental kantiano, pero no acepta sus limitaciones, es decir, no acepta las antinomias de
la razón pura. Mientras que Kant y el criticismo se mantienen en una prudente posición escéptica respecto al alcance de
la razón para llegar a la cosa en-sí o noúmeno (también Schelling) Hegel va a defender un dogmatismo racionalista que
queda bien resumido en su fórmula “todo lo racional es real y todo lo real es racional”. Hegel critica el idealismo
trascendental porque éste no llega a una crítica del Objeto. Para ello es necesario desarrollar el conocimiento metafísico,
para poder alcanzar sus límites, pues el conocimiento se da en la interrelación sujeto/objeto en su dinámica vital,
temporal, histórica, y no en un espacio separado y a priori de dicho dinamismo e interrelación, los cuales ya están dados
y actuando, condicionándose mutuamente. Al respecto afirma Hegel: “Un examen del conocimiento sólo puede hacerse
conociendo… querer conocer antes de conocer es tan absurdo como aquel consejo de un escolástico: aprender a nadar
antes de aventurarse en el agua” (Enciclopedia…). Las Ideas desde Hegel, ya no aparecen dadas en abstracto de una vez
por todas, sino históricamente. De este modo, Hegel invierte el planteamiento kantiano: la lógica dialéctica será el
argumento material del mundo mientras que la analítica trascendental no será más que una anémica representación
formal. De ahí la crítica de Hegel a los paralogismos de la razón kantianos (CRP,”Dialéctica trascendental”). Según
Hegel, los paralogismos no se deben a la impotencia de la razón sino al presupuesto de los metafísicos que define el
alma como sustancia simple, cuando es una identidad activa y concreta que se diferencia a sí misma (influencia de
Spinoza). En la misma línea Hegel critica las antinomias de la razón kantianas: las antinomias son reales y no se
encuentran solo en las Ideas sobre el mundo (como Kant estudia) sino que se encuentran en todas las cosas y todas las
ideas. Hegel afirmará el tercer elemento que media las antinomias y que Kant consideró límite: la contradicción. De
ella dirá Hegel que está en el Ser mismo, en términos absolutos. De esto se deriva la dialéctica hegeliana
concebida como movimiento y dinamismo entre lo que el entendimiento separa y la razón une, que lleva a una
síntesis superior de lo separado por el entendimiento -vulgarmente sintetizada y esquematizada en la siguiente
correlación: tesis<->antítesis -> síntesis (esta reducción fue popularizada por Chalybaus en un trabajo del año 1837
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sobre el sistema del Hegel). De esta manera Hegel pretende suturar el hiato entre sujeto y objeto que el dualismo
gnoseológico kantiano mantiene, a través de una supuesta aprehensión voluntarista del desarrollo dialéctico como
totalidad viviente que comprende sus determinaciones como momentos limitados, relativos, de dicho desarrollo, lo que
supondrá, una vez sistematizado, la defensa del idealismo absoluto. Esta propensión al cierre de un sistema totalizador,
se puede interpretar históricamente como la legitimación y/o codificación de las necesidades derivadas de una
construcción política como fue la del Estado Prusiano (de la misma manera que Kant codificó en su filosofía la ciencia
física de Newton, la revolución industrial y la revolución francesa).
Hegel, apoyándose en la afirmación de la libertad del Yo, necesaria para la constitución ontológica y para la aprehensión
especulativa del mundo tal como aparece en Fichte y que aún mantiene la separación entre Yo y No-Yo como límite de
las conciencias individuales (idealismo subjetivo); y con la influencia del “primer Schelling”, que pretende suturar la
distancia entre Hombre y Naturaleza a través de la noción de Geist o Espíritu (idealismo objetivo); Hegel afirma como
criterio de su voluntarismo racionalista la lucha a muerte por el reconocimiento entre dos voluntades (dialéctica)
cuyo resultado determinará en términos absolutos un idealismo que subsume tanto al idealismo subjetivo de Fichte
como al idealismo objetivo de Schelling, encarnándose históricamente el resultado de estas luchas en el Espíritu
absoluto -que como veremos más adelante, va a coincidir con el concepto de Estado a través del concepto de eticidad.
Generalmente se distinguen tres etapas en el desarrollo de la obra hegeliana: 1ª) etapa, juventud (1788-1800): seminario
de Tubinga con Hölderlin y Schelling, influencia de la teología protestante y del ambiente intelectual Ilustrado, escribe
sus obras Vida de Jesus y El espíritu del cristianismo y su destino, publicados póstumamente en Escritos de juventud;
2ª) etapa, transición y creación del sistema (1802-1816): cátedra en Jena, apoya a Schelling frente a Fichte. Colabora
con Schelling en la Revista crítica de filosofía. Escribe la Fenomenología del Espíritu y en Nüremberg la Ciencia de la
lógica (1816), obras que ya tienen un carácter propio y se separa de Schelling. La Fenomenología se separa de todo
romanticismo filosófico y de toda asunción de la inmediatez de lo Absoluto, dato importante, ya que se suele confundir
la obra hegeliana por su contexto con el Romanticismo, siendo el único resto de romanticismo su intento de mitologizar
la razón a unos niveles hasta nunca plasmados literariamente; 3ª etapa, madurez (1816-1831): obtiene un puesto en la
Universidad de Heidelberg, donde publica por primera vez la Enciclopedia de las ciencias filosóficas, obra que
constituye la expansión global de su sistema. Pasa a Berlin como profesor y Rektor, donde publica Líneas generales de
la filosofía del Derecho. Imparte clases de donde surgirán las Lecciones sobre la Filosofía de la Historia, además de
sobre la historia de la filosofía y filosofía de la religión. Dentro de la filosofía del Derecho cabe observar especial
atención en su obra Sistema de la eticidad, donde desarrolla sistemáticamente las relaciones dialécticas y constituyentes
entre el sujeto y el Estado. A lo largo de estas tres etapas Hegel irá ordenando los lugares y funciones de los conceptos
que ordenará según sus relaciones dialécticas en un sistema, en el cual el sujeto no será tanto la conciencia particular e
individual (como pudiera serlo en Fichte y Kant) como su reconocimiento como parte del espíritu del pueblo o
Volkgeist, así como de la consiguiente eticidad (Sittlichkeit) de la que es inmanentemente portador [eticidad: concepto
que remite a las costumbres (a lo que Kant llamó “metafísica de las costumbres”) que a diferencia de la moralidad,
emana directamente de la convivencia y pertenencia a una comunidad histórica -lo cual hace que la moralidad aparezca
supeditada a la eticidad, pues la historia se desarrolla dinámicamente y la eticidad puede producir conflictos y
reaccionar ante contradicciones de las normas surgidas de las costumbres (morälitat)]. Este concepto de eticidad que
emana del espíritu del pueblo histórico pero que no se confunde con la moralidad eventual de cada grupo social, supone
el sujeto colectivo de la nación, el cual encontrará su máxima expresión en la integración y constitución del Estado
Prusiano. Antes de analizar por partes cómo Hegel va formando el hilo conductor entre estos tres conceptos y realidades
con una perspectiva totalizante e integradora (lo cual no es baladí si tenemos en cuenta el posterior desarrollo político-
social de Alemania y de Europa), dada su complejidad, en la que es fácil perderse, reproduzco aquí esquemáticamente
los tres conceptos que vertebran el tema.
SUJETO SISTEMA ESTADO
Hegel desarrolla este concepto en Se trata de la dialéctica como Cristalización del Sujeto (colectivo)
la Fenomenología del Espíritu, sucesión de las contradicciones a portador de la eticidad emanada del
en la que la idea de subjetividad través de síntesis superadoras. Vo l k g e i s t , y s í n t e s i s s u p r e m a y
es tratada con gran riqueza de Aparece expuesto en la reconciliadora del espíritu subjetivo (alma)
matices en una exposición Enciclopedia de las ciencias y el espíritu objetivo (mundo). El Estado es
dialéctica del progreso del sujeto filosóficas, en la Ciencia de la el Espíritu absoluto (Dios). Aparece sobre
desde la conciencia más simple lógica, en su Fª de la naturaleza y todo, de la manera más clara en Sistema de
hasta el saber absoluto. Este libro como Fª del Espíritu. Desarrolla el la eticidad, dentro de la Filosofía del
constituye el Prólogo que trazado anunciado en la Derecho. También en Lecciones de Filosofía
anuncia el desarrollo del Fenomenología… y que culmina de la historia universal elabora
Sistema. en el siguiente paso. detalladamente su idea de Estado.
La dialéctica de estos tres momentos genera como marco de su máxima expresión la figura del Estado como sociedad
política. La teoría del Estado de Hegel dentro de su Sistema está ubicada en el punto máximo de desarrollo del Espíritu
Objetivo, momento de reconciliación entre individuo y comunidad. El proceso que lleva hasta esta reconciliación
constituirá el estudio del Derecho, como inicio del proceso del Espíritu objetivo que debe acabar en la objetivación del
Espíritu como libertad realizada y universal. El proceso, tal como se expone en los Principios de Filosofía del Derecho
(aunque también recurriremos a lecturas de la Enciclopedia y de las Lecciones sobre la Filosofía de la Historia
Universal). En este proceso cobra especial importancia el concepto de eticidad como muestra el hecho de que Hegel lo
considera un Sistema en sí mismo (nuclear para su teoría del Estado) como veremos en el siguiente y último apartado.
5. Consideraciones finales
Una vez visto el desarrollo de la constitución de los Estados según Hegel, puede entenderse con más claridad su
importancia en el conjunto de su filosofía. El todo, el Sujeto, Espíritu, se recupera a sí mismo (Selbts) a través de la
conciencia de los seres humanos. La historia universal se convierte en el relato de la autoconciencia del Espíritu, del
Absoluto. Pero esta autoconciencia es conciencia de la libertad del Espíritu, por tanto, la historia mundial es el progreso
de la conciencia de la libertad, es decir, el progresivo autoconocerse del espíritu como libre. A pesar de que la
autoconciencia del espíritu se realiza en cada individuo, cada uno de ellos es transmisor del espíritu del mundo (espíritu
absoluto en tanto que se manifiesta en la historia a través de la conciencia humana) solo en la medida en que participa
de una unidad superior al individuo: el espíritu del pueblo. Mientras que este puede desaparecer y su realización
consiste precisamente en transformarse, el espíritu del mundo es imperecedero, aunque cambiante.
Hegel da una gran importancia a la función del Estado en la historia: es el objeto inmediato de la historia universal y la
síntesis de lo universal y lo particular. Sólo dentro del Estado el individuo es libre y realiza el fin universal de la
libertad. Hay sin embargo ciertos individuos excepcionales de gran relevancia histórica a través de los cuales opera y se
manifiesta el espíritu del mundo (Napoleón entrando en Jena…) aunque estos individuos actúan movidos por sus
propios intereses, la “astucia de la razón”, que anima el Weltgeist, los convierte en sus instrumentos para el desarrollo de
la historia. Lo particular queda de nuevo incluido en lo universal una vez más a partir de su propósito. De este modo el
“Sistema de la eticidad” asegura la interrelación e interpelación dialéctica entre Sistema, Sujeto y Estado de una forma
que aún nadie ha podido poner en cuestión sin serias dificultades, si bien, tras el fin de la historia decretado por el
hegeliano F. Fukuyama, las identidades de las actuales naciones-Estado parecen disolverse en la liquidez del mercado
internacional.
KOJEVE, A., La dialéctica del amo y del esclavo en Hegel, Siglo XXI,
HEGEL, G.F.W., “Sistema de la eticidad”,
REALE, G. - ANTISERI, D., Historia del pensamiento filosófico y científico, vol. III, Barcelona, Herder, 1995.
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RECORTES
Del punto 1.: Para Kant, entendimiento y razón se diferencian en que el primero es una facultad que sintetiza lo dado en
el fenómeno (en la experiencia sensible), mientras que la segunda es una facultad que pretende alcanzar lo
incondicionado, lo absoluto. Con esta división tradicional, escolástica pero crítica, al entendimiento le corresponden las
categorías de las cosas sensibles y actúa como razón práctica constitutiva de la experiencia del sujeto; mientras que a la
razón le corresponderían las Ideas en cuanto que son trascendentales, actuando como razón crítica reguladora de los
excesos de la imaginación y la fantasía (es decir, regulando los excesos y violencias metafísicas), así como de la
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ausencia de límites morales en la experiencia práctica. Frente a este esquematismo, Hegel considera al entendimiento,
en cuanto que ligado a la experiencia sensible, un conocimiento inferior y parcial, mientras que considera a la razón
como el conocimiento supremo. El entendimiento no pasaría de los límites de la concreción existencial, subjetiva,
mientras que la razón puede captar lo absoluto en cuanto que desarrollo y dinamismo de la Idea, en la que se alcanzaría
una identificación del sujeto con el desarrollo de las fuerzas vitales e históricas, contribuyendo a su consecución, y por
tanto, superando el “hiato” kantiano y crítico entre sujeto y objeto. Desde estos presupuestos -en los que sus estudios de
Teología y la influencia de Spinoza (identificación de Dios con las fuerzas del cosmos) tienen su marca-