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Trabajo Vida Humana

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Vida humana

Homo sapiens (en latín ‘el hombre sabio’),1 comúnmente llamado ser
humano, persona2 u hombre3 —este último en el sentido de ser racional, que
no distingue entre ambos sexos—,4 es una especie del orden de
los primates perteneciente a la familia de los homínidos. El conjunto de
personas o el género humano5 también se conoce con la denominación
genérica de humanos6 y humanidad.7 Los seres humanos poseen
capacidades mentales que les permiten inventar, aprender, utilizar estructuras
lingüísticas complejas, y adquirir y mejorar sus
habilidades lógicas, matemáticas, de escritura, musicales, entre otras. Los
seres humanos son animales sociales, capaces de concebir, transmitir y
aprender conceptos totalmente abstractos.

Se considera Homo sapiens de manera indiscutible a los que poseen las


características anatómicas de las poblaciones humanas actuales. Los restos
más antiguos atribuidos a Homo sapiens, datados en 315 000 años, se
encontraron en Marruecos.8 Las evidencias más antiguas de comportamiento
moderno son las de Pinnacle Point (Sudáfrica), con 165 000 años de
antigüedad.

Pertenece al género Homo, que fue más diversificado y durante el último millón
y medio de años incluía otras especies ya extintas. Desde la extinción
de Homo neanderthalensis, hace 28 000 años, es la única especie conocida del
género Homo que aún perdura.

Hasta hace poco, la biología utilizaba un nombre trinomial —Homo sapiens


sapiens— para esta especie, pero más recientemente se ha descartado el
nexo filogenético entre el neandertal y la actual humanidad,9 por lo que se usa
exclusivamente el nombre binomial. Homo sapiens pertenece a una estirpe
de primates, los hominoideos. Aunque el descubrimiento de Homo sapiens
idaltu en 2003 haría necesario volver al sistema trinomial, la posición
taxonómica de este último es aún incierta.10 Evolutivamente se diferenció
en África y de ese ancestro surgió la familia de la que forman parte
los homínidos.

Filosóficamente, el ser humano se ha definido y redefinido a sí mismo de


numerosas maneras a través de la historia, otorgándose de esta manera un
propósito positivo o negativo respecto de su propia existencia. Existen diversos
sistemas religiosos e ideales filosóficos que, de acuerdo con una diversa gama
de culturas e ideales individuales, tienen como propósito y función responder a
algunas de esas interrogantes existenciales. Los seres humanos tienen la
capacidad de ser conscientes de sí mismos, así como de su pasado; saben
que tienen el poder de planear, transformar y realizar proyectos de diversos
tipos. En función de esta capacidad, han creado diversos
códigos morales y dogmas orientados directamente al manejo de estas
capacidades. Además, pueden ser conscientes de responsabilidades y peligros
provenientes de la naturaleza, así como de otros seres humanos.
En la actualidad, aproximadamente 8000 millones de seres humanos habitan la
Tierra.

Nombre científico[editar]

Hombre de Vitruvio, por Leonardo da Vinci.


El nombre científico asignado por el naturalista sueco Carlos Linneo (1707-
1778) en 175811 alude al rasgo biológico más característico (sapiens significa
«sabio» o «capaz de conocer») y se refiere a la consideración del ser humano
como «animal racional», al contrario que todas las otras especies, siendo la
descripción que aportó para Homo sapiens fue simplemente: Nosce te
ipsum («Conócete a ti mismo»). Es precisamente la capacidad del ser humano
de realizar operaciones conceptuales y simbólicas muy complejas —que
incluyen, por ejemplo, el uso de sistemas lingüísticos muy sofisticados,
el razonamiento abstracto y las capacidades de introspección y especulación—
uno de sus rasgos más destacados. Posiblemente esta complejidad,
fundada neurológicamente en un aumento del tamaño del cerebro y, sobre
todo, en el desarrollo del lóbulo frontal, es también una de las causas, a la vez
que producto, de las muy complejas estructuras sociales que el ser humano ha
desarrollado, y que forman una de las bases de la cultura, entendida
biológicamente como la capacidad para transmitir información y hábitos por
imitación e instrucción, en vez de por herencia genética. Esta propiedad no es
exclusiva de esta especie y es importante también en otros primates.

Linneo clasificó al hombre y a los monos en un grupo que llamó antropomorfos,


como subconjunto del grupo cuadrúpedos, pues entonces no reconocía signos
orgánicos que le permitieran ubicar al ser humano en un lugar privilegiado de la
escala de los seres vivientes. Años más tarde, en el prefacio de Fauna suecica,
manifestó que había clasificado al hombre como cuadrúpedo porque no era
planta ni piedra, sino un animal, tanto por su género de vida como por su
locomoción y porque además, no había podido encontrar un solo carácter
distintivo por el cual el hombre se diferenciara del mono; en otro contexto
afirmó sin embargo que considera al hombre como el fin último de la creación.
A partir de la décima edición de Systema naturae reemplazó a los cuadrúpedos
por los mamíferos y como primer orden de estos, puso a los primates, entre los
cuales colocó al hombre. Linneo tuvo el mérito de dar origen a un nuevo e
inmenso campo epistemológico, el de la antropología, si bien se limitó a
enunciarlo y no lo cultivó. A él tendrán que remitirse todos los científicos
posteriores, tanto para retomar sus definiciones como para criticarlas. En 1758
se definió al Homo sapiens linneano como una especie diurna que cambiaba
por la educación y el clima.

Linneo no designó un holotipo para Homo sapiens, pero en 1959 William


Stearn propuso al propio Linneo, padre de la moderna taxonomía,
como lectotipo para la especie. Con posterioridad se difundió la idea de que
había sido sustituido por Edward Cope, pero esta propuesta no llegó a
formalizarse, así que siguen siendo los restos de Linneo enterrados
en Uppsala el tipo nomenclatural -que debe considerarse simbólico- para la
especie Homo sapiens.12

En la actualidad existen defensores de incluir al ser humano, chimpancé (Pan


troglodytes) y bonobo (Pan paniscus) en el mismo género, dada la cercanía
filogenética, que es más estrecha que la que se encuentra entre otras especies
animales que sí están agrupadas genéricamente.13 Sin embargo, la inmensa
mayoría de los especialistas no consideran correcto incluirlos dentro del mismo
género, debido a que los linajes evolutivos que condujeron al ser humano y al
chimpancé divergieron hace entre 6 y 10 millones de años y se diversificaron
posteriormente, como argumenta Sandy Harcourt,13 y debido a las significativas
diferencias entre los planes corporales de ambas líneas, especialmente en la
de los Hominina, que permiten justificar varios géneros
(Ardipithecus, Paranthropus, Australopithecus u Homo).14

Biología[editar]
El ser humano es un ser vivo, y como tal está compuesto por sustancias
químicas llamadas biomoléculas, por células y realiza las tres funciones
vitales: nutrición, relación y reproducción.15

Además, el cuerpo es un organismo pluricelular; es decir, está formado por


muchas células, entre las cuales existen diferencias de estructura y de
función.15

Por otra parte, el ser humano es un animal, pues tiene células eucariotas, es
decir, presenta orgánulos celulares especializados en una función determinada
y su material genético se encuentra protegido por una envoltura; y
presenta nutrición heterótrofa; es decir, que para obtener su propia materia
orgánica se alimenta de otros seres vivos.15
Cuerpo humano[editar]

Elementos principales de
la anatomía externa de la mujer y el hombre.
Artículo principal: Anatomía humana
En cuanto a su locomoción y movimiento, es uno de los más plásticos del reino
animal, pues existe una amplia gama de movimientos posibles, lo que le
capacita para actividades como el arte escénico y la danza, el deporte y un
sinnúmero de actividades cotidianas. Asimismo destaca la habilidad de
manipulación, gracias a los pulgares oponibles, que le facilitan la fabricación y
uso de instrumentos.

La especie humana posee un notorio dimorfismo sexual en el nivel anatómico,


siendo los hombres adultos más altos y más pesados que las mujeres en
promedio, aunque se ha notado una «tendencia secular» al aumento de las
tallas en ambos sexos (especialmente durante el siglo XX).

El ser humano adulto contemporáneo promedio mide entre: 1,55 m a 1,65 m


(mujeres), y entre 1,65 m a 1,85 m (hombres). El peso depende de la
contextura del individuo y del sexo, generalmente rondando los 45 kg a 70 kg
(mujeres), y 65 kg a 100 kg (hombres). Los cuerpos humanos difieren entre sí
según la estatura, peso, musculatura, nivel de grasa, entre otros.

Véanse también: Cuerpo humano, Fisiología humana y Genética humana.


Mente[editar]
Artículo principal: Mente
La mente se refiere colectivamente a aspectos del entendimiento y conciencia
que son combinaciones de capacidades como el raciocinio, la percepción, la
emoción, la memoria, la imaginación y la voluntad. La mente, según
la neurociencia, es un resultado de la actividad del cerebro.

El término pensamiento define todos los productos que la mente puede generar
incluyendo las actividades racionales del intelecto y las abstracciones de la
imaginación; todo aquello que sea de naturaleza mental es considerado
pensamiento, bien sean estos abstractos, racionales, creativos, artísticos, etc.
Junto con los cetáceos superiores (delfines y ballenas), los homininos de los
géneros Gorilla y Pan, y los elefantes, alcanzan el mayor desarrollo y aun
muchas de sus interacciones nos son desconocidas.

Los seres humanos, a diferencia del resto del reino animal, son los únicos con
capacidad de razonar. Además poseen capacidades mentales que les
permiten inventar, aprender y utilizar estructuras
lingüísticas complejas, lógicas, matemáticas, escritura, música, ciencia y tecnol
ogía. Los seres humanos son animales sociales, capaces de concebir,
transmitir y aprender conceptos totalmente abstractos.

Véanse también: Cerebro


humano, Consciente, Inteligencia, Pensamiento y Psicología.
Nutrición humana[editar]
Artículo principal: Nutrición
Véanse también: Régimen alimenticio, Alimentación
humana, Omnívoro y Vegetarianismo.
El ser humano es un animal omnívoro.1617 En las primeras especies
del género Homo, el paso de una alimentación eminentemente vegetariana a la
inclusión de carne y grasas animales en la dieta no se debió a cuestiones
culturales, sino a los desajustes metabólicos provocados por un mayor
desarrollo cerebral.16 Sin embargo, en el humano, una dieta demasiado rica
en proteínas necesita el complemento de carbohidratos y grasas; de lo
contrario pueden aparecer carencias nutricionales importantes que pueden
incluso provocar la muerte.16 Por ello, la alimentación del ser humano se basa
en la combinación de carne con materia vegetal.16 Al igual que el mismo ser
humano, su alimentación ha evolucionado a lo largo de los años, cambiando
para adaptarse al mundo que lo rodea.18 El ser humano solía cazar por comida,
comía varias bayas y diferentes tipos de frutas, eventualmente los tipos de
alimentos cambiaron radicalmente por la introducción de algo muy importante:
la agricultura y la ganadería. 18

Etología[editar]
Artículo principal: Comportamiento humano
Ciclo vital[editar]

Feto, por Leonardo da Vinci.


La especie humana es entre los seres vivos pluricelulares actuales una de las
más longevas; se tienen documentados casos de longevidad que sobrepasan
los cien años. Tal longevidad es un carácter genotípico que, sin embargo, debe
ser coadyuvado por condiciones vivenciales favorables. En el Imperio romano,
hacia el año 1 d. C., la esperanza de vida rondaba solo los 25 años, debido en
gran parte a la elevada mortalidad infantil.[cita requerida] A principios del siglo XXI, la
esperanza de vida global era de unos 70 años aproximadamente, siendo más
elevada en países desarrollados y más baja en países subdesarrollados.

Se supone que el ser humano, en óptimas condiciones, pueda vivir cien años o
un poco más. Sin embargo a pesar del avance en la salud y calidad de vida en
el último siglo, las costumbres humanas como el consumo de drogas, alcohol,
azúcar, comida basura, sedentarismo, estrés, enfermedades de todo tipo,
exposición a elementos tóxicos, entre otros, disminuye los años de vida de los
seres humanos. Se cree también que pueda ser genético.19

La 'infancia' humana es una de las más prolongadas en comparación con otras


especies cercanas, siendo la edad de la pubertad es aproximadamente a los
once años en las niñas y a los trece años en los niños, aunque las edades
varían según la persona.

Véanse también: Biología del desarrollo, Longevidad, Crecimiento


humano y Desarrollo (biología).
Sexualidad[editar]
Artículo principal: Sexualidad
Como todos los mamíferos, el ser humano tiene
comportamientos reproductivos y sexuales. Pero a diferencia de la mayoría de
ellos no tiene una época reproductiva estacional determinada, manteniendo
actividad sexual y fertilidad en las hembras a lo largo de todo el año. Las
mujeres tienen un ciclo de ovulación aproximadamente mensual, durante el
cual producen óvulos y pueden ser fecundadas; en caso contrario tienen
la menstruación, que es la eliminación a través de la vagina de los tejidos y
sustancias relacionados con la producción de células sexuales.

Pero el comportamiento sexual humano no está únicamente supeditado a las


funciones reproductivas, sino que, de modo similar a otros simios antropoides,
tiene fines recreativos y sociales. En el contacto sexual se busca tanto el placer
como la comunicación afectiva. Es una parte importante de las relaciones de
pareja y también se considera importante en las necesidades psicológicas del
individuo aunque no tenga una relación de pareja.

Cabe destacar la importancia del lenguaje simbólico en Homo sapiens, que


hace que los significantes sean los soportes del pensar o los pensamientos. En
nuestra especie, el pensar humano, a partir de los tres años y medio de edad
se hace prevalentemente simbólico.

Asociado con lo anterior, debe notarse que la especie humana es


prácticamente la única que se mantiene en celo sexual continuo: es realmente
destacable que en la especie humana no exista un estro propiamente dicho. En
las mujeres existe un ciclo de actividad ovárica en virtud del cual existen
cambios fisiológicos en todo su sistema reproductivo y del cual derivan ciertos
cambios de conducta. Sin embargo, como en las mujeres la aceptación sexual
no se circunscribe a una parte del ciclo reproductivo, no se debería usar los
vocablos «estro» y «celo» en el ser humano, dado que la aceptación sexual es
independiente de su ciclo reproductivo. Ya entre chimpancés y, sobre
todo, bonobos, se nota una conducta próxima.

Ahora bien, dada la dificultad de vivir «solamente» practicando relaciones


sexuales, un «mecanismo» evolutivo compensatorio habría sido el de
la sublimación –la cual se considera asociada a la existencia de un lenguaje y
un pensar simbólicos–. Si se da una sublimación, esto parece significar que
también se da una «represión» (en el sentido freudiano) que origina a
lo inconsciente. Homo sapiens es, en este sentido, un ««animal pulsional».
Según la ley del reflejo condicional de Pavlov Homo sapiens «no» se restringe
a un «primer sistema de señales» (el de estímulo/respuesta y respuesta a un
estímulo substitutivo), sino que el ser humano se encuentra en un nivel de
«segundo sistema de señales». Este segundo sistema es, principalmente, el
del lenguaje simbólico que permite una heurística, que es la capacidad para
realizar de forma inmediata innovaciones positivas para sus fines.

Por otra parte, la especie humana es de las pocas, junto con el bonobo (Pan
paniscus), en el reino animal que copula cara a cara, lo cual tiene implicaciones
emocionales de gran relevancia para la especie.

Cabe anotar que con el surgimiento de la teoría de la inteligencia emocional,


desde la psicología sistémica, el ser humano no debe reducirse a sus
pulsiones, las cuales sublima o reprime, sino que se entiende como un
ser sexuado, que vive esta dimensión en relación con la formación recibida en
la familia y la sociedad. La sexualidad se forma entonces desde los primeros
años y se va entendiendo como una vivencia procesual acorde a su ciclo vital y
su contexto sociocultural.
A diferencia de lo que ocurre en la mayor parte de las otras especies sexuadas,
la mujer sigue viviendo mucho tiempo tras la menopausia. En las otras
especies la hembra suele fenecer al poco tiempo de su llegada.

Por la indicada precocidad, la madurez sexo-genital es –con relación a otras


especies– muy tardía entre los individuos de la especie humana. Actualmente
en muchas zonas la menarquia está ocurriendo a los once años; esto significa
que, aunque la madurez sexo-genital es siempre lenta en la especie humana,
existe un adelantamiento de la misma respecto a épocas pasadas (del mismo
modo suele darse una menopausia cada vez más tardía). Pero si la madurez
sexo-genital es tardía en la especie humana, aún más suele serlo la madurez
intelectual y, en especial, la madurez emotiva.

Véanse también: Amor, Sexualidad humana y Sistema reproductivo.

Origen y evolución[editar]
Artículos principales: Evolución humana y Origen del hombre.
Mitos sobre los orígenes[editar]
Artículo principal: Mitos de la creación
A lo largo de la historia se han ido desarrollando distintas
concepciones míticas, religiosas, filosóficas y científicas respecto del ser
humano, cada una con su propia explicación sobre el origen del hombre,
trascendencia y misión en la vida.

Esqueleto reconstruido de Proconsul,


un primate hominoideo.
De los simios del viejo mundo[editar]
Artículo principal: Catarrinos
Evolutivamente, en cuanto perteneciente al orden taxonómico Catarrhini, Homo
sapiens parece tener su ancestro, junto con todos los primates catarrinos, en
un período que va de los 50 a 33 millones de años antes del presente (AP).
Uno de los primeros catarrinos, quizás el primero, es Propliopithecus,
incluyendo a Aegyptopithecus. En este sentido, el ser humano actual, al igual
que primates del "Viejo Mundo" con características más primitivas,
probablemente descienda de esa antigua especie.

Homínidos bípedos[editar]
Artículo principal: Hominina
Australopithecus africanus.
En cuanto a la bipedestación, esta se observa en ciertos primates a partir
del Mioceno. Ya se encuentran ejemplos de bipedación en Oreopithecus
bambolii y la bipedestación parece haber sido común en Orrorin y Ardipithecus.
Las mutaciones que llevaron a la bipedación fueron exitosas porque dejaban
libres las manos para agarrar objetos y, particularmente, porque en la marcha
un homínido ahorra mucha más energía andando sobre dos piernas que sobre
cuatro patas, puede acarrear objetos durante la marcha y otear más lejos. Sin
embargo, de remontarse la bipedestación a quizás a unos seis millones de
años AP, la andadura o forma de marcha típica del humano se consolida
aproximadamente hace al menos unos cuatro millones de años
con Australopithecus. Previamente los primates antropoides apoyaban toda la
planta del pie haciendo una flexión y descargando el peso en el calcáneo; en
cambio, Australopithecus logra una marcha bípeda eficiente, pues se notan
claramente los cambios anatómicos a nivel del pie, en especial del dedo gordo;
también ajustando el ángulo del fémur con el cuerpo para el equilibrio, la
cadera o pelvis cambia a más robusta, corta y cóncava (forma de cuenco); la
columna pasó de ser un arco en forma de C a una forma de S y el agujero de la
base del cráneo que conecta con la columna se desplazó hacia adelante20
como dirigiéndose al centro de gravedad de la cabeza.

Hace 1.5 millones de años con Homo erectus o con Homo ergaster, la
andadura moderna implica la existencia de un pequeño ángulo entre el dedo
gordo y el eje del pie, así como la presencia del arco longitudinal de la planta y
una distribución medial del peso (nótese que en las mujeres la andadura
distribuye el peso más hacia las partes internas del pie debido a la mayor
anchura de la pelvis).21

Todos los cambios reseñados han sucedido en un periodo relativamente breve


(aunque se mida en millones de años). Esto explica la susceptibilidad de
nuestra especie a afecciones en la columna vertebral y en la circulación
sanguínea y linfática (por ejemplo, el corazón recibe -relativamente- "poca"
sangre).

Aparece el ser humano[editar]


Artículo principal: Homo
Homo erectus.
Lo que denominamos propiamente «humano» es una referencia a la aparición
de la capacidad de fabricar herramientas de piedra en un homínido
bípedo, Homo habilis, considerado por la mayoría como la especie humana
más primitiva, mostrando además incremento en la capacidad craneana con
respecto a Australopithecus. Es así como se establece que hace unos dos
millones y medio de años, con la aparición del género Homo, se toma como
punto de inicio para el Paleolítico o Edad de Piedra. Mayor éxito evolutivo
tendrá Homo erectus, quien logrará expandirse por toda Eurasia.

Véanse también: Prehistoria y Paleolítico inferior.


Evolución de la nutrición[editar]
Probablemente cuando los ancestros de Homo sapiens vivían
en selvas comiendo frutos, bayas y hojas, abundantes en vitamina C, pudieron
perder la capacidad metabólica que tiene la mayoría de los animales de
sintetizar en su propio organismo tal vitamina; ya antes parecen haber perdido
la capacidad de digerir la celulosa. Tales pérdidas durante la evolución han
implicado sutiles pero importantes determinaciones: cuando las selvas
originales se redujeron o, por crecimiento demográfico, resultaron
superpobladas, los primitivos homínidos (y luego los humanos) se vieron
forzados a recorrer importantes distancias, migrar, para obtener nuevas fuentes
de nutrientes. La pérdida de la capacidad de metabolizar ciertos nutrientes
como la vitamina C habría sido compensada por una mutación favorable que
permite a Homo sapiens una metabolización óptima (ausente en primates)
del almidón, y así una rápida y "barata" obtención de energía, particularmente
útil para el cerebro. Homo sapiens parece ser una criatura bastante indefensa,
y como respuesta satisfactoria la única solución evolutiva que ha tenido es su
complejísimo sistema nervioso central, espoleado principalmente por la
búsqueda de nuevas fuentes de alimentación. Se ha sugerido la hipótesis de
que la cefalización aumentó paralelamente al incremento de consumo de
carne,[cita requerida] aunque dicha hipótesis no concuerda con el grado de
cefalización desarrollada por los animales carnívoros. La habilidad humana
para digerir alimentos con alto contenido de almidón podría explicar el éxito del
Homo sapiens en el planeta, y sugiere un estudio genético.22

Humanos arcaicos[editar]
Artículo principal: Humanos arcaicos
Homo neanderthalensis.
Se denomina «humanos arcaicos», «Homo sapiens arcaico» o también «pre-
sapiens», a un cierto número de especies de Homo que aun no son
considerados anatómicamente modernos. Poseen hasta 600 000 años de
antigüedad y tienen un tamaño cerebral cercano al de los humanos modernos.
El antropólogo Robin Dunbar opina que es en esta etapa cuando aparece
el lenguaje humano. La filiación de estos individuos dentro de nuestro género
resulta aun controvertida.

Entre los humanos arcaicos están considerados Homo heidelbergensis, Homo


rhodesiensis, Homo neanderthalensis y a veces Homo antecessor. En 2010 se
ha añadido a estos el denominado «hombre de Denísova»,23 y en 2012 el
denominado «hombre del ciervo rojo» en China.24 Ya que no son sapiens,
algunos especialistas prefieren llamarlos simplemente arcaicos antes que H.
sapiens arcaico.25

Humanos anatómicamente modernos[editar]


Artículo principal: Humanos anatómicamente modernos

Mujer de Qafzeh (anatómicamente moderna).


Se denomina propiamente Homo sapiens o anatómicamente modernos a
individuos con una apariencia similar a la de los humanos modernos. Estos
humanos pueden clasificarse como premodernos, pues en ellos no se observa
todavía el conjunto de características de un cráneo moderno, casi esférico, con
la bóveda alta y la frente vertical.26 La similitud se aprecia a nivel del esqueleto
del cuerpo y cavidad craneana, pero esta similitud no es total pues el rostro aun
mantiene características arcaicas como los arcos superciliares (grandes cejas)
y prognatismo maxilar (proyección bucal), aunque menos desarrollados que en
los neandertales.27

Se considera dentro de este grupo a los restos de


28
Florisbad en Sudáfrica (260 000 años), los de Herto en Etiopía, que
corresponde a Homo sapiens idaltu (160 000 años), los de Jebel
Irhoud en Marruecos (315 000 años) y los de Skhul/Qafzeh al norte
de Israel (100 000 años). También se considera anatómicamente modernos a
los hombres de Kibish; sin embargo, estos se enmarcan mejor dentro de los
humanos modernos.

Los humanos modernos[editar]


Artículo principal: Origen de los humanos modernos
Véase también: Adán cromosómico
Véase también: Eva mitocondrial

Ascendencia mitocondrial africana.


Se considera Homo sapiens sapiens de forma indiscutible a los que poseen las
características principales que definen a los humanos modernos: primero la
equiparación anatómica con las poblaciones humanas actuales y luego lo que
se define como "comportamiento moderno".

Actualmente, gracias a los análisis científicos, se sabe que en la genealogía de


la evolución humana habría existido un antepasado común masculino y uno
femenino, a los cuales se les nombró como sus símiles religiosos.

Los restos más antiguos son los de Omo I, llamados Hombres de Kibish,
encontrados en Etiopía con 195 000 años, y restos en cuevas del río Klasies
en Sudáfrica con 125 000 años y con indicios de una conducta más moderna.29

Esta antigüedad coincide con lo estimado para la Eva mitocondrial, la cual está
considerada la antecesora de todos los seres humanos actuales y de la que se
cree que vivió en el África Oriental30 (probablemente Tanzania) hace unos
200 000 años.

Por otra parte, la línea patrilineal nos lleva hasta el Adán cromosómico, quien
nos confirma un origen para los humanos modernos en el África
subsahariana y se le calcula unos 140 000 años de antigüedad.31

Pigmentación[editar]
Es casi seguro que la Eva mitocondrial y el Adán cromosómico, los
primeros Homo sapiens eran melanodérmicos, esto es, de tez oscura. Esto se
debe a que la piel oscura es una excelente adaptación a la exposición solar alta
de las zonas intertropicales del planeta Tierra; la tez oscura (por la melanina)
protege de las radiaciones UV (ultravioletas) y obtiene de ellas por metabolismo
un nutriente llamado folato, indispensable para el desarrollo del embrión y del
feto; pero, a medida que las poblaciones humanas migraron a latitudes más
allá de los 45° (tanto norte como sur) la melanina paulatinamente fue menos
necesaria, más aún, en las cercanías de las latitudes de los 50° la casi total
falta de este pigmento en la dermis, cabello y ojos ha sido una adaptación para
captar más radiaciones U.V. —relativamente escasas en tales latitudes, salvo
que se produzcan huecos de ozono—; en tales latitudes la tez muy clara
posibilita una mayor metabolización de vitamina D a partir de las radiaciones
UV.

Comportamiento moderno[editar]

Indígenas karajá de Brasil. El uso de adornos


personales es un comportamiento humano ampliamente extendido.
La aparición del comportamiento humano moderno significó el más importante
cambio en la evolución de la mente humana, dando lugar a que el ingenio
creativo humano le permitiese dominar su entorno paulatinamente.

Las innovaciones que fueron apareciendo consisten en una gran diversidad


de herramientas de piedra, en el uso de hueso, asta y marfil, en entierros con
bienes funerarios y rituales, construcción de viviendas, diseño de las fogatas,
evidencia de pesca, cacería compleja, aparición del arte figurativo y el uso
de adornos personales.32

Las evidencias más antiguas se encuentran en África; herramientas elaboradas


hace 165 000 años se encontraron en la cueva de Pinnacle Point (Sudáfrica).33
Restos de puntas de flechas y herramientas de hueso para pescar se
encontraron en el Congo y tienen 90 000 años. Igualmente antiguos son unos
símbolos sombreados con ocre rojo en costas al sur de África.34

Véase también: Paleolítico superior


Expansión de la humanidad[editar]
Artículo principal: Expansión de la humanidad
Mapa de las migraciones
humanas fuera de África, versión de Naruya Saitou y Masatoshi Nei (2002) del
Instituto Nacional de la Genética del Japón35 que coincide con la versión de
Göran Burenhult (2000).36
Según la teoría fuera de África, hubo una gran migración de África hacia
Eurasia hace 70 000 años que produjo la paulatina dispersión por todos los
continentes. Según los estudios genéticos y los descubrimientos
paleontológicos, se estima que hace 60 000 años hubo una migración costera
por el Sur de Asia, de pocos miles de años, que posibilitó la colonización
posterior de Australia, Extremo Oriente y Europa.

En Occidente hubo un centro de expansión en el Medio Oriente que está


relacionado con el hombre de Cromañón y la población temprana de Europa,
probable causa de la extinción del hombre de Neandertal.

Según algunos estudios genéticos, en Europa hubo tres migraciones: la


primera, proveniente del Asia Central hace 40 000 años que colonizó la Europa
del Este. Una segunda oleada hace 22 000 años, proveniente del Oriente
Medio, que se instaló en la Europa del sur y del oeste. El 80 % de los europeos
actuales son descendientes de estas dos migraciones, que durante el
transcurso del máximo glaciar de hace 20 000 años se refugiaron en
la península ibérica y en los Balcanes, para volver a expandirse por el resto de
Europa cuando llegó el clima favorable. La tercera migración se habría
producido hace 9000 años, proveniente del Oriente Medio, durante el
transcurso del Neolítico, y solo el 20 % de los europeos actuales llevan
marcadores genéticos correspondientes a esos emigrantes.37

Otros estudios dicen lo contrario, afirmando que en Europa el componente


neolítico desde el Cercano Oriente es el más importante.38 Lo cierto por ahora
es que el acervo genético europeo prehistórico proviene mayoritariamente del
Cercano Oriente, y una menor parte proviene de África, Asia Central y Siberia.

En Oriente la población es igualmente antigua. El pliegue epicántico de los


párpados existente en gran parte de las poblaciones del Asia y de América, el
pliegue que hace 'bridados' en su aspecto externo a los ojos, ha sido una
especialización de poblaciones que durante las glaciaciones debieron pervivir
en lugares con abundancia de nieve; los ojos vulgarmente llamados
«rasgados» entonces fueron el modo de adaptación para que los ojos no
padecieran un excesivo reflejo de la luz solar reflejada por la nieve.[cita requerida]
Sin embargo, una publicación de julio de 2019 en la revista Nature puso en tela
de juicio las teorías e ideas previas acerca del momento del poblamiento de
Europa por Homo sapiens desde África. El hallazgo y datación de un cráneo
de Homo sapiens de 210 000 años de antigüedad en Grecia significaría un
poblamiento de Europa 60 000 años más temprano que lo que se suponía

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