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I Jornada de Estudios Japoneses 2008

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I Jornada de Estudios Japoneses

(Selección de ponencias)

Casa Central, Pontificia Universidad Católica de Chile


Santiago

Sábado 5 de abril de 2008


I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Selección de ponencias:

Juan Luis PERELLÓ “Dificultades de la traducción del japonés al castellano”


Pedro IACOBELLI “Síntesis Histórica de la Inmigración Japonesa en América
Latina: 1868 – 1934”
Rosa Isabel BASAURE “Posibles escenarios de la modificación del Artículo 9 de la
Constitución japonesa referente a las fuerzas de defensa, en su
relación con la Comunidad Internacional”
Juan Carlos FLORES “El Sustrato del pensamiento modernizador, nacionalista y
secularizador:Las Escuelas Rangaku, Kokugaku y los
Estudios Confucianos”
Rodrigo JURI “Characteristics of the decreasing growing rates in the
Japanese population”
Carolina LARREA “Washi: Tradición y Desarrollo”
Patricia PALMA “Indios del Xapón”. Primeras migraciones japonesas al
virreinato del Perú”
Jaime PINTO “La reconfiguración de los lazos sino-nipones y su devenir
político-económico”
Andrea QUEZADA “Diálogo intercultural y estilos de negociación: hacia la
profundización de las relaciones bilaterales entre Japón y
Chile”
Ariel TAKEDA “Fundamentando a los japoneses chilenos”
María José DELPIANO K “Tres momentos en el proceso de modernización de las artes
visuales japonesas: Restauración Meiji, el grupo Gutai y la
escena pos Hirohito”
Eduardo F. FERRY ARANDA “La Guerra y la Bomba Atómica como discurso expresivo en
el cine de animación”

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Dificultades de la traducción del japonés al castellano


Juan Luis Perelló
1. Introducción

Contrariamente a lo que piensa mucha gente, traducir no es una tarea fácil, ya que consiste
en transmitir fielmente en una lengua meta un mensaje expresado originalmente en una
lengua fuente. Esto requiere una comprensión ca bal del texto que se ha de traducir, del
contexto en que este se produjo, de la cultura que lo origina y muchos otros factores, como
los destinatarios, la fecha, etc. Sin embargo, existe un factor que permite que aumente o
disminuya la complejidad del proceso según la combinación de idiomas involucrados: la
proximidad o lejanía cultural de ambas lenguas.

La traducción del inglés u otra lengua indoeuropea al castellano no deja de presentar


grandes dificultades. Sin embargo, el grado y variedad de las dificultades crece de manera
exponencial al enfrentarnos con una lengua ubicada tan lejos geográfica y culturalmente
como es el japonés.

Este trabajo pretende presentar brevemente algunas de las dificultades a las que se ve
enfrentado en su labor el traductor del japonés al castellano. Para facilitar la exposición y
comprensión, he decidido clasificar estas dificulta des en cuatro categorías que
analizaremos a continuación: administrativas, culturales, lingüí sticas y metodológicas.

2.1 Dificultades administrativas

Este tipo de dificultades incluye antes que nada, la dificultad que implica aprender
japonés. No se trata de que sea un idioma intrínsecamente difícil 1, sino más bien es que al
ser tan distinto al castellano, su aprendizaje nos exige un mayor esfuerzo de memorización
y flexibilidad: Con el inglés, muchas veces podemos"adivinar" el significado de palabras

1 1
No obstante, existen argumentos objetivos a favor de esto, como el intrincado sistema de escritura y el
complejo lenguaje de cortesía.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

nuevas, ya que por su origen etimológico tienen una forma similar a la del castellano2. En el
caso del japonés, son tan pocos los casos de palabras parecidas que cuando nos
encontramos una, cuesta creerlo: メロン, pan パン(pan), meron (melón).

Otra gran dificultad que se nos presenta al aprender japonés es el orden de las palabras: la
sintaxis de una frase japonesa es como la del español al revés: 昨日友達が買った本

(ayer amigo-suj comprar-pasado libro) "El libro que compró (mi) amigo ayer".

Además, está el problema de la amplitud del vocabulario. El mínimo para entender y darse
a entender en temas cotidianos es varias veces más numeroso que en castellano. Según
Etsutaro Iwabuchi, si se aprenden 1000 palabras en francés, es posible comprender un
83,5% del habla cotidiana, frente a apenas un 60% en el caso de aprender 1000 palabras en
japonés. Asimismo, para entender un 96% del francés, bastan 5000 palabras, mientras que
para el japonés, se requieren nada menos que 22.000 para alcanzar ese mismo

porcentaje3. Aunque nos puedan quedar dudas con respecto a la exactitud de las cifras, la
experiencia nos dice que la realidad no está muy alejada de dicha aseveración.

La otra dificultad evidente es la escritura, que consta de tres sistemas fonéticos, los
silabarios hiragana, katakana, el romaji, y un más que numeroso inventario de ideogramas
de origen chino, los kanji. De estos últimos, los casi 2000 recomendados por el Ministerio
de Educación son indispensables para leer material de un nivel normal de dificultad. Así, el
tiempo que es necesario invertir para aprender japonés es abismalmente superior al
necesario para aprender otras lenguas como el francés o el inglés. .

Además de estas dificultades relacionadas con el aprendizaje del japonés, se suma otra
dificultad de carácter administrativo: la falta debibliografía específica en español. Si bien

2 2
Ej. revolution, interesting, obviously, etc.
3 3
Citado en 金田一, 1988

4
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

poco a poco se van publicando mejores diccionarios y gramáticas, tradicionalmente


adolecen de estar pensados para japoneses los primeros, por lo que abundan en información
gramatical que no nos sirve (como el género de las palabras en español) y carece de otra
que si nos serviría (categoría gramatical o nivel de formalidad); y de ser traducciones
directas del inglés, los segundos. Sobre todo en el ámbito de la traducción técnica
especializada, son largos los rodeos para encontrar la traducción de un término específico
en japonés. Por lo general, hay que pasar por el inglés, lo cual nos obliga a dominarlo bien
para poder traducir correctamente desde el japonés,al menos en el ámbito técnico.

2.2 Dificultades culturales

Las dificultades culturales incluyen a todos aquello estrechamente relacionado con la


cultura que debido a su especificidad, provoca dificultades de traducción. Muchas veces
exigen adiciones explicativas, préstamos, equivalencias funcionales, notas al pie, etc. No
obstante, la traducción nunca nos deja satisfechos. Ejemplos de dificultades culturales son:

Referencias culturales: Ritos (初詣, hatsumode, visita al templo shintoísta el día de año

nuevo); creencias populares (血液型, ketsuekigata, existe la creencia de que el grupo

sanguíneo influye en la personalidad de las personas); hábitos お(風呂, ofuro, el horario y


forma de tomar un baño es radicalmente diferente), etc. Si el texto que se traduce trata
directamente de estos temas, no es un gran problema por que podemos explicarlos pero,
como suele suceder, si se referencia implícita a dichas realidades, la traducción se
complica, puesto que presupone un conocimiento de tales referencias.

Si bien muchas de estas dificultades también se presentan en la traducción desde el inglés,


pueden resultar menos complejas ya que hay un trasfondo cultural común (cultura
occidental) y un contacto y exposición a través de los medios de comunicación: por
ejemplo "Thanksgiving": la mayoría de nosotros sabe en qué consiste el "día de acción de
gracias" en EE.UU., aunque no hayamos participado nunca. En el caso del japonés, por lo

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

general se trata de elementos desconocidos para el posible público de nuestra traducción.


Además, en el caso del japonés es más frecuente quen textos menos marcados
culturalmente, nos encontremos de todas formas con referencias a elementos materiales
específicos de la cultura nipona: Ej. shamisen, tatami, konnyaku, sake, tofu, etc. Los dos
últimos ya relativamente más conocidos para el lector occidental.

Diferencias ecológicas : Especies animales o vegetales endémicas de una región, sin

referencias en la literatura en español: アサリ(浅蜊) "asari" (Ruditapes philippinarum),


donde consignar que es "una especie de almeja" o "almeja japonesa", y dar el nombre
científico es casi nuestra única alternativa, puesto que la imagen que transmitiría una

traducción literal suele ser poco satisfactoria 4 Desafortunadamente, agregar el nombre


científico produce inevitablemente una alteración d el tenor del texto original.
2.3 Dificultades lingüísticas

Disparidad léxica: Falta de coincidencia semántica entre las palabrasde ambas lenguas,
donde cada una hace distinciones de significado que la otra no hace, y por ende carece de
términos específicos: Arroz←→ご飯、米、メシ、ライス5; 群れ6←→ jauría, manada,
cardumen, bandada.

Polisemia: varios significados relacionados para una misma palabra, típico de los kanjis.

教:Fe, enseñanza, lección, doctrina, aprender

Homonimia: una misma palabra con varios significados no relacionados. かける kakeru
( 掛ける[colgar], 欠ける[faltar], 賭ける[apostar], 駆ける[correr], 架ける[alzar,
construir])

4
Trad. literal: "bivalvo [de aguas] poco profundas"
6
Arroz cocido, arroz crudo, arroz cocido [informal], arroz en nombres de platos preparados.

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Estos fenómenos suceden también con el inglés, peroen menor medida, y no pocas veces de
manera coincidente con el español: plant (vegetal / fábrica), por lo que no presentan
grandes dificultades.

Estructura textual: A mi juicio, uno de los aspectos más intrigantes, pero frecuentemente
ignorados, de las diferencias entre el español y el japonés es la posible diferencia en la
estructura textual, es decir, la forma en que se organizan los textos. A nivel de tipología
oracional, el japonés es una lengua en que existe una ramificación a la izquierda, y el
español, a la derecha. Esto quiere decir que en el primero, los modificantes preceden al
modificado; y en el segundo, todo lo contrario. Por ejemplo, como definición de “mesa”
tenemos lo siguiente:

テーブル:扁平な板に 4 脚ないし中央に 1 脚をもつ洋家具の総称 (広辞苑)7

Mesa: Mueble, por lo común de madera, que se compone de una o de varias tablas lisas
sostenidas por uno o varios pies, y que sirve para comer, escribir, jugar u otros usos.
(DRAE)

Como vemos, en japonés se parte con las características del objeto (tabla plana con 4 patas
o una pata central) y en un último lugar se dice que es la denominación genérica de un
mueble de estilo occidental. Por otro lado, en español se parte diciendo que se trata de un
mueble y después se enumeran las características. Ahora bien, hasta aquí esto no tiene nada
de intrigante ya que es la manera en cada lengua estructura sus oraciones. No obstante,
¿qué sucedería si esta estructura se refleja además un nivel supraoracional, es decir, en la

forma en que se organizan las oraciones dentro del párrafo y a su vez, los párrafos dentro de
un texto?

Después de leer traducciones (y de traducir) del japonés, hay ocasiones en que me queda la
sensación de que en general el resultado no cuaja y que, aunque no se aprecien

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incorrecciones de sentido, al texto le falta naturalidad. Por ejemplo, me encuentro con una
carta en la que cierta empresa japonesa comunica a su afiliado su negativa ante cierta
petición, como conclusión, luego de detallar los po rmenores y antecedentes. Se me ocurre
la posibilidad de que si dicha carta hubiera sido redactada en español, se habría comunicado
la negativa y después se habrían expuesto los motivos. Por esto, el estudio de una tipología
textual contrastiva en ambos idiomas sería de gran utilidad para lograr mayor naturalidad,
dando libertad al traductor para reorganizar la puntuación y estructura de los textos.
Parónimos interlinguísticos : Extranjerismos que en japonés adquieren otro
significado, muchas veces casi opuesto a su significado en español: アイドル idol
(jovencita que modela para revistas, puede ser una completa desconocida y hacerse llamar
"ídolo"), マン ション mansion (las hay incluso de un ambiente), タレント talento
(personajes de la farándula, muchas veces carentes de todo "talento").

Palabras inglesas "made in Japan" (和製英語): No son inglés propiamente tal. En algunas
ocasiones forman parte del japonés general y otras,se restringen a una empresa o rubro: コ
ンセント consent (enchufe); スキンシップ skinship (contacto físico); ビニール vinyl
(plástico); ヒヤリング hearing (encuesta); ソーラーシステム solar system (sistema de
paneles solares)

Onomatopeyas: A diferencia del español, el japonés hace un amplio uso de las


onomatopeyas en una amplia variedad de registros. Cuenta con una innumerable variedad y
productividad de onomatopeyas claramente definidas y comprensibles entre los hablantes.
Así, estas no resisten la escritura y pueden verse con abundancia en literatura, publicidad y
textos en general. かんかん kankan: el sonido producido por el constante golpeteo de
objetos metálicos, como las vallas de un cruce ferroviario; ぼりぼり boribori, sonido
producido al rascarse. En español, perdiendo expresividad, tenemos que recurrir a
estrategias como la adjetivación: "ruido metálico" en la lengua escrita, o a la imitación del
sonido en la lengua oral.

Diferencias en los mecanismos de cohesión : discordancia entre japonés y español en la

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utilización, sinónimos, anáforas, repetición, omisi ón, y otros recursos de referencia


utilizados para dar cohesión a un texto. Por ejempl o, si en un artículo periodístico se
menciona una vez a Bolivia, la segunda vez que se la menciona, en español probablemente
se opte por una expresión sinónima como "el país al tiplánico", "dicho país", etc. En
japonés, es natural repetir el sustantivo. Asimismo, a diferencia del español, el japonés hace
poco uso de pronombres como referencia anafórica. Así, l os mecanismos de coherencia
textual son bastante distintos en ambos idiomas, lo cual puede producir una traducción poco
natural si no se consideran tales diferencias.

Palabras fáciles de confundir: Abundan y acechan al traductor a cada vuelta de página

palabras de distinto significado formada por los mismos morfemas: 行進=desfile, marcha /

進行= avance, marcha (progreso); 現実=realidad / 実現=hacer realidad, llevar a la


práctica.

2.4 Dificultades metodológicas

"Obsesión" del traductor por traducir todas la pala bras en lugar del mensaje: 研究活動を

行う/ 実施する7. Suele traducirse como "Realizar actividades de investigación". Por lo


general quedaría mejor con un escueto "investigar". Asimismo, no es raro ver que cosas
como 研究活動実施計画書 son traducidas en engendros como "Plan de implementación
de actividades de investigación". Este es un claro ejemplo de la mecánica responsable de
que el español resulte farragoso. Esa sucesión de sustantivos unidos por la preposición “de”
demuestra que es una traducción casi palabra por pa labra donde no se comprenden las
relaciones entre los componentes del sintagma. En español, la investigación es una
actividad en sí y no hay necesidad de calificarla como tal (supongo que en japonés también,
pero esa nos llevaría a hablar de estilística japonesa, cosa que no pretendo por el momento).

7
Lit: investigación, actividad, O.DIRECTO realizar / ejecutar

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Con respecto a implementación (a la que algunos se opondrán por razones de purismo)


dependiendo del caso, también podríamos prescindir de ella: Un plan de investigación debe
especificar cómo será esta llevada a cabo. Esto haría innecesaria su inclusión en la
traducción. Así, en general con un simple “plan de investigación” sería suficiente.

Niveles de cortesía sin equivalentes en español. El japonés posee un particular, intrincado y


bien definido lenguaje de cortesía, cuya traducción nos obliga a decidir entre una (más bien
pobre) compensación estilística o la omisión de det erminados rasgos que no se pueden
expresar con naturalidad en español. Probablemente este sea el origen del manido, pero más
bien cursi, "honorable cliente", "honorable dinero", originado sin duda por la presencia del

prefijo honorífico (お, o). Otro ejemplo son las innumerables pronombres personales que
expresan por sí solos la relación de formalidad de la situación y entre los hablantes: yo (1ª
p.sing.) <> 私(formal)、僕 (masculino informal)、おれ(masculino coloquial)、あたし
(femenino formal)、わし(masculino, adulto mayor). La única manera de transmitir esos
matices es compensando otras partes de la oración, por ejemplo, con un registro de mayor o
menor formalidad, según corresponda. Ahora bien, la necesidad de transmitir dichos
matices no deja de ser discutible en la mayoría de los casos.

3 Conclusiones

Las antes mencionadas son algunas de las dificultades a las que debe enfrentarse un
traductor del japonés al castellano en su trabajo. Si bien cada una de ellas requiere de una
estrategia particular para abordarla, - y para la cual no existen "recetas"- es también
necesario contar con un enfoque global al momento de traducir, que nos permita y facilite
tomar decisiones durante el proceso: ¿Vamos a dar importancia a la comprensión del texto
por parte de los lectores de nuestra traducción? o ¿vamos a dar mayor importancia a la
fidelidad al texto y estilo del original, dejando las posibles dificultades como "tarea" para el
lector? Según los teóricos de la traductología, como Peter Newmark, la primera alternativa
sería la recomendable en el caso de una traducción técnica ("de autor anónimo") y la
segunda, en el caso de un texto literario (de autor conocido. Y mientras más conocido,

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

mayor sería la fidelidad debida). No obstante, en la realidad se da una combinación de


ambas situaciones, por lo que los traductores debemos aprender a combinar los dos
enfoques.
La traducción directa del japonés al castellano es una disciplina reciente y poco estudiada,
por lo que quisiera poder contribuir un poco con este trabajo a la toma de conciencia de qué
es lo que significa e implica esta labor.

4 Bibliografía.

ARIMOTO Toshiaki et al. 2000, Diccionario japonés-español, Edición revisada, Hakusuisha


HAIG, John et al. 1999, The New Nelson Japanese-English Character Dictionary, Tuttle
MIYAGI Noburu, YAMADA Yoshihiro. 1998, Diccionario del Español Moderno, Edición
revisada, Hakusuisha
NEWMARK, Peter. 1988, A Textbook of Translation, Prentice Hall International RAMIREZ,
Laureano. 2004, Manual de traducción: chin o castellano, Gedisa. SAEED, John. 1998,
Semantics, Blackwell.
WATKINS, Montse. 1999 "Reflexiones sobre la traducción de literatura japonesa al castellano",
(http://www.canela.org.es/cuadernoscanela/canelapdf/cc11watkins.pdf ) [Consulta 29 de
febrero de 2008]
金田一春彦、1998「日本語」、岩波新書
REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la lengua es pañola, (http://www.drae.es)
[Consulta 29 de febrero de 2008]
手塚治虫、1995,「空気の底」、電話、秋田文

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“Síntesis Histórica de la Inmigración Japonesa en América Latina: 1868 – 1934.”


Pedro Iacobelli Delpiano
I
El proceso emigratorio japonés de fines del siglo diecinueve y de las primeras décadas
del veinte condujo parte sustancial de su flujo a las costas americanas. En un primer momento
hacia la América anglosajona y posteriormente se redirigió hacia Latinoamérica. La herencia
demográfica y cultural de las familias de inmigrantes nipones radicados en Sudamérica se ha
repartido de forma desigual, siendo Chile un receptor marginal. En este sentido, los estudios
realizados son escasos, salvo en los casos de trabajos realizados por miembros de las
comunidades de descendientes.
La historiografía de la inmigración japonesa en Latinoamérica es reducida comparada
con la bibliografía existente para las migraciones europeas. Dentro de las principales obras
de carácter general sobre el tema cabe destacar el libro de Daniel Masterson y Sayaza
Funada-Classen “The Japanese in Latin America” 8 , la enciclopedia de los descendientes
japoneses en América y los numerosos artículos que James L Tigner (pionero en el tema)
escribió sobre la presencia de colonos japoneses, en particular los provenientes de Okinawa. 9
Junto con la escasa bibliografía general encontramos un creciente cuerpo de trabajos que lidia
con la migración japonesa en algún país latinoamericano en particular. La calidad y el número
de trabajos escritos se condice con el impacto que dicha migración tuvo en cada país, siendo
los trabajos sobre la migración japonesa al Brasil y al Perú los más numerosos.10

8
Masterson, Daniel M. y Sayaza Funada-Classen, “The Japanese in Latin America”. University of Illinois
Press, 2004.
9
“Encyclopedia of Japanese Descendants in the Americas” edited by Akemi Kihumura – Yano Imouye.
Rowman & Littlefield Publishers, Inc. EUA. 2002; sobre el trabajo de James L. Tigner, recomiendo leer dos:
“Japanese Immigration into Latin America: A Survey” en Journal of Interamerican Studies and World
Affaire, Vol. 23 No. 4, November 1981, 457 – 482. Sage Publications, 1981. y “Review Essay: Japanese
Settlement in Eastern Bolivia and Brazil” en Journal of Interamerican Studies and World Affaire, Vol. 24 No.
4, November 1982, 496 – 517.
10
Ver: Reichl, Christopher A., “Stages in the Historical Process of Ethnicity: The Japanese in Brazil, 1908 –
1988” en Ethnohistory 42(1) invierno 1995, 31 – 62., Smith, Robert J., “The Ethnic Japanese in Brazil” en
Journal of Japanese Studies 5(1) 1979, 53 - 70., Gardiner, C. Harvey, “The Japanese and Central America”
en Journal of Inter American Studies and World Affairs No.14 1972, 15 – 46., Ropp, Steven Masami y Romy
Chávez de Ropp, “An Interview with Francisco Miyasaka: president of the Japanese Cuban Association” en
Amerasia Journal 28(2) 2002, 129 – 146., Lausent – Herrera, Isabelle, “Pasado y Presente de la Comunidad
Japonesa en el Peru” Coleccion Mínima, Ed. IEP, Lima. 1991. Y para Chile: Takeda Mena, Ariel,
“Anecdotario Histórico - Japoneses Chilenos – Primera mitad del siglo XX”. Edición Margarita Hudolin.
Santiago, 2006. Ferrando Hanus, María Teresa, “Al otro lado del Pacífico: Japoneses en Chile, 1900 – 1960”.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Esta ponencia busca presentar, a manera de síntesis, los aspectos básicos que
posibilitaron que cientos de miles de japoneses abandonar el archipiélago y los que
permitieron que el flujo migratorio llegara de forma masiva a este lado del océano desde
1868 hasta 1934. Dicho periodo puede ser tomado como una unidad por cuanto en él se gestó
y desarrolló la migración japonesa hacia Latinoamérica desde una etapa embrionaria hasta
su punto más alto.
Se estudiara la situación de la migración japonesa en el archipiélago durante el
gobierno del shogunato de los Tokugawa, luego las consecuencias de la restauración Meiji
con respecto al tema y la respuesta americana hacia el mundo japonés.

II
Dentro de los diversos temas a los que se vio enfrentado el gobierno japonés luego de
la reapertura de sus puertos a los comerciantes occidentales en 1854, la posibilidad que los
súbditos nipones dejaran el imperio estuvo presente en la discusión. Las leyes del bakufu de
los Tokugawa castigaban duramente a quienes abandonaran el archipiélago, impidiendo de
por vida su regreso. Esta normativa incluía a los mal afortunados pescadores que naufragaran
y salieran del perímetro oficial. Comodoro Mathew Perry, comisionado por el presidente
Millard Fillmore de los Estados Unidos para negociar una tratado de apertura del Japón, tuvo
dentro de sus principales obligaciones, la de garantizar que el gobierno japonés asistiera a los
náufragos de cualquier nacionalidad, incluyendo a los japoneses. Este punto probó ser de
gran interés en la redacción del tratado de Kanawaga (1954), en donde se le dedicó tres
artículos concluyentes sobre el tema. 11
El buke shohhato -código de regulaciones escrito por Tokugawa Ieyasu a las que se
debían someter todos los daimios y samuráis-, expresamente prohibía cualquier intento por
parte de los reinos a construir una embarcación que les permitiera navegar fuera de los límites

Ograma. Santiago, 2004., Jara Fernández, Mauricio, “Chile y el Imperio del Japón, 1897 – 1911: Inicios de la
Expansión Diplomática y Salitrera en el Asia”. Imprenta Portales, Valparaíso, 1999. , Castellón, Alvaro y José
Miguel Pozo, “Historia de las relaciones bilaterales Chile y Japón” en: Chile un siglo de Amistad.
11
ARTICLE III: Whenever ships of the United States are thrown or wrecked on the coast of Japan, the
Japanese vessels will assist them, and carry their crews to Simoda, or Hakodade, and hand them over to their
countrymen, appointed to receive them; whatever articles the shipwrecked men may have preserved shall
likewise be restored, and the expenses incurred in the rescue and support of Americans and Japanese who
may thus be thrown upon the shores of either nation are not to be refunded. Tratado de Kanagawa, en:
http://web.jjay.cuny.edu/~jobrien/reference/ob25.html. revisado en mayo de 2003.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

establecidos, y paralelamente, el interés de los Tokugawa (no sólo Ieyasu) por asegurar la
estabilidad política interna y el monopolio del comercio exterior, llevaron a desarrollar una
política de reclusión total (sakoku).12 El encierro autoimpuesto, con pequeñas ventanas hacia
Europa y China en los puertos meridionales de Deshima y Nagasaki, no fue un proceso
impuesto por un shogun, sino uno cristalizado por todo un bakufu. El interés por preservar
un estado de paz dentro de una sociedad guerrera puede ser considerado como el principal
objetivo dentro de la política de Estado nipona, siendo el férreo control sobre los daimios el
medio para conseguirlo.
El sistema administrativo(baku-han), impedía cualquier tipo de levantamiento por
parte de los señoríos japoneses, como la independencia de cualquiera de ellos en temas de
comercio o política internacional13. El shogun centralizó la toma de decisiones e impidió la
emigración de naturales nipones. El temor a la influencia del cristianismo, a la presencia
económica de los occidentales, y a la venta ilegal de armamento no dejaban espacios para
arriesgarse permitiendo la salida libre de los súbditos del emperador.
Si el sistema de baku-han gozó de una aparente buena salud por cuanto junto con
mantener la paz interna no sufrió los rigores del imperialismo occidental -que si experimentó
China o India en los siglos dieciocho y diecinueve-, se debió principalmente a su la lejanía
de las principales rutas comerciales y al poco interés económico que representaba el
archipiélago para los comerciantes europeos. 14 En cuanto a las potencias occidentales en
Asia; Rusia a mediados del siglo diecinueve, tuvo que abandonar temporalmente sus intereses
en Asia para centralizar sus fuerzas en la Guerra de Crimea (1953-56), y los británicos luego
de la primera Guerra del Opio (1939-41), centralizaron su interés político y comercial en
China. La única potencia occidental que vio incrementada sus posibilidades para “cumplir
con la obligación modernizadora de occidente” en Japón fueron Los Estados Unidos de
Norteamérica (EUA), quienes en la década del cuarenta adquirieron California en la costa

12
John Whitney Hall “Japan from Prehistory to Modern Times”. Tuttle publishing, Tokyo. 1971. pp. 160-180.
13
El sistema del baku-han es la simbiosis entre las dos principales instituciones políticas de Japón, el bakufu y
los daymios (o han). El bakufu, siendo un daymio más, exigía a los señores feudales habitar al menos seis
meses cada año en Edo, esto le permitía al shogun contar con el consejo de sus aliados y mantener vigilados a
sus oponentes.
14
Hall, Op. Cit. Pp. 245 – 251.

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oeste y con la apertura del puerto de San Francisco aumentaron considerablemente su


influencia en el Pacífico.15
Como ha sido comentado anteriormente, la flota de buques negros encabezada por
Comodoro M. Perry llegó a Japón a cumplir con un deber superior, el de abrir las puertas del
imperio japonés al resto del mundo civilizado. Este hecho refuerza la crisis interna que venía
experimentado el shogunato desde hace ya un par de décadas, y va a marcar el principio del
fin de esta institución. El tratado de Kanagawa y posteriormente los tratados que se firman
con otras potencias occidentales terminan por abrir los puertos y vulnerar la autoridad del
shogun, quien ya no es visto como la institución idónea para proteger al emperador y a la
nación de amenazas exógenas. La inocuidad de las autoridades japonesas frente a la crisis
permitió el surgimiento de una crítica de varios sectores políticos que culminó con la
restauración de la autoridad imperial por sobre el bakufu. 16
La restauración de la autoridad imperial en 1968 dio inicio a un nuevo periodo en la
historia de Japón, el cual vería en la experiencia china un llamado hacia lo inevitable,
adaptarse o ser sometidos. Una nueva élite de políticos jóvenes se haría cargo de variar la
inclinación de las instituciones políticas japonesas desde los antiguos modelos chinos hacia
las pautas occidentales17. En este sentido las autoridades Meiji optaron por iniciar un proceso
modernizador el cual incluía permitir la salida sistemática de nacionales a países europeos y
a los EUA.18 Si bien el shogunato de los Tokugawa y otros daimios enviaron delegaciones
de oficiales para conocer occidente, nunca se desarrollaron de forma sistemática, en cambio
dentro de la renovación Meiji, los préstamos culturales fueron un elemento clave, incluyendo
el envío de estudiantes nipones a Europa y a los EUA.
La historiografía clásica ha alegado una fuerte dosis de darwinismo en la postura
japonesa hacia los conocidos préstamos culturales, ya que ellos habrían reconocido que el
mundo occidental se ubicaba en un peldaño superior dentro de la escala evolutiva, sin
embargo, se entiende mejor el interés japonés por la cultura occidental en su intento por

15
Ibídem.
16
W.G. Beasley, “Historia Contemporánea de Japón”. Alianza editorial S.A. Madrid. 1995. trad. Carlos
Rubio. pp. 69 – 91.
17
Ibídem. p. 111.
18
La discusión de si el proceso vivido en Japón fue de modernización u occidentalización ha sido superada,
ya que se entiende que el proceso de modernización tiene su cuna en el mundo occidental, pero no
necesariamente incluye las características propias de Occidente.

15
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sobreponerse a la superioridad de los países occidentales con el fin de rechazar la posición


de inferioridad en la que se encontraban. 19
Los primeros japoneses en viajar fuera del archipiélago desde el siglo diecisiete
tuvieron como objetivo el aprender técnicas occidentales y una vez logrado esto, debían
regresar. Tal vez el paradigma en este tipo de viajes, es la misión de Iwakura Tomomi (1872-
73) que visitó los principales países europeos y a los Estados Unidos junto a una delegación
que incluía numerosos estudiantes. 20
Con la caída del bakufu se puso fin al aislamiento y a las severas penas para quienes
abandonaran el archipiélago. El paso siguiente sería regularizar la salida de japoneses
deseosos por evadir el pesado yugo del proceso modernizador.

III.
Los procesos migratorios suelen ser gatillados ya sea por el ejercicio de una fuerza
atrayente (PULL), o el de una expulsiva (PUSH) o por ambas. Una fuerza absorbente puede
ser la riqueza específica de una zona como, por ejemplo, sucedió con la fiebre del oro en
California a mediados del siglo diecinueve, en donde miles de personas dejaron sus ciudades
de origen para radicarse cerca del oro. Por el contrario un ejemplo de fuerza expulsiva puede
ser una crisis económica que obliga a las personas a buscar mejores expectativas en otro lugar.
Para el caso japonés, se puede explicar la migración a Latinoamérica a partir de ambas
teorías. 21
Las causas internas de la migración japonesa nacen con la llegada de Perry y el
proceso reformador que le siguió. La población japonesa sufrió el rigor de la modernización
la cual implantó una serie de reformas las cuales mermaron violentamente la calidad de vida
en el país. En este sentido, la reforma más radical fue en la administración con la abolición
definitiva de los daimios en 1871 y la consiguiente centralización de la actividad política y

19
Beasley. Op. Cit. p. 133.
20
Ibídem. p. 134.
21
La teoría de los factores push – pull creada por Ravenstein a fines del siglo diecinueve constituyó la base
para el estudio de la migración contemporánea. A pesar de que se han hechos importantes avances en esta
materia, su uso en esta síntesis es con un fin de bisagra, para dividir las causa que expulsaron a los japoneses
de Japón y las que los atrajeron a América Latina. Ver: Cuamea, Felipe “Approaches to the study of
international migration: a Review” en Estudios Fronterisos, enero-junio. Vol/núm 1. pp. 131- 168. en:
http//redalyc.uaemex.mx. revisado en marzo 2008.

16
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

económica, la que cambió la estructura feudal japonesa por una de corte occidental.22 A partir
de ese cambio vendrían otros, siendo particularmente sensibles los acontecidos con la política
agraria y fiscal.
Al abolir el veto de los Tokugawa a la venta de la tierra, se independiza a los pequeños
propietarios de su aldea (mura) y los hace responsables, de forma individual, del pago del
impuesto directo a la renta. Éstos se calcularían ya no a partir del valor de la cosecha, sino
del valor de la tierra. La liberalización de los campos permitió el acaparamiento de éstos lo
cual fue facilitado por el alto valor de los impuestos que perjudicó enormemente a los
campesinos más pequeños.23 O vendían sus tierras a un latifundista, o esperaban a que fuera
confiscada por el gobierno central por el no pago de los altos impuestos.24 Esta situación
conllevó una creciente migración de los campesinos sin tierra hacia la ciudad en donde
tampoco encontraban un lugar y terminaban viviendo en la marginalidad.
Los gravámenes anuales sobre las ganancias y compra-venta de la tierra probaron ser
una parte sustancial del precario presupuesto del gobierno central, el cual en los primeros
años del gobierno Meiji presentaba un serio déficit presupuestario producto de la deuda
contraída al abolir los daimios y pensionar a los samuráis. 25
La vida en Japón se volvió aún más difícil con la aprobación del servicio militar
obligatorio, el cual forzaba a todos los jóvenes de veinte años a entrar en el ejército por tres
años, tiempo en el cual no podían colaborar en los negocios familiares ni en la agricultura.26
Asimismo, se estableció la escolaridad obligatoria, la cual no era gratuita transformándose
en una nueva carga económica para las familias. 27 Si bien la apertura nipona permitió un
fortalecimiento de la inversión privada lo que contribuyó a que aumentara los ingresos del
Estado y el nivel de vida promedio en la década del ochenta y noventa, esta derivó –en un
contexto falto de leyes laborales-, en un aumento de la disparidad social y en la opresión de
los trabajadores urbanos quienes recién en 1911 contaron con una legislación sobre el tema. 28

22
Hall. Op. cit. p.266.
23
Beasley. pp. 101- 105. Hall. p. 280.
24
Amelia Morimoto, Población de origen japonés en el Perú. En “Primer Seminario sobre Poblaciones
Inmigrantes: Actas, tomo I”, Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, Lima. 1987. p 107.
25
Hall. Op. Cit. p.275.
26
Ibídem. Las prestaciones militares habían sido hasta el inicio del periodo Meiji atribuciones exclusivas de la
clase de los samuráis. Si bien era obligatorio, se podía conmutar por el pago de 270 yenes.
27
Beasley. Op.Cit. p. 147.
28
En 1911 se decretó la jornada laboral de 11 horas para mujeres y niños. Ibídem. p.167 – 191.

17
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

En definitiva, El proceso de apertura japonés y la restauración misma significaron una


carga para los japoneses, quienes sufrieron en el plano económico y social del traumático
cambio que experimento el archipiélago. No es de extrañar que ya hacia 1868 un primer
contingente contratado de trabajadores japoneses emigrara hacia Hawai. Sin embargo la
salida sistemática se produciría poco tiempo después. 29

IV
Las salidas de súbditos japoneses hacia América obedeció a: a) al interés de los mismo
por acceder a la posibilidad de un futuro más próspero y b) del nuevo gobierno central que
vio en la inmigración una herramienta para distender el ambiente social en Japón el cual era
denso como consecuencias de las reformas administrativas ya estudiadas, el aumento
explosivo de la población, y la situación de guerra que se vivió primero con China y luego
con Rusia.30 Sin embargo para que esta salida se concretara, especialmente durante el siglo
diecinueve y la primera década del veinte, se requería de la existencia de territorios
necesitados de capital humano y dispuestos a ofrecerles a los japoneses condiciones más
favorables que en su propio país, los cuales durante el periodo 1880 – 1900 se encontraban
principalmente en Hawai, EUA y Canadá. 31
El gobierno de Hawai, desde el Masters and Servants Act de 1850, se encontraba
contratando mano de obra de bajo costo en cualquier parte del mundo para que trabajara en
su territorio. Al abrir Japón sus puertas, también abrió la posibilidad para la migración de
trabajadores nipones a tierras hawaianas. 32 Sería luego de la firma del Immigration
Convention entre el gobierno japonés y el hawaiano en 1885 que de forma regular japoneses
poseedores de un contrato con alguna empresa del archipiélago polinesio, emigrarían. 33
El espíritu de los trabajadores japoneses que optaban por emigrar, era el de poder
volver a Japón, al cabo de tres o cuatro años, con los suficientes ahorros como para poder
ofrecer un mejor nivel de vida a sus familiares (Dekasegi), sin embargo, el no lograr este

29
Eiichiro Azuma, Japanese Migration: historical overview 1868 – 2000. En Akemi Kikumura-Yano ed.,
“Enciclopedia …”. Op. Cit. pág. 31. El comerciante estadounidense Eugene Van Reed reclutó a ciento
cincuenta hombres por un periodo de tres años.
30
Lausent-Herrera, Op. Cit. p. 13.
31
Masterson, Op. Cit. p.8.
32
Ibídem.
33
Se calcula que 29.000 japoneses llegaron a Hawai bajo el régimen de trabajadores contratados. Azuma, Op.
Cit. p. 32. Tigner, Japanese, Op. Cit. p. 457.

18
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

objetivo produjo un alto grado de frustración en los japoneses que buscarían continuar con
su aventura en ultramar hasta conseguir una situación que les permitiera regresar
dignamente.34 Este aspecto de la psicología nipona, nos permite comprender el ímpetu con
el cual varios japoneses volvieron a emigrar desde Hawai hacia América, principalmente
EUA y Canadá, países que a diferencia del archipiélago polinesio no exigía tener un contrato
firmado para aceptar la llegada de inmigrantes.35
El interés de los japoneses por emigrar fue acogido por una serie de compañías de
transporte privadas las cuales fomentaron la salida del territorio nipón, ofreciendo ya no sólo
Hawai como destino, sino los EUA, Canadá, y a fines del diecinueve, México y Perú.36 Al
ser el transporte y reubicación de ciudadanos japoneses un negocio nuevo, se produjeron
excesos por parte de las empresas oferentes de estos servicios, por lo cual el gobierno japonés
tuvo que crear una nueva legislación en torno al tema para proteger los intereses de los
emigrantes y regular la actividad de las compañías, siendo la más importante en el siglo
diecinueve el Acta de Protección al Emigrante (Imin Hogoho) de 1896.37
El punto de inflexión en la migración Japonesa hacia América llegaría en 1908 y sería
acentuado por las circunstancias de atracción (PULL) que conducirían a los emigrantes del
norte al sur de América.
Si bien la migración japonesa hacia Norteamérica fluía vigorosamente durante el
primer lustro del siglo veinte, un grupo importante de la población anglosajona de la costa
este de los EUA comenzó a desarrollar un sentimiento xenófobo hacia los inmigrantes
japoneses. Los recientes triunfos sobre China y Rusia en el campo militar encumbraban a
Japón como una de las potencias internacionales, lo cual dio pie para el resurgimiento de la
ideología del “peligro amarillo”.38 En 1906, luego de disturbios xenófobos en la ciudad de

34
completar
35
En el siglo diecinueve EUA mantuvo una política abierta para la llegada de inmigrantes asiáticos no chinos
para trabajar en los territorios de la costa este. Ver. Tigner, Japanese, Ibídem.
36
Ibídem, p. 460.
37
Anteriormente, en 1894, se había promulgado la primera Ordenanza de Protección al Emigrante (Imin
Hogo Kisoku). Azuma, Op. Cit. pp. 31 – 33. Dentro de las principales compañías transportadoras de
emigrantes encontramos la: Toyo Imin Goshi Kaisha (Compañía de Emigración Oriental); Tairiku Imin
Kaisha (Compañía de Emigración Continental); Morioka Imin Gomei Kaisha (Compañía de Emigración
Morioka); Kokoku Shokumin Kaisha (Compañía de Colonización Kokoku); Takemura Shokumin Kaisha
(Compañía de Colonización Takemura); y Nambei Shokumin Kabushiki Kaisha (Compañía de Colonización
Nambei). Tigner. Japanese Op. Cit. p. 477.
38
Existe una larga discusión sobre el etnocentrismo expresado en el color de la piel. En cuanto a los chinos y
japoneses, la percepción occidental sobre su piel ha cambiado dependiendo del grado de admiración que se

19
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

San Francisco, el San Francisco Board of Education ordenó la segregación de estudiantes


japoneses del resto.39 La inmigración japonesa en los Estados Unidos fue regulada a través
de dos documentos: Immigration Act en 1907, ley que buscaba evitar un deterioro de las
condiciones de trabajo en los EUA prohibiendo la entrada a trabajadores extranjeros
previamente contratados, inmigrantes que utilizaran Canadá o México como países
intermediarios para ingresar, y la publicidad de cualquier tipo invitando a emigrar hacia los
EUA, y The Gentleman Agreement de 1907 - 1908, un conjunto de acuerdos entre el gobierno
estadounidense y el japonés para limitar el flujo migratorio hacia Norteamérica y reforzaba
el precepto de impedir la migraci{on japonesa a México. 40
A partir de 1908 y hasta 1934 la migración japonesa en Latinoamérica experimentó
un crecimiento sostenido atraída principalmente por la necesidad de mano de obra en Perú y
Brasil.
Hemos dicho que antes de 1908 el grueso de la migración japonesa en América se
había concentrado en los EUA y Canadá, sin embargo tanto México como Perú ya habían
empezado a aceptar inmigrantes nipones en el siglo diecinueve. Durante las primeras décadas
del siglo veinte la migración hacia esos países evolucionaría de forma opuesta. Si bien
México hacia fines del gobierno Meiji había aceptado a más de once mil inmigrantes
japoneses, luego del Gentleman Agreement, y sobre todo luego del estallido de la revolución
mexicana en 1910, vio abruptamente reducido el número de inmigrantes en su territorio.
En contra, Perú consolidó su posición como país receptor de inmigración asiática.
Luego del fin del comercio de culíes chinos en 1874 se encontró frente a una gran escasez de
mano de obra campesina y minera, la cual posibilito los primeros contactos entre el gobierno
peruano con el japonés. Esto se tradujo en la llegada del primer contingente contratado para
trabajar en Perú en 1899. 41 La migración japonesa al Perú creció constantemente hasta 1924,

tenga de su cultura. Blanca si hay un grado de estima alto y amarilla si no lo es. El término “Peligro Amarillo”
hace referencia a esta segunda postura, la cual fue siendo cada vez más utilizada en la segunda mitad del siglo
veinte y llego a su clímax durante el bombardeo a la base de Pearl Harbor en 1941. Sobre la percepción racial
de Europa sobre China y Japón ver: Mungello, David, “The Great Encounter of China and the West, 1500 -
1800”. Rowman & Littlefield Publishers. Inc. Maryland. 1999. pp. 92 – 94.
39
Eiichiro, Op. Cit. Ibídem.
40
Ver: “Immigration Act of 1907”, http://www.multied.com/documents/immigrationact.html, revisado en
enero 2008. “The Gentleman Agreement” fue concordado para evitar la humillación que constituiría para
Japón que Los Estados Unidos promulgara una ley de exclusión a los japoneses como sí lo había hecho en
1882 con los chinos en The Chinese Exclusion Act. Masterson. Op. Cit. p. 8 -10;
41
790 japoneses a bordo del Sakura Maru llegaron a la costa peruana en 1899. Lausent-Herrera. Op. Cit. p.
11.

20
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

fecha en la que expiró el acuerdo entre ambas naciones para fomentar la inmigración bajo
contrato.42
Más de veintiséis mil japoneses llegaron al Perú desde el inicio del periodo de
emigración japonesa hasta 1931, en un principio su objetivo fue trabajar en los campos del
interior, pero dado las malas condiciones laborales terminaron emigrando hacia las ciudades,
concentrándose principalmente en Lima y Callao.43
Sin embargo, el destino más atractivo para la migración japonesa en América del Sur
se encontró a partir de 1908 en Brasil. Tres quintas partes del total de la migración nipona en
Latinoamérica se asentaron en la excolonia portuguesa (ver tabla), promovida inicialmente
por la urgente necesidad de mano de obra que experimentó esa nación luego de la
promulgación de la Lei Aurea en 1888, la cual puso fin a la esclavitud. 44 Otro elemento
atrayente para la migración japonesa a Brasil, fue el alto precio que el café alcanzó en las
primeras décadas del siglo veinte, lo cual convertía a las fezendas en un destino más rentable
para los emigrantes japoneses que los campos peruanos. 45 Finalmente, el inicio de la
migración japonesa en Brasil se da dentro de la coyuntura del cierre de las fronteras
norteamericanas a ciudadanos nipones y la nueva crisis económica en al archipiélago luego
de la guerra de 1904.46

Tabla 1: Inmigración Japonesa en Latinoamérica por Eras Imperiales: 1899 - 1941


1899 - 1912 1913 - 1926 1927 - 1941 TOTAL
México 11.099 1.197 2.270 14.566
Cuba 4 419 249 672
Perú 9.109 15.134 8.827 33.067
Brasil 4.573 44.046 139.062 187.681
Argentina 22 1.321 4.055 5.398
Chile 135 189 174 498

42
A pesar del fin del acuerdo entre Perú y Japón, entre 1924 y 1929 más de siete mil japoneses, familiares y
novias de los residentes nipones, arribaron al Perú. Ibídem. p. 25.
43
Ibídem.
44
Ibídem. p. 23.
45
Ibídem. pp. 41-42.
46
Junto con la crisis económica pos Guerra con Rusia, hay que considerar que la población japonesa también
se vio afectada por desastres naturales, como el terremoto de Kanto en 1924, los cuales la sumergió aún más
en una situación de pobreza y desamparo.

21
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

TOTAL 24.939 62.517 155.823 243.279


Fuente: Gaimusho Ryoji Iiju-bu, Waka kokumin no kaigai hatten: Iiyu hyakumen nno
ayumi (Tokio: Ministerio de Asuntos Internacionales, 1971), 142 – 43. Citado en
Masterson, Op. Cit. p. 113.

En Brasil, los japoneses llegaron principalmente al estado de San Paulo bajo un


sistema de contratos que privilegiaba la llegada de grupos familiares (ie) aún cuando estas
fueran muchas veces ficticias o se disolvieran poco tiempo después de haber llegado al país. 47
El atractivo se encontraba en la posibilidad real de progresar en una tierra que se había abierto
a la llegada masiva de inmigrantes de diversas nacionalidades. Los japoneses pudieron
adquirir terrenos (terra japonesa), zonas de baja calidad pero que ellos lograron cultivar y
hacer florecer. 48
La llegada masiva de inmigrantes japoneses al Brasil debe ser también comprendida
en el contexto de la paulatina fusión de las diversas compañías de transporte de emigrantes
en la “Compañía de Desarrollo en Ultramar Ltda.” o KKKK por sus siglas en japonés hacia
1921.49 La KKKK al unificar el traslado de emigrantes japoneses en ultramar, concentró en
si el resguardo de los derechos individuales de los emigrantes, como también la
responsabilidad de negociar los respectivos contratos. Esto permitió convenir acuerdos de
forma aún más directa con los respectivos gobiernos, en especial con el brasileño el cual se
mostró receptivo a la llegada de japoneses durante la década del veinte. Asimismo, la KKKK
con los fondos que recibía del Estado comenzó a subsidiar parte de los pasajes de los
emigrantes individuales lo cual permitió aumentar el número de interesados en emigrar. 50 La
migración al Brasil se benefició de dicha fusión, ya que a través de los acuerdos suscritos con
la KKKK logró concentrar casi el noventa por ciento de la inmigración japonesa en América
Latina durante esa década.

47
Smith, Op. Cit. pp. 55-56
48
Ibídem. p. 57
49
Kaigai Kogyo Kabushiki Kaisha. Tigner, Japanese. Op. Cit. pp. 460 – 477.
50
Ibídem.

22
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

La década del treinta vio tanto en Perú como en Brasil un cambio de actitud hacia la
migración japonesa. En Lima, el fin del gobierno de Augusto Leguía –principal impulsor de
la llegada de inmigrantes japoneses-, conllevó el rechazo a los nipones. A partir de eso se
perpetraron actos violentos contra la propiedad de los japoneses entre diciembre de 1930 y
agosto 1931. 51 En Brasil se puso fin a la inmigración subsidiada en 1928 y durante el
gobierno de Getulio Vargas, se promulgaría el Acta de Inmigración de 1934, la cual impuso
restricciones muy altas para la llegada de japoneses al Brasil. En ambos casos, los efectos de
la depresión económica de 1929, la percepción negativa de la población local hacia el relativo
éxito económico japonés, y la coyuntura internacional en donde Japón se había expandido
hacia la zona de Manchuria - abandonando la Sociedad de las Naciones en 1931-, llevó a las
autoridades locales a formular restricciones a la llegada de nuevos inmigrantes. La cual
disminuiría hasta cero durante los años de la guerra.
En el resto de los países latinoamericanos, la migración japonesa durante el periodo
tuvo una importancia marginal, pero no por eso sin huella. Por las características de esta
síntesis no revisaré el caso de las colonias en cada país, tarea que queda pendiente para una
futura revisión.

51
Lausent-Herrera. Op. Cit. p. 26.

23
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“Posibles escenarios de la modificación del Artículo 9 de la Constitución japonesa referente


a las fuerzas de defensa, en su relación con la Comunidad Internacional.”
Rosa Isabel Basaure Cabero

Aunque desde antes de la Segunda Guerra Mundial, el papel de Japón en Asia ha sido
conflictivo, durante el último tiempo, varios incidentes han sacado a la superficie las
tensiones latentes en la relación de Japón con sus vecinos de Asia del Este (particularmente
con China y Corea del Norte), lo que ha aumentado la preocupación japonesa frente a la
amenaza de un ataque externo debido a que Japón no cuenta con un ejército propio y depende
de fuerzas militares extranjeras, lo que lo hace vulnerable en caso de conflicto armado.
Por otro lado, la presencia de tropas norteamericanas en territorio japonés, ha
generado problemas especialmente sociales en las ciudades en las cuales aún existen bases
norteamericanas como Tokyo u Okinawa, hecho amparado bajo el Tratado de Cooperación
Mutua y Seguridad entre Estados Unidos y Japón52 firmado el 19 de enero de 1960, en el
cual las tropas norteamericanas no se consideran como fuerza de ocupación en territorio
japonés, sino como “invitados” del Gobierno nipón.
Además, Japón está intentando re-definir su rol dentro de la Comunidad Internacional,
para lo cual ha fomentado la reforma al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, con el
objetivo de ser nombrado Miembro permanente de dicho organismo, basando su posición en
la idea de ser una de las naciones que más aporta en términos financieros y técnicos a
Naciones Unidas (en particular al Consejo), y que desde su entrada a la ONU se ha
caracterizado por promover constantemente la seguridad internacional y la paz.
Todos estos factores han generado que actualmente, el Artículo 9 de la Constitución
Japonesa, el cual continúa normando el factor de su defensa a través de la renuncia del uso
de la fuerza como medio de solución de disputas internacionales, sea objeto de debate tanto
político como público, debido a la propuesta de modificación que permitiría la conformación
de Fuerzas Armadas regulares y la salida de las tropas estadounidenses de Japón. Esta

52
. Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad entre Estados Unidos y Japón:
http://www.mofa.go.jp/region/n-america/us/q&a/ref/1.html (Última visita: 20-03-2008)

24
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

enmienda a la Constitución de 1947 promovida por la coalición de Gobierno tiene como


plazo para su definición en la Dieta Japonesa hasta el 2011.
El debate público frente a la defensa de la posición de Japón como una nación pacífica
versus la necesidad de un ejercito nacional que pueda actuar en caso de amenaza, además de
la insistencia de los Primeros Ministros Junichiro Koizumi, Shinzo Abe y ahora Yasuo
Fukuda hacen cada vez más posible la enmienda a la Constitución, que significará profundos
cambios en el sistema de seguridad de la región y en particular en la relación de Japón con la
Comunidad Internacional.
Pero ¿cuales son los posibles escenarios que enfrentaría Japón con el cambio del
Artículo 9 de su Constitución?
Podemos decir que al analizar la modificación a este artículo, se podrían desencadenar
dos escenarios distintos: el primero en la relación de Japón con el resto de Asia y
principalmente con China y Corea del Norte, y el segundo en cuanto a la relación de Japón
con la Comunidad Internacional, reflejado por ejemplo, en el cambio de rol que podría tener
Japón en su relación con Estados Unidos y por otro lado en cuanto a su participación en
Organismos Internacionales como la Organización de Naciones Unidas (ONU)
especialmente en el Consejo de Seguridad, en temas de protección de la seguridad
internacional y fomento de la paz.

El surgimiento del Artículo 9 en la Constitución Japonesa:

Entre 1945 y abril de 1952, Japón firmó los términos de la rendición impuesta por los
Aliados, conocida como Declaración de Potsdam53 y, por edicto imperial, depuso las armas
de acuerdo al Instrumento de Rendición firmado el 2 de septiembre de 1945 a bordo del
acorazado estadounidense Missouri, en la bahía de Tokyo 54.
Antes de la rendición oficial, el general Douglas MacArthur había sido nombrado
Comandante Supremo de las Tropas Aliadas en Japón, mientras que representantes de China,

53
. Declaración de Potsdam. Biblioteca de la Dieta Japonesa, Texto completo disponible en:
http://www.ndl.go.jp/constitution/e/etc/c06.html (Última visita: 19-03-2008)
54
. Instrumento de rendición del Japón: Historical Documents in United States History: Japan Surrenders.
Transcripción y documento original. Disponible en
http://www.historicaldocuments.com/JapanSurrenders.htm (Última visita: 19-03-2008)

25
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

la URSS y Gran Bretaña formaron el Consejo Aliado para Japón, con sede en Tokyo, para
asistir a MacArthur. La política de ocupación se organizó desde Washington, por la
Comisión del Lejano Oriente, representada por Estados Unidos, Gran Bretaña, URSS,
Australia, Canadá, China, Francia, India, Países Bajos, Nueva Zelanda y Filipinas. Sin
embargo, Estados Unidos obtuvo la mayor parte de la responsabilidad de la reconstrucción
de Japón, mientras que los demás países adquirían responsabilidades en la ocupación y
reconstrucción de otras zonas de Asia.
La principal reforma de la ocupación norteamericana en Japón en el aspecto político
correspondió a que para evitar la sublevación del pueblo japonés contra el gobierno de
MacArthur, se despojó de toda autoridad al Emperador55 sin abolir su posición como símbolo
de la cultura tradicional japonesa, por lo que los ciudadanos continuaron viéndolo como la
imagen oficial del Gobierno, aunque en la práctica no tenía autoridad concreta. Esta situación
quedó de manifiesto en 1947 con la creación de una nueva Constitución, que fue redactada
por personal norteamericano en tiempo record y donde fueron establecidos tres puntos
fundamentales: 1) la conformación de un gobierno representativo donde el poder soberano
ya no radica en la divinidad del emperador, sino en la voluntad del pueblo, otorgando el poder
político al Parlamento o Dieta, 2) la garantía de las libertades civiles junto con la protección
de los derechos humanos y 3) la renuncia definitiva a la guerra como método de solución de
conflictos a través de la total desmilitarización del país, a partir de la inclusión del Artículo
9, que prohibía la formación de cualquier tipo de fuerzas armadas en Japón56. A partir de esta
cláusula, se desmovilizaron más de 3 millones de soldados japoneses 57 , todas las
instalaciones militares fueron destruidas o repartidas entre los Aliados y los Ministerios del
Ejército y de Marina fueron abolidos.
El artículo 9 señala lo siguiente:

55
. Agencia para la Casa Imperial del Japón: http://www.kunaicho.go.jp/eindex.html (Última visita: 20-01-
2008)
56
. Constitución Japonesa: http://www.sangiin.go.jp/eng/law/index.htm (Última visita: 19-01-2008)
57
. Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón (MOFA): http://www.mofa.go.jp/ (Última visita: 19-01-
2008)

26
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Aspirando sinceramente a una paz internacional basada en la justicia y el orden, el


pueblo japonés renuncia para siempre a la guerra como derecho soberano de la nación y
a la amenaza o al uso de la fuerza como medio de solución en disputas internacionales.

Con el objeto de llevar a cabo el deseo expresado en el parágrafo precedente, no se


mantendrán en lo sucesivo fuerzas de tierra, mar o aire como tampoco otro potencial
bélico. El derecho de beligerancia del estado no será reconocido.

Posibles escenarios de la modificación o eliminación del artículo 9


Si es aprobada la modificación o eliminación de este artículo, podemos considerar
que cambiarían radicalmente las relaciones de Japón con el resto de Asia y Estados Unidos,
y por otra parte se modificaría también el papel que hasta el momento ha jugado Japón en
cuanto a la seguridad y protección de la paz, dentro de la Comunidad Internacional.

a) Escenario 1: Relación Japón – Resto de Asia


Durante el último tiempo, se han incrementado las tensiones entre Japón y el resto de
Asia, especialmente con China y Corea del Norte: claros ejemplos de estas tensiones son la
situación de los textos escolares japoneses que niegan o reducen la importancia de los actos
cometidos por los militares japoneses en China y la península de Corea durante la ocupación
japonesa en los primeros años del siglo XX, el creciente nacionalismo y desarrollo tanto
económico como militar de China, y las siempre complejas relaciones de Japón con Corea
del Norte, que en el último tiempo debido al lanzamiento de numerosos misiles de prueba
norcoreanos en el Mar del Japón y la amenaza de un conflicto nuclear, han alcanzado un
nuevo nivel de tensión, ya que a pesar de las advertencias de Naciones Unidas y
especialmente del Consejo de Seguridad las pruebas fueron igualmente realizadas y la
actividad norcoreana sólo se ha detenido debido a la amenaza de continuar los bloqueos
económicos, aunque continúa existiendo la duda con respecto al real poder nuclear de Corea
del Norte y sus intenciones de un ataque militar a Japón.
En estos momentos, el Artículo 9 ha dejado a Japón desprotegido militarmente frente
a la amenaza de Corea del Norte, por lo que eliminar dicho artículo de su Constitución podría
tener como consecuencia inmediata el iniciar una carrera armamentista en la región, por una

27
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

parte debido a estas amenazas de ataques nucleares y también por el hecho que autoridades
japonesas han respondido afirmando públicamente que Japón debería considerar convertirse
en una potencia nuclear en vista de dicha amenaza, afirmación que se hubiese considerado
impensable hace algunos años. Sin embargo, y aunque existe la posibilidad real de llevar a
la región a una escalada de violencia que podría encausar a Asia en un conflicto armado de
grandes proporciones, al mismo tiempo esta modificación le permitiría a Japón contar con
un ejercito propio y estable que protegiera a la población en caso de un ataque real por parte
de Corea del Norte o China.
Al evaluar lo que significaría entrar a esta carrera armamentista, podemos concluir
que aunque el resto de Asia prefiere un Japón débil militarmente, ya que se mantiene la
desconfianza debido a los actos que Japón cometió durante el periodo expansionista desde
1912 y que terminó con su derrota total en 1945, la modificación de la Constitución en este
punto no debiera constituir un real peligro para el resto de los países asiáticos debido a la
conciencia japonesa de haber sido víctima de ataques nucleares y por lo tanto comprender
todas las repercusiones de lo que significaría entrar en ese tipo de conflictos con China o
Corea del Norte, tomando además en cuenta la posición japonesa de protección de la paz que
ha sido la característica principal de su Política Exterior. Sin embargo, es probable que los
países que fueron sus víctimas no crean que esto sea así, por lo que en definitiva con respecto
a la creciente tensión en la región, la mejor solución de los conflictos tanto actuales como
futuros, no es la modificación del artículo y la creación de un nuevo ejercito japonés, sino el
mantener una Política Exterior pacífica sin necesidad de eliminar el Artículo 9, ya que las
relaciones internacionales que hasta el momento Japón ha entablado no sólo en Asia sino a
nivel global gracias a su sistema de Cooperación Internacional, le permiten contar con socios
estratégicos fundamentales para mantener el equilibrio político y de seguridad en la región.

2) Escenario 2: Relación Japón – Comunidad Internacional


2.1 Relación entre Japón y Estados Unidos: A pesar de la desmilitarización
realizada a partir de la ocupación estadounidense en Japón luego de la Segunda Guerra
Mundial, y que fue fundamentada por el Artículo 9, luego de la Guerra de Corea, y con el fin
de mantener un aliado en Asia ante la amenaza de la Unión de Repúblicas Socialistas
Soviéticas (URSS), Estados Unidos inició conversaciones para la creación de las llamadas

28
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Fuerzas de Autodefensa Japonesas, que corresponden a Ejercito, Armada y Fuerza Aérea


que actúan dentro de los limites del territorio japonés. Es decir, la protección militar de
Estados Unidos efectivamente se vio influenciada (a pesar de la imposición del Artículo 9)
por el interés norteamericano de tener un aliado estratégico en Asia en el marco de la Guerra
Fría.
El hecho de eliminar este artículo tendría evidentes consecuencias para la relación
Japón- Estados Unidos, ya que a pesar de existir buenas relaciones entre los dos países y
Estados Unidos, como señala Fukuyama, aprobar el argumento para el rearme japonés
referente a que es imposible que un país con el segundo PIB más grande del mundo siga
dependiendo en lo militar y en lo psicológico de Washington58, el cambio en la Constitución
y este posible rearme serán factores que transformarán de una u otra manera la relación de
dependencia militar que desde la ocupación norteamericana de postguerra ha existido con
Japón, ya que por un lado Estados Unidos ya no podría contar con presencia física en
territorio japonés, como señala hasta ahora el Tratado de Cooperación Mutua y Seguridad
entre Estados Unidos y Japón, y por lo tanto no tendrá un papel tan protagónico dentro de la
región asiática, y por otro, Japón dejará de contar con un “hermano mayor” que actúa como
barrera en caso de alguna intención de ataque por parte principalmente de sus vecinos.

2.2. Relación de Japón frente a la Comunidad Internacional: El envío de fuerzas


japonesas de paz a Irak que fueron más que nada cooperación técnica y tecnológica, y sus
recientes problemas con Corea del Norte sacan a la luz la idea de Japón de querer tener un
papel más activo frente a la protección de la paz y la seguridad a nivel mundial, y el Artículo
9 no ha permitido hasta ahora que Japón tenga el papel protagónico que busca
particularmente en Naciones Unidas y en el Consejo de Seguridad:
Las declaraciones de las autoridades japonesas plantean que actualmente la
Organización de Naciones Unidas enfrenta nuevas amenazas que tocan problemas globales
y no sólo de algunos Estados, como lo son el terrorismo, armas de destrucción masiva,
problemas ambientales tales como la contaminación y el calentamiento global, entre otros.
Debido a esto, se hace necesaria una reforma estructural de la organización y todos sus

58
. Francis Fukuyama, 2005, Hacia una nueva visión de Asia, Revista Foreign Affairs En Español, (edición
Enero-Marzo).

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

comités especializados, aunque según las autoridades japonesas a través de su representación


en Naciones Unidas59, el organismo que primero debiese ser modificado es el Consejo de
Seguridad, para que éste pueda responder de manera más rápida y efectiva a las amenazas a
la estabilidad global, así como seguir cumpliendo sus objetivos principales, referentes a
mantener la paz y seguridad de la Comunidad Internacional.
La propuesta japonesa para la modificación del Consejo de Seguridad, señala que la
poca eficiencia en la toma de decisiones se debe al número reducido de sus miembros y el
poco consenso entre éstos, ya que hoy el organismo no representa los intereses regionales o
globales en el ámbito de la seguridad de una manera adecuada, ya que desde el
establecimiento de la ONU y la creación del Consejo de Seguridad, la Comunidad
Internacional ha sufrido innumerables modificaciones tanto en su estructura de seguridad
(terrorismo, conflictos armados internos e internacionales) geopolítica (como la Guerra Fría,
creación de nuevos Estados o cambios drásticos en la conformación de los antiguos, la caída
de las ideologías más importantes del siglo XX, etc.) y cultural (especialmente el intercambio
instantáneo de información e Internet, etc.) que han resultado en un enorme cambio en cuanto
a la conformación geopolítica y social del mundo actual, lo que no se ha reflejado en la
organización del Consejo de Seguridad pero si en la Asamblea de las Naciones Unidas, es
decir, mientras que en la Asamblea se pasó de 51 Estados Miembros en un principio a 192
en la actualidad, el marco de representatividad en el Consejo de Seguridad no ha variado
proporcionalmente en estos años.
Es por esto que la reforma japonesa se basa en el aumento del número de Miembros
permanentes del Consejo, así como los no-permanentes, para que exista una mayor nivel de
representación, y que aquellos países “que desean y pueden asumir” la responsabilidad del
mantenimiento de la paz y seguridad internacionales puedan ejercer un rol de mayor
responsabilidad como miembros activos del Consejo de Seguridad, reflejando la realidad
geopolítica mundial actual a través de la proporción del número de los miembros que
correspondan a Europa, Asia (y el pacífico), África, y América, expandiendo las categorías
de permanentes y no permanentes, donde tanto países desarrollados como no desarrollados
puedan tener un asiento permanente en el organismo, y el Consejo sea realmente conformado

59
. Representación japonesa en la ONU: http://www.mofa.go.jp/policy/un/index.html

30
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

por un conjunto representativo de todos los Estados miembros. Esta propuesta hoy esta
siendo revisada junto con diversas naciones africanas para lograr una coalición capaz de ver
aprobada esta propuesta en la Asamblea 60.
La aprobación de la propuesta para el cambio del Consejo de Seguridad le daría una
nueva intención al papel de Japón en la Comunidad Internacional, sin embargo ésta va en
contra del Artículo 9 por lo que los que se encuentran a favor del argumento de la eliminación
de éste defienden la postura que al convertirse en un Miembro permanente, serían necesarias
más que sus fuerzas de autodefensa en las misiones de paz de la ONU, ya que éstas no pueden
actuar utilizando la fuerza incluso si esta actuación se encuentra bajo el amparo de misiones
de las Naciones Unidas, además de ser necesario el dejar de lado la protección
norteamericana para tener su propio ejercito, con la consiguiente posibilidad de protección
de sus vecinos y de sus intereses dentro del marco del Consejo, por lo tanto, la eliminación
de este artículo traería como consecuencia el potenciar a Japón como referente para el tema
de seguridad de la región y haría más efectiva la presencia de Japón en los programas de
protección de la seguridad y fortalecimiento de la paz que realiza el Consejo de Seguridad y
que favorecen a toda la Comunidad Internacional.
Por otra parte, los que se encuentran en contra de la modificación, sostienen que el
eliminar este artículo y convertirse en Miembro permanente del Consejo de Seguridad de la
ONU, se pondría en jaque las relaciones que tiene Japón con sus vecinos, especialmente con
China, la cual podría sentirse amenazada y arrastrar a Japón hacia un problema diplomático
serio con su vecino más poderoso, con el cual se han mantenido tranquilas las relaciones
políticas, militares y diplomáticas especialmente desde que se inició la ofensiva norcoreana.
Además, sostienen que Japón basa su política exterior y sus votaciones en la ONU en
la Carta fundamental de las Naciones Unidas y el principio de la paz y la cooperación, donde
la única solución posible a los conflictos es a través de medios pacíficos, reflejo del pacifismo
actual del pueblo japonés, que se ha visto después de 1945 y luego que Japón fuese victima

60
. Mayores referencias sobre las declaraciones de Japón frente a la reforma en los siguientes sitios:
-Ministry of Foreign Affairs of Japan, Japan’s Role in the Maintenance of International Peace and Security
(http://www.mofa.go.jp/policy/un/role/pamph0408.pdf)
-The United Nations and Japan's Role: http://www.mofa.go.jp/policy/un/role/index.html
-United Nations Reform: http://www.mofa.go.jp/policy/un/reform/index.html
-Ministerio de Asuntos Exteriores - Japón, Reforma del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas Marzo
de 2005: http://www.mofa.go.jp/policy/un/reform/pamph0503-s.pdf

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

de sus propios intentos de lograr la hegemonía en el Pacifico (con las consecuencias


conocidas de destrucción total causada por la guerra), por lo que señalan que como el único
país que ha vivido en su territorio y población las consecuencias de la bomba atómica,
además de fundamentar su Política Exterior hacia la ONU y en particular hacia el Consejo
de Seguridad, bajo el objetivo primordial de proteger la paz y luchar contra la proliferación
de armas nucleares, así como el rol que Japón ha tenido en la participación y creación de
programas de desarme para armas convencionales, harían que tener un ejercito propio y
activo y el aprobar tácitamente la violencia como medio de resolución de conflicto, fuese una
contraposición a lo que Japón ha proclamado a través de su Política Exterior pacifista desde
el fin de la Segunda Guerra Mundial, lo que definitivamente trastocaría la imagen de Japón
a nivel de Comunidad Internacional.

Conclusiones
No es posible que hoy en día un país amenazado por sus vecinos no cuente con un
método de defensa propio y deba depender en el aspecto de seguridad de otra nación tal como
ocurre con Japón y Estados Unidos. Sin embargo en este caso y tomando en cuenta lo
inestable de la región, lo más sensato para Japón sería continuar postergando la decisión de
eliminar este artículo de su Constitución hasta ver superadas sus diferencias con Corea del
Norte y China y al mismo tiempo continuar fomentando las Relaciones Internacionales a
través de la paz y la cooperación, rescatando el argumento que hasta ahora son los únicos
capaces de haber enfrentado la total destrucción del ataque atómico más grave de la historia,
y al cual, mediante su disciplina y la ayuda económica y técnica de otras naciones, lograron
sobrevivir y reconstruir por completo una sociedad devastada, recuperándose en pocos años
y transformándose en la potencia económica, industrial y tecnológica de hoy en día, sin
necesidad de contar con una fuerza militar propia, ni de utilizar la protección militar que les
ofrecía Estados Unidos, siendo capaces de desarrollar mecanismos para fortalecer los
vínculos con sus vecinos y otros países del mundo a través de la creación de una Política
Exterior que tiene como base el fomento de la Cooperación Internacional y el uso de la paz
para la resolución de conflictos .
Evidentemente, el debate de cambiar este artículo se encuentra supeditado solamente
al debate interno entre los que temen por la seguridad del país y prefieren usar la fuerza o por

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

lo menos tener la posibilidad de usarla y los que protegen la paz, creyendo que es posible
solucionar cualquier conflicto bajo la vía de la diplomacia pacifica. Sin embargo, y de todas
maneras, no cabe duda que el hecho de eliminar o modificar este artículo evidentemente
traerá cambios en los dos escenarios que vimos en este análisis, al modificar tanto el
equilibrio de poder de la región asiática, como la imagen que hasta ahora ha proyectado Japón
hacia la Comunidad Internacional.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“El Sustrato del pensamiento modernizador, nacionalista y secularizador:


Las Escuelas Rangaku, Kokugaku y los Estudios Confucianos”
Juan Carlos Flores Guevara.

Durante la era Edo: 1600-1868, los Shoogun Tokugawa tenían el monopolio del
comercio internacional y en 1641 limitaron cualquier contacto con el extranjero, como
medida de autoprotección. Esta estrategia aislacionista es llamada Sakoku, bajo este, el único
país con el que Japón tuvo comercio fue con Holanda. Sin embargo, este aislamiento
internacional impuesto por los Tokugawa durante la era Edo, no fue del todo completo ya
que se permitió a los holandeses tener una factoría en la isla de Deshima, en Nagasaki, así
como a los chinos en barrios de comerciantes en la misma ciudad. Japón estaba dividido en
feudos o han y la sociedad en estamentos tan cerrados como castas.
Dentro de la historiografía japonesa es opinión común que lo que destruyó este
régimen fue el desarrollo de la economía monetaria y mercantil. Originalmente, el Baku-Han
baso su fuerza económica en la agricultura y el trueque, impidiendo que los campesinos se
involucraran en una economía mercantil. No obstante, Osaka: La cocina del Japón, concentró
una gran fuerza económica y llevó a una economía de mercado. Los daimyo transportaban a
ella diversos productos regionales y el arroz recabado por los impuestos, y los cambiaban por
dinero. Así, lograron obtener diversos productos de otras regiones para abastecer las
necesidades de sus Han, expandiéndose un mercado nacional. Para mediados del siglo XVII,
gracias a la estabilidad política, la economía creció explosivamente. A este periodo se le
conoce como Genroku. Entre 1600 y 1800, el número de habitantes del país aumentó de 12
a 27 millones. El Baku-Han apoyó el cultivo de productos comerciales como la seda, tabaco
y la semilla de colza, etc. En los pueblos se dio una mayor división entre los agricultores.
El resultado del desarrollo de la economía mercantil fue el avance de una sociedad
monetarizada que introdujo la competencia. Los ganadores obtuvieron una gran riqueza, pero
los perdedores quedaron en la ruina, lo que obligó al gobierno a ofrecer medidas de ayuda.
Sin embargo, para el siglo XVIII, la economía se estanco. Las palabras de Ogyu Sorai
resumen perfectamente la paupérrima situación: “…Aunque fuese para obtener una pluma,
ahora cualquier samurai no tendría otra opción que utilizar las monedas…” A mediados del
siglo XVIII, en el seno de los Estudios Confucianos, la ideología y paradigma oficial surgen

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

2 Escuelas: Rangaku: Escuela o Estudios Referidos a Holanda y por ende a Occidente, en el


sentido de occidente se habla de Yogaku o Estudios sobre el Exterior. Kokugaku: Escuela o
Estudios Nacionales o Sobre el aprendizaje Nacional: Cuya base, es hacer una arqueología
cultural de la Antigüedad Clásica o Kodai, a través de un lente “Romántico” idealizando
esa edad, intentan resucitar como poder político al Tennoo.

El Confucianismo, Escuelas y Estudios Confucianos. La difusión de las doctrinas


neoconfucianas, a comienzos del siglo XVII, no fue consecuencia, de ninguna renovación
especial de los contactos con China, sino de las necesidades internas de la propia sociedad
nipona. Fue así como el confucianismo entro y paso a ser, con el tiempo, el más importante
fundamento intelectual de la sociedad japonesa. El clero budista mantuvo vivo durante
mucho tiempo el interés por los estudios confucianos. Pero se llevó a cabo un esfuerzo
especial liberar a la doctrina confuciana de su marco monástico y hacer de ella una escuela
de pensamiento independiente, con sus apoyos institucionales y corporación independiente
de expositores profesionales.
El movimiento confuciano del siglo XVII fue tanto un producto de generación
espontánea, como de estímulo oficial. Probablemente es cierto que la sociedad japonesa en
la era Tokugawa se había hecho similar a la china, de modo que la oportunidad del
confucianismo era inmediatamente perceptible. Pero también el pensamiento chino, una vez
absorbido en la mentalidad y leyes niponas, produjo algunos de los caracteres que dieron
origen al reconocimiento de su importancia. No obstante, el confucianismo nipón adoptó
muchos aspectos que difícilmente habrían sido aceptados en China entonces, como, por
ejemplo, la insistencia en seguir considerando las virtudes militares como parte de la
condición de caballero.
El hombre que liberó al confucianismo del control budista fue Fujiwara Seika (1561-
1619), un monje de Kyoto. Tras abandonar las órdenes budistas, comenzó a enseñar las
doctrinas del confucianismo abiertamente, como una filosofía independiente que, según él,
se acomodaba a las necesidades de los tiempos. Su discípulo, Hayashi Razan (1583-1657),
entró al servicio de Tokugawa Ieyasu en 1605, como consejero en cuestiones legales e
históricas. Fue el primero del linaje de estudiosos expositores de la escuela de Zhu Xi del
Neoconfucianismo, que recibieron un nombramiento hereditario como consejeros

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

confucianos del shogunato. En 1630 la familia Hayashi fue instada a que fundase una escuela
confuciana, que luego paso a ser el colegio oficial Tokugawa, conocido, como el Shoheiko
que era el colegio oficial más importante, sumando a sus facultades, en 1765, una escuela de
medicina., donde se educo a los hijos de daimyos y bushis. Las escuelas han patrocinadas por
los daimyo aumentaron rápidamente con posterioridad a 1700, y, a finales del régimen Toku-
gawa, sumaban más de 270. Además, se dice que el han sostenía más de 375 academias, y
que, en las grandes localidades y ciudades, se crearon más de 1.400 escuelas privadas.
Un buen bushi debía manejar bien tanto las armas como las letras. Los grandes Tono
siguieron este ejemplo y patrocinaron las academias de estudios confucianos en las ciudades-
castillos. Algunas de esas academias se destacaron por una gran actividad intelectual, con lo
que estimularon la introducción de diferentes escuelas heterodoxas de confucianismo, como
la escuela de Wang Yang-Ming; desarrollada por Nakae Toodyu (1608-48) y la escuela
fundamentalista de Itoo Dyinsai y Sokoo Yamaga (1622-85) este último, pensador
independiente, elaboró el fundamento moral para la existencia de la casta bushi.
Hacia 1691 se concedió un permiso oficial a los estudiosos confucianos para vivir
fuera de las órdenes budistas. Mientras tanto, los daimyo habían tomado también consejeros
confucianos y comenzaron a proteger sus escuelas, a la vez que algunos estudiosos
independientes empezaban a establecerse como profesores privados en Kyoto, Osaka y Edo.
A mediados del siglo XVII, el confucianismo fue plenamente aceptado como filosofía laica
dominante, y su influencia se hacía sentir como un importante impulso orientado hacia la
instrucción y filosofía política. Los primeros confucianos y sus protectores eran, en muchos
aspectos, pioneros, creadores de un mundo nuevo para el que se había hecho necesaria una
nueva visión del mundo. El signo positivo de hombres como Hideyoshi o Ieyasu procedía
del hecho, de que realmente, lograron un sentimiento de poder sobre sus propios destinos,
superior al de cualquiera de los gobernantes que les precedieron.
Hacia fines del siglo XVII y comienzos del XVIII, destacados estudiosos confucianos
como Hakuseki Arai y Muroo Kyuuso fueron consejeros cércanos a los shoogun. Desde allí
enfatizaron la importancia de la educación como recurso del gobierno. Hakuseki Arai, por
ejemplo, estableció el Reglamento del Buen Gobierno, basado en el Código moral
Confuciano, para intendentes y funcionarios locales, y el shoogun Yoshimune fomento la
educación popular como parte de su política de reforzamiento del shogunato.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Para ellos y sus contemporáneos, el mundo podía ser racionalizado, ordenado y controlado.
Y en buena parte fue este cambio de actitud el que motivó el ataque intelectual contra la
institución budista y su modo de vida místico. Como Yamagata Bantoo expresó tan
sucintamente: “…No hay infierno, ni cielo, ni alma, sino solamente el hombre y el mundo
material…”
El confucianismo satisfacía la mentalidad Tokugawa, dándole una nueva cosmología
y filosofía de vida. Aseguraba que detrás del universo estaba la razón: Ri, que actuaba en el
seno de la materia: Ki, para producir el mundo del hombre y las cosas. Lo mismo ocurría en
la sociedad, siempre que se fuese capaz de comprenderlo, y, más aún, el orden era un orden
moral. La importancia de este mensaje confuciano era que facilitaba a esta época una nueva
unidad entre pensamiento y acción, entre filosofía y sistema.
El estudio de los principios esenciales o Gakumon que llevan al conocimiento o Bun
podía poner al hombre en contacto con la esencia del orden moral y producir así el hombre
moral. El gobierno era, esencialmente, una función cuya finalidad consistía en facilitar la
realización del orden moral entre los hombres. Su difusión fue, pues, paralela a la formación
del Baku-han. Porque el confucianismo, con su atención primordial a los asuntos socio-
políticos, se adecuaba perfectamente a los intereses de los gobernantes y la casta bushi.
Los primeros Tokugawa se enfrentaron con agudos problemas para crear un orden social
tras la agitación militar, y era precisamente para estos, que se enorgullecía de tener soluciones.
El desplazamiento desde una sociedad feudal y patriarcal a una de castas y grandes grupos
exigía la formulación de principios legales nuevos y más amplios. Los primeros cambios
desde el poder del hombre al poder de la ley necesitaban la elaboración de nuevas leyes e
instituciones administrativas. Además, el shoogun y los daimyo de entonces, entendieron que
eran ‘Gobernantes Completos’, en mayor grado que el shoogun y los Shugo Ashikaga, por
esto debían ser más amplios en su legislación y explícitos al formular la exposición razonada
de la autoridad. La importancia del confucianismo para el orden político, radicó en que
facilitaba una nueva teoría sobre la que podía asentarse una sociedad armoniosa. Daba una
base racional a la idea de una sociedad formada por una jerarquía natural de castas en la que
todo individuo que ocupase el puesto que le había correspondido llenaría su misión en la vida,
lo que se correspondía a la idea del Do el que se desarrollaba, en cada profesión de padre a
hijo, lo que es patente en el caso de los actores noo y bushi, por mencionar algunos ejemplos.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Contribuía así a confirmar la tendencia hacia la separación y codificación del


comportamiento adecuado a cada estamento. Pero hizo más aún, porque esta no era sim-
plemente una filosofía para control del pueblo, sino que enunciaba un orden moral que estaba
por encima del gobernante también. Asignaba a Shoogun y daimyo la responsabilidad de
gobernar para beneficio del pueblo, facilitar la administración benévola o jinsei, es decir un
absolutismo responsable, e instruir a los bushi en el camino del caballero-Estudioso-
Guerrero.
El confucianismo ayudó, pues, a dar un respaldo filosófico al nuevo orden legal y ético.
Y en una época en que la base del comportamiento estaba desplazándose desde las
costumbres hacia los principios, los principios confucianos llenaban un vacío que el budismo
no pudo colmar. Los conceptos de lealtad al orden político: Chu y a la familia: Ko,
universalizaron los requisitos sociales que eran la base principal de la época. Conceptos
abstractos de status-comportamiento, daban los modelos para cada estamento y profesión.
Cada grupo tenía su ‘Camino’ o Do, como, por ejemplo, el Bushido: El Camino del Bushi o
el Chonindo: El Camino del Comerciante. Especialmente el Bushido, como nuevo código de
una clase militar que en tiempo de paz se dedicaba a la administración, combinaba la
necesaria importancia concedida al espíritu militar con la concedida al estudio en los libros,
a fin de racionalizar la contradicción en los términos, implícita en la denominación
‘Gerrero-Administrador’.
Si esto dio un tono positivo y políticamente motivado a la vida intelectual y cultural del
Japón Tokugawa, la política de aislamiento tuvo, en cierto modo, el efecto opuesto, es decir,
el de replegar a la sociedad sobre sí misma, el supuesto de que los gobernantes estaban
predispuestos a una política de aislamiento, a causa de un conservadorismo fundamental en
su visión del mundo, no es realmente sostenible. Ieyasu tenía grandes deseos de desarrollar
el comercio exterior, y durante algún tiempo se comportó amistosamente con los misioneros
cristianos. Pero sus esfuerzos para alcanzar el pleno control de los destinos del país y asegurar
la completa lealtad a su régimen le llevaron, poco a poco, a una situación cerrada.
El carácter de la educación era, por sí solo, un elemento formativo primordial en la cultura,
de base confuciana en su mayor parte, libresca y altamente moralista, era considerada muy
seriamente, pues era un elemento necesario para el éxito de los miembros de las castas bushi
y choonin. La mentalidad Tokugawa, por tanto, era escolástica, pero práctica.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Su modo de investigación rutinario, pero dentro de ciertos límites era también


notablemente flexible y practico. El escolasticismo Tokugawa, aunque basado en el
pensamiento confuciano chino, se desarrolló según líneas propias y llevo a los bushi a una
diversidad de investigaciones intelectuales en los campos de la filosofía moral, economía
política e historia. Sobre todo los bushi mantenían vivo el ideal de preparación tanto en las
artes militares como civiles. Por eso permanecieron fieles a su vocación y sentido de
identidad cultural como japoneses.
La cultura confuciana en Japón origino, desde el principio, amplias zonas de heterodoxia,
ya porque ellos no podían comprender las sutilezas de la filosofía china, ya porque eran
incapaces de prescindir de sus realidades. Los primeros confucianos Tokugawa, desde luego,
tendían a ser dogmáticos y consideraban los textos neoconfucianos casi como escrituras
reveladas.
Y a lo largo de todo el período, la escuela de Zhu Xi, presidida por la casa Hayashi, se
mantuvo dentro de la ortodoxia. En 1790, Matsudaira Sadanobu intentó prohibir las
enseñanzas heterodoxas en el Shoheiko. Pero si bien el shogunato podía tratar de controlar
las doctrinas de sus propias instituciones educacionales, tenía menos posibilidades de vigilar
las orientaciones en los dominios de los daimyo y las escuelas privadas de Kyoto u Osaka.
A pesar de su influencia social, generalmente conservadora, la doctrina confuciana tenia en
su seno los gérmenes de la curiosidad intelectual e incluso del escepticismo. Los confucianos
japoneses, una vez familiarizados con los principios básicos, comenzaron a aplicar sus
conocimientos a sus problemas, con el inevitable resultado de que llegaron a nuevas
soluciones. Pero el racionalismo confuciano carecía del impulso esencial para negar sus
premisas sacrificándolas a la investigación científica, y la línea principal de la ortodoxia, con
sus actitudes moralistas y clasistas, siguió pesando sobre la mentalidad Tokugawa. El
elemento racionalista en el confucianismo no sólo provocó modificaciones en la ortodoxia
misma, sino que origino nuevas líneas de investigación intelectual que excedían la base
confuciana nipona. La importancia que este daba al pasado despertó, naturalmente, el interés
por la propia herencia histórica y su tradición literaria. Los estudiosos confucianos no podían
menos de reconocer que las doctrinas que ellos admiraban eran chinas, pero la sociedad bushi
sentía poco respeto por el sinófilo fanático. La mayor parte de los confucianos nipones

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

conservó una actitud profundamente nacionalista, aunque admitiendo de su admiración por


lo chino.

Los Estudios Holandeses En un principio, basándose en la prohibición del cristianismo, el


régimen Tokugawa había prohibido la importación de libros holandeses, pero en 1720 el
octavo shogún, Yoshimune, permitió la entrada de estos libros traducidos al chino,
argumentando que éstos no tenían ninguna relación con el cristianismo. La civilización de
la segunda mitad de la era Edo es igualmente burguesa, así como lo fue el periodo Genroku,
pero esta tiende a caer en decadencia. Con el profundo cambio experimentado por la sociedad
feudal, su forma de pensar también se transformó. Frente a kokugaku, que promovida por
quienes criticaban el budismo, el Neoconfucianismo y contraria a la occidentalización,
pretendía conocer mejor las cosas del propio país antes que las extranjeras, por lo que se vio
confrontada con ella, así como con los Estudios Confucianos, esto propició, sobretodo a partir
de 1830, la creación de una corriente intelectual nueva en Japón: Los Estudios sobre el
Exterior: Yogaku o Temas Holandeses: Rangaku, línea de investigación no ortodoxa, seguida
sólo por un pequeño grupo de investigadores, durante toda la era Edo, a veces con gran
dificultad y sacrificio personal. Esta tiene gran importancia desde el punto de vista histórico,
pues pretendía aproximarse a la occidentalización a través de las obras y los estudios
occidentales. Intelectuales progresistas trataban de informarse de las cosas de otros países a
través de los holandeses, único hilo que les relacionaba con el extranjero. Por esta razón, se
denominaba al conocimiento de las cosas europeas con el título global de Rangaku o Estudios
holandeses. Las implicaciones socio-políticas de su estudio eran muy débiles, porque pocos
o quizá ninguno de ellos rompió con la estructura ética confuciana, ni una fuerza disidente
en la sociedad. Este conocimiento, aunque incompleto e imperfecto, supondrá uno de los
primeros pasos del Japón hacia su veloz occidentalización.
La fuente de estos estudios era, Nagasaki, donde el único contacto con Europa, era la factoría
holandesa de Deshima, que tras la expulsión de los comerciantes y misioneros portugueses y
castellanos, se convirtió en la puerta de entrada de las nuevas corrientes de pensamiento
occidental, concepciones de medicina, ciencias naturales (física, química, biología, etc.),
ciencia militar, estudio de idiomas e informaciones occidentales, en Japón.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Tras la adopción de la política aislacionista, durante aprox. 80 años las autoridades


restringieron, cada vez más severamente, los contactos japoneses con occidentales. Se
prohibió la importación de libros, o sus traducciones chinas, y el conocimiento del holandés
se limitó a unos pocos ‘Intérpretes’ oficiales, adscritos al departamento del Comisario de
Nagasaki.
Los pioneros del Rangaku fueron Ryotaku Maeno, Genpaku Sugita (1733-1817) y Aoki
Konyo este último en 1745, confeccionó un diccionario holandés-japonés. Genpaku y otros
tradujeron la Tavel Anatomía, en 1774, con el título de Kaitai Shinsho, y con ello introdujeron
las técnicas médicas occidentales en Japón. Todo empezó cuando ambos hacían la autopsia
de un preso con la ayuda de un libro holandés; quedaron asombrados y cautivados por la
exactitud del Ontleedkundige Tafelen y al siguiente día decidieron emprender su traducción.
Sugita narra que “…Era como remar un barco sin remos en el gran océano, estábamos
totalmente anonadados…”. No se puede negar ese asombro, ya que él no tenía ningún
conocimiento del alfabeto. ¡Qué situación! Ellos sufrieron para traducir cada una de las
palabras del holandés y, después de arduos tres años, en 1774 publicaron El manual de
disección. Después de su publicación fueron traducidos diversos libros holandeses sobre
astronomía, física, geografía y estudios militares. Esto tuvo un gran impacto sobre el Japón
Tokugawa y fue fundamental para la absorción del pensamiento occidental de la Renovación
Meiji. Lo que permitió que la incauta decisión de Sugita y sus seguidores lograra trascender
como una verdadera escuela de pensamiento fue su intenso deseo de dejar a la posteridad su
nombre. Ellos temían finalizar sus vidas de manera gris, sin gloria y en la desolación. La idea
de un individuo que busca obtener un ‘logro’, Se lee en El manual del Rangaku de Gentaku
Otsuki(1757-1827), el mayor representante de la segunda generación del Rangaku, quien
estableció abiertamente una escuela para el estudio de materias holandesas y occidentales,
además de pertenecer a la Corporación de Traductores Oficiales de libros de Occidente. Su
Explicación de Estudios Holandeses o Rangaku kaitei, publicada en 1786, fue la primera
explicación del idioma holandés para uso común de cualquier lector. Esa cita del holandés:
“…Man moet eaten om te leeven, maar niet leeven om te eaten…El hombre tiene que comer
para sobrevivir, pero su vida no sólo se concentra en comer…” Con su propio talento surgió
en la segunda mitad del siglo XVIII, de las entrañas de una sociedad acuartelada. Esta
filosofía negó la definición por la posición social y exaltó la necesidad individual de buscar

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el honor mediante ‘logros’ individuales. Este nuevo sentimiento lo encarnó El Ronin Gennai
Hiraga, (1726-79), una de las personalidades más atractivas de la época Edo, ingenio
excéntrico, patrocinado por breve periodo por Tanuma, gran amigo de Sugita y seguidor del
Rangaku. Hiraga provenía de una familia bushi de rango inferior y dejó su natal tierra,
Takamatsu, en la isla de Shikoku, para emplear su indiscutible talento en disciplinas como el
diseño de máquinas generadoras de electricidad, su estudio de botánica, así como la minería
y la historia natural, experimentos con amianto, escribió novelas satíricas, piezas teatrales
cómicas, y, ensayando también técnicas de pintura al óleo aprendidas de Occidente. En su
obra Kyukei Iji aparece claramente su pensamiento: “…Los individuos no tienen conciencia
de la falta de inteligencia e innovación y, de hecho, tildan de ‘embusteros’ a los inteligentes
y creadores. Estas personas son consideradas ’honestas’ y su vida finalmente se deshoja como
las plantas y mueren sin dejar rastro. ¿Por qué ciertos individuos desean volverse héroes?
Antiguamente, tanto en Japón como en China, los emperadores y gobernantes habían
asegurado que todos los que lograban trascender eran ‘embusteros’. Los que tenían éxito se
volvían emperadores o gobernantes, mientras que los que fracasaban se volvían traidores…”
Los ‘honrados’, que acusan de ‘embusteros’ a talentosos como Hiraga, son aquellos que
cumplen sólo con los deberes impuestos desde su nacimiento. Esta ‘vida ejemplar’ de la
sociedad Edo era aburrida y casi vegetativa para Hiraga. Sin embargo, no podemos negar que
aquellos que, como Hiraga, buscaban trascender tenían un fuerte sentimiento de soledad. Por
ejemplo, Kokan Shima, uno de los discípulos de Hiraga y el primero que introdujo el grabado
en lámina de cobre, concentró desde joven todos sus esfuerzos en dejar una obra maestra. El
costo fue un profundo sentimiento de soledad. Shima tenía una interpretación propia del
Tenjoo Tenge Yuiga Dokuson: Las primeras palabras que dijo Buda cuando nació. Según él,
estas palabras expresaban la soledad de un individuo nacido entre el inicio y el fin del espacio
infinito. Es decir, a pesar de que uno tiene familia, todos ellos son personas diferentes y el
destino de cada uno está determinado por el esfuerzo propio.
Se atribuye a Arai Hakuseki el mérito, de haber hecho posible la atenuación de la vigilancia
extrema de los funcionarios de Nagasaki, al publicarse su Seiyo kibun, en 1715, reveló que
en la ciencia occidental había mucho que Japón podía aprender. El Shoogun Yoshimune, en
1720, levantó la prohibición de importar libros y traducciones chinas, excepto los que
hiciesen directa referencia al cristianismo, estimuló el estudio privado del holandés y temas

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como la astronomía y táctica militar. A través de esta estrecha grieta abierta en el muro del
aislacionismo, comenzó la Escuela de Estudios Holandeses que había de absorber, con
ansiosa y a menudo equivocada avidez, el conocimiento de los temas occidentales.
Durante el período del predominio de Tanuma en el Bakufu, el recelo nipón respecto a los
extranjeros disminuyó mucho. El contacto con los miembros de la factoría holandesa fue más
libre, y la importación de curiosidades occidentales, llegó a alcanzar las proporciones de una
manía. Los daimyo coleccionaban relojes y anteojos de campaña, bebían en copas de cristal
e incluso observaban experimentos de electricidad. Entre 1769-86, el médico sueco Thunberg
y el capitán de la marina mercante holandesa, Titsingh facilitaron gran cantidad de
información científica de primera mano a los japoneses que se arremolinaban en sus
residencias. Gran parte de este abierto entusiasmo por las cosas occidentales se vio frenado
por Matsudaira Sadanobu cuando llegó al poder, en 1787. Se impusieron restricciones a los
contactos con occidentales en Japón y a la compra de libros. Sin embargo, en 1811, el propio
Bakufu reconoció la necesidad de estar al tanto de sus progresos, estableciendo una
Corporación de Traductores Oficiales de libros de Occidente o Bansho Wage goyokata, en el
observatorio astronómico shogunal.
Los pensadores del Rangaku habían cortado sus lazos familiares y permanecían solos. Su
trabajo no era un simple ‘logro’ personal: tenía una importancia práctica. En El manual del
Rangaku, Otsuki afirma que la medicina holandesa brindaba una ‘gran utilidad para el
Estado’. Los pensadores del Rangaku tenían la firme convicción de utilizar su conocimiento
y talento individual para el interés nacional de ‘Japón’. Tenían un proyecto económico que
buscaba unificar en una sola comunidad al ‘Japón’. Así, dentro de un Estado acuartelado,
nació una sociedad marcada por la tecnología, dependiente del Rangaku, que fue cambiando
la forma de vida determinada por una estratificación social hereditaria. La mayoría de los
pensadores del Rangaku llegaron a la gran capital: Edo, dejando a sus familias, y
emprendieron una labor ascética para aprender idiomas de países lejanos. Como cualquier
hombre que se siente solo, muchos de los pensadores del Rangaku necesitaron de la compañía
de otros para sobrevivir. No regresaron a sus feudos ni a sus hogares, sino que entraron a la
‘Corporación de Traductores Oficiales de libros de Occidente’. Dentro de esta desarrollaron
un concepto aún no delineado de una comunidad llamada ‘Japón’. Sobrepasaron el han y el
Shin o kosho y crearon una especie de fantasía o ilusión de su propio ‘Japón’, con la

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convicción de que trabajaban para el ‘interés nacional de Japón’. Sin embargo, aunque uno
busque, como Gennai Hiraga, el ‘interés nacional de Japón’ de manera individual, este
desafío valiente era muy mal visto. Ésta era la gran tragedia que enfrentaban Hiraga y Shima
por haberse adelantado a su tiempo. El primero cometió un asesinato y murió desquiciado en
prisión, mientras que el segundo cayó en un nihilismo daoísta al final de su vida. Kazan
Watanabe tuvo un destino similar. Cuando pidió que por el bien de ‘Japón’ el Bakufu
replanteara el sakoku, fue encarcelado y se suicidó en 1871.
Kaiho Seiryo (1755-1817) formuló teorías económicas que apremiaban al Bakufu a explotar
el comercio como fuente de riqueza. Se preguntaba “… ¿Por qué han de despreciar los
samurai el comercio y la ganancia, cuando el rey de Holanda patrocina activamente las
empresas comerciales?...” Honda Toshiaki uno de los principales representantes de esta
escuela (1744-1821) estudió cuanto pudo la geografía mundial y concluyo que la política
aislacionista japonesa era errónea. Presentaba la visión de un Japón que se lanzaba más allá
de los mares y ampliaba su frontera septentrional a fin de autoprotegerse. Sato Nobuhiro
(1768-1850), experto en obras holandesas de astronomía, botánica, geografía e historia,
dedicó una activa existencia a viajar por Japón, asesorando a los daimyo acerca de las mejoras
agrícolas y aconsejando gratuitamente al Bakufu que impusiese al país controles más rígidos.
Yamagata Bantoo (1748-1821), por ejemplo, trató de integrar la teoría heliocéntrica
occidental con la cosmología confuciana, e incluso formuló la equivalencia entre ciencia
occidental y el concepto confuciano de razón o principio fundamental: Ri. Yamagata, quien
había sido un filósofo comerciante de Osaka en la misma época que Motoori, consideraba
que la fuerza del dinero se había vuelto un factor determinante en el control artificial del
mercado del arroz, alterando el juego de la demanda y la oferta. Los pensadores como
Yamagata, cercanos al Rangaku, buscaron tratar estos problemas sociales por medio de una
ciencia racional.
El conocimiento de la acechante presencia de barcos occidentales en aguas apartadas de la
costa del Japón, a comienzos del siglo XIX, no era el único indicio que ellos tenían sobre la
existencia del mundo exterior, profundamente diferente del suyo propio.
Ya que es evidente que los autores japoneses en casi todos los campos eran influidos, en
alguna medida, ya sea por el conocimiento de la ciencia y geografía occidental, o el temor a
una intervención europea. Así pues, el Rangaku se convirtió en un tema de interés

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sólidamente arraigado, a comienzos de siglo, aunque es difícil determinar la influencia de las


ideas y técnicas que pudieron serles útiles.
Esto hizo que los últimos desarrollos del pensamiento confuciano no fueran, del todo
espontáneos. La necesidad de enfrentarse con ideas nuevas y, a menudo, contradictorias,
procedentes del exterior, impulsó a algunos a la repulsa y alarma, y a otros, a eclécticas
acomodaciones con su herencia confuciana. Pero, en el transcurso del tiempo, la difusión de
una disciplina heterodoxa procedente de occidente obtuvo importantes consecuencias.
Aceptadas, primero, por su conocida superioridad, las técnicas occidentales de medicina,
astronomía, agricultura y ciencia militar fueron estudiadas bajo el patrocinio oficial del
Bakufu y los daimyo. Una vez afirmados, los nuevos métodos socavaron la hegemonía de las
técnicas chinas establecidas, y, con ellas, de la teoría confuciana. Para finalizar agregar que
posteriormente a la llegada de los barcos negros hubo un importante cambio que implico el
coraje de algunos maestros Rangaku como lo fueron Yoshida Shoin así como otros Jo
Niijama que con mayor o menor suerte lograron pasaron de la simple lectura, aprendizaje y
traducción de textos del holandés a tratar y lograr salir al mundo exterior en el caso de
Yoshida Shoin quien fue el maestro de Kogoro Katsura; uno de los principales lideres de los
Isshin Shishi, y uno de los artífices de las tendencias Sonno y Joi fue devuelto a tierra y
permaneció en arresto domiciliario hasta su ejecución a los 37 años durante la purga Ansei y
en el caso de Niijama quien mas tardíamente logro salir, estudiar en América y volver a
enseñar lo aprendido allí. Paralelo a esto se dio el importante cambio de idioma ya que las
potencias con quienes en su mayoría hablaban ingles, los estudiosos Rangaku se vieron en la
obligación aunque ahora facilitada considerablemente de traducir y aprender desde el ingles,
con lo cual el proceso de modernización se puso en marcha.

El Shinto y El Movimiento de Cultura Nacional


La Escuela Kokugaku o Escuela de Cultura Nacional, fue una corriente intelectual que
rechazo el estudio de los textos budistas y chinos y favoreció, la investigación filológica de
los clásicos japoneses, esta escuela surgió como reacción a la excesiva influencia de la cultura
china con el objetivo de retomar paulatinamente el estudio de la historia y cultura japonesa.

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La palabra 'Kokugaku' se ha traducido como ‘Estudios nativos’, ‘Estudios Nacionales’ y


‘Aprendizaje Nacional’ y fue una respuesta al Neoconfucianismo sinocéntrico, rechaza el
estoicismo confuciano y valora la cultura japonesa anterior al confucianismo.
El kokugaku, partiendo de la literatura antigua japonesa: poesía y prosa y otros logros
culturales, así como del Shinto, para mostrar la ‘emoción’ de Japón, al cual definieron como
el Imperio o Kokoku., aboga por el retorno a una supuesta edad dorada de la cultura y
sociedad japonesa, la que, se habría encontrado en la Edad antigua clásica o Kodai.
Tokugawa Mitsukuni (1628-1700), del han Mito, rama colateral del clan Tokugawa, fue uno
de los impulsores del estudio de la historia japonesa. Inició la recopilación de la Gran historia
de Japón y siguió el concepto neoconfuciano de taigi-meibun o “Magna justicia y lugar
adecuado”. Afirmaba que la población debía lealtad suprema al Emperador y respeto a la
familia imperial, que la lealtad al Bakufu no era contradictoria, pues había sido elegido por
el Tennoo. Pero con el tiempo, la lealtad al Tennoo prevaleció ante la del Shoogun, la
amenaza occidental despertó sentimientos nacionalistas que destacaban el carácter único del
gobierno nacional japonés o Kokutai, basado en la dinastía imperial, su concepto de dinastía
imperial fue el dogma oficial de Japón desde la Renovación Meiji y la doctrina de los
estudiantes hasta finales de la Segunda Guerra Mundial.
El surgimiento del Kokugaku en los mismos años que el Rangaku representa la necesidad
de coerción social que requería el régimen. A su vez, este pensamiento era un producto de
aquellos grupos que habían perdido con el cambio económico. Durante el Genroku, como
mencionó Ihara Saikaku, el dinero había trascendido las castas, es decir, se había formado un
mundo en donde empezaron a darse relaciones entre individuos ajenos al grupo social. Aquí,
aun las relaciones entre el señor feudal y sus vasallos, así como las relaciones familiares,
estarían dictadas por el dinero, no así por las tradicionales relaciones confucianas, los
sentimientos que unen a los individuos, como el afecto y la amistad, desaparecerían. La lógica
del dinero triunfó en las grandes ciudades, Esta ‘insensibilidad del dinero’ hizo que la
identidad de los bushis y campesinos se volviera inestable y que en todas las castas empezara
a expandirse la idea de volverse comerciantes o Choonin. Varios grupos no pudieron subirse
a la ola mercantil y conocieron un creciente sentimiento de insatisfacción, preocupación e
impotencia. Se Piensa que la falta de una religión dentro del Estado llevó a los grupos

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frustrados a buscar una actividad irracional que permitiera la obediencia y coerción. Para
aliviar esta preocupación, decidieron definir la identidad de una nación llamada ‘Japón’.
Uno de los pensadores Shinto que expresó su preocupación por la situación que reinaba a
principios del siglo XVIII fue Zanko Masuho. Quien mostró un interés temprano por este
problema al tener un extremo sentimiento de pertenencia hacia ‘Japón’. Esto se ve plasmado
en su obra Uzomuzo Hokorasagashi. Su crítica reflejaba a un estrato vencido en la batalla
económica que, para curar las heridas de su orgullo, optó por aceptar una identidad ‘japonesa’,
atacando sin tregua a los que habían triunfado por su talento y esfuerzo. Este sentido de
pertenencia, expresado por Masuho, fue retomado con mayor fuerza por el Kokugaku. Sus
principales representantes, Mabuchi Kamono, Norinaga Motoori y Atsutane Hirata,
decidieron justificar la superioridad de ‘Japón’ retomando la mitología. Así, basándose en
una minuciosa investigación de los principales textos antiguos, como Man’yoshu: Colección
de las diez mil hojas, Kojiki: Crónicas de los tiempos antiguos y El Genji Monogatari. Los
pensadores del Kogaku buscaron establecer la ‘verdadera’ imagen de su país. Los textos
antiguos los llenaban de un gran orgullo. En contraposición a los confucianos, quienes
veneraban los textos chinos, ellos buscaron resaltar la belleza, contenido y pureza de los
textos tradicionales japoneses, con la firme convicción de que esto les permitiría recuperar
su ‘Japón’.
Justo cuando los pensadores del Rangaku emprendieron la ardua tarea de traducir los textos
holandeses, los seguidores del Kokugaku decidieron dar un giro hacia el pasado japonés. Sin
embargo, la diferencia más profunda estribó en su postura frente a la competencia económica
y su efecto inmediato, la aparición de ganadores y perdedores.
El papel del Shinto, era un poco diferente, pero no menos importante. Como apoyo espiritual
al orden político e importante lazo de unión entre individuo y comunidad, seguía sirviendo
al pueblo nipón a través de una gran red de santuarios. Naturalmente, el mismo Tennoo
mantenía su papel de sumo sacerdote del Shinto, celebrando ceremonias de alcance nacional
en el templo de Ise.
La mayor parte de las familias bushi mantenían lazos con los santuarios ancestrales como
muestra de consagración al honor del linaje familiar. En los escalones inferiores de la
sociedad, los santuarios tutelares eran custodios de cada aldea o mura y ciudad, por esto
fueron un elemento de cohesión en el seno de las subdivisiones de esta.

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Hayashi Razan, tras encontrar en el Shinto un aliado contra el budismo, inició la tarea de
racionalizar los mitos imperiales, mediante el uso de la teoría confuciana. Para el, los 3
tesoros sagrados se convirtieron en símbolos de ideales confucianos básicos.
La doctrina del bushido de Yamaga Sokoo continuó esta tendencia ecléctica, que en
Yamazaki Ansai (1618-82) encontró su expresión en una nueva forma de pensamiento shinto
o Suika-shinto, la que interpretaba el ‘Camino de los kami’como el Camino de los Reyes
Sabios. Ansai descubrió virtudes confucianas en los mitos del Kojiki y Nihon-Shoki, y vio
en los antiguos kami un reflejo de la razón confuciana. Era, sencillamente, cuestión de tiempo
que este interés filosófico por el Shinto se combinase con el incremento de la cultura histórica
y literaria para producir una escuela de estudios nacionales, basada en un grupo de ‘clásicos
japoneses’. Así nace en el siglo XVIII el movimiento de ‘Cultura Nacional’ o kokugaku, con
el fin de recuperar para Japón su herencia literaria e histórica. Con el tiempo, fue un
movimiento autónomo preconizador de un retorno intelectual a los orígenes del Japón. Ogyu
Sorai (1666-1728), defensor de la ‘Cultura Antigua’ o kogaku, proponía volver a las fuentes
originales, para justificar los personalísimos consejos que había dado al shogunato en orden
a la política del gobierno. Su obra, Seidan o Ensayos políticos, apremiaba al shogunato para
que pusiese en práctica verdaderas reformas y exigía una más decidida afirmación del
absolutismo shogunal.
La aproximación objetiva de Arai Hakuseki a la historia japonesa concordaba con su fría
valoración del cristianismo. Su Seiyo kibun :Un Informe sobre Occidente, escrito en 1715,
tras algunas entrevistas con el sacerdote italiano Sidotti (1668-1715), que fue hecho
prisionero por el Bakufu, cuando intentaba entrar clandestinamente al Japón, en 1708,
revelaba una sincera admiración por la ciencia occidental, y decía abiertamente que el
cristianismo era demasiado irracional para poder causar daño alguno a Japón.
Los estudios del kokugaku alcanzaron un reconocimiento nacional cuando, en 1728, Kada
Azumamaro (1668-1736) presentó una petición al Bakufu a favor del establecimiento de una
‘Escuela de Cultura Nacional’. Sacerdote shinto de la zona de Kyoto, Kada fue influido por
la reciente tendencia de la cultura confuciana que trataba de volver al ‘Antiguo Camino’
original. El discípulo de Kada, Kamo no Mabuchi (1697-1769), prosiguió el estudio del
Man’yoshu o Colección de los diez mil poemas, e incluyó la primera nota anti-confuciana

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en sus escritos. En los antiguos poemas de la época Nara, afirmaba oír ‘la voz de nuestra
divina tierra’.
La figura sobresaliente del kokugaku fue Motoori Norinaga (1730-1801), hombre que
dedicó 30 años a recuperar el significado del: Kojiki, o Crónica antigua, Genji Monogatari
y otras obras clásicas, para comprender el auténtico estilo japonés. Norinaga se centró y
convenció de que el Kojiki, revelaba un único ‘Camino Antiguo’ japonés, el camino de los
dioses al cual se oponía a analizar, recurriendo a la razón porque la razón humana no es capaz
de comprender las acciones de los dioses. un estado de bondad natural y utópica, cuyo
ejemplo se encuentra en la época de los kami, que fue contaminado y corrompido por el
budismo, confucianismo y el estilo chino por ser artificial, el devenir sencillo y natural
japonés. Y era una historia basada en hechos reales: Japón fue creado por la diosa Amaterasu
Oo Mikami de quien descendía la dinastía imperial. Esto la convierte en una institución
sagrada donde, aquí también, hay que respetar la autoridad del Bakufu por haber sido elegido
por la corte imperial. Norinaga también creía que el confucianismo reprimía los sentimientos
naturales del hombre, mientras que los antiguos poetas japoneses hablaban libremente de
ellos. Su extraordinaria influencia se debió a su dedicación a la enseñanza. Se dice que, en
sus 40 años de actividad docente, tuvo cerca de 500 discípulos.
Motoori, quien llevó al Kokugaku a la cúspide, provenía de una familia de comerciantes
acaudalados de Matsuza, ciudad del feudo de Ise. De este feudo habían salido los
comerciantes más sobresalientes de la época Edo. Matsuza concentraba el comercio de la
seda y de ahí provenían los Mitsui. La riqueza de los Motoori se codeaba con la de los Mitsui
entre los mayores clanes de nuevos ricos. Sin embargo, a diferencia de sus aventureros
ancestros, Norinaga se compadeció de la brecha entre ricos y pobres. Como ha quedado
constatado en el Seji Kenmonroku, publicado a principios del siglo XIX, la “diferencia entre
ricos y pobres se había ampliado al grado de que por, cada rico, de 20 a 30 campesinos
estaban en una situación de pobreza”. El alza de precio del arroz y otros productos hizo que
las tierras de cultivo se concentraran en manos de choonin, con un sistema de ventas al por
mayor, y provocó la aparición de propietarios parásitos. Al mismo tiempo significó que los
campesinos pobres y los pequeños propietarios fueran empleados como trabajadores de
tiempo completo para el desarrollo industrial.

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Bando Yamagata, quien había sido un filósofo comerciante de Osaka en la misma época que
Motoori, consideraba que la fuerza del dinero se había vuelto un factor determinante en el
control artificial del mercado del arroz, alterando el juego de la demanda y la oferta. Los
pensadores como Yamagata, cercanos al Rangaku, buscaron tratar estos problemas sociales
por medio de una ciencia racional.
Sin embargo, a diferencia de Yamagata, Motoori no estaba dotado de una capacidad
individual que le permitiera trascender. No poseía el talento comercial de sus ancestros.
Desde su niñez había disfrutado de la lectura de los tanka y del Genji Monogatari, que
narraban la elegancia del mundo aristocrático de la época Heian. A los 19 años, su familia le
impuso un matrimonio por unión adoptiva para que aprendiera el oficio de choonin, pero
regresó de inmediato y, siguiendo los consejos de su madre, decidió volverse médico.
Motoori estaba conciente de que no servía para hacer dinero. Médico, dedicó sus ratos libres
a la lectura del Kojiki, el texto histórico más viejo de Japón, escrito a principios del siglo VIII.
Motoori quedó cautivado por la pureza e inocencia de aquel mundo antiguo y dedicó todo su
tiempo libre a hacer una glosa de la obra. Después de 35 años de arduo trabajo, en 1798 logró
terminar una versión comentada, que llamó Kojikiden. Motoori pensaba que la infelicidad y
la mala fortuna personal eran ‘obra de los kami’, de dos tipos: Naotsubi no Kami y Magatsubi
no Kami. Los primeros son los kami que traen la felicidad y fortuna, mientras que los otros
traen la infelicidad. La bondad y la maldad humana no tienen más relación que con la
felicidad e infelicidad que otorgan los kami. Los hombres no tienen otro camino que vivir
sin refutar sus decisiones: “…De cualquier forma, todos los eventos que ocurren en este
mundo, sin excepción alguna, están definidos por las grandes decisiones de los dioses. El
comportamiento violento de Naotsubi no Kami no tiene solución y es una situación
sumamente triste...” Motoori afirmaba que creer que los hombres buenos serán felices y los
malos miserables era una actitud ingenua. Para él, esa idea optimista de que el esfuerzo es
una virtud que premia a los hombres era propia de los chinos que aparentan inteligencia.
Motoori aseguraba que este optimismo traiciona nuestra moralidad, haciéndola una cosa
absurda. En Seji Kenmonroku, la avaricia y lujuria han aumentado la brecha entre ricos y
pobres. Por eso, los hombres honestos no pueden seguir la nueva corriente del dinero,
volviéndose miserables, mientras que los crueles e inhumanos triunfan. Éste era un
sentimiento compartido entre los grupos perdedores de la época. La justicia se había invertido.

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Desde una perspectiva socioeconómica, esta situación absurda era producto del dinero, y la
fuerza del hombre era incapaz de revertir ese efecto. Los hombres no pueden hacer nada
frente a las obras de los kami, son solamente ‘marionetas’ que manejan ellos. El estudio
clásico de la vida de Motoori, escrito por el historiador Tsunetugu Muraoka, insiste sobre la
idea de que todas las cosas son obras de los kami. Para el, los hombres debían seguir los
deseos de ellos y los del Tennoo, quien es el descendiente Amaterasu Oo Mikami. Como dice
Fromm, el Tennoo era una ‘Mano de ayuda mágica’. En una etapa en la que el orden social
empezaba a desquebrajarse, aquellos honestos campesinos y choonin que decidieron cumplir
con las funciones sociales de su posición social tuvieron que sufrir su triste destino. Así, es
comprensible que surgiera un cuestionamiento del por qué uno debería aguantar ese
sufrimiento. Motoori contestó que la forma correcta de vivir era tomar como guía moral el
corazón del Tennoo, obediencia que era una tradición del ‘Imperio Japonés’. De esta manera,
la obediencia masoquista se transformó en un estilo de vida honorable. En esta época a finales
del siglo XVII es cuando la escuela de Aprendizaje Nacional se tornó profundamente
nacionalista.
Hirata Atsutane (1776-1843), sucesor del pensamiento de Motoori, un pensador
violentamente nacionalista y xenófobo, escribió sobre la impar política del Japón o koku-Tai;
es decir, Japón como tierra de los kami y regido por una dinastía imperial única. La conclusión
lógica de su argumento consistía en que Japón debía dar nueva vida al Shinto como religión
única, y al Tennoo como a su único gobernante.
Con unas cuantas monedas, Hirata, cuarto hijo varón de una familia de bushis del han de
Akita, escapó de su tierra natal, logrando refugiarse en las ciudades aledañas a Edo. En esa
época, escapar de un feudo era un crimen grave e implicaba la muerte. Como Sorai Ogyu
afirmó en su obra Seidan, ‘Edo era la ciudad donde se juntan todos los feudos’. La gran
mayoría de su población era de inmigrantes expulsados de sus han por la miseria rural. Casi
todos se dedicaban al comercio informal. Hirata era uno de tantos prófugos. Lejos de su han
y de su tierra natal, en un mundo de inseguridad y desdicha, Hirata, un vagabundo desairado,
encontró en las obras de Motoori una esperanza.
Había en la idea de un ‘Imperio japonés’ y en la obediencia al tennoo elementos de alivio
para su alma. Al encontrar la ‘mano de ayuda mágica’ en la obediencia al tennoo, obtuvo un
fuerte camuflaje para su ego. La filosofía de Hirata se difundió por todas las zonas rurales.

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Fue denominada como el ‘Kokugaku de los montecillos de hierbas’: Somoo no Kokugaku’ y


tuvo una gran aceptación entre los propietarios y burócratas de todo el país. Podemos leer en
el Seji Kenmonroku: “…Mientras que las gentes de las grandes ciudades gozaban de un gran
fuerza y opulencia, los pobres de las tierras más remotas estaban trabajando arduamente,
derramando las lágrimas de la miseria...” Al enfatizar las contradicciones entre la ciudad y el
campo, Hirata mostró claramente la problemática que enfrentaba el orden rural tradicional.
Tuvo especial influencia en los agricultores acaudalados: Goonoo, quienes habían
intermediado entre los burócratas y campesinos y mantenían el orden social. Sin embargo,
ahora el orden que ellos habían protegido estaba en crisis. El Bakufu perdía su autoridad,
mientras que los campesinos pobres se rebelaban. Para ellos, la autoridad superior del tennoo
tuvo un gran significado: “…Cuando una autoridad en la cual habían depositado su confianza
empieza a mostrar sus puntos vulnerables, el amor y el respeto serán remplazados por el
desprecio y el odio. En caso de no sentirse ayudado por algún otro ente más fuerte, no tendrán
un espíritu de agresión que les permita atacar a la autoridad actual.” Sus ideas eran
subversivas para el shogunato, de modo que, en 1841, fue sometido a arresto domiciliario.
El pensamiento de Motoori y Hirata remplazó la autoridad del Shoogun por la del Tennoo,
esa ‘mano de ayuda mágica’ más fuerte. Después de la llegada de los barcos negros, este
pensamiento político sería la base de un movimiento pro imperialista con un marcado
sentimiento anti-extranjero, que atacó violentamente al régimen de los Tokugawa, cuando
los que mostraban pensamientos anti-Bakufu eran exiliados o ejecutados. Por su parte, Sugae
Masumi (1754-1829), quien viajó ampliamente, y registró las costumbres y dialectos locales,
señaló la conservación de esos elementos autóctonos en la cultura popular. Haniwa Hokiichi
(1746-1821), un filólogo ciego, compiló y publicó la Gran colección de obras clásicas en
japonés. Con posterioridad a 1800, el kokugaku se difundió ampliamente como una rama
de la investigación científica sobre la literatura japonesa, pero también estimuló una
reanimación de la curiosidad por los aspectos teológicos del Shinto.
Aunque gran parte de lo que escribieron los partidarios de la reanimación del Shinto parece
irracional y altamente emotivo, no por ello dejaron de dar paso al desarrollo de nuevas ideas
sobre la identidad histórica y destino de Japón. Conservando cuidadosamente un nuevo
conjunto de clásicos japoneses, y señalando al Tennoo, como nuevo centro de lealtad, dieron
impulso a la acción política en defensa de su nación. Su desprecio a China desarrollo aun

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más el proceso que apartó a Japón de su excesiva confianza en un mentor cultural tanto
tiempo admirado, precisamente cuando Japón iba a experimentar nuevas influencias llegadas
de Occidente.

Conclusión: Formando al nuevo Japón Imperial. El clima intelectual de las postrimerías


del régimen Tokugawa estaba, pues, lejos de hallarse estancado o dominado por una
inflexible ortodoxia. El mundo de los bushi, que ofrecía un abanico de opiniones prácticas y
líneas de investigación, estaba abierto a muchas corrientes. Aun inserto en el paradigma
confuciano, hizo lugar, sin embargo, al estudio independiente de la historia y la literatura
japonesa: Kokugaku, a la ciencia y medicina occidentales: Rangaku, de este modo vemos
como a partir del Paradigma Confuciano que como vimos fue el texto y continente desde
donde surgieron las otras 2 escuelas, las cuales generaron dentro de este mismo paradigma
discursos que lograron convivir, dialogar y debatir entre si y hacia fuera; sea la sociedad en
transformación, o hacia la Antigüedad clásica idealizada como en Kokugaku, sea hacia el
mundo exterior del cual se quería aprender cada vez mas y al cual se veía cada vez mas como
el enemigo potencial sino también muy real al cual había que adelantarse en la acción,
acelerando las agujas del reloj para cambiar el estado actual de la sociedad en el caso de
Rangaku o hacia el eterno maestro que era el celeste imperio desde donde se tomo lo mejor
del pensamiento generando un importante cambio que podría ser el equivalente de la
Ilustración europea en la mentalidad japonesa como lo fue la secularización y el insertar los
procesos de racionalización, así como también el desarrollo pedagógico y la difusión de la
cultura la que no se limitaba a la casta bushi, de hecho, todos los bushi sabían leer y escribir,
los niveles superiores de las castas campesina y choonin fueron educados, es así como la
relación de los mas importantes autores científicos y filosóficos de la era Tokugawa incluía
a más de uno procedente de la capa choonin o incluso campesina. Lo que muestra la difusión
del saber, era que las oportunidades de instrucción se extendieron considerablemente a todos
los niveles de la sociedad. Japón, en efecto, entraba en un período de difusión de la cultura,
gracias a una red de escuelas cada vez más amplia, y consumía grandes cantidades de
publicaciones. Lo que es la base para el desarrollo de las otras escuelas sin la importante base
que creo esta, no habría sido posible el surgimiento de Kokugaku ni mucho menos Rangaku
aun cuando todo esto al final tuvo un lamentable efecto boomerang que termino por

53
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

destruirlo como Texto y paradigma del saber y la ciencia clásica del Japón premoderno,
donde tenemos 3 voces distintas las cuales cada una en su momento pasan a ser prima voce,
sin negar la existencia de las otras es un texto polifónico, con sus coherencias, rupturas,
contradicciones y fragmentos, pero teniendo entre si una fuerte retroalimentación que creo la
mentalidad del japones moderno.
En esta instancia, surgen ciertos patrones, que no solo afectaran, su presente y el futuro
inmediato sino también el mediano plazo de Japón. es patente que 1° se recupera el
dispositivo que Japón mostró en Nara con la búsqueda y selección de lo que necesitaba del
exterior; en Nara fue de China, lo cual se mantiene en los estudios confucianos, pero que
también vemos en Rangaku en lo que llegaba desde Holanda y tras el Impacto Occidental,
desde América y el Reino Unido, pero también, la rápida difusión de todo lo que tenia que
ver con occidente, que vimos llego a caracteres de manía, lo que demostraba una muy fuerte
curiosidad hacia lo que venia del “mundo exterior” y un fuerte pragmatismo como lo vimos
en el caso de las traducciones, además de la suficiente apertura de mente como para
cuestionarse y cambiar las tradiciones confucianas y no quedarse con el “Magíster Dix”, lo
que podemos llevarlo al caso chino y ver las consecuencias de ese cambio de chip, esto
también lo podemos comparar con lo ocurrido en la época de Galileo y la formación del
paradigma moderno en Europa. Es así como se crean la nueva mentalidad y practica que
facilitaran la rápida occidentalización selectiva japonesa en este invernadero de los pioneros.
En el caso de Kokugaku, tenemos la creación de la nueva comunidad imaginaria del Japón,
mas fuerte en el caso del Kokugaku que en Rangaku, por todo el trabajo de rescate de la
civilización clásica y la formación del canon nacional, esto sumado a las amargas
experiencias de vida referidas al cambio que significo la Revolución comercial, llevo a la
formación del discurso ultra-nacionalista, xenófobo, asentado en Kokugaku, lo que crea el
discurso programático de los Isshin Shishi: Los patriotas de la Renovación, para llevar a cabo
la justicia divina o Tenchu contra las autoridades del régimen decadente en el periodo del
Bakumatsu y temprana Renovación Meiji (1854-70), también es semillero y cuna de las
tendencias Sonno y Joi así como del ultra nacionalismo de los militares que tras la Era
Taishoo se hicieron con el poder en el temprano Showa intentando una fallida Renovación,
partían de la base de esta escuela.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

discursos que por tiempo y espacio no logramos desarrollar pero para quien conoce la época
quedaran mas que claras por los dichos de los fundadores de Kokugaku, en fin que tenemos
en esta escuela el texto-continente de la Renovación, de donde surge su doctrina oficial

“Characteristics of the decreasing growing rates in the Japanese population”.


By: Rodrigo Juri
Global Overview of the Problem
In August of 2006 several mass media were announcing the reduction in the size of
the population in Japan (1,2).
Indeed, according to official sources, the population of Japan in 2005 was
127.757.000 inhabitants. This represents nearly 19,000 less people than the previous year (3).
Nevertheless this phenomenon it was not unexpected. During the last three a decades
it has been possible to see a strong deceleration of the population growth in Japan. Since then,
many studies had been attending this problem and many of them were anticipating this point
where the growing rates finally became negative.
Even more, this demographic behavior is not an exclusive characteristic of Japan.
Many nations had been showing population growing rates even smaller than those in Japan.
Indeed, european countries has been dealing with this phenomenon even before than in Japan.
The CIA World Factbook in its 2006 edition (4), that estimate the population growing
rate of Japan in this year as 0.02, it shows that other 35 countries has even lower numbers.
Latvia (- 0,67), Bulgaria (- 0,86), and Trinidad and Tobago (- 2,43) are the names that are in
the bottom positions of this ranking.
The countries with low population growth can be divided in two main groups. One of
them is constituted by undeveloped countries, with low life expectancy, high infant mortality,
and other variables that locate them in unfavorable positions within the Index of Human
Development (5). In that group the main causes for the reduced growing rates are associated
to physical, economical and political conditions that are serious threads for human life itself.
The other group, to which Japan belongs, refers to countries that has absolutely
opposite characteristics; high life expectancy, low infantile mortality, and as a whole, nations
with far better positions in the Index of Human Development. By simplicity, we will
associate this group to that of the countries members of the OECD (Organization for

55
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Economic Co-operation and Development), which includes the most developed countries in
the world.

Table 1
Annual Population Growth rates, Fertility, Life Expectancy, and Index of Human
Development of the countries members of the OECD (4,5).

Country Growi Fertili Life Index of Human


ng ty Expectancy Development
Rate (TFR) (years) and Position
(%)

Hungary -0.25 1.25 72.40 0.869 (35)

Czech -0.06 1.18 76.02 0.885 (30)


Republic

Poland -0.05 1.38 74.74 0.862 (37)

Germany -0.02 1.38 78.80 0.932 (21)

Japan 0.02 1.41 81.25 0.949 (7)

Italy 0.04 1.18 79.81 0.940 (17)

Austria 0.09 1.39 79.07 0.944 (14)

Belgium 0.13 1.61 78.77 0.945 (13)

Spain 0.13 1.15 79.65 0.938 (19)

Finland 0.14 1.70 78.50 0.947 (11)

Sweden 0.16 1.53 80.51 0.951 (5)

Greece 0.18 1.33 79.24 0.921 (24)

United 0.28 1.74 78.54 0.940 (18)


Kingdom

Denmark 0.33 1.73 77.79 0.943 (15)

France 0.35 1.80 79.73 0.942 (16)

56
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Country Growi Fertili Life Index of Human


ng ty Expectancy Development
Rate (TFR) (years) and Position
(%)

Portugal 0.36 1.47 77.53 0.904 (28)

Norway 0.38 1.81 79.54 0.965 (1)

Korea, 0.42 1.72 76.85 0.912 (26)


South

Switzerlan 0.43 1.47 80.51 0.947 (9)


d

Netherland 0.49 1.64 78.96 0.947 (10)


s

Australia 0.85 1.79 80.50 0.957 (3)

Iceland 0.87 2.03 80.31 0.960 (2)

Canada 0.88 1.64 80.22 0.950 (6)

United 0.91 2.06 77.85 0.948 (8)


States

New 0.99 1.80 78.81 0.936 (20)


Zealand

Turkey 1.06 2.16 72.36 0.757 (92)

Ireland 1.15 1.91 77.56 0.956 (4)

Mexico 1.16 2.67 75.19 0.821 (53)

Israel 1.18 2.60 79.46 0.927 (23)

Luxembou 1.23 1.70 78.89 0.945 (12)


rg

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

As it is shown in Table 1, most of the countries of the OECD has annual population
growth rates lower than 0,50 and only 4 of them have higher rates than the average world
growth rate (that is 1.14).
It is clear that in comparison to rest of the nations of the world, the countries members
of the OECD, as a group, have significantly smaller population growth rates. Also, and by
definition, they enjoy a remarkably higher level of development.
Also it can be seen in the same table that small population growth is associated to low
total fertility rates (TFR).
The TFR represents the number of children that a woman gives to birth during all her
fertile life (assumed between 15 and 49 years old), and indicates how many children has a
woman in average. Therefore, if the size of a population is going to stay stable in time (at
least by its mathematical definition) this variable should be 2, assuming equal amount of
children men and women. Nevertheless, and considering other conditions, it is accepted that
industrialized countries needs a TFR of 2.08 in order to keep the size of its population
unchanged (6). A higher value implies that the population is growing.
The world-wide TFR in 2006 was of 2.80. No country member of the OECD has a
TFR higher than the world average.
As it is possible to see in table 1, only 5 of the 30 OECD countries have fertility rates
equal or higher than 2. This means that only in fertility terms, the women of the great majority
of the developed countries are not giving to birth a sufficient amount of children to maintain
the population levels. The fact that many of these countries still have positive rates of
population growth should be consequence of other factors that compensate in part the effect
of their small fertility rates. Two main factors in this sense are low mortality and incoming
net flow of immigrants.
Therefore, it is possible to say that the low rates of population growth in the developed
countries are associated to small rates of net fertility. Within the group of the developed
countries, Japan is not an exception. It is not the country that shows the lowest growth rate
(Hungary), nor smallest rate of fertility (Spain). Nevertheless some elements make its case
special.
If we observe the top ten developed countries with smallest population growth rates,
Japan is the only one that at the same time it is within the top ten countries with highest Index

58
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

of Human Development. Also it is the only one with a life expectancy higher than 80 years.
In fact, should be noted in this last sense that the proportion of people of 65 years or older
has increased from 12% in 1990 to 14,6% in the 2005 (3), and it is expected to reach 22% in
the 2010 (7).
It is not only that Japan is showing very low rates of population growth, and even
negative if we look at the last official reports, but also:
a) These processes represent long term tendencies, given the low fertility rates and
the significant increasing in the proportion of older people in the population. It is not the
typical scenery consequence of unfavorable economic or political conditions, as it can be the
case of most of the underdeveloped nations or historical examples of the past. Rather than
that, it corresponds to a behavior that can be appreciated in most of the developed countries
with relative abundance of resources and stable political environment. This phenomenon has
never seen before in past ages.
b) Even within the developed countries, Japan shows the most accelerated ageing of
the population (7).
Both elements together make that the demographic estimations anticipate that Japan
will be the developed country that will show the most significant and accelerated reduction
in its population during the next the 50 years (See Table 2).

Table 2
Estimation of the Population Growth Rate for the member countries of the OECD (8)

Country Growth Country Growth


Population Population
Rate in 50 Rate in 50
years (%) years (%)

Australia 0.00 Luxembour 0.67


g

Austria -0.50 Netherlands -0.20

Belgium -0.36 New -0.16

59
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Country Growth Country Growth


Population Population
Rate in 50 Rate in 50
years (%) years (%)

Zealand

Canada 0.22 Norway -0.10

Czech -0.70 Poland -0.79


Republic

Denmark -0.21 Portugal -0.63

Finland -0.42 Spain -0.67

France -0.32 Sweden -0.13

Germany -0.45 Switzerland -0.45

Greece -0.39 United -0.11


Kingdom

Hungary -0.56 United -0.67


States

Iceland -0.08 Israel 0.20

Ireland 0.19 Mexico 0.22

Italy -0.61 Turkey -0.12

Japan -0.85 Korea, -0.77


South

General Characteristics of the Population Growth in Japan


In the years after the end of World War II, Japan showed a sudden increase in its
population growth rates, reaching levels of 5% in 1946. During the two following decades
the population growth returned to more normal values (around 1% annual), although in the
first years of the 70' a new increase in the growth is observed, reaching 2.3% in 1972.

60
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

From that point the population growth rates had been descending until reaching
negative values in 2005 (3).
The main features of this phenomenon are shown in figure 1.

Figure 1
Population and growth rate in Japan
(Taken from “Population Statistics of Japan, 2006” (3))

Essentially, the cause of this phenomenon is a synchronized reduction (although in different


magnitude) of birth and mortality rates in the country. The migration rates, the other variable
that could generate modifications in the population size, shows an erratic and unpredictable
behavior but usually with negative character (3), producing even smaller results in the
composition of the three factors.
In fact, the deceleration of the Japanese population growth is strongly associated with
a relatively constant reduction in the amount of births. In 1949, 2.696.638 births were
registered in Japan (excluded the Okinawa prefecture), and never after this line has been
surpassed again. Between 1953 and 1970 the people born stayed below 2 million per year. A
small “baby boom” took place at the beginning of the 70', but soon the birth rate fall again in

61
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

1975. In 2004, 1.110.721 births were registered, representing only a 41.19% of the 1950
births (3). If after the War, 5 children were born in Japan, today only 2 do the same.
Tables 3 and 4 show the evolution of the births and the TFR from the end of the World
War II until now.
It is possible see in table 4 that from second half of the 70', the TFR reached such low values
that it could not sustain the levels of population by itself, ceteris paribus. In spite of that,
further expansion in the population is observed in Japan until 2005. Indeed, if the other
variables that affect the population growth (migrations and mortality) were kept unchanged,
the reduction in the size of the Japanese population should have been much more fast and
dramatic. Therefore, one of these variables has been delaying the full expression of the direct
consequences of a low TFR.
For example, in the case of the United States, that also it has low fertility rates (around
2), the population increase that has been verified in the last decades is consequence of a
constant incoming flow of immigrants (6).

Table 3
Births registered in Japan (1947-2004) (3)

1947 2.678.792 1962 1.618.616 1977 1.755.100 1992 1.208.989


1948 2.681.624 1963 1.659.521 1978 1.708.643 1993 1.188.282
1949 2.696.698 1964 1.716.761 1979 1.642.580 1994 1.238.328
1950 2.337.507 1965 1.823.697 1980 1.576.889 1995 1.187.064
1951 2.137.689 1966 1.360.974 1981 1.529.455 1996 1.206.555
1952 2.005.162 1967 1.935.647 1982 1.515.392 1997 1.191.665
1953 1.868.040 1968 1.871.839 1983 1.508.687 1998 1.203.147
1954 1.769.580 1969 1.889.815 1984 1.489.780 1999 1.177.669
1955 1.730.692 1970 1.934.239 1985 1.431.577 2000 1.190.547
1956 1.665.278 1971 2.000.973 1986 1.382.946 2001 1.170.662
1957 1.566.713 1972 2.038.682 1987 1.346.658 2002 1.153.855
1958 1.653.469 1973 2.091.983 1988 1.314.006 2003 1.123.610
1959 1.626.088 1974 2.029.989 1989 1.246.802 2004 1.110.721
1960 1.606.041 1975 1.901.440 1990 1.221.585
1961 1.589.372 1976 1.832.617 1991 1.223.245
Table 4
Average Total Fertility Rates in periods of 5 years (1950-2004) (3)

62
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

1950-54 3,01
1955-59 2,16
1960-64 2,00
1965-69 2,04
1970-74 2,12
1975-79 1,82
1980-84 1,77
1985-89 1,68
1990-94 1,51
1995-99 1,39
2000-04 1,32

It is possible see in table 4 that from second half of the 70', the TFR reached such low
values that it could not sustain the levels of population by itself, ceteris paribus. In spite of
that, further expansion in the population is observed in Japan until 2005. Indeed, if the other
variables that affect the population growth (migrations and mortality) were kept unchanged,
the reduction in the size of the Japanese population should have been much more fast and
dramatic. Therefore, one of these variables has been delaying the full expression of the direct
consequences of a low TFR.
For example, in the case of the United States, that also it has low fertility rates (around
2), the population increase that has been verified in the last decades is consequence of a
constant incoming flow of immigrants (6).
In the Japanese case, this does not explain the apparent contradiction. The behavior
of the net migration rate is quite erratic (See table 5). Nevertheless, two main features
characterize this variable:
First, it is an index that most of the time has a negative values, expressing the fact that
more people is leaving the country than people coming to live into it. So, in general, the
migration rate, aggravates the situation produced by the reductions in the TFR, this is, it helps
in the deceleration of the population growth.
Second, the added net values of migration, even when they are positive, represent a
minimum fraction in comparison with the amount of births. Approximately 1% of the change
in the Japanese population can be explained by the rates of migration.
Table 5
Added Net MigrationFlow in periods of 5 years (rounded) (3).

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

1950-55 44.000
1955-60 -86.000
1960-65 -41.000
1965-70 12.000
1970-75 -42.000
1975-80 -54.000
1980-85 7.000
1985-90 -43.000
1990-95 -17.000
1995-00 -22.000
2000-05 75.000
If not migration, the other variable capable of moderate the effects of the low TFR
over the population size is the mortality. In fact, only an important reduction in mortality
rates could explain this evidence.
As can be seen in table 6, since the end of World War II, and until the middle of the
50', there is a notorious reduction in the amount of deaths in the country. From that point, the
variable stays in a relatively constant value, around 700,000 deaths by year, during a quarter
of a century. From the beginnings of the 80' it is observable a slow increasing in the deaths,
surpassing the barrier of the million in 2003.

Table 6
Deaths registered in Japan (1947-2004) (3)

1947 1.138.238 1962 710.265 1977 690.074 1992 856.643


1948 950.610 1963 670.770 1978 695.821 1993 878.532
1949 945.444 1964 673.067 1979 689.664 1994 875.933
1950 904.875 1965 700.438 1980 722.801 1995 922.139
1951 838.998 1966 670.342 1981 720.262 1996 898.211
1952 785.068 1967 675.005 1982 711.883 1997 913.402
1953 772.547 1968 686.555 1983 740.038 1998 936.484
1954 721.491 1969 693.787 1984 740.247 1999 982.031
1955 693.523 1970 712.962 1985 752.283 2000 961.653
1956 724.460 1971 684.521 1986 750.620 2001 970.331
1957 752.445 1972 683.751 1987 751.172 2002 982.379
1958 684.189 1973 709.415 1988 793.014 2003 1.014.951
1959 689.959 1974 710.510 1989 788.594 2004 1.028.602
1960 705.599 1975 702.275 1990 820.305
1961 695.644 1976 703.270 1991 829.797

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Other indexes could help us to understand this process. As an example, the life
expectancy when being born in 1947 was 50.06 years for men and 53.96 for the women (3).
So, if life expectancy had stayed constant in time, in the last decade more than 2 million of
japaneses should have dead by year. Of course, the real number is at least half smaller.
Although in the last decades the numbers of deaths in Japan have been increasing,
this increase has been much smaller than if not by the fact that nowadays the japaneses are
living much longer that before.
Indeed, the life expectancy when being born in the 2004 was of 78.64 years for the
men and 85.59 for the women (3). Today, a recent born baby was expected to live 30 years
more than his grand-grandfathers.
Another related index is the infant mortality, that in 1947 it was of 76.7 by 1000 births.
In the 2004 that number has been reduced to 2.8 (3). So, deaths had been concentrating in the
last periods of the life cycle, not anymore in the first stages.
Then, during last the thirty years it is possible to appreciate an important deceleration
of the population growth in Japan, whose main cause is a reduction in the fertility. On the
other hand, this effect has been compensated by an increase in the life expectancy of the
japaneses that has produced smaller mortality rates.
The major direct consequences of this situation are two;
a) A progressive increase in the average age of the japaneses, or in other words, a
relative ageing of the population. It is not only that expectancy of life has increased, but every
time is greater the proportion of Japanese whose age is in the last phases of the life cycle. In
2005 one of five Japanese (21.2%) were 65 years or older. It is expected that this number
goes on increasing until reaching 36.9% in 2055 (2).
b) A reduction in the amount of new born babies in the time will implies a reduction
in the size of each age group. The fact that today less children are being born means that in
fifteen years there will be less teenagers, and in thirty years, less working adult people.

Causes of the Deceleration of the Population Growth


MacKellar and Horlacher from works of Ogawa, Retherford and Yashiro (7) affirm
that the main cause for the decreasing fertility is an important reduction in the amount of

65
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

women (in fertile age) married. Amazingly, the fertility within the marriages has stayed
constant and even increased slightly in the last decades, but on the other hand every time is
smaller to the proportion of women who contract marriage.
It contributes in that sense a raising number of divorces.
At the beginning of the 70' a million marriages were registered in Japan every year.
But since then, the amount of weddings has fallen down below the 800,000 by year, and in
2004 there were 720.417 marriages in the country.
Also, the amount of divorces has duplicated in the same period, reaching 270.804 in
2004 (3).
Here it is important to emphasize the fact that only a minor proportion of births are
registered as illegitime in Japan. As an example, in 2004 only 1.99% of the total births were
in that category (3). Although this value has been in slow but persistent increasing from the
70', still is possible to say that the impact of the single women on the fertility rates is non
significant.
The strong association between marriage an motherhood, at least in Japan, is the main
reason to focus the search for some of the causes of the decreasing fertility in the
circumstances that are producing a decreasing interest in the japaneses into getting married.
This reduction in the proportion of married japaneses is the result of two main
processes; a growing delay in the age of the first marriage, and an increase in the proportion
of women who never have married (7).
Again looking at the official statistics (3) it is possible to see that by 1930 55.4% of
the women got married by the first time between 20 and 24 years old. However, in the 2004
this proportion had been reduced to only 23.2%. In the same period, the women who
contracted their first marriage between 25 and 29 years old raised up from 14.5% to 46.1%.
That means that the average fertile period of married women is much lower than
before. And of course, the expectative and interest in motherhood in women in their thirties
could be different from than the ones in their twenties. In fact, women average fertility is
systematically higher in younger age groups (3).
Then, it is nor surprising that the proportion of people who has never married in every
age group has grown accordingly (See table 7). Although most of the people get married in

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

some moment in their lives, this is happening in more advanced ages than half a century
behind.

Table 7
Proportion of never married japaneses by sex and age group (3)
Men Women
Age Group 1950 2000 Age Group 1950 2000
20-24 82.9 92.9 20-24 55.3 87.9
25-29 34.5 69.3 25-29 15.2 54.0
30-34 8.0 42.9 30-34 5.7 26.6
35-39 3.2 25.7 35-39 3.0 13.8
40-44 1.9 18.4 40-44 2.0 8.6

The cause of this phenomenon should be a strong increase in the opportunity costs of
marriage and motherhood for women. Yashiro (9) offer evidence in this sense emphasizing
the fact that women with high level of studies and women who live in the city of Tokyo got
married 2 and 3 years (respectively) after than the general average.
This behavior is consequence of two factors:
First, the expansion of laboral opportunities for the japanese women that has implied
an increase in their economical expectations.
Second, the traditional laboral practices developed and used in the country, that
includes a lot of obstacles for women with children.
Therefore, the offer of rentable works and their hard exigencies generate a high
alternative cost for the marriage and motherhood (9).
In fact, almost surely, a woman who decides to have children should have to leave
her work and her professional career.
In Japan, unlike other nations, this situation is produced by the labor practices
developed in the country. They are characterized by the broad offer of long term employment
with important economical benefits related to seniority in the institutions, systematic
application of long turns and overtime work, frequent transfers inside the company to

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

different neighborhoods and towns (forcing the resignation to his/her work to one of the
members of the married couple), and scarce midcareer employment opportunities (9).
Also, in comparison with other countries, the cost of childcare services is high, and
the overloaded work duties of the men means that they can barely collaborate in the raising
of the children and in domestic tasks (7).

Consequences of the Deceleration of the Population Growth


Most of the studies referred to the consequences of the reduction and the ageing of
the Japanese population have been focused in direct economic aspects, like their impact in
the saving and in the labor market, or the economic effect on particular institutions like the
pension and health systems.
The first direct consequence is a reduction in the supply of labor, increasing the price
of the same. The productive capacity of the nation could consequently be affected. The
country will produce less than it should have produced if more workers were available
(independently of changes in the productivity).
Due to the higher expenses associated to an aged population, greater costs derived
from the pensions and health systems, a gradual but permanent reduction in the fiscal surplus
is expected for the next few decades (7).
About the pensions system, this is not financed by the saving of the future
beneficiaries, but by the contributions of current workers. A progressive reduction in the
proportion of contributors and the expansion in the number of beneficiaries are producing a
strong pressure on the system. In 1993 the National Scheme Pension, that covers almost 80%
of the active population, had 23 beneficiaries by 100 contributors. It is expected that in 2025
this relation will change to 53 by 100.
The pensions system already has a deficit at the present time, and the state subsidizes
nearly a third part of the costs (7). In absence of measures that could help in the situation, the
economic load over government will be greater and greater.
Indeed, some measures had been taken with the purpose of fight against the impact
of this situation, like increments in the contributions, greater requisites to receive a full
pension and gradual changes in the age of retirement (from 60 to 65 years old).

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

In relation with the health system, also has been affected by gradual ageing of the
population, although not so seriously like in the case of the pensions system. At the moment
a large majority of the medical services is financed by the state, and even so they represent
around 7% of the GPD. Really, this figure had been increasing in the time, but not in a very
dramatic way (from 6% to 7.1% between 1982 and 1995).
More than the growing in the amount of older people in general, the real problem is
the expected increase in the bedridden ones, that could reach 5 million in 2025 (7). But the
perspective of innovations in medical sciences make very difficult to make predictions in this
area.

Some Governmental Policies Regarding the Problem


The Japanese government has developed diverse strategies to face the causes and the
consequences of the reduction of the population growth rates.
Regarding the causes of the phenomenon, and defining the reduction in the fertility
rates as the most important one, several governmental initiatives had been trying to reduce
the alternative costs of motherhood. In 1990 laws of “childcare leave” were approved. Soon
after, in 1994 the Angel Plan was enforced, and it was followed by the New Plan Angel and
the National Children's Plan, in 1999. In 2003 it was approved the Basic Law on Measures
for a Society with Fewer Children.
These laws promote a series of initiatives, such as the creation of more local childcare
support facilities, and offering different kinds of benefits in housing and education
(scholarships) for the families and their children (6).
Nevertheless, the reaction of the government and the markets on the direct
consequence of the decreased population, that is the reduction in the available workers, has
contradictory effects with the initiatives previously exposed.
As an example, the necessity to avoid an important loss in the supply of labor has
made that many companies and the government had developed efforts in order to attract more
women in the labor market (10). In that way, they are increasing the alternative cost of
motherhood.
Given the growing scarcity of labor, Japan has few alternatives, but one of them is to
open the gates for immigration of workers. Nevertheless, it is estimated (Morgan Stanley)

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

that 5 million of immigrants (plus families) will be needed in the next decade if only the goal
is to maintain the present conditions of the labor market (11).
It is known that enormous resistance exist in Japan regarding further expansions in
the existing rates of immigration. Nevertheless, the increasing necessity of workers is a
pressure on this matter that will be growing in time. Efforts addressed to compensate these
deficits bringing large quantities of women into the labor market are creating an even worse
scenario for the future, unless major changes are undertaken in the current employment
practices.
A possibility is to rise up the public investment in services that support motherhood,
intention that is clearly behind several programs designed with this goal in mind, and that
were explained previously. But to compensate the increasing in the alternative costs that are
making that women choose not to have children, it will be necessary a much greater spending
of resources in this area, and even more in the future given that the labor markets will be
growingly requiring female labor (and offering better benefits for them).
As we saw before, one of the consequences of ageing population is a major increase
in the costs of the pensions system, and in the health system. These increases had to be
subsidized, at least in part, by the state. If we added these possible investments in programs
for supporting the motherhood, the fiscal deficits could raise very high over the 6.4% that
exists at the present time (10, 11).
In order to reduce the deficit in the pensions system, the government has developed
some initiatives that were mentioned previously. Nevertheless greater reforms in this aspect
are expected, for example; reduction of the benefits of retired people, rising again the
minimum age for retirement, and further increasing in the contributions (7).

References

1. “Japan notes the first population decline in 38 years”. BBC Worldwide Asia Pacific.
August 4, 2006.
2. “Falling fertility rates requires action”. The Nikkei Weekly. Japan. August 14, 2006.
3. Population Statistics of Japan, 2006. National Institute of Population and Social Security
of Japan.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

4. CIA World Factbook, 2006.


5. Human Development Report 2006. United Nations Development Programme (2006).
6. Lifelong learning and demographics: a Japanese perspective. Ogawa, Seiko.Int. J. Of
Lifelong Education. Vol 24, No 4, 2005. p351-368.
7. Population Ageing in Japan: A Brief Survey. McKellar, Landis & Horlacher, David.
Innovation: The European Journal of Social Sciences. Dec 2000, Vol 13, Issue 4. p413-430.
8. Population Projections. U.S. Census Bureau.
http://www.census.gov/population/www/projections/popproj.html
9. The EconomicFactors for the Declining Birthrate. Yashiro, Naohiro. Review of Population
and Social Policy. No 7. 1998. p129-144.
10. Visions of 2020. The Economist. 10/08/2005, Vol 377, Issue 8447, special section p16-
18.
11. A Shrinking Giant.The Economist 1/10/2004, Vol 370, Issue 8357, p38.

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Washi: Tradición y Desarrollo


Por: Carolina Larrea
Washi es la palabra que identifica al papel japonés hecho a mano. Pero éste, no sólo se
refiere a la calidad de un papel cualquiera, sino que tiene un significado más profundo. El
profesor y especialista en papel tradicional japonés y europeo, del Centro para el Libro de
la Universidad de Iowa, en Estados Unidos, Timothy Barrett señala:
El washi, aparece en una amplia variedad de imágenes y sentimientos en los japoneses
más ancianos quienes crecieron usando el papel hecho a mano en su vida diaria. Para
ellos tiene un significado y un matiz diferente a lo que para nosotros podría significar.
De hecho, el oficio del papel japonés en sí mismo tiene mucho más lazos con un
significado religioso que su contraparte europea1.
No es fácil transmitir la importancia del papel japonés, como arte, oficio, tradición y como
disciplina de trabajo y meditación sin haber tenido la experiencia de haberlo practicado.
Comencé a elaborar el papel de manera artesanal para usarlo en mis trabajos de creación en
el año 1994. Fue en ese entonces que presencié la técnica del papel reciclado en una escuela
de oficios en México. Me pareció estar frente a un acto mágico que seguí repitiendo por
muchos años más. Pero no sería sino hasta el año 2000 en que tomaría mi primer contacto
con la técnica del papel japonés en un breve taller de 5 días. Un oficio que requiere
habilidad y paciencia. Sin embargo después de esta breve introducción hacia la técnica, que
en ese momento me sería enseñada como minogami 2, la práctica quedó en el camino por
falta de herramientas e información.
En el año 2005, fui invitada por el profesor Barrett, para asistir a su clase: “Técnica e
Historia del Papel Tradicional Japonés y Europeo en la Universidad de Iowa y para trabajar
en el centro de investigación del papel en el Campus Oakdale de esta misma universidad. Y
es recién aquí, en donde tuve un contacto real con la técnica japonesa tradicional llamada
Nagashizuki. En esta clase tendría la doble tarea de desaprender lo que había visto en Chile
y aprender la manera correcta de hacer washi . Esta técnica no sólo significó largas
semanas de prueba, sino también el aprendizaje de la mística del oficio y el sentido de la
práctica. El trabajo en comunidad y el espíritu de mantener y compartir la tradición. La
manera en que el maestro Barrett enseña y traspasa la técnica del nagashizuki, de acuerdo a
sus palabras, es sólo en respuesta al agradecimiento a sus propios maestros en Japón y a la

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

necesidad de preservar la tradición de este oficio para generaciones futuras. Barrett me


abrió las puertas al mundo del papel japonés y su historia. Su devoción y espíritu
investigativo me han llevado hasta hoy a seguir trabajando y enseñando el washi, tratando
de transmitir con ese mismo espíritu, la importancia del hacer en comunidad, siguiendo un
fin colectivo. El significado de la disciplina y el respeto por los tiempos de la naturaleza. La
importancia de cada etapa de su proceso, y el juicio crítico de sus resultados.

Pero, qué es el washi?


El washi, muchas veces es conocido en el mundo occidental como papel de arroz. Pero es
un error denominar así a un papel cuya materia prima no es la paja del arroz, que es
utilizada mayoritariamente como relleno en la elaboración del papel en China, o el papel de
origen taiwanés que se hace de las fibras de una planta llamada Papel de Arroz (Tetrapanax
Papyriferus).
El papel japonés está hecho principalmente de la corteza interna de un tipo de morera
llamada Kozo (Broussonetia papyrifera)) que se caracteriza por tener una fibra
extraordinariamente larga de 1,2 a 1,3 cm, si se compara con las fibras más comunes de 0,6
o 0,8 cm. Las otras dos fibras que se usan para elaborar el washi son Gampi (Wikstroemia
canescens) y mitsumata (Edgeworhtia papyrifera). El 80% del papel en Japón se elabora a
partir de las fibras de kozo. el otro 20%. Lo representan Gampi, mitsumata y
ocasionalmente otras fibras.3
La técnica del Nagashizuki viene del verbo nagaso: fluir, echar agua y suku: hacer papel,
es decir, es la manera de fluir con el agua para hacer papel, así se forman estas láminas,
que se caracterizan por ser resistentes y delicadas al mismo tiempo, flexibles y de una gran
versatilidad.
El washi, es materia prima para muchos objetos y objetivos, a diferencia de la sociedad
occidental en el que el papel cumplió un rol práctico y económicamente conveniente.
Aparte de sus fines prácticos, Japón utiliza el papel para fines religiosos, como soporte de
los sutras budistas fabricados en papel desde épocas remotas, o el origami que en un
principio era el papel de los espíritus. Actualmente también encontramos muchas figuras
del pajarito junto a las imágenes del buda en pequeños santuarios del Japón.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

En la vida cotidiana, el papel aparece entre otras funciones, en la iluminación de las casas,
la fabricación de artefactos como linternas, paraguas, papel para envolver diversos objetos e
incluso para la fabricación de ropa, como es el caso del Kamiko, kimono hecho de papel
tela, y para los shoji o puertas deslizables que separan los ambientes de las casas. Los
papeles más refinados se usaron como soporte para el arte y para registrar eventos de los
emperadores.

De cómo llegó el papel a Japón y se transformó en un oficio con tradición propia


China es quien se adjudica la invención del papel. El cual fue presentado oficialmente por
el guardia imperial Ts’ ai Lung en la corte del emperador Ho Ti en el año 105 de la dinastía
Han, Sin embargo, durante el mes de Agosto del 2006, diversas fuentes en internet
informan que se encontró un trozo de papel de fibras de lino que data del año 8 AC en la
provincia de Gansu al noroeste de China. 4
Desde China, el papel llegó a Japón a través de un monje coreano llamado Doncho en el
año 610 DC y se desarrolló, en un principio como una actividad factible de ser realizada
durante la temporada en que los cultivos quedaban cubiertos por la nieve.
Si bien Japón recibió el oficio del papel desde China, con el correr de los años, los mismos
campesinos fueron modificando las plantas usadas por los chinos, por otras que localmente
existían en sus bosques y campos., ellos adaptaron tanto técnica como fibras para la
elaboración de su papel. Los chinos en su mayoría utilizaron el cáñamo y los japoneses, la
morera. Pero es la técnica que alcanza la formación del papel en Japón que lo hace
sobresalir en su calidad por sobre los del resto de Oriente, al punto de fabricar un papel
especial que se exportaba a China, llamado Toyo-shi. Luego los chinos aprendieron a hacer
este papel y lo llamaron tung-yang-chih, que significa papel japonés.
En el año 770 del período Nara, el emperador Shôtuku, encargó la impresión de un millón
de dharanis, oraciones budistas en papeles individuales que irían dentro de pequeñas
pagodas
transportables. 5
Este primer encargo masivo significaría la fabricación de papel en gran escala y su uso
masivo. Así la industria del papel artesanal cobra gran importancia y su especialización se
hace cada vez más amplia. Se trabajan técnicas especiales para elaborar papeles de gran

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

calidad y de los más diversos tipos. Papeles para cubrir murallas, o papeles para transportar
pólvora y medicinas, tabaco y correspondencia, papeles especiales para limpiar el filo de
las espadas. Objetos como platos y cajas lacadas. Bordes de tatami y vestidos para nobles.
Papeles mezclados con arcilla para modelar, pulidos con conchas o camelias para darles
brillo, teñidos y laminados en ambas direcciones y con diferentes barnices. Cada una de
estas variedades de papel otorgó una identidad particular para las ciudades que lo
elaboraban.
En Japón, el oficio del papel se transformó en una actividad que reunió aldeas completas
convirtiéndose en comunidades artesanas que se sostenían principalmente con la
elaboración del papel, especializándose en ciertos tipos de washi, para usos específicos.
Surgieron las kamisuki- uta, canciones de los maestros del papel, cuyo objetivo era hacer
más ligero un trabajo pesado y monótono,
Algunos centros importantes hasta el día de hoy están en la prefectura de Kochi, Mino,
Shimane y Echizen. En esta última, en la ciudad de Imadate, se encuentra el santuario
Okamoto- Jinja llamado popularmente Otaki, debido a que se encuentra en esta aldea. Este
santuario está dedicado a la diosa Kawakami, que de acuerdo a la leyenda del pueblo bajó a
la tierra tomando la forma de una princesa y les enseñó a los agricultores, quienes vivían en
la pobreza, el oficio del papel, en las aguas del río Okamoto 6.
Cada año entre el 3 y 5 de Mayo, se realiza el Kami to Kami no matsuri, que siginifica,
festival de la diosa y el papel. Las aldeas que involucra este festival son: Sadatomo,
Shinzaike, Oizu, Iwamoto y Otaki. La imagen de la diosa Kawakami es llevada en un
santuario portátil por las calles ciudad. Los artesanos papeleros recorren diferentes aldeas,
descansando cada cierto trecho y aprovechando de beber sake o cerveza. Cuando el
descanso acaba, los habitantes de la aldea cargan la imagen y forman un círculo. Los
hombres de las otras barrios intentan empujarlos hacia la calle para llegar a la siguiente
parada. Cada grupo tiene como objetivo mantener la imagen de la diosa, por más tiempo en
su propia aldea. Mientras el consumo de alcohol va aumentando, y especialmente en la
última parada, los empujones son más enérgicos y exaltados.
Es probable que durante el período Edo (1603- 1868), el papel haya alcanzado su mayor
desarrollo y en el que cada el tipo de papel estaba diversificado por áreas y familias en
particular. Aún hoy, en el que el número de artesanos papeleros ha disminuido

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

aproximadamente en 300 casas, los tipos de papel producidos no se topan entre sí, y cada
uno se dedica a trabajar una fibra diferente, aún elaborando papel para una misma finalidad.
Es el caso del papel en gran formato para los shoji 7
Japón fue admirado y considerado un pueblo que se formó de madera y papel. Sin
embargo, la declinación del washi comenzó en un primer momento, durante la Era Meiji
( 1868-1912) con la apertura de Japón a Occidente.
En la primera mitad del siglo XX el washi tradicional gozaba de muy buena reputación por
su fuerza y longevidad, Con la introducción de la máquina para hacer papel, se redujo su
calidad, pero al mismo tiempo fue la manera en que pudo competir con el papel europeo
evitando que desapareciera completamente. A esto se le sumó la incorporación de químicos
y pulpa de madera, además de otras modificaciones, que definitivamente afectó su calidad
de manera considerable. Desde aquí se comenzó a clasificar el washi elaborado
artesanalmente y el fabricado en máquina. Aunque existen maestros del papel ortodoxos
que clasifican como washi auténtico solamente aquel que ha sido elaborado de manera
artesanal, utilizando los materiales y herramientas tradicionales; cocinando las fibras con
cenizas y blanqueándolas al sol. Según el maestro del papel Yasuo Kobayashi,... “ usar las
características naturales de las plantas que se obtienen localmente, será un factor que
hará ese papel auténtico” 8 .
Un segundo motivo fue “ la emigración de jóvenes a las grandes ciudades queriendo una
vida más moderna y ganar dinero más fácilmente como operarios de una fábrica o
empleados en un banco, en vez de recibir el pago mínimo por un trabajo más pesado”.9
Antiguamente, las casas papeleras eran negocios familiares en el que todos participaban y
los hijos aprendían el oficio de sus padres sin preguntarse si deseaban dedicarse a una
actividad diferente; cuando esto sucedía, era presionado sutilmente para que siguiera el
mismo curso de la familia y desistiese de la idea. Pero la modernización llegó, y con esto,
muchos oficios se vieron afectados por su “industrialización”.
Es esta la era en que el papel artesanal debió coexistir con el papel de máquina, por lo que
en 1933, admiradores del washi tradicional se agruparon para apoyar y proteger el papel
hecho a mano.
Es importante destacar que los mismos maestros papeleros, se dieron cuenta que debían
hacer algo, para evitar la desaparición, de lo que hasta la época anterior a la

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

industrialización, fue un oficio que empleaba a ciudades completas. Alrededor del 1900
llegaron a existir 66.000 unidades productoras de papel tradicional. Su calidad y la amplia
variedad que se fabricó, marcó una época de oro para el washi en toda Asia.
Con la llegada de la era industrial, el maestro del papel sufrió un cambio brusco en su
vida y con certeza en la vida de todos los artesanos que vieron como su dedicación al
oficio, fue reemplazado por máquinas que redujeron los costos de producción, sacrificando
calidad, belleza y durabilidad.
Pero en el año 1968, el washi tradicional fue nombrado Propiedad Nacional Cultural
Intangible de Importancia. En esta misma época, muchos tipos de papeles fueron
nombrados como artesanía tradicional japonesa. Durante los años 70 la asociación nacional
del washi hecho a mano, comenzó a revitalizar el oficio y en 1975, la nueva generación de
artesanos, creó el Encuentro Nacional de Jóvenes Maestros del Papel, que se reúne año a
año hasta el día de hoy.
Los maestros más experimentados fueron nombrados Tesoros Nacionales Vivientes, por
su perseverante y larga trayectoria en el oficio tradicional del washi. Entre ellos Iwano
Ichibei, a quien tuve el honor de conocer personalmente en Febrero del 2007, cuando la
artista japonesa de la ciudad de Echizen, Aoki Rina y el artista canadiense Paul Denhoed,
me llevaron a su estudio, siendo presentada como maestra del papel en Chile. Ichibei me
miró y preguntó inmediatamente: ¿qué usan en Chile como auxiliar de formación?. Me
pareció gracioso que diera por sentado que el papel se desarrollara en todo el mundo.
Ichibei, es conocido y respetado por elaborar de manera tradicional el papel Hosho 10. En el
cual sólo utiliza pulpa 100% de kozo. Trabaja para artistas que llevan años usando su papel,
no dando abasto para recibir nuevos clientes. Hoy trabaja junto a su hijo Iwano junich,
quien está aprendiendo el oficio para sucederlo en el futuro y preservar este tipo de papel
muy utilizado por artistas.
Son estos maestros los que resguardan y protegen las artes del Japón, y es el Ministerio de
Cultura del gobierno japonés quien protege a sus maestros.
Muchos de aquellos jóvenes que un día partieron a las grandes ciudades para tener una
vida más moderna y para estudiar en la universidad, han vuelto a sus pueblos natales para
aprender el oficio del papel, y aseguran que:“ este entrenamiento es una buena alternativa

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

para lo que llaman una vida urbana insensible, sin significado ni propósito, alejado de la
naturaleza y la belleza de trabajar con las propias manos”.11

De la Influencia del Nagashizuki en el resto de Asia y su Importancia en el Mundo


Occidental
China atesoró por más de 500 años el secreto de la elaboración del papel. Sin embargo,
son pocas las provincias de este país, que conservan la manera tradicional de fabricarlo,
encontrando en muchas de ellas el estilo japonés nagashizuki en su lugar. Corea, quien tuvo
una larga tradición papelera muy diferente de la del resto de los países asiáticos, por tener
la particularidad de ser el único papel que es formado con el sentido de las fibras a lo largo
de su superficie, fue reemplazado también por la técnica nagashizuki imponiéndose de
manera natural por sobre ésta más antiguas. En el video llamado “Papermaking Around the
World ” realizado por la historiadora Elaine Koretsky para el Research Institute of Paper
History & Technology en Boston, Estados Unidos, nos muestra un recorrido por los países
asiáticos y sus estilos de hacer el papel entre los años 1976 y 2002. Aquí vemos como el
Nagashizuki se ha extendido por China, Taiwán, Corea y Vietnam con leves
modificaciones dependiendo de las condiciones de cada lugar y la adición de algún
elemento regional.
El washi ha alcanzado prestigio en todo el mundo por su calidad, versatilidad y longevidad.
Si bien su producción en Japón ha disminuido, su manufactura es necesaria para satisfacer
necesidades que un papel corriente no puede suplir.
En el mundo de la conservación y restauración, el washi es utilizado en la reparación,
reintegración y laminación de documentos, en la reconstrucción de lomos de libros antiguos
y el armado de empastes.
En el área de las bellas artes, durante mucho tiempo el washi fue relacionado,
principalmente a la caligrafía, a la impresión del grabado tradicional ukiyo-e 12 y al grabado
en madera en general. Pero cuando los métodos de impresión se modernizaron, el washi no
pudo competir con la precisión y el bajo costo del papel hecho en máquina. Hoy en día,
artistas y fotógrafos han comenzado a preferir el washi como papel de impresión para sus
creaciones, pues la tecnología es más compatible con la textura y “porque la tinta es

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

esparcida sobre el papel, imprimiéndolo digitalmente, lo que permite mayor gradación


tonal y detalles que el papel hecho a máquina”. 13
Según Tim Barrett, desde la segunda mitad del siglo XX, los artista occidentales han
comenzado a explorar el potencial creativo del proceso del nagashizuki en la ejecución de
sus trabajos de arte, ya que existe la posibilidad de trabajar en el papel y no sólo en su
superficie.

De las Motivaciones para elaborar y enseñar la técnica japonesa nagashizuki


La manera de enfrentar la elaboración del papel japonés, atrae a muchas personas que como
yo, encuentran en el quehacer una manera de meditación. Como artista puedo pasar muchas
horas en mi estudio trabajando de manera concentrada y metódica.
El nagashizuki, significa principalmente desarrollar la paciencia. En un mundo en el que
todos desean una respuesta rápida, es aquí en donde encontramos un espacio de tiempo para
el trabajo reflexivo.
Para quienes ya están dentro de la práctica del nagashizuki, el proceso completo demora
aproximadamente unas dos semanas, y puede reunir a varias personas en cada una de sus
etapas. En el edificio 243 del campus Oakdale de la Universidad de Iowa, se encuentran las
instalaciones del Centro para la investigación y fabricación del papel, bajo la dirección del
profesor Timothy Barrett. Este Centro cuenta además con una plantación de kozo japonés,
en el cual, cada año a fines de Noviembre, y cuando las hojas caen por la primera nevada,
se realiza la cosecha de las ramas de kozo. A este evento vienen artistas de otras ciudades y
voluntarios que van desde ex- alumnos hasta el director de las colecciones especiales de la
biblioteca de la Universidad.
En Noviembre del 2005, tuve la oportunidad de participar de esta actividad que presentó
para mí, el desafío de las bajas temperaturas en el país del Norte. Primero reunimos las
ramas de kozo que el profesor Barrett y su asistente cortaban de una manera especial, para
que creciera una nueva plantita para el año siguiente.
Una vez realizada la cosecha, se separa la corteza de su vara central por acción del vapor.
La primera será para hacer el papel, la segunda, históricamente fue parte de la leña para
cocinar las cortezas. Aquí se forma un ruedo de personas que al calor de una taza de té y
conversación, van eliminando con un cuchillo especial, la piel más superficial de las

79
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

cortezas, dejando sólo la parte blanca, la corteza interna. Finalmente se deja secar para ser
almacenada, y ser utilizada en una próxima producción. De acuerdo a lo que recomiendan
los maestros papeleros, las cortezas que producirán un mejor papel, deberán tener por lo
menos un año de almacenamiento. Así se logra un papel de mejor calidad, más firme y
duradero.
La cosecha anual en Oakdale es conocida entre las personas que se dedican a la
investigación y a la elaboración del papel. Cada año, muchas personas esperan este evento
que duran entre 4 y 6 días, como punto de encuentro y aprendizaje.
El proceso del washi requiere dedicación y amor por el oficio; humildad y paciencia para
pasarse
semanas practicando sin lograr realmente una buena hoja de papel. La concentración que se
logra al mover el bastidor mientras se forma la hoja es tal que podría verse como un trabajo
aparentemente monótono. Efectivamente tiene algo mecánico. Pero está lleno de
significado, de compenetración y conexión con el cuerpo y la mente. Existe una mirada más
allá de las olas de pulpa que viajan por el bastidor.
Cada etapa del proceso que va desde cosechar las ramas de kozo, hasta despegar las hojas
de papel de los tablones de secado, nos lleva a un acto mágico, en el que el resultado es de
una belleza sublime. Es como si siempre hubiese existido de esa forma.
El washi es capaz de resistir sin deformarse aún estando húmedo. Es esa fortaleza y
delicadeza la que a mí me atrae de este papel. Es la concentración y la conexión al hacerlo,
lo que me mantiene fabricándolo en estos años. Y ambas instancias son las que me llevan a
enseñarlo. Cómo permitir que un oficio de tanta belleza y dedicación se pierda? Cómo
pretender que un papel fabricado en máquina logre la suavidad, resistencia y calidad de un
papel hecho por las manos expertas de un artesano japonés?

Notas.
1.- Cap. 1 – Past Uses (1983) Japanese Papermaking, traditions, tools, and techniques.
Timothy Barrett. Wetaherhill, Inc
2.- Minogami: Papel Elaborado en la ciudad de Mino
3.- Observing Variations in Japanese Papermaking traditions, tools, and Techniques. Paul
Denhoed. Hand Papermaking Magazine. Nº 22 – 2007

80
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

4.- www.elporvenir.com.mx/notas.asp?nota_id=80574
5.- The Nara Period.( 1954) Kiyofusa Narita. A Life of Ts’ai lung and japanese paper-
making. Tokyo Paper Museum.
6.- http://hqpapermaker.com/paper-history
7.- Shoji: puerta deslizable, hecha con un marco cuadriculado y forrada con un papel
traslúcido.
8 y 9.- Traducción de Paul Denhoed y Yamashita Maki (2007) What is Real Washi? A
conversation between Kobayashi Yasuo and Yagihashi Shin. Hand Papermaking, vol. 22
Nº1. Pag. 13
10.- Hosho: Significa la presentación respetuosa de un libro o un escrito. En el período Edo,
se uso para registrar
eventos oficiales y todo lo concerniente a los emperadores.
11.- Mina Takahashi, pág. 2 (HPM. Nº22- 2007)
12.- Ukiyo-e: Grabado que se hace en madera y se imprime sobre papel con tintas al agua,
utilizando un cojinete fabricado con hojas de bambú que frota el papel, presionándolo
contra la placa de madera labrada.
13.- Ibe kyoko, Washi en el S.XXI. Traducción Mina Takahashi. HPM Nº22 (2007)

BIBLIOGRAFÍA

1.- Barrett, T. (1983) Japanese Papermaking: traditions, tools, and techniques. (1era
Edición) New York- Tokyo: Weatherhill.
2.- Kiyofusa, N (1954) A Life of Ts’ai Lung and Japanese Paper-making.(Edición de 1980)
Tokyo: The Paper Museum.
3.- Hand Papermaking, Inc. (2007). Hand Papermaking Vol. 22 (Nº 1)
4.- Hand Papermaking, Inc. (2004). Hand Papermaking Vol. 19(Nº 2)
5.- Thomas Keith Tindale & Harriet Ramsey Tindale (1952) The Handmade paper of
Japan.
The Seiki Collection. Vermont- Tokyo: Charles E. Tuttle Co.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

6.- Koretsky, Elaine (2002) Traditional Paper Sheet Formation Around the World 1976-
2002. [video] research Institute of Paper Hisotry & Technology. Boston.
http://jej2008.blogspot.com/
12:23- 14 de Maio de 2009

82
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“INDIOS DEL XAPÓN”. PRIMERAS MIGRACIONES JAPONESAS AL VIRREINATO DEL PERÚ


Siglos XVI-XVII
Patricia Palma Maturana 61
Hoy en día en el campo de la historiografía tenemos un número sorprendente de
estudios sobre la migración europea hacia América desde el siglo XVI hasta nuestros días,
sin embargo pareciera existir una ignorancia generalizada sobre el hecho que la migración
no sólo fue un fenómeno cuyo único motor fue Europa y España, desconociéndose muchas
veces la importancia de otros flujos migratorios tanto en el interior de las colonias
americanas como desde ‘otras partes del mundo’.
Este proceso de contactos que vivieron los americanos con individuos de diferentes
partes del mundo, ya sea de Europa, África y Asia fue generado por la Monarquía Católica
desde fines del siglo XVI, la cual produjo incluso sin quererlo una serie de circulaciones
“planetarias” producto del comercio de mano de obra, como sucedió con la diáspora africana
y con la interacción de habitantes de sus diversas colonias repartidas en América y Asia. Para
este último caso cabe destacar la importancia de Filipinas, la cual se define en la época como
una puerta de entrada a todo Oriente.
Por lo tanto en América se comenzó desde tempranamente a convivir con hombres y
mujeres de las cuatro partes del mundo62, individuos de culturas muy diferentes, con otras
religiones y lenguajes que comenzaron a insertarse de mayor o menor forma en la sociedad
local.
El virreinato del Perú -unidad administrativa en la cual estaba inserta gran parte de
los territorios de América del Sur- no estuvo ajeno a dichas dinámicas de circulaciones y
mestizajes. En Córdova, provincia que pertenecía al mismo virreinato en 1596 quedó
documentada la venta de un esclavo. Dicho hombre que fue adjudicado en venta pública
declara provenir del Xapón, un hecho no menor si la mayor parte de los estudios han
considerado que la migración Oriental a América no tiene una duración de más de 200 años.

61
Licenciada en Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Minor en Estudios Asiáticos
otorgado por dicha institución. Integrante del “Laboratorio de Historia Colonial”, del Instituto de Historia de
la PUC.
62
Serge Gruzinski, “Passeurs y elites ‘católicas’ en las Cuatro partes del mundo. Los inicios ibéricos de la
mundialización (1580-1640)”, en Scarlett O´Phelan Godoy y Carmen Salazar-Soler (editoras), Passeurs,
mediadores culturales y agentes de la primera globalización en el mundo ibérico, siglos XVI-XIX, Lima,
Institut français d'études andines. IFEA - Pontificia Universidad Católica del Perú. PUCP, Instituto Riva-
Agüero, 2005

83
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Unos años más tarde en el mismo virreinato,


pero ahora en su capital: La ciudad de los Reyes del
Perú conocida hoy como Lima, específicamente en
el año de 1613 el escribano de su Majestad don
Miguel de Contreras da cuenta de un censo que
realizó a la población de la ciudad por orden del
virrey de Montesclaros (1607-1615). Este censo
arrojó como resultado que la población de indios de
Lima no sólo estaba compuesta por nacidos en la
región, sino que era posible encontrar a un grupo
étnico heterogéneo, con presencia de habitantes de
aquellas cuatro partes del mundo a las que
hacíamos referencia a un comienzo, los cuales ya
comenzaban a mestizarse con rapidez.
El censo arroja como resultado que de los habitantes de origen indígena, o indio como
dice el padrón de la ciudad de Lima eran 1917, de los cuales 82 provenían de Chile y 114
indios desde Oriente, lo que corresponde casi a un 6% de la población total de indios. Un
número no menor considerando que los indios de Chile que estaban muchos más próximos
geográficamente, y quizás culturalmente, llegaban sólo a un poco mas de 4%.
A la vez el padrón clasificaba a esos 114 indios e Oriente en 3 tipos:

Chinos
38 indios e indias de la China
56 indias e indios de Portugal (de las provincias
"indias de
Portugal" conquistadas por dicho país) 63
"indios del Xapon"
20 indios e indias del Xapon.
Esta investigación intenta dar cuenta de un proceso migratorio
que ha sido muchas veces olvidado por los estudios de población colonial, se trata de los
inmigrantes orientales que estaban asentados en Lima a principio del siglo XVII con especial
énfasis en los “indios de Xapón”, nombre que le da la sociedad limeña a los venidos de dichas

63
Los más importantes eran los provenientes de las provincias de Goa en la india y Macao en China.

84
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

tierras. Centrando la atención no sólo en los valores numéricos en tan temprano contexto, ya
que si bien pueden ser considerados una minoría, creo que es necesario poner el acento en
las dinámicas de inserción que este documento advierte y en la formación de una sociedad
colonial algo más heterogénea que la mezcla de indígenas y españoles.
Estos migrantes permitieron que la sociedad colonial desde muy temprano pudiera
relacionarse con una nueva parte del mundo: Oriente pese a la distancia geográfica y
discursiva. Sin embargo el estudio de los diferentes grupos venidos desde Oriente presenta
varios problemas que por un lado justifica la falta de estudios en torno al tema. En la mayoría
de los documentos de la época es muy difícil identificar el origen de la población venida
desde Oriente debido a un fenómeno que hasta hoy día podemos observar, es que dichos
orientales eran englobados en la categoría de “chinos”, por lo tanto es un acontecimiento que
tiene profundas raíces en la sociedad latinoamericana, este estereotipo conlleva a una
dificultad a la hora de enfrentarse al documento de la época.
Por ejemplo en muchos relatos de viajeros que pasaron por Lima por esos años no se
hace diferencia entre los presuntos “chinos”, así en la descripción de Lima de un judío
portugués a comienzo del siglo XVII observa que “En Lima y por todo el Perú viven y andan
gente de todos los mejores lugares, ciudades y villas de España, y hay gente de la nación
portuguesa (...) y de la China, y otras muchas mezclas y mixturas” 64
Por lo tanto, creemos que la sociedad colonial crea una imagen mental de Oriente
donde al parecer China tiene un lugar central en el imaginario, ya que en el discurso de los
españoles tanto en la población venida de Extremo Oriente como de una serie de objetos
lujosos que comienzan a llegar a América y la capital del virreinato del Perú por el galeón
de Manila desde el siglo XVI, se dice proveniente de la China aunque muchos vinieran de
Manila, Laos u otra región.65
A ese inconveniente debe sumarse que la migración oriental y japonesa
específicamente estaba prohibida tanto por la corona española como para el Estado japonés,

64
Pedro de León Portocarrero (El judío portugués), Descripción de Lima cit por Fernando Iwasaki Cauti,
Extremo oriente y Perú en el siglo XVI, Madrid, Mapfre 1992. Pág. 30.
65
Esta idea se refuerza en estudios anteriores donde pudimos observar a partir de los objetos que llegan desde
Oriente una parte importante de ellos son catalogados como “de la china” (Palma, Patricia. “Seducciones de
Oriente. Representaciones y cultura material asiática en Chile. Santiago y Concepción a fines del siglo
XVIII”. Seminario de Investigación, Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile,
2007.)

85
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

ya que este último sólo autorizó la migración controlada desde mediados del siglo XIX, y
porque la corona española y la inquisición intentaban llevar un estricto registro de quienes se
embarcaban a América para que no se infiltrara ningún moro ni judío, o individuo que fuera
contra la religión católica o que profesara otros cultos, como suponemos estos japoneses
hacían.
De esta manera creemos al igual que otros investigadores que la puerta de entrada de
este contingente japonés y asiático fue a través del denominado “Galeón de Manila”,
entendido como tal a una serie de naves que hacían la ruta Manila-Acapulco transportando
mercaderías muy costosas y cotizadas tanto en Filipinas como en América.
Estos viajes se iniciaron en el año 1565 y duraron hasta 1821. Por motivos de
seguridad en dichas embarcaciones solían viajar también numerosos pasajeros que solían
ayudar en la defensa, lo cual permitiría pensar en una circulación tanto de nativos de las islas
Filipinas a México y Perú, como otros grupos que habitaban en dicha isla, ya que según
estudios de Fukumoto en la ciudad de Manila existían mas de 2000 japoneses que podríamos
suponer que emigraron a América a través del galeón llegando principalmente a México.
Esto a su vez se refuerza con información extraída del padrón de indios donde 2 indios
de Portugal expresan haber llegado a Lima en un tiempo corto proveniente de México, donde
uno casualmente expresa ser hijo de india xapona como veremos posteriormente.
De esta manera como plantea Nicolás Sánchez Albornoz España al conquistar
Filipinas abrió una nueva fuente de inmigración, a partir de 1565 fecha del viaje de Legazpi
las Filipinas comenzaron a depender de manera permanente del Archipiélago y de Nueva
España lo que hoy es
México y por lo tanto el
tránsito se incrementó.
Ruta que seguiría el
‘Galeón de Manila’ desde
el puerto de Acapulco
rumbo a Filipinas durante
más de dos siglos y
medios, en un viaje que
duraba más de 60 días.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Carmen Bernard y Serge Gruzinski. Historia del nuevo mundo: Los mestizajes (1150-1640).
México, Fondo de Cultura Económica. 1999. pág.482.
El viaje del galeón para la corona aseguraba una circulación material desde Manila
hasta Acapulco, el puerto habilitado para recibir dichas mercaderías, las cuales debían ser
embarcadas hasta España para luego retornar a América, dentro de la lógica del monopolio
hispano.
Sin embargo dicho proyecto comercial de la corona española trajo asociado consigo
sin que estas quisieran el tráfico ilegal proveniente de Oriente tanto de esclavos como de
objetos que se repartían directamente en el continente americano sin pasar por intermediarios
españoles. El negocio de mercaderías se expandió mas allá de la ciudad de Acapulco, la rica
elite limeña demandaba una serie de productos suntuarios que le daban mayor estatus y que
les permitía ostentar mejor su condición, como sedas, porcelanas y sin duda esclavos.
En cuanto a las labores, origen, condición, estado civil y edad de estos japoneses y
asiáticos se desconocía hasta que el investigador Noble David Cook microfilmó en 1967 el
padrón de 1613, el cual presenta una particularidad y que lo hace tan valioso como
documento histórico es que existe una clasificación detallada de gran parte de estos
Orientales y que en la mayoría de los casos son ellos mismos quien entregan la información
requerida por el escribano. De esta manera nos entregan referencia específica en cuanto a
edad, ocupación y procedencia, que en su conjunto nos permite hacer comparaciones en
cuanto a la condición de los asiáticos en su conjunto y observar las particularidades de los
nipones, pese a su estrecho número.
Si bien la descripción no es muy extensa de los xapones en el padrón, tampoco puede
clasificarse como sólo 20 indios cualquiera presentes en Lima, verlos sería reducir su
importancia, ya que estos no sólo provocaron la afluencia de mano de obra, sino también de
noticias e ideas concernientes a Asia que expresaron y deambularon en el virreinato del Perú
en la época colonial.
Gracias a ellos y otros orientales se comienza a forjar una visión de Oriente que se percibe
más que una realidad geográfica; transformándose como nos diría Said en ‘una idea que tiene
una historia, una tradición de pensamiento, unas imágenes y un vocabulario que le han dado
una realidad y una presencia en y para Occidente’ 66.

66
Edward W. Said. Orientalismo. Barcelona, Ed. Debate, 2002. pág. 24.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Por lo tanto los japonés ayudan en la creación de la representación ayudando a recrear


a quienes no ha podido estar físicamente en Asia retratos naturales de Oriente, los cuales se
suman a relatos de escritores famosos como: ‘plumas tan prestigiosas como la de
Torquemada o la del alemán Heinrich Martin comentaron abundantemente los
acontecimientos del archipiélago, de China y de Japón’ 67 acontecido en México, y
posteriormente en el resto del continente. Esto se debe que “hasta principios del siglo XVIII
la comprensión que Europa - por lo tanto ideas que circularán a América- tenía de una de las
formas de la cultura oriental se basaba en una ignorancia compleja, donde las cualidades más
influyentes que se han habían asociado a Oriente aparecían en Los persas de Esquilo, en la
cual se le atribuyen a Asia sentimientos de vacío, de perdida y desastre.”68
Sin embargo creemos que estos 20 japoneses pudieron ayudar en el concepto de
representación de Japón y oriente en general, y puede ser el inicio de un fenómeno posterior
de una migración masiva al continente americano.
En cuanto a la procedencia de los nipones, 2 de ellos declaran ser de Goa, aunque
otros no dicen exactamente de la ciudad de donde vienen. En relación a la actividad en que
se desempeñan, la mayoría tenía labores de soleteros y 'abridores de cuellos'; es decir que se
dedicaban a echar soletas o piezas de lienzo u otra cosa análoga en la planta de las medias o
calcetas rotas y a abrir cuellos alechugados con la ayuda de un cierto hierro puntiagudo. El
cuello alechugado (o escarolado, o acanalado, o apanalado) era un adorno de lienzo
sobrepuesto al cabezón de la camisa y encañonado con molde (Real Academia Española).
En cuanto a su condición la mayoría eran libres, incluso el escribano al preguntarle a
un xapones de 26 años su procedencia declara venir “de Mangaçate, donde todos son libres”.
De esta forma se refuerza el ideal de la libertad de la mayoría de los japoneses, los cuales si
bien se declaran ser “sirvientes” no están sujetos a quienes los emplean, ya que trabajan a
sueldo, incluso uno de ellos tiene trabajo independiente, al declarar tener tienda propia, algo
difícil de lograr para los indios de la ciudad de Lima.
Esta libertad en muchos casos les permitió una mayor posibilidad de acción, al no
tener que pedir permiso a sus amos para contraer matrimonio, tenían más posibilidades de

67
Carmen Bernand y Serge Gruzinski, Historia del nuevo mundo: Los mestizajes (1150-1640). México,
Fondo de Cultura Económica. 1999. pág. 500
67
Ibíd. Pág. 622.
68
E. Said. Orientalismo, op. cit. pág. 88-89.

88
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

elección de pareja en otros grupos, como se aprecia en el padrón. No todos se casaban con
gente de su mismo grupo étnico, los mestizajes que se comenzaron a tejer nos reveladores en
cuanto explicitar las amplias interacciones que tuvieron en la sociedad limeña Un ejemplo de
esas relaciones interétnicas es el caso de un mestizo que declara ser de la India de Portugal,
natural de Macan, lo interesante de este indio es que declara ser hijo de una india xapona
llamada Francisca Montera y de un español llamado Pablo Fernández, y que viene llegando
desde México hace muy poco tiempo.
Vemos un indio que migra, que tiene sangre mezclada y que pese a tener sangre
española en cuando a la representación que la sociedad tenga de él, lo más probable que siga
siendo un “chino”.
De esta manera vemos que se interrelacionan personas de diferentes etnias y
que los migrantes asiáticos no sólo tejieron redes con gente de su misma raza, sino que son
múltiples los ejemplos en que tienen hijos y se casan con negros /as, indios criollos, y
orientales diferente de su etnias, y lo más extraño que nos resulta, se relacionaban también
con españoles.
Esa libertad de elección de cónyuges también se manifiesta en la de actividad laboral,
la minoría se declara esclavo, por lo que si bien muchos se quedaban en las casas en donde
eran sirviente, muchos circulaban geográficamente para encontrar algún trabajo o labor en
que desempeñarse. Esto nos lleva a pensar que quizás algunos de estos indios del xapon o
sus descendientes de los cuales se pierde la pista en documentos de la época, hayan podido
llegar a Chile, si bien en trabajos anteriores sólo pudimos constatar la existencia de una serie
de objetos orientales que llegaron a nuestro país mediante la circulación Acapulco- Lima-
Santiago, no descartamos que esa misma migración material no fuera paralela a una de
personas, aunque aún no hemos encontrado registro de aquello.

En comparación a otros grupos, su situación era similar a la de los chinos de Lima,


los cuales en su gran mayoría también se dedicaban a ser soleteros y abridores de cuellos, sin
embargo muchos de ellos tienen más altos cargos en dicho oficio, existe especialmente entre
los chinos un mayor grado de especialización que los situaba en una mejor escala respecto a
los nipones, tanto a nivel económico como simbólicos, se rodeaban de españoles por lo que
la permeabilidad en relación a estos grupos podría ser mayor, por lo que la adaptación

89
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

también podía ser en un menor tiempo. Por ejemplo entre los chinos existen más de 4 que
tienen el cargo de “oficial”, estatus más alto que podría tener un artesano y que en la mayoría
de los casos eran españoles quienes lo detentaban.
Sin embargo hay un xapones que sale de lo común tanto en su grupo como en el resto
de os Orientales, se trata de un japonés del cual lamentablemente no se conoce su nombre,
es el mismo que declara venir del pueblo donde todos eran libres, donde no existía ni cacique
ni encomendero. Pues bien, este japonés al igual que unos pocos orientales declara tener
tienda propia, tiene un conocimiento que podríamos llamar político de la ciudad de Lima, ya
que al ser preguntado cuanto tiempo que estaba en la ciudad, declara “desde que vino el virrey
de Montesclaros”, que fue en 1606, dijo ser casado con una india de Portugal, lo que refuerza
la idea de los matrimonios interétnicas en el seno de la sociedad colonial, pero además su
esposa presentaba la característica de ser esclava.
Vemos un japonés casado con una esclava, sin embargo Andrea como se llamaba esta
india de portugal no lo sería por mucho tiempo, ya que este xapones compró su libertad en
300 pesos a Pedro Tenorio. Llama la atención que un indio ya sea de la casta que sea, tenga
el poder adquisitivo en la colonia para poder comprar a un esclavo, habla de la idea de una
independencia económica que le permite el ahorro, una condición de vida superior al de
muchos otros indígenas para un hombre de sólo 26 años. Por lo tanto el tener un oficio fue
algo fundamental en mucho de estos orientales y a este japonés le permitió formar una familia.
Situación que pocos “indios de Portugal” podrían lograr, vemos que estaban en una
peor condición que muchos nipones, ya que en su gran mayoría estaban esclavizados, por lo
tanto si bien muchos declaran ser sirvientes como los japonenses, estos no trabajaban por que
estaban en calidad de sirvientes pero no por jornal como algunos japoneses y al parecer
tampoco estaban en una buena situación física, muchos están herrados en el rostro; esto en
términos simbólicos hacia que un indio de Portugal fuera reconocido por todos como lo más
bajo de la escala social, y que incluso si este alguna vez podría comprar su libertad, la marca
nunca se le borraría de haber sido un “objeto mercantil”
Otros de los datos que nos entrega el padrón es en cuanto a los nombres, al igual que
la mayoría de los casos son hispanizados, esto nos lleva a pensar que pese al temor de la
corona de que entraran nuevas religiones, estos se bautizaron en la fe católica, aunque al igual
como está trabajado para religiosidad indígena y negra, no significa que dejen todo el

90
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

universo simbólico y religioso que tenían antes del contacto con un occidente cristiano. En
cuanto a los apellidos muchos no aparecen, o son el nombre de la ciudad de origen o tienen
el de sus “amos” en el caso de los que están esclavizados.
Este es el caso un “esclavo de las costas de los japonenses, de las provincias de Japón,
que tiene por nombre Francisco Xapón” que fue vendido por Diego López de Lisboa al padre
Gerónimo de Porras, visitador y cura vicario de la ciudad de Córdoba” 69 no se sabe a ciencia
cierta cómo llego ni a que venía a tierras peruanas, lo único que se sabe es que en 1596 fue
vendido en “ochocientos pesos en reales de a ocho reales el peso”, casi 3 veces el precio que
unos años después había pagado un indio del xapón por su esposa esclava como vimos
anteriormente.
Este tenía más o menos 20 años, que justifica el precio, por ser un hombre joven y
saludable, ya que de no ser así la escritura pública lo habría explicitado, era “Lo interesante
en cuando a cómo fue tomado como esclavo plantea que “fue habido en buena guerra”.
La escritura no da mucha información de las actividades de este esclavo, pero es el
antecedente más antiguo de un japonés en el virreinato del Perú.
La importancia que tienen estas migraciones radica en varios aspectos.
Primero, vemos que las migraciones coloniales no sólo provinieron de Europa, ni de
África a partir de los negros esclavos que comenzaron a llegar desde el comienzo de la
colonia, existían esclavos de Oriente, principalmente de las provincias de Portugal y algunos
de China y Japón.
Segundo, vemos que Lima y el resto de las provincias del virreinato eran colonias
pluriétnicas, en las cuales convivían sujetos de diferentes lugares del mundo, convivían,
trabajan en los mismos lugares y en muchos casos establecían familias personas de diferente
lenguas y religión.
De esta manera los japoneses y los asiáticos en general se insertaron de mejor forma,
como este indio que tenía tienda propia, o le fue más difícil la inserción ya que muchos al ser
vendidos de un lugar a otro se les dificultaba la posibilidad de crear familias y asentar lazos
entre los sujetos de la ciudad virreinal.

69 AH de Cordóva, Registro 1, Año 1596-7, fol 286 vta a 288., documento transcrito por Sakuda, Alejandro.
El futuro era el Perú: Cien años o más de inmigración japonesa. Lima, Esicos, 1999.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Tercero, si bien se plantea que estos japonenses correspondieron a un contingente


menor, en términos simbólicos estos están presente en el discurso de los nikkei
(descendientes de japonenses en el mundo) que viven en la actual capital del que fuera el
virreinato del Perú. En los estudios en relación a la conmemoración de los 100 años de la
llegada del primer contingente oficial de trabajadores al Perú en 1899, los historiadores
principalmente de origen japonés recuerdan que los vínculos entre esta nación y Japón son
antiguos y se remontan a estos primeros llegados en el siglo XVII.
Cuarto, si bien el registro de los japoneses desaparece ya que en el censo de finales
de dicho siglo no se menciona ningún oriental, creo que se debe a un fenómeno de mestizaje
que hizo que muchos pasaran a la categoría de indios del Perú o quizás mestizos. Faltan una
mayor cantidad de estudios que permitan comprender con mayor profundidad este proceso,
esperemos que nuestros estudios y los de otros investigadores den buenos frutos en cuanto al
proceso que llevo a un numero de orientales integrarse en la sociedad colonial a principios
en el siglo XVII.
Si bien los documentos de la época son escasos creo que permiten hacer una
aproximación de la condición de estos primeros flujos migratorios, espero que esta
investigación preliminar se nutra de nuevas fuentes y estudios de caso.

Bibliografía

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1640). México, Fondo de Cultura Económica, 1999.
- Contreras, Miguel de. Padrón de los indios de Lima en 1613, Lima, UNMSM. Facultad de
Letras. Seminario de Historia Rural Andina, 1968.
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calidads que se ha hecho en esta ciudad de Lima, año de 1700, Lima, COFIDE, 1985.
- Gruzinski Serge, “Passeurs y elites ‘católicas’ en las Cuatro partes del mundo. Los inicios
ibéricos de la mundialización (1580-1640)”, en Scarlett O´Phelan Godoy y Carmen Salazar-
Soler (editoras), Passeurs, mediadores culturales y agentes de la primera globalización en
el mundo ibérico, siglos XVI-XIX, Lima, Institut français d'études andines. IFEA - Pontificia
Universidad Católica del Perú. PUCP, Instituto Riva-Agüero, 2005

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

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- Lausent Herrera, Isabelle. Pasado y presente de la comunidad japonesa en el Perú. Lima,
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República del Perú.
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Chile. Santiago y Concepción a fines del siglo XVIII”. Seminario de Investigación, Instituto
de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile, 2007. (inédito).
- Said. Edward W. Orientalismo. Barcelona, Ed. Debate, 2002.
- Sakuda, Alejandro. El futuro era el Perú: Cien años o más de inmigración japonesa. Lima,
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ACADEMIA DIPLOMÁTICA DEL PERÚ. Perú Japón: 100 años. Revista de la Academia
Diplomática del Perú Nº 56. Lima, Academia Diplomática del Perú.

93
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“La reconfiguración de los lazos sino-nipones y su devenir político-económico”.


Jaime Pinto K.

La historia de las relaciones sino-japonesas desde la normalización de los lazos


diplomáticos en 1972 no ha sido uniforme y, por el contrario, presenta continuos altos y
bajos; si bien ambas Naciones consideran su relación como una de las más importantes a
nivel bilateral. Cuando el presidente norteamericano Richard Nixon visitó China en 1972, el
primer ministro japonés Tanaka Kakuei reconocía la normalización de las relaciones sino-
japonesas. El 12 de agosto de 1978, los dos países firmaron un Tratado de Paz y Amistad.
Este tratado incluyó una cláusula que estipula la pacífica resolución de disputas. Este
compromiso bilateral ha sido interpretado por ambos gobiernos como un principio de no
agresión, dándole a cada cual una garantía de seguridad implícita y una consecuente baja en
las aprehensiones mutuas, estableciendo el marco básico por el cual se desenvuelven las
relaciones.

En las relaciones sino-japonesas, la inestabilidad política proviene de la relación de


coexistencia entre divergencias históricas mutuas por una parte, y por otra, una creciente
vinculación económica en áreas como el comercio y la inversión. Los lazos económicos han
sido vitales para mantener a flote las relaciones y reestablecer la cooperación, inclusive en
momentos de tensión diplomática y contextos históricos diferentes.
A fines de los años ´60, el interés del Japón primó en promocionar y ahondar la
cooperación regional, proponiendo un área de libre comercio en el Pacífico (PAFTA),
conferencias multilaterales sobre comercio y desarrollo (PAFTAD) y un consejo económico
del pacífico (PBEC). Tales propuestas niponas estaban limitadas únicamente a economías
capitalistas y países industrializados occidentales; y tenían subrepticiamente el propósito de
reforzar las bases económicas y políticas regionales con el fin de contrarrestar al comunismo.
En un contexto de guerra fría, China observaba estas proposiciones como una parte de la
estrategia norteamericana-japonesa para dominar la región y doblegar a la China comunista.
La hostilidad china a los intentos regionalistas permitió que Japón abandonara
inicialmente las ideas cooperativas regionales con el fin de entablar un diálogo fructífero con
China; aquello permitió la normalización de las relaciones diplomáticas bilaterales en 1972

94
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

y forjó en los siguientes años el modus operandi de la política exterior japonesa. Las
prioridades diplomáticas iniciales entre ambos Estados se centró casi exclusivamente en
aspectos políticos y estratégicos, con una predominante temática en la agenda bilateral: la
amenaza soviética.
Gracias al programa de “reforma y apertura” bajo Deng Xiaoping, la política exterior
japonesa da un doble vuelco. Por una parte, se reanudó el interés japonés por la cooperación
regional, con la constitución de la Conferencia para la Cooperación Económica del Pacífico
(PECC) en Australia en 1980; y por otra, se ampliaron ostensiblemente los nexos económicos
con China.
En retrospectiva, Japón se ha enlazado con la política económica china desde la
reforma iniciada por Deng Xiaoping después del término de la Revolución Cultural. Desde
que Japón decidiera otorgar al gobierno chino la asistencia oficial para el desarrollo (ODA)
por primera vez en 1979, la burocracia japonesa crecientemente se ha involucrado en una
política proactiva con respecto a China. Dicha política ha buscado:
-apoyar el camino chino hacia el desarrollo y sus políticas de reforma y liberalización.
-promover en China condiciones económicas estables, insertándola a la comunidad
internacional.
A fines de los ´70, la cooperación económica adquirió prioridad en la diplomacia
bilateral. En mayo de 1979, Japón decidió proveer a China un préstamo de $420 billones de
yenes para la búsqueda y extracción de recursos naturales y energía. En su visita a Beijing en
diciembre de 1979, el primer ministro japonés Ohira se comprometió a la entrega del primer
paquete de asistencia oficial para el desarrollo (ODA) durante el período 1979-1983,
sumando un monto aproximado de US$1.5 billones. La asistencia fue concebida para
financiar grandes proyectos de infraestructura, incluyendo la construcción de dos puertos,
Qinghuangdao y Shijiusuo. Además, Tokyo prometió concederle a los productos chinos
ventajas tarifarias.
Adicionalmente, Japón satisfactoriamente persuadió a otros miembros del Comité de
Asistencia para el Desarrollo (DAC) del OECD para admitir a China como miembro del
Comité en su calidad de “país en desarrollo”, en noviembre de 1979, coincidiendo con la
concesión de la ODA. Gracias a estos pasos diplomáticos dados por el Japón, la cooperación
sino-japonesa alcanzó un nivel de involucramiento gubernamental bilateral sin precedentes;

95
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

desde entonces, China ha estado primero o segundo en el ranking de receptores de ODA


japonés.
El propósito original del otorgamiento de ODA a China fue el apoyar las políticas
implementadas por Deng Xiaoping para la modernización y liberalización del mercado en
China. Para Japón era de interés nacional el que las reformas chinas tuvieran el éxito esperado
para evitar la perspectiva de una potencial desintegración y caos político interno.
Los empréstitos otorgados a China no sólo se debieron a la intención nipona de
insertar a China en la comunidad internacional, sino que también implicaron una forma de
agradecimiento por la postura china de no reclamar indemnizaciones (de guerra) a Japón en
aquella época; sin embargo, mientras que el gobierno japonés no declaró públicamente que
la ODA era una medida alternativa para indemnizar a China, desde el punto de vista chino,
era natural el pensar en una eventual compensación por el abandono unilateral de la
reclamación de reparaciones económicas por los daños causados durante la ocupación
japonesa (1931-1945). De este modo, aunque no explícitamente, la ODA quedó elegida como
el mecanismo por el cual Japón indemnizaría a China por su pasada invasión.

Durante la década de los ´80 se intensificó la cooperación mutua. Los chinos


persistían con la percepción de que una “comunidad del Pacífico” podría degenerar en una
región económica bajo la influencia japonesa-norteamericana, y por ello, es que prefirieron
darle un énfasis estrictamente bilateral a las relaciones.
En 1985 el comercio bilateral por primera vez excedió los US$10 billones,
alcanzando US$16.4 billones, diez veces lo logrado en 1972. Japón se convirtió en el mayor
socio comercial chino, sumando un 27.3% del comercio total de China con el exterior. En el
mismo año, China pasó a ser el segundo socio comercial más grande de Japón, con una
participación en el comercio total japonés de un 6.2%. Asimismo, la cooperación se vio
reforzada con la transferencia de capital y tecnología.
Sin embargo, la presencia expansiva de la economía japonesa en China no implicó
una disminución de los recelos mutuos; sino por el contrario, los chinos se quejaron del
creciente déficit comercial con Japón y la declinación japonesa a comprometerse a una mayor
inversión directa y transferencia tecnológica. El gobierno chino temía que la política
comercial japonesa estuviera destinada a lograr una hegemonía regional, así como la

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

retención de la alta tecnología y su no transferencia a China para mantener la supremacía


tecnológica japonesa. Ello se explica por la sensibilidad china frente a las pretensiones
potencialmente expansionistas japonesas, la cual se ve acrecentada por la asimetría objetiva
(cada vez menor) generada por la dependencia de China frente a la tecnología, inversión,
mercado y préstamos provenientes del Japón.

El problema mayor en las relaciones entre ambos Estados radica en los temas de
política y seguridad. A pesar de un profundizamiento del intercambio económico y cultural,
el nivel alto de desconfianza mutua entre la opinión pública de ambos países persiste, sin el
avisoramiento de un cambio perceptivo sustantivo en el mediano plazo.
Una característica particular de las relaciones de seguridad entre Japón y China en los
últimos años ha sido que el principio básico de no agresión en las relaciones internacionales
se ha visto reforzado por específicas circunstancias estratégicas, políticas e históricas entre
ambas potencias. Dos factores políticos han sido claves para la contribución a este proceso:
el rol de EEUU como un poder estabilizador en el este de Asia y la vigorosa postura antibélica
en la política interna japonesa.
La alianza militar entre EEUU y Japón, después de más de cinco décadas, sigue
siendo central en la mantención de la paz entre China y Japón. Aunque de vez en cuando se
oyen voces discordantes en China con respecto a las bases militares extranjeras en territorio
japonés, en el balance final los analistas chinos aceptan el efecto estabilizador que ha
representado la alianza; teniendo, sin embargo, reservas con respeto al futuro y alcances de
los cambios que pudieran modificarla. Más allá de las vicisitudes que se pudiesen generar,
es una realidad el hecho de que esta alianza continúa afectando profundamente cómo los
gobiernos de Japón y China se ven uno al otro desde una perspectiva estratégica militar.
El efecto estabilizador mencionado se explica por la comprensión china de que la
presencia norteamericana en Japón contribuye a constreñir las motivaciones expansionistas
de los militares japoneses, y con ello, se impide la conformación de un gran e independiente
aparato militar que afecte los intereses chinos.
Las fuerzas militares japonesas a contar de los ´80 han crecido en capacidad y
confianza, como pudo comprobarse con el envío de tropas especiales al Golfo Pérsico en
1991 y tropas de paz a Camboya en 1992. Por lo tanto, China observa cautamente la

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

modernización de las fuerzas de autodefensa de Japón (JSDF); la cual es actualmente la


fuerza militar mejor equipada en Asia. Analistas chinos reconocen que aunque Japón carece
de una capacidad ofensiva, la JSDF posee tanto el material aéreo como naval para defenderse
apropiadamente y controlar las rutas marítimas esenciales para su supervivencia.
La influencia externa en la nueva reorientación militar japonesa, según analistas
chinos, también es de consideración; especialmente la evolución de la situación regional,
como es el caso del presunto armamento nuclear norcoreano, lo que podría conllevar
finalmente al desarrollo de armas nucleares en Japón. Otra preocupación china no menor es
la legislación sobre las Operaciones de Mantenimiento de la paz de 1992, la cual autoriza el
despliegue de unidades militares japonesas en países extranjeros por primera vez desde 1945.
Por todo aquello, es que según la percepción china la presencia de EEUU ayuda a
controlar la tendencia hacia una actitud militar más activa por parte de los japoneses; y
previene del riesgo de una eventual adquisición nipona de armamento nuclear.
Por otra parte, la percepción japonesa a comienzos de los ´90 era de un cierto
resquemor frente a las intenciones bélicas de China. Algunos analistas japoneses estaban
percibiendo los esfuerzos chinos por modernizar sus fuerzas armadas y la publicación en
1992 de la ley referente a los derechos marítimos como una evidencia de la intención china
de poseer una hegemonía naval estratégica, con lo cual se verían amenazadas las rutas
marítimas indispensables para el comercio internacional japonés.
A pesar que inicialmente Japón consideró necesario el desarrollo económico en China
para evitar una mayor inestabilidad en aquel país, paulatinamente ha aumentado el
disconformismo nipón producto de la incertidumbre que provoca la continua expansión del
poder económico chino. A mediados de los ´90, los analistas de defensa japoneses señalaban
que si la economía de China prosigue su incesante ascenso, Japón podría enfrentar una
poderosa China que optara por alterar el status quo y, con ello, comprometer seriamente su
seguridad.
Esta particular evaluación japonesa frente a China puede explicarse tanto por las
vulnerabilidades propias del Japón como por la postura estratégica del gigante asiático. La
percepción nipona de vulnerabilidad se relaciona con su pequeño tamaño en comparación
con China, y su dependencia extrema en la importación de materias primas.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

La decisión de EEUU en 1993 de retirar todo el armamento táctico nuclear desplegado


en Japón, incluyendo aquellos instalados en buques de guerra estacionados en puertos
nipones, puso término a una de las más importantes disputas en la relación sino-japonesa.
Con ello se ha creado un grado mayor de confianza y estabilidad en las relaciones bilaterales,
muy superior a las décadas anteriores. Aunque China sigue poseyendo armamento nuclear,
Japón ha puesto toda su confianza en la extensa disuasión que le otorga EEUU.

Otra de las principales razones de las complicaciones en el diálogo mutuo referente a


los asuntos de seguridad es la estructura política interna del partido comunista chino. Esto se
debe a que, a diferencia de Japón, las relaciones personales son más relevantes entre los
líderes del vertical y autocrático partido chino. Separado de la estructura organizacional del
gobierno, el Politburó o Comité Central (siete miembros), tiene un substancial rol de
liderazgo dentro del partido; lo que dificulta la conformación de reuniones bilaterales de la
misma jerarquía y con el mismo grado de confianza por los resultados que de ellas se obtienen.
Por lo tanto, la sustancial diferencia entre los sistemas políticos de China y Japón genera
malas interpretaciones en cuanto a las intenciones que cada uno posee y las expectativas
generadas en las reuniones de trabajo.
En el pasado, cuando surgían inconvenientes en las relaciones entre China y Japón,
existían mediadores japoneses que eran altamente valorados por los chinos por su entrega y
confianza a la causa china. Estos mediadores permitían resolver una amplia gama de temas
mediante una red de relaciones personales que se fraguaban entre personeros de ambas
Naciones. Sin embargo, ya a fines de los años ´80 la resolución de conflictos vía canales
personales fue reemplazada por el diálogo centrado en normales relaciones diplomáticas y el
desarrollo de cumbres.

A pesar de un período tumultuoso en las relaciones diplomáticas a mediados de los


´90, el Primer Ministro Hashimoto y el Presidente Jiang acordaron establecer una visita del
líder chino en 1998 a Japón, con ocasión de la celebración de los 20 años de la firma del
Tratado de Paz y Amistad (1978). Originalmente se esperaba que la visita oficial pudiese
enmendar las relaciones con el objeto de establecer un nuevo vínculo que proporcione mayor
estabilidad, y con un horizonte de largo plazo.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Desde la perspectiva china, la visita oficial del Presidente Jiang Zemin a Japón fue
catalogada como la primera de la historia para un líder máximo chino. Dicha visita fue
considerada como la recíproca a la realizada por el emperador japonés a China. El viaje del
emperador Akihito a China en octubre de 1992 fue la primera en los dos mil años de historia
de la monarquía japonesa.
Un año antes de la visita, Jiang participó en una Cumbre en EEUU (1997). En tal
ocasión se acuñó la frase “constructiva alianza estratégica” para caracterizar el futuro de las
relaciones sino-estadounidenses. Anteriormente, las relaciones sino-rusas habían sido
caracterizadas como una “alianza estratégica”. En la Declaración Conjunta sino-japonesa se
uso, en cambio, la oración “amistosa y cooperativa alianza basada en la paz y el desarrollo”;
con ello se sugiere la complejidad e importancia de las relaciones sino-japonesas para ambos
Estados.
Un ejemplo de las vicisitudes que se generan en las relaciones bilaterales es el
incidente causado por la vestimenta que el presidente chino utilizó en el Palacio Imperial
japonés en presencia del emperador. El presidente Jiang usó un traje Mao, lo que fue visto
por los japoneses como un símbolo de provocación, considerando que tal vestimenta se usa
cuando los presidentes chinos se reúnen oficialmente con las fuerzas armadas. Antes del viaje,
China envió una delegación a Tokyo para realizar ajustes de horario. Los japoneses
aprovecharon la ocasión para pedir que Jiang se vistiese con un traje occidental (frac), pero
los chinos reclamaron que no existía tal tradición en su cultura. Finalmente se llegó a un
acuerdo escrito en el cual se aceptaba la utilización del traje Mao; sin embargo las suspicacias
japonesas por el “desaire” causado no se apaciguaron, y con ello, sólo se coadyuvó a un
incremento de las desconfianzas.
El viaje del presidente Jiang tuvo objetivos simbólicos y de connotaciones política-
económicas manifiestas. No obstante, también existían objetivos no explícitos orientados a
mejorar la credibilidad del presidente en la política interna. Mao Zedong y la primera
generación de revolucionarios alcanzaron la normalización de las relaciones sino-japonesas;
mientras que la segunda generación con Deng Xiaoping concluyó el Tratado de Paz y
Amistad, y adicionalmente estableció relaciones económicas mutuas en base a la ayuda al
desarrollo otorgada por el gobierno japonés (ODA). El Presidente Jiang, quién representaba
la tercera generación de líderes, no tenía credenciales militares ni apoyos sostenidos en el

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Partido Comunista que demostrar; por lo tanto, él buscó utilizar su visita oficial a Japón como
una oportunidad única para reforzar su autoridad interna, inclusive bajo la forma de un
mejoramiento de las relaciones sino-japonesas. Por lo cual para el presidente era
indispensable la firma de una Declaración Conjunta que equiparase los acuerdos y tratados
anteriores, en función de demostrar sus logros diplomáticos a grupos disidentes dentro del
Partido Comunista Chino.
Con tales objetivos en mente es que finalmente se firma una Declaración Conjunta
sino-japonesa (1998) en la cual se reconoce que las relaciones mutuas son “una de las más
importantes relaciones bilaterales” y que el desarrollo futuro de la cooperación entre ambos
podría “contribuir responsablemente a la paz y al desarrollo de la región del Asia-Pacífico y
del mundo”. En tal documento se crea un nuevo marco en las relaciones sino-japonesas
basado en una “vecindad amistosa” que contribuya a la prosperidad de toda la región, e
incluye un programa de acción con 33 ítems distintos en los cuales ambas naciones podrían
cooperar.
Sin embargo, desde la perspectiva japonesa el borrador de la Declaración no resultó
ser un asunto sencillo ni simple, puesto que seguían prevaleciendo sentimientos negativos
hacia China en el gobierno y la opinión pública. El tema central en el gobierno nipón era si
China iba finalmente a cambiar su diplomacia hacia Japón; debido a que la preocupación
gubernamental pasaba por tres vertientes: el reconocimiento del rol internacional que le cabe
a Japón, la resolución pacífica de Taiwán y el tema candente de la reducción de la ODA a
China.
En primer lugar, para los japoneses se presentaba la incógnita de si la sensación de
temor de China frente a la participación de las fuerzas armadas japonesas en el Asia-Pacífico
disminuiría con el transcurrir del tiempo. En segundo lugar, persiste para los japoneses la
inquietud de si el asunto de Taiwán puede ser solucionado de manera pacífica y si China
puede abandonar sus amenazas de invasión.
En tercer lugar, aún existe la preocupación japonesa por reducir la suma total del
aporte de ODA a China. En Japón, existe bastante insatisfacción en lo concerniente al ODA
dado a China, puesto que se considera que está experimentando un vertiginoso crecimiento,
en cambio Japón sigue estancado. Además, China continúa fortaleciendo sus fuerzas armadas,
realizando ensayos nucleares, otorgando ayuda económica a otros países en desarrollo

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

(US$450 millones dirigidos a 58 países), y no informa al pueblo chino de la ayuda económica


que recibe del Japón.

Después del incidente de Tiananmen en junio de 1989, Japón se alineó con la opinión
pública mundial cuando la crítica internacional hacia China era vigorosa., aplicándole
sanciones a China por medio del congelamiento de nuevos préstamos. No obstante la postura
nipona dio un vuelco rápidamente, y en la cumbre del G-7 de 1989 Japón declaró que el
aislamiento de China no era deseable para la región; pero el congelamiento de los recursos
dio pie para una nueva evaluación de la política nipona frente a la ODA y el postulado
subyacente fue que ya Japón había saldado sus cuentas con el pasado y, por tanto, ya no era
necesaria una asistencia económica de envergadura a China.
En agosto de 1995, nuevamente Japón interpuso sanciones a China y congeló su
ayuda económica después de constatar los ensayos nucleares chinos. De acuerdo con los
Principios Fundamentales de la ODA del gobierno japonés establecidos en 1992, Japón debía
excluir de su política asistencial a aquellos gobiernos que se dediquen al desarrollo de misiles,
gastos militares excesivos y manufactura de armas de destrucción masiva. Las sanciones
continuaron hasta julio de 1997, cuando China interrumpió sus ensayos nucleares. En
respuesta a la actitud nipona, China reclamó que Japón estaba utilizando la ODA como un
arma de presión, así como la ex-Unión Soviética.
En la Declaración Conjunta sino-japonesa, China claramente expresó su gratitud a
Japón por la cooperación económica dada a China. Sin embargo, existe una falta de
conciencia en la opinión pública china respecto de la relevancia del ODA para el país, puesto
que la prensa oficial no ha reporteado nada relevante respecto de la gratitud oficial china, ni
el desarrollo que ha posibilitado la asistencia para el pueblo chino.

No obstante los apreciables vínculos económicos ya logrados, desde la perspectiva


china el tema del reconocimiento histórico era crucial, y según ellos, este punto no fue
abordado apropiadamente en la Declaración por los japoneses, con lo cual la posibilidad de
instaurar una sólida confianza mutua había quedado pendiente. Esto a pesar de que Japón
incluyó la oración “Japón expresa su profundo remordimiento por el hecho de haber sido
responsable de infligir un gran daño al pueblo chino...”.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

La percepción china frente a la terminología japonesa fue que ésta no representaba


una clara disculpa por los hechos históricos. Durante el proceso de elaboración del
documento final China demandó la modificación de las expresiones japonesas, sin lograr el
resultado esperado. Ante tal situación, el presidente Jiang durante su estadía en Japón
recurrentemente se pronunció sobre la temática del reconocimiento histórico, expresando su
molestia ante las autoridades niponas.
La percepción japonesa frente a la arremetida comunicacional del presidente chino
redundó en una profundización de la desconfianza nipona, tanto en las autoridades como en
la población en general. De acuerdo al Ministerio de Relaciones Exteriores Japonés, las
declaraciones del presidente Jiang iban dirigidas a la audiencia china y a los países
occidentales, queriendo demostrar la capacidad china de presionar al Japón. Por lo cual lo
que estaba presupuestado ser un avance en las relaciones sino-japonesas con la elaboración
de una Declaración que estampara la histórica visita china a Japón, concluyó con un
resurgimiento de los resquemores en los sectores más nacionalistas de ambas sociedades.

Japón y China celebraron los treinta años de normalización de sus relaciones


diplomáticas el año 2002. A pesar de que ambas naciones organizaran una serie de eventos
para conmemorar la ocasión, la atmósfera de las relaciones bilaterales prosigue siendo áspera
y distante. No obstante, Japón ha estado generalmente a favor de la inclusión de China en
todos los foros regionales, apoyando el ingreso de China al foro de la APEC cuando éste fue
creado en 1989, y facilitando finalmente su incorporación en 1991; así como el ingreso de
China a la OMC en el 2001.
La visión oficial japonesa es que las reformas y apertura chinas son benéficas al
interés nacional y un rol activo de China en los foros multilaterales ayudaría a asegurar que
los chinos no se desvíen del curso económico actual. Por sobre todo, a los japoneses les
interesa crear una cooperación regional que pueda establecer las reglas del juego, y así poder
lidiar con el creciente poder chino.

Al normalizarse las relaciones bilaterales en 1972 se dio paso a una nueva etapa
especialmente fructífera en el plano económico. Durante el año anterior a la normalización
de las relaciones el comercio bilateral alcanzaba la modesta suma de 900 millones de dólares,

103
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

representando el 4% del comercio exterior total de China. Con la nueva estabilidad en las
relaciones, China incrementó fuertemente la importación de productos japoneses,
primeramente textiles y maquinarias y posteriormente electrodomésticos, autos, etc.
A pesar de los vaivenes iniciales en los lazos entre ambos Estados, se lograron forjar
lazos político-diplomáticos caracterizados por tensiones políticas causadas por la
permanencia constante de la desconfianza mutua; y al mismo tiempo, en la década de los ´80
se desarrollaba una enorme cooperación económica. Esta dualidad será una constante
permanente en las relaciones sino-japonesas, pero a contar de los ´90 se ha alcanzado un
mayor pragmatismo en cuanto a privilegiar los contactos económicos.
Entre 1991 y 2002, el crecimiento del comercio bilateral promedió el 16,3% anual,
superando el registrado por el comercio exterior total de China en el mismo periodo (15%).
El comercio bilateral entre China y Japón alcanzó los US$ 101.9 billones en el año 2002,
incrementándose un 16,2% por sobre el año anterior, y superando ampliamente las cifras de
comienzos de la década de los ´90.
La crisis asiática que afectó a toda la región (y a otros países del globo) de los años
1997-98 sólo afectó levemente el intercambio entre ambas naciones asiáticas, lo que muestra
la fortaleza de los lazos económicos entre ambos países.
Igualmente es destacable la inversión directa nipona en China, la cual supera
actualmente el 10% de la inversión extranjera total hacia China anualmente, teniendo algunas
caídas entre los años 1997 y 2000 pero recuperándose con vigor el 2001, superando ese año
los cuatro billones de dólares.

Gracias al ingreso de China a la OMC (en diciembre del 2001), la relación de


interdependencia económica entre ambos países se ha profundizado en un marco bilateral y
multilateral. Japón, al transferirle avanzada capacidad tecnológica, se irá paulatinamente
convirtiendo en un mercado de exportación para los productos chinos. Aunque durante este
proceso la dinámica de cooperación y competencia pueda generar fricciones, será
relativamente fácil para ambos países reconocer el mutuo beneficio derivado de sus
relaciones económicas.
Japón y China han configurado en la última década su política estratégica para con el
otro, y esta elaboración es la más relevante desde 1945. Cada uno mantiene sus aprehensiones

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

con respecto al otro y mientras algunos puntos conflictivos se han ido superando, otros
persisten en el tiempo. Mientras que Japón intenta jugar un mayor rol regional, China no
desea que los japoneses cumplan un papel más estratégico en la zona y en el plano mundial.
Esto se corrobora con la postura adversa china de permitir el ingreso de Japón al Consejo de
Seguridad de la ONU como miembro permanente.
No obstante, es poco probable que en el futuro previsible China y Japón antagonicen
mutuamente generando un conflicto mayor en la zona. Un ejemplo concreto en la línea de la
concordia y la solución mutuamente benéfica de los conflictos es el patrón de cooperación
entre ambos Estados en lo que se refiere a la jurisdicción de los recursos marinos, a pesar de
que no existe aún una solución al conflicto de las Islas Senkaku ni una frontera marítima
definida.
Sin embargo igualmente es poco probable que la dinámica bilateral redunde en una
alianza política duradera que modele el orden regional. Las divergencias mutuas, en cuanto
al rol que cada uno debe ocupar en la región, proporciona a la naturaleza de las relaciones
bilaterales una inherente ambigüedad y ambivalencia. La única vía para entablar relaciones
estables y duraderas pareciera ser la generación periódica de una mayor confianza y
colaboración entre ambas potencias asiáticas que posibilite cada vez más una mayor y mejor
integración político-económica.
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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“Diálogo intercultural y estilos de negociación: hacia la profundización de las relaciones


bilaterales entre Japón y Chile”.
Por: Andrea Quezada

Si tuviéramos que elaborar una descripción general de Japón, podríamos decir que su
PIB alcanzó en el año 2007 los 4,3 billones de dólares, que se trata de una de las economías
de mayor tamaño a nivel mundial; a pesar del descenso que su peso relativo ha experimentado
desde principios de la década de los 90’; y que su población bordea los 128 millones de
habitantes.70 Profundizando un poco más, estableceremos que ha sido un país pionero en
desarrollo tecnológico y entregaremos algunos antecedentes de su sistema educacional y de
la inversión sostenida en innovación que mantuvo durante décadas. Todos estos factores
servirán de soporte para construir el imaginario de un territorio que en la realidad
desconocemos bastante, siendo esta una licencia que en la actualidad no nos podemos
permitir. Lo anterior no significa que los datos recién mencionados sean irrelevantes o falsos,
sin embargo, son insuficientes si lo que se busca es consolidar en el tiempo las relaciones
exteriores con ese país. Estos antecedentes escasamente podrían dar cuenta de la realidad
cultural sumamente compleja de un país que ha experimentado en los últimos doscientos
años una multiplicidad de transformaciones en todos los ámbitos y que a pesar de esos
intensos cambios, conserva ciertos rasgos tradicionales que apelan a una cultura que no se
deprecia con el paso de los años en influencia y poder sobre sus actuales generaciones.
Entender el desarrollo de la sociedad japonesa es una tarea que rebasa el ámbito de
su desarrollo político y de los cambios experimentados en su sistema económico, ya que si
se busca una comprensión cabal de sus prácticas, es preciso en primer lugar tomar conciencia
de que nos enfrentamos a un territorio en el que las particularidades de su cultura poseen una
injerencia fuerte que impregna todas las dimensiones sociales. En el tema que para esta
instancia nos convoca, que es la importancia del conocimiento de ciertos parámetros
culturales para entender las formas de una cultura de negociación, la aclaración anterior es
particularmente relevante. En Japón no solo constatamos un proceso de desarrollo económico
y político exitoso, sino también un modelo de negociaciones particular que se ajusta a los

70
La fuente de estos antecedentes es la base de datos del World Bank de los World development Indicators
del año 2007, disponible a través de Internet en http//: www.worldbank.org

107
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

desafíos que el país ha enfrentado en su imponente inserción en el sistema político


internacional.
En cualquier proceso de negociación la cultura es una variable importante, en tanto
determina la existencia de formas de relación entre los actores, objetivos y enfoques distintos.
Pero si bien existe abundante literatura sobre este tema, pocas veces se realiza en la práctica
una asimilación de lo que efectivamente podrían llegar a significar estas diferencias o de
manera más exacta, el desconocimiento o desprecio de las mismas. En el ámbito de las
relaciones internacionales estas consecuencias pueden ser particularmente gravitantes y
evidentes.
Desde la ciencia política actual no es usual toparse con estudios que valoren la
dimensión cultural como determinante, puesto que se privilegia abordar en esta disciplina
otras variables, más susceptibles de ser cuantificadas. Pero contrario a lo que a simple vista
se pueda pensar, la cultura ocupa un lugar sustantivo en el curso que adquieren las
negociaciones internacionales, puesto que evidentemente entre culturas existirán siempre
diferencias, siendo el desconocimiento de las mismas un obstáculo importante en la
consecución de acuerdos exitosos y en la consolidación de una relación estable en el largo
plazo. Más aún cuando se trata de países distantes entre sí, bajo cualquier prisma que se les
mire y que su acercamiento se explica únicamente por una profundización de los procesos de
globalización.
A estas alturas hablar del valor que posee el conocimiento o manejo de información
en la denominada por Castells sociedad de la información, parece casi un lugar común,
aunque no por ello se puede desconocer la verdad que encierra esta apreciación. El contacto
para América Latina con países asiáticos supone la necesidad de manejar un conocimiento al
menos general sobre el funcionamiento de las distintas realidades culturales presentes en los
mismos. Para Chile y el mundo, Japón representa un desafío importante en este ámbito,
básicamente porque hay una necesidad de conocimiento técnico que involucra en sí mismo
un fuerte componente de información cultural, el cual es fundamental de definir de manera
correcta. A continuación, se procede a presentar algunas de las aristas que la variable cultural
puede ocupar en las negociaciones internacionales y los efectos concretos que implica su
desconocimiento, ello situado en el marco de las relaciones políticas y económicas con los
países asiáticos.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

El valor del conocimiento cultural en las relaciones internacionales


La diferencia obvia entre las culturas no es en sí misma sinónimo de conflictos o
choques insalvables. El contexto actual del sistema internacional de estados implica una
combinación y cierto enfrentamiento entre paradigmas culturales distintos, esta reflexión ha
sido expandida por Samuel Huntington, quien en el marco de la teoría del choque de las
civilizaciones que emerge después de la guerra fría, plantea que a los conflictos estrictamente
políticos y económicos, se le superpondrán los conflictos entre civilizaciones71. Si bien esta
apreciación no está exenta de polémicas, cumple con resaltar un papel fundamental que
compete a la variable cultural en la definición de los conflictos presentes y futuros. Es claro
que la naturaleza de los conflictos es siempre compleja y que estos no son el resultado de un
solo factor en específico, sino que responden a una sumatoria de variables, las que sumadas
a otros detonantes, derivan en una situación de conflicto 72, en este sentido, la cultura sería
solo una más de estas variables. Pero de la misma forma que aceptamos que los aspectos
culturales no son los únicos relevantes, podemos decir que si forman parte importante del
contexto en el que un determinado conflicto surge. Asimismo, es posible aceptar la tesis de
Guo Jiemin 73 , quien hace diversos reparos a la teoría del choque de las civilizaciones,
expresando que el concepto de civilización que esta teoría mantiene es homologable al
concepto de cultura, puesto que más allá de una guerra entre civilizaciones occidentales
versus no occidentales, la tendencia mundial avanza hacia la diversificación de las culturas
y no hacia su cohesión en forma de bloque. Sin embargo, aún aceptando estas críticas
Huntington habría acertado en que la cultura es una dimensión cada vez más importante y
que si bien no explica en su totalidad la ocurrencia de ciertos conflictos o desencuentros en
el plano político, si es una variable cuyo peso se puede homologar al de cualquier otra.
Además, la globalización lejos de homogeneizar los paradigmas culturales, ha generado una
serie de espacios de resistencia que acogen prácticas culturales distintas y generan también
nuevos paradigmas. El crítico palestino Edward Said resalta la preeminencia de una tendencia
hacia a la diferenciación en las culturas actuales, señalando que: “El desarrollo y

71
Véase Huntington, Samuel. “The Clash of Civilizations” Foreign Affairs 72, 1993. Págs. 22-49
72
Para mayores antecedentes, ver: Brown, E. Michael. The International Dimensions of Internal Conflict.
Cambridge: MIT Press, 1996 págs. 1-30.
73
Guo Jiemin es Docente de investigación de la Shanghai Academy of Social Sciences (SASS), tiene
numerosas publicaciones en los temas de cultura internacional y multiculturalismo, siendo estos algunos de
sus temas de investigación más destacados.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

preeminencia de cada cultura necesita de otra diferente y competitiva, que es la existencia de


un alter ego. Una cultura indiferenciada es irrealista y se puede decir que desequilibrada” 74.
El permanente estado de contacto en el que estarían las diferentes culturas las conduciría no
hacia su desaparición como se tiende a pensar, sino por el contrario, esto permite que estas
reafirmen más sus diferencias en un proceso de identificación que se refuerza a través del
reconocimiento del opuesto. Es necesario asumir que las diferencias entre las culturas existen
y que deben ser reconocidas como tales. Ya en el contexto de la negociación propiamente tal,
un rasgo de conflicto lo constituye el hecho de querer atraer al otro y observarlo hacia la
perspectiva propia. Sin duda esto puede ser fatal en términos de la consecución de un acuerdo
que sea satisfactorio para todas las partes involucradas en el proceso. Lo que se recomendaría
ante esta situación, es asumir un punto de flexibilidad en el que sea posible entablar un
diálogo sin que se cambie completamente la propia perspectiva de lo que se quiere conseguir
en la negociación. Sin embargo, cuando se desconoce el contexto social del que proviene la
contraparte, es decir, la naturaleza de sus prácticas culturales, difícilmente será posible llevar
a cabo este procedimiento.
Por otra parte, el teórico de la negociación Richard Cohen da un paso importante señalando
que las negociaciones son procesos de comunicación. El autor se refiere especialmente a la
negociación diplomática, la que observa como una transición hacia otro tipo de instancias de
negociación. Esta sería un rito de pasaje hacia otro estatus en la relación bilateral, estatus
caracterizado por un sentido de relación en el largo plazo. Para Richard Cohen, los beneficios
derivados de una negociación sobrepasan el marco de los objetivos de la negociación en sí y
los subproductos de esta se extienden tanto hacia la consecución de una mejor relación entre
los actores que se encuentran negociando. Por ejemplo, conducen hacia el establecimiento
de relaciones más dispersas basadas en un conocimiento y comprensión más profundo de las
otras culturas. En el caso de las negociaciones entre Chile y Japón, las negociaciones deberían
superar este margen de lo inmediatamente conveniente. No se trata exclusivamente de
establecer acuerdos políticos y económicos, en la contingencia tratados de libre comercio,

74
Jiemin, Guo. ‘Cultural power and cultural conflict’ en Cultural Impact on international relations: Chinese
Philosophical Studies, XX. Xintian, Yu (Ed.). The Council for Research in Values and Philosophy.
Washington, 2002. Pp. 71. La cita corresponde a una traducción personal del autor, en el original: “The
development and maintenance of each culture needs another different and competitive culture, that is, the
existence of an alter-ego. Undifferentiated culture is unrealistic and can be said to be lopsided”

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

sino más bien de proyectar una relación en la posteridad, ello influido también por el
importante papel que ocupa Japón en el sistema internacional de estados. Cabe hacer una
precisión en relación al concepto de cultura mencionado por Cohen, puesto que él es enfático
en decir que este concepto no debe ser entendido como la personalidad innata o el carácter
nacional de un Estado. Tampoco se restringe a los elementos rituales o exóticos que lo
caracterizan, pese a que en el nivel de las relaciones políticas tener un conocimiento sobre
estos aspectos, por discreto que este sea, puede constituirse como una importante fortaleza.
Habría de todas maneras una dimensión más importante y también más difícil de evaluar que
son los denominados por el autor como los aspectos intangibles. Cohen define cultura de la
siguiente forma: “Cultura es fundamentalmente una propiedad de información, una gramática
de la organización de la realidad, desde la cual es posible impartir significado hacia el
mundo”75. Siguiendo esta lógica es posible sostener que el encuentro entre dos culturas es
un proceso de comunicación en el que ambas partes serán capaces de comunicarse en la
medida que manejen el lenguaje de su contraparte, este último término usado en un sentido
mucho más amplio que el que se refiere a la lengua. Asimismo agrega que los teóricos de la
negociación a menudo minimizan los efectos de las implicancias culturales bajo el supuesto
de que existe solo un paradigma de negociación, y que las diferencias interculturales son
superficiales y no afectan sustancialmente los resultados de una negociación. Cabe
preguntarse entonces cómo influye la cultura en la negociación. La respuesta para Cohen
proviene de cuatro fuentes: “condicionando nuestra perspectiva de la realidad, bloqueando la
información saliente inconsistente o desconocida con presunciones culturales estratégicas,
proyectando significado en las palabras y acciones de la contraparte y posiblemente
impulsando al observador etnocéntrico a una correcta atribución del motivo 76 Es decir, es
preciso admitir que no todas las culturas negocian de la misma manera, y en la basta literatura
que hay al respecto, hay consenso de que existirían al menos dos paradigmas diferentes de
negociación. Uno estaría asociado a la predominancia verbal y explícita y a una precaria

75
Cohen, R. Negotiating Across Cultures. 2nd Edition. Washington, D.C: U.S. Institute of Peace, 1997.
Pp.12. La cita corresponde a una traducción personal del autor, en el original: “Culture is fundamentally a
property of information, a grammar for organizing reality, for imparting meaning to the World”
76
Cohen, R. Op. Cit. 1997, pág. 17. Traducción del autor, en el original: “conditioning one’s perception of
reality, blocking out information inconsistent or unfamiliar with culturally grounded assumptions, projecting
meaning onto the other party’s words and actions, and possibly impelling the ethnocentric observer to an
incorrect attribution of motive”

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

apreciación del contexto. Según lo que se desprende de la lectura de Cohen, está fuertemente
influido por los hábitos legales anglo-sajones. Los problemas se definen como objetivos
materiales, no como satisfacciones psíquicas. El otro paradigma de negociación sería el que
sobrepasa los marcos de lo estrictamente verbal y remite más bien a los contenidos implícitos,
a los llamados intangibles. Este paradigma predominaría en las sociedades interdependientes
orientadas hacia estructuras colectivistas por sobre las individualistas, se preocupa de
consideraciones como simbolismos y fue observado en negociaciones para estados no
occidentales, como es el caso de Japón. Terrence Hoppman por otra parte, señala que la
resolución de grandes problemas como el desarme nuclear; el medioambiente y otros temas
coyunturales dependen en gran medida de un proceso de negociación llevado de la manera
correcta. Luego el autor agrega:
Para que las políticas nacionales puedan ser exitosas en la coyuntura internacional,
los Estados requieren de diplomáticos y funcionarios cuyas habilidades negociadoras sean
excelsas. Sin esta capacidad la mayoría de los gobiernos reducen su capacidad para ver
implementadas sus políticas a nivel internacional77
Hoppman da cuenta de una condición vital para que puedan lograrse a cabalidad los
objetivos trazados en una negociación, constituida por la necesidad de una dotación técnica
de los servicios diplomáticos acorde con la magnitud de los desafíos que la resolución del
conflicto plantea. Si bien el autor habla de lo recién señalado principalmente en el marco de
la búsqueda de soluciones para los conflictos armados, no es menos cierto en el caso de
acuerdos políticos y económicos. La preparación de los agentes negociadores, sean estos
públicos o privados, no solo debe estar programada en términos de dotación técnica sobre las
materias específicas que so objeto de la negociación, sino que también debe existir una
preparación acerca del conocimiento cultural, siendo esta la variable que efectivamente
puede marcar diferencias significativas entre los estados al momento de negociar, con mayor
razón cuando se trata de estados tan disímiles como lo son Japón y Chile. En términos
concretos, el desconocimiento cultural se puede traducir en una situación de precariedad
frente a los acuerdos conseguidos, pérdida de oportunidades importantes de inversión y
generación de empleo, entre otras externalidades negativas. Asimismo, la supremacía de un

77
Hoppman, Terrence. Teoría y procesos en negociaciones internacionales. PNUD-CEPAL. Proyecto de
cooperación con los Servicios Exteriores de América Latina. Santiago de Chile; 1990. Pp. 7

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

país no se refleja únicamente en las capacidades militares y económicas que le son propias,
ya que:
[…] estos factores no varían mucho a lo largo de los años, y por eso, vecinos de muy diverso
tamaño y nivel de desarrollo tienen que realizar negociaciones en distintos campos dentro de
situaciones de asimetría de poder. Esta circunstancia se refleja en la capacidad de
negociación de las partes, sus posibilidades de preparación, su disponibilidad de
negociadores, sus técnicas de negociación78.
También es necesario señalar que existen complicaciones propias de las
negociaciones internacionales, como son los plazos que estas tienen y el momento particular
en el que acontecen. Según algunos expertos en la materia, el timing es un factor vital en las
negociaciones internacionales. En las culturas orientales este factor es especialmente
importante. El académico Agustín Letelier señaló en una oportunidad que los orientales son
de “programaciones más finas que los latinoamericanos y las sociedades occidentales en
general en las negociaciones, valoran la anticipación y el tiempo que toma llegar a un acuerdo
como algo favorable”79 El hecho de omitir este rasgo podría traer complicaciones para los
chilenos al momento de negociar.
La capacidad de negociación de las partes se puede ver disminuida al no conocer
profundamente el público efectivo al que se enfrentan los negociadores chilenos, los alcances
concretos son diversos, pero van desde nichos económicos sin descubrir, hasta decisiones
erráticas en cuanto los agentes imprescindibles a los que se debe recurrir en un determinado
proyecto. Las posibilidades de preparación de los negociadores se ven afectadas en la medida
que no existe conciencia sobre la importancia de la cultura de negociación, esto puede afectar
también la disponibilidad de negociadores capacitados para enfrentar los desafíos que
implica generar una relación bilateral fructífera con Japón, un país de importantes
transformaciones a lo largo de su historia, modeladas íntegramente por su tradición cultural.
Consecuentemente las técnicas de negociación no estarán lo suficientemente pulidas puesto
que apenas hay una conciencia sobre la importancia de ellas. Agustín Letelier afirma también

78
Ogliastri, Enrique. Una introducción a la negociación internacional. La cultura latinoamericana frente a la
angloamericana, japonesa, francesa y del medio Oriente. Serie Empresa, Economía y Sociedad. Santiago de
Chile, julio de 1997. Pp.27
79
Estas apreciaciones han sido rescatadas de una entrevista que el académico Agustín Letelier accedió a
responder para los fines de esta investigación.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

que si bien en las negociaciones económicas se ha progresado muchísimo en la relación con


los países asiáticos, no ha ocurrido lo mismo en términos políticos 80. Es lógico que por un
asunto de proximidad geográfica no haya sido sino hasta finales del siglo XXI que América
Latina percibe un interés en fortalecer sus relaciones con los países asiáticos, pero es por esta
misma distancia que gran parte de las gestiones necesarias para lograr un mayor
acercamiento político, pasan por lograr en primera instancia un mayor conocimiento
intercultural.
Actualmente se ha avanzado mucho en materias técnicas específicas en lo que compete
a la difusión y socialización de estas dentro de una comunidad de empresarios que están en
la disposición de concretar acuerdos. No obstante, esta dimensión técnica tiene un
componente cultural que a menudo se desconoce. Según el académico Agustín Letelier para
los orientales en general la negociación es una experiencia humana 81, lo que es especialmente
cierto en el caso de los japoneses, para quienes tanto el conocimiento personal como el
impacto emocional son tremendamente importantes, del mismo modo lo será el hecho de
adaptarse a los tiempos de negociación, los que se caracterizan por una celeridad poco usual
en occidente. Lo dicho anteriormente posee una especial vigencia el día de hoy, en el que la
dinámica de los sistemas económicos apunta hacia la consolidación de estos a través de una
liberalización extrema de la economía y la suscripción de distintos tratados de libre comercio.
Consecuentemente, mejorar los flujos de conocimiento e información se constituye como
uno de las funciones principales que el Estado debe ejecutar en virtud de aprovechar mejor
este tipo de acuerdos.
El estilo japonés de negociación: la preparación del escenario
El estilo de negociación de una cultura es sumamente complejo de definir, ya que es
muy fácil incurrir en generalizaciones y estereotipos que no reflejan adecuadamente la
realidad de una sociedad. Sin embargo, se puede hablar de la existencia de ciertos
comportamientos regulares en el tiempo, cuya estabilidad relativa está supeditada a la
contingencia, pero que finalmente caracterizan un determinado estilo o cultura de
negociación. Para William Breslin, por ejemplo, hay algunas características propias de la
cultura de negociación de los asiáticos. El autor establece que los asiáticos son: “reservados,

80
Letelier, Agustín. Op. Cit.
81
Letelier, Agustín. Op. Cit

114
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

no muy habladores, cuidadosos, menos abiertos que otros, el mando está limitado a un
sistema jerárquico; evitan los conflictos; atribuyen una fuerte importancia a las relaciones
personales; son astutos y se mantienen siempre alerta” 82
. Los asiáticos serían
consistentemente diferentes a los occidentales al momento de negociar, pero dentro de ellos
los japoneses pueden ser aún más distintos y una generalización como la anterior puede
resultar tremendamente perjudicial si no es asimilada en su justa medida.
No es posible para esta instancia ser exhaustivo en la descripción del estilo de
negociación japonés, sin embargo, para ilustrar el tema de esta ponencia es importante aludir
brevemente a algunos de sus rasgos más importantes. Muchos autores han desarrollado este
tema, entre ellos Kazuo John Fukuda83, quien es partidario de la existencia de una relación
directa entre los rasgos culturales y el proceso de toma de decisiones que caracteriza a toda
negociación. En primer lugar, es necesario subrayar el carácter jerárquico que este proceso
adopta en el caso japonés. Sin embargo, cabe precisar que la delimitación de esta jerarquía
connota significados distintos a los atribuidos en las culturas occidentales, catalogadas
principalmente como individualistas.
Ser el líder en la cultura de negociación japonesa implica no solo una concentración
amplia de poder en el proceso de toma de decisiones, sino también una responsabilidad
particular por mantener la armonía del grupo, otorgándole además un valor muy importante
a los roles desempeñados por los subordinados del líder. Ello pasa porque culturalmente hay
diferencias en la conceptualización del individuo y del colectivo, ya que tanto en oriente
como en occidente estos términos designan realidades distintas. En occidente la colectividad
se asimila con la pérdida de la identidad individual en el grupo, por tanto una menor
responsabilidad a nivel de sujeto en el resultado final de la negociación. En oriente en cambio,
el líder es responsable de promover el desempeño correcto de un grupo cuyos miembros son
indispensables en sus roles para la forma que adopten los resultados, habría en este caso
interdependencia entre los miembros, no independencia y anulación del sujeto como si

82
Breslin, J.W. "Breaking Away from Subtle Biases," in J.W. Breslin & J.Z. Rubin, en Negotiation Theory
and Practice. Cambridge: PON Books, 1991. Pp. 249. Traducción del autor, en el original: “reserved, not
verbose; careful, less open than others, mandate is limited by a hierarchical seniority system; conflict-
avoiding; stress importance of personal relationships; shrewd and alert”
83
Kazuo John Fukuda es actualmente Lecturer in Management Studies at the University of Hong Kong, ha
estudiado ampliamente la cultura de negociación japonesa

115
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

ocurriría en los sistemas sociales individualistas. 84 Ahora bien, en Japón persistiría una
importancia particular por la dimensión afectiva, siendo las relaciones interpersonales entre
los miembros muy gravitantes para definir el buen funcionamiento de una organización. En
la cultura japonesa de negociación, por sobre la agenda específica que haya sido propuesta,
es más importante la relación que es posible establecer en el largo plazo. De ello se deriva
también que la creación de una situación favorable para la negociación sea fundamental en
la formación de esta relación.
Pero quizás el rasgo que mejor retrata el estilo japonés de negociación, es el llamado
ringi, el que consiste básicamente en el envío previo de una propuesta a algún superior
jerárquico para recibir su aprobación, ha sido descrito de la siguiente forma: “en este sistema
la responsabilidad por iniciar acciones descansa ampliamente en los mandos medios y los
más bajos, quienes preparan y presentan una propuesta, mientras que la autoridad formal y
última para ejecutar las acciones recae en el nivel más alto”.85Este proceso estaría precedido
por el llamado nemawashi, término que en este caso se refiere a la preparación previa de la
situación de negociación y que originalmente designa un proceso de horticultura, en el que
se cortan cuidadosamente las raíces de un árbol para transplantarlo. La importancia que las
conversaciones informales poseen en la fase previa, es tan importante como el cuidadoso
tratamiento que supone el nemawashi, en palabras de Kazuo Fukuda: “La abrupta
presentación de una propuesta, sin nemawashi, es vista como una falta de sensibilidad la que
es contraria al espíritu japonés de preservación de una atmósfera armoniosa en la
organización” 86 Es preciso destacar también que estas prácticas de negociación están
profundamente arraigadas en la cultura japonesa. La importancia de estos pasos responde a
una celeridad que caracteriza el modus vivendi de muchos asiáticos, por lo que pretender
resolver una negociación sin adapatarse a esta lógica adopta un pronóstico especialmente
desalentador en el mediano plazo. Ahora bien, si se quiere establecer un contraste con la

84
Este punto ha sido ampliamente por varios autores, entre ellos el mismo Fukuda, junto a los expertos H. R.
Marcus y S. Kityama
85
Fukuda, John. ‘Decision making in organizations: A comparison of the Japanese and the Chinese models.’
En Cambridge Harvard University Press, 2002. Pp. 180. Traducción del autor, en el original: In this system,
the responsibility for initiating actions rests largely with middle and lower-level managers who prepare and
submit "ringi-sho" (proposal), while formal and ultimate authority to execute decisions remain at the top.”
86
Op. Cit. Pág. 181, 2002. Traducción del autor, en el original: The abrupt submission of a proposal without
"nemawashi" is seen as a show of a lack of sensitivity contrary to the Japanese spirit, which reveres the
preservation of a harmonious atmosphere within an organization.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

cultura de negocios en Latinoamérica, es preciso dar algunos rasgos del estilo de negociación
local para dimensionar cuanto pueden llegar a pesar las diferencias.
El estilo de negociación latinoamericano: el arte de la improvisación
Ya se ha establecido la dificultad de caracterizar el estilo de negociación de una
cultura en particular, pero en el caso de Latinoamérica es particularmente difícil, dado que
no existe un desarrollo del tema comparable al que ha habido en Asia o en los países
occidentales de primer orden. Las prácticas de negociación desde el continente están
escasamente estudiadas y hay poca conciencia sobre los tópicos de negociación como una
disciplina independiente. No obstante, esta precariedad en la experticia no significa que no
haya ciertas prácticas recurrentes susceptibles de ser estudiadas.
En términos generales, en la literatura existente el negociador latinoamericano es
descrito como un regateador amistoso e informal, que no planea muy precisamente sus
términos. Erique Oligiastri, uno de los académicos que ha estudiado este tema, lo define
brevemente señalando: “La esencia de la negociación para los latinos es el regateo;
confrontados con culturas de poco regateo, que utilizan otros procesos para llegar a un
acuerdo (como la japonesa) el latinoamericano se siente perplejo y hasta desilusionado” 87.
Lo anterior se refiere al papel protagónico que el regateo ocuparía en el carácter negociador
de los latinoamericanos, al punto de que si no hay regateo prácticamente no habría proceso
de negociación, comportamiento que para un asiático puede ser percibido como
enormemente agresivo. Hay otro aspecto relevante que este autor señala, que es el hecho de
que los latinos se concentrarían en el corto plazo, orientándose más hacia el presente que
hacia el futuro. El autor señala que esto lleva a los latinoamericanos a comprometerse con
cosas que probablemente no podrán cumplir después, señalando que “para los latinos
prometer algo en el contexto de la negociación es meramente una declaración de intenciones
antes que un compromiso formal” 88 Esto tiene que ver también con el factor del manejo del
tiempo que sitúa a los latinoamericanos en una lógica eminentemente de corto plazo. Siendo
el rasgo de las consideraciones en el largo plazo uno de los aspectos más relevantes a
promover y más difíciles de obtener de manera espontánea. Asimismo, en contraste con los

87
Ogliastri, Enrique. Una introducción a la negociación internacional. La cultura latinoamericana frente a la
angloamericana, japonesa, francesa y del medio Oriente. Serie Empresa, Economía y Sociedad. Santiago de
Chile, julio de 1997. Pp.57
88
Ogliastri, Enrique. Op. Cit. pág.58, 1997

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japoneses, se subraya la total inversión de los pasos que componen el proceso, siendo la
manera de relacionarse entre los actores sumamente distinta: “los nipones empiezan la
negociación desde los niveles bajos de la organización y van progresando hacia arriba,
mientras que entre los latinos quien negocia es el jefe” 89 Este es otro rasgo que si no se
considera en una justa medida probablemente puede obstruir el curso de las negociaciones.
En el caso japonés es bastante patente esta situación. Finalmente, es posible resumir el perfil
de los negociadores latinoamericanos en los siguientes términos:
Son negociadores tradicionales, no demasiado diferentes al sistema árabe o de Medio
Oriente. El paso a un sistema integrativo contemporáneo de negociación vendrá por la
necesidad de hacerlo más efectivamente(…)Tienen a favor para este paso la flexibilidad, la
facilidad para negociaciones informales y el sentido de largo plazo que provee la amistad o
su preferencia por relaciones amistosas antes que antagónicas. 90
Pese a lo anterior, es necesario subrayar que todas las culturas están en transición y
que hay latinoamericanos que son más tradicionalistas que otros, hecho que es planteado
también por Enrique Olgiastri, quien plantea que: “El cambio o modernización en sistemas
de negociación es paralelo al hecho de que todas las culturas del mundo están cambiando
permanentemente; debe añadirse que tampoco son todos los negociadores de un país
representantes típicos de su cultura” 91 .Se comparte en esta instancia el rechazo por el
estereotipo, sin embargo, parece inminente que desde Latinoamérica, particularmente en
Chile, se vuelva posible describir un modelo de negociación y constituir una disciplina.
Además, cabe decir que tal como los países asiáticos difieren entre sí cultural, política y
económicamente, ocurre lo mismo en Latinoamérica, por lo que estas descripciones deben
ser tomadas con reservas. Comprender la naturaleza de las prácticas de negociación es vital
para el futuro de las relaciones bilaterales entre Japón y Chile; tanto para capitalizar
adecuadamente su conocimiento, a través de más y mejores negociaciones; como para
eventualmente aprender de estas en los procesos de desarrollo locales.
Conclusiones: Lecciones para el futuro de las negociaciones
A todas luces es posible constatar lo disímil que es Japón de cualquier país
latinoamericano. Sin ir más lejos, respecto de Chile es totalmente asimétricos. Sin embargo,

89
Ogliastri, Enrique. Op. Cit. pág.59, 1997
90
Ogliastri, Enrique.Op. Cit. pág.63, 1997
91
Ogliastri, Enrique.Op. Cit. pág.63, 1997

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como se dijo al principio de este trabajo, el punto de inflexión no está determinado por la
diferencia, sino por el desconocimiento. Negociar entre culturas diferentes no equivale a
polemizar ni mucho menos a asimilarse a la contraparte con el fin de conseguir un acuerdo,
sino más bien a desarrollar un sentido de empatía frente a su visión del mundo y a la
naturaleza de sus prácticas para llevar a cabo una negociación en mejores términos para
ambos. Para que esto sea posible, el primer paso a dar es una toma de conciencia sobre la
necesidad de estudiar los tópicos de negociación. No es consistente con las aspiraciones de
lograr cada vez más y mejores acuerdos en el plano internacional que posee Chile, la
persistencia en una política de omisión de los temas relacionados con el manejo de
información cultural.
Una lección importante y que desde mi punto de vista se condice con la consistencia
de los procesos de desarrollo experimentados en Japón, corresponde a la valoración que se
hace en esa cultura de todo el contexto de la negociación. Para los japoneses es importante
la relación humana y la dimensión afectiva porque como negociadores se proyectan no solo
sobre el o los objetivos contingentes de la agenda, sino además la relación futura que se
tendrá con la contraparte en el largo plazo. Las negociaciones son vistas por los japoneses
como pasos para la consolidación de un proyecto más grande y no como procesos que se
inician y terminan cuando se agota la agenda inmediata, como si ocurriría en el caso de los
países latinoamericanos. Ejemplificando, un tratado de libre comercio no sería la
culminación exitosa de un proceso de negociación, sino más bien el comienzo de una serie
de negociaciones de las que dependerá la profusión con que el acuerdo efectivamente rinda
frutos para ambos países, lo que es claramente más crítico en el caso de Chile por las
asimetrías que presenta nuestro país respecto de Japón y otros gigantes asiáticos.
Insistiendo con este punto, cabe decir que de un tratado de libre comercio se derivan
una serie de negociaciones, hay que tomar en cuenta también el hecho de que no es Chile el
único país en Latinoamérica que privilegia la suscripción de este tipo de acuerdos, por lo que
hay que apresurarse en explotar sus ventajas a través de todas las variables que sea posible,
siendo el conocimiento cultural recíproco una de ellas.
Por último, la variable cultural aplicada al ámbito de las relaciones internacionales es
sin duda relevante. Se ha hecho énfasis en este trabajo que no es la única que importa al
momento de negociar un acuerdo, sin embargo, posee alcances mucho más potentes que los

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

que habitualmente le atribuyen los que suscriben a la idea de una cultura de negocios
universal. Finalmente, no negociamos solo con individuos, estados o corporaciones,
negociamos también con culturas y con diferentes perspectivas para enfrentar la realidad.
Solo la asimilación de este hecho permitirá consolidar relaciones prolíficas y duraderas a
nivel internacional y la generación de acuerdos representativos de los intereses de todos los
actores involucrados en un proceso de negociación.
Andrea Quezada C.
Cientista Político y Licenciada en Letras PUC

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

“Fundamentando a los japoneses chilenos”


Ariel Takeda Mena.

DEFINICION BASE DE LA RAZA: Podríamos decir que hace unos


200.000 años atrás, los dioses Izanagi e Izanami formaron el archipiélago japonés y dieron
nacimiento a los dioses de la Naturaleza. Tambien podríamos decir que este mito equivaldría
al período de desglaciación que al inundar las tierras bajas del este asiático, hizo que Japón
se separara del continente y adquiriera fisonomía propia. Sus primeros habitantes fueron
posiblemente, pequeños grupos de nómades, la mayoría mongoles del paleolítico superior,
que quedaron atrapados en esas tierras montañosas e inestables o llegaron navegando desde
el sur de Asia, de isla en isla mientras éstas se hundían y luego, caminando por los hielos
en retirada del norte. Fueron grupos familiares que necesitaron cambios drásticos en sus
modos de vida para evitar la extinción. Siempre trashumantes, reemplazaron las estepas por
montañas y costas. Cambiaron su dieta y preferenciaron los alimentos marinos. Acomodaron
sus estructuras físicas a las exigencias de la tierra y amoldaron sus personalidades para
enfrentar la ley del más fuerte y de selección natural que aquí se manifiestan con persistente
terquedad. Los tifones, terremotos, tsunami, erupciones volcánicas y hambrunas les
enseñaron las ventajas del hombre-colectivo, se reconocieron como iguales y se mezclaron
mientras se hacían acompañar por cohortes de deidades ('kami') que los protegían y guiaban
(país de "ocho millones de dioses"). Se identificaron como partes del mundo natural, se
hicieron pragmáticos frente el aquí y el ahora y aceptaron la gestación y desarrollo de los
acontecimientos como productos de una dinámica donde todos son co-partícipes.
("Localismo" japonés). El Yo no logró germinar pero sí una conciencia moral que los
proveyó de reglas conductuales para una convivencia armónica, esforzada y eficiente al
interior del grupo ("grupismo" o "colectivismo"). El bien común se hace objetivo del existir.
Sus conchales de hace 10.000 años, hablan de sus permanencias cada vez más prolongadas
en un mismo lugar. Para entonces, la alfarería ya refleja la delicada belleza recogida del
entorno.
Este es sin duda, el período clave del génesis japonés porque dentro de estos
milenios se tejió la urdiembre identificatoria de la raza. Es lo que el historiador
contemporáneo Masao Maruyama define como "la capa arcaica de la conciencia histórica",

121
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

esa "base obstinada" que sigue proporcionándole un sello especial a cada descendiente, no
importando cuales sean la vicisitudes que marquen sus existencias.

CAPACIDAD DE CAMBIO: Al mismo tiempo, hemos dicho que los "japoneses


chilenos" son una consecuencia local. Pero esta variante del japonés original sólo ha sido
posible porque el japonés se ha visto sometido dentro de estos milenios, a repetidos procesos
de reingeniería genética y cultural. A principios del siglo XVIII, el escritor y filósofo japonés
Hakuseki Arai afirmaba que: "el hombre se ha hecho naturalmente y se transforma
incesantemente por la fuerza de las cosas".
Los nunca estables escenarios isleños donde se formó en su singularidad, lo obligaron
a adquirir la flexibilidad del 'take' (bambú) para enfrentar lo ineludible e incorporar lo
conveniente, dentro de un silencioso proceso de maceración de los componentes que al
principio les fueron extraños, hasta impregnarlos con la savia de sus raíces. Así, la Familia
Yamato cambia sin dejar de ser y se hace trascendente.
Aquellos pequeños laboratorios asentados en tierras americanas muestran iguales
comportamientos. Aquí, sus componentes híbridos dejan al descubierto hoy, sus acomodos
a las nuevas culturas de las que se han hecho parte, sin que ello implique haber perdido la
identidad japonesa. Recesivamente persisten genes de esa herencia ancestral, siempre
dispuestos a mostrarse en momentos cruciales o en gestos cotidianos.

APORTES EXTERNOS Y ACOMODOS CULTURALES: A partir de la última mitad


del milenio A.C, el desarrollo japonés se dispara con los aportes de una cultura continental
adelantada mil años con respecto a ellos. La estilizada cerámica del período Yayoi lo deja
de manifiesto. Lo casi inimaginable debe ser acogido por manos y mentes. Dejan atrás el
nomadismo y se hacen agricultores. Surgen asentamientos permanentes con orgánicas socio-
políticas centralizadas que se preocupan de entregarle a todos, los nuevos conocimientos y
acciones validadas. Japón pasa a ser "una tierra dividida en casi cien países", según los
libros chinos de la época. El causante de esta revolución es el arroz procedente de Corea.
(300 A.C - 300 D.C). Los emergentes líderes locales se encargan de imponer el sedentarismo
y las orgánicas de trabajo para cuidar del arroz. Agregan terrazas al paisaje, forman cuerpos
armados para proteger los bienes y el orden social y controlan el producto resultante. A la

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par, se acrecienta el diálogo con la Naturaleza y deidades protectoras. ("Sintoísmo" =


filosofía religiosa). Los líderes se hacen "señores de la tierra", avasallando (no
esclavizando) a los habitantes de los territorios apropiados (señoríos). Los excedentes
incrementan las comunicaciones y el comercio. Las tierras cultivadas aportan prestigio,
también rivalidades y guerras intestinas. Esta sería la primera gran revolución cultural que
modifica ostensiblemente la estructura que se ha dado el pueblo japonés.
En el siglo III ó IV se entroniza el concepto de Nación como unidad global regida
por un 'tenno' omnipotente de origen divino. Según la leyenda, la diosa solar Amaterasu envía
a su nieto Ninigi a ordenar su reino sumido en el caos. Lo acompañan cinco dioses y tres
tesoros (una espada de hierro, un espejo de bronce y una piedra preciosa). Ninigi avanza
espada en mano desde la sureña isla Kyushu hasta la isla principal Honshu, avasallando
señoríos y estructurando el régimen de la familia Yamato donde el poder se sustenta en la
veneración y obediencia absoluta al Primer Padre o Emperador. (Históricamente, este
momento podría referirse a la dominante dinastía Yamatai y al uso de los metales).
En el siglo VI se introduce desde China el budismo que intenta reemplazar al
sintoísmo. Pero la exigencia es resistida por el Pueblo. Sin embargo, el poder de acomodo
que ya está entronizado en la sangre japonesa, se pone una vez más en juego. Después de un
par de siglos, encontramos un dualismo sintoísta-budista perfectamente armónico. Algo
parecido se da con los otros muchos aportes de la cultura china que el localismo se muestra
reticente de seguir aceptando sin examen. Corre el siglo VIII con un Japón de cinco millones
de habitantes.
En 1192, el poderoso clan Taira que dominaba a la familia imperial, cae derrotado
por los Minamoto. Frente a un Emperador debilitado, Yoritomo Minamoto toma la
administración total del país pero sin mancillar la imagen del 'tenno' frente a los ojos del
Pueblo. Así surgen los 'shogun' que bajo supuesta dependencia imperial, regirán al país con
poderes absolutos hasta mediados del siglo XIX. (Casi siete siglos). A su lado están los
'samurai' (guerreros). Comienza a sistematizarse la difusión de información manipulada
según los intereses del "shogunato".
En el siglo XIII los mongoles que han dominado el Asia, exigen el vasallaje de Japón.
Pero Japón responde con las cabezas de los emisarios. En 1271 y luego en 1279, el khan
Khubilai envía 900 barcos y decenas de miles de combatientes para someterlo. Japón, a pesar

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

de sus limitaciones militares confía en el triunfo por superioridad racial y gracia divina. Y
los 'kami' protectores así lo demuestran. En ambas ocasiones, los 'kamikaze' ("vientos
divinos") diezman de un soplo a los invasores. Ahora Japón reafirma el poder invencible de
la raza.
Durante la segunda mitad del siglo XVI las rivalidades por alcanzar el shogunato se
generalizan ("país en guerra"). El sueño del poder se acerca con los triunfos y se esfuma
con las derrotas. Los nombres de belicosas familias (los señores de la guerra) se destacan o
se borran del pizarrón de los encuentros. Pero estas calamidades también aportan beneficios.
Los señoríos, necesitando de mayores recursos, introducen mejoras en la agricultura, la
minería, las comunicaciones, el comercio y la artesanía. A pesar de los caídos, la población
japonesa se eleva a 16 millones. En 1603 el triunfador absoluto es Ieyasu Tokugawa. La
dinastía de los Tokugawa (era Edo) gobernará a Japón por dos siglos y medio.

EL NACIONALISMO: A partir del siglo IX, una fuerte corriente nacionalista se ha


impuesto sobre lo extranjero, validando sólo lo "japonizado" ( escritura, alimentación,
vestuario, artes, pensamiento, tradiciones, etc.). Este nacionalismo logra su máxima
expresión durante la era Edo. Para asegurar un Japón íntegro, perfectamente definido en
origen, tradición e historia; todo se registra y reglamenta. (El ser y quehacer japonés como
una sola unidad). Su aplicación alcanza máxima efectividad durante los dos siglos de
'sakoku' (encierro voluntario sin influencia extranjera). La familia Yamato vive el orgullo
de ser lo que es.

PRESIONES EXTERNAS Y CAMBIOS: En 1853 el caos entra sorpresivamente a la casa


japonesa. El capitalismo de Occidente con bandera norteamericana, ya no viene a indagar
posibilidades de apertura como en 1846, sino a exigir un Japón abierto al comercio
internacional. Será un momento crucial y vergonzoso para esta Nación forjada en el
aislamiento y sustentada en el honor, el valor, el nacionalismo y el desprecio al extranjero.
Ante el poder irrebatible de armas superiores, el acosado 'shogun' debe acepar la apertura de
los puertos de Shimoda y Hakodate (1854). Las críticas y los repudios se multiplican. ¡La ley
ha sido violada y los "bárbaros" pisan impunes la tierra nipona!. En 1856, la nueva exigencia
de un tratado formal de comercio ahondan las discrepancias. Pero el brutal sometimiento

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de China por Francia e Inglaterra, hacen escoger al 'shogún' el mal menor y en 1858 firma
un infamante tratado con beneficios leoninos para el dominante. (Luego le siguen otros con
Francia, Inglaterra, Holanda, etc.). El 'Tenno' hace escuchar su desaprobación suprema,
ahora rodeado de adeptos que exigen el fin de los shogunatos. Las diferencias dividen a
Japón por una década entera, primando el odio, el terrorismo, las intrigas, las traiciones,
los crímenes, sangrientas batallas y acuerdos no respetados y que por cierto, sólo benefician
a los propósitos extranjeros. En 1860, representantes del shogunato han ido a Estados Unidos
y frente al asombroso desarrollo tecnológico y militar observado, deben reconocer el atraso
y la vulnerabilidad japonesa. En 1868 el último reducto opositor ha caído y el 'Tenno'
recupera todos sus atributos ancestrales aun cuando ya nada puede ser como antes. Se inicia
la era Meiji (Restauración y Modernización). Su consigna es ahora "Civilización e
Ilustración". En 1871, una misión diplomática imperial encabezada por Tomomi Iwakura,
visita Estados Unidos y once países europeos, aprendiendo y negociando tratados más justos.
Pero sólo se logra una sentencia y un dilema: No habrán tratos igualitarios mientras los
poderosos consideren que negocian con bárbaros. Por tanto, Japón debe decidir entre
transformarse en colonia de Occidente o ilustrar a su gente y retomar sus propias riendas
bajo nuevas estructuras.
Para concretar su salto adelante, Japón se impone objetivos inmediatos: a)
modernizar las estructuras gubernamentales desechando todo lo obsoleto, b) abrirse a los
países del mundo, c) industrializarse y comerciar internacionalmente d) crear un moderno
ejército al servicio imperial y e) hacerse hegemónicos al interior de Asia. Los violentos
cambios incorporados de la noche a la mañana dejan tras sí a millones de víctimas de todas
las clases sociales. Pero el daño colateral no cuenta porque es el precio que se paga para
mantener en pie a la familia Yamato. Se toman los bienes que dan relevancia a Occidente,
se crean cuadros gerenciales medios para llevar al tablero el diseño de sus componentes y se
prepara a una multitud de operarios leales y eficientes que lo fabrican todo, en menos tiempo,
menores costos y mejor calidad. A la par, las misiones comerciales y el ejército aseguran
un flujo permanente de materias primas. Japón levanta la cabeza como un industrial
competitivo, mientras emerge una clase media ilustrada y organizaciones radicales que
exigen justicia ('gi'). A la par, todas las instituciones incluyendo la familia, participan en una
educación masificada con redoblados énfasis en un nacionalismo para honrar al 'tenno', vivir

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en paz y proteger a la Familia. El código 'Bushido' de los 'samurai' inspira muchas de estas
enseñanzas.
En apenas cuarenta años Japón ha pasado del feudalismo al modernismo, ganándose
la condición de "potencia mundial" al triunfar en la guerra Ruso-Japonesa (1904-05). El
Pueblo increpa al ejército por no traerle la cabeza de Rusia. La Gran Guerra (1914-18)
contribuye indirectamente a su desarrollo y a su expansión territorial y comercial. Pero las
vicisitudes internas agudizadas, desembocan en un poder militar dominante que se da mañas
para una nueva forma de shogunato que opaca al poder imperial. Años después, la consigna
"Asia para los asiáticos" se hará detonante para la Guerra del Pacífico dentro de
desigualdades bélicas manifiestas (1941-45). Y los 'samurai' abolidos hace ochenta años,
vuelven a los campos de batalla para hacer 'gyokusai' (muerte antes que rendición) por el
honor de la Familia, mientras los jóvenes 'kamikaze' se suman a esta orgullosa y obligada
entrega de vidas. Las arrasadas Hiroshima y Nagasaki ponen al emperador Hirohito frente
al dilema de honor o vida. Y debe escoger el aparente deshonor frente al mundo porque tras
él está la diezmada familia Yamato que necesita de su presencia para volver a sacarla
adelante. Una vez más Japón está sumido en el caos esperando que hablen las fuerzas del
destino. Y porfiadamente, renace de sus cenizas con nuevos bríos, llegando a ocupar un
lugar en la cumbre mundial. Pero, lo que aun no logra, es completar su proceso de
reacondicionamiento a la nueva realidad. La desarmonía reinante por este proceso
inconcluso, se manifiesta con escisiones peligrosas a nivel generacional. Es la gran
discrepancia entre el individualismo occidental y el colectivismo japonés.

DEL JAPONES AL JAPONES-CHILENO: Dentro del proceso de Modernización y


desarrollo del militarismo expansionista, surgen los 'dekasegi' externos (emigración por
trabajo). Había que llevar afuera la presencia japonesa y disminuir en algo las demasiadas
manos desocupadas y hambrientas que incrementaban las revueltas. América fue el
continente que más se abrió a ellos pero, no todos sus países. Chile se negó rotundamente a
recibir oficialmente a grupos "amarillos" porque no tenía ni voluntad ni recursos para hacerlo.
Ya estaba comprometido cultural y políticamente con el mundo europeo que lo acosaba con
pertinaces petitorios para traer gentes de sus países asolados por la guerra y la miseria.

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Pero a pesar de ello, van entrando a estas tierras, de uno en uno, jóvenes aventureros
japoneses que quieren conocerlo todo, escapando por un tiempo de las inestabilidades de la
Patria y del ejército que busca sangre fresca para llevarla a las tierras extranjeras que invade.
La mayoría sólo viene de paso pero algunos, programan permanencias algo mayores,
pensando siempre en el retorno. No se trata de míseros con sólo esperanzas sino de jóvenes
intelectuales procedentes en su mayoría, de esa clase media que ha emergido a fines del
siglo XIX con recursos suficientes para solventar las costas del viaje. Pero aquí nada es fácil
para ellos. Ni idioma ni costumbres facilitan la comunicación, las fuentes de trabajo son
escasas y de nivel primario y ni Chile ni Japón reconocen sus existencias. Otro agravante son
sus procedencias de prefecturas diferentes, su escaso número y sus llegadas dentro de hojas
distintas del calendario. Con la soledad y el desamparo a cuestas, deben echar mano a su
poder milenario de sobrevivir cambiando. Se hacen trashumantes y se acomodan a cualquier
trabajo. Total, todo trabajo que no transgreda las leyes morales es digno. Y se hacen
peluqueros, masajistas, traductores, tintoreros, floricultores, pequeños comerciantes,
fotógrafos, empleados, etc.; probando aquí y allá, en esto o aquello. A su favor, tienen sí a
un Pueblo que los acoge amistosamente en sus campos y barriadas. Pero el fruto que
cosechan es demasiado escaso y la permanencia temporal se sigue prolongando. Los menos
logran el regreso pero las mayorías siguen entrampadas buscando respuestas. Por lo demás,
la Historia local y del mundo juegan en su contra.. El salitre sintético, el despilfarro
gubernamental, la imprevisión, la deuda externa y la crisis del 30, han puesto a Chile al
borde del descalabro. En 1930 el censo habla de 671 japoneses con sólo 116 mujeres.
Para los solteros, después de casi diez años promedios de espera sin poder optar por
el retorno, hace crisis la autocrítica a sus existencias banales sin Familia. Los que pueden,
viajan a Japón y traen una esposa, otros, la solicitan por fotografía ('shashin kekkon'), el resto
no lo hace porque: a) no cuentan con recursos suficientes y b) porque las leyes de la patria
se han diluido. Las experiencias recogidas de esta cultura ajena que se va haciendo amigable,
la total ausencia del grupo contralor que regía todos sus pasos y el aprendizaje de un Yo que
tiende a reemplazarlo; los hacen enfrentar el problema existencial con ojos nuevos. Así,
surgen los matrimonios mixtos donde una criolla lidera una familia que debería tener
predominancia japonesa. Pero la realidad es otra. El choque de dos culturas opuestas no
logran armonizar resultados. El poder criollo se impone sin contrapesos. Es toda una

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comunidad contra un solo hombre que no cuenta con respaldos para defender su aporte. Así,
aparecen los descendientes mestizos que crecen embebidos en la cultura local. Algo mejor
sucede con el producto de los casados entre pares pero la calle, les va arrebatando buena
parte de sus logros. La Segunda Guerra Mundial los remece con nuevas inseguridades y el
20% de los residentes (948 según censo de 1940) es abusado con deportaciones, relegaciones
y expulsiones.
Mientras cada cual rehace su vida después de la guerra, deben reconocer que su escala
valórica ya no es la misma que la que trajeron. Han perdido la pureza de la raza y han pasado
a ser híbridos culturales: "extranjeros". En buenas cuentas se han transformado en
"japoneses-chilenos". Por lo demás, han adquirido 'giri' con esta tierra (compromiso por
justicia) y la Patria lejana ha pasado a ser un respetable sueño. Ahora el deber se centra en
esta tierra y en seguir dando honorabilidad a la Familia. Para ello se imponen tres principios:
a) renunciar al retorno a Japón, b) pagar su 'giri' con la Educación de los hijos y c) entregar
descendientes que respeten y aporten a su Patria.
Y los hijos, nietos y bisnietos se formaron y se forman dentro de esta senda
trazada por estos primeros padres y, los "nikkei-chilenos" al igual que cualquier otro nikkei
nacido en tierra americana, siguen y seguirán, conscientes o inconscientemente, recibiendo
chispazos de esa herencia ancestral que de cuando en cuando, los hacen mirar a Oriente.

FUENTES:
- "Historia de Japón" - Yukio Kaibara - F. Cult. Econ. - México - 2000.
- "¿Qué es Japón" - Taichi Sakaiya - Edit. Andrés Bello - Chile - 1996.
- "Encyclopedia of Japanese Descendants in the Americas" - Japanese American National
Museum - USA. - 2002.
- "Japoneses Chilenos" - Ariel Takeda - Chile - 2006.
- "Introd. a la Cultura Japonesa" - Hisayasu Nakagawa - Edit. Melusina - España - 2006.

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“TRES MOMENTOS EN EL PROCESO DE MODERNIZACIÓN DE LAS ARTES VISUALES JAPONESAS:


RESTAURACIÓN MEIJI, EL GRUPO GUTAI Y LA ESCENA POS HIROHITO”

María José Delpiano K.

El propósito de esta ponencia es reflexionar sobre el proceso de modernización que


se dio lugar en las artes visuales japonesas tras la apertura del Japón al occidente en 1868. Se
han elegido tres momentos que a mi juicio resultan claves para estudiar las diferentes salidas
a una problemática impulsada desde la Restauración Meiji, y que hasta el día de hoy sigue
guiando el trabajo de artistas y críticos en torno a lo que significa producir arte japonés: cuál
es el papel de lo local en el ámbito internacional, y qué peso tiene o debe tener lo exógeno
(básicamente lo occidental) en la producción artística nacional. Pero este cuestionamiento
cobra sentido en la medida en que se vincula a un objetivo más general que la mera
modernización de la práctica artística, ese es, la generación de estrategias eficaces que logren
inscribir la plástica japonesa en la denominada ‘gran’ historia del arte.

En un primer momento, la Restauración Meiji instituye oficialmente, por medio de


un mandato imperial, la apertura del país al modelo eurocéntrico, iniciándose así la vida
moderna en Japón 92 . La creación, por una parte, y consolidación 93 , por otra, de lazos
económicos con países occidentales, la asimilación de sus esquemas militares y la emulación
de los cánones socioculturales fueron los elementos fundamentales donde el proceso de
modernización japonés engendró su proyecto. Los modos de vida tradicional debían,
sucesivamente, ceder el paso a la modernidad, es decir, a una forma de observar y estar en el
mundo acorde con los nuevos tiempos, con el gusto insaciable por la novedad y el cambio,
por el progreso.

La era Meiji invirtió mucho dinero enviando más de seiscientos hombres a Europa
para que observaran y aprendieran los modelos foráneos de organización económica, militar,
y cultural; una vez de vuelta en Japón, aquellos conocimientos debían ser transmitidos y

92
García Gutiérrez, Fernando. Japón y occidente: influencias recíprocas en el arte. Sevilla: Guadalquivir, 1990.
93
El único país que mantuvo relaciones comerciales con el Japón luego de la política de clausura del s. XVII fue
Holanda, país por el cual la cultura japonesa comenzó a difundirse progresivamente por Europa.

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asimilados de manera que generaran un modelo propio, que incluso superara al original. Pero,
¿cómo se lleva a cabo en la práctica esa estrategia? Al menos el sistema económico y el
militar encontraron relativamente en poco tiempo el mecanismo adecuado para alcanzar los
objetivos, sin embargo, no ocurrió lo mismo en el ámbito cultural.

En un principio, la asimilación de los cánones europeos pareció ser admitida por los
japoneses sin mayor resistencia, no obstante, aquello parecía ser más un encuentro lúdico que
la sistematización de una búsqueda para la generación de la anhelada revitalización de la
tradición a partir de los elementos modernos.

“…las nuevas arquitecturas de los centros oficiales, bancos, estaciones de tren,


seguían los modelos y estilos de la moda en occidente (…) las recepciones
oficiales y el protocolo se adaptaron a la manera occidental, y los quimonos
de ceremonia fueron sustituidos por trajes de chaqueta (…) esta actitud de
adoptar los modos occidentales tuvo mucho de teatral, ya que en privado el
ritmo de vida, la vivienda y la vestimenta seguían siendo japonesas.” 94

Por su parte, el desarrollo de las artes en esta época cobró mínima importancia frente
a los logros alcanzados a corto plazo en los planos militar y económico. 95 En realidad, el arte
japonés de la primera década de la Restauración Meiji no precisó renovarse, la producción
de arte tradicional logró ser ampliamente admirada y reconocida fuera de los límites de la
isla; el trabajo artístico entonces se encaminó, por una parte, hacia la continuidad con los
esquemas tradicionales y por otra, hacia la declarada imitación de los patrones occidentales.
Es recién en la década de 1880 donde se inicia la discusión sobre el papel de lo local y lo
foráneo en el arte japonés; y sobre el lugar de la producción nacional en la esfera internacional.
Si Japón quería legitimar su arte en el contexto internacional, debía necesariamente
modernizarse y tratar de responder preguntas como: ¿qué posición debe tener Japón frente a

94
Cabañas Moreno, Pilar. “Bigaku. Sobre los comienzos de la crítica de arte y la teoría estética en Japón”. En:
Anales de la Historia del Arte. Universidad Complutense de Madrid, 1999. p. 367.
95
Ibíd.

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su propia producción artística dentro del contexto de modernización?, ¿cómo debe ser un arte
japonés moderno?, ¿de qué manera se instala el arte japonés en el ámbito internacional?

El arte del pasado había fascinado a los extranjeros, pero el gusto por lo exótico relegó
la producción tradicional a la sección del margen. El arte europeo había absorbido ciertas
estéticas japonesas, pero luego de ello, éste no ya tenía más que ofrecerle. Para Europa, el
arte japonés de ningún modo podía compararse ni valorarse en el mismo rango que la
producción occidental hegemónica. La única forma en que Japón podía inscribirse en la
historia del arte era mediante la indicación de sus influencias estéticas en ciertos artistas
impresionistas y postimpresionistas. Ellos observaron el particular modo en que los japoneses
utilizaban la perspectiva, el color y la luz en el arte tradicional (y sobre todo en el Ukiyo-e),
y lo aplicaron a sus propias indagaciones y experimentaciones en torno a los recursos
formales de la pintura.

Por otra parte, el arte occidental había fascinado a los japoneses, y un número
importante de artistas e intelectuales pensaba que la producción de obras debía dejar atrás
completamente la tradición para centrarse en el estudio del canon occidental. En este
panorama y desde la década de 1880, sabidos son los esfuerzos de Ernest Fenollosa y su
discípulo Okakura por demostrarles a las propias autoridades japonesas la gran relevancia
que el arte tradicional tenía para el país 96 . No interesa mayormente ahondar en los
planteamientos de Fenollosa, sino más bien apuntar al hecho de que gracias a sus
indagaciones y propuestas, el discurso sobre arte en Japón comenzó a sistematizarse y a
generar una reflexión crítica bastante más rigurosa que la que había tenido lugar en décadas
anteriores.

Pero lo primero que debió hacerse fue acuñar un concepto para las bellas artes
(bijutsu), concepto inexistente en Japón pues para el mundo premoderno no existía diferencia
alguna entre aquél y la artesanía o artes decorativas (geijutsu), así, el arte japonés por primera
vez en su historia es asumido como ‘arte’. También hubo que separar el modo de
representación al estilo japonés (nihonga) del occidental (yôga), y además establecer un
nombre para la disciplina que versaba sobre el estudio de la belleza; para la estética (bigaku):

96
García-Gutiérrez, Ibíd.

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“La palabra bigaku aparece acuñada por primera vez en 1883 (…) para traducir el término
occidental ‘estética’, y no como necesidad surgida desde el interior del pensamiento y la
sociedad japonesa”.97 Todo esto aporta a la idea de que el desarrollo del discurso sobre arte
pasó a ser un tema central dentro de las preocupaciones de los expertos e intelectuales de la
época. El avance más importante de la era Meiji en torno a los esfuerzos modernizadores
recayó sobre este punto: no era posible modernizar la práctica del arte sin que se diera lugar
la sistematización del ejercicio discursivo.

Dentro de la práctica de arte propiamente tal, y en los últimos quince años del siglo
XIX aparecen simultáneamente en escena quienes reproducen el patrón tradicional, quienes
siguen el canon occidental y quienes hacen un esfuerzo por definir, tal vez sin muchos
resultados relevantes, cómo es que el arte japonés debe modernizarse. Japón era algo nuevo,
una especie de conjunción entre ambos mundos, pero en realidad, nadie sabía con certeza
qué quería decir eso. El papel de las instituciones fue clave, por ejemplo, la Universidad de
Bellas Artes de Tokio (fundada en 1887) contrató artistas europeos para que enseñaran las
técnicas occidentales a sus estudiantes, quienes además tenían a su disposición cursos de
pintura y grabado al estilo tradicional, no obstante, el trabajo de hallar los elementos plásticos
para dar cuenta de un arte renovado, acorde a los nuevos tiempos, recayó siempre en la figura
del artista. Por su parte, el museo (que es en términos culturales la institución moderna por
excelencia) también efectuó un rol decisivo al ser agente primordial en la conformación de
un sistema del arte.

Progresivamente el país asiático fue ingresando de lleno a la escena económica y


política mundial, ya en los años ‘30 sufría en carne propia los embates de la crisis de 1929,
hacia 1945 participaba casi de igual a igual con las grandes naciones occidentales en la
Segunda Guerra Mundial y ya para el año 1970, se consolidaba en el mercado internacional
como la segunda potencia comercial tras Estados Unidos. En cien años se había producido el
milagro, Japón traspasó la barrera del margen y se ubicó en el centro junto al eje
euroamericano, convirtiéndose así en el paradigma del proceso modernizador.

97
Cabañas, Pilar, Ibíd., pp. 375- 376

132
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Con la entrada al circuito hegemónico y la propia conciencia de aquello, la diferencia


económica que se generaba a finales del siglo XIX entre Japón y Europa quedaría de cierta
manera abolida, pero ¿qué ha ocurrido con las artes visuales?, ¿ha alcanzado dentro del
circuito internacional el mismo nivel que la producción europea y estadounidense?, en otras
palabras, ¿alcanzó la práctica artística lo mismo que logró la economía y, en su momento, el
campo militar 98?

Durante las primeras décadas siglo XX, las vanguardias históricas se instalaron en la
escena japonesa; el Expresionismo alemán, pero sobre todo el Surrealismo fueron dos de los
movimientos de mayor difusión y expansión en el territorio nipón 99 . Esas incursiones
tuvieron diversos resultados. Por una parte, se produjo una mera sujeción al modelo, o sea,
elaboración de trabajos más bien insípidos, que indicaron, más que nada, el provincianismo
de los esfuerzos locales por integrarse a los estilo de moda. Bajo este panorama, puede
deducirse que la influencia japonesa en estos movimientos fue escasa.

No obstante, la necesidad de saberse parte de la vanguardia internacional estuvo


también cruzada por la discusión acerca del lugar de lo propio, esto colaboró en ocasiones a
marcar la tendencia marginal pues lo japonés se materializó fundamentalmente como motivo
temático y no logró cruzar la línea de la mera transposición de un canon. Eso sí, debe
reconocerse el esfuerzo de autores como Fukuzawa que abogaron por realizar una relectura
o, como dice el crítico John Clark, interpretación de los manifiestos y planteamientos del
Surrealismo europeo para desde ahí generar obra100. En este sentido es importante rescatar lo
que a juicio de Clark es el gran aporte de esta etapa del arte japonés: la toma de posición por
parte de los artistas japoneses frente a los preceptos de un fenómeno artístico foráneo,
cuestión que difería radicalmente de lo vivido en los últimos años del siglo recién pasado. El

98
Se hace la precisión, ya que luego de la Segunda Guerra Mundial el ejército japonés debe cesar su
funcionamiento y por lo tanto, su progresivo desarrollo; esa fue una de las cláusulas impuestas por Estados
Unidos a Japón al momento de firmar su rendición en 1945. Hasta el día de hoy, el país asiático sólo cuenta
con fuerzas de orden internas y en su costa oeste, de norte a sur, se encuentran bases del ejército
estadounidense.
99
Lieberman, William S, en: The new Japanese painting and sculpture, catálogo de la muestra. New York: The
Museum of Modern Art, 1966.
100
En: “Artistic subjectivity in the Taisho and early Showa avant-garde”. En: Japanese art after 1945: scream
against the sky. New York: H. N. Abrams, 1994.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

punto bajo fue la enceguecida postura de la crítica local cuyo interés no recayó en este asunto,
sino más bien en la desaprobación de una producción que no hacía más que imitar.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, en la década de los ‘50 (1954), el grupo Gutai
comienza su trabajo artístico de la mano de su fundador Jirô Yoshihara en la localidad de
Osaka. Los postulados y la obra de esta agrupación fueron, en su momento, muy criticados
por la escena de Tokio; quienes desde finales de los ‘40 se veían influenciados por las
tendencias Social-realistas que, basadas en ideas marxistas y en temáticas relativas a la
alienación existencial, imperaban en la esfera internacional. 101 Durante varios años, la crítica
local no valoró el trabajo del Gutai (tendencia que marca la historia del arte moderno en
Japón y que seguirá manteniéndose hasta entrada la década de los ‘90), sin embargo, desde
Europa y Estados Unidos sus fundamentos llamaron la atención, sobre todo de los pintores
informalistas.

Los artistas del grupo no sólo se dedicaron a la pintura, sino que también abrieron el
campo hacia las instalaciones (tanto en interiores como al aire libre), los eventos de acción,
el cine experimental, la música, y los actos performáticos102. Una de las ideas básicas que
movilizaron al Gutai fue la del desarrollo de la creatividad, había que sacar del estancamiento
a la plástica japonesa empantanada en los infructuosos intentos por renovar la tradición y
enceguecida por el aplastante influjo de los movimientos vanguardistas europeos. Para ello,
emprendieron una búsqueda que los llevó a probar nuevas materialidades, soportes y formas
de ejecución, cuestión que contribuyó a expandir la noción de obra y por tanto, la manera en
que se concebía la práctica de las artes visuales al interior del país.

Yoshihara declara en el manifiesto de 1956 que la vida en el mundo contemporáneo


debe fundarse en la interacción entre espíritu humano y la materia; y que las formas de arte
convencional no tendrían sentido en este contexto.103 Para el Gutai la materia, al igual que lo
humano, tiene una propiedad esencial que es el espíritu, y el momento de la creación artística

101
Munroe, Alexandra. “To Challenge the mid-summer sun: the Gutai group”. En: Japanese art after
1945: scream against the sky.
102
Ibíd.
103
Ibíd., p. 84

134
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lo que hace es relacionar simultáneamente la energía de ambos, espíritu humano y materia:


Gutai Art does not alter the material. Gutai Art imparts life to the material. Gutai Art does
not distort the material. In Guati Art, the human spirit and the material shake hands with
each other, but keep their distance.104

En este sentido, las obras no transmitían ningún significado simbólico, ni escondían


un mensaje que debía ser estudiado y descifrado; en realidad, la pintura como producto final
no era valorada (de hecho, los trabajos de la primera exhibición fueron quemados tras acabar
la muestra), lo importante era el proceso, la experiencia del ‘hacer’ en el sentido de los actos
cotidianos donde todo es transitorio; esa era la concepción estética que debía regir. La pintura,
entonces, era “(…) una forma de arte que grababa los procesos de su propia creación.”105 La
figuración, el objeto representado, la ilusión pictórica fueron reemplazados por la
“manifestación de la presencia concreta del material” 106 Siguiendo esta línea, la pintura como
acción, era lo que verdaderamente estaba en juego en el momento de la ejecución. La apuesta
modernizadora del movimiento se fundamentó en la reflexión sobre los recursos formales de
la plástica, a partir del pensamiento y la estética tradicional.

Si bien Yoshihara desde un principio quiso internacionalizar el trabajo del


movimiento (hizo traducir el manifiesto al inglés antes de publicarlo y produjo una revista
cuya finalidad era difundir la obra y el pensamiento Gutai fuera de la isla), su real objetivo
no llegó a ser comprendido ni por occidentales ni por los propios japoneses. El grupo deseaba
instalarse como la primera vanguardia moderna del Japón; para esto la modernización de las
artes visuales debía efectivamente pensarse y cimentarse a partir de lo local, dejando de lado
la inoperante labor de acomodo del canon plástico euroamericano a los elementos
tradicionales. Eso sí, el anhelo vanguardista quedaba inconcluso si en el exterior aquél no era
reconocido ni valorado.

De esta manera, los pintores y artistas del movimiento no ejercieron su disciplina al


margen de lo que ocurría en occidente, es decir, no cerraron sus fronteras ni se aislaron en la

104
Yoshihara, Yirô. Gutai Art manifesto. Citado en: Munroe, Alexandra. Ibíd.
105
Munroe, Alexandra, op cit., p.92. (Traducción propia)
106
Ibíd.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

provincia de Osaka, todo lo contrario, admitieron conocer el trabajo de Pollock, Tapies,


Motherwell, entre otros, se contactaron con críticos foráneos, organizaron exposiciones y
muestras (tanto con los extranjeros como sin ellos) dentro y fuera del Japón. Sin embargo, el
Gutai procuró no ver involucrado su desarrollo artístico con el de la escena europea y
estadounidense, en otras palabras, sus indagaciones tanto en los modos de producción como
en los planteamientos estéticos del género pictórico siempre buscaron su fundamento en las
ideas que habían dado vida al movimiento. Esas ideas estaban en franca conexión con el
pensamiento del budismo Zen (la educación del cuerpo, la percepción del tiempo como
impermanencia y eterno presente, las nociones de superación de los opuestos y de desapego,
entre otros) y por tanto, con la tradición japonesa. Con todo, el objetivo no estaba puesto en
revitalizar o modernizar la tradición, sino más bien en crear una forma de arte moderno, que
fuera reconocida como tal por el occidente hegemónico, utilizando los elementos del
pensamiento y la estética del Japón como estrategia de recotextualización territorial de la
producción local en el ámbito internacional. Acá comienza a dibujarse un planteamiento que
la crítica japonesa a partir de los ‘90 valorará bastante y tratará de difundir dentro del sistema
del arte: la idea de cerrar fronteras.

Pese a todos los esfuerzos por “reclamar por un nuevo territorio estético” 107, el grupo
se enfrentó a una variable que no había sido considerada: la posición que le adjudicaría la
crítica extranjera en el contexto internacional.

El expresionismo abstracto y el informalismo francés absorbieron, mediante la crítica,


el trabajo del grupo tachándolo, según fuera el caso, de ‘informalismo’ o ‘expresionismo
abstracto japonés’. Con este gesto, efectivamente el Gutai pasó a ser reconocido por el
discurso del centro, no obstante ese reconocimiento sólo fue posible por medio de la
homogenización, o sea, de la inclusión del trabajo del movimiento dentro los parámetros
vigentes del canon occidental. El Gutai podía ser entendido como vanguardia fuera de los
límites de su territorio sólo en la medida en que formara parte de la vanguardia euroamericana.
Así, las pretensiones del grupo de ser identificado como un movimiento independiente se
vieron frustradas por la descontextualización de su producción; Japón había entrado a la

107
Ibíd., p. 89

136
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

historia del arte occidental como un anexo, la especificidad, el subtítulo de un capítulo


protagonizado al final y al cabo, por los mismos de siempre.

El parámetro de lo moderno (vanguardia) en la cultura y las artes estaba todavía fuera


del Japón, por eso el afán de visibilidad en Europa y Estados Unidos. Pero, al ingresar a la
esfera internacional el Gutai se encontró con una producción que poseía características
similares a la propia. De alguna manera, los artistas occidentales habían llegado, por otro
camino, a conclusiones parecidas y se habían nutrido en el estudio del pensamiento japonés
y oriental para desarrollar sus planteamientos. Por eso los japoneses no estaban haciendo algo
nuevo, sino tan solo, algo análogo a ellos. En cierta medida, occidente aún seguía valorando
al Japón por el aporte que podía generar a su plástica, y no reparaba en lo que estaba
realmente ocurriendo: los esfuerzos modernizadores del arte japonés comenzaban a
concretarse y ser efectivos.

Pese a lo anterior, y como ya se ha mencionado, la crítica en Japón ignoró al Gutai


durante muchos años, por lo que su papel dentro de la plástica nacional estuvo bastante
tiempo sin poder estipularse. Careciendo de una valoración interna, que era la que finalmente
tenía un rol determinante para explicitar la importancia del grupo como agente modernizador
de las artes visuales al interior del país, resultaba muy difícil que en el exterior se legitimara
ese esfuerzo por sobre el afán comparativo y homogenizador.

El trabajo del grupo constituyó un paso determinante al interior de la escena japonesa


pues permitió generar una nueva plataforma para pensar los estados de oscilación del arte
entre lo local y lo internacional. Si alguna vez Japón lograba ingresar de lleno al espacio
artístico del centro, ¿podría mantener en alguna medida su carácter local?

Los casos de artistas como Name June Paik en las artes de acción, Yoko Ono en
Fluxus y On Kawara en el arte conceptual, ejemplifican el activismo que los japoneses
tuvieron al interior de los movimientos artísticos internacionales en la década de los ‘60 y
‘70. No es que, como en Gutai, lo japonés buscara ser una reconocida escena de vanguardia
a nivel internacional, ahora existía una postura frente al arte que iba enriqueciéndose por los
aportes que los diferentes artistas hacían a ella, independientemente de sus lugares de origen.
Esos nombres se inscribieron en la historia del arte en un momento en que las fronteras se
desdibujaban, por ejemplo, no importaba tanto hacer arte japonés, sino hacer arte Fluxus.

137
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

A mi juicio, varios de los trabajos de estos artistas perdieron, en cuanto a propuesta


estética, sus vínculos con lo japonés, entonces, ¿puede producirse arte de reconocida
significancia en un contexto internacional sin desvincularse de los elementos del lugar de
origen?

Con el boom económico de 1980, Japón ingresa al mercado del arte contemporáneo
casi sin ningún obstáculo.108 El mercado ha abierto la puerta de par en par, por lo que la labor
del artista y del crítico se centra ahora en buscar y consolidar las estrategias más eficientes
para superar la competencia y conseguir un espacio de visibilización en la esfera global.

A pesar del innegable lugar central que ha alcanzado Japón dentro del contexto global,
los artistas visuales contemporáneos japoneses generaron (y continúan haciéndolo)
estrategias estéticas de reterritorialización que permiten imponer una diferenciación local de
su producción en la esfera internacional. Volver a ‘cerrar las fronteras’ comenzó a ser una
tónica que vitalizó, junto con otros elementos contextuales, la plástica desde 1990. Pero, ¿Por
qué volver a ‘lo japonés’? A mi modo de ver, hubo dos elementos que cobraron importancia
para responder a esta pregunta: los cambios sociales producidos por ciertos acontecimientos
históricos y la llamada japonización de la cultura alrededor del mundo.

En los años ’90 se produce en el país asiático un cambio cultural muy importante que
repercutirá en el ámbito de las artes. La muerte del emperador Hirohito en enero de 1989
marca el fin de una era que se extendió por más de seis décadas en la cual el sistema imperial
fue tan jerárquico, intransigente y estático como el premoderno o feudal. Tras el entierro del
emperador, salieron a la luz los múltiples abusos cometidos dentro de su mandato tanto al
interior del territorio nipón como fuera de él. Las irregularidades cometidas por las
autoridades, las violaciones a los derechos humanos, la enceguecida posición de Japón
durante la Segunda Guerra Mundial, fueron sólo algunos de los hechos que marcaron el
mandato de Hirohito y que en los primeros años de la década de 1990 se difundieron por
muchos estratos de la sociedad japonesa. Aquello generó un destape crítico al interior del

108
Tomii, Reiko. “Infinity nets: aspects of contemporary japanese painting”. En: Japanese art after
1945: scream against the sky.

138
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

país en el cual se pusieron en tela de juicio, por primera vez, cuestiones consideradas tabú
para el pueblo nipón como por ejemplo, la labor de las estructuras políticas imperiales 109.

El bastión tradicional que impedía la crítica abierta a los sistemas de poder en Japón
se agrietó y por lo tanto, fue posible que desde el arte se levantaran voces que revelaban el
estatuto anacrónico de una tradición infructuosamente modernizada, la gran corrupción de
los sectores políticos, la economía de explotación, la demente cultura del consumo, la falta
de cuestionamiento de una occidentalización a toda costa, la competencia, la depresión, el
suicidio…

El tema de la autorreferencia crítica en las artes visuales marcaría el final de las


tendencias vanguardistas de postguerra y abriría un nuevo camino en la plástica japonesa
caracterizado por una ‘estética postmoderna’ 110. En esta línea, la pregunta por cómo es el
Japón contemporáneo comienza a ser fundamental a la hora de trabajar en los procesos de
producción de obra. La respuesta, evidentemente, no precisaba ser contestada sino más bien
reflexionada y discutida; para ello los artistas se valieron de los múltiples recursos que a esas
alturas habían recalado en el país (absolutamente inserto en la esfera global), provenientes
de todas las épocas y lugares del mundo; de ahí su carácter ‘postmoderno’.

La posición de Japón es tan privilegiada en el ámbito internacional que la cantidad de


información que llega del exterior y que sale de sus límites hacia el resto del planeta, es
diversa y abundante, lo que contribuiría a la complejización de su cultura contemporánea.
Dentro de este marco de complejidad, si bien es cierto que la occidentalización del país es un
hecho consumado que ha calado hondo en los habitantes de varias generaciones, focalizando
la atención de diversos sectores en la problemática y asumiéndola de las más variadas
maneras, los propios japoneses han convenido que, desde un tiempo a esta parte, y en
distintos grados de intensidad, también el mundo ha sido japonizado. La denominada cultura
de masas ha propagado el conocimiento de la manga y el animé, cuestiones que, junto a

109
Munroe, Alexandra. “Hinomaru illumination: Japanese art of the 1990s”. En: Japanese art after
1945: scream against the sky.
110
Ibíd.

139
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

ciertos elementos relativos al pensamiento tradicional, han sido por mucho los más
difundidos en occidente, inclusive en zonas periféricas.

No interesa discutir acerca de si es pertinente o no el estatuto ‘postmoderno’ para las


artes visuales contemporáneas japonesas, importa recalcar la idea que desde los años ‘90 los
artistas echaron mano, cada vez con mayor desenvoltura, a las imágenes, íconos y signos que,
aunque remitieran a su lugar de procedencia, ya eran parte del mundo globalizado, pero ¿qué
ocurría con lo japonés? Ciertos elementos de la cultura japonesa insertos en la esfera global
debieron ser un problema a la hora de resolver cómo conseguir efectividad en las estrategias
territorialización estéticas. ¿De qué modo manipular aquello que es propio, pero a la vez parte
de la cultura global?

Los rasgos de la estética japonesa pueden ser advertidos por una gran cantidad de
habitantes del globo, pero aquello puede ser un arma de doble filo porque, de un lado, cierta
parte de la difusión y hasta legitimación de esos rasgos ya ha sido efectuada por lo que no es
necesario partir de cero, pero de otro, puede caerse fácilmente en prácticas exotistas o entrar
de lleno en el tan despreciado mainstream.

Al parecer, lo territorializador en el arte japonés de los ‘90 estrechaba sus vínculos


más bien con las posiciones críticas a los propios procesos históricos (en la política, la
economía, la sociedad, el arte), con las percepciones espaciales al interior del país (explosión
demográfica en un territorio estrecho), con el desarrollo tecnológico, entre otros. Por su parte,
más allá de los elementos temáticos o de contenido, los artistas propusieron un recurso
estético cuyos rendimientos han ido explorando continuamente desde 1990: lo ambiguo. Esto
también encuentra su raíz en la idea de lo fronterizo; marcar y desmarcar los límites. Lo
ambiguo genera zonas de indistinción, y eso ha sido un juego en el que han participado
numerosos artistas. Lo tradicional y lo moderno, lo propio y lo foráneo, lo masculino y lo
femenino, lo bello y lo grotesco, lo dulce y lo aterrador; y en otros planos, la obra y el
producto, el artista y el fabricante, la alta cultura y la cultura de masas; todo puede ser dos
cosas al mismo tiempo. El ejemplo más destacable acá es la figura de Takashi Murakami,
que colinda entre ser artista y diseñador industrial, entre el taller y la fábrica, y entre las
imágenes para niños y el horror del hongo atómico.

140
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

Desarrollar la crítica, la historia del arte y la madurez institucional al interior de Japón,


es decir, cerrar las fronteras, territorializar, es también, para algunos críticos 111 una estrategia
efectiva y necesaria para que las artes visuales japonesas consigan instaurarse como una
escena que, conservando su carácter local, se inscribe en un escenario internacional de alta
competencia crítica. Esta idea es, de algún modo, una vuelta a los postulados del Gutai
respecto de la posición de lo japonés en la producción artística; que tantos dividendos dejó a
la plástica nipona en cuanto a modernización y visibilización internacional en los años ‘50.
Esta efectiva estrategia debería englobar a todo el sistema del arte (críticos, instituciones,
artistas), y es ahí donde radicaría el nuevo impulso modernizador de la plástica japonesa en
la década de los ‘90.

Para concluir, podría decirse que desde la apertura del Japón al occidente en 1868 las
artes visuales del país han debido preguntarse continuamente por el papel de lo local en el
contexto internacional. Se han asumido diversas posturas frente a al conflicto dialéctico en
cada uno de los periodos analizados, pero finalmente, y observando su lugar en la historia,
podría resumirse a grandes rasgos que:

1. Durante la Restauración Meiji, se habría producido en las artes visuales japonesas,


lo que podría llamarse, una trascripción local de los cánones hegemónicos foráneos.

2. Tras la Segunda Guerra Mundial aparece en escena el grupo Gutai cuya obra
terminó siendo para la historia del arte, tan solo una variación japonesa del la vanguardia
occidental.

3. Luego de la muerte del emperador Hirohito en 1989, se producen en la plástica


japonesa estrategias estéticas que permiten, manteniendo a salvo su carácter local, la
conformación de una escena artística que visibiliza y legitima su producción en el ámbito
internacional.

Bibliografía

111
Como Tarô Amano y Yumi Yamaguchi.

141
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

1. Amano, Tarô. “Some issues of circumstances: focusing on the 1990s.” En: Japanese
art after 1945: scream against the sky. New York: H. N. Abrams, 1994.

2. Cabañas Moreno, Pilar. “Bigaku. Sobre los comienzos de la crítica de arte y la teoría
estética en Japón”. En: Anales de la Historia del Arte. Universidad Complutense de
Madrid, 1999.

3. Clark, John. “Artistic subjectivity in the Taisho and early Showa avant-garde”. En:
Japanese art after 1945: scream against the sky. New York: H. N. Abrams, 1994.

4. García Gutiérrez, Fernando. Japón y occidente: influencias recíprocas en el arte.


Sevilla: Guadalquivir, 1990.

5. Lieberman, William S, en: The new Japanese painting and sculpture, catálogo de la
muestra. New York: The Museum of Modern Art, 1966.

6. Munroe, Alexandra. “Hinomaru illumination: Japanese art of the 1990s” y “To


Challenge the mid-summer sun: the Gutai group”. En: Japanese art after
1945: scream against the sky.

7. Tomii, Reiko. “Infinity nets: aspects of contemporary japanese painting”. En:


Japanese art after 1945: scream against the sky. New York: H. N. Abrams, 1994.

8. Yamaguchi, Yumi. Warriors of art: A guide to contemporary japanese artists.


Kodanacha International. Tokyo: 2007.

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

La Guerra y la Bomba Atómica como discurso expresivo en el cine de animación

por: Eduardo Francisco Ferry Aranda

De la Guerra, Japón y la Animación

La Segunda Guerra Mundial, como suceso histórico total, ha tenido una gran importancia
dentro de la historia de Occidente ya que significó no sólo un punto de ruptura del mundo,
generando la polaridad Este y Occidente, si no que además se presenta como una de las
fracturas importantes que delinean nuestra llamada post-modernidad. Este hecho, creo que
sin duda ha generado una huella muy clara sobre toda una generación, la cual ha manifestado
a partir de sus creaciones el sentimiento que estos hechos han producido en su interioridad.

Es por eso que creo que a partir de esta premisa se hace contingente realizar una
mirada crítica (de crisis) sobre lo que significó en la proyección de mundo el ataque con dos
bombas atómicas sobre las ciudades de Hiroshima y Nagasaki en Japón, en los que en ese
período eran adolescentes y jóvenes que más tarde se convertirían en los dibujantes, cineasta
y animadores de los mundos que poblarían la infancia de muchos otros. Y esto a razón de
dos causas: primero porque creo que es necesario entender un fenómeno que se presenta ante
mi propia cultura como ajeno y extraño, y segundo porque me parece relevante hacer un
estudio de un fenómeno que se aleja de lo que tradicionalmente se trabaja en estudios de cine.

La animación japonesa es un referente cultural que se manifiesta


contemporáneamente como un ejemplo de la unión que suele darse entre un objeto de
comercio y las llamadas obras de arte, y a pesar de que es un fenómeno apartado de estos
estatutos y cánones de la Academia, creo que el entendimiento de las problemáticas que
surgen tras cualquier creación, es necesario manifestar en el ámbito académico otras
expresiones que la exceden en cuanto a forma y contenido. Además creo que la animación
se presenta no sólo como una instancia de “cultura de masas” si no que posee todas las
características que se pueden encontrar en el Cine de Autor tradicional.

Cuando se trata de recorrer los orígenes de la Animación, esta se nos presenta tan
nebulosa e intrincada como lo han sido los orígenes del Cine. Como en el Cine, los orígenes

143
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

de la Animación le son atribuibles a un sinnúmero de personas, inventoras de un igualmente


incuantificable número de aparatos (que van desde los aparatos de sombras chinas, hasta el
kinetoscopio, zootropo o la linterna mágica), de los cuales se desprenden los primeros
intentos de generar movimiento (o sensación de movimiento) en objetos inmóviles. Si bien
este origen no es atribuible a una persona en particular, ya que la exploración en aparatos
capaces de generar movimiento, a finales del siglo XIX es una acción realizada en casi todos
los países desarrollados y denominables modernos (en términos occidentales) de la época
(Francia, Alemania, Inglaterra, EEUU), el consenso histórico (al igual que en el cine con los
hermanos Lumiérè) le adjudica la pionería al francés Emile Cohl, quien a principios del siglo
XX, específicamente en el año 1905, produciría el primer cortometraje animado. Este simple
procedimiento (el que consiste en exponer ante películas fotosensibles, –fotográfica– dibujos
hechos con tiza blanca sobre un pizarrón negro, para luego ser proyectados en continuo cada
fotograma –dibujo cuadro a cuadro–, en una cinta o película), es el que marcaría el hito en la
creación de animaciones, ya que sentará las bases en la técnica de producción de éstas.

Para que hubiera un desarrollo mayor, y que significara una mejora en el nivel de esta
“nueva técnica” fue necesario que otros personajes aparecieran en la escena animatográfica,
aportando otras miradas y formas a este “juguetito” de la entretención. Tal es el caso de la
figura de Walt Disney, quien será el que revestirá la mayor importancia siendo innegable el
aporte que Disney introdujo a esta incipiente industria, y no sólo por los aspectos técnicos
que muchos de sus animadores descubrieran, si no porque también se convirtió en un
referente estético para muchas animaciones, incluida la japonesa. Las creaciones de Walt
Disney serán precisamente la mayor influencia para la creación (en primera instancia) de los
mangas (comics japoneses) de Osamu Tezuka (nacido en 1928), quién es el impulsor de la
forma estética de las caricaturas japonesas, siendo su primer trabajo publicado: Shin
Takarajima (conocido como La Nueva Isla del Tesoro) en el año 1948.

Las bases de lo que será posteriormente la industria del dibujo y la Animación en


Japón, surge precisamente en la inmediatez del fin de la Segunda Guerra Mundial, período
de incertidumbre, crisis y desesperanza frente al futuro que se avecina. Desesperanza que en
muchos casos se vera reflejada en la individualidad de las creaciones animadas, y que como

144
I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

se plantea en esta exposición, será el leit motiv generador de la visión de mundo de estos
creadores.

De la Destrucción

Ante una sociedad que se ve destruida en su espacio físico, moral y político, la


respuesta que se genera es la de la destrucción. En otras palabras: estando derruidas las bases
sociales (morales, arquitectónicas, políticas, económicas) todo intento de reconstrucción de
estas mismas, tiene como respuesta final, la destrucción. Dialéctica del vaciamiento: si me
fundamento en la destrucción, la proyección que se genera es la de la destrucción. Esta es la
premisa básica de esta investigación, la cual configura lo que podría denominar una imagen
obsesiva, obsesiva en cuanto formaliza un imaginario compartido tanto en lo personal de los
creadores, como en lo colectivo de la sociedad japonesa. Esta imagen obsesiva se manifiesta
expresivamente de distintas formas, siendo las que a mi parecer desarrollan de mejor manera
el concepto de la destrucción: el pesimismo moral, la retórica de la caída y la explosión y el
advenimiento del pasado como futuro.

Para el análisis y desarrollo de estos conceptos utilizaré las películas: Hotaru no Haka
(La Tumba de las Luciernagas) del año 1988, dirigida por Isao Takahata (estudio Ghibli),
Akira del mismo año y dirigida por Katsuhiro Otomo, Suchîmubôi (Steam Boy) del año 2004,
también dirigida por Otomo y Metoroporîzu (Metrópolis) del año 2001 dirigida por Rintaro
(seudónimo del director Hayashi Shigeyuki).

Para efectos prácticos del análisis, este será realizado en cada película por separado,
intentando generar un diálogo entre los elementos de las películas entre sí, y el desarrollo de
los conceptos aquí expuestos.

Del Pesimismo Moral

La idea de pesimismo moral la entiendo como un conjunto de visiones sociales sobre


la vida, que se fundamentan sobre un estado de destrucción generalizado. Es una visión que
hace eco moralmente frente a la desolación urbana que se muestra en la sociedad. La ciudad

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

se muestra como el cobijo de sus habitantes, y estos se ven reflejados en ella. Si una ciudad
sana, tiene como habitantes a personajes sanos, una ciudad enfrentada a la destrucción y la
ruina, tiene como habitantes, almas ruinosas y apesadumbradas. Frente a esto, los intentos de
reconstrucción (tanto de las almas como de la ciudad) se ven coartados por la imposibilidad
que genera un pensamiento fundamentado en la ruina. El pesimismo entonces se entiende
como la manifestación sicológica y espiritual ante la desolación urbana reflejándose entonces
como la destrucción del espíritu y la moral de un pueblo destruido.

La película Hotaru no Haka (adaptación del libro homónimo -Hotaru no Haka- del
escritor japonés Akiyuki Nosaka), en la cual se relata la historia de dos hermanos (Seita y
Setsuko) que quedan huérfanos después de los ataques estadounidenses con bombas de
napalm a la ciudad de Kobe es un reflejo del concepto de pesimismo moral.

La dirección de ésta recae en el director Isao Takahata, quién junto a Hayao Miyasaki
(Mononoke Hime, Sen to Chihiro no Kamikakushi) funda en 1985 el afamado Estudio Ghibli,
que es el encargado de producir Hotaru no Haka.

Este filme, de corte dramático, es un reflejo histórico de lo ocurrido en muchas


ciudades de Japón, las cuales eran consideradas ciudades estratégicas por el gobierno
estadounidense (tanto por contener dependencias militares, como por ser bases de industrias
en las que se desarrollaban y construían armamentos), por lo cual, fueron atacadas por los
bombarderos de los aliados (particularmente de los Estados Unidos). Luego de un ataque
aéreo, estos dos hermanos (que no lograron refugiarse en los búnkeres anti-bombas) escapan
del ataque que destruye la totalidad de las casas del pueblo, debido a que en su mayoría
estaban hechas de madera (conservadas así desde períodos medievales), por lo que el ataque
con fuego (del napalm) se tornó implacable en la mayoría de estas ciudades.

Tanto la imagen de las bombas de napalm cayendo, como la de la ciudad en llamas


son imágenes presentes en el imaginario del autor de la novela como en el director Takahata,
ya que ambos eran niños al momento de ocurrir la Guerra, por lo que estas imágenes que
ambos representan en sus obras tienen una referencia cercana y vívida. Sabemos que los
ataques fueron devastadores, y esta imagen devastadora está presente a lo largo de toda la
película, la que comienza con el personaje principal (Seita) mirando lo que posteriormente
comprendemos es su pasado, que a la vez es su futuro que se hace presente. Esa distancia que

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

el muerto puede tomar sobre sí mismo para relatarnos la historia de lo que fue (y será) su
vida, se ve además enfatizada por esta representación de la muerte como un mundo en rojo,
que se asimila al color rojizo de las ciudades incendiadas, y que a modo de intriga de
predestinación, nos indicara el final que ambos tendrán: Seita muerto por el hambre y el
abandono y Setsuko muerta por desnutrición, siendo quemada, en última instancia por su
hermano, como acto último de rendición de honor al alma destruida de una niña de cuatro
años.

La imagen roja nos acompañará a lo largo de la película, recordándonos lo que las


llamas hicieron no sólo con estos personajes, si no que también el abandono de toda una
sociedad, que enceguecida por las llamas de los ataques, y del honor de la guerra, abandonará
a la población que se muestra como innecesaria, o como parte de los que no luchan por la
patria. El más vivo ejemplo es el personaje de la Tía de ellos (hermana de su madre) que los
acoge, ya que para ella, ellos no son más que una carga, ya que no están luchando por la
patria, por lo que no tienen derecho a mejor comida, esto es un reflejo del pesimismo moral
que se apodera de un país en guerra, ya que el honor pasa a convertirse en una tara que impide
empatizar con el otro, reificándolo, despojándolo de toda cualidad humana. La guerra
entonces comienza a transformarse no sólo en una lucha contra el enemigo externo, si no que
también se convierte en una lucha interna por la subsistencia física y moral. Otro ejemplo es
la poca ayuda que reciben por parte de las personas más acomodadas que escapan de la zona
del conflicto para luego volver cuando el ambiente se encuentra más calmado. Y a su vez, la
falta de ayuda por parte de las autoridades, las cuales comienzan a verlos como prescindibles,
como bajas necesarias.

Este conjunto de imágenes se presenta como un reflejo de la idea de pesimismo moral,


ya que no sólo no hay esperanza frente al enemigo, si no que también se pierde la fe en el
aliado, en el prójimo, ya que éste se manifiesta como un obstáculo y como un enemigo a
pesar de que en apariencia, es un aliado. Este pesimismo moral, además se acentúa en el final
del filme, el cual nos deja una sensación de vacío, ya que no hay castigo alguno (dentro del
texto fílmico) para ninguno de los personajes que realizara algún mal a los personajes
principales. El supuesto castigo o vuelta de mano que el happy end del cine industrial
estadounidense nos tiene acostumbrado a mostrar, no se manifiesta, quedando dentro del

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I Jornada de Estudios Japoneses, 5 abril de 2008. Santiago.

espectador la sensación de crudeza extrema, de frialdad quirúrgica, quedando en un vacío


moral que sólo manifiesta la desesperanza que significa la guerra, y que a pesar de los
esfuerzos posibles por subsistir, la debilidad se ve enfrentada a su más cercana realidad: la
muerte.

La muerte no se manifiesta ya como el fin de un proceso, o como un paso a seguir, si


no como un signo de la decadencia del cuerpo y del espíritu humano, y por ende la salida que
la muerte pareciera entregar frente al desamparo y el abandono se convierte, en definitiva, en
una expresión de esta decadencia interna, reflejando todo el pesimismo que queda
posteriormente a una batalla perdida.

La derrota escrita por los perdedores sólo manifiesta el holocausto que significa la
pérdida y se muestra como la única vía posible para expiar los fantasmas de la caída física.
Pero es un intento vacuo, ya que por mucho que se busque expiar, la salvación se encuentra
coartada por la carencia que significa esta caída. Reivindicación que se manifiesta como una
ausencia de toda esperanza y salida, en definitiva es la esperanza en la desesperación, que al
final se traduce en la forma tangible de un pesimismo moral expresado en esta ausencia total
de salida.

De la Explosión y la Caída

La guerra en tanto visualidad tiende a generar una serie de imágenes que, y después
de la Primera Guerra Mundial, se han ido reiterando en el mundo. Estas son la de la explosión
y la caída, ambas vienen a ser tanto una causa como un efecto de la destrucción. En el caso
de la explosión, esta se muestra como la capacidad destructiva contenida, y que se exterioriza
a partir de la imagen de la bola de fuego, o del hongo nuclear. Esta capacidad a su vez, es
generada por la caída (en primera instancia), en este caso de las bombas que contienen el
potencial destructivo. Por otro lado, la figura de la caída se muestra como la reacción a la
cual se someten los cuerpos a la acción de la explosión. Caída que también se muestra como
metáfora de la destrucción, no sólo caen los edificios y las construcciones, no solo caen las
bombas desde el cielo, si no que también caen las estructuras sociales, morales y políticas.
Retórica de la inestabilidad, ya que a partir de la caída se manifiestan visualmente los

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desequilibrios en los que se sustenta la sociedad. Si bien, ambas se desencadenan entre sí,
estas se encuentran supeditadas e íntimamente ligadas a la imagen mayor de la destrucción:
una como potencialidad y la otra como la imagen tangible de esta misma. Siendo ambas una
característica necesaria y que reflejan el socavamiento (en todo sentido) de una sociedad
enfrentada a la visión de sus propias ruinas.

La idea de una constante explosión (e implosión) se ve claramente reflejada en la


película Akira del director Katsuhiro Otomo, la cual es el comienzo a una serie de visiones
apocalípticas del futuro, que ven en la proyección del pasado bélico una historia de nunca
acabar. La Tierra será destruida dentro de pocos años, y será a partir de un conflicto bélico.
En este caso el hecho ocurre en el año 1988 (en el original del manga esto ocurre en el año
1992) y desencadenará la Tercera Guerra Mundial entre los países del mundo desatando el
caos y la destrucción, pero todo esto se omite, y se nos presenta la ciudad de Neo-Tokyo 38
años después de la Guerra, intentando resurgir de sus ruinas, en un mundo conflictivo, donde
las leyes del más fuerte son las que dominan.

Esta película se inserta en el subgénero de la ciencia ficción denominado cyber punk,


género que se caracteriza por una ciudad en ruinas o dominada por una alta tecnologización,
donde existe un fuerte poder central (humano o cibernético) que controla la ciudad, país o
mundo, y que desde sus bases (subterráneos, cloacas, bajos fondos) emergen grupos
revolucionarios (o rebeldes), o contra este sistema, que buscan revertir su realidad de
opresión, o escapar de ésta misma. Además se hace uso de la estética punk la que se identifica
por una actitud violenta, a momentos delictual, y que se muestra también en su forma de
hablar y de vestir que va en contra del cánon predominante. Es una visión que proyecta a la
máquina y a la sociedad humana, en una constante lucha (entre sí) de sobre vivencia, en un
mundo azotado por la violencia y el desenfreno. Es sin duda una de las visiones más
apocalípticas que se pueden presentar sobre el devenir de la humanidad y sobre las
(im)posibilidades sociales que el avance tecnológico produce.

Entonces bajo esta ciudad en decadencia y ruinas que trata de emerger, es que se
producen las disputas de poder (entre los grupos pandilleros, o el gobierno que busca
controlar a Tetsuo) las cuales van socavando cada vez más la ciudad. Todo aparece
destruyéndose o arruinándose. Y no hay manera posible de impedir esta destrucción. La

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imagen recurrente es la de una explosión de bombas o granadas las cuales buscan destruir el
ya destruido sistema.

Caen los edificios, las calles, las construcciones, hasta pulverizarse. Y esto es muy
lógico en un mundo en el que la inestabilidad (social, económica, política) es la base del
sistema. En un sistema inestable, no pueda haber más que inestabilidad, y por ende
destrucción, es lo que se nos presenta en Akira como visión de mundo después de una
catástrofe bélica. Es la muerte después de la muerte, o mejor dicho, la subsistencia de vidas
en ruinas (metafórica, y espacialmente) después de la muerte.

Akira sintetiza las expectativas de una generación completa, que ven como se
destruye su mundo tradicional (a partir de una explosión), y como emerge esta extrañeza que
significa la modernidad y los problemas que con ella vienen. Destrucción sólo genera
destrucción, y es imposible pensar que pueda quedar una esperanza después de cualquier
holocausto. La ruina se hace a sí misma, y en directa relación con su pasado. Eso es lo que
pareciera decirnos Akira. Y en cierta medida es así, ya que sólo el pasado como cimentación
del presente puede hacer cambiar las perspectivas que de éste se tienen. Pasado
manifiestamente destructivo, pero que se reedita en la imagen opuesta de la explosión, la
implosión, que en su continencia logra acaparar para sí las ruinas de ese pasado y proyectarlas
hacia el futuro como visión de mundo, capaz de restaurar las destruidas bases de su historia.
Así, la visión del holocausto como única posibilidad frente a la realidad, se logra (en
apariencias) superar, a través de este gesto inverso de la explosión. Implosión, que no es más
que una explosión hacia adentro, que no destruye la exterioridad, si no que la demarca, para
luego auto flagelarse, como escapatoria a la devastación externa. Es el camino que pareciera
cerrar el ciclo de inestabilidad, para reestablecerla desde el interior. La implosión se muestra
entonces como oposición real y tangible al problema de la explosión y la caída, ya que en su
contención en expansión, logra traspasar la barrera destructiva de la explosión, conteniéndola
a esta, convirtiéndola en un intento vacuo de caída. Destrucción y restauración, dos polos de
una misma causa, y que paradójicamente, en Akira, ocurren el mismo lugar.

Otra película que muestra las ideas de explosión y caída es Metrópolis, una obra
basada en el manga homónimo del “padre del manga” Osamu Tezuka, pero se muestra desde
una perspectiva diferente, ya que aquí la imagen de la explosión no es tan importante como

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la figura de la caída de los poderes de la Modernidad: el Estado y la Economía, y todo a


manos de la máxima aspiración, que es la de generar una máquina capaz de controlar todo el
sistema militar mundial.

El Estado se auto impone la misión de ser el guía del pueblo, y la Economía aspira a
ser la guía del Estado, por lo que siempre serán poderes que se encuentran en una profunda
tensión, tensión que tendrá como máximo exponente al Zigurat (el cual en la Torre de Babel
se presenta como el máximo logro conseguido por la humanidad, pero a su vez como el
máximo castigo de los dioses: destrucción para que los hombres no se puedan comunicar
entre sí), que se erige como deidad por sobre los cielos de la ciudad, intentando hacer realidad
la aspiración de la tensión entre los dos poderes en pugna: llegar a ser deidades. Torre, pilar
y eje, base fundamental del poder, conexión terrenal con su ensimismamiento, y que
culminará en debacle, destrucción, ruina.

La ciudad como espacio vital, erige sobre sus devastados cimientos su Zigurat, el que
inmediatamente se convierte en la instancia absoluta de control, es el panóptico perfecto, que
muestra toda su capacidad controladora en la eliminación de la revolución que desde las bases
bulle en busca de la ansiada libertad. Pero así como el Zigurat babilónico se vio destinado a
la destrucción por mandato divino, el Zigurat de nuestra ciudad madre (metrópolis) se ve
coartado (ya sea por castigo divino, o por la propia inestabilidad que genera en su interior) y
socavado, sucumbiendo ante la destrucción y la desmembración de su homogeneidad en
trozos en ruinas, incomunicados todos entre sí.

Metrópolis es la ciudad madre, la ciudad del origen, y como toda ciudad de origen,
siempre estará cercana a los dioses y a sus mandatos, por lo que cualquier intento humano de
aspirar hacia la deidad estará siempre coartado por esa cercanía divina. A los dioses no les
gustan los humanos, ya que tienen la capacidad de destruirlos, así es que para los dioses la
única salida posible, es la destrucción de éstos y de cualquier intento por llegar a ser divinidad.
El zigurat se erige entonces como un acto desafiante a la voluntad divina, y por ende debe
ser destruido.

Metrópolis no difiere mucho de cualquier ciudad humana, pero en su aspiración a ser


la base del mundo, en ser la ciudad madre de todas las ciudades, precipita su destrucción y
caída, y lo hace desde sus entrañas, desde su corazón-mente, que fue creada con el fin de ser

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el ojo controlador del universo. Corazón, mente y ojo fusionados en la figura de una androide,
que también verá su propia ruina, ya que en el momento en que aspira a ser Dios, a ser el
referente divino que conoce (la humanidad) será incapaz de aceptar la realidad de su
“indivinidad”.

Si la ciudad aspira a ser la madre, y desde sus entrañas, crece el tormento de la ruina,
no queda más esperanza que la ruina de la propia madre. Con la caída de la androide en pos
de su divinidad humana, cae también con ella la humanidad y su aspiración divina de poder.

De la Proyección del Pasado como Futuro

Al comienzo de Metrópolis aparece la frase del historiador francés Jules Michelet que
dice: “cada época sueña la que viene”, sueño, que a mi parecer, sólo es posible a partir de las
épocas pasadas. Sólo a través de la membrana-memoria que genera los recuerdos, es posible
hablar de una memoria que se proyecta como una ilusión del pasado, como un momento
idílico mejor.

La idea de proyectar el pasado como un futuro, genera una tensión entre las
coordenadas culturales que cada momento tiene, ya que el pasado es imaginado como un ser
homogéneo, y modelado bajo la presencialidad del presente, que luego es arrojado al vacío
del futuro, para llenar las expectativas que formas de éste mismo. Es un ejercicio de búsqueda
de sentido de los acontecimientos, donde pareciera ser que todo pasado, por pésimo que sea,
se manifiesta como mejor que el futuro. Es en definitiva, lanzar la piedra al pozo sin fondo
de la incertidumbre, que busca hacerse certeza, pero que siempre va a ser más terrible que lo
que ya se tuvo.

Esta idea se refleja en algunas producciones niponas, que ven como su pasado ha sido
moldeado por la destrucción, y a través de esta destrucción, proyectan una posibilidad de
futuro. Futuro que a su vez es entendido como un continuo de este pasado, por lo que se
presenta como un inevitable paso consecutivo a la destrucción que ha sido testigo la sociedad.
Es una idea pesimista frente a las posibilidades que se presentan tras la ruina. Siendo
solamente posible la restauración a partir de esta proyección del propio pasado como historia
y como presente en la realidad.

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Steam Boy de Katsuhiro Otomo, es un ejercicio de proyección del pasado, ya que a


pesar de que se ambienta en la Inglaterra Isabelina del siglo XIX, presenta muchos elementos
de avance tecnológico del presente. Se intenta asimilar la tecnología del acero, característica
de toda la Revolución Industrial, y particularmente, la máquina impulsada a vapor, siendo
desde este tipo de máquina, que surgen los intentos de poder.

La máquina a vapor, pareciera manifestarse como un ideal de máquina, ya que


conserva aún la corporalidad que el acero le entrega siendo por esto un objeto noble, que
proyecta la propia corporalidad y mecánica humana. Esta máquina difiere mucho de la
máquina tecnológica computarizada, ya que esta busca una disolución y empequeñecimiento
de su forma, hasta llegar a ser casi imperceptible por el ojo (pensemos en los microchips de
computadores). Se produce entonces el primer fenómeno de tensión entre el pasado y el
futuro: la máquina que conserva su corporeidad (en acero) se opone a la máquina virtual que
ha desaparecido su materialidad. Se opone la presencia a la ausencia, siendo la máquina
corpórea la que se presenta como un ideal de máquina, ya que es más aprensible por el cuerpo
y el ojo humano, y no se pierde en las virtualidades de la desaparición tras la pantalla. Es (a
mi parecer) un intento de recobrar el control por sobre una tecnología que pareciera que cada
vez más se autonomiza del hombre, relegándolo a una posición de mero espectador frente al
mecanismo de la propia máquina. La máquina se idealiza y cobra valor la posible empatía
que se genera en el control manual que se puede tener sobre el objeto mecánico. La presencia
humana entonces, se hace fundamental para el funcionamiento de la máquina, lo que permite
que la máquina se presente como una expansión del hombre, y ya no como un objeto ajeno,
y autónomo de cualquier función humana.

Y así como el pasado se proyecta como futuro en la propia corporalidad de la máquina,


esta también se proyecta en la función que cumple para la sociedad. Y aquí se produce la otra
tensión: la ciencia como servicio para la humanidad, o como advenimiento de un poder que
el hombre debe controlar, surgiendo de esto la siempre presente imagen de la guerra como la
posibilidad que la máquina está entregando. Aunque la máquina sea mecánica, y se revista
de “humanidad”, en esta misma humanización, se recubre de la imagen que siempre esta
presente en la mente humana: el poder. Poder que se manifiesta como control y dominio
sobre los otros, y que se expresa en la idea de que la ciencia es una herramienta para alcanzar

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ese poder. Así, la máquina mecánica se muestra en toda su “humanidad”, en el momento en


que se convierte en una máquina-mecanismo de ambición, lucha y poder.

La guerra entonces vuelve a aparecer como otra imagen del pasado humano, y que se
proyecta hacia el futuro como una huella de ese pasado humano. Se vuelve irrevocablemente
en la marca de distinción y avance (en el retroceso) que la sociedad humana será incapaz de
borrar. Es el eterno retorno de la misma imagen: la guerra y su desarrollo, y la ciencia al
servicio de ésta. Es el círculo que se vuelve sobre sí mismo para replicar (y replicarse) en
toda época como su eterno pasado que vuelve a manifestarse como el sello de agua de la
humanidad.

Ideas Finales

Partiendo desde el contexto bélico que significó la Segunda Guerra Mundial, y


particularmente el período posterior a esta misma, es que la visión destructiva que en la
infancia tuvieron los creadores de estas películas se ha ido reflejando en sus producciones.
Las imágenes de la explosión, la caída el pesimismo moral y la proyección de pasado como
futuro que fueron propuestas separadamente en este análisis, se encuentran presentes en casi
todas las películas expuestas, siendo lo que se remarca el énfasis que cada autor ha propuesto
en sus creaciones (y por supuesto el énfasis en el análisis propuesto).

Al partir de la base de la destrucción, todo elemento discursivo, aparecerá como una


reiteración de este hecho, pero serán las intensidades mostradas las que harán las diferencias.
Si por un lado tenemos un pesimismo moral, este no se produce si no por la imagen de la
explosión (y previa y posteriormente) la de la caída, las cuales, a su vez, se exponen como
una proyección de los acontecimientos pasados, los que se repiten como constante de
presente.

Toda posible proyección hacia el presente o intento postrero de escapatoria a este


futuro, se verá determinado (a pesar nuestro) por la erosión en la que se encuentran
cimentadas las bases sociales, y particularmente, los acontecimientos ocurridos en la isla
nipona a mediados del siglo XX. Tanto la Guerra como las dos Bombas Atómicas serán los
sucesos demarcatorios de una poética y una retórica que aborda un cuestionamiento social

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particular desde la contingencia de los hechos que afectaron a Japón; serán precisamente
estos hechos, los que vaciarán toda posibilidad de emancipación de nuestro presente, lo que
se reflejará en una constante vuelta hacia un pasado que si bien pareciera mostrarse como
mejor y con mejores posibilidades, sólo dejará a la figura de la destrucción como
manifestación de un presente, que a todas luces quiere escapar de este futuro escrito y
refugiarse en la nostalgia de un pasado mejor.

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Filmografia

Akira - 1988
Director: Katsuhiro Otomo (1954 - ahora)
Guión: Katsuhiro Otomo, Izo Hashimoto y J. Michael Haller
Producción: Ryohei Susuki y Shunko Kato
Fotografía: Katsuji Misawa
Directores de animación: Yoshio Takeuchi e Hirokai Sato
Montaje: Takeshi Seyama
Música: Shoji Yamashiro
Nacionalidad: Japón / USA
Duración: 124 minutos

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Hotaru no Haka (La Tumba de las Luciérnagas) - 1988


Director: Isao Takahata (1935 - ahora)
Guión: Akiyuki Nosaka
Producción: Tohru Hara, Ryoichi Sato
Fotografía: Nobuo Koyama
Montaje: Takeshi Seyama
Música: Yoshio Mamiya
Nacionalidad: Japón
Duración: 93 minutos

Metoroporîzu (Metrópolis) - 2001


Director: Rintaro. (1941 - ahora) Shigeyuki Hayashi
Guión: Katsuhiro Otomo; basado en el manga de Osamu Tezuka
Dirección artística: Shuichi Hirata
Música: Toshiyuji Hond
Nacionalidad: Japón
Duración: 104 minutos

Suchîmubôi (Steam Boy) - 2004


Director: Katsuhiro Otomo (1954 - ahora)
Guión: Katsuhiro Otomo
Producción: Sunrise
Montaje: Takeshi Seyama
Música: Steve Jablonsky
Nacionalidad: Japón
Duración: 126 minutos

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