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Iniciación Cristiana de Los Niños No Bautizados

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|LBAUTISMO |CIntroduc

C.E. DE LITURGIA

LA INICIACION CRISTIANA DE LOS NIÑOS NO BAUTIZADOS EN EDAD ESCOLAR


Nota de la Comisión Episcopal de Liturgia

Introducción

|N1 No es rara en las diócesis españolas la petición del Bautismo para niños que ya han llegado al uso de la razón y
que, por diversas causas, no fueron bautizados de párvulos. En la mayoría de los casos se trata de niños que han
empezado a asistir con sus compañeros bautizados a la catequesis parroquial, con vistas a hacer la Primera
Comunión. Los padres o los abuelos o los tutores los han llevado a la parroquia como a los demás niños, aunque no
siempre advierten que su hijo o nieto no fue bautizado. Otras veces son los párrocos los que tienen que hacer esta
averiguación pidiendo la certificación del Bautismo cuando tienen dudas fundadas.

En todo caso se trata de una situación nueva para muchos pastores, que obliga a reflexionar sobre las causas que la
han originado y, obviamente, sobre la solución pastoral que es preciso arbitrar. El hecho que motiva esta nota,
afecta de manera más o menos directa a varios aspectos de la misión de la Iglesia y debe llevar a toda la
comunidad cristiana a examinar su función evangelizadora y de acompañamiento en la fe de todos sus miembros.

|N2 La Comisión Episcopal de Liturgia, por medio de esta nota, quiere ofrecer a los responsables de las
comunidades cristianas, especialmente a los que trabajan en el campo de la educación en la fe y en el de la pastoral
litúrgica, algunas consideraciones al respecto basadas en el capítulo V del Ritual de la Iniciación Cristiana de los
Adultos ( = RICA), que trata precisamente de la Iniciación de los niños en edad catequética.
|CCausas
Causas de la situación

|N3 En efecto, el que los niños no hayan sido bautizados durante sus primeros meses de vida, se ha podido deber a
la falta de fe o al descuido de los padres, que no se plantearon entonces la incorporación de su hijo a la Iglesia por
el Bautismo y la posterior educación en la fe. Pero entre las causas de esta situación, agravada por el ambiente
descristianizado, se encuentran también la inadvertencia en las familias cristianas del deber de pedir "cuanto antes"
el Bautismo para sus hijos ( 1), y la decisión de algunos padres de no bautizar a sus hijos recién nacidos para no
condicionar de este modo su futura libertad.

|N4 Es preciso reconocer también que el Bautismo de los niños, con todo lo que lleva consigo de preparación de los
padres y de los padrinos, no es una exigencia prioritaria de la pastoral de muchas comunidades. Muchos pastores no
reaccionan como debieran ante el retraso injustificado de la petición del Bautismo y, consiguientemente, de la
celebración, por parte de padres que se consideran cristianos y que dejan pasar varios meses después del
nacimiento de sus hijos para solicitar el sacramento.

Algunas veces también, cuando los padres se encuentran en una situación irregular --por ejemplo, casados sólo
civilmente o no casados, o divorciados y vueltos a casar esta vez ilegítimamente--, en lugar de buscar una solución
en el ámbito de la familia o de la comunidad cristiana para que haya otras personas que garanticen la futura
educación cristiana de los niños (2), se opta por no acceder a la petición del Bautismo rompiendo incluso todo
contacto con las familias.

|CNo_baut.
Características de la situación creada

|N5 Una cosa aparece clara en el problema que plantea la situación de estos niños que no fueron bautizados al
poco tiempo de nacer y que, no obstante, son presentados por sus padres o tutores para la Primera Comunión. Y es
que la solución pastoral ha de ser necesariamente distinta de la que se adopta para la iniciación sacramental de los
niños ya bautizados. Equiparar ambas situaciones, además de faltar a la verdad de cada una, traería consigo
consecuencias muy negativas para la identidad cristiana y la maduración en la fe de los que ya están bautizados. No
se trata tan sólo de celebrar unos sacramentos, por otra parte necesarios para la salvación, sino de hacerlo de
manera que los incorporados a Cristo por el Bautismo, puedan crecer en la fe y participar en todos los bienes de la
Iglesia como miembros vivos de la comunidad cristiana.

|N6 La novedad más importante que aparece en la situación de la iniciación cristiana de los niños en edad
catequética, obedece a las condiciones psicológicas propias de su edad. En efecto, estos niños tienen ya el uso de la
razón y han adquirido un cierto grado de responsabilidad y de conciencia moral. Por otra parte, están también en
condiciones de comprender de alguna manera los ritos litúrgicos de la Iniciación, y son idóneos para concebir y
alimentar la fe propia, dándose cuenta de modo incipiente de lo que significa la adhesión personal a Jesucristo
dentro de la Iglesia y los deberes inherentes a la vida cristiana.

Por consiguiente la Iglesia no puede tratar a estos niños como a los párvulos, a los que acoge y bautiza en la
confianza de que un día asumirán personalmente la fe que reciben en el sacramento. Pero tampoco puede tratarlos
como a los adultos, puesto que poseen una mentalidad infantil, dependen todavía de sus padres y tutores y se dejan
influir fácilmente por sus compañeros o por el ambiente.

|CSolución
Camino a seguir

|N7 Sin embargo, es preciso también advertir desde el principio que los niños llegados al uso de la razón y no
bautizados en la primera infancia, son equiparados a los adultos, a los efectos de la pastoral de la Iniciación
cristiana. De la misma manera aquellas personas que no han llegado al uso de la razón, a pesar de la edad o del
desarrollo físico, son considerados como niños o párvulos (3). Aquí radica un aspecto del problema que obliga a
diferenciar la práctica pastoral del Bautismo de los párvulos, que son bautizados en la fe de la Iglesia para completar
más tarde la Iniciación cristiana, y la práctica requerida por los que han de ser bautizados, confirmados y admitidos
a la Mesa eucarística después de una conversión y una maduración espiritual conveniente, es decir, los adultos, a los
que se equiparan los niños no bautizados que ya han llegado al uso de la razón.

|N8 Por este motivo la Iniciación cristiana de los niños en edad catequética no puede hacerse siguiendo el Ritual del
Bautismo de Niños, sino el ya mencionado capitulo y del Ritual de la Iniciación Cristiana de los Adultos, que lleva por
título Ritual de la Iniciación Cristiana de los niños en edad catequética. Bautizar a estos niños como si fueran
párvulos es impropio e inadecuado, porque el niño puede participar de manera consciente en la celebración y
responder por sí mismo a las preguntas que se le hacen. Se trata, pues, de realizar una Iniciación cristiana,
prolongada cuanto sea necesario, para que los niños no bautizados, pero llegados al uso de la razón, puedan
realizar un verdadero catecumenado, recibiendo una instrucción adecuada y ejercitándose en un modo de vida
apropiado antes de acercarse a los sacramentos.

|CItinerario
Itinerario catecumenal

|N9 La Iniciación de estos niños debe distribuirse, como en el caso de los adultos, en grados o etapas y jalonarse
con diversos ritos, descritos en el Ritual a propósito. Ahora bien, como el progreso de los niños en la formación
depende tanto de la ayuda y el estímulo de sus compañeros como de la que reciban de sus padres o tutores, es
preciso que se tengan en cuenta ambos influjos:

a) Puesto que estos niños pertenecen generalmente a un grupo de compañeros de su edad, bautizados ya, que se
preparan en la catequesis para la Confirmación y la Eucaristía, la Iniciación debe apoyarse sobre la base del mismo
grupo catequético.

b) Es de desear también que esos niños reciban además, en cuanto sea posible, la ayuda y el ejemplo de sus padres
y tutores, cuyo permiso se requiere para comenzar la Iniciación y para llevar en el futuro la vida cristiana. Por otra
parte el tiempo de la Iniciación proporcionará ocasiones oportunas a la familia para tratar con los sacerdotes y
catequistas (4).

|N10 Cuando haya varios niños llegados al uso de la razón que deban recibir los sacramentos de la Iniciación
cristiana, convendrá reunirlos tanto en la preparación como en las celebraciones de cada etapa, para que se ayuden
mutuamente en el itinerario catecumenal. Si se trata de un solo niño, la preparación se hará, en cuanto sea posible,
en el mismo grupo catequético de los demás niños, los cuales podrán participar también en las celebraciones del
catecumenado.

|CFuncions
Funciones y ministerios en este itinerario

|N11 La Iniciación cristiana de los niños en edad catequética, aunque tenga un carácter excepcional como en el
caso de los adultos, es una ocasión para recordar la tarea que incumbe a todo el Pueblo de Dios, de transmitir y
alimentar la vida de la fe. La comunidad cristiana ha de verse afectada e implicada en esta misión de toda la Iglesia.
Es muy importante que la comunidad acompañe a estos niños con su oración durante todo el catecumenado y se
haga presente en las principales celebraciones por medio de las personas que intervienen en el itinerario, como
padres y padrinos, catequistas y otros colaboradores de la parroquia, además de los familiares, amigos y vecinos y
de los otros niños.

|N12 Especialmente delicada es la función del catequista que ha de iniciar en la vida de la fe a los niños que no
fueron bautizados de párvulos, aunque sea dentro del grupo de los demás niños que siguen el proceso catequístico
ordinario de la comunidad cristiana. Convendrá que el catequista esté especialmente preparado para su misión y que
conozca lo que es propio de la situación del no bautizado. De él dependerá en gran medida también que los niños ya
bautizados ayuden también a su compañero con su oración, con su testimonio y con su caridad .

|N13 En la Iniciación cristiana de los niños en edad escolar se requiere también un padrino que represente, a la vez,
a la familia, como extensión espiritual de la misma, y a la Iglesia Madre, para ayudar no s610 al niño sino también a
sus padres para que el niño llegue a profesar la fe y a expresarla en su vida. El padrino tendrá que intervenir, por lo
menos, en los últimos ritos del catecumenado y en la celebración de los sacramentos. Por tanto, es conveniente que
sea elegido con las cualidades requeridas para su función (5).

|CCatequesis
La Catequesis en el itinerario catecumenal de los niños

|N14 La catequesis de los niños en edad de la discreción que son iniciados cristianamente, apoyada en el grupo de
los demás niños, ha de adquirir todas las dimensiones como introducción no sólo en la doctrina de la fe, sino
también en la conversión y en la experiencia de la vida de la comunidad cristiana. Se trata, como se ha dicho antes,
de un verdadero y propio catecumenado orientado a la progresiva comprensión de la Palabra de Dios, de la oración
eclesial y de la celebración litúrgica, y a un compromiso de fidelidad al Evangelio y de amor al prójimo.

|N15 Esta catequesis, en cuanto acentúa la dimensión catecumenal, ha de tener un tiempo cronológicamente
limitado. Normalmente será el necesario para que la preparación de los niños corresponda al grado de formación
catequética con que son admitidos los candidatos a los demás sacramentos de la Iniciación cristiana. En principio a
esos niños se les debe pedir una preparación semejante a la exigida para participar por vez primera en la Eucaristía
(6). En muchas parroquias esta preparación comprende un tiempo mínimo de dos a tres años, siguiendo el
Catecismo Jesús es el Señor, de la Conferencia Episcopal Española.

|CLiturgia
Las celebraciones litúrgicas durante el Catecumenado

|N16 Para las celebraciones litúrgicas del itinerario catecumenal, se seguirán las indicaciones del citado Ritual de la
Iniciación de los Niños en edad catequética (RICA, cap. V). Al principio puede haber un "Rito de petición del
Bautismo y de aceptación por la Iglesia", inspirado en el Rito de entrada en el Catecumenado (RICA, nn. 316-320),
tan pronto como los padres o tutores de los niños hayan manifestado el deseo de celebrar el sacramento y, después
del conveniente diálogo pastoral con el párroco u otra persona responsable de esta tarea, acepten el itinerario
catecumenal para sus hijos.

Se inicia así un "Precatecumenado" en el que los niños se acercan a la persona de Jesús y entran en el grupo que los
acompañará en su búsqueda de la fe.

|N17 Después viene una segunda etapa, el "Catecumenado" propiamente, en la que los niños avanzan en el
conocimiento de Jesús y entran en la comunidad cristiana por medio de la señal de la cruz y son admitidos a la
liturgia de la Palabra. Esto tiene lugar en el Rito de entrada en el Catecumenado (RICA, nn. 316-329, especialmente
nn. 321-329). Esta celebración puede situarse oportunamente al comienzo del primer curso catequético en que los
demás niños inician la preparación para la Primera Eucaristía .

|N18 La tercera etapa se sitúa en el momento en que el niño ya tiene una experiencia espiritual de la vida cristiana
y de las dificultades del seguimiento de Jesús. Las celebraciones penitenciales o Escrutinios (RICA, nn. 330-342) de
esta etapa, que debe coincidir con la Cuaresma del segundo curso catequístico, significan que Cristo fortalece al
elegido para los sacramentos y le ayuda a vencer los obstáculos a la conversión.

Normalmente habrá una celebración de Escrutinios, en uno de los domingos III, IV y V de Cuaresma, tomándose
para ello el formulario de la Misa para este fin que se encuentra entre las Misas Rituales del Misal Romano. Este rito
es muy apropiado también como celebración penitencial para los padres y padrinos y aun para los demás niños que,
bautizados de párvulos, acompañan a los catecúmenos en el grupo catequístico Si por alguna causa esta celebración
no puede hacerse en uno de los domingos indicados, se tendrá en alguno de los días feriales de la semana
siguiente, tomando el formulario dominical que figura en el Misal como misa ad libitum para estas semanas.

Cuando los Escrutinios se celebran fuera de la Misa, estos niños pueden ser admitidos por primera vez al
sacramento de la Penitencia (cf. RICA, nn. 332 y 342).

|CIniciación
La celebración de los sacramentos de la Iniciación cristiana

|N19 La celebración de los sacramentos de la Iniciación --última etapa, llamada de la Mistagogia- tiene su lugar
más propio en la Noche de Pascua. Pero si la Vigilia pudiera resultar demasiado larga para la edad y la capacidad de
atención de los niños, la celebración de los sacramentos se puede hacer en la misa del día de Pascua o en la de
cualquiera de los domingos de la Cincuentena pascual. Sólo razones de mucho peso pueden aconsejar que los
sacramentos se celebren fuera de este tiempo litúrgico, para que no se debilite el sentido pascual de la Iniciación
cristiana. Se procurará, en todo caso, que la celebración tenga lugar en domingo (7).

Si los sacramentos se celebran fuera de la Vigilia pascual o del día de Pascua, se celebrará la Misa del día o la Misa
ritual de la Iniciación cristiana, tomándose las lecturas de las que propone el Ritual (RICA, n.388) o del día.

|N20 El Bautismo se celebra en la Misa, en la que participan por primera vez los "neófitos". En esta misma
celebración se confiere la Confirmación por el Obispo o por el presbítero que administra el Bautismo (8). De este
modo se expresa "la unidad del Misterio pascual, el vínculo entre la misión del Hijo y la infusión del Espíritu Santo, y
la conexión entre el Bautismo y la Confirmación" (RICA, n. 34). El presbítero que, por razón de su oficio o por
mandato del Obispo diocesano, bautiza a quien ha sobrepasado la infancia, goza ipso iure de la facultad de
confirmar (CDC, c.883, 2) (9).

La conveniencia de unir el Bautismo y la Confirmación en la misma celebración responde a la práctica venerable,


todavía en uso en las Iglesias de Oriente y, cuando se trata de adultos, en las de Occidente. En Occidente, cuando
se trata de quienes fueron ya bautizados durante la infancia y mientras se mantenga la unidad orgánica y el
principio del orden de los sacramentos de la Iniciación, la Iglesia ha admitido, por motivos pastorales, que estos
sacramentos --bautismo, confirmación, eucaristía-- se confieran en el curso de celebraciones distintas en el tiempo
(10) .

|N21 Los ministros, al emplear el Ritual de la Iniciación de los niños en edad catequética, han de usar con libertad y
sensatez de las facultades y atribuciones que se les conceden en él, especialmente respecto de la celebración de la
Confirmación (11). Entre los criterios a tener en cuenta en la práctica figura el de la pastoral diocesana del
sacramento de la Confirmación, basada en lo dispuesto en el c. 891 y en las determinaciones de la Conferencia
Episcopal Española sobre esta materia. No obstante, estas determinaciones no contemplan de manera explícita más
que la celebración de la Confirmación para los que fueron bautizados de párvulos.

|CDificultades
Solución de alguna dificultad

|N22 Ante la dificultad que pudiera presentarse si alguno de los niños candidatos a los sacramentos de la Iniciación,
desea recibir la Primera Comunión con sus compañeros del grupo de catequesis, se puede optar por una de estas
dos soluciones: a) celebrar la Primera Comunión de todo el grupo en la Misa de la Iniciación cristiana del niño que es
bautizado; o b) dar la Eucaristía al recién bautizado (y confirmado) en la Misa de su Iniciación cristiana, y admitirle
nuevamente en la primera Comunión de todo el grupo.

|CFinal
Reflexión final

|N23 Las Orientaciones anteriores pueden parecer muy novedosas, sobre todo cuando muchas comunidades
cristianas se han habituado a celebrar los sacramentos de la Iniciación en el momento que parece más oportuno
para quienes van a recibirlos. Sin embargo, la verdadera novedad para las comunidades y para sus pastores está en
el hecho, cada día más frecuente, de la petición del Bautismo para niños que no fueron bautizados al poco tiempo
de nacer y obliga a plantear toda la pastoral de los sacramentos de la Iniciación cristiana. En efecto, ya no se trata
solamente de una pastoral que puede ir jalonando en el tiempo los sacramentos del Bautismo, de la Confirmación y
de la Eucaristía, sin olvidar el de la Penitencia, sino de una pastoral que ha de contar con la existencia de un
verdadero catecumenado para niños en edad de la discreción.

A estos niños se les pide un itinerario de conversión y de preparación para los sacramentos cuyo nivel mínimo es el
de los demás niños que se preparan para hacer la Primera Comunión, pero que en realidad supone una
profundización, si cabe, más exigente en el seguimiento de Jesucristo. Estos niños tienen que pasar de manera
consciente de la situación de no creyentes al conocimiento y al amor de Dios Padre revelado en Jesucristo. Por eso
necesitan de una mayor ayuda de la comunidad cristiana y de sus pastores, mediante la oración y el
acompañamiento. Pero sobre todo necesitan la gracia de Dios y los dones del Espíritu que se ofrecen gratuitamente
a los hombres en el catecumenado y en los sacramentos de la Iniciación cristiana.

|N24 Los Obispos de la Comisión Episcopal de Liturgia, al ofrecer estas reflexiones a nuestros hermanos los
sacerdotes, queremos agradecerles su dedicación y su esfuerzo en la pastoral catequética y litúrgica en la que
renace continuamente la Iglesia. Al mismo tiempo les invitamos a profundizar, con el estudio y la meditación, en
estas orientaciones y normas que nos ofrecen los actuales libros litúrgicos.

Madrid, 16 de septiembre de 1992

+ Rosendo Alvarez
Obispo de Almería. Presidente

+ Teodoro Cardenal Fernández


Arzobispo de Burgos

+ José Mª Guix Ferreres


Obispo de Vic

+ Braulio Rodríguez Plaza


Obispo de Osma-Soria

+ Ricardo Blázquez Pérez


Obispo de Palencia

_______________________
|CNotas
NOTAS

|N1 Ritual del Bautismo de los Niños, n. 44; Código de Derecho Canónico (= CDC). c. 867.
|N2 S. Congregación para la Doctrina de la Fe, Instrucción sobre el Bautismo de Niños, de 20-X-1980, n. 30.
|N3 Cf. CDC, c. 852,  1-2.
|N4 RICA, n. 308.
|N5 CDC., c. 874, cf. RICA, nn. 8-10 y 43.
|N6 Cf. CDC. c. 913  1.
|N7 Cf. RICA, nn. 343. No obstante, téngase en cuenta que hay que asegurarse de que los niños estén capacitados:
ib. n. 310.
|N8 RICA, nn. 344 y 362.
|N9 Esta previsión se funda en la unidad de los sacramentos de la Iniciación que el adulto debe recibir en su
integridad en la misma celebración: CDC, c. 866. Esta previsión se aplica igualmente a los que se equiparan a los
adultos (cf. CDC, c. 852, 1).
|N10 Cf. CDC, c. 842, 2: Juan Pablo II, Discurso a un grupo de Obispos franceses en visita "ad limina": el
27-III-1987: L'Oserv. Romano en español de 4-X-1987, p. 9.
|N11 RICA, n. 313. "Según el uso conservado en la Liturgia Romana, no se bautice a ningún adulto, sin que reciba a
continuación del Bautismo la Confirmación, a no ser que haya graves razones en contra" (RICA, n. 34; cf. n. 44).

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