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Hojitas de Fe 505 - A4 - La Revolución Explicada A Los Jóvenes (XII)

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Hojitas de Fe nº 505 –4– DEFENSA DE LA FE

tífice pagano, haciéndose adorar en todo su imperio, perseguidor de los cristianos en


todo el mundo conocido, dueño de la tierra, verdugo de San Pedro y de San Pablo, así
como el Anticristo lo será de los dos grandes enviados de Dios, Enoch y Elías.
2º Asimismo, a la caída del imperio romano, Mahoma, enemigo implacable del nom- Vigilad, orad, resistid 11. Defensa de la Fe
bre cristiano, fue otra figura del Anticristo, al igual que los bárbaros fueron el ins-
trumento de Dios para castigar y derrumbar el imperio de los Césares, la Babilonia
pagana, ebria de sangre de los mártires.
3º Finalmente, en el siglo XV, San Vicente Ferrer tuvo razón al decir al mundo cató-
lico: «Despertad y haced penitencia, la gran tribulación se acerca», pues poco des-
pués, el «renacimiento» del paganismo y la fatal aparición de los dos grandes rebel-
des Lutero y Calvino, comenzaron esta destrucción universal que se llama Revolu-
ción, y prepararon desde lejos su venida y su triunfo, ese triunfo formulado en 1789,
organizado en 1793, y que cada día va tomando más posesión de las inteligencias, 27º Terrible y posibilísimo término
costumbres, instituciones, leyes y sociedades. de la cuestión revolucionaria.
Al cabo de algún tiempo, la Revolución dará a luz a su hijo, al hijo de Satanás,
al adversario del Hijo de Dios, «el hombre de pecado, el hijo de perdición, el Muchos católicos, entre los que figuran Obispos y Doctores eminentes en
enemigo que se ensalzará sobre todo lo que se llama Dios o de lo que recibe un ciencia y santidad, tienen la profunda convicción de que nos acercamos a los úl-
culto», como dice San Pablo (II Tes. 2 3-4). El Anticristo, en efecto, no solamente timos tiempos del mundo, y de que la gran rebelión que viene destruyendo desde
aplastará al Cristianismo y a la verdadera Iglesia; no solamente abolirá el culto hace tres siglos todas las tradiciones e instituciones religiosas, conducirá al rei-
del verdadero Dios, el sacrificio católico y el culto del Santísimo Sacramento, nado del Anticristo.
sino que se elevará por encima de todos los dioses de las naciones, de sus ídolos Es de fe revelada que la última venida de Jesucristo se verá precedida por un
y de sus ceremonias, y se sentará en el templo de Dios, mostrándose en él como trastorno moral horroroso y la más terrible lucha de Satanás contra Jesucristo y
si fuese Dios. El misterio de iniquidad habrá quedado consumado en toda su ex- su Iglesia: «Habrá entonces una gran tribulación, como no la ha habido desde el
tensión como lo fue al principio, cuando Jesucristo, nuestra Cabeza, expiró sobre comienzo del mundo, ni la volverá a haber» (Mt. 24 21). Así como todo el Cris-
la Cruz, y Satanás se creerá dueño de todo. Su culto público se establecerá en todo tianismo se resume en la persona de su divina Cabeza, nuestro Salvador, así tam-
el mundo, por medio de aquellos prodigios y falsos milagros de que habla el bién todo el anticristianismo, con sus rebeliones, atentados y sacrilegios, se resu-
Evangelio, los cuales deberán ser muy poderosos, por cuanto Nuestro Señor, para mirá en aquellos tiempos en la persona de un hombre que estará lleno de la inspi-
prevenirnos contra ellos, nos declara que, «si fuese posible, llegarían a seducir ración y de la rabia de Satanás, y este hombre será el Anticristo, especie de encar-
a los mismos elegidos» (Mt. 24 24). nación de Satanás, y esfuerzo supremo de la rebeldía del demonio contra Dios.
Según el testimonio de los antiguos Padres, Roma volverá a ser infiel a pesar La Escritura nos habla claramente, en varios lugares, de su aparición en el mundo;
del Papado –al que perseguirá como en otro tiempo–, y se convertirá en la capital entre otras, en el capítulo 24 de San Mateo, en el 13 de San Marcos y en el 21 de San
del Anticristo y de su imperio, en la Babilonia universal y aún más maldita que Lucas, y en muchas epístolas de los santos Apóstoles –sobre todo en la segunda Epís-
bajo Nerón y los Césares paganos. SUÁREZ, SAN ROBERTO BELARMINO y COR- tola a los Tesalonicenses, capítulo 2–. En cuanto a San Juan, la divina Providencia lo
NELIO A LÁPIDE aseguran que tal es la tradición común de los Santos Padres, y eligió para enseñarnos, en su magnífica profecía del Apocalipsis, los dolores que pre-
que esta tradición es de origen apostólico. cederán y acompañarán al reinado maldito del Anticristo, su destrucción final, y el
reinado glorioso de Jesucristo y de la Iglesia que le sucederá –véase el Apocalipsis,
Pero que nada, ni siquiera este panorama desolador, nos desaliente: pasada la desde el capítulo 6 hasta el 20, que refiere la ruina del Anticristo y el triunfo de la
hora de las tinieblas, la santa Iglesia resucitará gloriosa y reinará en todo el orbe. Iglesia hasta el juicio final–. El Anticristo reunirá, y en grado sumo, los rasgos de
Entonces se realizará en toda su extensión la infalible y consoladora profecía del todas las revoluciones anticristianas. Será sumo sacerdote como Caifás; César uni-
Evangelio: «Habrá una sola grey y un solo pastor» (Jn. 10 16). Saludemos desde versal y verdugo como Nerón y otros emperadores paganos; heresiarca como Arrio,
ahora este triunfo prometido a la verdad. 1
Nestorio, Manés, Pelagio, Lutero y Calvino; destruirá y matará como Mahoma y los
demás bárbaros; se rebelará contra el Papado como los Césares de la Edad media,
© Fundación San Pío X – Casa San José como el cismático Focio; negará al verdadero Dios, a Cristo y a la Iglesia, y hará
Carretera M-404, km. 4,2 – 28607 El Alamo (Madrid) reinar en todo el universo el satanismo o la Revolución perfecta. Después de una
FOTOCÓPIAME – DIFÚNDEME – PÍDEME a: hojitasdefe@gmail.com persecución universal, sin parangón desde que existe el mundo, volverá a hundir a
Hojitas de Fe nº 505 –2– DEFENSA DE LA FE DEFENSA DE LA FE –3– Hojitas de Fe nº 505
la Iglesia en las catacumbas, abolirá el culto divino, se hará adorar como Cristo 2º El mismo Jesucristo anunció que, al acercarse los últimos tiempos, la fe
Dios, y como tal se creará un pontífice, jefe de su culto impío; y todo hombre que no estará casi extinguida en la tierra: «Cuando vuelva el Hijo del hombre, ¿pensáis
lleve su marca en la frente o en la mano derecha, será declarado fuera de la ley y vosotros –decía a sus discípulos– que hallará fe sobre la tierra?» (Lc. 18 8).
condenado a muerte (Apoc. 13). Ahora bien, ¿no es evidente que, a pesar de la resurrección religiosa de cierto nú-
El reinado revolucionario del Anticristo durará tres años y medio. Nuestros mero de almas selectas, las masas han perdido ya la fe o la están perdiendo? En
Libros Santos contienen la narración espantosa y profética del mismo, y nos en- todos los siglos cristianos ha habido incrédulos; pero nunca penetró la increduli-
señan que la salvación vendrá, aunque de modo inesperado, con la gloriosa lle- dad en las masas y en las leyes del modo que lo viene haciendo desde hace medio
gada del Salvador cuando todo parezca estar perdido. Esta será la Pascua, la re- siglo. Arruinada ya la fe en las tres cuartas partes de Europa por el protestantismo,
surrección de la Iglesia, después de su dolorosa pasión. Entonces quedará despe- y combatida y amenazada en todo el orbe por el furor de este mismo protestan-
dazado y aniquilado el poder de Satanás; entonces, pero solamente entonces, que- tismo y de las demás falsas religiones, el mundo católico está en vías de perder la
dará vencida la Revolución. fe. La influencia deletérea de la prensa diaria bastará por sí sola, en muy poco
Muy serios indicios hacen creer que el reinado del Anticristo no está tan lejano tiempo, para arrancar del corazón de los pueblos una fe que ya está profunda-
como se piensa. La Revolución le prepara el camino destruyendo la fe, sedu- mente desarraigada. En ese contexto, ¿no nos llevan a reflexionar las palabras de
ciendo a las masas, envileciendo las costumbres y, en fin, trabajando sin descanso Jesucristo?
por la abolición social de la Iglesia. Entre las razones que inducen a creer en la 3º El apóstol San Pablo, en su segunda epístola a los Tesalonicenses, habla
próxima llegada de la tribulación suprema, propongo las siguientes a la seria me- muy detalladamente de los últimos tiempos y del Anticristo. Nos da otra señal por
ditación de los hombres de fe. El valor de las mismas es incontestable, y por mi la cual podremos conocer que se avecina el peligro: «No temáis –dice a estos fie-
parte las encuentro más que probables. les– como si el día del Señor estuviese cerca, pues antes de él debe tener lugar
1º Después de haber anunciado las señales precursoras del último combate, al la apostasía» (I Tes. 2 3). Los principales intérpretes de la Escritura, siguiendo a
que Nuestro Señor da el nombre de «principio de los dolores», el Salvador dice Santo Tomás, entienden unánimemente por esta «apostasía» el rechazo general
formalmente que la consumación vendrá cuando el Evangelio haya sido predi- de la fe católica y de la Iglesia por parte de las sociedades y de las naciones. Pues
cado a todas las naciones: «Se predicará este Evangelio del reino en toda la tie- bien, otro de los rasgos distintivos de nuestra época, que a la vez es la esencia
rra, en testimonio para todas las gentes, y entonces vendrá el fin» (Mt. 24 14). misma de la Revolución, es la separación de Iglesia y Estado, lo cual equivale al
ateísmo político y legal, a la desorganización social del mundo católico, y en
Ahora bien, es sabido que apenas queda ya ningún pueblo al cual no le haya definitiva a la apostasía de las sociedades como tales. Esta apostasía de las so-
sido predicado el Evangelio. Principalmente, de cuarenta a cincuenta años a esta ciedades está ya consumada o poco menos. ¿Cuál es hoy día el Estado que reco-
parte, la propagación de la fe ha logrado una extensión prodigiosa. Se ha evange- nozca oficialmente y como institución divina todos los derechos de la Iglesia, y
lizado toda Oceanía; nuestros misioneros han penetrado hasta el centro del Asia que se someta, antes que a toda otra ley, a la ley de Jesucristo, promulgada, ex-
central y hasta el mismo Tíbet; se ha iniciado gloriosamente la evangelización de plicada y aplicada soberanamente por el Papa, Cabeza visible de la Iglesia? Se
Africa, aun de Africa central; las dos Américas han sido recorridas en todos sen- ha cumplido, pues, la señal que da San Pablo.
tidos por los infatigables heraldos de Jesucristo. Dentro de medio siglo, y quizá
menos –gracias a los revolucionarios de Europa, que expulsan a lo lejos a las Or- «Mas ¿no se creyó ver reiteradas veces en los siglos pasados estas mismas señales?
denes religiosas, y principalmente a las poderosas legiones de la Compañía de ¿No se anunció ya muchas veces el fin del mundo?» Sí, de ello se ha hablado en tres
Jesús–, seguro es que el Evangelio del reino habrá sido predicado al mundo en- épocas, y no sin razón: primero, en tiempo de Nerón, al acercarse la primera perse-
tero, en testimonio para todas las naciones; «y entonces vendrá el fin». cución general de la Iglesia y realizarse la destrucción de Jerusalén; luego, a la caí-
da del imperio romano, con la invasión de los bárbaros y la aparición de Mahoma;
A quienes dijeren: «Si primero todos los pueblos han de convertirse, habrá que es- y, finalmente, en el siglo XV, al acercarse el supuesto «renacimiento», y cuando se
perar aún mucho tiempo», les contesto: «El Evangelio no dice que todos los pueblos rebelaron Lutero y Calvino. Podríamos decir que estas tres épocas fueron los dife-
se convertirán, sino simplemente que la nueva de salvación será predicada en todo rentes planos de un mismo y único cuadro; cada una de ellas fue la figura profética
el orbe»; y al añadir «en testimonio para todas las gentes», ¿no parece indicar, en y parcial del acontecimiento final, de la catástrofe suprema que las profecías divinas
cambio, que cuando el Hijo de Dios venga a juzgar a vivos y muertos, ningún pueblo parecen desenrollar cada vez más ante los ojos ofuscados de la generación presen-
podrá decir: «No he podido conocerte, el Evangelio no ha sido predicado entre no- te. Por eso, en estas tres épocas mencionadas, fue legítimo en la Iglesia el presenti-
sotros?» miento del fin del mundo.
Otra cosa muy distinta es que siempre habrá hombres, y quizá pueblos, que resistan 1º Jerusalén, destruida, simbolizaba en el siglo I la destrucción futura de la santa
hasta el fin a la predicación del Evangelio. Iglesia, Ciudad viva de Dios. Nerón era entonces la figura del Anticristo, césar y pon-

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