La Mariposa en El Agua
La Mariposa en El Agua
La Mariposa en El Agua
Para ti y para mí es calentar agua, pero para Lorenz se trataba de una minúscula
recreación del clima, un sistema dinámico extremadamente complicado; con calor, las
moléculas de agua pasan de líquido a gas (evaporación) y ascienden a la atmósfera, donde,
con el frío, el vapor se condensa en nubes. Cuando éstas se saturan, cae agua
(precipitación). Todo esto es sencillo, observable y cuantificable en un recipiente, por eso,
con un modelo matemático, Lorenz metió toda la información que extraía del experimento
en una computadora y esperó los resultados.
Antes de Lorenz, se creía que el clima era determinista, es decir, el ciclo del agua era
estable, predecible y completamente cognoscible. Sin embargo, Lorenz descubrió la
realidad: los sistemas aparentemente deterministas dan lugar a sistemas inestables,
aperiódicos y con comportamiento aleatorio.
Antes de que la humanidad se volviera sedentaria, tenía acceso al agua donde la pudiera
encontrar: lluvia, lagos, ríos, arroyos y manantiales. Si, debido a las sequías, éstos dejaban
de fluir, la humanidad se desplazaba río arriba o buscaba otras fuentes, y si la sequía
persistía, migraba en busca de humedad.
Doce litros por minuto al lavar manos o trastes, 200 litros por 10 minutos en la
regadera, 40 a 62 litros por ciclo de lavado de ropa, 10 litros por cada descarga en el
sanitario… en promedio, una familia mexicana privilegiada, de cuatro personas, gasta
diariamente casi 2 mil litros de agua potable.
Cuando Lorenz observó los resultados en su computadora, quedó pasmado. Esto no era
un sistema predecible, era un sistema hermosamente desordenado. No existía ningún punto
de referencia, ningún patrón establecido, ninguna posibilidad de predicción: era el caos
organizado, dos elipsis que, sin tocarse, formaban las alas de una mariposa.
Cada vez que le jales al baño, recuerda que son 10 litros de agua que se desechan, de
vida que se ensucia, de caos mal organizado. Recuerda que no existen las predicciones, y
aunque podamos poner a una mujer al mando de un país increíblemente machista, seremos
la generación que aleteó en el caos, unos limpiando sus heces con agua limpia y otros sin
poder siquiera limpiar sus manos. Este es el orden… este es el caos.