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Biografía Ohm

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Georg Simon Ohm16 de marzo de 1789, Múnich (Alemania) – 6 de julio de 1854, Múnich (Alemania)

Nació en el seno de una pequeña familia protestante en Erlangen, Baviera (en esa época, parte del Sacro
Imperio Romano Germánico) cuyo padre era un autodidacta y les dio a sus hijos una excelente educación
a partir de sus propias enseñanzas.

Con 16 años comenzó a estudiar en la Universidad de Erlangen, pero perdió el interés cuando sólo
llevaba tres semestres. Se fue a Suiza, donde en 1806, obtuvo una plaza de maestro de matemáticas en
una escuela de Gottstadt.

Continuó sus estudios sobre matemáticas leyendo a Euler, Laplace y Lacroix hasta 1811, cuando decidió
volver a su ciudad natal. Allí recibió el doctorado en octubre de ese mismo año y empezó a trabajar para
la universidad. Sin embargo, cuando llevaba un año y medio ejerciendo, vivía en condiciones de pobreza
y no veía que su futuro fuese a mejorar por lo que dejó su puesto de profesor de matemáticas en la
universidad.

Su suerte no cambió y, en 1813, el gobierno bávaro le ofreció un puesto de profesor en una escuela de
baja reputación en Bamberg. Tres años más tarde, tras el cierre del colegio, fue enviado a otra escuela de
Bamberg, que necesitaba ayuda en enseñanzas de matemáticas y física. Durante todo ese tiempo, Ohm
mostraba un visible descontento con su trabajo, ya que no era la carrera brillante que había esperado
para sí mismo: se consideraba más que solamente un maestro.

En 1817, llegó una gran oportunidad como maestro de matemáticas y física en el Liceo Jesuita de
Colonia, una escuela mejor que cualquier otra en la que Ohm hubiera podido enseñar, puesto que
incluso contaba con su propio y bien equipado laboratorio de física. Una vez instalado allí, Ohm prosiguió
sus estudios en matemáticas, leyendo los trabajos de destacados matemáticos franceses de la época,
como Laplace, Lagrange, Legendre, Biot y Poisson, así como los de Fourier y Fresnel, y posteriormente
con trabajos experimentales en el laboratorio de física del colegio, después de que publicara la noticia
del descubrimiento del electromagnetismo por Oersted en 1820.

En el Liceo le permitieron alejarse de la enseñanza un año a fin de que prosiguiera con sus
investigaciones lo que le permitió en 1825 comenzar a publicar los resultados de sus experimentos sobre
mediciones de corriente y tensiones, en los que destacaba la disminución de la fuerza electromagnética
que pasa por un cable a medida que este era más largo.

En 1826, recibió una generosa suma de dinero para pasar un año en Berlín y poder trabajar en sus
publicaciones. Ohm pensó que con sus publicaciones le ofrecerían un buen puesto en la universidad
antes de volver a Colonia, pero en 1827, el tiempo se acababa y no recibió mejores ofertas. Sintiéndose
menoscabado, decidió quedarse en Berlín, renunciando un año más tarde a su puesto en Colonia.

En 1827, publicó un libro en el que exponía su descubrimiento, una teoría sobre la electricidad en el que
establecía la relación que existe entre la intensidad de una corriente eléctrica, su fuerza electromotriz y
la resistencia, formulando en 1827 la ley que lleva su nombre que establece que I = V/R. Afirma que la
cantidad de corriente constante a través de un material es directamente proporcional a la tensión a
través del material dividido por la resistencia eléctrica del material.

Lo más destacable de él es que comienza enseñando las bases de la matemática con el propósito de que
el lector entienda el resto de libro. Lo hizo así porque para la época, incluso los mejores físicos alemanes,
carecían de una base matemática apropiada para la comprensión del trabajo. Motivo por el cual no llegó
a convencer totalmente a los más veteranos, quienes no creían que el acercamiento matemático a la
física fuese el más adecuado, por lo que criticaron y ridiculizaron su trabajo.

Su gran contribución fue el planteamiento de una relación fundamental llamada “Ley de Ohm”. Esa
misma ecuación había sido descubierta 46 años antes por Henry Cavendish, pero su carácter semi
ermitaño le impidió que se conocieran sus conclusiones hasta que las publicó casi 100 años después, en
1879, James Clerk Maxwell.

Tuvo diversos trabajos temporales en los colegios berlineses hasta que en 1833, acepta una plaza como
profesor en la Universidad de Núremberg, no obstante, tampoco era el puesto acorde a lo que él creía
que merecía.

En 1841, su labor fue reconocida por la Royal Society y le fue adjudicada la Medalla Copley; al año
siguiente fue incorporado como miembro foráneo de la Sociedad. Lo mismo hicieron varias academias,
entre ellas las de Turín y Berlín, que lo nombraron miembro electo. En 1845 era ya miembro activo y
formal de la Bayerische Akademie.

Más allá de sus investigaciones sobre la electricidad, también se interesó por la acústica, la polarización
de pilas y las interferencias luminosas. Por lo que, en 1843, anunció el principio fundamental de la
acústica fisiológica, debido a su preocupación por el modo en que se escuchan las combinaciones de
tonos que decía:

“Al estar expuestos a un sonido complejo creado al mezclar varios tonos, los individuos son capaces de
escuchar por separado cada tono”.
Pero sus hipótesis no tenían una base matemática lo suficientemente sólida por lo que acabó en una
disputa con el físico August Seebeck, quien desacreditó su teoría. Finalmente, Ohm reconoció sus
errores.

En 1849, Ohm aceptó un puesto en Múnich como conservador del gabinete de Física de la Bayerische
Akademie y llevó a cabo numerosas conferencias en la Universidad de Múnich. Tres años más tarde,
alcanzó el puesto que había ansiado toda su vida, fue designado como profesor titular de la cátedra de
física de la Universidad de Múnich.

Además, la unidad de resistencia eléctrica, el ohmio (Ω), recibe este nombre en su honor y ​es igual a la
de un conductor en el cual una corriente (I) de un amperio (1 A) es producida por un potencial de un
voltio (1 V) a través de sus terminales. Estas relaciones fundamentales representan el verdadero
comienzo de análisis de circuitos eléctricos.

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