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11001-02-03-000-2010-00238-00 C-T Cumplimiento Inmediato de Medida Antes de Notificar Auto Que Las Decreta

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CORTE SUPREMA DE JUSTICIA

SALA DE CASACIÓN CIVIL

Magistrado Ponente:
William Namén Vargas

Bogotá, D.C., veintiséis (26) de febrero de dos mil diez (2010)


Discutido y aprobado en sesión de veinticuatro (24) de febrero de dos mil diez (2010)

Ref.: 11001-02-03-000-2010-00238-00

Decide la Corte la acción de tutela instaurada por Jorge Andrés Alarcón


Perdomo contra la Sala Civil – Familia – Laboral del Tribunal Superior del Distrito
Judicial de Neiva, integrada por los magistrados Darío Fernando Mejía
González, Enasheilla Polanía Gómez y Edgar Robles Ramírez.

ANTECEDENTES

1. Invocando la vulneración del derecho fundamental al debido proceso


el promotor del amparo solicita declarar la ilegalidad, invalidez o inexistencia del
proveído de 27 de enero de 2010 proferido por el Tribunal accionado dentro del
proceso ejecutivo singular que adelanta en contra de Cristóbal Rodríguez García y
Hugo Tovar Marroquín, en el Juzgado Quinto Civil del Circuito de Neiva.

2. Como fundamentos de la petición de amparo constitucional el


accionante expone, en síntesis, que dentro del aludido proceso a instancia de la
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parte demandante, el juzgado de conocimiento a través de diferentes autos decretó


medidas cautelares, cuyo levantamiento fue solicitado por los demandados con
apoyo en el artículo 519 del Código de Procedimiento Civil.

Refiere que la parte demandada interpuso recurso de reposición y en


subsidio apelación contra el proveído que fijó la caución para los efectos previstos
en la citada norma, el último de los cuales fue rechazado de plano por el Tribunal
accionado debido a su extemporaneidad, y luego de consideraciones imprecisas
donde se analizan aspectos que nada tienen que ver con la inconformidad de la
parte apelante, decretó el levantamiento de todas las medidas cautelares
argumentando que no se notificó el primer auto que las ordenó, sin percatarse que
dichas cautelas se habían decretado en diferentes proveídos, cuya notificación por
estado no está permitida en razón a que son de cumplimiento inmediato, pero
aunque así lo fuere la irregularidad se subsanaría simplemente con ordenar la
notificación mas no con el levantamiento de aquellas.

Enfatiza que la decisión del ad quem constituye vía de hecho, por cuanto en
esa instancia se invadió un ámbito no controvertido, como quiera que no se
censuraba el auto que decretó las medidas cautelares, sino el que fijó la caución
para su levantamiento y, adicionalmente en virtud de ese equívoco dejó sin efecto
las cautelas sin apreciar que éstas son de inmediato cumplimiento y, contrario
sensu , las sujetó a la notificación del auto que las ordena, quedando de esa
manera desprotegida la garantía del pago de las obligaciones demandadas y
desnaturalizada la finalidad de las medidas cautelares.

3. La Corte admitió a trámite el libelo genitor, tuvo en cuenta como


prueba la documental acompañada con la demanda de tutela, requirió copia de las
piezas procesales pertinentes y dispuso librar las comunicaciones de rigor.

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CONSIDERACIONES

1. La acción de tutela es un instrumento de carácter preferente y


sumario previsto para la protección inmediata de los derechos constitucionales
fundamentales, cuando éstos resulten vulnerados o amenazados por la acción u
omisión de cualquier autoridad pública y, excepcionalmente, de los particulares.
Por su carácter residual sólo procede cuando el afectado no disponga de otro
medio de defensa judicial, salvo que se formule como mecanismo transitorio
para evitar un perjuicio irremediable.

En línea de principio, la solicitud de amparo no procede contra


providencias judiciales, a menos que se esté frente a un evento excepcional de
pertinencia, que de tiempo atrás se ha considerado puede tornar viable la acción
de tutela, esto es “cuando se detecta una desviación arbitraria, caprichosa o
absurda del fallador” (sent. del 16 de julio de 1999, exp. 6621).

2. En el caso bajo estudio, se aprecia que el Tribunal accionado tras


considerar que el recurso de apelación interpuesto contra el auto de 13 de
agosto de 2009 estimatorio de la caución de que trata el artículo 519 del código
adjetivo, devenía extemporáneo, determinó que como el auto de la misma fecha
por cuya virtud el juzgado de conocimiento decretó medidas cautelares y
respecto del cual también se concedió la apelación, fue emitido bajo una orden
de cúmplase, ello generaba irregularidad con entidad de anular “todo lo actuado en
materia de medidas de aseguramiento (…) de conformidad con lo dispuesto en el inciso
segundo del numeral 9 del artículo 140 del Código de Procedimiento Civil ” y para subsanar
tal incorrección dispuso que la mencionada providencia se notificara por
anotación en estado.

Sobre esta última determinación, esto es, la orden nulitiva y


consecuencial notificación por anotación en estado del proveído de 13 de agosto

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de 2009 decisorio de las medidas cautelares solicitadas por el actor, es que se


focaliza el reclamo constitucional, pues tal proceder en decir del quejoso
constituye vía de hecho por cuanto, por una parte, en la segunda instancia se
invadió un ámbito no controvertido, como quiera que no se censuraba el auto
que las ordenó sino el que fijó la caución orientada a obtener su levantamiento y,
por otra, en virtud de ese equívoco se dejaron sin efecto las cautelas, pues a
pesar de que apreció que éstas son de inmediato cumplimiento las supeditó a la
notificación del auto que las ordena, desprotegiendo con ello la garantía del
pago de las obligaciones demandadas, “hecho que desnaturaliza la finalidad de las
medidas cautelares”.

Con estos antecedentes, cumple indicar que de las copias allegadas al


expediente de tutela, se constata que mediante memorial presentado el 24 de
agosto de 2009, la parte demandada recurrió en reposición y subsidiariamente
en apelación la providencia a través de la cual “el despacho decretó medidas
cautelares” (fl. 19), al paso que manifestó darse por notificada de tal auto.
Decidido desfavorablemente para el recurrente el primero de los medios
impugnativos citados, el juzgado de conocimiento concedió la alzada para ante
el Tribunal Superior del Distrito Judicial de Neiva, autoridad que procedió
mediante auto de 27 de enero de 2010 a resolver el recurso vertical al igual que
el interpuesto contra auto de la misma fecha (13 de agosto de 2009), que fijó el
monto de la caución ofrecida por el extremo demandado con fundamento en el
artículo 519 del Código de Procedimiento Civil.

Lo anterior devela que el ad quem sí tenía competencia para resolver


dicho recurso, por lo que liminarmente la Corte no advierte la irregularidad
endilgada por el accionante, en el sentido de haber invadido el Tribunal
accionado “un ámbito no controvertido”.

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Sin embargo, no ocurre lo mismo frente a la nulidad declarada por dicha


autoridad en proveído de 27 de enero último, pues tal determinación pugna
abiertamente con la previsión normativa contenida en el artículo 327 del Código
de Procedimiento Civil, que al regular de manera especial lo atinente al
cumplimiento y notificación de las medidas cautelares establece que éstas “se
cumplirán inmediatamente, antes de la notificación a la parte contraria del auto que las
decrete”, lo que deja ver que el presupuesto en que se fundó el ad quem para
anular lo actuado mediante la decisión censurada carece de sustento legal, más
aún cuando en el caso concreto la parte demandada asumió el conocimiento del
proveído en cuestión y consecuente con ello interpuso los recursos ordinarios ya
mencionados, lo que de suyo torna inocua la notificación exigida.

No podía, entonces, la Colegiatura accionada decretar la nulidad de lo


actuado en materia de medidas cautelares y subsecuentemente ordenar la
notificación de la providencia de 13 de agosto de 2009, para supuestamente
subsanar una incorrección inexistente, punto que reviste trascendencia
constitucional, pues en rigor tales decisiones quebrantan la garantía fundamental
al debido proceso de la parte demandante y la razón prístina de dichos
instrumentos concebidos para garantizar de manera real y efectiva los derechos
reconocidos por la ley sustancial (artículo 4° ibídem) y, por supuesto, la
efectividad de las decisiones judiciales.

Justamente, la sentencia C-490 de 4 de mayo de 2000, en torno a la


regulación en comento precisó que “[l]a práctica de las medidas cautelares antes de la
notificación del auto que las decreta tiene una razón obvia, y es evitar que el demandado, al
conocer que un embargo o un secuestro fueron ordenados, pueda intentar insolventarse a fin
de eludir el cumplimiento de la sentencia (…)”.

3. De lo que viene de expresarse surge, entonces, la necesaria


intervención del Juez Constitucional en el presente asunto y para salvaguardar el

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derecho fundamental comprometido, se ordenará al Tribunal que a vuelta de


dejar sin efecto los apartados segundo y tercero de la resolutiva del auto en
cuestión, dicte la decisión que corresponda, tomando en cuenta las
consideraciones contenidas en el cuerpo de la presente providencia.

DECISIÓN

Con fundamento en lo expuesto, la Corte Suprema de Justicia, en Sala de


Casación Civil, administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad
de la ley, CONCEDE el amparo solicitado y, en consecuencia, dispone:

ORDENAR a la Sala Civil Familia Laboral del Tribunal Superior del


Distrito Judicial de Neiva, que en el término de cuarenta y ocho (48) horas, a
partir de la notificación del presente fallo, proceda a dejar sin efectos los
numerales segundo y tercero de la parte resolutiva de la providencia de 27 de
enero de 2010, y dentro de los diez (10) días siguientes al vencimiento de aquél,
dicte la providencia en el sentido que corresponda, atendiendo los lineamientos
expuestos en esta sentencia.

Comuníquese mediante telegrama a los interesados, envíese copia de la


sentencia a la Sala accionada y si la decisión no es impugnada, remítase el
expediente a la Corte Constitucional para su eventual revisión.

CÉSAR JULIO VALENCIA COPETE

JAIME ALBERTO ARRUBLA PAUCAR

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En permiso

RUTH MARINA DÍAZ RUEDA

PEDRO OCTAVIO MUNAR CADENA

WILLIAM NAMÉN VARGAS

ARTURO SOLARTE RODRÍGUEZ

EDGARDO VILLAMIL PORTILLA

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