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Clase de Denis

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Sustentante:

Jhon Ferri Mejía Javier

Asignatura:
Fundación De Historia Social
Dominicana.

Matricula:
100726889

Tema:
Informe De Lectura Grupal Del Capitulo
6,7,8 Del Libro Historia Colonial De La
Rep. Dom.

Facilitador:
Oliver Ramos Almonte
Realizar un informe de lectura grupal del capítulo 6, 7, 8
del libro Historia Colonial de la República Dominicana.
Unidad 6: Monopolio, contrabando y devastaciones
1560-1606.

La decadencia de la isla en el contexto del siglo XVI fue un proceso complejo,


influenciado por diversas políticas y eventos tanto internos como externos. La
implementación del sistema de flotas por el rey de España en 1543, con el objetivo
de proteger los barcos que viajaban entre Sevilla y las colonias americanas, tuvo un
impacto significativo en el comercio de la región. Esta medida condujo al aislamiento
y abandono de ciudades como Santo Domingo, mientras que La Habana emergió
como un puerto crucial en las Antillas. El monopolio comercial español y las
restricciones impuestas por los monarcas contribuyeron a esta situación, limitando el
desarrollo económico de la isla y provocando su declive gradual.

Además, la falta de una industria y agricultura desarrolladas en España para


satisfacer las demandas de las colonias americanas exacerbó la debilidad económica
de la región. La expulsión de musulmanes y judíos de la península ibérica, así como
la política mercantilista de concentrar el comercio en torno a los metales preciosos
provenientes de las colonias, también jugaron un papel crucial en el deterioro
económico. Esta estrategia mercantilista, combinada con la expansión imperialista y
las guerras de religión, terminó por debilitar aún más la economía española, afectando
negativamente el flujo de riqueza y recursos hacia las colonias americanas.

La continuación de la política imperialista por parte de monarcas como Felipe II, quien
fortaleció los lazos con el catolicismo en respuesta a la reforma protestante, añadió
tensiones adicionales a la situación. Esta confrontación con otras potencias europeas,
junto con los costos asociados a la expansión territorial y militar, contribuyeron al
agotamiento de los recursos y al declive económico generalizado. En conjunto, estos
factores delinearon un panorama de decadencia para la isla y las colonias españolas
en América durante el siglo XVI.
Aborda un período crucial en la historia colonial dominicana, destacando la compleja
dinámica entre el comercio ilegal, el contrabando y las acciones del gobierno español
para mantener su control sobre la isla. Se observa cómo el comercio clandestino
prosperó debido a las restricciones impuestas por España, que monopolizaba el
comercio a través de la Casa de Contratación en Sevilla. Este monopolio y las
políticas restrictivas, como la prohibición de comerciar con otros países europeos,
impulsaron el surgimiento de la piratería y el contrabando como respuestas al control
español.
El contrabando no solo representaba un desafío económico para España, sino
también una amenaza para su hegemonía política y religiosa en la región. La
introducción de ideas religiosas contrarias al catolicismo español, facilitada por el
contacto con comerciantes extranjeros, preocupaba a las autoridades, ya que podía
socavar la autoridad de la Iglesia católica y el poder del Estado español.

A medida que el contrabando se consolidaba como una actividad económica


fundamental en la isla, surgían propuestas para abordar este problema. Sin embargo,
las soluciones propuestas, como la reubicación de poblaciones afectadas por el
comercio ilegal, encontraban resistencia y generaban tensiones sociales y políticas.
La implementación de estas medidas drásticas provocó incluso rebeliones armadas y
demostró la complejidad de controlar una economía basada en el contrabando.

Las devastaciones causadas por las despoblaciones y el desplazamiento forzado de


comunidades tuvieron un impacto significativo en la isla, tanto en su estructura social
como en su economía. La división geográfica resultante, con la imposición de una
“guardarraya” para separar las zonas afectadas, reflejaba la profunda transformación
que experimentaba la isla como resultado de las políticas españolas para combatir el
contrabando.

En última instancia, el conflicto entre las autoridades españolas y las poblaciones


afectadas por las políticas anticontrabando ilustra las complejidades y contradicciones
de la dominación colonial. Mientras España buscaba mantener su control sobre la isla
y sus recursos, las comunidades locales luchaban por sobrevivir y preservar sus
formas de vida frente a las medidas coercitivas impuestas desde el exterior. Esta
lucha constante entre el poder colonial y las resistencias locales caracterizó gran parte
de la historia colonial dominicana.
Unidad 7: Ruinas, invasiones y militarización de la vida
social, 1606-1655.

El siglo XVII estuvo marcado por importantes acontecimientos en la Isla de Santo


Domingo, como las devastaciones de Osorio, la ocupación de la Isla Tortuga por
aventureros ingleses y franceses, y las expediciones militares españolas contra ellos.
Además, hubo una constante actividad guerrera contra traficantes europeos
enemigos de España y enfrentamientos con el expansionismo francés. La miseria
social y el abandono se agravaron con catástrofes naturales y enfermedades.

En Europa, las confrontaciones se intensificaron con la Guerra de los 30 Años, que


involucró a varios países y tuvo resultados trágicos para el imperio español. Surgieron
compañías de las Indias Occidentales, organizadas por holandeses, ingleses y
franceses, para combatir los intereses españoles en América.

El censo de Osorio en 1606 reveló la situación social y económica precaria en la isla,


con poblaciones reducidas y dependencia de subsidios de España. Las Compañías
de las Indias Occidentales desempeñaron un papel crucial en el enfrentamiento contra
España, con los holandeses liderando incursiones piratas en el Caribe y los ingleses
estableciendo colonias en América del Norte.

En la Tortuga, diversos grupos como bucaneros, filibusteros, habitantes y engagés,


se dedicaron a actividades como la caza, la siembra y el saqueo. Se formaron
sociedades especiales, como los Hermanos de la Costa, compuestas por hombres
independientes y sin leyes. Hubo intentos de expulsar a los invasores europeos, pero
las luchas fueron constantes y la isla cambió de manos varias veces.

La invasión inglesa de 1655 fue un evento destacado, con un intento fallido de tomar
la ciudad de Santo Domingo debido a la resistencia española y desavenencias entre
los comandantes ingleses. La población sufrió económicamente, con el declive de las
plantaciones y la desaparición de los ingenios y estancias.

Estos eventos muestran la complejidad y la lucha por el control de territorios en el


siglo XVII, tanto en la Isla de Santo Domingo como en Europa, con consecuencias
significativas para el imperio español y las potencias emergentes.
Unidad 8: Formación de la colonia francesa, 1640-1697.

Primeros gobernadores de la Tortuga.

En 1630 empezaron a refugiarse en la isla Tortu-Ga los primeros contrabandistas


europeos. Había Salido huyendo de la isla de San Cristóbal después Que una armada
española que se dirigía a Brasil Recibió la orden de desalojarlos de la islita caribeña
Donde convivían, desde hacía varios años, ingleses y Franceses.

En esa década se produjeron tres ataques espa-Ñoles contra los fugitivos que
asaltaron la Tortuga. En las tres ocasiones fueron atacados por sorpresa Y
expulsados, pero tan pronto pasaba el peligro los Sobrevivientes se reagrupaban y
volvían a ocupar la Islita que, desde aquellos años, pasó a ser la principal Guarida de
los traficantes que atacaban los intereses Españoles en las Antillas.

Al concluir la matanza de 1638 realizada por Otra armada española que recibió
órdenes de aniqui- Lar a los traficantes de la Tortuga, los que lograron
Escapar se escondieron en lugares inaccesibles de la Isla grande y cuando los
españoles se retiraron, “se Juntaron unos trescientos” y retornaron a la islita,
“donde eligieron jefe a un inglés que desde Hacía tiempo ejercía el oficio de bucanero
gún el Padre Jean-Baptiste Labat.

Mientras tanto, el jefe de los aventureros franceses en las Antillas Pierre Belain
D’Énambuc había muerto en San Cristóbal en 1636, luego de haber Iniciado
exitosamente la colonización de Martinica Y Guadalupe. El padre Du Tertre
consideraba a esas tres islas caribeñas “las madres que alumbraron todas las
colonias francesas en las Antillas”. El nombre de D’Énambuc, su primer conquistador,
quedó estampado como uno de los más arrojados aventureros en la historia de la
colonización francesa.

Reconocido por De Poiney como gobernador de la tortuga, Levasseur construyó


varias fortificaciones, colocó cañones y otras piezas de artillería en lugares
estratégicos para resistir incursiones enemigas. Siendo un buen ingeniero, convirtió
la islita en una plaza muy segura para bucaneros y filibusteros.
En 1643 los españoles la atacaron por mar y por tierra, con 10 naves y mil soldados,
pero fracasaron.
El fracaso español por reconquistar la islita fortaleció la autoridad de Levasseur. Al
convertirla en una Plaza inexpugnable, en refugio seguro para los aventureros, sus
actividades se incrementaron enormemente. Ninguna otra isla caribeña ocupada por
piratas enemigos de España fue tan confiable como ella en aquellos años. De Poincy
esperó con paciencia el momento oportuno para deshacerse del tirano calvinista que
implantó el terror en la Tortuga.

En 1652 arribó a San Cristóbal otro comandante francés llamado Timaleón de


Fontenay, a bordo de una fragata artillada con 22 cañones. En él vio De Poincy la
posibilidad de recuperar su autoridad sobre la Tortuga. Ambos caballeros franceses
suscribieron en mayo un convenio contra el hugonote que había construido las bases
de la futura colonización francesa en la parte oeste de la Isla de Santo Domingo.
Antes que Fontenay llegara a la Tortuga se produjo el asesinato de Levasseur “a
manos de dos ahijados y protegidos suyos”. Con ellos pactó el nuevo gobernador la
entrega de la plaza, a cambio de ventajas personales. Las nuevas circunstancias
internacionales, Surgidas a partir de 1648, gravitaron con más fuerza Sobre la
voluntad, el entusiasmo y el genio militar De Montemayor y Cuenca, quien había
organiza-Do también la mejor defensa de la ciudad de Santo Domingo cuando fue
atacada por los ingleses abril de 1655.

“Tan pronto los ingleses fueron derrotados, se


Debatió en la capital qué hacer con la Tortuga. Nueva-
‘mente se repitió la historia de los debates que intercedieron a la orden de las
devastaciones emitida por el rey de España en agosto de 1603 y que Osorio ejecutaría
a sangre y fuego, sin escuchar a los personajes, De la colonia que se oponían a tan
drástica medida.
En diciembre de 1656 Du Rausset recibió del Rey el título de gobernador de la
Tortuga, “sin que Eso significara ayuda ni recurso del gobierno francés Para la
empresa de reconquistar la isla”. Tres años Necesitó el señor Du Rausset para
preparar su expe- Dición y recuperar la islita, considerada la cuna de la Actual
República de Haití.

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