Adolescencias
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Adolescencias
Facultad de Filosofía
Profesorado de Física
Profesorado de Tecnología
Adolescencias
INDICE
Contenido Página
1. Orientación de la Unidad……………………………………………………………………………. 2
2. Objetivos de la Unidad……………………………………………………………………………….. 3
3. Esquema de la Unidad………………………………………………………………………………… 3
4. Glosario……………………………………………………………………………………………………… 4
a. Avatares de la sexualidad………………….………………………………………………… 7
b. Los proyectos……………………………………………………………………………………… 12
8. Resumen………………………………………………………………………………………………………. 20
9. Ejercicios de Autocomprobación…………………………………………………………………. 20
10. Bibliografía………………………………………………………………………………………………… 20
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por la que nos referimos a este periodo de la vida como ADOLESCENCIAS, dado que cada
persona lo transita de modo singular.
La unidad contiene 2 grandes partes: los aspectos psíquicos y emocionales, y los aspectos
sociales. Cada una de estas partes está a su vez desglosada. Es importante mencionar que esta
presentación de contenidos tiene que ver con su finalidad pedagógica, para que a cada alumno
se le haga más sencillo abordar este tema que encarna una gran complejidad.
OBJETIVOS
Objetivo general:
Objetivos particulares:
Acontecer psíquico y
ADOLESCENCIAS Contexto Social
emocional
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GLOSARIO
Exogamia: Sistema de parentesco, que se caracteriza por la elección del cónyuge y que
prohíbe la relación matrimonial o de unión entre los miembros de un mismo grupo. La regla, al
establecer que el cónyuge obligatoriamente debe ser elegido entre los miembros de un grupo
ajeno al propio, prohíbe un individuo del mismo grupo.
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ADOLESCENCIAS
Pensar cuáles son las exigencias de esta etapa y en qué sociedad se despliegan actualmente
nos puede ayudar a pensar los avatares posibles.
Todo adolescente debe escribir una historia, la suya propia, sublimando sus pulsiones y
desplegando un mundo fantasmático, despegándose de los padres en este camino.
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Es por esto que todo adolescente vive necesariamente una crisis y que ésta, generalmente,
implica una pelea con el mundo adulto. Un mundo adulto al que le puede resultar difícil
entender el valor que tiene el contexto social en esta etapa. Así, el modo en que se transite
tiene mucho que ver con los valores sociales predominantes y con el grupo de pertenencia. Por
esta razón, será una adolescencia diferente de la de las generaciones precedentes.
A la vez, hay una reestructuración de los contenidos representacionales del inconsciente y del
preconsciente y se reorganizan los límites entre ambos sistemas. La reedición del Complejo de
Edipo reactualiza los deseos incestuosos, las cadenas representacionales, las pulsiones y las
defensas, los mandatos y el narcisismo se reorganizan.
Las primeras inscripciones, ya organizadas durante la niñez, van a sufrir una reescritura, casi
una nueva escritura, un cambio de idioma. Cuando las exigencias pulsionales y del contexto se
incrementan, van sufriendo nuevos destinos.
En este marco, es muy fácil confundir la crisis adolescente con una patología.
El adolescente puede actuar lo que el niño fantasea; tiene otras herramientas pero sigue
sosteniendo la lógica megalomaníaca de la primera infancia ("a mí no me puede pasar nada
malo"). Y, para colmo, los adolescentes deben "matar" a los padres infantiles, sin matarlos. Es
decir, los padres deben dejar de ser los padres omnipotentes de la infancia, pero es
fundamental que sigan estando y que planteen un espacio de confrontación posible.
Los padres, frente a los adolescentes, lo que deben hacer es sobrevivir. Esto es muy
importante, ya que si declinan su lugar se ubican como impotentes, como "muertos" frente al
embate adolescente. Y si un padre está ya muerto, no hay con quién confrontar. El
adolescente puede quedar atrapado en una situación difícil, intentando que el otro cobre vida
por medio de desbordes violentos.
Los cambios entre las generaciones se hacen muy evidentes en este momento de la vida. Y
siempre va a haber una ruptura con la generación anterior, a la que le será difícil comprender
la adolescencia del hijo.
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3. los avatares del narcisismo, en tanto la adolescencia implica una puesta en juego de todo lo
incorporado, todo lo metabolizado.
Avatares de la sexualidad
El adolescente se encuentra con un cuerpo indominable y debe hacer un duelo por su cuerpo
de niño; debe resignar identificaciones, separarse de los padres de la infancia y reconstruir su
narcisismo puesto en jaque apelando a nuevos logros. Y, al
mismo tiempo, las urgencias pulsionales y las exigencias
sociales presionan desde un interno-externo que vuelve a
confundirse.
La sublimación de las pulsiones juega un papel muy importante en esta etapa. Este camino se
hace a veces difícil si la sociedad no ofrece al adolescente vías valorizadas para encontrar
placer por fuera de la satisfacción pulsional directa.
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Frente al estallido pulsional desbordante, el púber, que no sabe qué hacer con tanto alboroto
interno, con su cuerpo cambiante, con sus identificaciones que son propias y ajenas a la vez,
puede buscar caminos complejizadores, armar novelas, crearse familias sustitutas y pieles
nuevas, pero también puede intentar expulsar de sí todo dolor, toda pasión, todo empuje y
toda identificación que le recuerde a aquellos de los que se quiere diferenciar.
Hay también otro tipo de inscripciones: aquellas que remiten a un vacío, a aquello que no ha
podido simbolizarse. Así, en la adolescencia, las marcas no traducidas, las sensaciones y
desarrollos de afecto tempranos insistirán, tomando nuevas formas.
Con el adolescente, el adulto tiene que ser como un puerto que lo recibe cada vez que vuelve,
sin pretender ocupar un lugar privilegiado y soportando sus inevitables embates. Es decir,
tiene que armar un espacio en el que no lo abrume, posibilitando el movimiento de despegue.
El pasaje del vínculo corporal a la palabra es clave, en tanto el contacto corporal puede ser
fuente de excitación y, por ende, traer aparejada mucha hostilidad. Sostener una relación en la
que pueda predominar el lenguaje verbal facilita el vínculo padres-hijos y parece ser una
transformación necesaria en los modos de acercamiento.
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El narcisismo en jaque
Cuando un adolescente carga una historia ajena y quiere desembarazarse de todo aquello que
le haga recordar su infancia y su dependencia (intento que será más violento cuanto mayor sea
la dependencia), las criptas y fantasmas que encarna resurgirán de las cenizas y muchas veces
lo llevarán a realizar actos no pensados.
Aquello que fue pasando de abuelos a padres sin palabras ni tiempo puede operar como
fuerza interna insoslayable, a menos que pueda ser historizada, que se le devuelva un sentido
ligado a un tiempo ya pasado y a otros personajes.
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memoria, son modos de proteger a las generaciones venideras de que el pasado los envuelva y
no les permita despegar.
Todo adolescente busca valores alternativos a los de los padres, que la sociedad les ofrece casi
inevitablemente modelos e ideales a los que intentará responder y en el cumplimiento de los
cuales intentará
recuperar la imagen
perdida. Es decir,
mientras se es un
niño, se puede
suponer amado por
todos si se es amado
por los padres, pero la
salida al mundo
implica la puesta en
juego de las propias
posibilidades frente a otros. El sostén narcisista proveniente de vínculos exogámicos durante la
adolescencia es clave para el decurso del proceso adolescente.
Muchas de las dificultades que vemos en los adolescentes de hoy (cortes en el cuerpo, ataques
de angustia, deserción escolar, intentos de suicidio, uso de alcohol y drogas, fugas reiteradas,
trastornos de la alimentación) deben ser pensadas no sólo en el contexto de que no pudieron
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identificarse con otros que se conectaran empáticamente con ellos, sino también en un
contexto de falla en la constitución del Ideal del Yo cultural. Nos enfrentamos con una
dificultad importante en muchos adolescentes actuales que carecen de ideales, lo que refleja
un vacío interno.
En un contexto cultural en el que las normas y valores no están claros, el pasaje del vínculo
corporal a la palabra se hace más difícil y esto lleva a que se fluctúe entre momentos de
confusión y de violencia. En una historia de violencias, en un contexto transgresor, una época
de crisis de los valores éticos, es más difícil encontrar un camino.
Los valores que predominan en nuestra cultura —como el éxito fáciI, la apariencia, el
consumo— no tienen peso. La idealización del poder y de la magia refuerzan los ideales del Yo
Ideal. En lugar de proyectos, hay un "ya" demoledor. Esto, en un momento en que el sí mismo
está siendo cuestionado, puede ser devastador.
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creación supone normas, reglas y posibilidades de ir más allá de ellas, de romper con los
caminos ya establecidos, retomando la historia para abrir recorridos nuevos.
Es cierto que es un tiempo de armar historias, de reorganizar lo vivido. Quizás por eso la
escritura es una salida elaborativa para muchos adolescentes. Cuentos, novelas, poesías: un
escribir para vivir.
En ese sentido, la escritura tiene un valor particular. Los diarios íntimos así como la escritura
de cuentos, novelas y poesías son modos de historizar aquello que parecería no tener ilación. Y
también constituyen formas de rearmarse como alguien a pesar de los trozos de otros que
convergen en uno. Es fundamental que el adolescente pueda crear historias, que arme
relatos, que sueñe...
Los Proyectos
Los proyectos son la presencia de la pulsión de vida; allí donde el narcisismo primario se
quiebra, muestran la distancia con el ideal y a la vez lo ubican como posible. Proyectos y
esperanza permiten desplegar el empuje pulsional de un modo mediatizado.
Proyectos y esperanza que, desde una mirada diferente, permiten pensar al adolescente como
a alguien que crece, que va a los tumbos, que descubre y cuestiona, que actúa por
desesperación y porque siente que tiene que jugarse y mostrarse. Deberá ir armando, a su
manera, un mundo distinto al de sus padres, en lo privado y en lo público. Y que debe ser
acompañado en ese trayecto sin ser lanzado al precipicio ni encerrado en la prisión
endogámica.
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En el adolescente, la fantasía, el armado de novelas y la poesía poseen el valor que para el niño
tiene el juego dramático. Implican la posibilidad de entramar lo que irrumpe desde las
exigencias pulsionales y la crisis identificatoria. Además le permiten la creación de un mundo
diferente que acompaña los avatares cotidianos.
Será más fácil soportar los embates pulsionales y los del mundo cuando la estructuración
psíquica ha sido sólida, cuando las inscripciones tempranas no han quedado como líneas
directrices sino que han podido ser, siempre parcialmente, traducidas a otros idiomas, a otros
modos del representar.
La adolescencia posibilita nuevas vías, nuevos recorridos, nuevas imágenes de sí y de los otros,
y que esto a su vez se construye sobre lo ya inscripto. Es decir, las determinaciones no son
lineales sino complejas. La adolescencia es un momento de reescrituras y a la vez una instancia
clave en la escritura de la propia historia.
La deserción escolar y el desinterés por lo relativo a la enseñanza son algunos de los problemas
con los que nos encontramos en los adolescentes.
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Esta situación se viene agravando por la desconexión que hay entre el adolescente y la
escuela, en tanto ésta ha dejado de ser el lugar privilegiado para la transmisión del saber.
Muchas veces, los chicos buscan en la web lo que quieren aprender, que suele diferir de la
oferta escolar. Sin embargo, la escuela sigue siendo el sitio privilegiado al que deben concurrir
todos los niños y adolescentes. Es un lugar de encuentro con otros y de apertura de nuevos
intereses.
Y la escuela suele ser un lugar privilegiado donde esto se pone en juego. Es decir, se espera
que el adolescente muestre en su rendimiento escolar sus potencialidades, con la fantasía de
que eso le garantizará un futuro brillante. Es en esta coyuntura que la escuela cobra un lugar
especial. Hemos mencionado la importancia que tiene para el adolescente la aprobación del
contexto: del grupo de pares y de otros adultos. Y es a partir de esto que podemos encontrar
la oportunidad para reflexionar acerca del criterio de evaluar descalificando si no alcanzó lo
esperado, de sancionar con un número la dificultad y se centraría la cuestión en ayudarlos a
sostenerse como personas pensantes, como aquellos que pueden crecer y aprender. Es decir,
la palabra de la escuela en esta etapa de la vida tiene un valor fundamental, en tanto puede
abrir caminos o cerrarlos.
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Otro asunto a considerar es que el adolescente necesita el ámbito escolar como espacio de
socialización y de armado de proyectos. Cuando un adolescente deserta de la escuela (y estas
muchas veces funcionan de un modo expulsivo), queda fuera de ese espacio de despliegue, de
encuentro con otros y de construcción colectiva.
Nos interesa la imagen que del adolescente nos transmiten los medios. La realidad que crean
los medios, la crean con un material que está latente en la subjetividad de la época y que el
medio recoge y amplía. Se construye la ficción con algo que está pasando en la realidad. A su
vez, esa ficción empuja al adolescente a imitar el personaje creado en los medios. El
adolescente creado por los medios está alcoholizado, drogado, peleándose violentamente,
tanto entre varones como mujeres, delinquiendo, amenazando, asesinando, poniéndose en
coma. Es evidente que no se trata de la mayoría de los adolescentes, pero en el imaginario
colectivo es el adolescente de la actualidad. ¿A qué se debe esta construcción subjetiva que el
medio termina de armar como generalización? Este adolescente nos muestra el mundo que
nos atraviesa. Un mundo donde la perspectiva laboral no implica la realización de los ideales,
sino sólo la supervivencia. Es un mundo que nos provoca irritación y protesta. Sospechamos
que estamos sometidos a la tiranía de la dase política corrompida. Sospechamos que la justicia
y la policía sólo protegen a los delincuentes. No hay perspectivas, sólo hay el momento de la
explosión. No hay construcción. Es imposible construir otra subjetividad para la adolescencia
mientras la realidad nos muestra esta construcción.
La adolescencia tiene actualidad y tiene historia. Siempre hay un adolescente actual, que
conocemos a través de los medios que lo construyen y hay un adolescente del pasado, que
conocemos a través de los medios que lo construyeron. Cada generación introduce
modificaciones en la adolescencia, cuando hablamos del adolescente, tenemos que fechado.
De modo que la temporalidad es un factor muy importante.
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Cada época refleja, en los medios, cómo es su adolescente. A su vez, ese adolescente que se
representa en los medios y que define la subjetividad del adolescente de la actualidad influye
como modelo sobre el adolescente real, el cual quiere asemejarse a su prototipo. El
adolescente actual ha desarrollado un modo de subjetividad que puede adaptarse a un ritmo
vertiginoso de cambios. La moda es tiránica y cambia permanentemente. El tiempo de
elaboración debe ser muy rápido, porque ya hay inmediatamente una cosa nueva a la cual
adaptarse.
Esa cosa nueva es generalmente un nuevo aparato. Todo se hace rápidamente obsoleto. Es
como si nos estuviésemos acelerando y el adolescente arma su subjetividad tratando de
alcanzar ese tiempo de marcha. El adolescente de hoy es un adolescente enchufado a los
medios. El aparataje digital forma parte de su cuerpo y de su subjetividad. Lleva consigo
acoplados la música, la charla con los amigos y las noticias. Está inmerso en la actualidad. La
información es inmediata.
Si queremos hacer un poco de historia del adolescente enchufado, podemos tomar una serie
ya vieja como momento de inicio del adolescente permanentemente enchufado. La serie era
"Beavis and Butthead".
Sucediendo a "Los Simpson", una serie que retrata la subjetividad de un prepúber, su relación
con su padre, su madre, su hermana y su entorno, apareció una serie que tomaba dos
adolescentes que recién habían ingresado a esa etapa: "Beavis and Butthead". Se trataba de
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Por otra parte, era muy importante ver la relación de estos personajes, and B., con la violencia,
porque su discurso era a todas luces un discurso despiadado. Eran absolutamente pasivos en
su acción y violentos en su crítica. Todos los personajes adultos eran objeto de burla y
denigración, sin excepción. El tercer personaje protagonista de la serie de B. and B. era la
misma televisión, con la que mantenían una relación adictiva. Podríamos decir que la
televisión era la madre de B. and B. Era el objeto que los nutría y los contenía.
A esta serie, la sucedió otra, aún más movilizante donde los niños eran los protagonistas,
“South Park”. Allí se
mostraba los efectos del
mundo en la subjetividad
de la niñez. Su escenario
era una escuela primaria
en la que se presentaban
casi todos los problemas
que luego iban a explotar
en la adolescencia. Lo
más llamativo era el
hecho de que no se
espera nada del adulto, sino sólo el traspaso del poder de consumo. Frente a la pasividad de
los púberes que estaban todo el día con MTV, estos niños se presentaban como mucho más
metidos en el mundo.
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Por un lado, la aparición de estas series y, por el otro lado, el espacio de las noticias y de la
actualidad que mostraban nuevos y más profundos episodios de violencia que tenían por
protagonistas a los adolescentes y a los niños. Asimismo, el cambio rápido de las series indica
la velocidad en el armado de las nuevas subjetividades.
La actualidad nos hace sentir que el tiempo pasa más rápido y las distancias entre las
generaciones se acortan desde sus extremos hacia el centro. Los más jóvenes se acercan a los
más grandes y los más viejos se acercan a los más jóvenes.
Lo privado y público
Los medios se nutren de lo privado. Hacen de lo privado su negocio y lo llevan a su fin. Todo
hecho privado se transforma ahora en público y en fenómeno mediático y al ser mediático es
inmediatamente planetario.
¿Es el medio el que origina el fenómeno social o es la sociedad lo que origina el fenómeno del
medio? ¿Cambiando el medio, cambiaremos los fenómenos sociales? Es decir, ¿dónde está el
origen del problema, en la sociedad o en el medio? ¿Son los medios los que están produciendo
los niños y los adolescentes de hoy? ¿O es otra cosa lo que los produce? Por otra parte: ¿qué
capacidad tienen los medios de cambiar los fenómenos sociales?
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Este proceso no empieza en los medios, sino que empieza por un envío al medio de un
mensaje que circula en la sociedad y que el medio recoge, creando una ficción que da cuenta
de un cambio en la subjetividad. "Beavis and Butthead" es un gran ejemplo de un cambio de la
subjetividad en los púberes, mientras que South Park marca la aparición de cambios de la
subjetividad en la infancia. "Lost" muestra a un grupo de adultos perdidos en una tierra
inubicable: ¿no hay en esta escena una descripción de la desorientación, de lo perdidos que
están los adultos en el mundo actual?
El medio es entonces algo semejante a una pizarra donde se configura la escritura de los
fenómenos. No tiene en sí misma la capacidad de generar un sujeto, a lo sumo genera un clon.
Un sujeto se diferencia de un clon, el sujeto es capaz de producir una opinión propia; el clon,
por su misma esencia, hace un doblaje de la opinión del otro.
RESUMEN
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La escuela tiene la oportunidad de tomar estos cambios y operar a favor del adolescente, no
siendo punitoria y aprovechando la creatividad propia de este momento de la vida.
EJERCICIOS DE AUTOCOMPROBACION
BIBLIOGRAFÍA UTILIZADA
1) Verdadero.
2) Verdadero.
3) Verdadero.
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4) Verdadero.
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