La Crónica Roja en Colombia
La Crónica Roja en Colombia
La Crónica Roja en Colombia
Colombia
Noviembre 2017
Programa de Literatura
2
Colombia
Directora
Programa de Literatura
3
Dedicatoria
Agradecimientos
Quiero agradecer a todas las personas que de una u otra forma hicieron parte de este
páginas.
trabajo.
experiencias.
A los cronistas que inspiraron este trabajo por su dedicación y compromiso para narrar la
Para los escritores verdaderos, el periodismo nunca es un mero modo de ganarse la vida sino un
recurso providencial para ganar la vida. En cada una de sus crónicas, aun en aquéllas que
nacieron bajo el apremio de las horas de cierre, los maestros de la literatura latinoamericana
comprometieron el propio ser tan a fondo como en sus libros decisivos. Sabían que si traicionaban
mismos. Un hombre no puede dividirse entre el poeta que busca la expresión justa de nueve a doce
de la noche y el reportero indolente que deja caer las palabras sobre la mesa de redacción como si
fueran granos de maíz. El compromiso con la palabra es a tiempo completo, a vida completa. El
periodismo no es una camisa que uno se pone encima a la hora de ir al trabajo. Es algo que duerme
con nosotros, que respira y ama con nuestras mismas vísceras y nuestros mismos sentimientos.
Resumen
del patrimonio literario de cinco cronistas colombianos que marcaron el desarrollo de este
un análisis en torno al género y sus protagonistas, teniendo en cuenta las dificultades que se
Los autores que hacen parte de este trabajo son: José Joaquín Jiménez, Felipe
González Toledo, Pedro Claver Téllez Téllez, Ismael Enrique Arenas y José Antonio
La crónica roja nació en Colombia a finales del siglo XIX y encontró su auge en
medio de una de las épocas más dolorosas en la historia del país: La Violencia. Con
maestría literaria y veracidad a prueba de todo, los cronistas relataron los hechos más
sangrientos del momento en los diferentes diarios del país, lo que los llevó a ganarse un
puesto importante en la historia del género. Hoy sin embargo el panorama es diferente, la
editorial. Los tabloides, como se les conoce a los diarios especializados en temas judiciales,
Abstract
This critical study pursues the retrieval and dissemination of the literary heritage of
five Colombian chroniclers that set a standard in the development of the red note genre in the
analysis of the genre and its protagonists has been made, considering the current difficulties
to access their works and the need to spread them across and bring this material to the new
generations.
The following authors are part of this work: José Joaquín Jiménez, Felipe González
Toledo, Pedro Claver Téllez Téllez, Ismael Enrique Arenas and José Antonio Osorio
Lizarazo, as they are considered significant pioneers of the red not genre in the country.
The red note genre saw its first days in Colombia in the end of the 20th century and
had its boom in the middle of one of the most painful times in the country’s history: ‘La
Violencia’. With literary mastery and invincible veracity, the chroniclers told the bloodiest
events of the time in the diverse papers of the country, what granted them an important place
in the history of the genre. Nowadays, however, the scene is different. The red note is fixed
in sensationalism by making use of blood as its only editorial resource. Tabloids, the name
for newspapers specialized in court affairs, tell violent stories of the city where they are
published and resort to outrageous headlines, convoluted stories and explicit photographs in
Tabla de contenido
Pág.
Introducción……………………………………………………………… 11
Marco contextual 20
El Periodismo en Colombia.………………………………………………. 20
La crónica...………………………………………………………………… 23
La crónica en Colombia.…………………………………………………… 26
La crónica Roja.….………………………………………………………… 31
Marco conceptual…………………………………………………………. 46
Capítulo 2. El libro…………………………………………………………. 81
Conclusiones………………………………………………………………… 89
Referencias…………………………………………………………………. 95
Anexos………………………………………………………………………. 99
10
Lista de figuras
Pág.
Introducción
cumple con los requisitos para ser noticia. La crónica está ligada de forma íntima al
La crónica lleva más de un siglo ocupando las páginas de los principales diarios y
revistas especializadas del país y ha logrado consolidarse como uno de los géneros que más
atrae al público; sin embargo no es tan sencillo acceder a los textos que consolidaron este
género en el país.
Las compilaciones de los relatos más importantes de los escritores de la época están
en su mayoría fuera de catálogo y las crónicas consignadas en los diarios solo pueden ser
del tema.
Con esta problemática el presente trabajo de grado pretende divulgar las crónicas
que marcaron el desarrollo de este género periodístico en Colombia a lo largo del siglo XX
destacando sus temas y sus rasgos en torno a cinco personajes: José Joaquín Jiménez,
Felipe González Toledo, Pedro Claver Téllez Téllez, Ismael Enrique Arenas y José Antonio
actual, nombres que engalanan los principales diarios y librerías del país, algunos aunque
Alberto Salcedo Ramos, Ricardo Silva Romero, Cristian Valencia, Germán Castro
Caicedo, Alfredo Molano, María Jimena Duzán, Juan José Hoyos, Gabriel García Márquez
periodístico; esos primeros cronistas que a su vez eran fotógrafos, periodistas, detectives,
rescatistas y hasta policías. Todos ellos sentaron las bases y prepararon el camino que hoy
presenciamos:
Germán Pinzón, Pedro Claver Téllez, José Joaquín Jiménez Ximénez, José Antonio
Osorio Lizarazo, Luis Tejada, Ismael Enrique Arenas, Eduardo Mendoza Varela, Jairo Zea,
Antolín Tomás Calderón y por último, pero no menos importante, Felipe González Toledo.
bipartidista y encontró su lugar gracias a la necesidad de los colombianos por conocer los
hechos que cambiaban radicalmente el mundo que conocían. Los cronistas difundieron sus
historias en los diarios más importantes del país y los lectores convirtieron sus relatos en
A pesar del éxito que tuvieron en su época estos escritores y periodistas hoy en día
es casi imposible conseguir ejemplares de los libros que se editaron con sus trabajos,
incluso en las librerías especializadas. En un último intento por rescatar parte de estos
documentos la Biblioteca Luis Ángel Arango digitalizó para su página Web una
compilación de crónicas de Felipe González Toledo. Sin embargo los esfuerzos han sido
1
En esta investigación nos adherimos al concepto histórico conocido como la Violencia con mayúscula inicial
para referirnos al periodo entre 1948 y 1958, aproximadamente y que corresponde a los enfrentamientos entre
los simpatizantes del partido Liberal y partido Conservador colombiano.
13
insuficientes para conseguir que más lectores tengan acceso a otros cronistas de la época y
El aporte que busca dejar este trabajo de grado es la divulgación de la crónica roja
mediante la creación de un espacio de distribución para este género y sus más grandes
Para esto se recopilaron las crónicas más significativas de los autores que hacen
parte de este estudio, las cuales van acompañadas de un análisis literario en una edición
digital (e-book) de dos volúmenes que le ofrece a los lectores una visión detallada de las
obras.
Por lo anterior, este trabajo se plantea como objetivo general, visibilizar los relatos
de cinco cronistas colombianos del siglo XX mediante una reedición de sus obras para que
los lectores puedan acercarse a las historias de una época violenta que marcó el rumbo
social y político del país. A partir de este objetivo se desglosan dos específicos, a saber:
recopilar las crónicas de los cinco autores estudiados, teniendo en cuenta su valor literario e
histórico, en una edición de dos tomos junto a un análisis y así crear un proceso de
distribución del material editado que sea sencillo y de fácil acceso para los lectores.
Para los efectos, este trabajo de grado está dividido en cinco secciones. En la
diferentes autores y trabajos que han tratado el género de la crónica roja. La segunda es el
marco teórico con los principales conceptos que se tuvieron en cuenta para esta
investigación. En la tercera sección, el lector encontrará un análisis sobre los autores y sus
obras: quiénes son, por qué fueron escogidos y la importancia de sus obras a nivel literario
e histórico.
14
electrónicos, los espacios de difusión y los aportes que deja esta investigación para el
ámbito del patrimonio y la edición de textos. En quinto lugar se presentan las conclusiones,
Marco de referencia
del siglo XX en Colombia tomando como punto de partida las historias escritas por José
Joaquín Jiménez, Felipe González Toledo, Pedro Claver Téllez Téllez, Ismael Enrique
Arenas y José Antonio Osorio Lizarazo. Esto con el fin de encontrar un medio de rescate y
difusión de los testimonios de aquellos que vivieron y retrataron una de las épocas más
en torno a la crónica literaria en América Latina para con estos trazar un camino que
analizaron los factores que influyeron para la aparición de la llamada crónica de sucesos o
crónica roja.
temporalmente hacia finales del siglo XX e inicios del XXI. Sin embargo el explosivo
interés por analizar, conservar y difundir los primeros pasos de este género en el país no fue
suficiente para llegar a nuevas generaciones de lectores más allá del ámbito académico.
16
Marco de antecedentes
Este proyecto se encaminó a finales del año 2016, pensando en la importancia que
a las dificultades que se presentaban para acceder a sus relatos y la necesidad de difundirlos
Los estudios sobre la crónica en América Latina han tomado como punto de partida
los relatos escritos en el siglo XVI que dan razón de la llegada de los españoles al territorio
Estas crónicas de orden histórico relatan la forma como ocurrió la conquista: las
ponencias y libros; para este proyecto en particular se han tenido en cuenta los textos
realizados por Mariano Cuesta Domingo (2007), Julio Martín López (2012) y Gabriela
Esquivada (2007).
Los dos primeros con análisis profundos acerca de las Crónicas de Indias y sus
Duque, Rossana Reguillo, Gabriela Esquivada y Graciela Falbo (2007), Susana Rotker
(2005), Roberto Herrscher (2009), Tom Wolfe (1976) y Ryszard Kapuscinski (2003).
Todos estos escritores, académicos y periodistas buscan en sus trabajos contestar las
quedado solamente en esto: ellos analizan, critican y catalogan el saber en torno al quehacer
del cronista. Aunque en su mayoría son autores latinoamericanos cabe destacar la inclusión
de dos grandes expositores del género: Tom Wolfe (Estados Unidos) y Ryszard
Kapuscinski (Polonia). Esta inclusión se debe al papel que jugaron dentro del desarrollo de
la crónica como género importante no solo dentro del periodismo sino también en la
literatura.
Hay realidades que no se dejan contar más que a través de ese lenguaje cotidiano en
En Colombia la crónica ha contado con poco interés por su estudio, son escasos los
autores e investigadores que han procurado establecer un lugar para el género de la crónica
y menos aún para hablar de la crónica roja. Si bien se han realizado investigaciones en
Crónica Colombiana. Medio Siglo de oro (1997) en el cual la escritora realiza una
1910 y 1960; y A Plomo Herido. Una crónica del periodismo en Colombia. 1880- 1980
18
(2006), donde Vallejo lleva a cabo una completa investigación en torno al periodismo
dedicado su vida a escribir crónicas e investigar sobre el periodismo narrativo. Sus libros
hacen parte de las estudios más importantes y completos sobre la crónica en el país.
Los textos de Vallejo y Hoyos son fundamentales para entender el desarrollo del
género en Colombia, no solo por el amplio margen de tiempo que abarcan, sino también
porque permiten conocer la historia de aquellos que crearon y le dieron forma a este nuevo
estilo narrativo.
Otros escritores que han realizado estudios críticos y compilaciones son: Daniel
Samper Pizano con Antología de grandes crónicas colombianas Tomo I 1529 – 1948
(2003) y Tomo II 1949- 2004 (2004), Andrés Vergara Aguirre con Historia del Arrabal.
Los bajos fondos bogotanos en los cronistas Ximénez y Osorio Lizarazo, 1924-1946
(2014); Mauricio Díaz Gómez y Alejandro Villegas Oyola con Entre la tinta y la sangre.
Cinco autores de crónica roja (2008) y Donaldo Alonso Donado Viloria con Crónica
en Colombia (2003).
También se destacan los trabajos de grado de Sandra León Tovar (2005), Carolina
López Durán (2014), María Paula Albán Ramírez (2009) y Judith Paulina Angaríta (2005).
Y los artículos de Olga del Pilar Gómez Betancur (2005), Andrés Alexander Puerta Molina
(2009 -2011), William Ramírez Tobón (2001) y J.G. Cobo Borda (1977)
19
espectro del género se limitan a publicar una o dos crónicas por autor lo que imposibilita
Marco contextual
El periodismo en Colombia
día 12 de julio de 1785 con la circulación de Aviso de Terremoto donde se consignaban los
terribles hechos que tuvieron ocasión a razón de un movimiento de tierra de 6.9 grados en
considerado como el primer periódico en la historia del país y su responsable fue Antonio
puntos fundamentales: el papel político que jugaría, la censura que experimentaría desde
sirvió a algunos colombianos como vitrina para ventilar los hechos que acontecían
Eran tiempos difíciles para el oficio y solo aquellos que detentaban el poder, tenían
otra cara de la moneda, la historia de injusticia y privación que vivía el pueblo, aparecía
gracias a esfuerzos valientes. Uno de estos esfuerzos lo realizó Antonio Nariño quien desde
los inicios del semanario Papel Periódico de Santa Fe colaboró no solo con el contenido,
sino también con recursos económicos para su mantenimiento. Más tarde, inició por su
cuenta la publicación del semanario La Bagatela donde la crítica política se hizo presente
con mayor fuerza y contenido. A pesar de ser Nariño una figura prominente en el Virreinato
carrera literaria de la mano de este oficio. Por eso no es extraño encontrarse en las páginas
de la historia periodística colombiana con nombres como: Rufino José Cuervo, Gabriel
García Márquez, José Antonio Osorio Lizarazo y Jorge Isaacs, entre otros.
convertirse este en el medio de mayor acogida entre los ciudadanos. Los periódicos
empezaron a aparecer en torno a las ideologías políticas del país y sus líderes; esto, si bien
Fig. 1. Aviso del Terremoto. Biblioteca Luis Ángel Arango (BLAA, 2015)2
2
El Aviso del Terremoto se publicó el 12 de Julio de 1785. Su autor fue Antonio Espinosa de los Monteros y
la editorial la Imprenta Real de Don Antonio Espinosa de los Monteros.
22
bipartidista, declaraban si eran liberales o conservadores. Así las cosas, era obvio que
quien adhiriese a un bando era, por descontado, enemigo del otro, de tal suerte que la
mera intención informativa no era algo que estuviese en la agenda de los medios de
propia del siglo XIX y de comienzos del XX (…). (Biblioteca Luis Ángel Arango
(BLAA, 2015)
difusión de los hechos trascendentales para el país más allá de la filiación política. El
pacificación, hecho que décadas después el Frente Nacional usaría para intentar subsanar
censura. A mediados del siglo XX la prensa tuvo que luchar con las nuevas ordenanzas
contra la libertad de la que hasta entonces había gozado, dejando de lado algunos episodios
El Estado inició su intervención en la prensa a partir del año 1949, lo que llevaría al
cierre de los principales periódicos y exilio del ex Presidente Laureano Gómez durante la
La crónica
Esta literatura de periodismo que llaman crónica, sin serlo, no es tan fácil de farfullar
como parece. Prescriben los maestros en el arte que el tal escrito ha de ser corto al par
que la forma sea elegante sin floreros y llana sin ramplonerías; que todo esté a los
alcances del iletrado y al gusto del entendido. Pretenden en suma, que ello resulte
algo así como un juguete sin mecánica compleja, cual joya que no sea abalorio ni
pedrería. Total: una gentileza entre veras y chanzas. (Carrasquilla, como se citó en
para intimar con los procesos sociales y culturales apareció en Colombia a finales del siglo
XIX. Los cambios que vivieron los habitantes de este vasto territorio quedaron plasmados a
modo de mapa social en los relatos escritos por los cronistas de diferentes rasgos y
tejido humano.
figuraban en las páginas centrales de los diarios, dejando lo individual para convertirse en
memoria colectiva.
crónica apareció mezclando las características de ambos géneros, para más tarde conseguir
que las fronteras entre uno y otro oficio comenzaran a ser difusas. Estilos, formas y voces
24
se mueven de una dirección a otra dotando a la crónica del poder para ejercer sobre dos
Cualquier lectura de las crónicas 3 revela que en ellas se introdujeron rasgos que
16)
expande y se alterna alrededor de las ciencias sociales al tomar los saberes, estéticas y
visiones de otros géneros; la fuerza discursiva que la crónica encuentra en otras disciplinas
Si Alfonso Reyes juzgó que el ensayo era el centauro de los géneros, la crónica
una ilusión de vida para situar al lector en el centro de los hechos; del reportaje, los
3
Susana Rotker se refiere a las crónicas escritas por Rubén Darío y olvidadas por la crítica que se centró
exclusivamente en su obra poética. Es importante recalcar que dos tercios de la producción literaria de Rubén
Darío pertenecen al género del periodismo literario.
25
de que la realidad ocurre para contar un relato deliberado, con un final que lo justifica;
de la entrevista, los diálogos; y del teatro moderno, la forma de montarlos; del teatro
competir con el infinito. Usado en exceso, cualquiera de esos recursos resulta letal.
La crónica es un animal cuyo equilibrio biológico depende de no ser como los siete
La crónica en Colombia
la conquista del Nuevo Mundo. En estas crónicas aún predomina el carácter netamente
histórico.
políticos y literarios que permitieron la evolución del género. Es así como encontramos que
A finales del siglo XIX se puede rastrear un asomo increíble del género en el libro
El Crimen de Aguacatal del antioqueño Francisco de Paula Muñoz Hernández, cuyo estilo
Otro ejemplo de periodismo literario durante el siglo XIX fueron los textos
Urdaneta. Esta publicación hizo parte del proceso de modernización del periodismo, no
noviembre de 1884 y es quizás, junto a El Crimen del Aguacatal, una muestra del interés
periodístico de la época por relatar algo más que los hechos principales de las noticias y
La prensa durante este siglo fue una empresa ardua y costosa. Aquellos que se
encaminaban en la creación de un periódico debían correr con los altos gastos, muchos de
ellos sin ganancia. Algunos diarios recibían respaldo económico siempre y cuando
temprano de muchas iniciativas periodísticas. Su duración promedio era de dos a tres años
al agotar los fondos para subsistir, luego un breve receso y una reapertura con un nuevo
nombre y diagramación. Lo que jamás cambiaba era el estilo o el partido político que se
respaldaba.
La política se libraba desde los púlpitos y desde las imprentas de los periódicos, por
esta razón la prensa continuamente reanudaba sus labores informativas; esto garantizaba
esperaría a la prensa colombiana del siglo XX. La crónica hizo parte de estas
transformaciones.
narrar que caracterizó a la crónica desde sus inicios; el género se instaló y se apoderó de la
prensa de este siglo: sus escritores se convirtieron en figuras de renombre y los lectores
En los inicios del género periodistas como Luis Tejada, José Mar, Juan Lozano y
Lozano, Alberto Lleras y Tomás Carrasquilla, entre otros tomaron la bandera de la crónica
y gestaron las bases narrativas y de estilo que lograrían catapultar sus carreras, los diarios y
el género.
fecundidad donde se vieron en diferentes partes del país un gran número de protagonistas y
corriente que predominó con escritores como Rafael Arango Villegas, Lino Gil Jaramillo y
Libardo Parra Toro, entre otros; en la zona de la Costa Caribe la crónica se vistió de
picardía, humor e imaginación con exponentes como Clemente Manuel Zabbala, Alfonso
Fuenmayor, Sergio Valenzuela, el papa negro de los cronistas, también conocido como
Lucio Sorel. En Bogotá, los cachacos con una mezcla de raíces europeas y chibchas crearon
un estilo mordaz pero elegante abanderado por Clímaco Soto Borda, mejor conocido como
el Decano de la crónica.
(…) en el periodismo del siglo pasado, del siglo XX, con personajes como Luis
de crónicas; pero los personajes, no se dan por generaciones enteras. Por cada
generación hay uno o dos que representan el conjunto y mantienen esa noción del
relato, que vuelve a vincularse con el relato épico. Recordemos La Ilíada y La Odisea,
aparecen los periódicos El Siglo, La Razón y El Liberal sin mayores aportes para el medio y
sin mayor inclusión de la crónica en sus páginas. Durante esta década son pocos los
Alejandro Vallejo, heredero del estilo del cronista Luis Enrique Osorio de los años veinte;
Juan Lozano, militar, político y periodista que documentó la batalla de Güepi mientras
combatía; Germán Arciniegas quien empezó a colaborar desde Estados Unidos y Europa
para el periódico El Tiempo, y por último Álvaro Pérez, quien escribió a finales de la
década intimas historias sobre los personajes anónimos de Bogotá para la revista Cromos.
A finales de los años treinta aparece la revista gráfica Estampa, revista que
las primeras mujeres que se dedicó al oficio de la reportería, oficio que hasta entonces era
política; sin embargo son los años en que el periodismo logra construir un verdadero
grandes protagonistas de la crónica: José Joaquín Jiménez Ximénez, Pavlo Zarre, Hernando
Téllez, Ernesto Camacho Leyva, Lucio Duzan, Rafael Eslava, Felipe González Toledo,
Jorge Moreno Clavijo, Álvaro Sanclemente, José Antonio Osorio Lizarazo y Jairo Zea,
entre otros.
En los años cincuenta y sesenta con la aparición y boom del Nuevo Periodismo en
y literario. Truman Capote con su novela de no ficción A Sangre Fría (1965) y Tom Wolfe
con The New Journalism (1973) permitieron que esta corriente, que incluye a la crónica en
su interior, adquiriera un verdadero sentido literario y académico para los ojos del mundo.
Mendoza y Santamaría, cuando la crónica logra consolidarse como un género sólido dentro
de las páginas de los periódicos y el mundo literario del país. Estos autores le abrieron paso
a la nueva generación de cronistas colombianos que gozarían de las bondades y estatus del
género a finales del siglo XX e inicios del XXI: Pedro Claver Téllez, Juan Gossaín, Daniel
Samper Pizano, Juan José Hoyos, Antonio Morales, y Alberto Salcedo Ramos entre otros.
32
Crónica Roja
La crónica roja tiene su origen en Francia con los llamados faits- Paris lo cual hace
referencia a los sucesos o chismes que se propagaban con el voz a voz y que muchas veces
evolucionó hasta convertirse en los Fait divers: crónicas serias, de hechos escandalosos,
que sumaron fuerza, estilo y refinamiento literario a la prensa francesa. William Ramírez
primera mitad del siglo XIX, los faits-Paris o canards que representaban los rumores,
las "bolas" que se ponían a circular entre las gentes con su ambigua mezcla de verdad
y fantasía, llamaron la atención de Balzac. Pero es en el último tercio del siglo XIX,
cuando los faits divers hacen su entrada ilustre en la lengua francesa con Mallarmé,
quien publica, bajo el título de Grands faits divers, "textos que al lado de alusiones
sobre el escándalo de Panamá nos hablan de hechos tan diversos como la Magia del
Verbo y la confrontación del Poeta con el Trabajador manual". No será sino mucho
después, en 1954, cuando gracias a unas breves notas de Merleau-Ponty se tendrá una
nueva semblanza de los faits divers al calificar como tales tanto el hecho testimonial
Italia, como el drama leído en un periódico o los petits faits vrais de Stendhal. Diez
años después, en 1964, Roland Barthes tratará de definir la estructura de los faits
divers como unidades dotadas de una información total, inmanente, que al contener
sí mismos y ser lo que son: estructuras cerradas que le dan al consumidor, mediante
33
su lectura, todo lo que es posible darle. Para Barthes es la inmanencia de tal estructura
cerrada lo que define a los faits divers. Pero ¿qué pasa dentro de ésta? Un ejemplo, el
más sencillo posible, nos lo dirá, según Barthes: "acaban de hacerle la limpieza al
Palacio de Justicia. Esto no tiene mayor importancia. No lo habían hecho desde hace
La crónica roja fue también llamada de sucesos o policial. Este tipo de crónica
apareció a finales del siglo XIX, siglo que se caracterizó por la violencia que vivió el país.
Colombia fue protagonista hacia finales de siglo de la guerra civil de 1876 y 1877, la guerra
civil de 1884 y 1885, la guerra civil de 1895 y la Guerra de los Mil Días. Todas estas
importancia que los hechos políticos y fue así como surgió la necesidad de crear un espacio
que ofreciera la narración de estos hechos. Allí surgió la crónica roja en Colombia.
investigación de uno de los más terribles crímenes ocurridos hasta entonces en la región. A
desarrollando las indagaciones. El Crimen del Aguacatal fue escrito antes del Nuevo
Periodismo, mucho antes de Truman Capote y su A sangre fría; el relato de los hechos
ocurridos en la noche del martes 2 de diciembre de 1873 concuerda con las características
de la crónica roja.
4
Se conserva la puntuación del texto original.
34
El primero que acudió al llamamiento fue José María Álvarez (Carpio). Impuesto por
García de lo que éste había observado, se asomó por la misma ventana de la alcoba,
con mucho temor, y vio un cadáver tendido en el suelo y recostado a una batea
la otra ventana que estaba abierta y halló en ella, llorando y gritando, a un niñito de
tres a cuatro años, hijo de Virginia Álvarez. Este niñito hacía esfuerzos como para
salirse por entre los balaustres de la ventana. Álvarez distinguió dos o tres cadáveres
más de los que estaban en la sala. Cada vez más asustado se dirigió inmediatamente
a la puerta, le aplicó dos dedos, se entreabrió ésta y al propio tiempo el niñito que
hemos dicho llama Manuel Salvador saltó a una tarima, y de ésta por sobre los
cadáveres para asirse a las piernas de Álvarez y escaparse corriendo por la puerta
entreabierta. Otro niño como de un año de edad, el hijo de Marucha, estaba sentado
de cadáveres cuya posición explicaremos luego, tomó este otro niño, retrocedió y
volvió a cerrar la puerta. Álvarez notó que al entreabrirla cedió un poco el brazo
derecho de Virginia, que era la más inmediata a la puerta, brazo que la obstruía en
socorro en voz alta con los que habían concurrido ya, y se hallaban en la parte de
estuviera presente la autoridad más inmediata que era el señor Inspector de policía de
Aguacatal; pero antes de que éste llegara se presentó el presbítero Francisco Naranjo,
capellán de la pequeña iglesia de San Blas, para cumplir con los deberes de su
escribió una detallada crónica sobre los hechos criminales que ocurrieron en Bogotá desde
el año 1850, entre estos se encuentran saqueos, robos y asesinatos. Esto le valdría a
El primer crimen que escandalizó a esta sociedad en la época a que nos referimos, por
presbítero Dr. Francisco Tomás Barreto, que vivía en la antigua Calle del Arco
llamada así, por el puente elevado que unía el convento de franciscanos con la iglesia
de la Tercera, lo que daba a esa localidad un aspecto sombrío, que después se cambió
año de 1863 en que se demolió la inútil antigualla colonial, que hizo decir al espiritual
Bernardo Torrente, que en Bogotá había un puente que sólo servía para pasar por
debajo de él.
En el año de 1828 vivía el presbítero Barreto en la casa que hace frente a la antigua
calle llamada de Los Carneros, o sea bajando por la iglesia de La Tercera, hasta dar
frente a dicha calle después de atravesar la nueva que prolonga la antigua de Florián.
La casa número 146 de la calle 16 tenía portón que daba entrada a un patio, alrededor
del cual, por los lados de Oriente y Sur, estaban las habitaciones.
Aquel sacerdote tenía fama de acaudalado, y sin embargo, vivía en esa parte, entonces
sólo al respeto que inspira el estado sacerdotal, y a una buena lanza colocada cerca de
la cabecera de la cama, sin pensar que esa manera de vivir constituía una tentación
Entre ocho y nueve de una noche golpearon en la casa; se preguntó quién era, y como
contestaran "la Pinto", abrió la puerta el muchacho. Los asesinos entraron en tropel,
merendando: éste alcanzó a coger la lanza; pero uno de los asesinos se la quitó,
tomándola por el asta, cortándole con el filo los dedos de la mano, al arrebatársela. El
muchacho, en quien los asesinos no se fijaron, fue a dar aviso al cuartel de Húsares,
que era la casa que pertenece a la familia Valenzuela. El único móvil de este crimen
presencia. Dentro de sus páginas los relatos se clasificaban teniendo en cuenta la magnitud
del evento y se presentaban como: sucesos de género grande y sucesos de género chico.
La crónica fue para el pueblo su página de La vida social5. En los principales diarios
del país se narraron las tragedias, tristezas y altercados protagonizados por los humildes
La clase alta también figuró en este tipo de relatos, sin embargo estos fueron
construidos con decoro y respeto, guardando el buen nombre de aquellos que figurarían en
sus páginas.
La crónica roja alcanza su más alto estándar y estilo literario con Felipe González
Toledo periodista bogotano que por su talento y rigurosidad permitió que el género escalara
una posición respetable dentro del mundo periodístico y literario. Sus crónicas se
5
La vida social es el nombre de la sección del periódico El Tiempo en el siglo XX donde aparecen reseñados
los eventos importantes en la vida de los personajes de la alta sociedad.
37
Ismael Enrique Arenas nació en Zapatoca, Santander en el año 1915. En 1936 salió
de Santander rumbo a la capital del país para trabajar en la sección de judiciales del diario
José Joaquín Jiménez nació en Bogotá un 19 de diciembre del año 1915. A los 16
años inició su carrera periodística en el diario Mundo al Día y poco tiempo después ingresó
a trabajar en el periódico El Tiempo donde llegaría a ser conocido como el gran cronista
Pedro Claver Téllez Téllez nació el 28 de octubre del año 1941 en Jesús María en el
Occidente más tarde trabajaría en El pueblo y en la Revista Cromos. Pedro Claver Téllez es
el único de los cinco cronistas que hace parte de este estudio que aún se encuentra con vida.
40
diferentes latitudes aparecieron para informar y deleitar a los lectores. Colombia no fue la
torno a los intereses de los partidos políticos y del gobierno de turno. Fue necesario algo
más de un siglo desde la aparición del periodismo en Colombia para que este pudiese
tituló Novelas, con lo que se encontró el lector fue un ensayo en torno a diversos aspectos
de la novela en Colombia. Pero faltaría mucho tiempo antes de que la revista o Magazine
Y ese momento llega entre 1880 y 1910 con la aparición de publicaciones como: la
revista Gris en 1892 con textos de José Asunción Silva, José Martí y de Sanín Cano, entre
otros; en 1903 aparece el Semanario La Gruta dirigido por Rafael Espinosa Guzmán; Sanín
Cano crea en 1905 la Revista Contemporánea en un esfuerzo por continuar el camino que
índole cultural que normalmente no tenían cabida en la edición regular del periódico y así
aparece La Semana, un lugar donde la literatura y el arte encontraron eco. Más tarde pasaría
a llamarse Suplemento literario en los años veinte, para finalmente adoptar el nombre de
41
Entre 1950 y 1953 el Magazine Dominical fue uno de los medios más importantes
para la crónica literaria. Fue en esta época y bajo la dirección de Álvaro Pachón de la Torre
y Guillermo Cano que desfilaron por sus páginas los principales cronistas y escritores del
Toledo, Elisa Mujica, Arnold Juliao, Gustavo Wills y Carlos Villar Borda, entre otros.
magazín con sus crónicas de diferentes temáticas pero con un estilo particular e interesante.
interesada en la cultura y los cambios sociales que se gestaban en la época. Cromos en sus
inicios fue una revista pensada especialmente para un público femenino con temas en torno
modelo de revista enfocada a un público más amplio y con intereses variados, fue en este
momento en el que la crónica empezó a invadir sus páginas y los autores más importantes
En 1943 se crea el Semanario Sábado bajo las órdenes de Plinio Mendoza Neira y
Armando Solano y con un tinte netamente liberal con énfasis en la cultura, la crítica y la
crónica. En la corta vida del Semanario desfilaron por sus páginas cronistas, dramaturgos y
escritores como José Joaquín Jiménez, Hernando Téllez, José Antonio Osorio Lizarazo,
Josefina Lleras, Luis Enrique Osorio, Gabriel García Márquez y Pablo Neruda, entre otros.
42
Sábado apareció por primera vez el 17 de julio de 1943; es decir, en el comienzo del
ocaso de la República Liberal. La ubicación viene al caso porque, si bien muy lejos
del espíritu partidista y del sectarismo, el semanario surge como manifestación del
ello, sus fundadores, Plinio Mendoza Neira y Armando Solano, dos liberales
represión que dio al traste con ese proyecto liberal inicial. (Torres, 1991, p, 2)
Dorrien, hasta 1940 cuando sería remplazado por José Umaña Bernal.
Estampa hizo parte de las revistas que contó con aportes literarios y periodísticos de
ahora publicadas en el país. Supera incluso a muchas revistas extranjeras y en sus dos
afirmar que está definitivamente encaminada hacia aquello que ahora denominamos
pauta gráfica. Atentos están. además. Alberto Lleras. Jorge Eliécer Gaitán. Plinio
Ramírez. Juan Lozano y Lozano. Eduardo Zalamea y Germán Arciniegas. entre otros
44
2000, p, 4-5)
6
Se conserva la puntuación original.
45
códices prehispánicos, allí se consignaron los hechos y fechas más importantes del imperio
Azteca7.
información básica. Álvaro Matute (1991) nos habla sobre cómo la crónica floreció en la
Edad Media encaminada por el deseo de narrar hechos monográficos, lo que le permitió
más cercano a las necesidades del hombre moderno, que busca escuchar diferentes voces y
a ser un género literario, puesto que si consideramos su origen, la crónica no sólo era
7
En el Códice Tira de la Peregrinación se encontraron hallazgos de la salida del pueblo azteca de la ciudad
de Aztlán. En este Códice se entreteje una historia mítica inconclusa que se presume se perdió en el tiempo.
(White, 1973, p, 5)
46
parte de la poesía (en el sentido general que hoy damos al concepto de literatura), sino
que también se la tenía por cosa separada de la historiografía. (Mignolo, 1981, p, 358)
Reguillo (2002), le permite a la realidad alcanzar la estética literaria del cuento sin perder
los principios periodísticos, por medio de la oposición de imágenes que emergen del relato.
el discurso producido desde las ciencias sociales. Hay una arquitectura del discurso
esta forma discursiva que, al tiempo que busca el análisis de la realidad social, quiere
irrumpe en el cuerpo principal del texto periodístico e incluso del texto académico,
acostumbrados a observar sin ser vistos y a controlar sin aparentar control. (Faldo,
2007, p, 45)
de la humanidad; sin olvidar los fines que cada una de estas tiene y la independencia y
Marco conceptual
Con el fin de facilitar la interpretación que se haga del presente proyecto de grado,
se definirán los términos y conceptos claves que hacen parte del mismo y que llevarán al
Periodismo
Ryszard Kapuscinski decía que: “El trabajo de los periodistas no consiste en pisar
las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a
dispone para saber qué es lo que funciona mal, para promover la causa de la justicia y para
Para Leila Guerreiro, una de las grandes cronista de la actualidad: “El periodismo
objetivo es la gran mentira del universo. Todo es subjetivo”. (Jot Down, 2016)
Polifonía
49
expresar las múltiples voces (individuos) que participan en el relato. Estas voces pueden
provienen del pasado; estos "yoes" se encuentran en los lenguajes, las "voces"
habladas por otros y que pertenecen a fuentes distintas. (Noval, 2010, p, 142)
Crónica
chronĭcus, y este del gr. χρονικός chronikós; la forma f., del lat. chronĭca, y este del gr.
χρονικά [βιβλία] chroniká [biblía] '[libros] que siguen el orden del tiempo.
Crónica de sucesos
fruto de una investigación periodística que narra actos violentos o criminales. También
llamada crónica roja, está íntimamente ligada a la sección política y judicial de los
periódicos.
proclamaban edictos que eran colgados en las puertas de las iglesias, en estos se
autoridad de la iglesia lo que contribuyó a que se acuñara el término nota roja, el cual más
noventa y seis años, tiempo durante el que la Santa Inquisición ejerció poder.
8
El origen del término crónica roja se basan en los estudios realizados por la Investigadora María del Carmen
Ruiz Castañeda en el libro La Biblioteca Nacional de México. Testimonios y documentos para su historia.
2004.
51
Cronista
las crónicas de las diferentes secciones de los periódicos. La mayoría de las veces son
académicamente.
52
Fueron los cronistas judiciales quienes adornaron sus relatos con detalles del
ambiente y de los personajes, y los periodistas que tenían una formación literaria los
que marcaron una forma diferente de hacer periodismo, alejada de la prosa partidista
y de las noticias. Esta forma de narración tiene una relación directa con la literatura y
marcó la construcción del estilo de los literatos, quienes tenían una forma de reflexión
inexplorada, que los obligaba a tener contacto con la realidad. El periodismo fue
entre los jefes políticos de los partidos Conservador y Liberal que trascendió a las ciudades
y pueblos y llevó al país a sumergirse en una sangrienta batalla que alcanzaría su cúspide
con la muerte del caudillo liberal Jorge Eliecer Gaitán el 9 de abril de 1948. En este marco
social y político la Crónica Roja se reseña como uno de los géneros de mayor acogida para
los lectores de la época, quienes no le perdían la pista a las historias que los cronistas de
los relatos de lo que acontecía sino que también investigaban, recolectaban pruebas,
Pero los cronistas no solo escribían sobre hechos violentos también eran los
encargados de darle voz a esos personajes anónimos que recorrían la ciudad con sus
53
particularidades. O sobre los lugares que aun perteneciendo a lo cotidiano tenían un matiz o
aventureros incansables. Su búsqueda de la verdad los llevaba a deambular hasta altas horas
de la noche por los juzgados, comisarias, cafés y salas de redacción. A pesar de lo duro del
solo cinco entre todos aquellos valientes que ejercieron el oficio durante el siglo XX, cinco
hicieron a la crónica roja a nivel literario e histórico. José Joaquín Jiménez, Felipe
González Toledo, José Antonio Osorio Lizarazo, Ismael Enrique Arenas y Pedro Claver
Téllez Téllez lograron llevar el género de la crónica un peldaño más arriba gracias a la
riqueza de sus estilos que se fusionaban entre lo periodístico y lo literario, a las técnicas
narrativas donde predominaba la imaginación y los detalles que ningún otro había reseñado,
el lenguaje sonoro, lírico y elegante que contrastaba con los crudos hechos que se narraban
hacen parte de esta investigación con el fin de esclarecer un poco más las razones que
llevaron a su escogencia.
54
el año de 1916 gracias a los esfuerzos de su padre, un humilde carpintero, que buscaba la
Osorio Lizarazo pese a los deseos de sus progenitores de ofrecerle una educación
Caldas y fue así como terminó trabajando en varias minas de oro y en fincas cafeteras de la
región.
periódico en Manizales. Esta primera colaboración le abrió las puertas para escribir
hizo tomar la decisión de fundar su propio periódico sin embargo muy pronto se dio cuenta
En su retorno a la capital se encontró con que el recién fundado diario Mundo al Día
colaborar en el diario con un folletín que daba cuentas de la sociedad bogotana y sus
intención de abrir el camino de la reflexión pero sobre todo retrataba la cara más oscura de
la ciudad, característica que se vería reflejada en su trabajo literario años más tarde. Las
crónicas del Mundo al Día fueron reunidas en 1926 y publicadas en el libro La cara de la
miseria. Osorio Lizarazo se movió a través de los más importantes diarios de la capital
55
dejando en todos ellos un estilo realista que buscaba mostrar la vida y el dolor del pueblo
con una narrativa rica en metáforas crudas y una crítica mordaz que en ocasiones rayaba en
lo grotesco.
Conversando con Esteban Huertas quien fue General en la Guerra de los Mil Días y un
Colombia y Panamá. Juan José Hoyos en La Pasión de Contar (2009) reseña este reportaje
como una magistral pieza de ironía y belleza; como un relato escrito con un estilo limpio,
El parque Santa Ana en la hora cálida del anochecer. En las bancas, paseantes de
todos los países del globo, que se airean el rostro con los sombreros. En el centro,
largo de la Avenida Central. Las vitrinas de los indostanés y de los chinos nos ofrecen
falsificados. El ruido de las ciudades se desencadena sobre nuestros oídos. Ese ruido
más multiforme aquí que en ninguna parte: autos, coches del siglo pasado, camiones,
que invaden la calle y procuran interpretar los gestos ambiguos de los chinos de ojos
adormilados. Estoy fregao, dice el general Huertas. Todo el mundo me saluda. ¡Soy
tan conocido! ¡Si pudiera cambiarme la cabeza! Es una barbaridá. (Osorio, 1929, p,
1)
56
experiencias investigativas y narrativas que compartían. Quizás por esto la crónica fue el
género periodístico en el cual más cómodo se sintió y el que lo llevó a recorrer el mundo.
cercanía del escritor con la ciudad de Barranquilla lugar donde escribió: La casa de la
ficción en el país.9
En 1952 se publicó Los días del odio, documento que registra lo vivido el 9 de abril
de 1948 con el asesinato de Gaitán y el levantamiento del pueblo, esta obra es una de las
En sus últimos años se dedicó a la vida diplomática fuera del país, lo que combinaba
con la labor de corresponsal para diferentes medios periodísticos. Junto a su trabajo como
cronista Osorio Lizarazo fue un prolífico novelista cuyo tema principal fue la ciudad de
En 1960 regresó al país, después de publicar en Chile el que sería su último trabajo
periodístico: Colombia, donde los Andes se disuelven. En 1962 Esso, empresa petrolera,
9
Una triste aventura de catorce sabios (1928) del escritos barranquillero José Feliz Fuenmayor es
considerada la primera novela perteneciente al género de ciencia ficción en Colombia, a esta la siguió la
novela del escritor bogotano José Antonio Osorio Lizarazo Barranquilla 2132 (1932) (Burgos, 1998).
57
patrocinadora del Premio Nacional de Novela le otorgó el más alto reconocimiento por su
públicos (1938), El hombre bajo la tierra (1944) y Garabato (1939), entre otras. José
Yo he tenido la afición, un poco tonta y pesimista, de escarbar entre esas almas que presentaban
algo extraordinario o irregular, pero esta afición se ha situado por lo bajo y me gustan más esos espíritus
humildes y sinceros que llevan una pobre vida de privaciones y de dolor, que lo que se ha llamado gentes de
selección.
José Antonio Osorio Lizarazo fue uno de los escritores bogotanos más prolíficos del
siglo XX; en sus crónicas y novelas se preocupó por retratar de forma estética y trasparente
catapultaría como uno de los grandes del género y más tarde lo llevaría a convertirse en un
Día, lugar donde la labor periodística tomó otro camino al alejarse del tono político que
oficio. Los periodistas de Mundo al Día lograron darle mayor importancia al análisis, a la
crítica y sobre todo abrieron un espacio real para la cultura del país. En este contexto
aparece un folletín seriado que daba cuentas de la sociedad bogotana con sus tragedias y
58
miserias. Este folletín era escrito por Osorio Lizarazo, un detective que se sumergía en lo
más profundo de la capital del país y convivía con los personajes de las crudas historias que
cronista con aquellos que no tenían voz y vivían la tragedia en carne propia.
José Antonio Osorio Lizarazo sitúo la mayoría de sus relatos en la ciudad que lo vio
nacer: Bogotá. Los grandes cambios de esta ciudad fueron recogidos en sus crónicas al
plasmar los efectos del modernismo en las calles, casas, paisajes y habitantes. La ciudad
aparece en cada escrito como un personaje más: moviéndose, mutando y ejerciendo poder
fluidez; por el humor inteligente y la ironía limpia que dotaba a la prosa de un tono
entrevistas y los reportajes para darle ritmo, polifonía y fidelidad a sus historias.
Su sensibilidad se hace visible al hablar del drama que vive la gente del común al
mineros, pobres, locos, borrachos y criminales son los protagonistas usuales de historias
reales que podrían hacer parte del más increíble libro de ficción.
experiencias investigativas y narrativas que compartían. Quizás por esto, la crónica fue el
género periodístico en el cual más cómodo se sintió y el que lo llevó a recorrer el mundo.
En la escritura periodística, Osorio Lizarazo no jugaba bajo las reglas normales del
que hacía fluir la narración al incorporar varias voces a los relatos; dejaba de lado los
59
excesos retóricos para darle prioridad a los hechos sin olvidarse del componente emocional
álgidos periodos de la guerra civil, habían labrado una viva amistad entre el nuevo
jefe de las guardias militares y don Manuel Tejeiro, y esta circunstancia le hizo
a su hijo y para que sus ojos no pudieran tener la visión trágica de su cadáver después
de que su senectud había sido tan cruelmente maltratada por el de Lope. Fue el
debía matar, más bien que capturar, según las órdenes que habla recibido al salir de
Bucaramanga.
Evocaron, en el encuentro que don Manuel supo hacer efusivo, los días de la remota
abandonar a Vélez sin dejar a José del Carmen en la cárcel, de donde lo conduciría a
San Gil, o sin alzar la victoria de su cadáver aunque lo obtuviese a costa de grandes
denuncia que en sus escritos encontraban y que amenazaba con desestabilizar las esferas
del poder.
60
largo del tiempo ha suscitado su obra. En los principales estudios sobre el género se le
principios de este siglo no cuentan con sus obras. Juan José Hoyos (2009) y Mary Luz
crónica. Sin embargo esta última década trajo consigo nuevos intereses en el trabajo de
Un digno destino para un periodista y escritor comprometido con las historias que
contaba, sus protagonistas y la verdad fruto de la investigación rigurosa que solo puede
los aportes que le hizo a la misma al relatar historias profundas, reveladoras, llenas de
humanidad, comprometidas y veraces pero sobre todo con la sencillez suficiente para llegar
a todos los lectores sin perder el estilo y la calidad narrativa que lo caracterizaban.
José Joaquín Jiménez nació en Bogotá un 19 de diciembre del año 1915 en el seno
de una familia de clase media: hijo del médico y abogado Rafael Jiménez Triana y María
Antonia García.
Su abuelo materno fue el gran poeta y periodista José Joaquín Ortiz, importante
económico la herencia era nula por lo que los Jiménez García tuvieron que luchar toda su
invención al ser fruto de una unión aún no bendecida por Dios lo que lo llevó toda la vida a
ayuda de los amigos de su padre entró como operario en la Imprenta Nacional. Allí logró
desempeñar su labor con buenos frutos hasta que el gusano de la literatura se apoderó de él
y se arriesgó a robar los tipos de la imprenta con el fin de publicar por su cuenta su primer
libro de versos. Esta última empresa no fue llevada a cabo ya que fue descubierto y
Puerto Liévano, Cundinamarca, donde ejerció como operario de carpintería; luego llegaría
llegar a San Andrés, como oficial mayor del gobierno intendencial donde más tarde, con tan
Gracias a estos viajes José Joaquín se preparó para lo que más adelante sería su
Con tan solo 17 años y de regreso a Bogotá logra que el periódico Mundo al Día
publique sus primeros ensayos periodísticos, relatos de viajes y unos cuantos versos. Entre
estos últimos se encuentra el titulado Joropo del voluntario, verso que lo llevaría poco
62
tiempo después, y en medio de una anécdota tan peculiar como él mismo, a trabajar en el
periódico El Tiempo donde llegaría a ser conocido como el gran cronista Ximénez.
En las páginas de El Tiempo de los años treinta y cuarenta, esta no era la primera
noticia sobre hechos de sangre que terminaba en versos. En la sección judicial del
periódico, un cronista parecía estar dedicado en forma exclusiva a buscar esa clase de
historias sórdidas y sentimentales, y sorprendía a los lectores cada dos o tres semanas
por entregas en algún periódico europeo del siglo XIX. El hombre casi nunca firmaba
las crónicas o, cuando lo hacía, escondía su nombre con seudónimos. Sin embargo, el
director del diario y los compañeros de la redacción judicial sabían a ciencia cierta
quién era. A pesar de que no había cumplido siquiera treinta años, se vestía de saco,
chaleco y corbata, y usaba sombrero, como casi todos los señores de la Bogotá de la
época. Era un hombre alegre, alto y delgado, ¨un poco loco¨. Se definía a sí mismo
José Joaquín Jiménez, pero se había hecho popular entre los lectores de El Tiempo
Joaquín fue reconocido por su trabajo en esta sección gracias a su estilo poético y gran
10
Crónica de Sucesos encontrada en el periódico El Tiempo el día 14 de enero de 1940. Si bien la crónica no
está firmada el periodista e investigador Juan José Hoyos en su libro La pasión de contar (2009) señala como
autor de la crónica a José Joaquín Jiménez Ximénez; esto debido a su conocida costumbre de incluir en sus
crónicas poemas de su autoría.
64
en Sábado se recreaba con columnas cómicas como Las Baladas de don Rodrigo de Arce
(el poeta apócrifo al que atribuía los versos de los suicidad del salto del Tequendama),
Diccionario, las parodias de don Luis Sobando (en antihomenaje al gramático Luis de
cronista, pero por encima de su talento los lectores y colegas le celebraban su capacidad
para inventar hechos en torno al crimen y los suicidios que cubría en la ciudad y sus
alrededores. Una famosa anécdota del cronista gira en torno a un terrible bandido que azotó
cuestión, fue el terror de ciudadanos, comerciantes y policías. Llegaron a tal punto las
puso al frente de la investigación y llevó a cabo importantes operativos para capturarlo. Sin
embargo, detrás del buscado bandido no estaba más que la pícara e imaginativa pluma de
Ximénez.
José Joaquín es recordado por ser un cronista divertido, lleno de ingenio y poesía
pero sobre todo por ser un buscador incansable de la noticia, por ser un profesional que se
tomaba muy en serio su labor y por estar siempre dispuesto a hacer parte de las
11
Equivocadamente se ha referenciado la aparición del bandido Rascamuelas en marzo de 1935. Sin embargo
la primera crónica de sucesos en la cual aparece dicho bandido fue publicada el día 5 de julio de 1934 en el
periódico El Tiempo.
65
investigaciones de los muchos suicidios que acontecían en el Salto del Tequendama, aun
de una Neumonía que pescó, en una de sus tantas travesías al Salto de Tequendama, en
busca de la primicia.
José Joaquín Jiménez fue la joven promesa de la edad de oro de la crónica gracias a
roja. En su corta carrera escribió sobre delitos menores, desmanes, asesinatos, bandas
Ximénez, como empezó a hacerse llamar en las salas de redacción y más tarde en
sus columnas, fue un cronista reconocido por su capacidad para acercarse a los temas
escabrosos y por su natural talento literario que se desbordaba a la hora de narrar el más
de inventar actos delictivos, bandas criminales y notas suicidas cosa que el cronista debatía
En las crónicas de Jiménez el estilo poético era uno de los grandes protagonistas, lo
que hacía pasar por alto la dramatización excesiva de los acontecimientos y les daba la
oportunidad a los lectores de centrarse en algo más que la muerte y el crimen. Su fama
66
imaginación hicieron de José Joaquín Jiménez uno de los preferidos de los lectores del
cuentas sobre el bandido Mediabola. El relato se inicia con la infancia del criminal y
claro desde el comienzo la vileza del sujeto en cuestión, el cronista busca la manera de
mostrar sus carencias y tragedias para darle una mínima humanidad al bandido.
vaca negra. Corrió por los potreros. Cazo mariposas y lagartos. Fue acólito y chico
de coro. Por la semana santa su dulce voz de soprano entonaba las alabanzas del
vestidos de trajes claros; blancos y sonrosados; alegres y juguetones. Las niñas usaban
alpargatas y sin nada de malicia, regalaban los ojos con la contemplación de sus
medias de sport.
día, el niño Dios le traería todo un armario lleno de preciosos trajes de nombres
Bogotá de mediados del siglo XX y porque sus crónicas nos dan la posibilidad de analizar y
entender los cambios narrativos y de estilo que tuvo el periodismo del siglo XX y
hablarles a los bogotanos de personajes oscuros y anónimos que fueron tocados por la
desgracia. Su cubrimiento de los suicidios del Salto del Tequendama le dio especial
dolor; gracias a estos desdichados, aparece en las páginas de la prensa don Rodrigo de
Fruto de la Ximenidad también fue don Rodrigo de Arce, el vate preferido de los
suicidas que se arrojaban en el Salto del Tequendama. Por aquella época, a mediados
de los años treinta, casi todos los suicidas dejaban en ―la piedra de los suicidas
alguna chaqueta o abrigo, el cual contenía en uno de sus bolsillos unos versos
supuesto, los versos eran fruto de Ximénez, o de su heterónimo don Rodrigo, que
según el cronista era un coronel del ejército ecuatoriano, héroe de guerra, el cual en
el país, que desde 1944 y hasta su muerte, en El Espectador apareció una columna
del siglo XX para hacer referencia a los escritos de José Joaquín cargados de absurdos,
ironías, drama y comedia. Jiménez era un digno exponente del buen humor y eso se podía
encontrar en sus crónicas, que aún cargadas de tragedia, siempre vislumbraban una chispa
del carácter y el estilo jovial de su relator. La Ximenidad estaba asociada también a las
travesuras que comúnmente realizaba Jiménez, como aquella vez que escribió acerca de un
comerciante colombiano que había vendido en diferentes ocasiones los restos falsos del
prócer Simón Bolívar a ingenuos turistas, hecho que trascendió a la prensa internacional; o
cabo múltiples operativos para capturarlo. Estas y otras tantas travesuras lo llevaron a
visitar la oficina del director de El Tiempo, Germán Arciniegas quien le propinaba severas
Los compañeros de redacción sabían que ésta no era la primera ni la última travesura
el joven cronista corría al lugar de los hechos y regresaba con su libreta llena de
apuntes. Luego escribía con fervor largos folletines en los que mezclaba la historia
real del suicida con pasajes de amor afiebrado salidos de su propia imaginación.
Como en casi todos los casos los protagonistas acostumbraban dejar alguna nota
historia a su modo, sino que agregaba a las notas de los muertos versos escritos por
él y firmados por un poeta que nadie conocía. De esta forma volvió famoso a un tal
don Rodrigo de Arce, cuyos poemas aparecían en los bolsillos de los sacos que
69
abandonaban los suicidas junto a una piedra desde la cual se lanzaban al vacío, y que
Ximénez bautizó con el nombre de Piedra de los Suicidas. Los relatos de Ximénez,
su oficio y muchas veces descendía hasta el abismo. Por eso sus crónicas estaban
llenas de detalles sobre el lugar; las condiciones del tiempo, el estado en que había
allegados. Así armaba la historia como si fuera una novela: mitad, detalles acopiados
fantasía. Estas dos vertientes se unían de modo misterioso para conmover a los
lectores de las páginas judiciales de El Tiempo, que se tragaban la historia con una fe
José Joaquín Jiménez fue un periodista apreciado por sus colegas, quienes
reconocían un profundo compromiso por su trabajo, una pasión sin límites por escribir y
una increíble capacidad para trasmitir el sentir de los aquellos que hacían parte de sus
crónicas. Jiménez podía conseguir que la historia más sencilla se convirtiera en el titular
principal del periódico gracias a su ingeniosa redacción, a su capacidad para versar y a ese
En una poética ceremonia de despedida, los hijos de Felipe González Toledo lanzaron
Esa fue la última voluntad que expresó en una carta autenticada, y por ello ninguna
pariente del Presidente Alberto Lleras Camargo, y su madre Emilia Toledo habían vivido
toda su vida.
que lo llevaron a leer mucho antes de ingresar a estudiar al Colegio de La Salle. Cuenta
Luis Carlos Adames, en Periodistas, violencias y censura, que Toledo a los 12 años creó un
periódico familiar con la ayuda de uno de sus primos, este gesto infantil se consolidó años
más tarde y lo llevó a ser uno de los grandes reporteros del país.
A los 18 años se trasladó a Barranquilla y allí ingresó a las filas del diario La Prensa
bajo la supervisión y consejo de José Antonio Osorio Lizarazo quien en ese entonces se
Tiempo y la Revista Sucesos de la cual fue fundador y editor durante la dictadura del
Más allá del número de crónicas que escribió González Toledo durante su carrera o
del reconocimiento que algunos periodistas y escritores le han hecho a lo largo de los años,
es necesario dejar en claro que él era más que un cronista era un verdadero historiador, no
solo por sus cualidades investigativas sino también por su capacidad de fijarse en el
pequeño detalle, ese que nadie nota, y convertirlo en la memoria de un lugar, una persona o
un hecho criminal. No hay que olvidar que gracias al ojo perspicaz y a la pluma certera de
71
crónica roja al ser el relator de las crudas historias criminales ocurridas en los años cuarenta
y cincuenta del siglo XX en la capital del país, entre estas El Bogotazo. Una muestra de este
trabajo fueron las crónicas escritas en torno al asesinato de Gaitán y las investigaciones que
Sucesos.12
A pesar de que su fama llegó con la crónica roja, el cronista no solo se dedicó a
escribir sobre el crimen. González Toledo fue un retratista de Bogotá y sus habitantes, en
sus relatos se puede encontrar un fiel testimonio de los lugares icónicos de la capital, de los
años de labor como observador y escriba de la ciudad. A pesar de los problemas visuales
que lo aquejaron en los últimos años de vida su memoria y su estilo estaban intactos, esto le
permitió escribir cerca de una década las secciones Hace 25 años y Hace 50 años en el
periódico El Tiempo.
¨crónica de policía¨ porque revelaba la condición humana con sus pasiones). Por fin
12
Rogelio Echavarría co-fundador del Semanario Sucesos publicó con la editorial de la Universidad de
Antioquia en 1993 una recopilación de crónicas que hicieron parte del Semanario. Entre estas se encuentra
Locura e intriga en el asesinato y proceso de Jorge Eliécer Gaitán una serie de crónicas escritas por Felipe
González Toledo.
72
literarios que le imprimieron Ximénez y otros colegas, pero sin que perdiera su
Felipe González Toledo contrajo matrimonio con Elvira Mariño y de este hogar
nacieron cuatro hijos. Fue uno de los fundadores del círculo de periodistas de Bogotá y
hasta sus últimos días escribió crónicas. Murió el 31 de agosto de 1991 a los 80 años de
González Toledo no era, como puede verse por sus propias palabras, un receptor
distinto al del simple reflejo de los eventos externos, por dotarlos de significados
humana de la noticia se mantenía: los pecados de las personas, el que pone su vida al
borde del abismo… Pero, aún más, para nuestro cronista las historias de policía daban
su sentido ético y de su carácter. Las crónicas de Felipe González Toledo nos muestran el
hombre comprometido con la verdad y la ética periodística que era. Su carácter quedaba
inteligente y su memoria prodigiosa. Su estilo justo, sin excesos ni falencias, les permitía a
los lectores encontrarse con esa ciudad que el cronista con su ojo curioso y despierto
capturaba.
de la ciudad eran los lugares donde González Toledo encontraba la materia prima de sus
relatos. Allí el cronista hallaba los secretos de los muertos y los vivos que se cruzaban por
su camino para más tarde con su pluma magistral crear las historias que cautivaron a sus
lectores por décadas. En sus crónicas hacía visible la cruda realidad de la ciudad, donde
predominaban los bajos fondos, la miseria, la muerte y centenares de crímenes pero donde
dimensiones es por esto que en sus relatos la voz de los protagonistas se siente clara,
presente y real. Sus crónicas son un viaje en el tiempo donde los hechos toman forma de
uno de los tantos problemas con los que tuvo que enfrentarse Felipe González Toledo que
en ese entonces ya era uno de los cronistas principales de El Espectador, uno de los diarios
cambio le dio la oportunidad precisa para consolidar, junto a Rogelio Echavarría, el sueño
Así nace el Semanario Sucesos, lugar donde González Toledo desplegó su talento al
publicadas en mayo de 1956, aquí el cronista logra una concisa y magistral reconstrucción
de los hechos acontecidos el 9 de abril de 1948. El cadáver que tenía dos corbatas es una
las piezas que hace parte de esta serie, allí Toledo aporta datos importantes sobre el
asesinato del caudillo político Jorge Eliecer Gaitán, las investigaciones posteriores, los
presuntos implicados en los hechos y adicionalmente nos presenta una maravillosa pieza
- ¡No lo maten! ¡Es necesario que ese hombre hable! De muchas gargantas salieron
estos o parecidos gritos significativos de que solamente la vida del asesino podría
abrir paso a una investigación a fondo, tras los posibles autores intelectuales, pero el
matador de Gaitán ya había caído en manos de una masa oscura, integrada casi en su
precariedad humana del asesino. Golpeado furiosamente, sin que sus gemidos
alcanzaran a ser oídos en medio de aquel fragor, Roa debió morir pronto. Quienes a
esa hora ya habíamos llegado al lugar que fue punto de partida de la hecatombe de
A pesar del compromiso de los periodistas de la época con la verdad, no todas las
Una de las víctimas de aquel siniestro día fue el Capitán Tito Orozco quien al
pudo contarse 4 años después en las páginas de Sucesos gracias a los esfuerzos de González
Toledo y de Edelmira viuda de Orozco. Más tarde la investigación realizada por el cronista
la Policía. Las fuerzas armadas están regadas por toda la ciudad disparando a diestra
y siniestra. Él no quiere que sus hombres hagan lo mismo y los encuartela; además,
como la mayoría de esos jóvenes policías, es liberal, así que le duele la muerte de
Gaitán y no quiere apoyar al gobierno godo al que acusa de la muerte del caudillo: se
queda encuartelado.
quieren obedecer las órdenes del gobierno de Ospina Pérez, y con ellos, un grupo de
políticos liberales que buscan aprovecharse del desorden para dar un golpe de estado.
De pronto, en las altas esferas del poder, se gesta la paranoia: en la quinta División
enemigo del poder. Al final, consigue, al igual que todos sus hombres, salir con vida
es un policía 'nueveabrileño'. Nada qué hacer: cinco años después, durante el gobierno
supuestamente está libre. Pero nadie lo ve. Nadie jamás lo vuelve a ver. (Arias, 2006,
p, 131)
Testigo ocular, observador incansable y relator de las historias que marcaron el siglo
XX, Toledo investigaba y escribía; escribía y reflexionaba sobre su oficio, sobre la ciudad
pero sobre todo sobre esa extraña condición humana que puede llevarnos a cruzar límites
insospechados.
Felipe González Toledo quedó en las páginas del periodismo colombiano como el
maestro de la crónica, aquel que llegó a dignificarla. Su legado no son solamente sus
crónicas sino también su inagotable compromiso con la ética, con la verdad y con su oficio.
Pedro Claver Téllez Téllez nació el 28 de octubre del año 1941 en Jesús María en el
Mi papá tenía un granero y a ese granero llegaban con frecuencia camiones a cargar
y descargar bultos; había un tipo, un fortacho, un hombre gigante que tenía en vez de
la mano derecha un garfio y se la amarraba con correas, agarraba los bultos con el
que era liberal a muerte, le enterró el gancho en la barriga a un conservador que estaba
pasando en ese momento por ahí, lo agarró y, chan, le metió el gancho, después no se
lo podían sacar. Yo vi eso y me desmayé. Ese fue mi primer contacto con la violencia,
Téllez Ruiz, dirigente del partido liberal, su esposa Sara Catalina Téllez Melo y sus cinco
hijos, entre ellos Pedro de nueve años, abandonan su pueblo natal después de haber sido
En busca de nuevas oportunidades llegan a Bogotá, ciudad que los recibe con ruido,
contaminación e incomodidades, lejos quedan el campo y los amigos pero también los
la bicicleta más que un medio de transporte, encontró una pasión. Fue así como a los 18
años participó en una Vuelta a Colombia junto a Rubén Darío Gómez y el Pajarito
Buitrago.
Gonzalo Téllez ya era un hombre mayor cuando nació Pedro sin embargo su edad
no fue un obstáculo para ser una de las grandes influencias en la vida y las novelas de su
hijo. Si bien fue campesino de oficio también se caracterizó por ser un ferviente liberal, un
gran lector y un maravilloso narrador de historias sobre la Guerra de los Mil días y la época
de la Violencia. Estas historias, años más tarde serían el motor que impulsaría a Pedro a
escribir las hazañas de los bandidos que azotaron el país en los años setenta y ochenta del
siglo XX.
El bachillerato lo cursó en el colegio José Joaquín Caicedo, lugar donde dio sus
primeros pasos en el oficio periodístico gracias al periódico mural ya que Pedro era uno de
los más fervientes colaboradores de dicho medio de comunicación. Entre sus escritos se
encontraban poemas, cuentos y una sección que él llamaba cartas a mis amigos.
ninguno de ellos. Sin embargo gracias a Hernán Téllez, primo de su madre y colaborador
empíricamente.
Hernando Téllez me dio lecturas, libros de su biblioteca para leer, me prestó los
donde te decían que era el reportaje, la crónica y dónde te invitaban a leer a esos
El Occidente donde por problemas de orden ideológico fue despedido. Luego se iría a
trabajar al periódico El pueblo como editor nocturno, luego pasaría a ser jefe de
información y tiempo después jefe de redacción. Aquí trabajó con Daniel Samper, recorrió
todo el país y empezó a destacarse como uno de los grandes del género de la crónica. Fue
en El Pueblo donde Pedro inició sus reportajes sobre el narcotráfico y la guerra de las
esmeraldas
colaboradores. Fue en esta época donde empezó a investigar a Carlos Lehder, uno de los
capos del narcotráfico colombiano de los años ochenta, de la mano del General Rosso José
Serrano. Sus crónicas sobre Lehder fueron publicadas en la revista junto a fotografías de su
79
familia, asunto que enfureció al capo y le trajo a Pedro un atentado que casi le cuesta la
Dejó su trabajo en Cromos años más tarde para escribir sobre uno de los bandidos
que más lo ha obsesionado y quien era un pariente lejano Efraín González Téllez; fruto de
quince años de investigación y otros tantos de escritura son los libros Efraín González: La
dramática vida de un asesino – asesinado (1993) y El mito de Siete Colores: seis relatos en
lector compulsivo. Entre los libros de crónicas que ha publicado se destacan Biografía del
Pedro Claver Téllez es el único de los cinco cronistas que hace parte de este estudio
- Achacoso y enfermo. Acaba de cumplir ochenta y cinco años. Pero aún se mantiene
en pie.
- Yo, como usted me ve, estoy tullido de la cintura para abajo, pero gracias a Dios
aún puedo leer, comer bien. Duermo poco pero no me falla la memoria, bendito sea
Dios.
- ¿De manera que desea saber sobre bandidos? Eso dice Gonzalito en la carta.
80
- Sí, quiero escribir un libro, un panorama de la vida bandolera, visto desde muchos
ángulos.
Virgilio Salinas bajó la mirada y, segundos después, aún más vehemente la fijó en mí
con malicia.
hace unos treinta y cinco años en busca de noticias sobre Antonio Jesús Ariza y José
del Carmen Tejeiro. ¿Ha leído sus libros? (Téllez, 1987, p. 16)
fundación del Frente Nacional y quien se especializó en retratar la vida y obra de los
bandidos que azotaron el país a lo largo de la segunda mitad del siglo XX. El suyo ha sido
En sus relatos se puede encontrar un estilo limpio que sin excederse en los recursos
presenta precisión en las metáforas y en las estructuras narrativas. Sus palabras, las escoge
con cuidado para que tengan el énfasis correcto y le permitan mostrar a cabalidad la
vidas y arriesgando el pellejo para poder más tarde darle rienda suelta a su talento narrativo
miseria, de darle voz y lugar a aquellos seres que nunca han contado su historia y en los que
no reconoceríamos ningún tipo de humanidad si no fuera por la capacidad que tiene Pedro
para dejarnos descubrir que esos seres que recorrieron el país dejando muerte y destrucción
Pedro Claver Téllez, en una entrevista para el periódico virtual Con-fabulación nos
permite acercarnos a esa posibilidad de ver más allá de lo que los hechos muestran para al
Los seres humanos somos una mezcla de ángeles y demonios. Y éstas se manifiestan
en nosotros en contacto con las épocas y los hechos. Una persona, por sana que sea,
vida en un infierno. Efraín González, que fue uno de los grandes bandidos de todos
los tiempos, era rezandero, iba a misa y, en su niñez y juventud, quiso ser cura. Los
seres humanos somos un enigma que sólo se resuelve en un momento. Borges decía
que solo hay un momento en la vida de los hombres en que uno sabe para siempre
del peligro por estar buscando la verdad que se esconde tras la violencia del país; tal vez
por eso sus crónicas se antojan tan sinceras, reales y de primera mano. Pedro es también un
exquisito ilustrador de las ciudades, pueblos y parajes que sirven como escenario de sus
tratara.
narcotraficantes queriendo trazar la historia del país desde el lado B, quizás buscando la
fundamenta en su capacidad para ver lo que otros no ven e investigar y narrar lo que
El Flaco Arenas como era conocido Ismael Enrique Arenas nació en Zapatoca,
Bucaramanga, lugar en el que apareció su pasión por el periodismo. Fue ahí donde el flaco
Vanguardia Liberal, hecho que marcó su vida y su cercanía con la escritura y lo que más
tarde lo llevaría a ser uno de los grandes exponentes de la crónica roja en el país.
En 1936 salió de Santander rumbo a la capital del país, su destino eran las oficinas
del diario El Tiempo y una carta de recomendación de su hermano Antonio Vicente Arenas,
Arenas desde el primer día estuvo en las noticias judiciales y con el tiempo llegó a
ser redactor de la sección y maestro para aquellos que siguieron sus pasos. El Flaco Arenas
sección de crónicas de sucesos. Para la época era común que los reporteros y cronistas no
figuraran como autores de los relatos que aparecían en los periódicos, a diferencia de
protagonistas del género, continúa siendo una incógnita pese a ser considerado por
estudiosos del género en Colombia, Juan José Hoyos y Mary Luz Vallejo Mejía, como uno
electrónicos, los espacios de difusión y los aportes que deja esta investigación para el
Capítulo 2. El libro
comunicarse con sus pares. En el inicio de las civilizaciones la comunicación fue gestual y
oral pero a medida que los hombres iban evolucionando se encontraron con la necesidad de
conservar sus conocimientos, inventos e ideas sobre el mundo, de manera que estas
Con el paso del tiempo fueron apareciendo diferentes formas de escritura (dibujos,
grabados, tallas, tejidos, bordados, etc.) y conservándose los saberes que tenía cada
espacio para que la escritura, como la conocemos hoy día, se gestara entre los hombres.
civilizaciones con procesos cognitivos más complejos que buscan representar su entorno de
fue un largo camino que transitaron nuestros antepasados para llegar a la comunicación
Los hombres se han enfrentado a enormes retos a lo largo de la historia para lograr
preservar y transmitir su cultura. Después de superar todos los procesos cognitivos que
del hombre, al que ya la piedra, la cerámica, el tejido y la madera entre otros, no le era
suficiente.
La primera forma del libro fueron las placas o tablillas fabricadas en materiales
como arcilla, madera y diferentes tipos de metales. Para los documentos más importantes se
libro, para esto usaron tintas y papiros; los griegos usaron pergaminos hechos a base de
pieles de animales curtidas; los romanos crearon códices cuyo soporte eran tablillas de
madera que en su interior guardaban hojas de papiro y pergamino. Más tarde se doblaron,
agruparon y cosieron las hojas asimilándose aún más a la forma actual del libro.
el conocimiento.
automatizan y hacen más efectiva la producción editorial. Con esto nuevos avances el libro
empieza a llegar todas las clases sociales generando impactos en el sector educativo y
cultural.
85
El siglo XXI llega con nuevos aires para el libro. Un nuevo formato aparece, el libro
literario.
Si bien el libro electrónico llegó en la década del noventa del siglo XX con la
promesa de acabar con la industria editorial que hasta ahora se conocía, veinte años después
Sin embargo no todo ha sido malo para el formato electrónico pues este ha tenido
cabida en los ámbitos académico y profesional. Los usuarios han encontrado en este
formato gran facilidad para compartir los libros, menores costos a la hora de adquirir el
se visualizan.
llegar a más lectores haciendo uso de las nuevas tecnologías, al estar enriquecido con
hipertexto enlazado a la Web y multimedia incorporada, pero con una experiencia similar a
indicada, ya que es un factor determinante para reforzar el contenido del libro. Una correcta
disfrute por parte del lector. Las fuentes más usadas dentro del campo editorial son:
Palatino Linotype, Book Antiqua, Georgia, Goudy Old Style, Bookman, Adobe Garamond
books existen diferentes plataformas y programas que facilitan este proceso, dentro de las
Moglue: Software para crear e-books en formato e pub y .mobi para dispositivos
iOS y Android. Neobook: Software para libros interactivos, en esta herramienta se puede
modificar texto, imagen, vídeo, animación y sonido. También se puede acceder a contenido
flash y HTML. Myebook: Sitio online para la edición de e-books y libros interactivos.
Bubok: Editor online sencillo y de calidad para e-books. Papyrus: Plataforma online para
creación de libros electrónicos en formato PDF, Epub y .Mobi. Dentro de esta plataforma
3. Formatos de e-books: Los formatos que se manejan dentro del libro electrónico
son: EPUB: Formato nativo de MAC - .MOBI: Formato nativo de Amazon (Kindle) -
tener en cuenta los siguientes elementos: formato en el cual será creado el libro y tamaño de
las imágenes que lo acompañaran, paginación del libro de acuerdo a los elementos del
páginas, encabezados y pies de página, fuente: tipo y tamaño, alineación de texto, índice y
créditos.
importante tener en cuenta las plataformas en las cuales se hará la misma y los porcentajes
de regalías tanto para el autor como para la editorial que lo distribuirá. Si la edición y
publicación es autónoma se debe tener en cuenta los procesos de venta del libro, la
generado en un procesador de textos sin mayor maquetación o proceso editorial pero más
tarde por medio de las herramientas de los programas especializados tomará la forma final
En este camino nos encontramos con el autor, el corrector de estilo, el editor, el diseñador o
escritor y cada uno de ellos es indispensable dentro del oficio editorial puesto que son entes
realizaron las correcciones de estilo y forma y se planificó la estructura final de los textos.
Este documento se usó como base en los programas InDesign y Calibre para la creación de
cuenta los formatos en los que será publicado el texto. En este caso se estudió la posibilidad
La edición en formato PDF, con el fin de cubrir el espectro de aquellos lectores que
hacen uso de computadores y tabletas, teniendo en cuenta que es un formato de fácil acceso
aquellos usuarios que hacen uso de lectores electrónicos tengan una experiencia de lectura
dispositivos.
Dentro del proceso de publicación y distribución del producto final de este trabajo
electrónicos.
libros electrónicos.
Sin embargo la opción que más se acerca al propósito inicial es la creación de una
página Web que soporte y almacene los e-books, como documento en línea, información
adicional del proyecto y de los escritores. Esto teniendo en cuenta que el aporte que busca
espacio de distribución para este género y sus más grandes exponentes lo que permitirá
llegar a un alto número de lectores se optó por la creación de que hacen parte de este
trabajo.
literario en la ciudad de Bogotá; es por esto que se está trabajando de la mano de Andrés
Otra dificultad, es que dentro del catálogo de las hemerotecas no son muchas las
crónicas que se encuentran referenciadas esto debido al alto número de relatos que se
logístico. En esta instancia acercarse a las crónicas requiere cierto conocimiento del tema
Por estas razones los aportes que genera este trabajo de grado son catalogar
rescatar de la memoria histórica de los hechos ocurridos a lo largo del siglo XX; recopilar
poner a disposición de nuevos lectores un grupo de crónicas escritas por los autores que
hacen parte de este estudio y escogidas bajo parámetros de estilo, calidad literaria e
Conclusiones
A trascurrido un poco más de un año desde que la idea de este trabajo de grado
empezó a gestarse, si bien partió del interés particular por difundir la crónica roja del siglo
escondido en las hemerotecas del país, que me confirmó la importancia de divulgar este
proyecto.
tiende a olvidar que la crónica está hermanada con la literatura para cumplir la noble tarea
Y es gracias a esto que la crónica se nos presenta como un camino para referenciar
lo popular, lo autóctono, lo que no tiene cabida en otros ámbitos, aquello que representa a
Barbero en Memoria Narrativa e industria cultural (1982) al hablar del relato popular:
arbitraria opción del investigador sino por exigencias del objeto. Es otro el
funcionamiento popular del relato, mucho más cerca de la vida que del arte, o de un
arte sí pero transitivo, en continuidad con la vida. Y ello por punta y punta ya que se
trata del discurso que articula la memoria del grupo y en el que se dicen las prácticas.
Un modo de decir que no sólo habla de, sino que materializa unas maneras de hacer.
La crónica roja nació en Colombia a finales del siglo XIX y encontró su auge en
los cronistas que relataron los hechos más sangrientos y dolorosos del momento en los
diferentes diarios del país, lo que los llevó a ganarse un puesto importante en la historia del
género.
formas narrativas permitieron que a través de ella se registraran los cambios sociales que la
modernidad y la industrialización trajeron consigo afectando a la Bogotá del siglo XX. Por
medio de los relatos que nos entregan los cronistas se dibuja la vida de los bogotanos, sus
aficiones, conflictos, carencias y pasiones y detrás de todo esto una ciudad en continuo
movimiento y transformación.
mostrándose como una gran urbe en crecimiento que alberga a propios y a extraños pero
que también se sumerge en la inequidad, la miseria y la injusticia. Los cronistas con sus
historias empiezan a develar las nuevas formas de esta ciudad, no siempre dignas de
mostrar, donde se trazan los lugares emblemáticos, los barrios populares, las plazas de
segregación de las altas. Cada crónica muestra una cara oculta de la moneda, una cara que a
primera vista puede parecer conocida pero que al observarla a profundidad nos ofrece una
cronistas de la época lograron enlazar el drama de los personajes sin voz con esa ciudad que
amarillismo al valerse de la sangre como único recurso editorial. Los tabloides, como se les
conoce a los diarios especializados en temas judiciales, relatan las historias violentas de la
Uno de los tabloides más reconocidos en Colombia a finales del siglo XX fue El
Espacio, diario popular que circuló durante 48 años. Su estilo se caracterizó por una
capital del país. El Espacio fue uno de los diarios de mayor circulación en los años 80
noviembre de 2013.
a nivel nacional13; lo que confirma que la crónica roja, a pesar de perder el estilo de antaño
Al otro lado del espectro se sitúa Cosecha Roja, una red especializada en el
13
Según estudio de la ACIM, asociación sin ánimo de lucro que realiza investigaciones, mediciones y control
de audiencia y comportamiento de los diferentes medios de comunicación o publicidad a través de
investigaciones y estudios de carácter periódico.
94
como los humanos que son, sin superficialidad ni sensacionalismo. Una prueba de esta
filosofía es la crónica Después de la lluvia escrita por Ana Longoni cuyos fragmentos se
referencian a continuación.
Mayo. Era la posición de aquel sector de Madres que se negaban rotundamente a las
porque sostenían que con ese macabro hallazgo se tendía a clausurar la lucha colectiva
Chubut.
lucidez del hermano y la cuñada (como las madres, las abuelas, los hijos: los afectos
ante el Goliat del Estado desaparecedor). La multitud dispuesta a tomar las calles, una
y otra y otra vez, poniéndonos sobre el rostro su rostro, preguntando dónde está
Santiago en las aulas, en los hospitales, desde las ventanas, cada mañana, cada tarde,
desde el ámbito académico, periodístico y literario la importancia que tiene la crónica roja
roja es el hecho de que en Colombia este género ha contado con poco interés por su estudio
dentro del ámbito académico. Son pocos los autores e investigadores que han procurado
establecer un lugar para la crónica y menos aún para hablar de la de Sucesos. Si bien se han
Otro aspecto que juega en contra de la crónica roja es la dificultad para realizar la
búsqueda en las hemerotecas del país. La catalogación del material periodístico se realiza
por fecha y medio de comunicación más no especifica temas o autores. Esto se debe al alto
este material.
Ante estas dificultades investigativas se hace indispensable tener en cuenta todos los
estudios previos que sobre el género se han realizado y esgrimir minuciosamente todas las
pistas sobre fechas, acontecimientos y autores que los mismos proporcionan. Sin embargo a
lo largo de esta investigación se ha encontrado que algunas de las fechas reseñadas son
aparición del bandido Rascamuelas en marzo de 1935. Sin embargo la primera crónica de
96
sucesos en la cual aparece dicho bandido fue publicada el día 5 de julio de 1934 escrita por
Lo mismo ocurre con la referencia que hace Juan José Hoyos (2009) sobre el
reportaje Conversando con Esteban Huertas escrito por José Antonio Osorio Lizarazo.
Hoyos sitúa la publicación del relato en el mes de marzo de 1929 pero lo cierto es que su
ahora para recopilar, catalogar y difundir abre la oportunidad para consolidar una base de
datos sobre la crónica roja, sus autores y hechos históricos, esto no solo redunda en los
procesos de recuperación patrimonial sino que también abre la puerta para que otros
un género que no solo se rige bajo las directrices del periodismo y la literatura. Su campo
de acción se expande alrededor de las ciencias sociales al tomar los saberes, estéticas y
país, gracias a esto los resultados de este proceso de acercamiento con la entidad han sido
97
positivos. Para el equipo de actividad cultural la propuesta realizada para la difusión del
trabajo investigativo Violencia, periodismo y literatura: Cinco grandes cronistas del siglo
establecidos por lo cual se programó su ponencia para el mes de febrero de 2018 dentro del
En las siguientes páginas los lectores se encontrarán con una antología de crónicas fruto de
la investigación y el deseo de rescatar del olvido las piezas periodísticas y literarias de José
Joaquín Jiménez, Felipe González Toledo, Pedro Claver Téllez Téllez, Ismael Enrique
Estas páginas también son una invitación a descubrir la vida y obra de estos cronistas que
https://mundoinmovil.wixsite.com/cincocronistasxx
98
Referencias
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Vallejo, M. (2006). A plomo herido. Una crónica del periodismo en Colombia (1880 –
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Anexos
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