Lectura
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Una de las funciones del profesional psicólogo, tal vez incluso una de las que es
considerada más típica del quehacer del psicólogo, es la de efectuar diagnósticos
psicológicos.
MEDIR
EVALUAR
DIAGNOSTICO PSICOLÓGICO
Visto de este modo, tenemos que un test psicológico no es otra cosa que un
conjunto de estímulos utilizados para provocar en el sujeto una respuesta, respuesta que
es en sí misma una forma de conducta. Las conductas específicas que se hacen
manifiestas en la situación de examen psicológico como respuesta a los estímulos que
constituyen el test que se está utilizando, se supone que son un indicador del aspecto o
variable psicológica que se desea diagnosticar. Para esto no es necesario que la
conducta provocada por el test se parezca a la conducta o fenómeno psicológico que se
desea diagnosticar. Sólo se requiere que exista una correspondencia empírica
demostrada entre las dos. (Revisar a este respecto los conceptos de validez aparente,
validez predictiva y validez de contenido). El test psicológico no hace sino medir una
conducta. Sólo es posible determinar por la experiencia que dicha conducta puede servir
como índice efectivo de otra. En este sentido, la predicción se entiende aquí no sólo en el
sentido de deducir de un rendimiento actual una conducta futura, sino también en el
sentido que el diagnóstico de una condición presente significa una predicción del
comportamiento del individuo en situaciones distintas a las del test.
Es una constante cuya importancia conviene precisar y que nos lleva de vuelta al
tema de los test o pruebas psicológicas. Es cierto que los test son instrumentos muy útiles
y necesarios, a veces incluso imprescindibles, pero el psicodiagnóstico no se reduce a la
aplicación de uno u otro test para luego dejar constancia de sus resultados. Tampoco
debemos pensar que los test son una especie de bola de cristal con la cual podemos develar
o averiguar cualquier cosa que deseamos saber del sujeto. No. Los test no son más que
estímulos ante los cuales esperamos que el sujeto reacciones, para obtener así una
muestra de su conducta. Con base en estas muestras conductuales hacemos luego
predicciones de un comportamiento presente y futuro. A veces, también concluimos
respecto de hechos pasados. Si nos detenemos en este punto, advertimos de inmediato la
complejidad y a la vez las limitaciones del psicodiagnóstico. Es complejo porque la conducta
de un sujeto, en este caso sus respuestas al test, está determinada simultáneamente por
muchas variables, todas las cuales no podemos controlar. La limitación deriva de este
mismo hecho: en la medida que no podemos afirmar en forma taxativa cuáles han sido las
determinantes de la conducta, nuestras conclusiones serán siempre tentativas, y lo serán
no sólo por esta razón, sino también por todas aquellas señaladas anteriormente.
Otro punto que es importante tener claro respecto del psicodiagnóstico es que no
busca explicar. Con frecuencia cometemos el error de considerar los resultados o las
conclusiones obtenidas, como explicaciones de ciertos hechos. Un sujeto presenta
alucinaciones. Se le hace un examen psicológico y resulta diagnosticado como
esquizofrénico. Decimos entonces que presenta alucinaciones porque es esquizofrénico.
Lo correcto es lo inverso: lo hemos diagnosticado como esquizofrénico porque presenta
alucinaciones y otros signos o síntomas propios de ese cuadro y en ningún caso hemos
explicado el por qué presenta esos síntomas.